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CAPITULO I

1. PRINCIPIOS JURÍDICOS Y ECONÓMICOS DEL IGV

1.1. PRINCIPIO DE NEUTRALIDAD

El Impuesto General a las Ventas (IGV) conocido también como Impuesto al Valor

Agregado(IVA), es un impuesto indirecto que pretende gravar la capacidad contributiva

objetiva que se refleja a través del consumo de bienes y servicios finales.

El termino capacidad contributiva subjetiva se intenta atenuar tal observación

disponiendo las exoneraciones de los productos que integran la canasta básica familiar

para que el impuesto no incida.

Debe quedar claro que el IGV es un impuesto general al consumo de bienes y servicios

cuyo principio económico fundamental es la neutralidad.


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El principio de neutralidad otorga una cualidad única al IGV, de otro lado, la

neutralidad busca que el impuesto busca su función sin interferir en las decisiones de los

agentes económicos.

Un impuesto neutral puede ser definido como aquel que no tiene ningún efecto sobre

la asignación de recursos en la economía, en otras palabras, no cumpliría este principio si,

por efectos de la imposición se produjera un cambio en las decisiones que los individuos

habrían adoptado (Emilfork, 1999, pág. 26) .

1.2. EL PRINCIPIO DE NEUTRALIDAD

Tiene tres tipos de concepto diferente en el funcionamiento del IGV.

 El empresario, durante la cadena de comercialización, no asume costos económicos por

concepto de IGV, lo que no afecta su margen bruto de utilidad. El IGV es un impuesto

que no impacta económicamente en los márgenes de utilidad de la compañía.

 Las decisiones de consumo de os bienes y servicios no deben estar influidas por la

carga impositiva .Este objetivo denominado generalización del IGV desempeña un

papel importante en la definición del hecho gravado ´´servicios´´ y del ´´sujeto

contribuyente del impuesto ´´La definición más amplia es la negativa o residual ( es

servicio todo lo que no es venta ), que rige en España , argentina y Colombia .Argentina

solo grava las obligaciones de hacer, no grava las obligaciones de no hacer y la cesión

de intangibles ;Colombia igualmente solo grava las obligaciones de hacer , mientras

que chile, México, y Perú tienen una definición amplia y comprensiva de todo tipo de

prestación .
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 Igualdad de trato impositivo entre el consumo interno e internacionalidad de bienes y

servicios, cualquier impuesto que afecte el consumo de bienes y servicios en el mercado

interno se debe replicar para los provenientes del extranjero hacia el mercado interno.

1.3. EL CONCEPTO DE CONSUMO

El consumo que viene a ser la manifestación de capacidad contributiva. En efecto el

comercio internacional las exportaciones de bienes y servicios tiene como elemento

fundamental para aplicar la exoneración, infestación o gravamen con tasa 0%.

En la exportación de bienes extranjeros se produce a través de un acto formal ante la

autoridad aduanera a través de la Declaración de Aduanas, se debe probar que el consumo

de los servicios se ha producido en el extranjero para gozar de las exoneraciones,

infestación o afectación con tasa 0%.

Los bienes y servicios provenientes del extranjero el primer hecho grabado del

impuesto es la importación definitiva de bienes porque solo a partir de ella los referidos

bienes pueden circular en el mercado nacional para su destino al consumo final.

También el consumo explica porque determinados bienes no son considerados bienes

muebles a efectos del impuesto. El consumo también explica la exclusión de los terrenos

dentro de la base imponible de las ventas inmobiliarias, porque tales bienes no se

consumen a través de su depreciación.

1.4. ONEROSIDAD Y GRATUIDAD

El consumo explica porque los autoconsumos y las operaciones a título gratuito

terminan siendo gravados en un impuesto al valor agregado, lo cierto es que la onerosidad


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está presente en la oferta de bienes y servicios (tipo consumo) o en el pago de la renta a

los factores de producción (tipo de renta).

El sujeto contribuyente o empresario autoconsumo bienes fuera de la cadena de

comercialización, en un ámbito privado que revela su comportamiento como consumidor

final debe soportar la carga económica del impuesto.

Los consumos finales de bienes y servicios casos en los cuales, el sujeto que efectué el

consumo final de tales bienes y servicios deberá soportar su pago sin posibilidad de

deducirlo para fines del impuesto a la renta.

