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El tabaco es un producto agrícola procesado a partir de las hojas de Nicotiana tabacum.

Se
consume de varias formas, de las que la principal es la combustión que produce el humo que se
inhala al fumar. Se utiliza desde hace milenios y tiene su origen en el continente americano,
desde donde se extendió a Europa en el siglo XVI y, posteriormente, al resto del mundo. Se
comercializa legalmente en todo el mundo (salvo en Bután),12 aunque en muchos países tiene
numerosas restricciones de consumo, por sus efectos adversos para la salud pública. Entre las
numerosas sustancias de su composición, el tabaco incluye un alcaloide que se encuentra en las
hojas en proporciones variables, la nicotina,3 una sustancia altamente adictiva4 que se asocia a
una serie de efectos negativos en la salud y que en dosis altas es potencialmente letal.5

El género Nicotiana abarca más de 50 especies clasificadas en cuatro grupos principales:


Nicotiana tabacum, Nicotiana petunoides, Nicotiana rustica y Nicotiana polidiclia. La especie
Nicotiana tabacum, se puede clasificar en cuatro variedades: havanesis, brasilensis, virgínica y
purpúrea, que son el origen de las distintas variedades usadas en la comercialización.

El consumo de tabaco es un factor de riesgo para muchas enfermedades, especialmente las que
afectan al corazón, el hígado y los pulmones, así como muchos tipos de cáncer.6 En 2008, la
Organización Mundial de la Salud definió al tabaco «como la principal causa en el mundo de
muerte evitable».7 Así mismo, a comienzos del siglo XXI, la OMS estimaba que el tabaco era el
responsable de más de cinco millones de muertes cada año y de unas 100 millones de muertes
en todo el siglo XX.8 Según las estimaciones de la propia OMS, de seguir las tendencias actuales,
la cifra de muertes por tabaquismo podría elevarse a ocho millones anuales en el 2030, hasta
totalizar un estimado de 1000 millones de muertos a lo largo del siglo XXI a causa del tabaco.8
Desde la década de 1990, se han promovido legislaciones en países desarrollados e iniciativas
internacionales, como el Convenio Marco para el Control del Tabaco (OMS),9 para frenar su
consumo, aunque a nivel mundial este ha aumentado en las últimas décadas, especialmente en
países en vías de desarrollo,10 mientras que en los países desarrollados se ha estancado o
disminuido.10[fuente cuestionable]

Índice

1 Historia

1.1 Origen y consumo en la América precolombina

1.2 Adopción en Europa


1.3 Polémicas y campañas contra el tabaco

2 Tendencias

3 Perjuicios para la salud

3.1 Tabaquismo y componentes perjudiciales del tabaco

3.1.1 Tabaco y cáncer

3.1.1.1 Mecanismo de acción

3.1.1.2 Mutaciones y formación de tumores

3.2 Los consumidores de tabaco que necesitan ayuda para dejarlo

4 Véase también

5 Referencias

6 Bibliografía

7 Enlaces externos

Historia

Artículo principal: Historia del tabaco

Origen y consumo en la América precolombina

Los expertos en vegetales han determinado que el centro del origen del tabaco se sitúa en la
zona andina entre Perú y Ecuador. Los primeros cultivos debieron tener lugar entre cinco mil y
tres mil años a. C. Cuando se coloniza América, el consumo estaba extendido por todo el
continente. Fumar (inhalar y exhalar el humo del tabaco) era una de las muchas variedades de
consumo en América del Sur. Además de fumarse, el tabaco se aspiraba por la nariz como rapé o
singada, se masticaba, se comía, se lamía, se bebía, se untaba sobre el cuerpo, se usaba en gotas
en los ojos y se usaba en enemas. Se usaba en ritos como soplarlo sobre el rostro de guerreros
antes de la lucha, se esparcía en campos antes de sembrar, se ofrecía a los dioses, se derramaba
sobre las mujeres antes de una relación sexual, y tanto hombres como mujeres lo utilizaba como
narcótico.

