Siglas:
P: presidente (Es decir quien colabora a dirigir la
Liturgia)
A: Asamblea (Los participantes en la oración de la
liturgia)
L: Lector (Quien realiza la lectura)
Oración de la mañana
P: Señor abre mis labios
A: Y mi boca proclamará tu alabanza
Himno
Dondequiera que pongas tu mirada,
dondequiera que fijes tu atención,
dondequiera que un átomo subsista,
ENCONTRARAS A DIOS.
En las formas diversas de las nubes,
en los rayos dorados que da el sol,
en el brillo que lanzan las estrellas,
ENCONTRARAS A DIOS.
En la sangre que corre por tus venas,
en la misma conciencia del tu YO,
en los propios latidos de tu pecho,
ENCONTRARAS A DIOS.
En la santa figura de la madre
cuyo seno la vida te donó,
en la franca sonrisa de una hermana,
ENCONTRARAS A DIOS.
En las horas de sombra y amargura
cuando a solas estés con tu dolor
si le buscas en la sombría noche
ENCONTRARAS A DIOS.
(Arturo Gutiérrez Martin)
Salmo:
Con sed de Dios (Salmo 62)
Dios, Dios mío, yo te busco y no te encuentro; sed
de ti tiene mi pobre y alocado corazón; te busco y
me siento con frecuencia defraudado, porque mi
alma se levanta como tierra reseca, sin agua.
Tengo sed de ti: de tu amor y lealtad sinceros;
tengo sed de ti: de tu verdad y sinceridad; tengo
sed de ti: de tu justicia y fidelidad; tengo sed de ti:
de tu amor y misericordia.
Te busco, como la flor tiende al sol por la mañana;
te busco, como el río se alarga hasta el mar; te
busco, como la semilla crece y camina en libertad;
te busco, como el niño chiquito, la protección de su
madre.
Tu amor, Señor, es vida; es mejor que mi propia
vida; tu rostro irradia la luz de tu gracia y verdad;
tus manos están abiertas al perdón y la acogida;
todo tu ser es fuerza de salvación para el hombre.
Empapa, oh Dios mío, mi corazón de tu bondad;
rocíame con la lluvia suave de tu ternura; deja caer
tu amor sobre mí como rocío de la mañana; y abre
mis labios para que te cante con labios jubilosos.
En las noches, cuando en soledad me encuentro,
pienso en ti; Y mi corazón hace camino hacia la luz
de tu mirada; tú llenas mi noche, tú das sentido a
mi existencia, y eres para mí como amigo bueno
que me acompaña.
Por ti vigilo; por ti mi corazón no duerme por ti
estoy como centinela esperando tu llegada; por ti
mi corazón vuela hasta tocar tu rostro; por ti mi
alma se aprieta contra ti, buscándote en mi alma.
Líbrame, Señor, de los ídolos que gritan, como en
ferias, mercancías, baratijas, saldos viejos,
hojarasca; líbrame, Señor, de los dioses que
disputan mi existencia y que buscan manipular mi
vida y deshacerla en sus garras.
Oh, Dios, mi corazón joven te busca, fascinado y
apasionado, porque sólo en ti hay respuesta a lo
largo del camino; te busco, después de dejar atrás
cosas vacías que encontré y que ahora, son para mí
nada, ante ti, que eres mi Tesoro escondido.
Tengo sed de ti, de tu pan y de tu palabra de vida;
tengo sed de ti, de la verdad de tu Evangelio; tengo
sed de ti, de comunión con tu Iglesia; tengo sed de
ti, de la fuerza de tu Espíritu.
Te busco, con mi comunidad al lado, que también
busca; te busco, con los hermanos que caminan
conmigo como amigos; te busco, y sé que estás
vivo, presente entre nosotros, que en tu nombre,
Señor Jesús, nos hemos reunido.
Lectura:
San Mateo 8,23-27
En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus
discípulos lo siguieron. De pronto, se levantó un
temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre
las olas; él dormía.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron,
gritándole: «¡Señor, sálvanos, que nos
hundimos!»
Él les dijo: «¡Cobardes! ¡Qué poca fe!» Se puso en
pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran
calma. Ellos se preguntaban admirados: «¿Quién es
éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!»
Palabra del Señor
A: Te alabamos Señor
Preces:
Fieles al mandato del Señor, pidamos al Dueño de
la mies que escuche nuestras oraciones por las
vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa en la
Iglesia.
· Para que Cristo, que reunió a sus discípulos a su
alrededor con el fin de asociarlos a su predicación
evangélica, suscite también en nuestros días
servidores de su Evangelio.
· Para que el Señor ilumine la mente de los jóvenes
cristianos y les infunda fuerza, a fin de que sean
muchos los que se dediquen al ministerio y
consagren su propia vida a hacerlo presente en
medio de los fieles.
· Para que el Señor, que escogió un estilo de vida
virginal y pobre, suscite en los jóvenes de nuestras
comunidades el deseo de consagrarse
exclusivamente a su amor y al servicio de su Iglesia.
· Para que quienes han escuchado la llamada del
Señor a la consagración religiosa o al ministerio
sacerdotal no se desanimen ante las tentaciones,
que puedan surgir a causa de la propia debilidad o
de las circunstancias que los rodean.
P: Llenos de confianza nos atrevemos a decir:
Padre nuestro….
P: Escucha, Señor, nuestra oración matutina con la
luz de tu misericordia alumbra la oscuridad de
nuestro corazón: para que, habiendo sido
iluminados por tu claridad, no andemos nunca tras
las obras de las tinieblas. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.
A: Amén.
P: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y
nos lleve a la vida eterna.
A: Amé
 Oración de la mañana viernes 7
P: Señor abre mis labios
A: Y mi boca proclamara tu alabanza
HIMNO DEL APÓSTOL
¿Quién es el que está en la orilla
después de una noche vacía, sin pescar?
– Pero... ¿quién me espera en la orilla?
En mi red abarrotada de grandes peces
he reconocido al Señor.
– ¡Yo, he reconocido al Señor!
¿Quién es el que está en la orilla
después de una noche de soledad?
– Pero... ¿quién me espera en la orilla?
En el fuego y las brasas preparadas
he reconocido al Señor.
– ¡Yo, he reconocido al Señor!
¡TÚ LO SABES TODO, TU SABES QUE TE AMO!
¿Quién es el que está en la orilla
después de una noche de mentiras?
– Pero... ¿quién me espera en la orilla?
En aquella mirada al pasar
he reconocido al Señor.
– ¡Yo, he reconocido al Señor!
¿Quién es el que está en la orilla
y me pregunta si le amo?
– Pero... ¿quién me espera en la orilla?
En cada hermano que me espera
he reconocido al Señor.
– ¡Yo, he reconocido al Señor!
¡TÚ LO SABES TODO, TU SABES QUE TE AMO!
Salmo:
NO SE DA LO QUE NO SE TIENE
¿Quién puede ser discípulo,
sin haber sido servidor?
Nadie es luz
sin el amor necesario
para descubrir
en el hermano al Señor.
¿Quién puede consolar
sin antes haber sufrido?
Nadie da testimonio
sin vivir la Palabra
donde el hombre
se alegra de perder
y no ganar.
¿Quién sabe de ternura
sin haber sido herido?
Nadie perdona
sin haberse sentido débil,
abandonado,
en las manos del Traspasado.
¿Quién puede compartir
si no se ha dado del todo?
Nadie puede hablar
de la locura del Evangelio
si antes no se ha entregado
hasta el final.
¿Quién puede ser semilla
sin haber sido sembrador?
Nadie sin tiempo de silencio
hasta la hora de la cosecha,
pues todo apóstol
será el grano que muere.
A: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como  Por todos los que permanecen de pie, al lado
era en el principio ahora y siempre por los siglos de de la cruz y el sufrimiento, imagen del que es
los siglos. Amén Misericordia...
 Por todos los que viven la alegría de la entrega,
en cada momento de su vida, esperanza del
Lectura: Siempre Vivo sobre la tierra...