1.5. EL VALOR AGREGADO Y CONTRAPRESTACIONES

El valor agregado sin interesar la forma de su medición en función de la producción o

del pago de las rentas a los factores de producción también permite explicar la

construcción jurídica del impuesto. En efecto se construye no desde el punto de vista de

la parte que recibe el bien o el servicio y lo consume es decir ´´ lo destruye´´ sino desde el

punto de vista de la suministra es decir ´´produce´´ (Derouin, 1981, pág. 421).

El valor agregado se refiere a la contabilidad nacional permite definirlo desde dos

perspectivas en función del productor nacional o de la renta nacional.

La contraprestación total se paga por el intercambio de bienes y servicios, y sobre ella

se aplica el impuesto que comprende las remuneraciones de los factores de producción,

tales como las remuneraciones de accionistas, los intereses pagados a entidades financieras

y los beneficios de los accionistas, en otras palabras, la contraprestación esta confundida

por los costos directos o indirectos, gastos generales de ventas y de la administración.


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1.6. LOS PRINCIPIOS JURIDICOS DEL IMPUESTO

Las construcciones jurídicas del impuesto giran en torno al derecho de crédito fiscal

que se materializa la neutralidad de los costos impositivos para el empresario.

La definición de los hechos gravados recoge conceptos del derecho civil:

 Bienes muebles.

 Presentación.

 Contraprestación.

 Contratos de construcción.

 Intereses.

En nuestra jurisprudencia administrativa no se ha presentado atención a la interrelación

entre los principios económicos y jurídicos del impuesto para la interpretación de las

normas reguladoras del impuesto.

En efecto, la resolución del tribunal fiscal N° 1374-3-2000 de fecha 20 de diciembre de

2000 señala que el legislador adopto la técnica del impuesto plurifasico no acumulativo

sobre el valor agregado calculado sobre el método de sustentación sobre base financiera de

impuestos contra impuestos, con derecho a un crédito fiscal con deducciones amplias.

 Impuesto plurifasico: En función de los sujetos que integran la cadena de producción

y comercialización.

 Impuesto no acumulativo: La incidencia económica del impuesto en una etapa

anterior no se traslada a la subsiguiente como parte del costo.

 Valor agregado sobre base financiera: El cálculo del valor agregado se realiza bajo

el método de sustracción (ventas vs. Compras).


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 Base financiera de impuestos: El cálculo del valor agregado puede efectuarse con

arreglo a dos sistemas.

 Deducción de tipo consumo en cuando a inversiones: En cuanto a la deducción del

impuesto que afecta la adquisición de bienes de capital: sistema de deducción de tipo

producto, es sistema de deducción de tipo renta y sistema tipo consumo.

1.7. LA ESTRUCTURA JURIDICA DEL IMPUESTO

La estructura jurídica del impuesto debe abordar la discusión de hecho grabado:

consumo, valor agregado u operación de ventas o servicio, el hecho gravado más relevante

del impuesto es el de la prestación de servicios, en esa tensión entre la vocación de

generalidad de impuesto y la necesidad de precisar el núcleo factico de la hipótesis de

imposición.

Es también importante el derecho al crédito fiscal, destacando perfil procesal, en

especial el cumulo de deberes formales que pretendía ser impuestos por la Administración

Tributaria y nuestra jurisprudencia. relacionado con este tema se analiza la regla de la

prorrata de crédito fiscal y los supuestos de reintegro del crédito fiscal.

También el momento de nacimiento de la obligación tributaria o devengo del impuesto

explica la particular división de hechos gravados en nuestra legislación que ha su

clasificado los servicios de los contratos de construcción.


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CAPITULO II

2. EL HECHO IMPONIBLE EN EL IGV

2.1. LA NORMA JURIDICA EN EL IGV: LAS DISTINTAS PERSPECTIVAS

Toda norma, incluso la impositiva, tiene un carácter hipotético y categórico, en lo que

respecta al IGV ¿Cuál es su elemento hipotético y categórico? Si cada venta o prestación

fuese el hecho grabado, el mandato categórico seria pagar el IGV por cada operación en

secreto, que es la tesis más extendida sobre el hecho gravado en el IGV.

El IGV es un sistema de relaciones jurídicas triangulares encadenadas que ha superado

la definición tradicional de tributo como obligación de un sujeto con la hacienda pública.

El IGV es jurídicamente hablando un sistema de obligaciones y deberes entre las personas

de suma cero (Acosta, 1768, pág. 4).

