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CONSIDERACIONES PERSONALES ACERCA DE LA CIRCULAR DEL

CONSEJO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN Y CARRERA JUDICIAL


SOBRE ALGUNAS ACTUACIONES NOTARIALES
Aníbal Arturo Ruiz Armijo
El Consejo Nacional de Administración y Carrera Judicial de la Corte
Suprema de Justic ia ha publicado una Circular de fecha 8 de octubre
de 2007, dirigida “ a todos los Abogados y Notarios Públicos y
Ciudadanos de la república de Nicaragua ”, documento que encabeza
afirmando “Que el Art. 172 de la Ley 260 Ley Orgánica del Poder
Judicial, establece que este Supremo Tribunal no se responsabiliza por
el contenido del documento, y el Art. 173 de la misma ley señala como
presupuesto f undamental que el documento debe ser extendido en
forma legal y dentro de las atribuciones y competencia de los
funcionarios, en este caso de los Notarios Públicos; sin embargo, en la
práctica dichos prof esionales autorizan documentos que no se
encuentran dentro de las f acultades establecidas en la legislación
nacional, ocasionando perjuicios económicos a la ciudadanía. .. Para los
trámites mencionados deben tomarse en consideración estos temas ”, y
luego pasa a dar una serie de indicaciones sobre algunos temas
relacionados con la práctica del notariado (autenticación de firmas,
declaraciones juradas , contratos laborales a ejecutarse en el
extranjero , relación madre-padre-hijos, y traducción de documentos),
que en lo personal considero sumamente desafortunadas, y que paso a
analizar a continuación:
a.- Autenticación de firmas
Texto de la Circular :
Que los Notarios en el eje rcicio de su profesión
autentican firmas de particulares, atribución que es
propia de este Supremo Tribunal, tal como ya se dejó
establecido; asimismo, el Arto. 41 de la Ley del Notariado,
no permite intervenir a los Notarios en la autorización de
documentos privados, sino en los casos determinados por
la ley, tales como la autenticación de fecha cierta de los
documentos privados contenida en el arto. 2387 C. lo que
significa que el Notario dará fe de la fecha del documento
incorporándola a su protocolo y l a autenticación de las
firmas conforme a la Ley de Prenda Agraria e Industrial y
la Ley de Prenda Comercial, tales actos deben de estar
consignados en actas notariales, es decir que deben
constar en el protocolo, pues el Notario pondrá razón en
él, siguiendo el orden cronológico de los instrumentos que
redacte, de la autenticación que hiciere, de la fecha en
que se presenta el documento privado; expresando el
nombre y apellidos de los que suscriben el documento, el

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objeto y el valor del contrato o de la deu da. El cartulario
al hacer la autenticación, citará el folio del protocolo en
que se pusiere la razón mencionada.
Comentario:
Es incorrecto afirmar que “ la autenticación de f irmas de
particulares es atribución que es propia de este Supremo Tribunal, tal
co mo ya se dejó establecido ”. Lo que autentica la Corte Suprema de
Justicia es la firma de notarios, jueces, Registradores de la Propiedad,
etc., y no de particulares.
Sentencia de las 10:00 a.m. de 15 de mayo de 1914, B.J. pág.
411, Cons II: “Y por l o que r especta a l a tesis que el indici ado
sostiene en su def ens a de que el Minis terio de Rel aciones Ex teriores al
au ten ticar l a f irma de un Minis tro ex tr an jero o de cual quier otro
f uncion ario se atiene sól o al conocimiento de ell a, sin consideración al
hecho de haber sido puesta a su presenci a; y de que l a Corte Supre ma
de Jus ticia p rocede de igu al maner a, cabe decir: que es de todo pun to
in admis ibl e l a an alogí a que el señor No tario V al l ad are s N. cree
encontr ar en tre el procedimien to seguido en aquell os casos y e l que l a
ley prescribe a un No tario. Porque l as au ten tic aciones operadas por
f uncion arios de aquell a c ategorí a s on de f irmas de empl e ados
públ icos, que es de obl igación conocer, mien tras que el No tario tiene l a
atribución de au toriz ar docu men tos priv ados e xtendidos por
p articul ares, pero siemp re den tro de l os l ímites y con l os
procedimien tos que l a l ey señ al a, pues de lo contr ario cu al quier a
extral imitación o ab uso tr ae rí a consigo el pel igro del engañ o, ya que el
públ ico, por razó n de Minis terio que el Nota rio eje rce es tá
acos tu mbr ado a dar to da f e a un ac to au to riz ado co n f irma de
Cartul ario; y es te pel igro, precis amente, f uera de l a re presión por
inf racción de l ey, es el que l a Corte Su prema de Jus tici a en virtud de
sus atribuciones debe reprimir p ar a man t ener en toda su pureza el
ejercicio de es a p rof esión: artícul os 41 Ley del No tari ado y 2387 C. ”.
Con respecto de la “fecha cierta” (art. 2387 del Código Civil),
tampoco es correcto decir que “ el notario dará fe de la f echa del
documento”, sino que éste ten drá como fecha auténtica la de su
incorporación al protocolo del notario o al Registro correspondiente.
Con respecto a la autorización de documentos privados, en
nuestra legislación existe al menos un caso en que la Ley permite que
se autentiquen las firma s de los contratantes sin levantar acta ni
incorporarla al protocolo: el del art. 122 de la Ley General de Bancos,
que dispone que la cesión del crédito hipotecario o prendario
celebrada entre instituciones financieras supervisadas por la
Superintendencia de Bancos, se hará mediante endoso escrito a
continuación del testimonio de la escritura respectiva o del contrato
privado y deberá contener la identificación plena de las partes, la
fecha en que se haya extendido, y las firmas del endosante y del
endosatario, autenticándose la firma del endosante y del endosatario