El tabaco fue conocido por los europeos en 1492 con ocasión de la llegada de Cristóbal Colón y
sus expedicionarios al Caribe en su primer viaje, según el relato del cronista Bartolomé de Las
Casas (1561)
...siempre los hombres con un tizón en las manos, y ciertas hierbas para tomar sus sahumerios,
que son unas hierbas secas metidas en una cierta oja, seca también, á manera de mosquete
hecho de papel, de los que hacen los muchachos la pascua del Espíritu Santo, y encendido por la
una parte del por la otra chupan, ó sorben, ó reciben con el resuello para adentro aquel humo,
con el cual se adormecen las carnes y cuasi emborracha, y así, diz que, no sienten el cansancio.
Estos mosquetes, ó como los llamaremos, llaman ellos tabacos.11

Primera ilustración de la pipa de tabaco, por el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo(1535)

Un cronista contemporáneo, Gonzalo Fernández de Oviedo describe el consumo del tabaco en


su Historia General de las Indias (1835) como parte de un ritual y describe sus efectos
somníferos:

... é tomaban el aliento é humo para si una é dos é tres é mas veçes, quanto lo podían porfiar,
hasta que quedaban sin sentido grande espaçio, tendidos en tierra, beodos ó adormidos de un
grave é muy pessado sueño... Esta hierva tenían los indios por cosa muy presçiada, y la criaban
en sus huertos é labranças, para el efeto que es dicho; dándose á entender que este tomar de
aquella hierva é záhumerio no tan solamente les era cosa sana, pero muy sancta cosa...12

Oviedo también menciona su uso medicinal y para superar el cansancio. Entiende que "tabaco"
es el nombre de la pipa, que dibuja con dos salidas para sendas fosas nasales. Otras versiones
tomadas de cronistas españoles proponen que «tabaco» proviene de la castellanización del lugar
donde la planta fue descubierta, ya sea Tobago, una isla antillana, o la localidad mexicana de
Tabasco.1314 Sin embargo, lo más verosímil es que proceda del árabe ‫« ططبباق‬tabbaq», (también
‫ ط‬ṭubāq) nombre que se aplicaba en Europa desde al menos el siglo XV a diversas
‫طبُاق‬
plantas medicinales.15 La variedad maya conocida como Cikar (fumar), se extendió por
todo el continente gracias al comercio.16 Rodrigo de Jerez y Luis de la Torre,
compañeros de Cristóbal Colón, fueron los primeros europeos en conocer su existencia.
Rodrigo, a su vuelta a España, fue encarcelado por la Inquisición acusado de brujería,
ya que solo el diablo podía dar a un hombre el poder de sacar humo por la boca.17

En el año 1500, el explorador portugués Pedro Álvares Cabral reportó que los nativos
del actual Brasil lo utilizaban para tratar abscesos ulcerados, fístulas, llagas, pólipos
inveterados, entre otras dolencias.18 En 1529 el misionero español Bernardino de
Sahagún registró que curanderos originarios del actual México utilizaban el tabaco para
tratar el dolor de cabeza, el catarro, el resfriado y la inflamación de los ganglios
linfáticos del cuello.18

Adopción en Europa

Cultivo de tabaco en la comarca extremeña de La Vera (España)

Los primeros cultivos de tabaco realizados por los españoles, existian hacia 1530 en
territorio de la isla de Santo Domingo.19 Las Casas realiza, en su Historia de Indias, la
primera mención a la adicción de europeos al tabaco

Españoles cognoscí yo en esta isla Española, que los acostumbraron á tomar, que,
siendo reprendidos por ello, diciéndoles que aquello era vicio, respondían que no era en
su mano dejarlos de tomar; no se qué sabor ó provecho hallaban en ellos.20

Jean Nicot introdujo el tabaco en Lisboa alrededor de 1560 a partir de una planta que
trajo desde Florida y que, según Nicolás Monardes, «creció y se multiplicó
maravillosamente».18 Este ejemplar se utilizó para tratar a un cortesano que tenía una
enfermedad bucal a la que Nicot denominó Noli me tangere el cual mejoró
sustancialmente tras diez días de aplicarle un extracto de hojas de tabaco en las
mejillas. Dado el presunto éxito del tratamiento, el rey de Portugal le envió un ejemplar
al rey de Francia, Francisco II, para que pueda tratar a dos cortesanas que tenían
carcinoma. Este ejemplar también se multiplicó y el tabaco se empezó a utilizar para
tratar diversas patologías de miembros de la corte francesa, incluyendo a Catalina de
Médici.18

Por orden de Felipe II, el médico y botánico Francisco Hernández de Boncalo, fue quien
llevó las primeras semillas de tabaco a España en 1577. Estas semillas fueron
plantadas en los alrededores de Toledo, en una zona llamada los Cigarrales porque
solían ser invadidas por plagas de cigarra. Allí se inició el cultivo de tabaco en Europa y,
por este motivo, algunos historiadores asocian el nombre de cigarro con estas fincas.

