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APUNTE N° 6
DERECHO PROCESAL PENAL
2013

PROF. MAURICIO GONZALEZ M.

CAPITULO IV: ETAPA DE JUICIO ORAL.

13.- El juicio oral.

13.1.- Importancia del juicio.


Existe consenso para sostener que el juicio oral y público es la
institución principal en torno a la cual se construye todo el proceso penal
moderno, ello en relación con la relevancia que el sistema inquisitivo daba a
la etapa de investigación (sumario).
En este sentido el profesor alemán Claus Roxin señala que el centro de
gravedad del procedimiento penal es el juicio oral, no obstante representar
2

desde el punto de vista temporal sólo una pequeña parte del mismo. Agrega
que el juicio oral es considerado el punto culminante de todo proceso penal;
sin embargo, considera que en la actualidad esta afirmación debe ser
relativizada, ya que una gran parte de los procedimientos penales termina sin
juicio oral y porque el juicio oral, aun cuando se lo lleva a cabo, es, en medida
considerable, prejudicializado a través del procedimiento de investigación y
del auto de apertura.1
Por su parte, el profesor Alberto Binder expresa que esta es la etapa
plena y principal del proceso penal; en realidad todo el sistema procesal penal
pivota sobre la idea y la organización del juicio. Asimismo, sólo es posible
comprender cabalmente un sistema procesal si se lo mira desde la perspectiva
o desde la atalaya del juicio penal.
Este método cognoscitivo de solución del conflicto penal se inspira en
una serie de principios que corresponden, a su vez, a ideas políticas en torno
al modo en que queremos autorizar al Estado para ejercer el poder penal. La
metodología acusatoria supone la vigencia irrestricta de ciertas garantías que
aseguran el carácter cognoscitivo del procedimiento y la separación y reparto
de papeles entre los sujetos del proceso: las dos partes, acusación y defensa,
a quienes competen respectivamente la prueba y la refutación, y el juez -
tercero imparcial – al que corresponde la decisión del conflicto.
Según María Inés Horvitz2 esta metodología rige plenamente en el juicio
oral y presupone tres condiciones: una separación neta entre las funciones
de acusación y fallo, requisito que garantiza la imparcialidad del tribunal que
juzga; la carga de la prueba, que compete al acusador; y el derecho de
defensa, que en el juicio asume el carácter de contradicción o refutación, esto
es, un ejercicio dialéctico de argumentaciones contrastantes, fundadas en la
actividad probatoria de las partes del proceso, y en que el juez tiene la función
de juzgar libremente la fiabilidad de las hipótesis acusatorias o de la
refutación en base a la prueba rendida en el juicio.
En el juicio oral se realiza el test de control de calidad de la información.
No hay prueba producida fuera del juicio y lo único que existe para los jueces
que van a fallar es lo que ocurre en la audiencia. Los actos anteriores son
estrictamente preparatorios, por eso la información que el Fiscal haya reunido
durante la investigación no existe sino sólo en cuanto es producida en el juicio
oral.
Desde la perspectiva de la administración del modelo acusatorio, éste
opera sobre la base de que sólo una parte menor de las causas que conoce el
sistema llegarán finalmente a juicio oral y que el resto de ellas finalizarán por
otras vías. No obstante ello, se insiste en instalar al juicio oral como la etapa
central del procedimiento penal.

13.2.- Trámites anteriores a la audiencia.

13.2.1.- Recepción del auto de apertura y distribución de la causa.


Llegado el auto de apertura al Tribunal Oral competente, se procede
inmediatamente a ingresarlo al rol interno del tribunal y al sistema
computacional, enseguida si el tribunal se encuentra formado por más de
una sala, entonces, el jefe de la unidad de administración de causas
procederá a efectuar la distribución del caso3 a una de dichas salas, de
conformidad al procedimiento objetivo y general acordado anualmente por el
Comité de Jueces.4

1
En su obra Derecho Procesal Penal, Editores del Puerto, Buenos Aires 2000, páginas 21 y 358.
2
Ob cit, tomo II, pág. 231.
3
Que hasta ese momento sólo se compone de una copia del auto de apertura de juicio oral.
4
Art. 17 inciso 4° del COT.
3

Para este efecto el sistema informático SIAGJ5 contiene un módulo


específico que permite distribuir las causas en forma automática o dirigida,
según la decisión estratégica que se adopte, de acuerdo a las cargas de trabajo
de las salas y de los jueces.
Efectuada la distribución se entregarán los antecedentes al juez
presidente de la sala designada para que proceda a proveer el auto de
apertura. La presidencia de la sala normalmente se sujeta a un sistema de
rotación dentro de sus componentes, principiando por el juez más antiguo.
Ya en esta primera actuación se constata la importancia de la reforma
en los aspectos técnico-administrativos. Se ha profesionalizado la función en
busca de una mejor gestión, entregando la labor administrativa a un grupo
de profesionales y asistentes altamente calificados, para obtener, por un lado,
un mejor rendimiento de los recursos humanos y materiales y, por otro,
liberar tiempo del juez para ejercer sus labores jurisdiccionales.
No se trata de dos mundos separados dentro de la unidad judicial,
existen, por el contrario, las necesarias vinculaciones entre el ámbito
administrativo y jurisdiccional, que se verifican mediante el trabajo
mancomunado del Administrador del Tribunal y del Juez Presidente del
Comité de Jueces.

13.2.2.- Resolución que recae en el auto de apertura.


El contenido de la primera resolución se encuentra señalado
fundamentalmente en el artículo 281 del CPP, debiendo el tribunal, al menos,
fijar el lugar y fecha del juicio, su composición y disponer la citación de todas
las personas que debieren concurrir a la audiencia. Analizaremos enseguida
cada uno de estos puntos.

a.- Lugar y fecha del juicio.


El Juez Presidente de la Sala respectiva, en primer lugar, decretará la
fecha de celebración de la audiencia sujetándose a los parámetros legales,
esto es, no antes de quince ni después de sesenta días contados desde la
notificación del auto de apertura del juicio oral.6
Debe señalar, asimismo, la localidad en la cual se constituirá y
funcionará el tribunal de juicio oral en lo penal, en su caso. Ello, pues la ley
permite el funcionamiento de los tribunales de juicio oral en lo penal en
lugares distintos de aquellos en que se encuentran radicados, para facilitar
la aplicación oportuna de la justicia penal, de conformidad a criterios de
distancia, acceso físico y dificultades de traslado de quienes intervienen en el
proceso.7 Corresponde a la respectiva Corte de Apelaciones determinar
anualmente la periodicidad y forma en que los tribunales de juicio oral en lo
penal darán cumplimiento a lo señalado. Sin perjuicio de ello, la Corte podrá
disponer, en cualquier momento, la constitución y funcionamiento de estos
tribunales en una localidad fuera de su asiento, cuando la mejor atención de
uno o más casos así lo aconseje.
La medida comentada debe ser decidida previo informe de la
Corporación Administrativa del Poder Judicial y de los jueces presidentes de
los comités de jueces de los tribunales de juicio oral en lo penal
correspondientes.

5
Sistema Informático de Apoyo a la Gestión Judicial.
6
Si se trata de un acusado desaforado o de un funcionario respecto del cual se declare admisible la querella de
capítulos, la audiencia del juicio deberá iniciarse dentro del plazo de quince días contado desde la notificación del
auto de apertura, a menos que el imputado solicitare la aplicación de las reglas generales. Artículos 420 y 428
inciso 2° CPP. En el caso de adolescentes infractores de ley penal el artículo 39 de la Ley N° 20.084, de 7 de
diciembre de 2005, vigente a partir del día 8 de junio de 2006, señala que el juicio oral, en su caso, deberá tener
lugar no antes de los 15 ni después de los 30 días siguientes a la notificación del auto de apertura del juicio oral.
7
Art. 21 A COT.
4

Preclusión del reclamo de incompetencia relativa.


Transcurridos tres días desde la notificación de la resolución que fija
fecha para la realización de la audiencia del juicio oral, precluye la posibilidad
de promover la incompetencia territorial del tribunal de juicio oral, así como
su declaración de oficio.8
Se mantiene, en consecuencia, la posibilidad de reclamar de la
incompetencia absoluta del tribunal hasta antes del veredicto.

b.- Composición de la Sala.


En su primera resolución, el Juez Presidente indicará también el
nombre de los jueces que integrarán la sala.
Las salas de los tribunales orales en lo penal están integradas por tres
de sus miembros, sin perjuicio de ello, con aprobación del Juez Presidente
del Comité de Jueces, se puede convocar además a uno o más jueces
alternos, con el solo propósito de subrogar, si fuere necesario, a los miembros
que se vieren impedidos de continuar participando en el desarrollo del juicio
oral.9
El nombramiento de uno o más jueces alternos tiene por finalidad
cumplir con la obligación legal de presencia ininterrumpida en el juicio por
parte de los jueces, de modo que si uno de los titulares falta, una vez iniciada
la audiencia, puede el tribunal integrarse con el alterno.10
Inhabilitación de los jueces.
Las solicitudes de inhabilitación de los jueces del tribunal deben
plantearse, a más tardar, dentro de los tres días siguientes a la notificación
de la resolución que fija fecha para el juicio oral, y se resolverán con
anterioridad al inicio de la respectiva audiencia.11
Cuando los hechos que constituyen la causal de inhabilidad llegan a
conocimiento de la parte con posterioridad al vencimiento del plazo arriba
señalado y antes del inicio del juicio oral, el incidente respectivo deberá ser
promovido al iniciarse la audiencia del juicio oral.
Con posterioridad al inicio de la audiencia sólo procederá la declaración
de inhabilitación de oficio, en cuyo caso el tribunal continuará funcionando
con exclusión del o los miembros inhabilitados, si estos pudieren ser
reemplazados, o si continuare integrado por, a lo menos, dos jueces que
hubieren concurrido a toda la audiencia. En este último caso, deberán
alcanzar unanimidad para pronunciar la sentencia definitiva. Si no se
cumpliera alguna de estas condiciones, se anulará todo lo obrado en el juicio
oral.
En cuanto al tribunal que conoce y resuelve la inhabilidad, la
implicancia de los jueces que sirven en tribunales colegiados es conocida y
resuelta por el mismo tribunal con exclusión del miembro o miembros de cuya
implicancia se trata.12
La recusación de un Juez de letras será conocida por la respectiva Corte
de Apelaciones.13 Sin embargo, se ha discutido acerca de la competencia para
conocer de la recusación de un Juez del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal.
Hay quienes sostienen que este incidente debe ser conocido por la respectiva
Corte de Apelaciones, en razón de la norma recién comentada. Sin embargo,
otros afirman que el incidente debe ser conocido por el mismo tribunal
colegiado, fundados en lo establecido en los incisos 1° y 3° del artículo 76 del
CPP, que así lo dan a entender, y se hacen cargo de la cita legal en que se

8
Art. 74 inciso 1° COT.
9
Art. 17 COT.
10
Art. 284 CPP.
11
Art. 76 CPP.
12
Arts. 203 COT y 116 CPC.
13
Art. 204 inciso 1° COT.
5

funda la primera posición señalando que dicho precepto se refiere a los


Jueces de Letras que constituyen un tribunal unipersonal y no alcanza a los
Jueces letrados de un tribunal colegiado. Además, en apoyo de esta última
tesis, María Inés Horvitz14 sostiene que es la única que permite la resolución
de la incidencia sin afectar gravemente la sustanciación del juicio.

Subrogación de los jueces orales.


La subrogación se hace por orden de antigüedad, comenzando por el
juez menos antiguo;15sin embargo, los jueces pertenecientes a estos
tribunales sólo pueden subrogar a otros jueces orales en lo penal.16
Pues bien, en todos los casos en que una sala de un tribunal de juicio
oral en lo penal no pudiere constituirse conforme a la ley por falta de jueces
que la integren, subrogará un juez perteneciente al mismo tribunal oral y, a
falta de éste, un juez de otro tribunal oral en lo penal de la jurisdicción de la
misma Corte, para lo cual se aplicarán análogamente los criterios de cercanía
territorial fijados para los jueces de garantía. Para estos fines, se considerará
el lugar en el que deba realizarse el juicio oral de que se trate.17
A falta de un juez de un tribunal de juicio oral en lo penal de la misma
jurisdicción, lo subrogará un juez de garantía de la misma comuna o
agrupación de comunas, que no hubiere intervenido en la fase de
investigación.18
Si no fuere posible aplicar ninguna de las reglas anteriores, sea porque
los jueces pertenecientes a otros tribunales de juicio oral en lo penal o a los
juzgados de garantía no pudieren conocer de la causa respectiva o por razones
de funcionamiento de unos y otros, actuará como subrogante un juez
perteneciente a algún tribunal oral penal que dependa de la Corte de
Apelaciones más cercana o, a falta de éste, un juez de un juzgado de garantía
de esa otra jurisdicción.19
En defecto de las reglas precedentes, resultará aplicable lo dispuesto
en el artículo 213 del COT o, si ello no resultare posible, se postergará la
realización del juicio oral hasta la oportunidad más próxima en que alguna
de las reglas precedentes resulte aplicable.20

c.- Citación de los intervinientes y demás participantes.


El Juez presidente de la Sala ordenará, por último, que se cite a la
audiencia a todos quienes debieren concurrir a ella. El acusado deberá ser
citado con, a lo menos, siete días de anticipación a la realización del juicio,
bajo los apercibimientos previstos en los artículos 33 y 141 inciso 4° del CPP,
esto es, de ser detenido o sometido a prisión preventiva.
Además de la notificación de la resolución que dispone su
comparecencia, se les hace saber a los citados la ubicación del tribunal, la
fecha y hora de la audiencia, la identificación del proceso y el motivo de su
citación. Al mismo tiempo se les advierte que si no comparecen
injustificadamente, pueden ser conducidos por medio de la fuerza, quedan
obligados al pago de las costas que causaren y se les pueden imponer
sanciones. También se les indica que deben comunicar y justificar ante el
tribunal todo impedimento.

14
Ob cit., tomo II, pág. 259.
15
Art. 210 B COT.
16
Art. 210 A COT.
17
Art. 210 inciso 1° COT.
18
Art. 210 inciso 2° y 195 inciso 2°, N° 3, COT.
19
Art. 210 inciso 3° COT.
20
Art. 210 inciso final COT.
6

De conformidad a la facultad legal,21 se ha hecho frecuente notificar a


los fiscales y defensores a través de correo electrónico o fax, mecanismos que
han resultado ser eficientes y económicos.
Finalmente, si se trata del acusado privado de libertad, la notificación
respectiva debe hacerse en persona en el establecimiento o recinto en que
permaneciere, mediante la entrega por un funcionario del establecimiento y
bajo la responsabilidad del jefe del mismo, del texto de la resolución
respectiva. El tribunal puede remitir tales resoluciones por cualquier medio
de comunicación idóneo, tales como fax, correo electrónico u otro. Sólo de un
modo excepcional y mediante resolución fundada el tribunal puede disponer
que la notificación se practique en el recinto en que funcione.22

13.2.3.- Suspensión de la audiencia y del juicio oral.


Los principios de continuidad y concentración exigen la mayor
aproximación posible entre el inicio del debate y la recepción de la prueba con
el pronunciamiento jurisdiccional, el ideal es que todo ello se desenvuelva en
una sola audiencia o en audiencias consecutivas. De este modo, se aleja la
posibilidad de que el tribunal olvide lo acontecido y percibido en el juicio.
De otro lado, estos principios son plenamente funcionales a la garantía
que tiene el imputado de ser juzgado en un tiempo razonable.
En consecuencia, el debate debe realizarse durante todas las
audiencias o sesiones consecutivas que sean necesarias hasta su finalización,
admitiendo únicamente los recesos requeridos para el descanso diario y
recuperar la atención, atendida la extensión de las jornadas de trabajo.

a.- Suspensión de la audiencia.23


Así como la ley procesal permite los recesos, la audiencia también
puede ser suspendida, es decir, se faculta al tribunal para cortar esta
continuidad de sesiones, pero sólo hasta por dos veces y por el tiempo mínimo
necesario de acuerdo al motivo que la justifique.
Se trata de una facultad del tribunal y la causal de procedencia es
genérica, “casos de absoluta necesidad”, de modo que los motivos que se
aduzcan en ese sentido habrán de ser analizados y ponderados en cada caso.
Si el tribunal decide suspender la audiencia debe comunicar
verbalmente la fecha y hora de su continuación, lo que se tendrá como
suficiente citación, y, al reanudar la audiencia, el juez presidente hará un
resumen de los actos realizados hasta ese momento.

b.- Interrupción del juicio.24


El juicio se interrumpe o suspende por las causales de sobreseimiento
temporal señaladas en el artículo 252 del CPP.
En este caso, no se trata de una facultad del tribunal, sino de una
obligación impuesta por causa legal, por lo que frente a una de esas causales
de sobreseimiento temporal el tribunal debe necesariamente proceder a
decretar la suspensión del juicio.
Sin perjuicio de lo anterior, si se trata de la causal de rebeldía del
acusado es necesario distinguir varias situaciones:
* Si al imputado se le hubiere otorgado la posibilidad de prestar
declaración en el juicio oral y el tribunal estima que su ulterior presencia no
resulta indispensable para la prosecución del juicio.
En este caso el tribunal puede disponer que el juicio continúe y finalice.

21
Art. 31 CPP.
22
Art. 29 CPP.
23
Art. 283 inciso 1° CPP.
24
Art. 283 inciso 2° CPP.
7

* Si al imputado se le hubiere otorgado la posibilidad de prestar


declaración en el juicio oral y sólo faltare la dictación de la sentencia, puede
también el tribunal concluir el juicio.
* Si al imputado no se le ha otorgado aún la posibilidad de prestar
declaración en el juicio oral o, habiéndolo hecho, se estima que su posterior
presencia es indispensable para la prosecución del juicio, el tribunal deberá
suspenderlo.

La suspensión o interrupción por un período que exceda de diez días


impedirá la continuación de la audiencia o del juicio, debiendo el tribunal
decretar la nulidad de lo obrado en él y ordenar su reinicio.25

c.- Curso de la acción civil.


La norma del artículo 68 del CPP nos obliga a distinguir dos
situaciones:
* Si el juicio oral aún no ha comenzado y el procedimiento termina o se
suspende por cualquier causa (sobreseimiento definitivo o temporal, decisión
de no perseverar), sin resolución respecto de la acción civil.
En este caso la prescripción continúa interrumpida en tanto la víctima
presente su demanda en sede civil dentro de los sesenta días siguientes a
aquel en que se dispuso, por resolución ejecutoriada, la suspensión o
terminación del procedimiento.
* Si el juicio oral comenzó y luego se dicta sobreseimiento en lo penal,
el tribunal debe continuar con el juicio para el solo conocimiento y fallo de la
cuestión civil.

13.3.- La audiencia de juicio oral.

13.3.1.- Verificación de asistencia y declaración de inicio del


juicio.
La declaración de inicio del juicio constituye una solemnidad del
mismo. Antes de dar por iniciado el juicio el Juez Presidente de la Sala debe
verificar la asistencia de los intervinientes y la disponibilidad de los testigos,
peritos, intérpretes y demás personas que hubieren sido citadas a la
audiencia.
Deben estar presentes necesariamente el Fiscal,26 el acusado27 y el
defensor.28 Su presencia es requisito de validez del juicio.29
Como el imputado no puede ser juzgado en ausencia,30 si ha sido citado
legalmente y no comparece el día de la audiencia, deberá procederse conforme
lo señalan los artículos 99 y siguientes del CPP, esto es, suspender la
audiencia31 y decretar judicialmente su detención o prisión preventiva.32 Si
es habido, se realizará el juicio y si no lo es será declarado rebelde y se dictará
sobreseimiento temporal.33
Como ya vimos, distinta es la situación si el acusado compareció al
inicio del juicio y éste se declaró iniciado.
Si no comparece la víctima querellante, sin justificación, se declarará
abandonada la acción civil que hubiere interpuesto.34 En este caso el juicio

25
Art. 283 inciso 3° CPP.
26
Art. 284 CPP.
27
Art. 285 CPP.
28
Art. 286 CPP.
29
Art. 374 letra b) CPP.
30
Arts. 14 N° 3 letra d) del PIDCP y 93 letra i) CPP.
31
Art. 283 CPP.
32
Art. 33 inciso 3° CPP.
33
Art. 252 letra b) CPP.
34
Art. 64 CPP.
8

podrá continuar, sosteniendo la acusación el Ministerio Público, a menos que


se trate de algunas de las situaciones en que se produjo el forzamiento de la
acusación35 y sólo exista querellante particular, en este caso el juicio no podrá
continuar, pues el tribunal debe declarar abandonada la querella36 y no habrá
quien sostenga la acción penal.
Verificada la asistencia y una vez constatado que se reúnen las
condiciones necesarias el Juez Presidente declarará iniciado el juicio.
Parece adecuado comentar que, como la ley sólo exige la disponibilidad
de testigos y peritos, no es necesaria su presencia física al momento de iniciar
el juicio. Basta que el interviniente que los presenta asegure su
comparecencia y manifieste su disponibilidad al momento en que sea
solicitada su declaración, según el orden que la parte decida. De allí que, si
algún testigo o perito no estuviere disponible por causa injustificada, deba
solicitarse en ese momento su comparecencia forzada.

13.3.2.- Organización del tribunal.


