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Conócete

a ti mismo
La enseñanzas esenciales
de Swami Satchidananda
Compaginado por Philip Mandelkorn
Conócete
a ti mismo
Titulo original en inglés:
To Know Your Self:
The Essential Teachings of Swami Satchidananda

Library of Congress Cataloging in


Publication Data
Satchidananda, Swami.
Conócete a ti mismo:
Las enseñanzas de Swami Satchidananda

Copyright © 2018 Satchidananda Ashram–Yogaville®

Todos los derechos están reservados. Prohibida La Reproduction


Parcial o Total en Cualquier Forma
Conócete
a ti mismo
La enseñanzas esenciales
de Swami Satchidananda

Compaginado por
Philip Mandelkorn

Buckingham, Virginia, USA


www.integralyoga.org
®
Prefacio
Cuando usted se conoce a sí mismo -su verdadero yo- conoce todo y
comprende a todos. No es fácil conocerse a uno mismo. Son necesarios
trabajo y perseverancia. Incluso ese esfuerzo puede ser gozoso, tan
pronto como logre la realización, disfrutará de su propia naturaleza, la
cual es siempre pacífica y feliz.
Esperamos que las enseñanzas de este libro le muestren el camino
para conocer su verdadero yo y lo ayuden en su sendero. Por nacimiento
tenemos derecho a la paz mental y la felicidad. ¿Por qué no nos elevamos
y comenzamos a disfrutarlas? El yoga les muestra a todos cómo erguirse
sobre sus propios pies. Es para todos. No se trata de otra religión, pero
puede ayudar a descubrir la clave de la religión de uno. Humildemente
ruego para que usted aproveche estos sencillos fundamentos con el fin
de liberarse de toda suerte de infelicidad.
Oriente y Occidente se están acercando cada vez más. Creo
verdaderamente que estamos a punto de iniciar una nueva era. Podemos
establecer un paraíso aquí, en la Tierra. Pero podremos salvar al mundo
sólo si primero nos salvamos a nosotros mismos, nos rehacemos y
purificamos. Comencemos ahora. Las enseñanzas de este libro tienen
como propósito ayudar al lector a perfeccionarse a sí mismo. Todos
somos la felicidad personificada, almas nobles y hermosas, cada una
con un servicio singular. Descubramos lo que somos esencialmente y
vivámoslo con toda felicidad.
Estoy muy agradecido a todos los grandes santos y sabios de todas las
tradiciones religiosas, de quienes hemos aprendido tanta sabiduría. Y
agradezco sinceramente a cuantos ayudaron a publicar este libro para
que otros se nutran de la sapiencia eterna. El yoga es, en realidad, el
mismo vino añejo en odres nuevos, como dice el refrán. He aquí las
enseñanzas antiguas en nueva envoltura. Que éstas lo alienten a vivir
siempre en paz y felicidad.

Swami Satchidananda
Pomfret Center,
Connecticut
10 de noviembre de 1977

v
Introducción
Yogiraj Sri Swami Satchidananda es un maestro espiritual con un
gran número de devotos discípulos, alumnos, y amigos en todo el
mundo. Sus miles de seguidores que provienen de todos los credos,
religiones, y razas, lo consideran su maestro y guía espiritual.
“El verdadero maestro son las enseñanzas”, dice Sri Gurudev o
Swamiji, nombre afectuoso con el que se dirigen a él muchos de sus
devotos, amigos y alumnos. “El Sat-Chid-Ananda existe dentro de
todo ser humano.” El enseña que Sat-Chid-Ananda o la Absoluta
Existencia-Conocimiento-Bienaventuranza es la índole esencial de
todos. Como maestro yogui, amado en todo el mundo, Gurudev guía
a sus muchos discípulos para que comprendan que su naturaleza es
siempre alegre y pacífica. En 1949, cuando el fallecido maestro de
Gurudev, el gran sabio himalayo Swami Sivananda, lo inició a una vida
de entrega al servicio de la humanidad, nombró al nuevo monje Swami
Satchidananda como aquél que es la bienaventuranza de la Absoluta
Existencia y Conocimiento. Pero Gurudev había comenzado hacía
mucho tiempo a caminar rumbo a este punto, incluso, desde su niñez.
Gurudev pertenecía a una familia india de terratenientes piadosos
y ricos, de modo que fue criado en un ambiente de devoción. Con
frecuencia, sus padres hospedaban a aspirantes espirituales y monjes
ambulantes o sadhus, a quienes llegó a conocer bien. En su juventud
ingresó en el activo mundo de los negocios, organizó talleres, supervisó
fábricas y trabajó con éxito como empresario tanto en el campo
automotriz como en la cinematografía. “Parecía que quería abarcarlo
todo” , recuerda, “pero, poco a poco, las circunstancias me iban
empujando hacia una vida dedicada a la humanidad y a la búsqueda de
paz y de Dios, dentro de mi.”
Cuando de improvisto murió su esposa, Gurudev ya no pudo resistir
el llamado de la vida espiritual; desde entonces, y durante años, se
entregó resueltamente a las prácticas espirituales.
“Frecuenté a muchos grandes sadhus”, recuerda Gurudev. “El
primero fue Sri Sadhu Swamigal en el santo Templo Palani en el sur
de la India, pues Swami era casi nuestro gurú de familia, quien inició
a mi madre antes de que yo naciera. Desde allí me trasladé a la Misión

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Ramakrishna, después al Ashram de Aurobindo y luego al Ashram de
Ramana Maharshi. Por último, fui a Rishikesh, donde vivía el maestro
Sivananda. Aquí concluyeron mis viajes—visitaba los ashrams y
permanencia en ellos por un tiempo—porque, con el maestro Sivananda
encontré todo cuanto estaba buscando. Su enseñanza era sencilla, franca
y su punto de vista muy moderno, apropiado para todos. Predicaba y
practicaba de una forma ecuménica, un yoga integral. Respetaba todas
las religiones y siempre enseñaba unidad en la diversidad. Cuando
llegué, parecía que ya me hubiera estado esperando. Dijo: “Has llegado
al lugar correcto. Se han terminado tus problemas. Deja de vagar.
Quédate en este sitio”. A los pocos meses me ordenó como monje.”
Con la dirección del maestro Sivananda y mediante la perseverancia
en sus prácticas espirituales, Gurudev alcanzó su propia y verdadera
realización. Obtuvo así el estado de sahaja samadhi—absorto todo el
tiempo en una Super-consciencia—día y noche, ya fuera caminando,
hablando, comiendo o descansando. Con su identidad bien afirmada
en samadhi y su vida puesta al servicio de todos, Gurudev pronto fue
llamado a servir en círculos más amplios en todo el mundo. Al principio
viajó por la India impartiendo la sabiduría del yoga universal; después,
fue invitado a Sri Lanka (Ceilán), donde sirvió por catorce años,
difundiendo el mensaje ecuménico de su maestro y las enseñanzas del
yoga. Visitó con frecuencia el Lejano Oriente, fue invitado a Europa,
y finalmente a los Estados Unidos de América. Su forma de ser y su
humildad hicieron que personas de todas partes lo amaran, y su simple
y humorística manera de trasmitir la antigua sabiduría del yoga fue
particularmente atractiva para las nuevas generaciones de buscadores
occidentales.
Llegó a Estados Unidos en 1966 para lo que se suponía iba a ser
una visita de dos días, pero se lo invitó a quedarse para propagar
sus enseñanzas por el país. Antes de cumplirse un año de su llegada
a Estados Unidos, sus alumnos organizaron el Instituto de Yoga
Integral, donde juntos practicaban el yoga. Durante sus viajes por
el país Gurudev logró que muchas personas fueran atraídas por sus
enseñanzas. Hasta la fecha existen más de treinta filiales del Instituto
de Yoga Integral, dispersas en todo el territorio de Norte America,
incluyendo dos grandes comunidades de discípulos llamadas Ashrams
Satchidananda. Aunque seguía viajando mucho y visitando a sus fieles

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por todo el mundo, se convirtió en ciudadano estadounidense en 1976.
Las sutiles, sencillas y profundas enseñanzas de este sabio y amable
maestro han revelado a muchas personas la forma de mejorar su vida y
de encontrarse a sí mismas. En ocasiones recurre a parábolas o historias
para mostrar el camino. “Recuerda la historia”, dice, “porque detrás de
ella está la verdad. Es como una píldora cubierta de azúcar.” Gurudev
es un orador talentoso y maestro de la conciencia. Dondequiera que va
inspira e ilumina a sus oyentes. Habla en forma no convencional: en
ocasiones espera hasta que alguien le haga una pregunta para comenzar.
“Nunca planifico mis pláticas”, dice. “Simplemente llego como
todos los demás.” Sé que Algo o Alguien me controla y yo soy sólo
un instrumento. Existe una fuerza dentro de mí a la que puedo llamar
imagen de Dios. Dirige mi inteligencia y mi yo. No crean que no
tengo amor propio o que soy muy humilde. Tengo mi propio yo pero
lo he puesto en las manos de El. El lo cuida y lo usa muy bien. Por
eso nunca dudo de nada. En muchas ocasiones me han pedido que
conteste consultas sobre temas desconocidos para mí. Pero tan pronto
como oigo la pregunta comienzo a contestar. Mientras respondo muy
dentro de mí observo lo que está ocurriendo y me digo a mí mismo: “¿de
dónde provienen esas ideas?” Quizás algunos digan: “¡Oh, qué hermosa
respuesta!” Pero yo pienso: “¡vaya! ¿De dónde vienen estas ideas?”
Literalmente en realidad soy sólo un altavoz. La persona que habla es
diferente. Yo soy sólo su medio de expresión. Alguien está “controlando
la cinta”. Por eso nunca preparo mis pláticas. Ni siquiera tengo derecho
a decir “mis” pláticas. Si El habla, ¿por qué he de prepararme?”
La persona que se comunica con usted en este libro es Swami
Satchidananda mismo. Como compilador y redactor yo sencillamente
he reunido secciones de diferentes pláticas que él ha dado a lo largo de
los años por todo el mundo. He estado grabando cintas de Gurudev
desde 1970. Cuando disertó en la “Reunión de los Caminos” en San
Francisco, grabé sus observaciones y después cité sus comentarios
a alumnos en charlas informales en las filiales de Yoga Integral en
todo Estados Unidos. Durante retiros espirituales en el campo y en
iniciaciones de alumnos mencioné cuanto dijo, así como lo que escribió
a sus discípulos y lo que me comunicó en conversaciones personales.
Pero casi todo el contenido de este libro son palabras textuales de
Gurudev, transcritas de cintas grabadas de sus pláticas a diversos

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grupos: entrevistas de radio y televisión en Hawai o en Europa,
reuniones ecuménicas en Estados Unidos, reflexiones ante presos y
psicoterapeutas, mensajes a sus alumnos en días de fiesta, durante clases
de yoga dirigidas por él y en muchas, muchas ocasiones.
De la gran variedad de información y consejo que ofrece he tratado de
compilar lo que considero son las enseñanzas esenciales de Gurudev. He
seleccionado los temas acerca de los cuales habla con mayor asiduidad
y he agregado respuestas a las preguntas que le hacen frecuentemente,
durante retiros y reuniones informales. De ahí que el libro incluya
consejos prácticos como la forma de dejar de fumar o el control de
estallidos de ira, además de debates acerca del significado de Dios y el
despertar espiritual.
He procurado conservar su estilo, ingenio y personalidad, porque
sin estar presente Gurudev, las enseñanzas podrían resultar carentes
de vida. En cierta ocasión, durante una reunión ecuménica en Florida,
una maestra Zen escuchaba a Gurudev sentada y con los ojos cerrados.
Cuando se le preguntó si estaba escuchando o no, dijo: “Swami
Satchidananda es como una gran cascada. Las palabras son las gotas
que salpican desde esa cascada.” Hay algo muy refrescante en esas gotas
salpicadas que espero transmitir en este libro.
Las enseñanzas de Gurudev son básicamente sencillas: en realidad
cada uno de nosotros es pacífico y feliz. Esa es nuestra verdadera
naturaleza. Puesto que, por lo general, no estamos en contacto con
ella, nos ofrece varios métodos para depurarnos de toxinas y de otras
perturbaciones que nos inquietan, con el fin de que realicemos nuestro
propio yo.
He organizado el material en cinco secciones que naturalmente están
relacionadas. La primera parte explica lo que es el verdadero yo y por qué
no estamos en contacto con él, así como el modo de realizarlo de nuevo.
La segunda sección trata sobre la mente y la conciencia, mostrando
cómo funcionan y lo que las inquieta o perturba. Gurudev ofrece
medios para calmar la mente mediante varias técnicas de concentración
y meditación. La tercera parte se centra en el cuerpo humano, explica
las dietas que conducen a la paz mental y revela el uso de prácticas de
respiración, así como posturas de Hatha Yoga para limpiar los sistemas
fisicos y sutiles. La cuarta parte muestra cómo poner en práctica estas
enseñanzas en el mundo. Aquí Gurudev revela el arte de llevar una

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vida de entrega ya sea en el trabajo o entre familiares y amigos. En la
sección final da la esencia de todas las religiones y explica qué o quién
es Dios, muestra cómo servirse de la devoción y cómo edificar la fe. En
esta sección, Gurudev manifiesta la forma en que diversas tradiciones
religiosas usan diferentes senderos para llegar a la misma gran verdad.
Muchas personas ayudaron a concretar este libro, incluyendo a los
que están en el sendero de perfección (Karma Yoguis), quienes durante
años han grabado y escrito con desinterés las palabras de Gurudev,
blindando anónimamente sus esfuerzos por el bien de los demás.
Cuando inicié la parte que me correspondía muchos me acercaron su
ayuda para facilitar el conocimiento de estas enseñanzas. Permítaseme
mencionar en particular a Swami Vidyananda Ma, cuyo consejo en
la organización y redacción ha sido de valor incalculable, y a Swami
Paramananda, cuyo aliento constante me sirvió de gran apoyo. Otras
personas que ofrecieron su cooperación en el momento oportuno,
cuando estaba por terminar el borrador y diligentemente, transcribieron
a máquina el manuscrito, sin recibir pago ni quedarse a la espera de que
se les agradecieran sus esfuerzos, fueron: Sil Read, Val Bruce, Donna
Pollock y Diana Brinckman. Desde el principio hasta el final el redactor
William Strachan, de Anchor Book, dirigió la publicación del libro y
le agregó los últimos retoques, gracias a los cuales las enseñanzas orales
se leen con mayor facilidad. Por último, agradezco a Aarón Priest,
por haber reconocido el mérito de esta obra y por haberla entregado
rápidamente al mercado literario.
Respecto a estas enseñanzas, Gurudev dice: “si convienen a tu
persona, síguelas; si no, simplemente, ponlas a un lado…”A lo largo
de los años, algunos las hemos hecho nuestras, cada vez más, porque
hemos descubierto que él nos guía hacia un destino feliz.
Estoy muy agradecido a Swami Satchidananda, mi amado padre y
gurú espiritual por darme esta oportunidad de servir con él. Le dedico
mi esfuerzo para que por muchos, muchos años, la humanidad reciba su
precioso e iluminador servicio.

Prahaladan (Phillp) Mandelkorn


Satchidananda Ashram, Yogaville East
Pomfret Center, Connectlcut
1 de noviembre de 1977

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Primera parte

Conozca al conocedor
Capitulo 1

Su verdadera Yo
El propósito de todas las prácticas espirituales consiste en conocer
nuestro propio yo. La Biblia dice: “ama a tu prójimo como a ti mismo.”
Pero si uno no conoce su propio yo, ¿cómo puede amar al yo del
prójimo? Conozca primero su propio yo y luego vea su yo en el prójimo.
Sólo así podrá amarlo como a usted mismo.
¿Qué ocurriría si le pidiera que amara a todas las frutas como ama a
las manzanas, es decir, que viera la manzana en todas las otras frutas? Si
no sabe lo que es una manzana no podrá ver a las otras frutas como una
manzana. De la misma manera, para amar a todos o a todo conforme al
espíritu, debe uno realizar su verdad espiritual; debemos realizar a Dios
en nosotros.
¿Alguna vez se ha visto a usted mismo tan siquiera en su aspecto físico?
¿Ha visto alguna vez su rostro? Solamente en un espejo. Supongamos
que yo rompiera el espejo. ¿Usted podría seguir mirando su rostro? No.
Pero, ¿acaso por ello perdió su rostro? No. Lo que usted ve en el espejo
es sólo la imagen, no el original, porque es el rostro lo que ve. El rostro
es el sujeto. El sujeto nunca puede convertirse en objeto. El sujeto sólo
ve una imagen de sí mismo como el objeto, pero nunca se ve a sí mismo.
Si el espejo está distorsionado o deforme la imagen que refleja
también lo estará. ¿Acaso por ello correría usted al médico a decirle:
“doctor, ¡algo le ha pasado a mi rostro!” El médico le diría: “nada le ha
sucedido; usted es hermoso.” “Pero vi una imagen horrible ... “, podría
contestarle.
Entonces, el médico le llevaría otro espejo nítido, sin distorsiones, en
perfecto estado y le instaría a mirarse otra vez. “¡Dios mío, yo vi una
imagen horrible en mi espejo pero ahora es hermosa!”
No, usted no haría esto. Comprenderá que el problema radica en
el espejo, no en su rostro. Si corrige el espejo o lo cambia, puede ver
su auténtica naturaleza. Si busca su naturaleza verdadera en un espejo

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distorsionado, éste reflejará un rostro distorsionado. ¿Cuál es el espejo,
en este caso? Nuestras mentes. Para ver nuestro verdadero yo hemos de
tener una mente limpia, clara y en calma. Algunas personas conservan
limpio el espejo y comprenden que son hermosas. Otras no lo limpian
bien. Otras lo rompen, y algunas se miran en espejos deformes.
No somos diferentes unos de otros en lo que respecta al conocimiento
trascendental. Es lo que llamamos el espíritu o el verdadero yo. Cuando
decimos “alma”, por lo general nos referimos al reflejo del yo sobre la
materia de la mente. El alma es la chispa de divinidad y la imagen de
Dios, mientras que el yo mismo es Dios. Cuando su mente está en
calma, serena, comprende que el alma y Dios son uno solo, y lo mismo,
sin distorsiones, sin color.
Por supuesto, el cuerpo también deberá lograr serenidad, es decir, el
estado relajado o puro. Un cuerpo sano y relajado, con una mente en
calma, quieta, permitirá que la luz verdadera o la naturaleza verdadera
del yo interno se exprese sin ninguna deformación. Es algo como una
luz con dos sombras: la de la mente y la del cuerpo. Si están limpias
como el cristal, la luz brillara sin distorsiones. En consecuencia, es
necesario que estas dos sombras, el cuerpo y la mente, estén tan limpias
como sea posible.
Primordialmente uno debe preocuparse por la mente, ya que el cuerpo
es sólo un instrumento de ésta. El cuerpo se expresa de acuerdo con los
deseos o las impresiones de la mente. Por lo general, nos identificamos
como mente y cuerpo. Por ello nos ponemos nombres diferentes y,
al parecer, nos distinguimos unos de otros. Deseamos definirnos a
nosotros mismos: “soy sudamericano”, “soy blanco”, “soy negro”, “soy
rico”, “soy pobre”. Estas son nuestras definiciones pero, en espíritu,
somos iguales. Las variaciones y definiciones acontecen sólo cuando nos
identificamos con el cuerpo y la mente.
Por naturaleza, somos tranquilos, pacíficos. Sin embargo, a causa
de nuestra negligencia o de esforzarnos por satisfacer los deseos
egoístas o los sentidos, perturbamos esa tranquilidad y paz. Y cuando
perturbamos la tranquilidad nos sentimos intranquilos. Eramos
pacíficos y serenos originalmente, pero perdimos esa perfección, al
definirnos. Desafortunadamente, en el momento en que nos definimos
-o limitamos el yo- dejamos de ser pacíficos y serenos.
Todas las escrituras, todos los sabios, santos y profetas nos dicen que

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dejemos de definirnos. Este es el procedimiento para elevarnos. Esta
es la esencia de todo yoga y de todas las escrituras. Lea la Biblia, el
Corán, la Tora, los Upanishads, el Bhagavad Gita. Todos ellos dicen,
perfeccionese a si mismo. Abandone esas definiciones, no se deje
atrapar. Esas definiciones nos dividen. Si usted dice: ‘“soy hombre” o
“soy mujer”, se identifica con el cuerpo. Si dice: “soy abogado” o “soy
inteligente”, se identifica con la mente. Cada definición distingue a un
hombre de otro hombre, a una mujer de otra mujer, a un ser de otro ser.
¿Acaso estoy diciendo que las personas purificadas no tienen
definiciones? Supongamos que perdiéramos todas las definiciones y
todos fuésemos iguales. Entonces, no podríamos reconocer a nuestros
amigos. Todos seríamos iguales, hablaríamos y comeríamos de la
misma manera. No habría padres, madres, hijos ni hijas. Ese no es
el significado del verdadero perfeccionamiento. Si así fuera, la vida
perdería todo su sabor.
El yoga no olvida que la variedad es el condimento de la vida. Lo
necesitamos para disfrutar de ella. Pero si la variedad misma nos va a
perturbar y a dividir, no la queremos. Incluso, en este caso, ¿podemos
deshacernos de ella? No, es imposible. Es una paradoja. No podemos
deshacernos de la variedad, aunque ésta nos divida y nos acarree
problemas. ¿Qué hacer?
Tenemos que conservar la variedad y elevarnos por encima de ella,
para ver la unidad. Mi maestro, Swami Sivananda, con frecuencia usaba
esta frase: “unidad en la diversidad.” Recuerde este punto. Necesitamos
la variedad, pero podemos disfrutar de ella sólo si recordamos siempre
la unidad que la sustenta.

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Capitulo 2

La búsqueda de felicidad
El universo está lleno de vida. Usted puede ver la energía de la vida
constantemente. Todo está vivo. No hay materia muerta. Lo que
se llama materia inanimada o muerta, en realidad no lo está. Esta
aseveración ha sido mas que comprobada por los científicos modernos.
Aunque no podemos ver sus movimientos con el ojo, si miramos con
el instrumento apropiado, comprobamos que hay un movimiento de
energía - átomos que se mueven con rapidez.
¿Pero cuál es su propósito? ¿Por qué corren de un lado a otro? ¿Qué
desean? Si se observa con cuidado, en la naturaleza se encuentra una
meta común en todos y en todo, incluso en el átomo. Todos buscan
la felicidad. En el caso de los seres humanos, se llevan a cabo cientos
de miles de esfuerzos individuales, sociales, comunitarios, nacionales
e internacionales. Puede tratarse de cualquier cosa: un carnaval, un
festival, viajes, guerras, sí, incluso las guerras. El propósito común de
estos empeños es la búsqueda de felicidad.
Cuando usted acude ante un altar para rezar a Dios, ¿por qué lo
hace? No tanto por el amor de Dios, sino porque busca felicidad.
Usted desea ser dichoso haciendo este o aquel esfuerzo. He aquí la
meta común.
Pregúntele a cualquiera, hasta a un ladrón que roba un banco, por qué
lo hace.
- Quiero llevarme algo de dinero.
-¿Para qué?
- Para comprar más cosas.
-¿Por qué?
- Quiero ser feliz.
Pregúntele a un policía: “¿por qué persigue al ladrón? Para arrestar
al delincuente. Ese es mi deber. Quiero que todos sean felices, que no
estén tristes porque les robaron algo.”

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Pregúntele al que bebe o al que fuma por qué lo hace. “Porque quiero
ser feliz”, le contestará. La persona cree que de esa manera, alcanzará la
felicidad. La meta común consiste en dejar de estar triste y ser feliz en
cada momento.
Todos tratan de lograr ese propósito de diferentes maneras. Algunos
quieren ser felices con rapidez, por lo cual cogen atajos y sólo consiguen
una felicidad temporal. Pero la alegría prestada aparece y desaparece. La
felicidad que se obtiene con los esfuerzos diarios se esfuma y se mezcla
con disgustos, preocupaciones y desdichas. La felicidad no se presenta
sin dificultades antes o después. Seguimos buscándola, pero no la
logramos. Cuando por fin nos cansamos de buscarla en nuestro exterior,
nos sentamos con serenidad y nos preguntamos: “¿qué es esto? ¿Por qué
no soy feliz? ¿Por qué he dejado de ser feliz?” Si analizáramos con toda
sinceridad, descubriríamos que la felicidad nunca viene de fuera.
Jamás se obtiene la felicidad haciendo o logrando algo, ni siquiera con
las prácticas espirituales, las oraciones o la búsqueda de Dios. Tampoco
Dios puede darle felicidad. Si se la da, puede quitársela. Todo aquello
que viene también se irá. Incluso en nombre de la búsqueda de Dios,
vemos que las personas se sienten infelices. He aquí mi respuesta: la
felicidad no debe buscarse fuera de uno ni tampoco puede originarse
adentro. No puede llegar porque simplemente es. Siempre es. ¿Dónde
está? En todas partes. Sólo hay felicidad.
Usted es la felicidad personificada. Es la Dicha Suprema. Usted es
esa alegría. Es la imagen de la felicidad misma. Si quiere usar la palabra
Dios. ¿Quién es El? ¿Cuáles son sus cualidades? Dios siempre es feliz.
Entonces, como imagen de Dios, ¿como puede ser usted infeliz?
“Bueno, por lo menos me consuelo al oír esta declaración.” Usted dice:
“soy feliz, pero no parezco serlo.” No lo parece porque lo ha olvidado.
Por esta razón, va corriendo tras la felicidad. Ha olvidado usted que
tiene ojos y corre tratando de alcanzarlos. Pero el instrumento que
utiliza para buscarlos son ellos mismos. No parece darse cuenta porque
acostumbra a verlo todo y entonces dice: “no veo mis ojos, quiero
verlos.” Es el observador, pero nunca puede ver su propio yo.
La simple ignorancia o el olvido lo hace infeliz. El pecado o error
fundamental consiste en olvidar su verdadera naturaleza. Es una forma
de suicidio. Al olvidar su yo, de hecho lo mata. Por eso usted es infeliz.
Naturalmente, cuando es infeliz, todo le va de mal en peor.

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Con una mente infeliz, se lanza usted a la búsqueda de felicidad.
Imagínese un recipiente grande, lleno de agua quieta, sin olas. Luce
muy bien, sin duda. La superficie está limpia y serena. Cuando se
aproxima ve su rostro reflejado en ella. En aguas quietas uno puede ver
su reflejo. Pero suponga que mientras se está mirando algo cae en el
recipiente. De inmediato la superficie se agita y comienza a perfilarse
una imagen distorsionada de si mismo. Olvidando su verdadera imagen,
toma esa distorsión como su verdadera naturaleza: se identifica con
ella y se sienta a llorar. Entonces, se preocupa y comienza a decirse a sí
mismo: “tengo que ponerme en forma.”
Usted puede hacer que su mente se aquiete y no se perturbe
eliminando la causa. ¿Qué cayó en su mente y la perturbó? En verdad,
nada del exterior puede caer en ella salvo que usted permita que algo le
ocurra a su mente.
Permite usted que, asociaciones con objetos o palabras, caigan en su
mente y la alteren. Si alguien le dice algo desagradable, usted piensa:
“me está insultando” y se disgusta. Permite que la palabra perturbe su
mente. Entonces usted llega a la conclusión: “me está haciendo infeliz.”
Pero, en realidad, usted mismo desordenó o inquietó su propia mente.
Es mejor decir: “soy feliz”, que “deseo ser feliz”. En el momento en
que usted dice: “deseo ser feliz”, ese deseo mismo inquieta su mente. ¿Y
si su deseo se realiza? ¿Cuánta gente actúa como loca por causa de un
sello de hace cien años? Pagan miles de dólares por el. Le dan valor y
luchan por obtenerlo. Si usted se deja llevar por ese propósito pensará:
“no puedo ser feliz hasta que lo obtenga.” Entonces, paga lo que sea y
dice: “¡ya lo tengo!” Así de fácil. Primero dijo: “deseo ese sello.” Después
de su esfuerzo, exclamó: “¡ya lo tengo!” ¿Dónde está usted ahora? En la
misma posición que antes de desearlo. Feliz.
Compréndalo bien. Usted era feliz antes de querer el sello. Pero en el
momento en que lo deseó, se volvió infeliz. Cuando lo obtuvo, de nuevo
se sintió feliz. Entonces, ¿de dónde o de qué se derivó la felicidad? No
del objeto. El sello en sí no le dio la felicidad. La recuperó cuando
realizó su deseo, cuando llenó la depresión o el vacío creado por el deseo.
Desde el instante en que la piedra del deseo cae en su mente, usted
se deprime. La depresión se define como un espacio hueco. La mente
queda deprimida. Usted tiene que colmarla, realizar el deseo. Usted crea
la depresión, la llena o realiza y vuelve a su estado normal diciendo: “de

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nuevo soy feliz.” Lo mismo se aplica a todo lo demás, se trate de un
sello antiguo, de cierta posición, de un país, dinero, renombre o fama.
Yo acostumbro decir: “ ni desees, ni desperdicies.” Quizá se pregunte
por qué he alterado el orden del conocido proverbio: “ni desperdicies,
ni desees nada.” Puesto que siempre quiero ser yogui, aparentemente,
todo lo trastoco. No desees ni desperdicies tu felicidad. En ocasiones,
algunas personas manifiestan: “el es feliz porque está muy por encima de
sus deseos.” ¿Qué significa esta frase? No tanto que la persona lo tiene
todo en el mundo. Si así fuera nunca sería feliz. Más bien significa que
se ha elevado por encima de sus deseos: ya no desea nada más.
Esto es muy fácil de decir y suena muy bonito. Pero tal comprensión
se obtiene sólo después de andar mucho, confrontar el fracaso en todas
partes y en todo, hasta que finalmente reflexiona con disgusto. “Estoy
cansado. Ya no quiero nada más.”
Por eso las escrituras dicen que si uno desea a Dios es necesario que
deje todo lo demás. No desee nada, ni siquiera a Dios y tendrá a Dios.
El siempre está allí.
La meta consiste en que cada uno realice su verdadera naturaleza, su
paz, su felicidad, su santidad, su imagen de Dios. Sin este logro usted
no podrá ser feliz cien por cien. Será feliz y luego infeliz. Nadie puede
ser totalmente feliz sin saber que él mismo es felicidad. Eso es Dios.

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Capitulo 3

¿Que es el mal?
¿Qué es el mal? ¿De dónde proviene? Esta es una pregunta muy
importante que es necesario contestar. Si Dios creó todo, ¿quién creó el
mal? ¿Acaso hay dos dioses, uno que creó todo lo bueno y el otro todo
lo malo? Nunca hemos oído esa historia. Cuando así lo quiso, Dios creó
todo: “háganse los cielos. Háganse las nubes. Hágase la lluvia. Hágase
la tierra. Que haya plantas y animales. Que exista el jardín del Edén.”
Finalmente, dijo: “hágase el hombre también.”
Con seguridad dijo: “hágase Satanás.” De lo contrario, éste no
existiría. Entonces surge la pregunta: ¿por qué tuvo que crear a Satanás?
Por una razón muy buena. El alumno que malgasta su vida andando
de acá para allá sin aprender sus lecciones se sentirá muy infeliz cuando
en la escuela tenga que hacer un examen. Considerará a su profesor
como la personificación de Satanás. “¡Maldito diablo, que me ha dado
todas estas preguntas! ¿Cómo espera que las conteste?” Pero el alumno
diligente aceptará el examen como una oportunidad para demostrar
cuánto ha estudiado. De la misma manera, Satanás -o la tentación-
es cierta clase de examen. Dios le ha estado enseñando a usted, le ha
dado buenos consejos: “haz esto. No hagas aquello.” ¿Cómo puede
cerciorarse de que usted ha comprendido bien su consejo? En el aula,
Dios le enseña lo que debe hacer y lo que no debe hacer. Entonces Dios
envía a Satanas pare examinarle. Dios dice: “ve y tiéntale. Ya le enseñé
una lección. Sólo deseo saber si la ha aprendido bien.”
De esta manera Satanás - o la tentación- lo pone a prueba a usted.
Desafortunadamente, en ocasiones, las personas caen en la tentación.
En ese momento, Dios dice: “ah, ya veo. No aprendió bien la lección.
Muy bien, entonces que aprenda por experiencia propia.”
Dios siempre lo castiga a usted con misericordia, nunca con ira.
Cuando el médico le extirpa un tumor, el acto en sí parece maléfico,
pero en realidad está impulsado por la bondad. “No puedo eliminarlo

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fácilmente. Se necesita una operación muy delicada. Permítame
extraerlo.” Un corazón bondadoso, pero una acción severa. Al principio,
el maestro es todo compasión. Alienta a sus alumnos con amabilidad
y con muchas bendiciones. “Aquí tienes más regalos. Eres muy buen
alumno. Siempre te daré cosas buenas. Si pasas bien el examen, te
otorgaré el grado más alto posible.”
Pero si el alumno fracasa constantemente el maestro lo castigará.
Ese acto, también está impulsado por la misericordia. El crecimiento
del alumno es el propósito del castigo. El castigo no proviene de la
ira: recurre a él para eliminar nuestra impureza. El mal no es alguien
más aparte de Dios. Es Dios mismo visto desde el ángulo equivocado.
El bien y el mal son caras de la misma moneda. Escriba la palabra
“Dios”. Si se lee desde el ángulo correcto es Dios. Pero si se lee desde el
incorrecto es una palabra no significativa, en castellano. Todo depende
de cuál ángulo lo considere uno.
Por encima del poder máximo no existen ni el mal ni el bien. Uno se
aproxima de diversas maneras. Los adoradores del mal son castigados
por sus tendencias nocivas, por su enfoque incorrecto. Castigados para
corregirlos y ayudarlos a comprender que han hecho mal con el fin de
que hagan el bien.
Comprenda que nada de la naturaleza, nada del reino de Dios lo
castiga a usted. El no odia a sus hijos. En ocasiones un padre es severo
con su hijo. Pero si no lo fuera el hijo se convertiría en un malcriado.
Dios nunca cometerá ese error. Sin duda, nos castigará si es necesario
pero por nuestro propio bien. Por eso decimos que todas las dificultades
y los problemas son bendiciones disfrazadas. Si sólo conociéramos
el propósito impulsor de esas experiencias y las aceptáramos, no
culparíamos a nadie más, ni a Dios.
Entonces, ¿qué es el mal? Es algo que aparece en el lugar indebido
como el polvo. Algo bueno colocado en un sitio incorrecto es como
cierta clase de polvo que debe ser eliminado. De igual manera, así es
el poder de Dios: ni bueno ni malo. Pensemos en la electricidad. ¿Es
divina o maligna? Es neutral. Sencillamente es. Pero según el enfoque
que se adopte uno recibe su beneficio o su castigo. Cuando enciende

*En Inglés, God significa Dios. Dog (vocablo leído desde un ángulo Incorrecto)
significa perro. (Nota de correctora).

25
una lámpara, tiene luz. Si enciende radio, puede escuchar música.
Ahora bien, toque un cable directamente con su mano ... Los que
tocan el cable con su mano dicen que la electricidad es nociva. Quienes
encienden una lámpara opinan que es hermosa. Los poderes de Dios
son similares. Si piensa uno en Dios con una mente sucia, Él lo castiga
por su enfoque incorrecto. Está bien que sea así. El infierno hace más
atractivo al cielo.

26
Capitulo 4

Usted vino solo y únicamente para crecer


El mundo ha sido creado para que lo comprendamos, nos sirvamos
de él y para que crezcamos. No podemos huir. Todo el mundo es como
una olla caliente. Dondequiera que vayamos en el cosmos seremos
“cocinados” por nuestras propias experiencias. Por lo tanto hemos de
aceptar esta verdad hasta que estemos bien “quemados”. La aceptación
de la voluntad divina nos da alegría, nos calma. Otros quizá dirán: “¡dios
mío, cuánto sufrimiento!” Nosotros exclamaremos: “muy bien. Si así lo
quieres, adelante.”
El mundo no es ni terrible ni imperfecto. Por lo contrario, es perfecto.
Está usted en un proceso de fabricación. Mejor que en cualquier
gran complejo industrial moderno. Usted se está perfeccionando. Si
comprende al mundo de esta manera, ¿por qué desea huir de él? Una
vez que esté bien “quemado” por las experiencias de la vida, se sentirá
libre y dirá: “ahora soy feliz.” Entonces podrá aconsejar a otro: “no
se preocupen. Muy pronto ustedes también estarán bien “quemados”
como yo y serán felices.”
Si usted conoce el propósito del sufrimiento—quemar su ego—incluso
se alegrara de ello. El sufrimiento es el camino de la purificación. Caldea
usted su mente y su cuerpo para transformarlos calcinando las impurezas
indeseables. Así como el oro tiene que calentarse al rojo vivo y enfriarse
para que reluzca su pureza, todas las personas son purificadas por el calor
del sufrimiento. Entonces acepte el sufrimiento tal y como venga.
Esto es austeridad. Sin embargo no necesita ir en busca del
padecimiento: no debe ni provocárselo a usted mismo ni causarlo a
otros. No debe maltratar su cuerpo en nombre de prácticas espirituales.
Algunos lo hacen lacerándose el cuerpo, caminando sobre leña ardiente,
soportando privaciones. Se le ha dado su cuerpo por razones muy
válidas y no debe hacerle daño. Si sufre dolor acéptelo como una forma
de purificación.

27
Usted necesita la adversidad para conocer la verdad. Si combate
contra la adversidad comprenda que se trata de los golpes y traspiés que
alientan a las personas a ser yoguis. Para conocer el bien es necesario
saber qué es el mal. Así es la vida. Acepte sus lecciones. La aceptación
del padecimiento en aras de la felicidad de los demás se llama entrega.
Si lo acosa el sufrimiento, acéptelo con alegría, agradezca a Dios y a la
persona que se lo produce. Dé la bienvenida a esa persona, toque sus
pies, pero no la imite haciendo sufrir a los demás.
Aprenda la lección que proviene del dolor. Es una advertencia acerca
de algún error que cometió. Si sufre, examine las causas. Al fin y al cabo,
¿qué es el dolor? Todo sufrimiento y dolor consisten sólo en la pérdida
de la felicidad. Necesita usted del sufrimiento para descubrir por qué
perdió la felicidad. El deseo causa desdicha. La gente desea más cosas
para ser feliz. Pero cuando usted no las quiere, todas las cosas que usted
no desea lo desean a usted. Las cosas que codicia son como sombras.
Cuando corre, ellas corren adelante. En consecuencia se apresura
siempre detrás de su sombra, y por supuesto, nunca la alcanzará. Si
desea cosas, éstas siempre irán delante de usted, porque forman parte
de usted.
Pero si está contento todo vendrá hacia usted. Camine hacia la luz
y las sombras irán detrás de usted. Si ya está cansado de perseguir
la felicidad, renuncie a todo, gire y camine hacia el Sol. Entonces,
lentamente, mire hacia atrás por encima de su hombro. La sombra que
perseguía ahora lo persigue. El mundo lo buscará si usted no busca al
mundo: ese es el secreto. Para su sorpresa, comprobará que todo está
esperándolo: renombre, fama, dinero, elogios, posición, personas, todo.
Si está usted contento hasta sus necesidades diarias serán satisfechas.
No necesitará preocuparse mucho. La persona absolutamente libre de
deseos no será como un maniquí inmóvil. La Voluntad Suprema la usará
de una u otra manera para beneficiar a la humanidad. Será conducido
por el Poder Supremo. Seguirá haciendo muchas cosas, en tanto esa
Voluntad Suprema le resolverá todas sus necesidades, mediante amigos
y otras personas. No tiene que preocuparse por usted mismo. Su
automóvil nunca le dice: “vamos, lléname el deposito. Ya casi no tengo
ni gasolina ni aceite.” Más bien, usted es quien se preocupa, porque
desea utilizarlo. De igual manera la Consciencia Cósmica -a la cual se
la llama Dios- o la fuerza natural que corre a través de todo en todas

28
partes, también circula por usted. Se ocupa de todo, incluso de usted,
siempre que no la bloquee.
Usted tiene libre albedrío para hacer lo que desee. Si hace algo sólo
para su propio beneficio, la consecuencia recaerá sobre usted.
A esta consecuencia se la llama karma. Si todo lo hace como
corresponde no tiene que enfrentarse al karma pues una acción libre de
egoísmo no produce karma. Para eso se le concedió el libre albedrío.
Por debajo del nivel humano se le han ofrecido muchas experiencias,
cierto tipo de educación de la Madre Naturaleza, que ha sido su maestra
durante toda la evolución. En su vida actual usted tiene libre albedrío
y usted esta siendo probado. Si desea puede actuar de forma egoísta y
crear más karma.. o vivir entregado a los demás con lo cual se cumplirá
la Suprema Voluntad y no producirá karma.
En la armonía suprema usted nunca tuvo karma, por lo tanto no
necesita preocuparse por su karma pasado. Lo que engendra esos actos
kármicos y sufre la consecuencia del karma es su mente. Pero eso no es
usted. Usted es el sí mismo puro. Una vez que la mente experimenta a
Dios internamente ya no existe karma, pues todo ha sido consumido.
Mientras la mente no experimente al yo verdadero, sigue envuelta en
acciones y debe afrontar las secuelas, pues aún tiene deseos.
El deseo es el que lo impulsa a actuar. Cuando se realiza una acción
siempre hay una reacción. Por eso Buda dijo que el deseo es la principal
causa de todo. Permítaseme aclarar que los anhelos egoístas son la causa
principal. Es imposible que la mente esté libre de deseos: si no hay
deseos en ella, en realidad ya no existe como mente. La mente es como
un montón de piedras, quítense las piedras y desaparece el montón. De
igual manera, la mente es sólo un haz de deseos pasados, presentes y
futuros.
La mente que desea sólo es una ilusión, maya. Un ejemplo para
entender este concepto puede ser el de un pedazo de tela. La tela se
compone de muchos hilos. Pero si le saca los hilos, uno por uno, ¿qué
le sucede a la tela? Otro ejemplo es el de la silla de madera. Quítele las
piezas de madera y desaparece la silla. Así es la mente, sólo un montón de
deseos. Si no hay deseos, no hay mente. A eso se le llama “trascendencia
mental”. La mente está tan serena que no se expresan anhelos: están
ahí, pero no se expresan. Si los deseos egoístas de la mente no son
alimentados, morirán poco a poco. Los deseos que benefician a los

29
demás no producen otros, pero los personales, sí crean otros similares
constantemente: ellos son los que no permiten permanecer en calma a
la mente. Si los deseos egoístas son satisfechos, usted se desliza hacia el
flanco positivo, el de los entusiastas; en caso contrario, pasa al negativo,
el de los depresivos. Pero con deseos libres de egoísmo esto no importa.
Pues usted no oscila de un lado a otro según los resultados sino que
siempre disfruta de cuanto hace.
Todo deseo personal es un nudo que lo ata. Desatese. No tiene que
renunciar a nada en este mundo, solamente su apego a él. Puede poseer
cosas pero no permita que éstas se adueñen de usted. Y no acumule más
de lo que necesita. No sabría qué usar, dónde guardar tantas cosas, cómo
cuidarlas: todo esto inquietará su mente. Si tiene mucha ropa guardada
y desea ir de prisa a alguna parte malgastará muchas horas porque no
sabrá qué ponerse. Pero si tiene sólo dos prendas se vestirá con una de
ellas y podrá salir rápidamente. Como dijo el sabio Tamil Tiruvalluvar:
“de aquello que uno se deshace, uno no resulta perjudicado.” Más bien
nos daña aquello a lo que nos apegamos. Si se desprende de las cosas,
experimenta paz. La persona que vive de forma sencilla, con lo esencial
para subsistir, se libera de preocupaciones.
Para tener felicidad suprema y sin fin aprenda a no apegarse. Esto
no significa que debe ignorar a las personas o volverse indiferente a
ellas. Sobre todo evite el apego egoísta. Si me dirijo a ustedes para
conseguir un poco más de fama o ganar unos cuantos discípulos, me
sentiré entusiasmado o decepcionado, según lo que suceda. Si acuden
más personas, me entusiasmaré. Si nadie viene quedaré decepcionado.
De cualquier manera, perderé mi paz mental. Pero si me libero de ese
apego egoísta puedo tener interés en usted y no obstante no inquietarme
pase lo que pase. Supongamos que alguien sufre quemaduras en un
accidente. ¿Me sentiré triste por ello? Sí, y llevaré a cabo cuanto sea
posible para salvar a esa persona o haré algo útil, pero sin perder mi paz
mental. Si la pierdo cuando veo que otros sufren entonces es evidente
que soy yo quien necesita ayuda: así no puedo ayudar a nadie. No puede
dar paz a los demás si usted mismo no tiene paz.

30
Capitulo 5

Paz mental
Una acción, para ser perfecta, no debe causar perjuicio a nadie,
incluido a uno mismo. Antes de hacer algo, considere el efecto que
producirá en su mente. Pregúntese si le provocará ansiedad. Al turbar
la mente de otra persona, ¿acaso no se inquieta usted también? Sus
acciones deben ser totalmente inofensivas y, a la vez, deben acarrearle
beneficio a alguien. Entonces serán perfectas.
Si usted aún no es un yogui, únase a las personas que hacen prácticas
de yoga o que siguen alguna practica espiritual. Sin darse cuenta
pronto comenzará también a impregnarse de ello. Buscará la compañía
de personas que desean realizar la verdad, es decir, a Dios. El sabio
Acharya Shankara ha dicho que nuestra meta es vivir en completa
tranquilidad. Aunque resida en el mundo, viva con total paz y alegría,
como corresponde a un individuo liberado.
El aclara que, para lograrlo, el primer paso consiste en tener un
entorno apropiado. La recompensa inmediata será que no podrá estar
entre malas personas porque es imposible acudir a ambos lugares a
la vez. La buena compañía le evitará vivir en un ambiente capaz de
engañarlo con placeres mundanos. Si no es engañado, su mente no
se inquietará ni se perturbara. Logrará ecuanimidad y tranquilidad, es
decir, las cualidades de una persona liberada.
La buena compañía nos aleja de la mala. Como consecuencia de ello
nuestra inteligencia se aclara y nada puede engañarnos. De esa manera,
nuestra mente permanece constantemente en calma, firme y serena.
Cuando logramos ese estado, estamos liberados aun viviendo en el
mundo. Es muy sencillo: sólo tenemos que hacerlo.
En general su mente no esta en calma porque hay constantes las olas
que agitan la superficie. Algo la inquieta incluso si tiene problemas en
su vida. Usted se preocupa: “¿cómo es posible que no tenga problemas?”

31
Aparentemente, siempre hay un tornillito suelto en nuestra mente que
no la permite estar en calma, despejada, asentada.
La mente se inquieta por los pensamientos. Todo lo que ve u oye
a través de estas puertas de los sentidos se convierte en formas de
pensamiento que influyen sobre ella de manera directa. Quizá usted vea
una manzana. Esto no lo perturba a menos que convierta lo que vio, en
un pensamiento almacenado con anterioridad. “Sé que es una manzana.
Recuerdo a aquella persona que al darme una manzana en cierta
ocasión me alegró mucho.” Del pensamiento de la manzana pasó al de
la persona que se la dio. Tal vez la misma que después se convirtió en
su enemigo. Incluso hasta rememore a Adán: “si no se hubiera comido
aquella manzana, seríamos muy felices ahora.”
Los pensamientos inquietan la mente pero es imposible dejar
de pensar. Hasta el pensar en no tener ningún pensamiento es un
pensamiento. Por eso, incluso el deseo de no tener deseos es también
un deseo. Entonces, ¿cómo podemos estar sin ningún pensamiento y
con la mente en paz?
Sencillamente busque un pensamiento hermoso. Puesto que siempre
tiene que pensar en algo seleccione los pensamientos que no perturban
su mente. No todos la inquietan. Los grandes sabios que han analizado
en profundidad este problema han descubierto que los pensamientos
basados en el egoísmo o el deseo personal constantemente, dañan la
mente. “Deseo esto o aquello y por eso lo hago.” Este es un ejemplo de
un pensamiento personal a partir del deseo egoísta de beneficiarse.
Un pensamiento impersonal no afecta su mente. El pensamiento o la
acción sin egoísmo que no procura su bien sino el bien de la humanidad
o que está dedicado a Dios no perjudica a la mente porque no pretende
un resultado para usted mismo. ¿Qué significa decir: “estoy haciendo
esto para beneficio de los demás?” Significa que el resultado será para
ellos y no para usted. Los otros son lo que deberán gozar del fruto de su
acción. Usted ni desea ni espera el fruto. Ese es un pensamiento o una
acción libre de egoísmo. Cuando no busca beneficios personales, no se
inquieta si éstos no se obtienen. Quizá pueda decirse a usted mismo:
“bien, lo intenté. No sucedió nada. ¿Qué puedo hacer? Tal vez Dios no
quiso. Ni gano ni pierdo nada.”
Todos los problemas mentales, las preocupaciones y las ansiedades
tienen un solo origen: el egoísmo. ¿No es cierto que las desilusiones

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producen infelicidad? ¿Y cuál es la causa de las desilusiones? Las
ilusiones. Si carece de ilusiones, tampoco sufrirá desilusiones. Pero ...
¿es posible vivir sin ilusiones? Repito, sólo las ilusiones egoístas causan
infelicidad.
De esta manera, logrará mantener su tranquilidad. Ni la pierde,
ni la obtiene. Lo que afecta a la mente es la dualidad: placer, dolor,
ganancia, pérdida, elogios, censura. Si es capaz de alejar a su mente de
toda dualidad, podrá tener ideas y realizar acciones, pero éstas no lo
conmoverán. Al parecer todas las religiones enseñan que debemos obrar
siempre en beneficio de los demás. Esa actitud mantiene la mente en
calma y despejada.
Quizá desee edificar un templo o un colegio hermoso. Pero si se
oculta un pequeño motivo egoísta detrás de su deseo, fácilmente se
sentirá desilusionado e infeliz. Grandes actos de caridad, pero muy poco
agradecimiento - quizá tan sólo se trate de fama y renombre-. “Oh,
fulano de tal construyó esta iglesia.” Usted busca elogios o publicidad y,
si no los obtiene, se preocupa.
El problema principal es la preocupación. Pregúntese a usted mismo:
“¿acaso esto inquietará mi mente?” En tal caso, incluso si Dios se
le acercara, usted diría: “lo siento, Señor, no te necesito porque me
inquietarás y perderé la paz.” ¿Qué debería escoger: dios o su paz? Vale
la pena preservar la paz, incluso a costa de la vida misma. En realidad,
Dios es paz. Para mí no hay Dios superior.
Ponga a prueba todos sus deseos y acciones, tal como se hace con una
piedra en la cual se restriega el oro para saber su pureza. Por el color se
identifican los quilates. A esa piedra se la llama jaspe o piedra de toque.
Pregúntese si se va a alterar su paz. ¿No? Entonces, adelante. Pero si
existe la posibilidad de que sea alterada, deténgase.
Todas las instrucciones y mandamientos religiosos tienen como
finalidad ayudarlo a mantener su paz. El propósito del yoga también
es ése. Si me preguntara acerca de mi técnica le respondería que es
la siguiente: haga lo que usted quiere, pero no pierda su paz. Coma,
beba, hable, trabe amistades, lleve a cabo cuanto desee, pero pregúntese
primero: ¿acaso se alterará mi paz, hoy, mañana o después? Si no sabe
la respuesta, pruébelo. Mas, en el momento en que sienta que algo está
comenzando a robarle su paz, rápidamente abra la puerta y explique:
“señor, creía que podría conservar mi paz incluso estando con usted,

33
pero mi paz se altera. Por favor la puerta está abierta: puede retirarse de
inmediato.”
Si pierde su paz, no podrá ayudar a nadie, ni podrá ayudarse a usted
mismo. Un aspirante espiritual se asemeja a un arbolito que necesita un
cerco a su alrededor para protegerlo mientras crece. Con facilidad se
inquieta y perturba. Al madurar se convierte en un árbol grande, fuerte,
con frutos y sombra para todos. Madura plenamente y nada lo afecta.
De la misma manera, usted debe conocer los límites de su resistencia y
evitar lo que pueda robarle su paz mental. Seleccione a sus compañeros
sabiamente. Después de todo, ¿qué es lo más precioso en la vida? La
paz mental.

34
Capitulo 6

Fruto prohibido
No hay egoísmo en Dios ni en su creación. Cuando Dios creó al
hombre, sabía que de alguna manera éste se encaminaría hacia la
maldad. Por eso simplemente le advirtió acerca del fruto prohibido: “no
comas los frutos de tu vida. Más bien, ofrécelos a los demás.”
Todos estamos en el jardín del Edén. Cada acción es un árbol. Cada
árbol produce un fruto. Niño o niña, joven o anciano, todos somos
como Adán. El único mandamiento sagrado consiste en no comer el
fruto.
Si nos atenemos a lo que la Biblia en este sentido, todos nos seremos
en yoguis. Ni siquiera necesitamos leer la Biblia. Pregúntele al árbol
mismo:
-Hola, manzano, ¿cuántos frutos has dado?
-Oh, cientos de miles.
-¿Has probado alguna vez tu propio fruto, uno por lo menos?
- Por favor, no me pongas en ese dilema. No soy ser humano. Ese no
es mi trabajo. Estoy aquí nada más que para producir frutos y repartirlos,
no tan sólo a la persona que me elogia, sino hasta al que me apedrea.
En ocasiones le doy más a éste. Incluso si nadie viene a mí, no corno
mis propios frutos, sino que los dejo caer y cualquiera puede recogerlos.
Entonces, ¿por qué estamos constantemente tratando de comer ese
fruto prohibido? El mundo es el jardín del Edén. Todos somos un
Adán y todos tenemos una Eva -la tentación de la mente baja- dentro
de nosotros. No me escuche a mí, más bien, preste atención a la mente
suprema, al Dios interior.
Todas las religiones proclaman lo mismo: sacrifíquese por el bien
de los demás. Los Diez Mandamientos nos enseñan a no ser egoístas.
Buda también enseñó diez virtudes—cinco para laicos, cinco más
para monjes—que, un poco simplificadas, equivalen a los Diez
Mandamientos, a los Yamas y Niyamas, que son similares. Se trata

35
de un código para conservar su mente limpia y libre de egoísmo.
Dedique su vida. De esta manera experimentará lo divino en usted.
La hermandad universal es también la piedra angular de la religión
del Islam. Si considera a todos como hermanos, no puede limitarse a
usted mismo. Se vuelve universal y comprende el sentido de “amar a su
prójimo como a usted mismo”.
Todas estas claves existenciales encajan automáticamente, cuando
conducimos nuestra vida sin egoísmo. ¿Cuál es el mensaje de la cruz?
Sacrificio. El mensaje mismo de Jesucristo es sacrificio. Entregó su vida
por la verdad. Esa actitud de sacrificio purifica la mente: por esa razón,
los judíos ofrecían sacrificios, según la Biblia. Hoy comprendemos
que no es necesario inmolar animales inocentes, como por ejemplo,
a una pobre ovejita. En cambio, hablamos de sacrificar al cordero de
la ignorancia, o al macho cabrío que persiste en ser engañado. A un
cobarde lo llamamos gallina. A la persona inquieta la comparamos con
un caballo. A otra muy terca, con un asno. Sacrifique sus tendencias
animales dentro de usted, no a los animales vivos. Pues son criaturas
hermosas, creadas por Dios.
Estas enseñanzas se aplican a los seres humanos ya que los animales
y las plantas ya viven de esta manera sacrificada. Las tratamos como
especies inferiores, pero en el momento en que nos expresamos así,
más bien probamos que somos nosotros los que estamos en un plano
más bajo. Una flor nunca puede ser inferior a un ser humano. Está
obedeciendo la ley de Dios. El capullo que se abre nos habla de
sacrificio. El árbol ha sacrificado su flor. La flor sacrifica su fragancia.
Todos los elementos se sacrifican por nuestro bien. Nosotros somos
deudores de la naturaleza a la cual llamamos Dios. Dios nos ha dado
aliento de vida, alimentos, agua, sol y lluvia. De manera consciente
o inconsciente, hacemos uso de cada cosa, continuamente. Debemos
devolver todo esto mediante nuestros sacrificios.
Las personas libres de egoísmo son las más pacíficas. Incluso, si no
desean compartir su paz, los demás la perciben, la toman como si fuese
propia y se sirven de ella. Así expresan su estado pacífico y permanecen
en él. Realizando cada acción movilizados por la acción misma sin

Yamas: Control de los sentidos internos. Niyamas: Control de los sentidos externos.
(Nota de la correctora)

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esperar nada a cambio, ni siquiera agradecimiento. Si algo bueno les
llega, lo permiten, lo guardan y quizás lo ofrezcan mas tarde. Pero
nunca esperan resultados.
Si está bien afianzado en esta actitud usted es yogui y nada lo
perturbará. Las acciones en sí mismas carecen de significado. No se
las puede dividir en buenas y malas o útiles e inútiles. Hasta un acto
de los que se llaman pecaminosos puede ser hermoso, santo, realizable.
Depende de que el lugar, la causa y el efecto sean apropiados.
Había una vez un monje que observaba todos los preceptos del yoga.
Vivía en una apacible ermita en el bosque. Cierta mañana, cuando estaba
sentado cerca de la entrada, en meditación profunda, maravillándose
ante la belleza de la naturaleza oyó de pronto que alguien corría. Era
una chica, cubierta casi totalmente de gemas y joyas.
-¿Qué sucede, hija?
- ¡Swami, swami, ayúdeme, por favor! Alguien me está persiguiendo
para matarme y robarme todas mis joyas.
Sin esperar siquiera a recibir permiso, entró en la ermita y se escondió
en un rincón.
Poco después, un hombre de aspecto salvaje, feroz, con una daga en su
mano, llegó corriendo y le dijo: “swami, ¿no vino aquí una chica?” Por
supuesto, un yogui no puede mentir, porque al hacerlo viola su voto de
decir la verdad. ¿Verdad? Entonces, ¿qué podía hacer? La verdad debe
triunfar. Si usted hubiera sido ese yogui, ¿qué hubiera hecho? ¿Mentir
abiertamente? He aquí lo que hizo.
-¿Una chica aquí? -dijo- Esta es una ermita. Nunca invito a chicas a
visitarme.
-Siento mucho haberlo molestado.
El hombre se alejó corriendo. En realidad, el monje no dijo una
mentira. Pero si el hombre hubiera insistido: “dígame, ¿la ha visto o
no?” El yogui bien podía haberse negado. No hay nada de malo en esto.
Claro, era mentira. Pero al decirla hubiera salvado tres vidas. Saque
usted sus propias deducciones. Si hubiera dicho exactamente la verdad,
el hombre hubiese entrado, matado a la chica y se habría llevado todo.
No le convenía dejar tras de sí a un testigo, que le contase a la policía
lo sucedido: por lo tanto también hubiera matado al yogui. ¿Y la tercera
vida? La del asesino mismo. La policía no lo hubiera olvidado. De una
u otra manera, habría sido arrestado y condenado a muerte.