Su extensión por el continente europeo fue gracias al embajador francés en Portugal


Jean Nicot 1530-1600, en su honor Linneo introduce la denominación Nicotiana en su
clasificación de Botánica (Species Plantarum de 1753). Este lo introdujo en su forma
aspirada (rapé) y la popularizó al, supuestamente, «curar» a Catalina de Médicis
(esposa de Enrique II) de unas migrañas, por lo que se le denominó hierba de la reina,
Catalinaria Nuduca y hierba del embajador. En 1574, el botánico flamenco Carolus
Clusius aseguró que «el tabaco es un remedio universal, para enfermedades de todo
tipo».21

El tabaco no constituyó un problema de salud hasta la Revolución Industrial, momento


en el que comenzó la producción masiva. La publicidad, principalmente en los niños y
jóvenes, se convertía en su modelo de comportamiento, emitiendo diversos mensajes.
Pero es cierto que, debido a ello, la cifra de muertos a causa del tabaquismo era de un
27,2 % superior al dado actualmente según confirma la Agencia Internacional sobre el
Cáncer.22

Trabajadora clasificando tabaco por longitud y color en Java (Indonesia), alrededor de


1920.

Polémicas y campañas contra el tabaco

Durante el siglo XX, numerosos estudios médicos fueron demostrando los perjuicios del
tabaco, y negando su posible utilidad terapéutica. Por otro lado, su consumo pasa de
ser mayoritariamente masculino a un mayor equilibrio entre sexos.

No fue hasta la década de 1990 cuando se empezó a hacer eco del efecto nocivo del
tabaco aunque, debido a la falta de pruebas, no se tenía del todo en cuenta la gravedad
de la situación. A pesar de ello, una sentencia de 1992 del Tribunal Supremo de España
estableció que las empresas tabacaleras solo incurrían en delito si ocultaban al
consumidor información sobre los efectos nocivos del tabaco, mientras que numerosas
demandas presentadas contra ellas habían sido desestimadas.

La Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud (OMS), intentaron prohibir en


2001 la publicidad del tabaco en todo el mundo, aunque solo algunos países lo
adoptaron. A partir de 2004, las empresas tabacaleras se vieron obligadas a especificar
los aditivos que utilizan en la fabricación del tabaco y todas las cajetillas se empezaron
a comercializar con la leyenda: «Fumar mata», «Fumar puede matar» o «Fumar daña
gravemente su salud y la de las personas que están a su alrededor».
Un estudio mostró que la nicotina es absorbida por las plantas y que las plantas también
son «fumadoras pasivas». Bien porque lo absorben por las raíces, o por absorción
desde un suelo contaminado.23

Tendencias

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), «los países que han reconocido la
importancia primordial de informar al público, han logrado un descenso en el consumo
de tabaco». Panos, agencia londinense de información, añade: «en muchos hogares,
lugares públicos y centros de trabajo del Norte, ya no se considera socialmente
aceptable fumar»,[cita requerida] y muchas personas se ven impedidas de hacerlo en
lugares públicos cerrados por las prohibiciones adoptadas en varios países. Estas
restricciones son más rígidas en los países desarrollados que en los subdesarrollados,
razón por la cual las empresas tabacaleras dirigen su publicidad más hacia las naciones
con menos prohibiciones o con leyes más laxas.

En la actualidad, el consumo de tabaco es la principal causa de mortalidad evitable en


el mundo. Habida cuenta de los 4,9 millones de defunciones anuales relacionadas con
el tabaco, ningún otro producto de consumo es tan peligroso ni mata a tantas personas
como el tabaco. Se está trabajando en tratados y leyes en donde se podrá proteger a
miles de millones de personas de las devastadoras repercusiones del consumo del
tabaco y de la exposición al humo de tabaco.

