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LICENCIATURA EN DERECHO

Contratos
Mercantiles

Licenciatura en Derecho
VíCTOR M. CASTRILLÓN y LUNA
DOC.TOR EN DERECIIO. APROBADO r.ON MENCIÓN IIONORíFICA POR I.A
FACUl.TAD DE DERECHO DE. l.A UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE
Mf:XJCO. CON ESPI':CIALlZACIÓN EN DERECHO PRIVADe). PROFESORTITUlAR
POR OPOSICIÓN DE DER~:CHO MERCANTIL y PROFESOR DE l.A DIVISIÓN I)F:
ESTUDIOS DE POSCRADO DE l.A PROPIA UNIVERSIDAD. PROFESOR DE lA
MAESTRíA Y DEI. DOCTORADO EN DERECIIO EN lA BENEMÉRITA UNIVERSIDAD
AUTÓNOMA DE PUIW1A PROFESOR DE LA MAESTRíA EN DERECHO EN LA
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEI. ESTADO DE MOREI.OS. PROFESORTITUlAR DE
lA MAESTRíA EN DERF.CHO EN lA I::SCUEIA l.lHRE DE DERECHO DE PUEBlA Y
SECRETARIO DE ORCANIZACIÓN DE I A ASOCIACiÓN NACIONAL DE DOCTORES
EN DERECIIO. A.C.

CONTRATOS
MERCANTILES

EDITORIAL PORRÚA
AY. REPÚBLICA ARCENTINA. 15
MÉXICO. 200\1
Primera edición. 2002

Copyright © 2002 por VfCTOR M.


CASTRILLÓyNLUNA Unión 21-1. Col. Escandón
Del. Miguel Hidalgo.
México, D.F.

Esta edición y sus característcas son propiedad de la


EDITORIAL. PORRÚA. S. A. DE C.V.-8
Av. República Argenrina. 15,06020, México. D. F.

Queda hecho el depósito que marca la ley

Derechos Reservados

IsnN 970-07-:1388-2

I\IPQ~'<;() ro'\! M¡:-xrr.o


CAPíTULOII

OBLIGACIONES MERCANTILES

1. lAS FUENTES DE LAS OBLIGACIONES

Antes de ocuparnos de las fuentes de las obligaciones, realizaremos


un breve estudio de las fuentes del derecho, que directa o indirecta
mente lo son también de aquellas.
r . Por fuente del derecho debemos entender toda forma de crea-
, [ción de un orden jurídico aceptado por la colectividad al que se
'. f encuentran sujetos tanto los órganos del poder público como los
propios gobernados, para una vida civilizada.
Miguel ACOSTyAjulieta LARAIs7eñalan que deben ser
separados los términos de fuentes del conocimiento jurídico de los
de fuentes del derecho, propiamente, entendiendo por lo que a las
primeras se refiere, que son a las que acude el estudioso de la fuente
del de recho, para dese n traúar los fenómenos materia de su
proceso cognoscitivo, y que por las segundas se debe entender que
son todas aquellas circunstancias sociales que dan origen a una
norrna'juridica, agregando que en el derecho mercantil es muy
importante desen trañar el problema relativo a establecer de donde
surge la norma jurídica, por la influencia que en ella tienen los
usos y costumbres, ya que siendo el derecho un factor social, es
también resultado de una serie de factores para formar la conciencia
del legislador cuando el derecho es escrito, y la conciencia social
cuando se trata de uso o costumbre.
Dice Héctor SA:-\TOSqIuIIe las fuentes del derecho son las
formas
o procedimientos mediante los cuales se generan y manifiestan las
normas jurídicas, el origen factible de una suma de disposiciones
del derecho positivo determinando.
Señalan DE PINAy CASTIl.LLOARRAÑAqCuAe CASTÁN concibe
a las
fuentes del derecho en' sentido técnico, como los modos o formas
17 Cfr. A'GUSTAROMERO.Miguel y l.ARA LU"A.Julicla Areli, op. cit.• pp. 45 Y 46.
18 Cfr. SANTOSAzUELA, Hécror, Teoría General del Proceso, McCraw-hill l nreramericana
Editores. México. 2000, pp. 50 y 51.

13
14 VÍCTOR ~. CASTRII.J,Ó\ly l.UNA

mediante los que una sociedad constituida se manifiesta, y determi


na las reglas juridicas.t?
De acuerdo con GAAclA MÁYNEZ20 podemos afirmar que la palabra
fueh te constituye el proceso de manifestación de la norma jurídica,
que tiene tres acepciones y distingue en la clasificación tradicional
entre fuentes formales, reales e históricas.
Dice, además que las fuentes formales constituyen Jos procesos
de creación de la norma jurídica; a las reales las concibe como los
factores y elementos que determinan el contenido de tales normas y
las históricas como las referidas a documentos, inscripciones, papiros,
libros, que encierran el texto de una ley o conjunto de leyes )' las
ejemplifica al referirse a Instituciones como el Digesto, entre otras.
Agregaríamos por nuestra parte que influyen en el diseño de la ley,
esto es, que se trata de fuentes inspiradas en la experiencia docu
mental y que es fuente en tanto que es tomada en cuenta por el
legislador al diseñar la norma jurídica presente.
De conformidad con la clasificación clásica podernos entonces conce
bir a las fuentes del derecho como formales, reales e históricas.
f • Siguiendo a CARcíA MÁYNEi'.,21 por fuentes formales debemos en
.terider los procesos de creación de la norma jurídica, en donde se
. -distingue entre la ley, la costumbre y la jurisprudencia.
... A las anteriores podríamos agregar las fuentes doctrinales, así
, , como los principios generales del derecho

A)_FUI::NTES F9RMAI.ES

a) La ley
Sin duela la le}' constituye la fuente primaria de creacion del
orden jurídico y habría que señalar que desde luego la fuente 1TI1-
cial de mayor jerarquía lo sería la propia Constitución General de
1",República.
Como fuentes formales derivadas de las leyes sustantivas en ma
teria mercantil, deben señalarse desde luego a las contenidas en el
Código de Comercio así como a todas aquellas leyes especiales que
circundan en el universo del derecho mcrcanlil.22
IV err. 1) ••1'1:-'-,\. Rafael
y \'¡\STII.I.O LARRANAI.¡\,José, l nstiturumrv de Drrecho PI'IJ(I'.wl CIVil,
8" cd., Ed POI rúa. S_A_. México. I !)69.
p.16.
20 el" CAIH.iA ~1.\y~tI, Eduardo, 11I1IfIdllCrtQ1l al ES/lidio drl Derrabo. 15' ed., Ed. Porrún.
S. 1\ .. M~ xico. 1968. p_
51.
~IIM""Il.
~~Cabe recordar que de acuerdo con el :\1 rículo 73. fracción X. de la Constitución Ge
neral de la República, corresponde al Congreso de la Unión emitir las leyes tanto en mater in
de <'<>Inerciocomo financiera. por lo cual las distintas normas mercantiles. general y espe
ciales han sido emi tirias por dicho poder Iegislativ».
CONTRATOS MERCANTILES 15

Además del propio Código de Comercio, cabría hacer destacar


entre otras, la existencia de la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito, la Ley General de Sociedades Mercantiles, la Ley de Ins
tituciones de Crédito, la Ley de Instituciones y Sociedades Mutualistas
de Seguros, la Ley Sobre el Contrato de Seguro, La Ley Federal de
Instituciones de Fianzas, la Ley Federal de Protección y Defensa
al Usuario de Servicios Financieros, la Ley Federal de Protección al
Consumidor, la Ley de Concursos Mercantiles, la Ley General de
Organizaciones y ActividadesAuxiliares de Crédito, la Ley del Mercado
de Valores, la Ley de Concursos Mercantiles, la Ley de la Propiedad
Industrial, la Ley de Inversiones Extranjeras, el Código Civil Fede
ral, el Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, así
corno los Códigos de Procedimientos Civiles de las Entidades fede
rativas, y el Código Federal de Procedimientos Civiles.
Dice MANTILI.A MOU~A23 que el derecho mercantil debe ser con
siderado como un derecho especial que tiene un campo de aplicación
que determina el propio sistema mediante las correspondientes
normas delimitadoras.
Para delimitar a la materia mercantil, tradicionalmente se han
utilizado dos criterios, a saber; uno objetivo, que tiene que ver con el
hecho de que el acto corno tal sea calificado por el legislador de mer
cantil, y otro subjetivo, que se sustenta en que el acto se realice por
un sujeto que tenga la calidad de comerciante.

