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EGIPTO EN EL TERCER MILENIO A.C.

A. EL NACIMIENTO DEL ESTADO FARAONICO. LA EPOCA TINITA (EL EGIPTO ARCAICO


3050-2675)

BIBLIOGRAFÍA: Liverani¿?

Ubicación Geográfica y Medio ambiente

Egipto fue el país más grande y fértil del norte de África para Herodoto. Se caracterizó por la
preeminencia del rio Nilo.

Podemos distinguir:

NORTE (2): Zona rica y fértil; donde la llanura del aluvión ancha gracias a la cal y arenisca.

SUR (1): Zona pedregosa (Nubia); el terreno del aluvión es estrecho y la corriente del rio esta
interrumpida por rocas que dificultan la navegación.

ESTE: tierras marrones oscura y fértil. Su importancia residía en que permitía que se unan Egipto
con Asia Occidental por medio de la Península del Sinaí (7); una vía que servía para mantener la
seguridad del país y para entablar relaciones comerciales. Inclusive pasando el Mar Rojo se
encontraron un pequeño número de puertos egipcios.

OESTE: zonas secas con arenales amarillos. En estas zonas reconocemos:

● El desierto de Libia (6) y oasis (Bhariya, Siwa, Farafra, Dakhla y Khanga). Lugares fértiles
que tuvieron rutas hacia el valle del Nilo.
● Una depresión llamada “El Fayum”, cerca del valle del Nilo, al sudoeste de Menfis.
● Un lago de agua salada “Uadi El-Natrum”, una fuente de sosa que se utilizó para fabricar
vidrios y para la momificación.

ASSUÁN (3): es la primera catarata que trazó la frontera meridional de Egipto desde la ID. Ella nos
permite reconocer:

● ALTO EGIPTO (4): desde Assuán hacia la ciudad de Menfis.


● BAJO EGIPTO (5): parte norte de Menfis; donde se encuentra el delta del Nilo.

Por debajo se Assuan se existente la zona llamada NUBIA; en la que podemos distinguir también:

● BAJA NUBIA (9): entre la Primera Catarata (Assuan) y la Segunda Catarata. Dominada por
los egipcios “wawat”
● ALTA NUBIA (8): desde la Segunda Catarata hasta Sudán. Dominada por los “kush”

Clima

Fase Húmeda del Neolítico (10.000 y 5.000), hubo una mayor población en los desiertos situados
entre el este y el oeste.

Fase de Sequía (fines del IV milenio), la población se asentó en el Valle del Nilo o cercanías. El
clima fue más bien seco y de dependencia del rio Nilo.
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*Rio Nilo: las crecidas eran anuales y se daban en el mes de julio, intensificándose en
agosto/septiembre, para bajar en octubre. Cuando bajaba el agua se producía la siembra y las
cosechas se realizaban entre los meses de enero y marzo. Por todo esto los egipcios distinguían
tres estaciones, la de inundación, la de baja del agua y la de sequía.

*Zonas pantanosas: favorables para la cría de ganado y el cultivo de papiro.

Cronología

Una de las más importantes fue construida por Manetón (un erudito egipcio) a comienzos del siglo
III, escrita en griego y dividida en dinastías, inclusive denomina a la época prehistórica
predinástica. Esta refleja una lucha constante por regresar a una forma política ideal-correcta. Lo
cual dificulta la percepción de las transformaciones radicales a pesar de las continuidades
institucionales, culturales, artísticas, etc. La cronología de Manetón es una historia oficial que
representa la tradición sostenida durante el Imperio Nuevo.

Fuentes y Problemas: La tradición de unificación.

Un rasgo dominante de la cultura egipcia es que ha creado una imagen normativa de lo que fue
Egipto en la antigüedad, como una tierra dividida en dos partes, el Alto y el Bajo Egipto, unidas por
la autoridad del faraón; imagen sostenida por los faraones en el momento de mayor fuerza política
para expresar que garantizaba la existencia del país en forma armónica y correcta.

En fuentes como el “Canon de Turín”, la obra de Manetón y la Lista de Reyes de Karnak, se señala
a Menes como el iniciador de la primera dinastía. Menes unificaría a Egipto fomentando su
desarrollo y prosperidad. Los monarcas sucesivos trataron por consiguiente de volver a crear esa
unidad, expresado por ej. en títulos, nombres reales y símbolos.

El faraón era tanto el rey del Alto como del Bajo Egipto, es decir el “amado de las dos señoras”
Nekhabet (diosa en el Alto Egipto, representada como un buitre) y Wadjet (diosa en el Bajo Egipto,
representada como una cobra). Así también las coronas del Alto Egipto (blanca) y la del Bajo Egipto
(roja) aparecen combinadas, evocando una vez más la unificación.

Sin embargo debemos preguntarnos ¿Qué se entiende por unificación en esta época? ¿Fue un
corto o largo proceso? ¿Fue lograda por un solo monarca poderoso? ¿Hubo otras entidades
geopolíticas en el predinástico? ¿Existe alguna diferencia entre el periodo predinástico y el
dinástico arcaico?

Pero la respuesta a estos interrogantes depende de una diversa cantidad de fuentes y de sus
interpretaciones, entre ella se tienen en cuenta:

-la obra de Manetón, que como ya se ha enunciado, reproduce la tradición del Imperio Nuevo.

-La Piedra de Palermo, una lápida de piedra compilada durante la VD, se dan nombres y
acontecimientos importantes de las ID y la IID. Indica también que antes de Menes ya se había
producido una unificación que se había roto. Esta presenta a Menes como restaurador del orden
político anterior. Esta última observación ha producido dos teorías entre los egiptólogos, una
como la de Scharff y Moorgat que lo toman al pie de la letra y otra como la de Baines, Málek y
Trigger quienes creen que el modelo de desintegración-unificación anterior a la ID es más bien una
norma histórica elemental.
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-La Tablilla de Saqqara, que está bien conservada pero inicia desde la sexto faraón de la ID hasta
Ramsés II.

-Los Monumentos a la Unificación como materiales epigrafos y pictóricos que datan de los tiempos
de la ID, pero que presentan problemas para identificar los nombres nsw-bity y los de Horus.

-Los yacimientos arqueológicos en el Alto Egipto como Naqada, Abidos, Hieracómpolis y en el Bajo
Egipto como Saqqara y Helwan, muestran una cultura predinástica llamada “Gerzeense Tardío” en
el Alto Egipto, la cual se puede haber tratado de una cultura opulenta, diferenciada socialmente y
con grandes edificaciones, cuya cabeza de su sistema político serían unos príncipes o reyes.

La diferencia con la cultura Dinástica Arcaica se expresaría en el crecimiento súbito, con edificios
funerarios de mayor envergadura y con la aparición de la escritura. Pero la explicación a este
repentino crecimiento es aun objeto de debate entre los historiadores de la antigüedad y van
desde quienes hablan de invasiones extranjeras a los que sostienen estímulos menos directos
como por ej. motivos artísticos provenientes de Elam y Mesopotamia como producto de presiones
demográficas y cambios climáticos. Pero el peor error sería atribuir el desarrollo rápido de Egipto a
un solo factor.

Replanteamiento de la Unificación de Egipto

Uno de los modelos posibles para replantearse la unificación proviene de los testimonios de
Hieracómpolis (Butzer en 1976) según el cual entre el 3.300 y el 3.100 cada vez se hizo mayor la
aridez del desierto, por lo que el Valle del Nilo experimentó una mayor densidad de población,
concentrándose en las zonas más accesibles desde el desierto. A su vez con el crecimiento de la
población se hacía más necesario hacer un aprovechamiento óptimo de los recursos que brindaba
el Nilo; al norte las condiciones para el cultivo eran mejores que bajo la primera catarata.

Esta situación habría dado lugar a la confrontación con otros asentamientos y una opción (o una
consecuencia) era la de elaborar alianzas entre vecinos para maximizar el poderío militar y
mantener el control del terreno ganado; lo que seguramente trajo consigo un crecimiento de las
entidades políticas.

Testimonios provenientes del Alto Egipto dan cuenta de la existencia de grupos aristocráticos o
familias dominantes, que utilizaban artículos de lujo y grandes edificaciones, lo que muestra su
poderío. Así también estos dan cuenta de la existencia de artesanos cualificados y al servicio de los
poderosos.

La existencia de un intercambio comercial se expresa en el empleo de materiales exóticos, el


comercio estaba bajo el control de las autoridades locales. La importancia de ciudades ricas en
oro, cobre y piedras duras como Hieracómpolis, Neqada y Abidos dan a conocer las relaciones con
Nubia desde donde se importaba ébano y marfil.