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En consecuencia, las acciones no son buenas ni malas. Son neutrales.
Por lo general, se considera como mala acción el hecho de que alguien
hiera a otro con una navaja. Pero si usted es médico y está en una
operación quirúrgica, lo que pone en práctica es una buena acción.
Todo depende de los motivos y los resultados. Haga cuanto le sea
posible por conservar su paz y alegría. ¿Por qué desea esa paz, esa alegría
o a ese Dios? Para ser útil a los demás o, por lo menos, para que los
otros puedan recurrir a usted. ¿Por qué madura el fruto? Para que las
personas puedan comerlo. Sólo se alcanza ese estado, cuando se hace
todo sin egoísmo alguno.
Una persona que ha renunciado a sí misma por completo carece de
deseos. En el momento una persona queda libre de todo deseo, realiza
su yo. Por eso las escrituras dicen que nos volvamos pobres. O renuncia
a todo por completo, o lo pierde todo. Es lo mismo. Si usted no
renuncia y es un buscador sincero probablemente el mundo le quitará
temporalmente todo cuanto posea.
Ésa es otra razón por la cual las personas que buscan a Dios, sufren
tanto y parecen perder sus posesiones, una por una. No crea que por
desear a Dios va a tenerlo todo. Si en verdad desea a Dios, prepárese a
perderlo todo. Él desea poseerlo a usted por completo. No quiere que
vaya en pos de otras cosas. Podríamos decir que Dios es cien por cien
posesivo con todos sus fieles. Si usted es una bella persona y se le acerca.
Él dice: “he aquí en verdad a un hermoso devoto. Quiero que sea mío y
así será.” En cuanto lo decide, no le permitirá tener nada más.
Si usted desea ver a Dios, entregue todo. Sacrifiquelo todo,
incluyendo su individualidad. Puede lograrlo por diversos medios:
meditando y reflexionando sobre estas enseñanzas, o corriendo para
satisfacer sus deseos hasta que se hastíe, hasta quedar bien harto. Da
lo mismo. Yo digo que cada persona es, en realidad, un aspirante,
incluso aquélla a la que no le importan las prácticas espirituales y
persigue otras cosas. Anda en busca de felicidad. También aunque no
lo sepa busca a Dios. Procura hallar esta felicidad por todas partes:
luego, hace una pausa y se dice: “en verdad, no puedo obtenerla en
las cosas externas.” Por último, renuncia a todo. Incluso en el campo
de la política, ¿cuántos grandes hombres lo han hecho? Después de
decepcionarse por una vida de constante temor y ansiedad, de vivir en
casas custodiadas y viajar en automóviles con ventanillas blindadas,

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dicen: “ya no quiero ser candidato a presidente de la Nación. Renuncio
a la política. Quiero hallar la paz.”
Mentalmente, puede orar y pedir esa paz, esa calma. Puede decir:
“todo te pertenece, Señor: nada es mío. Quítame todo egoísmo.
Hazme feliz. Dame la paz.” Mientras está aprendiendo a llevar una
vida de sacrificio, debe pedir de esta manera. Al principio, no podrá
llevar a cabo su propósito en cualquier lugar porque la mente le
impedirá hacer caso omiso de todo. Por ejemplo rezar en medio de un
mercado. Necesita un lugar apacible. Esa es la finalidad de los templos,
de las sinagogas, las mezquitas y los lugares de meditación. Dios no
le dice: “si no acudes al templo, no me puedes ver”, ni “yo no estoy en
medio del mercado”. El está en todas partes, pero somos incapaces de
concentrar nuestra mente con facilidad, en cualquier lugar.
Todas las religiones tienen un sitio apacible para dedicarse a la
oración, al cual le damos diferentes nombres. Superficialmente, varían
las denominaciones, los conceptos, los idiomas y las ofrendas. El
hindú quizás ofrenda un coco y un plátano. Otra persona, un ramo
de flores o una manzana. Hay quienes queman incienso. Algunas
encienden varillas aromáticas. Sin embargo, cierto tipo de ofrenda es
común a todas las religiones. Se trata de la entrega y la abnegación
o el auto-sacrificio por el bien de los demás. Si meditamos en estos
puntos comunes, comprenderemos que estarnos haciendo lo mismo.
Tan sólo utilizamos nombres diferentes. No importa. Haga lo que
desee. Pero hágalo.

39
Capitulo 7

El Ego que va desapareciendo


Levántate, despierta, deja de dormir. Puedes librarte del egoísmo.
Todas las religiones lo enseñan con diferente vocabulario: nirvana,
salvación, renuncia, palabras que se refieren a esa liberación del
egoísmo.
Dios creó al hombre a su imagen. Es decir, me hizo como es El.
También creó a mi prójimo a su imagen. Todo lo creó a su imagen.
Desafortunadamente, leemos esta afirmación de forma mecánica.
Preste atención a cuanto sucede a su alrededor. Dos grupos siguen al
mismo profeta y leen los mismos textos. A diario, abren la Biblia y
leen: “ama a tu prójimo como a ti mismo”; luego la cierran, disparan
una ametralladora y envían su “amor” por medio de balas.
La naturaleza egoísta del hombre le hace pensar: “soy diferente
de los demás. Tengo que satisfacer todos mis deseos”, o bien, “mi
comunidad (o mi país) debe triunfar”. Este tipo de individualismo se
basa en el egoísmo humano. Aleje de su mente estos pensamientos,
pues son causa de guerras, de la contaminación, del odio, de diferencias
políticas y religiosas. Todo parte de ese egoísmo humano. El Ego
puede manifestarse de muchas maneras: como orgullo nacional, racial
o religioso. El ego es egoísmo. ¿Por qué se pelean los seres humanos
en nombre de la religión? Se pelean por egoísmo.
Donde predomina el ego, siempre habrá división. Se dirá: “mi país,
comunidad o raza”. Alguien puede enorgullecerse por pertenecer a
cierta raza, alegando que es superior a las demás. Esa es una coraza
egoísta.
El hombre sueña dentro de esa coraza egoísta, totalmente sombría.
Si desea que penetre la luz debemos quebrar esa coraza. Es el propósito
de todas las prácticas del yoga.
Una persona egoísta jamás se entregara a Dios. Nada puede
alcanzarlo, excepto su orgullo o todo aquello que lo alimente a este.

40
Hasta puede aparentar hacer cosas hermosas y útiles. Quizás otros se
estén beneficiando por sus acciones, pero él no. Su orgullo aumenta y
penetra en tinieblas más densas.
Tiene usted que esforzarse mucho para depurar el Ego. No es
una labor fácil ni agradable. Quizás hasta sea dolorosa, pues el ego
no desea ser purificado. Si en verdad le interesa recibir la luz para
despertar, tiene que aceptarlo. Tiene que limpiarse usted mismo, o
ponerse en manos de un buen “lavandero”. Permita que lo estruje,
que lo oprima. Si no se lo permite, él no pierde nada, pero usted lo
pierde todo. Cuando el Ego es depurado, entonces Dios puede entrar
fácilmente, para darle toda la luz que desee.
En los monasterios Zen, por ejemplo, no se admite a nadie de
inmediato. Quizás el aspirante a monje tenga que sentarse a la puerta
y dormir ahí durante varios días. Esta acción en si misma quebranta
su Ego. Pero tal vez usted sea un poco egocéntrico y diga: “¡qué
disparate! Muchos maestros proponen: acude a mi lugar de reunión, sé
mi discípulo” y hasta me reciben con una taza de café. “¿Por qué debo
sentarme a la puerta y esperar tres días para que me dejen entrar?”
En ese caso, váyase. El maestro no pierde nada. Usted no le está
permitiendo que le dé lo que quiere darle. La apertura se producirá
cuando quiebre por completo la coraza del Ego y usted pueda decir:
“me rindo. Soy su discípulo. No sé nada.”
En cierta ocasión, un alumno Zen le pidió a su maestro un poco
de sabiduría. El maestro le contestó: “ya hablaremos de eso después:
por ahora, tome una taza de té.” Tomó la jarra y comenzó a servirle.
Siguió sirviéndole aunque la taza ya se había llenado y se derramaba.
El alumno le dijo: “señor, no me sirva más la taza ya está colmada.”
El maestro respondió: “oh, lo siento mucho, pero mejor váyase y
primero vacíese de usted mismo. Entonces regrese para que me sea
posible derramar mis enseñanzas sobre usted.” Cuando uno se vacía
de su Ego, está en completa disposición para recibir la enseñanza,
pues todo el conocimiento previo se basaba en el Ego. Mientras
no obre así, siempre habrá algo que lo estorbe. ¿Acaso no dice la
Biblia: “bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a
Dios?” ¿Cuándo? Sólo sucede cuando el corazón es puro, pacífico,
libre de egoísmo, del “yo” y de lo “mío”. La pureza de corazón y la
ecuanimidad mental constituyen la esencia misma del yoga.

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No trate de deshacerse de su Ego. Sin Ego, no hay incentivo. Incluso
Dios tiene un super Ego. Si no fuera así, ¿para qué creó el universo?
Sólo cámbielo, hágalo saludable. Si se deshace de él, perderá usted su
valor. Pero si el Ego se purifica cambiando de “yo” por “nosotros”,
y “mío” por “nuestro”, ha llegado a la raíz del problema y se ha
trasformado. Entonces, puede desarrollar un Ego fuerte, y saludable.
Al fin y al cabo, ¿qué es el Ego? Sólo un sentimiento individual
que tarde o temprano se funde en la universalidad de Dios. Mientras
tanto, su Ego lo conduce a Dios. Sin ese Ego bueno, ¿cómo podría
usted llevar a cabo su sadhana o práctica espiritual? Necesita su Ego
para acercarse a Dios, pero cuanto mas se aproxima, lo va perdiendo.
El maestro Sivananda solía cantar: “… ¿cuándo veré a Dios?” y
contestaba: “cuando yo deje de ser”. Para entonar ese canto necesita
un Ego, pero cuando ve o afronta esto, pierde su Ego: se pierde usted
mismo.
Viva en este presente dorado. Se le ha concedido un poco de libre
albedrío para que lo use y después lo reintegre. Si se somete a esa
Suprema Voluntad, el pequeño yo morirá. Entonces, cambiarán su
cuerpo y su rostro.
El cuerpo es la manifestación del Ego. La mente crea su propio
cuerpo. Por eso cuando cambia la mente también cambia el cuerpo.
Cada pensamiento produce una modificación en su rostro. Todo su
metabolismo es afectado por sus pensamientos. Si se disgusta fluye
la bilis y su rostro se sonroja. De ahí que no se necesite observar a
alguien en acción para saber lo que hace. En el momento en que uno
ve a alguien perverso puede decir: “ese tipo es perverso”. Sus ideas
malignas son expresadas a través de su cuerpo. De la misma manera,
los pensamiento inocentes, hermosos, sin egoísmo, hacen que el rostro
luzca tan puro como el de un bebé. Todos nacemos con ese rostro
hermoso. Recuperémoslo negándonos a obedecer al yo egoísta.
En ocasiones, uno tiene que disgustarse con su Ego. Niéguese a
obedecer a ese amo. Sencillamente, diga: “renuncio a trabajar para
ti”, porque la acción egoísta no produce alegría verdadera. Quizás,
le proporcione una alegría temporal, pero siempre causa problemas
después. Si analiza bien los deseos egoístas se disiparán. Siga
analizando: ¿vale la pena satisfacer al Ego? ¿Por cuánto tiempo puede
hacerlo? Siempre demanda más y más. ¿Dónde termina? Mientras

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tanto debe estar alerta constantemente, vigilando la tensión y la
ansiedad.
Si ignora al Ego y practica una vida sencilla, simple, ingenua, no
debe preocuparse por él. ¿Por qué le preocupan las opiniones que
los demás tienen de usted? Usted debe saber bien quien es. Algunos
creerán que usted es un malvado, pues así lo perciben. Pero si juzgaran
que usted es una bella persona, ¿acaso por el simple hecho de que lo
dicen usted lo es en realidad? Lo mismo sucedería si dicen que es un
malvado. ¿Es necesario que alguien le señale lo que es? No se preocupe
por lo que dicen los demás.
De esa manera me he librado de mi Ego. Algunos opinan: “usted
es un swami grandioso, admirable.” Probablemente tengan ojos
benévolos.
Ese es su punto de vista. Pero yo debo saber lo que soy. Otros
manifiestan: “usted es un farsante que explota a todo el mundo.” Si
así piensan, tienen libertad para expresarse de esa manera. Si yo no me
conociera a mi mismo, aceptaría lo que ellos expresan acerca de mi.
Pero me conozco. Entonces no debo preocuparme por lo que digan
los demás. Si conoce su propio yo, ya se ha librado de su carga: de esta
forma su Ego no es susceptible a elogios o criticas.
¿Le gustaría perder peso? Muchos se preocupan por reducir su peso
físico: sin embargo se sentirían más livianos y más libres si redujeran
el peso de su egoísmo. Esto es para pensarlo. Tome una hoja grande
de papel y escriba en ella todo aquello que le pertenece, según usted:
nombre, fama, posición, poder, capacidad mental, todo. Si su lista es
muy larga, es que lleva una carga muy pesada. Mientras menos pesada
sea, más libre se sentirá.
Supongamos que escribo muy poco y sólo tengo un bolígrafo. Es
suficiente para mi. Pero si tengo diez y sólo uso uno, prácticamente
estoy impidiendo el uso de los otros nueve bolígrafos que podrían
estar en manos de varias personas. En el mundo hay suficiente para
todos: sólo debemos preocupamos por los otros y compartir con ellos
cuanto tenemos. No falta nada, porque la naturaleza cumple su deber
de darnos todo lo que realmente necesitamos. Lo que no hace es
satisfacer nuestra codicia.
Por lo tanto elimine su egoísmo. Esto no significa que debe escaparse
del mundo ni que ha de dejar de hacer el bien. Por el contrario, de esa

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manera usted será una de las personas mejor capacitadas para hacer
algo en favor del mundo. Imagínese qué pasaría si todos los líderes
desarrollaran un espíritu de servicio y desprendimiento. La Tierra
seria un paraíso.
Este planeta fue creado para que lo disfrutáramos. Exigimos hacer
uso de todo. Si sabemos cómo aprovechar cada cosa en el momento y
con la actitud apropiadas, todo nos producirá salud, felicidad y alegría.
Aprenda a controlar su Ego. De esa forma, disfrutará hasta de
los problemas y los fracasos. Al concluir la lucha, sin duda, habrá
derrotado al demonio.

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Capitulo 8

Sabiduría
Mientras uno pueda beneficiarse de los rayos solares, no importa de
quién sea el Sol.
La comprensión es una gran cualidad que todos deben poseer. Si se
comprende al prójimo, también se comprenderá a Dios. Sin conocer
o comprender su propio yo y el de su prójimo, ¿cómo espera conocer
a Dios? El Diccionario de la Lengua Española, publicado por la Real
Academia, define la palabra comprender como “abrazar, ceñir, rodear
por todas partes una cosa”.
A la gente no le gusta ser rodeada, ceñida por nada. “¿Por qué me han
de ceñir, limitar o rodear?, ¿por qué debo soportar la presión de otro?”
Todos quieren pertenecer a un nivel más alto. Pero la humildad se logra
sólo a través de la comprensión. Mientras usted cree que es “alguien”,
en realidad no lo es. Cuando comprende que es nada, entonces sí es
“alguien”. Cuando dice que no comprende, en realidad ha comenzado
a hacerlo. No se trata de un complejo de inferioridad. Es humildad.
Recuerde, quien tiene mucha comprensión siempre es humilde.
Probablemente esté usted familiarizado con el trigo. En los campos
se ven crecer plantitas rectas, llenas de espigas. Al seguir creciendo, con
lentitud, los tiernos granos parecen mirar hacia arriba. Nunca se doblan,
pero cuando maduran, las espigas aumentan de peso y comienzan a
curvarse. De igual manera, una cabeza hueca y vacía, siempre se eleva
orgullosamente: “soy superior”, dice. Pero una cabeza madura se inclina
hasta el suelo. Del mismo modo, el que comprende se caracterizará por
su humildad, una de las virtudes más admirables.
Donde hay humildad, siempre hay comprensión. No existe limite para
la comprensión y el aprendizaje. En la fe hindú, a Sarasvati, la diosa de la
sabiduría, se la representa leyendo un libro que lleva en su mano. Si ella
está aprendiendo continuamente, ¿cuál es, entonces el límite? Cuando
estamos dispuestos a aprender, no rechazaremos nada. Ni siquiera se

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trata de leer libros. Si desea saber, recuerde este versículo: “…pedid y se
os dará.” Toda la naturaleza es un gran libro de conocimiento. Busque
las lecciones silenciosas que lo rodean por doquier.
La riqueza que tiene el sentido del oído es superior a todas las otras
riquezas. Escuche siempre. Usted fue creado para escuchar. Se le
dieron dos oídos, pero sólo una boca. Esa es la prueba. Hable menos y
escuche más. Si hubiera sido creado para oír una palabra y simplemente
aceptarla, le hubiera bastado un oído en su frente. Pero le pusieron
los oídos a cada lado de su cabeza para que, al recibir el mensaje, lo
dividiera en dos partes, cada una de las cuales va a uno de esos lados. Es
decir, usted, gracias a estos recursos, analiza, comprende y sólo después
acepta. No acepte como verdad cualquier palabra que escucha.
Tampoco tenemos una puerta para cerrar los oídos. Esos orificios que
captan todas las vibraciones siempre están abiertos. Más, para hablar,
deben salvarse dos obstáculos: antes de que podamos emitir una palabra,
los sonidos tienen que pasar por dos barreras dentales y a través de los
labios. Considere las palabras como sagradas. No las deje escapar con
facilidad. Si desea hablar, antes piénselo dos veces.
Nuestra comprensión no sólo se produce a través de los sentidos,
sino que también es un proceso mental. El oír no es suficiente, se
necesita aprender a escuchar. Escuche con los oídos, pero también con
el corazón. Hay una gran diferencia entre escuchar y oír. Si escucha,
no necesita tomar notas porque contamos con una grabadora interna
de muchos canales, provista de una cinta interminable. Si escucha
atentamente, graba todo sin alterarlo. Estas ideas quizá le parezcan muy
simples, pero constituyen las piezas básicas con las que se edifica toda
una vida. Sin ellas, no puede lograrse nada en el ámbito espiritual.
En cierta ocasión, Avvaiyar, una gran santa del sur de la India,
clamó a Dios: “.. Señor, no sé lo que estoy haciendo. Aparentemente,
he aprendido todas las cosas en muchos libros y están grabadas en mi
memoria. Parece que hablo y hablo siempre, como si tuviera cientos de
bocas en todo mi cuerpo. ¿Cuándo podré escaparme de todo y encontrar
el silencio?”
Mediante el silencio uno puede estar consciente del observador
interno. Ese silencio es el espíritu o la consciencia. Su consciencia es
silenciosa. Nunca le dice nada. Allí está, observando, sencillamente.
Sea que haga el bien o el mal, lo correcto o lo incorrecto, sólo está

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presente como testigo mudo. Un testigo nunca participa en el caso ni
se le pide que se incline por una u otra parte. Así es Dios y su creación
también, en cierto sentido. El sol, el viento, el cielo, el agua, todos estos
elementos son testigos. Allí está el testigo y usted actúa en su presencia.
Para conocer al testigo silencioso, siempre presente -para conocer al
Conocedor- primero debería postergar el conocimiento de otras cosas.
Conózcalas después. El resto vendrá automáticamente. Esta afirmación
quizá le recuerde un versículo bíblico: “… buscad primero el reino de
Dios y todo lo demás os será dado por añadidura.” Si no conoce al
Conocedor, aun cuando poseyera toda la Tierra, todo el universo, no
le serviría para nada. Toda su riqueza seria un gran cero. No tendría
ningún valor en si misma.
Tome un cheque, escriba en él unos cuantos ceros y déle el cheque a
alguien. No podrá recibir ni un centavo si trata de cobrarlo en el banco.
Si agrega dos ceros más, tampoco le servirá para nada. Pero si añade el
número 1 al principio y sigue añadiendo ceros, cada uno aumentará diez
veces su valor.
Algunos se sienten muy orgullosos de sus ceros: “… Soy médico”: “…
soy doctor”: “… soy maestro”: “… soy presidente”: “…soy esto o aquello”.
Sin el “Uno”, todo lo demás es un gran cero. “Soy un cero a la izquierda.”
¿Para qué sirve todo el conocimiento mundano sin el conocimiento
interno? En ocasiones hasta es peligroso. Primero conózcase a usted
mismo. Entonces todo otro conocimiento incrementaran su efecto. Por
lo tanto, no olvide colocar el “Uno” antes de sus ceros.
Sea consciente de que usted es Eso. Permanezca en silencio y
encuentre el conocimiento interior por si mismo. Los jóvenes dicen:
“para tener fe, necesito por lo menos un destello de algo.” Escuche al
silencio. Para realizarse, penetre hasta el silencio profundo. El único
limite de la sabiduría es el silencio. En él realiza su verdadera naturaleza.
No hay palabras para describirla. Como dicen los Upanishads, no es
consciencia ni inconsciencia. No es la suma total de toda consciencia.
No se puede hablar de ella. No existen huellas, ni símbolos. No está
ubicada en algún lugar. Esa es la esencia.

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Capitulo 9

¿Quien es el Guru?
Si usted cree que puede encontrar la respuesta y las instrucciones en
lo profundo de su ser, adelante. Su mente actúa como maestra si está
lo suficientemente despejada. Después de todo, el maestro está en el
interior, pero si aún no puede obtener respuestas claras de su interior,
puede preguntarle a alguien que ya conozca el camino. Quizá tenga que
estudiar algunos libros, durante un tiempo, para buscar las respuestas.
Cuando ya esté preparado, de alguna manera, la Providencia le
asignará un maestro. En el momento en que el discípulo ya está listo,
el maestro aparece.
El o ella será su “gurú” o maestro que, en sánscrito, significa el
que ilumina. Esta palabra se compone de dos sílabas: gu, oscuridad
o ignorancia; y rú, que significa quitar. El gurú es el que quita de la
oscuridad. Literalmente, significa maestro. Todos los profetas son
nuestros gurús. Dios mismo se manifiesta como tal, limitándose a
enseñarnos. El cuerpo físico de este no es el gurú, sino el aspecto divino
que vibra en ese cuerpo.
Si en alguna ocasión usted dice: “mi gurú tiene un rostro hermoso”,
o es calvo o tiene barba, se está refiriendo a su aspecto físico. Si la
barba larga lo identificara a uno como tal, todas las cabras serían gurús,
por su larga barba. No se trata de las características físicas, sino de
la iluminación, de la parte divina en el ser humano. El gurú es buen
transmisor y receptor. Uno recibe de él porque el gurú ya ha estado
vibrando en el nivel divino. Puede sentir su vibración y decirle lo que
mejor le conviene y beneficia. De esa manera, usted obtiene un guía. Un
gurú no lo conduce hasta la meta, sólo le muestra el camino. A usted le
corresponde recorrerlo.
Si usted tiene hambre, debe comer. Yo no lo puedo reemplazar;
sólo puedo mostrarle dónde encontrar comida. Un gurú genuino no
le pedirá nada, excepto su sinceridad; si sabe que pide con sinceridad,

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él le dará. Pero ni siquiera dándole exigirá que use lo que le conceda.
Sencillamente le dirá: “allí está el restaurante. Si no come, no me
sentiré desdichado.” En ocasiones, los aspirantes creen que si no
hacen al pie de la letra lo que dice su maestro, éste los maldecirá.
Ningún maestro auténtico procedería así. Su propósito consiste sólo
en mostrarle el camino.
Depende de usted que adopte a alguna persona como gurú. Ella no
vendrá a usted a decirle: “quiero ser tu gurú.” El también cree que debe
seguir aprendiendo. Un gurú verdadero ni siquiera se da a sí mismo
ese nombre. Entonces, ¿cómo puede reconocerse a un gurú verdadero?
No se acercará diciéndole: “yo te enseñaré.” Sencillamente, él será
testimonio de una vida hermosa. Usted aprenderá por su ejemplo,
porque es la entrega misma en persona, que no se deja influir por elogios
ni críticas. Es sabio. No busca el bienestar material, el renombre, la
fama, ni nada semejante. Posee sabiduría consistente. Su vida es estable.
Está por sobre todo dualismo, sin dejarse afectar por el placer o el dolor,
la ganancia o la pérdida. Allí está, simplemente. Ni siquiera le impondrá
sus consejos o enseñanzas. Tampoco llamará a la puerta para entrar en
su casa a leerle sus escritos. Usted tendrá que acudir a él y probarle que
está usted interesado y es sincero.
El gurú no es codicioso, no busca el beneficio material, ni hace nada
para su propio provecho, sino que está totalmente dedicado a servir a los
demás. Esta siempre sereno, con equilibrio perfecto.
En ocasiones, quizá parezca un animal feroz, hasta un poco salvaje
o iracundo. Es posible que pierda la fe en él, pues no sabrá usted por
qué esta actuando de esa manera. La razón es que desea beneficiar
a los demás. Sólo un joyero experto sabe reconocer un diamante de
verdad. Del mismo modo, para comprender plenamente a un gurú, uno
debe serlo también. Puede comenzar a comprenderlo más, si tiene la
suficiente apertura. El indicio de que se trata de un verdadero hombre
de Dios es su perfecto estado de satisfacción. Si ve usted a un maestro
perfecto, sepa que tal perfección está en sus ojos. Debe proceder
cautelosamente en la búsqueda del maestro. Yo me siento más inclinado
a confiar en los alumnos que llegan a mí con lentitud y prudencia. Al
fin y al cabo, la relación es como la de un matrimonio, pero entre el
discípulo y el gurú. Cuando se unen dos corazones, a tal unión se la
puede llamar matrimonio.

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Usted no puede conocer al gurú usando sólo su cerebro. Escuche
a su corazón. Se trata de un sentimiento positivo, de una atracción
natural. Las miradas se encuentran y, difícilmente, pueden separarse.
Por supuesto, no anule por completo la apreciación racional. El árbol
es conocido por sus frutos. Así como pregunta a sus amigos acerca de
un buen dentista o médico, también debe preguntarles: “¿cómo es él?
¿Extrae en verdad el diente enfermo o los dientes sanos?” Si le dicen
que los curó de esta o aquella enfermedad, se siente usted más seguro
y entonces solicita una consulta. Pero si le contestan: “siento mucho
decirte que todo el mundo se queja de sus servicios profesionales”,
entonces, no lo consulta.
A las personas de espíritu alegre se las llama espirituales. A las que
buscan ese mismo espíritu se las llama iniciados espirituales. Los
discípulos son los iniciados y el gurú es quien los dirige, para que
comprendan lo que él mismo ya ha comprendido. Es feliz, eterno,
estable, inmaculado e inmutable. Es el Testigo Eterno de todo. El gurú
es aquél que no paga un solo centavo, y, sin embargo, ve siempre la
película. Es el Testigo Eterno. El universo total es su película. Por todas
esas cualidades es difícil descifrarlo. Es como un pez saltando.
Una sola persona no puede ser gurú de todos. Cuando usted ha
seleccionado a uno, sea completamente franco con él. Cédale todo.
Es por su propio beneficio. El gurú verdadero no anda en busca de
más discípulos. Si se encuentra con un maestro que desea más y más
alumnos, sencillamente sepa que él está haciendo negocio. Primero
debería ocuparse de beneficiar a sus discípulos y de ninguna manera,
obligarlos. Si un maestro le dice: “se ha convertido usted en mi
discípulo. Si acude a alguien más, lo maldeciré,” échelo de su casa. No
es gurú, sino hombre de negocios. Por el contrario, el gurú debe darle
plena libertad: cuando considere que algo está equivocado en su vida
se lo dirá con toda gentileza. Pero si el alumno ha perdido la fe en él,
corresponde que se haga a un lado y alegremente, deje que su discípulo
se aleje.
Usted no debe sentirse atrapado ni comprometido, aun cuando se
haya “rendido” a un maestro: no es su esclavo. El discípulo es un buen
amigo, un hijo, un paciente. En el momento en que ya no disfruta o
no digiere los alimentos que se le ofrecen, debe ir a comer a otro lugar.
Si no está totalmente convencido, quizá le convenga quedarse por más

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tiempo, pero no durante meses ni años. No necesita someterse a una
dieta insípida por un lapso prolongado para descubrir, al fin, que no es
su manjar.
Incluso si encuentra al maestro adecuado para usted, debería ser capaz
de distinguir al verdadero gurú. Recuerde, no se trata de lo exterior, de
lo físico, sino del yo, la luz interna. Lo que desea imitar de él es la forma
en que vive, su serenidad. En el caso de Jesucristo, la gente no debería
adorar su cuerpo terrenal. Más bien se ha de reverenciar el cuerpo divino
resucitado, gracias al cual ve usted la grandeza y las cualidades diurnas.
Así usted adora sólo a Dios.
Después de todo, estas formas y nombres deberían desaparecer en
Aquel que no tiene forma ni nombre, el Gurú Absoluto. La forma y
el nombre se ubican dentro de un marco mental. Cuando trasciende
usted la mente, no puede asimilar formas o nombres. La experiencia
trascendental nunca se puede exponer, porque para hacerlo debe usarse
la mente. El Ilimitado jamás puede ser expresado, medido o definido
por alguien limitado. No puede describirlo, pero si experimentar al
Absoluto.

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Seconda parte

Para Calmar la mente

53
Capitulo 10

Cómo calmar la mente


No es fácil silenciar la mente. Calmarla significa evitar que divague de
acá para allá como le plazca. Podemos aquietarla a través de los sentidos,
el cuerpo y el entorno. En ocasiones, limitamos los movimientos del
cuerpo, nuestra dieta y nuestra forma hablar. Poco a poco, pasamos
de la parte física a la parte sutil del individuo. Recuerde, la meta o el
propósito principal del yoga consiste en ejercer buen control sobre la
mente: para reflejar la luz interna o el Dios interior se necesita mantener
la mente limpia y serena.
Mientras la mente se agite e inquiete, creando olas constantes en la
superficie, usted no puede lograr el reflejo correcto. Por eso una mente
tranquila constituye la meta. Aprenda a controlar los pensamientos,
de tal manera que pueda crear cualquier pensamiento que desee. Este
dominio hace de la mente su herramienta. Si es capaz de purificar su
mente, el mundo entero es su amigo.
Una vez que ha dominado el arte de lograr el silencio mental y se ha
afirmado en él, puede comenzar a crear pensamientos. Muchos piensan:
“¿de qué me sirve controlar mi mente, dejarla en blanco, sin ningún
pensamiento? ¿Acaso voy a ser como una piedra? ¿No debería mejor
servir a la gente o hacer algo que implique mucha responsabilidad?”
Usted puede cumplir con todas sus responsabilidades y servir a la
humanidad si logra ese control. Si después de lograr tranquilidad se
entrega al servicio de los demás, usted sigue creando pensamientos,
pero serán pensamientos útiles para los otros. Estarán libres de
egoísmo. Aunque tales pensamientos surjan en la mente, no afectarán
su tranquilidad. Las personas que han hecho entrega de sí nunca
experimentan preocupaciones, ansiedades o inquietud. Constantemente
experimentan alegría.
El yoga se propone llevar a la mente a un estado de paz, la cual por
haber olvidado su verdadera naturaleza, desea hacer una cosa u otra,

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en busca de felicidad. Las prácticas del yoga consisten en deshacer lo
que antes ha hecho antes. Pero hasta para deshacer, debe hacer algo.
Por supuesto, no necesita practicar nada si no ha producido algo que
ahora deba ser eliminado. En resumen, todas estas prácticas consisten
en deshacer, desenrollar, aflojar de nuevo, relajar. Mientras no se relaje,
oscilará como un péndulo, de la excitación a la depresión mental,
para acá y para allá, miles de veces. Cuando comienza a relajarse, la
oscilación también empieza a disminuir. Al llegar a un punto en el
cual está totalmente relajado, encuentra su neutralidad, su centro de
gravedad y descansa.
Esta sed por encontrar la posición neutral—un profundo anhelo de
tranquilidad—hace que las personas vayan de acá para allá en busca de
este estado, dando tumbos, vagando sin rumbo. Algunos dicen: “no
tengo rumbo fijo. Voy a donde me lleve el viento.” En su loca carrera,
llega un momento en que el viento los eleva como hoja seca y después
los deja caer en el peor de los lugares. Esos golpes de la vida, al final,
nos ayudan a llegar a un estado de tranquilidad, que refleja nuestra
verdadera naturaleza. A esa pureza mental los jóvenes la llaman “estar
intoxicado, o en las alturas”. Por naturaleza todos hemos nacido en las
alturas. No debemos hacer nada que nos atraiga hacia abajo o destruya
la paz mental. Si no se la perturba, la mente permanece quieta y alegre.
Se dice que, hace unos 2.000 años, vivió el gran sabio Bhagavan
Patanjali, padre de la filosofía del yoga. Él formuló los Yoga Sutras o
aforismos, conocidos como Raja Yoga o la Senda Real, en ocasiones,
denominado Ashtanga Yoga o yoga de ocho ramas o brazos. Patanjali
dice que el control de las modificaciones de los pensamiento que surgen
en la mente, es yoga. El aspirante deseoso de calmar su mente, debe
observar ciertos códigos éticos de vida. El primer miembro es Yama,
el segundo es Niyama. Son preceptos acerca de lo que se debe o no se
debe hacer. Por ejemplo, no herirás a nadie y no mentirás. Casi son
iguales a los Diez Mandamientos. Se habla de la no violencia, de la
verdad. En cuanto a no robar, significa no sólo la necesidad de evitar
el robo de la propiedad ajena, sino también el hurto de pensamientos
ajenos. Si desea usar los pensamientos de los demás, mencione a quién
pertenecen, pues en muchas ocasiones, utilizamos las ideas de los otros
como si fueran nuestras. La acumulación excesiva también se incluye en
el código: no sea avaro. No acopie cosas sólo para su beneficio ni posea

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demasiadas, aparte de las que necesita esencialmente. Si acumula más
de lo necesario, se opone al yoga.
Patanjali dice que la tranquilidad mental es el propósito del yoga:
sin ella, no se puede ascender en la realización personal. Llámelo
Dios, Nirvana, o Auto- realización. Se llame como se llame, la pureza
mental es lo más importante. Ese es el requisito. Mas, para mantener
la pureza mental, es necesario seguir estas claves. Quien cree en la
violencia y continúa hiriendo a los demás, nunca puede estar en paz
consigo mismo. El que dice mentiras, nunca puede ser pacífico ni
puro. El que acumula demasiadas cosas, jamás puede ser un individuo
tranquilo ni feliz.
Al vivir éticamente, de acuerdo con este código, prepara su mente
para recibir la gracia. Los que abren la ventana reciben la luz. Los que
despliegan las velas comienzan a navegar.
Ha de saber que no es el Yo el que necesita el yoga. Este siempre está
tranquilo. La mente limitada se somete a estas prácticas para expandirse
y ver al Yo, claramente. Entonces, cuando el observador ve su Yo,
descansa en su verdadera naturaleza, el rostro real que nunca se inquieta.
Usted es la imagen de Dios. Usted mismo es el infinito. ¿Cómo sabrá en
qué momento ha retornado otra vez a ese estado? Cuando experimente
una vida pacífica, sin dualidad.
Recuerde la meta. Apunte hacia algo grandioso. Todos ustedes
pueden ser Buda, Cristo, Mahoma, o bien grandes sabios y santos.

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Capitulo 11

Consciencia
Todo esto es consciencia infinita. No existen ni alguien que percibe ni
lo percibido. Este el gran silencio, el estado sin nacimiento y sin muerte.
Todo aquello que llamamos inconsciente, subconsciente, consciente y
supra-consciente son diferentes estados de expresión de esta consciencia
infinita. Así como en una persona existen la consciencia y la inconsciencia
-por cuanto se trata de un microcosmos- el macrocosmos también tiene
Consciencia Cósmica y niveles inferiores, los cuales se manifiestan
como animales, plantas y minerales, entre otros.
Consideremos el caso del océano. Es pura agua que adopta forma de
olas altas o pequeñas, espuma o burbujas, hielo que flota y vapor que
se convierte en nube. Estas son sólo manifestaciones temporales de la
misma agua del mar.
Esa unidad espiritual es la que ha de ser comprendida. Ella es la meta de
nuestra vida. Sólo un ser humano ha alcanzado el nivel de comprensión
que lo capacita para aprehender esta admirable verdad. Sólo él tiene
libre albedrío para aceptarla o rechazarla. Cuando la rechaza, fracasa
en su búsqueda de paz y felicidad. Esos fracasos, finalmente, lo fuerzan
a volverse hacia la verdad. La comprensión de tal verdad es el estado
sin nacimiento, ni muerte. Para dicha consciencia no hay nacimiento
ni muerte. En esta situación, no existen el pasado, ni el presente, ni el
futuro. No hay año nuevo ni año viejo. Simplemente es, Ahora, Aquí.
En la mente humana hay distintos niveles. Un aspecto de la mente
siempre está consciente de su verdadera naturaleza, la cual es consciencia
infinita. De hecho, está usted dividido. Lo que usted llama su verdadero
yo es diferente de su pequeño yo. Existe un YO con mayúsculas y otro
yo con minúsculas.
La mente está dividida en diferentes niveles. Una parte desea algo;
otra, todo lo discierne; la tercera parte toma decisiones. Ese es el Ego
que dice: “deseo…”

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Cuando usted ve algo y exclama: “qué hermoso”, de inmediato se
origina un deseo. La parte que discierne advierte: “sí. Es hermoso.
Pero ¿lo necesitas?” La tercera parte, el Ego, lo quiere: “bien. Aunque
no lo necesito, me gustaría obtenerlo.” Es la misma mente, sólo que
está funcionando en distintos niveles. A la suma total de las partes
de la mente, en la terminología sánscrita se la llama chitta. Incluye la
consciencia, la subconsciencia y la inconsciencia.
En toda la naturaleza hay tres cualidades que también se aplican a
la mente. Los términos sánscritos son tamas, rajas y sattva. Tamas es
oscuridad total o ignorancia. Rajas es el otro extremo, corresponde a
inquietud o excesiva actividad. Sattva es tranquilidad. Tener ambos
lados bien equilibrados: está usted relajado, pero al mismo tiempo,
activo. A esa mezcla hermosa de actividad y relajación se la llama
tranquilidad, pureza mental.
Estas tres cualidades no son totalmente diferentes una de la otra. Es
la misma mente, en distintos estados. Algo así como el hielo, el agua y
el vapor. El hielo representa a tamas: está condensado, congelado, y no
se puede mover. El agua es como rajas: corre por aquí y por allá. Nunca
hacia arriba, sino siempre hacia abajo. El vapor, sattva, asciende. Como
el vapor, sattva es representado por el color blanco.
Lo mismo sucede en el caso de la mente. Cuando uno está sereno, la
mente adopta la cualidad sáttvica, que le es innata. La mente es sáttvica
por naturaleza, pero cuando se la inquieta, se convierte en rajásica. Si
se siente somnoliento, con pesadez, es porque la mente está tamásica.
No hemos de permitir que la mente adopte los estados de tamás o rajás,
conviene que siempre retenga su cualidad sáttvica.
En ocasiones, quizá tenga usted un hermoso sueño o una visión
muy satisfactoria. ¿Se trata, acaso, de un truco de la mente? No la
culpe siempre. La mente muchas veces crea imágenes hermosas. En
ciertas ocasiones es una buena ayudante. Cuando está en el nivel
puro o sáttvico, se convierte en su mejor amiga. Cuando está en el
rajásico, comienza a plantearle problemas. La misma mente puede
ser a la vez amiga o enemiga. Debe analizarla. Pregúntese: “¿esta
visión, deseo o experiencia, me ayudará o me causará dificultades?”
Use su inteligencia. Si la experiencia le va a ocasionar dificultades,
entonces, es un truco de la mente. Ignórela. Pero si se trata de algo
útil, acéptela.

59
Aun cuando en la mente predominan, alternativamente, las cualidades
sáttvica, tamásica y rajásica, una de sus partes es siempre sáttvica. Esa
parte le dice a la otra: “soy feliz de esta manera ¿Por qué te balanceas
entre la inquietud y la somnolencia?” La parte sáttvica carece de
vaivenes. Siempre permanece en calma. Incluso, aunque en ocasiones
su vida parezca oscilar, usted está siempre unido al yo pacífico, que no
se conmueve por la oscilación.
Yoga significa estar unido. Con el yoga puede unirse con lo que
desee: dinero, renombre, fama, otras personas, propiedades, lo que
usted anhele. Todo es posible con el yoga. Pero unirse con todo lo que
desee fuera de usted no será posible, hasta que el yoga o la unificación
ocurra primero dentro de su ser. Lo que desea ver en su exterior debe
suceder primero en su interior. Por favor, recuerde esta regla de oro.
¿Porque, qué hay en el exterior? Sólo su propia proyección. Todo el
mundo es lo que usted proyecta. No hay nada en la pantalla hasta el
momento en que usted proyecta la película a través de la mente. Ve las
cosas en la pantalla del mundo, de acuerdo con el color de su mente,
con la forma, el tamaño, la densidad o la pureza de su mente. Si ha
registrado buenas noticias, escenas e historias agradables, todo lo verá
hermoso en el exterior. Si eso es lo que usted desea ver en su exterior,
debe desarrollarlo primero en su interior, para que luego le sea posible
proyectarlo.
Los seres humanos son animales pensantes. Los seres humanos no
son humanos porque tienen un cuerpo físico, pero porque poseen una
mente. Las escrituras sánscritas dicen: “cuando existe una mente, existe
una persona.” Este es el motivo por el cual primero debe corregir su
pensamiento. De ahí que el yoga interno sea muy necesario. Por lo
tanto, dirija su mente siempre hacia el interior.
No tiene que preocuparse a cada momento por los demás. Lo que
anhela encontrar en el exterior está en usted. Si desea ver a Dios, véalo
en usted. El es la imagen dentro de usted mismo. Conozca su imagen
verdadera. Véala y óigala en su interior. Su personalidad completa y
todos sus sentidos deben girar hacia su interior para comprender lo
interno y sentir que es uno con todo y con todos.
Ve a los demás como muchos porque usted se ha dividido en muchos.
Parece que tuviera doble personalidad. Cuando dice: “estoy gordo…”
habla como persona física. Cuando dice: “soy inteligente”, lo hace

60
como persona intelectual. Cuando dice: “te quiero”, entonces habla
como persona emocional. Se identifica con muchas cosas: en lugar de
dividirse, unifiquese. Descubra el yoga en su interior. Por medio del yo,
conozca al Yo.
No deje que su mente lo controle. Comience a controlarla, alejándose
de cualquier pensamiento que le inquiete. Los pensamientos egoístas
conducen a la ansiedad, el temor y las desilusiones. El poder más
poderoso del mundo es la fuerza del pensamiento. Pero si desea que sus
pensamientos sean poderosos, antes debe limpiar su mente. Cuando
en ocasiones le inquietan pensamientos negativos no tiene que tratar
de alejarlos ni reprimirlos. Sencillamente reemplace esos pensamientos
negativos con otros más pacíficos o agradables, es decir, positivos.
Todas sus acciones y pensamientos dejan una huella en la mente.
Queda un rastro, algo así como una semillita que se desliza de la mente
consciente y cae en el subconsciente o en la inconsciencia. Pero esas
semillitas estarán esperando las oportunidades de salir a la superficie,
para germinar. Depende de usted que las huellas hechas en la mente
sean las adecuadas, para que pueda eliminar de raíz esos otros frutos
de su pasado. Pódelos cuando solo sean capullos y sustitúyalos con
pensamientos y acciones positivos.
Al albergar ideas agradables, hermosas, también cambiará su cuerpo.
Puede desarrollar un cuerpo divino si genera ideas divinas. A través de
su pensamiento, el cuerpo cambia, de inmediato. No crea que su cuerpo
es muy diferente de su mente. La mente es un cuerpo sutil, como el
vapor. El cuerpo es vapor solidificado, mente concretizada. Cuando
congela su mente, ésta se convierte en cuerpo.
Eso fue lo que usted hizo en el vientre de su madre. No penetró en él
como cuerpo. Entró como esencia y comenzó a solidificarse. Su madre
agregó algo más y su cuerpo empezó a desarrollarse. Esta es otra forma
de mostrar que la mente y el cuerpo, en realidad, son lo mismo, pero en
diferentes niveles de expresión.
Aun cuando a la mente no puede vérsela, ella se expresa con claridad
a través el cuerpo. Usted tiene el poder de cambiar su cuerpo sólo con
su pensamiento. Si siempre está produciendo pensamientos generosos y
se ocupa en obras caritativas, éstos se expresarán en su rostro y cuerpo.
La gente lo verá y dirá: “miren qué persona tan bella. Es un ángel, aquí,
en la Tierra.”

61
Capitulo 12

Apeguese a une cosa


La concentración es el esfuerzo por hacer que la mente se fije en un solo
punto: también, es la etapa inicial de la meditación. No crea que malgasta
su tiempo si se sienta a meditar y advierte que su atención se dispersa de
un lado para otro. Así comienzan todos. Muchas personas quieren que su
mente permanezca estable en un solo punto un minuto después de haber
empezado a meditar. Si comienzan a desconcentrarse piensan: “oh. Estoy
perdiendo mi tiempo: mejor me levantaré y haré otra cosa.”
Ese es un gran error. No se puede fijar la mente de inmediato. Es
necesario entrenarla. Cuando comience a divagar, sujétela. Dígase:
“vamos, concéntrate” y, poco a poco, llévela al punto donde desea
enfocarla. Interésese en esta práctica, desaliente otras ideas y eduque su
mente. Esto es concentración. Cuando logra mantenerla por completo
durante un período de tiempo continuo está meditando.
La gente desea sentarse e iniciar su meditación sin estos preámbulos.
Pero se enfrenta con el hecho de que no cooperan la mente, los sentidos,
ni el cuerpo. Quizás mientras la mente está divagando las personas dicen:
“... ah, ahora sí estoy meditando.” Eso no es meditación. La meditación
no es fácil. En cierta manera, la mente está acostumbrada a desviarse de
un lugar a otro. Sólo cuando ha practicado la concentración - que consiste
en sujetar la mente una y otra vez, hasta que se enfoque en un punto nada
más - se puede decir que está meditando. Entonces ya no tiene que hacer
otra cosa. Su único trabajo consiste en fijar la mente en el objeto correcto
y dejar que el resto suceda por sí mismo.
¿Qué es el resto? Samadhi o supra-consciencia, sobrevendrá
naturalmente. Si usted desea dormirse con facilidad debe prepararlo
todo con cuidado. Quizá se dé un baño tibio, tome un vaso de leche
caliente con un poco de miel, ponga música ambiental, prepare la cama
con sábanas limpias o regula la temperatura del aire. Cuando está todo
listo, sólo tiene que recostarse y relajarse. Escucha la música y no piensa

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en los negocios, ni en las películas. Medita en una sola cosa, la música.
De a poco se va quedando dormido. Esto ocurre automáticamente, pues
usted no es consciente de que se está quedando dormido. Cuando ya
está dormido su estado casi es de inconsciencia. No puede decir: “ahora
estoy durmiendo” o, “ahora voy a tratar de dormir.” De la misma manera
el sueño yogico recibe el nombre de samadhi en realidad. Difiere del
sueño sólo en que uno se duerme conscientemente. Lo común es que uno
duerme inconscientemente casi en la inconsciencia. En samadhi usted se
halla en estado de supra-consciencia. Sabe que está durmiendo.
Esto significa que se convierte en el Conocedor aun cuando permanece
dormido. Gracias a la meditación se ubica en el lugar del Conocedor.
Mientras duerme normalmente no se ubica en el lugar del Conocedor,
sino más bien, en el lugar del durmiente. Pero allí está el Conocedor:
por eso, cuando despierta, puede decir: “ah, dormí muy bien.” Él -el
Conocedor- es quien le dice: “sí, dormiste muy bien.” Entonces usted
lo repite a los demás. El Conocedor vigila de manera constante y está al
tanto de todo.
A esta consciencia se la llama la imagen de Dios: ella es su yo verdadero.
La que duerme o se inquieta es su mente. Cuando la mente se purifica,
se identifica con su imagen verdadera. Entonces es consciente de que
es el Conocedor. Durante el samadhi se convierte en el Conocedor, el
cual está consciente de que su mente duerme. En definitiva el sueño
consciente es meditación.
Efectivamente, en la meditación, uno está muriendo. Para decirlo
sin rodeos: la meta de todas las prácticas espirituales consiste en morir.
Es necesario que muera el pequeño yo, al que llamamos ego con todas
sus asociaciones que componen la individualidad limitada. El maestro
Sivananda solía decir: “muere para vivir.” Quería decir que usted, como el
pequeño yo, debía morir para que pudiera vivir en el Reino Eterno como
el Yo más alto. Eso es lo que trata de hacer la meditación. Lentamente,
procura calmar la mente. Cuando enfoca su mente, ésta llega a ser,
incluso, más precisa. Divagaba sin freno de acá para allá, pero usted la
sujetó a un solo punto. “Señor, cuando me acerco a ti”, dijo un gran santo,
“voy como un gran hombre, lleno de ego, pensando que voy a alcanzarte,
que voy a capturarte. Pero al acercarme a ti parece que me reduzco de
tamaño, que desfallezco.” El yo se va reduciendo al- aproximarse más y
más. Al final, pierde la noción de usted mismo, para convertirse en uno

63
con el Yo más alto o superior.
Esa pérdida ocurre cuando se medita. En Raja Yoga, las tres últimas
partes o ramas son: concentración, meditación y samadhi. Durante la
concentración uno trata de fijar la mente. En la meditación, ésta ya
se ha enfocado. La meditación tiene tres elementos: el Conocedor, lo
conocido y el conocimiento; usted es el meditador, el objeto y el proceso
de la meditación. Es el Conocedor; usted sabe algo y es conocido
mediante el proceso conocedor. Si se profundiza en la meditación, los
tres se convierten en uno. Usted se convierte en lo que era el objeto
de la meditación, o bien el objeto se convierte en el meditador. En
consecuencia el proceso de conocimiento se detiene. Cuando los tres se
convierten en uno entonces ocurre el samadhi. No hay dualidad. Se han
perdido usted mismo, su objeto y el proceso.
Por esta misma razón, meditamos en Dios o en sus cualidades. El
objetivo de su meditación consiste en adquirir esas cualidades y convertirse
en Eso. No puede llegar a ser Eso, salvo que se “pierda usted mismo” en
Eso. Unión significa que lo que eran dos se convierta en uno. No pueden
continuar siendo dos. Se convierten en uno. ¿Cual? ¿Este o aquél? No se
pueden poner dos en uno, a menos que tengan el mismo nivel, sean de la
misma clase o cualidad. Los que no son iguales es imposible que se unan.
He aquí un ejemplo técnico: el receptor de radio vibra cuando recibe
la frecuencia de la estación transmisora. Si varía un poco en una u otra
forma no se escucha la música con nitidez. La comunicación adecuada
puede lograrse sólo cuando el receptor y el transmisor vibran en el mismo
nivel de onda sonora. Eso significa que, durante un tiempo, deben llegar
a ser uno en calidad o en su vibración.
Lo mismo ocurre en la meditación profunda. Usted siente que se está
perdiendo a sí mismo. Por eso Cristo dijo: “mi Padre y yo somos uno.”
Meditó con tanta intensidad en su Padre, que perdió el sí mismo por
completo y llegó a ser el Padre. Es algo muy hermoso pero no habitual.
Usted se funde en Él. Si no desea perder su individualidad no podrá
alcanzarlo. En muchas ocasiones la gente se asusta durante su meditación.
De pronto, saltan y se evaden de ella porque su sentimiento individual
es aún muy fuerte. Están preocupados y dicen: “¿cómo me puedo perder
a mi mismo? Eso no es lo que quiero.” No se preocupe. Se trata de algo
magnífico. Esa pérdida sucederá en la meditación. El Ego o yo deja de
ser. Muere para vivir. No vacile en morir usted mismo porque ese paso le

64
lleva a un estado inmortal.
Ponga atención en aquello en lo que medita. Si lo desea, ¡puede
obtenerlo! Al entrenar y dominar la mente gradualmente ésta absorbe
las cualidades del objeto de la meditación. Piense en Dios y usted se
convierte en divino. Lo que piensa, eso mismo llega a ser. Si piensa en un
mono, ya sabe lo que le pasará. Entonces, tenga cuidado. Si una persona
medita en un campeón mundial, lentamente desarrollará esa inspiración y
un día ella también llegará a serlo. Por tal motivo la persona que desea ser
un púgil famoso, llena con fotografías de boxeadores famosos todos los
lugares que lo rodean. La persona que desea ser estrella de cine, tapizan
su cuarto con fotografías de ramosos del séptimo arte. Si usted desea
ser como Dios, o perderse en Él, debe rodearse de estampas y símbolos
adecuados. Los símbolos que seleccione para su meditación también
tendrán un significado que los respalde. Elija lo que usted quiera como
objeto de meditación siempre y cuando contenga pensamientos o ideas
que lo eleven. Elija algo que le haga más abierto, más universal y más
apacible. Algo que le haga quebrar su coraza protectora.
Hay muchos métodos y formas de meditación: la meditación consiste
en fijar la mente en una sola cosa, un objeto, una idea o una palabra.
Elija cualquier cosa que le agrade. El objeto más fácil para usted,
probablemente, sea el mejor. El objeto o idea de meditación puede variar
para ajustarse al gusto, al temperamento, al hábito y la fe de la persona.
Puede seleccionar la forma de un gran sabio o santo: Jesucristo, Buda,
Siva o Krishna. Si no desea una forma humana particular por la cual ha
de adorar al Señor, puede adoptar una imagen visual del sol naciente,
de la luna o las estrellas. Los escritos sobre yoga dicen que hasta puede
recurrir a sus propios sueños hermosos, como objeto de meditación. ¿Ha
soñado alguna vez con algo divino, piadoso, con los sabios o los santos,
o ha tenido una visión o aparición de Dios? Puede meditar en eso por
medio de una evocación constante de este sueño. Puede abordarlo de
cualquier forma o de la manera que más le guste, porque El está presente
en todas partes.
La “meditación trascendental”, tan de moda, actualmente, en cierto
sentido, expresa lo que usted desea lograr con su meditación. La
meta máxima de la meditación consiste en elevarse—trascender—más
allá del cuerpo y la mente. Si su meditación tiene como objetivo el
beneficio espiritual, debe trascender para comprender al espíritu. Podrá

65
comprenderlo mediante los objetos o las ideas de su meditación. Si el
espíritu es su meta no lo comprenderá mientras viva en los niveles físicos
y mentales. Le es imprescindible trascender la carne y la mente: al hacerlo,
ya no será un ser físico o mental. En este sentido, todos los métodos de
meditación seleccionados apropiadamente permiten que usted trascienda
el cuerpo y la mente.
No corresponde decir que ésta es “meditación trascendental”, puesto
que el propósito de toda meditación consiste en trascender. Es como
tener a mano varios manjares, para deleitarse con ellos. Cualquiera que
comamos saciará nuestra hambre. Pero si, de pronto, eligiera uno y lo
llamara “comida que satisface el hambre” -como si esto implicara que
las demás no lo hacen- eso seria ir demasiado lejos. Quizás ese nombre
le recuerde a muchos el propósito de su meditación. Al decir: “este es
el único camino”, o “este es el mejor”, sólo creamos complicaciones
innecesarias y hasta caemos en cierto fanatismo.
En la práctica espiritual no existen caminos “únicos” ni .. “mejores”.
Recordemos siempre esa verdad. Incluso, el pensar que “el mío es el
mejor” siempre producirá problemas y dificultades. Si le gusta cierto
plato, cómalo, pero no diga: “este es el único alimento bueno.” A otra
persona, tal vez, no le agrade. Los gustos varían. Si en realidad, desea
usar el vocablo “único”, apliquelo en relación con sus metas. Sólo hay
una meta: elevarlo al nivel de la Deidad, de Cristo mismo, de Ishwara,
de Buda, de Brahman o como usted lo llame.
Pero después de seleccionar un método, apéguese a él. No cambie
continuamente. Es como cavar un pozo. Si varia de un sitio a otro, nunca
alcanzará su meta. La meditación es un deseo profundo, intenso. Aférrese
a lo que lo beneficie. Dedíquese de lleno a este deseo y propóngase lograrlo
por completo. Al concentrase en él, con el tiempo se elevará, lentamente,
por encima del mismo. A partir de muchas cosas se introduce usted sólo
en una y, de esa única cosa, pasa a la nada. Entonces, al comprender su Yo,
comprende todo. La concentración culmina en meditación. La meditación,
lentamente le llevara al estado samadhi.
Cuando la mente está quieta o fija en un punto por completo uno
realiza la fuerza divina o Dios, en su interior. No importa qué seleccione
usted, si en verdad se ha propuesto tener éxito.
Se cuenta la historia de Sakya, uno devoto de Siva, quien a pesar de
ser un tonto se convirtió en objeto de devoción. Sakya, que era iletrado,

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dijo un día: “todos adoran a Dios con todo tipo de ofrendas: agua, leche,
harina, esto y aquello. ¿Por qué ofrecen todas esas cosas? La gente dice
que Dios está por encima de todas estas cosas. Muy bien, entonces voy a
adorarlo con una piedra. Cada día le voy a lanzar una piedra a ver si me
bendice y se me revela o no.”
Y así lo hizo. Incluso juró, prometiendo: “no voy a probar el bocado
cotidiano sin antes haber lanzado una piedra a Dios. De este modo voy a
adorarlo.” Era práctica común no tomar alimentos antes de la adoración,
porque después de hacerlo es más difícil adorar; de ahí que en ocasiones
especiales las personas ayunen. Sakya juró: “tiraré la piedra como acto de
adoración a Dios. Después, comeré.” Y así lo hizo, a diario.
Pero cierto día, algo sucedió. No pudo encontrar una piedra. Buscó por
todas partes y sólo halló piedras grandes, muy pesadas como para poder
levantarlas y lanzarlas. Era una prueba milagrosa. Corrió por todas partes
pero no halló ninguna. Pasaron los días y su estómago que no podía
quedarse callado, lo acosaba constantemente. Se debilitó mucho por no
haber probado agua ni alimentos durante un largo tiempo. “Qué tonto
soy,” dijo, “no sé por qué hice este voto. Aun así, debo cumplirlo. Pero, oh
Dios mío, me estoy muriendo …” Al decir eso, con desesperación, puso
su rostro entre sus manos. “Qué es esto?” Diariamente, sus manos habían
recogido piedras, acción que las identificó mucho con la percepción de
cuanto fuera duro.
En aquel momento, al sentir su cabeza entre las manos, exclamó: “ah,
ésta es una piedra.” Se olvidó de que era su cabeza. De inmediato, comenzó
a retorcerla. Ni siquiera se preocupó por su vida misma. Sólo le interesaba
tener una piedra en la manos, para lanzarla. Ya casi a punto de morir, una
mano invisible lo detuvo y oyó una voz que le dijo: “mi fiel devoto, tengo
en alta estima tus votos, tu determinación. Deseabas hacer algo y estás
tratando de cumplirlo a toda costa, incluso de tu misma vida, tratando por
mi causa, en mi nombre. En este momento, me revelo ante ti.”
¿Quién obtiene la revelación de Dios? Aquel que trasciende los niveles
físico y mental. Por eso, las personas que participan de peregrinaciones
dificultosas y sufren toda suerte de inconvenientes; sólo desean a Dios.
Ni siquiera les importa perder su vida. Si usted es persistente o tiene tal
determinación, alcanzará a Dios. La historia de Sakya prueba que no
importa cómo lo haga. Realice lo que desee, pero apéguese a una sola cosa
y concéntrese en el nombre de Dios.