b) La costumbre y los usos mercantiles


I Los usos mercantiles, heredados de las de las tradiciones de los
mercaderes constituyen una fuente del derecho mercantil por exce
jencia, y desde luego son varias las leyes especiales que de manera
ldirecta se refieren a ellos, considerándolos fuente de aplicación su
! pletoria en defecto de las disposiciones de la ley de que se trate y en
(,_31gunocsasos se aplican incluso preferentemente al derecho común.
Refiere LEÓNBOL<\FFl02.j (lue las normas que regulaban las rela
ciones determinadas por la intensa vida de la industria y del tráfico
se formulaban espontáneamente. Aquellas constan tes reglas de actuar
(usos) expresaban las soluciones equitativas, surgidas de la práctica,
para allanar las dificultades, conciliando los intereses antagónicos
de las partes y agrega que los usos eran después recogidos y ordenados
en los estatutos de las corporaciones a partir de los siglos Xlll y XIV,
por éste procedimiento, activándose su conocimiento y asegurándose
~~ cJi: MANTILL~ MOl.lNA. Roherl~ 1... Drrerho Mrrcantil, 11'. cd., Ed. Porrúa, S. A., Méxi
co, 1970 p. ~:~.
24 BOI.AfFIO. León, 01'. cit pp. 22 ~ 23.
16 VíCTOR M. CA$TRII.LÓN y LUNA

su aplicación y que el derecho que tiene su reconocimiento en el


estatuto no suprime y ni siquiera refrena la laboriosidad de los usos.
Destacando la enorme importancia que la COSLUmbretiene en
nuestra materia, BARRERACRAF25 señala "la costumbre, como un pro
ceso de formación de normas y principios jurídicos, como usos de
contenido y valor normativo, es la fuente originaria del derecho
mercantil que nació de las prácticas y de los usos (normativos) de los
comerciantes, los que configuraron una nueva rama del derecho,
distinta y separada del derecho civil que ha impuesto principios
modernos diferentes y ajenos al derecho civil romano", y agrega "el
origen, la naturaleza y la índole del derecho mercantil muestran Sil
carácter consuetudinario, y aún hoy, instituciones no reguladas se
practican y se aplican con la misma fuerza que si lo estuvieran, y
otras, que la ley ya recoge, se regularon y adquirieron fuerza prime-
ro por la costumbre".
Señala VÁZQUEZ DEI. MERCAD026 que a los usos se les considera de
modo general como fuente supletoria del derecho mercantil ya que
'sirven como fuente subsidiaria de tales normas y que se forman por
la práctica que de ellos hacen los comerciantes, pudiendo ser consi
derados como verdaderas normas de derecho, que deben ser acatados
por los comerciantes y para establecer su diferencia respecto de la
\ ~ostumbre indica que mientras ésta es fuente autónoma del de re
\:ho, aquellos solo se aplican cuando la ley remite a su observancia.
Dice por su parle Miguel ACOSTA ROl\U:R027 el uso es u n a especie
de la costumbre y <Jue en materia mercantil aquella es práctica cons
tante}' reiterada de los comerciantes ybanqueros, a la que han dado
la opini» [uris necessitatls, por la dinámica de las transacciones co
merciales que impone una mayor celeridad y que la utilización de
los usos y prácticas generales obligan a las partes, y agrega que el uso
imperativo constituye un instrumento para reglamentar los contra
tos celebrados entre comerciantes a través del establecimiento de las
normas en los contratos que se entienden establecidas de manera
tácita o expresa. Finalmente señala que a nivel de derecho interno
en México no hay un concepto claro de lo que puede considerarse
por liSOS o costumbres mercantiles bancarios o bursátiles.
SAl'\clH'I. CALI::R028 distingue entre los usos normativos e irucrpre
tarivos y señala que solo los primeros deben considerarse como fuente
del derecho ya que el interpretativo, aparte de su misión de facilitar
la interpretación de la voluntad de las panes en un contrato, sirve
para la creación de usos normativos, el cual tiene como ventaja sobre
~5 Cfr. 13,IRRER.ICRAF,jorgc. Lnstituciones de derecho M~rrrl1llil, op. rit., pp. f>7 )' 58.
11\ Cfr. VA7QlJEZ OU. MrR(~~DO, Osear, op. CIl pp, 40 r 42.
~7 Cfr: M:OS1.\ ROIIERO, Migllc:l, op. di pp. 66 y 67
~¡¡ Cj>:$,INC,IIEZCM.ERO, Fernando, op. cit pp. 33 r 34.
CONTRATOS MERC.I\NTILES 17

la ley, la de adaptarse mejor que ésta a las necesidades del tráfico ya


que surge del mismo.
Estableciendo la misma distinción se pronuncia RODRíGUEZ Ro
I)RíGUEZ29 y expresa que los usos normativos tienen una validez gene
ral y se aplican por encima de la voluntad de las partes contratantes
y los interpretativos concretan o aclaran una declaración de volun
tad determinada y que por ello puede decirse que el uso normativo
es igual que la costumbre mientras que el interpretativo no tiene
ese valor.
Por su parte DiAZBR;W030 refiere que la omisión del legislador al
no considerar a la costumbre como fuente del derecho, fue delibe
rada, ya que la referencia a la costumbre como fuente específica de
ciertas obligaciones configura la mejor demostración de que no puede
atribuírsele el carácter de' fuente genérica, sin gllC lo antcri or sea
entendido como desconocimiento o rechazo del secular y decisivo
influjo de la costumbre en el derecho mercantil que dice surgió y se
conserva sustentado, casi de modo exclusivo, por las prácticas y usos
del comercio.

e) La Jurisprudencia
-Por lo que a la-jurisprudencia se refiere, concebida como la cien
cia del derecho, constituye una fuente formal, cuyo instrumento es
la ley, a la que con frecuencia interpreta y excepcionalmente, frente
a sus lagunas integra, realizando así una [unción matcri alrneruc
legislativa.
Nos dice Eduardo PAt.tARES3qtue la jurisprudencia, cumpliendo
una función que puede ser confirmatoria, supletoria, interpretativa
() derogativa de la norma jurídica, es para los jurisconsultos roma
nos el conocimiento de las cosas divinas y humanas y la ciencia de lo
JUSto y de lo injusto; que para los clásicos es el hábito de interpretar
reciamente las leyes y aplicarlas oportunamente a las cosas que ocu
rren; que para De Diego significa el cruer io constante y uniforme
de aplicar el derecho mostrado en las sentencias del tribunal supre
mo o en un conjunto de sentencias de éste y que en el ámbito del
derecho procesal ignifica tanto la serie de juicios y sentencias uni
formes pronunciadas por los tribunales sobre un punto determinado
de derecho, como el contenido ele dichos fallos, la en seúanza o doc
trina que dimana de ellos.
29 ROllRj(;V'.Z RO[lRI(:\rF.7., Joaquín. Curso tlt Derecho Mrrcanril, 23' cd., Ed. Por-r-úa, S. A.,
México, 1998, P 21. ,
30 Cfr. DiAZ BRA\·O. Anuro, op. (1/., P 7.
31 Cfr. P"IIJ\RES, Eduardo. Drroonorio de Derech» Procesal Civil, 3< cd., Ed. Porrúa, S. A.,
México, 1968. pp. 516 Y 517.
18 VÍCTOR ~I. CASTRILI.ÓN y LUNA