A fin de cuentas, esta serie de análisis que se han realizado sobre este período nos muestran que
no se trató de un crecimiento rápido y aislado, ni obra de un solo rey, sino un proceso de
transformación gradual. Menes quizás fue uno de los que fueron parte de este proceso, pero si
podemos destacar su importancia en cuanto se lo asocia con la fundación de la ciudad de Menfis,
uno de los centros reales más importantes y como parte de un proceso de expansión y control del
delta.
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En cuanto al Bajo Egipto, no hay testimonios que indiquen que alguna vez fuese importante, sino
que se trató de la formación de un reino en el Alto Egipto cada vez más homogéneo y con
instituciones políticas incipientes, y ya durante la ID se iría incorporando gradualmente. Por
consiguiente la división (quizás de época ulterior) de un Alto y Bajo Egipto no tendría nada que ver
con el nacimiento de Egipto como estado.

Egipto Dinástico Arcaico (3.100 – 2686 a.C.)

El rastreo del paso del periodo prehistótico (o predinástico) al histórico (o dinástico) resulta difícil
de hacerlo con precisión. Es posible hacerlo en la medida en que pensemos el periodo como una
etapa de transición y consolidación (de entre 250 y 400 años) hasta que Egipto alcanzó sus rasgos
típicos de la civilización posterior.

Las fuentes utilizadas son muy precarias sobre todo en lo que concierne a los cuatro primeros
reyes, pero después de ellos es más fácil reconstruir la historia de este pueblo. A partir de allí el
autor sostiene que desde la ID dominaba un solo faraón desde el delta a la primera catarata. Otra
característica es que la cultura predinástica egipcia desapareció por completo, lo que dio lugar a
una homogeneidad en la cultura que lo hacía particular al país. Es decir, Egipto al consolidarse se
distinguió de los países vecinos y les dio el lugar de enemigos que pondrían en problemas la
seguridad y la coherencia del estado; reflejado en imágenes que muestran al faraón aplastando a
los pueblos vecinos.

Menfis surgió por entonces como capital y sede del gobierno, una zona fértil e ideal para ser
explotada. Las fuentes revelan que el soberano egipcio y su familia desde estos tiempos tenían el
control sobre las actividades comerciales, como son los sellos u objetos de la ID descubiertos en
Palestina). Los jeroglíficos tuvieron un importante papel en cuanto que expresaban las hazañas de
los reyes que hasta hoy nos llegan, así como permitía llevar la cuenta de los ingresos y gastos
reales.

El ingreso se realizaba mediante impuestos sobre la producción agrícola, cosecha y animales. Los
faraones realizaban viajes de inspecciones que denominaban “recuento de ganado” o “séquito de
Horus”. Estos se cobraban en especies y se guardaban en almacenes reales para que estén a
disposición del rey y su familia. Pero a su vez, el faraón poseía grandes extensiones de tierras de
cultivo, como por ej. viñedos. Los cargos administrativos más altos fueron ocupados por miembros
o allegados a la familia real.

En conclusión, para este entonces Egipto era ya un estado grande y controlado por un soberano
supremo y absoluto, quien había concentrado eficazmente la riqueza y el poder político.

BIBLIOGRAFÍA: Marcelo Campagno “Parentesco, intercambios, conflictos. Consideraciones sobre el


surgimiento del estado Egipcio” en Relaciones de intercambio entre Egipto y el Mediterraneo
Oriental (IV-I Milenio A.C.) Comp. Alicia Daneri Rodrigo. Ed. Biblos. Bs. As. 2001.

Hace mucho tiempo Tigger había sostenido que ​“con el incremento del intercambio con el
sudoeste de Asia, todos esos gobernantes locales intentaron por todos los medios controlarlo y
monopolizar los beneficios de el derivados. El resultado fue un enfrentamiento y una
competitividad cada vez mayores, en la medida en que los gobernantes más importantes del Alto
Egipto trataban de obtener la hegemonía sobre toda la región” (​ Tigger,1985; 72). Esta es una
teoría relevante para enunciar el surgimiento del Estado en Egipto, a la que nos acercaremos si nos
preguntamos ¿por qué privilegiar las prácticas de aquellas comunidades entabladas con el exterior
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y no las producidas en su propio seno? Para Campagno la clave está en atenernos en temas como
el parentesco, los intercambios y el conflicto.

En cuanto al parentesco, el autor nos indica que ​es una práctica y eje de articulación y
organización social de comunidades no-estatales​. La evidencia para corroborar esa práctica pre
estatal durante las épocas predinásticas resulta muy escasa, sin embargo el ámbito funerario
proporciona algunas claves. Cementerios predinásticos como Badari, Armant, Negada,
Nega-ed-Der dan cuenta de la existencia de distintos sectores de cada necrópolis integrados por
tumbas diferenciadas en función del tipo de ajuar para los difuntos, pero esto no reflejaba
diferenciación sociopolítica sino la existencia de grupos de descendencia en cada aldea; se tratan
de grupos clánicos inherentes a la práctica del parentesco, es decir se trata de ​jefaturas​. El cambio
durante la fase Negada II de los enterramientos, ahora en forma rectangular y como lo eran las
viviendas, expresan la concepción de la muerte de estos hombres, los muertos no dejaban de ser
integrantes de la comunidad, se les donaban alimentos y artículos que usarían cotidianamente
para su vida de ultratumba, característica que es compatible con la práctica del parentesco que
aun están íntimamente ligados a la familia o clan. A su vez el parentesco se regula por la ​norma
moral de reciprocidad y excluye la posibilidad de una diferenciación social y de dominio
físico-coercitivo al interior del clan; pero estas son características esenciales para el advenimiento
del Estado.

Por ello, como lo hizo Tiegger, debemos dirigir nuestra mirada al ​exterior,​ a las relaciones entre las
comunidades, es decir el ​intercambio. Si bien las conexiones con el Mediterraneo y el Mar Rojo
datan de mucho tiempo, fue durante la fase Negada II cuando esos vínculos se extenderán, como
fue el asentamiento de Maady que potenció las relaciones entre el Bajo Egipto y Palestina, el
emplazamiento de Buto permitió vincular el delta con los puertos de Siria desde una ruta marítima
directa, así como los vínculos con Elam y Afganistán y al sur con la cultura Grupo A de Nubia. Por lo
cual las jefaturas del Alto Egipto accedieron directa o indirectamente a bienes importados. Sin
embargo los productos intercambiados no responden a demandas globales de los miembros de la
comunidad sino a los requerimientos de elites locales para sus ajuares funerarios. Como estos
productos tenían como fin el consumo ostentoso de las elites, se podían confirmar posiciones
sociales de privilegio en cada comunidad, lo cual podía producir disputas y conflictos entre sus
participantes excediendo los vínculos pacíficos.

​ o es por si mismo una explicación para el advenimiento del estado. Mucho antes de
El ​conflicto, n
Negada II existieron conflictos, pero estos eran transitorios típicos de sociedades no-estatales
consistían en ataques y retiradas. A partir de Negada II se presentaran como ​guerras de conquista​,
estas implicaban la victoria militar sobre el enemigo y el establecimiento de un vínculo de
subordinación permanente de los vencedores por sobre los vencidos. Cabe preguntarnos ¿por qué
se adoptaría este tipo de postura si era hasta entonces desconocida? Posiblemente tenga que ver
con la necesidad de controlar las redes de intercambio de bienes preciosos y de inhibir la
competencia de los rivales; sobre todo si tenemos en cuenta que la ostentación de objetos lejanos
tenía importancia para el prestigio social de una elite, por lo que una guerra de conquista
eliminaba ahora a los enemigos y permitía el control de las rutas.

Finalmente, así como el conflicto tenía lugar en el Alto Egipto las alianzas también se dieron, que
desencadenó la colisión entre Negada, Heracompolis y Abidos como un encuentro entre estados,​
estableciéndose un único Estado para el Alto Egipto a comienzos de Negada III. A partir de
entonces comenzaría a delinearse los trazos de una organización social escindida en la función de
la pertenencia o exclusión respecto del polo estatal de la sociedad. Ahora la nueva elite podía
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canalizar hacia si misma una corriente de tributación sistemática, que permitía sostener
especialistas, sacerdotes y funcionarios en general, podía construirse palacios y templos
monumentales, monopolizar el cambio con el exterior, establecer una ortodoxia artística y
religiosa, organizar un sistema administrativo y potenciar su capacidad bélica; en lo que el
campesinado estaba bajo un nuevo ordenamiento y en completa subordinación al estado.

B. EL IMPERIO ANTIGUO (2675 - 2350 AC.) LA EVOLUCIÓN HISTORICA. LA


ADMINISTRACIÓN Y EL GOBIERNO.

BIBLIOGRAFIA: Urruela Quesada, J. J.; “El Reino Antiguo o el Primer clasicismo” en Egipto
faraónico. Política, economía y sociedad. Ed. Universidad Salamanca; Salamanca; 2006.

Los problemas de reconstrucción histórica y Fuentes:

El Reino Antiguo suele ocupar el lapso temporal comprendido desde la IIID hasta la VID. Hay
autores que han incluido a la IIID en el periodo Dinástico Arcaico, pero esta práctica esa en desuso
debido a los logros alcanzados durante esta dinastía un absolutismo centralizado en la imagen del
monarca. Pero en la IVD empieza en cambio a vislumbrarse la descentralización del poder, que
colocará a Egipto en un periodo de crisis progresiva respecto de la real persona y que terminará
en Primer Periodo Intermedio (el fin de la gloria menfita).

