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Cultura Jama-Coaque

Origen e historia
La cultura Jama-Coaque habitó las tierras
ecuatorianas desde el año 350 a. C. hasta el
año 1531 de nuestra era. Por esta razón, su
historia se divide en dos períodos: al primero
se le denomina como “desarrollo regional”,
puesto que abarca el período de extensión
territorial de esta cultura. Está delimitado
desde el año 350 a. C. hasta el 400 d. C.
El segundo período se denomina “período de
integración”, puesto que en este momento las comunidades ya estaban asentadas e integradas.
Dicha fase abarcó desde el año 400 d. C. hasta el 1532 d. C.
La historia de los Jama-Coaque se desarrolló junto con la cultura de los Tumaco-Tolita, puesto
que se encontraban ubicados en zonas muy cercanas. Por esta razón, ambas culturas comparten
varios rasgos en común, como la creencia en las mismas deidades y la misma organización social.

Ubicación
El lugar arqueológico de la cultura Jama-Coaque se delimitó al norte de la provincia de Manabí,
donde se puede apreciar el cerro de Coaque (lo que le dio el nombre a esta civilización
precolombina). A su vez, se encuentra el río homónimo, el cual desciende al mar en una latitud
de 0° junto con una longitud oeste de 80°.
Posteriormente, al sur de la latitud 0° desemboca el río Jama (con exactitud, al norte de Cabo
Pasado). Estas aguas también son epónimas de los Jama-Coaque.

Religión
Deidad de la agricultura
La cultura Jama-Coaque compartió junto con la comunidad de La Tolita la creencia en un ser
mítico que se encargaba de proteger y de controlar la agricultura.
Esto se sabe a que en ambas civilizaciones fueron
encontradas varias piezas de cerámica y de oro en
las que se puede apreciar dicha deidad, la cual
poseía rasgos bastante particulares.
Este místico ser se caracteriza por tener un cuerpo
que se encuentra en transición entre lo humano y lo
felino, mientras que su rostro parece estar
enmarcado por una especie de diadema o de
cabellos transformados en víboras.
También posee fauces felinas, las cuales están
dotadas de unos poderosos colmillos; en algunas
ocasiones se le añadió a esta boca un pico de ave de
rapiña.
Una de las razones por las cuales se asocia a esta
figura con la agricultura se debe a que su cuerpo en
la mayoría de los casos está plasmado sobre una
vasija, lo que implica que el recipiente se convierte en la parte elemental de esta deidad, pues
coincide con la ubicación de sus entrañas.

Deidad presente en la figura del chamán y en los animales


Este ícono se puede encontrar en algunas de las máscaras utilizadas para un personaje ataviado
para el ritual religioso.
Por ejemplo, en el Museo del Oro se encuentran
algunos colgantes metálicos en los que se puede
percibir a un chamán portando una elaborada
máscara en su rostro, la cual es muy semejante
a la descripción anteriormente mencionada.
Este retrato se repite no solo en la cultura Jama-
Coaque, sino que también se puede hallar en los
vestigios de las civilizaciones Tumaco y Bahía
de Caráquez, aunque cada una de estas
representaciones mantiene su estilo artístico propio y rasgos que las diferencian a unas de otras.

Organización social
Según los hallazgos arqueológicos, se puede establecer que la sociedad Jama-Cuaque —al igual
que su civilización hermana de La Tolita— estuvo organizada mediante cacicazgos de una forma
altamente jerarquizada.
Del mismo modo, se encontró una especie de montículos o tolas en las cuales los más notables
orfebres y alfareros plasmaron incontables figuras donde comunicaron y reprodujeron su
cosmogonía en miniatura, a través de símbolos, signos y colores rituales.
Esto le da a entender a los conocedores que estos artesanos ocupaban un lugar importante dentro
de la jerarquía social.

Economía
Se han encontrado pocas evidencias sobre la economía de la cultura Jama-Cuaque; sin embargo,
se puede asegurar que el trabajo del oro fue uno de sus ingresos más notables.
Además, mediante su adecuada ubicación, se puede deducir que aprovecharon su cercanía con el
agua para abastecerse de diferentes recursos marítimos.
De igual forma, gracias a las cerámicas encontradas se pudo establecer que la agricultura era un
pilar fundamental para el desarrollo de esta sociedad; esto se puede apreciar en las diferentes
figurillas realizadas como ofrenda a la deidad agrícola. Su ubicación también les permitió
aprovechar las ventajas del suelo fértil de la selva.

Arte
La cultura Jama-Coaque es conocida principalmente por sus elaboradas piezas de cerámica, las
cuales demuestran de qué manera interactuaba esta civilización y cómo era su estilo de vida.
De hecho, a través de las figuras que se conservaron se pudo establecer cómo eran realizados sus
rituales de “cabezas trofeo”, así como también sus creencias religiosas.

Instrumentos musicales
Los Jama-Coaque también realizaron diversos instrumentos musicales, constituidos generalmente
por la percusión y la flauta.
Este último lo realizaban con diferentes formas tanto antropomórficas como zoomórficas, y eran
utilizados durante los ritos religiosos o cuando se llevaban a cabo enfrentamientos bélicos.

Bibliografía:
Dieter, K. (2006) Las huellas del jaguar: culturas antiguas en el Ecuador. Recuperado el 6 de
noviembre de 2018 de Google books: books.google.es
Arango, J. (2005) La deidad protectora de la agricultura. Recuperado el 6 de noviembre de 2018
del Boletín Museo del Oro: publicaciones.banrepcultural.org
Pearsall, D. (2004) Plants and people in ancient Ecuador. Recuperado el 6 de noviembre de 2018
de Food and Agriculture Organization of the United Nations: agris.fao.org

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