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DEPARTAMENTO DE NUTRICION
FACULTAD DE FARMACIA
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
1994
ACTITUDES, HÁBITOS ALIMENTARIOS Y ESTADO NUTRICIONAL
DE ATLETAS PARTICIPANTES
EN LOS JUEGOS OLIMPICOS DE BARCELONA’92
FATIIMA VEGAROMERO
Aspirante al Grado de DOCTORA EN FARMACIA
Fdo: CARBAJAL
Fdo: Dra. OLGA MORERAS
~$6VaLt V~ -
Con la presentación de esta Tesis concluye una etapa, que no la Ultima, de la labor comenzada
hace varios años, cuando me incorporé a este Departamento de Nutrición, Durante este tiempo ha sido
mucho lo que he aprendido y no solamente en el aspecto científico, ya que he tenido la inmensa suerte
de formar parte de un equipo con grandes valores humanos.
Mi profunda gratitud al profesor Gregorio Varela que me invitó a trabajar en esta tarea que
es hoy una Tesis Doctoral y cuya desbordante actividad ha sido siempre fuente de estimulo en mi
trabajo.
Igualmente a mis directoras Olga Moreiras y Angeles Carbajal que en todo momento han
aportado su valiosa experiencia y a quienes recuerdo con especial cariño.
A Ana María Requejo, como Directora de este Departamento, quiero expresar mi admiración
1
por la importante labor que lleva a cabo en el mismo, con un entusiasmo único.
Deseo expresar mi gratitud a todas mis compañeras del Departamento por su apoyo continuo
durante el tiempo que hemos permanecido juntas: Mercedes Campo, Beatriz Beltrán, Carmen Pradas,
Inés Perea, Susana Belmonte y Eva Monteagudo. Muy especialmente quiero agradecer a Carmen
Cuadrado su inapreciable ayuda en la labor de campo realizada en Barcelona.
A mi familia y a Nacho por su apoyo y estímulo incondicionales, que han contribuido a hacer
esta tarea mucho más ligera. 1
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INDICE
1. INTRODIJCCION Y OBJETO
2, SITUACION BIBLIOGRAFICÁ 4
2.1, FIslologla del esfuerzo
5
2.I.l. Sustracos energéticos del organismo
6
2.1,2. Fatiga 7
2.1.3. Contribución de los sustratos energéticos en los distintos
tipos de actividad 9
2.2. Medida del gasto energético asociado a distintas actividades II
2.2.1. Métodos calorimétricos..,,,,,.,.,...,,,,,, 11
2.2.1. Métodos no calorimétricos II
2.3, Necesidades energé<icas del atleta 13
2,4, Necesiclades de nutrientes dci atleta i6
2.4.1, Hidratos de carbono 18
2.4.1,1, Optlmización de los almacenes de glucógeno 19
2.4.2, Proteínas 23
2.4.3. Grasa 25
2,4.4, Fibra 27
2,4.5. Micronutrlences 28
2,4,5.1. VitamInas del grupo B 28
2.4.5.2. Nutrientes antioxidantes, Vitamina E 28
2.4,5.3. Hierro 29
2.4,5.4. CalcIo 30
2.4.5.5, Magnesio 31
2.4,5.6, Elementos traza 31
2.4,6. Agua 33
2,4.6,1. Otras bebidas 34
2.4,7. Electrolltos 36
2,5, AlteracIones nutricionales mds frecuentes entre los atletas 36
2.5,1. Alteraciones debidas al control del peso corporal 37
2.5.1.1. Las provocadas por el consumo de dietas
hipocalóricas. Amenorrea, Osteporosis 37
2.5.1.2. Desórdenes nutricionales 39
2.5,1.3, Deshidratación 40
2.5.2. Anemia 41
2.6. Estudios sobre el estado nutricional de atletas 43
2.7. El atleta ante la alímentacién 56
2.7.1. Conocimientos de nutrición 56
2.7,2. Consumo de suplementos dietéticos 57
3. METODOLOGíA .
3,4,1. Energía
3.4.2. Nutrientes .7
3.5. Valoración de la ingesta 8
3,3.1. Consumo de alimentos 8
3.5.2. Ingesta de energía y nutrientes 8
3.5,3, Indices de calidad de la dieta 8
3.6. Estudio estadístico 8
4.RESULTADOS 8
4.1. ClasIficación de los platos y alimentos ofertados 8
4.2.Estudionutrlcional 12
4.2,1, Antropometría 13
4.2.2. Actividad física y gasto energético ‘4’
4,2.3, Consumo de alimentos 14
4.2,4. Ingesta de energía y nutrientes y calidad de la dieta ¡54
4.3. CuestIonario general de actitudes, conocimientos y preferencias 19~
4.4. Valoración dei encuestador 2O~
7. IUI3L.IOGRAF!Á
265
A N ISXO 287
1. INTRODUCCION Y OBJETO
Introducción y objeto
Como actividad puramente recreativa la práctica del ejercicio es reciente ya que hasta
principios do este siglo la mayor parte de la población trabajaba físicamente en las labores necesarias
para la obtención y transformación de materias primas, Ha sido a partir de los años 70 cuando ha ido
ganando adeptos entro los preocupados pór su salud y la gente ha empezado a ser informado acerca
de sus potenciales beneficios, En la pasada década se han llevado a cabo un gran número de trabajos
de investigación encaminados a estudiar dichos beneficios.
Los JJOO renacieron en Atenas tras un paréntesis de 1.500 años aunque con un significado
diferente al do las Olimpiadas clásicas. Fueron restaurados por el barón de Coubertin, quien lanzó
esta idea en la Sorbona en 1892. La ideología Olímpica moderna estableció posteriormente sus bases
en el P< Congreso Olímpico, celebrado en el mismo lugar en 1894, buscando mejorar las cualidades
corporales y el carácter del hombre así como la contribución al logro de la paz mundial. En estos
primeros Juegos de la Era Moderna celebrados en Grecia se incluyeron pruebas de gimnasia,
ciclismo, esgrima y tiro, aunque toda la atención se centró en el atletismo; además, se añadía una
1
Introducción y obfeto
nueva modalidad, la maratón, conmemorando la legendaria carrera del soldado Diomedón, tras la cual
cayó muerto, para comunicar la victoria sobre los persas. Posteriormente se han ido incorporando
nuevos deportes hasta ser en la actualidad 28 junto con otros 3 más de demostración. Cada cuatro
años las Olimpiadas se han venido celebrando en un país distinto, con excepción de las fijadas para
1916, 1940 y 1944, suspendidas a causa de las dos Guerras Mundiales, participando por primera vez
las mujeres en 1912. Los dítimos 1100 se celebraron en nuestro país en 1992.
El afán por conseguir un rendimiento máximo puede llevar a errores y, en este sentido, los
deportistas de ¿lite son especialmente vulnerables. Por eso es importante estudiar el estado nutricional
de los atletas y tener en cuenta que sus dietas han de programarse no sólo pensando en el momento
de la competición sino también en etapas posteriores a la misma para un óptimo estado de salud,
- La dieta ideal para un atleta o para un deporte determinado no existe ya que en sus
necesidades y en la uti]izaciónde los nutrientes influyen numerosos factores fisiológicos, sociológicos
y psicológicos. Es importante hacer ver a este colectivo que no existe un dnico alimento que contenga
todos los nutrientes en cantidades suficientes y que es necesario consumir una dieta variada para hacer
frente a las necesidades.
2
Introducción y objeto
sido, por un lado, llevar a cabo una programación dietética para que los atletas dispusieran de
información que les ayudara a confeccionar, a partir de la amplia gama de alimentos y platos ofertada,
dietas individualizadas en función de sus necesidades y, por otro, estudiar los hábitos alimentarios,
modelo dietético y estado nutriciona] de atletas de ¿lite con el fin de sentar una base que ayude en el
establecimiento de los programas educacionales oportunos destinados, no solamente a los atletas, sino
también a los entrenadores, muchas veces los principales responsables de la elección de las dietas,
En este tema tan nuevo pero con tanta repercusión, creemos que cualquier aportación puede ser
justificación de un estudio como este.
3
2. SITUACION BIBLIOGRÁFICA
SituaciónBibliogfllfiCa
Y
2.1. flSIOLOGIA DEL ESFUERZO
1
El organismo tiene una doble demanda, energética y plástica. Como es bien sabido, de
los distintos factores que componen el gasto energético: metabolismo basal, acción termogénica
de los alimentos, mantenimiento de la temperatura corporal y actividad muscular voluntaria, es
este Ultimo el que más varía y el que marca la diferencia entre el individuo activo y el
sedentario (Ravussin y col, 1986).
energía mecánica a la velocidad requerida por el músculo, En ocasiones, como puede ser la
práctica de tenis, esta velocidad fluctúa mucho mientras que en otras, como en la carrera, la
velocidad es más constante, necesitándose un aporte continuo de energía (Hultman, 1989). El
paso de energía química a mecánica está basado en la combustión de sustratos energéticos,
hidratos de carbono y grasas fundamentalmente, que el organismo utiliza en distinta medida
según la naturaleza, duración e intensidad del ejercicio que realice (Pavlcu, 1993).
I.~I
Las rutas metabólicas que sigue el organismo, anaerobiosis o aerobiosis, también varían
según sea el ejercicio realizado ya que el metabolismo anaeróbico degrada los sustratos para la
obtención de ATP a velocidad superior que el aeróbico. Así, el primero se asocia a ejercicios
de potencia y duración muy breve, mientras que al aumentar la duración del ejercicio comienzan
los procesos aeróbicos, asociados a ejercicios de intensidad moderada, que son los
predominantes en esfuerzos prolongados (Astrand, 1994).
5
Situación Bibliogrófica
Los hidratos de carbono son utilizados durante todo tipo de ejercicio, se pueden
degradar bien vía anaeróbica con una velocidad máxima de formación de ATP dc 2,4 mol/min
o bien por procesos aeróbicos con una velocidad menor, de tan solo 1 mol/min. Esta provisión
anaeróbica de ATP tiene la ventaja de que puede hacer frente de una manera muy rápida a las
necesidades de energía del músculo cuando el metabolismo aeróbico no es suficiente, Sin
embargo, las reservas de hidratos de carbono utilizadas aeróbicamente producen casi 67 veces
más ATP que si se usan anaeróbicamente, ya que en este último caso su utilización es inhibida
por la acumulación del lactato producido (Hultman y Sj6holm, 1986), La glucosa oxidada vía
anaeróbica produce lactato que aún conserva un gran potencial energético, mientras que a través
de la vía aeróbica se degrada totalmente a C02 y agua con un mayor aprovechamiento
energético, El metabolismo aeróbico pues, tanto de hidratos de carbono como de grasa, es el
más económico (Astrand, 1994),
* Grasa, Sus almacenes son mucho mayores que los de hidratos de carbono debido, por
un lado, a que se almacenan de forma anhidra y, por otro, a que las células adiposas presentan
la capacidad de aumentar de tamaño, Los lípidos contribuyen como sustrato bien como ácidos
grasos (AG) directamente, liberados a patir de los triglicéridos del plasma por acción de la
6
SiruaciónBibliogr4ñca
lipoprotein lipasa muscular, o bien indirectamente por la conversión del glicerol a glucosa, La
velocidad de formación de ATP a partir de la grasa es mucho más lenta que a partir de los
hidratos de carbono (0.5 mol/min). Una adaptación de la fisiolog<a corporal durante el
entrenamiento y el ejercicio prolongado es el aumento de la movilización de AG hacia el
músculo (Nestel, 1993).
En los esfuerzos de menos de 1 hora de duración las reservas del organismo son
suficientes para cubrir las demandas de energía (Astrand y Rhodel, 1986). En ejercicios de
superresistencia (“ultraendurance”) como la carrera de 24 horas, triatión, escalada al Everest,
ciclistas, maratonianos, etc, el elevadísimo gasto energético (12.000-20.000 kcal/dfa) puede ser
suplido satisfactoriamente, además de por la relativamente escasa ingesta energética,
fundamentalmente gracias a las reservas endógenas, lo cual se compensa iñdirectamente por
cambios en el metabolismo lipidico y proteico. Los requisitos en ejercicios de este tipo son tener
la capacidad suficiente para movilizar el sustrato necesario para el trabajo muscular y la
capacidad aeróbica para utilizarlo (Parlzková y Novák, 1991),
2.1.2. FATIGA
7
Situación Bibliográfica
8
¾
Situación Bibliográfica
Cuando las demandas puedan ser cubiertas por la producción oxidativa de ATP los vi
combustibles principales son grasa e hidratos de carbono, Durante esfuerzos cortos de máxima
Lttanxtda4 el glucógeno muscular es la dnica fuente de energía para el metabolismo anaeróbico,
mientras que en esfuerzos largos de intensidad moderada el metabolismo aeróbico de AG pasa
a ser el principal sustrato para la resintesis de ATP, ya que aumenta la capacidad muscular de
li
oxidar lípidos por un aumento en la actividad de la lipoprotein lipasa muscular. De esta manera,
al disminuir la utilización de glucógeno se retrasa la aparición del cansancio (Leaf y Balnicki,
1989).
Situación Bibliográfica
10
Situación Bibliográfica
11
u
Situación Bibliagrdfica
de estas limitaciones, que hacen que no sirvan para medir gasto en individuos de forma aislada,
son el método de elección en epidemiología (Washburn y Montoye, 1986),
* Agua doblemente marcada. Esta técnica ha sido recientemente validada por algunos
autores (Schoeller, 1988; Seale y col, 1993). Se basa en que la diferencia en la velocidad de
eliminación de los dos isótopos administrados ~2I12 y ~ es proporcional a la producción de
CO2, pudiéndose calcular a partir de dicha producción el gasto energético. Este método ha sido
propuesto por Westerterp y Saris (1991) como el óptimo para el cálculo del gasto calórico en
atletas. A pesar del coste elevado y a la dificultad en la obtención de los isótopos, será
probablemente cada vez utilizado en mayor medida debido a su alta fiabilidad (Buskirk, 1994),
* Mayor=1, Menor=5
** Relativamente fácil=1, Diflcil=5
12
ir
t fi
SliuaciónBibliografica
1
2.3. NECESIDADEs ENERGETICAS DEL ATLETA
Los atletas representan uno de los pocos estratos de la población de los paises
desarrollados> sustancialmente sedentaria, cuyo gasto energético esmuy elevado, Para reponer ¾
44
la energía gastada durante la practica del deporte es necesario aumentar la cantidad de alimentos
/1
que se consumen, cuidando el equilibrio energetico que debe mantenerse para que el atleta
pueda competir óptimamente: un balance positivo de energía resultaría en un acúmulo excesivo
de grasa corporal, mientras que un balance negativo conducirla a la pérdida de peso y en embos
casos el rendimiento puede verse comprometido (Marcos Becerro, 1989; Grandjean, 1989). La
importancia de mantener el peso óptimo es muy grande, así, una diferencia de tan solo SOg t It
puede hacer pasar del primer lugar al sexto en una competición o en otros casos incluso no t
permite competir al atleta (Pavlou, 1993).
a
La ingesta calórica óptima es por tanto aquella que cubre el gasto calórico y que permite
mantener el peso corporal ideal (Wooton, 1990). El atleta debe evitar caer en el fácil error de
la hiperalimentación> especialmente cuando la intensidad del entrenamiento disminuye o cesa, ¾
ya que no es infrecuente el aumento de peso después de las vacaciones por seguir comiendo r3
»>
como durante la temporada de mayor actividad física, El control de peso, ya sea pérdida,
ganancia o mantenimiento> puede ser difícil sin una programación dietética bien estructurada
(Anonymns> 1987), <>4
La ingestade energía de los deportistas ha sido ampliamente estudiada durante la pasada
década queriendo ser una forma sencilla de cuantificar el gasto> y por tanto las necesidades
energéticas, siempre que el individuo mantuviera el peso (Perron y Endres, 1985; Hickson y ¿ 4
col, 1987; Parizkova, 1987; Grandjean, 1989; Chen y col, 1989; Heinemann y Zerbes, [989;
Rontayannis y col, 1989; Manone y col, 1989; Parízková y Novak, 1991). Sin embargo, las
necesidades asociadas a la competición atlética y al entrenamiento son difíciles de establecer ya
que para la misma actividad deportiva y según las distintas fases del entrenamiento y/o
competición son diferentes. Algunos autores han hablado de unas necesidades de más de
SOkcal/kg peso y día para hombres y entre 45-SOlccalIkg peso y día para mujeres que entrenan
más de 90 minutos/día (Economos y col, 1993). Li
Una forma de estimar las necesidades energéticas de los atletas es> como se viene <dr
haciendo para la población general, mediante el cálculo de la energía de mantenimiento (EM) ‘ir’
13
ti ir
Situación Bibliográfica
o tasa metabólica basal (TMB), entendiendo por EM la energía gastada por una persona en
reposo en condiciones de neutralidad térmica y, por TMB, la energía de mantenimiento medida
.más precisamente tras despertar por la mañana, al menos 12horas después de la última comida.
