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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

INGENIERÍA INDUSTRIAL

INTEGRANTES: OJEDA RENGIFO DIANA STEPHANIE

MEDEROS IBÁÑEZ ORLANDO ANDRE

CURSO: ACTIVIDAD FORMATIVA IV

TALLER: PENSAMIENTO ORREGO

DOCENTE: OLGA CRIBILLEROS SHIGIHARA

CICLO: IV CICLO
TRUJILLO – PERÚ

2018
I GUERRA MUNDIAL REFORMA UNIVERSITARIA
FACTORES EXÓGENOS
REVOLUCIÓN: RUSA / MEXICANA / EL ANARCOSINDICALISMO
CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA
La formación de nueva conciencia
Juventud sensible impactaron en la
REALIDAD NACIONAL Influyó en
A INICIOS DEL SIGLO XX
La aspiración de transformarla

FACTORES ENDÓGENOS

SOCIAL ECONÓMICO POLÍTICO CULTURAL

se caracteriza
clases se caracteriza se caracteriza

Todos dirigieron su mirada


Grandes haciendas Gobiernos salieron de
RICA MEDIA POPULAR a la realidad peruana para
azucareras: Casagrande grupos oligárquicos y
transformarla
plutocráticos
Sistema de enganche: Generación del Centenario
Anarcosindicalismo / Avance en legislación laboral (8
Comercio e industrias, empleados, profesionales, intelectuales

Emoción social e interés por los problemas nacionales

Cruel explotación: haciendas cañaveleras y asientos

Trabajadores procedían de
Terratenientes, Mineros, Empresarios y Banqueros

Autoritarismo y Militarismo o Vetada: + brillante


Campesinos, obreros y artesanos: Era la mayoría

regiones alto andinas


Nobleza colonial /Nuevos ricos guano y salitre

“Grupo Norte” y “Generación del Centenario”


Aristocracia, oligarquía y plutocracia

Generación del
Inestabilidad política y la novecientos: Víctor Andrés
Sistema de enclave: Caña
oscilación entre dictadura
de azúcar, petróleo y Belaúnde
y democracia son trabas
minería
para el desarrollo.
horas)

Movimiento Colónida:
Producción de cobre y Abraham Valdelomar
petróleo Juventud siempre anheló
cambiar este orden de
Grupo Norte: A. Orrego
cosas, por una democracia
Alumbrado eléctrico / (Trujillo). Conversatorio
política, social y económica
Tranvía eléctrico / Servicio Universitario (Lima).
de radiotelegrafía / Radio Grupo Resurgimiento
mineros

/ Primeros automóviles (Cusco). Grupo Orkopata


(Puno). Grupo Fiat
(Arequipa)
Según Antenor Orrego, la ciudad de Trujillo al despertar del siglo xx, era una oscura
ciudad, una aldea agraria, pero de universitarias presunciones, de vida sosegada y
mansa como los verdes cañaverales de sus alrededores. Aún conservaba su solera
colonial, sus casonas señoriales con grandes portones y balcones de madera tallada,
ventanas de fierro, amplios salones y zaguanes, así como la maravillosa arquitectura de
sus templos. En sus calles, anchas unas empedradas y otras de tierra, pero limpias, se
escuchaba el pregón de los vendedores de pan, leche, pescado o fruta, el trotar de
caballos, el chirrido de carretas y carruajes, hasta la llegada de los automóviles. A horas
establecidas, las campanas de sus iglesias coloniales, llamaban a misa, desde la Catedral,
del Carmen, la Merced, San Francisco, San Agustín, Santa Ana y tantas más. Su población
no excedía de 16 mil habitantes. Además, su nota colonial era acentuada por la muralla
construida para resguardarla del asalto de piratas y corsarios.

Por lo general, las familias vivían retraídas, en un ambiente de quietud conventual. Las
calles cobraban vida en las primeras horas de la mañana en los alrededores del mercado
de abastos, y en otros momentos en las puertas de cines y teatros. Por las noches, todo
era soledad y silencio.

Trujillo era como una encrucijada de caminos históricos, una vida colectiva estancada
en el pasado sin poder marchar hacia adelante.

Las principales actividades de comerciales y cívicas se realizaban en torno al mercado,


la plaza de armas, los jirones Progreso, Gamarra, Bolívar, Ayacucho y del Arco.

Las actividades culturales eran insignificantes. Además, con las fiestas religiosas y
familiares o del aniversario patrio, los vecinos rompían el letargo de la ciudad.
Asimismo, los diarios que circulaban eran “La Industria”, “La Reforma”, “La Razón”, “El
Federal”.

La república era inmadura y hechizada por el influjo colonial, intentaba resolver los
problemas sociales y económicos con criterios feudales. Los reclamos de los
trabajadores (haciendas azucareras) quedaban ahogados en baños de sangre, ya que
eran explotados con extenuantes jornadas de 10 o más horas diarias. Por tal situación,
estudiantes y jóvenes intelectuales de espíritu justiciero, apoyaron las nacientes
organizaciones obreras y sus luchas por mejores condiciones de vida.