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con solo un “ante mí”, el sello y la indicación del quinquenio del
Notario.
Además, la propia Ley del Notariado autoriza la protocolización
de toda clase de actos y contratos (arts. 61 a 66 de la Ley del
Notariado). Esto incluye la protocolización de escrituras privadas, si
media el consentimiento de las partes o reconocimiento judicial (art.
63 de la Ley del Notariado).
b.- Declaraciones juradas
Texto de la Circular :
Que los Notarios están autori zando en escrituras públicas
declaraciones juradas advirtiendo a los comparecientes
decir la verdad “bajo promesa de ley”, competencia que es
propia de las autoridades judiciales, en consecuencia, al
Notario le es prohibido dar certificación sobre hechos q ue
presencia.
Comentario:
No puede decirse que “ al notario le es prohibido dar certif icación
sobre hechos que presencie ”, porque esto es precisamente lo que
constituye la esencia de la actuación del notario cuando redacta las
actas notariales a que se refi ere el párrafo primero del art. 3 de la Ley
del Notariado: acta de protesto, acta de protesta de mercaderías, acta
de notificación de aceptación de donación, acta de cese de comunidad
de pastos, etc., y el notario nicaragüense tiene amplia competencia
para intervenir en todo tipo de actos, actas, contratos, negocios, etc.
(art. 3 párr. 1º de la Ley del Notariado), y los particulares, por su
lado, gozan de la amplia esfera de libertad que dan el art. 32 de la
Constitución (“Ninguna persona está obligada a ha cer lo que la ley no
mande, ni impedida de hacer lo que ella no prohíbe ”) y el art. 2437 del
Código Civil (“Los contratantes pueden establecer los pactos, cláusulas
y condiciones que tengan por conveniente, siempre que no sean
contrarios a las leyes, a la moral, ni al orden público ”).
Lo que el art. 41 de la Ley del Notariado prohíbe al notario es
que dé certificación de hechos que presencie y en los que no
intervenga por razón de su of icio , es decir, lo que no deben hacer los
notarios es actuar oficiosamen te, pues en general debe hacerlo
siempre a ruego de parte interesada, salvo las excepciones del párrafo
final del art. 43 de la Ley del Notariado (“ Si la escritura sólo
estableciere obligaciones a cargo del Notario, podrá otorgarla por sí y
ante sí; tambié n podrá otorgar por sí y ante sí su testamento y las
escrituras de poderes que conf iera ”).
En consecuencia es perfectamente legítimo que una persona
acuda ante un notario a hacer una declaración y que el notario la
haga constar en un acta.

