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INTRODUCCIÓN

La parálisis cerebral, referida a un trastorno no progresivo del movimiento se encuentra


clasificada dentro de los casos de discapacidad física a nivel excepcional, la
problemática que abordan los niños que la detentan es a nivel motor, desde
implicaciones que generan discapacidad, hasta las más comunes en este nivel asociadas
a la minusvalía. Es necesario conocer que estos niños se lucen diferentes de los demás
por una apariencia distinta y peculiar, debido a que las limitaciones motoras finas y
gruesas, impiden la movilidad y muchas veces el desempeño de tareas más o menos
simples. Esto genera que con relativa frecuencia, los niños funcionen no adecuadamente
dentro de su grupo social.

Esto se sustenta debido a que además de poseer deficiencias motoras, también están
asociadas a dificultades de aprendizaje, problemas sensoriales, emocionales, de lenguaje
y retardo mental.

La prevalencia e incidencia de este fenómeno se refiere a 1 por cada 1000 habitantes,


habiendo una referencia más cercana en Estados Unidos, donde la tasa es del 2 al 2.5
por cada 1000 niños en edad escolar.

En el país por cada mil nacimientos, entre dos y tres bebés nacen con este
trastorno provocado por lesiones en el cerebro ocurridas durante la gestación y que
pueden afectar la audición, el aprendizaje, la visión y los pensamientos.

Aunque no hay cifras claras del problema pero sí historias conmovedoras que junto a
más de 39 madres conforman la asociación “Un ángel en tu vida” en Arequipa. Allí se
congregan 40 niños con este diagnóstico y de padres entregados a su cuidado.

Siendo exactamente en Perú el 1.3 por ciento de todas las discapacidades en el país
citadas en una investigación realizada hacia el año 2003 de un reporte estadístico de la
discapacidad en 1999 al 2000.

Existen muchas clasificaciones de la parálisis cerebral, sin embargo, en el presente


trabajo se abordan las que están asociadas al compromiso corporal y al lugar de la lesión
cerebral, ya que es a partir de ellas, que puede indicarse la causa específica de lesión e
iniciarse un plan de intervención (conociendo el caso del compromiso corporal).

Asimismo se planea abordar el conocimiento de los factores de riesgo que suman a que
ciertos niños tengan Parálisis Cerebral a modo de conocer una forma de prevención. Por
otro lado, se fomenta un abordaje interdisciplinario para la emisión de un diagnóstico,
detalladamente tomando en consideración la exploración neurológica a través de
exámenes de neuroimagen, resonancia magnética y tomografía computarizada.
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Además del reconocimiento de signos por los que un padre de familia puede darse
cuenta de que el desarrollo del niño no está viniendo de acuerdo a la norma establecida,
recalcando en todo momento que una intervención temprana puede facilitar la mejor
estimulación del menor para la mejora en la calidad de vida para su vida futura.

Asimismo las expectativas de pronóstico están fundamentadas en el tipo de parálisis


cerebral presentada pero tomando en cuenta el factor evolutivo en el niño, tomando en
consideración que sólo los grados más severos de Parálisis Cerebral se asocian con corta
vida. Siendo los casos más severos con un promedio de supervivencia de 17 años, con
probabilidad de muerte no asociada directamente al estado de parálisis sino a
infecciones asociadas como las respiratorias.
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INDICE

INTRODUCCIÓN 1

CAPITULO I
PARALISIS CEREBRAL

1. CONCEPTO 4
2. ETIOLOGÍA 4
3. TIPOS DE PARÁLISIS. 6
4. PREVALENCIA 8
5. SÍNTOMAS 9
6. DIAGNÓSTICO 13
7. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL 16
8. PRONÓSTICO: 17
9. TRATAMIENTO 19

CAPITULO 11

DISCUSIÓN

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ANEXO
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PARALISIS CEREBRAL

1. CONCEPTO
Es una condición o incapacidad del niño debido a un desorden del control muscular, que
produce dificultad para moverse y colocar el cuerpo en una determinada posición
(OMS, 1993). Afecta principalmente el movimiento y la posición del cuerpo, teniendo
por causa un daño del cerebro que puede suceder durante el embarazo, durante el parto
o en la infancia. No todo el cerebro queda dañado, sólo algunas partes, sobre todo las
que controlan los movimientos, aunque, además, se pueden presentar otras
manifestaciones como problemas perceptivos, sensoriales o intelectuales. Una vez
dañadas, las partes del cerebro no se recuperan, pero tampoco empeoran, pero los
movimientos, las posiciones del cuerpo y los problemas relacionados con ellos pueden
mejorar o empeorar dependiendo de cómo se cuide al niño y de qué tan dañado esté su
cerebro. Entre más pronto se empiece la atención especial, más positivo será el
pronóstico, ya que es un trastorno permanente pero no inmutable.

Cuando un niño o niña presenta una condición de Parálisis Cerebral muestra dificultad
para mantenerse en diferentes posiciones y realizar movimientos, por lo que al
desarrollar actividades como sentarse, gatear y pararse son realizadas con una
disfunción en el desarrollo, y de diferente forma a la de otros niños.

Para Ruiz y Arteaga (2002) la parálisis cerebral es trastorno global de la persona


consistente en un desorden permanente y no inmutable del tono muscular, la postura y
el movimiento, debido a una lesión no progresiva en el cerebro antes de que su
desarrollo y crecimiento sean completos. Esta lesión puede generar la alteración de otras
funciones superiores e interferir en el desarrollo del Sistema Nervioso Central.

