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1 COMUNICACION E INFORMACION

1.1. SOCIABILIDAD HUMANA Y COMUNICACION.

Entender la comunicación como derecho humano, y concretamente la información - que es


un importante aspecto de la comunicación -, obliga no sólo a estudiar su tratamiento
jurídico como facultad fundamental, sino también a vislumbrar su verdadero rango de
importancia.

Tal importancia deriva de su ámbito: el territorio del hombre, de la sociedad, y del hombre
en sociedad, entendido como lo expone el profesor Jorge Xifra 1 al afirmar que la esencia
sociable de la naturaleza humana responde a una doble base ontológica y una razón
metafísica. Y así lo explica:

...obedece, primero, a su radical insuficiencia y también, a la alteridad fundamental de


algunos de sus actos. Ambas características se proyectan hacia la comunicación social
[puesto que] el hombre solo, se encuentra más indefenso y más necesitado de ayuda
que ningún otro ser creado... ...la naturaleza humana se expresa en forma libre y
creadora pero limitadamente; esta limitación es fruto de la insuficiencia del hombre que
lo inclina hacia la comunicación con los demás, hacia una constante interacción, un
cotidiano diálogo y un permanente trueque de servicios...
...pero ello no es la única base ontológica de su sociabilidad. A la naturaleza del hombre
pertenecen, además, determinados actos que intencionalmente hallan su razón de ser
en la comunicación humana (amor, amistad, idioma, etc.) y que ponen al descubierto
la apertura del hombre hacia sus semejantes. Se impone la consideración del hombre
como ser referido a, y en el objetivo de esta referencia, deben incluirse los demás
hombres... El hombre no se presenta definido ni acabado antes de comunicarse con los
demás...

-Dos pues, son los ámbitos de la comunicación: el individual y el comunitario, porque


permite la afirmación del individuo frente a la comunidad y de ésta frente al individuo-.
Continúa el autor:

... Además de esta doble base ontológica, la esencia sociable del hombre tiene
una raíz metafísica, consistente en la necesidad de comunicación y de
cooperación de los seres humanos para la realización de su fin trascendente. El
hombre como ser contingente, no está logrado; lucha no sólo por ser, pues ya
es y existe, sino por ser más, por llegar a ser totalmente; tiende al
perfeccionamiento dentro de los límites de su propia esencia.

Con lo anterior, concluye diciendo que "...en la comunicación social, el fin perseguido es el
perfeccionamiento del género humano a través de la difusión de mensajes que elevan el

1
XIFRA HERAS, Jorge. La información. Análisis de una libertad frustrada.
Barcelona: Hispano-Europea, 1972. p.p. 11-17
2

nivel cultural de los hombres, capacitándolos para una participación efectiva en la


sociedad"2 .

-No se trata entonces de comunicar por comunicar, sino que la comunicación cumple una
función humanizante y socializante: en lo individual y en lo colectivo, sin la cual pierde su
esencia y sentido. Por eso, debe teñir de humanidad tanto su forma de difusión social
como los canales que la vehiculan.

1.1.1. La comunicación social y la sociedad de masas. Fundamentalmente, los elementos


de la comunicación social son el emisor, el receptor, el mensaje que encierra un
significado, el medio o canal que conduce el mensaje, y una relativa comunidad cultural
entre el emisor y el receptor. Con estas bases, la comunicación se produce a través de una
sucesión de actos coordinados entre sí, llamados en conjunto proceso comunicacional.

En el mundo de la comunicación humana, Xifra distingue una pluralidad de formas según la


calidad de los sujetos emisor y receptor, estableciendo diferencias entre comunicaciones
directas e indirectas y, dentro de éstas últimas, las múltiples, las colectivas y las masivas. 3

El tipo de comunicación relacionado con nuestro estudio es la comunicación indirecta de


masas.

Los medios masivos (mass media) son sus instrumentos técnicos en el proceso de
masificación de la sociedad de consumo, y es un tipo especial de comunicación porque
involucra ciertas condiciones operacionales distintivas radicadas en la naturaleza del
auditorio, del comunicador, y la experiencia comunicacional.