La audiencia de juicio oral es el gran momento del tribunal colegiado,
allí se prueba su eficiencia y su capacidad de respuesta. El trío de jueces
distribuye su trabajo para efectuar una adecuada recepción del debate
propuesto por las partes y del material probatorio que se produzca.
El trabajo durante la audiencia se divide y los distintos roles de Juez
Presidente, Juez Redactor y tercer Juez se distribuyen a través de un sistema
de turno. De este modo, quien comienza presidiendo en el primer juicio, en el
segundo deberá redactar y en el tercero sólo actuará como tercer juez.
Durante la audiencia, resulta fundamental la labor que desempeña el
Juez Presidente de la sala37 a quien corresponde:
a) Dirigir y moderar el debate, pudiendo impedir que las alegaciones se
desvíen hacia aspectos no pertinentes o inadmisibles, pero sin coartar el
ejercicio de la acusación ni el derecho de defensa;38
b) Limitar el tiempo del uso de la palabra a las partes, fijando límites
máximos igualitarios para todas ellas o interrumpiendo a quien hiciere uso
manifiestamente abusivo de su facultad;39
c) Ejercer las facultades disciplinarias destinadas a mantener el orden
y decoro durante el debate y garantizar la eficaz realización del mismo;
d) Ordenar la producción de las pruebas;
e) Exigir el cumplimiento de las solemnidades que correspondieren;40
f) Ordenar la limitación del acceso de público a un número determinado
de personas, impedir el acceso u ordenar la salida de aquellas personas que
se presenten en condiciones incompatibles con la seriedad de la audiencia. 41
Los asistentes a la audiencia deben guardar respeto y silencio mientras
no estuvieren autorizados para exponer o debieren responder a las preguntas
que se les formularen. No podrán llevar armas ni ningún elemento que
pudiere perturbar el orden a la audiencia. No podrán adoptar un
comportamiento intimidatorio, provocativo o contrario al decoro.42

35
Art. 258, 270 inciso 3° y 462 CPP.
36
Art. 120 y 121 CPP.
37
Art. 17 inciso 2° del COT.
38
Según María Inés Horvitz, ob cit., tomo II, pág. 259, la pertinencia de las alegaciones estará dada, en general,
por el marco de los escritos de acusación y de la contestación a la misma, si la hay, o del alegato de apertura de
la defensa. Con relación al interrogatorio de testigos y peritos, cobra gran importancia el señalamiento de los
puntos sobre los que habrán de recaer sus declaraciones. Las cuestiones de admisibilidad se refieren tanto al
contenido de actuaciones cuya invocación resulta procedente en el juicio como a alegaciones permitidas. De este
modo el Juez Presidente no podrá admitir la invocación de antecedentes sobre salidas alternativas que no
prosperaron.
39
Por ejemplo: art. 338 inciso 1° CPP.
40
Por ejemplo: dar por iniciado el juicio, la individualización y juramento o promesa de testigos y peritos.
41
Arts. 292 CPP y 92 COT.
42
Art. 293 CPP.
9

Quienes infringieren las medidas sobre publicidad previstas en el


artículo 289 o lo dispuesto en el artículo 293 podrán ser sancionados de
conformidad con los artículos 530 ó 532 del COT, según correspondiere.43
Sin perjuicio de lo anterior, el tribunal podrá expulsar a los infractores
de la sala.
En caso de que el expulsado fuere el fiscal o el defensor, deberá
procederse a su reemplazo antes de continuar el juicio. Si lo fuere el
querellante, se procederá en su ausencia y si lo fuere su abogado, deberá
reemplazarlo.
Sobre el Juez redactor recae el peso de confeccionar la sentencia, por
ello durante el juicio deberá estar especialmente atento a las alegaciones de
las partes y a la prueba que se rinda. Sus apuntes, junto a los del Tercer
Juez, resultan fundamentales a la hora de efectuar la deliberación y redactar
la decisión de culpabilidad o inocencia.
Una vez leído el veredicto y dentro del plazo legal para dictar la
sentencia definitiva los jueces pueden recurrir al apoyo del registro de audio
para completar sus apuntes.

13.3.3.- Registro de la audiencia.


La regla procesal nos dice que la litigación ante el tribunal de juicio
oral en lo penal debe realizarse a través de la expresión verbal, prohibiendo
la posibilidad de efectuar presentaciones escritas.
Como ya tuvimos oportunidad de señalar, el juicio oral debe registrarse
íntegramente, pudiendo verificarse el registro por cualquier medio que
asegure fidelidad.44
En la práctica las audiencias de juicio oral se registran a través de un
soporte computacional de audio que luego se graba en discos compactos.
Además, se emplean mecanismos de seguridad adicionales, como son el uso
de grabadoras manuales, donde también se va registrando lo que ocurre en
la audiencia.
El valor del registro está dado por la circunstancia de que es una
manera fiel de demostrar el modo en que se desarrolló la audiencia, la
observancia de las formalidades previstas para ella, las personas que
intervinieron y los actos que se llevaron a cabo.45 En todo caso, el registro no
es la única forma de probar lo acontecido en la audiencia, desde ya existe la
posibilidad de producir prueba en el recurso de nulidad, para acreditar las
circunstancias que constituyeren la causal invocada,46 luego la omisión de
formalidades del registro sólo lo priva de valor cuando ellas no pudieren ser
suplidas con certeza sobre la base de otros elementos contenidos en el mismo
o de otros antecedentes confiables que dieren testimonio de lo ocurrido.
La conservación de los registros es responsabilidad de la Unidad de
Administración de Causas del Tribunal.47 Ahora, en caso de daño del soporte
material del registro que afectare su contenido, el tribunal debe ordenar su
reemplazo total o parcial por una copia fiel, que obtendrá de quien la tuviere,
si no dispusiere de ella directamente.
Los registros de las actuaciones judiciales son por regla general de libre
acceso para los intervinientes. Los terceros pueden en principio consultarlos,
cuando dieren cuenta de actuaciones que fueren públicas. En todo caso los
registros serán públicos transcurridos cinco años desde la realización de las
actuaciones consignadas en ellos.48

43
Art. 294 CPP.
44
Art. 41 del CPP.
45
Art. 42 CPP.
46
Art. 359 CPP.
47
Art. 43 CPP y 25 N° 4 COT.
48
Art. 44 CPP.
10

13.3.4.- Situaciones especiales que pueden plantearse al inicio del


juicio.

a.- Incidente de inhabilidad.


Si los hechos que constituyen la causal de implicancia o recusación
llegan a conocimiento de la parte con posterioridad al plazo de tres días,
contado desde la notificación de la resolución que fija la fecha del juicio, pero
antes del inicio del mismo, el incidente para reclamar la inhabilidad debe ser
promovido al iniciarse la audiencia; si lo hace después debe ser declarado
inadmisible por extemporáneo.49
Las inhabilidades son causas legales que, una vez constatadas y
declaradas, hacen que un Juez con competencia suficiente para conocer de
un determinado negocio judicial deje de tenerla, en razón de carecer de la
imparcialidad necesaria para intervenir en él.
Las implicancias y recusaciones han sido establecidas por el legislador
con el objeto de mantener entre las partes litigantes una perfecta y completa
igualdad frente al Juez llamado a juzgarlas. Si el Juez no mantiene esta
igualdad, significa que carece de la correspondiente y necesaria
imparcialidad; esto es, en sus decisiones se inclina a favor de una parte en
desmedro de la otra, por razones ajenas a las disposiciones legales llamadas
a resolver el conflicto jurídico ante él planteado.
También se afirma que existen razones de decoro y de prestigio para la
magistratura que aconsejan separar a ese Juez del conocimiento de un
asunto judicial, a pesar de ser absoluta y relativamente competente.
La ley no desea que ese Juez carente de imparcialidad conozca de un
determinado asunto judicial, y la manera de obtener esta finalidad es
haciéndolo perder su competencia para conocer de dicho asunto por causal
de implicancia o recusación declaradas.50
Las causales de implicancia y recusación son las mismas señaladas en
los artículos 195 y 196 del COT, mas respecto de los jueces con competencia
criminal el artículo 1°, N° 22, de la Ley N° 19.708, de 5 de enero de 2001,
agregó en el primero de los preceptos tres causales de implicancia especiales,
a saber:
“9° Haber intervenido con anterioridad en el procedimiento como fiscal
o defensor.
10° Haber formulado acusación como fiscal, o haber asumido la
defensa, en otro procedimiento seguido contra el mismo imputado, y
11° Haber actuado el miembro del tribunal de juicio oral en lo penal
como juez de garantía en el mismo procedimiento”.
El fundamento de estas causales dice relación con el conocimiento
previo que los jueces han adquirido respecto del tema a decidir y el respeto
de la división de funciones que impone el principio acusatorio. También por
la incompatibilidad psicológica que se genera al haber sido acusador o
defensor del mismo imputado en otro juicio.

b.- Incidente de incompetencia absoluta del tribunal.51


En cuanto a la reglamentación del incidente, no vemos inconveniente
para hacer aplicables a la especie las normas del CPC,52 artículos 101 y

49
Art. 76 incisos 2° y 3° CPP.
50
Artículo 194 COT.
51
En este momento procesal ya es extemporáneo alegar la incompetencia relativa, pues de acuerdo a lo establecido
en el artículo 74 inciso 1° del CPP, transcurridos que sean tres días desde la notificación de la resolución que fija
la fecha del juicio, se produce una especie de prórroga tácita de la competencia.
52
Arts. 52 del CPP y 193 del COT “Las cuestiones de competencia se regirán por las reglas que señalen al efecto
los Códigos de Procedimiento y las demás disposiciones legales”.
11

siguientes, que permiten a las partes promover cuestiones de competencia


por inhibitoria o por declinatoria.
En el caso que se analiza, se trata de un incidente de incompetencia
absoluta por vía de declinatoria,53 propuesto ante el tribunal que se estima
incompetente, indicándole cuál es el que se considera competente y
pidiéndole se abstenga del conocimiento del juicio.
Creemos que un artículo de esta naturaleza puede formularse durante
el juicio y hasta antes de la lectura del veredicto. Después de la manifestación
de la decisión de absolución o condena, sólo corresponderá intentar el recurso
de nulidad fundado en el motivo absoluto del artículo 374 letra a) del CPP.
La decisión de esta reclamación de incompetencia es previa, por lo que
no podrá decidirse el fondo en tanto no se determine la competencia. Si se
acoge el incidente el tribunal oral se abstendrá de continuar con el juicio y
remitirá los antecedentes al tribunal que se estime competente, todo lo
actuado hasta ese momento carece de valor. La impugnabilidad de esa
decisión depende de la interpretación que se haga respecto del sentido y
alcance de los artículos 290, 364 y 370 letra a) del CPP.
También podría ocurrir que el tribunal de oficio plantee el tema y remita
los antecedentes al que estime competente, trabándose o no contienda de
competencia por el otro tribunal. Trabada la contienda ésta será resuelta, en
única instancia, por el Tribunal superior común.54 En razón de la naturaleza
del tema, pensamos que el tribunal puede efectuar esta declaración hasta
antes del veredicto, sin embargo por eficacia procesal el estudio y decisión al
respecto debería realizarlo tan pronto llegue el auto de apertura a su poder.

c.- Excepciones de cosa juzgada y extinción de la responsabilidad


penal.
Se trata de excepciones de previo y especial pronunciamiento, de
naturaleza perentoria, que la ley permite oponer en la audiencia de
preparación de juicio oral o en el juicio mismo, según elección del
articulista.55
Si el defensor opta por oponer estas excepciones en el juicio oral, ¿cuál
es el momento oportuno para hacerlo?
En razón de las expresiones utilizadas “en el juicio”, pensamos que el
litigante interesado puede oponer las excepciones mencionadas desde que el
Juez Presidente de la Sala declara iniciado el litigio hasta los alegatos de
clausura, última oportunidad que tienen las partes para efectuar peticiones
al tribunal antes de la etapa de decisión.
Enseguida debemos determinar ¿cuál es el momento oportuno para
resolver el incidente?
Ello dependerá, en primer término, del momento en que se plantee la
cuestión y, enseguida, del mérito de los antecedentes que aporte el articulista,
distinguiendo las siguientes situaciones:

Al inicio del juicio.


a.- La defensa, normalmente, va a intentar probar la cosa juzgada o la
causal de extinción de responsabilidad penal a través de documentos, en cuyo
caso parece razonable, por economía, no avanzar en la ritualidad propia del
juicio hasta resolver el incidente. Sostenemos esta tesis de decisión previa en
la norma del artículo 290 del CPP, que dispone que los incidentes promovidos

53
Art. 111 CPC.
54
Arts. 190 y 192 COT.
55
Arts. 264, 265 y 271 CPP.
12

en el transcurso de la audiencia del juicio oral “se resolverán inmediatamente


por el tribunal”.
En este punto el tribunal colegiado efectuará una evaluación similar a
la que realiza el Juez de Garantía en la etapa intermedia, pudiendo adoptar
alguna de las siguientes actitudes:
a.1.- Si considera que esos antecedentes justifican suficientemente la
petición, resolverá de inmediato la excepción de previo y especial
pronunciamiento. Si la acoge, debe dictar sobreseimiento definitivo;56 en
cambio, si la rechaza debe continuar con la marcha del juicio y tal decisión
será inapelable.57
Es discutible esta última aseveración de que el sobreseimiento
definitivo se entienda inapelable, de acuerdo a lo previsto en los artículos 253,
290 y 364 del CPP. En todo caso, se trata de la decisión adoptada por tres
jueces que disminuyen la posibilidad de error, en relación a similar decisión
adoptada por un Juez de Garantía, que sí es apelable.
a.2.- En cambio, si el tribunal considera que tales antecedentes no son
suficientes para resolver, puede dejar su decisión para después del debate
probatorio y discusión final.
b.- Puede ocurrir, también, que el articulista plantee el incidente y
ofrezca probarlo durante el juicio en su dinámica normal. En este caso, habrá
que avanzar con la ritualidad del litigio hasta el momento de la decisión.

En los alegatos finales.


Nos parece extraño que un litigante espere hasta este momento para
plantear estas excepciones de previo y especial pronunciamiento, sin embargo
como el juicio aún está en tramitación creemos que no podría rechazarse el
incidente por extemporáneo. Seguramente, en este caso, la parte interesada
se valdrá de la prueba rendida durante la audiencia.

Decisión del incidente.


En las hipótesis a.2.- y b.- precedentes y en el caso que se plantee el
incidente en los alegatos finales, la decisión de las excepciones debe hacerse
una vez concluida la discusión, esto es, después de dichos alegatos y en forma
previa a la sentencia penal.
Si se acogen las excepciones en análisis, acto seguido el tribunal debe
sobreseer definitivamente la causa. En esta hipótesis no habrá lectura de
veredicto de absolución o condena, sino la comunicación de la decisión de las
excepciones y el sobreseimiento.
Por el contrario, si se rechazan tales excepciones, deberá comunicarse
verbalmente la decisión del incidente y luego dar lectura al veredicto de
absolución o condena.

Otra alternativa de solución.


Haciendo un inmediato contrapunto, podemos pensar en otra solución,
que se basa en la afirmación que iniciado el juicio oral sólo se puede poner
término a él a través de una sentencia absolutoria o condenatoria.
En virtud de esta segunda hipótesis, las excepciones en cuestión deben
ser resueltas en la sentencia definitiva, después de la tramitación de todo el
juicio y, en el evento de ser acogidas, lo que corresponde es absolver.
Lo que nos complica en esta alternativa es la necesidad de seguir
adelante con toda la ritualidad del juicio si se ha demostrado fehacientemente
la existencia de la excepción, pensemos por ejemplo en la muerte del acusado.

56
Art. 250 letras d) y f) del CPP.
57
Arts. 290 y 364 del CPP.
13

María Inés Horvitz58 señala sobre el particular que la forma de decidir


la excepción dependerá de si se controvierte o no su existencia. Si se produce
controversia acerca de la efectividad de sus presupuestos, el juicio debe
continuar con su tramitación normal, el imputado y su defensa deberán
rendir prueba para acreditar los presupuestos fácticos de la excepción y la
decisión deberá efectuarse en la sentencia definitiva, absolución si se acoge.
Estima que el sobreseimiento definitivo sólo puede dictarse cuando no exista
discusión entre las partes ni, por tanto, necesidad de rendir prueba, usando
la misma lógica de la solicitud de sobreseimiento definitivo efectuado por el
Ministerio Público al momento del cierre de la investigación.

Decisión reservada por el Juez de Garantía para el juicio oral.


La otra situación que generan estas excepciones dice relación con la
decisión del juez de garantía, en la audiencia de preparación, de dejar su
resolución para el juicio oral, por no ser suficientes los antecedentes de que
dispone.
Si bien el artículo 277 del CPP nada dice en cuanto a la exigencia de
contener esa decisión en el auto de apertura de juicio oral, resulta evidente
que ella debe señalarse expresamente en uno de sus apartados. De otro modo,
el tribunal oral va a ignorar el incidente y procederá como si no se hubiese
planteado. Por el contrario, si el auto de apertura contiene esta mención, el
Juez Presidente del tribunal colegiado, junto con leer las acusaciones, hará
presente que el tema se encuentra pendiente de resolución, abriendo debate
sobre el particular y decidirá de acuerdo a las opciones ya descritas.

13.3.5.- Señalamiento de la acusación y alegatos de apertura.


Una vez iniciado el juicio, el Juez Presidente debe señalar las
acusaciones, que comprenden tanto la acusación del Fiscal como las
adhesiones y acusaciones particulares del o los querellantes, eventualmente
debe señalar también las demandas civiles que deberán ser objeto del juicio,
todas contenidas en el auto de apertura del juicio oral, único antecedente con
que el tribunal cuenta hasta ese momento.59
Luego, el mismo juez advertirá al acusado que debe estar atento a lo
que oirá y dispondrá, en su caso, que los peritos y los testigos hagan
abandono de la sala de la audiencia, pues antes de declarar no pueden
comunicarse entre sí, ni ver, oír ni ser informados de lo que ocurriere en el
juicio.60
En algunos tribunales orales el juez presidente lee a continuación las
convenciones probatorias, otros lo hacen después de los alegatos de apertura
y antes de comenzar la prueba.
Acto seguido el juez presidente de la sala dará la palabra al Fiscal, al
abogado del querellante, si lo hubiere, y al abogado defensor para que realicen
sus alegatos de apertura.
El alegato de apertura consiste en el discurso inicial de la parte, claro,
conciso y preciso, que contiene la promesa del litigante relativa a su teoría del
caso. Por su intermedio se plantea al tribunal la hipótesis central de lo que
ocurrió y a veces señala también los elementos de prueba a rendir. Puede el
litigante optar por un formato cronológico de discurso, o de acuerdo al peso
de las pruebas que ofrece; o por proposiciones fácticas; o de otras formas
según le parezca conveniente.
Para el tribunal es útil pues sirve de formato a seguir durante el juicio,
verificando si las promesas de las partes se cumplen dentro de la audiencia,
si se probó o no la teoría del caso, especialmente respecto de la teoría del

58
Ob cit, tomo II, pág. 264.
59
Art. 281 inciso 1º CPP.
60
Arts. 325 y 329 inciso final CPP.
14

Fiscal, quien debe vencer la presunción de inocencia que ampara al acusado


y el estándar de convicción que impone el tribunal.
En el caso de la defensa normalmente el alegato de apertura es la
efectiva aproximación de su posición respecto de la acusación o de su teoría
del caso alternativa.

13.3.6.- Alegaciones del acusado y su eventual declaración.


El derecho de defensa comprende tanto la asistencia técnica letrada
como la defensa material, es decir, el ejercicio de la misma por parte del propio
imputado.
El derecho de defensa material se concreta primordialmente a través de
lo que se conoce como el “derecho a ser oído” o el “derecho a declarar en el
proceso”.61
El derecho a ser oído faculta al imputado para formular los
planteamientos y alegaciones que considere oportunos.62
Concordante con lo anterior, una vez realizados los alegatos de
apertura, el Juez Presidente indicará al acusado que tiene la posibilidad de
ejercer su defensa, formulando personalmente tales planteamientos y
alegaciones.63
No se trata de su declaración acerca de los hechos sino de la expresión
de ideas o fundamentos en apoyo de su defensa o de otra naturaleza.
El Código dispone que en cualquier estado del juicio, el acusado podrá
solicitar ser oído, con el fin de aclarar o complementar sus dichos.64
En cuanto a la declaración del acusado en juicio, según el profesor
Alberto Binder “..la posibilidad de declarar del imputado debe ser entendida
del modo más amplio posible. El imputado tiene derecho a declarar en
cualquier instancia del proceso. Específicamente tiene el derecho particular
de declarar durante la instrucción, investigación o preparación de la
acusación. Además, tiene el derecho de declarar cuantas veces quiera, dentro
de lo razonable, durante el juicio”.65
En nuestro país, durante todo el procedimiento y en cualquiera de sus
etapas el imputado tendrá siempre derecho a prestar declaración, como un
medio de defensa. Dicho atestado no puede recibirse bajo juramento,
limitándose el tribunal a exhortarlo a decir verdad y a que responda con
claridad y precisión las preguntas que se le formulen.66
Si el acusado desea declarar en el juicio, se le permitirá, en primer
lugar, que manifieste libremente lo que creyere conveniente respecto de la o
las acusaciones formuladas. Luego, podrá ser interrogado directamente por
el Fiscal, el querellante y el defensor, en ese mismo orden. Finalmente el o los
jueces podrán formularle preguntas destinadas únicamente a aclarar sus
dichos.67
La declaración del imputado constituye un derecho y un mecanismo de
defensa,68 y en su faceta negativa implica que no puede ser obligado a
declarar en su contra.

61
Alberto Binder en su libro “Introducción al Derecho Procesal Penal”, Editorial Ad-hoc, Buenos Aires, 2ª
edición actualizada y ampliada, página 156.
62
Art. 8 CPP.
63
Art. 326 inciso 1º del CPP.
64
Art. 326 inciso final CPP.
65
Ob cit, , página 157.
66
Art. 98 incisos 1º y 3º CPP.
67
Art. 326 inciso 3º del CPP.
68
En este sentido se pronuncia el profesor Sabas Chahuán Sarrás, en artículo denominado “Notas sobre la
declaración de imputados y víctimas en el nuevo proceso penal”, publicado en La Semana Jurídica N° 110.
15

El derecho en estudio, entendido de esa manera, vale decir como


mecanismo de defensa, se encuentra expresamente consagrado en nuestro
ordenamiento jurídico.69
Desde el punto de vista del individuo, el llamado nemo tenetur se ipsum
accusare constituye un derecho de éste a guardar silencio frente al órgano
persecutor estatal y a su vez plantea la posibilidad para el sujeto de aceptar
declarar, como mecanismo de defensa, cuando lo estime conveniente.
Ahora, mirado desde el punto de vista del Estado, titular del ius
puniendi y garante de la paz social, el derecho a guardar silencio del particular
constituye un límite de la actividad persecutora, debiendo los órganos a cargo
de la investigación abstenerse de ejercer actos que tiendan a provocar una
confesión del imputado e invadir la esfera privada del individuo en busca de
datos, informaciones o pruebas de un delito.
El derecho a guardar silencio está íntimamente ligado a los derechos de
defensa y estado de inocencia.
El derecho de defensa surge desde el momento mismo de la imputación
criminal, e incluso ante la sola amenaza de ser objeto de ella y su
manifestación más directa y elemental es el derecho a declarar, esto es,
incorporar en el proceso informaciones o datos que el imputado considere
adecuados para su eficaz protección.
La declaración del imputado sólo puede emanar de su voluntad libre,
espontánea e informada, excluyéndose todas las hipótesis de confesión
provocada e incluso involuntaria.
El estado de inocencia, por su parte, sólo puede ser invertido por medio
de un justo y racional procedimiento y compete al órgano acusador probar el
hecho punible y la responsabilidad penal del imputado. En este contexto y en
cumplimiento de la carga procesal que pesa sobre el Estado, el imputado no
puede ser considerado como objeto de prueba, sino como sujeto procesal con
derechos y garantías.
La garantía en análisis es renunciable, en consecuencia el Estado
puede eventualmente sostener una acusación y fundar una condena en un
dato autoincriminatorio aportado en forma voluntaria por el imputado.
Entonces cobra vigor la información previa acerca de la existencia de la
garantía.
A la inversa, sobre el Estado pesa la obligación de advertir oportuna y
eficazmente acerca de la existencia del derecho, así como también la
prohibición de ejercer actos coactivos en contra de la garantía, como ocurre
con la tortura.
Mirado desde otra perspectiva, el derecho a guardar silencio y la actitud
de un acusado en ese sentido durante la audiencia no puede ser valorada por
el tribunal en su perjuicio.

13.3.7.- Seguimiento del juicio por el Tribunal.