En el mundo hay más de 1000 millones de personas que fuman tabaco. El porcentaje
de fumadores ha disminuido en muchos países desarrollados pero está aumentando en
los países en vías de desarrollo. En la mayoría de poblaciones, entre el 20 y el 66 % de
los hombres fuma. Aunque el porcentaje de mujeres que fuman está aumentando, este
suele ser inferior al de los hombres que fuman.24

Perjuicios para la salud

Véase también: Terapias de reemplazo de nicotina

Gráfico comparativo del daño físico y grado de dependencia entre las drogas más
consumidas. El tabaco aparece en el segundo grupo de drogas más peligrosas y como
la tercera droga que mayor grado de dependencia (adicción) crea, solo por detrás de la
cocaína y la heroína.25 Estudio publicado en la revista The Lancet en 2007.

El tabaco puede provocar enfermedades del aparato respiratorio. Las patologías más
frecuentes asociadas al tabaquismo son la bronquitis y el enfisema. Se trata de dos
fenómenos esencialmente de tipo inflamatorio y destructivo, pero que pueden
complicarse con lesiones obstructivas, de fibrosis alveolar e incluso de neumotórax. La
nicotina tiene también un efecto directo sobre el sistema vascular, pudiendo producir
gangrena como complicación de la enfermedad de Buerger. Por otra parte, se considera
que el hábito del tabaquismo puede influir negativamente en la potencia sexual
masculina.26

En términos generales, las complicaciones derivadas del consumo de tabaco se


perciben a largo plazo. Es la acción prolongada y continuada de las distintas sustancias
que componen los cigarrillos sobre el organismo humano lo que desencadena el
desarrollo de patologías severas como tumoraciones, problemas cardiovasculares,
respiratorios, etc. Tal es el caso, por ejemplo, del cáncer de labio en los fumadores de
pipa, el cáncer de vejiga y el cáncer de esófago. En este último, se aprecia un mayor
riesgo de padecerlo en pacientes adictos al tabaco negro. Los alquitranes y otras
sustancias químicas que acompañan a la nicotina en la composición del cigarrillo son
considerados altamente nocivos, siendo los principales responsable del desarrollo de
tales complicaciones. Sin embargo, está demostrado también que el tabaco mascado
«sin humo» también produce cáncer de la cavidad oral. El uso simultáneo del alcohol
aumenta la carcinogenicidad del tabaco respecto al cáncer de cabeza y cuello.27 El
tabaco es el responsable del diagnóstico de casi la totalidad de casos de enfermedad
pulmonar obstructiva crónica (EPOC), de enfisema y de cáncer de pulmón. Desde la
Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) se hace especial
hincapié en el carácter crónico del tabaquismo.28 El alto poder adictivo de las
sustancias que contiene el tabaco disminuye exponencialmente las posibilidades de
lograr mantener la abstinencia durante un tiempo prolongado tras una primera tentativa
de abandono. El paciente tiende a desarrollar numerosas características propias de
otras patologías no reversibles. La lucha contra la adicción al tabaco debe, pues,
plantearse en un marco de acción a largo plazo. Se requiere una interacción estrecha
entre los profesionales sanitarios y el fumador, siendo necesario actuar sobre
determinados patrones educacionales, al mismo tiempo que se programa una terapia
conductal adecuada y se lleva a cabo un seguimiento personalizado del enfermo. Si
bien hasta el momento los profesionales sanitarios tendían a mostrarse reacios a la
hora de asesorar a los pacientes sobre cuestiones de tabaquismo al considerar poco
eficaz su labor en esta materia (la concienciación suele ser menor que en otras
patologías crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial), la situación tiende a
revertirse.

En las últimas décadas, las políticas de salud pública de una gran parte de los
gobiernos occidentales tienen en el tabaquismo su caballo de batalla. Proliferan las
reformas legislativas que tienen como objetivo controlar el margen de beneficios de las
grandes tabaqueras, así como aumentar las cargas impositivas al tabaco o restringir los
espacios en los que se permite fumar. En España la Ley 28/2005, del 26 de diciembre
de 2005,29 estableció un nuevo marco legal para la regulación de la venta, el
suministro, el consumo y la publicidad del tabaco. Sucesivas enmiendas y anexos se
han incorporado al texto inicial, hasta que en 2011 entró en vigor la «Ley antitabaco»
que estableció la prohibición total de fumar en lugares públicos cerrados. Por su parte,
la Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda activamente la adopción de tales
medidas. En un comunicado de prensa publicado en 2008, instaba a los gobiernos a
comprometerse con la prevención del tabaquismo mediante la prohibición total de toda
forma de promoción, publicidad y patrocinio en torno al tabaco.30

Pulmón de un fumador enfermo de cáncer de pulmón. Las áreas negras están cubiertas
por los componentes de tabaco y han quedado endurecidas, mientras que la mancha
blanca es el cáncer producido por el tabaco.