Tales condiciones distintivas del proceso comunicacional indirecto de masas, las establece
el tratadista López Forero4 :

- El emisor: es organizado, costoso, y en manos de una elite; quienes tienen el poder


económico son quienes pueden manejar y utilizar estos medios, pues el comunicador
trabaja a través de una compleja organización y de una gran división del trabajo.
-El mensaje: es público, rápido y transitorio. No está dirigido a nadie en particular, sino
que está abierto a grandes auditorios en un tiempo breve, a tono con el ritmo de vida del
hombre moderno y para su consumo inmediato, de modo que las noticias de ayer están hoy
desactualizadas. Por esto se ha dicho que es un instrumento de impacto social.
-El receptor: es grande, anónimo y heterogéneo, sin que llegue a establecerse una relación
interpersonal entre el emisor y el grupo receptor o entre los mismos miembros del auditorio.

-En cuanto al canal, los medios de comunicación social adquirieron el carácter de masivos
a lo largo del siglo XX como resultado de los avances de la ciencia y la técnica y como el
producto de una serie de revoluciones que tuvieron lugar en los siglos anteriores: la
revolución científica iniciada por Descartes, la revolución social y cultural del siglo XVIII con
la revolución Francesa y, la revolución técnica e industrial que generó el fenómeno de la
industrialización de la producción.

El objetivo principal de los medios de comunicación masiva es la difusión de la información


cotidiana. El adjetivo 'cotidiano' supone dos notas esenciales: actualidad y periodicidad, y
se refiere al cúmulo de hechos que se suceden ininterrumpidamente. Por esto, las
características comunes a todos los medios masivos son la actualización del

2
Ibid., p. 14
3
Ibid., p.p. 14-16
4
LOPEZ FORERO,Luis. Introducción a los medios de comunicación. Bogotá, USTA, 1987
p.p. 81-113
3

acontecimiento, la fugacidad y superficialidad de los mensajes, la insistencia y la


continuidad en la acción, lo cual constituye el factor fundamental de su influencia, y la
vulgarización del lenguaje utilizado para responder a una colectividad amplia e
indeterminada.
(Es cierto que existen otros medios de amplia difusión como el libro, el disco, los videos,
pero ellos no reclaman con la misma intensidad, la nota de actualidad periodística.)

Llevada la industrialización a las comunicaciones, entendemos también que, justamente


ésa producción industrial fue la que transformó las condiciones de existencia de las
sociedades -al modificar su sistema de vida y sus formas y canales de comunicación -,
propiciando así el surgimiento de la sociedad de masas entendida como un fenómeno
sociológico e histórico inherente al tipo de sociedad industrializada, a la cultura de las
grandes urbes, y a la insurgencia de grandes conglomerados sociales, todos ellos,
procesos que tienen que ver con el tipo actual de civilización occidental. 5

Así, la revolución operada en el mundo informativo es una secuela de la revolución


tecnológica y, a su vez una de las causas de la nueva estructura social que se impuso en
los países desarrollados durante el período comprendido entre las dos guerras mundiales. 6

Y esto porque como dice el escritor Alvin Toffler, "una sociedad que desarrollaba sistemas
de producción y consumo en masa necesitaba también medios para enviar mensajes en
masa, comunicaciones de un sólo remitente a muchos destinatarios a la vez ... ...Sin este
vasto y poderoso sistema para canalizar la información, la civilización industrial no habría
podido tomar forma ni funcionar debidamente" 7

Los medios masivos juegan aquí, - en el tipo de sociedad que los hizo posibles- un papel
determinante en la medida en que, dadas sus cualidades implícitas, la forma de
organización social les asigna el papel, precisamente, de crear las condiciones para la
venta masiva de las mercancías que integran su mercado, asumiendo en gran medida, la
reproducción de los individuos aptos para este tipo de sociedad.

Con estas particularidades, la comunicación masiva o -como veremos- información a través


de los medios, fácilmente puede ser un instrumento de manipulación y una forma de
dirección social, puesto que está al servicio de una sociedad masificada y sirve al propósito
de crear una cultura de masas que justifique y perpetúe el establecimiento.