En cuanto al conocimiento de este periodo se expresa en una mayor comprensión de la historia de


la cultura egipcia por sobre su historia política. La reconstrucción histórica se ha hecho sobre
elementos de cultura material como por ej. las pirámides e incluso con comprobaciones
astronómicas, que señala el autor “rozan con lo fantástico” (Quesada; 2006; p. 99).

Pareciera indicarse que los textos específicos son pocos o de difícil comprensión, entre ellos se
destacan “Los Textos de las Pirámides” (inscriptos en las tumbas del último rey de la VD y algunos
de las VID) que ilustran la consolidación de las creencias religiosas y el concepto de monarquía del
periodo. Las “Enseñanzas” expresan las conductas que debe tener la elite social. “La Piedra de
Palermo” hace mención a hechos no excesivamente relevantes, aunque parece que si lo fueron
para los propios egipcios, mientras que las biografías funerarias de altos funcionarios son
excesivamente puntuales y personalistas; entre otros tantos textos.

Este periodo de la historia egipcia no está para nada desprovisto de un sentido histórico ya que
estamos ante una sociedad de enorme complejidad con una inmensa cantidad de información que
posiblemente se ha perdido en su mayoría.

Consideraciones de cada dinastía (tomarlo como un anexo)

La III D: ​El conocimiento político de esta dinastía es desastroso. No es segura la identificación de


algunos nombres reales empleados por Manetón con documentos coetáneos y los de la Listas
Reales del Reino Nuevo. En lo que respecta al cambio dinástico alude más al lugar de sede del
gobierno que a una unidad familiar. El último rey de la IID había gobernado desde Heracómpolis
aunque su tumba se ha encontrado en Abidos, el cambio de residencia parece que determinó la
definición dinástica y la centralización administrativa. Los epítetos de Maneton dan 9 reyes que
reinaron en 214 años; pero son imposibles de confirmar.

La IV D: La lista de sucesión real adolece de lagunas y la confrontación de los nombres de distintos


documentos no ha resultado muy satisfactoria. Según Maneton comienza la dinastía con el rey
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Snefru indicando que una nueva familia se hace con el poder de Menfis, pero todo parece indicar
que este era hijo de un rey anterior Huni que lo confirma el Papiro Prisse; las dudas aun existen.
Por lo que las dinastía más famosa constructora de las tres pirámides de Guiza no tiene claramente
definida el numero y la sucesión de sus reyes.

La V D: El cambio de dinastía es ilustrado por los “Cuentos del Papiro Westcar”, redactados
aparentemente durante la XIID y se conoce una copia durante el dominio hicso (XVD). En el se
vaticina un cambio de familia dinástica debido al alumbramiento de tres hermanos “hijos del sol”
concebidos por Radjedet y embarazada por el propio Ra, y esposa de un sacerdote de culto solar.
Este texto semi-legendario podría justificar un cambio político, sin embargo no niega continuidad
familiar.

En la estela funeraria de Radjedet (quien es posiblemente una reina de la dinastía anterior por su
semejanza con el cuento de la reina Khentkaus) se ensalza por ser madre de dos reyes, Sahure y
Neferirka-ra, segundo y tercer rey de la dinastía respectivamente.

De la VD se conocen nueves reyes, cuyos nombres son comprobables por las fuentes (Maneton,
Piedra de Palermo y el Papiro de Turín) y numerosos testimonios arqueológicos que prueban el
ascenso de personas considerados parte inferior de la clase privilegiada. También inscripciones
demuestran 6 nombres de templos solares erigidos por esta dinastía aunque solo se han excavado
dos. Ya hacia fines de la dinastía cambian las costumbres mortuorias y dejan de elevarse templos
solares.

En pocas palabras fue un tiempo de estabilidad institucional, maduración en el pensamiento y


artes que alcanzaron cotas elevadas, a pesar de los monumentos perdidos para siempre.

LA VI D: E​ sta ultima dinastía del reino antiguo representa para muchos egiptólogos el principio de
la decadencia de este periodo. Posiblemente tenga que ver con que el hijo de esta dinastía no era
hijo del rey anterior Wenis (Unas), sino su yerno; quizás sea por ello que Manetón la interprete
como una nueva estirpe.

Se calculan aproximadamente 7 reyes durante esta dinastía, de los cuales Manetón enuncia 6,
mientras que el Papiro de Turín señala unos 7 reyes más que no figuran en otras Listas Reales, lo
que es un reto en la investigación.

La evolución histórica: el absolutismo real y la divinidad del faraón.

Al comenzar la IIID se producía un proceso de ensalzamiento de la figura real, los “Textos de las
Pirámides” revelan atributos aplicados al rey, se usaba una terminología religiosa para un mensaje
político y la difusión la imagen del monarca. Pero esta sufrió modificaciones con el tiempo, hay
para quienes la parafernalia religiosa lo mostraba como un hombre con un cargo divino, pero que
no era divino el mismo sino tras su muerte y transfiguración.

La documentación y fuentes tienden a mostrar una fuerte divinización del faraón sobre todo
durante las dos primeras dinastías. En cambio en las cuatros siguientes aparece cada vez más la
figura real sacralizada en cuanto a su función y no en su persona. Esto tiene que ver con que los
“niveles de divinidad” del faraón responden a las medidas adoptadas por la clase dirigente para el
control de las clases dirigidas; una era la imagen de la elite (la divinidad real apegada a la función
del rey) y otra la del pueblo (la divinidad real como algo superior, lejano y sobrenatural).
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Sin embargo durante las III y IVD la realeza había asumido todos los atributos de la “teocracia
hidráulica” recalcando el carácter más despótico y absolutista mediante la utilización de
impresionantes pirámides que tenían probablemente tanto significado solar como astral.

Las pirámides eran montañas artificiales que desde lo simbólico aseguraban una vida eterna a los
mortales enterrados en ellas. Cada gasto empleado en su obra (mano de obra y materiales)
significaba una reiterada insistencia en que el servicio del rey constituía la tarea más importante
del estado.

Pero algo parece cambiar durante las V y VID en la imagen del faraón, que se presenta ahora con
tintes más humanos. El absolutismo político del rey será desafiado con éxito por otro dios: “Re” (el
dios sol). Desde la perspectiva del poder era lógica la aparición del título “Hijo de Ra” puesto que
tras el afianzamiento político de la IIID por lo que no era necesario que el nuevo rey fuera un
nuevo “Horus”, un dios que ya era tradicionalmente dinástico, por lo que era necesario reforzar su
carácter con la vinculación de un astro solar, creador del cosmos en la teología heliopolitana. Para
algunos egiptólogos el carácter de “Hijo de Ra” humaniza al faraón ya que daría al monarca un
papel de mediador entre los hombres, entre los súbditos y el dios solar; las representaciones en
los complejos funerarios parecen apuntar hacia lo mismo.

Sin embargo, aparentemente el vínculo con Re es fuerte ya desde la IVD, útil a la pretensión
absolutista de justificar el estado en una persona. El dogma del absolutismo era una realidad
lograda lo que hacía posible menos presión en las responsabilidades del rey que podría hacer uso
de su cargo hereditario para exigir y ordenar.

En conclusión, la arqueología del Reino Antiguo demuestra que los esfuerzos constructivos se
centraron en ensalzar la figura del rey durante todas las dinastías del período, el dios que recibe el
culto más importante es el rey. Pero este culto lo reciben tanto los reyes difuntos como el
monarca reinante, aunque este último tal vez lo recibiera por su cualidad de candidato a la
muerte, la verdadera transfiguración. En este instante el rey se convertía en Osiris dios de los
muertos y, según una nueva orientación religiosa, se unía a Re en su circuito diario. Por lo que este
aparente enfrentamiento entre creencias no parece que construyera una contradicción para el
pensamiento egipcio. La consideración divina del rey se mantuvo vigente en todo el periodo como
una realidad necesaria y nunca abandonada.

La evolución del Estado y la Administración

La maduración de las instancias organizativas ya se van madurando desde la IIID, el sistema fue
evolucionando de manera que el rey aparece como la cabeza visible de un sistema mediante el
cual el gobierno resulta ser la expresión de la voluntad real. Pero la ejecución de dicha voluntad
requiere de una impresionante complejidad social y de un conjunto de intermediarios auxiliados
por una desarrollada burocracia. De tal manera que en dicha función estaba el “Consejo de Diez” o
el “Consejo de Horus” quienes hacían de intermediarios entre el rey y los departamentos de la
administración del Estado, dichos intermediarios ocupan cargos civiles y religiosos (tener en
cuenta que lo religioso es utilizado como elemento de poder y cohesión del orden establecido).

