Marcos 4. 10-12.

• En el versículo 11, el Señor nos ha dicho que por medio de las parábolas Él
está escondiendo el mensaje del evangelio de aquellos que están "fuera." ¿Por
qué? Porque a menos que el hombre tenga amor por la verdad y quiera apartarse
del mal, ese hombre no tiene la motivación necesaria para continuar en la cruz hasta
la muerte del yo. Mucha gente seguía al Señor Jesús. A veces era una multitud,
imagínate que llegó a juntar a más de 5000 personas en un lugar. Pero no toda esa
multitud le seguía para lo mismo (igual que hoy). Unos le seguían por morbo, decían
que sanaba y hacía milagros, querían verlos. Otros para ser sanados, a ver si era
cierto y eran sanados, les convenía. Otros más para comer, daba de comer
milagrosamente y gratis. Otros para ver lo que hacía, y llevar el chisme a los fariseos.
Otros para criticarle y burlarse de él. Otros porque creían que era un político, decían
que era un rey. Toda esa multitud le oían hablar las parábolas que el Señor decía.
Pero sólo unos cuantos, de entre aquella multitud, le seguían porque en verdad
querían oírle. Ponían atención a lo que el Señor les decía.
Es decir, lo que quiero decir, es que cuando el Señor contaba sus parábolas, aunque
todos le oían, NO TODOS LE ENTENDIAN. Porque sólo le oían con sus oídos
físicos. Y cuando el Señor hablaba, hablaba no sólo al intelecto de la gente, sino
principalmente al espíritu de la gente QUE QUERIA OIRLE. Tal como ocurre hoy,
muchos van a servicios de Sanación a ver si se sanan, pero no les interesa el mensaje
del Evangelio, no quieren cambiar...el mundo no ha cambiado.

• Evidentemente, había algunos que no habían entendido la parábola en

absoluto. Cuando le preguntaban, Él les respondía con las frases de estos versículos,
que tienen una cierta medida de ambigüedad. Una explicación que podría ayudarnos
sería la siguiente. El motivo por el cual Jesús recurrió a las parábolas desde aquel
momento y hasta el final de su ministerio, es sorprendente. Sus enemigos habían
rechazado Sus enseñanzas y las multitudes permanecían indiferentes hacia las
verdades espirituales. Estaban activamente interesadas en Sus milagros, pero no en
su aplicación espiritual. Entonces El recurrió al uso de parábolas para provocar el
interés. La actitud antagonista de Sus enemigos y el letargo, la indiferencia e
incomprensión de las multitudes requería un cambio sobre el uso de las parábolas,
para que aquellos que tenían hambre y sed espiritual de justicia, pudiesen encontrar
la plenitud que buscaban, y los que anhelaban la verdad espiritual pudiesen abrir
sus ojos a ella.
Encontraremos la misma línea de pensamiento en 1 Corintios 2: 5-16 del
Apóstol San Pablo. (Leerla por favor)
Aquí el apóstol Pablo dejó establecido un gran principio que es aún aplicable en la
época actual. Podemos utilizar todos los métodos al intentar que las personas
comprendan las verdades espirituales, pero éstas deben desear entenderlas,
antes que dichas verdades se conviertan para ellas en una realidad. “Si el corazón y
los ojos de una persona están abiertos y ésta desea verdaderamente conocer la
verdad, entonces el Espíritu de Dios va a introducir esa gran verdad en su corazón.
Y El hará que todas esas cosas sean totalmente reales y vivas para esa persona.”
Por eso decimos ahora que tu reacción y recepción de la Palabra de Dios es la que
va a determinar si serás salvo o no. ¿No vas a confiar en Cristo? ¿No crees que vale
la pena aceptarle como tu Salvador?