En general hablaremos de ambos términos indistintamente ya que según el Food ciad Nutrition
Boqrd (1989) pueden considerarse equivalentes (Pavlou, 1993). En el caso de los deportistas
habría que afiadir la energía necesaria para el entrenamiento, que puede oscilar desde el 10 hasta
el 90% de la energía total (Parízková, 1987; Rontayannis y col, 1989). La importancia de
calcular bien la TMB es grande ya que, para un individuo de actividad moderada, supone un
60-80% del gasto total.
14
Situación Bibliográfica
Hombres Mujeres
* (FAO/WHO/UNLr, 1985>
15
Situación Bibí/ográfica
Hemos visto la necesidad que tienen los atletas de un mayor aporte energético pero, ¿a
partir de qué alimentos ha de ser suministrado? Mas aún, ¿cuáles son los alimentos o nutrientes
que pueden tener importancia para el deportista?, ¿hay alimentos prohibidos?
Hace solo unos 20 años que han empezado los estudios serios relacionados con el tema
y por el momento no existen unas recomendaciones nutricionales realmente especificas para
individuos implicados en actividades físicas intensas (Worme> 1990). El establecimiento de las
mismas es probablemente el objetivo más apremiante en el campo de la nutrición y el deporte
(Anonymus, 1987),
Se puede decir que la buena alimentación del atleta no difiere demasiado de la del resto
de la población y sigue los mismos principios (mantener el perfil calórico ideal, incluir una
variedad de todos los grupos de alimentos> etc.), cuidando el equilibrio hídrico y el incremento
de la ingesta energética según el deporte realizado (Grandjean, 1989; Levandowsky y Young,
1991). El atleta tiene necesidad de una dieta que le garantice salud y bienestar a través de un
correcto equilibrio nutriclonal y que no le provoque molestias en el transcurso de
entrenamientos y competiciones, Un programa nutricional bien planeado y equilibrado es por
tanto básico para el mantenimiento de su salud y para optimizar el rendimiento físico
(Anonymus, 1987),
16
Situación Bibliográfica 41
1
Sin embargo> el hecho de que las recomendaciones se determinen como aporte a la ‘4 ir
energía total consumida presenta el inconveniente de que el atleta tenga que realizar unos vi ~
cálculos con los que normalmente no está familiarizado a partir de una ingesta energética que
quizá desconoce (Williams, 1993). Es necesario proporcionar al atleta una información
nutricional exacta y de fácil acceso con el fin de aumentar eficazmente la capacidad de ejercicio
y rendimiento (Declaration of Olympia> 1993), Algunos autores por ello, consideran que sería
más operativo hacer las recomendaciones en cifras absolutas basadas en el peso corporal 4>4
(Grandican, 1989), En este sentido, teniendo siempre en cuenta que las necesidades del atleta
dependen sobre todo del tipo de deporte que practica y del tiempo e intensidad,a él dedicado,
Rogozkin (1993) en términos generales propone valores expresados por unidad de peso que y
4
surtan 8-14 g hidratos de carbono/kg, 1,4-2 g proteína/kg y 1.7-2.4 g grasa/kg.
34
041<
En realidad, las recomendaciones óptimas deberían ser adaptadas a cada individuo, sea 2< ‘
atleta o sedentario, y para ello seria necesaria una medida muy exacta de las ingestas reales en ~1j
11 ‘4$
$
relación con el estado de salud, rendimiento físico y mental y estado nutricional (Parlzková,
1989).
iii
Para evitar errores a la hora de programar una alimentación racional para deportistas, ‘~t 3
es necesario que sean ellos mismos los que conozcan el contenido en energía y nutrientes de los
alimentos básicos así como los principios más elementales para conseguir una dieta equilibrada 44t ir
A
(Rogozkin, 1993). Para ello> junto con una mayor información, un buen método de trasladar ‘4
los principios de nutrición a la práctica, seria el propuesto por Moses y Manore (1991), IP
17 4(4.
Al,
($4;
41
• Situación Bibliográfica
semejante a las llamadas ‘listas de intercambio>: proporcionar al atleta una información práctic
mediante listas de alimentos en las que figure una puntuación según su contenido, facilitand
así la elección de alimentos ricos en los nutrientes buscados.
Como hemos visto, se recomienda que el 55-60%, incluso hasta el 70% de la energí
total, proceda de este nutriente, Los hidratosde carbono complejos que aportan alimentos coni
pan, patatas> arroz, pasta, fruta y verdura aportan además micronutrientes y fibra> Lo cual e
una gran ventaja frente a algunos sencillos, como la sacarosa empleada como edulcorante, qu
suponen únicamente un aporte de calorías vacias. Entre los deportistas suele existir la tendenci
a aumentar el aporte de hidratos de carbono simples, por el importante consumo de bebida
azucaradas que realizan durante los entrenamientos y pruebas. Hay que recordar la necesari
moderación: un consumo en exceso, además de alterar el perfil calórico, puede produel
alteraciones digestivas (meteorismo, estreñimiento o cólicos, etc.), carencias eventuales d
algunos nutrientes, etc, (Craplet y col., 1988). Por tanto> el consumo de azúcares sencillos deb
‘ser limitado al 12-15% de la energía> mientras que la ingesta de los complejos se recorniend
que sea del 40-45% (Grandjean, 1989), Es evidente que muchos atletas necesitan ayuda par
planear una dieta hipercalórica y rica en hidratos de carbono complejos ya que requiere
consumo de grandes cantidades de alimento (Anonymus, 1987),
18
34
SituaciónB¡bliogrdftca It
ji
Un máximo de glucógeno en músculo esquelético pe~mite, como ya hemos dicho, una
mayor resistencia física en los esfuerzos largos, así como un mayor rendimiento en los cortos
e intensos. Así, uno de los principales objetivos para el atleta va a ser optimizar la
disponibilidad de glucógeno muscular y hepático con el fin de mantener la oxidación de los
[u
• hidratos de carbono durante el ejercicio (Costilí y Hargreaves, 1992). 44.
Esta técnica fue descrita por primera vez en 1966 por Bergstrom y Hultman y permite
almacenar de dos a tres veces la cantidad de glucógeno habitual. Consiste en agotar los
almacenes musculares de glucógeno mediante una dieta pobre ~nhidratos de carbono y ejercicio
extenuante, para recuperarlos al máximo posteriormente con el procedimiento contrario> es
decir, mediante una dieta rica en este macronutriente y ejercicio más ligero. Posiblemente este
efecto sea debido a un aumento en la actividad de la glucógeno sintetasa (Costilí, 1988; Bosch
y col, 1993).
19
1L
4.
Suuacián Bibliográfica
No obstante, este método tan drástico presenta Inconvenientes que hacen que sólo pued;
ser usado muy esporádicamente, dos o tres veces al año, en casos de competiciones de larg
duración o “multiple-event’ ~Wooton, 1990). Como cada gramo de glucógeno se almacena coi
3 g de agua, un Individuo con 20 kg de masa muscular podría almacenar unos 600 g d
glucógeno, lo cual significa casi 2 litros de agua y un aumento de peso de unos 2,5 kg, Tod
ello puede producir letargo, depresión> tirantez y falta de elasticidad, calambres, rigidez
sensación de pesadez y fatiga más temprana (Wright, 1988; Marcos Becerro, 1989; Gibney
1990). Además, en los estados de ‘glucógeno agotado» se observa en el atleta una debilida
general que podría hacerle más susceptible a lesiones e infecciones. Por otro lado> tener qu
recurrir a la gluconeogénesis podría Incidir en la movilización de proteínas conduciendo a un
pérdida de masa muscular (Mcardle y col, 1986). La Irritabilidad y la posiblidad de sufri
hipoglucemias se ve aumentada en estos casos. Por todo ello> algunos investigadora
desaconsejan esta práctica (l3rief Crítica] Revlews, 1989; Fogelhoim y col, 1991).
20
SituaciónRibliogrófica
Por otro lado, desde las dos horas anteriores a] ejercicio, está contraindicado el consumo
de hidratos de carbono simples del tipo glucosa, ya que se altera la respuesta hormonal del
4 organismo, El incremento temporal de los niveles de glucosa sanguíneos provoca la elevación
de la insulinemia, disminución de los niveles de ¡lucagón y disminución de la actividad de la
lipasa en tejido adiposo existiendo, por tamo, riesgo de hipoglucemia debido, por un lado, al
aumento de la captación periférica de glucosa y, por otro, a la disminución de la disponibilidad 4
Cada vez están más de moda los ‘mu!tiple-events” y pruebas de larga duración o super-
resistencia -de 6 a 24 h> incluso varios días- en los que el gasto energético puede oscilar entre
12.000 y fundamentales
objetivos 20.000 kcal/díason
(triatlón, vuelta
mantener ciclista, atravesar
la hidratación el Canal
y los niveles de aglucosa
nado, etc.),
en sangre.
Los dos
primero es prioritario ya que la deshidratación provoca disminución en el rendimiento mucho
El 4
antes que la falta de hidratos de carbono (Macdonald, 1990). El consumo de bebidas azucaradas
es una buena forma de hacer frente a las necesidades de energía y de hidratación, aunque
3
algunos investigadores previenen de este consumo, que puede estar aportando únicamente
21
Situación Bibliogrófica
calorías vacías, y hacen hincapié en la búsqueda de alimentos fáciles de ingerir y digerir y que
tengan elevada densidad de nutrientes (Clark, 1992).
22
a
Siwación Dibliográfica
Los líquidos e hidratos de carbono deberían ser recuperados tan pronto corno el
programa del atleta lo permita, sobre todo en el caso de pruebas múltiples o de varias sesiones
diarias de entrenamiento> ya que el músculo es más receptivo a la síntesis de glucógena durante
las 2 primeras horas tras el ejercicio exhaustivo ~Heckert, 1987; Clark y col, 1992). Sin
embargo, esto no es sencillo ya que tanto el ejercicio como la tensión y la ansiedad tienden a
disminuir el apetito. En estos casos se puede recurrir a soluciones giucosadas. Se recomienda
la ingesta dc 0,7-2.0 g de hidratos de carbono/kg de peso al terminar el ejercicio y otro tanto
dos horas después <Ny y col, 1988; Meléndez, 1990),
2,4.2, PROTEíNAS
limitada se necesitan mayores cantidades de las mismas para cubrir las necesidades ya que un
porcentaje <le ellas pasa al anabolismo (Astrand, 1994). y
Existe controversia respecto a las necesidades de proteína según el tipo e intensidad del
ejercicio que se praccique. Las personas con actividad crónicamente elevada, como los atletas
si
implicados en deportes de resistencia, tienen un “turnover proteica mayor que los individuos
sedentarios y, por tanto, una mayor oxidación de aminoácidos esenciales. Este hecho, implica
casi con certeza un aumento en sus necesLdades (Young, 1986; Lemon, 1987; Tarnopolsky y
col> 1988, Friedman y Lemon, 1989), Seha observado un aumento significativo en la velocidad
de resintesis de proteína en músculo tras un ajercicio de baja intensidad (Carraro y col, 1990).
Además, se ha visto que la concentración de urea en plasma y orina aumenta durante el ejercicio
y permanece elevada durante algún tiempo después en proporción también a la intensidad y
duración del mismo Wemon y col> 1984), Otros autores, sin embargo, examinando la
recuperación tras un ejercicio de intensidad superior no apreciaron que el catabolismo de la
proteína corporal hubiera aumentado respecto al reposo (Devlin y col, 1990). Algunos estudios >4
t
4,4
44
• Situación Bibliográfica
Pero la opinión más generalizada es que las Ingestas recomendadas para la población
general, 0.75 g/kg de peso/día (FAO/WHO/UNU, 1985) ó 0.8 g/kg de peso/ch a (Food and
~NutritionBoard, 1989> puede resultar insuficiente para los atletas, ya que en ellos hay que tener
en cuenta otros aspectos como son la necesidad de crecimiento de la masa muscular en deportes
de potencia máxima (levantamiento de pesas, lucha, jabalina, etc.), la relativa frecuencia con
que se da la llamada anemia del deportista’ y el posible balance negativo de nitrógeno
producido por la ansiedad y el estrés (Guthrie, 1986).
Se han realizado numerosos estudios encaminados a determinar las ingestas óptimas para
el colectivo de atletas. Así, por ejemplo, los valores recomendados por Meredith y col. (1989)
para atletas de resistencia son 1,26 g/kg de peso o incluso más> teniendo en cuenta que la
calidad de la proteína utilizada en su estudio era superior a la de la dieta normal; Tarnopolsky
y col. <1988> 1992) indican que los valores de seguridad serian de 1.2 g/kg de peso para
- culturistas y de 1,6 g/kg de peso para atletas de resistencia, estos valores serian válidos sólo
cuando la dieta consumida fuera rica en energía e hidratos de carbono y con un régimen de
entrenamiento ya instaurado ya que un aumento en la intensidad del ejercicio> disminución de
la ingestaenergética o disminución en la relación hidratos de carbono/grasa dietética conducirían
a una menor eficacia de la bioutillzación de la proteína; Friedman y Lemon (1989) consideran
las IR comprendidas entre los 1.14 y 1,39 g/kg de peso; Young (1986) menciona Ingestas de
1.0-1.5 g/kg de peso como suficientes para hacer frente a las necesidades de ejercicios de
cualquier intensidad con tal de que la ingesta energética sea adecuada,
El énfasis que ponen los distintos autores en una ingesta energética suficiente al tratar
de establecer las IR de proteína se justifica por estudios como el realizado por Kreider (199 ib)
que> simulando las duras condiciones del Tour de Francia, objetivó una elevada degradación
proteica con pérdidas de 0,9kg de masa magra asociada a ingestas energéticas muy deficitarias.
No obstante, asumiendo que la ingesta energética es suficiente para cubrir la altas necesidades
24
Situaciónflibliográfica
provocadas por el entrenamiento, una dieta con 12-15% de energía de proteína seria adecuada it
para todo tipo de atletas (Lemon y Proctor, 1991; Evans, 1993). Dado que en las sociedades
industrializadas
Moreiras y col, la1990),
ingesta proteicaindividuo
cualquier supone un 15-17% de
sedentario las calorías
consume totalesde(Varela
la cantidad y col>
proteína 1988;
necesaria 4%j
para los deportistas, Bastaría un aporte adecuado de proteínas de alta calidad para hacer frente
a las necesidades de este colectivo (Young, 1986; Meredith y col, 1989).
