ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DE LAS DENOMINADAS
PERSONAS PUBLICAS NO ESTATALES
No es nuestro propósito efectuar un análisis
de las diversas doctrinas que se elaboraron en
tomo a la clasificación de los sujetos de dere­
cho, pero los fundamentos del fallo en comenta­
rio nos motivan a reflexionar acerca de las
denominadas personas públicas no estatales,
sobre todo lo que concierne a la vigencia de esta
última clasificación, a la luz de los cambios que
se están operando dentro de las estructuras
estatales, impulsados en definitiva por la trans­
formación política en los fines del Estado.
La aparición de entes a los que se le trans­
firieron ciertas actividades que le competen al
Estado, aun cuando estuvieran conformados
por personas físicas directamente interesadas
en aquellos cometidos, tuvo su fundamento en
la necesidad de ganar en eficiencia, ante la
expansión de actividades que había tomado
Por ARMANDO N. CANOSA
para sí el Estado (1). Ante este fenómeno la
doctrina mayoritaria (2) coincidió al afirmar
que la antigua clasificación de los sujetos de
derecho en públicos y privados se había torna­
do insuficiente, considerando que estos entes
debían estar regidos, en parte, por el derecho
(1 ) B r e w e r C a r í a s , A l l a n R , La distinción
entre las personas públicas y las personas
privadas y el sentido de la problemática
actual de la clasificación de los sujetos de
dprpnh.n] Revísta Argentina de Dsrechc Admi
nistrativo, Ns 17, año 1977, pág. 15 y ss.
(2 ) G o r d i l l o , A g u s t í n A . , Derecho Adminis­
trativo de la Economía, p á g . 149; D r o m i , J o s é
R o b e r t o , Derecho Administrativo, T9 I , p á g .
175; M a r i e n h o f f , M ig u e l S., Tratado de Dere­
cho Administrativo, Ta I, p á g . 367.
 EL DERECHO
derecho y obligaciones de las personas de
derecho público, cumpliendo de un cometido
administrativo para el que lo habilita su ley
de creación, actuar que se rige por esa norma
y supletoriamente por la Ley de Procedi­
mientos Administrativos 19.549 (del dicta­
men del Procurador General de la Nación
que la Corte Suprema de Justicia de la
Nación comparte y hace suyo).
2.— Partiendo de. marco legal de desenvol­
vimiento del Colegio Público de Abogados de
la Capital Federal, no puede concluirse que
dicha entidad sea una asociación (artículo
14, Constitución Nacional) que se integra con
la adhesión libre y espontánea de cada com­
ponente, sino una entidad destinada a cum­
plir fines públicos que originariamente perte­
necen al Estado y, que éste por delegación,
circunstanciada normativamente transfiere
a la institución que crea para el gobierno de
la matrícula y el régimen disciplinario de
todos los abogados de la Capital Federal
como auxiliares de la administración de ju s­
ticia (del dictamen del Procurador General
delaNación que 1a corte Suprema de Justicia
de la Nación comparte y hace suyo).
3.— La ejecución de cuotas anuales pre­
vistas en los artículos 51, Inc. a)y 53 de la ley 44.989 — CS, setiembre 1-1992.— Colegio
público, aun cuando estuvieran fuera de la
estructura estatal (3).
Este proceso caracterizado por la transferen­
cia de cometidos estatales a estos entes de base
privada, seintensifica con motivo del abandono
del modelo abstencionista estatal, a lo que
debemos agregar otro por el cual el Estado
tomaba para sí actividades, a través de sujetos
que se creaban con formas anteriormente re­
servadas a los particulares (v. gr. sociedades).
De esta manera, mientras se delegaban activi­
dades típicamente estatales a entes regidos en
principio por el derecho privado, se crean entes
de propiedad estatal que por excepción debe­
rían regular su actividad no por el derecho
público sino por el derecho privado. Es decir
que a los primeros se los dotó de ciertas prerro­
gativas que dieron lugar a la aplicación parcial
(3) Sin embargo algunos autores, sobre todo
españoles e italianos siguieron aferrados a la
asimilación de conceptos persona pública-
estructura estatal. Ver G a r r id o F a l l a , F e r ­
n a n d o , Tratado de Derecho Administrativo, T®
I, pág. 342.