Personajes, títulos, cargos y funciones:

Amigo Único​; es el rango del individuo perteneciente a la corte y quizás próximo al rey y
compañero desde su infancia.
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Visir​, se certifica su existencia desde la IIID, cuyas competencias se fueron ampliando a lo largo del
R.A. Algunas de sus atribuciones como administrador del “Doble Tesoro” se complementaban con
el culto funerario real como “Director de todos los trabajos del Rey” y otras funciones se fueron
asumiendo paulatinamente y que antes eran asumidas por miembros de la familia real como
“Canciller del Bajo Egipto”, “Director del doble Granero”, “Director de la doble Oficina del sello”,
“Director de la doble casa de Oro”, entre otros.

Fin del Reino Antiguo​.

Para explicar el fin del centralismo político podemos recurrir a dos razones, unas internas y otras
externas:

Externas:

Entre las causas externas algunos investigadores vinculan la decadencia con un cambio climático
que aumentó la sequedad en el norte de África y propició crecidas insuficientes en el Valle del
Nilo; lo que habría producido falta de alimento y caos social que desembocó en caos político.

Otra hipótesis la asocia con la presencia de invasores asiáticos en el Delta, pero solo en una parte
ya que siempre hubo en el Delta presencia asiática y nunca representó un peligro.

Internas:

Si bien el sistema político egipcio descansaba sobre relaciones sociales sencillas, era
imprescindible para su equilibrio que funcionaran a la perfección los elementos institucionales,
grupos, cargos, etc. de los que dependía el sistema redistributivo del gobierno central. Al
romperse los vínculos los beneficiarios fueron los centros de poder locales que dejaron de ser
pequeños y tan locales.

Otra característica será e largo reinado de Pepi II. Pepi II el último rey de la VID había reinado
durante muchos años, la tradición manetoniana le asignaría un reinado de 100 años, se cree que
puede haber muerto septuagenario, lo que es seguro es que fue un largo gobierno, posiblemente
débil lo que habría acelerado la descomposición del absolutismo real en el Reino Antiguo,
propiciando la corrupción y el mal funcionamiento de las instituciones, así como la concesión de
privilegios a las noblezas locales que debió haber contribuido al debilitamiento del poder
económico de la casa reinante al disminuir su patrimonio. Inclusive durante el fin del reinado de
Pepi II se perdió el control de la región de Nubia la cual había sido una de sus políticas importantes
de penetración

C. LA INESTABILIDAD: EL PRIMER PERIODO INTERMEDIO (2.350 – 2.008 A.C.)

Consideraciones generales

Se denomina Primer Periodo Intermedio al periodo de transición de los Reinos Antiguos y Medios.
Abarca desde la VIID hasta la XID. En este periodo se destacará por la reconstrucción de autoridad
central por parte de los monarcas de Tebas.

Es cuanto a la documentación y fuentes, es una época de luchas por el poder, reyes mal conocidos
e incluso mal considerados por los propios egipcios, ya que las Listas Reales del Reino Nuevo
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resaltan el nombre de aquellos reyes que tras una victoriosa reunificación dieron términos a estos
“periodos intermedios” lo que es buena información para el historiador.

Sin embargo la ausencia de un poder fuerte a fines del Reino Antiguo si bien representó la lucha
por el control del territorio, no significó una “feudalización” de Egipto como se ha descripto por
algunos autores. La dejación de sus derechos por una monarquía debilitada significó simplemente
el ascenso de la autoridad local, que por otra parte siempre había existido, aunque supeditada al
gobierno central.

El sistema monárquico se mantuvo como ideal en tanto que las autoridades locales lo asumieron
en base a su significado cargado de simbología religiosa lo que era necesario para el
mantenimiento del gobierno. A todo esto, el campesinado no vería modificada su situación de
dependencia, tampoco es posible hablar de una explosión revolucionaria ni un nuevo mundo
ideológico como lo han propuesto algunos autores ya que por encima de las “adaptaciones
involuntarias” como por ej. hay quienes creen que hubo un “humanismo” manifestado tras el
colapso momentáneo del centralismo administrativo y la parálisis de la redistribución, pues el
sistema sobrevivirá.

Por otra parte, la ausencia de una autoridad fuerte en el Norte permitió el surgimiento de nuevas
fronteras provinciales en el Sur, que fueron de vital importancia para la creación de la “conciencia
local nueva”, que añadida a las viejas tradiciones protodinásticas, influirá en las nuevas
demarcaciones territoriales que tuvieron lugar en el Reino Medio. Cuando encontró su fin la
última familia que había llevado la capital al norte, se generará en el Alto Egipto otra realeza fuerte
que alcanzará la unificación mediante las armas.

Problemas cronológicos

Existen serios problemas para la reconstrucción histórica ya que no existe ninguna fecha absoluta
en este período; e incluso la documentación no nos impide pensar que algunas dinastías fueron
simultáneas. En función a una serie de consideraciones se ha convenido en dar al conjunto de las,
hasta la reunificación tebana, un total no mayor a 110 años, hay quienes lo extienden a 140 años.
Tener en cuenta que son medidas orientativas.

La Historia

Hay cinco estadios diferenciados aunque solapándose entre sí.

Primer estadio: marcado por la desintegración del país al final de la VID y posterior declive del
gobierno centralizado (VIID – VIIID) cuando una serie de gobernantes continuaron ostentando el
poder en Menfis. (VER EL FIN DEL REINO ANTIGUO)

Segundo estadio: el derrumbe de la monarquía de Menfis, condujo a su vez a un periodo de caos y


anarquía con el estallido de la guerra civil entre los gobernadores de las dinastías provincianas. La
pobreza, la hambruna y las enfermedades se extendieron con rapidez y las tumbas y los
monumentos fueron expoliados y destruidos por los saqueadores de tumbas. El desmoronamiento
político y social interno probablemente vio exacerbado por las constantes excursiones de
beduinos que vivían en la frontera nordeste de Egipto. La devastadora situación quedó atestiguada
en los textos conocidos como de literatura pesimista.
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Tercer estadio: los gobernadores de Heracléopolis se erigieron como nuevo linaje de gobernantes
que controlaba Egipto entre (Menfis y Tebas) las IXD y la XD. Jety fue el dirigente local que condujo
a su pueblo a la victoria y estableció la nueva capital en Heracléopolis.

Cuarto estadio: la guerra y la monarquía quedaron temporalmente suspendidas. Y durante este


periodo de relativa paz, se oscureció ante la llegada en escena de otra familia, los Mentuhotep
quien pronto trató de usurpar el poder, asentados en la sureña ciudad de Tebas, estos fueron
extendiendo su influencia hacia el norte, donde entrarán en conflicto con los heracleopolitanos.

Quinto estadio: los Mentuhotep se hicieron del control de todo el país e iniciaron la XID,
restaurando así el orden político y social, derrotaron a los dirigentes heracleopolitanos y acabó
con la guerra civil y la anarquía. Tebas se convirtió en capital del país y se fomentó el
resurgimiento de la arquitectura y el arte. Se produjo también una cierta descentralización de las
instituciones políticas ya que fueron abandonando Menfis.

Sin embargo y a pesar de su vigor, la XID llego a su fin cuando su último rey fue asesinado por su
visir Amenemes, apoderándose del trono e iniciando la XIID; pero solo existe una inscripción
donde aparecen inequívocamente los dos reyes, que puede ser una corregencia ficticia. A pesar de
esto, es Amenes I (o Amenemhat I) quien aparece como el iniciador de una nueva dinastía
mientras que Mentuhotep IV es el último representante de los reyes tebanos.

EGIPTO EN EL SEGUNDO MILENIO A.C

D. EL IMPERIO MEDIO (2.008- 1.630): CARACTERÍSTICAS POLÍTICAS Y


SOCIOECONÓMICAS DE LA ÉPOCA.

Desarrollo histórico-político del Imperio Medio

El Imperio Medio se inicia con la XIID inaugurada con Amenes I (o Amenemhat I). Él y sus sucesores
establecieron un reino que floreció y prosperó y llegó a representar el segundo gran poderío de la
historia de Egipto. De todos modos, Amenes I, no tendría sangre real ni derecho legítimo al
gobierno. Sin embargo con la ayuda de una serie de astutas medidas políticas pudo no solo
establecer una dinastía sino un reino pacífico y estable que transmitió a su hijo Sesostris I.

Cabe aclarar los documentos reflejan que existía otro posible aspirante al trono e contraposición a
Amenes I, Segerseni de Nubia, quizás contra el cual debió luchar los primeros años de su reinado.
Pero la sucesión del trono a Amenes I no era nado sorprendente ya que entre los príncipes
tebanos era tan factible la elección del rey como la herencia por sangre.