2.4.3. GRASA
[4 É
3
Una presencia equilibrada de grasa en la dieta del deportista es fundamental, ya que 4
como fuente concentrada de energía es insuperable y se puede evitar así el consumo de grandes
cantidades de alimentos quepodrían dar lugar a problemas digestivos. Además, la grasa aporta
vitaminas liposolubles y ácidos grasos esenciales, permite economizar proteína para otras
funciones y es necesaria para la síntesis de esteroides y para el crecimiento nórmal (Linder,
1988). Hay que afladir que es la principal responsable de la palatabilidad y aroma de los
44
alimentos, por lo que un mínimo en la dieta es necesario para hacerla apetitosa (Walstra y
Para los atletas se recomienda tomar el 30% dc la energía de la dieta en forma de grasa
cuando la ingesta energética sea superior a 2200 kcal/dia y menos del 25% cuando sea inferior
(Economos y col, 1993). Es necesaria prestar atención a las proporciones de ácidos grasos ya
que los deportistas tienden a consumir elevadas cantidades de carne con el consiguiente aumento
de la ingesta de grasa saturada. Las recomendaciones establecen que esta sea inferior al 7% de
la ingesta energética total, la pollinsaturada menor al 10% y el resto sean ácidos grasos
monoinsaturados (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1989). Sin embargo, en el caso de los
atletas, dado que sus necesidades energéticas son muy elevadas, estos porcentajes implican una
ingesta absoluta de grasa muy alta (Phoelman, 1990a).
25
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~433’
4.’;~
‘4,4
Situación ¡iibliogrdfica
Por otro lado, las grasas retardan la digestión y el vaciado gástrico por lo que se deberá
evitar una ingesta elevada de las mismas> sobre todo en las comidas previas a la actividad
deportiva ya que no conviene estar haciendo la digestión durante una competición (Grandjean,
1989),
26
Situaciónflibliogrófica
etc, mientras que en ‘sprinters» o en deportistas de fuerza como levantadores de pesas estos
aumentos no se han constatado (Tsopanakis y col, 1989).
Se han formulado distintas hipótesis para justificar estos hechos, aunque ninguna por
si sola parece explicación suficiente: (a) el aumento provocado por el ejercicio en la actividad
de la lipoprotein lipasa muscular ya que los productos de degradación de las VLDL generan a
su vez ROL (Kiens y Lithell, 1989); (b) posibles diferencias en el perfil lipidico de la dieta de
los atletas; (c) en algunos deportistas, como corredores de maratón, que segtln algunos autores
beben cantidades considerables de etanol, los elevados niveles de RDL que presentan podrían
asociarse a este hecho (Willet y col, 1980).
2.4,4. FIBRA
Por otro lado, según se ha comprobado en vegetarianos (Glodin y col, 1986; Heber y
col, 1991; Ingram y col, 1991, Rose, 1990; Adlercreutz, 1991), la alta ingesta de algunos tipos
de fibra se relaciona con alteraciones endocrinas que pueden conducir a irregularidades
menstruales en la mujer. Esto es especialmente negativo entre las atletas por la elevada
incidencia de amenorrea y las graves consecuencias que tiene sobre el estatus mineral la
disminución de los niveles de estrógenos (ver apanado 2.4,1.1.) (Lloyd, 1987).
27
Situación Bibliogrófica
2.4.5. MICRONUTRIENTES
Tanto las vitaminas como los minerales juegan un importante papel corno reguladores
metabólicos> participando, entre otras, en reacciones oxidativas, transporte de oxigeno y
contracción muscular, Por ello, el adecuado estado vitamínico y mineral del organismo es
flindaniental no solo para el mantenimiento de la salud sino para el desarrollo del ejercicio.
En general, entre deportistas no son frecuentes los déficits de vitaminas ni <le minerales
ya que al tener que cubrir un alto gasto energético> siempre que consuman una dieta variada y
equilibrada, las calorías extra van a aportar una cantidad adicional de micronutrientes,
asegurando así un buen estado nutricional (Leaf y Balnlcki, 1989; Worníe, 1990; Kant y col.
1991; Burke y Read, 1993). En este sentido, es necesario prestar especial atención a los atletas
que consumen dietas hipocalóricas o que están sometidos a un fuerte estrés en su entrenamiento
o con horarios de viaje que interrumpan sus programas dietéticos (Anonymus, 1987, Williums,
1989),
Igualmente, si la ingesta proteica aumenta por encima de los lOO g diarios habrá que
incrementar el consumo de piridoxina a 2 mg/día por la Intervención que dicha vitamina tiene
sobre el metabolismo proteico (National Assoclation for Sport and Physical Education y col.,
1984; González-Ruano, 1986),
28
½
Situación Bibliográfica ti
determinado> pero ha de ser superior a la normal por su rápida disminución a nivel muscular
durante el mismo (Papas, 1993). Se han evaluado ingestas hasta 80 veces superiores a las IR j~ .~
sin efectos adversos. Además, la respuesta Inmune que puede producir el ejercicio> semejante 44
a la respuesta provocada frente a la infección aguda o el daflo tisular, es importante para paliar 41,”
los efectos negativos del ejercicio agotador y dicha respuesta se ve asimismo beneficiada por
ingestas elevadas de vitamina E @enedict y Machlin, 1988), Como cifra orientativa> para la
población normal las dosis recomendadas de vitamina E serIan 1 UI/kg peso, pero en atletas,
especialmente si entrenan irregularmente o si empiezan una fase de mayor intensidad de
entrenamiento las dosis recomendadas por algunos autores serIan 100-200 UI. Estas dosis no
presentan riesgo de toxicidad y previenen el riesgo de daño celular (Simon-Schnass, 1993).
2.4.5,3. Lllerro
el agotamiento físico <Paige y Owen, 1984). Esta ingesta deficitaria de la población general se ¿44
29
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‘4
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441
Situación Bit/lo grdfica
agrava en e! deportista por la confluencia de otros factores como son sus necesidades
incrementadas de hemoglobina, la disminución de la absorción de hierro y el aumento de su
eliminación por el sudor y por pérdidas Intestinales (Marcos Becerro> 1989; Williams, 1989;
Wooton, 1990),
2>4.5.4. Calcio
A la vista de lo expuesto, podemos decir que tanto el hierro como el calcio son
minerales que requieren una atención muy especial por parte sobre todo de las mujeres
implicadas en actividades físicas Intensas, Esto hace que tengan que poner especial cuidado en
la selección de alimentos que componen sus dietas, principalmente las adolescentes, con hábitos
alimentarios muchas veces incorrectos, que siguen con frecuencia dietas hipocalóricas y evitan
las principales frentes de calcio y hierro por preferencias personales (Moffatt, 1984; Anonymus,
1987; Sundgot-Borgen, 1993).
30
it
SftuaciónBibliográfica
2.4.5,5, MagnesIo
ti
El magnesio es un importante regulador del metabolismo celular energético que
interviene entre otras funciones celulares, en la contracción muscular, transmisión
neuromuscular, síntesis de proteínas y ácidos nucleicos, transporte a través de membrana y
equilibrio electrolítico con otros cationes (Garrido, 1990). Es además regulador de la glucolisis .1.
y del transporte de oxigeno a nivel eritrocitario (Deuster y col, 1987).
Steinacker y col, (1987) (mencionados por Casoni, 1990) han comprobado un mayor
rendimiento suplementando las pérdidas causadas por el ejercicio, aunque, como sucede con los
demás nutrientes, la suplementación cuando los almacenes corporales son suficientes no supone
ningún beneficio (Terblanche y col, 1992),
asociados a estas enfermedades, casos de muerte stlblta en deportistas, a los que se piensa que
podría contribuir la deficiencia persistente de magnesio (Stendlg-Zlndberg, 1992).
¿1
La sintomatología clínica de la deficiencia de magnesio se presenta como 4<~
hiperexcitabílidad ¡icuromuscular. Por ello, las autoridades médicas del deporte han obligado ‘4
en algunos paises como en Francia, a la realización de tests para la detección de tetania latente ¿
en atletas (Rayssiguler y col, 1990~, 4’
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444 ¡
Situación Bit/logrófica
Cromo, Por su papel en la regulación del metabolismo de la insulina y> por tanto, en
el de hidratos de carbono, grasa y proteína, este elemento está siendo foco de atención entre los
investigadores de la nutrición en el deporte. Pérdidas excesivas de cromo debidas al ejercicio
prolongado> junto con una dieta deficitaria podrían alterar la tolerancia del organismo frente a
la glucosa (Anderson, 1992), siendo conveniente entonces la suplementación (Lefavi y col,
1992),
32
Situación Bibliográfica
~1
~‘4
2.4.6, AGUA
Entro los efectos adversos que la deshidratación lleva consigo se encuentran: aumento
de la frecuencia cardiaca, reducción del rendimiento físico (la pérdida de un 2% de peso
corporal disminuye un 20% el rendimiento)> reducción del consumo má~imo de oxígeno,
aparición de la sensación de fatiga y alteración del mecanismo de disipación de calor, con el 4
4
consiguiente aumento de la temperatura corporal y riesgo de pérdida de coordinación @Vooton,
1990; Murray, 1992). La deshidratación extrema (5-10% del peso corporal) puede llegar a
4+
poner en peligro la vida del deportista (ver capitulo 2,5) (National Association for Sport and
Physical Education y col,, 1984; Guthrle, 1986; Jandrain y col., 1988; Wooton, 1990), La
forma más sencilla para el control de la pérdida de liquido es la vigilancia del peso del
deportista antes y después de las sesiones de entrenamiento (Ribas, 1990).
No se debe esperar a tener sed para beber> dado que el ejercicio retrasa la aparición de
esta sensación y cuando se siente ya se ha perdido un exceso de agua y electrolitos y ha 2
aparecido la fatiga (Wooton, 1990). Además, puesto que el estómago no puede aceptar más de
1 litro de agua de una vez, se hace necesario beber en menores cantidades repetidas veces
(Ribas> 1990), El atleta debe anticiparse a cubrir sus necesidades y beber en abundancia antes
del ejercicio así como durante el mismo si es de larga duración, y especialmente a elevadas
temperaturas (Leaf y Balnicki, 1989), Durante el entrenamiento intenso se recomienda beber
1.44
‘4;
33
‘41
<‘41
u
Situación Bibliogrófica
Por otro lado, ya que el consumo de proteína entre los deportistas suele ser elevado,
hay que tener en cuenta este factor como un posible contribuyente a la deshidratación. Como
es sabido, la osmolaridad de la orina depende principalmente de la urea y cloruro sódico, por
lo que el contenido en proteína y sal de la dieta son determinantes del trabajo de concentración
que el riñón debe realizar; hay un volumen mínimo de orina necesario para que el riñón pueda
eliminar la carga osmótica aportada por la dieta <Grande Covián, 1993).
Además, la pérdida de peso asociada a una dieta con restricción calórica y a la práctica
de ejercicio, aunque con ingesta de agua sin límite, se debe en un porcentaje elevado a pérdida
de agua (Grande Covián, 1993). Este sería otro factor a tener en cuenta entre los numerosos
atletas sometidos a este tipo de dietas,
En cuanto a las personas que realizan depones de altura como alpinismo, es sabido que
la pérdida de agua producida por evaporación de las superficies respiratorias puede ser alta
debido a la mayor sequedad ambiental, baja temperatura del aire y el aumento de los
movimientos respiratorios debido a la baja tensión de oxigeno (Grande Covián, 1993),
e Preparados comerciales
34
Situación Bibliográfica
~‘?
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1~
por el vaciado gástrico y la absorción intestinal. Dicho vaciado está a su vez inversamente
relacionado con la osniolalidad, por ello, la concentración de estas bebidas debe ser controlada,
ya que si aportaran concentraciones elevadas de electrolitos la absorción de líquidos se vería
‘Y.
retrasada> suponiendo esto un perjuicio en lugar de un beneficio <Odriozola, 1988; Wooton, 41
1990). En estado de reposo, la tasa de vaciado gástrico de agua es mayor que la de las 4
soluciones glucosadas, Sin embargo, durante el ejercicio esta relación se altera y la tasa de
vaciado de agua y de soluciones de menos del 10% de concentración son similares, permitiendo ¡y]
Las bebidas enriquecidas con nutrientes pueden ser muy dtiles en los momentos
anteriores a una prueba, y durante la misma si es prolongada> para compensar la falta de apetito
provocada por el estado de ansiedad y muchas veces la falta de tiempo para comer, Las ventajas ~>‘
i~.44I
de estos preparados son su fácil consumo, rápida disponibilidad de nutrientes, no producen ‘4”
nauseas ya que son vaciados rápidamente del estómago, no dejan residuos, no aportan energía
(Util en aquellos casos en los que se quiera controlar el peso), etc. (McArdle y col, 1986;
Heckert, 1987).
• Alcohol 1<
acción sobre el sistema nervioso disminuyendo la coordinación y los reflejos> puede ser causa
de menor fuerza muscular y rendimiento, puede interferir en la utilización y transporte de
oxigeno> aporta exclusivamente calorías vacias (sin otros nutrientes), aumenta las necesidades . U.
de algunos componentes de la dieta y disminuye la absorción de otros (como ácido fólico o zinc) nl
y, sobre todo, inhibe la hormona antidiurética, con lo que contribuye a la deshidratación del 4,
deportista (National Association for Sport and Physical Education, 1984).
• Bebidas gaseados.
Estas, al igual que los zumos de fruta, pueden emplearse para reconstituir la reserva “ti
alcalina y contrarrestar así la acidosis que aparece en los estados de fatiga; sin embargo, pueden
producir problemas digestivos por su contenido de C02 (Davis y col, 1990).
y
35
1
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‘¼
Situación Bibliográfica
2.4.7. ELECTROLITOS
La sudoración profusa aumenta las pérdidas de sodio> potasio e iones cloruro aunque
una de las adaptaciones de los deportistas al ejercicio es la producción de un sudor hipotónico
comparado con el del individuo no entrenado, Esta es una adaptación semejante a la que ocurre
en la aclimatación a un clima caluroso (Ribas> 1990),
Ya que las dietas normales suministran cantidades suficientes de estos elementos no es,
en general, necesario reemplazarlos durante el entrenamiento o la competición (Guthrie, 1986).
Es mas, no se deben tomar cantidades extra de sodio porque se pueden alterar los mecanismos
corporales de conservación del mismo mediados por ¡a aldosterona, llegándose a perder así
incluso mayores cantidades por el sudor ~Leafy Balnicki, 1989). El aporte suplementario de
potasio puede ser conveniente si existe una excesiva pérdida por orina o sudor o en caso de
haber patologías musculares, especialmente calambres (Craplet y col,, 1988).
Los estudios sobre el estado nutricional de atletas son numerosos. A pesar de la creencia
extendida de que este grupo de población es un modelo excepcional de buena salud y hábitos
saludables, se ha demostrado que en muchos casos el consumo que hacen de alimentos es muy
similar al del resto de la población, excepto para la ingesta enorgética, con elevado consumo
de grasa, colesterol y proteína a expensas de los hidratos de carbono (Erotherhood, 1984:
Grandjean, 1989; Faber, 1990), Asimismo> a pesar de que la mayor ingesta energética necesaria
para cubrir sus necesidades debería vehiculizar una cantidad suficiente de nutrientes, se han
observado deficiencias nutricionales asociadas a] consumo de dietas hipocalóricas, especialmente
en mujeres, o a la práctica de hábitos dietéticos no siempre correctos como es la escasa variedad
de alimentos, consumo de calorías “vacias>, etc. (Hickson, 1987; Dernadot, 1989; Malomsoki
y col, 1991),
36
~~~~--.....