(t. 152) 233
23.187 ha de considerarse comprendida en­
tre las causas contencioso administrativas a
que se refiere el art. 45, inc. a) de la ley
13.998, desde que el art. 17 déla menciona­
da ley 23.187 atribuye naturaleza adminis­
trativa a los actos o decisiones del Colegio
Público de Abogados de la Capital Federal
(del dictámen del Procurador General de la
Nación que la Corte Suprema de Justicia de
la Nación comparte y hace suyo).
4.— La ley 23.187 atribuyó a la Cámara
Federal de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo el conocimiento de los recur­
sos contra las sanciones de suspensión —y
exclusión— medida disciplinaria esta que,
entre otros aspectos puede derivarse de la
falta de pago de las cuotas anuales previstas
en los art. 51, inc. a y 53 de la ley 23.187. Por
lo tanto, desde esta perspectiva, la naturale­
za local del Colegio Público de Abogados de
la Capital Federal no constituye un obstácu­
lo para que entienda en la ejecución iniciada
por la citada entidad por el cobro de cuotas
anuales, (del dictamen del Procurador Ge­
neral de la Nación que la Corte Suprema de
Justicia de la Nación comparte y hace suyoj.
M.M.F.L.
del derecho público respecto de éstos y a su vez
a los segundos, si bien eran de propiedad esta­
tal, el legislador trató de apartarlos de las
estructuras administrativas a fin de que desa­
rrollen sus actividades dentro de los moldes
propios del derecho privado.
Todo este complejo de entes administrados
por medio de regímenes jurídicos diversos,
hizo que se quebrara aquel esquema clásico
que identificaba a personas públicas con enti­
dad estatal, por lo que en consecuencia, la
distinción entre personas públicas y privadas
no puede hacerse sobre la base de su calidad
estatal o no estatal, sino en razón del régimen
jurídico en que se mueven: si se regulan por el
derecho público, en todo o en parte, serán
personas públicas; si exclusivamente por el
derecho privado, serán personas privadas” (4).
Pero en rigor de verdad aquellos entes que
habían sido creados con formas y regímenes
predeterminados, comenzaron a volver a sus
cauces naturales, haciendo que el esquema
( 4 ) S a y a g u é s L a s o , E n r iq u e , ob. cit., pág. cit.
234 JURISPRUDENCIA
P ú b lico de A bogados de Capital Federal c.
M. E. B. s/eoforo de-sumas de dinero - Suma­
rio (Comp. N5 36©. XXIV).
D ic t a m e n del P rocurador G eneral
N — A fs. 5 ei Colegio Público de Aboga­
a c ió n .
dos de la Capital Federal, por intermedio de
mandatario inició ante el Juzgado Nacional
en lo Contencioso Administrativo Federal N93
demanda ejecutiva por cobro de cuotas adeu­
dadas por el demandado correspondientes al
período 1986/1989.
La entidad actora sostuvo la competencia de
dicho fuero para entender en la litis, con
fundamento en el carácter de persona jurídica
de derecho público que atribuyó a esa entidad
(art. 17 de la Ley 23.287 [EDLA, 1985-72]).
A fs. 10 el señor Juez a cargo del Juzgado en
lo contencioso Administrativo Federal N®3, se
declaró incompetente para conocer en el jui­
cio, sobre la base centralmente de que la
entidad actora es un organismo local ajeno ala
Administración Pública Nacional.
Dicha decisión — apelada por el Colegio Pú­
blico de Abogados— fue confirmada por la
Sala III de la Cámara Nacional de Apelacio­
descripto, el cual estaba sustentado en cons­
trucciones doctrinarias impecables, fuera des­
bordado por la realidad, la que se encargó de
encuadrar a este complejo de personas dentro
de regímenes jurídicos verdaderos.
Si bien no es el centro del tema en análisis
cabe efectuar una breve consideración acerca
de aquellas empresas estatales, que si bien
fueron creadas para que se rijan por el dere­
cho privado y con el objeto de desarrollar su
actividad fuera de las estructuras adminis­
trativas, con el tiempo y al cobijo de normas
(5), doctrinas (6) y decisiones jurisprudencia-
(5) Sobre todo Artículo 2? Decreto 9101/72,
artículo 32 inc. f) de la Ley 19.549 y el hoy
derogado artículo 98 bis del Reglamento aproba­
do por Decreto 1759/72 [ED, 42-927], entre otras.
