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DE LA MUJER EN LA CONSTRUCCIÓN
DEL NUEVO ESTADO PLURINACIONAL
“Fortalecimiento a las Organizaciones Campesinas de Chayanta, Fase II” (Bolivia)
Coordinación Publicación:
Cristina Fuertes López
Fotografías:
Beatriz Gil Sánchez.
IEPALA 2011
C/ Hermanos García Noblejas, 41-8º; 28037-MADRID. Teléfono: 34 91 4084112
Introducción
1. Antecedentes.
2. Aspectos metodológicos
3.1.Avances.
3.2.Obstáculos
Para Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África (EPALA) es, además de un compromiso
de trabajo, un gran honor poder presentar este documento, por muchos motivos, pero expresamente por
dos:
• Creemos (es más estamos absolutamente convencidos) que lo sucedido en Bolivia en torno a la
Nueva Constitución ratifcada por sus Pueblos y nacionalidades, y el paso cualitativo dado por el
pueblo para elegir con todas las exigencias democráticas un Presidente con carga política y
simbólica tan intensa como la que acumula Evo Morales, es de una densidad histórica y cultural muy
importante. A partir de este momento, donde ya no habrá marcha atrás, e incluso si los de siempre
provocasen el retroceso, podemos empezar a dar valor radical a la Descolonización profunda del
pensamiento occidental-moderno e ir librándonos de las ataduras 'in-signifcantes' que teníamos que
reproducir aún cuando nos disponíamos a ser intelectualmente honestos.
• Conscientes de lo difícil que sigue siendo la superación del Patriarcado construido de forma
profunda desde los anclajes primeros de la historia humana y de la estructuración de sus múltiples
formas de Poder..., y de la cantidad (incluso con poca calidad) con que ha sido ratifcado por casi
todas las cosmovisiones, religiones imperantes, sedimentaciones culturales y otro tipo de universos
de sentido. Pero sobre todo, por las convulsas, y sucesivas articulaciones de las distintas Sociedades a
lo largo del tiempo, y venciendo sus hostilidades, resulta un viento de gran esperanza, que en el
marco de Todos los Derechos Humanos para Todos los Seres Humanos, podamos ver cómo el
enfoque de género, aplicado radicalmente como principio de análisis, de acción, así cómo horizonte
de futuro, adquiere importancia sustantiva para hacerse el eje troncal de lo Nuevo que ya está
llegando.
Como es de bien nacidos ser agradecidos, queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a cuantas
personas, grupos, comunidades, pueblos y hasta instituciones han contribuido para que este Documento se
convierta en un arma de futuro para usarla cada día.
La Fundación IEPALA, Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África, junto con el
Instituto Politécnico Tomás Katari (IPTK) han puesto en marcha el proyecto “Fortalecimiento a las
Organizaciones Campesinas de Chayanta, Fase II”, el cual está fnanciado por el Ayuntamiento de
Madrid. En el marco de dicha intervención y en cumplimiento con su estrategia de género 1, tiene
por objetivo “contar con un cuaderno de trabajo sobre un análisis crítico sobre la participación de
las mujeres y organizaciones de mujeres en el nuevo escenario socio político boliviano”.
Por este motivo, uno de los ejes centrales de este proyecto, plantea realizar el “análisis situacional
de las medidas del gobierno que se desarrollan dentro del denominado proceso de cambio,
entendido como refundación del país y expresado en la Constitución Política del Estado, la cual
contiene 25 artículos que garantizan derechos específcos para las mujeres, el Plan de Igualdad de
Oportunidades, instrumentos que abren posibilidades concretas de representación y participación
de las mujeres en espacios de decisión, así como la situación real de la intervención de las
mujeres”.
1 “…en nuestros proyectos se busca introducir elementos que propicien la igualdad de oportunidades entre hombres y
mujeres, la conquista de espacios reales de decisión y control del poder y el reconocimiento general del papel y contribución de las
mujeres al desarrollo socio económico y cultural…”… Documento de TDR.
Declaración Universal de Plasmada en la CPE2 de El Estado está obligado a respetar, garantizar y efectivizar
1 los Derechos Humanos diferentes épocas. estos derechos y garantías de las personas como parte de
1948 un organismo social.
Convención sobre la Ley Nº 1100 de 15 de Los Estados Parte al condenar los actos de discriminación
Eliminación de todas las septiembre de 1989 en todas sus formas, se comprometen a promover
3
Formas de Discriminación políticas de igualdad para hombres y mujeres en
Contra la Mujer (CEDAW) diferentes áreas y niveles.
Convención Ley Nº 1599 de 18 de Los Estados Parte, adoptan medidas para prevenir,
Interamericana para octubre de 1994 sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, y
Prevenir, Sancionar y proteger los derechos de las mujeres y cualquier situación
Erradicar la Violencia de violencia en su contra.
contra la Mujer
4 (Belem do Pará)
Convención
Se aprueba y ratifca la Convención Interamericana sobre
10 Interamericana sobre Ley Nº 2012 de 17 de
Concesión de los Derechos Civiles a la Mujer.
Concesión de Derechos septiembre de 1999
Civiles a la Mujer
Declaración de las NN UU
Ley Nº 3760 de 7 de
12 sobre los Derechos de los Ratifca los derechos de los pueblos indígenas.
noviembre de 2007
Pueblos Indígenas.
Fuente: Elaboración propia con base a Saucedo, Erika. Leyes Internacionales a favor de las mujeres. 2011
Las mujeres antes del siglo XVIII, principalmente en Europa y Estados Unidos, se vieron excluidas
del ejercicio de los derechos humanos fundamentales, de la toma de decisiones y de la
participación política. La Declaración de Derechos Humanos crea las condiciones para la
visibilización y protagonismo de sectores de mujeres que se organizan en torno al derecho al voto,
y que por ello se denominarían luego como sufragistas, aunque su verdadero objetivo haya estado
más allá de lograr el derecho al voto.
En Bolivia, un poco más tarde, grupos de mujeres de diversos sectores en función de sus
reivindicaciones propias, plantearon el derecho al trabajo, derecho a la educación, ley del divorcio
y derecho al voto (que efectivamente se alcanzó recién en 1956).