‘1~
Situación Bibliográfica
Entre los individuos involucrados en el mundo del depone existe a menudo la creencia
de que un mínimo de grasa corporal es el óptimo, Pero, ¿hay realmente un aumento en el ‘4
rendimiento por la disminución de la misma? Por el momento no existe modo de saber qué >, ¡
porcentaje de grasa corporal es el más adecuado para el ejercicio> lo que es seguro es que tanto
¡4’
los entrenadores como los atletas intentarán todo aquello que crean les puede conducir a la
victoria, Incluyendo manipulaciones en la dieta para modificar la composición corporal y, que
desgraciadamente esto puede conllevar efectos perjudiciales (Katch, 1993), La reducción drástica
de la grasa de la dieta con el fin de disminuir el procentaje de grasa corporal, que está más
relacionada con la composición de la dieta y la actividad física que con la propia ingesta
energética> ha conducido en algunos casos de deportes de larga duración (maratón, esquí de ‘4
fondo, etc) a muertes súbitas probablemente por las llamadas ‘arritmias nutricionales” (Pujo], it.
4#1’4
condicionantes del deporte que practican> presentan baja ingesta energética afecta
fundamentalmente a gimnastas, patinadores> bailarinas, luchadores, halterofílicos, boxeadores, 1
culturistas y corredores siendo especialmente vulnerables las mujeres que practican depones de
alto rendimiento (Astrand, 1994; Walberg y Johnstonm 1991). Sin embargo, últimamente se han
37
11
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It
5!
Situación Bilhiogrófica
e Amenorrea
38
‘4’
II’
Sin¿achin Bibflogrdfica
Entre las deportistas más comunmente afectadas se encuentran las gimnastas ~Baery
Taper, 1992), habiéndosedescrito prácticas dietéticas extremadas que conducen a esta alteración
asimismo en bailarinas (Nilas, 1993), culturistas (Caríson y col,, 1986) y corredoras de
distancia (Kaiserauer y col.> 1989>, VI
‘1
‘14
La interpretación de las causas que originan la amenorrea, a su vez medida diagnóstica v¿~4.
tIc anorexia y osreporosis en atletas, quedan aún por determinar, pero los factores de riesgo para
su desarrollo son el estrés y ansiedad> que alteran las sustancias neurotransmisoras implicadas
en la reproducción; el entrenamiento intenso, que puede hacer variar la concentración hormonal 4,41iI
(National Association ¡br Sport and PhysicaL Education y col., 1984; Marcos Becerro, 1989); ~I:i~I,;
bajo poso corporal> monarquía tardía> intenso entrenamiento previo a la menarquia, anteriores
alteraciones menstruales, Inmadurez hipotalámica, nuliparidad (Shangold y col, 1990) y la baja
ingesta energética y lipidica. Dichas ingestas se ha observado que son casi invariablemente VI
menores en atletas amenorreicas que en las eumenorreicas (Shangold y col, 1990). u
• Osteoporost
ciado que la amenorrea secundaria se asocia con una disminución de los estrógenos plasmáticos, 4
las pérdidas de masa ósea no son infrecuentes en deportistas, Así> se han encontrado atletas de
25 años arnenorreicas con densidad ósea de mujeres dc 51 (Drinkwater y col. 1984 citados por
I3arr, 1987). Este cuadro comporta una mayor frecuencia de fracturas y de lesiones músculo-
tendinosas durante el ejercicio (Carbon> 1992). 4:’’
ISa los últimos años se han descrito con frecuencia en atletas, principalmente entre los
de élite, casos de actitudes anormales frente ala alimentación y comportamientos patogénicos
39
Situación Bibliográfica
para el control de peso (Zucker y col> 1985; Rosen y col, 1986; Rosen y col, 1988; Thorton,
1990). Entre estos comportamientos se Incluyen vómitos inducidos, abuso de laxantes y
diuréticos y utilización de pastillas para adelgazar (Taub y Blinde> 1992).
De nuevo es entre los atletas jóvenes donde existen más problemas> por un lado por ser
especialmente vulnerables frente a la Instauración de alteraciones nutricionales y, por otro, ya
que la restricción energética excesiva junto con esfuerzos intensos puede asociarse con retrasos
en el crecimiento o desarrollo, disminución en el rendimiento físico y alteraciones en el ciclo
menstrual en la población femenina que> de mantenerse un tiempo prolongado, pueden llegar
a hacerse Irreversibles (Craplet y col., 1988; Paige y Owen, 1988; Applegate, 1989; Taub y
Blinde, 1992),
2.5.1,3. DeshidratacIón
Como hemos dicho anteriormente, el agua es uno de los nutrientes críticos para
cualquier atleta y un balance negativo debido a su elevada eliminación o falta de ingesta no es
sólo contraproducente para el rendimiento físico sino que supone un riesgo para la salud
(Hecker, 1984> Brouns> 1992).
Entre los deportes que requieren un peso determinado para poder competir las
situaciones de deshidratación son muy frecuentes, como sucede con los que intervienen en
depones de lucha y los jockeys. Entre los primeros> en su preocupación por “dar el peso” se
handescritorepetidamenteprácticas quedistanmucho deser las adecuadas (Steen y McKinney,
1986; Tipton> 1990), Piensan que pueden subir de peso a base de comer y beber sin control y
40
I
Situación Bibliogrófica
1986)> jockeys (Labadarios, 1993)> etc, han sido ya desde hace años drásticamente condenadas
por la American Medical Associatlon por el riesgo que suponen para la salud de tos atletas
(American College of Sports MedIcine, 1976). ~t~it4íi
2.5,2. ANEMIA
41’:’ 4
(Nieman, 1988) y aumento de la eliminación por sudor y por pérdidas de sangre fi:4”
gastrointestinales (MacCabe y col> 1986; Manore y col, 1989; Marcos Becerro, 1989; Williams,
1989, Wootc,n, 1990), En deportes deresistenciao fondo (marcha> esquí, carreras> triatión, etc)
se puede observar con cierta frecuencia hematuria que> en principio, no traduce ninguna lesión
del aparato urinario, a diferencia de si esta se diera en depones de contacto (rugby, futbol
americano, lucha, etc)> en cuyo caso podría ser expresión de una lesión importante (Pujol, ~1j;lV
1990).
41
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(~.4I
Situación Bibliográfica
Los niveles diminuidos de hierro afectan no solo al rendimiento físico por reducir la
capacidad aerob¡a sino a la salud en general, incluyendo las funciones inmunes y la capacidad
de termorregulación, y ponen al atleta en mayor riesgo de sufrir anemia (Lampe y col, 1991;
Weaver y Rajaram, 1992, Eichner, 1992). La prevalencia de deficiencia de hierro con o sin
anemia se ha estudiado exhaustivamente en corredores do distancia (Nickerson y col, 1985;
Rowland y col> 1987; Balaban y col, 1989; Rlsser y col, 1988; Robertson y col, 1992).
Además, se observan con frecuencia entre ellos alteraciones gastrointestinales (vómitos,
hinchazón, gases) y de la motilidad, debido a la ingesta que realizan durante el ejercicio lo cual,
junto con la anemia, puede comprometer su estado nutricional (Worme, 1990; Brotherhood,
1984; Leaf y Balnicki, 1989).
42
SiruczciónBib/iogrófica
11.4’1.
demuestran cómo la ingesta de proteína podría tener mayor influencia sobre los niveles de u
hierro en sangre que la propia ingesta de hierro (Telford y col, 1993>.
calórico. Estos, junto con otros estudios, han servido como base para la descripción dc las 1
alteraciones nutricionales descritas en el capítulo anterior. En este sentido> los cuestionarios
constituyen tina herramienta imprescindible para descubrir posibles deficiencias y hábitos
Ej
alimentarios incorrectos y poder aplicar así las modificaciones oportunas (Leaf y Balnicki,
1989).
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Situación fiibliogi4tica
Con el fin de alcanzar el máximo rendimiento, la dieta entre los deportistas ha sido
tradicionalmente manipulada y experimentada, motivo por lo que quizá en este área de la
nutrición son más evidentes la ignorancia y fadismos (Leaf y l3alnicki, 1989). El deporte se está
profesionalizando cada vez más y la finalidad de 1parlicipación” se está sustituyendo en muchos
casos por otros objetivos como dinero y fama. El atleta se ve sometido a fuertes presiones
externas que, junto con la ignorancia, le pueden conducir al desarrollo de mitos así corno al uso
frecuente de alimentos atipicos y patrones raros (Pujol> 1990). Es este un colectivo en el que
se han descrito errores notables sobre nutrición, quizá debido a información errónea que se
diÑnde o a una mala interpretación de la información científica disponible (Worme, [990;
Barron y Vauscoy, 1993). En este sentido, los más jóvenes, fácilmente iníluenciahies y con
hábitos alimentarios frecuentemente incorrectos, son esbeclalmentevulnerables (Schrnal z, 1993).
En la actualidad son numerosos los trabajos realizados para valorar la iníluencia de la
nutrición en los procesos metabólicos y en el rendimiento físico del deportista (Hultrnan, 1989;
56
Situación Bibliogr4fica
Jandrain y col., 1988; Leaf y Balnicki, 1989), Se hace pues necesario mayor esfuerzo en la
roe-mación de los atletas, incluso los de élite, en estos temas para desterrar así ideas erróneas
preestablecidas (Craplet y Craplet, 1988; Long, 1989; Burke y Read, 199 la). Sin embargo, la
relación entre un mejor conocimiento de nutrición y prácticas alimentarias adecuadas no siempre
está clara ya que dicho conocimiento sólamente es útil cuando el individuo está dispuesto a
introducir cambios en sus costumbres (Perron y Endres, 1985; Axelson, 1985).
En el caso de los atletas, existe correlación entre el tiempo que el individuo lleva
practicando deporte y el grado de implicación en el mismo y los conocimientos que posee de
nutrición (Douglas y Douglas, 1984), lo cual demuestra la preocupación que este grupo de
población siente por conseguir un estado nutricional óptimo y por aprender cuáles son los
medios para conseguirlo (Barr, 1986>. La mujer, en general, tiene mayores conocimientos del
tema que el hombre y, sin embargo, en los atletas varones son mucho menos frecuentes los
déficits nutricionales ya que al realizar un mayor consumo energético es más fácil que hagan
frente a todas sus necesidades (Dough y Douglas, 1984; Leaf y Balnicki, 1989).
Los entrenadores juegan un papel fundamental en las prácticas alimentarias de los atletas
del siglo XX> asumen responsabilidades tales como prescribir dietas, necesidades de líquidos
y suplementos, aconsejar sobre el peso ideal para competir> etc. Dado el innegable ascediente
que tienen sobre los deportistas, es obvia la necesidad de que éstos estén correcta y ampliamente
informados sobre nutrición (Corle>’, 1990). Sin embargo, en algunos casos se ha visto que sus
conocimientos no son del todo exactos, incluso los propios entrenadores reconocen no estar muy 4jK41
seguros de los mismos, y recomiendan prácticas no siempre adecuadas (Caney y col, 1990),
seguridad según el nutriente así como con la edad y estado de salud del individuo, Además, »
dosis elevadas de minerales y vitaminas pueden interferir can el metabolismo normal de otros
nutrientes y con los efectos terapéuticos de algunos medicamentos (National Cholesterol
57
41 “4’
Y
Situación Bibliogr4flca
Education, 1988; Comrnittee on Diet and Hea]th, 1989). En este sentido, ‘más es algunas veces
mejor, algunas veces peor y siempre más costoso’ (Mukeshí, 1993).
Por lo que a los atletas se refiere, los estudios que pusieron de manifiesto una
disminución del rendimiento por el padecimiento de diversos déficits nutricionales (Brotherhood,
1984; Clementa y Sawchuk, 1984; Williams, 1989>, junto con el deseo de aumentar rápidamente
su masa muscular (Young, 1986), han llevado a la utilización masiva de suplementos
vitamínico-minerales o de proteínas que, en muchos casos, no se ajustan a las necesidades reales
del colectivo o que, por falta de información, pueden ser inadecuadamente utilizados (Arroyave,
1988; Probart y col, 1993). En este sentido, es entre atletas de fuerza como levantadores de
pesas, culturistas y jugadores de futbol americano, donde se encuentran los principales
consumidores de suplementos y los mitos son más frecuentes (Kleiner y col, 1990; Holísad,
1987>.
En la mayoría de los casos los suplementos no son más que una fuente más cara de
proteínas, azúcares o vitaminas con un beneficio más psicológico que fisiológico. Además,
algunas veces su utilización no conduce a un aumento en la ingesta de nutrientes ya que van
acompañados de menor consumo de alimentos (Holland, 1987). Cuando estas prácticas
sustituyen a un programa nutricional correcto la salud y el rendimiento pueden verse
comprometidos (Anonymus, 1987).
Sin embargo> los suplementos tienen como misión prevenir y solucionar situaciones
deficitarias que se provocan con el ejercicio, siendo la base de su utilización pues el
conocimiento de las necesidades nutricionales del deportista y de los efectos fisiológicos del
ejercicio. En los casos en que hagan frente a una necesidad real, como puede ser el caso de las
bebidas azucaradas y electrolfticas, se puede decir que los suplementos si incrementan el
rendimiento (Burke y Read, 1993). Fuera de esto, los alimentos y sustancias ingeridas con este
fin son innecesarios ya que, según los conocimientos actuales, ninguna suplementación sin
deficiencia previa ha demostrado tener alguna efectividad, salvo la debida al efecto placebo
(Telford y col> 1992>. Muchos de los trabajos realizados que encuentran mejoras en el
58
41 1
Situación Bibliogrdfiu¿ .1
~11
rendimiento por suplementación son cuestionables, ya que carecen de controles previos que [A
indiquen si existe o no una derwiencia (Passmore y Eastwood, 1986; Guthrie, 1986; Odriozola>
[988~ Wooton, 1990; Gibney, 1990).
Astrand, ¡994): temor a padecer enfermedades carenciales; cuanto más se tenga de algo ¡ III’
beneficioso para el organismo> mejor; las necesidades de vitaminas aumentan con el ejercicio;
las vitaminas “per se’ pueden incrementar el rendimiento> etc, El consumo de megadosis de jlii 4
vitaminas sin embargo puede resultar perjudicial, por un lado por la posible toxicidad de las
liposolubles nl ser almacendas en el organismo (National Association for Sport and Physical ~YL
ISducatiun y ccl.. 1984) y, por otro> dentro de las hidrosolubles el ácido ascórbico, por ejemplo, 1
en elevadas dosis (2 gAlia) se asocia con una mayor incidencia de cálculos renales, disminución
de la capac ¡dad bactericida de los leucocitos y posible aparición de escorbuto, por dependencia>
4
al rebajar la dosis a nivele.s normales (Arroyave, 1988).
La proteína es uno de los nutrientes más mitificados entre algunos deportistas,
especialmente entre culturistas y levantadores de pesas y aquellos que desean aumentar
.U
rápidamente de masa muscular. Por ello, es frecuente el abuso de alimentos y suplementos
cl ietdt icos ricos en proteína cuyo consumo, por otra parte, podría asociarse a efectos secundarios A
indeseables (Wilrnore y Freund, 1984; Young, 1986; Odriozola, 1988; Tarnopolsky y col.,
1988; Grunewald y Barley> 1993), A este respecto, es necesario dejar claro que el crecimiento
muscular no se produce simplemente por el hecho de consumir altas cantidades de proteína,
siendo el principal factor hacer trabajar al mdsculo varias veces a la semana por lo menos al
<‘idi
4
(Grandjean, 1993).