El Juez Presidente de la sala debe velar porque se respeten durante la
audiencia los principios del juicio oral y público.
En cuanto a la oralidad, debe cuidar que las alegaciones y
argumentaciones de las partes se efectúen oralmente, también las

69
Arts. 8 de la CADH que consagra como garantía mínima de carácter judicial en su N° 2 letra g) el derecho a
no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y en el N° 3 expresa que la confesión del
inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza; 14 del PIDCP, que en su N° 3 letra
g) consagra la garantía mínima de una persona de no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse
culpable; 19 N° 7 párrafo f) de la CPR, que dispone que en las causas criminales no se podrá obligar al inculpado
a que declare bajo juramento sobre hecho propio; y 93 letra g), 91, 98 y 326 del CPP. La primera disposición
consagra como derecho y garantía especial del imputado guardar silencio o, en caso de consentir en prestar
declaración, a no hacerlo bajo juramento. Los artículos 91 y 98 citados, por su parte regulan la esfera de protección
del ejercicio del derecho del imputado a declarar. Finalmente, el artículo 326 señala la forma en que se procederá
cuando el imputado desee declarar ante el tribunal del juicio.
16

declaraciones del acusado, testigos y peritos, y en general toda intervención


de quienes participen en la audiencia. Las resoluciones deben ser dictadas y
fundamentadas verbalmente por el tribunal.70
No deben admitirse argumentaciones o peticiones por escrito, salvo
respecto de quienes no pudieren hablar, que podrán intervenir por escrito.
La audiencia es pública, pudiendo asistir a ella quienes lo deseen,
cumpliendo mínimas medidas de seguridad (identificación y mecanismos de
detección de instrumentos metálicos). Excepcionalmente, el tribunal puede,
a petición de parte y por resolución fundada, adoptar medidas que restringen
la publicidad, cuando considere que ellas resultan necesarias para proteger
la intimidad, el honor o la seguridad de cualquier persona que debiere tomar
parte en el juicio o para evitar la divulgación de un secreto protegido por la
ley.71
Además debe preocuparse que todo el material probatorio que
presenten las partes sea incorporado de alguna de las formas que la ley
señala, adquiriendo el tribunal su convicción por la apreciación personal que
ha efectuado de la prueba.
Como las partes, o a lo menos el Fiscal, plantean al inicio del debate
su teoría del caso, sucede que el tribunal efectúa un seguimiento de la
audiencia concordante con la versión de los hechos que los litigantes han
puesto dentro de su conciencia.
El ente acusador debe tener presente que la redacción de su acusación
contiene sendas promesas que no puede dejar de cumplir. En efecto, si un
Fiscal pretende obtener una sentencia condenatoria, debe proporcionar al
tribunal el material probatorio suficiente e idóneo destinado a establecer cada
uno de los hechos contenidos en la acusación.
La defensa, por su parte, tiene fundamentalmente dos opciones: a)
Asilarse en el estado de inocencia de su representado, aseverando que la
prueba de la acusación es insuficiente. Pretenderá, entonces, desvirtuar la
prueba de cargo, a través del contraexamen y mediante la presentación de
pruebas de refutación; y b) Plantear una versión de los hechos alternativa,
distinta a la del Ministerio Público, en cuyo caso tiene la obligación de probar
los hechos en que la funda (defensa de coartada).
Cada uno de los jueces del tribunal debe estar atento a lo que sucede
en la audiencia, de modo que todos sus sentidos le permitan percibir el
mensaje de los litigantes y la información contenida en la prueba.
La inmediación permite al juez ponderar la credibilidad y verosimilitud
de una prueba no sólo por su contenido, sino también por la forma en que se
rinde e incorpora. Por ejemplo en la declaración de un testigo factores como
la actitud del mismo, si está nervioso o tranquilo, si es certero o duda, si se
demora al contestar, si esquiva la vista, entre otros, pueden incidir
directamente en su credibilidad. Otro tanto ocurre con la actividad inductiva
del litigante que, a través de gestos o preguntas prohibidas, intenta conducir
más allá de lo permitido las declaraciones de sus testigos.

13.4.- La prueba.
Concluida la fase inicial del juicio, que podríamos denominar
“apertura”, donde se fijó el objeto del litigio y las partes tuvieron oportunidad
de exponer sus argumentos preliminares, corresponde iniciar la fase
probatoria.
Probar significa convencer al juez sobre la certeza de la existencia de
un hecho.72

70
Art. 291 CPP.
71
Art. 289 CPP.
72
Claus Roxin en su obra “Derecho Procesal Penal”. Editores del Puerto, página 185.
17

Según Michele Taruffo,73 el instrumento que las partes utilizan para


demostrar la veracidad de sus afirmaciones, y del cual el juez se sirve para
decidir respecto a la verdad o falsedad de los enunciados fácticos, lo
constituye la prueba. En términos generales entiende como prueba cualquier
instrumento, método, persona, cosa o circunstancia que pueda proporcionar
información útil para resolver dicha incertidumbre. Así entendida constituyen
prueba tanto los instrumentos para adquirir información y que están
expresamente reglamentados por la ley (pruebas típicas) como aquellos que
la ley no regula expresamente (pruebas atípicas) pero que, sin embargo,
pueden servir para fundar la decisión sobre los hechos.
La prueba debe entregar al juez elementos para establecer si un
determinado enunciado, relativo a un hecho, es verdadero o falso. Se dice que
un enunciado fáctico es verdadero si se puede confirmar con pruebas, y es
falso si las pruebas con las que se cuenta confirman su falsedad; y no está
probado si en el proceso no se produjeron pruebas suficientes para demostrar
su verdad o falsedad. Según se dé una, otra u otra más de estas posibilidades,
el juez decidirá diversamente, y obtendrá diferentes consecuencias jurídicas.
Para Julián López la prueba es una verificación de afirmaciones que se
lleva a cabo utilizando los elementos o fuentes de prueba de que disponen las
partes y que se incorporan al proceso a través de medios de prueba y con
arreglo a ciertas garantías.74
Los elementos de prueba son datos objetivos que se incorporan
legalmente al proceso, capaces de producir un conocimiento cierto o probable
acerca de los extremos de la imputación delictiva.
Medio de prueba es el procedimiento formal establecido por la ley
tendiente a lograr el ingreso del elemento de prueba en el proceso, debiendo
respetar un cúmulo de garantías relativas a su licitud.
Se busca asegurar que la convicción del tribunal se base en elementos
racionalmente aptos para proporcionar el conocimiento de los hechos y que
ellos sean producidos con respeto de las garantías constitucionales y legales.

13.4.1.- Sistema probatorio.


En el nuevo sistema de justicia penal las partes disponen de libertad de
medios y los tribunales tienen libertad para apreciar la prueba así producida.
Sin embargo, el legislador señaló límites racionales a esta libre valoración,
consistentes en el respeto de los principios de la lógica (permanentes e
invariables), las máximas de la experiencia (contingentes y variables en el
tiempo y lugar) y los conocimientos científicamente afianzados.75
En consecuencia, los hechos y circunstancias pueden ser probados por
cualquier medio, con la salvedad de que tales elementos de prueba se
produzcan e incorporen al juicio de conformidad a la ley.76
Sea que le llamemos sana crítica racional, libre convicción o de otra
manera, el tribunal tiene ahora libertad para apreciar el valor probatorio de
los elementos incorporados a juicio y sobre él pesa la obligación de plasmar
en su sentencia los criterios rectores antes mencionados y justificar de qué
manera llega a los hechos que da por establecidos. Dicha condición legal aleja
la posibilidad de una apreciación arbitraria de la prueba rendida.
Esta forma de apreciar la prueba y de fundar los fallos es coherente con
el régimen de recursos establecido en el CPP, carecería de sentido si no
existiera una vía posterior para controlar el respeto a dichas restricciones. La
libertad del juez para valorar la prueba no puede entenderse como una

73
En artículo denominado “Consideraciones sobre prueba y verdad”, publicado en “La Prueba en el Nuevo
Proceso Penal Oral”, Editorial Lexis Nexis, año 2003, página 176.
74
López Julián, con Horvitz, María Inés, ob cit., tomo II, pág. 65 y 66.
75
Art. 297 CPP.
76
Art. 295 CPP.
18

relajación de la carga que tiene el Estado de probar los extremos de la


acusación y de satisfacer el estándar de convicción exigido para dictar
sentencia condenatoria.

13.4.2.- El objeto de la prueba.


El objeto de la prueba es aquello que puede ser probado, aquello sobre
lo cual debe o puede recaer la prueba.77
En el proceso penal, la prueba debe recaer sobre los hechos objeto de
la imputación (faz objetiva), sobre la participación punible del acusado (faz
subjetiva) y demás circunstancias jurídicas relevantes (por ejemplo las
modificatorias de responsabilidad penal), sea para justificarlas o para
desvirtuarlas.
En virtud del principio de inocencia, todos los hechos importantes para
la decisión judicial deben ser probados, ya sea de un modo directo o a través
de indicios e inferencias.
Se excluye tradicionalmente al derecho como objeto de prueba, sin
embargo su consideración tiene una importancia relevante en la
determinación de los hechos a probar. En efecto los enunciados fácticos se
identifican sobre la base de criterios jurídicos, representados esencialmente
por las normas que se consideran aplicables al caso concreto.
Tampoco son objeto de prueba los hechos públicos, notorios o
generalmente conocidos78 y aquellos otros que han sido objeto de una
convención probatoria (no controvertidos).79 Se trata de hechos que no
requieren de prueba y por eso la ley faculta al Juez de Garantía para que, en
la audiencia de preparación respectiva, al depurar el material probatorio que
llegará a juicio oral, excluya aquellos elementos de justificación cuya finalidad
sea demostrar o desvirtuar su existencia. Otro tanto podrá hacer el tribunal
oral al momento de dictar sentencia, omitiendo considerar dicha prueba por
innecesaria.
Definido que el objeto de la prueba está constituido por hechos,
debemos ahora preguntarnos ¿cuáles hechos?

Hechos relevantes, secundarios e irrelevantes.


Desde ya debemos descartar como objeto de prueba aquellos hechos
absolutamente desligados de la imputación penal y que no prestan ninguna
utilidad en la decisión del conflicto.
En cambio, los hechos relevantes, pertinentes, principales o
directamente importantes, esto es, aquellos cuya demostración -existencia
o inexistencia – influye en la decisión de la causa, que constituyen la
condición o el presupuesto para la verificación de los efectos jurídicos
previstos por la norma penal, son naturalmente objeto de prueba.
Como ya se adelantó, es la norma penal la que define y califica como
relevante un hecho, funcionando como criterio de selección. En efecto, desde
la infinidad de sucesos del mundo real elige aquellos que resultan relevantes
para su aplicación, esto es, todos aquellos que, individualmente o en su
conjunto, permitan establecer o cuestionar los elementos del delito, la
participación punible del acusado y las circunstancias modificatorias de la
responsabilidad penal.
En la práctica, se suele observar que las narraciones de hecho de la
acusación y de la defensa contienen también circunstancias accidentales que
carecen de toda importancia para la resolución de la controversia, más no

77
José Caferatta Nores, citado por Cristián Aguilar, ob cit, página 81.
78
Art. 276 inciso 1° CPP.
79
Art. 275 CPP.
19

deben ser confundidas con otros hechos cuya relación con los elementos
esenciales de la controversia son más tenues, pero inciden en la decisión: se
trata de los hechos secundarios o indicios, por una parte, y de los hechos
sobre credibilidad de la prueba, por la otra.
Los hechos secundarios, llamados también indicios, adquieren
significado en el proceso cuando de ellos se puede extraer algún argumento
acerca de la verdad o falsedad de un enunciado sobre un hecho principal;
sirven de base a una presunción, aunque sólo tengan una relación remota
con el hecho objeto del proceso.80
Los hechos sobre credibilidad de la prueba sirven para valorar la
fiabilidad de un medio de prueba, permiten extraer una conclusión de la
calidad de un elemento probatorio.81 En ese sentido la prueba sobre
credibilidad es pertinente, puede ser ofrecida en la etapa de preparación o en
la audiencia de juicio oral, a través de la institución de la prueba sobre
prueba.82

13.4.3.- Carga o peso de la prueba.


En virtud de la presunción de inocencia que ampara al acusado,83
corresponde al acusador justificar ante el tribunal, más allá de toda duda
razonable, los hechos objeto de la imputación y sus circunstancias. Si no lo
hace, el acusado debe ser absuelto.
Sólo en el evento de que el acusado y su defensa planteen una teoría
del caso alternativa o aleguen la existencia de circunstancias de relevancia
para la calificación del hecho, la culpabilidad, participación o intensidad del
reproche, le corresponderá justificar esas aseveraciones, ya sea a través de
elementos de prueba propios o sirviéndose de aquellos que fueron aportados
por la contraria.
Para los efectos de la prueba de la acción civil el Código hace una
diferencia en cuanto a la determinación de la parte que debe probar,
disponiendo que esta materia del onus probandi se rige por las normas civiles.
En lo demás, esto es procedencia, oportunidad, forma de rendirla y
apreciación de su fuerza probatoria, se rige por las normas del CPP. Lo
anterior también es aplicable a las cuestiones prejudiciales civiles.84

13.4.4.- Fases de la actividad probatoria.


Por actividad probatoria se entiende el conjunto de actos destinados a
obtener la incorporación de los elementos de prueba al proceso, que se
desarrolla en cuatro momentos: proposición, admisión, rendición y
valoración.85

a.- Proposición.
Como ya tuvimos oportunidad de señalar, la proposición de la prueba
se desarrolla, por regla general, durante la etapa intermedia, disponiendo la
ley la forma en que ello debe ser realizado por el litigante, según el elemento
de prueba de que se trate.

80
Julián López señala un ejemplo bastante gráfico para distinguir hechos principales y hechos secundarios: en
una acusación por el delito de homicidio, el hecho de que el acusado disparó el arma homicida sería un hecho
principal, mientras que la existencia de un millonario seguro de vida del cual era beneficiario el acusado vendría
a ser un hecho secundario en cuanto, siendo absolutamente ajeno a la calificación jurídica del homicidio, podría
perfectamente operar como un indicio de que el autor de los disparos fue el acusado.
81
Así, por ejemplo, la prueba de que el único testigo presencial del homicidio sufre de una afección severa de su
capacidad de visión o tiene un motivo personal para desear la condena del acusado.
82
Art. 336 inciso 2° CPP.
83
Que tiene en Chile rango constitucional por el hecho de estar incorporada en los tratados internacionales
ratificados, a saber: Art. 8.2 CADH y 14.2 PIDCP.
84
Art. 324 CPP.
85
En este punto seguiremos a Julián López, ob cit., tomo II, pág. 138 y siguientes.
20

A través de ella se garantiza adecuadamente el derecho de defensa, en


cuanto éste comprende la facultad de conocer el contenido de la imputación
y los antecedentes que la fundan, excluyendo la posibilidad de emplear
durante el juicio prueba sorpresiva.
En consecuencia, sólo se podrá rendir en juicio la prueba
oportunamente ofrecida, salvo las hipótesis de prueba nueva y prueba sobre
prueba.86

b.- Admisión.
La fase de admisión se desarrolla principalmente ante el juez de
garantía durante la audiencia de preparación del juicio oral, señalando éste,
después del debate de rigor, las pruebas admitidas en el respectivo auto de
apertura.
Por su parte la declaración de inadmisibilidad (exclusión) se realiza
mediante una resolución fundada dictada en la misma audiencia.
El hecho de que la fase de admisión esté entregada principalmente al
juez de garantía, y que la exclusión de prueba no se incorpore entre las
menciones del auto de apertura tiene por objeto asegurar que ni la prueba
excluida ni el hecho de la exclusión lleguen a conocimiento del tribunal de
juicio oral.
Lo anterior no significa que el tribunal del juicio carezca absolutamente
de facultades para controlar la admisibilidad de la prueba al momento de su
incorporación. En efecto, el juez presidente de la sala dirige el debate y ordena
la rendición de las pruebas y al tribunal corresponde resolver los incidentes
que se promuevan. Por ejemplo al declarar inadmisible la petición de un
litigante de introducir a juicio un elemento de prueba no ofrecido
oportunamente, al rechazar la petición de prueba nueva o al prohibir la
lectura de registros o documentos que uno de los intervinientes pretende
hacer en violación de lo dispuesto en el artículo 334 del CPP.

c.- Rendición.
La inmediación importa que el Juez debe elaborar la sentencia de
acuerdo con las impresiones personales que obtiene del acusado y de los
medios de prueba.87 Es por ello que en nuestro ordenamiento se establece
que la prueba que ha de servir de base a la sentencia debe rendirse durante
la audiencia de juicio oral, salvas las excepciones expresamente previstas por
la ley.88
La única excepción a la regla indicada precedentemente está
constituida por la prueba anticipada (testimonial y pericial), solicitada,
admitida y recibida por el juez de garantía.89 Esta prueba se incorpora al
juicio oral mediante la lectura de los registros en que conste,90 siempre y
cuando el temor en que se fundó se haya concretado al momento de la
audiencia, esto es, que a esa fecha el testigo o perito hubiere efectivamente
fallecido, caído en incapacidad física o mental, estuviere ausente a larga
distancia o no pudiere declarar por cualquier otro obstáculo semejante. Si
esta circunstancia no se cumple al momento del juicio oral, la excepción que
permite su incorporación mediante lectura sencillamente no opera y el testigo
o perito debe comparecer y declarar en el juicio, sin que tenga valor alguno el
registro en que conste su declaración previa.

d.- Valoración.

86
Art. 336 CPP.
87
En este sentido el profesor Claus Roxin en su obra “Derecho Procesal Penal”. Editores del Puerto, página 102.
88
Art. 296 CPP.
89
Arts. 191, 192, 230 y 280 CPP.
90
Art. 331 letra a) CPP.
21

Esta fase se constituye por el análisis crítico que hace el tribunal de las
pruebas rendidas durante el juicio oral, con el objeto de decidir si se han
verificado o no las afirmaciones en las cuales se basa la acusación y la
defensa, y adoptar la decisión de absolución o condena.
Volveremos sobre este punto al estudiar la etapa de decisión.

13.4.5.- Forma de rendir la prueba.


Destaca María Inés Horvitz91 que, de conformidad con lo establecido en
el artículo 296 del CPP, la prueba que hubiere de servir de base a la sentencia
deberá rendirse durante la audiencia del juicio oral, salvas las excepciones
expresamente previstas en la ley. En efecto, conforme al inciso 2° del artículo
340 del CPP, el tribunal debe formar su convicción sobre la base de la prueba
producida durante el juicio oral, esto es, la que ha percibido por sí mismo
originaria e inmediatamente. En consecuencia, no podría basar su convicción
en el contenido de actas o documentos no introducidos legalmente al debate,
o en antecedentes conocidos fuera de las audiencias del juicio o después de
finalizado el mismo. Tales supuestos lesionan diversas garantías del debido
proceso, fundamentalmente el derecho a discutir y contradecir los medios de
prueba que servirán de fundamento a la dictación de la sentencia. Las
excepciones legales (prueba anticipada) no afectan este derecho, pues los
intervinientes siempre pueden comparecer a la audiencia correspondiente y
ejercer las facultades que les corresponderían en el juicio.
El juicio oral, público y contradictorio constituye un método, regulado
jurídicamente, de averiguación de la verdad acerca de la imputación. El
tribunal debe verificar los presupuestos legales de la pena a través de la
valoración de la prueba rendida ante sí, pero no de cualquier forma, sino de
un modo determinado. En palabras de Ferrajoli, el juicio debe desarrollarse
con las garantías procesales en materia de prueba y de defensa que hacen
posible la verificación y la refutación. Ofrecimiento de prueba obtenida
legítimamente, producción de la misma de forma directa e inmediata ante el
tribunal que juzga, carga de la prueba por parte del Estado, posibilidad de
refutación y contradicción por parte del acusado, libre convicción y
motivación de la sentencia, constituyen aspectos centrales del juicio que
instaura la nueva normativa procesal penal chilena.
Son las partes las que aportan y producen pruebas en el juicio oral,
determinan el orden en que la rendirán, limitándose el Código a señalar que
primero se recibirá la prueba de la acusación y de la demanda civil y luego la
prueba ofrecida por el acusado y su defensa.92
Lo anterior significa que los litigantes son libres para determinar la
oportunidad de incorporar sus pruebas, según lo estimen conveniente. Del
mismo modo son libres para no presentar o incorporar a juicio una o más de
sus pruebas ofrecidas.
María Inés Horvitz93 llama la atención sobre un problema práctico
bastante frecuente, referido al supuesto en que un mismo testigo o perito sea
presentado por ambas partes para declarar sobre puntos diferentes. De
acuerdo a las normas del Código, dicho testigo o perito debería ser, primero,
interrogado por el o los acusadores y contrainterrogado por la defensa y,
después, interrogado por la defensa y contrainterrogado por los acusadores.
Sin embargo, esa forma de proceder se torna molesta para la persona que
declara, quien debe estar a disposición del tribunal por un largo período de
tiempo, por ello, teniendo en cuenta razones de economía procesal los
tribunales orales permiten a las partes interrogar y contrainterrogar

91
Ob cit., tomo II, pág. 268.
92
Art. 328 CPP.
93
Ob cit., tomo II, pág. 271.
22

sucesivamente, en un solo acto, hasta agotar su declaración, quedando luego


liberado de su obligación de comparecencia.
Rendida la prueba por una de las partes y comenzada la de otro
interviniente, no puede luego intentar producir nuevamente prueba, aunque
se encuentre debidamente ofrecida, opera a su respecto la preclusión de su
derecho por consumación del acto procesal. Si se trata del Fiscal, ello ocurrirá
cuando el tribunal disponga recibir la prueba de otro de los litigantes y
tratándose de la defensa, precluirá su derecho a rendir prueba en la audiencia
cuando el tribunal dé paso al trámite siguiente, esto es, los alegatos de
clausura.
El Código reglamenta sólo la forma de rendir algunos medios de prueba,
y respecto de los otros dispone que su incorporación se adecue al medio de
prueba más análogo.
Veremos a continuación los medios de prueba expresamente
reglamentados.

a.- Testimonial.

Concepto e importancia.
Testigo es toda persona que ha tenido conocimiento de hechos
anteriores, coetáneos o subsiguientes al acontecimiento delictivo.94
La prueba por excelencia en el juicio oral está constituida por el
testimonio, ampliamente concebido, como declaración de un testigo, perito o
la víctima, en su doble estatus de persona que proporciona información
relevante en el juicio e interviniente.
La declaración del acusado se rige en parte por las mismas normas,
aunque no se trate de un testigo.
La inmediación y la posibilidad de examen y contraexamen que buscan
determinar la credibilidad del testigo y del testimonio han reperfilado la
prueba testimonial, cuyo descrédito era notorio en el antiguo sistema.

Proposición.
Para que las partes puedan servirse de la prueba testimonial en juicio
es preciso que la ofrezcan oportunamente, que individualicen adecuadamente
a los testigos y señalen los puntos sobre los que habrán de recaer sus
declaraciones. Sólo de ese modo la contraparte se encontrará en condiciones
de contraexaminar al testigo y refutar sus dichos.

Obligaciones de los testigos.