Beijing marca un hito no sólo porque identifca los ámbitos en los que se producen y reproducen
“los obstáculos para el avance de las mujeres”, sino porque por primera vez, los gobiernos de
varios países del mundo se plantean que la situación desventajosa de las mujeres representa un
problema de la sociedad en su conjunto, y por lo tanto su atención debe verse como parte integral
Los organismos de cooperación internacional fueron los principales fnanciadores del impulso de
estos programas en el nivel público, así como para una emergente cantidad de instituciones que
tomaron como eje de su actividad la temática de género y la problemática de la mujer, con otro
efecto positivo que fue la investigación y recopilación empírica sobre la situación de las mujeres.
En el caso de Bolivia, se llevó a cabo la creación de una instancia en la estructura de gobierno para
impulsar la inclusión de la dimensión de género en las políticas públicas, proceso conocido como
transversalización de la perspectiva de género. Más tarde, la promulgación de la Ley de
Participación Popular se ampliaría a municipalidades 3 de capitales de departamento del país, con
un efecto importante de posicionamiento de la temática en gran parte del territorio nacional.
Con base al impulso de la PAM, la creación de la Sub Secretaría de Asuntos de Género (SAG), con
fnanciamiento de organismos de cooperación internacional y con la aprobación de la Ley Nº 1551
Participación Popular (1994) que en su artículo 14, inciso n) hace referencia específca a la
promoción de programas a favor de la mujer. En muchas municipalidades se crearon los
Programas Municipales de la Mujer para promover desde “lo local” acciones a favor de las
mujeres. En Bolivia la década de los 90 fue un escenario prolífco que propició la “incidencia” en
políticas públicas a favor de la mujer.
3 .
En la gestión de Gonzalo Sánchez de Lozada se creó el Ministerio de Desarrollo Humano, del que se desprendía la Secretaría
de Asuntos de Género, Generacionales y Étnicos y la Subsecretaría de Asuntos de Género.
4 La violencia se constituye en el principal obstáculo para el avance de las mujeres por sus efectos y consecuencias, y porque
representa la expresión más vulgar del machismo y del patriarcado.
3.2 Obstáculos
A pesar del avance en la normativa internacional y su ratifcación por leyes nacionales, existen
algunas limitaciones y obstáculos. Uno de ellos fue –y es- la dependencia de fnanciamiento de la
cooperación internacional para programas y acciones, dependencia que, aunque con diferentes
efectos, tocó a instituciones públicas y privadas.
“09. El Comité, si bien toma nota de las diversas reestructuraciones del Vice ministerio de Asuntos de
Género y Generacionales, (ahora Vice ministerio de Igualdad de oportunidades) expresa su
preocupación por la inestabilidad institucional de los mecanismos nacionales para el adelanto de la
mujer, así como por su limitado poder de decisión y recursos fnancieros y humanos insufcientes para
promover efcazmente la aplicación de la Convención y la igualdad entre los géneros, tanto en los
ámbitos de la administración central como departamental y municipal. Asimismo, el Comité expresa su
preocupación por la falta de una política integral de institucionalización y transversalización del
enfoque de género, particularmente en los departamentos y municipios, como un eje principal dentro de
las prioridades estratégicas del Estado Parte.”
“10. El Comité solicita al Estado Parte que asegure la estabilidad institucional de los mecanismos
nacionales para el adelanto de la mujer y los dote de facultades de adopción de decisiones y recursos
fnancieros y humanos sufcientes, tanto en la esfera de la administración central como regional y
municipal, para promover y coordinar efcazmente la aplicación de una estrategia sustantiva de
incorporación de una perspectiva de género para la aplicación de la Convención en todos los ámbitos
de políticas y en todos los niveles del Gobierno. El Comité alienta al Estado Parte a que formule, adopte
y aplique un plan de acción nacional integral y amplio a fn de lograr la igualdad de género y el
adelanto de la mujer.”
En ambos casos, desde las instancias públicas y privadas, los esfuerzos se dirigieron al avance
normativo, que efectivamente se logró, dejando la imagen de haberse convertido en un fn en sí
mismo. Por ello, pese al importante avance en la legislación internacional y nacional a favor de las
Muchas de las políticas públicas derivadas de los convenios internacionales, se enfocaron en los
efectos de la “discriminación” contra las mujeres en todos los ámbitos de su vida, ya sea en el
económico-laboral, política, social y cultural, así como en la violencia ejercida contra las mujeres.
Sin embargo, ninguna de ellas se aproximó a cuestionar como problema de fondo la existencia de
un sistema de dominación hacia las mujeres y la necesidad de enfocarse en éste, en sus
manifestaciones y relaciones.
La Constitución Política del Estado 6 (CPE) boliviano representa el avance normativo de mayor
trascendencia para sectores mayoritarios de la población, como las mujeres y la población
indígena, históricamente excluidos y por lo tanto sin acceso al ejercicio de sus derechos
fundamentales y a la negación de su ciudadanía.
La demanda de su elaboración, casi dos décadas antes, por los pueblos indígenas de tierras bajas,
recién se hizo realidad al inicio del siglo XXI con la irrupción de los movimientos sociales en la
dinámica política y la impronta de la población indígena originaria campesina 7, su principal
protagonista y destinataria. Este es un hecho de vital importancia porque va a orientar el sentido
en la defnición de las políticas públicas y la participación de la población en el proceso post
Asamblea Constituyente (AC)8.
6 Inicia su elaboración con la instalación de la Asamblea Constituyente en agosto de 2006 hasta diciembre de 2007 y es
aprobada por el pueblo boliviano en referendo de enero de 2009. Promulgada en febrero de 2009.
7 Concepto acuñado en la AC para signifcar la constitución del sujeto social emergente, protagonista de la refundación del
país según la propuesta del Movimiento Al Socialismo, cuya base social fue el Pacto de Unidad integrado por la Confederación Sindical
Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia-CSUTCB, Central Indígena del Oriente Boliviano-CIDOB, Confederación Nacional de
Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa-CNMCIOBS, Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia-
CSCB, Confederación de MarKas y Ayllus del Kollasuyo-CONAMAQ, Coordinadora de Pueblos Étnicos de Santa Cruz-CPESC,
Movimiento Sin Tierra de Bolivia-MST, Asamblea del Pueblo Guaraní-APG y Confederación de Pueblos Étnicos Moxeños de Beni-CPEMB.