2. ETIOLOGÍA

Existen múltiples causas susceptibles de producir un cuadro de PC que, en función del


momento en que acontecen, podemos clasificar en factores prenatales, si acontecen
durante la gestación; factores perinatales, cuando se producen en torno al nacimiento;
y factores postnatales, cuando ejercen su acción después del nacimiento y con
anterioridad a la edad en que se considere que el cerebro alcanza su plenitud
madurativa. En cada uno de los momentos señalados, son de destacar los siguientes
factores desencadenantes:
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FACTORES DE RIESGO DE PARÁLISIS CEREBRAL

1. FACTORES PRENATALES
 Estáticos (paraplejía familiar)
 Progresivos (enfermedad desmielinizante de origen viral) (Rosa,
1993)
 Factores maternos.
 Alteraciones de la coagulación, enfermedades autoinmunes, HTA,
 Infección intrauterina, Traumatismo, sustancias tóxicas, disfunción
tiroidea.
 Alteraciones de la placenta.
 Trombosis en el lado materno, trombosis en el lado fetal.
 Cambios vasculares crónicos.
 Factores fetales.
 Gestación múltiple, Retraso crecimiento intrauterino.
 Polihidramnios, hidrops fetalis, malformaciones.

2. FACTORES PERINATALES
 Anoxia mecánica: obstrucción respiratoria, sobresedación con
drogas.
 Traumatismo: como aplicaciones imprudentes de fórceps,
resistencia de la cabeza (Rosa, 1993)
 Prematuridad, bajo peso.
 Fiebre materna durante el parto, Infección SNC o sistémica.
 Hipoglucemia mantenida, hiperbilirrubinemia.
 Hemorragia intracraneal.
 Encefalopatía hipóxico-isquémica.
 Traumatismo, cirugía cardíaca, ECMO.

3. FACTORES POSTNATALES
 Infecciones (meningitis, encefalitis).
 Traumatismo craneal (Rosa, 1993)
 Estatus convulsivo.
 Parada cardio-respiratoria.
 Intoxicación.
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3. TIPOS DE PARÁLISIS.
No todos los tipos de Parálisis Cerebral son iguales. Existen diversas clases de Parálisis
Cerebral que se manifiestan de manera diferente, dependiendo de muchos factores, por
ejemplo, el sitio donde ocurrió la lesión cerebral y el tamaño de ésta, entre otros.
Muchos niños y niñas con parálisis cerebral pueden tener una combinación de dos o
más tipos.
Según la parte del cuerpo que se encuentra afectada la parálisis cerebral se puede
clasificar en:

 HEMIPLEJÍA Se llama así cuando el brazo y la pierna de un mismo lado del


cuerpo (derecho o izquierdo) se encuentra afectado, mientras que el otro lado
funciona normalmente.
 DIPLEJÍA Cuando afecta los brazos y las piernas, pero especialmente el
movimiento de las piernas.
 TRIPLEJÍA Cuando se ven afectados tres extremidades, por ejemplo las dos
piernas y un brazo o los dos brazos y una pierna.
 TETRAPLEJÍA Cuando están afectados los dos brazos, las dos piernas y el
tronco.
 MONOPLEJIA Cuando se afecta solamente una extremidad (esta forma es la
menos frecuente).
Según la localización del tono muscular se pueden clasificar en:

 PARÁLISIS CEREBRAL ESPÁSTICA. Los músculos están rígidos,


dificultando el movimiento. Cuando las dos piernas están afectadas (diaplejia
espástica), el niño puede tener dificultad al caminar porque los músculos rígidos
de las caderas y las piernas hacen que éstas se tuerzan hacia dentro y se crucen a
la altura de las rodillas (movimiento de tijera). En otros casos, sólo un lado del
cuerpo está afectado (hemiplejia espástica), La más grave es la cuadriplejia
espástica, en la cual están afectados los cuatro miembros y el tronco, a menudo
junto con los músculos que controlan la boca y la lengua. La lesión está
localizada en el haz piramidal.
Un niño ‘espástico’ tiene rigidez o ‘tensión’ muscular. Esto causa que parte de
su cuerpo esté duro o tieso. El niño se mueve despacio y torpemente. Ciertas
posiciones de la cabeza hacen que el cuerpo se ponga en posiciones extrañas. La
rigidez aumenta cuando el niño está agitado o asustado, o cuando tiene el cuerpo
en ciertas posiciones. La rigidez varía mucho de niño a niño (2013).
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 PARÁLISIS CEREBRAL ATETÓSICA. Se producen por lo común,


movimientos de contorsión de las extremidades, de la cara y la lengua, gestos,
muecas y torpeza al hablar. Las afecciones en la audición son bastante comunes
en este grupo, que interfieren con el desarrollo del lenguaje. La lesión de los
ganglios basales del cerebro parece ser la causa de esta condición.

Estos son movimientos lentos y torcidos, o repentinos y rápidos, de los pies,


brazos, manos o músculos de la cara. Los brazos y las piernas pueden moverse
nerviosamente o dar ‘saltos’, o una mano o los dedos de los pies pueden
moverse sin razón. Cuando el niño decide moverse, las partes del cuerpo se le
mueven rápido. Las posiciones y los movimientos espásticos como los que
mostramos arriba pueden ir y venir continuamente (cambio constante de la
tensión muscular). El niño tiene mal equilibrio y se cae fácilmente.

 PARÁLISIS CEREBRAL ATÁXICA. Afecta el equilibrio y la coordinación.


Las personas pueden caminar con una marcha inestable y tener dificultad con los
movimientos que requieren una coordinación precisa, como la escritura. La
lesión del cerebelo es la causa de este tipo de parálisis cerebral.
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Los niños que tienen principalmente un problema de equilibrio (no se pueden


balancear bien) muchas veces parecen más torpes que discapacitados. Por eso, a
veces los demás niños los tratan cruelmente y se ríen de ellos.

Muchos de los niños que tienen espasticidad o atetosis también tienen problemas
de equilibrio. Esto puede ser un gran obstáculo cuando traten de aprender a
caminar. Pero hay maneras de ayudar al niño a mejorar su equilibrio.

 FORMAS MIXTAS. Es raro encontrar casos puros de espasticidad, de atetosis


o de ataxia. Lo frecuente es que se presente una combinación de ellas.

4. PREVALENCIA
Estudios epidemiológicos realizados en los años noventa estimaron que la prevalencia
mundial oscilaba entre uno y cinco casos por cada 1.000 habitantes a nivel mundial. Por
otro lado, más de 1000 niños nacen o desarrollan parálisis cerebral en Argentina y las
cifras continúan en alza, aunque en la actualidad es mayor la cantidad de pequeños que
sobreviven por lo cual los médicos descartaron la necesidad de tratamiento.