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Capitulo 13

Mantras
Muchos maestros dan un mantra a sus alumnos como recurso para
la meditación porque se trata de un método de concentración fácil y
efectivo. El mantra no es tan sólo una palabra, es una vibración de
sonido, de naturaleza mística, que, en mayor o menor grado alinea todo
el organismo y lo armoniza. Todo el universo está lleno de vibraciones
de sonidos. El cuerpo de Dios es de sonido, de vibración, un mantra.
La mayoría de las escrituras dicen algo similar, que Dios es sonido o la
Palabra.
Los sabios, cuando están en meditación profunda, oyen estos sonidos
o mantras, que representan aspectos particulares de la vibración
divina, Om. A través de generaciones de maestros espirituales, se
han transmitido estos mantras como guías para los aspirantes. Los
mantras son sonidos que pueden tener significado o no. Al repetirlos
constantemente usted puede producir ciertas vibraciones en su interior
a nivel físico, emocional e intelectual. Las oraciones y los cantos pueden
aliviar su mente y, durante un tiempo breve, conducirlo a usted a un
estado de paz. Pero los mantras tienen valor especial. No son palabras
acuñadas por personas que crean lenguajes. Son vibraciones distintas
de la misma energía que funciona de diferentes maneras. El sonido
cósmico representado como Om tiene variados aspectos. A estas
diferentes facetas del Om se las llama mantras.
Por la repetición constante del mantra, usted desarrolla esa vibración,
pues todas las vibraciones están en su interior. Cada persona es un
microcosmos. Lo que ve en el macrocosmos lo ve en el microcosmos:
usted es un universo. No sólo usted, sino cada una de sus células
también en un universo. ¿Cuántos sistemas solares tiene en su interior?,
¿cuántos átomos? Incontables.
Por lo tanto, cuando se le da un mantra y lo reitera constantemente,
desarrolla ese aspecto de la vibración, que ya está en su interior pero

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escondido. Lo lleva a la superficie, lo usa y obtiene su beneficio. Al
repetirlo, recibe la vibración, pues despierta las vibraciones adormecidas
y sutiles que están dentro de usted. Ni siquiera se las percibe fisicamente.
Los sonidos de las vibraciones son más poderosos que los de cualquier
instrumento físico.
En la actualidad, el sonido se aplica para muchas cosas. Ya se está
experimentando con lavaplatos que utilizan el sonido y no el agua.
Vibra toda la máquina y esta vibración limpia los platos. Los relojes
de pulsera también son limpiados con Vibraciones de sonidos. Hasta
han fabricado una especie de bañera donde uno sólo debe sentarse. La
cabeza queda al aire libre, tal como sucede en un cuarto de vapor. Al
pulsar un interruptor, comienza a emitirse un sonido ultrasónico. En
pocos minutos, uno queda bañado, sin haber recurrido al agua ni al
jabón. Las vibraciones de sonidos agudos también sirven como navajas.
Actualmente se está tratando de desarrollar un método quirúrgico en el
cual se use el sonido para sustituir al bisturí.
Tales principios científicos no son ajenos a los sabios que han
experimentado esos sonidos sutiles mientras están en profunda
meditación. Ellos conocen la importancia de las diferentes vibraciones.
Esos sonidos no tienen significado, pero sí un propósito. Cuando el
conductor del automóvil que va detrás del suyo le toca la bocina, usted
no le pregunta qué significa. El propósito mismo es el significado.
Usted debería pensar en el propósito cuando repite el mantra. Eso
es todo. El propósito es muy importante. Cuando piensa en el amor
universal, quizá sepa lo que es éste, pero también debe conocer cual es
su finalidad. Sólo entonces podrá aplicarlo y experimentarlo. En ese
momento, sabrá qué produce, por cuanto su propósito es su significado.
Mantra significa todo aquello que da estabilidad a la mente. Toda
vibración que agudice la mente y produzca cierto tipo de receptividad
es un mantra. Repita el suyo, sintiendo su propósito. Debe armonizarlo
y ajustarlo para recibir vibraciones cósmicas similares. Tiene la facultad
de alinear casi completamente todo su sistema. Es una llave maestra
para abrir todas las cerraduras y eliminar los obstáculos en el camino de
la iluminación.
Hay muchas clases de mantras. Para que algunos den resultado, usted
debe conocer su significado, o qué aspecto de Dios está recibiendo. Sin
embargo, en el yoga, los mantras carecen de significado particular. Son

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buenos para todos y no interfieren con la fe de nadie. Son útiles aunque
no se conozca su sentido. Contienen una letra clave. Por la repetición,
se obtiene el perfeccionamiento. Cuando se trata de una oración es
necesario conocer el significado y creer en ella previamente para obtener
el efecto. Pero con ciertos mantras se obtiene la vibración, conozca o no
la letra clave. Si quiere participar con su corazón y sentimientos, debe
saber el significado de las palabras, pero como el propósito del mantra
consiste en estabilizar la mente, todo cuanto necesita hacer es repetirlo,
al pie de la letra.
Todos los mantras son vibraciones diferentes de Om, que es la
vibración común. Su meta máxima es realizar ese Om o murmullo
cósmico. Para recibir a Dios plenamente, usted debe convertirse en
buen receptor. Si Dios vibra como sonido, para recibirlo, usted debe
producir un sonido similar, tal como sucede con el receptor y el
transmisor de radio. La religión es científica, no simplemente creencia.
Por eso, ciencia y religión son compatibles: para mi no hay diferencia
entre ellas. En consecuencia, sintonice su radiorreceptor para recibir la
vibración cósmica. Dios vibra en millones de ondas sonoras, de manera
similar a lo que sucede con una estación de radio, que puede emitir en
diferentes longitudes de onda: FM, AM, onda larga, corta, media y
ultra-media. Usted tiene que abordarlo de acuerdo con su capacidad,
con la vibración que ya posee. Las personas pueden usar los mantras con
el fin de sintonizar mejor sus propias vibraciones.
El sonido es más sutil y, por lo tanto, más poderoso que la materia.
Todas las “cosas” son más voluminosas que las vibraciones de sonidos.
Tal verdad se demuestra muy bien en esta narración épica del Ramayana.
Una vez, Rama pasó por una situación en la que se vio obligado a matar
a su mejor devoto, Hanuman, el Dios-mono, quien constantemente
repetía el nombre de Rama como su mantra: “Ram, Ram, Ram, Ram
... “ Rama tensó su arco, apuntó su flecha hacia Hanuman y le disparó.
Pero mientras repetía el mantra, ninguna flecha pudo alcanzarlo.
Según la historia, Rama disparó miles de flechas, mas ninguna hirió a
Hanuman.
Pasaban a su lado, lo rodeaban, se doblaban y regresaban. Entonces,
¿qué era más poderoso? ¿Rama o su nombre mismo? En otra ocasión,
según la historia épica Ramayana, la esposa de Rama, Sita, fue llevada
prisionera a Sri Lanka, por el demonio Ravana. Se le pidió a Hanuman

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que fuera en su búsqueda. Pensando que podría estar en Sri Lanka, se
dirigió a la playa en el extremo sur de la India, repitió el nombre de
Rama y saltó. Sólo por repetir el nombre voló por los aires y aterrizó
en Sri Lanka, como a cuarenta kilómetros de distancia. Allí vio todo,
incluso a Sita. Regresó de la misma manera y le contó todo a Rama,
quien dijo: “muy bien, construiremos un puente para rescatarla.” Para
cruzar el agua, Rama tenia que construir un puente. Mientras tanto
Hanuman, sólo por repetir el nombre Ram, pudo volar sobre el agua.
Quizá éste sea nada más que un cuento. Usted no tiene por qué creerlo.
Pero es interesante saber que desde aquellos días, se tenia conocimiento
de que la vibración del sonido es más sutil que la vibración física o
material. Rama—la forma—es materia. Su nombre es sólo sonido.
¿Qué es más sutil, el sonido o la materia?, ¿cuál puede ver usted? Sin
embargo, no son totalmente diferentes. Cuando la esencia misma del
sonido invisible se congela, se convierte en materia o forma. De esa
manera, el mundo ha llegado a obtener todas sus formas. El nombre de
Dios se manifiesta como forma. O dicho de otra manera, Dios, como
sonido, se manifiesta a sí mismo como el mundo.
Hay toda una ciencia acerca de la repetición de mantras. Se usan
con diferentes propósitos: para curar, para ser iluminado, para ser más
inteligente, para embellecerse. Otros mantras, usados con igual técnica
también pueden acarrear enfermedades, permitir la ejecución de actos
perversos y de magia negra. No Juzgue a esas historias como tonterías.
El mismo poder del mantra, como sucede con la electricidad, si no se
utiliza correctamente, puede causar serias dificultades.
Hay mantras para sanar o atraer enfermedades, para salvar o matar. Al
usarlos es necesario moverse dentro de muchos límites. Si se equivoca,
las consecuencias se vuelven contra usted. Quienes los usan con fines
egoístas, con seguridad sufren diez veces más perjuicios. Algunos
mantras sirven para beneficio personal: otros, para beneficio de todos.
Su mantra debe estar a la par de su vibración o de su naturaleza.
La base o clave del mantra es cierta sílaba. De acuerdo con la literatura
sánscrita cada una de las cincuenta y una letras tiene su propia vibración
específica: son claves para encender un aspecto particular de su cuerpo
astral. Si suma todos los pétalos que se encuentran en los diferentes
chakras (centros nerviosos ubicados a lo largo de la columna vertebral),
descubrirá que son cincuenta y uno. Cada pétalo representa una vibración

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particular que centellea. El Om es el Absoluto no manifestado: las otras,
son claves o semillas para diferentes manifestaciones. Por ejemplo,
Ram, pronunciado “rum”, es la clave o letra para el fuego. Enciende
su fuego divino. Cuando reza esa palabra no tiene que conocer su
significado. No obstante actúa en su sistema. Está más allá de nuestra
comprensión intelectual, pero funciona. Ese es el poder de las semillas
o claves de los mantras.
Si usted va al Tibet oirá que la gente repite constantemente el
mantra: “Om Mane Padme Hum, Om Mane Padme Hum.” Casi
todos los budistas de ese lugar usan sólo ese mantra. En cuanto al
sistema hindú, no se trata del mismo alimento para todos. Los mantras
son seleccionados para cada persona. Algunos mantras comunes son
como un tónico general que puede tomarse sin receta médica, pero la
medicación especifica sí tiene que ser prescrita.
Algunas personas preguntan: “… ¿por qué necesito un gurú? ¿Acaso
no puedo repetir un mantra yo mismo? ¿No puedo seleccionar el que
me guste?” Si es capaz de diagnosticar su propia enfermedad y escoger
el remedio apropiado, hágalo. Desafortunadamente, incluso en ese caso,
no podrá comprar tal medicina sin una receta medica. El gurú actúa
como médico. Es el que diagnostica. No siempre es necesario tomar de
la mano a una persona para conocer su pulso. El gurú siente su vibración
y le dice que tal o cual “medicina” es el mejor tónico para usted. Si desea
un mantra personal, un gurú puede iniciarlo.
Tiene que pagar un precio muy alto por un mantra personal -no
se trata de dinero- aunque, lamentablemente, algunas personas lo
cobran. El verdadero precio que debe abonar es el de su propia práctica.
Sólo puede extender la vibración a través de su sistema, mediante la
repetición frecuente y regular del mantra.
Para convertir la leche en yogur usted necesita un poco de
conocimiento. El hombre culto le puede transmitir conocimiento.
Antes, ha cultivado el conocimiento en sí mismo. Mas no lanzará
la semilla en cualquier tipo de suelo. Tiene que prepararlo bien para
recibirla. De ahí la importancia de una ceremonia, de una iniciación.
El gurú prepara su cuerpo, su mente, todo. Cuando el campo está listo,
siembra la semilla, aplica su conocimiento y explica cómo desarrollarla.
Mediante la práctica usted debe cultivar el conocimiento interior, hasta
que éste invada todo su ser.

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El mantra también es como un pequeño generador de corriente
eléctrica. El acumulador o batería podrá salir bien cargado del negocio,
pero debe recargarse de constantemente para que no se agote. Por la
repetición de su mantra, usted mantiene esta corriente bien cargada y la
distribuye por todo su sistema, hasta que su vibración invada su cuerpo
y mente. Toda su personalidad vibra en esa hermosa longitud de onda
sonora y, automáticamente atrae vibraciones similares. Se sintoniza
con aquéllos que tienen ondas similares: por último, se sintoniza con
la onda cósmica.
Esta es la explicación científica del mantra, en el yoga. Mientras no
lo inicie una persona cualificada, no tiene nada de malo que repita
un mantra. Hay mantras generales que todos pueden usar. Los más
sencillos y eficaces son: Hari Om; Om o bien Om Shanti. No intente
usar mantras muy largos. Los más cortos son los más poderosos.
Hari Om es un mantra hermoso que puede evocarla vibración de
sonido en su interior. Ha se pronuncia como “ja”: y “ri” así como se
escribe. El sonido ja debe provenir del plexo solar. Cuando dice ri, el
sonido asciende. El sonido O vibra en todo su cráneo. Y cuando dice
mmmmm la vibración se intensifica. Mientras se sigue intensificando,
usted se va elevando por encima del cuerpo y la mente.
Comprenda que este uso no está relacionado con ninguna religión
en particular. Sencillamente, usted está practicando algunos sonidos.
Por supuesto, no todos se sentirán satisfechos con los mantras como
medio para la concentración, pues tenemos diferentes disposiciones y
gustos. No hay nada que sea una panacea, excepto el proceso mismo de
la concentración.

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Capitulo 14

El granjero al que le gustaba su búfalo


El sabio Patanjali dijo que las variedades de tipos de meditación
suman centenares. En alguna de ellas, ni siquiera tiene que repetir un
mantra o mirar algo, porque si lo desea, puede concentrarse en la propia
respiración. En la filosofía budista, la meditación sobre la inhalación
y la exhalación se ha convertido en una forma de meditación muy
importante, que practican sobre todo los budistas birmanos.
Si aprende usted meditación en Birmania (Myanmar), se le pedirá
primero que se concentre en los movimientos de ascenso y descenso del
estómago. Incluso, se le permitirá poner su mano sobre el vientre. Si no
puede concentrarse en la respiración, deberá hacerlo en los movimientos
del vientre. Después, puede escuchar el sonido de la respiración. En ese
instante, oirá el mantra “sohum” o “hamsa”. Se trata del sonido de la
respiración. Transcurrido un tiempo, se reduce el volumen respiratorio
hasta que, en cierto momento, se experimenta quietud total, con
respiración nula. No crea que se está muriendo. La buena concentración
produce esta retención, con naturalidad. No repite nada, no inhala,
sencillamente, se detiene.
¿Ha observado que cuando su mente se agita usted respira con mayor
rapidez? Con pranayama o ciertas prácticas del yoga, se controla la
respiración; automáticamente esto calma la mente. También funciona en
sentido contrario. Al aquietar la mente a causa de la concentración, usted
puede controlar su movimiento respiratorio. Si observa su respiración
cuando está profundamente concentrado en la lectura o en la resolución
de algún problema, se sorprenderá al darse cuenta de que casi no respira.
Cuando la mente se concentra en algo, la respiración se vuelve más lenta.
Usted puede disponer de muchas formas de meditación. No importa
cuál seleccione, pues todas conducen a la misma meta. Si toma un
eslabón de una cadena y tira de el, toda la cadena ira hacia usted. Puede
sostenerla en cualquier lugar, pero algún maestro le dirá quizás: “coge

74
este eslabón y tira de el.” Otro más le recomendará: “no, sostenla en
esta parte y tira de este eslabón. Sólo así atraerás la cadena.” Pero un
maestro sabio le aconsejará: “todos los eslabones forman parte de la
misma cadena: mo importa de dónde la tire.” Si usted tiene un eslabón,
comience por él. Sólo estoy citando a una autoridad, a Patanjali. Incluso,
en su época, sabía que alguien podría acercársele y decirle que no le
gustaban sus métodos, con una frase como ésta: “no estoy interesado,
realmente en ninguno de sus métodos. Quizá la meditación no sea para
mí. ¿Tiene algo más para enseñarme?”
Anticipandose a esta pregunta Patanjali dijo: “muy bien, todo aquello
que te agrade, conviértelo en objeto de tu meditación.” En cierta ocasión,
un alumno que era granjero acudió a Ramakrishna Paramahamsa y le
dijo: “usted dice que meditemos en Dios y que usemos este mantra. No
estoy interesado ni en Dios ni en los mantras. No sé quién es Él, ni lo
que es un mantra. Si no sé nada de ellos, ¿por qué he de usarlos? ¿Cómo
puedo meditar en algo como eso? ¿Puedo meditar en alguna cosa que
yo conozca?”
Ramakrishna le preguntó: “¿qué es lo que más te gusta?” Sabía que no
se puede meditar en algo que a uno no le gusta. Uno debe tener afecto
por aquello en lo cual medita. Si está pensando siempre en el ser que
ama mucho, su meditación es muy fácil.
-Soy sólo un granjero. Tengo un hermoso búfalo allá, en casa, y
me gusta mucho. Me agradan muchas cosas, pero si me pide que las
compare, me gusta más el búfalo que todo lo demás.
-Muy bien. Tienes algo que te gusta mucho, por sobre todo lo demás.
Medita en tu búfalo.
-Swami, ¿está usted seguro?
-Si, medita en tu búfalo.
-Eso me resulta muy fácil.
-Entonces, hazlo.
Fue a su casa, llevó a su búfalo a un cuarto hermoso, lo ató y,
simplemente, se sentó a contemplarlo. El búfalo también se le quedó
mirando. Muy pronto comenzó a visualizar a su hermoso búfalo.
Aparecía en sus visiones porque, como usted sabe, cuando algo le gusta
a uno, no es difícil crear esa imagen. Si por casualidad se encuentra uno
en el supermercado con alguien que le agrada no olvidará su imagen
rápidamente. Hasta aparecerá en sus sueños, ¿no es cierto?

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La meditación fue fácil para el granjero. Se sentó allí y tuvo esa visión,
mientras el búfalo agitaba su cola. Se dejó llevar tanto por la meditación
que hasta se olvidó del sueño y la comida. Quedó totalmente absorto.
Su concentración fue tan profunda que, muy pronto, comenzó a sentir
que él era el búfalo.
Ese es el fruto de su meditación. Cuando medita en algo, debe llegar
a ser el objeto mismo. Aun cuando su intelecto le diga que no lo es,
inconscientemente sentirá que ya lo es. Olvida su identidad propia o
individualidad y dice: “soy eso mismo.”
El granjero sintió que se había convertido en búfalo. Disfrutaba
enormemente de su meditación sobre el búfalo, pero su esposa se asustó
mucho. Fue corriendo a Ramakrishna y le dijo: “mi esposo ni siquiera
desea salir del cuarto. Allí está, sentado todo el tiempo, parece que se
le ha olvidado todo a su alrededor. No come ni duerme. Ya han pasado
dos o tres días. No sé qué hacer con él.”
Ramakrishna fue de inmediato a ver al granjero. Encontró a su
alumno en profunda meditación:
-Hola, soy Ramakrishna, ¿te gustaría venir conmigo?
-Swami, me gustaría hacerlo, pero por desgracia, mis cuernos son
tan largos que no puedo salir del cuarto. Mentalmente creía que tenía
cuernos tan largos como los del búfalo y que no podría pasar por la
puerta.
-¿Es ése el problema? Muy bien, corta tus cuernos.
-¿En realidad quieres que lo haga?
-Sí, tienes que salir. Córtalos.
-Muy bien, lo haré.
En su imaginación, comenzó a cortarlos. Entonces, trató de moverse.
Su cabeza se asomó fuera del cuarto, pero su cuerpo no le obedecía y
dijo:
-He crecido tanto que mi cuerpo no puede pasar por la puerta.
-Bien, tienes que salir. No puedes quedarte sentado para siempre en
el cuarto.
-No sé qué hacer, Swami.
-Vamos, toma el machete y córtate la cabeza. La cabeza es más
importante que el cuerpo. Córtatela y sal de la casa.
Mentalmente, el granjero obedeció. Cuando le cortó la cabeza, el animal
murió y el granjero volvió en sí, de un período de hermosa meditación.

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Medite en lo que le gusta. Seleccione cualquier cosa, pero si medita
en el búfalo se enfrentará al problema de tener que cortarle los cuernos
y la cabeza. Es mejor meditar en algo más ligero. Si lo hace, no tendrá
que experimentar todo el proceso por el que pasó el granjero.
Por supuesto, muchos maestros dicen: “es mejor meditar en esto o
aquello.”¿Por qué? Para suscitar más interés en usted. Esto no significa
que sean fanáticos, pero si no le dicen: “lo que le estoy dando es lo
mejor que pueda recibir jamás”, quizá usted no lo acepte del todo.
Si lo acepta y lo aprecia de verdad, tendrá una profunda motivación.
Desafortunadamente, los aspirantes siguen algún método de sus
maestros, pero no lo practican en serio. Sólo lo comentan: “oigan, miren
lo que he obtenido. Es la mejor forma de meditación. ¿En qué están
meditando ustedes?”
Algunos tal vez le contesten: “sólo estoy meditando en esto.” “No, eso
no es no tiene sentido. El mío es el mejor.” En realidad, tales alumnos
no meditan. Se enorgullecen de su método, pero nunca lo practican. Es
como si tuvieran el fruto y no lo comieran, sino más bien le dijeran a la
gente: “he obtenido este fruto. Es el mejor del mundo.”
“Oh, ¿me das un poco?”
“No, no, de ninguna manera.” Ni ellos se lo comen ni permiten que
otros lo coman. Sin embargo, lo exhiben dondequiera y comentan
acerca de él. Por eso, algunos maestros le piden que no transmita a
nadie lo que usted está haciendo, sino que lo mantenga en secreto y
lo practique. Desafortunadamente, algunos maestros no conocen las
tendencias de sus alumnos y no les advierten que deben guardar silencio:
“te he dado este don. Es tuyo. Guárdalo bien. Usalo, pero no comiences
a actuar como si fueras mi agente de relaciones públicas.” Muchos
alumnos creen que, en verdad, son agentes de relaciones públicas o que,
de pronto, se han convertido en maestros. Ese tipo de fanatismo es muy
peligroso.
No importa cuál es el método que usted seleccione. Tómelo y úselo.
Finalmente, alcanzará la auto-realización. Si sólo lo comenta y tiene
curiosidad—o lo divulga—la auto-realización le llevará mucho tiempo.
Pero si es formal, es sincero y practica regularmente, la auto-realización
llegara rápido con cualquier método que haya escogido.

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Capitulo 15

¿Quien soy Yo?


En la profundidad del océano de la mente no hay contaminación.
Esta es absolutamente pura. Esa parte siempre está satisfecha. Nunca
le gusta o le disgusta algo. Acepta todo: no es orgullosa. Y ésa es la
auténtica naturaleza de su verdadero Yo. Sólo el conocimiento de esa
naturaleza verdadera lo librará de la confusión de este mundo. Lo librará
de la mezquina obstinación que divide a la humanidad en miles de
nombres: “yo soy esto: él es aquello. Ellos son diferentes de nosotros.”
Las personas se matan unas a otras, porque se agrupan y dividen entre
sí. No reconocen que están por encima de toda diferencia.
Al conocer su propia identidad, también puede conocer a los demás.
Todos nos unimos en ese conocimiento. Este objetivo es explicado por
todas las filosofías importantes y por todas las enseñanzas del yoga. La
contemplación y el análisis de tales puntos constituye otra forma de
meditación, llamada Jnana Yoga o yoga de la sabiduría, que deriva del
auto-análisis. Es muy adecuada para el temperamento de la persona
analítica y consiste sencillamente, en que uno debe sentarse a analizar
todo lo ocurrido y lo que está ocurriendo. De esa manera, se desprende
de usted mismo y se eleva por encima sus limitaciones. “¿Quién soy?
¿Cómo sé todas estas cosas? Sé muy bien que estoy perturbado. Pero mi
conocimiento no parece estarlo. Si lo estoy, ¿quién es el que sabe que
algo lo que perturba?”
Si un loco sabe que lo está, entonces no es loco. Si un soñador sabe que
está soñando, entonces tampoco es soñador. Si un demente reconoce
sus problemas y dice: “como todos ustedes saben, soy demente”, de
inmediato lo dan de alta del manicomio. En el momento en que uno
reconoce que está enfermo, se pone en camino hacia la recuperación. El
ignorar una enfermedad es la causa principal de ella.
Cuando le ocurra algo a usted, pregúntese el porqué, pero no tome
tan en serio esa práctica: por ejemplo, si recibe la visita de un amigo, no

78
continúe su análisis. Puede dejar de lado temporalmente las preguntas
-¿Quién es él? ¿Quién soy yo? con el fin de mantener buenas relaciones
y tratos con las personas y las cosas.
La persona analítica cuestiona todo, siempre. Toma una fruta y, de
inmediato, se pregunta: “¿Quién la plantó? ¿De dónde la trajeron?
¿Del trópico? ¿Del Artico? ¿Del Atlántico? ¿Cuánto cuesta? ¿Cuánto
durará?” Ni siquiera se atreve a comerla, sin contestar antes todas las
preguntas.
Su madre le dice: “Hijo, soy tu madre.”
“¿Cómo puedo saberlo? ¿Quieres decir que debo creerte porque lo
dices? Pruébamelo.”
O bien su madre puede decir: “El señor fulano de tal es tu padre.”
“¿Estás segura? No puedo creerlo sólo porque lo dices.” Siempre
quiere poner todo a prueba para el análisis directo. Todo lo cuestiona,
externa e internamente ... ¿Quién soy? ¿Por qué soy? ¿Desde cuándo me
han llamado Jacob? Sólo desde que mis padres me pusieron ese nombre,
pero, ¿quién era yo antes de esto? Era un bebé y me llamaban ‘niño’.
Tiempo después me dieron el nombre Jacob. Entonces, ¿quién soy, un
niño o Jacob?” Quiere analizarlo todo. “Junto a mi nombre escribo un
sustantivo: ‘Presidente’. ¿Desde cuándo lo soy y hasta cuándo lo seré?
¿Desde cuándo soy abogado? ¿Qué era antes? Supongamos que recibo
un golpe y daño mi cerebro. Si olvido todos esos conocimientos legales,
¿seguiré siendo abogado o presidente? ¿O me tendrán que recluir en un
hospital mental? ¿Qué son estos nombres? ¿Cómo los obtuve?”
Por ese interrogatorio, comprende que El es completamente diferente
de su cuerpo y mente, de sus sentimientos y acciones. Si se disgusta y
lo domina la ira, se pregunta: “¿dónde está la ira?” Por lo menos no está
en el cuerpo, aunque quizá se exprese a través de éste. El sentimiento
está en la mente y es allí donde se expresa la agitación mental. ¿Cómo
sabe usted que está disgustado? Si lo sabe, entonces no lo está. El que lo
sabe no está enojado. La mente lo está, pero el Conocedor no. Si usted
puede decir: “sé que estoy perturbado”, no hay tal perturbación, por su
conocimiento de que lo está. El enfoque de análisis directo que propone
el Jnana Yoga es muy sutil. Si su conocimiento mismo está perturbado,
usted nunca se dará cuenta de que lo está. Usted sabía que era feliz.
Ahora sabe lo contrario. Sabe todo lo que está ocurriendo en su interior.
A ese conocimiento se lo llama consciencia, estar consciente de algo. La

79
verdadera persona, su verdadero yo es el mismo constantemente, porque
no hay cambio en ese conocimiento. Usted sabía que era niño. Ahora
sabe que es un adulto y que será anciano o anciana. El conocimiento de
la niñez, la madurez y la ancianidad es el mismo. En realidad, no está
aislado ni separado. Sólo se está identificando temporalmente como
el cuerpo. Si le pregunto qué está haciendo usted, podrá contestarme:
“estoy sentado”, pero usted no lo está en realidad, sólo permanece
sentado su cuerpo. Cuando dice, “me he caído”, ¿quién es ese “yo”?
Ciertamente no es el verdadero. Las diferencias del cuerpo hacen que su
mente se sienta diferente y usted se identifique como el cuerpo.
Este auto-análisis puede resolverle todos sus problemas. Usted no
es su cuerpo. Tampoco es su mente, porque usted es quien los está
observando. Sea lo que fuere aquello que lo inquieta -cualquier cosa-
haga una pausa y pregúntese: “¿qué hice? ¿Qué errores he cometido?
¿En qué punto fui egoísta?” Cuando usted se analiza de esta manera, se
da cuenta de que su felicidad no proviene del exterior. Su mente y cuerpo
continúan experimentando cambios, pero el conocimiento no cambia.
La naturaleza pacífica nunca resulta afectada. Sólo cuando usted olvida
esto y se identifica con el cuerpo o la mente, las nubes comienzan a
oscurecer su visión del sol, su yo verdadero. El sol siempre brilla, ya sea
que esté nublado o no. La mente quizá pase por períodos turbios, pero
como Conocedor, puede disfrutar del espectáculo. Disfrute de la mente
y su acto. Al fin y al cabo, es la mente. No es perjudicial que usted pase
por esos cambios. A veces es feliz, en otras ocasiones no lo es. Usted lo
sabe. No necesita preocuparse por ello. Despreocúpese y disfrute de ese
espectáculo. Siempre es hermoso de contemplar.
Todos somos actores. El mundo es un gigantesco teatro. Si aprendemos
a representar bien nuestro papel, en realidad, disfrutamos de la función.
Ahora yo estoy actuando como gurú. Desempeño bien mi papel
pero, ¿quién hace al gurú? Los discípulos, los alumnos. La dramática
verdad es que todos participamos en una admirable obra, con un solo
super director, el titiritero que mueve los hilos y nos hace bailar como
marionetas. La Consciencia Cósmica se separa en muchos dramas y
actores y luego se disuelve de nuevo. Desempeñe bien su papel, sin
olvidar su identidad. Si también conoce la verdadera identidad de los
demás, se divertirá. No crea que la vida espiritual es muy difícil. Más
bien, debiera ser divertida.

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Por lo tanto, vigile su mente, su respiración y conviértase en
observador: ésta es la clave de tal forma de meditación. No se
preocupe por las técnicas particulares. Sencillamente, siéntese y
observe la respiración, la mente y los pensamientos. Sólo vea lo que
está ocurriendo en su interior. Conviértase en testigo. Es una excelente
forma de meditación. Con tranquilidad, observe lo que está ocurriendo
en su mente y en su cuerpo. Quizá haya estado repitiendo un mantra
o se haya concentrado en algún objeto por largo tiempo. Entonces,
relájese y siéntese con calma a observar la mente: observe las pacíficas
vibraciones que le llegan. Escuche el silencio. Observe su propio
cerebro. Vea cuan pacífico es usted. Su mente parece estar en reposo
absoluto. Tal vez crea que la mente está casi dormida, pero se halla
consciente de todo. El cuerpo está descansando. La respiración ha
disminuido su ritmo. La mente está casi dormida, pero usted se halla
consciente de todo.
¿Quién está consciente de ellos? ¿En qué consiste esa consciencia?
¿Quién conoce todas estas cosas? Eso es usted. Usted es totalmente
diferente de su cuerpo y de su mente. Usted es el testigo - a lo que se
llama el Yo. El Yo puro- el testigo del cuerpo y la mente. Si pudiera
mantener esa actitud testimonial constantemente, a sabiendas de que
usted es ese testigo todo el tiempo, habría alcanzado la auto-realización.
Mantenga esa consciencia, incluso en sus actividades diarias. Cuando
coma, aun así puede seguir atestiguando: “aquí estoy, ingiriendo el
alimento, masticándolo. Probándolo.” Permanentemente disfrutará de
paz suprema, y se convertirá en amo de su cuerpo y mente. Caminará
como un sabio imperturbable.
Descubra quién es usted. Una vez que lo sepa, habrá hallado el
mejor instrumento para brindarles paz y armonía a todos. Por último,
descubrirá que no es alguien que sube y baja, sino una entidad
permanente, una imagen de Dios.
No sé si me estoy explicando con claridad. Lo único que sé es que
yo me siento siempre tranquilo y en paz. Nunca estoy deprimido o
emocionado. Nada me preocupa. Esa es mi gran riqueza. ¿Qué más
puedo necesitar? Todas las cosas forman parte de la naturaleza y ella
puede hacerlo todo. Mente y cuerpo integran la naturaleza. Como la
naturaleza cambia, ellos también deben modificarse constantemente.
Permítales que cumplan bien su papel. Sea testigo, el Testigo Eterno.

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Eso no significa que no será útil para los demás. Verá que estará
haciendo las cosas perfectamente, porque se ha convertido en un
hermoso instrumento y todo deseará acudir a usted, ser usado por
usted y servirse de usted. De este modo usted se convierte en un ser
imparcial, total, y neutral. Usted es una persona neutral. La neutralidad
es el centro de Dios, de la naturaleza. A partir de ahi, de acuerdo con la
necesidad, puede seguir cualquier rumbo, sin perder su centro.

82
Capitulo 16

Cómo meditar
Siempre que se encuentre en un estado de paz mental, medite. Para
eso, le basta cerrar sus ojos y relajarse, aunque sea por un minuto
solamente. Si desea profundizar la práctica de la meditación, dedique un
tiempo cada día. La meditación necesita que cooperen tanto la mente
como el cuerpo. Prepare el cuerpo con las asanas o posiciones de yoga,
y pranayama o ejercicios de respiración. En cuanto a la mente, aprenda
a mantenerla ocupada por completo en una sola cosa, pero no permita
que esa cosa o concepto lo ate.
Apéguese a un objeto de concentración, no cambie continuamente.
Es mejor practicar la meditación con regularidad; procure hacerlo dos
veces al día. Las escrituras recomiendan los momentos en que el día se
encuentra con la noche y viceversa, es decir, el anochecer y el amanecer.
No es ni de día ni de noche, lo cual se convierte en algo muy propicio.
Si no puede en esas horas, hágalo por la mañana, tan pronto como se
levante y por la noche, antes de dormir.
Si se levanta después que el mundo se ha levantado, probablemente
sea mejor aquietarse antes mediante posiciones yoga y algunos
ejercicios respiratorios. Entonces, comience a meditar. De esta forma,
pasa de lo físico, a lo mental y de lo mental a lo espiritual. Es muy
fácil pasar de lo material a lo sutil. Si se despierta muy temprano por la
mañana, antes del amanecer el momento ya es de por sí muy sáttvico
y pacífico. No interrumpa esa paz con prácticas físicas: empiece su
meditación de inmediato.
Incluso, en medio de las asanas de Hatha Yoga, quizá se sienta tan
pacifico que, sencillamente, deje la practica y disfrute de esa meditación
placentera. Cuando esté tratando de meditar, tómelo con calma. El
entrenamiento de la mente para que se concentre en un punto es como
el entrenamiento de un caballo. Si el animal no quiere galopar en
determinada pista, no puede forzarlo. Se le rebelará. Un entrenador sabio

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le dirá: “muy bien, ¿a dónde quieres ir? ¿Por allí? Bien, vamos.” Permite
que el caballo avance unos metros y, lentamente, lo trae de nuevo al
punto de partida. El caballo se queda contento: “ahh, me salí con la mía.”
Pero el entrenador pronto le dirá: “ahora, harás lo que te ordene.”
Su mente es algo parecida. Déjela que dé rodeos. Si no, la mente
edificará un bloque de tensión y, cuando piense en meditar, ella podrá
crear enfermedades psicosomáticas. Quizá sienta un leve dolor de cabeza
o de estómago. La mente tiene esa facultad. No debe forzarla a llegar
a ningún nivel, pero a la vez tampoco debe darle mucha rienda suelta.
Manténgala en un punto intermedio. Sea firme, pero a la vez suave.
Debe seleccionar un lugar limpio y atractivo, para meditar con
regularidad, donde no haya interferencias eléctricas. Quizás haya oído
acerca de algunos yoguis de la India que se sientan a meditar en una
plataforma de madera o sobre cierta hierba que no conduce electricidad.
Así, en cierta medida, se aíslan de la fuerza de gravitación de la Tierra.
¿Ha visto fotografías o cuadros de yoquis sentados sobre pieles de
animales? No mataron a esos animales para usar sus pieles, simplemente,
usaron lo que estaba disponible. A los yoguis de los bosques les resultaba
natural recurrir a pieles de animales, curtidas, que cumplían una función
similar a la de los guantes aislantes de los electricistas.
Con frecuencia, escogen pieles de tigre y venado. Se cree que si se
sienta uno a meditar sobre una piel de venado, adquiere las bellezas
estéticas, los encantos de la vida y también la liberación. En cambio, si
lo hace sobre una piel de tigre, obtiene todos los siddhis o capacitación y
poderes sobrenaturales. La piel de tigre produce poder porque conserva
sus propias vibraciones. Si el animal murió por causas naturales, la piel
aun mantendrá la cualidad o la naturaleza del animal. Si usa piel de
venado, obtendrá la naturaleza tranquila o gentil de ese animal. Incluso,
si se pone una prenda de vestir con el dibujo o la estampa de un tigre,
caminará usted como ese gran felino. De inmediato, se sentirá usted
como tigre. Es asociación mental o de ideas.
Desafortunadamente, esas prácticas antiguas, en la actualidad han
descendido a un nivel muy bajo. Muchas personas quieren meditar
sentadas sobre pieles de animales, lo cual ha sido promovido por los
vendedores. No se puede esperar obtener la mejor cualidad de las pieles
de animales sacrificados. A mí no me gusta usar una piel de animal para
la meditación. No sé si el animal fue sacrificado o murió naturalmente.

84
Si compra pieles, estará alentando a la gente para que mate más
animales. Sugiero mejor una sábana blanca doblada sobre un colcha
o alfombra. Use ésta sólo para sus prácticas de meditación y obtendrá
vibraciones hermosas.
La preparación del cuerpo para la meditación también es muy
importante. En la meditación trata uno de conservar su mente quieta,
concentrada en un solo objeto, sin mucha conmoción. Para hacerlo
uno comienza aquietando su cuerpo. Esto es posible sólo si toma una
decisión firme. Basta con decirle al cuerpo y sus miembros: “no voy a
mover ninguna parte hasta que termine la meditación.” La decisión que
usted asuma será oída por todas las células de su cuerpo. Si la decisión
es muy contundente, el cuerpo obedecerá, sin quejarse. Imagínese a su
mente y cuerpo como si fueran niñitos. Si desea que obedezcan, no tiene
que ceder.
Es mejor sentarse con las piernas cruzadas. Siéntese derecho. Que su
espina dorsal esté en posición erguida, pero no tiesa. Expanda bien su
pecho. A los principiantes se les hará más fácil esta posición si se sientan
en el borde de una almohada firme. Si no les es posible, puede usar una
silla, pero mantenga su columna vertebral libre, sin reclinarse.
Es normal sentir un leve dolor cuando uno empieza a practicar
la posición de piernas cruzadas. Poco a poco, lentamente, se irá
sobreponiendo. En el momento en que comience a sentir dolor, cambie
la posición de sus piernas. Siéntese en otra forma más cómoda y siga
meditando. Esto no significa que debe evitar tanto el sentarse como la
meditación. Al principio, adopte la posición que más le duela y luego
cambie a otra.
Incluso, hasta puede levantarse y caminar un poco, mientras medita.
Después, vuélvase a sentarse por un período más largo. Una vez que
encuentre su verdadero centro de gravedad -su equilibrio- dominará esa
posición y se ubicará firme y cómodamente. Comience a meditar poco
a poco.
¿Por cuánto tiempo debe sentarse? Si se trata de una meditación
profunda, 5 ó 10 minutos bastan. Si no es profunda, hágalo por un poco
más de tiempo. Comience con 15 minutos. A los 15 días, fácilmente,
podrá sentarse por períodos de 20 minutos. Así irá aumentando de 20
a 25 y de 25 a 30. Nada se construye en un solo día. Todos los que han
aprendido a meditar han dado estos mismos pasos.

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Si durante la meditación, en ocasiones, le molestan pensamientos
ajenos o deseos, lo mejor que puede hacer es meditar en el deseo mismo.
Por supuesto, primero deberá tratar de ignorarlo. Pero quizás eso no dé
resultado. He aquí un ejemplo: está usted en un cuarto, haciendo algo
con mucha concentración. De pronto, alguien entra sin avisar. Lo ve
usted de reojo y comprende que no es el mejor momento para recibirlo,
o que no desea hablar con él. Podría decirle: “¡no se atreva a venir sin
una cita previa! Váyase!” De esa manera, él no se irá muy contento y se
ganará usted un enemigo. Quizá golpee la puerta al salir y grite cuando
ya esté afuera. Si usted rechaza un deseo muy fuerte no se irá, sino que
esperará otra oportunidad para atacarlo, cuando esté más débil. No lo
arroje por la fuerza.
Si sabe que alguien está allí, ni siquiera lo mire. Simule estar
muy ocupado, profundamente interesado en algo. Incluso, cuando
diga: “disculpe, señor”, pretenda no oírlo. Usted está muy ocupado.
Concéntrese aún más. Esperará unos minutos y luego pensará: “creo
que está muy atareado. Regresaré en otra ocasión.” Y se marchará.
Por otro lado, si insiste en llamarle su atención -incluso más allá del
límite de su paciencia- respóndale diciendo: “sí señor, ¿en qué puedo
servirle?” Analice el deseo. Si no puede hacer usted lo que él le pide,
dígale: “sí, con mucho gusto lo haré, pero no en este momento. Vuelva
en otra ocasión.” Al analizarlo, tal vez pueda deshacerse del deseo o
arreglar el asunto de inmediato. Supongamos que está usted meditando
y siente el deseo de comer o de ir al cine. Como no puede ignorarlo,
afróntelo: “muy bien, me quieres llevar al cine. ¿Cuántas películas hemos
visto recientemente? ¿Qué hay de nuevo hoy? ¿Me beneficiará más que
el sentarme a meditar?” Analice, arguya, eduque el deseo mismo.
“Bien, me parece que la película no me beneficiará,” dirá.
“Entonces, ¿no podríamos esperar? Te complaceré después, quizá
mañana mismo.” No siempre sea tan firme. Es necesario ceder un poco
de vez en cuando. Pero no puede acceder a todo, siempre. Si el deseo es
por algo agradable entonces ceda.
Es como tomar un poco de café de vez en cuando. Por lo general,
le advierto a la gente que el café y el té no son buenos, a causa de los
estimulantes que contienen. Pero si alguien siente el deseo de tomarse
una taza de café por la mañana, puede servirse una sola. “¿Quiere café?
Muy bien, le daré una taza.” Ponga a calentar una taza de leche y

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agréguele un poco de café. La mente queda satisfecha. Toma un poco
de café.
Trate a su mente como si fuera alguien mimado que desea todo lo que
ve. Use su inteligencia. Eduque su mente. Discuta con ella, pero no se
resista a todo. De vez en cuando, acceda. Todos estos trucos son útiles
para entrenar la mente.
Al continuar su práctica, experimentará diversos grados de realización.
En las escrituras hindúes, el Señor dice: “fija tu mente sólo en Mí. Que
tus pensamientos se enfoquen sólo en Mí. De aquí en adelante, sólo
vivirás en Mí.” Ese es el yoga perfecto y la forma más alta de adoración.
Si aún no puede fijar su mente sólo en Dios, cuando ella divague sujétela
y llévela ante Él. Esta es la práctica óptima -la de la concentración- que
lo conducirá a la meditación constante. Si aún no es capaz de practicar
así, continúe haciendo todo de forma usual, pero al hacerlo, dígale al
Señor: “lo estoy haciendo para ti.” Cuando obtenga los resultados, por
lo menos déle un poco a Él.
Si no puede acostumbrarse a estar sentado y meditar, no se desespere.
Levántese y haga algo. Es como si tratara de dormir. Si le cuesta conciliar
el sueño, no se quede acostado en la cama. Levántese y haga algo hasta
que le dé sueño. Entonces, cuando se acueste, dormirá inmediatamente.
No a todos les interesa sentarse a meditar. Para muchas personas
activas les es imposible. Eso está bien. También ellas pueden meditar,
según el Karma Yoga, es decir, la meditación en acción. Incluso cuando
esté haciendo algo fisicamente, su meta puede ser la meditación. Al fin
y al cabo, ¿qué es la meditación? Enfocar toda su mente en lo que está
haciendo. Si piensa en sus amigos o en su negocio cuando está lavando
un plato, no podrá lavarlo bien. Quizá le quede alguna mancha. Por lo
tanto, hacer una sola cosa a la vez y hacerla bien, constituye una forma
de meditación física.
El estar sentado es una meditación mental. Le permite al cuerpo
relajarse, mientras permanece en esa postura, en tanto todo lo hace
con la mente. Siéntese en silencio. Enfoque la mente sobre el objeto
seleccionado o, sencillamente. repita un mantra. No haga ninguna otra
cosa. Olvídese de todo. Para oír el sonido interno, cierre sus oídos, ojos
y boca y escuche el sonido de la vida interna. Permanezca quieto física
y mentalmente. Relájese por completo. Después, busque y oiga algo
interno. No abra sus ojos: trate de sentir esa vibración en su interior. No

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necesita hacer nada, sólo quédese quieto y esté alerta a cuanto sucede en
su interior. Eso le agradará.
Puede combinar el mantra con la respiración de cualquier forma que
le sea agradable, ya sea dividiendo los sonidos del mantra para que
vayan con el ritmo del inhalación y la exhalación, o repitiendo algo
alternativamente. Si observa con atención, puede sentir la respiración,
a la vez que repite el mantra. Entonces puede dejar de repetirlo y
concentrarse en el sonido. Para lograrlo se necesita la atención completa
de una mente absorta.
Al inhalar sienta cómo penetra el aire hasta la base de la espina dorsal.
Al exhalar experimente la sensación desde su columna vertebral hasta
su cuero cabelludo. No deje que la respiración sea exhalada a través de
sus fosas nasales. Al principio, quizá se le dificulte seguir el ritmo de la
respiración y experimentar la sensación en su espina dorsal: sólo sentirá
que entra en su cuerpo y sale de él. Pero después de unos meses de
práctica experimentará la sensación en toda su espina dorsal.
Al profundizar su meditación, podrá sentir que la respiración y la
energía se mueven hacia arriba, hasta su cuero cabelludo. Si observa
cuidadosamente cómo pasa por la espina dorsal sentirá una agradable
sensación de calor. No trate de evadirla. Cuando la siente concentre en
ella toda su atención.
Se le propone que siga el rastro de la respiración para que cobre
conciencia de la energía psíquica que pasa por la columna vertebral,
a través de los chakras o centros espirituales. Estos plexos nerviosos
localizados en toda la columna, pueden ser usados como focos para
su contemplación mental, durante la meditación. Sin embargo, no se
recomienda mantener la mente concentrada en los chakras bajos. Si
siente calor en ese punto, disfrútelo, pero no permita que la mente se fije
en él. Lleve la mente a uno de los centros más altos, como el corazón o
el tercer ojo. Atraiga toda su energía hacia arriba.
Los centros nerviosos psíquicos se unen en un punto entre las cejas
-no en el exterior, sino en el interior- casi en la parte central del cráneo:
para ser precisos, donde se alojan sus glándulas pineal y pituitaria, a las
cuales se las llama Siva y Shakti, en el simbolismo yoga. Tienen el toro
como vehículo: la glándula de tiroides. Siva monta al toro y, por ello, es
el comandante jefe. Pues la tiroides se imponen sobre todo el sistema.
Es una réplica de todo el cuerpo. Puede enfocar su meditación en el

88
centro del corazón amoroso o en la torre central, entre las cejas, en la
cual se ubica el santo de santos, o el sancta sanctorum.
En ocasiones, durante la meditación, quizás oiga un sonido muy sutil,
pero cuando trata de oírlo mejor, desaparece. Es como una amante. Si la
ve, ella no lo ve a usted, mas si se ocupa usted en otra cosa, entonces lo
mirará. Si llega a usted ese sonido, ésa será la señal del amor verdadero.
El sonido de Dios en usted, lo ama cuando no está consciente de él.
Esto no significa que no debe estar consciente, sino que en el momento
en que cobre conciencia se emocionará o bien se asustará, y perderá la
serenidad que generó ese sonido.
Es como si mirara la imagen de su rostro reflejada en el agua y tratara
de tocarla; la imagen desaparecería de inmediato a causa del oleaje.
¿Qué hace entonces? Espera con paciencia y, poco a poco, comienza a
ver su rostro de nuevo.
Sepa lo qué puede ocurrir durante la meditación: cuando suceda,
no se sentirá emocionado ni ansioso por experimentar más pues estas
reacciones alteran la tranquilidad de su mente.
Quizá se pregunte: ¿es realmente el sonido cósmico lo que estoy
oyendo? Incluso si se tratara sólo de su imaginación no habría nada de
malo en ello. O si fuera sólo una ilusión sería mejor que otras ilusiones.
No está imaginando a un demonio sino algo bello. Es muy bueno
imaginarse lo bello. Después de todo usted llega a ser lo que imagina.
Mientras no vea u oiga algo tiene que comenzar con la imaginación.
Más tarde, vendrá por sí mismo, quizás un poco diferente de lo que se
imaginó. No crea que estas experiencias son ilusiones.
Para salir de su meditación, con lentitud, vaya aumentando el tiempo
de su inhalación y exhalación. Respire en espasmos largos. Exhale el
aire a través de sus fosas nasales. Inhale y exhale profundamente,
varias veces.

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Capitulo 17

Yoga tantrico
Muchas personas casadas preguntan si pueden practicar yoga
tántrico. Creen que éste se relaciona con el sexo. Ese es un
malentendido acerca del yoga tántrico, el cual no tiene nada que ver
con la unión sexual. Las escrituras tántricas antiguas no se refieren a
la unión física aunque, en ocasiones, usan vocablos de esa naturaleza
para expresar cierta unión espiritual.
En la tradición cristiana, uno puede decir que una monja está
casada con Dios o con la iglesia, o que un judío piadoso lo está con
la Tora. Por supuesto, con ese simbolismo no nos referimos a ningún
acto sexual. Lo mismo se puede decir del yoga tántrico. Se trata más
bien de la unión de Siva y Shakti, las vibraciones o poderes femenino
y masculino, dentro de nosotros. El poder que crea y manifiesta es
Shakti. La parte estática, que es la causa o la base, es Siva. El poder
de Siva controla la parte superior del cuerpo, mientras que Shakti
controla la inferior.
Todo aquello que lo impulse hacia abajo debe ser impulsado hacia
arriba. Esa fuerza sutil-la energía creativa- que lo puede llevar hacia
el área sensorial, también debe elevarse. En la meditación profunda,
la mente se aquieta. Usted produce energía estática— un poco de
calor—la cual es Shakti, se eleva lentamente hacia la cabeza, Siva,
donde ambas se unen. Por su práctica de meditación regular, usted
despierta la gran energía almacenada en la base de su espina dorsal,
comúnmente llamada la fuerza kundalini. Sucede cuando su mente
apunta sólo a la meditación profunda.
La unión de Siva y Shakti es simbólica. Las enseñanzas espirituales,
a menudo, se dan en lenguaje codificado. No crea que todo el mundo
puede leer la Biblia y entenderla. También las escrituras antiguas
tienen ese significado esotérico o interno. Aquí, la unión tántrica
o espiritual es descrita como la unión del aspecto femenino con el

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masculino, o de Shakti con Siva. Ese lenguaje puede interpretarse
equivocadamente como si se refiriera a la unión fisica.
Algunas personas se aprovechan del lenguaje de las escrituras
tántricas y dicen: “ven. Te voy a enseñar yoga tántrico. Acuéstate
conmigo.” Con mi corazón quebrantado, admito que muchos falsos
gurús hacen esto. A ellos les digo: “si desean realizar un acto sexual,
sean francos y digan: ‘si quieres tener sexo, dilo abiertamente.’ Hagan
lo que quieran, pero no mezclen las escrituras alegando dar una
enseñanza que es falsa.” Hasta los demonios pueden citar las escrituras.
Existen muchos conceptos erróneos acerca de estas cosas. Si llega
a sus manos un libro de yoga tántrico quizá lea acerca de la ofrenda
de madya, que es el vino o el licor. Algunos tal vez le digan a una
chica: “eres mi diosa: yo soy tu Dios. Ofrezcámonos madya. Bebamos
y luego hagamos el amor.” Esa no es la bebida que se menciona
en las enseñanzas. Madya se refiere a ciertas hormonas internas.
Precisamente, son las sutiles hormonas psíquicas producidas por las
glándulas pituitaria y pineal, y la fuerza que las impulsa y las rodea.
Cuando se eleva esa kundalini o fuerza creativa, lleva calor a esas
glándulas, las cuales segregan esta hormona que ningún médico ha
visto jamás en su probeta de laboratorio. Esa hormona es llamada
madya, el néctar que prueba usted cuando Siva y Shakti se unen. Uno
se embriaga, se intoxica espiritualmente con ese néctar.
Por desdicha, todo ha sido mal interpretado en un nivel mundano.
Algunos están “enseñando” yoga tántrico. Pero esta unión sólo sucederá
en su meditación regular. La unión tántrica sobreviene durante cualquier
meditación profunda en el momento en que usted hace que su mente se
aquiete por un lapso considerable.
Puede comprobarse científicamente. Cuando el cuerpo está en calma
por completo, experimenta una sensación de calor. Como no hay
desgaste la energía se vuelve estática, tal como ocurre con la corriente
calórica que tiene un condensador. Se puede sentir el calor de una
batería, porque contiene una corriente que no está fluyendo, sino que
permanece almacenada. Durante la meditación, usted almacena todo
su prana, su energía vital, en el cuerpo. No hay movimiento mental,
no surgen pensamientos perturbadores: en consecuencia se ahorra
hasta la más pequeña cantidad de energía. Esto produce la energía
estática que, a su vez, genera calor.

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Cuando llegue el momento de esta experiencia, su cuerpo debe ser
capaz de soportarla. De otra manera, estallará, como cuando se trata de
almacenar demasiada corriente en un condensador. Por esta razón, el
cuerpo debe edificarse con prácticas del yoga.
Construya un cuerpo puro, fuerte y flexible. Después desarrolle su
fuerza interna. Permita que aumente mediante su meditación profunda.
Deje que el poder estático corra por su espina dorsal y ascienda hasta
el cráneo. He aquí al Meru, a los Himalayas, las alturas y los cielos
mismos. Este es el momento en que usted prueba el néctar de la unión
espiritual y se embriaga, a causa de esa gran experiencia.

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Tercera parte

El cuerpo humano es un templo

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94
Capitulo 18

Hatha Yoga
El cuerpo humano es un templo. Manténgalo fuerte y flexible. Trátelo
con amabilidad. Los códigos éticos, Yama y Niyama son los primeros
dos miembros de las ocho ramas del yoga. La tercera es asana, posturas
de yoga que purifican el cuerpo. Nunca ignore el cuerpo, puesto que
es el instrumento más importante. Haga lo que hiciere, usted necesita
un cuerpo. Por esta razón, las antiguas enseñanzas del yoga siempre
reafirman el cuidado que él merece. En casi todas las tradiciones
religiosas, esto se dice en forma indirecta, pero no tan abiertamente y
con tanto énfasis como en el yoga.
Para purificar el cuerpo, practicamos las disciplinas de Hatha Yoga—
las asanas o posturas y pranayama o técnicas de respiración—que se
encargan de la salud del cuerpo. Esto implica también dieta. Evite lo
que contenga toxinas o lo que estimule innecesariamente su cuerpo;
trate de eliminar el alcohol y el tabaco. Si no purifica el cuerpo, se vuelve
muy difícil purificar la mente.
Aprenda a vivir de forma natural. Primero siéntase cómodo
fisicamente; la paz mental vendrá entonces, de forma automática.
Viva de tal modo que su cuerpo resplandezca, sea saludable y más
flexible. Entonces, cuando se siente a meditar, no experimentará
molestias ni dolores y no desaprovechará el tiempo meditando en
ellos. La meditación precisa de todas estas ayudas. Usted no puede
comer cuanto quiera y después sentarse a meditar. El cuerpo le
dirá: “no. No lo permitiré.” Usted necesita una cooperación entre el
cuerpo y la mente. Por eso, entrena el cuerpo mediante toda clase de
posturas Hatha y de prácticas de respiración. Después, cuando llega el
momento de la meditación, fácilmente puede meditar en lo que sea. La
comodidad física se mantiene gracias a la comida, el ejercicio y el aire
apropiados. Las posturas físicas traen comodidad al cuerpo, lo liberan
de tensión y toxinas.

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Puede practicar Hatha Yoga por sí mismo hasta que encuentre
un maestro. Lea cualquier libro y pruebe. Acostúmbrese a ello. Ya
encontrará un buen maestro y podrá corregir algunos puntos. Pero
recuerde, si está usando un libro de yoga, tenga cuidado. El libro puede
decir que, si se para de cabeza por un largo rato ya no tiene nada más
que hacer. Es más importante aprender a pararse sobre los pies que
aprender a pararse de cabeza. No pase pronto a las prácticas avanzadas.
Empiece calmada y lentamente. Si tiene una inflamación de oídos,
encías sangrantes o dolor de cabeza, no debe intentar erguirse apoyado
en ella o adoptar cualquier postura invertida. He visto muchas personas
saludables y normales que han leído algún libro donde se les dice: “si
permanece de cabeza durante media hora, obtendrá la llave de oro
del cielo.” Lo practican por largo tiempo y, cuando terminan, tiene
coágulos de sangre en sus ojos, que tardan varias semanas e, incluso,
meses en sanar.
Cuando usted lee esas indicaciones piensa que fácilmente puede
pararse de cabeza. Mas el permanecer así no es sólo un acto físico. Su
mente y cuerpo deben estar en condiciones apropiadas para soportar
la presión. Su alimentación ha de ser por completo diferente a la
dieta normal de la mayoría de las personas. Su vivir cotidiano debe
ser distinto, aplicado al objetivo que persigue y perfectamente ético:
tiene que ser capaz de conservar una gran cantidad de prana, la energía
vital en la respiración. Si sus vasos sanguíneos son débiles, puede sufrir
una hemorragia severa por la nariz o los oídos. El intentar prácticas
avanzadas, sin haber cumplido los requisitos preliminares, puede
enviarlo fácilmente al hospital.
Es mejor permanecer de cabeza durante dos minutos, sin dificultad,
que permanecer veinte minutos y agotar el sistema. Si recién empieza,
es conveniente hacer la mitad del ejercicio sin levantar las piernas. Baje
la cabeza, levante el tronco, pero mantenga los pies en el suelo. Vea
cómo se siente. Si siente completa confianza y no experimenta molestia
o algún malestar, entonces, lentamente, levante las piernas. No las
eleve de golpe. Hágalo poco a poco. En realidad, no es tan importante
levantar las piernas. Sólo poner el cuerpo hacia abajo proporciona, por
lo menos, el ochenta por ciento de los beneficios del permanecer de
cabeza. No se arriesgue a lastimarse. Ande con cuidado. Analice su
propia capacidad.