4%’
.441
4%
14,~
Situación Bib/iogi’djicc¿
mitocondria donde son usados como fuente energética podría aumentar la actividad enzimática
de la cadena respiratoria muscular (Huertas y col, 1992). Este compuesto nitrogenado,
abundante en carnes y productos lácteos, es sintetizada por el organismo a partir de metionina
y Usina, luego su aporte exógeno sólo estaría recomendado cuando la síntesis orgánica no fiera
posible o existiera deficiencia en alguno de los dos aminoácidos necesarios para su construcción
(Renner, 1989). En estos casos, la carnitina se vienen considerando por algunos autores como
nutriente esencial, ya que su carencia provoca efectos adversos como miopatías y debilidad
muscular por acumulación de lípidos (Rudman y Williams, 1985; Feller y Rudman, 1988).
60
3. METODOLOGIA
Metodología
- Programación dietética para la Villa Olímpica, realizada en Madrid durante los meses
anteriores a la celebración de los Juegos.
- Diseflo de un cuestionario que recogía información sobre: antropometría, actividad
física, ingesta de alimentos y actitudes de los atletas frente a distintos aspectos de la nutrición,
- Trabajo de campo llevado a cabo en la Villa Olímpica.
- Cálculo de las Ingestas Recomendadas para cada uno de los participantes en función
del sexo, edad, actividad física, peso corporal y consumo de energía.
63
A’!etodología
64
Mewdolog(a
propios atletas. EL escrito original en castellano se tradujo a otros tres idiomas más: inglés,
francés y catalán.
El libro constaba de tres partes: un prólogo escrito por Campofrío como Patrocinador
del estudio, un capitulo referente a organización, desarrollado por el COOB, en el que se
describían los distintos restaurantes, tanto el principal como los cuatro módulos de El Espigón,
horarios de servicio, etc. y el capítulo correspondiente al estudio dietético propiamente dicho,
realizado por nuestro equipo. Este estudio a su vez incluía los siguientes apartados:
a) Introducción:
Generalidades de nutrición
Dieta mediterránea y consumo de grasa
Necesidades nutricionales de los atletas
b) Programación dietética:
*Valor nutritivo de las recetas. Se estudió para cada una de ellas el contenido
en energía y los siguientes nutrientes: proteína total> lípidos totales y sus fracciones: ácidos
grasos monoinsaturados (AGM), ácidos grasos poliinsaturados (AGP), ácidos grasos saturados
(AUS) y colesterol; hidratos de carbono totales; fibra dietética; minerales (calcio, hierro,
magnesio, zinc, sodio y potasio); vitaminas (tiamina, riboflavina, equivalentes de niacina, ácido
fólico, B6, B12, ácido ascórbico, retinol, fl-caroteno, D y E>. Asimismo, para cada receta se
estableció el perfil calórico, es decir> el aporte de proteína> grasa, hidratos de carbono y alcohol
al valor energético total, Esta información se dispuso en fichas individuales para cada receta y
se ordenaron alfabéticamente, para una más fácil localización de las mismas, según el primer
idioma que aparecía, el castellano.
65
Metodología
Por otro lado> en los comedores de la Villa se proporcionó ademas, mcd ame
pictogramas, una información sencilla de cada plato para t’i~ciLitar una elección rápida dc los
mismos. Ya que uno de los datos de mayor interés para los atletas es el contenido de hi(lrarcs
de carbono de los alimentos, un Cobi, logotipo de la Olimpiada, de color marrón indicaba los
platos con alto contenido en este niacronutriente. Asimismo, el contenido energ¿dco de cada
plato se indicó mediante Cobis de tres colores diferentes:
Era el lugar donde se alojaban los atletas y miembros de las Delegaciones dc los
distintos países. Cada una de dichas Delegaciones tenía asignada una zona de residencia
determinada en los bloques de apartamentos repartidos por la Villa, mientras que las zonas
comunes de esparcimiento se localizaban fundamentalmente en un módulo principal céntrico.
donde se situaban el comedor y las tiendas. Perpendicularmente al paseo marítimo, enfrente dcl
mencionado módulo> se localizaba el Espigón del puerto Olímpico con sus correspondientes
instalaciones.
66
blcuodología
La XXV Olimpiada acogió a un total de casi 9.500 atletas procedentes dc 167 paises
según se relacionan en la tabla que figura a continuación. Un 30% era de origen europeo -
escandinavos, Centro y Este de Europa-, 22% mediterráneo, 21% anglosajón, 16% asiático y
oriental y el 19% restante procedían de Oriente Medio> Africa y América del Sur.
67
Número de atletas representantes de los 167 paises participantes
en los Juegos de la XXV Olimpiada
La oferta alimentaria se dispuso en “islas” de platos fríos y calientes que eran atendidas
por personal especializado. En unos estantes sobre cada plato se colocaron los pictogramas con
la información nutricional antes comentada, Se siguió un régimen de autoservicio, permitiendo
el acceso libre a todos los módulos. Con el fin de que los deportistas no fueran importunados
por periodistas o visitantes, la entrada al restaurante de personas ajenas a la organización estaba
prohibida.
La ocupación de este restaurante cada uno de los días que estuvo en funcionamiento,
así como la distribución de comensales en desayuno, comida y cena se recoge a continuación.
69
Ocupación del Restaurante principal de la Villa Olímpica
-1- ~
Metodología
Además, una cafetería ofrecía como servicio de mañana el desayuno continental tipo
“buffet’ y como almuerzo y cena, un surtido de bocadillos, tapas y pinchos. Al igual que en
el restaurante principal, se siguió un régimen de autoservicio, Los horarios de cada uno de estos
restaurantes figuran a continuación:
71
¿vktodofr’gia
3.3.1. CUESTIONARIO
Para la recogida de datos se diselid un cuestionario que constaba de cuatro partes: (a)
antropometría, (b) actividad física, (e> medida de la ingesta de alimentos y (d) actitudes de los
atletas frente a aspectos de nutrición,
a> Antrupomefría
72
Metodología
rcspectivarnente, en aquellos casos en que los atletas registraran sus datos como libras y
pulgadas, se utilizaron los correspondientes factores de conversión (1 libra=4,536 kg; 1
pulgada~2.54 cm).
* modalidad deportiva
~‘ número de horas de entrenamiento semanales
* número de horas dedicadas al sueño diariamente
* clasificación de la actividad realizada durante el resto del día como: baja,
media o alta.
Las fechas seleccionadas para que las dos encuestadoras lleváramos a cabo el trabajo
dc campo en Barcelona fueron del 24 de Julio al 9 de Agosto ya que era entonces cuando una
73
Metodología
mayor número de participantes residiría en la Villa y todas las pruebas habrían comenzado. Nos
alojamos en un barco anclado en el puerto de la ciudad, el “Cunard Princess”, disponible para
invitados de algunos de los patrocinadores> desde donde nos trasladábamos a diario a la Villa.
Para poder acceder libremente a la misma se nos proporcionaron las debidas acreditaciones ya
que dicho acceso era estrictamente restringido y controlado con fuertes medidas de seguridad
en cada una de las entradas. El primer paso de nuestra actividad fue contactar, según se había
previsto, con la División de Alimentación del COOB, con oficinas en la misma Villa, para
realizar el estudio prospectivo de los comedores y visitar cocinas, áreas de servicios médicos
y, en general, todas las instalaciones.
Las dos personas encargadas de realizar el trabajo teníamos amplia experiencia en este
campo, toda aquella información mencionada por el atleta aparte de la estrictamente
contemplada en el cuestionario y que pudiera tener relevancia para el tratamiento de los datos
fue cuidadosamente tenida en cuenta y anotada en el reverso del cuestionario. Al final del
mismo figuraba una pregunta al encuestador sobre la valoración personal que cada entrevista
le merecía.
El idioma sólo planted problemas al dirigirnos a tres orientales que únicamente conocían
su idioma nativo; estos fueron solucionados con la ayuda de compañeros que hacían de
intérpretes. El resto de los atletas estaban familiarizados con el inglés, lo cual facilitó mucho
nuestra labor.
74
Metodología
75
Metodología
Somos conscientes de que esta clasificación no es más que una de las muchas que
pddrian haberse adoptado. Lógicamente algunos de los agrupados en la categoría “peso” también
pueden considerarse dentro del grupo “individual con adversario”; la esgrima puede agruparse
también entre los de “precisión”, etc.
76
u
tietoclologít¿
Una vez finalizados los JJOO, pudimos acceder a los listados de las clasificaciones
finales; los participantes en el estudio se buscaron entre codo el conjunto y así se vid que entre
los componentes de la muestra el 36% habla obtenido medalla o Diploma Olímpico, como se
recoge seguidamente,
77,
Metodología
Medalla dc Oro 3
Medalla de Plata 6
Medalla de Bronce
Diploma Olímpico (de la 4’ a la 8’ posición) 30
3.4.1. ENERGíA
TMB
Hombres 14,7(W)+496
Mujeres 15,3(W) +619
peso en kg
* (FAOIWROIUNr, 1985)
78
a
Metodología
* (FAO/WHO/VJNIJ 1985)
Para la valoración de la actividad física dfaria se han tenido en cuenta: número de horas
dedicadas al sueño, número de horas dedicadas al entrenamiento (que hubo que dividir entre 1
ya que se registraron semanalmente) y el grado de actividad realizada durante el resto del día.
Esta última fue clasificada por los propios atletas como baja, media o alta; eJ número de horas
a ella dedicadas se determinó como la diferencia entre las 24 horas del día menos las dedicadas
al sueño y al entrenamiento. Las horas dedicadas al sueño y de actividad baja, se multiplicaron
por 1.0; la actividad media por 1.5; la alta por 2.5 y el entrenamiento por 5.0.
3.4.2. NUTRIENTES
79
Metodología
80
lvietodología
El consumo de cada alimento se expresó en gramos. En los casos en que los atletas no
registraron las cantidades de forma ponderal, se recogió la información como unidades de pieza,
envase o cucharadas de servicio. Para la transformación en gramos se tuvieron en cuenta los
datos obtenidos en el estudio prospectivo de los comedores así como los pesos estandarizados
de los envases y de los alimentos individuales.
81
Melodologla
Mediante el tratamiento de los datos se han obtenido los valores medios de consumo
para el total de los atletas y para los que consumen el alimento de que se trate, Se han evaluado
las diferencias entre sexos asi como las diferentes ingestas entre los atletas españoles y los
procedentes de otros paises.
82
a
tYfetodolr>gía
Es necesario aclarar que la suma de los ácidos grasos en algunos casos puede no
alcanzar la cifra de lípidos totales debido a que sus valores no incluyen fracciones como el
glicerol y otras materias insaponificables cíue si están incluidas dentro de la cifra de lípidos
totales.
* Perní calórico, Es decir, el aporte calórico cíe protefnas> hidratos de carbono, lípidos
y alcohol a la i ngesía energútIca total,
* Perfil lipidico, l3s decir, el aporto calórico de cada una de las fracciones de ácidos
grasos a la ingesta energ6tica total.
Todos los datos flieron debidamente codificados y se analizaron a través del paquete
estadístico SIGMA. Los referentes a antropometría, actividad física y medida de [a ingesta han
sido anaiIzados como distribución en percentiles, medias y comparación por t de Student. El
nivel do significación se ha establecido en p <0.05. Los correspondientes a variables
cualitativas se han estudiado como distribución de frecuencias, para el total y por sexos,
respecto al nUmero de individuos que contestó a cada pregunta. Dado que estas eran abiertas
las respuestas son muy variadas y en ocasiones mdltiples por lo que en estos casos presentarán
una suma do porcentajes superior a 100.