Desde este punto de vista, a modo de aproximación al estudio del presupuesto de hecho

en IGV, cabe señalar que su concepción puede ser distinta según la óptica desde la cual se

aprecie, si se atiende a la técnica de recaudación el hecho jurídico tributario seria de

carácter periódico y, finalmente, si se atiende a la perspectiva económica del impuesto, el

hecho jurídico tributario seria el acto de consumo final, resume con claridad las diferentes

perspectivas. (Colmenar, 1982, págs. 292-370).

 Si se atiende a su percepción por el sujeto que traslada el pago del tributo se podría

concebir el IGV como un impuesto cuyo hecho jurídico.

 Si se atiende a su recaudación, se podría concebir el IGV como un impuesto sobre la

cifra global de negocios realizada por el sujeto pasivo.


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 Si se atiende a su incidencia en el consumidor final, se podría concebir el IGV como

impuesto general sobre el consumo, cuyo hecho gravado se produce cuando ocurre el

acto de consumo de los bienes y servicios en la etapa final de la cadena de distribución.

En efecto en la primera tesis, la obligación tributaria surgiría en el momento en que se

perfeccionaría cada operación prevista como presupuesto. En la segunda tesis, la

obligación tributaria surgiría cuando se complete el periodo previsto por ley. En la tercera

tesis, la obligación tributaria surgiría en el momento en que se realice el consumo en la

etapa final y su cuantía sería equivalente al IGV repercutido al final.

Para completar la aproximación al estudio de la estructura jurídica del IGV cabe

examinar las relaciones jurídicas que componen su mecánica de imposición. tales

relaciones son:

 La obligación tributaria: Es la que surge de la realización de cualquiera de las

operaciones, este vínculo es indudable mente, de carácter público.

 La relación jurídica de repercusión: Es la que surge por mandato de la ley y

correlaciona dos situaciones jurídicas subjetivas complementarias, no resulta claro si

este vínculo es de derecho privado o de derecho público.

 La relación jurídica de deducción: Es la que surge por mandato de la ley y otorga al

sujeto pasivo que ha soportado el pago del impuesto, finalmente se debe examinar si

esta es una relación de derecho público o de derecho privado y, desde luego, su

naturaleza jurídica.
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2.2. EL PRESUPUESTO DE HECHO Y LA RELACION JURIDICA TRIBUTARIA

La relación jurídica impositiva es la consecuencia jurídica que surge de la realización

del hecho jurídico tributario previsto como presupuesto normativo, una proposición

antecedente descriptiva de un posible evento del mundo social en la condición de supuestos

normativo, implicando una proposición tesis de carácter relacional en el tópico del

consecuente (Barros Carvalho, 1999, págs. 28-29).

No sería propio que la construcción jurídica de la estructura del tributo se efectuase al

margen del ordenamiento jurídico concreto de que se trate, la estructura jurídica del

impuesto sobre la base de un esquema ideal, teórico y preconcebido que defienda cada

autor, por cuanto el rigor metodológico exige que el impuesto sea calificado con relación

a su presupuesto, siendo de la individualización de este de donde se puede llegar a la

referida calificación y no viceversa. (Checa Gonzalez, 1987, pág. 46).

El mecanismo de aplicación del impuesto gira entorno a estas operaciones concretas

señaladas como hechos imponibles, para este fin téngase en cuenta que el IGV es un

impuesto construido esencialmente sobre la base de principios económicos muy claros: El

principio de neutralidad para las empresas que intervienen en la cadena de distribución y

el principio de gravamen proporcional al valor final de los bienes en la fase de consumidor

final ( Von Siemens, 1919).

Debemos ser conscientes, en este propósito, de los principios económicos que sustentan

el impuesto y los principios jurídicos que derivan de su estructura jurídica, la complejidad

del IGV deriva del hecho de ser un impuesto que recae sobre las ventas de los empresarios,

pero pretende gravar el consumo, jurídicamente el consumidor es absolutamente ajeno al


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IGV en la mayoría de casos: se limita a pagar precios de producto o servicio, en el que ha

incidido económicamente el impuesto (Simon Acosta, pág. 4).

2.3. EL IGV COMO TRIBUTO QUE GRABA OPERACIONES

El IGV es un impuesto que grava las operaciones concretas las descritas en el

presupuesto de hecho de la ley que se trate, la disciplina normativa del tributo considera

impuesto la obligación derivada de las operaciones (imponibles).

Tanto desde un punto de vista terminológico como baja el aspecto formal y sustancial,

de modo que negar a tal obligación la clasificación de impuesto parece en verdad cosa

bastante ardua (Casado Orello, 1979, págs. 589-612).