8 Un lugar común era –y es-considerar como momentos constitutivos el proceso pre-constituyente, constituyente y post-
constituyente en torno al cónclave. Particularmente se considera que el proceso constituyente continúa con la implementación de las
autonomías en el país.
En el caso de las mujeres, fue el marco que permitió generar un espacio que aglutinó a diversos
sectores o grupos de mujeres (organizaciones e instituciones), con el fn de elaborar una propuesta
de “incidencia política” para la constitucionalización de los derechos de las mujeres. El texto
constitucional traduce estos importantes esfuerzos y lo plasma en cerca de una treintena de
artículos que garantizan estos derechos:
9 Casi desde la instalación de la AC, la elaboración del texto constitucional tropezó con muchos obstáculos, desde los
estrictamente logísticos hasta la resistencia –incluso violenta- de sectores de la población que veían como amenaza la irrupción de
sectores de la población que reclamaban su inclusión, a partir de una nueva visión de país que apostaba por el cambio de paradigma
civilizatorio, propuesta del MAS y del Pacto de Unidad.
Tratados internacionales con rango de ley (Arts. 256 y Garantiza el cumplimiento del Estado sobre
1 257) y garantía del Estado al ejercicio de estos derechos derechos de las mujeres en leyes y políticas
(Art.14). públicas.
Uso de lenguaje no sexista en el texto e inclusivo en Principio reivindicado por las mujeres por su
2 “las bolivianas y los bolivianos como parte de la nación signi fcado en la construcción de
boliviana” (Art. 3). subjetividades y discursos.
8 La no discriminación como principio fundamental del También como forma de reivindicación del
Estado y sanción a todas las formas de discriminación
19
Igualdad de condiciones entre hombres y mujeres en la El espacio público de poder, de participación
participación política (Art. 26). en la toma de decisiones plantea la paridad
desde estos artículos del texto constitucional,
20
garantizando su acceso en igualdad de
La ciudadanía, sea por elección o por matrimonio, en
igualdad de condiciones para mujeres y hombres (Arts.
condiciones.
142 y 143).
Explícitamente hace uso del principio de
21 lenguaje no sexista.
Igual participación de hombres y mujeres en elecciones
de asambleístas (Art. 147).
22
En la conformación de todos los órganos del Estado, el
Ejecutivo y la primera magistratura, se explicita ambos
sexos (Art. 165).
23
Equidad de género en la composición del gabinete
ministerial (Art. 172).
24
Postulación de candidatas/os a cargos elegibles en
igualdad de condiciones para hombres y mujeres (Art.
209).
25
Democracia interna y garantía del Órgano Electoral
Plurinacional de igual participación de hombres y
mujeres en agrupaciones ciudadanas y partidos
políticos. (Art. 210).
Fuente: Elaboración propia con base a CPE e YBARNEGARAY, Jenny. Propuesta para el debate: “Entre el discurso y la práctica: dilemas de la
despatriarcalización en el ‘proceso de cambio’”. PNUD/Coordinadora de la Mujer. Conversatorio: ¿Cuánto hemos avanzado las mujeres? Logros, Dilemas y
Desafíos hacia el Proceso de Despatriarcalización. La Paz, junio de 2011.
El texto constitucional boliviano es una de las mejores muestras de inclusión de los derechos de las
mujeres como parte del supremo ordenamiento normativo, cuyo efecto directo debería ser su
despliegue en leyes específcas y el diseño de políticas públicas, desde el nivel central y desde las
entidades territoriales autónomas (ETAs).
Este logro de incidencia política ha estado respaldado con un abundante soporte empírico sobre la
situación y posición de las mujeres como sustento a sus reivindicaciones.
4.1.2 Obstáculos
La CPE corre el riesgo de quedarse como texto constitucional si no se logra su derivación a leyes y
políticas públicas que garanticen su cumplimiento. Esta normativa secundaria debe ser coherente
con el alcance de los artículos dirigidos a derechos de las mujeres, vigilando que no se los disfrace,
obvie o malinterprete. Por ejemplo, varios artículos del texto constitucional garantizan la
participación política de las mujeres, pero la Ley de Régimen Electoral Transitorio no garantiza la
paridad en la titularidad en circunscripciones uninominales o candidaturas departamentales por
territorio.
La sociedad civil debe realizar acciones de vigilancia y exigibilidad para traducir la CPE en
normativa secundaria y asegurar recursos para su implementación. Durante la AC hubo una
articulación de mujeres para la construcción de propuestas, alianzas y acción colectiva de
movilización e incidencia para la inclusión de derechos de las mujeres en la CPE. Este nivel de
articulación no se repite para exigir su cumplimiento. Tampoco en la elaboración de estatutos
autonómicos y cartas orgánicas en las ETAs, no se ven acciones colectivas de largo alcance de las
mujeres, sino una esporádica y escasa presencia de ellas.
Se debe trascender de la visión que tiene la sociedad sobre que las demandas de las mujeres son
un tema de mujeres, e incluso de algunas mujeres, en vez de reivindicaciones históricas y
estratégicas para la sociedad en su conjunto. Esto pasa por superar la tensión entre el alcance
conceptual de la equidad de género e igualdad de oportunidades 10 incluidas en la CPE, así como
su orientación político ideológica como proceso descolonizador y de cambio del paradigma
civilizatorio, que fnalmente defnen las acciones del nivel gubernamental.
10 Las propuestas de las organizaciones de mujeres en la AC cuestionaban el carácter del Estado colonial, capitalista, centralista y
patriarcal, buscando la inclusión de artículos en esta dimensión.
Como mandato de la CPE, en el plazo de 120 días, la Asamblea Legislativa Plurinacional debía
aprobar cinco leyes denominadas orgánicas por su directa relación con los órganos del Estado.