83
4. RESULTADOS
4.1. CLASIFICACTON DE PLATOS Y ALIMENTOS
OFERTADOS
SEGUN EL CONTENIDO CALORICO
kcat U
C0NS~E 46 193
ALCACHOFAS REHOGADAS 76 320
SOPA DE FIDEOS 91 380
TRUCHAS FRíAS EN GELATI}IA 98 410
SOPA DF TONATE 98 411
SOPA DE T~4ATE Y JUDíAS VERDES 110 462
SOPA JULIANA 118 496
CREMA DE CHAMPIRONES 129 938
CREMA 08 ESPARRAGaS 135 563
CREMA DE ZANAHORIAS 147 616
SOPA DE CALABAZA 149 624
CREMA DE ESPINACAS 160 470
BERENJENAS AL HORNO 161 672
CALABACINES AL GRATIN 165 689
BERENJENAS REBOZAOAS 168 701
PISTO 171 714
GUISANTES PRIMAVERA 171 716
SOPA DE CEBOLLA 174 730
ACELGAS A LA NAPOLITANA 177 740
ALCACHOFAS A LA NIZARDA 177 742
SOPA DE MEJILLONES 184 769
TORTILLA A LA FRANCESA 185 773
HUEVOS AL PLATO A LA TURCA 191 798
CREMA DE COLIFLOR 195 816
COLIFLOR REBOZADA 196 821
AJO BLANCO 198 829
TORTILLA DE JAMaN 198 830
BUDíN DE REPOLLO CON TC*4ATE 201 8.43
GUISANTES CON JAMaN 210 580
PIPIRRANA JAENERA 215 901
ENSALADA DE CHUCRIJT Y PERA 216 904
TORTILLA DE ESPINACAS 217 908
TORTILLA DE ESPARRAGaS 218 912
JLCIAS VERDES CON JANON 222 929
TORTILLA DE CHAMPIRONES 223 935
JLVIAS VERDES A LA LYONESA 231 968
ESPINACAS A LA INGLESA 234 979
ACELGAS CON PATATAS 236 986
CHAMPIRONES CON BECHAMEL 236 987
HUEVOS AL PLATO 240 1002
HUEVOS RELLENOS VILLALAR 241 1008
BUDíN DE PESCADO 246 1029
R~OABALLO AL HORNO 248 1036
CALABACINES EMPANADOS 248 1038
JUDíAS VERDES A LA ESPAI1OLA 249 1041
TORTILLA DE JUDíAS VERDES CON JAHON 252 1054
HUEVOS RELLENOS 256 1072 89
kcaL kl
90
u
kcal ti
91
kcal kJ
92
SEGUN EL CONTENIDO EN IEUDRATOS DE
CARBONO
Hidratos de carbor~o
(9/raC ion)
93
Hidratos de carbono
<9/ración)
94
Hidratos de carbono
(9/ración)
i1~ ~
MENESTRA DE VERDURAS 37.9
EMPANADILLAS
ACELGAS CON PATATAS
DE BONITO 41,5
38,5
ARROZ BLANCO CON HíGADO 43
ARROZ PRIMAVERA
LAZOS CON RECUESON 67.1
SPAGHETTI PICANTES A LA ITALIANA 61.8
SPAGHETTI CARBONARA 68.9
SPAGHETTI GRATINADOS 69.5
EMPANADILLAS DE CARNE 69.8
TALLARINES A LA ITALIANA 69.8
MACARRONES CON TOMATE 69.9
ENSALADA DE MACARRONES CON QUESO 70
FETTUCCINE BOLOÑESA 11.6
ARROZ AL CIJRRY 74.3
EHSALADA DE ARROZ Y ATUN 74.8
ARROZ MILANESA 15.1
ARROZ PILAF CON PASAS Y ALMENDRAS 16.6
PAELLA CON COflEJO 76.9
ARROZ TRES DELICIAS 71.8
ARROZ MARINERA 78.2
ARROZ CON TOMATE Y HUEVOS FRITOS 18.7
ARROZ A BANDA 88.9
ARROZ A LA CUBANA 902
CHULETAS OS CERDO CON PASAS 91.3
ARROZ AL HORNO CON GARBANZOS 100.4
ESCUDELLA CATALANA 102.4
96
SEGLJN EL CONTEN~O EN PROTEINA
Proteina
<g/ración)
97
Proteína
Cg/ración)
98
~—m~I u
~¡W~/I/4///¿WS
U
r
Proteína
Cg/ración>
99
Proteifla
<9/ración)
‘¿Jo
SEGUN EL CONTENIDO EN CALCIO
Calcio
<mg/ración)
102
Catci<
<mg/ración>
103
Calcio
<mg/ración)
104
SEGLIN EL CONTENIDO EN HIERRO
ferro
<mg/ración)
105
Hierro
<mg/rac ón)
106
Hl erro
<mg/ración>
107
Ni erro
<mg/ración)
108
~1
S EGUN EL CONTENIDO EN GRASA
SATURADA
110
Acidos grasos saturados
<g/ración>
111
Acidos grasos saturados
<a/ración)
112
SEGUN EL CONTENIDO EN COLESTEROL
Coles teret
<mg/radón)
ALCACHOFAS REHOGADAS O
ACELGAS CON PATATAS O
PISTO o
BERENJENAS REBOZADAS O
JUOIAS VERDES A LA ESPAROLA O
PATATAS GUISADAS O
GAZPACHO O
SOPA DE FIDEOS O
CREMA DE ZANAHORIAS O
AJO BLANCO O
SOPA DE TaNATE Y JUDíAS VERDES O
ARROZ AL HORNO CON GARBANZOS O
ENSALADA DE PATATAS O
ENSALADA QE CHUCRUT Y NRA O
BONITO A LA VINAGRETA
BONITO CON TOMATE
BESUGO AL HORNO
RC*4ESCU DE PESCADO
PEZ ESPADA COfl CEBOLtA O
BERENJENAS Al. HORNO O
ALCACHOFAS A LA NIZARDA 3
MERO AL ESTILO DE LA COSTA BRAVA 7
ACELGAS A LA NAPOLITANA
JWIAS VERDES A LA L¶ONESA lO
ESCVVELLA CATALANA 10
GUISANTES CON JAMaN 11
EMPANADILLAS DE BONITO II
ARROZ PRIMAVERA 11
SOPA DE CALABAZA 12
LENTEJAS GUISADAS 12
MENESTRA DE VERDURAS 12
SOPA JULIANA 12
JUDíAS CON CHORIZO 12
SOPA DE CEBOLLA 13
ARROZ PILAF CON PASAS Y ALMENDRAS 14
SOPA DE TOMATE 19
RWABALLO AL HORNO 19
GUISANTES PRIMAVERA 21
ARROZ MILANESA
CREMA DE CIIAMPIRONES 26
SPAGNETTI PICANTES A LA ITALIANA 27
TALLARINES CON O1,JESO Y MANTEQUILLA 27
RAPE CON LECHE 28
CREMA DE ESPINACAS 28
POTAJE DE JUDíAS, ACELGAS Y ARROZ 29
CALABACINES AL GRATIN 30
~13
Y\.d !~~CjL
114
ColesteroL
<ir~frac 1 ón)
115
Colesterol
(mg/ración>
Sfnibolos empleados
(Tr): 1.4 cantidad de nutrientes está generalmente por debajo de los
llínites de nínilisis de la técnica. En la mayor parte de los casos existe una
significación dietética cuantitativa, por lo que puede considerarse cero a
efectos de cálculo
(-): Dato no disponible
Abreviaturas empleadas
¡‘vot.: Proteína
iLde Ca Hidratos de carbono
BA: Tiamina
IJ~: Riboflavina
vit. Ca ácido ascórblco
vlt. A (eq): vitamina A (equivalentes de retinol)
:
ZUMOS
Do pomeLo 90 31 132 8 28 Tr
Do naranja 89 33 143 8 35 (8.3)
Do pifia 86 53 225 13 8 (6.6)
Do lomalo 93 16 66 3 20 (83.3)
Do manzana 88 47 197 12 1
De Iiíndn 92 23 96 7 42 -
De lima 90 26 109 9 21
OTRAS BEBIDAS
117
FRUTAS
Melocotónenalmlbar 77 84 351 22 0 8 42
Piñaenabulbar 78 80 335 21 0.9 8 7
118
FRUTOS SECOS
Ca Fe Mg Za BI B2
(mg) (mg) (mg) (mg) (mg) (mg)
119
LACTEOS 1
120
LACTEOS II (QUIiSOS)
121
CEREALES DE DESAYUNO
122
“SALAD BAR”
dbanos 14 59 2.7 1 24 20 0
~orno¡ncIía 29 121 6.4 3,1 90 10 0
ornato 18 75 7 1,5 28 26 207
anahoria 33 138 7,3 2,9 10 6 1333
~ccilurías ¡87 782 1 4,4 . 0 22
4aiz 83 347 19 0.7 - 12 -
luovo cocido 150 628 Tr 0 25 0 160
ulala cocida 79 331 18 2 12 1 0
123
PESCADOS AHUMADOS
124
PRODUCTOS CAiRN[COS
125
CESTA DE PAN
126
REPOSTERIA.
Los resultados aportados por las variables cuantitativas, tanto los correspondientes a la
ingesma como aquellos que hacen referencia a datos antropométricos y actividad física, se
recogen en este capítulo en Tablas de forma individual para cada uno de los atletas a los que
siempre acoínpaña un nxlrnero de identificacida; en ellas figuran asimismo la categoría deportiva
y el sexo. El urden que se sigue sieínpre para presentar estas Tablas atiende al criterio de
categorías segdn so han enunciado en cl apartado 3,4.2. y es el sIguiente: equipo, peso,
individual con adversario, medio estable, medio variable, precisidn y esfuerzo elevado y cambio
niusctil¡ít.
A continuacidn so incluye un listado que recoge los 126 atletas estudiadas siguiendo un
orden correlativo en funcldn del cddlgo que les ha sido asignado. En dicho listado figura el
sexo, país do origen y modalidad deportiva que practica cada uno de ellos,
129
C~OIGO SEXO PAíS M~ALIDAD DEPORTIVA
)
Tabla 3
Sexo, edad y a¡itroponeírh¡ dc 1 (k¶ participantes,
CATEGORÍA “INDiVIDUAL CON AL) VERSARIO”
76 li 29 75 ¡85 22
18 M 19 60 161 23.!
112 M 20 62 165 22.8
Pelota vasca 11 U 84 185
38 E 26 73 Igl 22.3
50 II 34 72 liS 22.7
68 ¡.1 24 82 187 23.4
99 U 21 so 186 23.1
Esgrima 56 1-1 27 81 ¡87 23.2
63 U 24 76 182 23
93 U 23 71 177 22.7
97 Nf 31 60.3 175 ¡9.7
121 M 19 55 155 22.9
* IMC= poso (kg)/tal¡a2 (ni)
¡35
Tabla 4
Sexo, edad y antropometría de los participantes. CATEGORÍA ‘MEDIO ESTABLE”
¡36
)
‘lhihla 5
Sexo, edad y antropometría do los particIpantes. CAT.E(;ORIA “MEDIO VAR
138
Tabla 7
Sexo, edad y antropometría de ¡os pnrticipaíues.
CATEGORÍA “ESFUERZO ELEVADO Y CAMBIO MUSCULAR”
TablaS.
Detenninación del gasto energético (kcalldfa>. CATEGORÍA ‘EQUIPO”
140
Tab¡a 9
Determinación del gasto energdtko (¡<cid/día). CATEGORÍA “PESO”
49 H 2071 4 8 ¡2 . -
142
Tabla 11
Determinación del gasto energético <kca[ldfa). CATEGORÍA “MEDIO ESTAI3L:
41 1-1 1704 5 9 10 - -
46 ¡4 1781 4 8 12 -
103 Ii 1949 2 7 - 15 -
43
Tabla 12
Deteniíinación del gasto energético (¡<cal/día). CATEGORÍA “NIEDIO VARIABLE”
144
r
Tabla 13
Determ¡nación de! gasto energético (¡<calló(a), CATEGORÍA ‘PRECISIÓN’
7 M 1290 2 8 - . ¡4
33 Nl 1378 2.6 6.5 - 14.9
arUstica
146
1
¡
o
ca
1
.2
Tabla 15
Consunto de algunos alimentos (g/dia).
x±DS n x±DS
Refrescos 346±554 57 765±600
1~cchc entera [78±212 76 295±200
Zumos de cftricos 130±255 40 410±300
¡‘atatas 119±134 70 214±110
Yo9ut 110±162 57 243±161
PolIo 110±175 45 287±180
Carne de yuca 104±136 57 227±112
Iie¡ados 91±141 57 202±146
Manvuia 91±151 44 261±145
Pan blanco 74±81 83 112±74
Pasta 67±61 79 107±40
PUlano 62±121 38 205±138
Naranja 60±131 32 238±160
Molón 58±107 38 193±109
Melocotón 50±129 23 275±171
Sandfa 44±120 24 231±183
Arroz 39±55 52 95±44
Pasteles 31±71 32 126±91
Fresas 26±71 19 174±88
Zumos no cítricos 21±83 8 325±103
148
bibl¡~ 16
Conswno de grupos de alimentos (x ±DS). Comparación entre suxos.
Tabla 17
Consumo de grupos de alimentos (xtDS), Compantción segi1u~ país dc procedencia
U de C Proteínas L<pidos
Voleibol 1 M 2932 2031 69 56 9 35
66 M 2758 3193 116 54 16 30
Beisbol 14 1-1 3761 3830 101 62 10 28
15 ¡4 3691 4369 118 47 23 31
43 ¡4 2835 4000 141 53 17 31
52 II 2750 1840 67 64 14 21
78 ¡4 3996 2475 62 46 15 39
105 ¡4 2961 2766 93 53 15 32
Baloncesto 24 ¡4 3976 5854 147 55 14 31
27 ¡4 3794 5664 149 61 15 24
73 ¡4 3604 3210 89 48 21 31
90 ¡4 3516 3694 105 51 20 29
64 M 2217 1805 81 65 10 25
74 M 3229 2084 64 45 26 29
92 M 2867 2068 72 45 14 41
119 Nl 3102 1491 48 56 13 32
Balonmano 32 H 3631 3229 89 42 23 35
36 ¡4 2514 3807 151 47 15 38
83 ¡4 3360 2504 74 41 26 32
84 ¡4 3495 2322 66 58 12 29
85 ¡4 3365 2915 87 50 18 33
95 ¡4 4027 3745 93 52 18 31
Waterpolo 61 H 1964 3586 106 61 9 30
117 H 2133 3396 86 63 9 28
122 ¡4 1941 3089 83 49 19 31
123 H 1872 2701 14 51 16 33
Hockey 72 H 1765 2380 11 47 22 30
2 Nl 1378 2273 96 71 99 20
151
Tabla 20
ingesta energética (1) y aporte al gasto (%IIG) (kcal). Perfil calórico.
CATEGORÍA “INDIVIDUAL CON ADVERSARIO”
¡1 de C Proteínas LípIdos
152
Tabla 21
4
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Ingesta energética (» y aporte al gasto (‘9*1/O) <kca¡). Perfil calórico. CATEGORLt\ “PREd
Perfil cahSrko
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157
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Tabla 26
Ingesta de hidratos de carbono, lípidos y fibra Cg/día), CATEGORÍA “PESO”
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Fibra
Deporte
AGS AGM AGP Colesterol Total
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16 H 310 69 83 11 397 178 8.8
77 II 222 22 23 4.9 351 55 11
94 E 186 11 18 4.2 272 36 2.4
111 U 402 50 66 9 207 135 11
8 M 349 23 43 9.6 348 82 8
28 M 243 17 29 12 193 63 20
87 Nf 320 8 13 4.6 238 29 18
Boxeo 25 E 437 35 34 11 481 127 16
31 E 415 37 38 6.4 793 89 17
49 E 345 31 45 10 302 98 37
91 U 123 14 18 3.4 179 38 7,8
100 H 381 45 88 15 614 161 7
Taekwondo 29 H 771 59 49 11 905 129 15
60 E 302 25 36 6.8 347 75 6.3
82 E 548 53 47 7.6 290 127 22
88 E 132 2 2 1.9 111 7 13
89 E 185 3 5 2.3 128 13 18
124 E 225 15 18 5.2 210 42 12
Halterofilia 39 E 453 33 56 18 656 116 3.7
44 E 696 89 78 20 949 201 20
79 E 244 17 28 4.1 363 54 12
80 H 310 28 42 8.1 508 96 17
110 E 233 23 43 12 482 84 6.3
158
Tabla 27
rngesta de hidratos de carbono, lípidos y fibra Cg/día). CATEGORÍA
“INDIVIUUAL CON ADVERSARIO”
160
Tabla 29
Ingesta de hidratos de carbono, lípidos y fibra (gidía). CATEGORÍA “MEDIO VARIABLE
¡62
Tabla 31
Ingesta de hidratos de carbono, lípidos y libra Cg/din). CATEGORÍA
“ESFUERZO ELEVADO Y CAMBIO MUSCULAR”
Volcibol 1 Nf 48 68 79 61
66 Nf 128 66 78 [64
Beisbol 14 1-1 98 63 90 110
15 Fi 294 89 87 285
43 1-1 110 56 96 177
52 lvi 64 78 97 66
78 FI 92 69 93 100
los H 102 84 94 109
Baloncesto 24 I’I 201 58 128 [56
27 lvi 215 66 liS 187
73 II [71 75 96 178
90 Fi 186 84 100 187
64 Nf 46 14 78 59
74 Nf 137 82 92 149
92 Nf 75 62 89 84
[19 Nf 47 40 102 46
Balonmano 32 1-1 182 80 118 155
36 E 143 57 88 163
83 E 165 86 113 146
84 Fi 72 55 111 65
85 Fi 129 67 115 [12
117 E 81 73 114 71
122 E 150 68 99 152
2 M 51 13 72 71
164
Tabla 33
Ingasía de proteínas Cg/día) y porcentaje de las IR. CATEGORÍA “PESO”
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166
Tabla 35
Ingesta de proteínas Cg/día) y porcentaje de las IR. CATEGORÍA “MEDIO ESTABLE”
167
Tabla 36
Ingesta dc proteínas (g/dia) y porcentaje de las IR, CATEGORÍA “MEDIO VARIABLE”
168
Tabla 37
Ingesta de proteínas Cg/día) y porcentaje de las IR. CATEGORÍA “PRECISIÓN”
Arco 114 E 72 52 95 76
4 M 107 76 66 162
53 M 72 71 84 86
69 Nf 107 82 77 140
Tiro 17 E 89 53 82 109
47 H 78 58 82 96
104 H 103 67 84 123
5 Nt íos 63 72 145
7 M 74 68 65 114
33 M 103 66 72 143
169
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Tabla 38
Ingesta de proteínas (g/d<a) y porcentaje de las IR, CATEGORÍA
“ESFUERZO ELEVADO Y CAMBIO MUSCULAR”
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Tabla 49
lngesta de minerales. CATEGORÍA “EQUIPO”
¡91
J
Tabla 50
Ingesta de minerales, CATEGORÍA “PESO”
Las IR de estos minerales son para hombres/mujeres respectivamente: 800/800 mg, 10/18 mg, 350/330 mg y
15/15 mg. Bara sodio y potasio no se fijan IR.
192
Tabla 51
Ingesta de minerales. CATEGORÍA “INDIVIDUAL CON ADVERSARIO”
Las IR de estos minerales son para hombres/mujeres respectivamente: 800/800 mg, 10/18 mg, 350/330 mg y
15/15 mg. Para sodio y potasio no se filan IR.
193
Tabla 52
1 ngesta de minerales. CATEGORIA “MEDIO ESTABLE”
350/330 aig y
IR de estos minerales son, para hombres/mujeres respectivamente: 800/800 aig, 10/18 mg,
‘15 mg. Para sodio y potasio no se fijan IR.