Persisten las obligaciones de los testigos de comparecer y declarar
verazmente.95 Si han sido citados legalmente y no comparecen pueden ser
apremiados y si compareciendo se niegan a declarar pueden ser sancionados
por desacato.96 La obligación de declarar oralmente cuanto sepan sobre los
hechos es un deber genérico que pesa sobre toda persona, debiendo prestar
colaboración a las autoridades públicas a cargo de la persecución penal.
Los apremios y sanciones que pesan sobre el testigo renuente sólo son
aplicables si la citación ha sido practicada en forma legal.97
Para evitar que el deber de comparecer a declarar perjudique al testigo
respecto de otras obligaciones que lo afecten, la ley establece que su
cumplimiento constituirá siempre suficiente justificación cuando su
presencia fuere requerida simultáneamente para realizar obligaciones
laborales, educativas o de otra naturaleza, prohibiendo que esta

94
En este sentido María Inés Horvitz, ob cit., tomo II, pág. 273.
95
Art. 298 y 306 CPP.
96
Art. 299 CPP.
97
Art. 33 CPP.
23

circunstancia pueda afectarle o producirle consecuencias jurídicas


adversas.98
Asimismo se establece que el testigo que carezca de medios suficientes
o viva sólo de su remuneración tiene derecho a que la persona que lo presente
le indemnice la pérdida que le ocasione la comparecencia a prestar
declaración y le pague, anticipadamente, los gastos de traslado y habitación,
si ello procediere. Tal derecho debe ejercerse en el plazo de veinte días desde
la fecha en que se presta declaración, so pena de entenderse renunciado. Si
existe desacuerdo los gastos serán regulados por el tribunal a simple
requerimiento del interesado, sin forma de juicio y sin ulterior recurso. Si se
trata de testigos presentados por el Ministerio Público, o por intervinientes
que gozan de privilegio de pobreza, la indemnización será pagada
anticipadamente por el Fisco y con este fin tales intervinientes deberán
expresar en sus escritos de acusación o contestación el nombre de los testigos
a quienes debiere efectuarse el pago y el monto aproximado a que el mismo
alcanzará. Todo lo antes señalado es sin perjuicio de lo que se resuelva en
definitiva respecto al pago de las costas de la causa.99
Excepciones a la obligación de comparecencia.
Se mantiene la excepción a la obligación de comparecencia para ciertas
personas, en razón de la dignidad de sus cargos o condición,100 disponiendo
para ellos una especial forma de declaración.101 Los casos son los que siguen:

a) El Presidente de la República y los ex Presidentes; los Ministros de Estado;


los Senadores y Diputados; los miembros de la Corte Suprema; los
integrantes del Tribunal Constitucional; el Contralor General de la República
y el Fiscal Nacional;

b) Los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, el General Director de


Carabineros de Chile y el Director General de la Policía de Investigaciones de
Chile;

c) Los chilenos o extranjeros que gozaren en el país de inmunidad


diplomática, en conformidad a los tratados vigentes sobre la materia, y

d) Los que, por enfermedad grave u otro impedimento calificado por el


tribunal, se hallaren en imposibilidad de hacerlo.

Con todo, si las personas enumeradas en las letras a), b) y d)


renunciaren a su derecho a no comparecer, deberán prestar declaración
conforme a las reglas generales. También deberán hacerlo si, habiendo
efectuado el llamamiento un tribunal de juicio oral en lo penal, la unanimidad
de los miembros de la sala, por razones fundadas, estimare necesaria su
concurrencia ante el tribunal.

Las personas comprendidas en las letras a), b) y d) serán interrogadas


en el lugar en que ejercieren sus funciones o en su domicilio. A tal efecto,
98
Art. 313 CPP.
99
Art. 312 CPP. Mediante Circular Normativa N° 19, de 29 de julio de 2004, la Tesorería General de la República
ha reglamentado el pago anticipado de la indemnización a testigos de partes con privilegio de pobreza, a que se
refiere el inciso 4° del mencionado artículo 312, instruyendo a las Tesorerías Regionales y Provinciales que el
monto de la referida indemnización será fijado por el juez de garantía respectivo y el pago se verificará una vez
que el tribunal notifique a la Tesorería correspondiente, para lo cual el interesado deberá presentar su cédula de
identidad, copia de la resolución que autoriza el pago, u otro documento que emane del Tribunal o del Ministerio
Público, que permita a la Tesorería comprobar que se trata de la misma orden que previamente le ha notificado el
tribunal; también podrá hacerse el pago a una tercera persona con poder notarial suficiente del beneficiario.
Tesorería emitirá un cheque nominativo a nombre del beneficiario.
100
Art. 300 CPP.
101
Art. 301 CPP.
24

propondrán oportunamente la fecha y el lugar correspondientes. Si así no lo


hicieren, los fijará el tribunal. En caso de inasistencia del testigo, se aplicarán
las normas generales. A la audiencia ante el tribunal tendrán siempre derecho
a asistir los intervinientes. El tribunal podrá calificar las preguntas que se
dirigieren al testigo, teniendo en cuenta su pertinencia con los hechos y la
investidura o estado del deponente.

Las personas comprendidas en la letra c) declararán por informe, si


consintieren a ello voluntariamente. Al efecto se les dirigirá un oficio
respetuoso, por medio del ministerio respectivo.
Según María Inés Horvitz el fundamento de estas excepciones responde
a la suscripción, por Chile, de diversos tratados internacionales que
reconocen inmunidad de jurisdicción a los representantes diplomáticos
acreditados en nuestro país.102

Excepciones al deber de declarar.


La ley contempla ciertos casos en que no obstante mantenerse el deber
de comparecencia, se faculta al testigo para no declarar en razón de ciertos
motivos expresamente señalados.
En primer lugar, se encuentran exceptuados de declarar el cónyuge o
el conviviente del imputado, sus ascendientes o descendientes y algunos de
sus parientes colaterales por consanguinidad o afinidad, su pupilo o su
guardador, su adoptante o adoptado. El tribunal antes de comenzar la
declaración debe informarlos acerca de su facultad de abstenerse. Si han
accedido a declarar, pueden en cualquier momento retractarse.103 El
legislador se puso en la situación de que el testigo a quien beneficie la facultad
de abstenerse no comprenda el significado de la misma, por su inmadurez o
por insuficiencia o alteración de sus facultades mentales. En estos casos, la
decisión de ejercer dicha facultad recae en el representante legal o, en su
caso, en un curador designado al efecto. Prestado el consentimiento, la
declaración deberá llevarse a efecto siempre en presencia del representante
legal o curador.
En virtud del principio de no autoincriminación, los testigos pueden
negarse a responder las preguntas cuya respuesta pudiere acarrearles peligro
de persecución penal o incriminar a alguno de los parientes mencionados en
el artículo 302 inciso 1º.104 Esta norma es una derivación del derecho que
tiene el imputado a guardar silencio o de no autoincriminarse, pero, además,
se extiende a la posible incriminación de ciertos parientes cercanos, pues en
estos casos el interés público al establecimiento de la verdad en el proceso
penal cede ante el interés, considerado superior, a la conservación de los
vínculos familiares y afectivos más inmediatos del imputado que,
evidentemente, se verían afectados si tales personas se sienten conminadas,
bajo amenaza penal, a declarar contra éste.
Otra excepción a la obligación de declarar está constituida por las
razones de secreto, respecto de aquellas personas que, por su estado,
profesión o función legal, como el abogado, el médico o el confesor, tengan el
deber de guardar el secreto que se les hubiera confiado, pero sólo en lo que
se refiera a dicho secreto. Si han sido relevados de su deber, no pueden los
testigos invocar esta excepción.105
El establecimiento de esta facultad es consistente con las sanciones
penales contempladas para quienes, ejerciendo alguna de las profesiones que
requieren título, revelen los secretos que por razón de ella se les hubieren

102
Ob cit., tomo II, pág. 277.
103
Art. 302 CPP.
104
Art. 305 CPP.
105
Art. 303 CPP.
25

confiado.106 En efecto, el ejercicio de diversas profesiones está regido por un


código deontológico y por normativas especiales que regulan los deberes
específicos de sigilo que incumben a los miembros de la respectiva profesión
y que, en muchos casos, son fundamentales para la propia existencia de la
relación profesional-cliente.
Es preciso destacar que esta facultad de abstenerse de declarar por
razones de secreto comprende no sólo a quienes ostenten un título
profesional, sino también a quienes por su estado o función legal deben
guardar secretos, como, en general, ocurre con los funcionarios públicos,
respecto de los secretos de que tuvieren conocimiento por razón de su cargo.
Se afirma que el secreto profesional no sólo constituye un deber – la
obligación del profesional de guardar reserva en torno a los hechos privados
que lleguen a su conocimiento en el ejercicio de su actividad – sino además
una forma de protección del propio profesional frente a la injerencia de
terceros en las actividades propias de su oficio.107
En el ámbito de la salud, el profesional médico es confidente forzoso de
quien solicita asistencia. De otra manera, el profesional no dispondría de la
información necesaria al buen manejo del caso. De allí que una postura
sostenga que el secreto médico es absoluto porque su revelación afecta la
buena marcha de la sociedad. Como señala Joaquín Ataz López,108 si el
profesional pudiera revelar los hechos de que tenga conocimiento por esta vía,
ello daría lugar a una perturbación social. En consecuencia, se prohíbe
revelar la información protegida por el secreto profesional teniendo en cuenta
intereses generales, no sólo los particulares del paciente.
Una postura distinta sustenta la tesis del secreto relativo, según la cual
habiendo justificación legal o deber moral, éste puede ser vulnerado y la
divulgación sería legítima.109 Sin embargo, la incorporación de razones
relativas a la moral no parece contener claros límites haciendo perder toda
fuerza al concepto de secreto y en consecuencia a la fortaleza del derecho a
la privacidad como derecho esencial, y sus vinculaciones con los derechos a
la intimidad, al honor y a la propia imagen.
En el plano médico, el secreto profesional es un aspecto de la relación
médico-paciente regulado por un Código de Ética específico. Lo mismo ocurre
en el caso de profesiones afines. La relevancia del secreto en el ámbito de la
salud radica en que su actividad permite al profesional acceder a información
confidencial sobre los modos de vida, hábitos y condiciones de las personas,
lo que les deja vulnerables a intromisiones o abusos. La información que se
entrega voluntaria o forzosamente al profesional tiene el solo objetivo de
facilitar el desempeño de sus funciones y debe mantenerse en reserva. Los
pacientes no necesariamente expresan que deseen ocultar o mantener en
secreto cierta información, pero ello se desprende del tipo de relación que
existe entre las partes. La persona que contrata a un facultativo o se somete
a sus cuidados le entrega la mayor cantidad de información posible para
obtener el mejor resultado posible. Es ésta una relación de necesidad y
cooperación mutua.

Obligación de ser veraz.


Toda persona llamada a declarar en juicio tiene la obligación de ser
veraz, no deben ocultar hechos, circunstancias o elementos acerca del
contenido de su declaración.110

106
Art. 247 inciso 2° CP.
107
En este sentido Lidia Casas Becerra, profesora e investigadora del Centro de Investigaciones Jurídicas de la
Universidad Diego Portales, en artículo denominado algunas reflexiones sobre el secreto profesional, publicado
en la página web de dicha Universidad.
108
Joaquín Ataz López, “Los Médicos y la Responsabilidad Civil”, Editorial Montecorvo, España, página 179.
109
Hernán Silva Silva, “Medicina Legal y Psiquiatría Forense”, Tomo II, Editorial Jurídica 1995, página 615.
110
Art. 298 inciso 1° CPP.
26

Antes de comenzar su declaración, el testigo deberá prestar juramento


o promesa de decir verdad sobre lo que se le preguntará, sin ocultar ni añadir
nada de lo que pudiere conducir al esclarecimiento de los hechos. Se exime
de este juramento o promesa a los testigos menores de dieciocho años y a
aquellos de quienes el tribunal sospeche que pudieren haber intervenido en
los hechos investigados. En tales casos se dejará constancia en el registro de
tal omisión y de sus causas.111
Como el testigo podría desconocer el significado y las consecuencias de
faltar al juramento o promesa de decir verdad durante su declaración, se
faculta al tribunal para instruir al testigo acerca del sentido del juramento o
promesa y de su obligación de ser veraz, así como de las consecuencias que
ello pudiera acarrearle. La infracción al juramento o promesa de decir verdad
constituye el delito de falso testimonio.112

Individualización del testigo y medidas de protección.


Antes de declarar el testigo debe ser individualizado por el juez
presidente de la sala, consultándole su nombre completo, edad, lugar de
nacimiento, estado civil, profesión, industria o empleo y su residencia o
domicilio.113
Si existe motivo para temer que la indicación pública del domicilio del
testigo pudiere implicar peligro para él u otra persona, el presidente de la sala
o el juez (en caso de prueba anticipada), podrá autorizar al testigo a no
responder a dicha pregunta y prohibirá la divulgación, en cualquier forma, de
su identidad o antecedentes que condujeren a ella.
La infracción a la prohibición precedente será sancionada con la pena
que establece el artículo 240 del CPC, tratándose de quien proporciona la
información y si ella fuere difundida por algún medio de comunicación social,
además se impondrá a su director una multa de diez a cincuenta ingresos
mínimos mensuales.
Comenta María Inés Horvitz114 que se trata de una importante
restricción a la publicidad del juicio oral, principio que cede ante la existencia
de un peligro concreto para la seguridad personal del testigo. Mas sólo se
autoriza omitir la indicación pública del domicilio del testigo en el juicio, no
su identidad, pues ello afectaría el derecho del imputado a controvertir su
credibilidad. Sólo se plantea una prohibición judicial de información o
divulgación de la identidad del testigo fuera del juicio.
El tribunal, en casos graves y calificados, puede disponer medidas
especiales destinadas a proteger la seguridad del testigo que lo solicite. Tales
medidas durarán el tiempo razonable que el tribunal determine y podrán ser
renovadas cuantas veces sea necesario. De igual forma el Ministerio Público,
de oficio o a petición del interesado, adoptará las medidas que fueren
procedentes para conferir al testigo, antes o después de prestadas sus
declaraciones, la debida protección. 115
Además, existen otros mecanismos de protección contenidos en
leyes especiales, mencionaremos los más importantes:
Tratándose de delitos contra la libertad e indemnidad sexual, el juez
puede, en cualquier momento, a petición de parte, o de oficio por razones
fundadas, disponer las medidas de protección del ofendido y de su familia
que estime convenientes, tales como la sujeción del implicado a la vigilancia
de una persona o institución determinada, las que informarán
periódicamente al tribunal; la prohibición de visitar el domicilio, el lugar de

111
Arts. 306 y 329 inciso 2° CPP.
112
Arts. 206 a 208 CP.
113
Art. 307 CPP.
114
Ob cit., tomo II, pág. 282.
115
Art. 308 CPP.
27

trabajo o el establecimiento educacional del ofendido; la prohibición de


aproximarse al ofendido o a su familia y, en su caso, la obligación de
abandonar el hogar que compartiere con aquél.116
El artículo 15 letra e) de la Ley N° 16.618 de Menores establece el
deber de otorgar protección inmediata a un niño, niña o adolescente que se
encuentre en situación de peligro grave, directo e inminente para su vida o
integridad física. Para ello la policía de menores podrá ingresar a un lugar
cerrado y retirar al menor afectado, poniendo los hechos en conocimiento del
juez de menores, del crimen o fiscal del Ministerio Público, según
corresponda.
En el artículo 30 de la Ley N° 20.000, que sanciona el tráfico ilícito
de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, se señala que, sin perjuicio
de las reglas generales sobre protección a los testigos contempladas en el CPP,
en cualquiera etapa del procedimiento, cuando el Ministerio Público estime,
por las circunstancias del caso, que existe riesgo o peligro grave para la vida
o la integridad física de un testigo o de un perito, de un informante o de un
agente encubierto o revelador y, en general de quienes hayan colaborado
eficazmente en el procedimiento, como asimismo de su cónyuge,
ascendientes, descendientes, hermanos u otras personas a quienes se
hallaren ligados por relaciones de afecto, dispondrá, de oficio o a petición de
parte, las medidas especiales de protección que resulten adecuadas. Agrega
que, para proteger la identidad de los que intervengan en el procedimiento,
su domicilio, profesión y lugar de trabajo, el fiscal podrá aplicar medidas tales
como:
a).- Que no consten en los registros de las diligencias que se practiquen
su nombre, apellidos, profesión u oficio, domicilio, lugar de trabajo, ni
cualquier otro dato que pudiera servir para la identificación de los mismos,
pudiéndose utilizar una clave u otro mecanismo de verificación, para esos
efectos;
b).- Que su domicilio sea fijado, para notificaciones y citaciones, en la
sede de la fiscalía o del tribunal, debiendo el órgano interviniente hacerlas
llegar reservadamente a su destinatario, y
c).- Que las diligencias que tengan lugar durante el curso de la
investigación, a las cuales deba comparecer el testigo o perito protegido, se
realicen en un lugar distinto de aquel donde funciona la fiscalía y de cuya
ubicación no se dejará constancia en el registro respectivo.
Esta norma se complementa con lo dispuesto en el artículo 36, en cuya
virtud si el Ministerio Público estima que existe riesgo para la seguridad de
estas personas podrá disponer que determinadas actuaciones, registros o
documentos sean mantenidos en secreto respecto de uno o más
intervinientes. Agrega que si bien es aplicable el artículo 182 del CPP, el
Ministerio Público podrá disponer que se mantenga el secreto hasta el cierre
de la investigación. Además, deberá adoptar medidas para garantizar que el
término del secreto no ponga en riesgo la seguridad de las personas sujetas a
protección.
El artículo 31 del mismo cuerpo de leyes agrega que, dispuesta la
medida recién señalada, el tribunal, sin audiencia de los intervinientes,
deberá decretar la prohibición de revelar, en cualquier forma, la identidad de
testigos o peritos protegidos, o los antecedentes que conduzcan a su
identificación. Asimismo, deberá decretar la prohibición para que sean
fotografiados, o se capte su imagen a través de cualquier otro medio.
La infracción de estas prohibiciones se sanciona con la pena de
reclusión menor en su grado medio a máximo, tratándose de quien
proporciona la información. Ahora, si la información es difundida por algún

116
Art. 373 ter CP.
28

medio de comunicación social, se impondrá, además, a su director una multa


de 10 a 50 UTM.
También constituye una medida de protección la posibilidad,
consagrada en el artículo 32 de la Ley en análisis, de que las declaraciones
de las personas protegidas sean recibidas anticipadamente, en cuyo caso el
juez de garantía podrá disponer que los testimonios se presten por cualquier
medio idóneo que impida la identificación física. Esta última precaución
también podrá ser dispuesta por el tribunal de juicio oral en lo penal, en su
caso. En estas hipótesis el tribunal debe comprobar en forma previa la
identidad del testigo o perito, consignando su verificación en el registro y
podrá resolver que se excluya del debate cualquier referencia a la identidad
de la persona sujeta a protección. Añade el precepto que, en ningún caso, la
declaración podrá ser recibida e introducida a juicio sin que la defensa haya
podido ejercer su derecho al contrainterrogatorio personalmente.
El artículo 33 dispone que, de oficio o a petición del interesado, durante
el desarrollo del juicio oral, o incluso una vez que éste hubiere finalizado, si
las circunstancias de peligro se mantienen, el fiscal o el tribunal otorgarán
protección policial a quien la necesitare.
Según el artículo 34 las medidas de protección precedentes pueden ir
acompañadas, en caso necesario, por otras medidas complementarias, tal
como la provisión de recursos económicos suficientes para facilitar la
reinserción del sujeto u otra que se estime idónea en función del caso.
Además, el artículo 35 faculta al tribunal, para el caso de ser necesario
para la seguridad de estas personas, autorizarlas para cambiar de identidad
con posterioridad al juicio. Para ello se contempla un procedimiento secreto
ante la Dirección Nacional del Servicio de Registro Civil e Identificación y
sanciones penales para el evento de infracción del deber de sigilo de las
autoridades públicas comprometidas en él.
Finalmente, de acuerdo al artículo 37 la violación del secreto de la
investigación y de la identidad de las personas sujetas a protección será
castigada penalmente.
La Ley N° 18.314 sobre conductas terroristas contempla medidas de
protección similares en sus artículos 15 a 20.

Declaración del testigo.


En cumplimiento de los principios de oralidad, inmediación y
contradicción la testimonial está constituida por la declaración personal del
testigo en la audiencia, sujetándose al interrogatorio de las partes, primero el
examen directo, efectuado por la parte que lo presenta, y luego el
contraexamen, consistente en el interrogatorio efectuado por la parte
contraria, finalmente el tribunal podrá formular preguntas con el solo fin de
aclarar sus dichos. Esta ritualidad que no puede ser sustituida por la lectura
de los registros en que constaren anteriores declaraciones o de otros
documentos que las contuvieren.117
Excepcionalmente se puede dar lectura a declaraciones anteriores en
los casos contemplados en los artículos 331 y 332 del CPP.
Si el testigo, por algún motivo grave y difícil de superar, no pudiere
comparecer a declarar a la audiencia del juicio, podrá hacerlo a través de
videoconferencia o a través de cualquier otro medio tecnológico apto para su
interrogatorio y contrainterrogatorio. La parte que los presente debe justificar
su petición en una audiencia previa especialmente convocada al efecto. De
accederse a lo pedido el testigo debe comparecer ante el tribunal con
competencia en materia penal más cercano al lugar donde se encuentren.118

117
Art. 329 incisos 1°, 3° y 4° CPP.
118
Art. 329 inciso final CPP.
29

No existen testigos inhábiles, sin embargo los litigantes pueden dirigir


al testigo preguntas tendientes a demostrar su credibilidad o falta de ella.119
Por razones de protección del testigo, los menores de edad sólo serán
interrogados por el juez presidente, debiendo los abogados litigantes dirigir
las preguntas por su intermedio.120
Cuando el testigo fuere sordo, las preguntas le serán dirigidas por
escrito; y si es mudo, dará por escrito sus contestaciones. En caso de que no
pudiere procederse del modo antes indicado, la declaración del testigo será
recibida por intermedio de una o más personas que pudieren entenderse con
él por signos o que comprendieren a los sordomudos. Estas personas deberán
previamente prestar juramento o promesa de decir verdad, a fin de que en su
labor se ciñan estrictamente a lo expresado por el testigo.121
Si el testigo se expresa en idioma extranjero o en lengua indígena,
deberán prestar declaración por medio de un intérprete o un facilitador
intercultural, quienes también deberán prestar juramento o promesa.122
Los testigos deben dar razón circunstanciada de los hechos sobre los
cuales declaran, expresando si los hubiere presenciado, si los dedujeren de
antecedentes que le fueren conocidos o si los hubiere oído referir a otras
personas.123
La regla precedente distingue entre testigos oculares directos, que
declaran sobre los hechos que han observado y los hallazgos que han
encontrado; testigos oculares que, además, deducen otros hechos a partir de
lo que observaron o encontraron; y los testigos de oídas.
Respecto del segundo tipo de testigos, esto es los que efectúan
deducciones, se suelen objetar las preguntas que piden conclusiones del
testigo bajo el argumento de que los testigos declaran únicamente sobre
hechos. La parte que los presenta normalmente defiende la pregunta sobre la
base de la norma del artículo 309 inciso final del CPP.
El conflicto planteado no parece ser un tema de interrogatorio
prohibido, sino más bien una cuestión de ponderación del valor probatorio de
ese testimonio, en razón de los conocimientos que asisten al testigo para
efectuar las deducciones que expone.
Pensamos que no existe problema para admitir una conclusión de un
testigo, si ella se basa en antecedentes que observó y en máximas de la
experiencia. Distinta es la situación si la conclusión del testigo requiere
necesariamente de conocimientos científicos o técnicos, en cuyo caso esa
conclusión sólo resulta procedente si proviene de un perito de la ciencia, arte
u oficio respectivo.
De otro lado, que el testigo deba dar razón circunstanciada de los
hechos sobre los cuales declara, no significa que se encuentre autorizada la
expresión de meras opiniones o conjeturas que no tienen por finalidad aclarar
si los hechos los presenció, o si los dedujo de antecedentes que le fueren
conocidos, o si los oyó referir a otras personas.