Según Jorge Xifra, esta masificación alude al papel decreciente de la individualidad, y a la


fungibilidad y movilidad de un individuo que le gusta sentirse como todo el mundo y no se
angustia por ello. Alude al paso acelerado de una cultura estandarizada y uniforme hecha
para multitudes, en donde en lugar de configurar al público receptor como humanidad,
como sujeto libre de la historia, se le configura como masa que condiciona sus decisiones a
patrones de conducta impuestas desde afuera. Alude a una sociedad cuyos gustos
contingentes son satisfechos con la sucesión no estructurada de momentos presentes, que
sirven a una cultura de evasión que integra en la vida real mitos basados en el consumo o
en la libido, desprovistos de un sentido creador y responsable de la vida, en lo que se
constituye un fenómeno deshumanizante que culmina en un totalitarismo informativo. 8

1.1.2. La comunicación, el mensaje y el canal. El protagonismo de los medios masivos en


la comunicación propicia una serie de confusiones entre comunicación, información y

5
XIFRA, Op cit., p.p. 51-55
6
Ibid., p. 47
7
TOFFLER, Alvin. La tercera ola. Barcelona: Plaza y Janés, 1980. p.p. 47-49
8
XIFRA, Op. Cit., p.p. 46-60
4

medios, que en aras de nuestro estudio debemos distinguir. Comenzaremos por la


información.

Xifra Heras hace un recuento de los múltiples criterios diferenciales entre los conceptos
comunicación - información:
Para unos, la diferencia radica en el momento: la información sería el momento creador
del mensaje, previo a su transmisión o comunicación...
Para otros, la información es una de las cuatro formas de comunicación intelectual junto a
la formación, la expresión y la presión; la información es la pura y simple relación de
hechos, reduciendo al mínimo los residuos de subjetivismo inherentes a todo testimonio.
Algunos definen la información según la eficacia, o apelando a un elemento teleológico o
de sentido: ha de reducir la ignorancia del receptor.
Otros consideran que la información se ocupa sólo de contenidos cognitivos o semánticos
(hechos - ideas- conceptos y juicios), excluyendo la comunicación de emociones
(afectividad) y expresiones (estética) 9 .

Para efectos de delimitar nuestro asunto, tomaremos la palabra información como


significante de dos posibles acepciones:
-la operación o actividad informativa en sí (poner en forma la realidad para poderla
transmitir a través de los medios según el lenguaje de cada medio), y
-el resultado de esa información: el mensaje puesto en forma -in-formado- (un mismo
mensaje según el medio, tiene una función diferente y por lo tanto la puesta en forma es
diferente10).

Ahora: entendida la comunicación como proceso y la información - en cierto modo - como


contenido, ambas deben servir a los mismos fines sin confundirlos con los fines de la
tecnología de los medios. En esto, debemos dejar de identificar la comunicación con sus
medios: según el profesor López Forero, con las nuevas tecnologías se ha llegado a
reducir el fenómeno de la comunicación humana al fenómeno de los medios de
comunicación: se ha creído que el desarrollo tecnológico de los modernos medios de
comunicación ha sido el factor desencadenante de un problema que existe ahora y antes no
existía en el campo de las comunicaciones, pero la verdad es que los medios sólo han
venido a ampliar una capacidad ya existente en el hombre; así que el problema esencial
sigue siendo el de la comunicación interhumana, y no el de los medios o de su desarrollo. 11

Dice el autor que habría que desenmascarar y rechazar esta concepción ideológica de la
comunicación que pretende agotarse en la comprensión de los medios, pues se trata es de
comprender la comunicación misma: definir propiamente el proceso de la comunicación y
sus contenidos o mensajes, más que la función del canal que transporta o sirve de vehículo
a los mensajes, porque en el proceso de comunicación el papel del canal artificial es
siempre subordinado.

La confusión entre medios y comunicación nos ha convencido a todos de estar en la era de


las comunicaciones, por ser cada vez mayor el volumen de población que tiene acceso a
las tecnologías; pero los medios, por razones técnicas y de uso político, no sólo no
facilitan sino que entorpecen en la práctica una auténtica acción recíproca entre agente y
paciente. Por esto, dentro del capitalismo la comunicación ha perdido su original carácter
-ser esencialmente humana-, y se ha trastocado en una información - entendida como
imposición de formas tanto exteriores como ideológicas -, lo cual implica una relación

9
Ibid.,p 27
10
DESANTES GUANTER, José María. El derecho de los mensajes informativos.
En: Conferencia. Bogotá: Universidad de la Sabana, sep. 23 de 1991. (Sonoregistro)
11
LOPEZ FORERO, Op cit., p.p.18-36
5

vertical y no horizontal entre los dos polos de la comunicación. 12 Respecto a este punto, el
elemento comunicacional de 'una relativa comunidad cultural entre los sujetos', se ha
logrado estableciendo una colonización cultural manejada desde las grandes agencias
transnacionales de noticias. Lo que Mc Luhan llama— la aldea global.