Sobre la base de este dato normativo, se sostiene que el presupuesto de hecho del tributo

está dado por cada operación señalada por la Ley como generadora de la obligación

tributaria el hecho imponible del IGV y subsiguiente nacimiento de la obligación

impositiva está constituido por la realización de cada operación imponible, postura que

estimamos es la más correcta desde el punto de vista se las directivas comunitarias como

desde la normativa española (Checa Gonzalez, 1987, pág. 47).

La obligación tributaria se originaria como consecuencia de realizarse la operación

prevista como gravada por la ley. la se terminación de la obligación tributaria, en estas

tesis, se producirá dentro del periodo de liquidación previsto por la ley, sea mensual,

trimestral o cualquier otra prioridad. (Checa Gonzalez, 1987, págs. 43-44).

Al final del periodo impositivo se liquida la cuantía del impuesto, pero sobre la base de

la cuantía del impuesto, pero sobre la base de una verdadera compensación jurídica, ello

presupone que la obligación y el crédito recíprocos que se compensas sean líquidos y


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exigibles y sobre todo sean relaciones jurídicas distintas, en consecuencia, la relación

jurídica de deducción es una relación que no integra la estructura jurídica del tributo. Desde

el punto estrictamente jurídico hay que considerar que son autónomos del deber de pagar

el impuesto del de repercutir y del derecho de crédito frente al estado (Checa Gonzalez,

1987, pág. 709).

En esta tesis, mayoritariamente adoptada por la doctrina, habría que resaltar que el IGV

no grava el valor agregado colmenar baldes señala que el método de crédito de impuesto

implica la renuncia a definir legalmente el valor añadido como base imponible de la tribu.

Una de las características del IGV es que no grava el valor añadido es un impuesto

proporcional sobre el valor final de bienes en la fase de ventas al consumo, equivalente al

valor añadido a lo largo de todo el proceso productivo, pero para conseguir este objetivo

se utiliza un mecanismo jurídico en el que valor añadido no es nunca una circunstancia

relevante (Simón Acosta, pág. 5).

 PRIMERA TEISIS

 El IGV es un impuesto que grava hechos jurídicos concretos.

 El objeto de la obligación tributaria sería equivalente a la cuantía que resulte de aplicar

la alícuota sobre la contraprestación que corresponda.

 Las relaciones de repercusión y deducción no forman parte de la estructura jurídica del

IGV.

 La relación jurídica de deducción constituye una obligación sustancial en la cual al

acreedor es el empresario y el deudor en el estado.


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2.4. EL IGV COMO TRIBUTO DE CARÁCTER PERIODICO

El IGV no es un tributo que grave cada operación concreta señalada por la ley

(operaciones activas). con ello se aprecia tan solo parcialmente el fenómeno que pretende

gravar al impuesto. La razón es qué las operaciones pasivas constituyen también un

elemento que integra el presupuesto de hecho del tributo. Esto es, el presupuesto de hecho

está conformado por el total de las operaciones realizadas a favor de dichos sujetos

(Colmenar Valdés, 1982, pág. 308).

El IGV no gravaba operaciones aisladas, sino que su característica definitoria y

distintiva venia dada por el hecho de que se aplica al conjunto de operaciones imponibles

activas y pasivas realizadas por un sujeto en un cierto periodo. La base imponible no sería

la contraprestación que se pague con las operaciones activas, la diferencia entre la cuantía

de las operaciones activa y las operaciones pasivas realizadas en un periodo constituirán la

base imponible. A diferencia de la tesis anterior el nacimiento de la obligación tributaria

se produciría al final del periodo legal previsto en la ley, la base imponible estaría

constituida por la diferencia entre la cuantía de las operaciones activas y pasivas verificadas

en el periodo (Checa Gonzalez, 1987, pág. 43).

La que explica colmenar Valdés, que operaria como una deducción en la cuota muy

similar en su técnica y fundamental a la que rige en las relaciones entre el impuesto a la

Renta a las personas físicas y el impuesto de sociedades.

Otro modo de explicar la actuación del derecho de deducción es qué el formaría parte

del hecho gravado y de la determinación de la obligación es qué el formaría parte del hecho

gravado y de la determinación de la obligación tributaria. A si la deducción no sería un

elemento que opere después de la determinación de la cuota tributaria.