Señalan DE PINA Y CASTILl.O LARR.AÑAGA32 que la inrerpretación


judicial se lleva a cabo por los jueces y magistrados en el ejercicio de
la función jurisdiccional y adquiere máxima importancia cuando el
órgano que la realiza está facultado para sentar jurisprudencia, adap
tando la norma a la realidad judicial, y teniendo siempre presente
el verdadero carácter de la función que se le ha encomendado, así
como el límite de sus poderes para no desvirtuar ni rebasar .éste con
iniciativas que puedan colocarse más cerca de la actuación del legis
lador que la del juez.
Por lo que a la función integradora de la norma jurídica se refiere,
destacan su importancia en el campo del derecho procesal y la en
tienden como una actividad intelectual del juez, encaminada a hallar y
aplicar la norma adecuada para cubrir una laguna de la ley ante la
obligación rigurosa de decidir un caso concreto y deter minado.é"
Destacando la doble labor tanto interpretativa como integradora
que cumplen los tribunales mediante la jurisprudencia en nuestra
materia, dice BARRERA CR.AF34 que una nueva rama del derecho mer
cantil, el derecho al consumo, ha sido creada a través de decisiones
judiciales, c¡ue han revolucionado los principios tradicionales sobre
la responsabilidad contractual y extracontracrual y que se trata de
una función preeminente de la jurisprudencia, a saber adaptar y
complementar la ley en relación con situaciones nuevas, económicas
y sociales, que se van creando, y para las cuales el derecho escrito
aún no ofrece soluciones ni reglas, debiendo admitirse el valor crea
tivo de las normas jurídicas, que es propio ele la jurisprudencia.
Dice CARl.ÍA l\,(ÁYNEZ35 citando a Clemente de Diego en su obra
"La Jurisprudencia como Fuente del Derecho", que la palabra juris
prudencia posee dos acepciones, u na equivalente a la ciencia del
derecho o teoría del orden jurídico positivo, que implica el conoci
miento del derecho.y que en éste sentido se ha lomado para significar
no un ccnocirnicn to cualquiera sino el conocimiento mas complejo
y fundado del mismo, a saber, el científico, c¡uc como sinónimo de cien
cia del derecho, ha corrido entre tratadistas y legisladores, y la otra,
que sirve para designar el conjunto de principios}' doctrinas
contenidos
en las decisiones de los tribunales, ya que en la práctica normal del
derecho llevada a cabo coacuvarnerue por los órganos del Estado
constirucionalmcnte ordenados al restablecimiento cid derecho, a su
cumplimiento forzoso, previa declaración concreta del mismo, es
donde se vincula especialmente la formación de la jurisprudencia,
porque la aplicación del derecho incumbe a los tribunales COlnO

'" r.¡,.Df: 1'1-':\, Rilf.lcl)· C\STILI.O L\RRA:':A(;\.José. op. rit .• pp. 25· '1.7.
~'Itu«, p. 2i.
'1 13.\RRf.lL~CR.\F •.JorgC. l n stit ur umrs de Derrrho mrsr a nti], QP. rtt .• p. 6~.
~••C.\Rc:i.\ ""'''EZ. Eduardo. o/J. rit., p. 68.

---------
CON'['){ATOS MERCANTILES 19

órganos específicos de esa función, }' de aquí que la jurisprudencia


se refiera "per eminentiam" a la actividad de los jueces y
tribunales.
En materia procesal cobra relevancia la jurisprudencia, ya que
por imperativo de los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo, re
glamentaria de los artículos 103 Y 107 de la Constitución, los criterios
que emita la Suprema Corte de Justicia funcionando en Pleno o en
Salas, así como los de los Tribunales Colegiados ele Circuito, consti
tuycn jurisprudencia siempre que 10 resuelto en ella se contenga en
cinco ejecutorias dictadas en un mismo sentido y no interrumpidas
por otra en contrario o bien resolviendo la contradicción de tesis
que sustenten los Tribunales Colegiados, por vía de la denuncia o
con motivo de la facultad de atracción, destacándose la obligaiorie
ciad r¡ne dicha.jurisprudencia tiene tanto para la propia Corte como
para los uibunalcs que le siguen en jerarquía.
"La jurisprudencia es en términos generales una reiteración de
criterios judiciales, no entendida como ciencia del derecho, que es
oua de las acepciones del vocablo, sino de lo que en otros países se
conoce corno precedentesjudiciales. El concepto dejurisprudencia
el derecho mexicano lo entiende corno precedente judicial y lo da
la propia ley".36

B) LAS FUENTES REALES

Por lo que se refiere a las fuentes reales o iamhión conocidas como


materiales, las mismas constituyen formas de comportamiento social,
qlle de una u otra manera influyen en el ánimo del Poder T.cgislati
\10 para el diseño de la ley, CSLO es, son factores reales de poder que
con mayor o menor influencia determinan el csp íritu del legislador
para orientar el sentido de la ley. Se trata de factores de índole polí
tico, económico o social <¡lIe abren espacios para ser tomados en
cuerna en el diseño de la n or matividad,
"Llamamos fuentes reales a los factores y elementos que dete r
minan el contenido de tales normas".~7
"I ,;1 fuente material indaga el contenido ele la norma, lo que ésta
ordena, dispone o prohíbe, o sea la conducta que la norma postula
como debida por razones políticas, económicas y sociales".3fl
"Fuentes materiales son todos los factores que determinan o con tri
buyen a la formación de la norma jurídica, C01ll0 la opinión pública,
las necesidades económicas, la tradición, ele".:'!!)
"" (;Ó~IE:l. l."~", Cipriano, Troria Ce/lC7'al del Proceso, 3' reimpresión, UNAl\.f. México.
19.81, p. 94. •
:17C.\Rc:i.\ MAy¡q'z,Eduardo. op. (It., p. 51.
,~ COMEZ LAKA, Cipriano. op. rit., p. 93
:19 VÁl.Ql·EZ DEL YlFRCAIlO, Osear, 0/'. rit., p. 37.
20 VíCTOR M. CASTRILLÓN y l.UNA

C) Los PRIKCIPIOS GE~ERAI.F:S OEL DERECIIO

Constituyen los criterios de aplicación de carácter doctrinario,


inspirados en concepciones basadas en la idea de justicia y equidad
que inspiran a losjueces para resolver las controversias apegándose
a tales criterios, en ausencia de normas de aplicación estricta.
"Como fuente de ésta disciplina, los principios generales del
derecho plasman la concepción de justicia acuñada por la sociedad
política, que sirve de inspiración y fundamento al ordenamiento
jurídico que se promulga. Referidos a ésta ciencia, la dogmática
maneja este tipo de principios como las ideas torales o las líneas
directrices para el desarrollo y eficacia del procesot.w
Tocante a la aplicación que deben realizar los jueces de los prin
cipios generales del derecho, GARCÍA MÁYNEZ expresa; "En todos aque
llos casos en que las fuentes formales resultan insuficientes para
procurar a la autoridad judicial un criterio de solución, quedan los
jueces y tribunales colocados en situación muy semejante a la del
mismo legislador, pues así como éste al realizar su actividad ha de
preocuparse de transformar en preceptos formalmente válidos los
principios generales del derecho o como sería preferible decir las
exigencias de la justicia, el juez está obligado a establecer las nor
mas de decisión para los casos imprevistos)' si el legislador debe
formular reglas de índole abstracta, aplicables a un numero indefi
nido de casos, el juez ha de descubrir la norma de solución para una
situación singular, de modo que resolver una cuestión imprevista de
acuerdo con los principios generales, quiere decir, fallarla como el
legislador lo habría hecho".,!1
Continua diciendo GARc:íA MÁYNEZ que dentro de los principios
generales del derecho destaca la equidad, que supone corregir la ge
neralidad de la ley y sustituir a lajusticia legal abstracta; citando a
OSIl.lA dice que toda ley en cuanto no es un acto de arbitrio individual
se inspira necesariamente en cierta idea de equidad, que precede a
la determinación de la esfera de libertad de cada uno, y refiriéndose
a CIUSEPPE MACCIORF. expresa que la equidad no es una fuente, sino la
fuente de derecho por excelencia, todo lo cual lleva a concluir a nues
tro autor señalando que "bajo el nombre de principios generales se ocul
tan en realidad los IJrincitJiosgenerales de la equidad ".42
Expresa finalmente "La seguridad jurídica demanda que los
jueces llamados a resolver una controversia cumplan su cometido
aplicando con la mayor fidelidad posible los preceptos de la ley
escrita, pero
~Il S"".,.05 AWEL.... 1Iéctor, 0/'. cit .• p. 51.
41 C"Rel" MÁ\-:-;u, Eduardo, ufr. rit .• pp. 370 a 372.
12 Ibídem.
CONTRATOS M ERC.'\:-:T1 LES 21

cuando en un determinado caso no hay ley aplicable y se han agota


do los recursos que brinda la interpretación, la justicia exige y el
derecho positivo permite que el juzgador se inspire en criterios de
equidad, lo cual permite- conciliar las exigencias de la justicia con
las de la seguridad jurídica ".43
En el sistema jurídico mexicano, los principios generales del
derecho encuentran reconocimiento en la propia Constit ución Po
lítica que en el cuarto párrafo de su artículo 14 señala; "En los juicios
tlel orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a
la interpretacián jurídica de la le»),)' a falla de ésta, se fundará en
los principios gmerales del derecho".
"El hecho de que la norma que ordena a hacer leyes justas y
dictar fallos equitativos sea la Suprema Norma, sea el más elevado
principio, no nos autoriza para negar que dicha norma sea a su vez
un principio general y así como el juez debe serjusto cuando juzga,
ello en nada difiere del principio que manda al legislador cuando
legisla. Cabe por tanto .ostener que el orden jurídico eficaz vale y se
justifica no solo por su eficacia, sino en cuanto ésta condiciona la
realización de una serie de fines valiosos como son la justicia, la equi
dad y el bien común ".4'1
"Los más destacados filósofos del derecho están de acuerdo en
que cuando la ley, él falta de disposición aplicable confía al juez la
determinación de la regla jurídica individualizada, se remite en última
instancia subsidiaria, a un juicio de valor, a una estimativa jurídica
icleal, a un criterio ideal de justicia, ora derecho natural, ora princi
pio de la rectitud jurídica". "Es pues obvio que cuando el legislador
se refiere a los supremos principios del orden jurídico denota un
criterio de estimación ideal puesto que éste le ha servido a él de
estrella polar para la elaboración del derecho formulado"Y¡