En el país por cada mil nacimientos, entre dos y tres bebés nacen con este
trastorno provocado por lesiones en el cerebro ocurridas durante la gestación y que
pueden afectar la audición, el aprendizaje, la visión y los pensamientos.

Siendo exactamente en Perú el 1.3 por ciento de todas las discapacidades en el país
pertenecen a parálisis cerebral, citadas en una investigación realizada hacia el año 2003
de un reporte estadístico de la discapacidad en 1999 al 2000.

Aunque no hay cifras claras del problema pero sí historias conmovedoras que junto a
más de 39 madres conforman la asociación “Un ángel en tu vida” en Arequipa. Allí
se congregan 40 niños con este diagnóstico y de padres entregados a su cuidado.
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Las causas de la parálisis cerebral no están definidas, afirma Enrique Salcedo,


neurólogo del hospital Carlos Alberto Seguín de EsSalud. Las variables son múltiples,
como el nacimiento prematuro, contaminación ambiental la radiación solar etc. “A
cualquiera le puede pasar”, dice y recuerda que el trastorno nunca es el mismo en todos
los casos. Incluso muchas personas con parálisis cerebral tienen un desarrollo mental
normal.

Una investigación realizada en el Hospital Nacional Cayetano Heredia y el Hogar


Clínica San Juan de Dios (Lima-Perú), tras la revisión de historias clínicas de 102
pacientes con PC, se obtuvieron los resultados de que en relación a edad gestacional
hubieron 15 casos de prematuros (14.7%), 67(65%) a término y un postmaduro, en 19
no se tuvo la edad gestacional. El peso al nacer fue adecuado en 56(54.9%), bajo en
17(16.7%) y muy bajo en 7(6.9%). Se identificó la causa de PC en 73/102 casos (70%),
siendo las causas más frecuentes las perinatales (59.3%), seguidas de las prenatales con
29.1% y las postnatales con 11.6%. En el grupo de causas prenatales, la mitad fueron
malformaciones cerebrales congénitas. En el grupo perinatal, la más frecuente fue
asfixia (83%) asociada o no a otro factor metabólico. Las causas postnatal más frecuente
fue la meningoencefalitis bacteriana, en menores de un año de edad. Al correlacionar
etiología y momento del daño, peso al nacer y tipo de PC se observa que, en los recién
nacidos PT de bajo o muy bajo peso al nacer es mas frecuente la PC de tipo dipléjica y
en todos el antecedente fue asfixia perinatal. Teniendo por conclusión que la baja
frecuencia de PC dipléjica y la elevada frecuencia de causas perinatales (asfixia), marca
nuestra diferencia con otras series y obedece en nuestra opinión, a los escasos recursos
tecnológicos y las deficiencias en la atención a las gestantes y recién nacidos de nuestro
sistema nacional de salud.

5. SÍNTOMAS

Los síntomas de parálisis cerebral pueden ser muy diferentes entre personas con este
grupo de trastornos. Los síntomas pueden:

 Ser muy leves o muy graves


 Comprometer sólo un lado del cuerpo o ambos lados
 Ser más pronunciados ya sea en los brazos o las piernas o comprometer brazos y
piernas

Los síntomas por lo regular se observan antes de que un niño cumpla dos años de edad
y, algunas veces, empiezan incluso a los 3 meses. Los padres pueden notar que su hijo
está retrasado en su capacidad para alcanzar algo y en las fases de desarrollo como
sentarse, girar, gatear o caminar.

Hay varios tipos diferentes de parálisis cerebral y algunas personas tienen una mezcla
de síntomas.
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De 70 a 80 % de los pacientes con PC presentan signos clínicos de espasticidad. Existen


dos formas principales, de acuerdo a la distribución topográfica, que son las formas
unilaterales y las bilaterales.

Las formas unilaterales se corresponden con las denominadas hemiplejías, en las cuales
existe afectación motora de los miembros de un mismo lado del cuerpo, por lo general
con mayor afectación del miembro superior. Sus causas pueden ser múltiples, aunque se
ha asociado en muchos casos a infartos cerebrales prenatales y perinatales, en el caso de
las PC congénitas.

Clínicamente no existe asimetría en los reflejos durante los primeros meses de vida.
Solamente la presencia del puño cerrado en una mano puede ser el primer indicador de
este tipo de PC, seguido de asimetría en el tono y reflejos en las extremidades
superiores en el primer año de vida. La pinza digital, la extensión de la muñeca y la
supinación del antebrazo están afectadas.

La prensión palmar puede persistir por años. La alteración del miembro inferior
afectado se hace aparente después del primer año de vida, y pueden presentarse antes
patrones anormales de locomoción, como retardo en el arrastre, el cual no sigue el
patrón alternante normal, y la marcha «patinando».

Las formas bilaterales de PC incluyen las llamadas cuadriplejías y diplejías espásticas,


términos no reconocidos en las clasificaciones más recientes de PC por ser confusos,
como evidencian las diversas interpretaciones de que han sido objeto. No obstante, la
mayoría de los autores considera que existe una cuadriplejía cuando se observa una
afectación de los cuatro miembros, por igual. Esta es la forma de PC más grave;
mientras que en la diplejía espástica hay una mayor afectación de los miembros
inferiores y solo afectación ligera de los miembros superiores.

Ambas pueden manifestarse inicialmente por hipotonía, reflejos osteotendinosos


exaltados, clono y reflejos posturales anormales. La hipotonía puede tener además una
característica contextual-específica y está presente, por ejemplo, sólo durante el estado
de reposo y aparece hipertonía cuando el niño es suspendido en posición vertical o
cuando llora.27 En los casos con cuadriplejía, la hipertonía de los 4 miembros se
manifiesta en forma más precoz, con postura en flexión de los mismos e hipotonía de
eje como cuadro más frecuente.