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Esta forma de construcción enfrentaría un inconveniente puesto que siendo el derecho

de deducción una facultad del sujeto empresario, no podría integrarse en la estructura del

tributo sin llegar a distorsionar el concepto de la obligación tributaria. (Casado Orello,

1979, pág. 611).

El carácter obligatorio el ejercicio de crédito fiscal se fundaría en el interés público de

que el IGV cumpla la finalidad para que la concebida materializar la neutralidad del

impuesto y, al mismo tiempo lograr la incidencia del tributo proporcional al valor agregado

de cada etapa.

 SEGUNDA TESIS

 El IGV no gravaría operación concreta prevista por la ley.

 El hecho gravado estaría dado por el total de operaciones activas y pasivas

realizadas en un periodo determinado.

 El valor agregado dejaría de ser un elemento extraño a la estructura jurídica en

razón de que el hecho gravado seria la diferencia entre el valor total de las

operaciones activas y pasivas, esto es, el valor añadido del periodo.

2.5. EL IGV COMO TRIBUTO QUE GRABA EL CONSUMO

El IGV no es tributo que grave cada operación imponible concreta. El no genera el

efecto patrimonial de toda obligación tributaria stricto sensu. Este consiste en generar el

enriquecimiento del Estado y el correlativo empobrecimiento del deudor, por cuanto el

deudor ope legis traslada la carga impositiva del impuesto a terceros (relaciones jurídicas

de repercusión) y el acreedor tributario está obligado a devolver, tal impuesto vía

compensación o devolución (relación jurídica repercusión).


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Un conjunto de obligaciones y deberes a cargo del operador económico que cede el bien

o presta al servicio. (Casado Orello, 1979, pág. 596). El IGV se estructura sobre la relación

jurídica de repercusión y a la relación jurídica de deducción. Con ambas se logra la

neutralidad de los sujetos que intervienen en la cadena de distribución (Simón Acosta, pág.

3). Los bienes y servicios que están dentro del circuito empresarial no soporta el IGV, es

decir, no llevan IGV incorporado a su precio, salvo algún caso excepcional.

En esta línea de pensamientos se han embolsado varias tesis.

 El IGV como impuesto general sobre el consumo: En este momento se realiza la

función típica del impuesto, es decir, lograr el enriquecimiento del sujeto activo y el

empobrecimiento del sujeto pasivo.

Sostiene las operaciones relacionadas por las operaciones realizadas por el sujeto

empresarios dentro de la cadena no constituyen la solución de una obligación tributaria

(Checa González, 1987, pág. 42).

 El IGV como impuesto con dos presupuestos de hecho: El primero alude al supuesto

de hecho concreto prevista por la ley positiva como generador de la obligación

tributaria, y el segundo, a aquel supuesto de hecho que en versad pretende gravar el

IGV.

 El IGV como impuesto cuyo presupuesto de hecho es de formación: En esta tesis

se distingue el presupuesto que da lugar a una relación jurídica preliminar del impuesto

como presupuesto complejo de formación sucesiva.

Esta concepción desarrollada básicamente por la doctrina italiana ´´traslada al plano

jurídico la configuración económica del impuesto según la modalidad adoptada por la

norma comunitaria´´. Conviene señalar que el consumo como tal no es un acto pueda
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preverse como hecho gravado, puesto que sería imposible determinar, para cada tipo de

transacción, bien o servicio, en momento que el consumo habría de producirse.

Tampoco ha de perderse de vista que el IGV no sólo es un tributo que afecta al

consumidor sino también a las propias empresas. Esto ocurre tratándose de actividades

exonerados, sometida prorrata y los casos de regularización (reintegro) de los bienes de

inversión.

De esta tesis se puede extraer las conclusiones siguientes:

 Las operaciones gravadas a lo largo de la cadena no serían más que las obligaciones

tributarias preliminares, accesorias o integrantes de un presupuesto de hecho de

formación compleja.

 El objeto de la obligación tributaria estaría dado por la cuantía que resulte de aplicar al

precio final de los productos la alícuota que corresponda.

 Las empresas que intervienen durante la cadena son simples agentes recaudadores o

responsables sustitutos, pero en ningún caso contribuyente.

2.6. EL IGV COMO PROCEDIMIENTO DE IMPOSICION

El divorcio que se aprecia entre la finalidad económica del impuesto y su construcción

jurídica ha llevado a sostener que el IGV es un procedimiento de recaudación de

compuestos por un conjunto articulado de actos que se realizan a lo largo de la cadena

empresarial y suyo fin es lograr el gravamen sobre el consumo final. El IGV es una técnica

de imposición diseñada con el fin de gravar el consumo final o, como señala el profesor

(Varona Alabern, 1991, pág. 23).