En España, según informa el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo


(CNPT)31 se calcula que cada año mueren cerca de 3000 personas al verse expuestas
al humo del tabaco ambiental. Dicho organismo recoge que en torno al 12 % de los no
fumadores son fumadores pasivos y casi la mitad de los no fumadores vive expuesta al
humo ambiental. Se estima que una parte importante de los fumadores se inicia en el
tabaco antes de los 18 años, de los que casi un 25 % lo hace antes de cumplir los 10
años. Por eso se buscan en la actualidad nuevas estrategias que permitan proteger a
este sector poblacional tan sensible frente al influjo ejercido por la presencia recurrente
del tabaco en todo tipo de soportes audiovisuales como el cine, la televisión, las revistas
o las vallas publicitarias. Sin embargo, aunque el nivel de concienciación sobre los
efectos nocivos del tabaquismo ha aumentado sensiblemente, se percibe una cierta
permisividad con respecto a otras sustancias afines.

En un estudio realizado en el Reino Unido, se analizó el daño que provocaban veinte


sustancias psicoactivas y se calculó un valor relativo en una escala de 0 a 100 que
refleja el daño que traen dichas sustancia para quien la consume, además de incluir una
segunda variable que refleja el daño provocado a terceros. El valor relativo combinado
de las dos variables (daño propio y daño a terceros), ordenado de mayor a menor
peligrosidad, muestra: alcohol (72), heroína (55), crack cocaína (54), metanfetamina
(33), cocaína (27), tabaco (26), anfetamina (23), ácido gamma-hidroxibutírico (GHB)
(19), benzodiacepinas (15), ketamina (15), metadona (14) y otras menos dañinas para
terceros, aunque lo sean para los usuarios: (éxtasis, mefedrona, solventes, LSD,
hongos alucinógenos, cannabis). El alcohol, como puede verse, es tres veces más
dañino en conjunto (para sus consumidores y para quienes los rodean) que la cocaína,
el tabaco y las anfetaminas; y mucho más nocivo que la marihuana.32

El profesor emérito de ciencias del comportamiento Hanan Frenk y el psicólogo Reuven


Dar, ambos de la Universidad de Tel Aviv, cumpliendo estudios en parte patrocinados y
financiados por las mismas multinacionales tabaqueras, publicaron un libro en el que
cuestionan la credibilidad de los resultados estadísticos de los estudios sobre la
toxicidad y potencial adictivo de la nicotina, y afirman que estas nociones son una
construcción falsa; este libro hasta el momento es la única publicación científica, contra
miles, que cuestiona la toxicidad y el potencial adictivo de la nicotina.33

Tabaquismo y componentes perjudiciales del tabaco

El tabaquismo es la adicción al tabaco por efecto de la nicotina,4 sustancia presente de


forma natural, aunque sobre todo por añadidos artificiales en el proceso de manufactura
del tabaco, que precisamente se añade para potenciar su efecto adictivo y así procurar
vender más cantidad de producto. El tabaco en forma de cigarrillo es muy perjudicial
para la salud; los perjuicios para la salud expuestos anteriormente se deben
fundamentalmente a los numerosos componentes tóxicos que contiene (alquitrán, CO,
sulfatos, etc), radiactivos (0,01 becquerelios por gramo de tabaco, en el que se han
encontrado los isotopos radiactivos plomo-210 y polonio-210)34 y cancerígenos (por
añadidos artificiales a la planta). La nicotina, además de adictiva,4 es altamente tóxica y
puede provocar la muerte a partir de la ingestión de unos 50 mg.5 De considerarse el
tabaco un producto alimenticio, cientos de sus aditivos serían considerados ilegales
bajo las leyes actuales.35