(6) Ver B a r r a , R o d o l f o C a r l o s , Principios de
Derecho Administrativo, pág. 188; B ia n c h i , A l ­
b e r t o B . , Anotaciones sobre los conceptos de
administración pública y función administrati­
va, ED, 129-266 y ss; C a n o s a , A r m a n d o N., La
vista en el procedimiento administrativo, ED,
134-899 y asimismo G ord e llo , A g u s t ín A ., Tra­
tado de Derecho Administrativo, T81, pág. XI-11.
nes en lo Contencioso Administrativo Fede­
ral, que dispuso la remisión del juicio a la
justicia Nacional en lo Civil, de la Capital
Federal (v. fs.21)
de la
Recibidos los autos el señor Juez Nacional
interinamente a cargo del Juzgado Nacional
en lo Civil N9 1, se declaró incompetente para
intervenir en las presentes actuaciones, en
virtud, primero, del carácter de persona jurí­
dica de derecho público, que atribuyó al men­
cionado Colegio de Abogados; y segundo, por
ser el actor una entidad que aplica normas de
derecho adm inistrativo, ya que se rige
supletoriamente por la ley 19.549 [ED, 42-
917]
En tales condiciones, quedó planteado un
conflicto que corresponde dirimir al Tribunal
en los términos del artículo 24 inciso 7- del
decreto ley 1285/58.
En primer término, en cuanto al fondo del
asunto cabe poner de resalto que el Colegio
Público de Abogados de la Capital Federal
funciona con el carácter, derechos y obligacio­
nes de las personas de derecho público, cum­
pliendo un cometido administrativo para el
que lo habilita su ley de creación, actuar que
les (7) indiscutiblemente pasaron a formar
parte de la administración pública descen­
tralizada con regulación parcial propia del
derecho público, situación que se cristalizó
con la sanción de la ley 23.696 [EDLA, 1989-
114] que marca el inicio de la denominada
Reforma del Estado (8).
Respecto de las denominadas personas pú­
blicas no estatales también se produjo un
(7) CSJN in re. La Buenos Aires Compañía de
Seguros S.A. c. Petroquímica Bahía Blanca SA.
del 12/8/88 publicado en ED, 129-268 con nota
de Bianchi mencionada en la cita anterior;
Fallos de ese Tribunal de fecha 12/5/88 y 16/6/
90 en los cuales se dejó sentado que las
sociedades estatales no pueden considerarse
“particulares” a los fines de la acción de ampa­
ro.
(8) Fl artícelo l 9 de dicha norma dispone que
se declara en emergencia todo el sector público,
enumerando a una serie de entes, entre los que
se incluyen a las formas societarias estatales
e inclusive a las obras sociales del sector
público; como veremos estas últimas son con­
sideradas personas públicas no estatales.

se rige por esa norma y supletoriamente por la
Ley de Procedimientos Administrativos 19.549
(art. 17 de la ley 23.1g7).
4
' En segundo término, partiendo del marco
legal de desenvolvimiento de dicha entidad,
creo propicio, indicar que tiene dicho Tribunal
que, en definitiva el Colegio Público de Aboga­
dos no es una asociación (artículo 14 de la
Constitución Nacional) que se integra con la
adhesión libre y espontánea de cada compo­
nente, sino una entidad destinada a cumplir
fines públicos que originariamente pertene­
cen al Estado y, que éste por delegación cir­
cunstanciada normativamente, transfiere a
la institución que crea para el gobierno la
matrícula y el régimen disciplinario de todos
los abogados de la Capital Federal, como auxi­
liares de la administración de justicia, (v,
sentencia del 26 de junio de 1986 F. 446 L. XX
“Ferrari, Alejandro Melitón c. Estado Nacio­
nal (P.E.N.) s/amparo” considerado décimo
primero [ED, 119-274]
Advierto, que en autos se persigue la ejecu­
ción de cuotas anuales previstas en los artícu­
los 51 inciso a) y 53 de la citada ley 23.187,
contribución que resulta indispensable para
la subsistencia del ente y eí cumplimiento de
proceso esclarecedor en lo que concierne a su
status jurídico, sobre todo en aquellas que, a
pesar de gozar de tal calificación legislativa,
funcionaban dentro de la estructura de la
administración. No cabe duda que el análisis
de esta transformación resulta más difícil
atento la diversidad de entes que integran
esta clasificación.