Tabla 53
Ingesta de minerales, CATEO ORIA “MEDIO VARIABLE”
Las IR de estos minerales son para hombres/mujeres respectivamente: 800/800 mg [0/18 mg, 350/J3Omgy
l5/[5 mg. Para sodio y potasio no se fijan IR.
‘95
si
Tabla 54
Ingesta de minerales. CATEGORÍA “PRECISIÓN”
IR de estos minerales son para hombres/umieres respectivamente: 800/800 mg, 10/18 mg, 350/330 mg y
(15 mg. Para sodio y potasio no se fijan IR.
Tabla 55
Ingesta de minerales, CATEGORÍA “ESFUERZO ELEVADO Y CAMBIO MUSCULAR”
Las IR de estos minerales son, para hombres/mujeres respectivamente: 800/800 ¡ng, ¡0/18 mg, 35O/330nrgy
15/15 mg. Para sodio y potasio no se fijan IR.
197
4.3. CUESTIONARIO GENERAL DE ACTITUUES,
CONOCIMIENTOS Y PREFERENCIAS
Resultados
HÁBITOS ALIMENTAJtJOS
Tabla 56 ¿Es diferente el tipo de comida que está consumiendo en la Villa Olímpica del que
suele realizar normalmente? (36)
199
Resu/radas
200
Resultados
Tabla 61 Si SI, ¿de qué forma es diferente su alimentación antes de la competición? (%)
201
Res ultaclos
Vitaminas
Bebidas electrojlticas/azucaradu
Minerales
Aminoácidos/proteínas
Polen, ginseng, etc
202
Resultados
203
Res l¿lt¿2d0S
CONOCIMIENTOS DE NUTRICION
A ji
ji
204
Resultados
Tabla 68 ¿Qué nutniente considera más importante para el rendimiento físico? (1%)
Hidratos de carbono 54 56 47
Proteínas 23 24 20
No sabe 16 20 6.7
Vitaminas 12 12 13
“Dieta equilibrada” 11 6,8 23
Minerales 4,7 5.3 3.3
Agua 1.9 1.3 3.3
Calcio 1.9 o 6.7
Hierro 1,9 o 6,7
Bebidas isotónicas 0.9 1.3 o
Azúcar 0.9 1.3 o
Grasa 0.9 o 3,3
Vitamina A 0.9 o 3.3
Magnesio 0.9 143 o
205
2
Resu/todos
PREFERENCIAS Y AVERSIONES
206
j
Resultados
207
ResitUados
208
Res uñadas
Tabla 74
209
5. DISCUSION DE RESULTADOS
Discusión de resultados
El primer axioma en nutrición para conseguir una dieta equilibrada es que esta sea
variada. En este sentido la dieta española se caracteriza precisamente por la variedad de los
alimentos consumidos y este fue uno de los aspectos fundamentales en que se basó la
programación realizada para la Villa Olímpica, La posibilidad de innumerables combinaciones
permitió una elección individualizada según las necesidades de los atletas,
Al estudiar la composición en energía y nutrientes para cada plato propuesto hay que
aclarar que solo se ofrece la información para cantidades equivalentes a raciones estándar,
Aquellos que consumieran cantidades mayores o menores deberían por tanto calcular,
proporcionalmente, el contenido de energía y nutrientes de su propia ración. Además, debemos
recordar que cuando en nutrición hablamos de equilibrio nutricional, o de dieta ajustada, nos
referimos a la dieta media, expresada por día, correspondiente a un periodo de tiempo no infe-
rior a 15 días. Este valor medio de 15 días, y no el de “uno cualquiera, es el que debemos
comparar con las ingesías recomendadas de energía y nutrientes, Por ello, los platos que se
presentaron no pueden juzgarse desde el punto de vista nutricional aisladamente, sino como
parte de la dieta de varios días,
211
Discusión (le resultados
lOrng/ración- entre los confeccionados con espinacas e hígado y superior a los 300rng de
calcio/ración entre los elaborados con productos lácteos: bechamel, queso, nata, etc,
Es sabida que el peso y la talla (Tablas 1-7) son en muchas ocasiones determinantes del
deporte que se practica, por tanto, no sería exacto realizar un estudio comparativo de estos
parámetros entre los individuos de la muestra. Sin embargo, el estudIo del indice de masa
corporal [IMC=peso(kg)/taila2 (m)] si puede aportar una Información comparable y es en el
que nos vamos a centrar, A partir de este parámetro se considera que los individuos presentan
sobrepeso cuando su valor está comprendido entre 25 y 30 (Warwick. 1988), tratándose de
obesidad cuando supera el valor de 30. SIn embargo, este crIterio es discutIble cuando en los
sujetos estudiados haya cambios en la composición corporal respecto a la media de la población,
como es el caso del colectivo de atletas, en los que el elevado desarrollo de la masa muscular
conileva un aumento de peso sin que este vaya necesariamente asociado a sobrepeso.
212
Discusión de resultados
Tomando como referencia los valores de IMC entre 20 y 25, se observa que el 70% de
los atletas presenta valores comprendidos entre estas cifras; 17% superiores a 25 y 13%
inferiores a 20 (Gráfica 1). La categoría que se desvía en mayor medida del rango 20-25 es la
de “peso” (judo, boxeo, tae-kwondo y halterofilia), alejándose de dicho rango el 50% de los
individuos que compiten en estas modalidades, bien por exceso (33%) o por defecto (17%), Se
encuentran entre ellos los valores máximo (45.2) y mrnimo (17.2) de toda la muestra. En este
sentido, se ha observado repetidamente en otros estudios que las personas implicadas en
deportes de lucha o levantamiento de pesas, en su preocupación por “dar el peso”, suelen
mantener prácticas alimentarias poco correctas; generalmente, suben de peso a base de comer
y beber sin control y bajan a costa de deshidratarse sin considerar o desconociendo las
consecuencias negativas para su rendimiento y su salud, Es frecuente que se registren entre ellos
enormes variaciones en la ingesta energética de unos días a otros (Tipton y Oppliger, 1993).
En este estudio, hay que decir que durante la recogida de datos no fue un espectáculo
infrecuente ver correr por la Villa Olímpica a algunos atletas completamente vestidos de negro,
a pesar de las elevadas temperaturas que se registraron, con el fin de sudar más y consegnir.asl
la pérdida de peso deseada.
1
N
so 59,5
40 31.
2• 23,7
15.8
±0
1.9
213
Entre los deportistas que exceden en mayor medida el valor de 25 de IMC, se incluyen
los que practican halterofilia (29.6) y lanzamiento (34.1), que como es sabido presentan un
somatotipo semejante y necesario para la práctica del deporte en sí mismo. Estos valores son
semejantealosobservadosporFabery col, 1990; Faber y SpinnlerBenadd, 1991 y Cheny col,
1989. Los que compiten en balonmano presentan cifras algo superiores a 25 (26,1),
generalmente estos atletas suelen presentar una cierta corpulencia por ser este, a diferencia de
lo que sucede con otros deportes de equipo, un deporte de choque.
Por otro lado, es de destacar que el 35% (2 hombres y 4 mujeres) de los participantes
en atletismo, presentaban valores de ]MC inferiores a 20. El bajo peso corporal se ha descrito
con relativa frecuencia en atletas de alto rendimiento, especialmente mujeres, debido a la intensa
presión a la que se encuentran sometidas, que íes lleva a menudo a una drástica restricción del
consumo energético con el fin de no ganar peso. Mantener el peso óptimo es tan esencial para
el deportista que una diferencia de tan solo 50g puede hacerle pasar del primer lugar al sexto
en una competición e incluso no permitirle competir (Pavlou, 1993).
Las cifras de ¡MC en mujeres que practican baloncesto oscilan entre 20,5 y 22.8, a
semejanza de las observadas por Hickson y col (1986) y Short y Short (1983); en nadadores,
entre 18.8 y 22 similares a los observados por Barr (1987), Henson y col (1985) y Chen y col,
(1989),
Para el calculo de dicho gasto se han utilizado, segdn se explica en la Metodología, las
ecuaciones de la FAO¡WHO/UNU (1985), que tienen en cuenta peso corporal, edad y sexo del
individuo para la determinación de su tasa metabólica basal (TMB), A partir de la misma se ha
aplicado un factor multiplicativo según el grado de actividad diaria (FA) de forma que el
214
Discusión de resuhados
215
a
Tabla 1
Determinación del gasto energético (x±DS),Resumen
HOMBRES
MUJERES
Queremos recordar que el Com¡td Organizador de las Olimpiadas se planteó ofrecer una
gama alimentaria variada y basada fundamentalmente en la dieta mediterránea. El estudio del
consumo de alimentos muestra que este modelo dietético flie adoptado en gran medida por los
atletas, Por otro lado, dado que se ha valorado la ingesta correspondiente a un único día, los
resultados no pretenden dar idea de un modelo determinado, sino de la elección de alimentos
realizada en el momento del estudio.
No existen prácticamente, que sepamos, estudios sobre el modelo dietético de los atletas
que nos permita una comparación con los resultados obtenidos. Por ello, se ha considerado
oportuno comparar el consumo de alimentos de la muestra con la media del conjunto nacional,
según los últimos datos del Estudio Nacional de Nutrición y Alimentación (ENNA), realizado
217
Discusión de resuhadas
en una muestra representativa de 21.155 familias (Varela y col, en prensa). Hay que tener
presente que el ENNA valora tinicamente el consumo intramutal, afectando principalmente a
los datos referentes al consumo de bebidas, mientras que en este estudio se recogen datos del
consumo total.
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¡tusvoS ¡6
.WSJ~ES 20
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VERDURAS FRRCOCINÁDOS 42
268
PASaDOS 73
CEREALES
23$
218
Discusión de resultados
cuenta Los 300g de la media española, típicamente mediterránea, Es de destacar, sin embargo,
que un 16% de la muestra no utilizó alimentos de este grupo. La media entre los 106 atletas que
consumieron fruta fue de 552±364g. El máximo representante es la manzana (91±15Ig),
seguida del pldtano (62±121g).
La ingesta de lácteos (306±272g)es, sin embargo, inferior a la nacional que con 375g
es el grupo de mayor consumo en España. El alimento más utilizado es la leche líquida entera
dc vaca (178±212g) seguida del yogur (110±162g). Esta última cifra contrasta con la ya alta
dc nuestro país (20g), segundo en Europa en el consumo de este alimento que por otro lado,
es la que más ha aumentado en España, junto con la de refrescos, en los últimos 30 años.
Las cifras medias esconden situaciones poco satisfactorias ya que el 17% de la muestra
no hizo uso de ningún alimentos de este grupo, principal aportador de calcio en la dieta. Estos
resultados están en consonancia con los encontrados por Kleiner (1990), que describen bajas
ingestas de lácteos entre atletas.
219
Discusión de resultados
Solo el 40% de los atletas utilizó alimentos procedentes del grupo de pescados, con
valores de 197+ 120g. El consumo para toda la muestra, 78±122g, es similar a los 76g de
media espaflola, aunque presenta una utilización muy heterogenea según se desprende de la
distribucidn en percentiles.
Llama la atención la baja utilización de aceites (20±13g), huevos (16 ±39g)y azúcar
(6.7+1 lg) frente a los 55, 35 y 29g, respectivamente de la media nacional. Puede quizá esto
deberse a ser alimentos asociados con la idea de ganancia de peso, como en el caso de grasa
y azúcar, o al elevado aporte de colesterol, como sucedería con los huevos. A pesar de haberse
estudiado sólo la ingesta de 24 horas, estos valores tan bajos si podrían considerarse
característicos de su modelo dietético.
El grupo varios incluye batidos, chocolate, pasteles, helados, mayonesa y ketchup. Los
valores observados (150± IlSg) son muy superiores a los de la media nacional (29g), debido
fundamentalmente a los helados (91±141g). Estos fueron consumidos por el 45% de los atletas,
entre los que la ingesta alcanza 202±146g.
220
Discusión cte resultados
Para ver hasta qué punto inlluye el hecho de que el 20% de la muestra estuviera
compuesta por españoles en las semejanzas descritas al comparar con la media nacional, se han
establecido comparaciones entre el consumo de los españoles frente a los participantes
procedentes de otros paises (Tabla 17). Se observa que entre los primeros, la ingesta de aceites
(26±15g) y pescados (l3O±140g)es ~ superior (p<0 05) ala del resto de los
paisis (19±12 y 65±1[Sg,respectivamente) lo cual era de esperar ya que son alimentos que
forman parte ilel patrón típicamente mediterráneo.
221
Discusión de resultados
222
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Discusión de resultados
Los valores de este perfil presentan algunas variaciones entre mujeres según las
categorías, así, en la de “medio variable” (maratón y marcha, piragUismo, remo, vela) se
observa el mayor aporte de hidratos de carbono (60±8.1%)y el menor de lípidos (24±10%),
ajustándose más al recomendado, Por el contrario, en los de “‘precisión” (arco, tiro) el aporte
de hidratos de carbono es mínimo (46±8.2%)y el de proteína y lípidos máximo (19±3.1y
35±9.3%,respectivamente); los individuos que practican estos dos deportes son quizá los que
más se alejan del patrón típico de atleta, siendo su perfil más parecido al de la población
general.
Son escasos los estudios que observan un aporte de hidratos de carbono en hombres
superior al 51% obtenido (Grandjean, 1989; Hawiey y Williams, 1991), oscilando generalmente
entre el 40-50%. Entre mujeres sin embargo, son frecuentes cifras semejantes al 54% observado
e incluso superiores, como las descritas por Hawley y Williams (1991), Lampe y col. (1991),
Bruemmer y Drinkwater (1987), Kaiserauer y col (1989) y Keith y col. (1989), teniendo en
cuenta no obstante que los estudios mencionados corresponden a atletas de resistencia (carrera
y ciclismo), entre los que la utilización de hidratos de carbono es especialmente elevada.
1V
El 17% de la energía procedente de la proteiná está en la línea de lo descrito por
algunos investigadores en hombres; en mujeres es más frecuente observar cifras inferiores, tal
U .. . y como han descrito: Barr (1987) en nadadoras, Faber y col, (1990) y Faber y Spinnler-Benadé
(1991) en mujeres que practican lanzamiento, Marcus y col, (1985) en corredoras y Benson y
col, (1990) en gimnastas.
Las cifras del aporte de grasa, 31±6.8y 29±7.8%en hombres y mujeres, son bajas
en comparación con otros estudios, Así, solamente uno de los revisados presenta valores
inferiores (15%) (Kleiner y col, 1991) y extraordinariamente bajos, lo cual es explicable dado
que se trata de culturistas y es conocido su afán por minimizar el porcentaje de grasa corporal.
224
Tabla III
Perfil calórico (% de la energía total) (x±DS).Resumen
1 IOMBRES
MUJERES
p <0,1
Discusión de resultados
• Ingesta de ¡¿¿atientes
a) ?vfacron¡¿tdentes
En cuanto a la ingesta lipidien, las cifras muestran diferencias significativas entre sexos
(p<0.0O1) tanto para el total (104±44gen hombres y 66t25g en mujeres), como para cada
una de las fracciones de ácidos grasos: AGS (36±18Vs 23j 12g), ACM (42±19Vs 27±1lg)
y AGP <8.9+4.4 vs 5.9±2.Og)(Tabla y), El cociente AGP+AGM/AGS (1.SjO,5 y 1.6±0.6
en hombres y mujeres, respectivamente), es inferior al de la población española (2. 15) y se debe
fundamentalmente a la ingesta de AGM, Como es sabido, cuanto más elevado sea este cociente,
mejor es la calidad de la grasa de la cual procede ya que es mayor la cantidad de grasa
insaturada. No existen a este respecto diferencias significativas entre sexos.