Hasta el 19 de julio de 2010 se aprueban la Ley del Órgano Electoral, Ley del Régimen Electoral,
Ley del Órgano Judicial, Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional y Ley Marco de Autonomías y
Descentralización.
Cuadro Nº 3
Derechos de las mujeres en las 5 Leyes Orgánicas
Ley del Órgano Electoral • Asume y promueve la equidad de género e igualdad de oportunidades
Plurinacional Nº 18 con el reconocimiento de los principios de equivalencia (Art. 4, numeral 6),
(16 de junio de 2010) norma paridad y alternancia (Art. 8) en la elección interna de dirigencias y
el ejercicio de la función candidaturas de organizaciones políticas. En la elección, designación y
electoral, jurisdicción, nominación de autoridades, candidaturas y representantes de las naciones y
competencias, obligaciones, pueblos indígenas originarios campesinos mediante normas y
atribuciones, organización, procedimientos propios.
funcionamiento, servicio y • Paridad en la elección de vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE),
régimen de responsabilidades 3 de 6 (Art. 12). El/la séptimo vocal del TSE se designa por el/la
para garantizar la democracia Presidente/a del Estado Plurinacional y equivalencia de género en el
intercultural. régimen de designación (Art. 13, numeral 2).
• Ampliación de obligaciones y atribuciones del TSE para velar por el
cumplimiento de la paridad y alternancia según la normativa electoral en
relación a participación política de las mujeres (Art. 23, numeral 6 y Artículo
24, numeral 16).
• Velar por el cumplimiento de normas internas de las organizaciones
políticas para garantizar la equidad de género.
• En las atribuciones de la TSE sobre organizaciones políticas, regular y
fscalizar el cumplimiento de sus normas internas para defnir dirigencias y
candidaturas en relación a género (Art. 29, numeral 4).
• Principio de paridad y alternancia en la conformación de Tribunales
Departamentales Electorales (TDE) (Art. 32, parágrafo II) en el régimen y
procedimiento de designación (Art. 33, numeral 2, 3, 4 y Art. 34, numeral
Fuente: Elaboración propia con base Coordinadora de la Mujer. Balance de 5 leyes promulgadas. La Paz, 2010.
Los criterios de paridad y alternancia son mandatos claros y directos que garantizan su aplicación
en los procesos electorales y en la conformación de los órganos públicos, en el nivel central y en
las entidades territoriales autónomas.
En cambio, la inclusión del concepto equidad de género no deja en claro su alcance y por lo tanto,
la garantía de su cumplimiento, se deja a la interpretación que se haga de la misma. Se puede ver,
por ejemplo, en los artículos de la Ley Marco de Autonomías y Descentralización como,
“Reconocer la equidad de género en la conformación de las entidades territoriales autónomas”,
“…promover el desarrollo con equidad de género”, “inclusión de la equidad de género en…”, etc.
Sin embargo, esto no deja de ser un avance como marco para el desarrollo de la normativa. Esto
deja una tarea a las ETAs y a las articulaciones que se puedan lograr en la sociedad, especialmente
las alianzas entre mujeres, organizaciones e instituciones para traducirse en normativa según la
realidad de cada jurisdicción. A pesar de estos matices, se debe de apuntar que la aprobación de
estas leyes son un avance para el desarrollo de la normativa específca.
Estos pasos deben de ser visto como la continuidad del proceso constituyente desde cada entidad
territorial autónoma, lo que implica la necesidad de movilización y acción colectiva de las mujeres
y de la sociedad, para que los estatutos autonómicos y las cartas orgánicas ratifquen los avances
logrados en la CPE y en las leyes orgánicas.
Antes y luego de la redacción de la CPE, en las dos gestiones del Presidente Evo Morales, se
promulgaron y aprobaron un conjunto de leyes, decretos supremos, políticas públicas y programas
relativos a la equidad de género en diferentes ámbitos. La mayoría de ellas como parte de
compromisos de instrumentos y tratados internacionales, otras como complementación a
normativa nacional previamente emitida y algunas como producto de la CPE y de la nueva visión
de país que se impulsa desde el gobierno como mandato de las organizaciones sociales.
Fuente: Elaboración propia con base a fuente de información del Vice Ministerio de Igualdad de Oportunidades
dependiente del Ministerio de Justicia.
Además de los alcances explícitos que señala cada una de las disposiciones normativas arriba
mencionadas, cobran importancia, en orden cronológico, el Plan Nacional de Desarrollo “Bolivia
Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien”, el Plan Nacional para la Igualdad de
Oportunidades “Mujeres construyendo la Nueva Bolivia” y la Ley contra el Racismo y Toda Forma
de Discriminación. El Plan Nacional de Desarrollo constituye la base para el proceso de
implementación de la CPE y es el marco bajo el cual se debe desarrollar la planifcación en el resto
de las entidades territoriales autónomas.
Por su parte el Plan Nacional para la Igualdad de Oportunidades, instrumento normativo aprobado
mediante D.S. Nº 29850 de 10 de diciembre de 2010, plantea políticas públicas de desarrollo
La Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación es la disposición normativa que, más
allá de las acciones de prevención, dispone de los mecanismos para la sanción y condena de estos
delitos. Su aplicación se convierte en uno de los principales mecanismos para erradicar toda forma
de discriminación contra las mujeres, especialmente la “discriminación” en razón de género.
Se están trabajando otras propuestas de normativa nacional a favor de las mujeres como el
proyecto de Ley Contra el Acoso y Violencia Política en razón de género, Proyecto de Ley de Trata
y Tráfco, Anteproyecto de Ley de Modifcación a la Ley de Violencia en la Familia o Domestica
N°1674 y Proyecto de Ley de Inversión Pública con Equidad Social y de Género. Asimismo, por
mandato de la disposición III de la Ley del Órgano Judicial establece un proceso de transición
máximo de dos años para que los distintos códigos que rigen la administración de justicia sean
modifcados para adecuarse a esta ley y sean aprobados por la Asamblea Legislativa Plurinacional.
El plazo vence en junio de 2012. Por lo tanto, se trabaja en propuestas como la Ley General de
Trabajo, Código Penal y su procedimiento, Código Civil y su procedimiento, Ley de
Procedimientos Constitucionales, que deberán contener una perspectiva de género para garantizar
el cumplimiento de los derechos de las mujeres.