En este aspecto, dice López Forero: "La información que rige nuestro tiempo debe
entenderse entonces como un proceso de envío unidireccional (o también bidireccional) de
mensajes-orden, a receptores predispuestos para una descodificación que excluye la
interpretación y que desencadena respuestas programadas".13

(Algunos autores consideran los resultados de las encuestas de opinión y las cartas al
director, como ejemplos de retroalimentación o feed back de los receptores hacia los
emisores; pero, aunque es cierto que la recepción no es una aceptación pasiva, ese
rebote no causa el mismo impacto, ni se produce en las mismas condiciones.)

1.2. SOCIEDAD E INFORMACION

Para establecer cómo debe cumplir la información sus fines -que son los mismos de la
comunicación pero desde su ángulo específico, sin que se confundan con los fines
actualmente confusos que gobiernan a los medios masivos-, comenzaremos por analizar el
papel socializante de la información.

En principio, la sociedad política se caracteriza por la pertenencia obligatoria de sus


miembros, y a su vez, el desarrollo político de una sociedad se da en la medida en que esa
pertenencia se transforma en participación.

Por esto la condición de ciudadano implica la posibilidad de estar informado, porque esta
participación, ésta intervención en las decisiones políticas y en la gestión de los servicios
públicos, se hace mediante una decisión prudencial que se deriva de conocer bien la
realidad y los medios que dirigen al fin deseado. (En este punto es pertinente anotar que la
relación de la información con la ética no es sólo a través de esta virtud moral de la
prudencia, sino que la información también hace posible la realización de la justicia: ningún
derecho u orden obliga a nadie si no ha sido informado).

La información tiene una finalidad muy compleja y amplia que no termina en el instante en
que los hechos noticiables llegan a conocimiento de una amplia masa popular -(esa sería
una finalidad inmediata y secundaria)-; la función más importante -mediata y primaria- es la
de informar "para algo", que consiste en ofrecer al pueblo conciencia de su identidad: la
información tiene una función política que cumplir pues su fin esencial es permitir que la
sociedad llegue a estar comunicada, y que el estado esté en comunicación con la
sociedad.14

Por eso es necesario que la información sea hábil, pero es más necesario que sea sincera,
que sirva a la integración de los hombres: debe guiar y orientar el sentido de la comunidad,
recordando y manteniendo vivo el proyecto social implícito, puesto que el hombre no está
en comunidad sino que es comunidad; puede decirse que sin comunicación no hay
comunidad y sin comunidad no hay comunicación.

12
Idem
13
ibid., p.35
14
XIFRA, Op cit., p.p. 209-215
6

Aquí nos encontramos con la equivalencia comunicación =comunidad (del griego Koinoonía,
que las significa a ambas), entendiendo por comunidad la acción recíproca entre agente y
paciente -en una relación entre iguales -, y por comunicación la auténtica acción recíproca
entre el agente y el paciente cuando el interlocutor habla y es escuchado, recibe y emite,
en condiciones de igualdad.15

Así las cosas, la posibilidad misma de comunicarse es inherente a la formación de toda


estructura social y no un subproducto posterior a ésta, y por consiguiente toda modificación
o control de las comunicaciones revierte en una modificación o control de la sociedad.

Históricamente cada tipo de sociedad ha tenido su propia forma de comunicación a su


interior:
Para los griegos en el ágora, la comunicación de sus pensamientos se hacía en forma
directa; existía el diálogo y el teatro y por eso ellos hablaron de libertad de expresión.
Siglos mas tarde los franceses conocieron el teatro, el libro y el periódico; por eso ellos
hablaron de libertad de prensa y de expresión.
En nuestros tiempos, el derecho humano a la información es un derecho humano especial
que colabora y está estrechamente vinculado con el derecho a la comunicación, porque le
sirve al ciudadano para poder participar en comunidad en un tipo de sociedad masificada de
creciente complejidad, donde los principios del consentimiento y la participación en que ella
se fundamenta no se conciben sin una previa difusión de conocimientos, hechos e ideas.