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La postura de hombros es muy importante, ya que tonifica la glándula
tiroides, que se halla en la base de la garganta. Las tiroides son como
la sal. Ningún alimento está completamente libre de sal: hasta la miel
contiene un poquito de sal. De igual modo, la hormona que produce la
tiroides va con cada una de las otras hormonas, como un complemento
para ayudarlas a hacer un trabajo extra. La postura sobre los hombros es
muy beneficiosa para la glándula tiroides y, en consecuencia, para todas
las glándulas del cuerpo. Fundamentalmente, la postura de los hombros
beneficia a todo el cuerpo.
Si las mujeres insisten, pueden practicar las posturas de Hatha Yoga
durante el período menstrual, pero es mejor evitarlas. Son aceptables
si no esfuerzan demasiado su cuerpo. Esas prácticas deben ser suaves y
ligeras, descartando actividades o técnicas de respiración extenuantes,
cuando el cuerpo y la mente se hallan en un estado muy relajado.
Durante el período menstrual, todo el cuerpo está acondicionando su
mecanismo: las partes están bien lubricadas. Cuando usted revisa y
re-acondiciona una máquina, no le pone una carga pesada. De igual
modo, durante el período menstrual, ha de evitarse cualquier cansancio
físico agotador, incluyendo las posturas del yoga.
Desafortunadamente, esto ha sido subestimado por muchas personas.
Parece que ignoraran los sutiles cambios que están sucediendo en el
cuerpo: sin embargo, si no se los respeta, después pueden dañar el
sistema. En estos tiempos modernos, algunas mujeres dicen: “tengo
que trabajar. Si no lo hago cada mes perderé cinco días de salario.
Nadie me dará empleo.” Es su decision, pero el método de la naturaleza
es diferente.
Si usted es principiante no comience las asanas durante el embarazo.
Si ya ha estado practicando por lo menos unos seis meses anteriormente,
entonces continúe, pero reduzca las posiciones extenuantes. Relájese
convenientemente y practique la respiración profunda. También
la ayudará el caminar mucho. Ingiera alimentos sencillos y de fácil
digestión. No introduzca toxinas en su organismo. Consuma un poco
más de calcio. Cuando el bebé está en el vientre, todo lo que usted haga,
vea y piense afectará al niño. Cuelgue cuadros hermosos de santos y
sabios en su habitación. Cada pensamiento que procede de la madre
afecta al bebé.
Si usted quiere un hijo espiritual, tenga ideas sobre el yoga y lea

97
libros espirituales. Los mismos pensamientos serán transferidos al
bebé. Espere un nacimiento fácil. El dolor del parto ni siquiera será
dolor. Debería ser tan fácil como el ir al baño. El mismo temor al
parto produce la mayoría de las dificultades porque genera tensión.
Tenga plena fe. Ahora, muchas jóvenes han regresado a la vida natural
y desean partos normales, sin anestesia. Trátese amablemente. Sepa
que Dios está enviando un alma hermosa a través de usted, que es su
vehículo. Él cuidará de esa criatura. Puede practicar asanas hasta casi el
momento del nacimiento.
Cualquier persona que ejercite estas posiciones debe considerar las
asanas como una sesión de meditación. Yoga significa tranquilidad y
concentración de la mente. Cálmese y tenga actitud meditativa durante
toda la sesión. Puede meditar en las diferentes posturas, advertir los
sentimientos que le llegan mientras las lleva a cabo y meditar también
en los beneficios. Si está practicando con otras personas, no las vea.
Siéntase solo. Obsérvese a usted mismo.
Cuando esté en cierta postura, no se empeñe excesivamente. Si se
esfuerza, no hará yoga sino, sólo ejercicios o esfuerzos corporales.
Se tratará de ejercicios físicos. Más bien practique posturas “firmes
y cómodas” pues éste es el significado de asana. Cerciórese de que
su respiración sea normal durante todas las posiciones, que fluya
libremente cuando mantenga las posturas. No contenga la respiración.
Si se siente cansado descanse cuando pase de una postura a otra. Con la
práctica, necesitará menos períodos de descanso entre las asanas, pero
guarde siempre algún tiempo, para una profunda relajación, al final.
Procure perfeccionar su postura. Es correcto hacer algunas variaciones
de las posturas básicas, esencialmente, para evitar que la mente se aburra
con determinada rutina, pero lo más recomendable es que no sean
muchas. Un buen hatha yogui hace menos variaciones que alguien poco
avanzado; su práctica se ha vuelto más sencilla. Deben utilizarse todas
las posiciones básicas, antes de procurar variantes. Hacer “bien” las
posiciones se refiere no sólo a la forma sino a la capacidad de mantener
correctamente la pose. Luego, si usted quiere añadir alguna variación,
es lícito que lo haga. Una sesión completa de Hatha Yoga no necesita
prolongarse más de una hora y quince minutos, incluyendo el período
final de relajación profunda, las prácticas respiratorias y una breve
meditación, de uno o dos minutos.

98
Si tiene poco tiempo, no reduzca el período de relajación profunda
después de las asanas. Tampoco se deben abreviar las prácticas
respiratorias. Si tiene que acortar algo, puede eliminar algunas asanas,
pero nunca las posiciones de hombros y del pez. Cuando haya
aprendido asanas más avanzadas, incluya la del pavo real, posición de
cabeza y levantamiento del estómago. La idea es comenzar con prácticas
más suaves, a las que irá fortaleciendo gradualmente, añadiendo otras
más avanzadas. A medida que desarrolle su capacidad puede eliminar
las que son elementales.
No se preocupe si cada día no dispone de tiempo para una sesión
completa de Hatha Yoga. Puede cumplir una parte un día y continuar lo
que le faltó en la jornada siguiente hasta que termine la sesión completa.
Al practicar las posiciones siempre haga algo menos de lo que usted
es capaz: no llegue a su límite. Cuando mejore su práctica, la tensión
no crecerá mientras sostiene las posturas. Por eso, los estudiantes más
avanzados no precisan descansar mucho entre cada postura y pueden
pasar, casi directamente, de una a otra. El no necesitar mucho descanso
entre asanas es señal de que está avanzando.
Concluida la serie de asanas, acuéstese sobre su espalda y relaje el
cuerpo entero, desde los pies hasta la cabeza. Repase mentalmente su
cuerpo y relaje cada parte. Después, recostado como un muerto, puede
buscar con la mente cualquier tensión. Si la encuentra en alguna parte,
envíe un mensaje para que el músculo se relaje. Por su voluntad usted
puede ordenar que sus músculos se relajen.

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Capitulo 19

El aliento de vida
Cuando usted esté practicando las posturas de Hatha Yoga, quizá
sienta un torrente de energía o prana. Como todo el sistema está siendo
reorganizado, lo que está sintiendo es el movimiento de prana en el
cuerpo. Mientras se mueve, vuelve a alinear muchas partes del cuerpo
que estaban desalineadas. Eso es bueno y lo tornará más tranquilo y
saludable. Nunca lo perjudicará.
Prana es la energía o fuerza vital que causa el movimiento. Todo
movimiento, en todas partes, aun el movimiento dentro del átomo,
incluso el del pensamiento, lo causado por el prana, la energía cósmica.
La electricidad es prana. Su respiración es prana. Su digestión es prana.
Las funciones tienen diferentes nombres, pero todas son la misma
corriente o fuerza: prana.
Usted obtiene prana de la comida, del sol y del aire que respira.
Respirar no es sólo eso. El aire se detiene en sus pulmones, pero el
prana corre por todo el cuerpo. Aun cuando sus pulmones sólo puedan
convertir parte del oxígeno admitido para la sangre, prana utiliza el
resto para todas las partes del cuerpo. Usted es un haz de energía. Esta
fuerza vital es prana. La práctica de pranayama nos conduce al control,
la regulación y el dominio de la fuerza vital. Consiste en aprender a
controlar el prana y a dirigirlo como usted desee. El oxígeno es una gran
panacea, una excelente medicina para todo tipo de tóxico. El mundo
sería mucho más feliz, si se supiera la importancia del pranayama.
Al practicar las técnicas respiratorias del pranayama, la mente se
esclarece y se prepara para la concentración. Pranayama purifica el
sistema nervioso y elimina las toxinas del cuerpo y la sangre. Con
pranayama usted suprime la mucosa nasal que causa la fiebre del heno
y su consecuente malestar. Prana también es el mejor cosmético. A
una de las prácticas respiratorias se la llama “abrillantador del cráneo”.
Hace que su cabeza y todo su rostro brillen con la vitalidad de prana.

100
Esto no es solamente sabiduría yoga, también es algo científico. En
la actualidad, los científicos saben que, por lo general, durante una
inhalación normal aspiramos unos 500 centímetros cúbicos de aire.
Mediante la práctica de la respiración profunda del yoga, aspiramos
3. 700 centímetros cúbicos, en cada inhalación. Deberíamos practicar
respiración profunda, de vez en cuando. Cada hora haga un poco de
respiración profunda.
Prana jamás podrá contaminarse. Por esta razón, todavía podemos
vivir en nuestras ciudades. Si el aire que lo rodea está contaminado, ésa
no es excusa para no practicar respiración profunda. Entre las 4 y las 6
de la mañana, no hay contaminación. No tiene nada que hacer. Usted
se beneficiará sólo con levantarse y caminar. También es la mejor hora
para la meditación.
Debe regular la respiración, porque ella une a la mente con el cuerpo.
Si la respiración se regula, también la mente. Una respiración calmada,
lenta y uniforme mantendrá la mente tranquila. Pero antes de que usted
calme la mente, mediante la respiración uniforme y lenta, debe estar
alerta. Temprano, en la mañana, usted puede rehacer todo el sistema,
eliminar la somnolencia, proporcionarle cierto efecto tónico a todo el
cuerpo, quitar la tensión de diferentes lugares y darle un movimiento
armonioso a todas las células, mediante una práctica específica llamada
bhastrika o respiración de fuelle.
Antes de la meditación, haga tres rondas de expulsiones rápidas del
aire, a través de la nariz. Siéntese relajado, pero derecho y sin apoyo
alguno en su espalda, con el pecho completamente expandido. Llene
sus pulmones de aire y empiece a exhalar, poco a poco, por las fosas
nasales. El abdomen se aplasta cuando el aire sale forzadamente por
la nariz. Entre cada exhalación forzada el aire penetra. Diez o quince
rápidas exhalaciones componen una ronda. La última expulsión debe
ser más profunda, de manera tal que elimine todo el aire. Después,
aspire lentamente. Llene los pulmones y sostenga el aire. Mientras lo
sostiene, doble el cuello y acerque la barbilla al pecho cuanto pueda. Es
como inflar un globo. Usted dobla el cuello y lo limita para que el aire
no se escape. Sosténgalo allí, por unos diez o quince segundos. Quizá
sienta como una suave corriente eléctrica. No hay peligro en eso; no se
exalte. Luego, levante el cuello y exhale con lentitud por la nariz. Exhale
completamente, comprimiendo el abdomen casi hasta el final. Respire

101
con normalidad unas dos veces y repita este proceso en una segunda y
tercera ronda.
Esto hará que el cuerpo se sienta vigorizado y la mente alerta.
Después, puede preparar la mente de una manera hermosa para la
meditación con respiración nasal alternada o solamente respirando
lenta y profundamente por ambas fosas nasales al mismo tiempo. Debe
tomar la mayor cantidad de aire, expandiendo bien el estómago y el
pecho, mientras inhala incluso puede levantar un poco el cuello, al final
de la inhalación, para permitir que entre más aire, pero no fuerce los
músculos o los pulmones, mientras practica la respiración profunda. La
exhalación exige que todo se haga a la inversa. El cuello baja, el pecho
se vacía y el abdomen se aplana.
Patanjali dice que, mediante la práctica de pranayama, la mente se
clarifica y se adapta para la concentración. Practique algunas rondas de
respiración nasal antes de la meditación y pronto verá los resultados.
Exhale con lentitud por la fosa nasal izquierda y luego inhale por ella.
Después, cambie, es decir, exhale e inhale sólo por la fosa nasal derecha.
Cambie otra vez y continúe de esta manera.
Esta respiración profunda es el nervio del aliento purificador.
Continúe, ya sea usando el método nasal alternado o con prolongadas
inhalaciones, por lo menos durante dos o tres minutos. Siga la respiración
con la mente. Sienta cómo entra, cómo sale y cómo regresa. En una
etapa más avanzada, usted podrá detener el aliento por un período más
largo, antes de exhalarlo. Pero debe ejercitarse gradualmente o puede
sufrir perjuicio.
Los objetivos principales de pranayama son: purificar el sistema,
calmar y regular la mente. Si alguna vez se siente disgustado, tenso o
preocupado, practique la respiración profunda lenta, poniendo total
atención en ella: con facilidad su mente gozará de un estado de calma.
Aquí, prana es el movimiento de la respiración y el de la mente juntos.
Son interdependientes. Si regula el prana, usted ha regulado, mediante
el movimiento de la respiración, el movimiento mismo de la mente.
Si puede controlar la mente, usted es el maestro. Pranayama lo ayuda a
controlar ciertas partes del cuerpo, ciertos músculos que, normalmente,
no están sometidos a control. Con estas prácticas podemos controlar la
mente. Al ejercer control sobre la respiración puede controlar ese sutil
prana. Pero sea moderado y tenga paciencia. Pranayama nunca debe

102
hacerse con apremio, ni debe intentar un avance muy rápido porque
está tratando con energía vital. Los escritos del yoga personificaban al
prana como una cobra mortal. De modo que, recuerde, está jugando
con una cobra. Si juega bien y hace que la cobra dance con propiedad,
obtendrá muchos beneficios, como le sucede a los encantadores de
serpientes en la India. Las utilizan para ganarse el sustento, pero si no
obran adecuadamente, pueden resultar muertos. Lo mismo sucede con
prana. Usted debe tener mucho cuidado, haga todo con prudencia, evite
la más leve tensión y nunca se apresure.
Durante las prácticas de pranayama, la concentración ha de ser
introspectiva, es decir, debe permitirle observar lo que sucede. Mientras
inhala y exhala, concéntrese en la respiración. Cuando retiene, analice el
interior y vea qué sucede. Cada persona observará algo diferente.
En el árbol de la práctica yoga, la cuarta rama es pranayama.
Solamente un individuo fuerte puede comprender a Dios. Una persona
espiritual debe ser fuerte, no sólo mental sino también fisicamente. Por
lo tanto, hemos de aprender a regular y almacenar vitalidad. El prana
se desperdicia de muchos maneras, por ejemplo, con el excesivo comer,
dormir, hablar y en la relación sexual. Los sabios han calibrado cuánta
vitalidad se pierde en diferentes acciones. Ellos saben exactamente
cuánto malgasta usted si habla mucho, si corre mucho o come mucho.
Hacen estas mediciones, teniendo en cuenta la prolongación o la
brevedad de la respiración.
La máxima cantidad de pérdida la causa el sexo sin límite. Por este
motivo, es muy importante la moderación sexual. Sin el prana, usted
está física y mentalmente débil. Si quiere fortalecer su cuerpo y su
mente, conserve ese prana, el fluido vital. Es como el oxígeno, que
puede condensarse y hacerse líquido. Se almacena en el cuerpo y cuando
es necesario, se evapora como gas, prana, dando vitalidad al organismo.
Pranayama se practica, esencialmente, para producir esta vitalidad.
¿Cuántos somos conscientes de la forma en que respiramos? El aire
entra y sale unas quince o dieciséis veces por minuto. ¿No es extraño
comprobar que el aire permanece en esta ciudad sagrada a la que
llamamos cuerpo humano? ¿Cuántos agujeros tenemos? En un tubo con
muchos agujeros o perforaciones, el aire se escapa. Sin embargo, aquí
tenemos las nueve puertas de la ciudad. No obstante, el aliento de vida
se queda. Salé, pero algún poder parecería que nos lo reintegra. Aun

103
cuando nosotros no nos preocupamos por el aliento de vida, alguien
parece estar interesado en que permanezcamos con vida.
A veces, parece como si hubiese una lucha entre ese poder invisible
y el aliento mismo. El aliento se queja: “¿qué pasa? Tú me empujas
adentro y cada vez que voy, ese sujeto me destruye. En cuanto entro,
me quema y me desecha como dióxido de carbono.” El aliento penetra
con vida y lo matamos, lo quemamos. El aire quizá no quiera regresar
otra vez, pero la Fuerza lo dice: “no, éste es mi bebé. He de usarlo para
cierto propósito. He de trabajar a través de él, de modo que quiero que
sobreviva por un tiempo más. Cuando termine su trabajo, diré: ‘no
regreses más’. Entonces, lo pondrán en un ataúd. Hasta entonces, he de
mantenerlo con vida. Regresa.”
Por eso vivimos. No podemos atribuirnos méritos propios por nuestra
vida. Hacemos muchas cosas para destruirnos; sin embargo, todavía
vivimos. ¿No es sorprendente? Debiéramos haber muerto hace mucho,
pero mucho tiempo. Entonces, ¿qué nos hace vivir? Probablemente Él
todavía tengo un propósito para nosotros.

104
Capitulo 20

Cómo dejar de fumar


Si usted es fumador recuerde su primer cigarrillo. ¿Le gustó? Sus
pulmones se han adaptado a la nicotina, un elemento completamente
extraño, ¡veneno! Sin embargo, ahora le agrada. Su cuerpo se puede
adaptar al dolor, al calor, a cualquier cosa. La primera vez que una
jovencita va a la cocina para cocinar algo, quizá le sea difícil levantar la
cafetera, sin protegerse las manos con un enorme guante. Después de
algunos años, la puede levantar con las manos descubiertas, pues se ha
acostumbrado al calor.
El cuerpo humano es maravilloso. Por eso estamos agradecidos a
Dios, quien hizo a nuestro cuerpo de tal manera que puede adaptarse
al ambiente. Pero eso no quiere decir que todo aquello a lo cual nos
adaptamos sea bueno para nosotros. Nos podemos acostumbrar a
cualquier cosa, aun al veneno. Conozco a una persona que empezó a
comer nux vomica, cierto tipo de veneno que; gradualmente, almacenó
en su cuerpo. Después podía jugar con las cobras. Cuando lo mordían,
ellas morían, pero él sobrevivía. Su ponzoña era la que se introducía
en el cuerpo de la cobra. Poco a poco, podemos saturar el cuerpo: éste
aceptará cualquier cosa. No es difícil, si bien no es necesariamente
beneficioso, pues tales toxinas acarrean consecuencias.
No es sorprendente que nos habituemos. Observe todos los anuncios
publicitarios a favor del fumar y el beber. Prevenir es mejor que
remediar, pero, según parece, no prevenimos las cosas. Permitimos
que sucedan y luego, buscamos el remedio. Por un lado, todas las
propagandas nos invitan: “vamos, disfrute del cigarrillo. Es placentero,
fresco, agradable.” Por otro lado, “dé más dinero para la investigación
del cáncer.” Mendigamos para curar el cáncer y, al mismo tiempo,
gastamos para que la gente fume más.
Por una parte, “beba este whisky. Embriáguese. Es extraordinario.”
Por otra parte: “usted es un borracho y ha causado este accidente. Mató

105
a ese hombre. ¡A la cárcel!” ¿Qué clase de ley es ésta? ¿Es justo lo que se
hace? ¿Por qué se permite la publicidad de los cigarrillos y del alcohol,
y luego se pone al transgresor en la cárcel? Probablemente porque las
personas mismas que legislan fuman y beben. Los llamados adultos
cultos de primer nivel, buscan tranquilizantes, pastillas para dormir o
agradables cigarrillos extra-largos. La joven generación moderna recurre
a sustancias más económicas -marihuana y LSD- que, en definitiva, no
resultan más baratas. Los fumadores “cultos” llaman bárbaros a los otros
y los llevan a la cárcel. ¿Por qué no encarcelar a todos los que fuman,
no solamente a quienes consumen marihuana sino también a los que
usan cigarrillos extra-largos? ¿Por qué dejarlos que arruinen sus vidas?
Claro que usted no puede hacer leyes contra esto. Cuantas más leyes se
promulgan, más personas las quebrantan. Nunca se logra nada mediante
la fuerza. Pero gracias a la educación, las cosas pueden cambiar.
Usted no puede obtener tranquilidad en una farmacia o con una
pastilla para dormir. Los tranquilizantes nunca le darán verdadera
calma. Las pastillas para dormir jamás le proporcionarán el sueño real.
Los cosméticos no la convertirán en una persona hermosa. La auténtica
belleza y tranquilidad se basan en una mente pacífica. Los altibajos
mentales producen arrugas. El rostro que, por naturaleza, es hermoso,
se perturba y se llena de arrugas, a causa de una mente alterada. Usted no
necesita cosméticos para ser bella, ni de pastillas para dormir u obtener
sosiego. Tampoco necesita alcohol o drogas para estar “en onda”.
En la actualidad la gente se preocupa por la contaminación del aire,
pero no se inquieta por la contaminación interna. Muy frecuentemente
veo a personas que discuten acerca de la contaminación, mientras llevan
cigarrillos en su boca. No se dan cuenta de que están contaminando sus
pulmones mientras hablan de la contaminación exterior. La solución
a este problema empieza en el hogar. Es la gente contaminada la que
trae más contaminación. La polución está adentro. La causa del odio
está adentro. La causa de las guerras, también. La mente del hombre es
la causa de todo. No busque afuera al culpable. No culpe al otro. Es la
mente la que crea todas las guerras y es también la mente la que puede
hacer del mundo entero un paraíso.
Estamos en la Tierra para crecer mentalmente, para ganar más
experiencia, para comprender la verdad. El cuerpo es sólo un vehículo.
Sin embargo, él es una expresión de la mente. Si queremos tener

106
una mente calmada y serena, hemos de cuidar el cuerpo. Debemos
purificarlo para que la tranquilidad de la mente sea una realidad.
Tendremos que prestar atención a nuestra comida, nuestros líquidos y al
aire que respiramos. Vigilemos todo cuanto consumimos. No estoy en
contra del subido que usted experimente al ingerir estos tóxicos. Si ellos
siempre le permiten sentirse así, está bien. Pero, desafortunadamente,
dejan secuelas en el cuerpo y en la mente. La nicotina, el alcohol, la
marihuana, la cafeína, las pastillas, todos son recursos artificiales. Los
efectos son temporales y tienen consecuencias que lo llevan aun por
debajo del nivel anterior.
Nadie le insiste para que deje de fumar o de beber y se convierta en un
yogui. Si usted puede hacerlo, le será útil. Pero quizás usted diga: “estoy
acostumbrado a eso. Me es imposible dejarlo. ¿Qué puedo hacer?” Yo
nunca digo: “Deténgase. No haga esto o aquello.” Si cree que debe
continuar, le digo: “está bien. Siga con lo que ha estado haciendo , al
mismo tiempo, haga algo diferente también. Lo otro desaparecerá.”
En lugar de la nicotina, ¿qué es lo correcto? Fume, pero cuando
no esté fumando, haga respiración profunda, pranayama. Ejercite la
respiración y algunas posturas físicas. Las asanas eliminan todas las
toxinas. Si usted practica regularmente las posturas del yoga, todas estas
cosas serán eliminadas con facilidad. Y al ejercitar apropiadamente la
respiración, sus pulmones se limpiarán. Usted remueve toda la nicotina
que ya está adentro. Eso es lo que causa el deseo, la nicotina que se alojó
cuando fumaba. La práctica limpia las toxinas, incluyendo la nicotina.
De modo que usted pierde el deseo. Después ya no disfrutará más del
cigarrillo.
Usted no necesita dejar de fumar. El fumar lo dejará a usted si se
mantiene practicando el Hacha Yoga, las asanas y el pranayama. El
yoga le garantiza librarlo de las adicciones, incluso de la heroína.
Muchas personas han sido liberadas completamente de la adicción a la
droga, practicando yoga.
Si, en verdad, quiere dejar de fumar, primero deténgase y analice
quién quiere fumar y quién no. Hay dos entidades. Usted no quiere
fumar, pero el que quiere fumar es la nicotina que se halla en usted y
desea más. Con el Hatha Yoga usted puede eliminar la nicotina. Al
practicar respiración de fuelle, puede quemarla. Mediante una dieta
adecuada, es capaz de reducir el deseo. Si usted es vegetariano estricto

107
no tendrá mucho deseo. ¿Ha observado que, cuando come carne,
desea un cigarrillo? La carne contiene purina. Los cigarrillos contienen
nicotina y hay otra hermana INA, la cafeína. Todas van juntas. Se
atraen entre sí. Por eso, cuando come un rico pedazo de carne, usted
necesita un café caliente y un cigarrillo. Es una hermosa unidad, pero
perjudicial para usted.
Si usted está interesado en descartar la nicotina, temporalmente por lo
menos, evite esas otras dos sustancias, o ellas pedirán otra vez nicotina.
Nada de café, de té ni de carne. Enjuague su sistema con muchos
líquidos. Observe que orina bastante y que no padece de estreñimiento.
Deje que todo el proceso de eliminación esté libre.
Puede eliminar fácilmente la nicotina en tres días, una semana o
diez días, a lo sumo. Eso depende de la cantidad de nicotina que
haya almacenado y de la cantidad que vaya eliminando. Cuando se
haya terminado, usted estará libre de la nicotina y comprobará que el
deseo ha desaparecido. He visto a muchas personas, que, mediante
este método, pudieron dejar de fumar. Usted tiene que resistir algunos
días para liberarse de la nicotina. Después, aunque alguien le ponga un
cigarrillo en la boca, no lo disfrutará más y dirá: “no lo necesito.”
Además de todo esto, persuada a su mente del beneficio. Sepa que sus
pulmones no están hechos para la nicotina, sino para a el oxígeno. Dios
creó sus pulmones. Le da oxígeno gratis. Si El quisiera que usted tuviese
un poco de nicotina, no le hubiera sido muy difícil añadir una dosis de
nicotina en el aire mismo, también gratuitamente.

108
Capitulo 21

El alimento influye sobre la mente


La dieta juega un papel muy importante en la vida de la gente. La
comida no sólo forma el cuerpo, sino también la mente. Mantiene una
conexión directa con las actitudes de la mente. Si quiere comprobarlo
vaya al zoológico y observe a los animales. Note las diferencias en su
naturaleza. Todos los animales carnívoros están enjaulados. Aun dentro
de la jaula, no pueden mantenerse quietos fácilmente.
Todo lo que ve es su inquietud, su constante ir y venir. Después de
diez años, el tigre todavía introduce su nariz entre las rejas. La dieta
causa impaciencia en la mente. Hasta su excremento tiene olor fétido
pues la dieta de carne produce muchas toxinas. Claro que los animales
tienen la capacidad de eliminarlas. Sólo toman lo que necesitan y el
resto de las toxinas son eliminadas. En la eliminación, puede ver la
materia podrida que se expulsa; por eso el olor es fétido.
Luego, observe a los animales herbívoros. Son mansos, apacibles y
sin embargo, fuertes. La vaca, la cabra, el caballo, incluso el elefante.
Advierta que sus excrementos no tiene olor fétido, ni en la orina ni
en las heces. En la India, usan el estiércol de las vacas para limpiar el
suelo porque no huele mal. Mire a la vaca, cuán meditabunda es, cuán
apacible. Son animales pacíficos. ¿De dónde procede esta paz? De la
dieta, principalmente.
Observe la constitución del cuerpo de los animales. Los herbívoros
tienen dientes planos, lengua suave y pezuñas. Los carnívoros tienen
dientes puntiagudos que les permiten desgarrar la carne, garras y lengua
tosca, con la cual arrancan la carne de los huesos. Además para cazar
su presa, pueden ver en la noche. Ojos, lengua, dientes, garras: todos
son indicios visibles. ¿A cuál de estas categorías pertenece el hombre?
Puede decidir usted mismo. Como no tenemos garras fabricamos
tenedores. Nuestros dientes son planos, la lengua no es tosca, ni
estamos capacitados para ver en la oscuridad. No podemos digerir la

109
carne, por lo tanto, la cocinamos. La constitución del hombre no está
hecha para la carne. Actualmente, muchos médicos están de acuerdo en
que la carne tiene grasa animal, que deja purina en nuestro cuerpo y ésta
se convierte en colesterol. Se trata de algo bien conocido. Pero si uno lo
desea, podemos encontrar muchas excusas para comer carne.
Si puede evite todo alimento con carne y grasa animal, incluyendo
los huevos que, en parte, también son carne. Cuando usted rompe un
huevo, se descompone produciendo un olor putrefacto. Los productos
derivados de la leche contiene alguna grasa animal. Si desea ser
vegetariano estricto, no necesita tomar ni siquiera esos productos.
Sin embargo, éstos tienen una cualidad diferente. La leche no es
carne. Quizás alguien le diga: “la leche procede de la vaca. Si toma
leche, ¿por qué no come la carne de la vaca?” Usted puede responder:
“cuando usted era pequeño, ¿no tomaba la lecha materna? ¿Le cortaba
un pedazo de carne a su mamá para comérsela?” Eso es suficiente. No
hay necesidad de largas discusiones acerca de este punto. La leche es
diferente de la carne. Tomamos la leche de la madre, pero no su carne.
Igualmente, tomamos la leche de la vaca, pero no su carne. La leche
tiene una cualidad especial. Es un alimento muy sáttvico. No tiene la
concentración de grasa que se halla en la carne.
Claro que si ingerimos mucha leche, ella dejará cierto tipo de
flema, ya que no es fácil de digerir. Pero sólo contiene una cantidad
limitada de grasa. La leche es un alimento completo. Los niños crecen
únicamente con leche. Después de algún tiempo, ya no la necesitamos.
Podemos vivir sólo de frutas, nueces y vegetales. Los alimentos deben
ser fácilmente digeribles y no tienen que dejar toxinas en el cuerpo.
Vegetales, cereales, nueces y frutas están libres de gérmenes que
producen enfermedades.
Observe a sus ancestros, los cuadrúpedos de quienes descendemos,
según Darwin. Me refiero a los monos. Ellos se alimentan con nueces,
frutas y hojas. Vea cuan vigorosos son. Obtienen todo lo que necesitan
con esa dieta. Son animales fuertes y de gran vitalidad.
Algunas personas quieren carne animal porque se preocupan por
acumular suficientes proteínas. Sin duda la carne contiene muchas
proteínas, pero, ¿alguna vez esto se ha probado en un laboratorio, con
hechos y cifras? Sencillamente estoy hablando de mi propia experiencia.
He sido vegetariano toda mi vida. Estoy muy sano y fuerte. Usted no

110
necesita tanta proteína como los animales carnivoros. Está demasiado
concentrada. El cuerpo humano requiere una forma más leve de proteína
que pueda asimilarse fácilmente, sin tener que cocinarla mucho. En vez
de comer animales que se alimentan de vegetales, ¿por qué no obtener
la proteína, directamente, de la naturaleza? Incluso cuando usted quiere
comer animales escoge los que comen vegetales. No quiere a un animal
que se nutre con otro animal.
Podemos obtener proteínas del mundo vegetal, principalmente de
lentejas, soja, girasol, ajonjolí, germen de trigo, levadura en polvo,
queso, leche y muchas clases de nueces. El cuerpo humano está hecho
para alimentarse con vegetales, no con animales.
Como yoguis deseamos causar a otros el menor dolor posible. Es fácil
excusarnos cuando tenemos el deseo de comer carne animal. Pero puede
argumentar que también “las plantas tienen consciencia”. Claro que si,
no hay duda. Algunos experimentos científicos lo han comprobado.
Probablemente las lastimamos cuando las utilizamos como alimento.
Pero hay que considerar algunos aspectos sutiles. La diferencia entre
los vegetales, los animales y el hombre se halla en la expansión de la
consciencia. Existe consciencia en un árbol, pero ésta es más o menos
como el soñar. También existe consciencia en una piedra, mas se
asemeja al dormir. Todo tiene consciencia. Lo que varía es el grado de
expansión de la consciencia. En los seres humanos, la consciencia se
expresa o expande al máximo y también siente al máximo. Cualquier
cosa cuya consciencia se exprese o expanda más, es más sensible y
sentirá el más leve toque.
Esta sensibilidad varía aun entre los seres humanos. Imagínese
una clase de cuarenta estudiantes. Dos de los muchachos han estado
haciendo travesuras antes de que llegue el profesor. Uno es el alumno
más brillante, el otro, el más torpe. “¿Qué están haciendo, tontos?” les
dice. ¿Herirá sus sentimientos con este comentario? Sí, pero ¿cuál se
ofenderá más? No necesita ser un filósofo o psicólogo para contestar.
El muchacho más inteligente será más sensible a las palabras severas
del maestro. El otro, quizás se ría: “me dijo tonto. Se interesa en mí.”
Tal vez hasta se sienta orgulloso, pues el maestro se dirige a él pocas
veces. Puede ser que se sienta feliz por haber llamado su atención. Pero
el más inteligente quizá no duerma durante algunas noches pues está
muy ofendido.

111
Así sucede con el desarrollo de la inteligencia y la expansión de la
conciencia. Cuanto más evolucionado es uno, mas sensible es. Hay
mayor posibilidad de que usted mate a un animal que a un ser humano,
pues usted sabe que éste siente más que el animal. De la misma manera,
los sentimientos de lo vegetales están mucho menos desarrollados que
los de los animales. Si para comer lastimamos algo, por lo menos, que
sea donde no se sienta tanto.
He aquí el meollo de la cuestión: procure causar el menor dolor
posible, incluso entre los frutos de un mismo árbol. Vaya al manzano
y trate de cortar sus frutos. Una manzana no sale fácilmente. Tiene
que usar la fuerza porque todavía no está madura. Luego, al tocar otra
manzana, ésta cae en sus manos. ¿Cuál de los dos frutos lastimó menos
al árbol? Cuando usted saca el fruto maduro, probablemente el árbol
es feliz. Está listo para dar y usted acepta lo que él le da. El otro fruto
dice: “no me cortes, no estoy a punto.” Si usa la fuerza, lo lastimará. Si
usted se ha propuesto no causar dolor, notará aun diferencias sutiles
como ésta.
Si la comida viene a usted con facilidad, cómala. Si se aleja o huye
de usted, no la tome. Cuando usted mata a un animal y éste llora, es
porque no está listo para ser comido. Quizás piense que los animales
fueron creados para servir al hombre. Probablemente, a los animales
no se les dijo eso, o ellos no han leído las escrituras. Es el hombre
quien espera que los animales le sirvan. Utilizar a los animales para su
beneficio no siempre significa comérselos. Si los alimenta bien, puede
ordeñar a la vaca, arar la tierra con el buey y tirar de una carreta con un
caballo o montarlo.
Siempre le digo a las personas que aún desean comer carne: “está
bien. Pero no compre la carne. Vaya y mate al animal usted mismo;
después, coma.” Déjeme ver cuántas personas comerán carne después.
Si tiene que matarlos usted mismo, vea la sangre, las secreciones que
salen precipitadamente, los animales llorando y gritando cuando usted
los mata. ¿Los comería después? Los come sólo porque alguien los mata
y luego llegan aderezados a su mesa. Más alguien con un gran corazón,
no puede hacer eso. Si posee un corazón sensible, usted no puede matar
a ningún animal.
Claro que yo no iría a predicar esto a los esquimales de Alaska. Allí
se moriría si come sólo vegetales. Si hay una verdadera necesidad,

112
debe comer carne animal, pues aquí, lo que interesa es sobrevivir. Si
no dispone de ninguna otra cosa, ¿no ha escuchado de personas que
hasta han comido a sus congéneres? Cuando no hay nada más, no
se sorprenda de que las personas se conviertan en caníbales. ¿Estoy
sugiriendo una dieta vegetariana en tiempos como ése? “No coma esto,
no coma aquello.” Use su sentido común. Mas cuando los alimentos
que son buenos para el cuerpo y la mente están a su disposición por
supuesto tómelos.
Incluso, cuando usted viaja, es fácil suprimir la carne. Sencillamente
pida un sandwich o una ensalada. Siempre hay. Siempre hay queso
a disposición, o pan y mantequilla. En los Estados Unidos puede
conseguir óptima comida vegetariana, quizás mejor que en la India.
Si tiene invitados o familiares que lo visitan y sabe que ellos prefieren
carne, ¿qué debe hacer? Problemas como ése ocurren en la vida diaria. A
veces, en una pareja, un cónyuge opta por no comer carne, en tanto que
el otro sí la desea. Cada uno debería pensar en el otro. El que prepara
la comida, con alegría, debiera cocinar la carne para el otro o para lo
invitados y servirla, sin poner cara agria. Eso es un gran logro y una
gran cualidad. Al mismo tiempo, usted puede comer lo que prefiera.
No obstante, éstos son asuntos muy personales. No debe insistir en que
la otra persona acepte lo que a usted le gusta. Si, en verdad, usted está
interesado en conducir a alguien a una dieta mejor, conviértase en un
buen ejemplo. Cuando esta persona se enferme, quizás recurra a usted
para pedirle consejo. Amablemente, usted puede sugerir una dieta más
saludable. Entonces, sus palabras tendrán más poder.

113
Capitulo 22

Cómo comer
Om. Infinitamente generosa, amada Madre Naturaleza.
Que das alimento a todos.
Que yo participe de tu comida.
Para ganar sabiduría, imparcialidad, conocimiento y salud.
Para hallar paz y gozo permanente.

La Naturaleza entera es mi madre.


El Señor de todo es mi padre.
Todas las personas son mis familiares.
El universo entero es mi hogar.

Que esto sea una ofrenda a esa verdad.


Que es Dios.
Que la creación entera se llene de paz y alegría.
Amor y luz.

¿Comprende esta oración? Con frecuencia, la pronuncio antes de


comer. “Concédenos salud, sabiduría, fuerza e ecuanimidad.” ¿Por
qué queremos comer? Le pedimos a la Madre Naturaleza que se dé
a sí misma. No, queremos solamente fuerza para desarrollar nuestros
biceps y triceps con el fin de romperle los huesos a otra persona. Todos
buscamos sabiduría con recto discernimiento y ecuanimidad, las dos
cosas que necesitamos para que nuestro camino tenga propósito y
sea llevadero. De modo que cada día, cuando comemos, le decimos a
aquella expresión de Dios que es la Madre Naturaleza: “te pido comida
con este propósito. Aumenta la tendencia sáttvica de mi mente. Dame
de ti misma, de modo que yo obtenga estos beneficios.”
Sepa que cuando come, toda esa comida es el cuerpo de Dios. El acto
de comer debe ser un sacrificio durante el cual debería pensar: “estoy

114
comiendo para reunir energía con el fin de servir mejor a los demás.” Lo
que usted coma, ofrézcalo a Dios y vea al Señor en ello.
No acepte alimentos de cualquier persona. Coma o reciba sólo
de manos conocidas. Nunca coma cuando se sienta cansado, lleve
prisa o este enfadado. Para mantener su paz mental, sacrifíquese o
entréguese continuamente. Para la paz física, coma lo correcto, a la
hora correcta, en cantidades correctas y con el pensamiento correcto. Si
tiene pensamientos tristes o de enfado mientras se alimenta, la comida
será como veneno. Piense por qué está comiendo. Hasta puede repasar
mentalmente un mantra mientras mastica.
Siempre busque los alimentos más naturales. Si puede, cultive sus
propias verduras ecológicas. La comida natural es la mejor. No es
imprescindible que paguemos por comer. Así como un bebé se alimenta
de la leche de la madre, nosotros también podemos alimentarnos de la
Madre Naturaleza, tomando del suelo las patatas y todos los alimentos
que hayamos plantado y cosechado nosotros mismos. Con frecuencia no
sólo pagamos por la comida, sino también por el coste de distribución
para traer estos a la tienda. Luego, corremos al gimnasio para hacer
mejor la digestión y perder el exceso de peso.
Si, en vez de eso, nosotros nos esforzamos por plantar y producir
la comida, haremos suficiente ejercicio como para no tener que ir al
gimnasio. ¿Cuántas personas ni siquiera levantan una escoba para
limpiar su propia casa? Sin embargo pagan mucho dinero para unirse al
gimnasio y así quemar calorías.
En la actualidad hay gran cantidad de establecimientos que le
ofrecen la posibilidad de perder peso que solamente son una estafa.
¡Libros, recetas y sociedades para reducir el peso! Es absurdo. ¿Qué
hay de malo en tener unos kilos de más? Siempre y cuando usted no
se enferme. Está bien que sea un poco más pesado que la media. Si se
siente sano, no necesita perder peso porque no todos estamos hechos
iguales. ¿Por qué todos debemos ser iguales? Debiéramos aceptar lo
que somos y quienes somos. No tenemos que imitar a los demás.
Recuerde que un venado es un venado, un elefante es un elefante.
Algunos vegetales son delgados como las judías, otros son rechonchos
como la calabaza. Ambos son vegetales. ¿Deberá la calabaza imitar a
la judía? Sea usted quien es y no se preocupe constantemente de lo
que come o bebe.

115
Pero, si en verdad usted cree que el peso adicional no es conveniente
para su salud, hay medios para cambiar alguno de sus hábitos
alimenticios. Practique las posturas del yoga. Coma cuanto quiera, pero
limite las cantidades. Y no se deprima por el sobrepeso. Esa agonía
mental afectará a su digestión. “Oh, estoy comiendo demasiado, no sé
qué me va a pasar.” Ese temor perjudica la digestión, causa fermentación
en su sistema. Coma alegremente, pensando: “Dios me ha dado esto.
Lo estoy comiendo y lo voy a digerir bien.” La confianza debe estar
presente.
Si se alimenta bien y digiere bien, no experimentará esa falsa hambre
que, de vez en cuando, le asalta entre comidas. Si el hambre es real,
no debe reprimir su apetito. Sin embargo, a veces, el apetito es falso.
Tenga cuidado con el hambre habitual. No coma nada más sólo porque
tiene aspecto delicioso o porque son las doce en punto. Coma cuando,
verdaderamente, tenga apetito. Incluso entonces, no ingiera cualquier
cosa ni tampoco de todo. Aprenda a alimentarse con las comidas
apropiadas, los alimentos limpios y naturales; no combine con muchas
otras comidas, no ponga demasiado condimento o prepare todo con
demasiadas especias. Usted come para su mente y para su cuerpo, no
para su gusto. La comida debe ser sencilla, apetitosa y de fácil digestión.
Antes de satisfacer su hambre, pregúntese: “¿quién quiere comer: el
gusto o el estómago?” Luego, espere. Si, realmente, su estómago tiene
hambre, no puede reprimir su apetito. Pero si es hambre temporal
o habitual, y usted se pone a hacer algo, el hambre se irá. Entonces,
cuando al fin coma, comerá bien. No trate de reducir la comida. Coma
hasta que esté satisfecho.
Todo lo que usted introduzca en su organismo debe nutrirlo. No
permita que los alimentos estén demasiado condimentados, porque
inquietan la mente, e incluso, afectan el sueño. Algunos líquidos: agua,
leche, zumo de frutas, no perturban el cuerpo. Pero el café negro o el
té activan el sistema, porque la cafeína se va a la corriente sanguínea.
El alcohol es más perjudicial. Todo lo que está fermentado se convierte
en alcohol. Esa fermentación es un ácido. El alcohol es adecuado para
preservar los cuerpos muertos, pero no para los vivos. Tenga cuidado
con lo que ingiere.
Aun los alimentos saludables, si se toman en cantidades inadecuadas,
no serán digeridos y se fermentarán dentro de usted. Imagine su

116
estómago como un gran horno que aloja los ácidos digestivos. Debe
comer de acuerdo con el hambre o los jugos gástricos. Si lo hace así,
nunca tendrá problemas con la comida. Pero si usted, por ejemplo,
ingiere muchos alimentos procedentes de raíces, que contienen cantidad
importante de almidón, los jugos gástricos disminuyen pronto. En otras
palabras, lleva más tiempo la digestión. Por su parte, los vegetales y las
frutas se digieren con mayor facilidad.
Sin embargo, es difícil categorizar todo. Cada estómago es diferente.
No todas las personas tienen la misma intensidad de hambre o la misma
cantidad de fuego digestivo. No compre rápidamente algo, sólo porque
la etiqueta dice: “esto es bueno, contiene tal cantidad de proteínas.
Llévelo.” Quizá no pueda digerir esa cantidad de proteínas.
Respete la dieta correcta para su estómago, no para su altura o peso.
Decida usted qué es mejor. Observe las reacciones de su estómago
con cada alimento y vea si éste es adecuado para usted. Cuando no le
convenga, descártelo o disminuya la cantidad. Conviértase en su propio
dietista. Los libros proporcionan orientación general pero, en última
instancia, usted es su propio médico.
Usted puede examinar su propio sistema. Nada creará mucosidad en
él si digiere bien. En caso contrario, aun las llamadas dietas libres de
mucosidad, le causaran indigestion. Cualquier cosa que se quede en
el estómago, sin digerir, empieza a fermentarse. El estómago es como
una cámara hermética. Si usted pone el fruto de la parra en una botella
hermética, empieza a fermentarse y se avinagra. Si usted permite que
la comida permanezca en el estómago por mucho tiempo, en lugar de
digerirla, al fermentarse, se vuelve ácido, se convierte en mucosidad
y produce gases. Eso quiere decir que debe comer no sólo cuando
verdaderamente tenga hambre sino la cantidad apropiada. Entonces,
puede digerir todo. Si su digestión es un poco débil, tendrá que buscar
una dieta adecuada, que no produzca tanta mucosidad. Esta es otra
razón por la cual se debe evitar la carne: aunque se la cocine durante
mucho tiempo, no será fácil de digerir y producirá mucosidad. Puede
comer vegetales crudos o cocerlos a vapor, durante unos minutos.
Aun entre lo vegetales, hay ciertas tipos que producen mucosidad y
contienen más agua, por ejemplo los pepinos y los melones. Claro
que, cuando usted los come, enfrían su sistema, disminuyendo el
fuego digestivo.

117
Usted puede evitar los gases si estudia la naturaleza. Para mí, el mejor
“libro” es la vaca. Observe cómo come, mastica y digiere. Su estómago
le dirá cuánto tiempo necesita para digerir un alimento. Si el fuego
gástrico no está listo cuando llega la comida, la digestión se retrasa, la
comida se fermenta y produce gases y mucosidad, que van más o menos
juntos. Lo único que puede hacer cuando sienta los gases, es dejar de
comer. Si come la cantidad exacta, va a digerirla bien y no habrá gases.
Además, si usted espera para comer hasta que, verdaderamente, tenga
hambre, no tendrá gases ni problemas de mucosidad.
Si usted quiere ayudar a digerir los alimentos, puede sentarse sobre la
parte posterior de sus piernas o pantorrillas en la posición de diamante.
Raras veces ve usted a japoneses gordos porque muchos de ellos se
sientan de esa manera, lo cual ayuda a la digestión. Otra ayuda digestiva
consiste en inclinarse hacia un lado, lo cual afecta el movimiento de la
respiración. Mientras se arrodilla, inclínese hacia la izquierda, esto hará
que, rápidamente, fluya la respiración a través de la fosa nasal derecha,
ayudando así a la digestión.
Puede prevenir casi toda enfermedad si presta atención a su dieta y
limita la cantidad de comida. Cualquier médico le dirá que cuando las
personas comen menos son más saludables. Comer demasiado causa
problemas. En la actualidad tenemos tanta abundancia que también
proliferan los enfermos y los hospitales. Hay muchos problemas
mentales, muchos psiquiatras y muchos manicomios. ¿A eso llamamos
un país moderno?
Si se sobrepasan los límites hasta el néctar se convierte en veneno.
Estamos mas sanos cuando comemos menos. Cuando se trata de los
niños, como están creciendo, sus cuerpos necesitan mucho más. Pero
si un adulto o persona de edad media tiene un trabajo sedentario,
sólo debe ingerir una comida completa al día. De esa manera, puede
conservar su cuerpo en buenas condiciones. También puede tomar
zumos o una bebida caliente. Por supuesto, un obrero que pasa el día
haciendo trabajo físico, puede ingerir alimentos sólidos, tres veces al
día, o quizás más aún. Lo importante no es comer mucha cantidad, sino
comer cuanto pueda digerir o asimilar. Ya que usted tan sólo asimila una
porción de lo que come, el resto es desechado y eso agota su energía.
Los alimentos deben ajustarse al trabajo que usted desarrolla. Para
la tarea mental, es mejor el alimento líquido y una comida sólida al

118
día. Para el trabajo físico es necesario tanta comida sólida como pueda
asimilarse. Yo soy una prueba de ello. Durante muchos años he vivido
con una sola comida al día. Y esa comida es como la mitad de una
porción lo que usted probablemente llama un snack. Sin embargo,
me parece que trabajo bastante sin sentirme cansado. La sensación de
cansancio procede de la mente y no se origina en el hecho de que esté
comiendo poco. Si usted pudiera mantener siempre su mente libre
y relajada, disfrutar de lo que hace, no sentirse perturbado, ansioso
o preocupado por su vida o acciones, no experimentaría tensión ni
cansancio. No desperdiciaría sus energías y, por lo tanto, un poco de
comida sería suficiente. Usted mismo puede comprobarlo. Trate de
comer menos y verá lo bien que se siente.
A veces, la gente pregunta por la mejor manera de combinar los
alimentos. Yo no estoy interesado en una “dieta equilibrada”. Prefiero
la “mono-dieta”. No ponga demasiada variedad de alimentos en el
estómago, al mismo tiempo. El estómago trabajará mejor si sólo tiene
un tipo de alimento. Quizá se pregunte: “¿De dónde obtendré los
nutrientes necesarios?” Creo que el organismo mismo tiene la capacidad
de convertir el alimento en muchos ingredientes. “¿Dónde aprendió eso,
Swami? ¿Quién es su autoridad?” Mi libro de texto es la vaca y Dios es
la autoridad que escribió el libro vaca. Le pregunté a la vaca: “¿Tienes
una dieta equilibrada?” Ella me miró y empezó a reírse: “yo solamente
como hierba. Sin embargo, produzco leche, que contiene todas las
vitaminas.”
Si la vaca puede hacer eso, yo creo que usted es capaz de obrar aun
mejor que la vaca. Debe tener esa capacidad. Si usted quiere probar
diferentes alimentos en una comida, puede hacerlo: pero poca cantidad,
no demasiado a la vez. Cuanto menos mejor.
Si el alimento es natural, todas las vitaminas están presentes. Cuando
el alimento mismo carece de vitaminas -por las condiciones bajo las
cuales creció o fue procesado- entonces quizá sienta la necesidad de
suplirlas con productos vitamínicos elaborados. Pero no tome demasiado
o sólo estará desperdiciando su dinero. El exceso será desechado. Creo
que, a lo sumo, el beneficio es psicológico. Mucha gente piensa que
puede curar un resfriado con sólo tomar vitamina C. Pero ahora los
médicos dicen que la vitamina C no elimina el resfriado. Lo que cura
es el sentimiento o la creencia: “oh, tomé vitamina C. Ahora sanaré.”

119
Puede curarse a usted mismo. Manténgase alejado del exceso de
almidón o del azúcar. Aunque parece que las frutas contienen mucho
azúcar, se las asimila fácilmente. No tiene que tenerle miedo al azúcar o
alejarse por completo de ella. Use un poquito de miel, si así lo desea. Es
una forma natural de glucosa. Es completamente diferente del azúcar
que compra o que se encuentra en la mayoría de los dulces. Los dátiles
también son buenos para satisfacer su gusto por los dulces. No le estoy
dando ninguna receta. No estoy asumiendo el papel de un médico, para
darle tratamiento. Solamente propongo sugerencias.
Evite las comidas pesadas o servidas a hora avanzada. Su última
comida debe ser ligera y, por lo menos, conviene tomarla unas dos
horas y media antes de irse a la cama. Entonces, dormirá tranquilo y
despertará sin problemas, temprano.
Cada vez que coma algo, enjuáguese la boca con suficiente agua,
inmediatamente después de la comida. Enjuáguese por lo menos seis o
siete veces. Incluso, dé masajes a las encías, con los dedos, mientras se
enjuaga; no tendrá más problemas dentales.
Por la mañana, muy temprano, y antes de la meditación, algunas
personas sienten la necesidad de un estimulante. No siempre tiene que
tomar café o té. Busque un buen sustituto comercial del café. También
es bueno el té de menta o cilantro tostado, con pedacitos de raíz fresca
de jengibre. El cilantro huele bien y tiene rico sabor. El jengibre seco
o fresco, con un poquito de miel, también corta la mucosidad. Ponga
a tostar unos pedacitos de jengibre, añada semillas de cilantro y triture
todo en la licuadora: luego, tome unas dos cucharaditas de la mezcla,
póngala a hervir y fíltrela, añada un poco de leche y miel y obtendrá la
misma energía que obtendría del café.
No tiene usted que fanatizarse con su dieta. Si un poquito de té corriente
lo ayuda a meditar bien, no importa si toma algo. La buena meditación
es más importante que el té que bebe. Tenga cuidado con la calidad de su
sueño. Este depende de lo que haya cenado la noche anterior.
Nuestros cuerpos y mentes se ensucian o afectan fácilmente con
lo que les damos. ¿Qué es lo que ensucia una habitación? Si usted,
descuidadamente, deja las puertas y las ventanas abiertas, entrará el
polvo, manchando la habitación. Del mismo modo, si en nuestro cuerpo
penetran cosas agradables, lo mantenemos limpio. Tenga cuidado con lo
que toma, ya sea físico o mental. Tenga cuidado con todo lo que le entre.

120
Cada país tiene empleados de inmigración en los lugares de acceso.
Antes de que alguien entre, ellos le preguntan: “¿Quién eres, amigo
o enemigo? ¿Bueno o malo? ¿Cuáles son tus credenciales? ¿Tienes
pasaporte?” Si usted es una buena persona le dicen: “muy bien, pase. Sea
bienvenido.” Y si no lo es, le dicen: “¡fuera!.”
Usted tiene aquí un país. Su cuerpo es su país, con muchas
entradas que corresponden a cada abertura y cada poro. Debe asignar
funcionarios de inmigración por todos lados. Cuando vea que algo se
acerca, examínelo antes de que llegue y afecte su cerebro. “¿Quién eres?
¿Qué clase de sonido es ése? ¿Qué clase de comida es ésa? Oh, es una
buena comida que me permitirá estar tranquilo. Muy bien, entra.” En
el caso contrario, “lo siento, no te necesito.”
A eso usted lo llama pratyahara o control de los sentidos. Es la quinta
rama en el árbol del yoga. Examine todo lo que rodea con los cinco
sentidos. Controle su lengua. Por ejemplo, si se siente un poco flatulento
y un amigo le trae una deliciosa rebanada de pastel de manzanas, no la
acepte, olvidándose de su estómago. Cuán fácil es olvidar cuando los
ojos ven el pastel y la lengua lo pide. Siempre pregúntese si su estómago
lo quiere o no. No puede exigir esfuerzo excesivo al estómago, por el
placer de los otros sentidos. Si a la secretaria le da demasiado trabajo
antes de que haya terminado la tarea anterior, se va a disgustar y se ira.
Si mantiene su estómago trabajando con exceso, se va a poner en huelga.

121
Capitulo 23

Ayuno
El ayuno le permite eliminar las toxinas de su organismo. Cuando
usted ayuna, todo lo perjudicial para su sistema es expulsado, porque la
energía de su cuerpo que, normalmente, sirve para digerir los alimentos,
se usa para esta eliminación.
Usted debe saber cuánto tiempo necesita ayunar para desintoxicarse
completamente. Destinele a ese ayuno sólo el tiempo que considere
oportuno. Durante ese período, puede tomar tanta agua como desee,
pues así limpia el sistema, tal como se limpia el radiador de su
automóvil. Mas si se siente un poco débil y no es capaz de sostenerse
sólo con agua, no es perjudicial que tome jugo de manzana o uva.
Puede eliminar toxinas, al beber jugo de frutas para obtener fuerza. El
jugo fresco es mucho mejor que el de lata porque, probablemente, éste
contiene ácido.
Cuando usted ayuna, está re-acondicionando su cuerpo, así como
cuando hace una reparación total a un motor. Cada parte de su cuerpo
será más sensible y delicada después del ayuno. La duración del ayuno
dependerá de la cantidad de toxinas que tenga. Después que éstas hayan
sido eliminadas del sistema, su lengua estará limpia y sabrá que ha
ayunado el tiempo suficiente. La eliminación se manifestará de muchas
maneras, mediante granitos diversos, abscesos, transpiración y muchas
otras formas. No se sienta frustrado o atemorizado si eso sucede. Quizá
tenga un poco de picor. En ese caso, evite la sal y no trate de rascarse
porque, sin duda, el escozor continuará.
Quizás durante el primer o segundo día no sienta nada. Al tercer día,
tal vez se encuentre un poco débil. De pronto la lengua le parecerá que
está como revestida. Posiblemente su aliento, que hasta entonces había
sido normal hederá y su saliva le sabrá salada: la transpiración también
despide mal olor. Ese olor sale de adentro. Es una buena señal. Significa
que todo está siendo desalojado. Usted tiene que esperar un poco más.