La teoría de la imprevisión
De acuerdo con los principios que emanan del liberalismo francés,
sustentados en la máxima laisscr faire, laisscr passer, de conformidad
con la regla de la pacta surü servan da, las obligaciones voluntaria
mente asumidas por las partes, deben ser cumplidas hasta sus últimas
consecuencias.
En efecto, en el Código Civil francés se mantiene tal principio,
al establecer los artículos 1134 y 1135, respectivamen te:
,13 CARdA 1\I,i\1"E1. Edll.lr"do. IJp. (11., p.371-1
CAlld,\ ;\I\Y:-:~.I. Eduardo,
ti Filosofi« dr! Drrrrho, Ed. Porrúa, S. A., ;',,1éxico, )\174, pp.
205 Y 206.
H PAI.L\RES. Eduardo. op. rit., pp. 633 r (j!l.1.
22 VÍCTOR M. CASTRILl.ÓNy l.UNA

Art. 1134.- Les conventions legalemente [ormeés tiennent lieu de lois a


ceux qui les sont [aites.
Elles en peuuent que la loi autoricé. Elles doit étreexecuteés de bonne foi.
Art. 1135.- Les conventions obligent non seulement el ce qui )' est
exprimé,
ti l'obligation d 'aprésa sa
mais encere toutes les suites que l'equité, l'usage ou la loi donnent
nature.w

El principio antes referido influyó en muchas legislaciones en el


mundo, de las que no escapó el sistema normativo mexicano, en tanto
que se incorporó en los códigos civiles de 1870, 1884, Y así pasó al
vigente.
Puede sin embargo ocurrir que en contratos de realización con
tinua o tracto. sucesivo, que un evento imprevisible para las partes
modifique de manera sustancial las condiciones originalmente pac
tadas por ellas, produciendo una onerosidad excesiva para una de
ellas y un injustificado beneficio para la otra, y no habiéndose obli
gado las partes en los términos que el acontecimiento imprevisible ha
modificado, no puede deducirse entonces que la voluntad se hubiese
otorgado de acuerdo a una situación alterada por lo que su voluntad
estaría siendo radicalmente afectada, de modo que las condiciones
deben ser restablecidas a términos equivalentes a las originalmente
pactadas, para, de ese modo, procurar su cumplimiento.
No obstante que el derecho común inicialmente ha rechazado la
adopción del principio rebus sic stantibus, conforme al cual al presen
tarse una situación como la antes referida, el órgano jurisdiccional se
encuentra facultado para restablecer la situación a condiciones equi
valentes a las inicialmente contratadas, existe toda una corriente
doctrinal que se manifiesta a favor de la adopción de éste principio,
para buscar que se mantenga la equidad y se propicie así el cumpli
miento de las obligaciones.
Por su parte, el artículo 14 constitucional, autoriza al órgano
jurisdiccional resolver un conflicto aplicando los principios genera
les del derecho en supuestos de vacío legal y jurisprudencial.
De ese modo, si como hemos visto, la equidad es el principio del
derecho más valioso, pensamos que para que la autoridad judicial
pueda resolver los conflictos aplicando dicho principio en los casos
de contratos de tracto sucesivo o de realización continua, en que al
presentarse una importante variación de las condiciones, provoca
da por una situación imprevista y ajena a las partes, gue produzca
una excesiva onerosidad para una de ellas y el correlativo e injustifi-
46 Art. 1134.- Las convenciones legalmente formadas tienen fuerza de le)' respecto de
aquellos que las otorgaron. Deben ser ejecutadas de buc ná fe.
Art. 1135.- Las convenciones obligan no solamente a lo pactado, sino también a la
equidad a las buenas costumbres y a la naturaleza de la convención. Traducción del autor.
CONTRATOS MERCANTII.ES 23
cado beneficio para la otra, debiera, en reconocimiento por parte de
nuestro sistema normativo mercantil a la teoría de la imprevisión,
permitirse aljuez el restablecimiento de las condiciones a términos
equivalentes a los otorgados por las partes al establecer la relación
bilateral y para ello a con tinuación expondremos las ideas en las
que sustentamos tal hipótesis.
Si con posterioridad al acto celebrado por las partes en contratos
de cumplimento sucesivo, algún evento o circunstancia no prevista
hace que varíen las condiciones originalmente estipuladas de modo
que se provoque una excesiva onerosidad en perjuicio de alguna de
ellas, no puede deducirse que la parte afectada se hubiese obligado en
términos no conocidos e imprevisibles por ella. Así, podernos seña
lar que en tal escenario su voluntad originalmente otorgada se vería
afectada sin haber intervenido ni mucho menos provocado tales
even tualidades.
Al aplicarse estrictamente el principio que deriva de la pacta surü
seruan da asumido tanto por la legislación civil corno mercantil, y
conforme a la cual las obligaciones legalmente contraídas deben
cumplirse en sus términos y hasta sus últimas consecuencias, frente a
eventos imprevistos que modifiquen substancialmente los términos
pactados, se produce una situación sumamente injusta e inequitati
va, que provocará muy probablemente la imposibilidad de atender
a dicho imperativo, en tanto que la variación de las condiciones
puede ser de tal magnitud que ocasione la imposibilidad de su cum
plimiento por haberse convertido en excesivamente onerosas las
obligaciones de quien debe prestarlas.
La estrepitosa devaluación que sufrió la moneda mexicana frente
al dólar de norteamérica en diciembre de 1994, provocó una crisis
de enormes dimensiones y consecuencias, en la que no obstante el
empobrecimiento que ello produjo para muchos deudores de la banca
)' demás entidades del sistema financiero mexicano, en estricto aca
tamiento al principio que derivado de la autonomía de la voluntad
que obliga al cabal cumplimiento de las obligaciones asumidas, sin
importar que la variación de las condiciones hubiese sido de tal
magnitud que hiciera imposible su cumplimiento, ha demostrado
que la aplicación irrestricta de tal principio no constituye en estos
tiempos una opción viable, y por otro lado evidencia su ineficacia,
además de una enorme inequidad.
"La conveniencia de ponderar la posibilidad de que se incorpo
re en nuestro sistema legal la teoría de la imprevisión ha sido puesta
de manifiesto, con especial crudeza, ante los infortunados vaivenes
económicos que han golpeado a nuestro país en los recientes años,
24 VíCTOR M. CASTRILLÓN y l.UNA