El nuevo rey trasladó la capital de Tebas a un nuevo emplazamiento en Ihay (al sur de Menfis). Lo
mismo que en la nueva capital, este rey y sus sucesores continuaron favoreciendo el desarrollo de
Tebas como gran centro religioso, fomentando el culto al dios tebano Amón. Cuando Amenes I es
coronado, adopta el título “Sehetepibre” (El que apacigua el corazón de Re) y con su mismo
nombre “Amón está a la cabeza” (es lo que significa Amenes) inicia un programa político,
mediante este retorno a la teología heliopolitana, en forma sincrética Amón-Re, sobre el que se va
a basar el poder de los nuevos faraones. Para eso recurrió a la literatura, en forma de profecía (un
relato premonitorio colocado en la boca de Neferti, un sabio heliopolitano), para difundir su
legitimidad. De esta manera legitimará el cambio de poder entre Heliópolis, cuna del Imperio
Antiguo, y Tebas.
12

Amenes trató de sofocar cualquier intento de sentar en el trono a un pretendiente rival tras su
muerte, sin embargo al contrario de lo que reflejan los documentos la sucesión de su hijo Sestrosis
I no era tan evidente como ellos lo muestran, tras el asesinado de Amenes I tras una conspiración
contra él. La ascensión de Sestrosis I no dejó de ser problemática como para que la literatura
oficial se ocupase de este acontecimiento.

A pesar de lo descripto, Amenes I había introducido el “sistema de corregencia” según el cual él y


sus sucesores nombrarían cogobernadores a sus herederos para que la sucesión se produjese de
forma pacífica cuando ellos muriesen.

La educación en la corte real fue un factor decisivo a la hora de asegurar la lealtad al rey, quizás
este sistema fue utilizado amplia y efectivamente para absorber en el seno de la administración
principal a las familias poderosas de provincias, hecho que a su vez contribuyó al debilitamiento
final de la independencia y la riqueza de los nobles.

En cuanto a los grandes aportes de los reyes de esta dinastía podemos destacar que en un largo
periodo y como parte de un proceso histórico emprendieron un programa de construcción
sumamente activo: fundaron una nueva capital “Ihay”, mejoraron Tebas, se crearon templos
locales y se restauraron importantes centros de cultura, se supervisó las obras del templo de Osiris
en Abido, Sestrosis I construyó un esplendo palacio en Heliópolis, Amenes III erigió un templo al
dios cocodrilo Sobek, El Fayum (un paraje de belleza natural extendido al suroeste del Cairo y
fuera del Valle del Nilo) fue un foco de esta dinastía.

Los monarcas de este periodo desarrollaron también un interés por el comercio exterior y las
actividades militares, por ej. Nubia, fue fundamental para los egipcios por sus canteras de piedra
dura, para obtener incienso; enviaban expediciones al Mar Rojo; extraían cobre y turquesas del
Sinaí y cerámica precedente de Creta.

De todo esto es que podemos hablar de un Imperio Medio, es decir con un vasto control político y
estabilidad social-política del Antiguo Egipto, y con grandes expediciones a otras regiones.

El final de la dinastía

Amenes IV (o Amenemhat IV) reinará un poco más de diez años y al final de su muerte la situación
del país tenderán nuevamente a degradarse, quizás por las mismas razones que durante el Reino
Antiguo. Sestrosis III y Amenes III (Amenemhat III) reinaron cada uno medio siglo lo que no dejó de
causar graves problemas sucesorios. Tal vez por ello, al igual que al final de la VID, el poder recae
sobre una reina, Nefrusobek, la cual, por primera vez en la historia de Egipto aparece designada en
su nomenclatura como mujer-faraón. Quizás fue una hermana de Amenes IV.

Nefrusobek no fue enterrada donde lo eran los miembros de sus dinastía lo cual puede ser indicio
de un final abrupto. Sin embargo, era una heredera legítima, y quizás no hubiese existido tal
abrupta ruptura como la de fines del Reino Antiguo, hasta que aparecerán en escena los Hicsos se
convirtieran en los dueños de Egipto.

E. EL SEGUNDO PERIODO INTERMEDIO (1.630 – 1.539/1.523 A.C.): INVASIÓN Y


DOMINIO HICSO.

El segundo periodo intermedio no comienza bruscamente con el final de la XIID. No constituye un


periodo histórico en sí mismo, sino una delimitación cronológica cómoda en la medida que se
13

cuentan con solo dos fechas precisas, la muerte de Nefrusobek había 1.785 y el acceso al poder de
Ahmosis hacia 1.560 que abre paso al Imperio Nuevo. Entre esas dos fechas un periodo cercano a
dos siglos, hay un conocimiento muy escaso sobre todo en lo que respecta a la primera mitad.

Sin embargo, todo parece indicar por lo que respecta al Alto Egipto que el modelo administrativo y
cultural de la XIID se perpetuó durante la XIIID. Los papiros administrativos de los dos primeros
reinados de la XIIID ilustran el mantenimiento del sistema administrativo de finales de la XIID.

Todo lo que podemos afirmar en este periodo en lo que respecta a la monarquía es que existió
una proliferación de faraones que pueden ser agrupados en 4 categorías:

1) Los reyes que sucedieron a la XIID y que por razones políticas que en ciertos momentos
fue muy complejas, fueron reconocidos en el Alto Egipto y en su mayor parte, aunque no
en todos los casos siguieron gobernando en Menfis ni siendo enterrados allí.
2) Una dinastía de reyes que gobernó el Alto Egipto pero ahora desde Tebas, siendo
enterrados allí.
3) Seis reyes extranjeros, hicsos, que sustituyeron al grupo 1 en el norte y que gobernaron al
mismo tiempo el grupo 2.
4) Un grupo indeterminado de reyes clientes, presumiblemente de ciudades-estados, en su
mayor parte del norte de Egipto y entre los que se incluían algunos con títulos de rey
extranjero, distribuidos de forma incierta desde el punto de vista cronológico con respecto
a los otros grupos.

Hicsos

El término de “gobernantes de tierras extranjeras” contiene l auténtica terminología del término


“hicso” utilizado por Manetón, tal como lo cita Flavio Josefo, que durante el reinado de Tutimeo,
Egipto habría sido conquistado por invasores de oscura raza/ innoble cuna, y que quemaron
ciudades, asolaron templos y trataron a los nativos con cruel hostilidad.

Aunque gobernaron desde un principio en Menfis, construyeron un bastión fortificado en Ábidos y


se les permitió abandonar pacíficamente Egipto.

Ya a finales del Imperio Medio, existen pueblos, de un gran numero de asiáticos en la sociedad
egipcia. El ej. más notable lo hallamos en el Papiro de Brooklyn de la XIIID de Tebas, donde 45 de
un total de 79 sirvientes domésticos son identificados como asiáticos. Kahum hace referencia al
oficial encargado de la tropa y escribía al respecto que podemos ver asiáticos ocupando cargos
administrativos, e incluso por sus nombres podemos ver uno o más faraones de la XIIID de origen
asiático.

La fecha de entronización del primer rey hicso hay que situarla entre el 1.672 y 16.30 a.c. Los más
importantes de aquellos que gobernaban una parte de Egipto simultáneamente con los hicsos
fueron una línea de faraones de la XVIID de Manetón de Tebas. Si los reyes hicsos aceptaron que
esos reyes tebanos gobernaran esa parte de Egipto, tal vez fue porque no le parecía lo bastante
rica e importante.

En cuanto a su estructura de gobierno, esta fue presumiblemente exitosa ya que se basarán en el


modelo político egipcio en vez de imponer sus propias estructuras, lo cual no impedía, sin
embargo que se pudiera conservar su identidad cultural, apreciable en la arquitectura (los fuertes
hicsos) o en la cerámica de Tell el-Yahudiyen. En materia religiosa procederán igual que en la
14

política, instituyendo una religión oficial en torno a Seth de Avaris, el adversario de Osiris,
contentándose con acentuar sus rasgos semíticos. Más tarde asimilaran al dios hititas Teshub, sin
embargo los reyes continuaran llevando el nombre de Re en su titulatura.

Nubia

En cuanto a la región de Nubia, hay que decir que Egipto perdió o renunció al control sobre esta
zona. Algunas de las fortalezas muestran signos de enfrentamiento, aunque es difícil afirmar si se
trata de ataques de las fuerzas hostiles nubias, de enfrentamientos locales fruto de una situación
confusa tras la desaparición del control egipcio.

Kush, en la Alta Nubia (A) se había convertido en un reino de considerable fuerza e importancia, el
equivalente al reino de los hicsos (Kerma como capital).

Como país comerciante Kush debió ver incrementada su importancia, pero dado que la ruta
aduanera Derbel-Arabian podría poner a Kush en contacto directo con el territorio dominado por
los hicsos evitando el reino tebano de la XVIID.

Tebas (La derrota de los hicsos y de Kush)

Ambos reinos fueron destruidos casi simultáneamente en un periodo de conflictos iniciados


probablemente por Kamosis, ultimo faraón de la XVIID y sus sucesores de la XVIIID. Sin embargo la
cronología y la sucesiones al trono no están claras, la única fuente que brinda información son dos
estelas erigidas en el templo de Karnak que datan a penas de tres años de reinado de Kamosis.