La calidad de educación principalmente del Colegio Seminario de San Carlos y San


Marcelo y la Universidad
Nacional de Trujillo fue determinante en la vocación literaria, estética y filosófica de
algunos jóvenes que, más adelante, constituyeron el “Grupo de Trujillo”. La universidad
fue en Trujillo el único foco de inquietud cultural de la juventud en la etapa republicana
y de allí surgió el grupo de jóvenes que constituyó “Grupo de Trujillo” quién es la
primera generación con intensa emoción social.

Trujillo fue dejando su apacible y rutinaria vida para ser el escenario donde nacerá un
mensaje de identidad cultural y compromiso de redención social. Aquí se gestó una
generación llamada “Grupo Norte o Bohemia Trujillana”, alborada de rumbos inéditos
para un Perú libre, justo y culto, cuya obra tramontó el tiempo y llega hasta nuestros
días.

Plaza de Armas de Trujillo Siglo XX

“Grupo Norte” de Trujillo Siglo XX

Plano de la ciudad de Trujillo en 1786 realizado por el Obispo Baltasar


Jaime Martínez Compañón, muestra la ciudad amurallada. Se observa en
el plano los 15 baluartes de la Muralla de Trujillo
Cada una de las partes y lugares que conformaban esta ciudad irradiaban belleza
centrado en esa profunda oscuridad que se volvía luz y maza como los verdes
cañaverales de su alrededor. Sus casonas con grandes portones, balcones de madera
tallada, ventanas de fierro forjado y sus paredes llenas de pintorescos colores con unos
amplios salones; así como la espléndida arquitectura de sus templos. Sus calles llenas
de piedras talladas y otras a base de tierra, pero siempre limpias; se escuchaban las
voces de los vendedores que llamaban de paso a paso a una sola voz, pero pronto
llegaron los automóviles que volverían de esta una ciudad moderna. A ciertas horas las
campanas de sus iglesias coloniales, llamaban a misa desde las diferentes catedrales; su
población no pasa de los 16 mil habitantes.

Como de costumbre las familias vivían retraídas, en un ambiente el cual era su mundo
y solo ellos entendían. Las calles iluminaban con un sol resplandeciente al amanecer los
alrededores del mercado y en otros momentos en las puertas de cine y teatro. Por las
noches todo se tornaba en un silencio y soledad profunda; era una sociedad cerrada,
egoísta, orgullosa, con un sentido medieval de sus clases, que vivía todavía dentro de
un pasado aun no renovado que los hacia regresar en el tiempo y situarse justo ahí en
ese lugar, su hermosa ciudad.

Las principales actividades comerciales y cívicas se realizan entorno al mercado, La


Plaza de Armas, los Jirones Progreso (hoy Pizarro), Gamarra, Bolívar, Ayacucho y del
Arco (Mariscal de Orbegoso), los diarios que circulaban en ese tiempo eran “La
Industria” (fundado en 1895 por Edmundo Haya Cárdenas y Teófilo Vergel), “La
Reforma”, “La Razón” Y “El Federal”. De Lima, llegaban las revistas una vez por semana,
por barco; por otro lado, las actividades culturales eran insignificantes. Las
universidades se concentraban en el desarrollo de las cátedras, las colaciones de grado
y, esporádicamente, alguna conferencia. Con las fiestas religiosas y familiares o del
universo patrio, los vecinos rompían su letargo.

La república era inmadura y hechizada por el influjo colonial, intentaba resolver los
problemas sociales y económicos con criterios feudales. Los reclamos de los
trabajadores (haciendas azucareras) quedaban ahogados en baños de sangre, ya que
eran explotados con extenuantes jornadas de 10 o más horas diarias. Por tal situación,
estudiantes y jóvenes intelectuales de espíritu justiciero, apoyaron las nacientes
organizaciones obreras y sus luchas por mejores condiciones de vida.

La calidad de educación principalmente del Colegio Seminario de San Carlos y San


Marcelo y la Universidad Nacional de Trujillo fue determinante en la vocación literaria,
estética y filosófica de algunos jóvenes que, más adelante, constituyeron el “grupo de
Trujillo”. La universidad fue en Trujillo el único foco de inquietud cultural de la
juventud en la etapa republicana y de allí surgió el grupo de jóvenes que constituyó
“Grupo de Trujillo” quien es la primera generación con intensa emoción social.
Trujillo fue dejando su apacible y rutinaria vida para ser el escenario donde nacerá un
mensaje de identidad cultural y compromiso de redención social. Aquí se gestó una
generación llamada “Grupo Norte o Bohemia Trujillana”, alborada de rumbos inéditos
para un Perú libre, justo y culto, cuya obra tramontó el tiempo y llega hasta nuestros
días.

Plaza de Armas de Trujillo Siglo XX


Calle Ayacucho de Trujillo Siglo
XX

“Grupo Norte” de Trujillo Siglo XX

Plano de la ciudad de Trujillo en 1786 realizado por el Obispo Baltasar


Jaime Martínez Compañón, muestra la ciudad amurallada. Se observa en
el plano los 15 baluartes de la Muralla de Trujillo

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