una de cuyas principales manifestaciones han sido las incesan les


devaluaciones y envilecimientos de nuestra moncdav.x?
Así, frente situaciones como la antes apuntada, creemos que la
única solución viable y equitativa se encuentra en la adopción por
la legislación mercan til de la teoría de la imprevisión que permita a
los jueces, en presencia de circunstancias como las apuntadas, res
tablecer las condiciones a términos similares a las originalmente
pactadas pOI las partes, repartiendo así el peso de tales variaciones
o circunstancias imprevistas de una manera equitativa entre las mis
mas, para procurar de ese modo una mayor justicia y sobre todo
equidad entre ellas y propiciar con ello que se encuentren SiCI11pre
en posibilidad de dar cumplimiento a las obligaciones contraídas
previamente en términos equivalentes a los originalmente asumi
dos por ellas.
Para sustentar sobre bases teóricas nuestra propuesta, 110S referí-
rCIlIOS a los argumentos que distintos autores han emitido sobre la
materia y finalmente expondremos los propios pan\ demostrar la nccc
sidad de incluir él la teoría de la imprevisión en materia mercantil.
Así, SeJ1,\)a TORREJ\I.:\NCA SENTÍI~s/IHque el principio ele que se
trata cncucrura su antecedente en el derecho romano, ('1) los
contratos de buena !'e, de modo que cuando se presentaba cualquier
contro
versia debía arreglarse equitativamente, y así se consideraba <lut' si
el cumplimiento de un contrato de buena fe se hacía excesivamente
(lIICrOSO por hechos posteriores e imprevistos, el acreedor 110 po
dría aprovecharse de ello, ya que se modificaba el equllíbrio entre
la prestación y la contraprestación pactadas.
Por su parte PF.I.U:TIF.R BARlJEREN¡\ refiere que el principio ele rebus
sic stautibus establecido CII la Edad Media, "estipula <¡ue en tocios
los contratos hay una regla de derecho establecida tácitamcn tc , la
cual dice que los contratos son obligatorios para las partes si existe
una continuidad en las condiciones de base que existían en la época
en qlte el contrato fue firmado. Este principiu es también conocido
bajo el nombre ele Teoría de la Imprevisión ".'19
Rafael DE PINA conceptualiza a la teoría de la imprevisión como
"un conjunto sistemático de especulaciones científicas que tiene
como finalidad justificar el incumplimiento total o parcial de un
-17 DíAZBKAvo,Anuro, n/l, cit., J). 49.
'I~ e!r. TORKt:RLANC/\St:),:TIf.s,.J()~Mé anuel, Comentarios a Resolur umrs [udiciates Rrla
cio
nadas con lnsiituciones Ba n cnri as [Teoria ele /(1 Im/neui.lifín); art. publicado en la revista lur is
del Insriuuo ele Documentación e Invesligación Juríelitas dr- la Facultad de Dcrer ho de la
Universidad Panamericana, núm. I~, México, 1998, p. 218.
4~ I'F,I.LI::TIER BARII~RENA, Roland, Teorin de 1(1 Im/)revi;iótl, rc,uwrli,),f contra lo,j":I,'clos d e Ia
drpreciarián. uQlIómica; arr. publ. en Jurídica. No. 25, Ai'lo 19\>5,Universidad Ibe roame rica
na, México, p. 2[,8,
CONTRKros MERCANTII.ES 25
contrato en atención a la presencia de circunstancias cxrraordina
rías no previstas en el momento de su realización ".50
ROJINA VIl.I.EGAS:)1 seriala que el legislador no ha podido resolver
es le problema elaborando una regla general que dé un criterio al
juez, para poder modificar los contratos ante circunstancias extraor
dinarias que eviten de tal manera su cumplimiento o que lo hagan
imposible, desde el punto de vista económico, pero que en el derecho
civil si existen los fund amcn tos para aceptar la 'teoría de la imprevi
sión en los contratos, con base en la equidad y la buena fe.
"La llam ad a teoría de la imprevisión parte del supuesto de que
en todo contrato de tracto sucesivo o con cumplimientos diferidos en
el tiempo, debe entenderse irnpl íci tamcn tc cOllsignada la cláusula
rebus sir staru ibus, por virtud de la cual, el juez ('slá facultado para
reducir o suprimir totalmente las obligaciones de un deudor en la
medida en que acontecimientos imprevisibles al ce-lebrar 111) contrato,
vengan a modificar las circunstancias de tal man cru que el cumpli
miento resulte excesivamente oncroso",:,2
Nuestra propuesta se centra en elaborar u n n rcgla general, que
incorpore dicha ('oría, 1:11110 ('11 el derecho mercantil como en el
financiero, ya que por la naturaleza y magnitud ele las opc ruciories
activas que COI11\1nn)('nl(' realizan las instituciones con los ar rcdi ra
dos, y la indexación ele las cargas accesorias al crédito (intereses) en
relación con los vaivenes de la economía, y por los 111011los<111(' arn
paJ'tll1 I()~ contratos relativos, es donde mayormente s(.' hace necesaria
SIl incorporación,
En el caso de los créditos ballcarios, uo siendo culpables los acrcdi
lados de las variaciones <]IIC puedan sufrir las tasas de interés, tampoco
resulta justo ni mucho menos equitativo obligarles a cumplir hasta
sus últimas consecuencias las obligaciones contraídas cuando las
condiciones establecidas a la postre son alteradas por hechos sobre
los que no pueden tener e! mr-n or control.
Por ello es CjllC debe establecerse la posibilidad de que encon
trando pleno sustento en la ley general (Código de Comercio), se
permita una solución de equidad, que autorice al juez ordinario a
restablecer las condiciones que las circunstancias hubiesen alterado
de modo equitativo entre las partes, lo cual facilitaría, además su
cumplimiento y para mantener así vigentes los aspectos esenciales
del acto o contrato, siendo éste de tracto sucesivo,

1><) Df. 1'1:-:,\ VARA, Rafael, Diraonnrio dI Derecho, IH' ed. Ed. Porrúa, México, 1992, P: 470.
'>1 Cfr. ROJI:-:A VII.U:C:,\S, Ibfad, (;I)/II/I,,,"io de Dererho Civil, lomo 111,4· cd .. Ed. Porrúa,
México, 1970, p. 196,
:,~Di.\z BRAVOA. nuro, "1', «it., 1" '17.
26 VÍCTOMR. CASTRILLÓN y LUNA