Según estimaciones fue Ahmosis quien debió iniciar el combate contra los hicsos hacia el año 11
de su reinado y el conflicto se prolongó durante varios años en el Delta, y condujo a la conquista
de Menfis y luego Avaris. Sin embargo la dominación hicsa no fue verdaderamente aniquilada
hasta tiempos posteriores (reinado 16 de Ahmosis), cuando las tropas egipcias se apoderaron de la
plaza fuerte de Sharuhen (en el sudoeste palestino) que constituía la retaguardia de los asiáticos.

Una vez expulsados los hicsos, Ahmosis se emprende en la tarea de reconquistar Nubia y logró
consolidar su dominio allí instalando en Buhen el centro administrativo egipcio, nombrará allí un
comandante (a Turí) que llegará a ser el primer virrey de Kush.

Cuando Ahmosis muere deja en el trono a su hijo Amenofis I, quien con 25 años de reinado
concluye con la liberación de Egipto y luego sus sucesores, en el plano internacional, van a
conducir al país al dominio del Próximo Oriente durante casi medio milenio.

F. EL IMPERIO NUEVO (1.539 – 1.075 A.C.) RESTABLECIMIENTO Y EXPANSIÓN.


ORGANIZACIÓN POLITICO ADMINISTRATIVA. ORDENACIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA.

BIBLIOGRAFÍA: José Padró; Historia del Egipto faraónico, Ed. Alianza, Madrid, 2003.

Fuentes

Durante este periodo, desde el punto de vista arqueológico, existe una gran variedad de
asentamientos, complejos urbanos de gran expansión, palacios y fortalezas, así como aldeas mas
reducidas rurales especializadas, abundan los templos (los muertos de todos los estratos sociales
eran enterrados).
15

Por lo que respecta a los textos, aparentemente abundantes, es necesario realizar una distinción
importante entre el material de archivo y los textos monumentales.

Textos de Archivo, están sobre frágiles papiros. Incluyen los diferentes documentos de gobierno,
por ej. informes oficiales, procedimientos oficiales, registros de tierras. Por otro lado tenemos a las
obras literarias, material religioso, documentos matemáticos y médicos.

Textos Monumentales, son aquellos que aparecen grabados o pintados en los muros de los
templos y las tumbas o diversos objetos realizados para esos centros, como por ej. estatuas, mesas
de ofrenda, sarcófagos; de carácter religiosos todos y dirigidos a los dioses. Los textos
monumentales constituyen una versión sumamente idealizada de la historia y la vida egipcia.

Restablecimiento y expansión

Panorama Internacional del Prox. Oriente a mediados del II milenio

Cuando Egipto inicia el Imperio Nuevo (mediados s. XVI), las potencias de Próximo Oriente ya
están todas en contacto. Estas eran:

Grecia,​ donde los aqueos han dado vida a los micénicos. Al sur en la Creta minoica ya se encuentra
en su época de grandes palacios. Ambas (micénicos y minoicos) se encuentran en contacto con
Egipto, sobre todo a fines de la época de los hicsos e inicio del Imperio Nuevo.

Centro de Anatolia​, el reino hitita atravesaba un periodo de crisis y tardará aún en restablecerse
como potencia.

Alta Mesopotamia y Siria,​ son regiones ocupadas por el gran imperio de Mitanni. Este estaba
integrado por un conglomerado de etnias hurritas y semitas y regidos por una aristocracia
conformada por elementos hurritas e indoeuropeos. Su organización era de tipo feudal, aunque
mal conocida, aparentemente se trataba de un conglomerado de estados, cuyos soberanos
aceptaban la protección del Gran Rey de Mitanni y al mismo tiempo practicaban una política
exterior independiente.

Baja Mesopotamia​, bajo el Reino de Babilonia con dominio kasita; tuvieron poco protagonismo de
cara al exterior.

Levante,​ que tras el derrumbamiento hicso se encontraba acosado por los ataques de los vasallos
del Gran Rey de Mitanni pero también desorganizado por la actividad de nómadas semitas que
vivían del saqueo.

Fenicia,​ que escapaba por ahora al control mitanio, así pues estas se convierten en importantes
centros cosmopolitas y foco económico y cultural.

La fundación de la XVIII D

En Egipto el comienzo de la XVIII D tendrá lugar con el reinado de Amosis. En cuanto a la política
local esta se iba a beneficiar la administración local ya que esta había sobrevivido bajo el dominio
hicso, por lo que pudo organizar rápidamente Egipto. Sin embargo la “superestructura de tipo
feudal” de los hicsos (basada en reyezuelos y vasallos establecidos en distintos puntos y ligada a
reyes extranjeros) se desplomó con su caída.
16

En cuanto a la política exterior, Amosis se reveló ante el gobierno de Kush (Nubia) un antiguo
aliado de los hicsos y Nubia fue puesta bajo la autoridad de un virrey. Sin embargo la mayor parte
del reinado fue pacífica y no se puede hablar aún de un súbito imperialismo expansivo, sino que
sus campañas fueron emprendidas con un propósito logístico para evitar poner en peligro la
independencia Egipcia. Sus sucesores más cercanos continuaron con campañas ya de
características imperialistas en Nubia. Tutmosis III fue el verdadero forjador del imperio asiático en
Egipto, y llevo a cabo 17 campañas para fijar definitivamente el control egipcio, en este marco se
desarrollará la guerra contra Mitanni.

Posteriormente con Amenhotep II (hijo de Tutmosis III) se emprenderá una política de paz con
Mitanni, manifestada como una alianza tácita ente los dos antiguos enemigos. Posiblemente se
debió a la imposibilidad de cada potencia de acabar con la otra, pero también puede entenderse
como una alianza tras un enemigo común, el reinado hitita de Tudhaliya III (artífice de la
reconstrucción del poder militar de su patria, y fue quien arrebató Alepo al derrotar a Mitanni).

Posteriormente nos adentraremos en un periodo de buenas relaciones e incluso de alianzas


matrimoniales entre reyes egipcios y princesas de Mitanni (ej. Amenhotep III se casó con
Mutemuya y otros casos). Con la llegada de Shuppilulioma (rey hitita) al trono se fijó un objetivo
desde este país, la destrucción de Mitanni. Por lo tanto se iba dando lugar a un progresivo
deterioro de la situación internacional y a la materialización del peligro hitita.

El periodo Amariniense (fin de la XVIII D)

El periodo amariniense o revolución amariniense fue como se indica una revolución emprendida
desde arriba, una revolución religiosa. Esta es la culminación de una corriente de pensamiento
llevada hasta las últimas consecuencias por Amenhotep IV y un enfrentamiento abierto entre la
monarquía y el poderoso clero de Amón.

Este rey había iniciado su reinado aceptando la vieja tradición, sin embargo luego haría construir
un templo en Tebas a la divinidad solar Re, al que llamó Atón. Se proclamó a si mismo “gran
vidente” en calidad de la cual no podría aceptar la autoridad suprema del sacerdote Amón;
quitándole su poder espiritual como sumo pontífice. Finalmente romperá con el clero de Amón y
refundará una capital (la sacó de Tebas) en Ajetatón. Se llamará a si mismo Ajenatón quien sería el
único que recibiría las enseñanzas de Atón, es además hijo de Atón hecho hombre. Esta nueva
religión se quería popular, pero no fue así, difícilmente se comprendió el nuevo culto.

En cuanto a su política exterior, en un inicio se caracterizó por la pasividad ante los


enfrentamientos hititas y mitanios, quizás debido a los grandes problemas internos que se habían
desencadenado tras la implementación de Atón. Pero luego, la avanzada Hitita contra Mitanni,
traerá consigo ataques en territorio egipcios, lo que provocó la reacción egipcia. En este marco se
desarrollaron las “Guerras Sirias”.

Los enfrentamientos entre egipcios e hititas se potenciarán tras la muerte de Ajetatón, su reina
viuda había solicitado a Shuppilulioma que envíe un hijo con quien se casaría y nombrarían faraón.
Sin embargo en la marcha de su hijo Zannanza, este será asesinado. Este acontecimiento
desencadenará que el rey hitita declare formalmente la guerra a Egipto. La situación egipcia se
entorpeció cuando Tutankhamon (hijo de la reina) es nombrado rey, que siendo muy joven se
encontró ante este panorama de graves conflictos internacionales. Por cierto, Tutankhamón fue el
último rey de la XVIII D.
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La XIX D

Tras la muerte del joven faraón quien había dejado sin herederos al trono de Egipto se produjo el
inicio de una nueva dinastía, que será consciente de la amenaza que representaba para ellos
mismos los sacerdotes de Amón; por lo cual continuaron la política de sus predecesores.