A efectos de clarificar la exposición, clasifi­
caremos a las personas públicas no estatales
de acuerdo a si existía o no participación
estatal en ellas (9).
Sin duda que esta tarea dista de ser fácil, toda
vez que la maraña de entes privados trans­
formados en públicos y los creados por el Estado
transformados en públicos y los creados por el
Estado transformados en privados no pocas
veces dificultaron el análisis de la cuestión,
además de producir situaciones de duda al plan­
tearse una situación jurídica determinaua.
En primer término atribuimos tal estado de
cosas a la errónea calificación del legislador de
(? ) G o r d illo , A g u s tín A ., ob. cit.;
J osé R ob erto, ob. cit.
EL DERECHO (t 152) 235
sus citados fines (v. doctrina de la sentencia
del 3 de marzo de 1987 B. 624- “Beveraggi de
la Rúa y otros c. Estado Nacional (Ministerio
de Educación y Justicia) s/amparo y medida
precautoria” [ED, 122-604]
En dicho contexto, soy de opinión en orden
a la situación jurídica y a la naturaleza de la
función desarrollada por el ente actor, que
éste ejerce facultades que prima facie pueden
ser encuadradas en el marco de las relaciones
del derecho público, máxime teniendo en cuén­
talos objeti vos de carácter público que cumple
dicha entidad.
En tales condiciones, de acuerdo con la cita­
da índole de las prestaciones reclamadas en el
juicio, soy de parecer que la acción intentada
ha de considerarse en principio comprendida
entre las causas contencioso administrativas
a que se refiere eí artículo 45, inciso a) de la ley
13.998, desde que el mencionado art. 17 de la
ley 23.187 atribuye naturaleza administrati­
va a los actos o decisiones de la entidad actora
-v. doctrina de la sentencia del 19 de noviem­
bre de 1985, Comp. N9 545, L. XX “Parodi de
Villanueva Beatriz c. Inst. de Servicios Socia­
les para al Personal de Seguros Reaseg., Cap.
entes que, aun funcionando dentro de la es­
tructura de la administración, fueron denomi­
nados como públicos no estatales o, aún más,
directamente como entes privados. El primer
interrogante resulta de preguntamos cuál fue
la razón de crear estas entidades con tal cali­
ficación; no puede ser otra que la intención de
excluirlas del rigorismo propio del derecho
administrativo. Así encontrábamos entes que
funcionaban fuera de las estructuras admi­
nistrativas, en principio, sin prerrogativas de
poder (sociedades estatales) y otros que tam­
bién estaban fuera de tales estructuras pero
que al desarrollar típicos cometidos estatales
gozaban sí de ciertas prerrogativas.
La doctrina se esforzó para establecer
parámetros válidos a fin de diferenciar las
personas públicas estatales de las no estatales
( lü), los cuales no aparecen como suficientes
para justificar una estandarización que surge
de i a soia voluntad del legislador. Este aserto
se advierte con meridiana claridad al momen-
(10) Ver C a s s a g n e , J u a n C a r l o s , Derecho
D r o m i, Administrativo, T® I, pág. 173 y s s . y
M a r i e n h o f f , M i g u e l S., ob. cit., pág. 363.
236 JURISPRUDENCIA
y Ahorro y Préstamo para la Vivienda s/suma-
rio” (v. Fallos, 307-2199 ap. a contrario sensu).
Creo, asimismo, oportuno poner de resalto
que V.E. ha decidido en circunstancias análo­
gas que las normas que atribuyen competen­
cia a determinados tribunales para entender
en ciertas materias cuando de recursos se
trata, son indicativas de una especialización
que el ordenamiento les reconoce y que cons­
tituye una relevante circunstancia a tener en
cuenta a falta de disposiciones legales que
impongan una atribución distinta (v. sobre el
particular sentencias del 27 de diciembre de
1990_ Competencia N9427 XXIII “Prada, José
Luis c. Inspección General de Justicia s/ampa­
ro” y del 19 de diciembre de 1991 Comp. N9856
XXIII “Caputo, José Luis y otros c/Estado
Nacional (Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social) s/'regulación de honorarios” que remi­
ten a los dictámenes de esta Procuración Ge­
neral y precedentes allí citados).