Tabaco y cáncer

El tabaco ha sido relacionado con al menos 17 tipos de cáncer, entre los cuales
aparecen: cáncer colorrectal, cáncer de pulmón, cáncer de laringe, cáncer de faringe,
cáncer de ovario, cáncer de cérvix, cáncer hepático, cáncer renal, leucemia mieloide
aguda, cáncer de vejiga, cáncer de boca, cáncer de estómago y cáncer de esófago. La
contribución del tabaco a la aparición de este tipo de tumores se debe a la gran mezcla
de compuestos químicos que se encuentran tanto en el humo como en el tabaco que
aún no ha sido quemado. Únicamente analizando los componentes del humo, se han
llegado a encontrar hasta 70 carcinógenos, de entre los cuales pueden destacarse 3
grupos de compuestos:36

Nitrosaminas.
Hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs), dentro de los cuales se encuentra el
Benzopireno (BaP) que fue el primer carcinógeno encontrado en el tabaco además del
principal causante de las mutaciones en P53 y formador de aductos en el ADN.

Aminas aromáticas.

Mecanismo de acción

Desde el punto de vista biológico, estos carcinógenos son activados por el citocromo
P450, el cual , y bajo circunstancias fisiológicas, produciría su metabolismo para
posterior excreción. Sin embargo, ante acumulación de estos agentes de naturaleza
química, la activación por parte del citocromo P450 permite que estos carcinógenos
puedan interactuar con el ADN debido a su naturaleza electrofílica y afinidad de unión al
ADN. De esta interacción entre los compuestos del tabaco y las bases nitrogenadas del
material genético aparece la formación de aductos de ADN. Estos son uniones de los
productos químicos al ADN que provoca daño e impiden la correcta y completa
repliación del material genético, aumentando así la probabilidad de que aparezcan
nuevas mutaciones, que lleven al desarrollo de cáncer.

En circunstancias fisiológicas normales los sistemas de reparación del ADN se


encargan de reparar estas estructuras y eliminarlas, pero si persisten a esta reparación
y además se disponen en regiones donde se encuentran oncogenes tales como Myc y
Ras o bien en regiones de genes supresores de tumores como P53. Esto provoca una
pérdida de control sobre el crecimiento celular, lo cual será la fase inicial de la formación
de tumores.

También se han descrito otros mecanismos de actuación relacionados


fundamentalmente con la nicotina y derivados. Estos compuestos son capaces de
unirse a la superficie celular, concretamente a receptores nicotínicos, activando diversas
proteínas y factores que llevan a una disminución del proceso de apoptosis, junto con
un aumento de la proliferación celular y transformación maligna de las células. Se ha
descrito que la nicotina es capaz de activar el proceso de angiogénesis que favorece el
mantenimiento y crecimiento tumoral.37

Cada uno de los procesos o mecanismos capaces de generar mutaciones en las células
somáticas deja en el genoma de la misma una firma mutacional.36

Mutaciones y formación de tumores

Algunos tipos de cáncer se encuentran directamente relacionados con el tabaco, como


es el caso del cáncer de pulmón y otros cánceres del tracto respiratorio. Esto se debe al
contacto directo que presentan las células de estos tejidos con los componentes
químicos presentes en el tabaco y que son perjudiciales para la salud. Sin embargo,
existen otros tipos de cáncer en tejidos en los que la exposición al tabaco no es de
manera directa, en este caso el desarrollo tumoral ha sido atribuido a procesos
inflamatorios por depósito de partículas.36

Los consumidores de tabaco que necesitan ayuda para dejarlo

Diversos estudios revelan que pocas personas comprenden los riesgos específicos para
la salud que entraña el consumo de tabaco. Por ejemplo, un estudio realizado en China
en 2009 reveló que sólo un 38 % de los fumadores sabía que el tabaco provocaba
cardiopatía coronaria, y sólo un 27 % sabía que ocasionaba accidentes
cerebrovasculares.[cita requerida] La mayoría de los fumadores que conocen los
peligros del tabaco desean dejarlo.[cita requerida] El asesoramiento y la medicación
pueden duplicar con creces la probabilidad de que un fumador que desea abandonar el
tabaco lo consiga.[cita requerida]

Sólo 24 países, que representan el 15 % de la población mundial, disponen de servicios


nacionales integrales para ayudar a los consumidores a dejar de fumar. No hay ningún
tipo de asistencia para dejar de fumar en una cuarta parte de los países de bajos
ingresos.38

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