Durante el reinado de Ramses II, se producirán nuevos cambios en la situación internación y en la


situación interna del Imperio egipcio. Con la muerte del rey hitita Shuppilulioma, se
desencadenarán conflictos: sublevaciones de todos los frentes, la peste, una nueva potencia en
Occidente (la monarquía aquea) y la creciente amenaza asiria. Esta situación será aprovechada por
el faraón, y ya hacia el año 21 de su reinado se firmará una pacificación con el reino hitita que
establecía la no agresión mutua, alianza defensiva, acción en común contra los rebeldes,
extradición de refugiados políticos, etc. Y matrimonio entre una princesa hitita y el faraón.

En cuanto a la situación interna egipcia se daba lugar a un deterioro general y progresivo de la


economía, se debía a la dificultad del faraón de mantener la neutralización del poder del clero, lo
que dio lugar a la restauración del sacerdote de Amón; el sacerdocio se convirtió en una clase
hereditaria y privilegiada y se llevó a cabo la persecución de la religión atoniana.

En cuanto al ejercito, se pasó del reclutamiento de soldados egipcios, al mercenarismo. En


conclusión se preparaba en el interior un enfrentamiento decisivo entre monarquía y clero, que
terminaría con el estado del Imperio Nuevo. A esto se le sumará la invasión de los Pueblos del
Mar, que cambiarían todo el panorama étnico y político del Mediterráneo oriental.

Organización política-administrativa. Ordenación social y económica

A partir del imperio nuevo, Egipto gozó de una inquebrantable unidad lingüística y cultural en su
pasado, accesible a través de elementos textuales e iconográficos, ricos e inteligibles para la guía
de la política y el comportamiento presente.

El sistema gubernamental poseía una gran autoridad debido a su antigüedad y sus implicaciones
sobrenaturales, la población constituía un recurso básico, fuerte y concentrado, era
fundamentalmente agrícola, sedentaria y sumisa al control del gobierno.

En cuanto al papel del faraón, este se encargaba de los asuntos administrativos y militares,
expansión territorial y programación para la construcción de los Templos.

Durante todo el periodo de Imperio Nuevo, el Levante del Mediterráneo y el norte de África, eran
áreas donde se manifestaba el interés de los egipcios, la expansión de los mitanios y los hititas
obligó a los egipcios a mantenerse en constante “estado de guerra”, lo que condujo al desarrollo
de un ejército permanente,

Por otra parte, la expansión y conquista incrementaron los ingresos reales y su capacidad de
maniobra por parte de los faraones. En la práctica, los gobernadores compartían el poder político
con una serie de reyes vasallos y no eran fuertes desde el punto de vista militar.

El gobierno interno de Egipto, estaba dividido en por razones funcionales en cuatro partes; en
relación al interés del poder central y su estabilidad. El centro se mantenía mediante un pequeño
grupo poderoso de oficiales que encabezaba cada departamento; que informaban al rey y que
eran nombrados y destituidos por él. Los militares se ocupaban de enrolar y entrenar a aquellos
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individuos susceptibles de realizar el servicio militar, administrar las guarniciones de Egipto y el


exterior, de almacenar y de enviar provisiones y alimentarlos.

El gobierno civil, se ocupaba fundamentalmente, de regular la agricultura, recaudar tributos,


administrar justicia y mantener el orden.

La administración exterior estaba a cargo de reyes vasallos, alcaldes del centro provincial y las
guarniciones establecidas por el faraón, ya que aquellos territorios eran también residencias del
monarca. De esta manera el rey no dependía únicamente de sus principales funcionarios para
conocer la marcha de los asuntos de las provincias y palacios. En su conjunto, tenía presente el
papel fundamental del faraón en la política.

EGIPTO EN EL I MILENIO A.C.

G. EL TERCER PERIODO INTERMEDIO. LA DISOLUCIÓN DEL IMPERIO NUEVO

Características generales del periodo – Delimitación temporal

Al final comprendido entre la muerte de Ramses XI y la subida al poder de Psamético I (fundador


de la XXV D), la historiografía tradicional ha denominado Tercer Periodo intermedio.

La XX y la XXI D suelen estudiarse conjuntamente ya que la segunda parece ser una continuidad de
la primera. Sin embargo hay razones pedagógicas para separarlas, tienen que ver con el cambio
de la casa dinástica y la separación evidente en el Valle del Nilo: el norte siguió gobernado por
Tanis, pero Tebas se constituyó como capital en el sur de los profetas de Amón.

Durante este periodo infiltraciones libias, plantearon un problema al que era necesario hacer
frente. Además parece ser que reyes tebanos realizaron una serie de alianzas matrimoniales con
caudillos libios, así como también intervinieron en la transformación del ejercito en la época de los
ramésidas. Las XXII y XXIII D procedían de una serie de tribus libias, y la XXIV D era ya de origen
libio puro, con sede en Sais; este periodo se conoce como “Renacimiento Saíta”, pero fue un
renacer breve cuando llegue el catastrófico final de Egipto por invasiones extranjeras (la invasión
de Alejandro Magno).

Volviendo al tema anterior, cabe aclarar que el elemento libio seria eliminado de la corte hacia el
715 a.c., con la conexión de Egipto con faraones nubios (napatienses) constituyendo la XXV D, el
periodo concluirá con la invasión de Asiria que expulsó de Egipto a los faraones nubios. Pero al
mismo tiempo uno de los reyes egipcios logrará imponerse con rapidez como único monarca de
todo el país estableciendo la XXVI D.

Historia

La monarquía de Tanis y los Profetas de Amón en Tebas (XXI D)

La lista de reyes de Maneton refleja la existencia de 7 reyes durante esta dinastía, sin embargo
esta solo hace alusión al Bajo Egipto en donde gobernó efectivamente. En Tebas los profetas de
Amón seránlos verdaderos señores del sur. Si bien la monarquía de la XXI D lo era por la gracia de
19

Amón, es el templo del dios en Tebas quien orienta el oráculo y lo dirige hacia el sur, reconociendo
a su vez la legalidad del gobierno del norte.

Se trata entonces, de una alianza de poder, por lo que los gobernantes de ambos territorios
enlazan sus familias con los vínculos matrimoniales; no se presentan ni conflictos políticos ni
armados; es pues un reparto de poder dado que los intereses de ambos son complementarios.

Esta situación se da tras la muerte de Ramsés XI (último rey del Imp. Nuevo) y la coronación de su
visir Smendes en Menfis. Las fuentes de este periodo como el texto del “El viaje de Wenamón” dan
la pauta de un regente en el norte (que sería el ex visir Smendes en Menfis) y un “primer profeta”
de Amón en Tebas; cuando todavía reinaba Ramsés XI. A su vez la antigua residencia real
Pi-Ramsés es abandonada, y se traslada la nueva capital a Tanis. La imagen de un gobierno
bipartito es sostenible si tenemos en cuenta que en Tanis se construyeron templos de semejanza a
los de Tebas.

Sin embargo, una serie de identificaciones de nombre de reyes posteriores de esta dinastía
permite elaborar la hipótesis de que un primer profeta (Psusennes) y un rey de Tanis (Pseusennes
II) fueran la misma persona, lo cual podría haber implicado la vuelta a la unión del “gobierno de las
dos tierras”.

La monarquía y la anarquía libias (XXII – XVIII D)

Desde tiempos del Reino Antigua, pasando por el Reino Medio la documentación se refiere a los
libios como enemigos por el oeste. Se mencionan molestas incursiones en las rutas de los oasis,
en el este del Delta y en la región tebana. Durante el Reino Medio, tuvieron presencia en el
ejercito como mercenarios. Con Ramsés III ya se les había asentado en tierras agrícolas como pago
por sus prestaciones en el ejército.

Dinastía XXIV y El dominio Nubio (XXV D)

Estas dinastías ya serán de sangre libia pura, su poderío se irá aclarando y tomarán la hegemonía
del Bajo Egipto que se manifestará en la nueva capital, la ciudad de Sais. Sin embargo en este
mismo momento el reino de Kusk (Nubia) ya controlaría parte del Alto Egipto, a lo que Sais
asumiría el rol de guardián del viejo Egipto ante el control extranjero.

El poderío que había ganado Kush ya tenia mucho tiempo, desde los primeros momentos del
Reino Medio. Si bien los nubios habían sido derrotados por Tutmosis I, se procederá un proceso de
aculturación ya durante el gobierno de Tutmosis III, por lo que el territorio será gobernado por un
“hijo real de Kush” en calidad de virrey, pues los nubios reorganizaron el terreno a imitación del
modelo egipcio. Durante el reinado de Ramses XI hay escasas noticias sobre este territorio lo que
permite pensar que el gobierno nubio era aún lo suficientemente sólido.

Con la invasión del rey nubio Piankhy se iniciará el periodo napatiense (750 – 270 a.c.). esto fue
posible debido a la debilidad de la realeza egipcia y al gobierno fragmentado. Los nubios fueron
fieles seguidores del culto a Amón lo que los llevó a considerar a Tebas como algo propio y a
avanzar hacia allí. Menfis será la ciudad que los desafiará y derrotará, se presentarán los saitas
como representante del viejo Egipto contra los enemigos invasores nubios.
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Durante el apogeo kushita, un frente importante estará en escena: los asirios. A todo esto el reino
de Judá (amenazado por asirios) buscará el apoyo de Egipto y Kush. Por consiguiente un ejercito
grande compuesto por kushitas y egipcios se enfrentarán a asiria.