El Ministro Juventino CASTROy CASTROescribió "la teoría de


la imprevisión ha sido elaborada con la finalidad de encontrar un
reme dio para los contratos, en que siendo de ejecución
continuada o periódica o bien de ejecución diferida, una de las
partes se ve some tida a una onerosidad excesiva o anormal en
razón de que la base económica general tenida en cuenta al
contratar, resulta modificada en el momento de la ejecución. Ello
crea para la parte afectada, una grave dificultad para cumplir su
prestación en razón de tener que someterse a un gran sacrificio
económico, no previsible en el mo mento de celebrar el
contraton•53
La esencia de la teoría de la imprevisión no es la de propiciar el
incumplimiento de las obligaciones contraídas sino que su finalidad
radica en tratar de restablecer las condiciones al presentarse el he
cho extraordinario e imprevisible, precisamente para que las partes
estén en condiciones de cumplir lo que les corresponde.
Cabe señalar que el reconocimiento de la teoría de la imprevi
sión no es ajeno al orden normativo en el derecho común compara
do, ya que ha sido aceptada en algunas legislaciones extranjeras como
la italiana (artículos 1467,1468 Y1469 del Codice Civilc, de 1942 que
incorpora el reconocimiento de la regla no escrita "rebus sic stantibus
", no obstante mantener el principio de la autonomía de la
voluntad emanado de la influencia liberalista francesa, siendo en este
sentido vanguardista, ya que consrit uyó el primer país que ponderó
categó ricamente que en los supuestos de alteración de las condiciones
antes comentados. procede resolver la obligación relativa.ñ"
Asimismo. en
~~CASTRO"C"~TRo . .Juvcntino v.. l.a Supremo Corte de jusuria ante lu l.,,) l nju sta,
(Un
fallo histórico respecto al tlamado "anatucismo") 3' cd., Eel. Porrúa, México. 1999, p. 66.
~4 I.us arrículos relativos del Código Civil Italiano establecen: Art. 14G7. Contralto con
prestazioni corríspeuíve>- Nci contraui a esccuzione continuara O periódica owero a cscuzlone
diffcrita, M! la pr esiarionc di una dcllc parti (: dive nuta ecccssivamente onero""IJer il verifcarsi di
avvcnimenu su aordinari e irnprcvcdibili. la parte elle debe tale prcstazioue puó demandare la
risoluzione del contrato, COII gli etfcui srabiliu dall'arricolo 1458. l.a risolu/ione 110n puó esserc
demandara se la sopravvenuia oncrosirá ricmra 11(.:II':lI<n:aorrnale del conrrauo. La parte
comro
la cuale ~ doruandar.i la risoluzio ne , puo evitarla offrcndo di modifican' el contralto. «;QII
trato con prestaciones recíprocas. En los contratos de ejecucioll continuada o periódica, o bien de
ejecución diferida, si la prestación de alguna de las partcs se vuelve excesivamente onerosa,
como consecuencia de la verificación de eventos extraordinarios e imprevisiblcs.Ia parle <.jueelehe
tal prestación puede demandar la resolución del conu ato, con los efectos establecidos por el ar
úculo 1458. La resolución no puede ser demandada si la onerosidad sobrcvcniente <,ni m en el
alea normal del ron trato. IA'\ parte contra la que se demanda la resolución puede;' e\ iuu ta ofre
ciendo modificar equitativamente las condiciones del contrato}. 'lraducción <Id autor.
El artículo 1468 establece; Contralto con obbligazioni di una sola parte, Ndl'ipotcsi
prevista dall'arricolo precedente, se si tra ua de un corurauo nel quale una 501<, dr-lle par ti
ha assunto obbligazioni qucsta puó chiede re una riduzione della sua prestazronc 0\'\ ero una
modificazione ncllc modalita di esecuzione. suffir ie n ti per ricondurla ad cquitá. (Conrr
nro
con obligaciones de una sola de las partes. En la hipótesis prevista por el artículo preceden
te, si se trata ele un contrato en el cual una sola <1<: las partes ha asumido obligaciones, e
sta puede solicitar una reducción de la prestación, o bien una modificación en las
modalidades de ejecución. suficienres para reducirlas a la equidad). Traducción del autor.
CONTRATOS MERCANTILES 27
Portugal encontramos una solución similar a la italiana, al estable
cer los artículos 437.0 y 438.0 del Código Civil en el título relativo a
"la resolución del contrato por alteración de las circunstancias", en
donde, frente a la situación que venimos comentando, la parte afec
tada puede demandar la resolución del contrato;55 la argentina y la
colombiana, entre otras.
Por lo que a nuestro país se refiere, algunos estados la han incor
porado en sus propios códigos civiles.56
Art. 14ó9. Contralto aleatorio. Le norrnc dcgli arucof precedenti non si aplicano ai
contratti alatori per loro natura o per volontá delle parti. (Contrato aleatorio. La norma de
los artículos precedentes, no se aplica a los contratos aleatorios por su naturaleza, o bien
por la voluntad de las partes). Traducción del autor.
ss Los ar rículos señalados establecen; ArL 437.0.- Condicó es de admissibilidade. Se as
circunsráacias cm que as panes fundararn a desicáo de contratar tiverern sofrido uma alreracáo
anormal. rern a parte lessada direito a resolucáo do contrato, ou á modificacáo dele, segundo
juicios de equidade, desde que a exigencia das obligacóes por ella asumidas afecta grave
mente os principios de boa fé, e nao esreja coberta pelos riscos propios do contrato. Requerida a
resolucáo a parle contraria pode aceitar ao padcido, declarando aceitar a modíficacáo do
contrato nos termos do numero anterior. (Si las circunstancias en que las parles fundan la
decisión de contratar hubiesen sufrido una alteración anormal, la parte lesionada tiene derecho
a la resolución del contrato o a su modificación de acuerdo con juicios de equidad desde
que la exigencia de las obligaciones por ella asumida, afecte gravemente los principios de
buena fe o no esté cubierta por los riesgos propios del contrato. Demandada la resolución,
la parte contraria puede aceptar lo pedido declarando aceptar la modificación del contrato
en los términos del número anterior). Traducción del amor.
Art. 438.0.- Mora da parte lesada.- A Parte lesada nao goza do dereito de resolucáo ou
modificacáo do contrato, se eslava en mora no momento cm que a alreracáo das cirurnstancias
se verificou. (Mora de la parte lesionada. La parte lesionada no goza del derecho de resolu
ción o modificación del contrato si se encontraba en mora en el momento en que se verificó
la alteración de las circunstancias). Traducción del autor.
56 En efecto, encontramos que el artículo 1771 del Código Civil para el Estado deJalisco
que excluyendo las Iluctuacion es derivadas de aspectos económicos, establece en su parte
relativa: "El consentimiento se entiende otorgado en las condiciones y circunstancias en
que Se celebra el contrato; por tanto salvo aquellos que aparezcan celebrados con carácter
alcator io, los contra lOS podrán declararse rescindidos cuando por haber variado radical
mente las condiciones generales de l rhe dio en quc debía tener cumplimiento sea imposible
satisfacer la verdadera irn ención de las partes y re sulte de llevar adelante los términos apa
rentes de la convención una uotori a injusticia a falta ele equidad que no corresponda a la'
causa elel con traro celebrado.
Por su parte los arrículos 1733 )' 1734 del Código de Aguascalienres, de manera similar
al antes trascrito para el Estado de Jalisco, seúalan: 1733.- El consentimiento se entiende
otorgado en las condiciones y circu nstancius en 'lile Se celebra el conrrato: por ramo salvo
aquellos que aparezcan celebrados con carácter aleatorio, los contratos podrán declararse
rescindidos cuando por haber variado radicalmente las condiciones generales del medio en
que debía tener cumplimiento sea imposible satisfacer la verdadera intención de las panes
)' resulte de llevar adelante los rér ruinos aparentes de la convención una notoria injusticia a
falla de equidad que no corresponda a la causa del contrato celebrado. .
1734.- En todo caso de aplicación del artículo anterior la parte que haya obtenido la
cesación de los efectos de un contrato deberá de indemnizar a la otra por mirad de los
perjuicios qlle le ocasione la carencia repentina de las prestaciones en los términos que sean
usuales o justas en ese momento. Sólo podrá librarse de este compromiso la parte que
ofreciere a la otra llevar adelante las prestaciones aludidas, en términos hábiles aún cuando
esta última rehusare la proposición.
Por 011'0 lado los artículos 2012, 2013, 2014 y 2015 del Código Civil para el Estado de
Guerrero seúalan:
28 \'íCTOR .\1. C..\STRII.I.ÓN y I.U;-_·,-\

Jm'entino CASTRO y CASTRO señala que la adopción del principio


de que se trata no es ajeno a la interpretación que la Suprema Corte de
Justicia ha realizado en diversos precedentes. para otorgar el sustento
jurídico necesario para, en el análisis que realiza al cuarto párrafo
"De la excesiva orre roxidnd ":
2012.- Cuando CII cualquier momento de la ejecución de un contrato bilateral ele: cum
plimie nro continuo. periódico o diferido. la prestación de algllna ele las partc~ hubiera lle
gado a ser excesivamente oneroso por acontecimientos extraorrlinarios que no pudieron
razou able rue nt c preverse en el mome ruo de: la celebración, la (><Irteque deba ral F'
estación
podrá demandar bien la rescisión del negocio o bien una modificación equ iuuiva en el
momento. 1:1 forma o modalidades de la ejecución. El mismo principio se aplicad a los
co nrratos alc.uor ios cuando la excesiva orierosidad se produzca por causas cxrrañas al riesgo
propio del contr.uo. Si el negocio fue de ejecut'iólI continuada o periódica, la rescisión o la
modificac ióu no s.- e xre ncle rá a las prestaciones }'a cumplidas,
2013.- Si se demandare la resr isrón , el demandado podrá oponerse a ella proponiendo
modificar ioucs al contrato suficientes para reducir equirar ivamcn te.
201-1.- Cuando la excesiva onerosidad por los acouteciru icn tos extrao,.dinario, a que se
refiere el anintlo 2012, se presente al negocio en que una sola de las panes hubiera asumi
do obligaciones. la misma podrá pedir bien tina reducción equitativa de su prestación. bien
u n a m odifir acj óu al contrato también equitativa de las lIIodalidades de ejecución.
~O I 5.- No pro ced e rá la resolución ni la modificación del contrato si el p.. rjudicarlo
estuviese en mora de cumplir su obligación.
Y, finalmente en el Código Civil para e l Estado d .. Ve- r.icr ux en el capituto X-Bis "Oc la
imprevisión de lo. contratos' en los artículos I 792·A a I 792-F scú
ala:
i792-A.- J:::1l los contratos bil""·,.,,lc< con prestaciones periódicas o con t m uas. así corno
en los co nrr.uos un ilaterales, el conscurimicuto se entiende <w>lg;¡r!n en las condiciones y
circunstancias gener:t1es existentes en e- 1 momento de su celebración, salvo "<1I1<,II'J' que
aparezcan n'khr:,dos con carácter aleatorio.
1792-lI.- Cuando en cualquier momento de! cumplimiento de los c o nt ra tos a que
se refiere ..1 artículo anterior. cambien las condiciones y circunstancias generales.
existentes en el mome nro el,. ~II celebración por acontecimientos e xrraor clinarios que no Se
pudieron
razonablemente pre"<:r por las palt(· .., 'f que de llevarse adelante los términos de la conven
ción resulten las pre-staciones excesivamente onerosas p'" 11 IBU ele las panes y nororuuucruc
favorables para 1,1 0[1 a, c n estos casos el contrato deberá ser modificado po. vl JUI". a peti
ción de parte, conforme ,1 la buena fe, ,1 la mayor reciprocidad v a la equidad de intereses. y
tri caso el e ser imposible aquello, podrá determinar <¡ue se extingan sus efectos.
1792·(;.- La u-rmiuación ele! contrato o la modificación cquiuuiva en la íor ma y mo da
lidad de la ejecución. no se aplicará a las prcstacio nes realizadas antes de que SI'rgicra el
acontecim ie nru e xu aordinario sino sólo se aplicará a las prestar iones cubiertas o por cubrir
con posterioridad a este.
En estos ('a"(lS (¡I parte que haya obtenido la terminación o 1.. modificación del contrato
deberá compe nvar .1 la Otra por mitad, el impone de lo, menoscabos que sufriere por no
haberse ejecutado el contrato en las condiciones inicialmente pactadas. L,'Is resoluciones
judiCial,'s que en e~te caso se dicten admitirán el recurso de ape lación en ambos efectos.
1792-D.- Sólo se consideran como acontecimientos extraordinarios, aque llas alterucio
ucs imprevisibles que sobrevienen 1'01' hechos o circunstancias que alteran la siurución ceo
n mir-a del país, de tal manera que de haberlas sabido .. 1 deudor no habría pactado en la
ó

forma que lo hizo, o 110 hubiera pactado.