En la estructura gubernamental hay dos instancias que realizan acciones dirigidas a las mujeres,
aunque aparentemente con distintos enfoques y alcances políticos. Por un lado el Vice ministerio
de Igualdad de Oportunidades (VIO) del Ministerio de Justicia que impulsa el avance de las
mujeres, y por otro, el Ministerio de Culturas, Vice ministerio de Descolonización, específcamente
la Jefatura de Unidad de Despatriarcalización, que trabaja con esta orientación.
Sin embargo, de esta propuesta han surgido críticas relativas a cierta distancia entre la iniciativa de
despatriarcalización y el alcance de las políticas públicas, especialmente a los matrimonios
colectivos, por su signifcado como institución patriarcal. También porque aparentemente se
privilegia, desde la ritualidad, a una de las culturas de Bolivia. Asimismo a la propuesta de
equivalencia para lograr la paridad en niveles jerárquicos de los órganos del Estado, basado en la
igualdad de oportunidades.
En Bolivia, como resultado de este avance normativo, las mujeres logran el derecho al sufragio en
1952. En los 90, se promulgó la Ley de Cuotas (1997), como medida de discriminación positiva
que obligaba la inclusión de una cuota de mujeres, generando diversos tipos de reacciones y
acciones como, la Ley de Partidos Políticos (1999) y el año 2004 la Ley de Agrupaciones
Ciudadanas y Pueblos Originarios y reformas al Código Electoral.
Es por ello que efectivamente en la década de los 90 se logró mayor número de mujeres en
espacios de decisión y poder, principalmente concejos municipales y comités de vigilancia, pero
todavía escasas medidas de política pública a favor de la denominada “equidad de género” y peor
aún cambios sustanciales en la vida de las mujeres, no sólo con derechos de reconocimiento, sino
de redistribución del poder, distribución de la riqueza, etc.
En el año 2000, con la denominada Guerra del Agua, se produce un punto de infexión en la
dinámica social y política del país, dando lugar a una compleja transformación de la sociedad y del
estado que se vive hasta el presente. Durante las sucesivas crisis de Estado que vivió el país se
habían cuestionado el modelo económico neoliberal, el capitalismo, el sistema político y el
ejercicio de una democracia “pactada”, que había mantenido privilegios para determinados
sectores de la población.
Los pactos políticos fueron el mecanismo instalado para el ejercicio del poder de un pequeño
grupo y sirvieron exclusivamente para la ocupación de cargos públicos y el aprovechamiento de
los recursos estatales, proceso al que se apeló en nombre de la gobernabilidad y que
aparentemente se tradujo como fn o sinónimo de la democracia.
Estos pactos no sirvieron para revertir la situación de pobreza y marginación de una inmensa
mayoría de la población sujeta –literalmente- a su suerte y a los efectos de políticas como las del
ajuste estructural, el neoliberalismo y un proceso globalizador de explotación y negación de los
derechos colectivos. Éstos últimos reconocidos formalmente en leyes, formaban parte de las luchas
históricas de pueblos y naciones indígenas, sometidos a procesos de homogeneización civilizatoria,
y que precisamente planteaban, entre otros, su derecho al reconocimiento.
En la Guerra del Agua emergen los movimientos sociales colocando en la agenda política
problemas de carácter estructural que fueron excluidos del debate nacional y transformando la
dinámica de participación política e incluso del mismo concepto de democracia. Además del
cuestionamiento al modelo económico y al sistema político, por primera vez se cuestiona a las
Es en este contexto, con la crisis de octubre de 2003 que determina la salida abrupta del
presidente Gonzalo de Lozada, y luego de los gobiernos de sucesión constitucional con Carlos
Mesa Gisbert y Eduardo Rodríguez Veltzé, se produce el año 2004 la elección de Evo Morales,
dirigente indígena, sindicalista y cocalero como presidente de la, entonces, República de Bolivia,
elección que se constituyó en un hito relevante para el proceso de transformación y construcción
del Estado Plurinacional. Entre otras, su agenda gubernamental, que recogía los planteamientos de
la población indígena originario campesina, contemplaba la realización de una Asamblea
Constituyente que “incluya” en el texto constitucional los derechos y garantías de la población
indígena originario campesina.
La propuesta del nuevo gobierno planteaba, más allá de críticas y reformas a los modelos de
desarrollo de corte occidental vigentes, un cambio del propio paradigma civilizatorio. Esta
propuesta fue realizada con la puesta en marcha de un proceso de desmontaje de la visión
monocultural occidental, desconocedora de la diversidad y pluralidad de las formas de
organización social, política y económica de diversos pueblos y naciones originarias y colectivos
sociales como los existentes en la realidad boliviana.
Este proceso descolonizador toma forma desde la redacción del texto constitucional que, a
diferencia de otros procesos con iguales propósitos, es planteado por la vía de la norma
constitucional, como paraguas ordenador de la normativa secundaria, pero además de las nuevas
formas de organización del Estado para su cumplimiento (Órganos Ejecutivo, Legislativo, Judicial y
Sin duda, las serias difcultades que se dieron en la aprobación del texto constitucional, dieron
lugar a una CPE que tuvo que hacer concesiones en su redacción, dejando algunos términos con
alcances muy generales o ciertos vacíos y contradicciones conceptuales, entre ellas el de la equidad
de género y la despatriarcalización, cuya interpretación y aplicación cobra connotaciones
diferentes y hasta contrapuestas, como se observó en el punto referido a políticas públicas y que sí
no se resuelven, representan una difcultad de importancia para su puesta en marcha.
Por eso, para muchos se trataba de un texto de transición, mientras que para otros el desarrollo
normativo posterior, ya que leyes orgánicas y las normas de las entidades territoriales autónomas
deberían dar cuerpo al texto constitucional y estar al alcance de su propuesta de cambio de
paradigma civilizatorio12.