Son comunes las convulsiones, así como los defectos oftalmológicos como el déficit
visual (ceguera), el estrabismo y el nistagmo. El patrón de locomoción relacionado con
esta última forma antes de que se establezca la marcha definitiva es el de «gateo», con
apoyo de codos y rodillas en los cuatro puntos.

Los síntomas de la parálisis cerebral espástica, el tipo más común, abarcan:


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 Músculos que están muy tensos y no se estiran. Incluso se pueden tensionar aun
más con el tiempo.
 Marcha (caminar) anormal: brazos metidos hacia los costados, rodillas cruzadas
o tocándose, piernas que hacen movimientos de "tijeras" y caminar sobre los
dedos.
 Articulaciones rígidas y que no se abren por completo (llamado contractura
articular).
 Debilidad muscular o pérdida del movimiento en un grupo de músculos
(parálisis).
 Los síntomas pueden afectar un brazo o la pierna, un lado del cuerpo, ambas
piernas o ambos brazos y piernas.

Los siguientes síntomas pueden ocurrir en otros tipos de parálisis cerebral:

 Movimientos anormales (torsiones, tirones o contorsiones) de las manos, los


pies, los brazos o las piernas estando despierto, lo cual empeora durante
períodos de estrés
 Temblores
 Marcha inestable
 Pérdida de la coordinación
 Músculos flojos, especialmente en reposo, y articulaciones que se mueven
demasiado alrededor

Otros síntomas cerebrales y del sistema nervioso:

 Son comunes la disminución de la inteligencia o las dificultades de aprendizaje,


pero la inteligencia puede ser normal
 Problemas del habla (disartria)
 Problemas de audición o visión
 Convulsiones
 Dolor, sobre todo en adultos (puede ser difícil de manejar)

Síntomas digestivos y de la alimentación:

 Dificultad para succionar o alimentarse en los bebés, o masticar y tragar en niños


mayores y adultos
 Problemas para deglutir (en todas las edades)
 Vómitos o estreñimiento

Otros síntomas:

 Aumento del babeo


 Crecimiento más lento de lo normal
 Respiración irregular
 Incontinencia urinaria
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Al nacer, un bebé con parálisis cerebral se ve flácido o aguado— pero también puede
parecer normal.

El bebé puede o no respirar inmediatamente al nacer, y se puede poner azul y


aguado. Una demora en la respiración es una causa común del daño cerebral.

Desarrollo lento. Comparado con los otros niños del pueblo, el niño se tarda mucho en
levantar la cabeza, sentarse o moverse.
Quizás no use las manos. O puede empezar a usar una mano, pero no la otra.

Problemas para comer. El bebé no puede mamar, tragar, ni masticar bien. A menudo
se ahoga y se atraganta. Estos problemas no desaparecen a medida que el niño va
creciendo.

Dificultades para cuidar al bebé. Al bebé se le puede entiesar el cuerpo cuando lo


cargan, lo visten o lo bañan, o cuando juegan con él. Después quizás no aprenda a
comer o a vestirse solo, a bañarse, a usar el excusado (poceta, letrina) o a jugar con
otros niños. Esto puede deberse a la rigidez repentina de su cuerpo o a que está muy
aguado.

Puede ser que el bebé llore mucho y parezca estar muy molesto o irritable. O puede
estar muy callado (pasivo) y casi nunca llorar o sonreír.

Problemas de comunicación. Tal vez el bebé no responda o reaccione como los otros
bebés. Esto se puede deber en parte a que tiene el cuerpo muy aguado o muy rígido, o a
que no puede controlar los músculos de los brazos y de la cara. Además, el bebé puede
tardarse en empezar a hablar. Más tarde, algunos niños no pueden hablar claro o tienen
otros problemas con el lenguaje. Aunque a los padres les cuesta trabajo saber
exactamente lo que el niño quiere, poco a poco van encontrando maneras de entender
qué es lo que necesita. Al principio, el niño llora mucho para mostrar lo que quiere.
Después puede que apunte con el brazo, el pie o los ojos.

Inteligencia. Algunos niños pueden parecer lentos porque están aguados y se mueven
muy despacio. Otros se mueven tanto y tan torpemente que pueden parecer tontos.
Tuercen la cara o babean porque tienen débiles los músculos de la cara, o dificultades
para tragar. Todo esto puede hacer que un niño inteligente parezca estar mentalmente
retrasado. Más o menos la mitad de los niños con parálisis cerebral tienen retraso
mental. Pero no decida demasiado pronto si un niño está retrasado. Muchos niños
entienden más de lo que aparentan. Ayude al niño para que pueda mostrar cómo es
realmente.

A veces, la vista y el oído están afectados. Si no se descubre este problema, la familia


puede pensar que el niño no es inteligente. Observe al niño cuidadosamente y fíjese qué
tan bien puede ver y oír.
Los ataques (epilepsia, convulsiones) ocurren en algunos niños con parálisis cerebral.
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Inquietud. Pueden presentarse cambios de humor repentinos de risa a llanto,


temores, ataques de ira y otros problemas de conducta. Estos se pueden deber en parte a
la frustración que siente el niño al no poder hacer con su cuerpo lo que quiere. Mucho
ruido o actividad pueden asustar o enfadar al niño. El daño cerebral también puede
afectar la conducta. Estos niños necesitan mucha ayuda y paciencia para vencer sus
temores y cambiar su conducta extraña.

El niño no pierde la capacidad de sentir calor, frío o dolor, ni el sentido de la


posición del cuerpo. Pero puede tener problemas para controlar sus movimientos y para
balancearse. Debido al daño cerebral le puede ser difícil aprender estas cosas. Para
ayudarle, hay que ser paciente y repetir mucho las cosas.

Reflejos anormales. Los bebés tienen ciertos ‘reflejos tempranos’ o movimientos


automáticos del cuerpo que normalmente desaparecen en las primeras semanas o meses
de vida. En niños con parálisis cerebral, estos reflejos pueden durar más tiempo. Pero
sólo son importantes si afectan la forma en que se mueve el niño. Por lo general, el niño
tiene exagerados los reflejos de la rodilla (la pierna salta más de lo normal) y de los
demás tendones. Si no está seguro si el niño tiene parálisis cerebral o polio, la prueba de
los reflejos le puede ayudar a decidir.

