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Disminucion de peligros

¿Qué puede hacer tu empresa para conseguirlo?

Desde ainia proponemos 10 acciones que contribuyen a cumplir este objetivo:


1. Usa eficientemente la energía. Realiza auditorías energéticas de tus procesos e
instalaciones, te ayudará a saber si estás utilizando las mejores técnicas disponibles.
Revisa periódicamente tus consumos y los aislamientos térmicos en equipos de frío
y calor.
2. Gestiona el agua de forma responsable. Es importante realizar un control periódico
de tus consumos y aplica las mejores técnicas disponibles. Piensa cómo puedes
reducir el consumo o reutiliza algunas corrientes de agua de la instalación.
3. Busca nuevas oportunidades para valorizar tus residuos. Por ejemplo, la
producción de biogás o biomasa, la transformación en enmiendas o fertilizantes, la
extracción de productos o sustancias de valor.
4. Optimiza los envases de tus productos. Realiza un plan de prevención de envases
específico. Utiliza nuevos materiales más biodegradables.
5. Calcula la huella ambiental de tu actividad e identifica objetivos de mejora.
6. Mejora la gestión de los materiales y residuos peligrosos.
7. Sensibiliza y ofrece formación ambiental a los trabajadores.
8. Reduce el volumen y carga contaminante de los vertidos de agua residual. Aplica
técnicas para reducir la contaminación en origen. Selecciona la instalación de
depuración más adecuada optimizando su gestión y mantenimiento.
9. Mejora los procesos de diseño de nuevos productos. Mejora la competitividad de
tu empresa considerando el factor ambiental y elabora productos más sostenibles.
Potencia el ecodiseño.
10. Toma en consideración el medio ambiente y haz que sea una parte importante
de la gestión de tu empresa. Implanta sistemas de gestión medioambiental y
responsabilidad social empresarial.
En ainia tenemos experiencia en ayudar a las empresas a reducir su impacto ambiental y
en la práctica de todos los puntos anteriormente mencionados. Ponte en contacto con
nosotros, te podemos ayudar.
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En nuestros días, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. Las poblaciones
urbanas consumen el 75% de los recursos naturales del mundo y generan el 75% de los
residuos. Las ciudades se han convertido en consumidoras de enormes cantidades de
recursos naturales y generadoras de impactos ambientales masivos.

Ante estos hechos Greenpeace propone un decálogo que convertiría nuestras actuales
ciudades en urbes verdes y sostenibles. Entre sus medidas contempla:

1.- Ahorro energético: La utilización eficiente y el ahorro energético son el recurso


energético con mayor potencial en las ciudades. Con adecuado aislamiento y criterios
bioclimáticos en el diseño de edificios y en el planeamiento urbanístico se podría evitar el uso
de aires acondicionados. La demanda de energía para climatización en edificios existentes se
puede reducir en un 30-50% y en edificios nuevos en un 90-95%.

2.- Impulso a la energía solar: Los tejados de nuestras ciudades son excelentes lugares
para la ubicación a gran escala de centrales de energía solar fotovoltaica para producir
electricidad y captadores solares térmicos para producir agua caliente. Deben generalizarse
las ordenanzas solares que hagan obligatorios estos dispositivos.

3.- Construcción sostenible: El diseño de los barrios debe tener en cuenta el entorno.
Debe potenciarse la utilización de materiales en cuya extracción no se haya producido un
deterioro del medio ambiente, como la madera certificada FSC.

4.- Menos agua, ríos más limpios: El problema no es la sequía, es el aumento sin límites
del consumo de agua. Por ello debe detenerse la promoción de actividades muy intensivas en
el uso del agua y promoverse un uso mucho más racional de este recurso basándose en el
ahorro, la eficiencia y la reutilización.

5.- Consumo responsable: La mayor parte de la producción de alimentos termina en las


ciudades. Los habitantes de la mismas pueden influir en las formas de producción agraria y
pesquera rechazando los productos transgénicos, el pescado que proviene de artes de pesca
destructivas o demandando alimentos y productos (limpieza, juguetes, textiles,...) sin
sustancias químicas tóxicas y utilizando papel y productos de madera respetuosos con los
bosques.

6.- Menos basura: Casi tres cuartas partes de lo consumido por la sociedad industrial
tarda menos de un año en convertirse directamente en residuo. Hay que impulsar
definitivamente la recuperación de los materiales que hoy se convierten en basura a través
de medidas que impulsen las tres erres: reducción, reutilización y reciclaje.

7.- Compostaje: La materia orgánica debe volver a la tierra para evitar su progresivo
empobrecimiento y el uso de abonos artificiales. Por ello la parte orgánica de nuestras
basuras puede recuperarse a través de un impulso al compostaje.

8.- Transporte: Greenpeace propone una limitación del uso del coche en las ciudades y
que se promueva de manera preferente al peatón, el uso de la bicicleta y el transporte
público. En la actualidad la mitad de los desplazamientos en coche se realizan a menos de 3
kms. de distancia, y un 10% son para trayectos de menos de 500 metros.

9.- Contra la especulación del suelo: La financiación de los ayuntamientos españoles no


puede seguir dependiendo de la expansión constante y sin freno de la especulación urbana.
Debe analizarse en profundidad la insostenibilidad del actual modelo, para ponerle freno.

10.- Participación ecologista: La presencia activa de ciudadanos ecologistas en las


ciudades es un beneficio para ellas. Por ello es importante que las administraciones
municipales impulsen la participación de la sociedad en la defensa del medio ambiente.

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