Observo sobre el punto que la citada ley
23.187 atribuyó — sin perjuicio del carácter
local de la entidad que creaba— a la Cámara
Federal de Apelaciones en lo Contencioso Ad­
to de analizar aquellos entes u órganos que
desarrollan actividades previsionales o asis-
tenciales. Tomaremos en consideración, a tí­
tulo de ejemplo, a las denominadas Cajas
Nacionales de Previsión, las que a pesar de
conformar su capital con aportes de particula­
res, integraban hasta no hace mucho tiempo
los cuadros de la administración central. Lue­
go por Ley 23.769 [EDLA, 1990-57] se dispuso
que junto con otros órganos y entes estatales
pasaran a formar parte de un ente público no
estatal, el cual aunque fuera tal la decisión
legislativa era un sujeto de derecho que no se
había apartado de las estructuras adminis­
trativas. Otro tanto puede afirmarse de las
Cajas de Subsidios Familiares, las que habían
sido creadas como personas jurídicas priva­
das, lo que no obstó para que se les aplique la
normativa propia de los entes estatales (H).
. Sin duda se trataba de una ficción, dado que
esos entes, tanto sea el Instituto Nacional de
Previsión como las cajas de subsidios mencio­
nados, conformaban la administración des-
(11) El Instituto Nacional de Previsión Social
era administrado por un Directorio cuyo presi­
dente era el Secretario General de Seguridad
Social y compuesto por 11 directores designa-
ministrativo el conocimiento de los recursos
contra las sanciones de suspensión —y ex­
clusión— medida disciplinaria esta que, entre
otros aspectos, puede derivarse de la falta de
pago de las cuotas en cuestión (v. art. 53).
Desde la perspectiva de esas disposiciones
legales y de su especialización por razón de la
materia contencioso administrativa, resulta a
mi juicio adecuado considerar que la naturale­
za local de la entidad actora no constituye un
obstáculo para que siga entendiendo en la
causa la Justicia en lo Contencioso Adminis­
trativo de esta Capital.
Por ello, soy de opinión, que corresponde
dirimirla contienda disponiendo que compete
a la Justicia Nacional en lo Contencioso Admi­
nistrativo Federal de esta Capital seguir co­
nociendo en el juicio, por intermedio de su
Juzgado N93. Buenos Aires junio 16 de 1992.—
O s c a e L u j á n F a p p ia n o
Buenos Aires, setiembre 1 de 1992.— Autos
y Vistos: De conformidad con el dictámen del
Señor Procurador General, a cuyos términos
corresponde remitirse en razón de brevedad, y
centralizada, en las cuales se admitía la par­
ticipación de representantes de entidades pri­
vadas directamente interesadas en esa • . Hvi-
dad (12), posición que se ve robustecíua si
dos por el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social. Se le transfirieron bienes que eran
propiedad estatal; el funcionamiento era finan­
ciado con un. porcentaje dtíl total de la recauda­
ción previsional; las cuentas bancarias sólo
podían ser realizadas en bancos oficiales; la
sindicatura estaba a cargo de funcionarios
estatales y los informes se elevaban al Minis­
terio de Trabajo y Seguridad Social. Asimismo
el Estado Nacional es solidariamente respon­
sable por las obligaciones contraídas por el
Sistema Nacional de Previsión Social. Todo
ello resulta de la normativa de la Ley 23.769.
(12 ) C a s s a g n e , J u a n C a r l o s , Derecho Admi­
nistrativo, T9 I, pág. 175. Este autor inclusive
sostiene que estos entes son verdaderas perso­
nas públicas estatales a las que se les debía
aplicar la normativa administrativa en gene­
ral. De hecho en reiteradas ocasiones fueron
intervenidas por la autoridad estatal, su perso­
nal estuvo sujeto a regímenes de prescindi­
bilidad y su gobierno estaba a cargo de repre­
sentantes estatales o privados designados por
el Estado, además de que el control de la
sindicatura la ejercía el ministerio respectivo.