122
Tal vez experimente dolores de cabeza, incluso náuseas y vómitos. Esto
no es extraño cuando se está ayunando.
Con frecuencia, la gente dice: “cuando dejo de comer, siento
náuseas, me duele la cabeza. Es mejor que coma.” Estos son síntomas
comunes: usted tiene que esperar un poquito más. Para eliminar las
toxinas más pronto, tome agua en abundancia, porque así ayuda a
expulsarlas: báñese, ejercite la respiración profunda. Lleva de tres
a cuatro días y, a veces, cinco. Lentamente, lo que cubre la lengua
desaparecerá. Su vista mejorará y usted se sentirá ligero. No habrá
más molestias ni dolores. Cada uno de sus sentidos se volverá más
sensible. Su saliva sera mas apetitosa, incluso más dulce que un 7
UP! La mayoría de la gente no ha probado su propia saliva pura. Sus
lenguas están impermeabilizadas, sus papilas gustativas han perdido su
capacidad y la saliva está llena de toxinas.
Mientras continúa el ayuno, usted experimentará estos síntomas
saludables. Su cuerpo se sentirá tan ligero que podrá caminar más
aprisa, como si estuviera volando. El templo Palani, en el sur de la
India, está en la cima de una colina de unos mil quinientos escalones.
Yo solía asistir, cotidianamente, a los servicios del amanecer y de la
tarde. En cierta ocasión, ayuné durante cincuenta y un días. Durante
ese lapso tenía que subir y bajar dos veces al día. En las primeras dos o
tres jornadas era incapaz de hacerlo, pero pasó más tiempo y pude saltar
cuatro o cinco escalones por vez, como si estuviera volando. Me era
imposible subir escalón por escalón, pues me sentía muy ligero.
Cuando usted empieza a ver esas buenas señales, puede prepararse para
terminar el ayuno. Después de un prolongado ayuno, llega la verdadera
hambre. No puede ignorarla porque se comerá sus reservas. Cuando el
hambre verdadera llegue, no muera de inanición. En el momento en
que sienta que sus sentidos están alerta y usted tiene verdadera hambre,
empiece a comer algo.
Concluir el ayuno es aun más importante que el ayuno mismo.
Después de ayunar, no se dé un festín con la comida, porque puede
perjudicarse seriamente. Termínelo con algo muy ligero. Si no tiene
paciencia como para salir del ayuno con lentitud, no ayune. Su cuerpo
está como el motor de un automóvil completamente re-acondicionado.
No lo puede hacer correr de inmediato a 150 km, por hora. Ni siquiera
debe acelerarlo a más de 60 km por hora. Deje que, gradualmente, el

123
motor se acostumbre. El cuerpo es también una máquina y, al ayunar,
usted lo ha re-acondicionado. Hágalo trabajar, poco a poco, después
del ayuno.
El período para concluir con el ayuno, antes de reanudar el régimen
alimentario normal, debe ser igual al período del ayuno mismo. Si
usted ayuna durante una semana, termine el ayuno, lentamente, en una
semana. Para finalizarlo paso a paso, considere lo que estuvo tomando
mientras ayunaba. Si durante ese lapso sólo bebió agua, tome un poco
de jugo de frutas o leche, aunque la leche es un poco pesada. Lo mejor
es jugo de manzanas. Para la segunda comida, o si está en ayuno con
jugo de frutas, pruebe algo semi-sólido, pudín de cereales o un poco de
yogur. Agregue algunos pedacitos de pepino al yogur, añada una pizca
de sal y pimienta y unas hojas frescas de cilantro. Es una buena receta.
O cocine un poco de crema de trigo con leche o agua, y añádale un
poquito de miel. Es una comida realmente sabrosa y no cae pesada. Al
principio sólo tome una taza.
Primero, los líquidos, luego los semi-sólidos. Incluso, hasta el tercero,
cuarto o quinto día, tome alimentos semi-sólidos; después, unas
verduras bien cocidas, un pedazo de pan o un poco de arroz cocido.
Posponga los alimentos pesados. Imagínese que usted está entrando en
su nuevo cuerpo.
Pero, por favor, no se vaya al otro extremo. Es mejor comer una
vez al día y ser yogui. Si come dos veces al día todavía puede disfrutar
del mundo y ser feliz. Pero comer tres veces al día puede, fácilmente,
enviarlo al hospital. Los limites le conducirán a una mayor felicidad.
Entrénese gradualmente para tomar el alimento apropiado cada día y en
la cantidad correcta. Después, no tendrá que ayunar por largos períodos
de tiempo, con el fin de eliminar toxinas.
En la vida cotidiana, normal, es conveniente ayunar un día a la
semana, tomando solamente agua o jugo de frutas, no productos
lácteos. El efecto del ayuno del jueves se siente el viernes. Durante los
restantes días, tenga cuidado al comer, no sobrecargue su sistema. Así
siempre se sentirá ligero y saludable.
El propósito del ayuno es gozar de buena salud, sin dolores ni molestias
en ninguna parte. Su cuerpo no le molestará. Cuando se siente y medite,
no tendrá distracciones físicas porque, sencillamente, habrá olvidado
su cuerpo. Entonces podrá hacer más cosas con la mente. Cualquier

124
cosa que desee realizar, recuerde que primero es el cuerpo. Cuídelo. El
ayuno es una maravillosa oportunidad. Es una práctica excelente, que se
combina con muchos de los días santos de todas las grandes religiones.
Las religiones prescriben días de ayuno. Aunque usted no ayune por una
razón espiritual o religiosa, es muy recomendable hacerlo por la salud
misma. Incluso si usted no dispone de tiempo para largos ayunos, el
llevarlo a cabo una vez por semana, sin duda, lo ayudará.

125
Capitulo 24

Sanese a usted mismo


Usted puede ser su propio médico. Con el yoga nos curamos a nosotros
mismos, al ingerir los alimentos apropiados, descansar lo suficiente,
ayunar para eliminar las toxinas y practicar las asanas. Evitamos todo
cuanto pueda agravar los dolores que se sienten. También son muy
importantes las prácticas respiratorias. Puede sanarse a usted mismo
con ayuno, mediante la respiración profunda y dirigiendo el prana al
área afectada.
Considere la parte en la que tiene el dolor o molestia. Al respirar,
dirija su atención a esa área. Sienta que está tomando prana de afuera;
introduciendo la magnífica vitalidad que Dios da a través de la naturaleza.
Respire como si estuviera ingiriendo toneladas de vitalidad. Sienta que
ella va directamente al lugar que le molesta. Retenga un momento el
aliento, mientras piensa que se dirige a ese lugar y fortalece esa área, al
remover las células enfermas o muertas y la tensión. Después, al exhalar,
sienta que está echando afuera toda la enfermedad. Es una hermosa
práctica. Al hacer esto, usted puede curar muchos dolores y molestias
de su cuerpo. Prana tiene ese poder. Mediante su pensamiento, puede
penetrar dondequiera. He ahi el secreto de la práctica del yoga.
Aun si usted omite, ocasionalmente, las asanas, no pase por alto las
prácticas respiratorias, porque ellas tonificarán todas las glándulas. Prana
es el mejor tónico. La respiración simple puede curar. Sencillamente,
dirija esa energía a donde tenga el problema. Incluso, si se trata de una
larga enfermedad, ejecute mucho pranayama y cuando esté practicando
la respiración profunda, piense que está dirigiendo el prana al área
afectada. Nunca se esfuerce cuando practique la respiración profunda.
Ya está respirando. Sencillamente, respire más profundo; eso es todo.
No siempre necesita doctores para vivir. Hay un dicho antiguo que
dice: “un doctor, consulta; dos doctores, prescripción: tres doctores,
cremación.” Cuidémonos bien a nosotros mismos. El conocimiento

126
médico mejora constantemente y seguirá mejorando, pero la medicina
actual no será buena mañana. Sin sacrificar vida alguna, todavía
podemos encontrar formas para mantenemos saludables. No tenemos
que torturar animales para descubrir medicinas. Si la gente comiera los
alimentos apropiados y llevara una clase de vida adecuada, seguramente
no habría necesidad de tantos hospitales. Regrese a la naturaleza y lleve
una vida natural. Ciertamente, prevenir es mejor que curar.
Yo sugiero remedios naturales para muchas enfermedades. Los
elementos mismos pueden curar el cuerpo. Por ejemplo, si tiene dolor,
puede usar mascarillas de barro. Las compresas calientes o cataplasmas
de barro, colocadas en el área afectada pueden ser muy útiles. La tierra
misma tiene una hermosa sensibilidad y una cualidad sanadora. El barro
no es sino la Madre Tierra. Cuando usted se la esparce sobre su cuerpo,
está abrazando a la Madre Tierra.
¿Ha probado alguna vez el baño de aceite? Se trata de una lubricación
completa y quita muchas dolencias. Aplique aceite sobre el cuerpo
profusamente, dése masajes y permanezca con el cuerpo remojado en ese
aceite durante media hora, más o menos: después, lávese bajo una ducha.
No se enjabone. Retire el excedente con una toalla. Si usa aceite de ajonjolí,
éste le quitará las toxinas y será muy útil para los problemas de artritis y
reumáticos. El aceite de la semilla de ajonjolí es totalmente diferente al
de la grasa de animales. Las personas con problemas de colesterol deben
usarlo para cocinar y, además, tomar baños con él. Incluso, pueden comer
dulce de ajonjolí, si así lo desean. Esta semilla es milagrosa.
Si sobre su piel todavía queda aceite, mezcle un poquito de polvo de
garbanzo con agua, hasta obtener una pasta y aplíquesela. También
puede aplicarse yogur. Al bañarse, saldrá el exceso de aceite. Puede usar
los mismos polvos, para limpiar el cabello.
El mejor agente limpiador es el arcilla. Untadola en todo el cuerpo,
deja la piel con una textura suave. Prepare una pasta delgada con barro
blando y frótela en todo el cuerpo. Deje que se seque durante unas dos
horas; luego, lavela. Vea cuán hermosa está su piel. Todas las toxinas se
eliminan, porque la tierra tiene el máximo poder para expulsarlas.
Si tiene fiebre, ponga un poco de barro remojado con agua sobre
un lienzo, dóblelo y colóquelo sobre la frente. Reduce la temperatura.
Si padece alguna inflamación, aplique una cataplasma de barro, de la
misma manera.

127
También puede sanar su cuerpo mediante su pensamiento. Cada uno
de sus pensamientos tiene cierto poder sobre su cuerpo. Las acciones de
la mente son claramente visibles en ciertas áreas. Primero cambian sus
glándulas. ¿No es cierto que, en cuanto piensa en un delicioso dulce,
actúan sus glándulas salivales? Así es como sus pensamientos afectan
su cuerpo. Si usted piensa que está enfermo, seguramente se enferma.
Piense que está saludable y lo estará. Recuerde, usted se convierte en lo
que piensa. Es muy sencillo: piense bien y estará bien.
Piense muy bien y otros también estarán bien. Usted puede enviar
prana a otros. Puede enviar carga espiritual, mediante su toque. Si,
verdaderamente, está cargado de prana, puede trasmitirlo a grandes
distancias, sólo con el pensamiento. También es capaz de cargar de
vibraciones espirituales a objetos materiales, mediante una significativa
ofrenda a Dios, en la forma de alimentos, objetos o talismanes. Luego,
puede entregar o enviar este objeto a otras personas o usarlo usted
mismo. Los buenos conductores de electricidad, por ejemplo: el oro,
plata o cobre también son buenos para ser cargados con vibraciones
espirituales o prana.
La salud es algo divino. No estoy citando a nadie en particular, ni
usted tiene obligación de aceptar lo que digo. Hubo un tiempo, en el
comienzo de mi vida espiritual, en que llevé a cabo muchas curaciones,
algunas veces, hasta sin ver a mi paciente. Pero, en cierto momento,
algo me aclaró todo al decirme: “no debes estar curando mediante tu
propia proyección. No debes pensar que estás haciendo algo. Deja que
Dios actúe a través de ti.”
Sin duda sentimos simpatía hacia las personas que sufren y hemos
de ayudarlas. Mas cuando auxiliamos a alguien, por lo menos debemos
saber la razón de su sufrimiento. El sufrimiento es un medio de
purgación. Esto no quiere decir que vayamos a ignorar el padecimiento
de alguien, diciendo simplemente: “está purgando su karma. ¿Por qué
he de hacer algo?” No. Debemos tener corazón compasivo, pero si
queremos quitar el dolor, tenemos que hacerlo indirectamente y saber
que esta capacidad viene de Dios.
Ni siquiera le comunique a la persona que está haciendo algo para
sanarla. Más bien, pídale que haga algo para sanarse a sí misma. ¿Por
qué gastar nuestra energía en él si todavía no está listo para someterse
a un poco de disciplina? Si lo curamos, mañana atraerá los mismos

128
problemas que le causaron el primer sufrimiento. Debe aprender a
reconocer qué le ha acarreado el sufrimiento. Ha de reconocer sus
errores, de manera tal que no los repita. Si alguien pide ayuda para el
cáncer que le produjo el hábito de fumar y no renuncia al cigarrillo, ¿por
qué hemos de ayudarlo? El cáncer volverá.
Las personas deben afrontar su propio karma. Esa es la mejor
educación. Si sanamos a alguien que no ha aprendido la lección, nos
comportaremos como un profesor que examinara a un estudiante que
no ha estudiado o no ha aprendido nada. No puede haber verdadera
promoción. Por lo tanto, cuando alguien venga a pedirle ayuda,
aconséjele someterse a ciertas disciplinas saludables, como son las
asanas y el pranayama.
Sin que esa persona lo sepa, eleve sus oraciones. Después él dirá: “se
me aconsejó hacer ciertas cosas, las hice y sané.” Si ha ayudado a quitar
su sufrimiento, usted lo hizo indirectamente. Usted está a salvo de su
propio Ego, y la disciplina del otro le ha permitido purgar su propio
karma, de modo que no tendrá que repetir su sufrimiento.

129
Capitulo 25

Autodominio
Usted puede dominar su propio cuerpo y mente. Si logra el
autodominio, puede dominar todo. Desafortunadamente, muchos han
olvidado ejercitar este dominio, por lo cual el cuerpo y la mente han
comenzado, a su vez, a sojuzgarlos. Si usted lo permite, el cuerpo, la
mente y los sentidos lo esclavizarán. Si usted se sienta a comer y no
está contento porque la comida carece de sal, entonces, la lengua está
ordenándole que usted coma más bien por ella que por el estómago. Sin
embargo, puede entrenar sus sentidos para que lo obedezcan.
Con el propósito de controlar la mente, debe controlar los sentidos,
porque la mente funciona a través de los sentidos. Por sí mismos, los
sentidos son inocentes. No pueden hacer todo. A veces, sus ojos están
bien abiertos, pero no ven, porque su mente está ocupada en algo más.
No son los ojos los que ven, sino que la mente ve a través de los ojos.
La mente oye a través de los oídos y gusta través de la lengua.
La quinta rama del árbol del yoga consiste en retirar los sentidos de
los objetos de percepción. Eso no quiere decir que usted se reprime, sino
que gana control. Usa los sentidos como usted quiere y no permite que
ellos lo usen a usted. Mediante la mente consciente, envía las impresiones
apropiadas a la mente subconsciente, para borrar todas las impresiones
anteriores o hábitos. Eso es lo que usted llama voluntad. Use su voluntad.
La mejor forma para desarrollar esta habilidad es empezar con cosas
pequeñas, sobre las cuales puede ejercer control fácilmente: y proseguir
desde allí. En vez de decir de repente: “voy a ayunar durante diez días,”
comience con un día. Si cree que su lengua pide demasiado azúcar,
diga: “cada domingo no tocaré el azúcar.” Después de algunas semanas,
añada un día más. O en lugar de poner cuatro cucharaditas, ponga dos.
Gradualmente, gane dominio sobre su lengua.
De igual manera, si asiste con frecuencia al cine, propóngase:
“solamente una vez por semana, eso es todo. No importa cuán

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interesante sea.” También puede proponerse no ver televisión durante
un día. Después dos. De esa manera, poco a poco, adquiere dominio
sobre su ojos. Empiece con cosas pequeñas, y cuando lo haya logrado,
ganará confianza. Así, usted puede escoger su propia práctica y,
sucesivamente, tomar el control de sus sentidos. Es como entrenar un
caballo. No se le pone una carga enorme desde el primer momento. Se
trabaja con él, de manera gradual.
Aprenda también a controlar su enfado. Claro que no es prudente
almacenar su ira hasta el punto en que ésta explote. Pero si lo analiza
un poco, no se enfadara tanto. Cada vez que se exaspera, pone en
actividad ciertas glándulas y, especialmente, el duodeno, causante de
que la bilis se vaya al torrente sanguíneo. Eso hace “hervir” la sangre y
la cara se le pone roja. Después que hierve, debe enfriarse; eso agota los
glóbulos rojos. Por eso, muchas personas que se enfadan con frecuencia,
pierden “calidad” en la sangre y se vuelven nerviosas. Después, cuando
se irritan, les tiembla todo el cuerpo y se estremecen. Esa persona se está
destruyendo, aun antes de afectar a quien le provoca el enojo. Si la otra
persona es fuerte, ni siquiera se perturbará. La pérdida total la padece
el iracundo.
Las personas no se corrigen mediante el enojo. De esa manera, sólo
se rodean de más enemigos. Si alguien está enojado contra usted,
muéstrele amor. Es como echarle agua al fuego. Sepa que usted, es el
que mas se ve afectado por su enfado. En el momento de enfadarse,
véase en un espejo y sentirá vergüenza. Tome un vaso de agua fría o dése
un baño, cuente hasta cien. Hay muchos trucos.
Después de controlar ese enfado, guárdelo. Puede servir. El enojo
controlado, con frecuencia, es útil, incluso necesario. Alguien puede
tratar de explotarlo o crearle problemas. Si todo lo demás falla, usted
puede usar el enojo para salir de esa situación. Sin embargo, mientras
no obtenga esa capacidad, aléjese de la ira.
En tanto continúen sus prácticas y crezca su fe, vencerá al temor, que
es lo más difícil de erradicar. En cierta ocasión, millones de personas
estaban reunidas en un centro de peregrinaje religioso. Había un
anciano muy santo, que no podía cumplir largo trayecto, para reunirse
con todos. Tenía una pequeña choza junto al camino, pero estaba a
cientos de kilómetros de distancia. Los peregrinos pasaban y él tenía
la oportunidad de verlos a todos. En cierto momento, vio una figura

131
peculiar -no se trataba de una figura humana- que marchaba hacia el
lugar de la peregrinación.
El santo lo detuvo y le preguntó: “¿quién eres? Se te ve extraño. ¿A
dónde vas?”
- Voy a la peregrinación.
-¿Con qué propósito?
-Tengo una misión.
-Dime, ¿cuál es la misión? ¿Cómo te llamas?
-Me llaman Cólera.
-¿Qué? ¿Te llamas Cólera? ¿Por qué vas allá?
-Se me ha ordenado eliminar a quinientas personas de la faz de la
tierra y estoy tomando esta peregrinación como excusa. Voy a cumplir
mi misión.
-Oh, ya veo. Bien, si ése es el propósito de Dios, debes cumplirlo. La
gente va allá y olvida sus precauciones sanitarias. Ellos dan lugar a eso,
así que, probablemente, tendrás muchos “discípulos”.
Cuando la peregrinación hubo terminado, todos regresaron a sus
hogares. Las noticias corrieron diciendo que, casi mil quinientas
personas, habían muerto de cólera. El santo estaba un poco disgustado.
“¿Por qué miente alguien que se llama a sí mismo mensajero de Dios?
Pudo haberme dicho que iba a reclamar mil quinientas vidas. Me dijo
que solamente quinientas, pero se llevó otras mil. Estaré pendiente de
él y le haré esta pregunta.”
Lo espero pacientemente, y, por supuesto, después de unos días, pasó
el señor Cólera. El santo anciano se dirigió a él y le dijo: “señor, por
favor deténgase.”
-Sí, yo conozco tus pensamientos. Sé por qué me has detenido. Pero
no me hagas responsable por ello. Yo sólo hice mi trabajo. Me llevé a
quinientas personas.
-¿Cómo se atreve a decir eso? Fueron mil quinientas personas las que
murieron.
-Cierto. Eso se debe a mi seguidor, mi amigo.
-¿Quién es ese amigo?
-El señor Miedo. Yo sólo tomé quinientos, pero cuando la gente oyó que
era cólera, el mismo miedo al cólera mató a otros mil. ¿Qué puedo hacer?
Así es. El miedo a la enfermedad mata más gente que la enfermedad
misma. Por lo tanto, fortalezca la mente. Después de todo, ¿de qué

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tenemos miedo? Un día vamos a morir. Si la muerte viene, diga: “has
llegado. ¿Vas a llevarte este ropaje y me darás uno nuevo? Bien, tómalo
y consígueme un modelo nuevo.” Si lo comprende correctamente, no
hay lugar para el miedo.
Para vencer al miedo, fortalezca los pensamientos de esperanza, valor
y fe. No se quede con sus problemas. Utilice su mantra u oración y lea
las escrituras. Si tiene fe en Dios no debe temer a nada. Si El no tiene
tanto poder, ¿para qué ir en su busca? Con esa fe en el Poder Supremo
nada puede afectarlo.
En cierta ocasión, un santo del sur de la India vio al ángel de la muerte
cara a cara y le dijo: “¿no sabes que Dios me protege? Es mejor que huyas
pronto. Si El te encuentra cerca de mí, con seguridad, te destruirá. Por
favor, huye. Sálvate.” ¿Cómo pudo decir tales cosas a la muerte misma?
Porque tenía una tremenda fe en Dios. He ahí la fuerza de un devoto.
Por lo tanto, fortalezca el cuerpo, los nervios y la mente, hasta que su fe
sea tan fuerte que no albergue ningún temor y usted sea el amo.

133
Capitulo 26

Bastones
Yo no puedo darle técnicas especiales, ni puedo prometerle: “venga, le
enseñaré esto e irá inmediatamente al cielo.” Todas las enseñanzas y las
prácticas son simples. Nada de lo que encuentre aquí es difícil. La única
dificultad estriba en echar fuera sus hábitos antiguos. Estos se irán de
a poco, si cultiva nuevos hábitos. Es imposible quitarse de encima los
viejos hábitos, pero, puede remplazarlos con otros mejores.
Imagínese que estamos sentados en una habitación oscura y queremos
alejar la oscuridad. Si cada uno toma un palo y empieza a golpear la
oscuridad gritando: “oscuridad, vete, vete”, lo único que estaríamos haciendo
es pegarnos en la oscuridad. No podemos golpear la oscuridad. Pero si un
niño trae una pequeña vela, la oscuridad, sencillamente, desaparecerá.
Traiga la luz y, en ese instante, se irá la oscuridad. No se preocupe
por sus hábitos indeseables. Si tan sólo aprende a sustituir algunos
de ellos con prácticas del yoga, los hábitos indeseables le dirán adiós,
silenciosamente.
Debe aprender a hacer las cosas por usted mismo. El yoga nunca le
pide que huya de sus problemas: le enseña cómo afrontar la vida. Existen
dos voces dentro de usted, el yo inferior y el superior. Si es capaz de
aprender a escuchar la voz de su yo superior, entonces, podrá seguir lo
que ella le diga. Disfrutará de la jornada a la que lo lleva, porque crecer
es natural, no doloroso. Recuerde, el Yo puro no tiene que llegar a ser
feliz, siempre lo es. Usted está llevando a cabo prácticas, meditación,
respiración, posturas de yoga etc … de modo que no perderá su paz.
Sus prácticas no son para lograr la felicidad o la paz, sino para detener
lo que pudiera estorbarla.
Uno de los mayores obstáculos es nuestra tendencia a culpar a otros
cuando algo sale mal. Inmediatamente, buscamos a una excusa. “Me
caí porque el camino estaba torcido.” Cuán rápidamente las personas
entablan demanda contra el constructor. No queremos aceptar nuestra

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propia culpa. Queremos que las compañías aseguradoras paguen por
nuestros fracasos. Alguien más debe pagar siempre por nuestro error.
Es tiempo de creer en su karma. Cuando se mete en problemas, piense
que usted es el culpable. “Algo habré hecho en alguna parte: por eso,
estoy afrontando esto. De otra manera, ¿por qué tendría que pasarme?”
No puede evadirse, pero sí aprender a que su actitud para ayudarse. Lo
único que un maestro espiritual puede ofrecerle es darle consejos de esta
índole. Nadie ha de garantizarle nada, mas existen algunos bastones,
para afrontar un camino resbaladizo. Con estos métodos, usted mismo
puede andar por el camino. Si todavía tiene dudas, mientras va por
el sendero, un maestro puede ayudarlo, en ocasiones, al sugerirle qué
hacer en determinada situación. Sin embargo, a la larga, usted tiene que
hacerlo. La rapidez de su éxito depende de su sinceridad y fervor. Debe
practicar mucho tiempo, sin descanso y con un interés o celo total. Si
tiene estas tres cualidades y sigue las prácticas, seguramente, crecerá.
Pero no puede esperar beneficios reales tan pronto. Las técnicas se
parecen a los jabones perfumados. Hatha Yoga, meditación, repetición
de mantras, pranayama, el permanecer de cabeza, el ayuno, todos son
jabones. Uselos para lavar la anterior suciedad. Una vez que haya lavado
los hábitos viejos, no necesitará el jabón. Cuando el camino ya no esté
resbaladizo, ¿le hará falta un bastón?
La mayoría de las personas buscan esos bastones cuando han probado
primero todo lo demás. Pensaban que podían encontrar felicidad al
comer, beber, inhalar algo o buscando algún placer personal. Pero nada
pudo satisfacerlos. Ninguno de esos otros medios fue capaz de eliminar
su infelicidad. Finalmente, se dijeron: “olvídalo. He probado todo eso y
estoy cansado. Esas cosas son pura basura. No me ayudarán.”
Esas personas son aspirantes espirituales. Los que solamente leen
acerca de esto, en realidad, no lo son. La lectura no ayudará. Usted
puede leer todos los libros del mundo y ser una biblioteca ambulante,
o escuchar todas las cintas magnetofónicas y ser una grabadora viviente
de alta fidelidad con dieciséis canales. Sin embargo, la grabadora no
sabe nada de música, sólo la reproduce. El escolar no ha experimentado
lo que lee. El verdadero aspirante renuncia a todo lo demás y va a la
práctica. Entrega todo para mantener esa paz. Con el tiempo, hace
sus prácticas de acuerdo con el Karma Yoga, no sólo para su propio
crecimiento, sino para beneficio de los demás.

135
No es un camino fácil, pero si lo comprende bien y sabe los beneficios,
lo disfrutará. La vida del yoga es siempre alegre. Si no disfruta de la
práctica y de la jornada, entonces, realmente no está haciendo nada en
nombre del yoga. El gozar de algo no quiere decir que puede tomarlo
ligeramente. Si usted esta sereno cuando conduce un automóvil,
disfrutará del camino. Si es descuidado, no sentirá placer por el viaje.
La seriedad es importante, pero no se ponga tenso. Cuando está tenso,
no está practicando con la actitud correcta: todavía no ha entendido
qué está haciendo. Según el método yoga, si usted entiende el porqué,
procederá convenientemente y, en verdad, lo disfrutará.
No importa cuán duro, difícil o penoso sea algo, puede disfrutarlo.
Piense en los que escalan la cumbre del monte Everest. Arriesgan su
vida, pero disfrutan. Es un trabajo serio, pero conocen el beneficio, la
fama que vendrá después. Aunque esa fama es temporal, no tan valiosa,
ellos están dispuestos a pasar los apuros que trae consigo.
Ahora considere la meta del yogui: paz y alegría eternos. Por muy
difícil que sea el camino, puede disfrutarlo. Los yoguis hacen todo por
placer. Para ellos, la vida entera esta llena de felicidad. Disfrutan de la
vida porque saben cómo vivir en el mundo, sin dejarse enredar por él.
Por supuesto, esto no sucede de la noche a la mañana. Al principio, se
pondrá un poco tenso. Usted piensa: “debo hacer esto y debo hacer lo
otro: de otra manera, no alcanzaré lo que busco.” En consecuencia, aun
en las prácticas del yoga, usted pierde un poco de su paz, al principio.
Esto lo ayudará a recordar lo siguiente: “hago todo por la paz. Si hacerlo
perturba mi paz, entonces, lo que estoy realizando es erróneo o mi
método está equivocado.”
Solamente haga su parte y deje que lo demás se arregle solo. Su propia
prisa perturba su paz. Debe aprender a practicar sin ansiedad, pero al
mismo tiempo, con el interés apropiado. Es como aprender a tocar el
piano. Al principio, quizá no sepa dónde poner las manos y qué tocar.
Los dedos duelen y el pie se rehúsa a hacer su trabajo. Lleva años y años
de práctica. Pero una vez que ha aprendido bien, no necesita mirar el
teclado. Puede mirar alrededor e interpretar fácilmente.
Es un asunto serio, pero vale la pena. Todavía recuerdo cómo aprendí
a conducir una bicicleta. Cuando prestaba atención a mis piernas,
olvidaba el manubrio. Cuando lo controlaba, entonces olvidaba los
pedales. Cuando alguien me superó por un kilómetro, olvidé todo.

136
Pero con perseverancia, la gente aprende. Si continuamos practicando,
un día controlaremos el manubrio, nos mantendremos en el asiento
y conduciremos la bicicleta. Lo que quiero decir es: haga lo que debe
hacer y el resultado vendrá solo.
Sin duda que los principiantes experimentarán cierta tensión o
tirantez. Temen que puedan estar haciendo algo equivocado y se
preguntan: “¿estoy haciéndolo bien o no?” Existe un poco de inquietud.
En un principiante es natural. Debe comprender eso. Se acostumbrará
lentamente a las prácticas y toda ansiedad se acabará.
Cuando decida ser verdadero buscador, hallará muchos hitos que le
aliviarán la jornada. Si está tratando de abandonar malos hábitos, pida
a sus amigos que lo llamen de cuando en cuando para darle ánimo.
Si es posible, viva con otros aspirantes o mantenga correspondencia
con ellos. También puede colocar cuadros a su alrededor, para lograr
asociaciones correctas.
Fortalezca la mente con ideas hermosas. Fortalezca los nervios con
pranayama y el amor con cantos, salmos o mantras. Puede usar las
prácticas yogas para suavizar los días violentos. Lleve a cabo un poco
de Hatha Yoga, pranayama y meditación. Es como darle cuerda al
reloj, al principio y al final del día. Cuando se levanta, debe ejecutar
sus prácticas espirituales. Comience el día con las palabras de un gran
santo o profeta. Antes de sus prácticas, ruegue, pidiendo ayuda. Utilice
su mantra y tenga fe en su maestro.
El método más sencillo de concentración consiste en la repetición
de mantras. Un mantra siempre está en su corazón, aun en medio de
su labor cotidiana. Cuando conduzca su automóvil, puede repetir el
mantra: también puede hacerlo cuando cocina o ingiere alimentos. Es
muy simple y, como trata directamente con el sonido, es muy sutil.
Conviene no repetir mantras deprisa, dígalos con lentitud y perciba las
vibraciones.
Recuerde, un poco de yoga, cotidianamente, es mejor que mucho
yoga de vez en cuando. Lea las escrituras todos los días y, por un rato,
reflexione sobre los puntos que leyó, tratando de aplicarlos a su vida.
Antes de acostarse, puede decir: “permíteme crecer”, o si ya ha crecido:
“gracias por la oportunidad de crecer un poco.” También puede rogar
por la liberación del yo del cascarón del ego. Durante mucho tiempo yo
solía decir por la noche: “cada día estoy mejorando.”

137
Mientras no alcance la meta que se propuso, deberá trabajar duro.
Sin embargo, aun en medio de la lucha, se feliz. Permanezca alegre y
tranquilo. Nunca sea implacable al entrenar su corazón. Reconozca su
capacidad. No trate de competir con otros. Si alguien que está sentado
a su lado hunde su rostro entre las rodillas inclinándose hacia adelante,
y usted ni siquiera puede tocarse los dedos del pie, ¿va a romperse usted
la espina dorsal? El otro puede hacerlo, porque su cuerpo es flexible. El
suyo es más rígido. No hay competencia. Haga lo que su capacidad le
permita y tenga cuidado.
El yoga debe ser una celebración alegre, recuérdelo. Todas sus
prácticas pueden ser una celebración alegre. Por lo tanto, tenga
calma, pero no sea perezoso. Es importante hallar el término medio.
Use su sentido común. Para estas cosas no hay una regla estricta.
Si existiera alguna, sería ésta: marche de acuerdo con su capacidad,
pero no se exceda.
Lo mejor es siempre lo más fácil. La verdad es sencilla y debe enfocarse
con toda naturalidad. Al seguir todos estos preceptos y prácticas, usted
experimentará la Absoluta, Suprema Verdad. Al practicar los diferentes
métodos, intensificando los que más se adecuan a usted, y al comenzar
desde donde está, usted se perfeccionará. Hasta cierto punto, parecerá
que está perdiendo completamente su yo individual. En cierto sentido,
se vuelve tan tenue que es como si estuviera ayunando, de tal modo
que ha eliminado todo. Llega a un punto en donde no hay nada más,
excepto que “usted es”. Entonces, dice: “yo soy. Eso es todo. No soy esto
ni aquello; sencillamente, soy yo.”
No se confunda y crea que tiene que aislarse del mundo para lograrlo.
Usted está liberando su mente de las asociaciones, pero no tiene que
renunciar a sus amigos ni descuidar o ignorar a otros. No, sencillamente
se trata de comprender lo que usted es. No es esto ni aquello. Todavía
puede poseer muchas cosas, pero no está apegado a ellas. Puede estar
en el mundo, pero no ser del mundo. De modo que usted sabe quién es.
Sabe que es Eso. Cuando lo comprende, ése es el fin de la práctica. No
puede hacer más ni lo necesita.
Hasta cierto punto, algo le sucede. Experimenta una gran verdad. No
puedo decir qué es, y usted no lo puede entender hasta tanto llegue a ese
nivel, mediante la experiencia. Entonces, usted comprenderá que toda
la naturaleza y toda la humanidad son cierta clase de mecanismo. Las

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células juntas, en su totalidad, forman este cuerpo global. Si comprende
esto, su búsqueda espiritual termina. Cuando experimenta y comprende
eso, la mente encuentra su paz perfecta.

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Cuarta parte

El gozo supremo
Capitulo 27

El carnicero y el yogui
¿Conoce la historia del carnicero que inició a un gran yogui que tenia
un poco de ego? Se trata de la historia de Vyadan.
En cierta ocasión, un sadhu o aspirante espiritual, que anhelaba con
vehemencia adquirir un poco de Percepción Extrasensorial (PES),
se sentó a la sombra de un árbol y comenzó a repetir un mantra.
Tenía la suficiente voluntad como para permanecer allí todo el día.
Cada mediodía, se levantaba e iba a la aldea cercana, a pedir comida.
“Bavati biksham dehi.” “Madre, dame un poco de comida. Por favor.”
Generalmente, alguien le daba alimento. Después de comer, regresaba
nuevamente a sentarse. Transcurridos varios meses, pasó por una
pequeña prueba. Mientras meditaba debajo de un árbol, algo cayó sobre
su hombro. El yogui lo examinó y vio que se trataba de excremento de
ave. Molesto, miró hacia arriba. Había una grulla posada sobre la rama
del árbol pero, como el yogui estaba guardando silencio, no le dijo nada.
No obstante pensó: “¡Demonios! ¿Cómo te atreves a hacer esto?” Y
miró con tal enojo a la grulla que salieron llamas de sus ojos y la quemó
hasta convertirla en cenizas. Al ver caer las cenizas, lleno de asombro
dijo: “Mirad mi tapasya, el poder de mi austeridad. Cuán grande soy;
cuán excelentes son mis poderes sobrenaturales.” Estaba realmente
convencido de que había alcanzado lo que buscaba.
Al mediodía, como siempre, fue a la aldea y se detuvo frente a una
casa. Esta vez, el tono de su voz era distinto. Normalmente, hubiese
dicho: “un poco de comida, por favor.” Pero esta vez. simplemente dijo:
“Comida, por favor.”
El ama de casa lo escuchó y, desde adentro le respondió:
-Espera por favor, sadhu. Ya voy, enseguida.
-¿Que yo espere? -pensó.
-Lo siento, no soy una grulla a la que puedas quemar, le respondieron
desde adentro de la casa. Su mal genio se calmó.

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- ¿Qué dijiste?
- Que lo siento, que no soy el ave.
El individuo casi se desmaya. Se quedó allí, quieto, hasta que la mujer
vino con la comida. Entonces. dijo:
-Madre, por favor, ya no quiero la comida. Ha desaparecido el
hambre. ¿Qué dijiste del ave?
-Swami, ¿todavía no me entiendes? No puedes enojarte e incinerarme
como lo hiciste con el ave. Aunque sólo soy una simple ama de casa, no
puedes incinerarme.
-Tú no eres un ama de casa común. ¿Cómo supiste lo que sucedió en
el bosque? Yo no se lo he dicho a nadie.
-No necesitas decírmelo. Lo reflejas claramente ante mí.
-¿Qué clase de sadhana practicas? ¿Es un nuevo mantra para conocer
la mente de las otras personas?
-Yo no conozco ningún mantra, Swami. Soy solamente un ama de
casa, ya te lo dije. Siempre cuido a mi esposo que está enfermo, postrado
en cama. Cuando llegaste, lo estaba atendiendo. No podía dejarlo y
venir. Por eso te dije que esperaras. Eso es todo. Estaba cumpliendo
con mi deber. Dios me puso en este lugar y estaba cumpliendo con mis
responsabilidades de ama de casa. Eso es cuanto sé. Posiblemente, soy
una karma yogui. Lo ignoro.
- ¿Es todo lo que haces? Quiero saber más.
- Por favor, yo no soy sabia. No puedo decirte más. Si quieres saber
más, ve al pueblo cercano y pregúntale al carnicero, que se llama
Vyadan. Búscalo y encontrarás la respuesta.
-¿Un carnicero? ¿Que yo vaya a ver a un carnicero, a uno que corta
carne?
-Sí, sí.
Fue al pueblo y buscó a Vyadan. El carnicero era un hombre fornido,
tosco, que estaba cortando carne, mientras argumentaba sobre el precio
y peleaba con la gente, por cada centavo ... “Cincuenta centavos por
esto. Ni un centavo menos …”
“Dios mío”, se preguntó el swami. “¿Cómo va a enseñarme este
hombre?” Deseaba regresar a casa, pero cuando pensaba irse, el carnicero
lo llamó: “sadhu, pronto te atenderé. La señora te envió conmigo. No te
preocupes. Quédate. Este es mi trabajo. Pronto terminaré y te atenderé.
Siéntate, por favor.”

144
El swami estaba tan asombrado, que tuvo que sentarse, para no
caer. En consecuencia se acomodó para esperar, calladamente. El
carnicero empleó otra hora para concluir sus negocios, mientras el
yogui observaba. Vyadan era un individuo fornido y temible. Jamás
regalaba nada a nadie. Era estricto con el precio y el peso. Se trataba de
un comerciante difícil de tratar. Cuando todo hubo terminado, cerró el
negocio, recogió el dinero, lo puso en una bolsa y dijo: “vamos a casa.”
En el camino, Vyadan compró algunas verduras y marcharon hacia
la casa. “Siéntate, por favor”, dijo. “Solamente coceré estas verduras
para darles de comer a mis padres. Son muy ancianos, están ciegos y no
pueden ver nada. Tengo que bañarlos y alimentarlos. Siéntate, cuando
termine te atenderé.”
El carnicero atendió a sus padres, los bañó, los alimentó y regresó
de prisa. “Ahora ven tú, toma un baño, come algo y después nos
sentaremos a conversar.”
“No, no estoy interesado en bañarme ni en comer algo. Mi hambre
es diferente. Báñame con tu sabiduría. Aliméntame con tu sabiduría.
No entiendo nada. Yo pensaba que con sólo sentarme bajo un árbol
y repetir un mantra, estaría haciendo sadhana. Y en cierta medida, sí.
Sin embargo, ustedes están haciendo toda clase de actividades. Tú eres
carnicero y ella es ama de casa. Parecen saberlo todo, hasta lo que tengo
en mente y, probablemente, mucho más. ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo lo
han logrado?”
Entonces, Vyadan dijo: “yo creo en Dios. El creó todo y a todos, a ti y
a mí. Él, como fuerza viva, funciona a través de ti, de mí y de todas las
cosas. Somos únicamente sus instrumentos. El es la corriente principal.
Nos asigna misiones. Estableció mi deber en el comercio y me hizo
carnicero. De modo que estoy cumpliendo con mi trabajo. Digo ‘yo’,
pero realmente es El quien lo hace, a través de mí.”
“También me ha dado padres para cuidarlos. Me siento satisfecho con
ello. Trabajo como carnicero y cuido a mis padres. Eso es todo lo que sé.
Ni siquiera tengo tiempo de repetir mantras. No, pero me doy completa
cuenta de que ésta es su voluntad y éste es mi deber, de acuerdo con
el plan de Dios. Por lo tanto, mi mente está totalmente limpia. No
estoy haciendo nada para mí mismo. Lo hago por amor a los demás. Si
yo dijese: ‘No puedo hacer dicho trabajo’ y cerrara el negocio, alguien
tendría que hacerlo. Quizá no vendería al precio correcto, por buscar

145
sólo ganancia, compraría animales tratados con productos químicos o
sacrificados dolorosamente.
Hago un negocio justo. Este es mi deber. Nunca se corrompe mi
mente, porque lo hago como Karma Yoga, como servicio. Por esta
razón, mi mente siempre está limpia, tranquila y en paz. No hay
trastornos. Ustedes, los sabios, podrán decir que soy yogui. Si me
quieren catalogar así, está bien. Sin embargo, todo lo que se ponga
frente a una mente limpia, se refleja. Y yo veo la imagen muy bien. No
puedes esconder nada.”

146
Capitulo 28

Yoga de negocios
En su vida, practique Karma Yoga, es decir, haga servicio desinteresado.
Cumpla cualquier trabajo sólo por la alegría de hacerlo. No cobre por su
labor, acepte lo que se le pague. Trabaje por alguien o algo que valga la
pena. Ofrezca su tarea, su energía a Dios, a El, el todo, a todos. Diga
al que le paga que le abone lo que, en conciencia, considera justo. Si
necesita más para sostenerse y para mantener a su familia, solicítelo y,
si es necesario, siga adelante. Haga su trabajo paso a paso, con toda
paciencia. Si lo despiden, acéptelo, tranquilamente.
Quizá, donde trabaja, no existe el mejor ambiente. A su tiempo, podrá
encontrar una ocupación que se adapte a su gusto y temperamento.
Mientras tanto, puede quedarse donde está y ser yogui. Sirva allí como
karma yogui. Muchas personas todavía aman tales cosas. No abandone
su puesto, hasta que no encuentre un trabajo mejor: si no encuentra algo
pronto, no arriesgue quedarse desamparado. Eso no es yoga.
En cierto sentido, trabajar en un sitio así, podría darle mayor
fortaleza mental. Seguir sus principios mientras vive en tal atmósfera
no es fácil, pero si puede lograrlo, se convierte en un yogui mejor.
En cierto sentido, si usted no cree en algo, no debe contribuir, pero
no puede evitar la tolerancia de los otros. Rehusarse a hacer algo no
implica que los demás dejarán de hacerlo. Lo más importante es la
actitud de su mente.
En algunos casos, su consciencia le dirá que no puede quedarse, a
pesar de la situación económica. No debe vender su consciencia por
dinero. Tendrá que decir: “.. lo siento, no quiero este trabajo. El dinero
no me importa. No puedo hacerlo.” Claro, es posible que pierda el
empleo. No importa lo que no debe perder son sus principios. ¿Qué
valor tienen unos dólares? ¿Qué es más importante: el dinero que gana
en un negocio o su propio bienestar personal, mental y físico? No piense
que sólo el dinero le proporcionará todo. Muchas personas acaudaladas

147
viven miserablemente. No interesa cuán pobre sea, es más valioso su
bienestar personal. Evite, como si se tratara de un veneno, todo lo que
interfiera con su tranquilidad. Cada cosa tiene su propia vibración.
Si no está conforme con su trabajo o su patrón, es mejor que no
permanezca en ese lugar. El trabajo no tendrá atractivo ni belleza. No le
gustará si no le agrada la persona que se lo da. Si se siente descontento,
analice las causas. Si tiene una razón válida y no puede sobreponerse a
ella, no continúe allí. Su actitud le hará desperdiciar su tiempo y el del
patrón, pues no importa cuán hermoso sea el trabajo, su vibración va con
usted. Si escribe una carta con resentimiento, la carta misma reflejará
resentimiento. Trate de cambiar esa actitud, pero si en verdad tiene un
buen motivo para estar molesto, mejor cambie de empleo. Procure llevar
una relación buena y respetuosa con su jefe. No piense siempre que los
capitalistas están sólo para explotarlo. Sin los capitalistas, ni siquiera
estaría trabajando. El jefe existe para darle empleo. Es su dinero y
energía lo que dio origen al lugar de trabajo que ahora le permite estar
ocupado. Usted da energía, pero él le proporciona alimento. Procure
tener cierta compasión y comprensión. Si él comete un error, trate de
hacérselo saber con medios pacíficos, si puede, pero nunca con odio.
Eso es el Yoga en los negocios.
Usted es el amo de su destino. Usted es la causa de su propia pobreza,
riqueza o fama. Empiece un nuevo capítulo en su vida. Seleccione su
ambiente. Escoja su ocupación. Su temperamento lo guiará. A medida
que cambie su vida y crezca, hallará que su gusto y temperamento
varían. Quizás haya estado haciendo algo diferente hace dos o tres años,
pero ahora sus inclinaciones son distintas. Haga lo que naturalmente le
brote desde adentro.
No necesita copiar a nadie. Es su temperamento lo que fluirá
automáticamente. Cada individuo posee algo especial. Cada persona es
única. Nadie puede ocupar su lugar. No se menosprecie. Si cree en la
Voluntad Cósmica, descubrirá que una mano invisible opera a través de
usted. Descúbrala y déjela que obre a través de usted.
A veces, cuando por primera vez nos ofrecemos a Dios, parece que
nos acarreamos problemas. Quizás experimentemos sufrimiento y
pérdida. Es fácil entregarse cuando siempre obtenemos algo de Dios.
Si el negocio prospera, es fácil amarlo. Pero si vamos a la iglesia y nos
ofrecemos totalmente a Dios, y al día siguiente perdemos $10 000 en

148
los negocios, nos preguntamos: “¿qué clase de Dios es éste?” La prueba
de nuestra devoción consiste en que lo amemos sin importar lo que nos
pase. Tal vez, al comienzo nos pruebe.
Si en realidad trata de aplicar estos principios a su vida, la gente lo
respetará. Los patrones dicen que quieren contratar más yoguis. Si
demuestra en la práctica, que es yogui, lo valorarán. Acepte un empleo
útil, sólo para servir.
¿Para qué necesita comida, vestido y cobijo? Desee vivir para servir
a otros. Tiene que comer para vivir. Necesita ropa, un automóvil, un
garaje. ¿Cómo puede conseguirlo sin dinero? Se prepara y capacita con
suficiente energía, para dar energía. Su comer, dormir, beber y respirar
no son acciones egoístas si las hace con la siguiente intención: “estoy
cuidándome solamente para servir a otros. Si no voy a servir a otros, no
necesito comer. No necesito dormir. No necesito una casa. Ni siquiera
necesito vivir …”
Si está sirviendo con total dedicación y no gana todavía lo suficiente
como para sobrevivir, puede decir con certeza: “señor, me estoy
debilitando, ya no puedo servir. ¿Quién pierde?, ¿usted o yo?” Si él
no cambia, ¿qué puede hacer? Deje de servir. No se esfuerce más.
Sin embargo, un servicio desinteresado, generalmente, ablanda el
corazón más duro. Todos tenemos un lado tierno. Encuentre ese lado
mediante su sinceridad y amor. Aun la persona más terrible, peligrosa
y odiosa puede ser ganada con amor. Al final, triunfa la verdad: así es
la naturaleza.
De modo que haga su trabajo con toda paciencia. Hágalo de
manera meditativa. Si tiene un mantra, repítalo mentalmente, mientras
desempeña su trabajo. Ame y salude a sus herramientas. Nada es inerte,
todo tiene cierta clase de sentimiento. Cuando trata con las cosas, sienta
como si estuviera tratando con Dios. Considere como si el trabajo que
hace es adorar a Dios, que trabaja por amor a El y que El recibe el
beneficio de lo que hace. Su trabajo se convertirá en Karma Yoga.
Cualquiera sea su función en un negocio, contribuya para que crezca.
Si es secretaria o administrador, piense en el bienestar del negocio.
Considere cómo puede crecer mejor y cómo puede cumplir su deber de
manera óptima.
Sea escrupulosamente honesto. En vez de usar las instalaciones de la
oficina para sus asuntos personales, ponga el negocio en primer lugar.

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Si todo el día de viernes recurre al teléfono de la oficina para organizar
sus planes de fin de semana, entonces usted no es un buen hombre de
negocios. Siempre piense en el beneficio que otros pueden obtener.
Cuando sea un karma yogui, será escogido para puestos de mayor
responsabilidad. Puede tomar ventaja, lo cual es correcto en el yoga.
Pero no debe motivarlo la ganancia. Su motivo debe ser el beneficio de
la comunidad. El vendedor ha de ponerse en el lugar del comprador. El
comprador ha de ponerse en el lugar del vendedor. Reconozca siempre
las necesidades de los demás. En lo que dependa de usted, no abuse de
los otros. Eso sí es un asunto yoga. Debe tener cierta ganancia, pero no
el ciento, el doscientos o el trescientos por ciento. La confianza y buena
voluntad del cliente vale más que el dinero. Esa es la mejor ganancia.

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Capitulo 29

El arte de dar
Muchas de las conversaciones internacionales por la paz fracasan.
¿Por qué? Parece que los que hablan de paz no tienen paz consigo
mismos. Cada uno quiere apropiarse de algo que pertenece al otro.
Asisten ansiosos a las reuniones, pensando: “¿qué puedo obtener de esta
persona?” En ocasiones, ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo
sobre la forma de la mesa alrededor de la cual se reunirán. Hasta los
niños se comportan mejor. Para lograr la paz, la gente ha de ir con la
idea de dar, no de obtener.
Mediante el dar, obtenemos felicidad. Yo lo he comprobado en la
vida de mi maestro. En vez de Sivananda, con frecuencia lo llamábamos
Guivananda. Siempre se alegraba al dar, porque hay felicidad en dar y
amar. Dando, nunca hacemos enemigos. Las naciones debieran aprender
eso. Debemos dar de lo que tenemos: no necesitamos apropiarnos de
lo que pertenece a los demás. Mediante el cariño y el compartir nos
sentimos· a gusto dentro de nosotros mismos y con nuestros semejantes.
Empiece con usted mismo. Si tiene un excedente, seleccione a
las personas adecuadas y entrégueselo a ellas. “No puedo usarlo,
vamos, úsenlo ustedes.” De ése modo, compartimos nuestra energía.
Compartimos todo lo que tenemos con otros. Si lo hacemos, no sólo
tendrá usted, sino que tendrán todos. Es una forma de comunismo, sin
duda, pero sin violencia. El comunismo cree que debe forzar a la gente
para redistribuir lo que hay. Eso no es compartir, verdaderamente. El
dar debe brotar del corazón. Usted debe dar por su propia voluntad.
Entonces, no se generará hostilidad.
Las personas que reciban estarán agradecidas también. Si el gobierno
nos fuerza a entregar nuestras propiedades, no es lo mismo; quienes
reciben no estarán agradecidos porque se usó la fuerza. Pensemos
que, aunque compartamos con otros, hay suficiente para todos en este
planeta. Hemos de sentir como si todo el mundo fuera de nosotros.

151
Dondequiera que usted sienta que es necesario contribuir, vaya y ayude.
En la actualidad se necesita poner en práctica esta actitud. Después de
todo, ¿qué es más importante: alimentar al prójimo o caminar sobre la
Luna? A veces duele el corazón al ver tanta ignorancia.
Si alguna vez piensa regalar algo, antes de que la mano izquierda lo
sepa, délo con la derecha. El regalo ha de ofrecerse con todo el corazón.
Ni siquiera lo llame ayuda. Llámelo servicio. Usted es el que se beneficia
con ello. Si un hombre le pide algo y usted se lo da, no crea que está
auxiliándolo. Ello está ayudando. ¿Acaso no le ha brindado la ocasión
de demostrar su generosidad? Si no hubiese alguien para recibir, ¿cómo
podría dar? El dador ha de agradecer a quien recibe.
Pero no se esfuerce por buscar la oportunidad de dar algo. Los seres
humanos no son seres inanimados o simples animales. Están dotados
de un poco más de conocimiento y discernimiento. Usted tiene plena
libertad para usar su discernimiento, en beneficio de la persona que
recibe. Si un borracho viene y le pide otros diez dólares, con certeza
sabra que piensa tomarlos y regresar directamente al bar. Si cree que eso
no es saludable para él, debe rehusarse. Con su negativa, está pensando
en su beneficio, más que en el propio.
La caridad ha de brindarse con el apropiado discernimiento y sentido
de la oportunidad. En la India solemos decir: “¿de qué sirven las fuentes
para tomar agua durante la temporada de lluvias?” Hay suficiente agua.
Ponga las fuentes para tomar agua en el desierto. El necesitado debe
recibir lo que tenga que darle, en el momento apropiado. ¿De qué sirve
que me traiga un agradable y abrigado cobertor cuando la temperatura
está a 45 grados centígrados? Yo podría comprar un juego completo de
escritos sagrados para regalárselos a un bebe de un año de edad en su
cumpleaños. ¿Qué utilidad le prestarían? Es verdad que estoy regalando
obras sagradas, pero ahora ella no las puede usar.
De modo que discierna siempre. Piense antes de dar. Conozca bien a
la persona y cerciórese de la forma como usará su regalo. El amor ciego
puede ser la ruina de una persona. Si quiere echar a perder a un niño,
déle todo lo que quiera comer. El niño querrá más y más chocolate. Si le
sigue dando, al día siguiente tendrá que llevarlo al medico. Comprenda
el don de la caridad bajo esta luz.
Si tiene expectativas egoístas cuando dé algo, con seguridad eso
perturbará su paz, en el futuro. Cada vez que espere algo a cambio de

152
sus esfuerzos, creará karma. Por eso, encontramos tantos sindicatos,
uniones laborales, departamentos de trabajo y juntas de conciliación y
arbitraje. Cada vez que la gente espere algo, habrá alguna clase de pelea,
cuando no obtengan lo que ansían. El espera más de su trabajo y usted
más de su dinero. De modo que siempre hay un “tira y afloja” entre jefe
y empleado. Para solucionar los problemas que sobrevienen, tienen que
ir a juicio. He escuchado acerca de muchos casos laborales, pero nunca
nada relacionado con un pleito por servicio gratuito.
Nadie va a juicio a causa del servicio. El servicio es unilateral. Da por
el hecho de dar, sin expectación alguna. Nunca hay problema, ni para
usted ni para el que recibe: si hace su trabajo como servicio, el que lo
recibe no se siente obligado. Ese es el mejor servicio posible. Cuando dé
algo, no haga que la otra persona se sienta obligada de alguna manera.
Ni siquiera observe su rostro esperando las gracias, una sonrisa o un
poco de aprecio. ¿Por qué? Porque si no ve esa sonrisa, esa inclinación
de cabeza o el agradecimiento, no se sentirá feliz. Supongamos que le
da algo a alguien que está ocupado. El quizá lo tome rápidamente y
continúe lo que estaba haciendo, mientras que usted está esperando
algún reconocimiento. Se sentirá decepcionado porque no obtuvo algo
a cambio.
Hacer que el receptor se sienta obligado hacia uno, es karma y no
Karma Yoga o verdadero servicio. El Karma Yoga consiste solamente
en hacer algo por el hecho de hacerlo, por el placer de servir. Esa es la
más alta recompensa que puede obtenerse. Supongamos que ofrece un
regalo y la persona le dice: “¿esto es todo lo que puede traer?” Siéntase
bien, no se moleste por ello. Ya tiene el gozo de haber dado algo. No
se incomode por lo que le responden. Usted quería dar y dio. Se siente
feliz. ¿Puede alguien detener su felicidad? Sólo usted puede detener y
perturbar esa alegría si espera algo a cambio. En el momento en que
espere algo, pierde el gozo, su tranquilidad. Antes de dar, se crea cierta
tensión. Mientras envuelve el regalo piensa: “¡qué bonito es! ¡Realmente
le va a gustar!” Aun antes de envolverlo, cuando estaba comprándolo,
asumió algo y creó cierta tensión. Con tales complicaciones, la mente
no se siente tranquila cuando está haciendo algo por otra persona. Está
nervioso hasta que lo pone en sus manos. La persona lo mira y dice:
“¡oh, es hermoso, muchas gracias!” Al fin, usted se siente aliviado.
“¡Ah, realmente le di algo bueno!” Hasta ese momento había tensión

153
y ansiedad. “¿Lo apreciará? ¿Lo hará feliz?” Y aun después, “¿Le habrá
gustado en verdad?”
Todos esos temores se deben a sus expectativas. Hasta que él apreció
el regalo, usted sintió ansiedad. Sólo cuando sonrió, usted experimentó
un poco de dicha, por un momento. Sin embargo, esa es una felicidad
prestada, viene desde afuera. No durará mucho y, mañana, querrá más.
De modo que tendrá que comprar un regalo más grande. Querrá más,
más y más. Incluso si gana su buena voluntad, aprecio o amor, temerá
perderlo. No querrá que ninguna otra persona lo vea o le dé un regalo.
“¿Qué pasará si ella le da un mayor regalo?” Entra el celo, el temor de
perderlo. Entonces, ¿cuándo se siente feliz? Ni antes ni después. Todo
se parece a un negocio.
Tenga cuidado con los obsequios de los comercios. El regalo no
es producto del deseo de dar. Llega con un bonito paquete hoy y
regresa mañana con una pequeña petición. Dios nos libre de estos
regalos. Enciende una hermosa vela a Dios y, después, cuando El está
apreciando la vela, le dice: “no te quedes mirando eso, oye mi petición.
No tengo tiempo para esperar. Debo apresurarme para ir a la oficina.
Puedes contemplar la vela después. Escúchame, esto es lo que quiero
…”
Esto es igual. En Sri Lanka existe un templo bien famoso. La
entrada principal está cubierta siempre con siete cortinas. El significado
esotérico es que los siete velos esconden el yo interior. Cada año, hay
una competición entre los devotos, para ver quién donará los velos.
Es particularmente terrible la puja, cuando se trata de resolver quién
donará la cortina del frente, porque todas las demás estarán escondidas
tras este velo, sobre el cual se coloca un enorme y hermoso cuadro que
representa la forma de Subramanya.
La competencia no es sólo por la pintura, sino para mostrar quién la
donó, pues el nombre del donante está impreso claramente, para que
todos lo vean. “Donado por fulano de tal, de la calle tal, así y así, de tal
ciudad.” Su nombre completo, su negocio y quizá hasta su número de
teléfono se hallan inscritos allí.
En cierta ocasión, una persona que donó el velo del frente vino y me
dijo:
-Swamiji, ¿fuiste a Katarangama este año?
-Si, estuve allí en la fiesta del Señor.