Si es cierto que el antecedente jurídico del actual derecho a la información se encuentra en


las libertades de expresión y de prensa, y que aún podríamos considerar a todos como un
mismo derecho (con la diferencia para el de hoy, de poseer una dimensión social acorde
con las nuevas técnicas, tipos de comunicación y organización sociopolítica ), debemos
concluir que el derecho a la información es más amplio, y que sólo la inercia de los
conceptos ha permitido tomarlo como la actualización nominativa del derecho a la libre
expresión y a la libre prensa, y ha tenido por ello el tratamiento de un derecho individual de
corte clásico.

El derecho a la información, por hacer posible la participación sana, prudente y meditada,


por su función de pedagogía política y por su vocación fiscalizadora de las funciones
públicas, ocupa un puesto como derecho humano social al lado de los derecho de trabajo,
de enseñanza y de seguridad social, y como posibilitador de los demás derechos
fundamentales, pues la formación de una conciencia del hombre informado tiene principal
importancia en una pedagogía de la libertad, ya que sólo una conciencia libre puede tomar
las decisiones que gobiernan a una voluntad libre, y en consecuencia la realización última
del derecho a la información encuentra su momento cuando el sujeto universal, el
ciudadano, esté en condiciones óptimas de formarse un juicio personal. 16

1.3. ETICA, DERECHO Y MEDIOS

Visto ya que la información ha de servir -a su modo- a los fines de la comunicación,


veremos ahora que a su vez, la tecnología debe estar al servicio de los fines de la
información: se trata de sus medios.

Por eso, a pesar del tipo de comunicación que proporcionan los medios masivos,
tendremos en cuenta como dice el profesor Xifra, 17 que la verdadera información añade al
15
LOPEZ FORERO, Op. Cit., p.p. 32-35
16
XIFRA HERAS, Op. Cit., p.p. 212-213
17
Ibid., p. 27
7

binomio forma-semántica, un tercer elemento teleológico o de sentido cifrado en el


perfeccionamiento de la sociedad: "La información así, es la transmisión de mensajes que
difunden el patrimonio de conocimientos que la humanidad va acumulando y que informan
nuestro mundo con una proyección de futuro... ...contribuye directamente a la propagación
de conocimientos y, en consecuencia, a la formación de los individuos" . 18

El conocimiento es patrimonio de la humanidad (y de los integrantes de la nación


Colombiana para quienes el Preámbulo de la Constitución lo asegura como uno de sus
fines), es el carburante de la evolución de la especie. El lenguaje posibilita la transmisión
del conocimiento, puesto que informar es dar un soporte material a una vivencia personal o
a una imagen mental del sujeto emisor, forma que se asocia a una serie de signos o
símbolos convencionales que la objetivan. La escritura -como conjunto de signos que
encierran un significado- hizo posible acumular el conocimiento y transmitirlo a través del
tiempo y el espacio, con lo cual la cultura de la humanidad se amplió diametralmente y
luego, con la invención de la imprenta, se pudo multiplicar indefinidamente cada una de
aquellas letras, permitiendo retener y objetivar el pensamiento en mayor cantidad y con
mayor rapidez.

En la actualidad los medios de información son el medio específico para el conocimiento del
mundo de hoy, y como tal son los que posibilitan la gestión de la sociedad sobre su entorno
revelado.

Sin embargo, la progresiva invención de técnicas de difusión del conocimiento cada vez
más eficaces, más rápidas y masivas, ha provocado no sólo la democratización creciente
del conocimiento sino también su correlativa aceleración del cambio social. Aquí, como
dice Alvin Toffler19, el ritmo del cambio tiene implicaciones distintas y a veces más
importantes que la dirección de ese cambio, pues hay una creciente diferencia entre la
velocidad del cambio del medio, y la rapidez limitada de la reacción humana.