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En ella las, empresas se comportan como meros agentes recaudadores del impuesto.

Generan la posibilidad de un control cruzado de operaciones. La mecánica de imposición

es un instrumento que posibilita que el impuesto recaiga sobre el consumo final.

Un procedimiento de recaudar un impuesto sobre las ventas, contemplando como un

impuesto sobre el valor de un producto, recaudado de las empresas vendedoras y que se

esperar se traslade a los compradores mediante un incremento en los precios en una cuantía

igual al monto de un impuesto (Suvillan, 1978, pág. 65).

No hay hecho generador de obligaciones tributarias a lo largo de la cadena. Ello porque

el acto de consumo, que es el que pretende gravar ley, se realiza al final de la cadena y no

integra el procedimiento jurídico de imposición.

De esta tesis podemos extraer las conclusiones siguientes:

 Debido que la finalidad del tributo es gravar el consumo, los sucesivos actos a lo largo

de la cadena no son hechos imponibles.

 El acto de consumo se realiza en la última etapa no integra el supuesto de hecho de la

obligación tributaria.

 No se fuerza la existencia de obligaciones tributarias en supuestos en los cuales ni el

contribuyente sufre mermas en su patrimonio ni el acreedor acrecienta el suyo (Casado

Orello, 1979, pág. 612).

 No designa como sujeto pasivo a quien no realiza al acto revelador de la capacidad

económica que pretende gravar el legislador. Está claro que no se pretende gravar las

entregas o servicios a lo largo de la cadena, sino el acto de consumo final es el resultado

del procedimiento de imposición.


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2.7. NUESTRA POSICION

Una idea fundamental que cabe descartar es el divorcio entre los principios económicos

que sustentas la aplicación del IGV y su configuración jurídica. No compartimos la tesis

del IGV como un tributo cuyo presupuesto se configure solo en la última etapa de la cadena

de valor.

De la distinción entre la finalidad del impuesto y el hecho gravado deriva que no

necesariamente el supuesto de hecho del tributo coincidí con el objeto que se pretende

gravar.

De la renta decididamente nuestro atendimiento se inclina por la tesis que sostiene que

el IGV tiene como presupuesto un hecho jurídico de carácter periódico, puesto que permite

explicar de manera más razonable y coherente la naturaleza del impuesto.

Su base imponible y determinación vendrían dadas por una misma operación

aritmética, la diferencia de cuantías entre el impuesto de ventas y el impuesto de las

comprar del periodo.

Aunque tanto la base como la determinación del impuesto resultan de una misma

operación aritmética lo cual es perfectamente posible si consideramos que uno y otro

elemento se ubican en el consecuente de la norma tributaria.

Esta concepción es posible en legislaciones en las cuales el derecho de deducción se ha

concebido como de ejercicio obligatorio sin posibilidad de devolución y sin que sea posible

a aplicarlo contra periodos anteriores a la fecha de su devengo.

Lo cual lo otorga mayor coherencia a este último en tanto la deducción plasma

jurídicamente la neutralidad del IGV durante la cadena de distribución por tanto parece
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lógica su integración a la mecánica de imposición del IGV y no únicamente como un

elemento externo a su estructura jurídica.

El valor añadido en cada etapa de la cadena de distribución seria, así, el objeto grabable

respecto de bienes o servicios que terminen en un consumo final. El interés por la

adquisición de un bono no podría incluirse como parte del valor añadido, porque ese tipo

de bienes no derivan en actos de consumo final. Desde esta perspectiva el IGV vendría a

ser un impuesto al trafico jurídico de bienes y servicios de carácter periódico.

El mandato que surge del elemento prescriptivo de la forma conduce a que el

presupuesto hipotético no sea cada hecho económico (venta o compra) individualmente

considerado. En suma, el imperativo categórico en el IGV es el resultado de esta síntesis

entere la cuantía de las ventas y compras (un puesto de hecho complejo).


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CAPITULO III

3. LA RELACION JURIDICA DE REPERCUCION Y TRASLACION

3.1. ENFOQUE DOCTRINARIO DE LA RELACION DE REPERCUCION

Las dos relaciones jurídicas, repercusión y deducción, constituyen el núcleo

fundamental en el mecanismo del IGV.