6. DIAGNÓSTICO
Para lograr una evaluación integral es necesario el concurso del personal técnico y
especializado de diversas disciplinas médicas y no médicas, dentro de las que se
encuentran: Pediatría, Neurología Pediátrica, Medicina Física y Rehabilitación,
Ortopedia, Medicina General Integral, Nutrición, , Neurofisiología, Genética Clínica,
Otorrinolaringología, Oftalmología, Logopedia y Foniatría, Psicología, Psiquiatría
Infantil, Educación Especial y Trabajo Social. Además de la atención multidisciplinaria
e interdisciplinaria, para la atención del paciente con PC es necesario el enfoque
diagnóstico y terapéutico centrado en la individualidad de cada paciente y en su familia
y corresponde a algún miembro del equipo servir de coordinador del resto. La
evaluación del niño con PC debe ser periódica, con el objetivo de diagnosticar
precozmente alteraciones secundarias.
El diagnóstico de la PC es básicamente clínico, aunque su confiabilidad es baja, debido
a la ausencia de una prueba definitiva para PC. El diagnóstico positivo se basa en primer
lugar en la historia del paciente. Se debe hacer una anamnesis detallada de los
antecedentes patológicos familiares tratando de buscar antecedentes de enfermedades
neurológicas, se debe indagar sobre la presencia de factores de riesgo durante el
embarazo, parto y período neonatal. En las PC postneonatales existe por lo general una
causa bien determinada que se observa en el análisis clínico de cada paciente.

El examen físico del paciente es quizás el elemento que más aporta en el


establecimiento del diagnóstico de PC. El examen neuromotor clásico muestra por lo
general una anormalidad definida en cualquiera de las siguientes áreas:
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 Tono muscular: hipertonía o hipotonía, o una combinación de ambas, a nivel de


eje o de miembros.
 Movimiento y postura: puede haber espasticidad o movimientos
extrapiramidades (discinéticos).
 Coordinación: pueden presentarse signos de ataxia.
 Reflejos del desarrollo (primitivos y de protección): puede haber ausencia,
persistencia anormal u otras aberraciones de éstos.

Las escalas de Bayley del desarrollo infantil han sido ampliamente usadas con
propósitos discriminativos en programas de seguimiento de niños con riesgo
neurológico, asimismo el test de Denver.

Son estos la Medida de la Función Motora Gruesa, y el Inventario de Evaluación


Pediátrica de Discapacidad (PEDI), el cual sirve de complemento al anterior al evaluar
el comportamiento funcional en niños con discapacidades. En la valoración de la
función motora de las extremidades superiores pueden ser de gran ayuda la Escala de la
Función Motora Bimanual y el Sistema de Clasificación de Habilidad Manual,
desarrollados recientemente.

Asimismo, la persistencia de los reflejos primitivos (succión, Moro, prensión palmar y


plantar, y tónico del cuello) más allá de los seis meses de edad son altamente
sospechosos, al igual que el retardo en la aparición de los reflejos posturales
(enderezamiento de la cabeza, paracaídas, Landau), y la presencia de asimetría en la
respuesta refleja

Además del examen neuromotor clásico y los diferentes instrumentos mencionados para
la evaluación diagnóstica del paciente con parálisis cerebral, a lo largo de la historia del
estudio de este grupo de pacientes han sido empleados otros métodos alternativos, como
el de las reacciones posturales de Vojta y más recientemente la prueba de los
movimientos generales en el feto, recién nacido y lactante, desarrollada por Prechtl y
Einspieler, quienes han encontrado dos patrones anormales específicos de movimientos
generales que constituyen predictores confiables de PC espástica desde los primeros tres
meses de edad corregida. Son ellos:

o La presencia de patrones persistentes de movimientos generales sincronizados


contraídos, que parecen rígidos y con falta del carácter suave y fluido con que
normalmente se presentan estos movimientos y;
o La presencia de movimientos generales de carácter inquieto o agitado, los cuales
normalmente son movimientos de velocidad moderada, con aceleración variable,
que se producen en el cuello, tronco y las extremidades en todas las direcciones.

La presencia de un repertorio pobre de movimientos generales hasta el segundo mes de


edad corregida, con «movimientos de los brazos en círculos» y extensión de los dedos,
y la ausencia de movimientos de las extremidades hacia la línea media a partir de los 3
meses de edad se ha asociado posteriormente a la presencia de PC discinética.
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Basándose en el modelo de los estadios, el primero es el estadio flexor que supone a la


locomoción refleja, y se le reconoce como los primeros signos de contacto con el
medio; el segundo estadio pertenece al nivel preparatorio para la primera locomoción
humana: el gateo, siendo su estadio extensor la verticalización de la locomoción bípeda
(Vojta, 2005).

 Historia clínica (factores de riesgo pre, peri y posnatales)


 Valorar los ítems de desarrollo y la “calidad” de la respuesta
 Observar la actitud y la actividad del niño (prono, supino, sedestación,
bipedestación y suspensiones)
 Observar los patrones motores (motricidad fina y amplia)
 Examen del tono muscular (pasivo y activo)
 Examen de los ROT, clonus, signos de Babinski y Rosolino.
 Valoración de los reflejos primarios y de reflejos posturales (enderezamiento
cefálico, paracaídas y Landau)
 Signos cardinales de la exploración sugestivos de PC:
o Retraso motor
o Patrones anormales de movimiento
o Persistencia de los reflejos primarios
o Tono muscular anormal

No hay una prueba específica para detectar si un niño padece parálisis cerebral. Para
diagnosticar el trastorno, los médicos generalmente observan el desarrollo del niño y las
manifestaciones clínicas.

El diagnóstico definitivo, que comprende todos los factores implicados: grado de


afectación, causas, tipo de trastorno motor y otros trastornos asociados que presenta el
paciente, precisa de pruebas específicas, como la resonancia magnética cerebral, y
requiere tiempo.