Al respecto, la tecnología es, indiscutiblemente, una fuerza importante entre las que
promueven el impulso acelerador de los cambios de nuestra sociedad, ya que es evidente
que la civilización occidental ha desplazado su eje a través de la historia "desde el
antropocentrismo griego, al estatocentrismo romano, luego al teocentrismo medieval,
hasta llegar al mundo de nuestros días: el tecnocentrismo" 20. Cada una de las etapas ha
tenido sus pensadores, teóricos y filósofos; gente que problematiza y adopta una actitud
crítica frente a la realidad dada. Todas, excepto la última.

En especial, la tecnología acelerante de los medios de comunicación no ha sido


reflexionada, surgiendo así el "moral gap" del que hablara Arnold Toynbee 21, pues el poder
se desarrolla más rápidamente que la reflexión acerca de sus fines, y la crisis resulta del
abismo que se abre entre el fabuloso desarrollo de las ciencias -los medios de poder de que
disponen los hombres- y el estancamiento de los conceptos éticos y políticos -que rigen la
forma en que se utilizan estos medios-.

En palabras de la escritora Cristina Peri Rosi, es la ruptura esquizofrénica entre la ciencia y


la técnica por un lado, y la moral por otro, puesto que la alfabetización, la prosperidad
material y las técnicas electrónicas multiplicaron en una generación su impacto sobre la vida
de la sociedad, mientras que las actitudes intelectuales, los códigos profesionales, las

18
Ibid., [La libertad de información es una libertad individual y el derecho a la información es un
derecho social. Xifra habla, más adelante, de la información como derecho social.]
19
TOFFLER, Alvin. El shock del futuro. Barcelona: Plaza y Janés, 1970. p. 30
20
SANTA, Eduardo. La crisis del humanismo. Bogotá: Tercer mundo, 1986. p.p. 16-48
21
Citado por SERVAN SCHERIBER, J.L. El poder de la información. Barcelona: Dopesa, 1973.
p. 257
8

relaciones de propiedad y los sistemas políticos de decisión, apenas sí cambiaron


haciéndose incompatibles con el respeto a la dignidad humana. De hecho, la pérdida de la
verdadera comprensión de la dignidad humana, de la dimensión ética de la persona
humana, significa haber perdido el fundamento de toda axiología pues el mundo de los
valores es el mundo de lo humano, y del derecho y de la ética como ciencias valorativas
que son.

Las técnicas producen progreso humano, civilización y cultura, desde el momento en que
además de sus valores de cambio y disfrute, incorporan el valor de servicio: la tecnología
ha de estar al servicio del hombre como finalidad trascendente, y precisamente es el
derecho como ciencia del deber ser, quien reconduce la técnica a este valor de servicio,
puesto que por sí sola la técnica carece de sentido. Es el hombre quien le imprime la
dirección; y será la dirección correcta cuando contribuya a aumentar el ángulo de las
posibilidades entre las que puede optar el ser humano, quien se hace libre en la medida en
que decide responsablemente.

Porque, como dice Desantes, "cuando hay que relativizar objetivamente una información,
o cuando la tecnología puede poner datos de la intimidad al alcance de cualquier
informador, sólo queda como línea límite, la responsabilidad moral y la responsabilidad
jurídica".22

Por esto, el hombre ha de compensar jurídica y éticamente a la tecnología; al impacto


moral y jurídico de la aceleración del cambio en cuanto a las técnicas informativas. Lo que
está en cuestión no es el progreso tecnológico sino su recta ordenación al bien común.

El éxito de nuestra generación dependerá del grado en que seamos capaces de configurar
las nuevas tecnologías de la información de acuerdo con valores humanos y culturales,
pues en tanto la relación informativa en la comunicación de masas sea calcada de las
relaciones económicas de producción y consumo, la tendencia transpersonalista de la
comunicación masiva se mantendrá junto con el comportamiento pasivo del público y el
sentido unidireccional del mensaje, anulando las posibilidades liberadoras de una
tecnología con cobertura e influencia cada vez mayor, que no permite que se rompan los
moldes que hacen del público un grupo sometido, inmóvil y despolitizado. 23

22
DESANTES GUANTER, José María. La información como derecho. Madrid: Nacional, 1974.
p. 170
23
XIFRA HERAS, Op. Cit., p.63

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