Lucas 14: 25-30

Grandes multitudes seguían a Jesús, y él se volvió y
les dijo: «Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor
a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a
sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia
vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su
cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
» Supongamos que alguno de ustedes quiere
construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a
calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero
para terminarla? Si echa los cimientos y no puede
terminarla, todos los que la vean comenzarán a
burlarse de él, y dirán: “Este hombre ya no pudo
terminar lo que comenzó a construir.”
L: Palabra de Dios.
A: Te alabamos Señor
P: Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios
nos atrevemos a decir:
Padre nuestro….
P: Señor Jesús, Tú te haces el encontradizo con
nosotros y nos llamas y para nosotros es la alegría
de nuestra vida. Danos tu Espíritu de generosidad y
audacia para poder responderte con confianza y
ser testigos de tu verdad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la
unidad del espíritu Santo y es Dios por los siglos de
los siglos.
A: Amén
P: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y
nos lleve a la vida eterna.

A:

Preces:
P: Finalmente pedimos al Señor, por medio de
María, madre de todos los hombres, por todos los
apóstoles que entregan o han entregado su vida,
con alegría, al servicio del Reino de Dios.
Respondemos:

A: Madre de todos los hombres enséñanos a decir

¡Amén!

 Por todos tus humildes servidores, atentos a tu

Palabra, modelos del corazón que escucha...
 Por todos los que llevan a Cristo, mostrándolo
al mundo, presencia viva de tu Iglesia...
 Por todos los que velan en la noche, en
ambientes de increencia, semillas anhelantes
de tu Reino...