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La intervención del notario, y la circunstancia de que éste
exprese que advirtió al compareciente decir verdad “bajo promesa de
ley”, o de que le advirtió sobre las penas que sancionan el falso
testimonio o las declaraciones infieles sobre hechos propios (arts. 353
y 365 del Código Penal de 1974, y arts. 475 y 474 del Código Penal de
2008) no le da ni le quita a la declaración su valor intrínseco, que es
el de ser una mera manifestación privada del deponente y no una
declaración testifical, y sujeta por consiguiente a ser contradicha por
cualquier persona a la que se trate de oponer, y que ni siquiera tiene
el carácter de presunción simplemente legal de que gozan las
informaciones para perpetua memoria (arts. 754 -759 del Código de
Procedimiento Civil).
Además, no es cierto que sea privativo de los funcionarios
judiciales tomar promesa de ley, pues existen casos en que la toman
otros funcionarios (en la toma de posesión ciertos de cargos públicos,
por ejemplo) e incluso los notarios (en actuaciones matrimoniales, en
la llamada “identificación notarial” –art. 3 de la Ley Que Da Mayor
Utilidad A La Institución del Notariado –, en las particiones de
herencia, en traducciones notariales, etc.).
c.- Contratos laborales a ejecutarse en el extranjero
Texto de la Circular :
El Art. 15 del Código del Trabajo, establece que es
prohibida la celebración de contratos de trabajo con
trabajadores nicaragüenses dentro del territorio para
prestar servicios o ejecutar obras en el extranjero, sin
autorización expresa del respectivo Órgano del Minis terio
de Trabajo, particularmente aquellas autorizaciones de
los padres para que los menores entre 14 y 16 años no
cumplidos laboren de conformidad con el arto. 131 del
Código Laboral.
Comentario:
Se mezclan en este acápite dos situaciones muy diversas: la
necesidad de la autorización de MITRAB para este tipo de contrato
(art. 15 del Código del Trabajo), y la necesidad de autorización de los
padres para la contratación laboral de niños (parte final del art. 134
del Código del Trabajo), disposición que habrá de relacionar con la del
art. 131 del Código del Trabajo (la edad mínima para trabajar es de
catorce años, salvo excepciones que reglamentará la Inspectoría
General del Trabajo) y las contenidas en la primera parte del art. 134
del Código del Trabajo, que reconoce a los adolescentes capacidad
jurídica para celebrar contratos laborales, y en el art. 22 del Código
del Trabajo, que dice que son capaces de contratar en materia laboral
los mayores de dieciséis años.

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En el primero de los casos (art. 15 del Códig o del Trabajo), es
claro que el notario no debe autorizar instrumento alguno en que
conste un contrato de trabajo a ejecutarse en el extranjero sino se le
presenta la autorización administrativa correspondiente.
En el segundo caso (trabajo de niños y adole scentes), habrá que
determinar a que edad comienza legalmente la adolescencia, para
saber si se necesita o no la intervención de alguno de los padres en el
otorgamiento del contrato. De conformidad al art. 2 del Código de la
Niñez y la Adolescencia, es niñ o quien no ha cumplido los trece años
de edad, y adolescente aquel que se encuentre entre los trece y los
dieciocho años de edad no cumplidos.
De manera que únicamente en aquellos casos en que el
contratado tenga menos de catorce años es que debe el notari o exigir
la presencia de uno de los padres para que autorice al menor a
contratar, y aún así, sólo cuando de acuerdo a la reglamentación de la
Inspectoría General del Trabajo se esté en presencia de un caso de
excepción en que se le permita laborar.
d.- Relación Madre-Padre-Hijos
Texto de la Circular :
Mediante escritura pública únicamente se puede ceder la
guarda de los menores (arto. 304 C.) por ende la Relación
Padre, Madre e Hijos antes denominada Patria Potestad
(Según el arto. 15 del Decreto 1065, del 24 de Julio de
1982), no se puede ceder en escritura pública, pues ésta
solo se suspende o se pierde.
Comentario:
La guarda de menores (lo que propiamente se denomina tutela) es
una figura pensada para la protección de la persona y los bienes del
menor cuando faltan sus padres, que son sus representantes legales
(art. 298 del Código Civil). Por medio de escritura pública o
testamento los padres designan a una persona para que en caso de
f altar ambos se haga cargo del menor, pues mientras uno de los
padres esté vivo es a él a quien corresponden estas potestades y
deberes (arts. 299 inc. 1º, 306, 309 del Código Civil y art. 1º del
Decreto Nº 1065-1982, Ley Reguladora De Las Relaciones Entre
Madre, Padre E Hijos: “ Corresponde conjuntamente al padre y a la
madre el cuido, crianza y educación de sus hijos menores de edad. Lo
mismo que la representación de ellos y la administración de sus
bienes”).
Es por esto que el art. 312 del Código Civil dispone que es nulo
el nombramiento de guardador hecho por la padre o la madre que a la
fecha de su muerte no estuviere en ejercicio de la patria potestad.