Los niños gravemente afectados pueden presentar atrofia cerebral generalizada


(disminuye el tamaño del cerebro porque le faltan células).

Los signos precoces de parálisis cerebral pueden estar presentes desde el nacimiento. La
mayoría los niños con parálisis cerebral se diagnostican durante los primeros 2 años de
vida. Pero si los síntomas del niño son leves, puede ser difícil para el médico hacer un
diagnóstico confiable antes de los 4 o 5 años de edad. Sin embargo, si un médico
sospecha una parálisis cerebral, lo más probable es que programe una cita para observar
al niño y hablar con los padres sobre el desarrollo físico y de conducta de su hijo.

Los médicos diagnostican la parálisis cerebral evaluando las habilidades motoras de un


niño y observando su historia clínica detenida y minuciosamente. Además de buscar los
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síntomas más característicos desarrollo lento, tono muscular anormal y postura inusual
el médico también debe descartar otros trastornos que pueden causar síntomas similares.
Lo más importante, un médico debe determinar que el estado del niño no esté
empeorando. Aunque los síntomas pueden cambiar con el tiempo, la parálisis cerebral
por definición no evoluciona. Si el niño continuamente pierde habilidades motoras, es
probable que el problema comience en otra parte - como una enfermedad genética o
muscular, un trastorno metabólico, o tumores en el sistema nervioso. Una historia
clínica completa, pruebas especiales de diagnóstico, y, en algunos casos, controles
repetidos pueden ayudar a confirmar que otros trastornos no son el problema.

A menudo se usan pruebas adicionales para descartar otros trastornos del movimiento
que puedan causar los mismos síntomas que la parálisis cerebral. Las técnicas de
neuroimágenes que permiten a los médicos mirar dentro del cerebro (como un IRM)
pueden detectar anormalidades que indican un trastorno del movimiento potencialmente
tratable. Si es una parálisis cerebral, la IRM también puede mostrarle al médico la
ubicación y el tipo de daño cerebral.

Los métodos con neuroimágenes incluyen:

 Ecografía craniana. Esta prueba se usa para bebés prematuros de alto riesgo
porque es la menos invasiva de las técnicas con imágenes, aunque no es tan
exitosa como los dos métodos descritos abajo para capturar los cambios sutiles
en la materia blanca - el tipo de tejido cerebral que está dañado en la parálisis
cerebral.
 Tomografía computarizada (TC). Esta técnica crea imágenes que muestran la
estructura del cerebro y las áreas de daño.
 Imágenes por resonancia magnética (IRM). Esta prueba usa una computadora,
un campo magnético y ondas de radio para crear una imagen anatómica de los
tejidos y las estructuras del cerebro. Los médicos prefieren las imágenes de IRM
porque ofrecen mejores niveles de detalle.

7. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
La Parálisis Cerebral suele asociarse a otras morbilidades como: Retardo Mental,
alteraciones sensoriales (visuales o auditivas), alteraciones del lenguaje, convulsiones,
problemas del aprendizaje, problemas emocionales, alteraciones nutricionales,
alteraciones dentales, infecciones respiratorias.

 Sensación: la visión, la audición y otras modalidades sensoriales pueden estar


afectadas.
 Percepción: la capacidad para incorporar e interpretar la información sensorial y
lo cognitiva puede estar afectada como resultado del trastorno primario que se
atribuye a la PC o como consecuencia secundaria de las limitaciones en la
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actividad, que reducen las experiencias de aprendizaje y de desarrollo


perceptivo.
 Cognición: tanto los procesos globales como específicos pueden estar afectados,
incluyendo la atención. Sin embargo, cuando el niño tiene un retraso cognitivo
grave y no tiene signos motores (excepto quizás algún grado de hipertonía o
hipotonía), no es frecuente incluirlo dentro del concepto de PC.
 Comunicación: la comunicación expresiva y lo receptiva y lo habilidades de
interacción social pueden estar afectadas.
 Conducta: esto incluye problemas psiquiátricos o de conducta tales como
trastornos de espectro autista, trastorno por déficit de atención con
hiperactividad (TDAH), alteraciones del sueño, trastornos del estado de animo y
trastornos de ansiedad.

8. PRONÓSTICO:

Los Niños con formas suaves de parálisis cerebral tienen una esperanza de vida normal.
Por ejemplo, un niño de dos años con parálisis suave tiene una ocasión del 99% de la
vida a la edad de 20, comparada con un paciente que tenga enfermedad severa, donde la
figura puede ser tan inferior como el 40%.

Si un niño puede incorporarse sin ayuda a la edad de 2, él podrá eventual recorrer. Si el


niño es incapaz de sentarse verticalmente por la edad de 4, allí poca ocasión que él o
ella pueda recorrer.

Los Niños con la debilitación del movimiento de los cuatro limbos (tetraplejía), de la
epilepsia severa, de la retardación mental severa y de otras complicaciones médicas
como reflujo y enfermedad pulmonar tienen un resultado peor.

Fabricación de una predicción del resultado

Es difícil hacer predicciones sobre pronóstico en un niño con parálisis cerebral antes de
la edad de dos. El único factor de ayuda es que la enfermedad es no-progresiva y no
empeora generalmente. Hay varias pruebas y evaluaciones que ayudan en predecir el
resultado.

Por la proyección de imagen del cerebro y de los nervios los doctores pueden llegar un
resultado previsto. Esto se llama pronóstico basado en neuroimagen. Las capacidades
físicas del niño y mentales finales, las incapacidades intelectuales ayudan en predecir la
expectativa del resultado y de la vida de la condición.
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Esperanza de Vida
La Mayoría de los niños con parálisis cerebral pueden vivir normalmente. Pueden
necesitar visitas regulares a los profesionales de la atención sanitaria y requerir terapia o
las medicaciones, y quizás cirugía a veces.

Los Niños con parálisis cerebral pueden ser ofrecidos ayuda de educación especial y
requerir los dispositivos y los servicios de la tecnología hacer frente a debilitaciones
físicas. Éstos no afectan generalmente a la vida del niño. En condiciones severas, así
como la administración incorrecta de la condición, vida puede ser acortado. Los
problemas asociados con parálisis cerebral los que pueden afectar seriamente a la vida y
a la calidad de vida.