Métodos de interrogación y el incidente de objeción de pregunta.


En cuanto a los métodos de interrogación, el nuevo Código establece la
prohibición de efectuar algunas preguntas, distinguiendo el examen directo
del contraexamen. Así la parte que presenta a un testigo o perito no puede en
el examen directo formular preguntas sugestivas, esto es, interrogaciones que

119
Art. 309 inciso 1º CPP.
120
Art. 310 CPP.
121
Art. 291 inciso final CPP.
122
Art. 291 inciso 3° CPP.
123
Art. 309 inciso final CPP.
30

en su planteamiento contienen la respuesta o la sugieren. Sin embargo, este


tipo de preguntas están permitidas en el contraexamen.124
Expresa María Inés Horvitz125 que el fundamento de esta prohibición es
evidente, ya que la parte que presenta a un testigo lo hace porque su
testimonio favorece, total o parcialmente, las pretensiones de su parte y
porque el testigo se encuentra comprometido en algún grado con su versión
de los hechos. Y ello ocurre aun con el testigo más imparcial, pues puede
estar convencido de lo que ha presenciado o percibido. Se trata, en
consecuencia, de controlar y evitar que el interrogador conduzca la
declaración del testigo impidiendo al tribunal discernir el conocimiento que
proviene del propio testigo del que ha sido “puesto” por aquél. Sin embargo,
tal prohibición no rige ni tiene razón de ser en el contrainterrogatorio. En
efecto, aquí la parte que se enfrenta a un testigo hostil que, por ello, no está
dispuesto a colaborar con él o a uno cuya declaración puede ser perjudicial
para los intereses que representa. Al contrainterrogar, el interviniente puede
efectuar preguntas sugestivas al testigo e, incluso, confrontarlo con sus
propios dichos u otras versiones de los hechos presentadas en el juicio.
En el contraexamen, se puede confrontar al perito o testigo con sus
propios dichos u otras versiones de los hechos presentadas “en el juicio”.126
Lo mismo se aplica respecto del acusado que se allanare a prestar
declaración.
En ningún caso se admitirán preguntas engañosas, coactivas, ni
confusas.127
Como la ley no entrega el contenido de estas prohibiciones, corresponde
a los actores del sistema ir dándole sustancia a ellas. Lo que subyace detrás
de estas prohibiciones es el principio de litigación de buena fe.
Estas prohibiciones se fundan en el menoscabo de la libre voluntad de
acción y decisión, pues sólo la verdad obtenida legítimamente puede fundar
la sentencia penal.
Piensa María Inés Horvitz que, por su naturaleza de prohibiciones
absolutas, el tribunal puede actuar de oficio, sin necesidad de que
previamente se formulen objeciones.
Por último, recordemos que el juez presidente tiene facultad para
controlar la pertinencia y conducencia del debate, de lo que resulta otra
pregunta prohibida o inadmisible, cuál es la pregunta impertinente o
inconducente,128 vale decir aquella que se aparta del objeto del juicio y
específicamente del punto respecto del cual ha sido citado a declarar el
testigo.
La forma de impedir la realización de preguntas prohibidas en el juicio
oral es a través del incidente de objeción. Se trata de la oposición fundada
de uno de los litigantes a la formulación de una interrogación y persigue que
el testigo o perito no conteste.
Los litigantes deben estar atentos al momento en que la contraria
efectúa el examen directo o contraexamen, pues si se demora en plantear la
objeción y el testigo contesta la pregunta, supuestamente prohibida, habrá
precluido su derecho a oponerse.
El incidente comienza con la manifestación de la objeción, que debe ser
mínimamente fundada, y concluye con la evacuación del traslado por la
contraria. Por regla general, el tribunal abre debate y permite a la contraria
argumentar, en cuyo caso al resolver no procede el recurso de reposición. En
cambio, si el tribunal ha decidido la objeción sin abrir debate estimamos que

124
Art. 330 inciso 1º CPP.
125
Ob cit., tomo II, pág. 288.
126
Art. 330 inciso 2º CPP.
127
Art. 330 inciso 3º CPP.
128
Art. 292 inciso 1º CPP.
31

dicho recurso es procedente, no obstante la declaración genérica de


improcedencia de recursos contenida en el artículo 290 del CPP. Para ello
consideramos que debe hacerse primar por especialidad la norma del artículo
363 del mismo Código.
Puede el litigante reformular la pregunta objetada, terminando de ese
modo el incidente.

Testigo – perito.129
Es aquella persona que declara sobre hechos relevantes del juicio, pero
para cuya observación se requiere un conocimiento especial, como el policía
que concurre al sitio del suceso y que, por sus conocimientos anatomo-
patológicos, puede efectuar una descripción detallada de los sucesos
cadavéricos experimentados por el cuerpo de la víctima.
Respecto a la narración de los hechos el testigo experto está sujeto a
las reglas de los testigos, pues su percepción, en oposición a lo que sucede
con los peritos, es insustituible. En cambio, las aserciones propiamente
técnicas sobre los hechos deben ser objeto de un informe pericial, el que debe
ser evacuado conforme a las reglas generales sobre las pericias.
La circunstancia de que una persona reúna ambas calidades
simultáneamente no obsta a que comparezca y preste una sola declaración,
aplicándosele las reglas correspondientes según el tenor de las preguntas.

Término de la declaración y liberación del testigo.


Concluida la declaración del testigo éste quedará relevado de su deber
de comparecencia y podrá retirarse del tribunal o permanecer, si lo desea, en
la sala de audiencia como público. Sin embargo, a solicitud expresa de alguna
de las partes, el tribunal podrá autorizar un nuevo interrogatorio de los
testigos o peritos que ya hubieren declarado en la audiencia.130

b.- Pericial.
Para María Inés Horvitz131 el perito es una persona con conocimientos
especializados, un experto en determinadas materias. Por ello, a diferencia
del testigo, no declara sobre hechos concretos que le ha tocado percibir u oír,
sino sobre los principios y reglas que rigen determinados fenómenos o
actividades, cuya comprensión resulta, por lo general, inaccesible al no
especialista.

Importancia de la prueba pericial.


La prueba pericial procede en los casos que la ley determina y siempre
que para apreciar algún hecho o circunstancia relevante de la causa sean
necesarios o convenientes conocimientos especiales de una ciencia, arte u
oficio.132
Así sucede, por ejemplo, en los delitos contra la libertad sexual donde
se exigen los reconocimientos, exámenes médicos y pruebas biológicas
conducentes a acreditar el hecho punible e identificar a los partícipes.133
Ocurre lo mismo en los delitos contra la vida e integridad física de las
personas, donde son fundamentales los informes periciales tanatológicos y
médicos.134 También hemos tenido ocasión de observarlo en delitos de
incendio, donde los expertos en fuego son determinantes al momento de
definir si un siniestro fue o no provocado.

129
María Inés Horvitz, con Julián López, ob cit., tomo II, pág. 294.
130
Art. 329 inciso 5º del CPP.
131
Ob cit., tomo II, pág. 295.
132
Art. 314 inciso 2º CPP.
133
Art. 198 CPP.
134
Arts. 199 y 200 CPP.
32

Ofrecimiento y admisión de la prueba pericial.


La parte que desee presentar prueba pericial en juicio debe ofrecer
este medio oportunamente. En el caso del Fiscal debe hacerlo junto a la
acusación escrita, individualizando al perito e indicando sus títulos y
calidades;135 el querellante debe hacerlo junto a la acusación particular o
adhesión a la acusación, en los mismos términos;136 y la defensa puede
hacerlo por escrito antes de la audiencia de preparación o verbalmente en la
misma audiencia, con iguales indicaciones que los otros intervinientes.
Por razones de igualdad de armas y posibilidad de contradicción, las
partes deben llevar y entregar los informes periciales escritos y los
comprobantes que acreditan la idoneidad profesional del perito a la audiencia
de preparación,137 pues sólo de este modo los otros litigantes se encuentran
en condiciones de preparar el contraexamen y su eventual refutación. No
obstante lo anterior, recordemos que la prueba pericial en el juicio oral está
constituida por la declaración personal del perito ante el tribunal.138
El juez de garantía determina la prueba que se rendirá en el juicio oral,
señalándola expresamente en el auto de apertura.139 Admitirá los informes
periciales si considera que los peritos otorgan suficientes garantías de
seriedad y profesionalismo, pudiendo limitar su número cuando resultaren
excesivos o pudieren entorpecer la realización del juicio (reducción por
superabundancia).140

Requisitos del informe pericial.


El informe pericial debe emitirse con imparcialidad, ateniéndose a los
principios de la ciencia o reglas del arte u oficio que profesa el perito141 y
debe contener la descripción de la persona o cosa que fue objeto de él, del
estado y modo en que se hallaba, la relación circunstanciada de todas las
operaciones practicadas y su resultado, y finalmente las conclusiones a que
llegó.142 Sólo a través del cumplimiento de estos requisitos la parte interesada
puede controlar el procedimiento desarrollado por el perito hasta llegar a sus
conclusiones y verificar si efectivamente éste se ha ceñido a los principios o
reglas que rigen la ciencia o arte que desempeña.

Honorarios de los peritos.


Los honorarios y demás gastos derivados de la intervención de los
peritos corresponden a la parte que los presente, excepcionalmente puede
corresponder su financiamiento, total o parcial, al Estado cuando el tribunal
considere que la parte no cuente con medios suficientes para solventarlo o
cuando, tratándose del imputado, la no realización de la diligencia pudiere
importar un notorio desequilibrio en sus posibilidades de defensa. En este
último caso, el tribunal regulará prudencialmente la remuneración del
perito.143
En consecuencia, ya no es necesario que el profesional o experto
contratado por un interviniente tenga la calidad de perito judicial, optando
por un sistema informal de peritos presentados y pagados por las partes.
De otro lado, el Ministerio Público puede presentar como peritos a los
miembros de los organismos técnicos que les prestaren auxilio en su función

135
Art. 259 incisos 1 º letra e) y 2º CPP.
136
Art. 261 letra c) CPP.
137
Arts. 314 inciso 1º y 315 inciso 1º CPP.
138
Art. 329 inciso 1º del CPP.
139
Art. 277 letra e) del CPP.
140
Art. 316 inciso 1º CPP.
141
Art. 314 inciso final CPP.
142
Art. 315 CPP.
143
Art. 316 inciso final CPP.
33

investigadora, ya sea que pertenezcan a la policía, al propio Ministerio Público


o a otros organismos estatales especializados en tales funciones.144

Incapacidad para ser perito.


No pueden desempeñar las funciones de peritos las personas a quienes
la ley reconozca la facultad de abstenerse de prestar declaración
testimonial.145

Medidas de protección.
Al igual que en el caso de los testigos, la ley faculta al Ministerio Público
para adoptar medidas de protección para los peritos, autorizándolos para
pedir las medidas que tiendan a ello.146

Rendición de la prueba pericial.


Como ya se dijo, la declaración de los peritos en juicio debe ser personal
y no puede sustituirse por la lectura de registros en que constaren anteriores
declaraciones o de otros documentos que las contuvieren, sin perjuicio de lo
dispuesto en los artículos 331 y 332 del CPP.147 En lo demás, se aplican
supletoriamente las normas establecidas para la declaración de los
testigos.148

No obstante, de manera excepcional, las pericias consistentes en


análisis de alcoholemia, de ADN y aquellas que recayeren sobre sustancias
estupefacientes o psicotrópicas, podrán ser incorporadas al juicio oral
mediante la sola presentación del informe respectivo. Mas, si alguna de las
partes lo solicita fundadamente, la comparecencia del perito no podrá ser
substituida por la presentación del informe.149
Antes de prestar declaración, el perito será identificado por el juez
presidente de la sala, quien luego le tomará juramento o promesa de decir
verdad.
Al inicio de su declaración los peritos deben exponer brevemente el
contenido y conclusiones de su informe y, a continuación, son interrogados
por las partes.150 Esta situación permite la formulación de preguntas que
consideren las afirmaciones ya vertidas por el declarante en su exposición
inicial.
Los peritos no pueden ser inhabilitados. No obstante, durante la
audiencia del juicio oral pueden dirigírseles preguntas orientadas a
determinar su imparcialidad e idoneidad, así como el rigor técnico o científico
de sus conclusiones. Las partes o el tribunal podrán requerir al perito
información acerca de su remuneración y la adecuación de ésta a los montos
usuales para el tipo de trabajo realizado.151
Aunque se realiza con frecuencia, estimamos que no procede rendir la
pericial como una prueba compuesta, pues para los efectos del juicio lo que
vale es la declaración del perito en la audiencia, en un contexto contradictorio.
No procede, entonces, ofrecer el informe pericial como prueba documental y
la referencia que efectúa el artículo 315 del CPP, en cuanto se exige la entrega
del informe pericial por escrito, no debe entenderse realizada respecto del

144
Art. 321 CPP.
145
Art. 317 CPP.
146
Art. 322 CPP.
147
Art. 329 inciso 1º CPP.
148
Art. 319 inciso 1º CPP.
149
Art. 315 inciso final CPP.
150
Art. 329 inciso 3° CPP.
151
Art. 318 CPP.
34

tribunal del juicio, sino al juez de garantía, para que se pronuncie sobre su
admisibilidad.152

c.- Documental.
La prueba documental es aquella que se produce por medio de
documentos y documento es todo escrito en que se consigna un hecho.153
Se ha dicho también que los documentos son instrumentos escritos de
cualquier clase que tienen un contenido ideológico, en otras palabras,
manifestaciones representadas por caracteres, no importa sobre qué sustrato
material.154
Comenta María Inés Horvitz155 que en España la doctrina dominante
exige que el documento adopte la forma escrita en el ámbito probatorio,
fundamentalmente porque el modo para que surta efecto como elemento de
prueba es a través de su lectura, mientras que los demás soportes materiales
con señales diferentes de la escritura – como planos, mapas, fotografías o
grabaciones de sonido -, que deben ser descritos y exhibidos, reproducidos o
proyectados para posibilitar su percepción visual o auditiva, no son
documentos.
Dentro del concepto de documento se comprenden tanto los
documentos públicos como privados. Los primeros son aquellos autorizados
con las solemnidades legales por el competente funcionario,156 y los segundos
son aquellos que dejan constancia de un hecho sin solemnidad legal
alguna.157
El valor probatorio del documento, sea éste público o privado, lo
apreciará el tribunal libremente, dentro de los parámetros de la sana crítica,
incidiendo en dicha ponderación su origen, la certeza de los hechos de que da
cuenta y su concordancia con otros elementos de convicción.
La parte que desee rendir prueba documental debe ofrecerla
oportunamente, de modo que el tribunal oral sólo permitirá introducir a juicio
aquellos documentos que aparezcan mencionados dentro de las pruebas en
el auto de apertura.
En la audiencia misma los documentos deben ser leídos íntegramente
y exhibidos, con indicación de su origen (señalamiento de su procedencia o la
identificación de su suscriptor). Sin perjuicio de ello el tribunal podrá
autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura extractada o parcial del
documento, cuando ello pareciere conveniente y se asegurare el conocimiento
de su contenido.158 En consecuencia, como lo que ingresa al debate es el
contenido ideológico del documento y no su materialidad, no cabe
acompañarlos con las formalidades propias de la ritualidad civil y ponerlos a
disposición del tribunal sin su debida lectura.
Los documentos incorporados a juicio pueden ser exhibidos al acusado,
a los peritos o testigos durante sus declaraciones, para que los reconozcan o
se refieran a su conocimiento de ellos.159
Puede ocurrir que exhibido el documento para su reconocimiento se
ponga en tela de juicio su veracidad, autenticidad o falta de integridad, en
este caso la parte interesada puede ofrecer prueba sobre prueba, de
conformidad a lo establecido en el artículo 336 inciso 2° del CPP.
En razón de la oralidad e inmediación se prohíbe incorporar o invocar
como medios de prueba ni dar lectura durante el juicio oral, a los registros y

152
En este sentido María Inés Horvitz, ob cit., tomo II, pág. 301.
153
Manual de Derecho Procesal. Mario Casarino Viterbo. Tomo IV. Editorial Jurídica de Chile. Página 93.
154
En este sentido el profesor Claus Roxin en su obra “Derecho Procesal Penal”, página 246.
155
Ob cit., tomo II, pág. 304.
156
Art. 1698 inciso 2º CC.
157
Art. 1699 inciso 1º CC.
158
Art. 333 CPP.
159
Art. 333 parte final CPP.
35

demás documentos que dieren cuenta de diligencias o actuaciones realizadas


por la policía o el Ministerio Público.
Del mismo modo se prohíbe incorporar como medio de prueba o dar
lectura a actas o documentos que dieren cuenta de actuaciones o diligencias
declaradas nulas, o en cuya obtención se hubieren vulnerado garantías
fundamentales.160
Además, no está permitido invocar, dar lectura ni incorporar como
medio de prueba al juicio oral ningún antecedente que diga relación con la
proposición, discusión, aceptación, procedencia, rechazo o revocación de una
suspensión condicional del procedimiento, de un acuerdo reparatorio o de la
tramitación de un procedimiento abreviado.161
De otro lado, de acuerdo con lo establecido en el artículo 220 del CPP,
existen ciertos objetos y documentos que no pueden ser sometidos a
incautación y, por tanto, no cabe su utilización como elemento de prueba,
estableciéndose su invalorabilidad en el juicio oral.
Expone María Inés Horvitz162 que la exigencia de la indicación del origen
del documento plantea la cuestión de qué tratamiento debe darse a las cartas
o documentos anónimos o cuyo autor, siendo conocido, no es ubicable o no
es habido. Señala que se podría argumentar que esta prueba no está provista
de un mínimo control procedimental de aceptabilidad en su formación, como
ocurre con el documento público, o que impide ejercer el derecho al
contradictorio, si su presunto autor no comparece al procedimiento para ser
interrogado acerca de su contenido, por lo que no sería posible admitirlo en
juicio. Sin embargo, pareciera que el problema no es de admisibilidad sino de
valoración probatoria. Como señala Taruffo, la única consecuencia razonable
de una prueba con tales características es que deberá ser valorada con mayor
cautela, precisamente porque no ha sido controlada en su formación o no ha
permitido ser refutada a través del contradictorio.

d.- Los Objetos.


Son todas aquellas cosas o elementos de carácter material que tienen
relevancia probatoria para la determinación de los hechos del juicio.
Cuando hablamos de objetos en materia probatoria, nos referimos a
aquellos que al parecer sirvieron a la comisión del hecho investigado
(instrumentos del delito), los objetos materiales sobre los cuales recayó el
comportamiento delictivo o son producto de él (efectos del delito) y todos
aquellos objetos que contribuyen a acreditar directa o indirectamente algún
hecho relevante del caso (evidencia material), normalmente recogidos desde
el sitio del suceso o con ocasión de la investigación, con la debida
autorización.
Desde su recolección o incautación tales objetos deben ser debidamente
custodiados por el Ministerio Público para asegurar su integridad y
conservación.
Los actos materiales ejecutados por los funcionarios policiales y luego
por el Ministerio Público para evitar la alteración de los objetos se denomina
“cadena de custodia” y comprende, además del cuidado debido, el registro de
los movimientos de los objetos y la identificación de las personas que
hubieren sido autorizadas para reconocerlas o manipularlas.163
En la práctica se adosa al objeto un documento donde se registran los
movimientos.

160
Art. 334 CPP.
161
Art. 335 CPP.
162
Ob cit., tomo II, pág. 307.
163
Art. 188 CPP.
36

Los objetos deben ser ofrecidos oportunamente y, luego, considerados


en el auto de apertura. Una vez en el juicio deben ser exhibidos y podrán ser
examinados por las partes.164
Si los objetos se incorporan por el litigante respectivo en conexión con
sus testigos y peritos, podrá solicitar que los reconozcan o se refieran a su
conocimiento de ellos.
Para la exhibición y reconocimiento de los objetos y evidencias
materiales en conexión con la testimonial o pericial creemos que es necesario
que el testigo o perito, previamente, describa en forma mínima y adecuada la
evidencia material. De otro modo, se corre el riesgo que a través de la previa
exhibición del mismo se induzca el testimonio.

e.- Otros medios de prueba.


Dentro de los medios de prueba no regulados expresamente se
encuentran las películas cinematográficas, fotografías, fonografías,
videograbaciones y otros sistemas de reproducción de la imagen o del sonido,
versiones taquigráficas y, en general, cualquier medio apto para producir fe.
El tribunal debe determinar la forma de su incorporación, adecuándola, en lo
posible, al medio de prueba más análogo.165
Luego el Código complementa la forma de incorporación de estos
medios de prueba al señalar que las grabaciones, los elementos de prueba
audiovisuales, computacionales o cualquiera otro de carácter electrónico apto
para producir fe, se reproducirán en la audiencia por cualquier medio idóneo
para su percepción por los asistentes.
El tribunal podrá autorizar, con acuerdo de las partes, la reproducción
parcial o resumida de los medios de prueba mencionados, cuando ello
pareciere conveniente y se asegurare el conocimiento de su contenido. Todos
estos medios podrán ser exhibidos al acusado, a los peritos o testigos durante
sus declaraciones, para que los reconocieren o se refirieren a su conocimiento
de ellos.166
El litigante que desee incorporar estos medios de prueba a juicio debe
coordinar en forma previa con el tribunal oral la forma de reproducción idónea
y los medios con que debe contar para ello.

f.- La confesión.
El acusado no es un elemento de prueba, sino sujeto del proceso penal.
En cuanto tal, posee diversas garantías, una de las cuales es su derecho a
guardar silencio y a declarar sólo como medio de defensa.
Ahora bien, si el acusado decide declarar en el juicio oral, debe
someterse a las reglas del interrogatorio cruzado, según se desprende de lo
establecido en el artículo 326 del CPP.
La circunstancia de que al imputado penal no se le pueda tomar
juramento o promesa de decir verdad,167 no significa que tenga derecho a
mentir, de modo que, al prestar declaración el tribunal lo exhorta a ser veraz
y a responder con claridad y precisión las preguntas que se le formulen,
aclarando, en su caso, las contradicciones en que incurra.
En cuanto a los métodos de interrogación son aplicables las mismas
reglas señaladas para los testigos.168
Con ocasión de su declaración libre el acusado podría, eventualmente,
confesar el delito y su participación en el mismo o afirmar ciertos hechos o

164
Art. 333 CPP.
165
Art. 323 CPP
166
Art. 333 CPP.
167
Arts 19 N° 7 letra f) CPR y 98 CPP.
168
Art. 330 inciso final CPP.
37

circunstancias que sirvan de base al tribunal para establecer su


responsabilidad criminal. En tales supuestos, su confesión constituirá un
elemento de prueba en que puede fundarse la sentencia.