De esta situación Egipto saldrá debilitado y se potenciará el predominio kushita, e incluso durante
el gobierno de uno de los reyes se reconstuirá Tebas. Pero asiria con la subida al trono de su rey
Asurbanipal decidirá castigar Egipto, por lo que el rey kushita de ese momento Tanutamón, deberá
marchar de Tebas hacia Napata (Nubia). Allí se hara de nuevas fuerzas y luchará contra los vasallos
asirios en Egipto y finalmente ante un nuevo ataque de Asurbanipal se marchará nuevamente a
Napata desde no volverá y la ciudad de Amón será ampliamente controlada por los asirios.

Como consecuencia de todo esto, en Egipto se manifestaba una amplia fragmentación interna, a
pesar de que el rey asirio había nombrado a un nuevo rey egipcio como “único” (Psamético), habrá
ciudades como Tanis con poder libio local y en zona Tebana los jefes locales conservaban
dependencia teórica y autogobierno de hecho. La unificación ya era un proyecto lejano en el
tiempo.

H. LA ÉPOCA SAÍTA (664 – 525 A.C.) EGIPTO BAJO EL CONTROL EXTRANJERO (A


PARTIR DE 525 A.C.)

Periodo saíta 664 – 525 a.C. – XXVI D.

Psamético I empezó a reinar como cliente de los asirios, se le atribuye unir a Egipto bajo un solo
monarca supremo. No se sabe como lo consiguió, tal vez se hizo con el servicio de los soldados
procedentes de libia, griegos y sirios-palestinos, que ayudaron a conseguir una supremacía frente
a los príncipes rivales del Delta. Estos príncipes locales, al igual que el propio Psamético, tenían en
sus ejércitos guerreros hostiles que recibían tierras a cambio de servicios prestados.

Hacia 656 a.c Psamético había extendido su dominio hasta el Alto Egipto, así lo confirma la estela
de la adopción de Nitocris.

Una ciudad fundamental para el poder de Psamético sometida por él a un ferreo control era
Menfis, centro clave para todo aquelque intentara dominar Egipto, al mismo tiempo Sais era un
importante centro dinástico.

El ejercito debió ser reorganizado para dar acomodo a los contingentes de soldados extranjeros,
que habían acudido en masa para servir a los soberanos saitas, desde el Egeo y Siria Palestina. A
muchos de ellos como por ej. el contingente judío de Elefantina se les dieron tierras, otros
contrataban sus servicios solo por un periodo limitado, en la idea de que consiguieron hacer lo el
suficiente botin de guerra para regresar a su país de origen y comprar tierras en ellas.

Otra novedad importante fue el desarrollo por Necao II de la moneda, que actuaba tanto en el
mediterráneo y el mar rojo. Es posible que los fenicios aportaron una experiencia importante y
una asistencia en lo tocante a las técnicas de construcción y navegación. El interés de la monarquía
egipcia en este sentido era doble, tanto estratégico como comercial.

Hacia 620 a.c. Egipto se asentó como potencia dominante en Palestina, haciendo de Judá un
pueblo vasallo. Los egipcios quisieron extender esa influencia hacia el norte prestando ayuda a los
asirios contra Babilonia, intalandose en Carchemish, de donde solo fueron desalojados tras ser
vencidos por Nabucodonosor II en 605 a.c. A continuación vino un periodo marcado por luchas
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constantes entre Babilonia y Egipto, que se prolongó hasta el 601. Es posible que después se
llegara a algún tipo de acuerdo en virtud del cual se concedía a Babilonia la zona comprendida
hasta el arroyo de Egipto. Desde luego resulta significativo que cuando Nabucodonosor II sitió a
Joquin en 597 a.c. no se produjera la intervension de Egipto a favor de Juda.

Tras el conflicto de Apories y Amasis, Egipto y Bbailonia estrecharon lazos para enfrentarse al
poder Persa, Cambises atacó Egipto tras el fallecimiento de Amasis, mientras que su hijo
Psamético III tardaría en consolidar su posición, pero finalmente los reyes de Persia adoptaron los
títulos oficiales y nombres egipcios. A partir de este momento, su historia posterior debe
estudiarse en el contexto histórico de que Egipto pasó a ser una provincia persa.

Egipto bajo el control extranjero 525 a.c.

La XXVI D representa la última gran época faraónica. En 610 ac. Psomético I había hecho Egipto un
reino poderoso y unificado, capaz de ocupar un lugar entre las grandes naciones de oriente. El
periodo saita llega a su fin con el reinado de Psomético II (526-525) para esta época Cambises
invade el país.

El dominio persa de Egipto se desarrollo a lo largo de dos periodos:

1. 525 A.C. Cambises conquista el país, terminando en 404, este monarca persa ganó terrible
reputación por su crueldad e impiedad. Es cierto que acabó con los privilegios de los
templos pero en general su política se caracterizo por su permisividad y conciliación. Esta
también fue la actitud de Dario, cuya preocupación por el sentimiento religioso y por el
bienestar del país le gano respeto, y en ocasiones, la devoción de la población egipcia.
Sin embargo, las revueltas comenzaron a reflejarse en 486, después de que los persas
perdieran la batalla de Maratón (490). Luego vino la famosa rebelión de Inaro (462-449) y
la tercera rebelión estallo en 414 con la liberación del país por Amirteo de Sais en el 404.
2. La independencia conseguida duro hasta 343 con la reconquista del país por parte de
Artjerjes III, que duró hasta la conquista macedónica en 332.

El rey: según los conceptos tradicionales, el faraón era un dios encargado, la encarnación terrenal
del dios Horus, y como tal, garante del orden cósmico, para cumplir con ese objetivo contaba con
otras 3 cualidades: percepción, voz de mando, voz militar. La función de garante del orden
cósmico se plasmaba en tres actividades fundamentales: como sacerdote de todas las divinidades
Egipto, mantenía el poder de sus dioses y con ello conservaba la estructura del universo; como
administrador era el responsable del bienestar económico y de la vida ordenada del pueblo
egipcio; y en cuanto que soldado, rechazaba a los enemigos de Egipto. Si consideramos el
concepto de la monarquía que existía durante la época baja se adecua al modelo antiguo de
pensamiento.

En un principio los reyes persas de Egipto adoptaron con entusiasmo el papel sacerdotal del
faraón. Dario por ej. fue responsable de la construcción de un templo de Amon-Re en Hibis. El
faraón era el campeón del orden, los gobernantes eran considerados por definición como agentes
de la destrucción y del caos. La reacción egipcia ante este dilema fue típicamente pragmática, si el
gobernante extranjero estaba dispuesto a asumir plenamente el papel del faraón en todas sus
obligaciones, los egipcios lo aceptarían.

La sociedad: aparecen fundamentalmente 4 grupos de hombres libre


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1- Funcionarios administrativos: grupo social numeroso, cuyas actividades cubrían todos los
aspectos de la vida egipcia.
2- Sacerdotes: elemento social que mas tierras poseía junto a la corona y el ejercito, y eran
simples colaboradores del faraón, único oficiante con derecho a celebrar los rituales
sagrados. Los ingresos de estos eran importantes y se realizaban en especies, todos
recibían parcelas de tierras, y un porcentaje de los ingresos del templo y una racion diaria
de carne, pan, cerveza y vino.
3- Guerreros: en su mayoría procedían de Libia, y se habían establecido durante el Imp.
Nuevo. Eran consultados a la hora de promulgar nuevas leyes. Al parecer cada guerrero
recibía de la corona una parcela de tierra libre de impuestos.
4- Pueblo Común: estos detentaban tierras en calidad de arrendatarios, para el cultivo
emplearían jornaleros y esclavos.

Economía: se basaba en el clásico almacenamiento y redistribución. El palacio era la institución


responsable de organizar la economía, recaudando y almacenando la riqueza del país.
Adquirían productos extranjeros en la medida en que fuera posible y necesario.

Su base era la agricultura, el cultivo del cereal, para el cual se utilizaba la fuerza del ganado
matriz.

Otra manera de obtener productos o materias primas eran las expediciones reales, la guerra y
la actividad económica lucrativa.

Conclusión: la historia de Egipto entre 664-323 no fue desde un lugar una sucesión de triunfos
ininterrumpidos, la monarquía administrativa básica no ofrece cambios importantes, en
cuanto al derecho se dio mayor importancia al principio de intensión, cuando menos en la
formulación de contratos en el aspecto militar, destaca una mayor dependencia respecto a los
comandantes extranjeros y un énfasis mayor en los países extranjeros, al tiempo que por
primera vez aparece la caballeria egipcia. La impresión general es de continuidad respecto a
las antiguas prácticas de confianza total en la validez de las formas ancestrales.

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