Mejorar calidad de vida y aumento de la vida

Para mejorar la calidad de vida así como aumentar la vida en un niño con cierta
necesidad de las metas de la parálisis cerebral de ser adoptado. Éstos incluyen:

 Mejorar movilidad maximizando la independencia en actividades diarias y el


incentivo de cuidado del uno mismo.
 Mejore las habilidades de comunicación

Es más fácil predecir el pronóstico funcional de un niño con Parálisis Cerebral una vez
establecido el cuadro clínico del tipo de lesión.

Muchos factores afectan la función. Caminar generalmente es posible entre los 2 y los 7
años de edad. Aproximadamente el 85% de los niños con afección parcial tienen el
potencial de lograr caminar de forma independiente, comparados con el 15% de
aquellos niños con afección severa.

Algunas destrezas mayores deben ocurrir, desde el punto de vista muscular, si un niño
podrá caminar. El niño debe sostener su cabeza antes de poder sentarse y debe ser capaz
de sentarse de manera independiente antes de caminar por si mismo.

En un niño de 5 a 7 años de edad es más fácil determinar un pronóstico. El niño con un


retraso severo quien no puede sostenerse parado a la edad de 5 o 6 años probablemente
no logrará caminar. En general la probabilidad de caminar depende del subtipo de
Parálisis Cerebral y la edad cuando se sentaron por si solos.

Los niños con Hemiplejia o Diplejía generalmente caminan, mientras aquellos con
cuadriplejia raramente lo hacen. Todos los niños con Hemiplejia caminan de forma
independiente a la edad de 3 años. El pronóstico para vida independiente en general es
bueno.

Es muy importante determinar la edad cuando lograron sentarse, la mayoría de niños


quienes se sentaron de manera independiente para los dos años de edad, podrán
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caminar, mientras aquellos incapaces de sentarse a los cuatro años probablemente no


caminarán.

Pronóstico para marcha independiente (caminar):

Destreza Buen Pronóstico Mal Pronóstico


Control de Cabeza a los 9 meses después de los 20 meses
Sentarse a los 24 meses después de los 48 meses
Movilidad en piso a los 30 meses después de los 48 meses

En relación a la supervivencia:

 Solo los grados más severos de Parálisis Cerebral se asocian con corta vida.
 Aquellos niños con necesidad de alimentación por sondas de alimentación e
inhabilidad de sostener la cabeza, la supervivencia promedio es de 17 años.
 La probabilidad de muerte por infecciones respiratorias es más común en
comparación con la población general.
 El rango se supervivencia en niños afectados severamente con cuadriplejia es
bajo y la mayoría muere por malnutrición, infecciones o problemas respiratorios
antes de llegar a la adolescencia.

Los datos de un pronóstico desfavorable son la persistencia de Reflejos Primitivos


después de los 6 meses de edad.

9. TRATAMIENTO
Aparte de las drogas para controlar los ataques, usualmente las medicinas no ayudan.
(Aunque muchas veces se recetan medicinas para reducir la espasticidad, por lo general
no sirven y pueden causar problemas.) Una operación a veces puede ser útil para
corregir las contracturas graves y molestas. Pero la cirugía para debilitar o aflojar los
músculos espásticos no siempre da resultados y a veces empeora las cosas. Hay que
hacer una evaluación cuidadosa. Usualmente sólo se debe considerar una operación si el
niño ya camina, pero cada día tiene más dificultades debido a las contracturas. La
cirugía generalmente no beneficia a los niños que no se pueden parar por falta de
equilibrio. A veces una operación para separar las piernas facilita el baño y la limpieza
(y en algunos casos permite que el niño camine mejor).

No hay ninguna cura para la parálisis cerebral. El objetivo del tratamiento es ayudar a la
persona a ser lo más independiente posible.

El tratamiento requiere un abordaje en equipo, que incluye:


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 Un médico de atención primaria


 Un odontólogo (se recomiendan los chequeos dentales más o menos cada 6
meses)
 Un trabajador social
 Enfermeras
 Terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y logopedas
 Otros especialistas, que incluyen un neurólogo, un médico especialista en
rehabilitación, un neumólogo y un gastroenterólogo

El tratamiento se basa en los síntomas de la persona y en la necesidad de prevenir


complicaciones.

Los cuidados personales y en el hogar abarcan:

 Recibir alimento y nutrición suficientes


 Mantener la casa segura
 Llevar a cabo ejercicios recomendados por los médicos
 Practicar el cuidado apropiado del intestino (ablandadores de heces, líquidos,
fibra, laxantes, defecaciones regulares)
 Proteger las articulaciones de lesión

Se recomienda llevar al niño a escuelas regulares, a menos que las discapacidades


físicas o el desarrollo mental lo imposibiliten. La educación o adiestramiento especial
puede ayudar.

Lo siguiente puede ayudar con la comunicación y el aprendizaje:

 Gafas
 Audífonos
 Dispositivos ortopédicos para músculos y huesos
 Ayudas para caminar
 Sillas de ruedas

También pueden necesitarse fisioterapia, terapia ocupacional, ayuda ortopédica u otros


tratamientos para ayudar con las actividades y el cuidado diarios.

Los medicamentos pueden abarcar:

 Anticonvulsivos para prevenir o reducir la frecuencia de convulsiones (crisis


epilépticas)
 Toxina botulínica para ayudar con la espasticidad y el babeo
 Relajantes musculares para reducir temblores y espasticidad

Se puede necesitar cirugía en algunos casos para:


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 Controlar el reflujo gastroesofágico


 Cortar ciertos nervios de la médula espinal para ayudar con el dolor y la
espasticidad

La última herramienta de tratamiento se asocia a la aplicación de la toxina botulínica


Botox, que requiere de un previo estudio de los movimientos y la tonicidad de los
músculos afectados, con el objetivo de evaluar las zonas de tratamiento y la cantidad de
dosis administradas.