12 Un análisis exhaustivo del texto constitucional, así como de las fuerzas que lo impulsaron y de las fuerzas conservadoras que
obstaculizaron en su momento su elaboración, y actualmente su implementación, tomaría otro documento que no forma parte de los
TDR señalados para el presente trabajo de consultoría.
La elección de asambleístas constituyentes tuvo más del 30% de mujeres electas, diversas en edad,
estado civil, origen étnico y regional, nivel de formación, etc. Así, un conclave de la trascendencia
de la Asamblea Constituyente, al igual que lo ocurrido en la Asamblea Legislativa Plurinacional,
mostraba una renovada imagen de la participación política tradicional con mujeres, abarcas,
guardatojos, chulus, ponchos multicolores, polleras, axsus y sombreros… vestimenta, idioma, que
más allá de lo simbólico mostraba la posibilidad real de participación y representación directa o
autorepresentación en la esfera política.
Después de aprobada la Constitución Política del Estado, por primera vez otros importantes
espacios de decisión fueron ocupados, en forma signifcativa, por mujeres como el gabinete
ministerial del gobierno nacional, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y los 9 Tribunales Electorales
Departamentales (TED).
Debido a estos cambios en la participación política de las mujeres, a través de la vía electoral,
instancias como la Asociación de Concejalas de Bolivia (ACOBOL) y la Unión de Mujeres
Parlamentarias de Bolivia (UMPABOL) han cambiado su composición con mayor presencia de
mujeres indígenas y campesinas, dando un nuevo rostro a esas organizaciones. También a nivel
internacional se ven algunos cambios en la representación boliviana con presencia de mujeres en
importantes espacios. Por ejemplo, para el periodo 2011-2012, Bolivia preside el Parlamento
Andino, representada por la diputada Rebeca Delgado. También el país asumió la Presidencia Pro
Témpore de la Red de Mecanismos de la Mujer Andina (REMMA), que recayó en la ministra de
Justicia, Nilda Copa Condori.
13 Hasta la fecha no se ha conformado ningún órgano legislativo correspondiente a la autonomía indígena originario campesina
por lo que no se conoce la presencia y participación de mujeres.
Por otra lado, durante el proceso constituyente surgió una articulación de mujeres denominado
Movimiento de Mujeres Presentes en la Historia, integrado por ONGD y organizaciones sociales,
cuyas acciones de incidencia (lobby y movilización) en torno al texto constitucional permitió
alianzas con mujeres constituyentes y otras organizaciones de defensa de derechos, así como
producción de abundante material de información y refexión.
Este movimiento continuó con acciones de incidencia para la elaboración de las leyes orgánicas,
con una presencia más focalizada en la sede de gobierno, debido a que éstas debían ser aprobadas
por la Asamblea Legislativa Plurinacional (leyes analizadas en otro acápite de este mismo
documento, en la parte correspondiente a la incorporación al enfoque de género).
En conclusión, la participación política de las mujeres en el Estado Plurinacional, desde el año 2006
y con mayor precisión desde 2008, muestra importantes cambios, pero sobre todo importantes
perspectivas.
Por una parte en instancias públicas, si se lo compara con anteriores gestiones gubernamentales,
existe una presencia creciente en espacios de poder y decisión en los órganos ejecutivo, legislativo
y electoral en el nivel nacional 14, respaldadas por normas nacionales, principalmente por la propia
Constitución Política del Estado y las denominadas leyes orgánicas. También en los concejos
municipales y, en nuevas instituciones del Estado como los órganos legislativos departamentales15.
Es, justamente parte del desarrollo normativo que debe darse en las entidades territoriales
autónomas, así como en políticas públicas a todos los niveles desde el nacional, departamental y
local, la responsabilidad de los gobiernos departamentales y municipales en los que debe
14 Para octubre de 2011 se ha programado la elección de diversas instancias del Órgano Judicial (Tribunal Agroambiental,
Consejo de la Magistratura, Tribunal Constitucional Plurinacional y Tribunal Supremo de Justicia) proceso para el cual la convocatoria y
proceso de selección ha tomado en cuenta, los criterios de alternancia y paridad.
15 A nivel de los órganos ejecutivos departamentales y municipales no existe una norma similar a la existente en el nivel nacional
dirigida a la equivalencia entre mujeres y varones para la ocupación de cargos de poder y decisión, que continúan como puestos
designados por los correspondientes ejecutivos.
Más allá de estas expresiones de la sociedad civil organizada, como organizaciones de mujeres o
como parte de movimientos de mujeres, no es posible encontrar otras expresiones signifcativas de
defensa del ejercicio de derechos de las mujeres o de proyectos emancipatorios, más allá de
iniciativas importantes que corresponden a perspectivas con mandatos institucionales más que a
iniciativas de la sociedad civil propiamente dichas, con excepción de un fuerte movimiento
feminista en La Paz como es el de Mujeres Creando e incipientes formas organizativas de
movimientos feministas.
Sin embargo, de una mayor presencia de mujeres en espacios de poder y decisión, ello no
necesariamente se ha traducido en cambios en la mirada en las relaciones de poder basadas en la
opresión de género, tanto en esos mismos espacios de poder, donde “se hace una concesión a la
cuota de mujeres” manteniendo los estereotipos asignados a las mujeres. Del mismo modo,
tampoco se llevan a cabo medidas dirigidas a las mujeres de la sociedad civil.17
Esto requiere destacar algunos elementos de la realidad, que no permiten una “efectiva”
participación política de las mujeres en el Estado Plurinacional, entre ellos:
a) De acuerdo a los datos de la realidad, es posible pensar que hay resistencia para el
cumplimiento de la CPE y leyes. En los órganos legislativos departamentales no se alcanzó
la paridad en la representación política porque la Ley de Régimen Electoral Transitorio no,
necesariamente, garantizó la aplicación de este principio en las listas de asambleístas
territoriales. En consecuencia, hay mayoría de titulares varones, mientras que la mayoría de
las mujeres quedaron como suplentes.