El propósito de hacer recaer la carga fiscal en el consumidor se consigue a través del

ejercicio obligatorio de la repercusión, el objetivo de la neutralidad del impuesto en

relación con los operadores económicos que intervienen en el ciclo de producción y

distribución de bienes y servicios se alcanza, fundamentalmente mediante el derecho de

deducción o, e última instancia, con el derecho de reembolso (Casado Ollero, 1980, págs.

132-133).

Asimismo, considera que etas dos figuras jurídicas inescindibles con “como las dos

caras de una misma moneda”, pues para que el IGV “funcione correctamente, es necesaria

la existencia de ambas figuras, ya que con solo una de ellas no se lograría la pretendía

neutralidad. Esa conexión funcional entre repercusión y deducción explicita que sin la

primera no tendría sentido la segunda” (Varona Alabern, 1991, pág. 482).

La obligación es el vínculo jurídico que correlaciona una situación jurídica de poder

correlativa a una situación jurídica. De esta perspectiva, la relación jurídica de repercusión

representaría una obligación en la cual el sujeto del IGV tendría el deber de trasladar la

carga económica del impuesto mediante la factura respectiva (Casado Ollero, 1979, pág.

602).
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Así sostiene que la “repercusión del impuesto consiste en el derecho deber de exigir en

factura, y separadamente del precio de la operación, la suma en que consiste la prestación

tributaria al adquirente de dichos bienes y servicios” (Cayón Galiardo, 1999, pág. 532).

En este sentido, “ es correcta la calificación de derecho deber, caracterizaciones ambas,

que son excluyentes, sino consecuencia lógica una de la otra, ya que si la repercusión es un

derecho deber es lógico que su ejercicio resulte obligatorio” ( Checa González, 2002, pág.

290).

Por último, la tesis del derecho de ejercicio obligatorio es explicada por (Casado Ollero,

1979, pág. 602), quien señala que “el derecho nace la operación imponible y para lo que la

ley requiere, el concurso del sujeto no es para la constitución del derecho, sino mas para el

ejercicio del mismo.

3.2. NUESTRA OPINION ACERCA DE LA NATURALEZA DE LA RELACION

JURIDICA DE REPERCUSION

La repercusión y el derecho de deducción permiten el funcionamiento del IGV como un

impuesto neutral para el empresario a lo largo de la cadena. Desde tal perspectiva, la

repercusión otorga al sujeto del impuesto la facultad de exigir el pago del importe

equivalente al impuesto y, al adquirente empresario, el deber de soportar su pago. Aquel

dispone del poder de exigir tal prestación y este el deber de ejecutarla.

En relación con el primer aspecto, pensamos que no se trata de una obligación, porque

no se puede compeler al sujeto pasivo a desplazar el pago del impuesto, porque es un

derecho disponible.
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En la relación al segundo aspecto, el deber que se materializaría en el detalle en la

factura del IGV generado es un deber jurídico formal de control de la mecánica de

imposición del IGV.

En este sentido, en cuanto a la traslación económica del impuesto, la tesis del derecho

de ejercicio obligatorio, se acerca con mayor acierto al contenido jurídico de que dispone

el titular de la relación de repercusión. Se trata de un derecho que nace por mandato legal,

pero creemos que su ejercicio es libre.

De la misma forma, si bien la relación de repercusión nace ope legis. El momento en

que ello tiene lugar no queda tan claro. En nuestra opinión el derecho nace simultáneamente

a la realización de la operación imponible. Su ejercicio se realiza a través de la

correspondiente factura, en tanto no se haya renunciado a su ejercicio mediante pacto.

Entendemos que la disposición económica del derecho de repercusión debe efectuarse con

carácter expreso e indubitado, porque es un derecho que nace por mandato legal, y de cuya

efectividad depende el funcionamiento del IGV como un impuesto al consumo.

De igual forma, en caso de que se hubiera traslado el impuesto en una operación

exonerada, no habría lugar al nacimiento del derecho de repercusión, debido que este solo

surge en razón de operaciones imponibles. En esta situación, el titular del derecho de

repercusión debe ejercitar la acción de devolución frente al físico.

3.3. NATURALEZA PUBLICA O PRIVADA DE LA RELACIÓN JURIDICA

La naturaleza publica o privada de la relación jurídica de repercusión, esto es, su

sometimiento al régimen jurídico que corresponde a las obligaciones tributarias o al de las


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obligaciones tributarias o al de las obligaciones civiles, se resuelve en función de la

legislación de cada país.