154
-¿Viste el velo del frente?
-Si, es muy hermoso.
-Yo lo doné.
-Oh, ¿es tu nombre el que está inscrito en el velo?
-Sí, ¿no crees que es hermoso, en verdad?
-Sí, el cuadro es muy bello. Pero hay algo más allí. Vi tu nombre y
dirección. Cuán grande pecado has cometido.
-No entiendo. Swamiji. Explícamelo, por favor.
-Muy bien, toma un lápiz y papel. Vamos a hacer cálculos matemáticos.
¿Anuncias algunas veces tu negocio en el periódico?
-Sí.
- ¿Cuánto pagas por una columna de una pulgada?
-Una columna de una pulgada en el Daily News es muy costosa,
swamiji. Cobran diez mil dólares.
-Ah, ahora pongamos como ejemplo a la revista Life. ¿Cuánto
costaría un anuncio de una página entera?
-Quizás unos cincuenta mil dólares.
-Por esa página que será vista tal vez durante una semana, cincuenta
mil dólares. Ahora, ¿cuántas personas están mirando tu velo? Digamos,
unos diez millones. Y el velo que has puesto allí tiene tu nombre en él.
¿Sabes cuántos millones de personas van a verlo durante todo el año?
¿No es un gran anuncio publicitario para ti? Dios no te envía la factura
inmediatamente, pero lleva la cuenta de cuántas personas lo han visto.
El coste de tu anuncio publicitario estará anotado en tu cuenta. Quizá
donaste una cortina de cien dólares y estará apuntada a tu favor, sin
duda, pero tu cuenta crece cada día. Si pasan diez mil personas diarias
frente a la cortina y miran tu nombre, calcula a un dólar por persona:
diez mil dólares en tu cuenta, cada día. En pocos días suman cincuenta
mil dólares de deuda. No sé cuánto será, por todo el año, lo que tendrás
que pagar. ¿Cómo vas a abonar todo eso? ¿Cuándo vas a hacerlo?
Tendrías que nacer una y otra y otra vez. ¿Crees que es un negocio
provechoso?
-Ya entiendo, swamiji. ¿Qué voy a hacer? No puedo ir a quitar el velo
ahora.
-Pensamos que Dios no sabe hacer cálculos. El es un negociante de
primera clase. Recuerda, lo que das, recibes. Si das el diez por ciento,
obtendrás el diez por ciento de Dios. El es un comerciante justo.

155
Proporciones iguales, uno por ciento por uno por ciento. Supongamos
que das el ciento por ciento, ¿cuánto obtendrás? Ciento por ciento de
Dios. Y tu ciento por ciento no vale nada, quizás unos cien kilos de
carne y huesos, y alguna putrefacción aquí y allá, que aun los encargados
de la basura no quieren llevar. Sin embargo, toda esta basura no le
importa. Acepta tu porcentaje. ¿Eres uno de los que se me han dado
completamente a mí?
-Si, Señor. Estoy completamente rendido a ti.
-Él acepta tu entrega. No le eres muy útil a Dios, pero recuerda, es
un negociante justo. “El se ha dado ciento por ciento a mí. ¿Qué voy
a hacer? He de darle mi ciento por ciento a El, de otra manera, soy
injusto.” Él se ha dado el ciento por ciento a ti. Éste es el secreto del
negocio de la devoción.

156
Capitulo 30

El arte de recibir
Uno de los principales propósitos del yoga es mantener la mente en
calma. Hay ciertos regalos que, si se aceptan, a uno lo hacen sentirse
obligado. Si usted no puede cumplir con esa obligación se perturba.
Según los preceptos yogas de Patanjali, ésa es la razón por la cual se
le aconseja no aceptar obsequios. Si lo hace, inconscientemente, se
siente obligado con el dador. Después, usted tiene que hacer algo para
satisfacer a esa persona.
Como usted sabe, esos son regalos de negocio. La gente no da por
el gozo de dar. El dador espera algo en recompensa. Si un joven envía
un hermoso ramillete de flores a una joven, no siempre lo hace por el
placer del acto en sí. Lo que desea es ganar el afecto de ella. Si no lo
logra, se siente frustrado: “¿cómo te atreves a aceptar todos mis regalos
y ni siquiera me mandas una carta?” ¿Cuál fue el motivo del obsequio,
entonces? Si ella acepta los regalos, puede sentirse obligada con él.
Si alguna vez recibe un regalo, tras del cual haya un velado interés,
reintégrelo y no se perturbará.
Cierto tipo de regalos no alteran su mente. Esos los puede aceptar.
Alguien solamente está expresando su cariño y respeto hacia usted,
sin esperar nada. Siente que debe hacerlo y que es su oportunidad de
cumplir con una obligación que quizá se ha creado respecto de usted.
Acéptelo. Mas, si acaso le parece que usted se crea una obligación, está
recibiendo más para usted mismo que por el bien de la persona que lo
dio. Puede ser que no tenga la oportunidad de corresponder y eso lo
hará sentir culpable.
Alguna vez, puede estar hambriento y alguien quiere regalarle algo de
comer. Eso también puede aceptarlo. Claro que debe estar agradecido,
pero ni aun así se sienta obligado ni pierda su paz. A veces, la gente da
dinero a organizaciones dignas, que convierten su dinero en acciones
meritorias. Si recibe el donativo para la organización, puede aceptarlo

157
sin experimentar obligación alguna, porque es para la causa general. El
donante ha de estar agradecido, porque su dinero está siendo usado en
acciones benéficas; ese mérito corresponde al dador. Ya sea que él lo
sepa o no, hay un contador divino que lleva cuentas de todo.
Quizá no sepa cuánto puede afectar su mente un regalo. Cuando
reciba algo de alguien, siempre trate de corresponder. Si es posible, dé
más de lo que recibe. Eso es yoga. Por ejemplo, si pide prestado algo,
cuando lo devuelva debe estar más bonito que cuando lo recibió. Si pide
prestado un libro, lo primero que debe hacer es ver si el libro está en
buenas condiciones. Si tiene una hoja rota arréglela, fórrelo. Después,
comience a leerlo.
Si recibimos y no correspondemos, nos hacemos deudores.
Ciertas cosas son inapreciables y nunca podremos corresponderlas
completamente ¿Cómo corresponderemos a lo que recibimos de Dios?
Cuando llevamos una vela o una varilla de incienso, unas frutas, o una
pequeña ofrenda a la iglesia o a la sinagoga, no significa que estamos
pagando lo que hemos recibido. Solamente estamos retribuyendo con
lo que podemos, para no convertimos en deudores. Eso nos libera del
sentimiento: “tengo que hacerlo, pero ¿con qué correspondo?” No
es un pago. Si así fuera no recibiríamos nada, salvo que pagáramos
el precio. Una ofrenda es, sencillamente, dar conforme a nuestra
capacidad; gracias a ella, nuestra mente se mantendrá tranquila, libre
del sentimiento de deuda.
En las escrituras hindúes se nos dice: no vayas con las manos vacías
ante un niño, un rey, un santo o ante Dios. Trae una ofrenda. No
importa cuán sencilla o valiosa sea; debe ser el producto del sudor de
tu frente. Cuando vas a visitar a un bebé, lleva algo, no porque él esté
consciente de tu regalo, sino porque te sentirás feliz ante ese recién
nacido. Te sentirás inspirado. Estás frente a la presencia divina. Un
niño es como el sol cuando desvanece las nubes. Al estar cerca de él te
sientes también como una criatura y olvidas tus problemas.
No se presente ante un rey con las manos vacías pues, por lo menos,
está ganando cierto reconocimiento, por el hecho de hallarse en su
presencia. El no lo enviará con las manos vacías. Lo favorecerá de alguna
manera. Por ejemplo, cada vez que visité al Papa, siempre me dio algo
como recuerdo. Naturalmente, yo sabía eso. ¿Cómo podría presentarme
con las manos vacías? Lleve siempre algo, para corresponder.

158
Si visita a un santo o a una persona piadosa, seguramente obtendrá
alguna vibración y buenas ideas para elevar su vida, algo de lo que no lo
proveen ni en el colegio, ni en la tienda o la farmacia. Está obteniendo
algo único. Corresponda como pueda. Puede ser sólo con una flor.
Siempre llévele algo a Dios. Cuando vaya ante la presencia de Dios, ya
sea en la iglesia, el templo, la sinagoga o la mezquita, no se acerque con
las manos vacías. Su donativo será utilizado para cualquier propósito.
Eso no le interesa a usted. Quizás el sacerdote reúna el dinero y se vaya
al cine. Si está haciendo algo erróneo y malvado lo que se da en nombre
de Dios, es asunto de él. Ya dará cuentas a Dios. ¿Para qué se preocupa?
Usted ha cumplido con su obligación.
Durante el siglo pasado, centenares de personas acudían diariamente
al ashram Sri Ramakrishna. Cuando llegaban, llevaban toda clase de
ofrendas: frutas, flores, dinero, comida, lo que fuese. Entre ellos, se
hallaba un hombre muy pobre, que había estado acudiendo todos los
días y se sentaba a escuchar. Disfrutaba con la compañía y la sabiduría
de Ramakrishna. Ramakrishna lo vio y lo llamó:
- ¿Eres un trabajador?
-Jalo un palanquín y gano unas dos rupias al día: apenas me alcanza
para sostener a mi familia. Trabajo, pero soy muy pobre.
-Hmmm. Está bien. pero ¿no puedes disponer de un centavo? ,
preguntó el sabio.
-Bueno, sí puedo.
-Probablemente, un centavo sea mucho para ti. Mañana compra unas
arceas. En la India, la arcea se rompe en pequeños pedazos, casi se hace
polvo, y generalmente la gente suele masticarla con hojas de betel y
un poco de limón. Le da a la boca un color rojizo y tiene cierto efecto
medicinal. Ramakrishna pensó que el hombre estaba acostumbrado a
masticar esos frutos. Le pidió al hombre que gastara un centavo. Con
ello podía obtener unas diez arceas, y luego rompió en diez pedazos
cada fruto. “Cada día que vengas, tráeme un pedacito”, le dijo.
-¿Qué vas a hacer con eso? Un centésimo de centavo. Ya tienes en
abundancia.
-Sí, tengo en abundancia. No es porque yo no tenga, es por ti. No
debes venir con las manos vacías. Si cada vez que vienes llegas sin nada te
haces mi deudor. Un día, tendrás que pagarme. Tal vez necesitarás otra
vida como mi siervo. Karma es karma: una acción provoca una reacción.

159
Esa es la razón por la cual decimos que, cuando reciba, siempre ofrezca
algo: no se vaya como deudor. Sin embargo, eso depende de su capacidad.
Si es millonario, podrá dar más que el pobre. Sea usted quien fuere, dé
algo. Así, estará libre de obligación y su mente permanecerá clara.
Mientras más dé, más recibirá; ésa es la ley de la naturaleza. Si es un
buen canal, no guardará nada para usted, excepto lo necesario. Dejará
pasar el resto. De este modo, le vendrán más cosas. Es como una fuente
de la que ya se ha extraído algo. Mientras más saca, más sale. Nunca
le falta. A veces, obtendrá tanto que se sentirá cansado de dar. Deberá
decir: “Dios, ¿qué significa esto? Me estás empujando demasiado. No sé
dónde dar. No hay gente para recibir.” Mas, en ningún momento trate
de reprimir el dar continuamente. No detenga la corriente, porque verá
que se estanca y fosiliza. Las cosas se mueven libremente.
Las cosas continúan llegando a usted, porque piensan que es una
persona maravillosa, pues no las detiene o se apega a ellas. Las cosas
vendrán y se sentarán bajo su sombra por un momento, como las aves
que se posan, para descansar, sobre una rama. Y la rama las deja volar,
cuando ellas quieren.
Mas si trata de aprisionar cualquier cosa, vacilarán en venir, y lo que
haya aprisionado procurará huir de usted. Imagínese a un hombre que se
cree muy rico y guarda cientos de billetes en su caja de seguridad. Todos
los días abre la caja, cuenta el dinero y la cierra. Hasta de noche se
levanta para ver si el dinero se encuentra allí o no, y vuelve a encerrarlo.
Quizá disfrute viendo los billetes en la caja. Pero pregúntele al dinero:
“¿se sienten felices dentro de la caja de seguridad?” Tal vez digan: “no
sabemos por qué nos guardan aquí. Llegamos a este hombre tacaño,
miserable y avaro. Nunca nos deja salir ni movernos libremente. Nos
ha encerrado en esta prisión de hierro. No sabemos qué hacer. Dios,
¿no nos vas a salvar? ¿Es nuestro karma estar atrapados en sus manos?”
Entonces, una noche se abre lentamente la puerta de la caja de
seguridad. El dinero dirá: “ahh, gracias. ¿Te envió Dios? Pronto,
llévanos antes de que el hombre te vea.” Ciertamente, ésta no es una
broma. Todo lo que encierre bajo llave se queja de usted. Desea la
libertad, como usted. Desea el libre movimiento, no hallarse limitado
por nada.
Cuando las cosas lleguen a usted, déjelas. Mientras las posea, cuídelas
en tanto pueda usarlas; no las deje por ahi. Cuando termine, permitales

160
libertad de movimiento, otra vez. Use las cosas y el tiempo como quiera.
Déjelas permanecer con usted cuanto quiera. Mas, en el momento en
que una diga: “estoy cansada de estar aquí, déjame ir a otro lugar”,
dígale: “claro. Vete. Estás en libertad.”
Al hacer eso ¿sabe qué pasa? Tal vez lo abandonen porque no las
aprisiona. Pueden quizá sentirse atraídas por otra casa. Pero si allí las
encierran, un día escapan y se van a otra casa donde vuelven a encerrarlas.
Luego. dicen: “Dios mío, debí quedarme con aquel que realmente me
dio libertad.” De modo que regresan a usted. Cuando no se aferra a
nada, todo regresa y quiere permanecer con usted, aun cuando le diga:
-¿Por qué no te vas?
-No, a donde vayas, iré. Estaré contigo.
Eso es contentamiento. Si no aprisiona las cosas y no las persigue,
ellas querrán estar con usted. Sólo estoy interpretando las palabras
de las escrituras, en forma un poco diferente. El Sannyas Upanishad,
refiriéndose a la gloria de la renunciación, dice: “si un hombre es, por
completo, desapasionado y desapegado de las cosas - lo cual es total
renunciamiento- hallará a la Diosa de la sabiduría y a la diosa de la
riqueza sentadas a sus pies, esperando servirlo.”

161
Capitulo 31

Vivir el presente
Todo lo que usted haga empieza dentro de usted en forma de una
semilla. El karma, o sea la reacción de sus acciones, forma las semillas
que se almacenan en el granero de su mente, la bolsa kármica. Usted
ha de entregar una semilla tras otra. A veces, usted las entrega en
grupos—grupos karmicos—a veces, una por una. El tiempo de la
entrega depende de la fuerza de la semilla. Una semilla más madura
germina pronto, de modo que si usted hace diez karmas o acciones hoy,
quizá la sexta y la octava fructifiquen mañana. La primera y la segunda
quizás no produzcan fruto en unos diez años. Usted no siempre obtiene
una reacción en el mismo orden en que ejecutó la acción, eso depende
de la intensidad con la cual la ejecutó y la clase de karma que sea. Si
usted come un alimento indeseable e inmediatamente después pone un
dedo sobre la llama de una vela, su primer karma es comer el alimento
y el segundo es poner su dedo en la llama. Sin embargo, el segundo
karma produce resultados inmediatamente. El primer karma quizá no
germinará en dos o tres días: entonces, usted sentirá dolor de estómago.
Pero sea lo que fuere lo que usted haya hecho, seguramente tendrá que
aceptar su reacción, ya sea corno recompensa o como ofensa.
Ningún maestro, gurú, escritura, templo, sinagoga, ni iglesia pueden
purificarlo de su karma. Incluso, Dios no eliminará su karma.
Solamente sembrando hoy semillas de acciones desinteresadas, puede
usted purgarlas.
Conocer el karma puede ser útil. Si acaso alguien lo insulta o golpea
sin razón aparente, usted puede pensar: “probablemente sea mi karma.
Tal vez lastimé a alguien antes y me escapé antes de que me dañaran.
Ahora regresa a mí y me toca aceptarlo.” No hay efecto sin causa. Nadie
lo lastimará, si en realidad es inocente.
Quizás usted sea inocente ahora, pero días antes, años antes y aun
en la vida anterior, probablemente no lo era. De modo que puede

162
decirle a su opresor: “muy bien, me has ayudado a purgar mi karma.
Muchas gracias.” Siembra usted mejor karma cuando no devuelve
mal por mal. Un pleito no detendrá otro pleito. Aceptar la injuria
sin responder con otra injuria, es práctica espiritual óptima. Hacerlo
requiere esfuerzo. Derramar amor sobre el odio es como derramar
agua sobre el fuego.
Al fin, usted descubrirá cómo ejecutar acciones perfectas, sin sembrar
ningún karma. Una acción se hace perfecta cuando la lleva a cabo
completamente, con alegría y sin esperar nada. Todos los demás
actos, por maravillosos que sean, por hermosos que se vean - tengan
la reputación que tuvieren- son imperfectos, porque afectan su mente.
Usted se preguntará: “¿qué pasa con las buenas acciones?” Eso es como
si un perico dijese: “llévense esta sucia jaula de hierro y tráiganme
una de oro.” Se ve preciosa, pero es una jaula. Todo lo que hace con
expectación lo ciega. La causa del nacimiento y la muerte es su karma,
acciones hechas esperando recompensa.
Claro que no es fácil renunciar inmediatamente al bien y al mal. De
modo que, al principio, por lo menos se nos aconseja vencer las acciones
malas, haciendo las cosas por el mérito y la virtud mismos. No obstante,
para ser verdaderamente libres, hemos de actuar sin expectaciones,
renunciando tanto a los malos como a los buenos frutos de nuestras
acciones. Eso es Karma Yoga. Hacemos todo por amor a Dios o a la
humanidad. No esperamos nada en pago. Y lo que hacemos se hace
perfectamente, como un servicio a Dios, porque no tenemos temor de
los resultados futuros.
La mayoría de la gente actúa por sus propios intereses. La sola idea de
beneficios futuros es emocionante: la gente tiende a construir castillos
en el aire, pero, como enseña el relato musulmán de Alnasur, el solo
pensamiento de futuros beneficios puede hacerle perder todo.
En cierta ocasión, un hombre llamado Alnasur se fue al mercado,
donde se le presentó la oportunidad de hacer un trabajo ordinario,
levantando cosas, llevándolas a otro lugar y colocándolas allí. Le
pagaron cinco dólares. Era la mayor cantidad que jamás había tenido
en sus manos. “Dios mío, ¿qué haré?” pensó. “Con estos cinco dólares
compraré huevos en la tienda, los llevará a casa en mi aldea y los
venderé.” Así que, compró los huevos, los puso en un cesto bien
cubierto, se lo colocó sobre la cabeza e inició su regreso a casa.

163
Después de un rato, se sintió cansado y se sentó para descansar junto
a su carga. En el camino había estado soñando: “cuando regrese, los
venderé en mi pequeña aldea, donde no hay huevos tan excelentes. Me
será fácil venderlos al doble y ganar diez dólares, una ganancia del ciento
por ciento.” Estaba tan emocionado con esa posibilidad que se levantó
y caminó otra vez, hasta que se cansó. Volvió a bajar el cesto, lo colocó
al frente y se recostó a descansar, continuando con su sueño: “con los
diez dólares regresaré al mercado y compraré más huevos, regresaré a
la aldea, los venderé y obtendré veinte dólares. Pero con esos veinte
dólares no compraré huevos. Es un negocio insignificante. Compraré
lo que más desee el pueblo, regresaré y lo venderé. Esta vez quizás al
triple, porque con los huevos sólo puedo ganar el ciento por ciento. Si
compro cosméticos, fácilmente puedo ganar trescientos o cuatrocientos
por ciento.”
Se sentó y se apoyó sobre un árbol, junto al cesto y continuó
soñando. En su sueño, pronto había ganado varios miles de dólares. Ya
convertido en rico dijo: “ahora que soy verdaderamente rico, no puedo
vivir solo. Debo buscar a una hermosa muchacha y casarme con ella.
Sin duda que cuando vean cuan rico soy, Mirastar, el hombre más rico
del pueblo, vendrá a ofrecerme a su encantadora hija. Después de un
poco de indecisión de mi parte, me casaré con ella. Luego, por supuesto,
ella me dará un hermoso bebé. Cuando regrese de mi trabajo, ella me
traerá al bebé para que juegue conmigo. A veces regresaré a casa un poco
cansado, y si ella me trae al bebé, le diré: “estoy muy cansado. Ahora
no quiero al bebé. Llévatelo.” Si ella dice: “no, por favor quédate con él
ahora,” e insiste yo insistiré también: “no, no, no. Estoy muy cansado. Si
ella continúa insistiendo, le daré una patada.” Y Alnasur dio una patada
tan fuerte, que golpeó el cesto con los huevos y los rompió.
Esta es la historia de Alnasur. Al buscar beneficios futuros no
podemos vivir bien el presente. No estoy diciendo que construir castillos
en el aire, absolutamente nunca sea bueno. Edificar castillos con buenas
ideas -un paso a la vez- puede ser útil. Un poquito de expectaciones
puede ser bueno para motivar, pero no insista en el beneficio personal o
se decepcionará y frustrará fácilmente. Como dice un hermoso himno:
“un paso solamente es suficiente para mí. No me dejes seguir todo el
camino. Sólo muéstrame los siguientes dos pasos, y cuando llegue allí
estaré listo para ver adelante.”

164
El gozo de hacer un trabajo bien hecho es la mejor recompensa.
Nadie puede quitarle esa satisfacción. Si usted espera estar satisfecho
con los resultados, con seguridad se sentirá insatisfecho. Por eso, en
muchas situaciones, no importa cuan grandes o intrascendentes sean,
la gente se perturba y entristece, al acercarse a su objetivos. Si alguna
vez se siente alterado por una emoción semejante, o por una emoción
anticipada, sepa que, en ese momento, no se está comportando como
un yogui karma.
El yogui karma actúa sin apego a los frutos de su labor. Actúa por
el gozo de ejecutar, no por los beneficios posteriores. Su mente está
en el presente y sus acciones son perfectas. Su servicio es para Dios
y para toda la humanidad. De modo que el yogui karma ha de poner
más atención al detalle de la que ponen la mayoría de los comerciantes
tacaños en su negocio. Ha de hacer su trabajo diez veces mejor que la
persona que está sembrando semillas de karma.
La gente actúa con su mente puesta en los beneficios futuros. Ni
siquiera piensa en lo que está haciendo: por eso pierde eficiencia. Vaya
con calma, sea constante. Si piensa con rapidez, pierde todo su poder. No
calcule cuáles serán los frutos. Si algún fruto le llega, puede saborearlo,
mas no lo busque. Haga una cosa a la vez. Concentre sus esfuerzos.

165
Capitulo 32

La felicidad suprema
Al servir a otros, usted conoce sus propias debilidades. El mundo es
como un gran espejo, que le muestra sus puntos débiles, sus flaquezas.
Mediante el servicio, usted aprende a reconocer las propias flaquezas y
a corregirlas.
A veces, la prueba mayor consiste en lo que usted llama trabajos
sencillos. Con frecuencia, escuchará que los grandes sabios se probaron
a ellos mismos de esta manera. Para comprobar que no se había vuelto
orgulloso, después de haberse convertido en un gran gurú, Ramakrishna
iba a los barrios bajos y lavaba los inodoros con su cabello. Cristo lavó
los pies de sus discípulos. Los grandes hombres han hecho esto. Así,
pues, vaya y acepte el trabajo más sucio y asqueroso. Recuerde que no
lo está haciendo tanto por el amor al trabajo, sino por usted mismo.
Es fácil refugiarse sencillamente en un rincón y meditar. Pero hay otra
forma de meditación, la acción. Durante el Karma Yoga, usted medita
en lo que hace. Observa sus sentimientos y su mente. Es un programa
de entrenamiento mental.
Practique el Karma Yoga, siempre que tenga oportunidad. Con esta
práctica, usted advierte sus limitaciones y desventajas, se prueba a usted
mismo en el campo. Comprenderá sus actitudes y humor, mejor que
cuando está solo. Mediante el Karma Yoga, su corazón, mente y cuerpo
se limpiarán pronto. Claro que usted no debe olvidar totalmente otras
prácticas. No necesita practicar el Karma Yoga las veinticuatro horas del
día. Si usted está cansado o tiene alguna clase de problema emocional o
psicológico, regrese, siéntese quietamente y analice su problema.
“Fui a servirle, pero por alguna razón me molesté, probablemente
cuando no me lo agradeció. Sí, yo esperaba su gratitud. Eso no está
bien. Por eso se perturbó mi mente. La próxima vez haré lo mismo,
pero no buscaré la gratitud.” Así estará usted modelando bien su mente.
Con este análisis pronto puede reducir la tendencia que perturba su

166
paz. Si ignora esos disturbios y, simplemente, continúa sirviendo, el
problema vuelve una y otra vez.
Cometer un error no es realmente malo. En el instante en que se dé
cuenta de que ha cometido un error, medite: “¿por qué? ¿Cómo? ¿Cuál
es la causa de este error? ¿Dónde fallé? Si no lo hubiera hecho, esto
no habría pasado. Bien, la próxima vez no permitiré que suceda.” Una
persona inteligente aprenderá algo de una equivocación, pero un tonto
cometerá el mismo error una y otra vez. Caemos, pero nos levantamos
para andar. Permitamos que nuestros fracasos sean escalones hacia
nuestro éxito. Todos los grandes, los sabios y los santos cayeron varias
veces, antes de que pudieran alcanzar su meta.
Frecuentemente usted es todavía egoísta, aun cuando piense que no
está aferrado a los frutos. Si cree que los demás deben estar felices por
lo que está usted haciendo, entonces, usted está todavía aferrado. Ha
generado tal ansiedad, que ella lo incapacita para brindar ayuda. Sería
mejor que pensara: “bien, he cumplido con mi deber para mi propia
satisfacción: no soy el forjador del destino.” Si un hombre ha hecho
ciertas cosas y está destinado a ser infeliz por algún tiempo, no podrá
usted hacerlo feliz por mucho que trate. La satisfacción de haber
hecho lo posible, dentro de sus limitaciones, debe ser suficiente para
usted. Haga lo que pueda, según su capacidad: luego, deje el caso a la
Corte Superior.
Ponga en juego su sabiduría para analizar los motivos. No piense
siempre sólo en cuál yogur sabe mejor para tomarlo. Ese no es un
análisis profundo. Descubra lo que les traerá paz y gozo a usted y a los
demás. Siempre analice en esos términos. El Karma Yoga es suficiente
para salvar a su alma. No tendrá que esforzarse para servir a otros, si
conoce los beneficios del servicio. Tendrá miedo de ser egoísta, por
temor a perder su paz. El mayor gozo de la vida radica en hacer algo por
otro. Desafortunadamente, muchos no han probado el gozo verdadero.
Pero una vez que usted lo pruebe, jamás deseará hacer algo sólo para
usted mismo. Buscará oportunidades para servir. Sea de día o de noche,
no querrá perderse ese gozo supremo. Este propósito regirá su vida para
siempre. Conviértase en alimento para otros. Ofrézcase a los demás. Su
vida puede ser un hermoso fruto que paladee toda la humanidad. Hasta
el comer puede ser una ofrenda. ¿Quién digiere su comida? “Yo soy el
ácido digestivo”, dice el Señor. “También estoy en tu estómago.” No

167
crea que está comiendo para usted mismo. El alimento entra en este
fuego divino.
Incluso, cuando tome un baño, piense: “estoy lavando el templo del
Señor. Estoy vistiendo el templo del Señor. El está sentado aquí. Estoy
alimentándolo.” Cuando se retire a dormir, piense: “estoy haciéndolo
dormir.” De esta manera, cada acto de su vida es una ofrenda: su vida
misma es una ofrenda.
Eso es el Karma Yoga. Cuando usted hace algo por el hecho y gozo
de realizarlo, como beneficio para todo el mundo y no para su provecho
personal, entonces, retiene su felicidad. No piense que obtiene la
felicidad al hacerlo. La felicidad está en usted, siempre. Usted ha de
hacer algo, porque no puede sentarse allí, sencillamente, inactivo. Sus
acciones le permiten conservar la alegría suprema.
Para disfrutarlo primero destine una semana, cada mes o cada dos
meses. Digase: “es mi semana de Karma Yoga. Durante este lapso, he
de ser completamente desinteresado: no haré nada para mí mismo.” O
bien. simplemente, elija un día, el día de ayuno, por ejemplo, y diga:
“este es mi día desinteresado.” Todos debieran apartar un tiempo con
tal propósito, sólo para probar esta felicidad. Después, puede ampliarlo
más y más.
Cuando lo haga no se preocupe por los demás, ni por sus amigos o
miembros de su familia. Algún familiar podrá decir: “constantemente,
estás haciendo algo para otros. ¿No sabes que tienes esposo, que tienes
esposa, que tienes hijos? Ellos se están perdiendo los beneficios.” No
se trata de que usted los ignore. Pero no gaste siempre su dinero,
energía y tiempo sirviendo sólo a una o dos personas. El esposo pudiera
demandar todo el servicio de la esposa. “Eres mi esposa. Sírveme a mí
primero.” Ella puede contestar: “señor, hay ciertas cosas que necesitas y
mereces. Las hago por ti, pero el resto del tiempo me necesitan más otras
personas. Mi amor, a veces, demandas demasiado.” Usted puede decir
eso. No hay nada de malo en ello. Usted no es propiedad de nadie. Si
existe la oportunidad de hacer algo más importante para el prójimo, eso
es obra de Dios. No olvide que tiene prioridad la responsabilidad hacia su
esposo o esposa, pero ellos no deben exigir más de lo debido. Su vida ha
de estar bien compartida. Es como cuando se tienen cinco niños. Si un
niño requiere constantemente su atención: “abrázame, mami. Abrázame
a mí”, y siempre hace lo que él le pide, usted ignorará a los otros niños.

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Subramanya Barati, un gran santo y poeta, vivió en la India a
principios de este siglo. El previó esto y sus palabras fueron vivificantes.
Sabía mucho acerca de yoga. En un poema, escribió lo siguiente: “la
esencia de las escrituras es el Karma Yoga. Sólo eso puede salvarnos,
servicio, servicio, servicio. Eso es suficiente para nosotros.”
El maestro Sivananda siempre decía: “sirve y ama. El servicio es
primero. Sirve con amor, porque sin amor no puedes servir. Sin el
control de tus pasiones y el desinterés, no puedes servir. Solamente
sirviendo te conviertes en yogui. Todo lo demás viene automáticamente.
No pierdas la menor oportunidad de servir a otros.”

169
Capitulo 33

El matrimonio en el sendero
Algunas personas se casan para tener un cónyuge que lo acompañe
en una vida de servicio. Los matrimonios motivados solamente por la
belleza física, el dinero u otra razón mundana, serán una esclavitud.
Pero si existe atracción espiritual, el matrimonio se celebrará en el
cielo. Será una boda entre dos reflejos de Dios. Dos pares de ojos
que verán una visión. Están dedicados a servirse uno al otro y a la
humanidad en general.
Tal matrimonio es el camino supremo, dos cónyuges que cooperan
y una sola meta. Dos mentes que se unen para ayudarse mutuamente,
comprenden su verdadera naturaleza. El ir lado a lado con el cónyuge
adecuado es una buena forma de alcanzar pronto a Dios. Cuando el
amor mutuo del esposo y la esposa se conjuga y se convierte en amor de
Dios, el matrimonio es una institución divina.
Seleccione a su cónyuge con el corazón. Si utiliza siempre la cabeza
para decidir todo, hallará diferencias, porque el egoísmo reside en la
cabeza. En el amor, no se habla de la cabeza, sino del corazón. Ahora
bien, un corazón sin intelecto es demasiado emocional: pero ponga
al corazón en primer lugar. Luego, en el nombre de Dios, júntense y
disfruten de esa relación.
Hay unión en todo el universo: esto es natural. Los electrones hacen
que el amor gire alrededor de los neutrones. Dios es ese amor que
los atrae y los impulsa a entregarse. En el momento en que usted se
casa, ya usted no está solo, pierde su yo pequeño. Quizá tenga que
renunciar a su antiguo apellido y tomar otro. Sin embargo, mientras
más dé, más recibirá.
No permita que la competencia llegue a su matrimonio y lo divida.
Los movimientos de liberación de hombres y mujeres están olvidando
el punto. Eso no es yoga. En cierto modo, el querer que otros aprueben
su idea o el culpar a otro por sus problemas es una forma de auto-

170
condenación. Después de todo, ¿cuál es la diferencia entre un hombre
y una mujer? A lo sumo, unos cuantos kilos y algunas características
físicas. Fuera de ello, tienen la misma mente, inteligencia y alma. La
meta del yoga es purificar la mente con el fin de revelar el espíritu, el
cual no es ni femenino ni masculino. En el nivel espiritual, usted está
por encima del cuerpo y la mente. No puede haber desigualdad.
La misma esencia aparece en el hombre y la mujer. Se juntan para
ayudarse mutuamente. Este es el papel de la esencia. Uno y el mismo
parecen separarse, y luego se juntan. Así es el juego. Hemos de recordar
que todos somos iguales y que sólo desempeñamos diferentes papeles.
En realidad, todos estamos casados, en espíritu. Podemos tener cientos
de esposos o esposas. Cuando sentimos que estamos en espíritu, todo el
mundo es nuestro. Ese es el verdadero matrimonio.
Tener devoción a Dios no quiere decir que ignore a su cónyuge.
Vea a Dios en su compañero y ambos se sentirán felices. Si no puede
ver a Dios en él, por lo menos véalo como el compañero enviado por
Dios. Respete a su cónyuge. Gánese su amor y afecto. Incluso, si la
otra persona no cree en Dios o no aprecia sus prácticas yogas, haga su
parte y demuestre su amor. Cumpla con sus obligaciones y conceda a
la otra persona plena libertad. Al ejercer presión sobre algo o alguien,
usted solamente se está ganando descontento y resistencia. Sea un
buen compañero. Probablemente, con su ejemplo, su cónyuge también
aprenderá a amar a Dios.
Con seguridad, habrá algunas diferencias en su pareja: de otra manera
todo seria aburrido. Sin embargo, no tiene que profundizarlas. Recuerde
que ninguna riña tiene sólo un lado. Siempre hay algo erróneo en ambos
lados. Es un asunto de porcentaje. Aun si su falta suma sólo el veinte
por ciento, no espere que la otra persona corrija el ochenta por ciento.
Si piensa: “… ¿por qué no cambia él primero?”, no se está comportando
como un yogui. Si quiere ser pacificador, admita su falta. Dígale: “lo
siento. Quizás con mi error te provoqué.” Es como las palmas de las
manos que se golpean una contra la otra. No hay ruido si no se juntan.
Una podrá moverse lentamente y la otra rápido. Una mano podría decir:
“yo estaba allí. No me moví. La otra vino y me golpeó.” Pero ¿por qué
no pudo moverse hacia atrás? Sencillamente, no debe ser obstinado.
Cuando dos egos se proyectan, habrá conflicto. Por lo menos, uno de
ellos debe calmarse y admitir su falta aunque sea pequeña. Tal vez, en

171
ese momento, la otra persona no pueda aceptarlo. Déjela y, con calma,
salga de la situación. La otra persona se sentará a pensar: “¿qué significa
esto? Cada vez que me pongo violento, ella se muestra muy calmada y
tranquila. No puedo continuar así.” Eso sucede con frecuencia. Usted
se molesta cuando no hay salida para su enojo, de modo que viene a
casa y lo suelta. Como pareja, hemos de ser el acceso para el egoísmo,
el enojo y la ira del otro. De ese modo, se pueden ayudar mutuamente.
Pero se necesita valor y fuerza para mantener su paz. Entonces, salga
por un momento, recupere la compostura y regrese. He visto muchos
casos en los que un cónyuge, al adoptar una actitud serena, ha ganado
al otro. Puesto que todos tienen una parte buena, está en usted poder
conmoverla, si tiene paciencia. Cuando hay dificultades en el hogar, no
siempre tiene que apartarse. La gente se disgusta cuando uno trata de
arrebatar algo del otro y se afirma en la posición de: “yo me salgo con
la mía.” Cuando juega el egoísmo, aun la más hermosa pareja deja de
amarse. No espere a que el otro dé, antes de que usted lo haga. Sea el
primero: por lo menos, usted encontrará paz. Entonces, al menos el
cincuenta por ciento de la familia ha encontrado paz.
Si su cónyuge dice que lo odia, pregúntele: “¿por qué quieres odiarme?
¿Eso te hace feliz? Bueno, si odiarme te hace feliz, pues ódiame, porque
yo te amo.” Se requiere valor para hacerlo. El odio no elimina al odio.
Nunca podrá hacer que alguien lo ame si usted lo odia. No tome
represalias. Deje que su naturaleza se comporte de manera generosa y
amante. Ese es el amor de Dios, un desprendimiento tal que no espera
recompensa. El amor no regatea, solamente da una y otra vez. Eso es lo
que se llama amor universal.
En cierta ocasión, un hombre se fue a lavar a un río, que se estaba
desbordando. Al inclinarse, vio un alacrán que era arrastrado por la
corriente y sintió compasión. Alargó su mano y lo sacó del agua. Pero al
hacerlo, el alacrán lo picó. Instintivamente, sacudió su mano y el alacrán
volvió a caer al agua. Otra vez sintió lástima. “No debes morir.” Lo sacó
nuevamente y recibió otra picadura. Se sacudió la mano. Una vez más
el alacrán cayó al agua. Se inclinó y volvió a sacarlo. Sus amigos, que
estaban detrás de él observándolo, le dijeron: “tonto, cada vez que lo
sacas te pica. ¿No tienes sentido común?”
-No sé. Es parte de mi naturaleza compadecerme y salvar, si es posible.
-Pero ¿no sientes que el alacrán te está picando?

172
-¿Qué puedo hacer? Así es su naturaleza y no puedo cambiarla. De la
misma forma que ustedes no pueden cambiar la mía.
Aquel hombre no aborreció al alacrán por haberle picado, pues
comprendía su naturaleza. Aunque algunas veces cuando sea aguijoneado,
siga dando…
Si hay peleas en su hogar, conviértase en un buen ejemplo,
continuando en su entrega y en sus prácticas yogas. Que otros se den
cuenta de los beneficios en su propia vida. Si eso falla y su cónyuge no
reconoce los beneficios, no hay razón para continuar viviendo juntos,
con esos sentimientos negativos. Un entendimiento mutuo los unió.
Si las mentes no se ponen de acuerdo. ¿Por qué permanecer juntos
peleando constantemente?
Después de todo, ¿que es el matrimonio? No es sencillamente firmar
un pedazo de papel. Si tienen diferentes metas, no están casados. Deben
tener un solo objetivo en la vida, dos cuerpos, pero una mente: como las
dos alas de una misma ave o los dos remos de un mismo bote. Si eso no
se halla, y no hay niños cuyo crecimiento pueda verse perjudicado por
la separación, entonces discútalo y, en forma amistosa, diga: “parece que
tenemos diferentes metas en la vida. Tu estás interesado en aquello. Ve
y experiméntalo. Déjame experimentar esto.”
No hay nada malo. No hay ataduras que obliguen a permanecer
unidos, cuando las metas difieren. Pero antes, procure el acercamiento,
inspirando a la otra persona. Si todo fracasa, su consciencia puede decir:
“he tratado de hacer lo mejor.” Cuando usted sienta que no puede hacer
nada más, salve su alma.
No obstante, si hay niños, no propicio la ruptura del matrimonio.
Si ustedes aman a sus hijos, permanezcan juntos, por lo menos hasta
que los hijos hayan crecido. Ustedes tienen un contrato vigente hasta
que haya cesado la responsabilidad de criar a los hijos. Los hijos, no
las cortes, han de tener la edad suficiente para otorgar el divorcio. Por
otra parte, si tienen constantes problemas juntos -y ello hace infelices
a los niños- entonces, a veces, sería mejor separarse. Sin embargo, sepa
que, realmente, ninguno puede sustituir a la madre o al padre, y esto
perjudicará la mente del niño.
No crea que sólo porque tienen diferentes metas siempre habrá que
buscar el divorcio. Vuelvan a discutirlo. El que todavía permanezcan
juntos significa que aún hay amor, pero por ahora, sus intereses

173
son distintos. Si es así, discútanlo tranquilamente y proponga: “…
bueno, nos alejaremos por un tiempo.” Si se alejan por un período de
tiempo, muchos problemas se resuelven, pues a veces, cuando están
frente a frente constantemente, las pequeñeces crean mayor tensión.
Una separación temporal calmará las cosas. Tendrá la oportunidad
de meditar en los momentos agradables que disfrutaron juntos, y la
desavenencia se arreglará.
No se olvide de que el matrimonio es para dar, no para recibir. Es un
camino de rápido crecimiento para comprender a Dios. Ya sea usted
monje, doctor, poeta o amante, puede llevar una existencia espiritual,
si su vida se convierte en servicio permanente. Cuando se dedica a su
esposa, a su familia, usted ya se está comportando de esta manera. No
solicite constantemente cosas de sus familiares. Usted no tiene una
familia para su propio placer, sino para servirla. Si es esposo, ha de
considerarse siervo de su esposa. Usted es el guardián y custodio de ella.
Si es esposa, ha de considerarse la sierva de su esposo.
Sin embargo, en vez de proceder así, parece que siempre demandamos:
“soy tu esposo, exijo esto,” o “soy tu esposa, exijo aquello.” ¿Se casó
usted para eso? ¿Para recibir? No, se casó para dar.

174
Capitulo 34

Sexualidad
Cada partícula es un magneto. Aun el átomo tiene cargas positiva
y negativa, un polo norte y un polo sur. Un poderoso magneto es
una corriente eficaz. El potente magneto retiene su poder porque no
pierde su magnetismo. El cuerpo humano es también un magneto.
Mediante una vida apropiada puede retener el magnetismo en su
cuerpo, el cual se expresa como personalidad dinámica. Si conserva su
energía y, con cuidado, no la malgasta innecesariamente, se convertirá
en un poderoso magneto. La capacidad para hacerlo está a disposición
de todos. Es su derecho.
Tenga cuidado con la vitalidad que consume en sus acciones. Según
las escrituras yogas, se requieren sesenta bocados de alimento para hacer
una gota de sangre, y sesenta gotas de sangre para hacer una gota de
semen. Si conserva éste, acrecienta su vitalidad. Cuanto más ahorre,
más se beneficia. Cuando se conserva y se trasforma apropiadamente,
la energía seminal le da un aura de vitalidad. Esa energía se ‘difunde
por todo el cuerpo y éste empieza a brillar. A veces, usted puede ver el
cuerpo astral alrededor de las personas. Esta aura muestra la pureza y la
belleza de la mente. Cualquiera que conserve esta energía vital tendrá
ese brillo o magnetismo personal. No deberán maquillarse para atraer a
otros: todo lo que tienen que hacer es arreglar su mente, para no perder
su energía. La actividad sexual moderada u ocasional gasta sólo una
porción de su energía vital, que se repone fácilmente.
No hay pecado en la actividad sexual. El placer entre ambos sexos
es bueno: forma parte de la naturaleza. Dios creó esa inclinación. El
pecado se halla en el exceso. En yoga, la clave es la moderación en la
palabra, el hecho y el pensamiento, lo cual incluye la actividad sexual.
Más allá de nuestra limitación, aun el néctar se convierte en veneno. A
veces, la gente piensa y cree que el yoga no aconseja la actividad sexual.
No es cierto. El yoga enseña el camino intermedio. El yoga no es para

175
la persona que nunca duerme o siempre duerme, tampoco para el que
siempre ayuna o el que siempre come. Usted disfrutará, realmente, en
el término medio. Si usted no come desde la mañana hasta el mediodía,
con seguridad que disfrutará del almuerzo. Pero si se mantiene
mordisqueando, no le gustará la comida.
Sucede lo mismo con la actividad sexual. Cuando se hace bien, es
divina. En la vida familiar, la actividad sexual puede llegar a convertirse
en cierta clase de servicio o ceremonia. Las personas de una familia que
viven una hermosa vida de servicio el uno para con el otro, y el mundo
en general, no perderán nada de esa unión. Claro, al mismo tiempo no
pueden vivir como monjes, sin responsabilidades personales.
Muchos sacerdotes, monjas y monjes han tomado los votos de
celibato. Normalmente, el celibato se entiende como la abstinencia
de toda actividad sexual. Pero en yoga, el celibato no se practica
simplemente para conservar energía seminal. El celibato sacerdotal
libera a estas personas de obligaciones personales, lo que les ayuda a
permanecer completamente neutrales y, a servir a todos, de manera
imparcial. Los monjes yogas se vuelven célibes de hecho cuando tienen
sed por conocer al Dios Absoluto, y sienten que, para lograrlo, deben
estar por encima de lo físico y los sentidos. No reprimen ni pasan por
alto el deseo sexual, pues la represión sexual es peligrosa. Más bien,
son personas totalmente interesadas en Dios y no tienen tiempo para
pensar en nada más.
El matrimonio ayuda a controlar la actividad sexual. Si tiene deseo
sexual que no se disuelve simplemente con su pensamiento, entonces
debe buscar a un compañero con las mismas metas y casarse. Claro que
usted puede tener vida sexual e hijos, sin matrimonio y papeles legales.
Pero si, públicamente, confiesa: “ella es mi mujer, estoy casado con
ella”, y ella también hace lo mismo, esto es bueno. Mas si no lo hace,
puede ir con una persona ahora, con otra mañana y con otra distinta al
día siguiente. No tendrá limitaciones. Su mente huirá constantemente,
buscando más experiencias. El hacer públicos los votos del matrimonio,
ayudará a su orgullo para que evite el exceso.
No hay pecado en la homosexualidad. Condenar la homosexualidad
como un gran pecado es un peor pecado. El condenar por si solo es un
pecado. La filosofía del Yoga es muy clara en lo que se refiere al bien y
el mal. La escritura dice, “Yogaha karmasu kausalam.” Esto significa,

176
“perfección en acción es Yoga.”¿Que es un acto perfecto? Su acción no
debe dañar a nadie y traer al menos algún beneficio a alguien. Si sus
acciones se basan en estos principios usted es un Yogi. Si dos personas
conviven juntas sin causar ningún problema a ellos mismos u a otros,
entonces están bien. Dejen que sean felices.
Las eyaculaciones nocturnas también proceden de la mente. Si la mente
comprende la situación, puede evitar fácilmente cualquier cosa. Pero si
está siempre buscando algo y no lo puede satisfacer despierto, entonces,
la mente lo llevará a los sueños. Cuando ésta desea satisfacción y el
cuerpo se rehúsa a cooperar, hace uso del cuerpo astral, el cual permite
las eyaculaciones nocturnas: fisicamente, no está experimentando
actividad sexual, pero mentalmente lo desea. Quizás eso sea peor para
usted que el contacto físico que está evitando. Es como si acelerara y, al
mismo tiempo, pusiera el pie en los frenos. De ese modo, usted puede
arruinar el motor y, por esa causa muchas personas se dañan. Es mejor
que, a veces, usted tenga lo que constantemente está deseando, en vez
de estar controlándose físicamente, siempre.
También puede evitar las eyaculaciones nocturnas, asegurándose
de que su última comida se haya digerido bien antes de acostarse.
Cuando su estómago está ligero, nunca tiene pesadillas o este tipo
de manifestaciones. Antes de irse a la cama, evite leer novelas, ver
láminas o programas de televisión que lo exciten, pues, mientras
esté durmiendo, tratará de hacer lo mismo, interiormente. Vigile
sus asociaciones mentales. Antes de dormirse, lave bien su cuerpo,
cambie las sábanas y ponga todo tan limpio y puro como le sea posible.
También, fácilmente, puede evitar estas eyaculaciones si se levanta
entre las 3:30 y las 6:30 de la mañana, pues por lo general, ocurren
a esas horas. Todos éstos son consejos útiles, pero sepa que, a veces,
podrá tener una eyaculación sin un sueño que la acompañe. Si eso
sucede, no hay problema, se debe a la edad. No es exactamente fluido
seminal. Como no hay pérdida alguna, olvídelo.
No tenga temor de la actividad sexual. El afecto físico no perjudica
sus prácticas yogas. Mientras esté casado tiene ciertas obligaciones.
No rehuse a la otra persona ni se reprima con ella. Si su cónyuge le
exige demasiado, puede discutirlo. Si desea hacer algunos cambios en
su relación sexual, la comprensión y el consentimiento de ambos es
imprescindible. Practique un poco el dar y recibir. No ofenda al otro.

177
Mientras no sepa si se puede llevar bien con la otra persona, no se
apresuren por tener hijos. El mundo está lleno de niños. Debe haber
una buena razón para tener un hijo. Ambos deben pensar que van a
crear un maravilloso santo. En caso contrario, vaya y compre un osito
de peluche. Mas, si no está listo para tener un descendiente, debe usar
alguna forma de control familiar.
El mejor método de control familiar es el mental, pero si todavía no
puede controlar su mente, entonces, recurra a los métodos artificiales
aunque, probablemente, sobrevengan algunas consecuencias. Trate de
no tomar productos químicos que detengan sus hormonas y afecten,
gradualmente, su sistema. Utilice algún otro método. Un diafragma
no envenena el organismo. Aunque es artificial, es mejor que los
productos químicos. Pero no piense que, al usar aparatos para el
control de la natalidad, usted tiene licencia completa para excederse:
siempre sea moderado.
No tiene nada de malo la pasión física, pero no debe satisfacer
solamente a la carne. Debe ser una expresión de amor interno, puro
y sincero. De otra manera es exclusivamente mecánico y durará tan
sólo hasta que el cuerpo empiece a envejecer un poco. Una pasión así,
es amor con expectaciones. Si ama solamente por el gozo de amar, no
se acabará. Puede amar con amor puro a cualquiera y a todos. Mas,
si ama esperando algo de amor a cambio, con el tiempo, sin duda, se
decepcionará. Aprenda a amar desinteresadamente.
No siempre tenemos que expresar nuestro amor de manera física. Por
supuesto que es agradable abrazarse y tocarse, para demostrar afecto,
pero podemos aprender a expresar el amor de formas diferentes. Por
teléfono ni siquiera vemos a la otra persona, sólo escuchamos su voz,
pero la amamos. No necesita terminar cada acción en expresión física:
a menudo, esto es más vulgar. Podemos aprender a usar facultades
más sutiles. A veces, es suficiente una sonrisa. Trate de expresar su
amor de otras formas. No use siempre una caricia, un abrazo o un
beso. Tocarse y besarse provoca urgencias con las cuales quizá no
quiera tratar cada vez.
Debemos tener un poco de control. No somos simplemente
animales. Los humanos dicen que acuden a citas amorosas por que
quieren conocer a la otra persona. Pero una cosa conduce a la siguiente.
Suelo decirles a los jóvenes que, si quieren mantenerse puros hasta

178
tanto elijan al compañero correcto, se aparten de esas citas. Hace
pocos años, muchos jovencitos no creían en el matrimonio ni en la
posibilidad de convivir con una sola persona. Querían salir con todos.
Ahora muchas personas están convencidas de que ésa no es una vida
apropiada. No le digo a la gente que deje de hacer algo, pero le hago
ver cuánto lo perjudicará. Quienes siguen teniendo citas amorosas,
en cierto modo, están diciendo que desean seguir “probando” a
alguien más. Por supuesto, usted no puede salir y comprometerse con
alguien que no conoce. Pero, el conocimiento está en la mente y en
el corazón. Es como comprar una manzana. Usted puede ir, tomarla,
-verla, sentir su fragante aroma, y si el precio es justo, comprarla. Sin
embargo, no puede morderla antes. Hay un limite en el conocimiento.
De otra manera está siendo mordido muchas veces, así que, cuando
usted decida entregarse, ¿qué verá la otra persona? Una manzana
mordisqueada. Espere hasta que conozca la calidad y el carácter de la
otra persona. Vea si busca su billetera o su belleza. Analice todo. Y
si está realmente satisfecho, entonces exclame: “soy feliz. Tu eres la
persona adecuada para mí. Me entrego completamente a ti.” Esa es la
verdadera vida matrimonial.
Trate de ejercer ese control de antemano. Si alguien le dice que
quiere conocerlo mejor, a menudo esto es una excusa para satisfacer
sus sentidos. No juegue sexualmente, pues así sólo genera problemas
y muchas tensión. A veces, arruina la vida de otra persona, que es la
que viene a este mundo. Cuántas madres solteras y niños sin padre hay
en el mundo, sin contar los que fueron abortados. Yo pienso que, si
usted se embaraza, es mejor que tenga el bebé y después lo entregue en
adopción, pero no provoque un aborto.
Yo sé que esto se hace difícil en una cultura que constantemente lo
está tentando. La vida ha llegado a un nivel en el cual se piensa todo el
tiempo en lo físico. La sexualidad y la violencia aparecen en las películas
e, incluso, en los anuncios publicitarios. Para vender un silenciador o
un automóvil, siempre presentan a alguien en bikini que dice: “compre
esto.” Es terrible la forma en que se utiliza la sexualidad para cualquier
cosa y para todo. Las personas abusan, equivocadamente, de la belleza
física. Mujeres, ustedes que insisten en la igualdad, no deben permitirlo.
Las quieren vender. Dan su consentimiento cuando venden su belleza
para comercializar los productos.

179
No estamos en la época de Adán y Eva. No sea tan franca al exhibir
todo. Parece que las mujeres se exhiben con mayor frecuencia que
los hombres. Desafortunadamente, a los hombres, esto los atrae. En
realidad, ésa no es su belleza. Deje que la gente reconozca la belleza
de su carácter. Hay miles de cosméticos que se ofrecen para tentarla,
engañarla y vivir de usted. Si deja de buscar cosméticos y, en su lugar,
revela su belleza cósmica, cerrarán muchas de estas industrias. Si
modela su belleza física y la exhibe, usted crea problemas. Krishna dice
en el Bhagavad Gita; “si las mujeres pierden su virtud, la cultura entera
se ha terminado.” Las mujeres son los pilares de ciertas virtudes. Ellas
son Shaktis, la fuerza.
En el presente, las mujeres quieren hacer todo, incluso en el período
menstrual, cuando un leve roce puede estimular sus sentimientos.
Durante este lapso, el cuerpo entero tiene su energía disminuida.
Están ocurriendo cambios glandulares y el deseo sexual se acentúa un
poco más, de modo que es fácil perturbar el sistema físico. En tiempo
pasados, las mujeres se liberaban de los quehaceres domésticos y del
contacto físico con hombres durante este período.
Actualmente, la gente siente lo mismo, pero no es tan cuidadosa.
No estoy diciendo que las mujeres deban caer en tales extremos de
aislamiento, como en el pasado, pero pueden descansar y no excederse
en nada. Tampoco se recomiendan las relaciones sexuales durante
ese período. Incluso, es mejor que eviten también la práctica de las
posiciones de yoga.
No creo que las asanas y las prácticas de respiración alteren su vida
sexual. En realidad, estas prácticas son útiles porque regulan el interés
sexual, el cual surge no del cuerpo sino de la mente. Recomiendo la
práctica de asanas, para que no siempre le asalten tales deseos. Puede
usarlas cuando quiera. La necesidad sexual es como cualquier otra
necesidad natural. Cuando usted tiene hambre, come. Cuando tiene
sueño, duerme. Lo único que se debe evitar es el exceso: como yogui,
puede tener mejor control de su vida sexual.

180
Capitulo 35

Relaciones entre padres e hijos


Las sagradas escrituras tamiles dicen que el mejor regalo que los hijos
pueden dar a sus padres es superarlos. Los padres que, verdaderamente,
se han dedicado a sus hijos son afortunados. ¿Qué otra riqueza podrían
desear? Según el sabio poeta Thiruvallavar, el deber de los padres es
criar a sus hijos con tan elevadas normas que, en cualquier asamblea,
se les concedan los primeros lugares, para que puedan compartir sus
hermosas reflexiones.
Los padres han de procurar que sus hijos reciban el conocimiento
adecuado, para ser buenas personas y líderes. Si en verdad, aman a sus
hijos, les mostrarán el camino. Por su parte, los hijos tienen el deber
de despertar admiración hacia sus padres. La gente debe decir: “cuánta
oración y penitencia habrán hecho los padres para criar a un hijo como
éste.” A través de los hijos son alabados los padres.
No es fácil criar a un hijo. Dar a los hijos el conocimiento correcto es
más importante que todas las comodidades materiales. Ellos necesitan
saber cómo disfrutar de una vida de felicidad y paz. Eso es lo que los
padres deben dar, no solamente cosas que los hagan ricos y malcriados.
Los padres han de trasmitir el conocimiento obtenido mediante
su propia experiencia. El compartir estos conocimientos básicos,
ciertamente es más útil que todos los lujos.
¡Cuántos hijos se corrompen con las tarjetas de crédito! Los padres les
dan dinero e importantes automóviles; cuando todavía no saben a dónde
van o qué están haciendo. Quizá contrataron a una niñera o a dos para
cuidar al niño cuando llegó y después le dieron comodidades materiales,
ropa fina y todo el dinero que deseaban. Así no se le enseña a los hijos.
Cuando no tienen experiencia y están aprendiendo todavía, no hay que
darles libertad para acumular toda clase de dificultades. Los llamados
hijos “libres”, después quedan desamparados y, en la confusión, no
pueden encontrar la salida. Sólo a través de un correcto entendimiento,

181
ellos aprenderán a vivir en paz. Para que la educación sea correcta, los
padres han de ser amorosos y, a la vez, estrictos y firmes.
Tampoco es saludable la competencia entre los niños. Los sistemas
escolares yerran, cuando los fuerzan a competir por las calificaciones.
Eso no es enseñanza. Los maestros deben conocer a cada estudiante
y enseñarle adecuadamente. Poner calificaciones causa muchos
desengaños, ansiedades y tensiones. Incluso, algunos niños se han
suicidado por una mala calificación. Frecuentemente, la competencia
empieza en el hogar, cuando se compara a un niño con otro o se logra
que haga algo, ofreciéndole un dulce u otra cosa, como si utilizáramos
carnadas para un animal. Los hijos no deben ser tratados de ese modo.
Más bien trate a cada niño en su propio nivel. Déle confianza.
Muéstrele que los juegos de la vida son alegres, y no porque pueda
ganarle al otro. De otro modo, crea rivalidad y envidia. Enséñele de una
manera amable. Siempre puede decir: “eres maravilloso así como eres,
¡magnífico! No tienes que copiarle a otra persona.”
Los hijos que crecieron en un ambiente de competencia todavía
siguen buscando paz. A los que se les han dado todas las comodidades
materiales, pronto se dan cuenta de que éstas no les han traído
tranquilidad. Por eso, muchos padres lamentan que sus hijos vayan tras
las drogas u otras creencias religiosas. Pero no comprenden, que el amor
que han demostrado mediante las posesiones materiales no reflejaba una
correcta comprensión del problema. Los hijos todavía siguen buscando
lo que no encontraron en el hogar.
¿Cuál es el propósito del abuso de las drogas? Hace tiempo, muchos
jóvenes pensaban -y algunos todavía piensan- que, mediante ellas,
podrían encontrar la paz y la tranquilidad. Su motivación era auténtica.
Decían: “quiero estar en onda”, pero lo que realmente querían decir
era que deseaban encontrar tranquilidad. Por desdicha, en esta era
espacial, la gente quiere todo con rapidez. No es paciente. Sobre todo
en occidente, con rápidas comunicaciones, viajes rápidos, cocina rápida
y comida rápida. La gente ni siquiera dispone de tiempo para cocinar
lentamente, con leños. Eso pertenece al pasado. Ahora, compre un
paquete, echelo en el agua hirviendo, sáquelo y cómaselo. Es todo.
Probablemente, hasta el paquete mismo sea comestible. Todo es tan
rápido: té instantáneo, café instantáneo, desayuno instantáneo. ¿Por qué
no samadhi instantáneo?