Sin embargo, al tratarse de espacios de cuestionamiento del poder y de sus efectos cuando
se disputa el ejercicio de derechos, debe contar con la sufciente fuerza política y social.
c) Se cuestiona si las mujeres electas tienen un compromiso real con la emancipación de las
mujeres por la vigencia de un discurso de “defensa de los derechos de las mujeres y la
equidad de género” o “lucha por la complementariedad o chacha-warmi” sin acciones
concretas de articulación entre mujeres, de escenarios de acción colectiva para el
cumplimiento de la CPE u otras iniciativas, sin ver que las mujeres que ocupan cargos de
poder y decisión actúan en los reducidos espacios (que, muchas veces, disputan a otras
mujeres) que les permite el poder patriarcal.
d) Las mujeres electas con compromiso de lucha por la emancipación de las mujeres,
enfrentan escenarios de resistencia y violencia ejercida por la mayoría de los varones y por
algunas mujeres que actúan como testaferros del poder patriarcal a cambio de pequeñas
concesiones de privilegio o poder, por lo que terminan solas en los espacios de poder y
decisión, congeladas de cualquier acción favorable y sometidas a la violencia simbólica y
violencia política.
Aquí se debe poner de relieve que pese a haberse asumido, en general por la mayoría de
autoridades en espacios de poder y decisión, como discurso la equidad de género, la
descalifcación que se realiza parte de que se trata de una visión “impuesta”, “venida de
afuera”, “propia de ONGD”, “que no forma parte de la cultura y realidad bolivianas”. Este
mecanismo dual, sin duda, no permite una refexión sobre la subordinación de género y
menos por lograr acciones efectivas para su solución.
Por otra parte, como se ha ido dando desde mediados de la década de los 90, hay una importante
participación de mujeres en determinadas organizaciones de la sociedad civil como las juntas
vecinales y otras instancias gremiales, sobre todo como forma de liderazgos individuales y
relacionadas a las demandas de orden doméstico, familiar y vecinal, en el primer caso, y al rubro
de actividad en el segundo. Sin embargo, debido a las condiciones políticas del momento, muchas
de estas mismas organizaciones también corresponden a determinados colores políticos, donde no
necesariamente se discute o debate la defensa del ejercicio de los derechos de las mujeres.
Lo mismo se podría decir de las organizaciones sociales, aunque con profundos matices, por
ejemplo la arraigada práctica de liderazgo masculino en las organizaciones sociales, la reducida
participación de las mujeres y el rol que históricamente han cumplido en las mismas. Por ello, para
la refexión, cabe apuntar lo siguiente:
a) ¿En las representaciones políticas, con un marcado sesgo caudillista, es posible pensar en
procesos internos que amplíen la participación política de las mujeres cuando
explícitamente (teórica y prácticamente) no se asumen estos valores?
c) ¿Es posible para las mujeres participar en espacios públicos de decisión y poder, cuando en
el ámbito privado se vive violencia, no se dispone de tiempo libre, ni autonomía económica
o de su cuerpo?
d) ¿El campo político ha generado mayor violencia contra las mujeres al disputar espacios de
poder a los varones o al cuestionar las raíces del ejercicio del poder?
e) ¿Es sufciente generar conciencia sobre la opresión de la mujer desde las mujeres, las
organizaciones de mujeres o instituciones que trabajan con mujeres?
Este discurso emergente mostró el agotamiento del ciclo histórico del posicionamiento de
derechos individuales, promovidos entre otros por colectivos de mujeres, y que en última instancia
planteaba el agotamiento de un tipo de democracia. Las demandas de los movimientos indígenas
se centraron en el reconocimiento de la diversidad cultural y los derechos colectivos.
Esto puso en evidencia el carácter multidimensional de los sujetos sociales. El punto central de los
confictos se había concentrado en la categoría clase, sin ver las otras formas de subordinación que
forman un mismo entramado pero que responden a diferentes sistemas de dominación: etnia y
género. Los partidos de izquierda consideraban que la primera contradicción por resolver era la
lucha de clases, mientras que las otras luchas podrían resolverse con esta primera, o postergarse
dado su carácter principal.
Desde los 90, las demandas de los pueblos indígenas tuvieron un proceso de acumulación que
alcanzó su posicionamiento formal con la aprobación de la CPE. Se legitimaba así, como sujeto
social emergente, y desde la propuesta de descolonización del Estado, como directo titular de
dichas acciones. Desde esta mirada, se valora la participación política de las mujeres cuando se
trata de la defensa del proceso de cambio.
El proceso de cambio conducido por el MAS como gobierno de las organizaciones y movimientos
sociales, determina la legitimidad de la participación política desde estos espacios, en los que se
privilegia el desmontaje de la exclusión por pertenencia étnica, sin tomar en cuenta otras
expresiones del entramado complejo de dominación, como la opresión de género, y sus causas
estructurales.
En suma, la realidad impone reconocer la existencia de diferencias entre las mujeres, desde sus
distintas formas de construcción de su identidad y de vivir las diferentes formas de dominación y
sus interrelaciones. Ello abre la posibilidad de dinamizar la acción colectiva de las mujeres, en
alianza con otros movimientos sociales, con agendas amplias y prioridades específcas de acuerdo
al contexto particular en el que se plantee la lucha contra las formas de dominación de forma
articulada.
El proceso de cambio impulsado por los movimientos sociales, representa una oportunidad
histórica sin precedentes para la vida de todas y todos los bolivianos.
Es el momento en que se deben poner en evidencia no sólo los efectos y las consecuencias de
modelos y esquemas que sistemáticamente han explotado, excluido y oprimido a la mayoría de la
población boliviana, sino más bien de exponer las causas para enfrentarlas directamente y
contribuir con la construcción del Estado plurinacional.
En este marco, desde nuestro punto de vista, se debe profundizar el debate en:
• Género y Patriarcado
Como se señaló en este mismo documento (Obstáculos para el cumplimiento de la CPE), “se debe
trascender la visión de la sociedad que las demandas de las mujeres son un tema de mujeres, e
incluso de algunas mujeres, a reivindicaciones históricas y estratégicas para la sociedad en su
conjunto. Esto pasa por superar la tensión entre el alcance conceptual de la equidad de género e
igualdad de oportunidades incluidas en la CPE y su orientación político ideológica como proceso
descolonizador y de cambio del paradigma civilizatorio, que fnalmente, defnen las acciones del
nivel gubernamental”. Situación que se observa a raíz de propuestas de políticas públicas y planes
a favor de la mujer, aparentemente contradictorias, que ha generado un debate sobre la validez
del uso conceptual y alcance político, de género (equidad de género, igualdad de oportunidades)
y patriarcado.