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Cuando un menor, con autorización de sus padres va a residir en
el extranjero sin alguno de sus padres, estos no deben “ ceder la
guarda” sobre él como se indica en la Circul ar, pues ellos no son
guardadores ni las potestades y deberes parentales pueden cederse,
sino que deben otorgar al tercero con el que residirán poder suficiente
para que en aquel país pueda, in loco parentis, realizar ciertos actos o
tomar determinadas dec isiones relacionadas con el bienestar del
menor cuya custodia se le ha encomendado por los padres (autorizar
tratamientos médicos, inscribirlo en centros de educación,
representarlo judicial o extrajudicialmente, etc.).
Consulta en Boletí n Judicial de 1976 , pág. 397: “Si a l nombrarle e l
Jue z guardador, queda éste , e l guardador, facultado para administrar
la pe rsona y bie ne s de dicho me nor, aunque e l acta de disce rnimie nto
sólo diga: guardador. Todo de conformidad con e l Arto. 298 de l
Código Civ il Vige nte ”. Los Honorabl es M agis tr ados que in tegran es te
Al to Tribun al me han ins tru ido p ar a contes tarl e l o siguien te: El Arto.
298 del Código Civil , a que se ref iere su consul ta, a l a l etra dice: „El
obje to de l a gu ard a es el cuidado de l a person a y bienes, o sol amen te
de los bienes, de los que no estando b ajo l a p atri a p o tes tad son
incap aces de gobern arse por sí mismo ‟. Co mo se ve, el obje to
primordi al de l a guard a es pro te ger l a person a y b ienes del que no
puede v al erse por sí mis mo y que no es tá su je to a l a p atria po tes tad.
En segundo término está l a cues tión de l a admin is tr ación de bienes
sol amen te, es decir, independien te men te del cuidado de l a persona del
incap az. H ay pues, un a gu ard a que bien pudiéramos llamar pl en a
porque ab arc a con juntamen te el cuid ado de l a p erson a y bienes del
pupil o y, o tra gu arda que denomin aremos menos pl ena, por ref erirse
sol amen te a l a admin is tración de l os bienes. Esta úl tima puede ser
conf erida por l os par ticul ares, en los casos a que al ude el Tí tul o X I,
Capí tul o V del Código Civ il . L a primera de ell as , o se a l a pl en a, l a
pueden conf erir l os p articul ares y el Juez. Del Arto. 298 del Código
Civ il , tr anscrito , cl aramen te se desprende que por lo general l a gu arda
es de l a person a y bienes que, por excepción pude ser únicamen te de
los biene s. De man era que, cu an do se discierne l is a y llan amen te el
cargo de gu ard ador de un menor que no está b ajo l a p atria po tes tad,
debe entenderse que es para su persona y b ienes. Ell o es así , porque
con l a gu arda pl ena, l a Ley tr ata de supl ir en cierto modo l a f al ta del
derecho de p atri a p o tes tad. Cu ando l a gu ard a f uere sol amente de l os
bienes, debe especif icarse expres amente es a circuns tancia en el
discernimien to del cargo.
e.- Traducción de documentos
Texto de la Circular :
Que toda actuación notarial para ef ectos de ser
autenticada debe constar en el idioma castellano, tal
como lo establece el Art. 33 Pr., y en conformidad al
inciso 2do del Art. 38, párrafo VIII del Título Preliminar
del Código Civil, y en caso de que el documento esté en
otro idioma deberá s er traducido mediante trámite
judicial o por un Notario que tenga más de diez años en el