Utilización y validez de las declaraciones preliminares del


imputado en el juicio oral.
Creemos oportuno analizar en este momento las declaraciones
preliminares que el imputado puede prestar ante la policía169, ante el Fiscal170
o ante el Juez de Garantía,171 sus condiciones de validez y la forma en que
ellas pueden ser utilizadas en el juicio.

Declaración ante la policía.


En cuanto a la primera oportunidad señalada, el proyecto original del
Ejecutivo no contemplaba la facultad de interrogación autónoma de las
policías.172 Al ser incorporada se consideraron tres hipótesis de renuncia al
derecho a guardar silencio por parte del imputado, a saber: a) Con asistencia
de abogado defensor; b) Con renuncia adicional a su derecho a la asistencia
letrada, pero en presencia del Fiscal; y c) Con renuncia adicional a su derecho
a asistencia letrada y sin presencia del Fiscal.
Respecto a la primera situación, concordamos con lo sostenido por
Gonzalo Medina Schulz,173 en cuanto requiere para su validez la presencia de
un abogado defensor durante todo el proceso de declaración del imputado.
Así, resulta evidente la relación entre el derecho a la asistencia letrada y el
derecho a no declarar en perjuicio propio, pues el consejo adecuado sobre la
conveniencia de prestar declaración sólo puede ser evaluado por un técnico y
no por el propio imputado. Además, la práctica de la diligencia debe iniciarse
con el cumplimiento del deber de información de manera específica y clara
acerca de los hechos que se le imputan y los derechos que le otorgan la
Constitución y las leyes, previo a cualquier declaración.174
Una vez hechas las advertencias legales se podrá tomar declaración al
imputado.
Si el imputado decide declarar ante la policía, sin asistencia letrada,
pero en presencia del Fiscal, se deben adoptar previamente los resguardos ya
señalados de información de los hechos que se le imputan175 y de los derechos
que le asisten, luego se procederá a tomar la declaración. La mayor
desprotección que implica el no contar con un abogado asesor obliga a una
revisión más intensa del cumplimiento del deber de información y de la
voluntariedad de la renuncia.
Finalmente, el imputado puede allanarse a declarar ante la policía,
renunciando a su derecho a contar con un abogado y sin la presencia del
Fiscal. Se trata de un caso de delegación de funciones que requiere la
autorización del Fiscal y la máxima desprotección en que se encuentra el
imputado exige la mayor intensidad en el control de los requisitos de
procedencia.
En definitiva, si se cumplen las condiciones legales anotadas, podemos
estimar que la información obtenida en virtud de la declaración del imputado
y los otros elementos de prueba que se recaben a partir de ella son válidos,

169
Art. 91 CPP.
170
Art. 194 CPP.
171
Art. 98 CPP.
172
Emilio Pfeffer U., en su libro “Código Procesal Penal, Anotado y Concordado”, Editorial Jurídica de Chile,
año 2001, página 105.
173
En artículo denominado “La primera declaración del imputado y el derecho a no declarar en perjuicio propio”,
publicado en “La Prueba en el Nuevo Proceso Penal Oral”, Editorial Lexis Nexis, año 2003, página 48.
174
Art. 93 letra a) CPP, respecto de todo imputado y art. 135 del CPP, respecto del imputado detenido.
175
La información que se entregue en esta oportunidad debe ser la que señala el artículo 194 del CPP, pues al
estar presente el Fiscal, éste se encuentra en condiciones de hacerlo, en su calidad de letrado.
38

por ende, factibles de incorporar en el juicio oral y susceptibles de ser


valorados en la sentencia para configurar la convicción del tribunal. Por el
contrario, si no se han cumplido las condiciones legales, la defensa
perfectamente puede sostener en la audiencia de preparación la exclusión de
todos los medios de prueba que se deriven de esa declaración obtenida
ilegalmente, en tanto la vulneración afecte garantías fundamentales.176 De no
obtener la exclusión, de todas maneras puede plantear el tema de la ilicitud
de la prueba en el juicio oral solicitando se desestime su valor probatorio en
la sentencia. Finalmente, siempre le queda a salvo el recurso de nulidad por
la causal de infracción sustancial de derechos o garantías fundamentales.177
Sólo en el caso de la declaración prestada por el imputado ante la policía
y en presencia del Fiscal se pueden utilizar los registros obtenidos para hacer
un apoyo de memoria, en el evento que el acusado decida declarar en el
juicio.178
También pueden incorporarse mediante lectura esos registros en juicio
en las hipótesis excepcionales contenidas en las letras b), c) y d) del artículo
331 del CPP.

Declaración del imputado ante el Fiscal.179


Si el imputado se allana a declarar ante el Fiscal, antes de la
declaración se le debe informar respecto de los derechos que le asisten,
especialmente su derecho a guardar silencio y a ser asistido por un abogado,
y también, en forma detallada, cuál es el hecho que se le atribuye con todas
las circunstancias de tiempo, lugar y modo de comisión, en la medida
conocida, incluyendo aquellas que fueren de importancia para su calificación
jurídica, las disposiciones legales que resultaren aplicables y los antecedentes
que la investigación arrojare en su contra.
Sólo después de cumplidas esas exigencias legales se procederá a tomar
declaración al imputado.

Declaración del imputado ante el Juez de Garantía.180


Puede tener lugar durante las etapas de instrucción e intermedia,
debiendo siempre prestarse en audiencia a la cual podrán concurrir los
intervinientes en el procedimiento, quienes deberán ser citados al efecto.
Como ya señalamos el imputado no debe ser juramentado, limitándose
el juez a exhortarlo a que diga la verdad y a que responda con claridad y
precisión las preguntas que se le formularen.
Rige para esta declaración la forma y el orden señalados en el artículo
326 del CPP, ya analizado.
Los registros de las declaraciones del imputado, ante el Fiscal o ante el
Juez de Garantía, podrán ser utilizados durante el juicio por las partes en
apoyo de memoria si el acusado decide declarar. También pueden
incorporarse mediante lectura en las situaciones excepcionales contempladas
en las letras b), c) y d) del artículo 331 del CPP.

13.4.6.- Prueba nueva y prueba sobre prueba.


Como ya hemos indicado, con ocasión de los distintos elementos de
prueba, la regla general nos dice que sólo pueden rendirse en juicio aquellos
ofrecidos oportunamente por los litigantes y que hayan sido debatidos y
aceptados por el juez de garantía en la audiencia de preparación. A

176
Art. 276 inciso 3° CPP.
177
Arts. 277 inciso final y 373 letra a) CPP.
178
Art. 332 inciso 1° CPP.
179
Art. 194 CPP.
180
Arts. 98 y 326 CPP.
39

continuación analizaremos dos situaciones excepcionales y sus condiciones


de procedencia.

a.- Prueba nueva.


Excepcionalmente y a petición de alguna de las partes, el tribunal podrá
ordenar la recepción de pruebas que ella no hubiere ofrecido oportunamente,
siempre y cuando justifique no haber sabido de su existencia sino hasta ese
momento.181
No basta, entonces, con alegar la existencia de una prueba nueva, es
menester, además, que el litigante interesado acredite esa circunstancia al
tribunal del juicio. Lógicamente, si ese desconocimiento se debe en forma
exclusiva a negligencia de la parte no puede el tribunal admitir el ingreso de
esa prueba no ofrecida en su oportunidad.

b.- Prueba sobre prueba.


Si con ocasión de la rendición de una prueba surgiere una controversia
relacionada exclusivamente con su veracidad, autenticidad o integridad, el
tribunal podrá autorizar la presentación de nuevas pruebas destinadas a
esclarecer esos puntos, aunque ellas no hubieren sido ofrecidas
oportunamente y siempre que no hubiera sido posible prever su necesidad.182
En consecuencia, para que el tribunal acceda a esta forma excepcional
de rendir prueba en juicio deben cumplirse las siguientes condiciones:
 Que se esté rindiendo actualmente en el juicio una prueba ofrecida en
tiempo y forma.
 Que se controvierta por alguno de los litigantes la veracidad,
autenticidad o integridad de esa prueba.
 Que el litigante interesado, que promueve el incidente, ofrezca
presentar pruebas nuevas con el fin de aclarar los puntos anteriores, y
 Que no hubiera sido posible prever la necesidad de presentación de las
nuevas pruebas ofrecidas.
Para Julián López183 este último requisito debe ser interpretado por el
tribunal con la suficiente flexibilidad como para admitir en forma amplia la
prueba sobre credibilidad de la prueba como parte integrante de un modelo
de seguridad del contrainterrogatorio, esto es, como la posibilidad de
incorporar prueba para demostrar la falsedad de una respuesta dada por el
testigo o perito en la misma audiencia. En principio, debe entenderse que,
estando el testigo obligado a decir la verdad, es su propia declaración la
primera fuente de hechos que cuestionan su propia credibilidad y no puede
considerarse como previsible el hecho de que vaya a faltar a la verdad sobre
tales hechos durante el contrainterrogatorio. Entenderlo de otra manera,
impondría a las partes la necesidad de ofrecer toda la prueba sobre
credibilidad en la audiencia de preparación, recargándola a extremos
imprevisibles.
Afirma María Inés Horvitz184 que la norma es amplia y se refiere a
cualquier medio de prueba. Es perfectamente posible que se pueda alegar
falta de autenticidad o de integridad, o ausencia de veracidad de las
declaraciones, datos, información, mensajes, imágenes, u otro tipo de
contenido ideológico recogido en películas cinematográficas,
videograbaciones, fotografías, fonografías, versiones taquigráficas, software y,
en general, cualquier sistema de reproducción de la imagen o del sonido. Sin
embargo, ello no es tan evidente en el caso de los medios de prueba
personales, como testigos y peritos, cuando se trata de la falta de veracidad

181
Art. 336 inciso 1º CPP.
182
Art. 336 inciso 2º CPP.
183
Ob cit., tomo II, pág. 135.
184
Ob cit, tomo II, pág. 326.
40

de sus declaraciones. En efecto, la forma habitual de dejar en claro la


inconsistencia o las contradicciones en sus declaraciones será atacando su
credibilidad en el contrainterrogatorio, por ejemplo, a través de la lectura de
declaraciones anteriores. Además, en las personas puede presentarse una
situación especial: en tanto la percepción sensorial tiene límites diferentes en
los distintos sujetos, es posible que el testigo se represente como veraz la
declaración que emite aunque los hechos no hayan sucedido como él los
percibió e incurra en contradicciones evidentes. Algo similar podría ocurrir
con un perito que no dominara correctamente las reglas de la ciencia o arte
sobre la cual se ha solicitado su opinión experta o equivocase los hechos sobre
los cuales aplicó sus conocimientos. Por tanto, en su opinión, la falta de
veracidad que permitiría el recurso a esta norma debe recaer sobre hechos
concretos fácilmente verificables, no sobre percepciones u opiniones.

13.4.7.- Constitución del tribunal en lugar distinto a la sala de


audiencias.
Cuando lo considerare necesario para la adecuada apreciación de
determinadas circunstancias relevantes del caso, el tribunal podrá
constituirse en un lugar distinto de la sala de audiencias, manteniendo todas
las formalidades propias del juicio.185
En teoría, puede darse esta situación respecto de las personas
exceptuadas de la obligación de comparecer al tribunal, que deben ser
interrogadas en el lugar donde ejercen sus funciones o en su domicilio, en los
términos establecidos en el artículo 301 inciso 1° del CPP. También respecto
de evidencias materiales de grandes dimensiones que no puedan ser llevadas
a la sala de audiencias, o de inmuebles que requieran ser inspeccionados.
Entendemos que esta facultad puede ejercerla el tribunal a
requerimiento de los litigantes y en ningún caso de oficio, pues ello vulneraría
el principio contradictorio, en cuya virtud la prueba del juicio la aportan las
partes.

13.4.8.- Prohibición de utilización de registros o documentos de la


investigación.
Coherente con el principio de que la prueba que ha de servir de base a
la sentencia debe ser producida durante el juicio oral, se prohíbe incorporar
o invocar como medios de prueba o dar lectura en el debate a los registros y
demás documentos que dieren cuenta de diligencias o actuaciones realizadas
por la policía o el Ministerio Público.186 Con ello se quiere asegurar la
centralidad del juicio evitando que el debate se transforme en una simple
ramificación de las actuaciones de la investigación.
Sin embargo, la norma en análisis contempla como excepciones los
casos previstos en los artículos 331 y 332 del CPP, mas ni aun en esos casos
se podrá incorporar como medio de prueba o dar lectura a actas o documentos

185
Art. 337 CPP. En el Proyecto del Ejecutivo se proponía un párrafo 4° relativo a la “inspección personal” que
regulaba la forma en que debía realizarse esta diligencia de prueba tanto en el juicio oral como en etapas previas
a éste. La Cámara de Diputados aprobó, en general, esta normativa. Sin embargo, el Senado evaluó la procedencia
de mantener este instituto procesal en el nuevo Código. Se señaló que esta diligencia no constituye propiamente
un medio de prueba, pues no es labor del tribunal reunir prueba o producirla. A lo más, una actuación como ésa
intenta contribuir a ilustrar al tribunal en los hechos debatidos, al reproducir el ambiente y las circunstancias en
que ellos se produjeron. Se añadió que durante la etapa de investigación, el fiscal podrá filmar, grabar o, mediante
cualquier otro medio de reproducción de la realidad, capturar imágenes o sonidos que estime de interés presentar
como prueba al juicio oral, respaldado, si fuere del caso, con declaraciones testimoniales o periciales. Se suscitó,
sin embargo, una discusión acerca de una norma que habilitara al tribunal, durante el desarrollo del juicio, para
conocer directamente ciertos aspectos o circunstancias difíciles o imposibles de recrear en la audiencia y que
pudieran tener importancia para la adecuada ilustración de la forma en que acaecieron los hechos, como la
luminosidad, los olores, la temperatura o la humedad. En tales supuestos y acogiendo la procedencia de eliminar
la inspección personal como medio de prueba, el Senado resolvió incorporar la norma en análisis.
186
Art. 334 inciso 1° CPP.
41

que dieren cuenta de actuaciones o diligencias declaradas nulas o en cuya


obtención se hubieren vulnerado garantías fundamentales.187
El artículo 334 del CPP ha generado múltiples discusiones en juicio
acerca de su inteligencia, por ello parece oportuno efectuar un análisis un
poco más profundo acerca de su sentido y forma de aplicación.

a.- Alcance de la prohibición.


El precepto en estudio se titula “prohibición de lectura de registros y
documentos” y las conductas que prohíbe son la “incorporación”, “invocación”
y “lectura”, que recae en los registros y documentos ya señalados.
En primer lugar, el objeto sobre que recae la prohibición comprende
tanto los documentos como los demás registros que contengan diligencias de
investigación, realizadas por la policía o por el Ministerio Público.
Dentro de los documentos prohibidos podríamos mencionar los partes
policiales, los informes policiales que dan cuenta de órdenes de averiguar, las
declaraciones de la víctima, de testigos o del propio imputado, consignadas
por escrito y prestadas ante la policía o ante el fiscal, las actas de
reconstituciones de escena y las actas de reconocimiento de especies o de
imputados.
Dentro de los registros prohibidos podríamos encontrar filmaciones de
reconstituciones de escena, fotografías de la misma actuación, grabaciones
magnetofónicas de declaraciones de la víctima, de testigos o del propio
imputado.
Enseguida, la conducta prohibida dice relación con la incorporación,
invocación y lectura en juicio de todo ese material contenido en documentos
o en registros diversos provenientes de la investigación.
Las voces incorporación y lectura dicen relación, evidentemente, con
la forma como se introduce la prueba en juicio: los registros, atendida su
naturaleza, de la forma más análoga a los otros medios y los documentos a
través de su lectura. En consecuencia, la prohibición se traducirá en la
práctica en la decisión de inadmisibilidad de parte del tribunal de
incorporación del respectivo documento o registro, los cuales no serán leídos,
ni reproducidos ni exhibidos, según corresponda.
Resulta más complicado traducir en la práctica la prohibición de
invocación. ¿Acaso el tribunal puede impedir que el litigante se refiera al
documento o registro en cuestión en sus alegatos de apertura y clausura; o
en sus preguntas de examen y contraexamen; o, finalmente, en todo
comentario que pretenda deslizar sobre el particular durante el juicio? No es
un tema sencillo de solucionar, sobre todo si se tiene en cuenta el hecho que,
normalmente, el incidente de oposición planteado por la contraria se
efectuará cuando la invocación ya se efectuó, o sea, ya entró en la conciencia
de los juzgadores.
b.- Control de la prohibición.
De la lectura del precepto queda claro que el control de la prohibición
está a cargo del tribunal del juicio oral, pues de lo que se trata, básicamente,
es de impedir que tales documentos o registros sean leídos, incorporados o
invocados en la audiencia del juicio.
Sin embargo, como el sistema procesal penal ha entregado al juez de
garantía el control de la admisibilidad de los elementos de prueba que se
rendirán en juicio, en reiteradas oportunidades se les ha solicitado, en la
audiencia de preparación, excluir de la prueba ofrecida documentos y
registros que dan cuenta de actuaciones de investigación realizadas por la
policía o por el Ministerio Público, citando como fundamento el artículo 334
del CPP y la centralidad del juicio oral.

187
Art. 334 inciso 2° CPP.
42

¿Puede el juez de garantía utilizar el artículo 334 del CPP para excluir
prueba?
Si lo que se pretende es desarrollar un sistema coherente, donde la
admisibilidad de la prueba quede acotada en la etapa de preparación,
careciendo el tribunal del juicio de facultades para excluir las probanzas
aceptadas en el auto de apertura, debemos contestar afirmativamente. En
efecto, si el juez de garantía acoge la exclusión fundada en el artículo 334 del
CPP evita que esa discusión se plantee en el juicio, manteniendo la situación
ideal de un tribunal descontaminado, que no toma conocimiento de
antecedentes que le es prohibido valorar. Así las cosas el precepto en estudio
sólo podría ser aplicado por el tribunal del juicio para ejercer el control de la
incorporación de elementos de prueba no ofrecidos oportunamente, de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 336 del CPP.
Por el contrario, si el juez de garantía rechaza la exclusión por estimar
que no es de su competencia ya que a él sólo le corresponde excluir prueba
por las causales establecidas en el artículo 276 del CPP, podrían teóricamente
ir incluidos en el auto de apertura documentos de la investigación como el
parte policial y los resultados de las órdenes de averiguar. Una vez en el juicio,
al intentar ser leídos tales documentos por la parte que los ofreció, debieran
ser objeto del control por el tribunal a la luz del artículo 334, ya citado.
En esta segunda hipótesis, si el tribunal del juicio impide la lectura o
incorporación del elemento de prueba en cuestión, se produciría una colisión
entre dos decisiones judiciales: por una parte, el auto de apertura dictado por
el juez de garantía, donde aparecen esos antecedentes como prueba aceptada;
y por la otra, la resolución del tribunal del juicio que impide la lectura o
incorporación. Tal situación es improcedente desde una perspectiva procesal,
toda vez que una sentencia ejecutoriada firme y por lo mismo intangible, no
puede ser alterada por otra decisión judicial.

c.- Excepciones a la prohibición.


La prohibición en estudio no opera en los casos previstos en los
artículos 331 y 332 del CPP.

Lectura de declaraciones anteriores.


El artículo 331 del CPP faculta a los litigantes para reproducir o dar
lectura en el juicio oral a los registros en que constaren anteriores
declaraciones de testigos, peritos o imputados en las situaciones
excepcionales allí previstas.
Como se trata de excepciones que alteran, en cierto modo, los principios
de oralidad e inmediación, el tribunal debe ser riguroso al revisar las
condiciones de procedencia en cada caso:
a).- Declaraciones de testigos o peritos que hubieren fallecido o caído
en incapacidad física o mental, o estuvieren ausentes del país, o cuya
residencia se ignorare o que por cualquier motivo difícil de superar no
pudieren declarar en el juicio, siempre que ellas hubieren sido recibidas por
el juez de garantía en una audiencia de prueba formal, en conformidad con
lo dispuesto en los artículos 191, 192 y 280 del CPP.
En nuestra opinión, la parte interesada en la lectura debe probar al
tribunal, en la audiencia de juicio oral, que ese testigo o perito se encuentra
imposibilitado de declarar actualmente, de modo que si no lo acredita no
puede autorizarse la lectura de esas declaraciones anteriores.
No obstante contar ya con una prueba testimonial o pericial anticipada,
estimamos que el litigante debe ofrecer igualmente el elemento de prueba en
la forma y oportunidad señalada por la ley para cualquier testigo o perito que
vaya a deponer en juicio.
43

b).- Declaraciones de testigos, peritos o imputados que consten en


registros o dictámenes que todas las partes acordaren en incorporar, con
aquiescencia del tribunal.
El Código no limita la naturaleza de la declaración ni ante quien se
prestó, la restricción va por el lado de la manifestación de voluntad de los
intervinientes y la autorización del tribunal.
c).- Declaraciones anteriores de testigos, peritos o coimputados
cuando su no comparecencia a juicio sea imputable al acusado.
En esta hipótesis debe demostrarse la actuación indebida del acusado.
d).- Declaraciones realizadas por coimputados rebeldes, prestadas
ante el Juez de Garantía.

Lectura para apoyo de memoria.188


La utilización de esta técnica de litigación ha planteado diversas
cuestiones prácticas, a continuación nos referiremos a algunas de ellas.

Material idóneo para efectuar la técnica.


No obstante la claridad del precepto, que sólo faculta leer declaraciones
anteriores del acusado o testigo prestadas ante el fiscal o el juez de garantía,
se ha pretendido usar también actas de reconocimiento de imputado
efectuadas en Fiscalía, actas de cadena de custodia, declaraciones anteriores
ante la policía y declaraciones ante la Fiscalía, pero de otras personas.

Oportunidad para solicitarla.


El precepto señala que procederá la lectura una vez que el acusado o el
testigo “hubieren prestado declaración”. Ello ha dado pábulo para sostener
que sólo puede utilizarse la técnica después del contraexamen. Sin embargo,
consideramos que basta que se haya sentado la contradicción o sea necesario
aclarar los dichos del deponente para que se pueda usar la técnica, sin que
sea menester esperar toda su declaración.

Procedimiento para su utilización.