En general, hay una idea que el patriarcado se impone durante la colonia a un sistema de
organización social basado en las relaciones de complementariedad o chacha-warmi, aunque no es
posible constatar que las culturas pre coloniales hayan tenido sistemas de gobierno paritarios o
formas sociales de igualdad entre varones y mujeres.
El patriarcado… aunque se sostiene sobre ese sentido común básico de la natural primacía masculina,
se resignifca permanentemente; cuando se disecciona con cuidado ese sentido universal del predominio
18 Despatriarcalización desde las alturas y de bajas calorías. Santa Cruz, 2011.
Por ello es necesario entrar al debate del alcance de las propuestas, a la necesidad de crear teorías,
categorías y metodologías que permitan abordar la realidad desde su complejidad y
heterogeneidad.
• Sobre la democracia
La democracia que emerge de los movimientos sociales busca la participación directa en la toma
de decisiones a través de acciones que están en las calles, en la movilización y no necesariamente
en el sistema político formal y en la norma vigente. Esta es la otra tensión que se mantiene y busca
sus caminos para realizarse, el ejercicio del poder desde la delegación de su representación o desde
la autorepresentación.
1) Necesidad de generar desde instancias del Estado, como garante de derechos, en el nivel
central y las ETAs, como cabezas de sector, el diseño y ejecución de políticas públicas, planes y
programas de acuerdo a la CPE, leyes y convenios internacionales, garantizando recursos para
lograr el cumplimiento efectivo de los derechos de las mujeres.
Esto implica una responsabilidad desde las jurisdicciones autónomas de desplegar una
capacidad de movilización para garantizar el cumplimiento de la CPE y de las demandas de las
mujeres, de acuerdo a la realidad, a la dinámica histórica, a los parámetros culturales y
especifcidades y diferencias propias.
2) Estas instancias deben constituirse en espacios articuladores con la sociedad civil para ampliar
el debate, enriquecer el análisis y producir elementos teóricos y metodológicos para el diseño y
ejecución de políticas públicas, desde la heterogeneidad de la realidad de las mujeres.
La autonomía, como nueva forma de organización territorial del Estado, tiene por fnalidad el
defnir sus formas y niveles de representación política, (elección de autoridades), elaboración
de leyes y administración de recursos económicos fnancieros de acuerdo a sus
particularidades. A diferencia de políticas centrales que no recogen las diferencias de las
mujeres, con la autonomía se debe producir todo lo contrario. En otras palabras, se trata del
autogobierno que es defnido y decidido por la población, quien además tiene el derecho y el
deber de participar en la planifcación del desarrollo, las leyes y hacer control social sobre las
Como vimos líneas arriba, las propuestas construidas desde “arriba” crean brechas entre la
normativa a favor del ejercicio de los derechos de las mujeres y la apropiación de estas por las
propias mujeres y su involucramiento en la construcción de una agenda política propia, por lo
que las normas se quedan en la letra muerta del texto.
3) La propuesta de descolonización como eje central del Estado plurinacional ofrece un amplio
escenario de debate donde se discutan las diferentes formas de dominación, entre ellas la
opresión de género, colocándola en el mismo centro del debate político y del alcance del
proceso de cambio, fortaleciendo al propio Estado en su propia construcción y cambio de
paradigma civilizatorio.
Este proceso, como parte de la construcción del Estado Plurinacional requiere esa apertura al
debate, a las diversas propuestas, a la crítica y la autocrítica. En este marco el alcance de
propuestas como la descolonización, la despatirarcalización tienen un alcance diferente al de la
equidad de género, la discriminación contra la mujer como parte de conceptos posicionados
en otra coyuntura, desde un carácter formal de la democracia liberal, que se concentró en los
efectos de la “discriminación” contra las mujeres, sin cuestionar el sistema de dominación.
5) Un Estado fuerte requiere de una sociedad civil fuerte. Más aún cuando se trata de un Estado
de las y los excluidos, explotados y oprimidos. Desde esta perspectiva es importante que las
mujeres, las organizaciones de mujeres, las organizaciones y movimientos sociales trabajen en
forma común respecto a un horizonte de emancipación colectiva, sin desconocer todas sus
formas y articulaciones y las diversas realidades que ocasionan, sin privilegiar ninguna de ellas.
6) El momento histórico que vive nuestro país requiere la construcción de alianzas y acciones
colectivas, de movimientos plurales, desde la diversidad de la realidad de los hombres y
mujeres que la componen, en sus relaciones y en su dimensión individual y colectiva. El
proceso de cambio requiere impregnarse en toda la sociedad boliviana para comprometer sus
sueños, sus deseos, sus pensamientos y acciones.
7) Las mujeres como sujeto social deben transformarse de sujeto jurídico en sujeto político. Esto
signifca que el discurso de los derechos y su incorporación en la normativa debe dejar de ser
un fn en sí mismo, y ser un medio para resolver la dominación en sus múltiples formas de
manera estructural. Las instituciones de cooperación interna y externa deben orientar sus
acciones en este sentido, es decir desde la realidad de las mujeres y no al revés.
Las políticas públicas de despatriarcalización deben abordar los ámbitos en los que se reproducen
los mecanismos de dominación: familia, escuela y Estado, entre otros. En el espacio doméstico,
democratizar el trabajo familiar no reconocido y donde se legitima la reproducción social,
extendida a los roles de lo masculino y lo femenino.
El Estado Plurinacional debe reconocer el carácter patriarcal del Estado y de la sociedad, la vigencia
del machismo como expresión burda –pero violenta y cotidiana- de las relaciones interpersonales
de bolivianas y bolivianos. Esto signifca garantizar la aplicación de valores y principios como la
equidad y la igualdad en la participación política, acceso al mercado laboral, retribución
económica justa, ejercicio de derechos sexuales y derechos reproductivos. Y es que, para erradicar