182
Naturalmente, quisieran obtener tranquilidad instantánea. Oyeron
hablar de las drogas y, con inocencia, quisieron probarlas, desconociendo
que los perturbaría. Sólo estaban interesados en esa paz. Sin embargo,
muchos de ellos son inteligentes. Cuando comprendieron que el efecto
no iba a ser duradero ni genuino, lo desecharon. Actuaron así por
convicción propia, no por imposición de las leyes gubernamentales.
Ninguna ley hubiese podido detenerlos.
Muchos se han volcado a las creencias religiosas orientales por las
mismas razones, buscando paz. Realmente, no hay nada nuevo en las
religiones orientales. Me duele decir que, al parecer, muchos jóvenes
no han encontrado tranquilidad en el hogar. No se trata de fallas de la
religión. Generalmente, la causa son los llamados maestros religiosos
así como la hipocresía imperante en el hogar. Ahora, mientras crecen,
los hijos ven constantes discrepancias entre las diferentes religiones,
aun entre las diferentes comunidades de una misma religión. Las
personas que siguen al mismo profeta o usan el mismo libro sagrado
riñen entre sí. Con razón, los hijos se hallan confundidos: “qué pasa?
Hablan de Dios, y, sin embargo, pelean entre sí. Si su conversación
acerca de la santidad, la religión y Dios va a terminar en pleito,
entonces no quiero saber más.” Puesto que se destruyen más vidas en
nombre de la religión y de Dios que a causa de las guerras, ¿podemos
culpar a los hijos, por no querer esa clase de religión? Hemos fallado,
pues no les dimos mejores ejemplos.
Como padres, podremos seguir a Jesús o a Moisés. Pero, después de
ir a la iglesia o a la sinagoga, hacemos cosas contrarias a las enseñanzas
allí aprendidas, por ejemplo, tráfico ilegal, explotación del prójimo,
discriminación de personas, separándolas por raza, religión, color,
comunidad o casta. Si en la adoración decimos que existe un solo Padre
en el cielo y que todos somos hijos suyos, pero después regresamos a
casa y evitamos a ciertas personas, porque creemos que son diferentes,
nuestros hijos ven lo que hacemos. Ellos son inteligentes. “Padre, si
eso es lo que haces en nombre de la religión, ¿por qué quieres que yo
te acompañe a la iglesia?” No son hipócritas. Naturalmente, si están
decepcionados por algo, buscarán paz en otra parte. No debieran pensar
que, en oriente, todo es un paraíso, que todos allí son santos o yoguis.
Nada de eso. Cada religión tiene sus deficiencias. La gente es igual en
todas partes. Hay buenos y malos, evolucionados y no evolucionados.

183
Dondequiera, ya sea en oriente u occidente, hay personas que practican
el amor universal. Recuerde, por ejemplo, a Martin Luther King, quien
dio su vida por un principio, y recuerde a Mahatma Gandhi.
Eso es lo que actualmente inspira a los hijos. Es la razón por la cual
el yoga atrae a centenares de miles de jóvenes. Están tratando de ser
mejores personas. El yoga no es una religión, pero puede ayudarlo a
entender su propia religión, al mostrarle lo fundamental de todas las
grandes religiones.
Muchos jóvenes que perdieron su fe y abandonaron sus tradiciones,
practicaron yoga y, ahora, están regresando a sus hogares, a sus
sinagogas y a sus iglesias. Han empezado otra vez a leer sus propios
libros sagrados. “Mediante el yoga,” dicen, “he comprendido mi propia
religión.” En cierto sentido, se trata de la llave maestra que abre su
propia religión y le revela sus tesoros. Puede usarla y abrir todo.
A veces, los padres no quieren que sus hijos practiquen yoga, pero
después, cuando ven los beneficiosos cambios, ellos mismos se interesan.
Una joven vino a mí y me dijo:
-Me voy a California.
-¿Qué pasó con tus estudios universitarios? -le pregunté.
-Oh, ya no estoy interesada en ellos. Sólo quiero irme a disfrutar de
la vida.
-¿Cómo te vas a ir?
-Mis padres me pagarán el viaje y me darán dinero para que me vaya.
-Qué vas a hacer?
-Viviré con mi novio. Estaré allá unos dos o tres meses, para disfrutar
de todo.
-Oh, ya veo, pero ¿para qué viniste a verme? Me pareció que
deseaba que yo hablase con sus padres, quienes también me conocían.
“Llámalos”, le dije. Allí, en mi presencia, llamó a sus padres y yo les dije:
-Esto es lo que he escuchado de su hija. Parece que ella no necesita
de sus consejos ni quiere permanecer en su casa. Todo lo que quiere es
vivir a su manera. Déjenla ir. Pero no le paguen su viaje ni le den dinero,
ni un centavo. Sencillamente, déjenla que se vaya. Ni siquiera permitan
que regrese a casa.
- ¿Qué les está diciendo?
-Bueno, hija, tú no quieres su consejo. Quieres tu propia experiencia,
a costa de ellos. ¿Por qué han de alimentarte y darte dinero? Si quieres

184
el dinero de ellos, es porque todavía precisas su ayuda y porque debes
escucharlos. Si no te importan, no recibas nada.
-Es mejor que medite acerca de ello.
-Piénsalo bien. ¿A dónde quieres ir a meditar?
-¿Puedo venir y pasar algún tiempo en el ashram?
-Muy bien, te daré una semana.
Ella vino, pasó un tiempo en el ashram y, después de una semana,
dijo:
-Quisiera ir y hablar con mi padres.
-Claro. Ve.
Regresó y ése fue “el fin de California”. Volvió a la universidad, pasó
sus exámenes con buenas calificaciones y ahora es una joven maravillosa.
A veces, los padres necesitan ser estrictos respecto de ciertas cosas.
Si los hijos no quieren recibir más sus consejos, entonces, no existe
responsabilidad entre padres e hijos. Pero si ellos todavía quieren su
dinero, usted puede decir: “no. Lo siento. No te lo daremos para que
te vayas y hagas lo que gustes. Si quieres experimentarlo todo, la puerta
está abierta. Cuando hayas experimentado, si es tu deseo regresar,
háznoslo saber. Serás bienvenido. Mas no te entregaremos dinero para
volver. Tendrás que llegar a la puerta por ti mismo.”
Muchos hijos no quieren a sus padres. Quizá tengan algunas buenas
razones. Mas no importa cuán malos sean los padres, todavía hay
algunos deberes y deudas que cumplir, porque ellos le dieron el cuerpo.
En cierto sentido, su cuerpo les pertenece. ¿Cuántas noches de desvelo
pasó su madre, cuántos puntapiés soportó cuando estaba usted en
su vientre? Ella no podía caminar o quedarse de pie durante mucho
tiempo: sus piernas se inflamaban. Sufrió muchos dolores al dar a luz,
mas todo lo aceptó con el fin de traer al mundo un alma digna. “No hay
mejor templo que la madre”, decía la santa poetisa Avaayar. Los padres
dan a cada hijo la oportunidad de experimentar la vida, en este cuerpo,
a fin de que conozcan la verdad.
Es cierto que algunos padres no desean tener hijos y, cuando éstos
llegan, ni siquiera los cuidan. Prefieren cuidar sus plantas o mascotas
más que a sus hijos. Cuando el niño llega, le muestran una mamadera y
ni siquiera le dan la leche materna. En el momento en que Dios ayudó
al alma a entrar en el vientre, aun sin pedirlo, creó también la leche para
el niño en el pecho de la madre. La Madre Suprema piensa en todo.

185
Tan pronto como llega el niño, el alimento ya está a su alcance. Pero
ahora en nombre de la medicina moderna, los primeros dos o tres días,
la madre desecha esa leche. No se le permite al niño tomarla, porque
dicen que está cuajada. Pero esa leche cuajada es muy importante. Si
Dios hubiese querido que el bebé tomara otra clase de leche, el habría
previsto leche pura, para dársela inmediatamente. La leche cuajada
actúa como laxante que elimina la materia fecal seca en los intestinos del
bebé. Durante los primeros días, el niño ha de beber esa leche.
Yo le digo a las madres que, si realmente, quieren llamar a alguien
hijo, que se porten como madres. No roben lo que le pertenece a un
niño, ni usted ni su esposo. Muchas madres se niegan a dar esa leche
que Dios creó, porque suponen que perderán su belleza. ¿A eso le
llama usted belleza? ¿Quién quiere entonces su belleza? Esa no es
una manera correcta de pensar y, probablemente, será la razón de por
qué, después de algún tiempo, las mujeres que le quitan el alimento al
bebé y lo guardan para sí mismas, desarrollan cáncer. Negarle lo que
le pertenece a un inocente bebé, es pecado. La madre naturaleza sabe
cómo castigar. Si viola cualquiera de las leyes de Dios, usted sufre. No
puede escaparse. Podrá evitar las leyes de los hombres, pero nunca la
ley de Dios. No deseo presentar un cuadro negativo de Dios. El no
está para castigar. Más bien son los propios errores los que castigan.
Si usted pone su dedo en el fuego, se quemará. Usted es la causa de
sus sufrimientos, no Dios. No le quite al niño el alimento que Dios le
preparó. Déselo.
Desafortunadamente, algunos padres son egoístas y hasta violentos.
Pero, mientras el hijo permanezca en el hogar y los padres lo sostengan,
los hijos tienen cierto deber hacia ellos. En tales hogares, los hijos
han de aprender a vivir con los padres, mediante un entendimiento
apropiado. La venganza empeora las cosas. Incluso, si el hijo tuviese la
posibilidad de enseñar, no sería fácil para los padres aprender de ellos.
Están dispuestos a aprender sólo cuando les piden su opinión.
Si sus padres son egoístas, no trate de aconsejarlos. En tanto reciba
de ellos comida, dinero y ropa, debe escucharlos. Mientras el hijo desee
la ayuda de los padres, la relación padre-hijo permanece. Pero si los
padres obstruyen el camino y no le permiten practicar algo que lo ayude
a mejorar o están tan apegados que no lo dejarían ir a donde aprenda lo
que le conviene, entonces, considere la posibilidad de dejarlos.

186
A veces el amor de los padres es posesivo. Ni siquiera permiten que
sus hijos vayan a estudiar. Los que lloran y dicen: “no puedes dejarme,
porque me voy a morir”, no son padres amorosos que piensen en el
beneficio de su hijo. Deberían estar dispuestos a dejarlo ir y verlo
sólo cuando regrese. Si no es así, ¿para qué seguir viviendo con ellos?
Por eso, no tiene usted que odiarlos o disgustarse. Pero si no lo están
ayudando en su desarrollo espiritual y sólo están aferrados y le obstruyen
el camino, aléjese temporalmente. No está usted obligado hacia ellos.
Ciertas escrituras aconsejan tratar a esos padres como a enemigos.
Yo no llego a tal extremo, pero sepa que, aun cuando su madre tiene
cierto derecho sobre su cuerpo, no lo tiene sobre su alma. ¿Qué es más
importante para usted: sus padres o su trayectoria? Su primera y más
importante responsabilidad es salvar su alma.

187
Capitulo 36

Renunciación
Cuando una persona está interesada en la vida espiritual, no existen
para él obligaciones mundanas. El mundo respeta a Buda: sin embargo,
él salió de su palacio abandonando a su bella esposa, su hijo, sus padres
y su reino. ¿Por qué? Porque había una llamada más importante.
Si Dios lo convoca a usted en algún momento, puede abandonar el
mundo. Todas sus obligaciones han cesado porque va a convertirse
en mejor hijo de Dios, de manera tal que pueda ayudar no solamente
a una familia sino a miles de familias. El aspirante sincero es como
el hombre cuya cabeza se está incendiando y corre en busca de agua.
Nadie puede detenerlo.
La única forma de ser feliz es dedicarse por completo a Dios o a toda
la humanidad. Viva de modo que traiga paz y felicidad a todos. Este
es el único camino para la verdadera felicidad. No hay otro. Kapila, un
sabio importante cuyas obras pertenecen a la literatura Tamil, dice: “haz
una cosa a la vez, que sea buena, y hazla pronto. No la pospongas hasta
mañana.” ¿Por qué? Porque si siempre dice: “mañana, mañana”, usted
no sabe cuándo vendrá la muerte. Cuando llegue, no la podrá despedir,
manifestándole: “es usted maravillosa. He oído tanto de usted.” No
podrá escaparse así, ni firmar un cheque y decirle: “Tómelo y regrese
otro día.” Tampoco puede buscar un sustituto: “¿ve a aquel anciano
de ochenta y cinco años, que siempre está tosiendo y estornudando?
Ciertamente está esperándola. ¿Por qué no se lo lleva?”
“He venido por ti y por nadie más que por ti.”
Estas enseñanzas crean incomodidad en nosotros porque tendemos
a pensar que disponemos de mucho tiempo para hacer todo “mañana”.
¿Dónde está el mañana? ¿Quién lo garantiza? Cada minuto morimos.
Solamente por gracia de Dios regresa nuestro aliento. Cuando se
detiene, llegó el fin. De modo que, aproveche el tiempo. Hoy
disfrutamos de salud, energía, interés y lugares para practicar disciplinas

188
espirituales. Tenemos dirección. Debemos usarla porque nadie sabe lo
que sucederá mañana.
Las escrituras hindúes dicen que un hombre puede tener tres dones
supremos: un nacimiento humano, lo cual es muy valioso: sed de
conocer la verdad y un guía espiritual para mostrarle el camino. Quien
tenga los tres es el más afortunado. Muchos han tenido un nacimiento
humano, pero no tienen el deseo de conocer la verdad ni tampoco a un
guía. Otros pueden desear el conocimiento de la verdad, pero ignoran
quién puede enseñarles. Algunos han tenido a un guía, mas carecen
de inclinación por el conocimiento. Indague qué tiene usted. Si tiene
los tres dones, ¿está disfrutando de los beneficios? Pregúntese a usted
mismo. Si obtiene la respuesta correcta usted es afortunado. De otro
modo, está perdiendo su tiempo.
Si su dedicación al principio no es completa, un poco de ella lo llevará
a un nivel mejor. Pero si desea paz permanente, necesita experimentar
una vida dedicada, viviendo constantemente por amor a otros. Entonces
nadie podrá perturbar su paz. Ese sacrificio es la clave de la paz, y sin
paz no hay alegría o felicidad.
De una forma u otra hemos de renunciar. El que renuncia no es
perdedor, sino ganador. En lugar de pertenecer a un área limitada,
pertenece al mundo. Si renuncia a su pequeño hogar, no quiere decir
que debe dejarlo, sino que ha roto la cerca que rodeaba lo que llamaba
hogar. Ahora pertenece a todos y todo le pertenece. De hecho, agrega
a su familia. Una persona que, verdaderamente ha renunciado y se ha
ofrendado es el emperador de emperadores, el rey de reyes y la persona
más rica del mundo. ¿Quién es ése? Es el que no posee nada. No querer
nada es tenerlo todo. Una persona con una mente estable y conforme,
ni siquiera deseará a Dios. No está apegada a Dios. Cuando usted está
listo, Él estará con usted y en usted. Usted ya no lo deseará.
Este es el secreto de todas las religiones, el secreto del yoga y del éxito.
Todos estamos interesados en tener éxito en la vida. El secreto no se
halla en perseguirlo, El vendrá a usted.
De modo que el gozo eterno y la paz inmortal pueden experimentarse
sólo al renunciar a todo y dedicarse a todo. Esto puede traer ligeras dudas
en la mente de las personas. “¿Qué es renunciamiento? ¿He de huir de mi
hogar? ¿A dónde iré? ¿A una caverna? ¿A un ashram?” No se trata de eso.
Usted no tiene que huir de nada. Aférrese a lo que es y a donde está. Lleve

189
a cabo las mismas cosas en el mismo lugar, pero con diferente actitud:
“hago esto por ustedes, no por mi.” Permita que las cosas aparezcan: el
problema surge cuando se aferra a ellas. Hasta un rey puede renunciar a
su palacio y riquezas sin salir de él. Al mismo tiempo, el iniciado, aunque
sencillo y humilde, puede estar tan apegado a su caverna que es incapaz de
dejar su miserable sitio. No se trata de las cosas que usted tiene alrededor,
sino de la clase de relación que guarda con ellas.
Si usted renuncia a todo pero continúa apegado a su cuerpo, no es
libre. El apego al cuerpo es indulgencia excesiva. Muy frecuentemente,
vemos a personas que malentienden esto, sobre todo en zonas donde
viven monjes renunciantes. En la India. por ejemplo, la filosofía Veda
enseña: “yo no soy este cuerpo: no soy esta mente. Yo soy aquella
Existencia-Conocimiento-Bienaventuranza Absoluta. Soy lo puro y
favorable.” En este sentido, hablamos de nuestro yo verdadero, que las
escrituras llaman Atman o la imagen de Dios.
Al escuchar que ellos no son el cuerpo o la mente, algunos vedas se
vuelcan al otro extremo de la indulgencia excesiva y se niegan del todo
a cuidar su cuerpo. Razonan: “si no soy el cuerpo, entonces ¿para qué
me preocupo?” Después se enferman y debilitan. Muchos terminan en
los hospitales. En cierto momento de su vida, Buda se extralimitó al
ignorar su cuerpo. Una imagen de Buda lo presenta con las costillas a la
vista. De este modo comprendió que, sin el cuerpo, no se puede lograr
nada. El cuerpo es el vehículo necesario mediante el cual podemos
experimentar la absoluta bendición. Dios nos lo ha dado.
El cuerpo, los sentidos y el mundo deben experimentarse. No tiene
que renunciar al mundo. Un verdadero yogui o persona espiritual estará
en el mundo, disfrutándolo, pero no en el sentido normal. La felicidad
no proviene del gozo de los sentidos, sino que consiste en usar bien las
cosas sin sentirse afectado por ellas. Permanezca en el mundo, pero no
se deje atrapar por él.
La experiencia es como un bote en el agua. El bote está en el agua,
pero el agua no está en el bote. Si el bote flota sobre el agua, no se salvará
solamente él, sino que podrá llevar a otros de un lado a otro. Pero si
se hace amigo del agua y dice: “ven y reúnete conmigo”, entonces, no
podrá salvar a otros ni se salvará a sí mismo. Se hundirá.
La gente debe aprender a vivir como un bote que flota sobre el agua,
de modo que puedan salvarse a ellos mismos y ayudar a otros. Así es la

190
vida del que ha renunciado. ¿Cómo puede usted vivir en este mundo sin
ser atrapado? Si tiene una separación total, carece de deseos personales
por las cosas y utiliza cuanto venga para el beneficio de la humanidad.
Cualquiera sea su posición en el mundo, usted puede aprender a
renunciar. No necesita abandonarlo todo, sino tener esa actitud de
desprendimiento y cumplir con todo como un deber.
De este mismo modo, puede experimentar su vida familiar, cumpliendo
su deber, libre de actitudes posesivas. Es usted un siervo de su cónyuge:
los hijos que vengan son hijos de Dios. Puede decir: “Dios quiere
que yo cuide a pocas personas. Lo acepto sin aferrarme.” Un padre
de familia piadoso no considera diferentes a sus hijos de los hijos del
prójimo. Estimará que su principal responsabilidad hacia su familia
ha de ser cumplida antes que otras responsabilidades. Por lo tanto, ha
de cerciorarse acerca de quién necesita más de su servicio. Debe tener
una visión neutral. Con un compañero apropiado, usted puede ser un
aspirante en su vida marital.
Algunas personas deciden hacerse monjes. Renuncian a su vida personal
completamente, porque están interesadas en servir a la humanidad sin
dividir su vida en responsabilidades personales y públicas. Deciden no
casarse para estar completamente libres de compromisos individuales.
Algunos sacerdotes con intenciones de abandonar la iglesia para
contraer matrimonio me han pedido consejo. Yo les digo que si su
interés es servir a la humanidad sin las limitaciones propias de la vida
familiar, no deben casarse. Si usted desea servir a todos, todo el tiempo,
no debe tener a nadie como propio. Muchas de estas personas me han
dicho: “nunca nos habían dado esta clase de explicación.” Unicamente
se nos dice: “el Vaticano lo manda.” En el yoga, no hay leyes canónicas.
Si le gusta, acéptelo. Si no le gusta, busque otro camino. Muchos
sacerdotes, al escuchar estas explicaciones, regresan a la iglesia.
Es difícil ser totalmente neutral si tiene responsabilidades en su
mente. Por esa misma razón, los doctores no operan a sus propios
hijos o esposa. Imagínese a un monje casado, al frente de un orfanato
con cuarenta niños. Un hombre acaudalado llega y dona ropa bonita,
dinero y dulces. Al mismo tiempo, los hijos del monje no tienen
suficiente comida y ropa. Naturalmente, el padre tenderá a separar un
poco para sus propios hijos primero. Los monjes han de estar libres de
toda asociación y restricciones personales. No hacen una entrega total

191
si están sujetos a la orden o instituto yoga donde viven. Si lo desean,
tienen libertad para convertirse en padres de familia.
En algunos casos, las personas terminan su vida estudiantil y no desean
asumir el rol de padres de familia. Sencillamente, no están interesados
en el matrimonio y la familia. Sienten como que, algún tiempo atrás,
ya agotaron o experimentaron completamente esta posibilidad. Por
naturaleza, ya no se sienten inclinados a ello. No es que lo desechen, sino
que se acabó. Se preguntan: “¿qué voy a hacer casado? El matrimonio
no me ofrece nada para disfrutar. No tengo interés alguno.” En tal caso,
se encaminan directamente a la vida de renunciamiento. Si renuncian a
estas cosas por obligación, más tarde serán atrapados por ellas.
A eso se lo llama escapar. Si usted está huyendo de algo o haciéndolo
a un lado, le dirá: “ajá, me estás haciendo a un lado. Muy bien, te
esperaré en la puerta. Cuando estés un poco débil, correré y te atraparé.”
El verdadero renunciamiento se presenta con naturalidad. En vez de
ser usted el que se desprende, todos sus otros deseos son los que se
desprenden de usted. Por ejemplo, cuando el fruto todavía está verde,
se adhiere al árbol. Si usted trata de sacarlo, se niega a separarse: esto
significa que aún no se halla maduro y todavía quiere permanecer en el
árbol. Considere que usted es un fruto. Mientras esté verde, querrá estar
adherido al árbol de la vida. No puede soltarse y tampoco permite que
alguien lo corte. Si alguien lo arranca sangra y le duele. No está listo
para ser comido. Tendrá que madurar artificialmente y perderá la mayor
parte de su sabor natural.
Adhiérase al árbol. Nútrase lo más que pueda de él, porque el árbol
de la vida existe para brindarle todas las experiencias. Cuando obtenga
todo y, verdaderamente, esté listo, entonces dirá: “ahora ya estoy
maduro, ¿para qué sigo aquí?” Incluso, antes de que lo piense, ya se
desprenderá. El árbol dice: “estás maduro, no te adhieras a mi, ¡vete!”
Usted no empuja al árbol, él es el que lo suelta. Usted se ha desligado
del árbol de la vida.
Ese es verdadero renunciamiento. Una persona así nunca tendrá
temor de regresar. Si acaso usted ha salido con premura o buscando una
evasión, constantemente tendrá temor y se preocupará.
De vez en cuando doy la bienvenida a personas que se deciden a
aceptar la orden de Sannyas o de la renunciación. Renuncian a todo lo
que perturbe su paz. Vienen para retener esa paz, para afirmarla y servir a

192
otros, ayudándolos a encontrar esa paz. Si desean liberación total, han de
renunciar no solamente a sus errores sino también a sus méritos. Si ésa es
su tendencia, brotará automáticamente. Lo único que deben recordar de
allí en adelante es que nada hace nada por sí mismo. Están renunciando
a todo egoísmo, a todo interés personal. Con el fin de preparar la mente
para la tarea abnegada, practican estas técnicas: meditación, repetición
de mantras, control de los sentidos, buena dieta, asanas, pranayama,
canto devocional, acciones desinteresadas, estudio y reflexión. Una vez
que han alcanzado paz, serenidad, pureza y un estado de relajación, están
totalmente libres de egoísmo. Han renunciado por completo. Comen,
respiran y viven por amor a otros. Ese es el renunciamiento total.
A veces, el renunciamiento acontece sin un plan previo. Cuando yo
era niño, supe que mi vida parecía estar guiada por una fuerza invisible.
Esto mismo siento en la actualidad. Algunas veces, la gente me
pregunta: “¿cómo se inició usted en el campo espiritual? ¿Cómo llegó a
ser un swami, un monje?” Eso equivale a preguntar: “¿cómo vino usted a
este mundo?” No puedo atribuirme mérito alguno por lo que soy ahora
o lo que seré mañana. No creo haberlo logrado conscientemente.
Desde mi infancia, mi madre me dijo que yo había nacido a causa de
sus prácticas espirituales, por lo cual, probablemente, fui llevado de las
actividades mundanas -escuelas y negocios- al campo espiritual y me
convertí en un renunciante. Mi madre se entristeció y me preguntó:
-¿Por qué nos abandonas? ¿Por qué no permaneces con nosotros y
haces lo que quieras?
-Mamá, yo en verdad deseaba hacer eso, pero de alguna manera
ustedes lo estropearon todo.
-¿Por qué?
-Probablemente, ustedes querían un hijo como el que soy o, de otra
forma, no serian también iniciados, no hubiesen seguido a monjes y
deseado tener un hijo así.
Nuestra casa era, prácticamente, una casa abierta para todo buscador
espiritual que pasaba. En cierto sentido, mis padres son la causa de que
yo esté aquí. Mi padre siempre quería que hombres importantes de
todos los campos vinieran y residiesen algún tiempo en nuestra casa.
Siempre había alguien visitándonos y viviendo en un sector de nuestro
hogar: un astrólogo, un filósofo, un poeta, o un swami. Los hijos
aprendemos, mediante el ejemplo.

193
Si en su familia hay uno o dos hermanos o hermanas mayores, usted,
fácilmente puede decirles a sus padres: “ellos se encargarán de ustedes.”
Después de mucho tiempo, mi padre me comunicó en una carta lo
siguiente: “acabo de escuchar una conferencia en la que se habló sobre
un padre que tenia dos hijos. Uno para hacerlo feliz mientras viviera
en este mundo: el otro, para hacerlo feliz después que muriera. Soy
afortunado a tener estos dos hijos. Después de mi muerte, harás feliz
mi alma.” Todavía conservo esa carta. Sus palabras me han ayudado
mucho. Creo que la grandeza de mi padre me trajo a este servicio.
Si sus padres tienen esa clase de comprensión tan hermosa, es usted,
verdaderamente, afortunado.

194
Quinta parte

Regreso a la fuente

195
196
Capitulo 37

Vida y muerte
La vida misma es un juego, pero para disfrutarla, usted debe conocer
las reglas. Puede ir con un grupo a la cancha a jugar fútbol americano.
Del grupo de cincuenta o sesenta, salen al frente veintidós. Ya tenemos
dos grupos: uno para mirar, el otro para jugar. Para que jueguen hay
que dividir al grupo en dos, con once integrantes para cada equipo.
Además, los once no pueden jugar de la misma forma. Uno, tiene
como objetivo evitar que los otros marquen puntos. De modo que él
los desplaza, los separa.
¿Comprende? Están separados, a propósito. Todos fueron como un
solo grupo, mas usted quiere jugar. No puede jugar como grupo. Separa
a las personas y las coloca en diferentes lugares. Elabora las reglas, por
ejemplo, el guardameta puede tocar el balón con sus manos, pero nadie
más puede hacerlo.
El no es único: así es el juego y ésas son las reglas. Tenemos un
reglamento para jugar. Sólo así podemos empezar a patear el balón.
Con esas reglas jugamos, sin olvidar que todos estamos jugando, no
peleando. Nos separamos a propósito, para jugar. Jugar significa unidad.
Las diferentes posiciones y las diferentes maneras de jugar es diversidad,
pero si las personas olvidan esa unidad al jugar y, en lugar de patear el
balón, se patean unos a otros, el árbitro marcará una falta.
En la vida hacemos lo mismo. Todos somos jugadores y jugadoras.
Literalmente, estamos jugando. Hay un árbitro. Ese árbitro está
dondequiera, observando. No nos detiene inmediatamente por nuestras
malas jugadas. Solamente las anota. Pero, al final del juego, podrá
avergonzarnos e incluso, expulsarnos del juego, encajonarnos, clavarnos
y enterrarnos.
Hay algunas reglas para el juego de la vida. Usted tiene libertad, pero si
se excede, arruinará todo el juego. Su libertad no debe afectar la de la otra
persona. En cierta ocasión, en Sri Lanka, yo iba conduciendo un coche

197
desde Kandy hacia Colombo. Mientras estaba en el camino, escuché que
Sri Lanka acababa de declararse libre y que los políticos decían: “todos
somos gobernantes de este país. Este es el reino de todos.”
La gente pensó: “somos los gobernantes de nuestro propio reino.”
Desafortunadamente, muchos lo interpretaron mal. Pensaron que
podían hacer cuanto quisieran. Para disfrutar de su nueva libertad vi
a algunas personas sentadas exactamente en medio de la carretera,
jugando a las cartas. Detuve el coche y les pregunté:
-¿Qué están haciendo?
- Somos reyes de nuestro país. Tenemos libertad para hacer lo que
queramos.
-Ya veo. ¿Todos tienen libertad?
-Claro que si.
-¿También yo tengo la misma libertad?
-Claro. Eres uno de los nuestros.
-Muy bien. Tengo libertad para manejar mi coche encima de ustedes.
¿Puedo hacerlo? Ustedes tienen libertad para jugar. Yo tengo libertad
para conducir.
Es ahí donde yerra la gente. La libertad no es sólo para usted, es para
todos. Hemos de vivir en armonía, sin dañar la libertad de los demás. Esa
es la realidad, tras un mundo irreal. Hemos de cooperar unos con otros.
Siempre piense con grandeza. No somos pequeñitos. Pertenecemos
al universo entero; somos parte de un todo. No podríamos sobrevivir
si nos separásemos por completo. El dedo del pie tiene un nombre
diferente que la mano o la cabeza, mas todas estas partes integran el
cuerpo entero.
Todos somos células del Cuerpo Cósmico. Si una de las células se
lastima, su infección se expandirá lentamente a otras áreas del mundo.
No podemos olvidarlo con displicencia, pensando: “bueno, me siento
bien y feliz. El problema se halla en alguna parte, en el último rincón.”
El último rincón es como el dedo de su pie. Qué pasaría si el cerebro
dijese: “estoy a dos metros de altura. No necesito preocuparme por
ello. Se encuentra allá abajo, en la tierra.” Si el cerebro y los ojos
ignoran la herida, muy pronto verán cuan rápidamente la infección
llega a la cabeza.
De modo que cuando hay un problema, los ojos deben examinarlo
de inmediato. Las manos deben ayudar. El cerebro debe considerar la

198
forma y los medios para clarificarlo, porque pertenecemos al cuerpo
entero. Este sentimiento de plenitud es lo que usted llama santo. El
que se considera como una parte del todo, dará, dará y volverá a dar.
Mientras más dé, más recibirá de los demás.
Nuestra individualidad separada sólo sirve para ayudamos a jugar y
disfrutar del juego. En el fondo, somos el todo, el Yo, que es infinita
felicidad. Somos ese gozo infinito, no pequeñas criaturas infelices.
Siempre estamos felices, en paz, sin cambios, sin movimiento. Esa
es nuestra verdadera naturaleza. ¿Qué es lo que cambia, perturba y
emociona? La mente. La mente se interesa en sus negocios. ¿Por qué
nos hemos de preocupar? Comprenda que lo mortal es el cuerpo y la
mente. Mortalidad significa cambio. En realidad, nada pude morir en
este mundo. No podemos destruir. El Gita dice: “el que es, es siempre,
y el que no es, nunca es.”
Entonces, ¿cuál es el significado de la muerte? Muere una forma para
dar lugar a otra forma. Es muerte para esta forma y nacimiento para
aquella otra. Muere una tela y nace una bonita camisa. Un pedazo de
madera muere y se va, mas usted ve un hermoso mueble en casa. Eso es
muerte. La esencia siempre está allí.
El mundo no es otra cosa sino forma y nombre. Constantemente
cambiamos de nombre, de forma. Muere un muchacho, nace un adulto.
Muere un adulto, nace un padre. Muere el padre, nace el abuelo. Muere
el abuelo, nace el cuerpo muerto. Él está muerto, pero “él” está aquí. Si
él está muerto y se ha ido, ¿dónde está “él”? El inmortal nunca puede
ser mortal. Si, a veces, es mortal y a veces inmortal, no es realmente
inmortal. El que es uno parece ser muchos.
Usted puede observar el mismo principio, cuando una semilla se va
o muere: pero el árbol está presente. Luego, muere el árbol y el leño
está aquí. Lo que es mortal siempre cambiará. La muerte es inevitable.
Todos los que nacen tienen que morir algún día. Tenemos que permitir
que la naturaleza siga su curso. Pero no nos debe doler la pérdida. Uno
descarta su cuerpo porque es viejo o ya no se puede usar más. El alma
va a otro cuerpo que puede ser físico o no.
El alma continúa su viaje, cambiando de vehículos. La muerte es como
cambiarse una vestidura vieja y ponerse una nueva. Así como usted viste
el cuerpo, éste mismo es la vestidura de su yo. Cuando envejece, tiene
que cambiarlo. De este modo, la naturaleza le da algo conforme a su

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gusto o que colme sus ambiciones. El cuerpo que usted posee ahora es
el resultado de sus deseos pasados. En su previo nacimiento, usted tenía
un cúmulo de deseos que solamente se pudieron cumplir a través de este
cuerpo.
El alma está viva. Es inmortal. Nunca muere. De modo que no hay
muerte para nosotros: ninguno de nosotros va a morir realmente. Para
el yo no hay encarnación o reencarnación. Siempre somos inmortales.
Nunca estamos muertos y nunca tenemos que renacer. Pero hasta que
comprendemos esa verdad, nos parece que vamos y venimos todo el
tiempo. Vivimos antes y vivimos después. Sólo mudamos la vestidura,
es decir el cuerpo físico.
Quizás usted pregunte: ¿cuál es la prueba? Hay muchas, pero la gente
no siempre quiere aceptarlas con facilidad. Por ejemplo, un niño nacido
con alguna discapacidad: sin un brazo, ciego, con un tumor, o bien,
enfermo, nos está revelando que éste no es su primer nacimiento. ¿Por
qué Dios habría de crear tal sufrimiento para una persona y una vida
excelente para otra? Ambos son sus hijos. ¿Acaso Él se divierte? ¿Puede
ser misericordioso y permitir que un niño sufra, desde su nacimiento?
Este niño debió de haber vivido antes e hizo algo, por lo cual ahora
padece la reacción.
A veces, usted ve a un genio, a un prodigio. A los dos o tres años, el
niño puede tocar un instrumento musical con gran maestría. Otro es un
avanzado matemático o es capaz de leer y escribir poemas. ¿De dónde
obtuvieron estos niños ese conocimiento? Todas estas cosas prueban
que sus almas vivieron antes. En el caso de gemelos, a veces usted
comprueba que tienen dos temperamentos completamente diferentes,
aunque hayan nacido de los mismos padres y visto la luz con sólo unos
minutos de diferencia.
Si puede creer en la vida anterior, ¿por qué no en la vida futura?
Cada acción tiene su propia reacción. Hacemos muchas cosas ahora. Si
no las afrontamos en el presente, las afrontaremos en una experiencia
posterior.
Somos como trompos dando vueltas, pero es el Jugador quien enrolla
el hilo en el trompo y lo hace girar. Somos trompos que han sido
enrollados con cierta longitud de hilo. Esa longitud es nuestro karma
pasado. Si nuestro karma es corto, terminamos la labor en unas cuantas
vueltas y, luego, nos detenemos.

200
Se le ha dado el cuerpo que usted necesita para continuar hacia la
meta. Si desea un rápido y agradable paseo por la carretera, usted toma
un auto deportivo aerodinámico. Si quiere pasar por la selva o por un
camino de tierra, es mejor que cambie ese auto por un jeep. Incluso el
jeep llegará tan sólo hasta cierto punto. Tendrá que viajar a caballo o
bajarse y caminar. Diferentes vehículos lo conducirán a la misma meta.
¿Cuál es inferior o cuál es superior? ¿Un auto deportivo, un jeep, un
caballo o sus piernas? Todos son igualmente importantes. Cada uno es
útil para el lugar apropiado. Su cuerpo actual es el vehículo que usted
cambia, cuando ha llegado el momento de continuar con otro vehículo.
Si comprendemos el principio inmortal que nos hace y nos modela
en diferentes formas, ¿por qué temer a la muerte? No hay muerte total.
Piense en esto: “no he nacido, no estoy muerto: estoy en el principio,
estaré al final.” Eso quiere decir que no hay principio, que no hay final.
“Soy el más viejo de todos. Aun cuando el cuerpo esté muerto, yo no
estoy muerto. El cuerpo cambia, mas yo soy constante.” Todos los
temores proceden del miedo a la muerte o a perderse. Si comprendemos
el principio inmortal, entonces, no hay temor. Podemos afrontarlo todo.

201
Capitulo 38

Oración
Dios, tu conoces todo lo que es bueno para mi, Soy tu hijo. Guíame y
dirigeme. No puedo pedir esto o aquello. Tal vez cometa errores en mis
peticiones. A causa de mi propio ego, puedo hacer cosas equivocadas.
En consecuencia, te dejo que obres a través de mi.
Si todavía usted desea pedir algo, puede decir: “señor, ¿no sabes que
soy tuyo? Haz lo que quieras. Permiteme comprender siempre que soy
tu hijo, que me cuidas a cada momento. Concédeme el beneficio de
recordar siempre esta verdad.”
Dios siempre está allí, pero usted necesita hacer algo para recibir
ayuda. Por esta razón, dice la Biblia: “pedid y se os dará.” Él no vendrá
a ayudarlo por la fuerza. Usted debe implorar su misericordia o sus
bendiciones. Su gracia está dondequiera. No selecciona a las personas
ni dice: “bendeciré a éste y no al otro.” El y su creación, que usted llama
naturaleza, siempre son neutrales.
Mas para estar listo y recibir ayuda, usted necesita de su gracia.
¿Cómo puede obtenerla? Debe abrirse a Él. Él no entrará por la fuerza.
Esperará. En cierta ocasión Sri Ramakrishna dio un hermoso ejemplo.
Unos pescadores se preparaban para hacerse a la mar, en la madrugada.
En media hora, todos estaban listos y las barcas zarparon, excepto una.
Aquel hombre se quejó: “¿qué sucede? Mi barca no se mueve. Todas
las demás navegan bien. Parece que el viento es injusto. Le da su fuerza
a las otras. pero no a la mía. ¿Cómo puede ser eso?”
Estaba culpando al viento, cuando alguien, desde la playa, le dijo:
-Oiga, ¿qué sucede? Todos han desplegado sus velas y ahora se van.
Pero usted no ha desplegado las suyas.
- Oh, ya veo. Lo haré.
Desplegó la vela e inmediatamente, la barca salió y luego se detuvo.
Se paró y gritó:
-Mire, se lo dije. El viento no es justo. Creo que tiene algo en mi

202
contra. Usted me dijo que desplegara la vela. Lo hice y me moví un
poco, pero ahora estoy detenido una vez más. ¿Qué puedo hacer?
- Amigo, usted es rápido para culpar a los otros. No quiere ver su
error. ¿Acaso levantó el ancla?
- Ahh, ya veo. Lo siento muchísimo.
Al momento lo hizo y zarpó.
Dios es así. El quiere bendecirlo, pero no puede hacerlo por la fuerza.
Dios espera a que usted esté listo, que pida, que abra su mente. Por eso
dice la Escritura que es más fácil que un camello pase por el ojo de una
aguja, a que Dios pueda entrar en la mente de un rico. Esas no son las
palabras exactas pero posiblemente, usted comprenda. ¿Significa eso
que Dios es tan débil que no tiene la capacidad de entrar en la mente
de alguien? No, Él quiere entrar, pero no hay lugar. Sólo hay lugar para
automóviles, radios, televisores, dinero, propiedades, pero no para Él.
Un hombre pobre no tiene nada. Todo está vacío. De modo que,
Dios viene y ocupa el espacio. Si Dios quiere entrar, déle lugar. El
devoto debe aspirar a esto. Si él es sincero, puede sentir que está tan
débil que ni siquiera es capaz de pedir bendiciones. Entonces, pedirá
indirectamente: “… señor, por mí mismo no tengo la capacidad para
pedirte algo. Sin tu bendición y tu gracia, ni siquiera puedo orar.” Esto
mismo es una oración. Uno se da cuenta de su pequeñez, y el hecho de
comprenderla ya es suficiente para abrir la mente.
Esta apertura significa que usted está abriendo su corazón, franqueando
su caja de seguridad. Mediante la oración y la meditación -al pedir de
esta manera- usted se abre. No obstante, al mismo tiempo, debe hacer
algo más. Recuerde al pescador que desplegó su vela, pero no se movió.
Hay muchas personas que, desde su niñez, asisten a la iglesia y oran con
asiduidad, mas no cambian su modo de vivir. Continúan manifestando
su lado imperfecto.
Podrán estar haciendo lo que dicen las escrituras pero,
desafortunadamente. no han levado anclas. Están atados al mundo por
muchas cuerdas. A causa de eso, necesitan discernimiento y capacidad
de desapego: ambos van juntos. Por un lado, usted corta todos los nudos
que lo atan al mundo; por otra parte, abre su corazón a Dios. Sólo así
podrá navegar. Por eso, dicen las escrituras, que debe darle todo a Dios.
No permanezca atado a las cosas insignificantes. Cuando proceda de
este modo, en sus peticiones, sentirá la gracia divina: de otra manera,

203
Dios solamente estará allí. Usted también tiene que hacer su parte. Dios
ayuda a los que se ayudan a sí mismos. Ramakrishna dice: si usted se
acerca un metro a Dios, Él es misericordioso y se acercará diez metros a
usted. Pero si no camina ese metro, no use su calculadora y piense que
Él se acercará ocho metros. Usted tiene que empezar el proceso.
Cuando usted adora, está haciendo contacto con la batería principal,
que es Dios. Mediante su oración y devoción debe estar en comunicación
con Él. Usted hace una conexión. Suponga que es una lámpara
conectada a una dínamo, mediante un alambre. Si no hay buen
contacto, no recibirá luz. Si usted es una lámpara que trata de obtener
luz de la batería cargada -o de la imagen de Dios- su oración viene a ser
el cable de conexión. Si la oración tiene falso contacto, no recibirá la luz.
¿Me comprende? Muchas personas elevan sus oraciones de este
modo: “oh Dios, bendíceme. Ayúdame. Creo en ti con plena fe: nadie
más puede ayudarme. Sí, sí. Señor así. Señor asá. Terminaré mi oración
y vendré pronto.” Repiten sus oraciones mientras van de acá para allá,
observando a la gente. “Cuántos están aquí? ¿Dónde está mi amigo?
¿Habrá llegado?” Por supuesto que esa oración es solamente servicio de
labios. “Yo soy tuyo. Todo es tuyo. Que se haga tu voluntad”, mientras
que, con una mano, sostienen la billetera en sus bolsillos. Tal oración
tiene falso contacto. Cuando usted ora debe olvidar todo lo demás.
Incluso, si usted conoce todas las escrituras de memoria y las puede
recitar desde la primera hasta la última página, no ganará la gracia de
Dios. El no necesita su erudición ni sus conocimientos. A Él no le
interesa cuánto sabe usted. Lo que Él desea saber es cuánto practica
usted. El lenguaje florido y las largas oraciones no son importantes.
Aunque sólo se trate de una palabra, y hasta de una palabra sin sentido,
ella ha de brotar del corazón. Muchos niños se comunican con sus
madres de esta manera mediante un sonido que nadie más entiende.
Cuando el bebé llora de cierta manera, solamente la madre entiende
porque es un lenguaje especial.
De la misma forma, la madre absoluta y esencial conoce, aun sin
palabras. Siente, sabe. Es el corazón el que debe orar: no los labios ni
la cabeza. Eso es muy importante en la devoción. Siempre desarrolla
el corazón. A donde vaya -sea al templo, la iglesia, la mezquita, o
la sinagoga- y cuanto haga -se trate de reverencias o liturgia- que
siempre esté allí el corazón. Un corazón secreto es sagrado. No necesita

204
exponerlo o demostrarlo a los demás. Que sólo Él lo sepa. Que sea
comunicación secreta.
Eso es devoción sáttvica. Las personas que poseen tal actitud
devocional son afortunadas. Ella es de gran valor. Todos tenemos eso
en nosotros, pero, desafortunadamente, nuestra inteligencia tiende a
dominar. Sólo permita que su corazón se ablande. Es la forma más
fácil de acercarse a Él. Conviértase en bebé en los brazos de la madre.
Cierto sabio solía decir: “señor, yo sé el truco. No necesito leer nada.
No necesito hacer nada. Sólo lloro. Sé que te alcanzaré.” Hay personas
que empiezan a llorar cuando comienzan a orar. Es la mejor forma de
alcanzar su luz.
Todos somos como lámparas eléctricas. A menos que esté bien hecha
la conexión a través del corazón, no obtendremos su corriente ni la
iluminación. El positivo y el negativo deben estar separados: también,
el dar y el recibir. Salvo que usted dé bien, no podrá recibir bien. Dé
sólo por dar y, el recibir, vendrá automáticamente. La corriente corre
en un sentido y luego regresa. Si usted está negociando todo el tiempo:
“estoy dando tanto, debería recibir tanto”, causará un cortocircuito que
producirá calor y tensión.
Por lo tanto, no deje circuitos flojos o malas conexiones. La cantidad
de corriente que pueda recibir depende también del filamento de la
lámpara. La única diferencia entre una lámpara de 6 vatios y otra de
1.000 se halla en el tamaño del filamento. La corriente y la conexión
son las mismas pero cuando el filamento es más grande se atrae más
energía. El filamento es su mente. Si usted tiene una mente estrecha,
sólo puede recibir una pequeña porción de la gracia de Dios. Amplíe
su mente y su filamento será mayor: así, obtendrá mayor gracia y
brillará más. Desafortunadamente, muchas lámparas no tienen nada de
filamento. Hacen conexiones, pero nunca brillan. Usted necesita una
mente limpia y amplia. Al mismo tiempo, no sea codicioso. ¿Qué pasará
si una lámpara está hecha para 11 O voltios y usted usa 220? Se funde.
Haga lo que está dentro de sus limites. Por esta razón, el devoto dice:
“señor, no voy a pedirte que me des esto o aquello. Puedo ser codicioso.
Si me das todo lo que quiero, me puedo fundir. Por lo tanto, decide Tú
qué, cómo y cuánto darme. Yo sólo estoy aquí.”
Dios sabe todos los idiomas. Ore en su lengua natal. Cuando usted
cante u ore de corazón, no tendrá que preocuparse acerca de si pulsa la

205
nota correcta o no. La oración sincera y fervorosa es meditación. Usted
está centrado en su atención. Cuando enfoca su mente en una idea
particular conectada con Dios, entonces, la oración asume la forma de
meditación. El mantra Gayatri, que se da a los devotos, también es una
oración y significa: “Señor, Tú que iluminas el cosmos entero, también
ilumina mi intelecto.” Medite en su significado y repítalo.
En la meditación, usted enfoca su mente en una oración, un mantra,
su propia respiración o el latido de su corazón. Cuando usted medite en
su corazón, imagínese que Dios está allí, haciéndolo latir. El es el latido
mismo. Es el movimiento dentro de usted. Los hindúes lo llaman la
danza de Nataraja.
Escoja lo que desee, para su meditación u oración, lo importante es
darle significado a lo que dice o hace. Cuando el pensar-hablar-actuar se
juntan, entonces producen fruto. Cuando hablo, mis manos se mueven
de ésta o aquella manera, inconscientemente. Mi cuerpo coopera
automáticamente, sin mi conocimiento, ayudándome a expresar algo.
La expresión mental va primero: el cuerpo actuará, de acuerdo con ella.
Sucede lo mismo con sus oraciones y acciones diarias. Las oraciones
se trasforman en acciones. Las acciones que se ofrecen son oraciones.
A su tiempo, cada acción es una oración o, lo que es lo mismo, una
meditación. Usted no podrá vivir de otra manera. Al principio, podrá
separarlas: “esta acción y esta oración.” Es una buena manera de
comenzar. Destine tiempo para una y para otra. Pero al expandirse
gradualmente, una actitud fervorosa acabará por saturar su vida entera.
Por último, todo será oración.

206
Capitulo 39

Si se afina, produce música


Si se afina, produce música
Una hermosa mañana, cuando su consorte Maha Lakshmi estaba
ocupada en la cocina, el Señor Narayana abrió una caja de seguridad,
en su palacio, y sacó de ella una cajita. La abrió y comenzó a mirar en el
interior, con gran sentimiento y devoción. Cuando usted respeta mucho
una cosa, la pone cerca de sus ojos, para verla mejor: del mismo modo,
él la examinaba muy de cerca, casi adorándola.
En ese momento, entró Lakshmi. Inmediatamente, Narayana cerró
la caja y la escondió detrás de sí. Por supuesto, ella sintió curiosidad y
preguntó:
-¿Cuál es el secreto? ¿Es la imagen de alguien? ¿Qué es? Quiero verla.
-No, no. No es nada, querida.
-Quiero ver y saber qué es. No puedes tener secretos conmigo.
-No, no y no.
-Vivimos juntos, tú eres mío y yo soy tuya. ¿Cómo puedo guardar
secretos sin que lo sepas o yo sin saber los tuyos? Muéstramelo.
-Por favor, deja que guarde este secreto muy personal...
-No, no debes hacerlo.
-Alargó su mano y le arrebató la cajita. La abrió y miró en su interior,
pero no vio nada. Entonces, lo miró inquisitivamente.
-Observa con cuidado.
-Es sólo una caja vieja llena de polvo
-Entonces, se inclinó para soplarla.
-¡No lo hagas, no la soples!
-¿Por qué no? Está llena de polvo.
-Es el polvo de los pies de mis devotos.
¿El señor adoraba el polvo de los pies de sus fieles? Entonces, ¿quién
es mayor? Es fácil enaltecerse por algo, pero muy difícil convertirse en
polvo. En el sentido espiritual, es un deber.

207
Durante el siglo pasado, vivió en el sur de la India un gran santo
cantor llamado Tyagaraja. Tyaga significa entrega. Raja significa
rey, lo cual es otro aspecto de Dios. El es el más grande dador. Hace
todo por amor a nosotros: nada guarda para sí mismo. Es el rey de la
dedicación. Tiempo después, a este santo lo llamaban Tyagabrahman.
Brahmanes otro nombre para el Todopoderoso Absoluto. Este hombre
fue considerado la persona más dedicada, porque siempre vivió en Dios.
El veía a Dios. Hablaba con Él y, algunas veces, bromeaba con El:
tal era su cercanía. No puede usted imaginarse cómo eran sus cantos.
Los cantos no pueden componerse sólo con la inteligencia. Son tan
hermosos. Era un gran devoto del Señor, en la forma de Sri Rama. En
uno de sus cantos se refiere a Sita, la consorte de Rama, y dice: “ah,
¿crees que por tu belleza y amor puedes retenerlo contigo y evitarle que
venga a mi? Yo no soy una gran persona, pero mi amor es mayor que el
tuyo. No puedes alejarlo de mi.”
En cierta ocasión, exclamó: “hey, Rama”,—pues así lo llamaba—
“cuán delicioso y dulce es tu nombre. Tu nombre es más dulce que
tú mismo.” Sí, los nombres de Dios son más dulces que Él mismo.
Usted no puede saborear a Dios, pero puede saborear su nombre.
Si sólo repetimos su nombre, en pocos segundos empezaremos a
sentir algo. Imagínese llamando a Dios: “hey, Rama; hey, Siva; hey,
Alá; hey, Cristo.” Suena muy familiar. Solamente el devoto sincero
puede acercarse tanto. Todos ellos son nombres dulces. Nos podemos
enternecer con sólo repetir el nombre de Dios. Ese es el poder de la
repetición del nombre.
El Señor no puede darse a sí mismo de un modo directo. Él es como
el poder dinámico de toda la electricidad: son millones de kilovatios
que no pueden venir a nuestra casa directamente. Si tal cosa pudiera
suceder, nuestra casa no permanecería en pie, ni nosotros tampoco. De
modo que, de su grandeza y amor para servirnos, se limita a sí mismo,
se disminuye mediante transformadores, para venir a nosotros de una
manera útil. Conociendo nuestras limitaciones, Él desciende mediante
la Palabra, los nombres santos que podemos repetir, para saborear la
bienaventuranza. Mientras más cantamos o alabamos su nombre o lo
repetimos, más entramos en éxtasis.
Por esta razón, Tyagaraja dice: “Rama, tu nombre es tan dulce.” Ni
siquiera dice cuán dulce. En eso consiste la grandiosidad de cantar el

208
nombre de Dios: es parte del sendero devocional conocido como Bhakti
Yoga. La devoción se desarrolla más y se expresa mejor, al cantar su
gloria, repitiendo su nombre. Usted vive en Él y Él vive en usted. Esta
es una práctica importante para avanzar en el camino devocional. Dios
dice: “los devotos están más cerca de mí, porque me aman más.” Si
usted lo ama más, Él lo acercará más. Si se templa, obtendrá música.
Cantar cantos o salmos compuestos al nombre de Dios, no es solamente
una oración suplicante o petición de algo. Las vibraciones de su canto
lo elevan a otro nivel. Cada célula de su cuerpo vibrará en el nivel
divino. Al repetir el nombre de Dios, usted se convierte en Dios. Canta
y danza en éxtasis. Se olvida de su cuerpo, se olvida de usted mismo y,
fácilmente, pasa al nivel superior.
Aunque hay otras prácticas que se ofrecen en el campo espiritual, por
ejemplo: meditación profunda, Hatha Yoga, asanas, pranayama, centros
de desarrollo psíquico y aumento del kundalini, son más bien técnicas
y pueden ser peligrosas, si no se acompañan con mucha disciplina. Mas
no entraña peligro el alabar el nombre del Señor, el cantar o repetir su
nombre. Para ello, no requiere de una rígida disciplina. Si todavía no
puede disciplinar su vida, eso no significa que permanezca alejado de
la práctica espiritual. Haga esto, por lo menos. Lentamente, logrará
autodisciplina.
Una forma accesible de practicar la devoción es el Bhakti Yoga. En
épocas anteriores, probablemente era más fácil sentarse y meditar.
No había nada que distrajese a las personas. Pero en la actualidad, al
momento en que cierra usted sus ojos, un avión supersónico retumba
sobre su cabeza. Por la mañana temprano, cuando usted se sienta, llegan
retumbando diez camiones recolectores de basura. No puede hacer
nada. Camina por las calles y tropieza con muchas distracciones, cosas
hermosas para estimular sus sentidos, materiales de lectura y películas
que lo atraen. Actualmente, no sólo el aire está contaminado, sino
también las formas de pensamiento. La gente piensa en términos de
amasar fortuna, traficar, engañar, defraudar, asaltar. En medio de todo
esto, es fácil distraerse.
Si tiene un temperamento emotivo, le gusta poner el corazón. Al
alabar o repetir el nombre de Dios, su emoción se convierte en devoción
y mientras se desarrolla su amor a Dios, usted llega a ver y amar su
Yo, el cual es Dios y es también el Yo de su prójimo. De modo que su

209
amor a Dios, también viene a ser amor a su prójimo. Con este método,
desarrolla su capacidad de amar y se interesa más en los atributos del
Dios a quien ama. Usted se interesará por leer y estudiar acerca de las
glorias de Dios. Eso provoca reverencia. Y mientras más ama usted, más
amable se vuelve.
El problema surge cuando tratamos de limitar a Dios, pensando:
“este es mi Dios, aquél es su Dios.” Si pensamos que solamente existe
una forma o nombre de Dios, creamos problemas. Hemos de crecer
universalmente, sin limitaciones. Claro que amamos nuestros hogares,
nuestro país, nuestras madres, nuestra religión, mas esto no quiere decir
qué vamos a ignorar a los demás, a odiarlos o hacerlos a un lado. Eso es
un amor limitado. El verdadero amor de Dios significa amor universal.
Dios creó al mundo entero. Todas las religiones dicen que Dios es el
Creador. Todos creen que hay un solo Dios que creó el mundo entero
y que todos somos sus hijos. Supongamos que un hindú dice: “hay
solamente un Dios que creó todo. Entonces, ¿cómo he de tratar a un
budista, a un católico o a un musulmán? Él es mi hermano, porque mi
Dios, a quien llamo Padre, también lo creó a él. Por lo tanto, igualmente
es hijo de mi Padre.”
En una familia puede haber un hijo que ofende e injuria al padre e,
incluso, le escupe el rostro. ¿Puede un hermano decir: “ese no es mi
hermano?” ¿Puede el padre negarlo? Aun los ateos, quienes no creen
en Dios, son hijos de El. Para ellos, somos hermanos y hermanas.
Si reconocemos un Padre común a todos, ¿podemos decir: “aquél es
un incrédulo y lo odio, no es de mi familia?” Nuestro padre no estará
complacido con esta respuesta. A medida que entendemos mejor
nuestra religión, abrimos nuestro corazón y mente a todos.

