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El Jesús del sagrario

Hora santa para enfermos

Exposición del Santísimo (según manual MESC)

Reflexión bíblica (el ministro invita a que todos se pongan de pie)

Del Evangelio según San Juan. 14,1-4; 17,24-25.

Les dijo Jesús: "No se turbe su corazón. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no,
se lo habría dicho; porque voy a prepararles un lugar. Y cuando me haya ido y les haya preparado
un lugar, volveré y los tomaré conmigo, para que donde esté yo estén también ustedes. Y adonde
yo voy saben el camino"... Y dirigiéndose al Padre, dijo: "Padre, quiero que donde yo esté, estén
también conmigo los que tú me has dado, para que contemplen mi gloria, la que tú me has dado,
porque me has amado antes de la creación del mundo". Palabra del Señor.

Reflexión de la palabra (el ministro invita a que todos se sienten, la reflexión debe ser propia y no
debe exceder de 5 minutos)

"Mis delicias son estar con los hombres", dice la Biblia sobre la Sabiduría eterna (Proverbios
8,31). Juan nos asegurará al principio de su Evangelio, al hablarnos de la encarnación del Hijo de
Dios: "Y echó su tienda de campaña entre nosotros". A Juan y Andrés, que le preguntan dónde tiene
su morada, les contesta: "Vengan y vean". Jesús está entre nosotros, está con nosotros, pero, a estas
horas, aún seguimos oyendo el reproche del Bautista: "Está en medio de ustedes, y no le conocen"
(Juan 1, 14. 38. 26)

Momento de silencio (el ministro pide que sea un momento de reflexión de la palabra en silencio,
no debe exceder de 5 minutos)

Canto

Participación del pueblo

Ministro: Hablo al Señor

Todos: (se debe leer pausado y con fervor)

Mi Jesús del Sagrario, nunca pueblo alguno ha tenido sus dioses tan cerca como tuvo a su
Dios el pueblo de Israel. Esto que el profeta decía entonces, ¡qué lejos se queda de la gran realidad
que vive dichosamente tu Iglesia!

Aquí estás conmigo, Señor. ¡Aviva mi fe!

Aquí te tengo presente, Señor. ¡Enciende mi corazón!

Aquí me estás haciendo compañía, Señor. ¡Que vaya a ti!

Que cuanto más me acerque yo a tu Sagrario, más adentro me encierres Tú dentro de tu Corazón.

Momento de silencio (máximo 5 minutos)

Canto

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Contemplación afectiva. (Alternando con el Ministro y todos responden)

Jesús, Dios que te hiciste hombre por nuestro amor.


— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que echaste tu tienda de campaña entre nosotros.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que tienes tus delicias en estar con los hombres.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que eres el Arca santa del Israel de Dios.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que estás como desconocido en medio del mundo.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que nos invitas a ir a la morada de tu Sagrario.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que pasas los días y las noches esperándonos.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que nos llenas de tu amistad cuando te visitamos.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que nos colmas de gracia cuando estamos contigo.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que oras con nosotros al Padre cuando vamos a ti.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que eres el compañero de nuestra peregrinación.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
Jesús, que en tu Sagrario eres nuestro amigo y confidente.
— Quiero estar siempre contigo, Señor.
(se pueden agregar participaciones similares del pueblo, pidiendo para sí mismos, máximo 5
personas, y el pueblo responde)

Momento de silencio (máximo 5 minutos)

Canto

(el ministro invita a que todos se pongan de pie)


Ministro: Decimos todos

Señor Jesús, que en tu Sagrario me esperas para llenarme de tu amistad, de tu gracia y de


tu fuerza. Por amor te quedaste con nosotros, y sólo con amor se corresponde dignamente a tanta
dignación tuya. Atráeme a ti. Encadéname a ti. Sólo así haré que mi vida de la tierra sea como la que
tendré en el Cielo.

Madre María, tu casita de Nazaret fue un Sagrario en el que Tú y Jesús compartíais la vida
entera. Así quiero yo estar con el Jesús de nuestras iglesias, como Tú en Nazaret: en silencio
respetuoso, en adoración silenciosa, en contemplación incesante, en charla familiar, amorosa y
confiada.

(el ministro invita a que se sienten y reflexionen a partir de las siguientes palabras sobre su vida)
Autoexamen
Ministro: En un momento de reflexión personal, pongámonos ante Dios y veamos nuestra vida,

Es Jesús el primer habitante de nuestra ciudad y el primer miembro de nuestra parroquia, y


no entra en ninguna estadística. Como si no existiese. Lo malo es que esto le pasa a veces conmigo,

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¿no es verdad?... ¿Lo tengo en cuenta de veras? ¿Le manifiesto con mi visita diaria que creo en su
presencia entre nosotros, que pienso en Él, que le quiero?... Tengo tiempo para mil
entretenimientos, para muchas visitas, para tantos amigos y amigas, ¿y no me queda un ratito para
Jesús?... ¿Adivino la alegría que le causo a Él cuando le dedico un pequeño espacio de mi jornada, y
la Gracia y las gracias que yo me llevo cuando me retiro de su presencia?... ¿Hay algún tiempo mejor
empleado en mi vida?...

PRECES

Ministro (invita a todos a ponerse de pie) Rogamos ahora, en la presencia del Señor que nos
acompaña, y le pedimos: Aviva nuestra fe, Señor Jesucristo, y escucha nuestras plegarias.

El amor te impulsó a ti a quedarte en el mundo a la vez que te ibas al Cielo;


- haznos vivir ya en el Cielo a la vez que estamos en el mundo.
Haz que nuestros corazones estén fijos allí donde están los gozos verdaderos;
- a fin de que, por las cosas que perecen, no peligre nunca nuestra
salvación.
Tú que gozas en estar con nosotros tus hermanos, que necesitamos de ti;
- guía nuestros corazones a los hermanos nuestros más necesitados, que no desdeñemos su
compañía, y que les ayudemos en su pobreza y en todas sus angustias.
(se pueden agregar peticiones similares para los demás, máximo 5 personas)

Padre nuestro. (todos, cantado de preferencia)

Oración por las vocaciones (todos)

Ministro: oremos juntos

Todos: Señor Sacramentado, Divinidad escondida, nosotros te adoramos. Nuestro corazón se te


rinde todo entero. En tu contemplación, desfallecemos de amor. No te ven nuestros ojos, pero te
adivina nuestra fe. El Ladrón te reconoció en la cruz; nosotros te reconocemos aquí, y como él te
decimos: "En tu Cielo, ¡acuérdate de nosotros, Señor!". Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén

Ministro: de rodillas hermanos, para finalizar esta hora santa que el señor nos ha permitido vivir

Canto *

(el Ministro finaliza la hora santa según el manual MESC)

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