 EL DERECHO (t. 152) 237

jurisprudencia del tribunal que cita, declárase
la competencia para seguir conociendo en las
actuaciones, del señor juez a cargo del Juzga­
do Nacional de Primera Instancia en lo Con­
tencioso Administrativo Federal N" 3, al que
se le remitirán. Hágase saber al Juzgado Na­
cional de Primera Instancia en lo Civil N? 1 y
a la Sala III de la Cámara Nacional de Apela­
ciones en lo Contencioso Administrativo Fe­
deral.— Mariano A. Cavagna Martínez.— Car­
los S. Fayt.— Enrique S. Petracchi.— Rodolfo
C. Barra.— Antonio Boggiano.
En Buenos Aires, a los cinco días del mes de
marzo de mil novecientos noventa y tres, en
los autos “Zambrano, Luis María c. Cabral,
Oscar y otro s/Daños y perjuicios — Inc. ejecu­
ción de sentencia”, reunidos en Acuerdo Ple-
nario los Señores Jueces de laExcma. Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil, con el
objeto de establecer la doctrina legal aplicable
respecto de la siguiente cuestión:
“Si corresponde regular honorarios como
procurador, al letrado que actúa por sí en
causa propia”.

La mayoría, en forma impersonal, dijo:

ABOGADO: Regulación de honorarios: le­
trado que actúa por sí en causa propia; I. — Se ha convocado a tribunal plenario
honorarios como procurador: impro­
para resolver si al letrado que actúa por sí en
cedencia. causa propia, también le corresponden hono­
N o corresponde regular honorarios como rarios por sus funciones procuratorias.
procurador, al letrado que actúa por sí en
Sobre el tema hay dos posiciones bien defi­
causa propia.
nidas. Una, mayoritaria, que sostiene la tesis
44.990 — CNCiv., en pleno, marzo 5-1993. negativa y otra, minoritaria, la positiva. El
— Zambrano, Luis M. c. Cabral, Oscar y otro nuevo arancel de honorarios, a diferencia del
s/daños y perjuicios — Inc. ejecución de anterior, no contiene previsión al respecto y de
sentencia. allí la doble interpretación.

tenemos en cuenta que los entes mencionados
fueron di sueltos por el Decreto 2284/91 [EDLA,
1991-658], produciéndose la recentralización
de la actividad ( 13). Un poco más tarde se creó
una entidad autárquica a aquellos fines, la
que con dudosa constitucionalidad tuvo su
origen en un decreto ( 14).
tengan capacidad para adquirir derechos y
contraer obligaciones). Sin poder ahondar en
consideraciones, no se puede alcanzar a vis­
lumbrar el sentido de tal distinción (I5).
Sustancial diferencia hallaremos con aque­
llos entes que fueron creados por acto estatal,

Por las razones expuestas, al ser palmaria

la vinculación de estos entes con órganos de la
administración, por resultarles de aplicación
la normativa de derecho público e inclusive
por los fines que persiguen, entendemos que
integran la administración descentralizada,
aun cuando en ellos participen en su conduc­
ción representantes de entidades privadas.
En una posición, a la que podemos calificar
de intermedia, ubicamos a las obras sociales
reguladas por la Ley 23.660 [EDLA, 1989-69],
norma que prescribe expresamente que algu­
nas de ellas serán consideradas como entes
públicos no estatales y otras simplemente
como sujetos de derecho (sociedades civiles y
comerciales o entidades que conforme a la ley
(13)Decreto 2284/91, arts. 91, 92, 96 y 99.
(14)Decreto 2741/91 [EDLA 1992, Bol. 2-29]
(B.O. 8/1/92).
(I5) En definitiva ambas clases tienen el
mismo fin; solamente se diferencian porque el
primer grupo de ellas son obras sociales del
sector estatal a las que se les aplicaba, en
algunos casos, la normativa estatal y en otros
si bien no se daba esta circunstancia, recibían
tal calificativo de la ley (personas públicas no
estatales) aun cuando desarrollaban su activi­
dad dentro de sociedades conformadas por
particulares. Además se les aplicó a estas la
normativa de reforma del Estado. (Ver Ley
23.696, Decretos 435/90 [EDLA, 1990-404] y
1757/90 [EDLA, 1990-586], entre otras). Por
ello la diferencia entre uno y otro tipo de obras
sociales es precisamente su estrecha vincula­
ción con la administración, lo que determina
que no puedan considerarse como “no estata­
les”. Además todas las obras sociales están
controladas por una entidad autárquica cuyo
directorio está conformado por representantes
estatales y entidades privadas designadas a tal
efecto por la autoridad estatal (ANSSAL).