J 792-F..- La prescripción de las acciones anteriores, se r.i ig-ual al término <¡uc concede
la le)' para el ejercicio de la acción de cumplimiento o I'('M'i~ión para cualquiera ele las par
tes, según e l corur.uo ele que se trate.
I 792-F-l'ara que lcng¡tn aplit'aClón los artículos qu..: preceden. el cumplimiento pal(o:ll
v rotal del contrato, deberá estar pcndrcute por la causa () aco nu-cimie mo extraordinario
scúalado. y no (JOI la culpa o mora del obligado.
COi\TRi\rOS MJ.::RCAt'-ITII.ES 29

del artículo 14 de la Constitución Política de. los Estados Unidos


Mexicanos, establecer que los jueces están facultados para resolver
los casos concretos aplicando la equidad, como principio general
del derecho, en ausencia de leyes o bien su interpretación jurídica,
por lo que debe incorporarse tal principio.e?
Por su parte DiAZ BRAV058 refiere que tal tendencia improvisto
nista ha encontrado eco en el proyecto de una Convención relativa
a los principios para los contratos mercantiles internacionales, ela
borado en el seno del Instituto Internacional para la Unificación
del Derecho Privado (UNIDROIT), dado a conocer en octubre de
1990, en cllyos artículos 5.2.2. y 5.2.3., se proclama tal principio al
establecer que ante circunstancias imprevisibles, que alteren funda
mentalmente el equilibrio de un contrato, de tal manera que una
de las partes se vea colocada en una situación de excesiva oucrosidad,
esté facultada para exigir renegociaciones que propicien un alivio
a sus compromisos)' que ante el fracaso de tales negociaciones, la
autoridad judicial esté facultada para dar por terminado el contrato
en la fecha)' términos que se fijen , o bien para modificar su con
tenido a efecto ele restablecer el equilibrio existente antes de la
presentación de las circunstancias que lo alteraron.
Opinamos que si bien del contenido del artículo 14 constitucio
nal en su cuarto párrafo, se deriva la posibilidad de que los jueces
puedan realizar una función equitativa que restablezca las condicio
nes alteradas, ello sol arne nte puede ocurrir en ausencia de una le)' o
bien su interpretación jurídica, por 10 que consideramos que en el
campo del derecho mercantil, debe incorporarse precisamente una
norma que sin lugar ;¡ dudas faculte al órgano jurisdiccional para
restablecer la situación que el evento imprevisible altere substan
cialmente, al amparo del postulado de la norma constitucional en
aras de la equidad y I¡'l seguridad jurídica.

o,; En ('reno. au n v cuando ,,1 Mi n isrro Casuo j' Castro no 1<1 u-an scrib e e n "1 libro, :.
conlÍnll,lciúlI cx po ne-m os r-I conu-nido de la ll'~is emitida por la Tercera sala de la Suprema
COrtC de J"~li<:ia visib!e 1:11 d Sr-manario Judicial de b Fcdc ració n. S"XI:1 poca.Volumen
é

XXIV. Cual 1:, Parle, página: I :{:~.Tesis i\i,lada. ,iguienlc: CONTRATOS t\ l.ARCO PI.AZO.
Cuando (;1\ los negücios ,1.- tj"(,llCión a largo plazo () de tracto sucesivo surgcu cn el in t e r
vale acou tccimicutos cx uaor diunrios qlle 1'(II1)P<;11 el equilibrio e n tre los intereses de las
parles. no t:~l,i de acuc i do ('011 ]¡I hue na re n:igir el cumplimi cn to de las obligaciones COI)
un alcance que no pudo preverse. advirricndo que debe t r.uarse de acoruccimicmos de
cierta magnilud <)"" no ('al,,'ja tomar en cuenta razonahlcmentc al formar el acto jurídico,
ya que de lo coutrar io, faltaría ulla ele las bases ele la imprevisión r vendría a sufnr desmedro
la eSl;1hilirl"d ele los negocios. Amparo Di,," io 1863/58. AClOr:.José ele la Luz Valdcz.
Po nenw: ~1:I1\\lcl Ri\'cr:l Silv.i. M,,)'(>('ía de rrcs votos. 2(; dc jllnio c[¡> 1959.
',~ C¡i: 1)i.1f. J31~.\\'(), Aruu-o. o/J. (/1_, 1'_ -H)_
30 VÍCTORM.o CASTRILLÓy
NLUNA

2. CONCEPTO DE OBLIGACIÓN

Para ROJINAVrLLEGAS5la9 obligación es un estado de subordinación


jurídica que impone al deudor la necesidad de ejecutar a favor del
acreedor un hecho una abstención de carácter patrimonial o moral.
Rafael DE PINA60señala que la obligación es una relación jurídi
ca productora de un vínculo jurídico.
BORJASORIAN06p1or su parte dice que es la relación jurídica en
tre dos personas, en virtud de la cual una de ellas llamada deudor,
queda sujeta para con otra llamada acreedor, a una prestación o a
una abstención de carácter patrimonial que el acreedor puede exi
gir del deudor.
GUTlf;RREyZGONZÁLEZs6e2ñala que la obligación en sentido lato
es un derecho de crédito o derecho personal, pero no en sentido
estricto, ya que a la especie se le puede designar con el nombre del
género, pero que a una obligación que nace de una declaración
unilateral de voluntad no puede llarnársele derecho de crédito o
derecho personal, pues éste precisa de un deudor y un acreedor.
Parte importante de las fuentes de las obligaciones la constituye
el acto jurídico, al que concebimos como la manifestación exterior
de la voluntad que producirá consecuencias de derecho, y que abar
can tanto al convenio como al contrato.
Coincidimos con VÁZQUEDZELMERGAD06c3uando señala que
si
guiendo al concepto de obligación civil se puede considerar que la
mercantil constituye el vínculo jurídico por el cual un sujeto debe
cumplir frente a otro una prestación que tiene carácter mercantil
porque el acto que la origina es de esa naturaleza, y que en princi
pio el derecho de las obligaciones no es solo del ámbito civil sino
que va aparejado a la evolución mercantil o económica, y que ocupa
en el ámbito de las leyes un lugar preponderante, considerado por
el Derecho Mercantil en relación con las personas, los comerciantes
y los actos de comercio.
"Las normas del derecho mercantil cambian en parte las
normas del derecho común para adaptarse a las exigencias de la
actividad mercantil, sin embargo no existe un sistema de derecho
59ROJINAVII.LECAS,Rafael, Derecho Civil Mrxicallo, Tomo Quinto. Obligaciones. volúm e
nes 1 y u, 4' ed., Ed. Porrúa, S. A.. México. 1981, p. 44
60 DE PIKA. Rafael. Etrmentos de derecho Civil Mexicano, Tomos 3, 2' ed .. Ed. POITÚa. S. A.,
México, 1966, p. 25.
61 130RJA SORIANO, Manuel, Teoría General de la.' Obligaciones, Tomo primero. 7' cd., Ed.
Porrúa, S. A., México, 1974, p. 81. ,
62 GUTlÉRREZ y GON7.AI.F.7., Ernesto, Derecho de las Obligaciones, Si ed .. Ed. Cajica, $. A.,
Puebla, 1977, pp. 45 Y45.
63 el': V..\ZQt"f.z IlEL .\IERC-\IlO. op. rit., p. 104.
CONTRATOS MERCANTILES 31

