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LECCIÓN 8
D) LA JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL.
E) LA COSTUMBRE CONSTITUCIONAL.
2/VIII
La Constitución es una norma, concretamente una norma especial, que establece los
derechos y deberes de los ciudadanos y define la organización y funciones de los poderes
públicos. La Constitución vincula a los poderes públicos y a todos los ciudadanos y es, en
definitiva, la más importante de las leyes, la norma suprema del Estado. Precisamente, el
carácter supremo de la Constitución la convierte en el fundamento y límite del ordenamiento
jurídico.
1. Parte dogmática
Respecto a la cuestión del significado y valor de las normas que integran la parte
dogmática, se ha producido una importante evolución a lo largo de la historia del
constitucionalismo. A principios del siglo XIX, la mayoría de la doctrina consideraba que la
parte dogmática sólo incluía imperativos morales, que para ser obligatorios debían ser
desarrollados por la legislación ordinaria. Por contra, en la actualidad, la mayoría de las
Constituciones democráticas insisten en que las normas constitucionales son derecho
inmediatamente aplicable, sin necesidad de legislación que desarrolle los preceptos
constitucionales; así lo indican, por ejemplo, la Ley Fundamental de Bonn o la Constitución
española de 1978.
A pesar de todo, hoy en día, numerosas Constituciones reconocen que dentro de las
disposiciones contenidas en la parte dogmática hay diversos niveles de fuerza vinculante. Así
se ha distinguido entre:
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a) Normas programáticas. Son normas que fijan unas directrices que deben seguir los
poderes públicos, pero que no son directamente aplicables; para serlo, la Constitución
normalmente exige un desarrollo normativo previo. Aunque las normas programáticas no
son directamente aplicables, su inclusión dentro de la Constitución tiene una notable
importancia, pues son un criterio de interpretación del ordenamiento y, además, suponen una
prohibición de que se dicten leyes contrarias a sus principios, ya que, si bien es cierto que no
se puede obligar al Parlamento a desarrollar estas normas, en todo caso deberá respetarlas.
2. Parte orgánica
— Enumerar y describir los órganos del poder (Jefatura del Estado, Cámaras
Legislativas, Gobierno, tribunales ordinarios, Tribunal Constitucional, etc.).
— Regular las relaciones entre los diversos órganos (relaciones entre el Gobierno y
el Parlamento, entre el Estado central y las Comunidades Autónomas, etc.).
La fuente complementaria más importante está formada por ciertas normas escritas
de rango inferior a la Constitución, pues ésta —como ha indicado el profesor López Guerra
— sólo es «cognoscible y comprensible si se la pone en relación con el resto del
ordenamiento». Se trata —como ha señalado el profesor Eliseo Aja— de aquella parte del
ordenamiento que puede calificarse de «desarrollo directo» de los preceptos
constitucionales, sea cual fuere el tipo de norma que lleva a cabo dicho desarrollo.
D) LA JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL
sino también adecuar este significado al valor real de esos conceptos en cada momento. Y
esta tarea corresponde al Tribunal Constitucional, máximo intérprete de la Constitución.
E) LA COSTUMBRE CONSTITUCIONAL
Sin embargo, hoy en día, la aceptación de la costumbre como una fuente del Derecho
aparece matizada. Pese a todo, es preciso reconocer que la costumbre cumple importantes
funciones, entre ellas la de colmar lagunas (costumbre praeter constitutionem), o desarrollar
o reinterpretar un mandato constitucional (costumbre secundum constitutionem). Pero se
niega la posibilidad de cambiar el contenido de una norma constitucional a través de una
costumbre (costumbre contra constitutionem). Admitir esta modalidad de costumbre
supondría dejar en manos de unos pocos individuos, integrados dentro de los altos poderes
del Estado, la elaboración de unas normas fundamentales para la comunidad, lo cual supone
una anulación de la voluntad del constituyente.