En algunos tribunales basta con la manifestación del litigante en el
sentido de que pretende usar la técnica para proceder a ella, en tanto no
medie oposición del contrincante. En otros, en cambio, se exige chequear
previamente la procedencia de la técnica a la luz de los requisitos contenidos
en la norma legal, adoptando los jueces una actitud contralora.
En algunos tribunales se dispone que el material idóneo sea leído por
el declarante y en otros por el abogado que solicita el apoyo de memoria, o
indistintamente por uno u otro.
Casos en que procede.
Existe consenso en cuanto a la procedencia de la lectura de
declaraciones anteriores para demostrar o superar contradicciones y para
solicitar aclaraciones. No obstante, se ha discutido si esta técnica se puede
utilizar para salvar olvidos del deponente.
Como el título del artículo habla de “apoyo de memoria” y el cuerpo del
mismo habla de “ayudar la memoria”, parece posible utilizar la técnica en
caso de olvido.
Sin embargo, teniendo en cuenta el principio de inmediación y
especialmente la centralidad del juicio oral respecto de las actuaciones
preliminares de la etapa de investigación, se ha argumentado que ese apoyo
de memoria a que se refiere el precepto en análisis sólo lo es para salvar
contradicciones o aclarar puntos oscuros de la declaración, pues de otro
modo se corre el riesgo de incorporar mediante lectura partes importantes de
actuaciones de la investigación.
188
Art. 332 CPP.
44

Como sea, la prueba está constituida por la declaración del testigo que,
confrontado con su declaración anterior, intenta aclarar sus dichos o superar
las contradicciones, mas no el contenido de la lectura de la declaración
anterior. Este procedimiento sirve, en definitiva, para reafirmar el contenido
de su declaración en el juicio o para introducir dudas respecto a la veracidad
de la misma. 189

d.- Límite a las excepciones.


Finalmente, establecido que la prohibición del artículo 334 no opera en
los casos previstos en los artículos 331 y 332, todos del CPP, el inciso 2° del
primer precepto dispone que ni aun en esas situaciones se podrán incorporar
como medio de prueba o dar lectura a actas o documentos que dieren cuenta
de actuaciones o diligencias declaradas nulas, o en cuya obtención se
hubieren vulnerado garantías fundamentales.
Por ejemplo, la declaración anticipada de un testigo ante el juez de
garantía que haya sido previamente declarada nula no se puede leer en los
términos previstos en el artículo 331 letra a) del CPP; o la declaración del
imputado ante el fiscal, donde se hayan vulnerado garantías fundamentales,
no puede ser utilizada para la lectura en apoyo de memoria de que trata el
artículo 332 del CPP.

13.5.- Alegatos finales y cierre del debate.


Concluida la recepción de las pruebas, el juez presidente de la sala
otorgará sucesivamente la palabra al Fiscal, al acusador particular, al actor
civil y al defensor, para que expongan sus conclusiones. El tribunal tomará
en consideración la extensión del juicio para determinar el tiempo que
concederá al efecto.190
Acto seguido, se otorgará al Fiscal, al acusador particular, al actor civil
y al defensor la posibilidad de replicar. Las respectivas réplicas sólo podrán
referirse a las conclusiones planteadas por las demás partes.
Por último se otorgará al acusado la palabra, para que manifieste lo que
estime conveniente, a continuación se declarará cerrado el debate.191
Esta es otra oportunidad que tiene el acusado de efectuar su defensa
material o autodefensa, a través de alegaciones y planteamientos.
El alegato final es la oportunidad procesal que tiene el abogado litigante
de efectuar un resumen de la actividad probatoria desplegada en la audiencia,
lógicamente desde la perspectiva de su teoría del caso, además, es el momento
de razonar jurídicamente a la luz de la realidad probatoria del juicio.
La fuerza de la argumentación cobra especial importancia, para lograr
persuadir al tribunal que su versión es la más probable, sin embargo,
estimamos que no serán los conocimientos teóricos ni la lucidez de la
exposición los que determinen el sentido de la decisión, es preciso, además,
que exista una íntima relación entre los hechos que se estiman probados y el
derecho que se cree aplicable.
En la práctica, los letrados acusadores analizan la esencia de la prueba
rendida y argumentan a favor de su obtención legítima, su credibilidad y
verosimilitud. Señalan, asimismo, los hechos que estiman acreditados,
relacionando de este modo la prueba con las proposiciones fácticas, y éstas a
su vez con la teoría jurídica. Algunos fiscales y querellantes intentan también
sensibilizar al tribunal exponiendo el dolor, el sufrimiento y los efectos
perjudiciales que el hecho que se juzga ha producido en la víctima y en la
sociedad. Concluyen normalmente reafirmando su pretensión punitiva.

189
En este sentido María Inés Horvitz, ob cit., tomo II, pág. 323.
190
Art. 338 inciso 1º CPP.
191
Art. 338 inciso final CPP.
45

Por su parte, los defensores argumentan en contra de la prueba de la


acusación, ya sea por su obtención ilegítima, falta de credibilidad y
verosimilitud. Por regla general solicitan la absolución de su defendido al
amparo de su estado de inocencia y la imposibilidad de que el tribunal llegue
al alto grado de convicción que la ley exige para condenar. Eventualmente, si
han sostenido una teoría del caso alternativa argumentarán que la prueba
por ellos aportada permite establecer su distinta versión de los hechos, o a lo
menos, genera una duda razonable que excluye la convicción.
Creemos que son cualidades de un buen alegato final, la fuerza del
discurso, la convicción con que se expone, el orden y la claridad en el relato,
la precisión de los argumentos y la coherencia entre lo expuesto y lo
observado en el juicio.
Es conveniente tener en cuenta que la argumentación sirve al litigante
tanto para afianzar los hechos que se estiman probados, como para dilucidar
situaciones de difícil interpretación del derecho.
Respecto de los hechos el abogado puede recurrir a las reglas de la
lógica y de la experiencia para interpretar los sucesos y para probarlos,
también podrá utilizarlas para sostener la credibilidad de los elementos de
prueba y su consiguiente valor probatorio.
En cuanto al derecho la argumentación jurídica proporciona al litigante
criterios que lo ayudarán a buscar soluciones a los casos de difícil
interpretación, pudiendo recurrir también a la jurisprudencia en procura de
dichos criterios.
En todo caso, la argumentación que se utilice debe poder justificarse
tanto desde una perspectiva formal o interna, cuanto desde una perspectiva
material o externa.
Un argumento se encuentra justificado formalmente si ha hecho un uso
adecuado de las reglas de la lógica deductiva, que inciden en la corrección
formal del silogismo teórico. En este contexto podemos hablar de argumentos
correctos.
Por su parte, el argumento se encontrará justificado materialmente si
ha obedecido los parámetros de la lógica material o informal, que inciden en
la corrección material del silogismo práctico. El paso de las premisas a la
conclusión es plausible, aceptable. En este contexto podemos hablar de
argumentos probables o probabilísimos.
En síntesis la argumentación que utilice un litigante en juicio debe ser
tan seria y rigurosa como la que se exige de los sentenciadores al momento
de fundamentar su decisión.

14.- La decisión.

14.1.- La deliberación y el veredicto.


Inmediatamente después de clausurado el debate, los miembros del
tribunal que hubieren asistido a él pasan a deliberar en privado acerca de si
alcanzaron la convicción que requiere la ley sobre la comisión del hecho
punible y la participación culpable atribuida en él al acusado, en base a la
prueba producida en el juicio o si, por el contrario, no alcanzaron tal
convicción, correspondiendo absolver al acusado de los cargos efectuados en
la acusación.192
En la práctica el tribunal acuerda un tiempo estimativo para la
deliberación y redacción de la decisión de absolución o condena y, antes de
retirarse de la sala, señala la hora en que se dará lectura al veredicto.
Por regla general la continuación de la audiencia debe efectuarse en el
mismo día de inicio del juicio y sólo excepcionalmente, cuando ésta se hubiere
prolongado por más de dos días y la complejidad del caso no permitiere
192
Art. 339 CPP.
46

pronunciar la decisión inmediatamente, se faculta al tribunal para prolongar


su deliberación hasta por veinticuatro horas, hecho que será dado a conocer
a los intervinientes en la misma audiencia, fijándose de inmediato la
oportunidad en que la decisión les será comunicada. Si el tribunal se excede
de estos plazos se producirá la nulidad del juicio.193

14.1.1.- Forma de adoptar los acuerdos.


Sólo pueden concurrir a las decisiones del tribunal los jueces que
hubieren asistido a la totalidad de la audiencia del juicio oral. Si no se da
esta condición, de presencia ininterrumpida de los jueces, el juicio y la
sentencia son nulos.194
La decisión debe ser adoptada por la mayoría de los miembros de la
sala.195 Primero dará su voto el juez menos antiguo, y continuarán los demás
en orden inverso al de su antigüedad, el último voto será el del Presidente.196
Cuando exista dispersión de votos en relación con una decisión, la
sentencia o la determinación de la pena, si aquella fuere condenatoria, el juez
que sostuviere la opinión más desfavorable al condenado deberá optar por
alguna de las otras.
Si se produjere desacuerdo acerca de cuál es la opinión que favorece
más al imputado, prevalecerá la que cuente con el voto del juez presidente de
la sala.197
Si durante la deliberación uno o más jueces consideraren la posibilidad
de otorgar a los hechos una calificación distinta de la establecida en la
acusación, que no hubiere sido objeto de la discusión durante la audiencia,
deberán reabrirla, a objeto de permitir a las partes debatir sobre ella.198
En la decisión se expresará nominalmente qué miembros han
concurrido con su voto a formar sentencia y qué miembros han sostenido
opinión contraria.
El voto disidente y la prevención serán redactadas por sus autores.

14.1.2.- Valoración de las pruebas.


La regla básica en esta materia establece que el tribunal debe producir
su convicción con la prueba rendida durante el juicio, salvas las excepciones
expresamente previstas por la ley, y su incorporación se efectúa del modo que
el Código señala.199
Recordemos que la apreciación de la prueba la efectúa el tribunal con
libertad, pero sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.
A continuación analizaremos estas limitaciones racionales que la ley
establece a la libre valoración de la prueba.

a.- Las máximas de la experiencia.


Siguiendo a Stein podemos decir que las máximas de la experiencia son
juicios hipotéticos desligados de los hechos concretos que se juzgan, que
proceden de la experiencia, pero son independientes de los casos particulares
de cuya observación se han inducido y que, por encima de esos casos,
pretenden tener validez para otros nuevos.
Son criterios de probabilidad objetiva, contingentes y mutables, que
incluye las definiciones y juicios hipotéticos provenientes del conocimiento

193
Art. 343 incisos 2º y 3º CPP.
194
Art. 19 inciso 2º del COT y 284 CPP.
195
Art. 19 y 72 COT.
196
Art. 84 COT.
197
Art. 19 incisos 4º y 5º COT.
198
Art. 341 inciso final CPP.
199
Arts. 296 y 340 CPP.
47

práctico de los hombres, pero también los conocimientos científicos y


técnicos.
Las máximas de la experiencia se pueden utilizar por el tribunal para
ponderar la credibilidad de los medios de prueba y asignarles valor
probatorio, como medio interpretativo de los hechos200 y también permite la
fijación de hechos a partir de la prueba indiciaria, ajustándose en todos los
casos el razonamiento del juzgador al sentido común objetivizable mediante
criterios de racionalidad.
El profesor Carlos del Río Ferreti afirma que la objetivación o
intersubjetividad de las máximas de la experiencia, supone una cierta
vigencia de criterios que imperan dentro de una sociedad y que son
compartidos por la gran mayoría de sus miembros, dentro de un contexto.

Señala María Inés Horvitz201 que el problema que las máximas de la


experiencia presentan es que, por definición, expresan nociones de sentido
común cuyo único fundamento es el hecho de formar parte de la cultura del
hombre medio en un cierto lugar y en un cierto momento. Si su significado
es incierto o queda librado a las preconcepciones del tribunal, se puede llegar
al subjetivismo irracional que impide el control externo del razonamiento que
funda la decisión. Concluye, citando a Coloma, que en tanto resultan débiles
como mecanismos generadores de conocimiento, su utilización debiera ser
muy restrictiva.

b.- Principios de la lógica formal.


Los jueces al decidir deben tener en cuenta, también, las reglas del
pensamiento lógico formal, permanentes, invariables, independientemente de
cualquier mundo posible.
El razonamiento judicial normalmente se describe como una operación
silogística. De modo que la corrección de los procedimientos lógicos utilizados
lleva a razonamientos correctos. El silogismo utiliza la inferencia o deducción
que consiste en la combinación de dos proposiciones, llamadas premisas, que
causan una conclusión como consecuencia de aquéllas.
Si el razonamiento efectuado no obedece a las reglas de la lógica formal,
se habla de razonamientos incorrectos o falacias.

c.- Conocimientos científicamente afianzados.


Los conocimientos científicos están constituidos por el saber humano
proporcionado por las ciencias. Se trata de saberes científicos y técnicos más
o menos generalizados, comunes y compartidos como verdaderos por la gran
mayoría de las personas que profesan una disciplina y que por regla común
son también conocidos de un modo general por los legos en la materia.
Si bien las leyes de las ciencias han variado junto con la evolución del
hombre, en cada época existen ciertos conocimientos que se estiman
consolidados, que corresponden a lo que Aristóteles denominaba cosas
verdaderas o primordiales, a partir de las cuales se pueden desprender
silogismos categóricos, demostraciones.
En consecuencia, una proposición contraria a los conocimientos
científicamente afianzados será falsa.

14.1.3.- La Convicción.
La ley establece que nadie puede ser condenado por delito sino cuando
el tribunal que lo juzgue adquiera, más allá de toda duda razonable la

200
Los hechos también se interpretan, en tanto admiten énfasis y matices; toda descripción fáctica incluye una
buena dosis de valoración, más aún si se reconoce que los hechos y el derecho, en materia penal, se hallan
indisolublemente unidos. Las normas penales describen hechos.
201
Ob cit., tomo II, pág. 336.
48

convicción de que realmente se hubiere cometido el hecho punible objeto de


la acusación y que en él hubiere correspondido al acusado una participación
culpable y penada por la ley.202
Se ha impuesto legislativamente un parámetro que constituye un
criterio intersubjetivo, sacado del modelo anglosajón, “más allá de toda duda
razonable” (“beyond a reasonable doubt”) y no será razonable una duda
tan mínima que es despreciable o insignificante. La decisión de condena debe
ser vista como una solución más que plausible, por el contrario, si la duda
existe y es razonable, la decisión debe ser absolutoria.
En Estados Unidos, es el estándar que se aplica a los casos criminales,
en oposición a la “preponderancia de la evidencia” (“preponderance of the
evidence”), aplicable a los casos civiles. La diferencia entre ambos estándares
es que el primero resulta considerablemente más exigente, ya que mientras a
un demandante en un juicio civil le basta, para obtener una condena,
presentar una prueba más convincente que la del demandado, en un juicio
criminal la prueba debe alcanzar para despejar de la mente del juzgador toda
duda razonable acerca de los términos de la acusación presentada en contra
del imputado.
El juicio penal no es una contienda en la que el tribunal se pronuncia
sobre cuál de las dos versiones ante él presentadas es mejor, sino que es un
método (cognoscitivo) para determinar con certeza la existencia del delito y la
participación del acusado. Entonces el objetivo de un juicio criminal no es
elegir entre las historias de las partes, sino búsquedas unilaterales de la
verdad, la que fluye a través de la contradicción.
Se afirma que este alto estándar es indispensable para merecer el
respeto y la confianza de la comunidad en la aplicación de la ley penal; en la
gente no deben quedar dudas de que haya sido condenado un hombre
inocente.
No hay consenso en cuanto a una definición de lo que significa
convicción “más allá de toda duda razonable”, sin embargo son bastante
ilustrativos dos criterios fundamentales que se han seguido: el de la
vacilación para actuar (“hesitate to act”) y el de la certeza moral (“moral
certitude”), el primero se construye sobre el concepto de la duda y el segundo
en torno a la certeza.
De acuerdo al criterio de la vacilación para actuar “duda razonable”
es la clase de duda que haría vacilar a una persona común (mensaje dirigido
a los jurados) al tomar decisión en los asuntos más serios e importantes de
sus propias vidas; es una duda basada en la razón y en el sentido común; es
una duda que una persona razonable tiene después de pesar cuidadosamente
toda la evidencia. No lo será, en cambio, una duda que no los haga vacilar
(duda despreciable), no lo es tampoco un capricho, un antojo; no es
especulación o sospecha. En consecuencia, la prueba para condenar debe ser
tan convincente que una persona razonable no vacilaría en confiar y actuar
sobre ella.
Por su parte el criterio de la certeza moral define el estándar de
convicción en términos positivos. La certeza es el estado del entendimiento
que tiene los hechos por verdaderos luego de rechazar victoriosamente todos
los motivos contrarios, o también, la firme creencia de estar en posesión de
la verdad.
Se habla de certeza moral en oposición a certeza absoluta, que sólo es
posible obtener en las ciencias exactas, mas no en la esfera empírica de los
eventos. Entonces, teniendo en consideración que no es viable lograr la
certeza absoluta en un sistema de justicia criminal, se recurre a la idea de
certeza moral, consistente en el nivel más alto de certeza que un individuo

202
Art. 340 CPP.
49

(juez no prejuiciado) puede tener sobre los hechos en cuestión, resultando


personalmente convencido sobre la verdad de los mismos.
En consecuencia, no basta con la convicción: en cuanto al umbral
mínimo, debe haberse desarrollado una mínima actividad probatoria, la que
jamás podrá consistir en la mera declaración del acusado.203 En cuanto al
umbral máximo, no es necesaria la plena convicción; basta la convicción
exenta de dudas razonables. Esta regla constituye un criterio de preferencia
que expresa la primacía de la finalidad que ningún inocente sea condenado
por sobre el objetivo de que ningún culpable sea absuelto.204

14.1.4.- Congruencia entre acusación y sentencia.


Como ya se expresó, la sentencia condenatoria no puede exceder el
contenido de la acusación, en consecuencia, no se puede condenar por
hechos o circunstancias no contenidos en ella. Con todo, el tribunal puede
dar al hecho una calificación jurídica distinta de aquella contenida en la
acusación o apreciar la concurrencia de causales modificatorias agravantes
de responsabilidad penal no incluidas en ella, siempre que hubiere advertido
a los intervinientes durante la audiencia.205
En consecuencia, mantiene el tribunal la facultad de apreciación
jurídica libre de los hechos y circunstancias de la acusación, sin quedar
vinculado por la calificación jurídica allí efectuada.
La exigencia legal de “congruencia” constituye un reflejo del derecho de
defensa en cuanto se requiere que la imputación sea precisa y determinada.
Como ya señalamos anteriormente, el tribunal debe cautelar la identidad del
objeto del proceso, tanto material (mismos hechos y circunstancias) como
personal (mismos acusados).
Para que el imputado pueda defenderse y ser defendido adecuadamente
resulta indispensable saber exactamente cuáles son los hechos que se le
atribuyen, sus circunstancias y la calificación de los mismos.
De lo dicho precedentemente, se puede concluir que la secuencia lógica
y necesaria que todo juicio debe seguir, desde el punto de vista de la
congruencia y precisión de la imputación, es la siguiente: Hechos e imputados
de la formalización deben abarcar los hechos e imputados de la acusación; y
los hechos y acusados de la acusación deben abarcar los hechos y acusados
condenados en la sentencia definitiva.
Si el tribunal no respeta esta norma, es decir dicta una sentencia
incongruente, excediendo los límites fácticos de la acusación, incurre en un
motivo absoluto de nulidad del juicio y de la sentencia.206
Se vulnera el principio de congruencia cuando en la sentencia se
introducen elementos fácticos distintos a los contenidos en la acusación, de
los que consecuentemente no pudo defenderse el acusado de un modo
contradictorio.
Evidentemente esta correlación necesaria debe ser sustancial. No se
requiere una identidad absoluta entre la descripción fáctica de la acusación
y aquella otra efectuada en la sentencia. En nuestra opinión puede el tribunal
ampliar tal descripción en procura de mayor claridad o reducirla eliminando
locuciones innecesarias, debiendo preocuparse de no alterar con ello los
hechos relevantes que inciden en la calificación del tipo penal, la participación
del acusado y de las demás circunstancias que determinen factores de
determinación de la pena. En definitiva, sólo esos hechos que podríamos
denominar “importantes” devienen intangibles para los juzgadores.