de las obligaciones mercantiles diverso al sistema de las obligacio


nes civiles".64
SÁNCHECZALER06se5ñala que las obligaciones mercantiles
que na cen normalmente de los contratos tienen como característica
al ser típicas o uniformes su tendencia a la objetivización, y la
necesidad, más acusada que en el Derecho Civil,de un exacto
cumplimiento.
No nos corresponde ocuparnos en la presente obra ni de la teoría
del acto jurídico ni de la relativa a las obligaciones, que han sido
suficientemente tratadas por generaciones de excelentes e ilustres
profesores e investigadores civilistas, tanto mexicanos como extran
jeros; no obstante es menester señalar que si bien no existe una teoría
general de las obligaciones mercantiles, no podemos dejar de obser
var la existencia en las normas mercantiles de escasos e incompletos
preceptos tanto en materia del acto jurídico como de las obligacio
nes en general, incluyendo su resolución; preceptos que se refieren
a algunos aspectos que derivan de tales instituciones de manera in
completa, pero que deben ser observados por constituir la fuente
directa de aplicación.
Aún cuando en materia de obligaciones, la aplicación supletoria
de la legislación civil solamente se requiere en el caso de que las
leyes mercantiles no regulen los supuestos relativos, ocurre que en
este campo del derecho las normas existentes, son escasas e incom
pletas, lo que hace necesario aplicar la norma sustantiva que emana
del derecho común.
"Con base en las escasas normas que sobre obligaciones mercan
tiles se encuentran en nuestra legislación mexicana, especialmente
en el Código de Comercio, considero que no puede hablarse de una
teoría general de las obligaciones mercantiles, sino tan solo de algunas
normas especiales que derogan a los principios y reglas en materia
de obligaciones civiles que son aplicables supletoriamente a todo el
derecho mercantil. La importancia de distinguir entre obligaciones
y contratos mercantiles y las obligaciones y contratos civiles, se acre
cienta en nuestro régimen jurídico, en razón de que conforme al
pacto federal establecido en la Constitución, se asigna a la Federación
la competencia para legislar en materia de comercio mientras que la
legislación civil se conserva como materia propia de los Estados y
del Distrito Federal".66
"Si bien la ley y los usos mercantiles regulan solamente parte de
los problemas que ofrecen las obligaciones mercan.tiles, al misn:o
tiempo que la formación de los contratos rnercan tiles, su estudio
,
(.·1 Cfr. VAZQUEZ DEL MERC,\DO, op. cit., p. 104.
(;[, Cfr. SANCHlZ C,\I.ERO, Fernando, op. cit., p. 441.
66 ARCI:: GARCOl.to,,1avier, op. cit., p. )4.
32 VÍCTOR M, Ci\STRILLÓN y LUNA

presenta algunas particularidades que dan lugar a principios generales


que se imponen en toda la materia de las obligaciones mercantiles,
a los cuales se recurre con exclusión de las normas del derecho civil
y que se consideran y son estudiados como parte del derecho mer
cantil",67
La solución al problema que nos ocupa se ha pretendido encontrar
mediante la aplicación supletoria del Código Civil ahora Federal,
no obstante, creemos que es inconveniente, ya que aun y cuando
observamos que ambas normas (civil y mercantil) tienen en común
su aplicación en un ámbito en el que se dice el interé« en. fu.ego
es p articular, lo cierto es que ambas matcrias son distintas, tienen
una gt:nesis y desarrollo distintos, con una legislación también distinta
y regulan por cllo realidades también distintas; Así, creemos que
son más las diferencias que las semejanzas que dcriva n de las
rclacioucx
que regulan en sus distintos ámbitos,
Por Jo anterior, y con el afán de resolver de una manera integral
y definitiva el problema CJlle nos ocupa, nos pronunciamos por la
adopción de un sistema en el que se incorpore al Código ele Comer
cio una teoría general de las obligaciones mercantiles, que resulte
completa y adecuada (l las necesidades tan to del comercio como de
carácter financiero, que h¡'lg<1 ya innecesario u tilizur la conteuida en
la legislación civil.
En un planteamiento que por los conceptos vertidos no corn par
timos, LEÓN BOLM'¡:IO, siguiendo la tetldetlcia del rlcrcch o italiano,
impulsada por Cesar Vivan te, que influyó al Código Civil Italiano de
1942, se inclina por un a so luci n uniforme en la que un solo instru
ó

mento normativo regule ambas materias "Un Código único ele las
obligaciones, puede con sagaces y oportunas declaraciones regular
uniformemente todas las obligaciones y todos los contratos sin d is
t.inción entre mercanules )' civilcs",ü8
Sobre éste panicular dice Javier ARCE C,\RCOl.l.O(i!) CJl.le una solu
ción que unifique las normas privadas civiles y mercantiles, se puede
lograr rn cdian tc el traspaso al call1po del derecho civil, de principios
e instituciones jurídicas nacidas en el derecho mercantil, mediante
una reforma al Código Civil Federal, dejando en el Código de Comer
cio a los contratos que no se incorporen a la ley civil con la adición
ele una norma de reenvío o supletoriedad
Por los razonamientos que hemos expresado con anterioridad,
no compartimos la propuesta ele ARCF. C,\R(;OI.LO, ya que debemos
r'
considerar que de llevarse a cabo, habría una mayor dispersión de
«: \',\ZQI'EZ I>f.L ,'vlERC\lIO, Osear" (I/l. rit., p. 10:;
h~ I.$m,.\¡:¡:¡Ol,.eón , o/" cit., pp. ~H2,
(,\1 C( !\Rn G,IRC.OI.LO,Javier, "p.rit., pp. 12 \' 13.
CONTRATOS MERCANTILES 33

las leyes mercantiles, además, como hemos señalado, ello no es po


sible porque la norma mercantil es de carácter federal mientras que
la civil es local.
"La unidad de fondo del derecho civil y mercantil es indudable;
pero su separación no es caprichosa ni arbitraria, sino que obedece
a razones profundas, fundamentalmen te a la necesidad de atender
las exigencias del comercio, para 10 que el derecho civil se mostró
insuficien te e inepto por su carácter formalista y rituario y por estar
fundamentalmente concebido como una regulación de bienes in muebles
(sistema de propiedad y trasmisión) incompatible con la misma movilidad
del derecho mercantil. Por esto, aquél sacrifica
la seguridad del tráfico a la seguridad jurídica". "La consideración
del derecho mercantil como derecho de los actos en masa realiza
dos por empresas acota para el mismo un campo particular radical
mente distinto de las relaciones de familia, sucesión, propiedad, etc.,
típicas del derecho civil. Aún en el terreno de las obligaciones, las
mercantiles ucn en u na impronta peculiar, rcsu ltado de ser actos en
masa realizados por empresas"70
En espera de la solución apuntada, y con la ineludible obliga
ción de ocuparnos del derecho vigente en el campo que nos ocupa,
a continuación nos referiremos a 'los aspectos generales en materia
de obligaciones mercantiles, en el capítulo correspondiente a los
contratos mercantiles en general, en donde es menester mencionar
a los artículos siguientes:

Art. T]: Las couvc ncio nes ilícitas tlO producen obligación ni ac
ción, alln(ple recaigan sobre operaciones de comercio.

¡
Art. 78. En las convenciones mercantiles cada uno se obliga en la
manera y rérrninos que apare7.ca que quiso obligarse, sin que la validez
del acto comercial dependa de la observancia de formalidades o re

I
quisit os de ie rminados.

Sobre este último prccepto, DiAl. BR¡\V071 ha escrito "solo como


fruto ele 1I11 iur-onccbiblc dcxcouocimirn ro de la vida comercial po
dría pretenderse la vigencia práctica del artículo 78, del Código de
Comercio; a nadie escapa que la arrolladora formalidad docurncn
¡
I
tal casi no admite excepciones en la práctica".
No obstante, <:11 relación con este aspecto, el acto mercantil será
!
l
valido siempre que se otorgue COIl las formalidades que en cada caso
establezca la le)', )' observamos que salvo casos muy concretos, la ley

I
mercantil es ante lodo y esencialmente carente de formalismos, por
ello es que se habla de una consensualidad mercantil.
7()ROlJ~i(:n.l ROIIRIGl·I'Z . .)oa'1"in, ofi. rit .. pp. 15 Y 16.
1 71 DiAZ BR,\\'O. Anuro. ojJ. cit., p. :lO.
¡

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