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ejercicio de dicha profesión tal como lo estatuye la Ley
Número 139, Ley que da mayor utilidad a la Institución
del Notariado o acompañarse la traducción del mismo
conforme el arto. 1132 Pr.
Comentario:
No es “para ef ectos de ser autenticada ” que los instrumentos
públicos deben constar en idioma castellano, sino que no tiene valor
legal un instrumento público otorgado por un notario nicaragüense y
que no esté extendido en el idioma oficial (art. 33 in principii de la Ley
del Notariado: “No podrá extenderse ningún instrumento público en otro
idioma que el castellano, en conformidad al inciso 2º del Art. 38,
párraf o VIII del Título Preliminar del Código Civil... ”, art. XXX VIII del
Título Preliminar del Código Civil: “ El idioma legal es el castellano.
Las of icinas públicas no podrán usar otro en sus actos; y los libros de
cuentas de los comerciantes, banqueros, negociantes, empresarios y
demás industriales, deben llevarse en el mismo idioma. Los cartularios
emplearán igualmente el idioma castellano en los instrumentos y
documentos que redacten y autoricen ”).
Tampoco es cierto que todo documento extendido en idioma
distinto del castellano deba ser traducido mediante el trámite judicial
de que hablan los arts. 188 (“ Cuando sea necesaria la intervención del
intérprete en una actuación judicial se recurrirá al intérprete of icial si
lo hubiere en el Distrito, y en caso contrario, al que designe el Tribunal
o Juez. Los intérpretes d eberán tener las condiciones requeridas para
ser peritos, y se les atribuirá el carácter de ministros de f e. Antes de
practicarse la diligencia, deberá el intérprete prestar la promesa para
el f iel desempeño de su cargo. Lo dispuesto en éste artículo es si n
perjuicio de lo establecido en casos especiales ”) y 1132 (“Todo
documento redactado en cualquier idioma que no sea el castellano, se
acompañará con la traducción del mismo. La traducción podrá ser
hecha privadamente , en cuyo caso, si alguna de las partes la
impugnare al siguiente día hábil manif estando que no la tiene por f iel y
exacta, se hará la traducción por un intérprete nombrado por el Juez.
No obstante, los que se presenten en diligencias de jurisdicción
voluntaria, deben traducirse precisamente po r un intérprete nombrado
por el Juez ”) ambos del Código de Procedimiento Civil , o el
procedimiento notarial del art. 5 in principii de la Ley Nº 139/1992,
Ley Que Da Mayor Utilidad A La Institución Del Notariado (“ la
traducción de documentos a que se ref ie re el artículo 1132 Pr. podrá
hacerse en escritura pública por un intérprete nombrado por notario
autorizado... ”).
Como claramente expresa el art. 1132 del Código de
Procedimiento Civil, la traducción puede ser hecha privadamente por
el interesado, y que s ólo en caso de ser impugnada su fidelidad por la
contraparte se procederá necesariamente a su traducción por

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intérprete nombrado por el juez. El art. 5 de la Ley Nº 139/1992, por
su parte, dice que la traducción a que se refiere el art. 1132 del
Código de Procedimiento Civil podrá hacerse en escritura pública (en
realidad, en acta notarial) por un intérprete nombrado por el notario
autorizante.
Es evidente que el art. 5 en cuestión se refiere a la traducción
judicial y no a la privada; es decir, que la facu ltad conferida a los
notarios con más de diez años de ejercicio no puede ser otra que la de
autorizar una traducción con la misma f uerza de la realizad a
judicialmente ; y los particulares conservan su potestad de hacer sus
traducciones de la manera que mejo r les convenga (en instrumento
privado o público), las que en caso de ser presentadas en juicio
estarán sujetas a impugnación, como se ha dicho.
Además, es también evidente que por mandato del art. 33 in f ine
de la Ley del Notariado (“ ... No podrán agregar se al protocolo
documentos extendidos en idioma extranjero, sino acompañados de la
debida traducción al castellano, la cual será autorizada por el Notario
y el traductor of icial, o el llamado por el mismo notario, en un solo
contexto, sin mezclarse en él a ctos extraños”) todo notario no sólo
puede sino que debe, traducir o hacer traducir todo documento
extendido en idioma distinto del castellano y que vaya a agregarse al
protocolo, sin que esté limitado por el art. 8 de la Ley Nº 139/1992
(“Las f acultades conf eridas al Notario mediante la presente Ley
solamente podrán ser utilizadas por aquellos notarios que hubieren
cumplido por lo menos diez años de haberse incorporado como Abogado
o Notario en la Corte Suprema de Justicia ”).

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