203
Art. 340 inciso 3° CPP.
204
En este sentido María Inés Horvitz, ob cit., tomo II, pág. 338.
205
Art. 341 incisos 1º y 2º CPP.
206
Art. 374 letra f) CPP.
50

Así por lo demás lo ha resuelto la Sala Penal de la Corte Suprema al


estimar “Que todavía es menester dejar en claro que en la litis penal, de
acuerdo con el derecho al juicio previo y a la presunción de inocencia, el
Estado tiene impuesta la carga de demostrar en grado de certeza todos los
extremos de la imputación delictiva, o sea, todos aquellos hechos que,
individualmente o en su conjunto permiten establecer los ingredientes del
delito o, por el contrario, cuestionarlos. Vale decir, si consideramos que la
pretensión punitiva ha de concretarse, en cada caso, en la imputación de uno
o más hechos que, con arreglo a la ley penal sustantiva configuran un
determinado delito, serán hechos relevantes o pertinentes aquellos que
acreditan o excluyen la presencia de los componentes del delito, la
participación culpable del hechor y las circunstancias modificatorias de su
responsabilidad criminal comprendidas en la acusación”.
“…Que esta noción adquiere interés si se repara en que las narraciones
de los hechos de la acusación y de la defensa en el contexto del debate
contradictorio aparecen plagadas de circunstancias accidentales carentes de
mayor importancia para la resolución de la controversia y cuya demostración
tiende muchas veces al entorpecimiento de los objetivos perseguidos por el
proceso penal”.
“Y en este ámbito se insertan los elementos accidentales que reclama el
recurrente, en orden a que el sujeto estaba solo o acompañado, si lo hacía en
un vehículo o a pie con una mochila, si fue el móvil o aquél el fiscalizado o si
se revisaron el equipaje o las vestimentas, que no alteran lo probado, más allá
de toda duda razonable, que el acusado portaba una mochila donde guardaba
ciento veintinueve coma seis gramos de una sustancia que resultó ser
clorhidrato de cocaína y que fueron los cargos que se le formularon en la
acusación…”.207
En similar sentido se pronuncia la Corte de Talca al afirmar que “…al
tenor de lo dispuesto por los artículos 259 y 341 del Código Procesal Penal,
resulta inconcuso que entre los hechos contemplados en la acusación y los
descritos en la formalización, así como entre los enunciados en ésta y los que
sustentan la decisión condenatoria ha de existir una perfecta coherencia o
relación lógica; más aún, entre lo que en el citado artículo 341 se previene en
su inciso 1° y lo que se señala en su inciso 2° se advierte una nítida diferencia
pues, en lo que hace al tipo penal – y cumpliéndose la ritualidad allí descrita
– no se exige que entre la acusación y la sentencia se produzca, a ultranza,
tal congruencia”.
“Que, sobre el particular es necesario tener presente que el objetivo a
que el citado principio de congruencia apunta, no es otro que el de impedir la
indefensión que para el imputado habría de producirse, en razón de decírsele
partícipe de actos diferentes a aquéllos respecto de los cuales se aprestaba a
allegar las alegaciones y probanzas que, a su entender, al menos, habrían de
exculparle o de aminorar su responsabilidad”.
“Que de lo anterior se sigue entonces que la observancia de tal
postulado no significa que entre la formalización, por una parte, y el fallo que
le suceda, por la otra, haya de existir una identidad absoluta, que no admita
matiz de diferencia alguna, por inocua que ésta resulte. En otras palabras,
bajo condición de que las circunstancias centrales del hecho, así como el
ilícito imputado se mantengan inmutables, habrá de examinarse, en el caso
concreto de que se trate, si la variación referente a los detalles o elementos
accidentales de las mismas, no amaga o no menoscaba el derecho al debido
proceso del imputado.
Así las cosas, la modificación de una cierta circunstancia puede
importar la violación del principio de congruencia, según cual sea la línea de

207
Sentencia de la Sala Penal de 23 de septiembre de 2005, que incide en la causa rol N° 3.297-05, considerandos
cuarto y quinto.
51

defensa que el respectivo imputado haya desarrollado: si se formaliza y acusa


respecto de un delito de incendio, indicándose que para iniciar el fuego se
utilizó bencina y, en definitiva se dicta sentencia condenatoria pero con
precisión de que se empleó parafina ¿se vulnerará el principio de congruencia,
si es que la defensa ha discurrido acerca de la circunstancia de haberse
encontrado el imputado a mayúscula distancia del lugar de los hechos?”.
“Que, en el caso en revisión, la defensa del imputado sostuvo que si
bien éste había ingresado al domicilio de que se trata, así había obrado con
la anuencia del hijo del propietario del mismo. Consiguientemente, entonces,
la circunstancia de que tal acceso se haya producido mediante la fractura de
un vidrio de la puerta de la vivienda o, por el contrario, luego de romper el
vidrio de una ventana posterior de la misma, resulta inocua en lo que a la
congruencia y al debido proceso hace”.208
También nos parece pertinente citar un fallo pronunciado por la Corte
de Apelaciones de Temuco, en cuanto fija el alcance del principio en análisis.
Señala: “La correcta interpretación del alcance del artículo 341 del Código
Procesal Penal implica que el factum contenido en la acusación fiscal sea
trasladado, sin alteración de sus aspectos esenciales a la sentencia, de modo
que ningún hecho o acontecimiento que no haya sido delimitado por la
acusación como objeto para el ejercicio de la pretensión punitiva podrá ser
utilizado para ser subsumido como elemento constitutivo de la
responsabilidad penal. En este sentido, el tribunal no podrá incluir en la
relación de los hechos que da por probados elementos fácticos que
sustancialmente varíen la acusación, ni realizar, consecuentemente, la
subsunción con ellos.
Con todo, ello no implica que no se tenga autonomía para redactar los
hechos conforme a la libre apreciación de la prueba, incluyendo aspectos
circunstanciales que no muten la esencia de lo que fue objeto de controversia
en el debate procesal.
La institución del hecho diverso que se pretende evitar a través de la exigencia
de la congruencia se funda en la necesidad del resguardo del derecho de
defensa, en particular en cuanto implica la posibilidad de contradecir la
atribución de la totalidad de los hechos delictivos y de sus circunstancias con
valor penal que, en su conjunto, constituyen el objeto del juicio. Pero,
reiteramos, no toda diferencia menoscaba esta facultad del imputado; sólo
concurre tal perjuicio cuando la diversidad le restringe o cercena la
factibilidad de presentar pruebas defensivas, fenómeno que no se da cuando
el tribunal al redactar los hechos conforme a la libre apreciación de la prueba,
incluye aspectos circunstanciales que no muten la esencia de lo que fue
objeto de controversia en el debate procesal”.209

14.1.5.- El Veredicto.
Concluida la deliberación privada de los jueces, éstos deben redactar y
luego leer en la audiencia la resolución relativa a la absolución o condena del
acusado por cada uno de los delitos que se le imputaren, indicando respecto
de cada uno de ellos los fundamentos principales tomados en consideración
para llegar a dichas conclusiones.210
Comunicada la decisión absolutoria, el tribunal debe disponer, en
forma inmediata, el alzamiento de las medidas cautelares personales que se
hubieren decretado en contra del acusado y ordenará se tome nota de este
alzamiento en todo índice o registro público y policial en el que figuraren.

208
Corte de Apelaciones de Talca, resolución de 28 de octubre de 2005, dictada en la causa rol N° 559-2005,
considerandos 4°, 5°, 6° y 7°.
209
Corte de Apelaciones de Temuco, resolución de fecha 11 de enero de 2005, que incide en la causa rol N° 895-
04.
210
Art. 343 inciso 1º CPP.
52

También se ordenará la cancelación de las garantías de comparecencia que


se hubieren otorgado.211
En el caso de condena, el tribunal deberá resolver sobre las
circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, a menos que se trate
de circunstancias ajenas al hecho punible, en cuyo caso el tribunal podrá
postergar su resolución para el momento de la determinación de la pena en
la sentencia, debiendo indicarlo así a las partes.212
María Inés Horvitz menciona dentro de las circunstancias
modificatorias de responsabilidad criminal ajenas al hecho punible, las
siguientes:213
a).- Circunstancias basadas en el comportamiento del sujeto anterior
al delito, como la irreprochable conducta anterior (artículo 11 N° 6 CP), la
reincidencia propia (artículo 12 N° 15 y 16 CP) e impropia (artículo 12 N° 14
CP);
b).- Circunstancias basadas en el comportamiento del sujeto posterior
al delito, como la reparación celosa del mal causado (artículo 11 N° 7 CP), la
entrega voluntaria a la justicia (artículo 11 N° 8 CP) y la colaboración
sustancial al esclarecimiento de los hechos (artículo 11 N° 9 CP).
Respecto de estas circunstancias ajenas al hecho y los demás factores
relevantes para la determinación y cumplimiento de la pena, el tribunal está
obligado a abrir debate a su respecto inmediatamente después de
pronunciada la decisión de condena y en la misma audiencia. Para dicho
efecto, deberá recibir los antecedentes que hagan valer los intervinientes para
fundamentar sus peticiones, dejando su resolución para la sentencia
definitiva.214
Leído el veredicto, el tribunal está facultado para diferir la redacción de
la sentencia definitiva y, en su caso, la determinación de la pena hasta por
un plazo de cinco días, fijando la fecha de la audiencia en que tendrá lugar
su comunicación, más el aumento eventual señalado por la ley.215

14.2.- La sentencia definitiva.


Es la resolución jurisdiccional a través de la cual el tribunal efectúa
una motivación pública de su decisión mediante la explicación de todas las
inferencias inductivas que justifican y apoyan su conclusión a partir de todas
y sólo las pruebas y elementos probatorios producidos durante la audiencia
del juicio oral.216
La motivación de la sentencia es una garantía específica cuya principal
función consiste en hacer posible un control a posteriori sobre las razones
presentadas por el juez como fundamento de la decisión, lo que incluye el
control sobre la valoración de las pruebas. Sólo a través del juicio y la
motivación de la sentencia es posible la legitimación retrospectiva de la
decisión jurisdiccional, que viene exigida por el principio de legalidad, esto es,
la verificación del contenido fáctico de las normas jurídico-penales que
constituyen el presupuesto para la adjudicación de la responsabilidad penal.

14.2.1.- Plazo para dictar la sentencia.


Como ya se dijo precedentemente, al pronunciarse el tribunal sobre el
veredicto de absolución o condena, se puede deferir la redacción del fallo y,
en su caso, la determinación de la pena, hasta por un plazo de cinco días,
fijando la fecha de la audiencia en que tendrá lugar su lectura. No obstante,

211
Art. 347 CPP.
212
Art. 343 inciso final CPP.
213
Ob. Cit., tomo II, pág. 340.
214
Art. 343 inciso final CPP.
215
Art. 344 inciso 1° CPP.
216
María Inés Horvitz, ob cit, tomo II, pág. 341.
53

si el juicio hubiere durado más de cinco días, el tribunal dispondrá, para la


fijación de la fecha de la audiencia para su comunicación, de un día adicional
por cada dos de exceso de duración del juicio.217
El incumplimiento de este plazo importa una falta disciplinaria grave y
eventualmente la nulidad del fallo. Sin perjuicio de ello, se debe citar a una
nueva audiencia de lectura de sentencia, la que en caso alguno podrá tener
lugar después del séptimo día de la lectura del veredicto. Transcurrido este
plazo adicional sin que se diere lectura a la sentencia se producirá la nulidad
del juicio, a menos que la decisión hubiere sido de absolución del acusado.
14.2.2.- Fundamentación de la decisión.
En una sociedad democrática la decisión penal y en especial la
sentencia de condena tiene que ser legitimada racionalmente, por ello es
obligación del tribunal fundar el veredicto y la sentencia.
Por un imperativo legal en el fallo el tribunal debe hacerse cargo de toda
la prueba producida, incluso de aquella que hubiere desestimado, indicando
en tal caso las razones que hubiere tenido para hacerlo. Además, debe señalar
el o los medios de prueba por los cuales se dan por acreditados cada uno de
los hechos y circunstancias que se dan por probados.218
La fundamentación debe ser clara e inteligible, de manera que permita
la reproducción del razonamiento utilizado por los jueces para alcanzar las
conclusiones a que llegaron en la sentencia.219En consecuencia, se deben
exponer cada uno de los hechos y circunstancias que se dan por probados y
señalar las razones legales o doctrinales que sirvieron para calificarlos
jurídicamente. 220
Admitiendo la posibilidad de que en derecho existan respuestas más o
menos razonables a un mismo conflicto, la decisión del tribunal, en última
instancia, debe reconocerse como un acto de voluntad que se inclina por la
versión de uno de los litigantes más que un acto de conocimiento que
descubre en la pretensión de uno o en la contrapretensión del otro una verdad
inconmovible.
El razonamiento jurídico es para el juez un medio intelectual que le
permite encontrar racionalmente el sentido de la decisión del conflicto penal
sometido a su conocimiento. A su vez, la exposición clara de los motivos sirve
para justificar, convencer y legitimar la resolución ante los litigantes y la
comunidad.
Al decidir los jueces utilizan efectivamente su voluntad, mas no en
forma arbitraria sino ilustrada por la razón práctica. No se trata sólo de
intuición. Es por ello que se habla de convicción y no sólo de certeza, y
estimamos que esto es así porque a esta última se agrega la voluntad del
tribunal en el sentido de que su decisión es legítima.
Como la sentencia definitiva constituye un acto procesal posterior al
veredicto, resolución que ha definido el sentido de la decisión, incluso sus
fundamentos principales, lo que resta por hacer es justificar racionalmente
esa decisión a través de argumentos científicos, lógicos, prácticos y jurídicos.
Motivar una decisión es expresar sus razones y por eso es obligar al
que la toma a tenerlas, alejando de este modo todo arbitrio. La sentencia
debe mostrarse a los intervinientes y al público en general como
razonablemente fundada, con argumentos que constituyan una justificación
plausible y comunicable de los motivos expresos de la decisión.
En razón del principio de publicidad no basta con tener razones para
decidir, es preciso, además, explicitar tales motivos, vale decir que la
motivación se identifica con la exposición del razonamiento. Entonces, no

217
Art. 344 inciso 1° CPP.
218
Arts. 36 y 297 incisos 2º y 3º CPP.
219
Art. 297 inciso final CPP.
220
Art. 342 letras c) y d) CPP.
54

existe motivación si no se expresa en la sentencia el porqué de la decisión,


ello aunque el razonamiento no exteriorizado del juzgador hubiera sido
impecable. Asimismo, de acuerdo a nuestra normativa legal, hay falta de
motivación cuando las razones expresadas en el fallo carecen de justificación
racional.
Esta necesidad de exteriorización de los motivos de la decisión, actúa
como un control retroactivo que incide en la formación misma de la
motivación, obligando a quien la adopta a operar, ya desde el principio, con
parámetros de racionalidad expresa y de conciencia autocrítica mucho más
exigentes. Ciertamente no es lo mismo resolver conforme a una corazonada
que hacerlo con criterios idóneos para ser comunicados, válidos
intersubjetivamente.
La fundamentación nos permite controlar la corrección del juicio
emitido en la sentencia definitiva, validando su contenido interna y
externamente.
Sin la motivación de la sentencia carecerían de sentido la mayoría de
las reglas de garantía previstas para el juicio previo, oral, inmediato y público.
Qué sentido tendrían, por ejemplo, las reglas que obligan a someter los
enunciados fácticos de la acusación a la posibilidad de refutación por parte
de la defensa, o el control bilateral de la actividad probatoria y la producción
de prueba de descargo, o la argumentación propia de los alegatos finales, si
en definitiva los jueces nunca expresaran porqué han sido ineficaces las
alegaciones y objeciones de la defensa, prevaleciendo las de la acusación, o
se abstuvieran de valorar las pruebas de descargo.
La exteriorización de la secuencia racional adoptada por los jueces
para la determinación de los hechos y la calificación jurídica a los mismos,
hace posible el ejercicio de la actividad contralora de los litigantes, verificando
la corrección de dichas operaciones mentales, materializadas en dos
inferencias, la primera inductiva (determinación del hecho) y la segunda
deductiva (subsunción jurídica). En la primera se refleja el soporte racional
de la valoración de la prueba y la concordancia de dicha valoración con el
hecho determinado en consecuencia. Por la segunda se aprecia si la norma
sustantiva que se dice aplicable ha sido interpretada en forma correcta, así
como si dicha norma ha sido bien aplicada en el caso al hecho determinado.

14.2.3.- Contenido de la sentencia.


El contenido de la sentencia se encuentra señalado en el artículo 342
del CPP de la siguiente manera: “La sentencia definitiva contendrá:
a) La mención del tribunal y la fecha de su dictación; la identificación del
acusado y la de el o los acusadores;
b) La enunciación breve de los hechos y circunstancias que hubieren
sido objeto de la acusación; en su caso, los daños cuya reparación
reclamare en la demanda civil y su pretensión reparatoria, y las
defensas del acusado;
c) La exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos favorable o
desfavorables al acusado, y de la valoración de los medios de prueba
que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 297;
d) Las razones legales o doctrinales que sirvieren para calificar
jurídicamente cada uno de los hechos y sus circunstancias y para
fundar el fallo;
e) La resolución que condenare o absolviere a cada uno de los acusados
por cada uno de los delitos que la acusación les hubiere atribuido; la
que se pronunciare sobre la responsabilidad civil de los mismos y
fijare el monto de las indemnizaciones a que hubiere lugar;
55

f)El pronunciamiento sobre las costas de la causa, y


g)La firma de los jueces que la hubieren dictado”.
Como ya lo señalamos la sentencia absolutoria ordenará que se tome
nota del alzamiento de las medidas cautelares en todo índice o registro
público y policial en el que figuraren. También se ordenará la cancelación de
las garantías de comparecencia que se hubieran otorgado.221
La sentencia será siempre redactada por uno de los miembros del
tribunal colegiado designado por éste, en tanto la disidencia o prevención será
redactada por su autor. La sentencia señalará el nombre de su redactor y el
del que lo sea de la disidencia o prevención.222
En los casos de reiteración de crímenes o simples delitos de una misma
especie se impondrá la pena correspondiente a las diversas infracciones,
estimadas como un solo delito, aumentándola en uno o dos grados. Si por la
naturaleza de las diversas infracciones, éstas no pudieren estimarse como un
solo delito, el tribunal aplicará la pena señalada a aquella que, considerada
aisladamente, con las circunstancias del caso, tuviere asignada una pena
mayor, aumentándola en uno o dos grados, según fuere el número de delitos.
Con todo, podrán aplicarse las penas en la forma establecida en el artículo 74
del Código Penal si, de seguirse este procedimiento, hubiere de corresponder
al condenado una pena menor.223
La sentencia condenatoria fijará las penas y se pronunciará sobre la
eventual aplicación de alguna de las medidas alternativas a la privación o
restricción de libertad previstas en la ley.
Si la pena impuesta es temporal, debe expresar con precisión el día
desde el cuál comenzará a contarse y fijará el tiempo de abono para su
cumplimiento.224 Para los efectos del descuento se considerará el tiempo de
detención, prisión preventiva y privación de libertad impuesta en conformidad
a la letra a) del artículo 155 del CPP, abonando, en este último caso, un día
por cada día completo, o fracción igual o superior a doce horas.225
Debe disponer, además, el comiso de los instrumentos o efectos del
delito o su restitución, cuando fuere procedente.226
Si se hubiere declarado falso, en todo o en parte, un instrumento
público, el tribunal, junto con su devolución, ordenará que se lo reconstituya,
cancele o modifique de acuerdo con la sentencia.227
Además de la normativa legal, la Excelentísima Corte Suprema acordó
con fecha diez de enero de dos mil uno instruir a las Cortes de Apelaciones
de La Serena y Temuco acerca de la forma y contenido de las sentencias
penales, instrucciones que luego se hicieron aplicables a los tribunales que
gradualmente se fueron integrando al sistema.228
En dicho texto nuestro máximo tribunal recomienda a los jueces que
dicten y escrituren las sentencias coetáneamente (se decide y se redacta de
inmediato), debiendo emplear un estilo de redacción esquemático y con
especial preocupación por la síntesis. Agrega que la sentencia no requiere de
la tradicional parte expositiva, en numerandos continuos se harán los
enunciados indicados en los párrafos a) y b) del artículo 342 del CPP.
Respecto del apartado signado con la letra c), se hará una relación precisa y
muy abreviada del o los hechos acreditados, de sus circunstancias
modificatorias y de los elementos de prueba que los fundamenten. En igual
forma se hará referencia a continuación de la prueba producida y

221
Art. 347 CPP.
222
Art. 342 inciso final CPP.
223
Art. 351 CPP.
224
Art. 26 CP.
225
Art. 348 inciso 2° CPP.
226
Arts. 31 del CP; 27 de la Ley N° 19.366 y 15 de la Ley N° 17.798 sobre Control de Armas.
227
Art. 348 CPP.
228
Acuerdo del Tribunal Pleno contenido en Acta N° 79-2001.
56

desestimada. Como criterio general se evitará toda retórica. Si hay acciones


civiles, las motivaciones que lleven a acogerlas o denegarlas y los
fundamentos de derecho, se redactarán con la misma metodología.
Por último, se señala que la sentencia terminará con la parte resolutiva,
que se pronunciará sobre la absolución o condena y, en este último caso,
precisando la sanción, la forma de su cumplimiento y de si se beneficia al
sentenciado con una medida alternativa de la pena.

14.2.4.- Audiencia de comunicación de sentencia.


Una vez redactada la sentencia se procederá a darla a conocer en la
audiencia fijada al efecto y desde ese momento se entiende notificada a todas
las partes, aun cuando no asistan a la misma.229
Si bien sabemos que esta obligación de leer la sentencia, ante los
intervinientes y el público, obedece a principios básicos del sistema, no es
menos cierto que se ha transformado en un acto de comunicación largo y
tedioso. A ello debe sumarse la escasa presencia de público, incluso en no
pocas oportunidades la ausencia de alguno de los litigantes.
En razón de lo anterior ya se afianzado la práctica de acortar el trámite
leyendo únicamente los fundamentos principales y la decisión.
A modo de comentario de lege ferenda creemos debiera contemplarse
en el futuro la posibilidad de que en la audiencia de lectura de sentencia sólo
esté presente el Juez redactor o el Juez Presidente de la sala, mejor aún si se
faculta para ello al Jefe de la Unidad de Administración de Causas.

229
Art. 346 CPP.
57

Trámites anteriores a la
audiencia del juicio oral

1.- Recepción del auto de apertura.


2.- Distribución de la causa

3.- Resolución que recae en el auto de apertura

Lugar y fecha Composición Citación de los


del juicio. intervinientes y
de la sala.
demás participantes

Notificación personal.
No antes de 15 ni después Juez Presidente
de 60 días. Juez Redactor Notificaciones especiales.
Juez Integrante
En la ciudad sede del Juez Alterno (eventual). Indicaciones y
tribunal. apercibimientos.
Eventual inhabilitación
En un lugar distinto a su (art. 76 CPP). Acusado con 7 días de
radicación. anticipación.
Subrogación.
Situación transitoria de Notificación especial
los tribunales itinerantes. acusado privado de
libertad.
58

AUDIENCIA DE
JUICIO ORAL

JUEZ PRESIDENTE: Comparecientes obligatorios:


Fiscal.
Acusado.
1.- Verificación de asistencia. Defensor.

2.- Disponibilidad de testigos, peritos


y demás personas citadas. Otros comparecientes:
Querellante.
3.- Declaración de inicio del juicio. Actor civil.
Víctima.

4.- Dirección del debate.

5.- Señalamiento de la acusación y


demás escritos relevantes.

ALEGATOS DE APERTURA

FISCAL DEFENSOR DECLARACION ACUSADO


y/o (eventual)
QUERELLANTE

PRODUCCION DE LA PRUEBA

Fiscal y/o Querellante Defensa

ALEGATOS DE CLAUSURA:
Fiscal.
Querellante.
Defensa.
Ultimas palabras del acusado

DELIBERACION Y VEREDICTO
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LA PRUEBA SISTEMA PROBATORIO:


LIBRE VALORACION CON
PARAMETROS DE SANA
CRITICA.

1.- OBJETO DE LA PRUEBA

Hechos relevantes Hechos secundarios Hechos irrelevantes

2.- EL PESO O LA CARGA DE LA PRUEBA.


La presunción de inocencia.

ACUSADOR: Debe probar los DEFENSA: Sólo le corresponde probar


hechos relevantes y secundarios los hechos en que se sustenta su teoría
en que se sustenta la acusación alternativa del caso.

3.- FORMA DE RENDIR LA PRUEBA:


Los elementos de convicción: “Libertad de
medios”

TESTIMONIAL PERICIAL DOCUMENTAL LOS OBJETOS OTROS CONFESION


MEDIOS DE
PRUEBA

Prohibición de utilización Prueba nueva y prueba Constitución del


de registros o documentos sobre prueba tribunal en un lugar
de la investigación distinto a la sala

Excepciones:
a.- Lectura de declaraciones anteriores.
b.- Lectura en apoyo de memoria.
c.- Límites a estas excepciones.
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CONTENIDO DE LA DECISION

ACUSACIONES Y DEMANDA CIVIL

OBJETO DEL
JUICIO
DEFENSA DEL ACUSADO:
Defensa técnica.
Defensa material.
Declaración del acusado.

PRUEBA DESESTIMADA:
ANALISIS DE LA Por ilícita.
Por credibilidad.
PRUEBA RENDIDA
Por verosimilitud.

PRUEBA ACEPTADA Y VALORADA

HECHOS Y
CIRCUNSTANCIAS Explicación razonada de la forma
ESTABLECIDOS cómo se llegó a esos hechos.

CALIFICACION Justificación racional de esa


JURIDICA DE LOS calificación.
HECHOS

DECISION

ABSOLUCION CONDENA
“DUDA RAZONABLE” “CERTEZA MAS ALLA DE TODA
DUDA RAZONABLE”.

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