210
Capitulo 40

El hombre que odiaba a Dios


Si usted niega a Dios, al negarlo lo acepta. Si no crees en Él, ¿por qué
negarlo? Al decir “no hay Dios”, usted piensa en El. En cierto sentido,
el que niega a Dios, se le acerca rápidamente. Negarlo no es suficiente;
realmente tendría que odiar a Dios. Considerarse su enemigo vendría a
ser su religión. A veces, usted olvida a un amigo, pero no a su enemigo.
Constantemente, piensa en él y eso es lo que Dios quiere, que piense
constantemente en El. “No importa si me tratas como a enemigo, pero
siempre piensa en mi.”
El relato de Prahaladana y su padre, Hiranya Kashipu, es una prueba
de esto. Hiranya Kashipu era un rey diabólico. Tenía un hijo que
se llamaba Prahaladana. Puesto que Hiranya Kashipu gobernaba el
país, insistía en que los maestros, en todas las escuelas, repitieran su
nombre, antes de comenzar las clases. Por lo tanto, los niños debían
rendir honores al rey, repitiendo su nombre: “Om Hiranyaya Namah”
(Hiranya, me inclino ante ti).
Puesto que el monarca pagaba los salarios de los maestros, ellos
se sentían comprometidos a obedecerlo, pero llegó un día, en que el
príncipe tuvo edad escolar y su padre lo envió a la escuela primaria.
Prahaladana guardaba algunas huellas del pasado; un gran devoto de
Dios había nacido en la familia de Hiranya Kashipu, lo cual era parte
de las travesuras de Dios. Cuando el niño fue a la escuela, el maestro le
pidió que repitiera: “om Hiranyaya Namah.”
-¿Qué? Ese es el nombre de mi padre.
-Sí, para nosotros él es supremo.
-No. No quiero decirlo. En mi memoria guardo otro nombre: “Om
Namo Narayanaya.”
-Por favor, no digas eso. Tu padre me matará. Pensará que yo te
enseñé eso. ¿Cómo sabes ese nombre?
-Bueno, todo lo que sé es que ése es el nombre de Dios. El maestro,

211
muy preocupado, corrió a Hiranya Kashipu y le dijo:
-Señor, oh gran Maharaj, tu propio hijo está repitiendo un nombre
indeseable. Yo le enseñe a repetir tu nombre, pero él no quiere hacerlo.
- Tráiganme a ese necio.
Sin embargo, cuando el niño llegó, Hiranya Kashipti se mostró
cariñoso.
-Ven, hijo. Siéntate aquí. ¿Qué dijiste en la escuela?
-Papá, solamente repetí el nombre de Dios.
-¿El nombre de Dios? ¿Quién es ese Dios? ¿No sabes que yo soy Dios?
-No, tú eres mi papá y yo te amo. Pero Dios es Narayana.
El rey ni siquiera podía soportar escuchar el nombre.
-Hijo, ¿cómo sabes eso? y miró furiosamente al maestro, quien estaba
temblando.
Luego empezó una pelea entre un verdadero devoto de Dios y un
verdadero enemigo de Dios. No importaba lo que hiciera, a Hiranya
Kashipu le era imposible cambiar la opinión del niño, de modo
que decidió matarlo. Sin embargo, un poder misterioso protegía a
Prahaladana. Hiranya Kashipu hizo rodar al niño desde la cumbre de
una montaña, pero a éste no le pasó nada. Trató de que lo pisoteara un
elefante, mas el elefante llegó hasta el niño, hizo un rodeo, se inclinó
y se fue. El rey obligó a su madre a que le diera veneno, pero cuando
Prahaladana lo bebió, sonrió a su padre. El veneno se había convertido
en néctar. Harina Kashipu se sentía totalmente vencido.
Al fin, se cansó y dijo:
-Muy bien. ¿Dónde está ese inmundo Narayana?
-Papá, El está dondequiera.
-¿Que está dondequiera? He estado buscándolo por muchos años para
destruirlo. Parece que tú lo conoces. Muéstramelo.
-Papá, Él está aquí, dóndequiera.
Hirariya Kashipu señalé y dijo:
-¿Está en esta columna? -Sí, padre, también está en la columna.
-Muy bien. Voy a matarlo ahora mismo.
Hiranya Kashipu tomó su espada y asestó un espadazo en la columna.
Inmediatamente, hubo un estruendo. La columna se partió en dos y
salió el Señor, quien apareció en forma peculiar, mitad hombre-mitad
animal. A esta forma se la llama Narasimha Avatara. Nara significa
hombre y Simha significa león.

212
¿Por qué apareció así? Porque antes de adquirir su poder, en alguna
ocasión, el diabólico Hiranya Kashipu había sido un gran devoto de
Dios. Después se olvidó de El y creyó que era Dios mismo. Se le había
enseñado a repetir un mantra y a meditar. Con el tiempo, se convirtió
en un gran yogui, pero con una mente sucia. Sea usted puro o no, al
hacer prácticas regularmente, el mantra shakti será atraído hacia usted.
Aun una persona impura puede repetir ciertos mantras y obtener cierta
parte de Dios, mediante las vibraciones. Dios ha de venir.
De modo que Dios vino a este hombre y le dijo: “estoy satisfecho con
tu penitencia y meditación. Me has atraído. Pídeme un favor.”
El monarca respondió: “mi petición es que en ningún momento me
mate un ser humano.”
-¿Es todo?
-No, espera, hay algo más No debo ser matado por animales.
-Muy bien.
-No debo morir por cause de arma alguna.
-Muy bien.
-No debo morir durante el día.
-Muy bien.
-No debo morir durante la noche.
-Muy bien.
-No debo morir dentro de la casa.
-Muy bien.
-No debo morir fuera de la casa.
-Muy bien.
Después de todo esto, prosiguió, porque un demonio no tiene fe, pero
sí mucho temor.
-Y si por casualidad muero, de cada gota de mi sangre que caiga al
piso, cien personas como yo brotarán.
-Muy bien. Cuando Dios promete hacer un favor, será fiel a la
palabra. Es asunto suyo usarlo o no. Cualquier científico que prueba la
materia, puede descubrir la fuerza atómica. Ese gran poder no estará
oculto. A él le corresponde decidir si lo utiliza o no. La forma en que
uses el poder que adquieras con tus prácticas es asunto tuyo. ¿Harás
una bomba destructiva o un bálsamo sanador? Lo mismo sucede con la
ciencia espiritual. Si la practicas con una mente contaminada, recibirás
el poder, pero lo utilizarás mal, te arruinarás y perturbarás a otros.

213
¿Estás satisfecho?
Hiranya Kashipu meditó un poco y añadió:
-Tampoco podré morir en la tierra ni en el cielo.
-Muy bien.
Hiranya pensó: “ahora seré inmortal. Nadie podrá matarme.” Por eso,
cuando la columna se abrió, apareció una forma mitad hombre, mitad
animal. No era hombre, tampoco animal. Dios conoce sus trucos. Se
acordó del favor concedido a Hiranya Kashipu, de que no podría ser
matado por hombre o animales, pero Hiranya Kashipu nunca pensó en
un ser mitad hombre, mitad animal. Por eso, apareció en aquella forma.
La promesa era que no sería matado por ningúna arma, ni en la tierra:
de modo que, inmediatamente, atrapó a Hiranya Kashipu y lo colocó
en su regazo, mientras se sentaba a la entrada de la casa: no adentro,
tampoco afuera; ni en la tierra ni en el cielo. Usó sus garras para abrir
el pecho de Hiranya Kashipu y bebió su sangre, de modo que no cayó
ni una gota.
Hay cuadros horrendos que representan esta escena, con el pequeño
Prahaladana cerca, repitiendo el nombre de Dios. Sin embargo, el niño
no podía ver a Dios, sino sólo a su moribundo padre. El niño empezó a
clamar, diciendo: “Narayana, no puedo verte. ¿Qué le pasa a mi padre?”
Todavía guardaba cariño por su padre.
Entonces, el Señor dijo: “hijo, todavía tienes que crecer, tu no piensas
tanto en mí como lo ha hecho tu padre.”
De modo que, un enemigo obtuvo antes que el devoto, la visión
y la visita de Dios. Esto puede parecer un poco extraño. ¿Cómo es
posible que un enemigo vea a Dios? Sea usted amigo o enemigo, lo
que cuenta es el interés, el recuerdo constante. Al odiar a Dios como
a enemigo, Hiranya Kashipu siempre pensaba en Él. En consecuencia,
se le apareció. Justo en el momento de su muerte, la revelación llegó
a Hiranya Kashipu. Antes de expirar, exclamó: “Señor, perdóname,
por favor. Es terrible lo que he hecho. Perdóname. Si vuelvo a nacer
después de esto, permíteme sufrir por todos estos pecados, pero déjame
que te recuerde como un buen amigo; llévate el alma de mi cuerpo, pero
concédeme este favor.”
Dios se lo concedió. Posteriormente, Hiranya Kashipu volvió a nacer
como un gran devoto, vivió una larga vida como amigo cercano de Dios
y luego falleció.

214
Puede usted considerar todo esto, solamente como un agradable
relato. Pero, aunque no crea la historia, por lo menos advierta el
significado profundo que ella tiene. Es muy difícil creer ciertas cosas.
Algunas escrituras tienen relatos con significado esotérico. No necesita
creer literalmente lo que dicen porque, para el intelecto, son motivo de
controversia. Todas las religiones tienen relatos similares, de los cuales
debe entender el significado intrínseco. Haga todo y cualquier cosa en
nombre de Dios. “Todo por Siva, todo por Vishnu, todo por Jehová,
todo por Cristo, todo por Alá, todo por Buda.” Eso significa: “señor, te
sigo solamente a ti.” Una devoción singular, con la vida entera dedicada
a Dios, es el requisito fundamental, en Bhakti. .
De ese modo, usted pierde su individualidad, vive para El y muere
para Él. Existen muchos aspectos sutiles en el Bhakti Yoga: la
adoración personal, los diferentes tipos de servicio ante un altar, por
qué encendemos esto o hacemos aquello y lo que simbolizan los ritos y
servicios. Hay mucho que aprender acerca de los niveles de adoración.
Ese conocimiento vendrá naturalmente, a medida que crecemos. Hasta
entonces, seamos devotos humildes, sencillos y sinceros, y permitamos
que otros sean igualmente devotos, adorando al mismo Dios, mediante
la forma que ellos escojan. Del mismo modo en que cinco hermanos
y hermanas, en una misma familia, tienen el mismo padre y la misma
madre, pero gustan de cinco clases diferentes de comidas, podemos vivir
como una familia, con nuestros diferentes modos de adoración.
Esa es la enseñanza esencial: adquirir este espíritu ecuménico. Sólo de
este modo podremos vivir juntos, traer la paz y el cielo a la tierra, y así
hacer feliz a nuestro Señor.

215
Capitulo 41

La hormiga en la montaña de azúcar


Hay varias maneras de llegar a Dios. A veces, parecen contradictorias,
pues un santo enseña un camino que parece que se opone al otro. Pero si
vamos al corazón de sus enseñanzas, comprenderemos que ambos están
hablando de la misma meta final. Si dos personas, A y B, comienzan
en un mismo punto, una camina hacia el este y la otra hada el oeste,
en dirección opuesta una de la otra. Suponga que ambas continúan
su camino sin desviarse ni un grado, ¿dónde terminarán? Cara a cara.
Todos los caminos conducen a Roma. Cualquier método bueno lo
llevará a casa. Por ejemplo, un sabio, el gran Acharya Shankara, resume
las enseñanzas upanishádicas cuando dice: “el único Absoluto es la
verdad. Lo que ve fuera de usted como una manifestación no es real,
sino una ilusión.” Cuando el sabio Shankara se refiere a maya, o sea, al
mundo ilusorio exterior, no está diciendo que no está allí, la ilusión es
que usted ve las cosas diferentes de su esencia, porque lo que ve está,
cambiando constantemente. Alguien percibe algo como una mesa; otro,
como madera.
Todo está hecho de la misma esencia, pero se dan diferentes nombres
a las muchas formas que toma. El mundo que usted ve es sólo nombre y
forma. Si usted puede ver más allá del nombre y la forma, verá la verdad.
Desde este punto, lo que se ve superficialmente es irreal. Cada uno
puede tener su propia realidad de una visión mundana, pero la verdadera
visión intrínseca le dirá que todo es lo mismo. Aun el usted que ve las
cosas mundanas no es diferente de aquel Único Absoluto. Cuando Sri
Ramakrishna estaba tratando de explicar esto a Upanishad, éste dijo:
“sí, puede ser verdad, pero no lo quiero.”
¿Por qué? Imagínese a una hormiga que ha descubierto una montaña
de azúcar. Con gran gozo se concentra en esa montaña de azúcar y come
constantemente. Usted se convierte en lo que se concentra. “Yo no
quiero convertirme en azúcar”, dice el feliz devoto. “Yo sólo quiero ser

216
la hormiga sobre la montaña de azúcar y continuar comiendo. No deseo
la filosofía Shankara. Es más, estoy un poco atemorizado por ello. Si yo
mismo me convertiré en azúcar, ¿por qué venir a comerla? No quiero
perder totalmente mi individualidad.”
Este es otro método. Un devoto siempre desea ser devoto, acercarse
a Dios o estar en su nivel, ser similar: incluso, ser un individuo a su
imagen. Pero no desea convertirse en Dios, porque la vida no tendría
atractivo y no habría más romance entre Dios y el devoto. “No puedo
disfrutar del amar a mi Dios, si me convierto en Dios mismo.” Por
esa razón, Ramakrishna enseñó que la filosofia advaita, según la cual
debemos comprender que somos uno con el Absoluto, es un poco
árida. Si eso sucede, ¿quién va a disfrutarla? Se acabó el individuo. Allí
termina el problema.
Sin embargo, el sendero de la devoción es muy hermoso. La vida tiene
atractivo. Usted está separado y disfruta por ello. Con una devoción
así, usted se acerca tanto a Dios, que se atemoriza. Eso es bueno. No
debe tener temor a Dios como si Él fuera un extraño. Cuando lo finito
se enfrenta con la magnitud inconcebible del infinito y se petrifica,
entonces nace la verdadera humildad, y el devoto sabe que el mundo
entero es el templo de Dios.
Bhakti o yoga devocional puede parecer aun mejor que Jnana Yoga,
el sendero de la sabiduría mediante el auto-análisis. Sin embargo, la
devoción sin sabiduría no es devoción. Al amar a Dios debe tener
también sabiduría. Mantener su distancia y amarlo es, verdaderamente
hermoso. Un devoto siempre desea eso. Pero el hecho permanece:
el devoto y el objeto de la devoción, son lo mismo. Sepa quién es,
en última instancia, mientras guarda su distancia para disfrutar más
felicidad en la vida.
A menos que usted esté separado, no podrá conocer la misericordia
y el amor de Dios. Un santo Tamil cantaba: “oh, Señor, Tú sabes que
soy tu hijo. Mi naturaleza es cometer pecados. Que yo recuerde tu
naturaleza, la cual es perdonar todos mis errores. Mi naturaleza es seguir
cometiendo errores, tu naturaleza es seguir perdonándome.” ¡Cuán
excelente excusa!
Shankara enseñaba que todos somos uno con Dios, pero no quería
sentirlo así todo el tiempo. En su práctica personal era un gran devoto,
un gran adorador de Dios, en su aspecto de madre. Erigió muchos

217
santuarios para ella y escribió más poemas como devoto que como
advaitin. En cierto momento, la vio y dijo: “madre, el mundo ha visto
muchos hijos malos, pero nunca una madre que no los perdone. Tu
eres mi madre, yo soy tu hijo. Aunque soy malo, ¿cómo no podrás
perdonarme? Acéptame, porque podrá haber hijos malos, pero nunca
una mala madre.”
Ese es el método seguro del devoto, una petición, una demanda.
Con una devoción así, existe confianza en que, haga lo que hiciere,
finalmente, Dios me transformará y me salvará de mis malos hábitos.
Cuando tenemos tal confianza en Dios, veremos sus manos protectoras.
Luego, pase lo que pasare, sentiremos que es asunto de El. Si tenemos
fe en Dios no hemos de temer a nada y veremos a Dios en todo.
Acérquese a Dios primero, como si estuviese haciendo algo y
necesitara ayuda. Al fin, usted terminará sintiendo que él está obrando a
través de usted. Entonces, sea solamente un instrumento en sus manos.
Otro gran sabio solía recordarle a Dios: “señor, ¿no recuerdas cuando
me entregué completamente en tus manos? No sólo mi cuerpo y mis
propiedades, sino mi ser entero. Puse todo lo mío en tus manos. ¿Lo
recuerdas? Bien, en ese caso, ¿podrá haber alguna dificultad hoy para
mi? Absolutamente, no. ¿He de preocuparme por algo? No. Me has
tomado como tu instrumento. Tú moras en mi como cuerpo y mente,
aun como esta vida. Tú me sostienes.” Si la gente me dijera: “estás
haciendo algo malo”. ¿Por qué habría de preocuparme? Tú haces todo a
través de mi. O si alguien me dijera: ‘realmente eres una gran persona’,
sé quién lo está haciendo realmente. Los demás no lo sabrán, pero yo sí.
Por lo tanto, tú eres responsable por todo lo bueno o lo malo que suceda
a través de mi, porque yo te he entregado todo a ti.”
En eso consiste convertirse en instrumento en las manos de Dios.
Usted aprecia lo mismo en la ley cotidiana. Si alguien es asesinado, ¿el
FBI pondrá en prisión al arma? Buscarán a la persona que la utilizó.
Por supuesto que, ser instrumento, no es una excusa para hacer cosas
malas. Pero si le ha dado todo a Dios, no debe sentirse molesto por
la censura. Ni tampoco puede recibir premio por las buenas acciones.
Ambas pertenecen a Dios. Ese es el método de un devoto. Está libre
en las manos de Dios. Dios lo usará como Él desee y la gente verá a
Dios a través de las acciones de sus devotos, así como vemos la energía
eléctrica, mediante las lámparas o radios.

218
Una devoción semejante requiere de una fe absoluta, mas no de una
fe ciega. También la mente, ha de estar convencida. La razón de la fe
se puede probar lógicamente. Cuando usted dice: “hago tal cosa”, ¿qué
está sucediendo en realidad? Puede decir: “estoy levantando un libro y
poniéndolo sobre la mesa con mis propias manos.” Para levantar el libro
necesita fuerza. ¿De dónde saca esa fuerza? Si se le pide ayunar durante
quince días, quizá no tenga la fuerza para levantarse o hablar o ni siquiera
para mirar a alguien. Obtiene la fuerza al comer y respirar. Su fuerza
viene de afuera, de la naturaleza, de la comida y del aire que respira.
¿Quién se la da? Si usted dice: “la naturaleza”, ¿quién es la causa de la
naturaleza? Esa fuerza invisible. Dios produjo la comida. Usted la comió:
pero ¿quién hizo la digestión? Otra vez Dios. Con su energía, usted
preparó la comida. Con esa energía, la cocinó, la masticó y la digirió.
Con la energía de Dios usted puede levantar una pluma y escribir o
bajarla. ¿Quién le está hablando ahora? El crédito es para El, no para
mí. No siempre comprendemos eso y tratamos de llevarnos ese crédito.
Algo está cuidando su aliento y su vida, pues esa fuerza invisible
quiere que usted viva más. ¿Por qué? Probablemente, para cumplir su
obra. El tiene un plan cósmico y debe hacerlo a través de usted, como
su instrumento. Por eso, Él cuida bien de ese instrumento. Cuando la
parte de trabajo que le corresponde haya terminado, no le enviará más
aire. Ése será su último aliento.
Todo esto demuestra que, ni siquiera vivimos por nosotros mismos.
Hay una Consciencia Cósmica común que nos hace vivir. A este respecto,
hablo de “nosotros” como cuerpos y mentes, pues así funcionamos en el
nivel físico y mental. Con esa identificación, podemos decir que Dios
está obrando en nosotros y a través de nosotros, pero si nos identificamos
como la imagen de Dios, entonces, decimos que Dios está usando aquel
cuerpo y mente. Podemos ser felices de ambas maneras.
El gran devoto Hanuman le dijo a Dios, en una ocasión: “con
frecuencia vivo pensando que soy el cuerpo y la mente. Cuando yo
piense así, déjame ser tu siervo. Si creo que soy el alma, déjame pensar
que soy parte tuya. Pero cuando piense que soy el yo puro, déjame
pensar que yo soy tu.”
Usted funciona en diferentes niveles. Si está usando el cuerpo; piense
de usted mismo como un Karma yogui que dedica todas sus acciones
a Él. Si usa su corazón, considérese un Bhakti yogui, instrumento de

219
Dios. Si usa su cabeza, piense que usted es un Jnana yogui, que no se
identifica con nada, excepto con el verdadero yo. Si los reúne a todos,
considérese como un Raja yogui, integrando todos los métodos.

220
Capitulo 42

Lo que llamamos santo


Hay un solo Dios, quien es nuestro Señor, la vida en nosotros.
Nosotros somos esa imagen. Dios es siempre uno: hay un Dios, a quien
llamamos con diferentes nombres. Utilizamos distintas lenguas para
referimos a la misma verdad.
Usted es la esencia. Cuando se divide, no tiene sentido. Como la
lluvia en el río, que regresa al océano, cada gota de agua que quiere
retomar a su fuente es un iniciado religioso. Dios en lo alto es como el
agua destilada, el Absoluto. Cuando desciende en forma de lluvia, de
este lado del río, El es el Dios de Israel y se lo llama Padre celestial. Al
otro lado, lo llaman Alá. Si cae en los Himalayas, lo llaman Siva.
La misma verdad acontece cuando utilizamos la palabra santo. “Dios”
es sólo un término común, aceptado por casi todas las religiones. De
este modo nos referimos a un poder o inteligencia cósmica. Aunque
usamos distintos nombres y palabras, hacemos alusión a lo mismo. Los
nombres de Dios son también santos, porque el nombre y el poseedor
del nombre son inseparables.
Dios se complace con cualquier nombre que usted le dé, tal como
sucede con un pequeño bebé, que viene a una gran familia. Ese niño
podrá ser llamado de diez maneras diferentes. Mamá lo llamará de un
modo, papá de otro, la hermana usará un tercer nombre cariñoso. A
Dios no le importa cómo lo llamemos, más bien, el sentimiento con el
cual lo llamamos. Él está interesado en nuestro corazón, no en nuestra
cabeza. A causa de nuestras limitaciones, le asignamos distintos nombres
y vemos variadas formas. En su grandeza, El nos permite hacerlo.
En verdad puede llamar a Dios: “Ella”. Un sabio dice: “vos sois
Aquel.” Probablemente, porque los hombres empezaron a interpretarlo
así, pensaron en Dios como “Él”. Algunos piensan en Dios como “Ella”.
¿Por qué pensar en Dios solamente como “Padre”? El bien puede ser
“Hermano”, “Hermana”, “Amigo” o “Amado”. En realidad, Dios es

221
todo esto y más. Elija una relación particular para su adoración personal
de Dios. Si ama más a su padre, por supuesto que puede llamar a Dios,
su Padre amado. Si usted tiene temor de su padre y ama a su madre,
entonces, puede pensar en Dios como una hermosa Madre. Acérquese
a El en la forma que guste. Él no lo rechazará.
Los seres humanos pueden imaginarse a Dios como una forma super-
humana con seis cabezas y doce brazos. Usted ve eso en el hinduismo.
Para la mente es natural pensar así.
Si un búfalo quisiera acercarse a Dios, con seguridad no esperaría
verlo como un hombre, pues los hombres no tratan bien a los búfalos.
Probablemente, pensaría en Dios como un gran búfalo con cuatro
cuernos y dos colas.
Según las enseñanzas vedas, todos los individuos, hombres y mujeres,
son esposas y Dios es el único esposo. Todos estamos cortejándolo.
Nosotros somos lo femenino, solamente El es el masculino. Dios es
como una fuerza estática que se expresa mediante la actividad. Toda
la creación es una manifestación de esa fuerza estática. Ésta es la
naturaleza o la Madre. Tan sólo la Madre puede concebir y dar a luz,
no el Padre. El universo entero es la Madre. En la mitología hindú,
las Diosas son siempre glorificadas, antes que sus consortes, porque la
fuerza estática, sin el poder, es inútil. Hay personas, en la India, que
adoran a Siva como el Todopoderoso. Pero si usted va a Bengala, verá
que adoran a la diosa Shakti como la predominante o Todopoderosa.
Quizás usted haya visto cuadros de Shakti danzando sobre el pecho de
Siva, quien está tendido como un cadáver. ¿Comprende lo que quieren
decir? Siva es un cadáver sin Shakti: un Dios sin poder no es Dios.
No se confunda, Shakti no puede danzar sin Siva. No son diferentes
dioses, sino diferentes aspectos del mismo Dios. Siva se está expresando
o dándose a conocer como Shakti. Un diamante sin una superficie
reluciente, resplandeciente y brillante es sólo una piedra. Sin la luz, la
piedra no es una gema preciosa. Pero sin la piedra, no hay resplandor.
Son inseparables. Una parte es visible como consecuencia de la otra.
Siva no puede expresarse sin Shakti y ésta no puede danzar sin Siva.
Es como una dínamo; sin movimiento es inútil e inofensiva, porque
no está produciendo corriente. Se halla inmóvil. Pero en el momento
en que empieza a moverse, inmediatamente usted pone una cerca
alrededor y un aviso: “peligro, 30.000 voltios. Guarde su distancia.”

222
¿De qué sirve una dínamo inmóvil? Necesitamos la corriente, es decir,
a Shakti.
Si alguna vez mira un dibujo de Vishnú, conocido también como
Narayana, siempre verá a su amada Lakshmi morando en su corazón.
Éstos solamente son símbolos que demuestran que, sin manifestación,
el Señor no puede ser entendido ni comprendido. La manifestación
el poder es la parte divina. Dios es omnipresente, pero si El no se
manifiesta a todas estas cosas del mundo, la vida no tiene atractivo y
no existe manera de comprender a Dios.
Es fácil hablar de iluminación, pero sólo oír o leer acerca de la verdad
no es suficiente. Usted no paga por leer el menú. ¿Alguna cosa es
buena si usted no la ha probado? La unidad ha de experimentarse en el
completo silencio de la mente: no puede alcanzarse la comprensión de
Dios únicamente por la mente. Si experimenta la unidad, cuando trata
de describirla, ha de utilizar la mente limitada para aproximarse a lo que
sucede más allá de ella.
Por eso, los budistas ni siquiera hablan de Dios. Buda mismo era hijo
de padres hindúes. Estaba al tanto de las calamidades y del caos de las
religiones. Había cientos de sectas que se decapitaban unas a otras en
nombre de Dios. Por lo tanto, dijo: “no, no añadiré nada más. Déjenme
terminar con estos absurdos. ¿Por qué hablar de ello? Dejen que la gente
lo experimente.”
Al final de sus días, Buda observó que Ananda, uno de sus más
antiguos devotos, permanecía cerca, un poco triste. Por ese motivo lo
interrogó: “Ananda, ¿estás triste porque voy a dejar este cuerpo?”
-No, señor. Pero tengo una pregunta todavía sin respuesta, que me
entristece.
-Dime.
-Señor, nunca has dicho nada de Dios. ¿Significa eso que niegas a
Dios?
-Ananda, ¿alguna vez negué a Dios?
-No, señor. En tal caso, ¿se puede decir que aceptas a Dios?
-Ananda, ¿alguna vez acepté a Dios?
Él no negaba ni aceptaba. ¿Qué quiere decir eso? No quería hablar
de lo que no puede describirse bien. El día en que el hombre empezó a
hablar de Dios, comenzaron toda clase de enfrentamientos religiosos.
Dios hizo al hombre a su imagen, pero los hombres, con diferentes

223
egos, no están de acuerdo cuando crean la imagen de Dios. Por eso,
cada uno tiene su propio Dios y pelea con otros por El. Es mejor no
hablar, sino solamente que usted comprenda a Dios.
Como ve, usted se eleva por encima de todas sus primeras imágenes
respecto de Dios, y se convierte en uno con Dios. Hasta que suceda
eso, crea que hay algo más allá, que usted trata de alcanzar. Usted
crecerá. Para saber qué es, siga el camino. Como Buda no hablaba de la
experiencia, sus devotos le preguntaban:
-Entonces, ¿qué quieres que hagamos?
-Vayan, practíquenlas. Hagan estas cosas. Ustedes saben que hay
dolor en el mundo. Si quieren salir de ese estado descubran la causa
de la miseria. Para superar el sufrimiento, erradiquen todos sus deseos
personales. Libérense. Libérense de todas las identificaciones erróneas.
Desnúdense, de modo que nada los ate. Nirvana es desnudez. El
alma ha de estar desnuda. La mente ha de estar limpia de todas las
identificaciones y asociaciones, imperturbable.
-Cuando hayamos hecho eso, ¿qué pasará?
-No necesito decirlo.
Si lo desea, puede ponerse en las manos de Dios a través de su propia
inteligencia. Con ese fin se le ha dado libre albedrío. Su deber principal
como ser humano consiste en reconocer esa fuerza espiritual que
funciona internamente.
Si renuncia a todo deseo personal, la mente ya no se agitará más y
podrá comprender el Yo interno. Dar a otros sin esperar recompensa
es la clave. Esa es la esencia de toda religión. Es la esencia del yoga.
Cuando usted hace eso, las cosas vienen a usted por sí mismas. Quizá
no en un primer momento cuando se lo está probando. Hasta puede
que empobrezca por algún tiempo. Si la mente es pura, usted dirá:
“no importa, doy lo que tengo. Nadie me fuerza. No estoy buscando
recompensa.”
Cuando la Consciencia Cósmica esté satisfecha de que usted sea un
gran canal, enviará más y más. Comprenderá la naturaleza de Dios.
El Omnipresente, el Todo Misericordioso obrará a través de usted y
comprenderá que Dios está en su interior. Al poseer tal comprensión,
verá a Dios en todo y en todas partes. Verá que la creación total es una
manifestación de Dios. Aprenderá a amar a toda la humanidad, a la
naturaleza, los animales y las plantas. Entonces, su servicio a Dios será

224
servir a la humanidad, servir a todo el mundo. No tendrá que hacer
nada. Con sólo ser usted mismo, estará amando y sirviendo a Dios.
La manera más fácil de empezar es relacionarse con las personas que
hacen esto. A su tiempo, esto lo conducirá a diferentes prácticas. Su
meditación revelará al Dios interno; usted saldrá y servirá. La persona
que practica meditación y otras disciplinas se parece al peluquero que
afila constantemente su navaja para afeitar, lo cual es un servicio en el
mundo. Si solamente sirve, su navaja perderá su filo. Cada vez que su
servicio pierda su filo, vaya al interior y afile la navaja de su consciencia;
después, regrese y sirva un poco más. Quizás algún día inventen algo
que mantenga la navaja afilada, mientras afeita. Ese es el camino de los
realizados que ven a Dios constantemente, mientras viven en el mundo,
sirviendo a todos.

225
Capitulo 43

La verdad es una, los senderos muchos


Existe una Esencia Cósmica, omnipresente, omnisciente, omnipotente.
Como tal, no tiene ni nombre ni forma limitada, pero puede asumir
cualquiera. Ésta es la causa de las muchas cosas que llamamos creación
o manifestación. Por lo tanto, todos los seres son, esencialmente, puros,
tranquilos y divinos.
Al comunicarse con Él o entender esto, podemos tener mejor
comprensión, mejor vida y mayores capacidades. Podemos llamarlo
Dios Unico, Brahman, Adonaí, Alá, Padre, Madre, La Cosa en Sí,
Consciencia Cósmica. Uno puede acercarse a Él mediante cualquier
forma o símbolo que se adapte al gusto del individuo.
Pero no podemos comunicarnos con Él o comprenderlo si carecemos
del instrumento idóneo, es decir, de una mente limpia. Sin un cuerpo
saludable, es casi imposible mantener una mente tranquila, por lo
menos, al principio. Por naturaleza, la mente y el cuerpo son felices
y saludables, sosegados y tranquilos. Es nuestro deber mantener esta
tranquilidad y paz. Podemos lograrlo, al asegurarnos que todas nuestras
acciones físicas y mentales, sean perfectas y no causen perturbación en
la mente.
Las diferentes religiones, sea directa o indirectamente, nos ayudan a
lograr esta paz y tranquilidad. Si el individuo no encuentra primero esta
calma, no puede comprender el mundo. Hemos de resolvernos a llevar
una vida tranquila y sosegada, dedicándola al bienestar del mundo.
Piense en una cumbre a la que puede acceder por diferentes rutas. Un
hombre comienza a escalar por el lado oriental, el otro, por el occidental.
Mientras escalan, no se ven el uno al otro. Pero si ambos tienen un
transmisor portátil, pueden comunicarse: “hola. ¿A dónde vas?”
-Voy a la cumbre.
-Yo también voy a la cumbre, pero este es realmente el camino.
-No seas necio. Ven por este lado. Sígueme.

226
-No. Este es el único camino hacia la cumbre.
En cierto sentido, ambos están en lo cierto. Pero, salvo que uno de
ellos alcance su meta, no podrá entender que el otro también va rumbo
a la cumbre. Al llegar a la cima, verá al otro también escalando. “Oh,
ahora veo. Ambos senderos vienen a dar al mismo lugar. Yo le gritaba a
usted y creía que estaba errado. Por eso le proponía que se pasara a mi
camino. Gracias a Dios que no me creyó ni descendió hasta el fondo,
ni dio vueltas y comenzó a escalar nuevamente. Habría perdido mucho
mas tiempo.”
Si usted sabe que ambos caminos, al fin, van al mismo sitio, fácilmente
puede admitir: “tu también tienes razón. Nos veremos allá. Continúa tu
sendero: yo seguiré por el mío.” Mas, para saber eso, o cree lo que otros
le han dicho o usted mismo asciende a la cumbre. Mientras tanto, no
distraiga al prójimo.
Eso es universalidad. Mientras usted busque a Dios, acérquese a Él.
Es asunto solamente suyo. Usted es el viajero. Quizá tenga un maestro
que le ha mostrado el camino. No trate de enseñarle a los demás,
mientras usted no haya alcanzado su meta. Puede enseñar después que
haya alcanzado a Dios. Entonces, con seguridad, no perturbará la fe de
la otra persona. De otra manera, es como si un ciego guiara a otro ciego.
Dos ríos no son exactamente iguales en cuanto a su cualidad. Tienen
diferentes nombres, matices y sabores, pero todos corren hacia el mismo
destino. Cuando llegan al océano, ¿puede usted distinguir el Ganges del
Missouri, el Éufrates del Hudson? Pierden su individualidad porque
han llegado a ser uno.
Cualquiera sea el sendero que elija -según su temperamento y gusto-
permanezca en él con firmeza. Aunque uno puede acercarse a Dios
mediante cualquier forma o nombre, si usted está cambiando de idea
respecto de Dios, no progresará en absoluto. Con el tiempo, su mente
aceptará la idea que usted haya elegido. Finalmente, la mente misma
asumirá la forma o las cualidades de quien usted adora o en quien
medita. Por último el adorador obtiene las cualidades del objeto de su
adoración. Mas si cambia constantemente, la mente no obtendrá esas
buenas cualidades. Usted, no puede viajar por diez caminos a la vez,
aunque ellos conduzcan a Roma.
Lo mismo sucede con el mantra personal. Si un maestro le da un
mantra, debe saber que es solamente para usted: ni siquiera piense en

227
otros mantras. Repítalo y cántelo. Cuando usted medita en el suyo, es
como la muchacha que atrapa a un joven y lo hace su esposo. Ella no
tratará a nadie más como a él. Trate a su elección de Dios como a lo
más amado.
Hasta en la devoción podemos prostituirnos. Si tenemos una forma
de adoración ahora, otra mañana y otra al tercer día, no llegaremos
a ninguna parte. Es como estar excavando un pozo en cien lugares
diferentes. En ninguna parte encontraremos agua. Miles de personas
podrán caminar por el camino, cada una con su propio método. Todos
pueden tener razón, pero debemos afirmamos en una sola senda.
Al mismo tiempo, una persona verdaderamente religiosa, nunca
condenará el camino de otro. Si desea conocer a Dios, elévese por
encima de ese nivel. Un ladrón conoce a otro ladrón. Un santo conoce
a otro santo. Si usted menosprecia a alguien, usted se está limitando. A
veces, las personas son fanáticas. Los convertidos o prosélitos religiosos,
con frecuencia, son peores que los otros. Se entusiasman tanto al
principio, que no comprenden que también otros van hacia la cumbre
por otros senderos. Todos somos hijos e hijas de Dios. Todos son
elegidos. Pero aun en las prácticas espirituales, la comida de un hombre
puede ser veneno para otro.
Sea devoto de la religión de la cual procede. Se parece a una madre.
Tenga solamente una madre. No puedo tener más que una. Es muy
amada para mi. Mas si por el amor que le tengo yo dijera: “la única
mujer casta es mi madre”, usted me odiaría. Usted ama a su madre,
como yo a la mía.
Cualquier religión que lucha contra otra, no es verdaderamente una
religión. Religión significa total aceptación; no enfrentamientos. Si
en alguna ocasión una persona se llama a sí misma religiosa y ruega el
camino o la religión de otro, tenga por cierto que esa persona todavía
no entiende su propia religión.
En esta era, no corresponde enseñar nada más que un tipo de
acercamiento. Ahora hemos de enseñar a la gente el método universal.
Muchas personas se sienten insatisfechas con su propia religión,
porque les presentan disciplinas, rituales y reglamentos, sin recibir
explicación alguna. Tal cosa no funciona hoy. Me alegra ver que la
actual generación pregunta acerca de todo. “¿Por qué he de hacerlo?
¿Cuál es el propósito que hay detrás?” En realidad, la mayoría de las

228
prácticas religiosas y rituales han perdido su significado. La gente los
cumple mecánicamente.
Los rituales son indicaciones prácticas o réplicas externas de lo que
debe suceder en su interior. Si lleva flores a la iglesia, es una forma de
demostrar su afecto a Dios. Si trae frutas, está ofreciendo los frutos
de sus acciones. En la India, traen dos plátanos, que simbolizan los
resultados de las malas y las buenas acciones. “Dios, no quiero nada. Te
ofrezco todo.” A veces, hay una cortina o un telón ante el altar. Cuando
se abre, usted está en presencia de Dios, ha trascendido su ego personal,
que era un velo ante usted.
Los rituales en sí mismos no producirán paz o comunión. El propósito
de todas esas ceremonias consiste en remover las perturbaciones que
esconden la verdad, para que usted pueda comprender. Si entiende
apropiadamente los ritos religiosos, ellos lo pueden ayudar. Pero también
pueden esclavizarlo, si los practica sin comprender su significado. Por
eso, muchas personas los descartan. ¿Por qué encender una vela en un
altar o cumplir con el Sabbath? ¿Dios está ciego? ¿No puede ver sin luz?
Esa luz es el símbolo de la luz espiritual que ha encendido dentro de
usted, al venir ante su presencia. Nunca debe permitirse que se apague
la luz de la verdad. Esa es la luz eterna.
Si se acerca a esa luz eterna, usted también se encenderá: el ego se
quema y usted se ilumina. Desaparece su individualidad, se convierte en
uno con el todo. Nunca se separa de Dios. Éste es el significado secreto
de todos los símbolos y ritos. La mente no puede comprender nada
sin símbolos. De modo que los ritos y las escrituras son como escaleras
para ascender. En cierta ocasión, un gran sabio dijo: “hay dos clases de
personas que no necesitan las escrituras o los dogmas. El primero es el
tonto, el segundo es el perfecto.” El tonto no sabe leer ni le importa su
ignorancia. Puede usar las escrituras como almohada. El perfecto ya
sabe todo y no necesita de un libro.
Cuando usted es perfecto, puede tirar el libro. Una vez que ha subido,
¿para qué aferrarse a las escaleras, rituales y cosas religiosas, que lo
llevaron allí? Pueden ser muy útiles para elevarlo, pero luego pueden
convertirse en ataduras. Algunas personas se sientan a adorar las
escaleras mismas: “oh, mi hermosa escalera, súbeme, por favor.” Hasta
las sagradas escrituras han sido tratadas de ese modo, con cubiertas de
oro y terciopelo, colocadas sobre un altar, se convierten en objeto de

229
adoración. He visto a muchas personas adorar de ese modo al Bhagavad
Gita. No saben nada de lo que contiene. Los libros sagrados y los
rituales han de ayudarlo a comprender el espíritu interno, a sentir la
unidad y la universalidad.
Siga su religión, pero trate de comprender el propósito verdadero de
todos sus ritos y tradiciones. Que los rituales lo ayuden a alcanzar su
meta, que es el propósito fundamental de todas las religiones. Ofrezca
su individualidad y reconozca su unidad espiritual con todos y con todo
el universo.

230
Capitulo 44

Consciencia cósmica
Todos los senderos conducen a casa. ¿Quién vive en medio de aquel
hogar? OM (pronúnciese: aum). Y, ¿quién vive en ambos lados? El, De
modo que, cuando usted piense en OM, usted está en casa. Por eso,
en los Sutras de Sri Patanjali, él dice que el nombre del ser Cósmico
es Om.
Realmente, tampoco es Om. Ése es sólo el nombre que le damos a
algo que se expresa. Más literalmente, es como un continuo “Hmmm”,
sonido de vida en todo el universo. Quizá lo pronuncie “aum”. Empieza
con “ah”. El principio de todos los sonidos audibles. No tiene que hacer
algo con la boca, la lengua o mover los labios, el “ah” sale solo.
Por eso, todos los idiomas empiezan con el sonido “ah”. Una vez
que ese primer sonido se ha hecho audible, lo llamamos creación.
Después debe sobrevivir, lo cual sucede con la siguiente parte: “uuh”
que sólo rueda hacia los labios y continúa hasta el final. Naturalmente,
todo lo que se produce ha de tener un final: “mmm”, destrucción o
conclusión. En síntesis, creación-ah; preservación- uuh: destrucción-
mmm. Reúnalos y será Om. De modo que, en Om, se ve todo, creación,
preservación y destrucción. Todos los sonidos que puedan producirse se
hallan en medio del sonido Om. Si usted pronuncia cualquier sonido y
lo analiza, puede condensarlo en estas tres partes.
Om es el principio. Om es el fin. La creación entera empieza y continúa
en Om: probablemente, un día, terminará en Om. Ésa es la palabra que
estaba en el principio y que está con Dios y que estará con Él. En la
Biblia se lo llama la Palabra. En las escrituras hindúes se lo menciona
como el sonido del Dios Absoluto. Todas las religiones parecen
reconocerlo. Algunos lo pronuncian como Amén, Omayn, Amín o,
sencillamente, Om o Hum. Cuando un dínamo estático comienza a
dar vueltas, lo primero que se oye es el zumbido. Así también, cuando
Dios el estático o no manifestado se pone en movimiento, primero

231
solamente zumba. Por eso, en el principio era la Palabra o este sonido.
Estuvo consciente de Sí mismo y quiso ver cosas expresadas. La primera
manifestación del Absoluto, omnipresente, omnisciente y omnipotente,
es el sonido, la más sutil de las manifestaciones.
Esto significa que aun antes del sonido hay un estado Absoluto en
el cual no hay sonido, ni luz, ni movimiento. Es imposible definirlo
porque es infinito y la capacidad de la mente es infinita. Se han
escrito muchos volúmenes acerca de Dios, en muchos idiomas, países
y creencias, pero todos hablan del mismo Único Cósmico que es
indefinible. Todo lo que podernos decir es que, Dios, primero se
expresó como sonidos y vibraciones.
Con ese sonido creó todo el universo. O podría decirse que Él creó
el universo entero como sonido. En este punto, la religión y la ciencia
están de acuerdo. Los científicos también han descubierto que todo
cuanto ven, aun lo que no pueden ver, sólo son vibraciones atómicas.
Más allá de los protones, neutrones y electrones parece haber una
consciencia que no se deja atrapar en nuestros tubos de ensayo. Aunque
los científicos no pueden señalarlo con toda precisión, sugieren que
quizá se trata de pura energía o sonido.
La forma sigue al sonido. El sonido mismo es una forma muy sutil,
que da lugar a formas más concretas visibles. Cuando las vibraciones
del sonido se hacen más concretas, el sonido se convierte en un punto,
y desde muchos puntos provienen las formas. Actualmente, se pueden
sacar fotografías de sonidos que muestran diferentes figuras geométricas.
Los científicos, también pueden enviar sonidos a una pequeña área de
arena esparcida sobre vidrio y ver el diseño que allí se forma, lo cual
demuestra que el sonido tiene forma.
Esa vibración atómica se halla en todo, ya sea que aparezca
moviéndose o inmóvil. La ciencia dice que todo está hecho del átomo.
Dios dice que todo viene de Adán. En sánscrito lo llaman “Atman”, lo
cual significa el verdadero Yo. ¿Ve cuán cerca estamos siempre? Todo
tiene consciencia, porque la energía vital de ese zumbido o primera
manifestación está provocando movimiento o corriente, dondequiera.
Ese movimiento es omnipresente en cada átomo. Por razón de esa
fuerza en el átomo, el neutrón atrae a los electrones y van girando
constantemente. Ésta es la atracción cósmica hacia el polo opuesto
o sexo opuesto, que es parte de la naturaleza. Es lo que produce

232
electricidad o corriente. Como el poder eléctrico, Dios baja a nosotros
del Absoluto mediante el sonido y, entonces, se forma hasta que nos
podamos beneficiar de Él.
Cada uno de nosotros es como un aparato conectado a su poder,
que Él ha limitado, para que podamos hacer uso. Existe este constante
efluvio de energía Cósmica o Consciencia Universal, que llamamos
Dios. Fluye multi-variadamente y, al hacerlo, forma diferentes ondas o
burbujas. Algunas de esas formas o burbujas somos nosotros.
Así como se forman las ondas cuando sopla el viento sobre el océano
o se forma el hielo cuando cambia la temperatura, nosotros también,
somos formados como pequeñas burbujas. Estamos aquí ahora, pero
no sabemos cuándo partiremos de estas pequeñas formas individuales.
Una burbuja en una onda del océano puede durar unos segundos,
mientras que nosotros tenemos un lapso de vida de setenta a cien años.
Él es una burbuja llamada fulano de tal. Yo soy la burbuja que ahora
llaman swami. La burbuja mantiene su forma porque el aire interior
y el exterior mantienen la misma presión. Cuando uno aumenta o
disminuye, la burbuja se rompe. Lo mismo nos sucederá. Esa es la ley
de la naturaleza.
Todos somos diferentes formas de la misma materia. Mediante el
yoga, usted puede experimentarlo: no se limite a leer y mover la cabeza
afirmativamente. Cuando lo lleve a cabo en persona, usted mismo
vendrá a ser esta verdad básica. Puede hacerlo mientras es una burbuja
separada o individual, pero después no pensará de usted mismo como
individuo. Habrá sido absorbido por el Todo. Si quiere conocer a Dios
ciento por ciento, en su forma verdadera, conviértase en Eso. Si una
gota quiere conocer la profundidad del océano, ha de convertirse en
océano. Lentamente, el gozo de su meditación se disolverá en algo
universal. Luego, cuando usted regrese a su yo individual, ¿qué podrá
decir? No hay palabras para expresarlo.
En sentido absoluto, lo real consiste en lo siempre permanente. Lo
irreal es lo que cambia. Usando el agua para representar esa esencia,
puede decir que las olas, el rocío, las burbujas y el hielo, son irreales:
solamente el agua misma es real. Eso no quiere decir que usted deba
pelear con alguien que insiste en que es nada más que una ola. Por
supuesto que lo es, mientras tiene esa forma: sin embargo, su visión
debe ser más amplia o doble. Quizá la otra persona tenga una visión

233
sencilla. Cuando las personas se enredan en los nombres y formas se
acarrean problemas.
El nombre y la forma son diferencias superficiales. Muy por encima
del nombre y la forma está la existencia absoluta, la consciencia y
la bienaventuranza. Todo posee estos cinco aspectos: existencia,
conocimiento, gozo, nombre y forma. Mire esta hoja de papel, por
ejemplo. Su esencia es pulpa. Ahora se está expresando como papel, que
fue cortado en forma de hoja para imprimir en ella, para que usted la
disfrute. El mundo entero sólo es nombre y forma. Pero no debe olvidar
que el nombre y la forma sirven únicamente para divertirse, como quien
juega a el escondite. Si olvida eso y se enreda en los nombres y las
formas, sufrirá por su ignorancia.
Un tablero de ajedrez está hecho de madera, al igual que las demás
piezas, que han sido cortadas en diferentes formas para llevar a cabo el
juego. Llámelos peones, reyes, reinas, torres, caballos, o alfiles y déles
diferentes nombres y formas, para desarrollar el juego. Están hechos de
la misma madera. También nosotros somos astillas del mismo tronco.
En cierta ocasión, Dios contó este relato: que terrible sueño he tenido.
Pensé que estaba haciendo algo diferente. Soñé que tenía tanta hambre
que fui forzado a comer un perro muerto. En mi necesidad, clamé a
Dios: “señor, ¿cómo puedes forzarme a hacer esto?” De pronto desperté
y me di cuenta de que yo era—yo soy—Dios.
A veces, un sueño es tan intenso, que el cuerpo físico toma parte.
Usted toma la punta de la almohada y empieza a morderla. Alguien le
habla. “Estás teniendo un banquete. Te estás comiendo la almohada.”
La única forma de evitar que se coma la almohada es despertarlo.
Alguien debe despabilarlo, sacudirlo. Algo similar sucede en nuestras
vidas. Algunos se hallan en un sueño profundo y no saben lo que están
haciendo. La mayoría sueña que hay oscuridad y sus ojos están cerrados.
Otras personas sueñan despiertos. La gente sueña y olvida su verdadera
naturaleza. En su sueño, piensan: “esta es mi casa, mi tierra, mi fábrica,
mi hijo”, todos los míos. En eso consiste el sueño, en olvidar nuestra
verdadera naturaleza y, en su lugar, identificarnos con tantas otras cosas.
Los sueños placenteros y los horribles son como trucos, alucinaciones
mentales. ¿Cómo podemos despertar a los soñadores? ¿Con palabras
agradables y suaves? Solamente dormirán más. Déles un golpecito.
Pero, ¿quién puede despertar a los dormidos? El que ya está despierto.

234
Los iluminados nos despiertan. Una vez despiertos, decimos: “no tenía
hambre. No estuve triste. No era este cuerpo. No es mío.” No somos el
cuerpo o la mente. Ni siquiera somos el alma, que es un reflejo del Yo.
Usted es el Yo. El Yo nunca sufre cambio. Siempre está puro y
tranquilo. Sencillamente es, aquí y ahora. No necesita religión alguna.
¿A qué tiene que regresar? ¿Necesita el Yo comprender su Yo? ¿Cuándo
se olvidó Dios de sí mismo? El es omnipresente. El yo no quiere
encontrar su Yo, porque nunca lo perdió.
Al producirse la realización, desaparece el ego. Allí es cuando la
sombra comprende que es una sombra. El alma, que es un reflejo del
Yo, quiere practicar todas estas religiones para encontrar el origen de
la mente, con el fin de descubrir la respuesta a la pregunta: “¿quién soy
yo?” Pero cuando encuentra la respuesta, el “yo” no está allí. Eso es
maya, el que nunca existe. ¿Quién es maya? Usted ve los rastros del pato
en el cielo: todo es sonido. Mi madre es estéril. Mi madre no tiene hijo.
Esta es la descripción de maya, algo que no está allí, pero parece que sí
está. A eso llamamos ego.
Sin embargo, abajo, en nuestro nivel, todas estas apariencias parecen
verdaderas. ¿De qué sirve este conocimiento teórico? Por lo menos,
debemos conocerlo. Póngalo en sus bolsillos y guárdelo. Un día servirá
de mucho.
¿Por qué creó Dios este mundo material y nos puso en este juego? El
único que puede dar respuesta total a esta pregunta es aquél que hizo
todo. Mas cuando usted lo vea, probablemente dirá: “he sido mezquino
al preguntarte esto y aquello, pero ahora que te veo, no tengo nada para
preguntar.” Sencillamente, busque dónde está El y pregúntele, si puede.

235
Epilogo

Vino viejo – odre nuevo


Le he presentado algunas sugerencias. Adopte lo que sea conveniente
a su vida. Sepa que no estoy simplemente citando libros o repitiendo
ideas pre-grabadas. Lo que aquí presento, procede de mi corazón, de mi
propia vida. Le he dicho cuanto siento. Quiero que disfrute de lo que yo
disfruto. Si algo no puedo hacer, no le pediré que lo haga. Pero de esto sí
estoy seguro: usted puede ser siempre feliz, saludable y bienaventurado.
No hay duda de ello. Nada podrá perturbar su paz, si guarda algunas
de estas enseñanzas y no trata de buscar atajos. No espere milagros. El
único camino corto es remodelar su vida.
Aléjese de todo lo que lo perturbe. La práctica del yoga tiene que ver
con la mente. Es la mente la que crea todos sus problemas. Usted puede
entrenarla y usarla para sus más elevados propósitos. Para eso le fue
dada. Y lo puede lograr mediante la práctica del yoga dondequiera. Al
fin, usted encontrará esa paz dondequiera. No tiene que hablar de ella,
practiquela, vívala. El verdadero Sat-Chid-Ananda existe dentro de
cada ser humano. La meta es comprender ese Yo, lograr esa paz, gozo
y amor, comprender aquel todo-luz, diferentes nombres de una misma
experiencia. Le he dado todo lo que usted necesita para una vida feliz,
saludable, armoniosa y de éxito, que lo llevará a la liberación final. A
usted le corresponde tomar las herramientas que le he proporcionado y
darles buen uso.
Todo lo que le he enseñado es para que aprenda a ser desinteresado.
Su vida puede ser un hermoso fruto que disfrute la humanidad entera.
Puede retener al Dios que ya se halla en usted, en la forma de paz y
gozo. Y cuando resplandezca con la paz, mostrará esa luz no sólo a
usted mismo sino a otras personas también. Deje que la gente vea algo
hermoso en usted, algo que sea genuino. Deje que Dios nazca en usted.
Esa es mi oración. Que principie en usted y se difunda a su comunidad,
a su país y, finalmente, al mundo entero.

236
Si, tal vez lo he ofendido con mis palabras le ruego encarecidamente
que me perdone. Todavía soy humano. Quizá demasiado ansioso por
llegar hasta usted. El yoga es realmente el mismo vino viejo, pero en
diferente odre. Nadie puede decir nada nuevo acerca de la verdad eterna
e inmutable. Mas la mente cambia en cada época, por lo que debemos
presentar la antigua sabiduría, de modo que satisfaga a esta era.
Yo, realmente, percibo que estamos entrando en una gran era
espiritual. Veo un despertar. Tengo fe grande en la gente, en ustedes,
quienes son la nueva esperanza. El mundo va a ser un cielo, no hay
duda. Todavía habrá algunas pocas personas indeseables: de otra
manera, seria aburrido, pero la mayoría serán yoguis. Tengo completa
confianza en ello.
Que Dios, quien es la verdad, la paz y el gozo, quien es todo virtud
dentro de nosotros y dondequiera, nos bendiga con el entendimiento,
para reunirnos, vivir juntos y hacer de este mundo un hermoso cielo.
Que todos tengan perfecta paz, prosperidad y bienaventuranza.

237
Indice

Prefacio por el Swami Satchidananda.................................................. v


Introducción...................................................................................... vii

Primera parte: Conozca al conocedor

1 Su verdadero Yo........................................................................ 17
2 La busqueda de la felicidad....................................................... 20
3 ¿Que es el mal?......................................................................... 24
4 Usted vino solo y unicamente para crecer................................. 27
5 Paz mental................................................................................ 31
6 Fruto prohibido........................................................................ 35
7 El yo que va desapareciendo..................................................... 40
8 Sabiduria................................................................................... 45
9 ¿Quien es el Guru?................................................................... 48

Secunda parte: Para calmar la mente

10 Cómo calmar la mente.............................................................. 55


11 Conciencia................................................................................ 58
12 Apéguese a una cosa................................................................. 62
13 Mantras.................................................................................... 68
14 El granjero al que le gustaba su búfalo...................................... 74
15 ¿Quien soy?............................................................................... 78
16 Cómo meditar.......................................................................... 83
17 Yoga tantrico............................................................................. 90

Tercero parte: El cuerpo humano es un templo

18 Hatha yoga............................................................................... 95
19 El aliento de vida.................................................................... 100
20 Cómo dejar de fumar.............................................................. 105

238
21 El alimento influye sobre al mente......................................... 109
22 Cómo comer........................................................................... 114
23 Ayuno..................................................................................... 122
24 Sánese a usted mismo............................................................. 126
25 Autodominio.......................................................................... 130
26 Bastones.................................................................................. 134

Cuarta parte: El gozo supremo

27 El carnicero y el yogui............................................................. 143


28 Yoga de negocios..................................................................... 147
29 El arte de dar.......................................................................... 151
30 El arte de recibir..................................................................... 157
31 Vivir en el presente................................................................. 162
32 La felicidad suprema............................................................... 166
33 Matrimonio en el sendero....................................................... 170
34 Sexualidad............................................................................... 175
35 Relaciones entre padres y hijos............................................... 181
36 Renunciación.......................................................................... 188

Quinta parte: Regreso a la fuente

37 Vida y muerta......................................................................... 197


38 Oración................................................................................... 202
39 Si se afina, produce música..................................................... 207
40 El hombre que odiaba a Dios................................................. 211
41 La hormiga en la montaña de azucar...................................... 216
42 Lo que llamamos santo........................................................... 221
43 La verdad es una, los senderos muchos................................... 226
44 Conciencia cósmica................................................................ 231

Epilogo: Vino viejo, botella nueva................................................... 236

239
Sobre Sri Swami Satchidananda
Sri Swami Satchidananda es uno de los maestros del Yoga mas venerados
de nuestros tiempos. Sus enseñanzas y espíritu nos guían hacia una vida en
la cual la paz y armonía prevalecen entre todos los seres. En 1969, abrió
el famoso Festival de Woodstock y se dio a conocer a toda una generación
como el “Guru de Woodstock”. El ambiente de paz que prevaleció durante
todo el festival ha sido atribuido al mensaje y bendiciones de este maestro.
Swami Satchidananda fue el fundador y la luz de guía del Integral
Yoga® International. Integral Yoga combina varios métodos de Yoga, los
cuales incluyen el Hatha Yoga, el servicio desinteresado o Karma Yoga,
la meditación, el rezo, y una filosofía de mas de 5000 años de antigüedad
la cual ayuda a uno a encontrar la paz y la felicidad que se encuentran en
nuestro interior. Integral Yoga fue el fundamento para el destacado trabajo
del Dr. Dean Ornish para revertir las enfermedades de corazón, el notable
Commonweal Cancer Help Program del Dr. Michael Lerner, el trabajo
de Sonia Sumar Yoga for the Special Child, y el Accessible Yoga del Rev.
Jivana Heyman, entre otros.
Hoy, hay centros de Integral Yoga y profesores certificados en seis
continentes los cuales ofrecen clases, talleres, retiros, y programas de
formación de profesores que incluyen todos los aspectos de Integral Yoga.
En 1979, Swami Satchidananda fue inspirado para establecer el
Satchidananda Ashram–Yogaville®, un gran centro espiritual en Virginia.
Yogaville ofrece programas de Yoga y su núcleo es el Light Of Truth
Universal Shrine (LOTUS), un santuario interreligioso único dedicado a la
luz de todas las fes y a la paz mundial.
Swami Satchidananda es autor de muchos libros, los cuales incluyen
Integral Yoga Hatha, The Living Gita, The Yoga Sutras of Patanjali, y
The Golden Present. Es el sujeto de tres biografias, Swami Satchidananda:
Apostle of Peace, Portrait of a Modern Sage, y Boundless Giving. Tambien
es el protagonista del documental, Living Yoga.
En Agosto del 2002, Swami Satchidananda entro en Mahasamadhi
( la salida consciente por ultima vez del cuerpo físico de un alma que ha
realizado la Divinidad suprema).
Para mas información: www.IntegralYoga.org
www.SwamiSatchidananda.org

240
“Por naturaleza, la mente y el cuerpo son
felices y saludables, sosegados y tranquilos.”
—Sri Swami Satchidananda

Sri Swami Satchidananda se cuenta entre los primeros maestros de Yoga


en traer la tradición de Yoga clásica a occidente. Fundó la organización
global de Yoga Integral®, Satchidananda Ashram–Yogaville® y el Santuario
Universal de la Luz de la Verdad. Entre muchos libros, se le acreditan:
Integral Hatha Yoga, Los Yoga Sutras de Patánjali, El Presente es Oro, El Aliento
de Vida. Su obra y enseñanza está documentada en el film, Viviendo el Yoga.
Para obtener más información, visite: swamisatchidananda.org.

Buckingham, Virginia, USA


www.integralyoga.org

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