226
Tabla IV
HOMBRES
MUJERES
* pc:0.001
Tabla V
HOMBRES
P+M/S* Colesterol
Categoría AGS AGM AGP Total
(u) (g) (SI) (mg) (g)
Equipo (n=21) 41±16 43±13 9,4 ±3
.9 1.3 ±0.4 421 ±254 116 ±34
Peso (n=21) 33 ±22 41±
24 8.8±5.0 1.7±0.5 427 ±240 94 ±53
Individual con adversario (n= 12) 37 ±22 41±18 8.7±2,6 1.6±0.9 403 ±229 101±38
Medio estable (n=21) 36 ±20 45 ±25 9.2±5.8 1.6±0,1 429 -1-334 113 ±54
Medio variable (11=11) 35±13 41±15 82±3.2 1.4±0.3 442±306 97 ±29
Precisión (n=4) 31±12 30±6.9 7.1±2.3 1,3 ±0.3 207±97 75±22
Esfuerzo elevado y cambio 32 ±5.3 42±23 10±5.6 1.6-1-0.6 627 ±495 93 ±36
muscular (n=2)
Total (n=92) 36±18 42±19 8,9±4,4 1.5±0.5 419±273 104±44
MUJERES
P+M/S=Ac3P+AOM,’Aos
* p<o.o01
Tabla VI
Perfil lipídico (% de la energía total> (x±DS>.Resumen
HOMBRES
MUJERES
230
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Discusión de resultados
b) Vitaminas
232
Grafica 3
Aporte de la Ingesta de vitaminas a las IR
IR
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DI Dl NIacIws DG Eólico DII O Retinol II E
• p<O.O3
,* p<o’oI ~EbrcamM~ir.S
Discusión de resultados
Una situación asimismo poco satisfactoria se observa en los valores de ácido fólico. Los
ISO+9Qtg y 16tJ±l9pgenhombres y mujeres (p’zO.001) alcanzan el 90±45%y 80±40%de
las IR, respectivamente. El 50% de la muestra presenta cifras inferiores al 80% de las IR (Tabla
XII), encontrándose entre las categorías más afectadas las de “precisión” entre hombres y
“esfuerzo elevado y cambio muscular” y “peso” entre mujeres. Por el contrario, los valores
superiores de percendíes se observan en la de “equipo”.
El resto de las vitaminas presentan cifras medias satisfactorias aunque en todas ellas,
excepto para la niacina, se observan ingestas inferiores al 80% de las IR en un cierto porcentaje
de la muestra. Para la niacina (expresada en equivalentes) los valores son altos, como suele
suceder en la población general (53±2Omgen hombres y 35±l3mg en mujeres) <.lpC0.00I) y
suponen más del doble de las IR (249±89%y 217+78% respectivamente) (Tabla X). La
categoría que presenta cifras medias superiores es la de “esfuerzo elevado y cambio muscular”.
Los valores de ácido ascérbico son los más altos observados (178 + 11 lmg en hombres
y de 158±Illmg en mujeres) -debido al elevado consumo no solo de frutas sino también al de
zumos de cítricos-, aunque un 7% no llega a alcanzar el 80% de las IR (Tabla XIV). La ingesta
media supera ampliamente los valores recomendados siendo los aportes de 297+184% y
263+184%, respectivamente, Resulta además una ventaja adicional el hecho de que estos
alimentos se consuman crudos y por tanto sin pérdidas apreciables debidas a los procesos
culinarios,
234
DiscusicSn de resultados
Por lo que a la vitamina B~ se refiere, las ingestas medias (2.2±0.9y l.6+0.7mg para
hombres y mujeres respectivamente) (ji <0,00>1) muestran aperes adecuados a las IR
(122±49%y 97±44%)(p.c0.0l) aunque las del 24% no alcanza el 80% de los valores
recomendados (Tabla XI). Se observan cifras deficitarias en las categorías “precisión” entre
hombres y “medio variable”, “esfuerzo elevado y cambio muscular” y “peso” en mujeres. Los
atletas con valores de percentiles superiores son los incluidos en la de “equipo”.
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En la Gráfica 2 figura el aporte de las ingestas medias de minerales a las IR, excepto
para el sodio y potasio para los que no han sido establecidas.
Gráflea 2
Aporte de la ingesta de minerales a las IR
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Discusión de resultados
247
Discusión de resuhados
insuficiente y que el deporte por sí mismo pone al atleta en riesgo dc deficiencias debido al
propio metabolismo del ejercicio.
todas las categorías se encuentran afectadas excepto la de “precisión”. Para casi la mitad de la
muestra (48%) se observan valores inferiores al 80% de las IR (Tabla XXI). La posibilidad de
que niveles bajos de zinc afecten negativamente a la fuerza muscular y a la resistencia hacen
de este un mineral cuya ingesta debe ser cuidada por los atletas.
Las ingestas medias de sodio procedente (le los alimentos (rabIa XXII) y tic potasio
(Tabla XXIII) son significatIvamente superiores un hombres (2.2±1 .3g y 4.1±1.Gg
respectivamente) queen mujeres (l.4±0.6gy 3.l±1,lg)(p<0.0OI), No se han fijado para la
población general IR para estos nutrientes, aunque quizá debería tenerse en consideración la
posibilidad de fijarlas para el colectivo de deportistas por la posible pdrdida de electrolitos
durante la práctica de ejercicio intenso,
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Discusión de resultados
Considerando que los atletas procedían de paises muy diferentes, con hábitos
alimentarios peculiares, la pregunta que se formulé sobre las diferencias entre la alimentación
en la Villa y la de sus hogares, complementada con cuestiones sobre sus gustos y preferencias,
tenía por objeto ver si mostraban interés por alimentos y formas de preparación nuevas o si por
el contrario prevalecían sus costumbres,
Ante la pregunta formulada a los atletas para valorar diferencias cuali y cuantitativás
entre su alimentación en la Villa Olímpica y la habitual (Tabla 56) un 36% de la muestra no
manifestó estar comiendo de forma diferente, un 55% si acusó alguna diferencia y tan solo el
9% contestó “si” de forma taxativa, Sin embargo, el estrés ante las competiciones, las altas
temperaturas que se registraron durante esos días de verano en Barcelona y a las que muchos
de los atletas no debían quizá estar acostumbrados, la posibilidad de escoger los alimentos entre
una oferta más variada de lo normal y sin restricciones debidas a motivos económicos, ya que
todo se ofreció cíe forma gratutita, supusieron indudablemente una importante variación en el
estilo do vida,
Dc entre los 71 atletas que manifestaron diferencias, el 25% dijo comer habitualmente
más, lo cual estaría en consonancia con el bajo consumo energético observado en algunos casos
(Tabla 57). Entre Las explicaciones a este hecho podríamos incluir algunas de las anteriormente
mencionadas ya que el estrds y el calor generalmente conducen a una disminución de la ingesta.
El calor, asimismo, puede conducir a un incremento en el consumo de refrescos, zumos, frutas,
etc, debajo contenido energético, a expensas quizá de otros con mayor aporte de calorías como
podrían ser carne, arroz, legumbres, etc, mencionados por algunos atletas como alimentos que
habitualmente utilizan en mayores cantidades, Por otro lado, el 14% de las muestra (11% de
hombres y 23% de mujeres) mencionó estar controlando su peso en el momento de la entrevista.
255
Discusión de resultados
paises sudamericanos y comentaron echar de menos los zumos de frutas recii!n hechos que
tomaban en sus hogares en lugar de los envasados disponibles en la Villa Olímpica.
A la pregunta acerca de si habían probado algún plato nuevo (Tabla 71), solamente el
26% de la muestra contestó afirmativamente. Entre las aclaraciones que hacían al respecto la
mayoría aftadfan que todos les habían resultado conocidos y, de no ser así, que en los días de
competición es arriesgado probar algo nuevo ya que podría no sentar bien. De entre los que
incluyeron algo novedoso en su dieta el 50% mencionó que la paella había sido el plato que más
les había gustado (Tabla 72).
El restaurante utilizado con mayor frecuencia Ñe el principal (61%) (Tabla 73), Entre
los motivos que justificaran la menor afluencia a El Espigón se mencionaron: oferta alimentaria
más restringida, menor comodidad de acceso, desconocimiento de su existencia, etc,
Las mujeres parecen más preocupadas por seguir hábitos alimentarios saludables y así,
un 73% frente a un 61% de hombres tenía en cuenta el valor nutritivo de los alimentos y un
40% frente a un 31% de hombres seguía el criterio de que los alimentos fueran “saludables”
para su elección,
It
El 17% de los atletas se guiaba por los consejos del entrenador para seleccionar sus
comidas. Se ha demostrado el papel fundamental que los entrenadores ejercen sobre los atletas
ya que asumen responsabilidades tales como prescribir dietas, necesidad de líquidos y
suplementos, ~c.(Corley, 1990). Esta influencia parece afectar más a los hombres que a las
mujeres (20 vs 9%), quizá porque el conocimiento de éstas sea superior, como se comenta
posteriormente.
El 63% de los atletas variaba su dieta con motivo de la competición (aparte de los
cambio por ajustes de horarios) (Tabla 60). Dichas variaciones podrían resumirse en comer
256
Discusión de resultados
menos o cosas ligeras (64%) y consumir más hidratos de carbono (23%) (Tabla 61>. La
ue
importancia que conceden a este macronutriente para un mejor rendimiento físico será
comentada posteriormente.
Se ha descrito que una gran parte de la energía consumida por los atletas suele ser en
forma de “snacks” o tentempiés repartidos durante el día, principalmente compuestos por
hidratos de carbono, como estrategia para evitar la pesadez de las comidas (Williams, 1993).
Este es un hecho que puede conducir a infravalorar la ingesta, ya que el registro de estos
alimentos puede pasar fácilmente desapercibido y precisamente por ello se puso un especial
cuidado en la obtención de la ingesta detallada de los mismos. Sin embargo, observamos que
un 44% no tomó nada entre horas o consumió exclusivamente agua y bebidas electrolíticas, con
nulo aporte energético, y que un 19% tomó fruta y¡o zumos, de bajo contenido energético. Es
decir, en contra de lo esperado, el 63% de los atletas no comió entre horas alimentos que
supusieran prácticamente un aporte energético a sus dietas,
257
DISÉ-¡,sión de resultados
Entre los alimentos considerados beneficiosos para el ejercicio físico (Tabla 63), un 45%
mencionó la pasta, 27% fruta y/o zumos y 20% carne. Los valores para la pasta y carne esr.ln
en consonancia con los nutrientes considerados beneficiosos para el rendimiento: hidratos de
carbono (54%) y proteínas (23%) (Tabla 64).
Además del 5% de la muestra que menciona los minerales como importantes para el
ejercicio físico, casi un 14% de las mujeres hicieron referencia al calcio y al hierro
aisladamente, debido al papel fundamental que juegan en la consecución de un estado nutricional
óptimo en las atletas (Sundog-Borgen, 1993). Sin embargo, como so ha descrito en la ingesta
de minerales, se observa que son muchas las mujeres que presentan valores deficitarios.
Se han descrito repetidamente entre los atletas errores notables sobre nutrición así como
el uso de alimentos atipícos y patrones raros, justificados por las fuertes presiones externas a
que se ven sometidos (Bernadot, 1989; Malomsoki y col, 1991). Sin embargo, esta situación
no se ha observado en el estudio, La respuesta “dieta equilibrada” en cl 11% de la muestra
(23% de mujeres y 7% de los hombres), podría quizá sugerir una menor tendencia a mitificar
1alimentos
solamente concretos
un 16% nocomo necesarios
supiera para
contestar el ejercicio
a estas físico.
preguntas, hacePorpensar
otro lado,
que enel ello
hecho de que
influye su
condición de atletas de élite, De hecho, existe correlación entro el tiempo que el atleta lleva
practicando deporte y el grado de dedicación al mismo y los conocimientos que posee de
nutrición (Barr, 1986>.
Sin embargo, del conjunto de las contestaciones se pudo deducir que un 9% tenía algdn
error básica referente a temas de nutrición, como es confundir alimento y nutriente o
desconocer la composición nutriclonal característica de alguno alimentos, Un mayor porcentaje
de hombres (20%) que de mujeres (7%) no supo contestar acerca de cuál es el nutriente más
importante. Autores como Leaf y Balniki (1989) han observado que las mujeres atletas parecen
tener más y mejores conocimientos de nutrición que los hombres,
It
258
it
Discusión de resultados
Los alimentos preferidos por los atletas son pasta (24%) y carne (21%), dulces (13%)
y frutas y/o zumos (12%) (Tabla 69). Es muy probable que en sus gustos influyan
decisivamente sus ideas sobre cuáles son los alimentos más convenientes para un mayor
rendimiento físico ya que estas respuestas coinciden con aquellas, excepto en el caso de los
dulces,
lZs mayor el porcentaje de mujeres que menciona los dulces como alimento favorito
(25% frente al 9% de hombres), siendo curiosamente ellas también las que hacen un mayor
consumo de los mismos y las que consideran en mayor medida que son perjudiciales para el
rendimiento, como so ha comentado anteriormente, Estos resultados han sido también
observados por Faber y Spinnler-Benadé (1991).
Entre las aversiones destacan las verduras (21 %), lo que podría justificar el bajo
consumo que los atletas hacen de las mismas. Los resultados observados están en consonancia
con las diferencias tradicionales entre sexos para la población general (Nicklas y col, 1989;
Waslien, 1988) y así, es mayor el porcentaje de hombres que de mujeres (25 vs 13%) a los que
no les gustan las verduras y el pescado ([7 vs 9.7%), mientras que la carne es preferida por los
hombres (22 vs 16%). Por otro lado, un elevado porcentaje de la muestra (20%) mencionó no
tener especial aversión por ningún alimento,
259
6. RESUMEN Y CONCLUSIONES
Resumen y conclusiones
La muestra estuvo formada por 126 atletas (92 hombres y 34 mujeres) que
participaban en 25 deportes diferentes, Durante la celebración de las Olimpiadas se
obtuvo, mediante cuestionario, Información individualizada de: antropometría, actividad
física, medida de la ingesta de alimentos y actitudes del deportista frente a determinados
aspectos de nutrición (hábitos alimentarios, consumo de suplementos dietéticos,
conocimientos de nutrición y preferencias y aversiones).
Se han calculado, para cada uno de los individuos, las ingestas recomendadas (IR)
de energía a partir de la tasa metabólica basal (¡MB) y la actividad física diaria, así como
las de nutrientes según edad, sexo, peso corporal y consumo calórico.
261
/?esu¡nen V Lúfl(lliSi(>UL’S
U’ CONCLUSION
2~ CONCLUSION.
El nivel de actividad física, juzgado por la distribución del tiempo que dedican
al entrenamiento, sueño y otras actividades, es semejante en hombres y mujeres, siendo,
sin embargo, el gasto energético de los hombres superior, como consecuencia de su
mayor TMB.
Por categorías, el mayor gasto energético se observa en la dc “equipo”
(baloncesto, voleibol, beisbol, balonmano, waterpolo y hockey)> determinado asimismo
por su mayor tamaño corporal y, por tanto, mayor TMB.
II
3M CONCLUSION
262
Resume?: y conclusiones
Los hombres consumieron mayor cantidad que las mujeres de todos los grupos
a excepción de azúcar y pescados.
4M CONCLUSION
53 CONCLUSION
263
Rús uuw ti V ,‘,¡clustonos
6U CONCLUSION
7M CONCLUSION
1 ¡
elección de macronutrientes -alimentos ricos en proteína e hidratos de carbono y pobres
en
la grasa- y node
elección de vitaminas
alimentos y según
minerales, A esta atención
preferencias por el aspecto
personales (65%) nuwicional
coincIdiendose une
considerados beneficiosos para el ejercicio físico con los registrados como favoritos en
los
cuanto al gusto.
264
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