La naturaleza jurídica tributaria de la repercusión es de derecho público, puesto que,

aunque la repercusión no forma parte de la relación jurídica tributaria, es claro que la

hacienda pública no per permanece ajena a la relación que se instaura entre repercutidor y

repercutido, ya que el correcto desarrollo de la misma, es muy importante para la exacta

aplicación de los impuestos en que ella tiene lugar (Checa Gonzalez, 1987, pág. 59).

Resulta coherente con la esencia de la repercusión, en la que no subyace el interés

privado, sino un interés publico que merece ser protegido jurídicamente, ya que de no

proceder así, se facilitaría la utilización del instituto de la repercusión de forma incorrecta

de forma incorrecta, alterando la adecuada aplicación del tributo y, en consecuencia,

perjudica la neutralidad (Varona Alabern, 1991, pág. 483).

Los impuestos no valoran la autorregulación de intereses creados por el negocio de

intereses creados por el negocio como voluntad dirigida al propósito económico propio del

negocio, sino que valoran los hechos económicos que se juridizan como simples hechos

jurídicos. El negocio jurídico es juridezado por el ordenamiento tributario como hecho

jurídico.

El IGV tiene la particularidad de que estos mundos se entrecruzan en el propio

funcionamiento del impuesto. En efecto, la finalidad económica de impuesto requiere su

traslación económica, que corresponde al mundo de la autorregulación de intereses, al

mundo de la voluntad dirigida al propósito económico del negocio que incide sobre la

translación.
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La traslación económica no influye en el efecto jurídico que el ordenamiento atribuye a

las compras como hechos jurídicos. En esta basta la traslación jurídica, mas no así la

economía, que pertenece antes bien al mundo del negocio y de la autorregulación de

intereses.

La traslación es el fenómeno por el cual el contribuyente de jure transfiere la incidencia

del impuesto sobre otra persona quien esta obligada a soportar la carga económicamente

del impuesto es un tercero ajeno a la relación jurídica tributaria, la cual solo involucra al

sujeto activo o acreedor tributario y el sujeto pasivo o deudor tributario.

En relaciones en las que el cliente no sea consumidor final, según el articulo 38° de la

Ley del IGV, el comprador debe aceptar el traslado económico del impuesto, norma que, a

falta de pacto en contrario, se integraría al programa contractual.

No obstante, ello, la repercusión se debe ejercer en la forma y condiciones previstas en

la ley, es decir, a través de la emisión del comprobante de pago correspondiente.

El informe N° 093-2011/SUNAT de la Administración Tributaria contiene una opinión

interesante sobre la interrelación entre la relación jurídica de repercusión mediante factura

emitida extemporáneamente a la oportunidad en que se verifico el hecho imponible y el

nacimiento de la obligación tributaria y el momento en que el contribuyente ejerce su

derecho a crédito fiscal.

El hecho imponible y la obligación tributaria se generan conforme a los momentos de

devengo o verificación del hecho gravado, la traslación jurídica, a través de la factura,

puede ocurrir extemporáneamente a ese momento y finalmente al crédito fiscal se puede


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ejercer desde la emisión del comprobante de pago, aunque emitido e forma extemporánea

hasta el plazo previsto en la ley.


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CONCLUSIÓN

1. El IGV es el Impuesto General a las Ventas, éste grava las siguientes actividades siempre

y cuando se realicen en Perú: la venta de bienes inmuebles, los contratos de construcción

y la primera venta vinculada con los constructores de los inmuebles de estos contratos, la

prestación o utilización de servicios y la importación de bienes. Solamente grava el valor

agregado en cada periodo del proceso de producción y circulación de servicios y bienes,

de esta forma se permite la deducción del impuesto que se ha pagado en el anterior periodo,

cosa que se denomina crédito fiscal. Éstas son las principales operaciones que grava el

IGV.

2. El crédito fiscal constituye la columna vertebral de los impuestos al valor agregado que,

como el IGV, se determinan por sustracción del impuesto soportado en las adquisiciones.

3. El crédito fiscal constituye el medio indispensable para alcanzar el objetivo de recaudación

con neutralidad.
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Referencias

Checa González. (2002).

Von Siemens. (1919).

Acosta, S. (1768). inedido.

Barros Carvalho. (1999).

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Simon Acosta. (s.f.).

Simón Acosta. (s.f.).

Simón Acosta. (s.f.).


27

Suvillan. (1978).

Varona Alabern. (1991).


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ANEXO
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