Consiste en la aplicación del producto de manera focal por medio de una inyección
directa en el músculo comprometido, de tal manera que se logra la relajación en los
músculos asociados.

Los efectos se hacen evidentes a partir de los diez días y se mantienen durante cuatro a
seis meses, esto permite demorar las cirugías hasta que se logra un grado de madurez y
crecimiento muscular adecuado.

Los médicos recomiendan complementarlo con tratamiento fisioterapéutico de


rehabilitación, ya que esto juega un rol fundamental en la recuperación del paciente.

Desde el aspecto psicoeducativo, se piensa que es más interesante hacer un análisis


funcional del rendimiento motor y cognitivo de cada niño para realizar una mejor
intervención pedagógica
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DISCUSIÓN

A la conclusión grupal que se ha llegado es que la paralisis cerebral es un estado por


que no es progresiva y es causada por multiples factores tales como: prenatal,
perinatal y postnatal

Como factor prenatal tenemos:

 Estáticos (paraplejía familiar)


 Progresivos (enfermedad desmielinizante de origen viral) (Rosa, 1993)
 Factores maternos.
 Alteraciones de la coagulación, enfermedades autoinmunes, HTA,
 Infección intrauterina, Traumatismo, sustancias tóxicas, disfunción tiroidea.
 Alteraciones de la placenta.
 Trombosis en el lado materno, trombosis en el lado fetal.
 Cambios vasculares crónicos.
 Factores fetales.
 Gestación múltiple, Retraso crecimiento intrauterino.
 Polihidramnios, hidrops fetalis, malformaciones.
Como factor perinatal tenemos:

 Anoxia mecánica: obstrucción respiratoria, sobresedación con drogas.


 Traumatismo: como aplicaciones imprudentes de fórceps, resistencia de la
cabeza (Rosa, 1993)
 Prematuridad, bajo peso.
 Fiebre materna durante el parto, Infección SNC o sistémica.
 Hipoglucemia mantenida, hiperbilirrubinemia.
 Hemorragia intracraneal.
 Encefalopatía hipóxico-isquémica.
 Traumatismo, cirugía cardíaca, ECMO.
Como factor postnatal tenemos

 Infecciones (meningitis, encefalitis).


 Traumatismo craneal (Rosa, 1993)
 Estatus convulsivo.
 Parada cardio-respiratoria.
 Intoxicacion
Asimismo se puede intervenir adecuadamente a la persona haciendo un previo
diagnostico desde una edad temprana.
El rol que debe tener un psicólogo debe ser un enfoque empático hacia los padres al
momento de dar el diagnostico ya que es a partir de este que se da el proceso de
aceptación de los padres hacia el estado de sus hijos; debido a que a partir de esta
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percepción, los padres podrán tener una actitud positiva, pero al momento de que los
profesionales le planteen un programa de intervención de acuerdo a sus necesidades y al
nivel de complejidad que presenta el caso.

Por otro lado, nuestro grupo realza el rol del psicólogo desde una perspectiva holística,
abordando la problemática relacionada con los familiares y el entorno del niño como la
escuela, el vecindario.

Va a afectar el grado en que esta discapacidad afecta a cada persona es diferente y viene
determinado por el momento concreto con que se produce el daño, así podemos
encontrarnos con personas que conviven con una parálisis cerebral que resulta apenas
perceptible desarrollando una vida totalmente normal, frente a otras que necesitan del
apoyo de terceras personas para realizar las tareas mas básicas de su vida diaria.
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CONCLUSIONES

PRIMERA. La parálisis cerebral (PC) es un estado no progresivo en el tiempo


en el cual hay un compromiso motor que viene asociado a
problemas del desarrollo.

SEGUNDA. Las causas de la Parálisis Cerebral, están asociadas a factores


prenatales, como consumo de teratógenos; factores perinatales,
como manipulación negligente del cráneo en el momento del
parto; y factores postnatales como exposición a sustancias y
lesiones cerebrales.

TERCERA. La Parálisis Cerebral esta clasificada principalmente en espástica


(con músculos contraídos), atetóxica (con movimientos
incontrolados), atáxica (con movimientos vacilantes) y mixta
(combiénación de los tipos presentados).

CUARTA. La prevalencia de Parálisis Cerebral en Perú es de 1.3 por ciento


en relación a todas las discapacidades.

QUINTA. El pronóstico y plan de tratamiento de Parálisis Cerebral viene


asociado al tipo de compromiso corporal existente.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Libros

Organización Mundial de la Salud. (1993). Fomento del desarrollo del niño con
parálisis cerebral, guía para los que trabajan con paralíticos cerebrales.
Versión español 2000

Rosa, Alberto; Montero, Ignasio. (1993). El niño con Parálisis Cerebral: enculturación,
desarrollo e intervención. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia

Votja, Václav. (2005). Alteraciones motoras cerebrales infantiles, diagnóstico y


tratamiento precoz. Ministerio de cultura: 2da edic. Alemania

Revistas y artículos virtuales

Badia, Marta. Volumen 38 p25- 38. Revista Española sobre discapacidad Intelectual

Campos Patricia y cols. Etiología en parálisis cerebral. Rev Med Hered v.7 n.3 Lima
jul.
1996

Poo, Pilar. (2008). Parálisis Cerebral. Servicio de Neurología, hospital de Barcelona

Ruiz, Antonio; Arteaga, Rosa. (2002). Parálisis Cerebral. Servicio de Pediatria del
Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.

Revista Cubana Pediatría. Evaluación diagnóstica para niños con parálisis cerebral.
v.79 n.2 abr.-jun. 2007 Ciudad de la Habana

Servicio de Programas Educativos y Atención a la Diversidad. ASPACE (Asociación de


Parálisis Cerebral de Cáceres) Guía para la atención educativa del alumnado
con deficiencia motora.

Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría Arch Venez Puer


Ped vol.76 no.1 Caracas mar. 2013

Centro de cirugía especial de México. Parálisis cerebral y otras formas de espasticidad.


(2011)

MedlinePlus. Parálisis Cerebral

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