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Guillermo de Ockham

(c. 1280/1288-1349)
con este pensador a la cabeza, rompe la confianza en las grandes síntesis entre la
filosofía y el cristianismo (síntesis agustiniana de San Buenaventura y la síntesis
aristotélica del tomismo), y da lugar a una radical separación entre la razón y la fe,
entre la filosofía, que gana independencia, y la teología. Para Ockham no se puede
demostrar racionalmente ni la existencia de Dios ni las atributos divinos. Estos
problemas quedan para el ámbito de la revelación eliminando así los preámbulos
de fe de Sto. Tomas.

Juan Duns Scoto


Duns, Escocia, 1266-Colonia, Alemania, 8 de noviembre de 1308
El ser es unívoco, es decir, común a Dios y a las criaturas, pues de lo contrario no
podríamos saber nada de Dios. Esta univocidad no excluye la diferencia entre Dios
y lo creado. Se trata de una communitas de concepto, no de una comunidad real.
Los seres se hallan constituidos por una serie de formas superpuestas, las últimas
de las cuales, las Haecceitas (de haec, "ésta"), son el principio de individuación.

Tomás de Aquino
Italia, 1224/1225-Abadía de Fossanova, 7 de marzo de 1274
El pensamiento de Tomás de Aquino parte de la superioridad de las verdades de la
teología respecto a las racionales, por la sublimidad de su fuente y de su objeto de
estudio: Dios. Aunque señala que la razón es muy limitada para conocer a Dios, ello
no impide demostrar que la filosofía sea un modo de alcanzar conocimientos
verdaderos
“Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de
pensar en su falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos por la fe,
ya que ha sido confirmado por Dios. Luego como solamente lo falso es contrario a
lo verdadero, como claramente prueban sus mismas definiciones, no hay posibilidad
de que los principios racionales sean contrarios a la verdad de la fe”

San Anselmo de Canterbury O.S.B. (Aosta, 1033 o 1034-Canterbury, 1109)


El argumento ontológico de san Anselmo, que tantas reacciones ha conllevado,
puede resumirse de esta manera: Dios es el Ser Más Perfecto, cada uno incluyendo
al tonto; Entiende eso. Dios es el ser más perfecto en la mente (el entendimiento).
Por lo tanto, Dios es necesariamente el ser más perfecto en la realidad.
Si Dios no es el Ser Más Perfecto en realidad, entonces otro ser sería superior en
la mente y en la realidad, y eso no puede ser posible; Cómo puede ser concebible
que el ser más grande en la mente no sea el ser más grande en la realidad.
Agustín de Hipona Tagaste, 13 de noviembre de 354-Hipona, 28 de agosto de 430
Su filosofía es predominantemente una teología, siendo Dios no sólo la verdad a la
que aspira el conocimiento sino el fin al que tiende la vida del hombre, que encuentra
su razón de ser en la beatitud, en la visión beatífica de Dios que alcanzarán los
bienaventurados en la otra vida, para cuya obtención será necesario el concurso de
la gracia divina.

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