¿Cómo inició la política de sustitución de importaciones en América
Latina?
Este trabajo tiene la intención de exponer el impacto del proceso de sustitución de
importaciones en el sector industrial latinoamericano. La primera etapa de la industrialización se ha de ha denominado periodo de sustitución fácil de importaciones, el cual se inicia a principios de la década de 1940. La región, y en especial México, no tenía la capacidad de producir bienes de capital, la conformación de la industria era fundamentalmente de fabricación de artículos de consumo, los de capital no se producen, la maquinaria y el de equipo son adquiridos en el exterior. Posteriormente en los años de 1950, hasta mediados de los 60, ésta actividad secundaria se encontraba orientada hacia la elaboración de bienes intermedios y tenía en un principio, los intentos de fabricar medios de producción, sin embargo, no se logró consolidar una estructura productiva con fuertes inversiones de capital. "Es en esta época cuando se concluye la fase de sustitución fácil de importaciones, es decir, se desarrolla la elaboración de manufacturas de consumo no duradero, teniendo como base la compra creciente de tecnología en el extranjero".(Celso Furtado, 1969, p 57)
La segunda etapa de sustitución de importaciones presenta un desenvolvimiento muy
rápido, varias ramas se fortalecen, producto de la penetración del capital extranjero, no obstante no tenía como objetivo una conformación simétrica y homogénea de la esfera manufacturera. La región latinoamericana recibió recursos del extranjero, con ello compró tecnología, incrementando así los préstamos con otros países, los saldos deficitarios de la balanza comercial no pudieron ser pagados con las exportaciones, por ello fue necesario recurrir al crédito internacional. Sin embargo no se logró una expansión de la producción de bienes de capital, ya que aún era débil y no respondía a la demanda interna de los diversos subsectores dedicados a la fabricación de bienes de consumo duradero. Para entonces a finales de los años 60 solamente se había alcanzado el objetivo de realizar la sustitución fácil de importaciones, el cual consistía en tener la capacidad exclusivamente de elaborar artículos de consumo no duradero y productos intermedios, ello reflejaba un ligero avance en la industrialización de los países de América Latina con la implicación de una gran carga de la deuda externa. La política económica de industrializar a la región mediante este proceso llegó a su fase de agotamiento del modelo. Las oportunidades para producir las importaciones se terminaron, pues se había sobreestimado esta política después de sus primeros éxitos. El desequilibrio externo continuó con la compra de bienes de capital a otras naciones, la penetración del capital alcanzaba magnitudes considerables, acompañado con la instalación de empresas transnacionales, sin embargo, el mercado había perdido dinamismo, los requerimientos eran cubiertos con la estructura manufacturera de los años 60. Las fuerzas productivas no se habían expandido, de tal forma que tuvieran la capacidad producir equipo tecnológico, ni siquiera hubo un incentivo para incrementar la demanda, la actividad fue mantenida con base a un pequeño monto de exportaciones de artículos. "En esta fase la producción estaba en función de las solicitudes de los sectores de ingreso medio y alto, por ello, no se avanzó en desarrollar la fabricación de maquinaria o en restituir las importaciones, solamente se sustituyeron mercancías de consumo no duradero. En estos años continuó persistiendo el déficit en cuenta corriente en la deuda externa." (Fernando Fajnzylber. 1992. p 10) En la tercera etapa de la sustitución de importaciones, su característica principal fue la de detectar que las metas propuestas no se estaban cumpliendo, es decir, el modelo económico que se había venido llevando a cabo, empezaba a agotarse por fallas estructurales. La industria latinoamericana no recibió un impulso que le hubiera permitido un fortalecimiento en la fabricación de bienes de consumo, que se tradujera en crecientes ventas a otras naciones, ni fue posible lograr el diseño de medios de producción, con niveles que tuvieran un gran dinamismo para hacer descender el stock de compras fuera de esta zona geográfica. Las grandes compañías extranjeras tuvieron la capacidad de influir en esta fase de la industrialización sustitutiva de importaciones en la orientación de la ampliación industrial, porque se registró un crecimiento mayor en los sectores en que ellos predominaban y el desplazamiento que llevaron a cabo las empresas nacionales en diferentes sectores, esto es un proceso de concentración, el cual ocurrió por el crecimiento de las filiales y la intensificación de compras de las empresas nacionales. Otra variante del capital foráneo, fue la instalación de plataformas de exportación, conformando fábricas construidas con máquinas y equipos adquiridos en el exterior, favoreciendo así la dependencia económica y tecnológica. A estas plantas se les denominó “maquiladoras” y solamente realizaban una pequeña parte del proceso productivo de una mercancía, o sea, el producto final en su conjunto se produce en varios países. Así, el capital extranjero impulsó la concentración de capital con carácter monopolista. Para concluir se considera que el modelo de sustitución de importaciones aplicado en América Latina,, el cual tuvo su inicio en 1940, no logró consolidar y fortalecer a la industria latinoamericana con el dominio de ser autosuficiente en la fabricación de bienes de capital y que tuvo que recurrir de manera persistente a un progresivo endeudamiento en la balanza de pagos. Bibliografía 1. Celso Furtado, “La economía latinoamericana desde la conquista ibérica hasta la revolución cubana”, Cap. X, XI y XII, Siglo XXI Editores, México, 1969. PP 45-68 2. Fernando Fajnzylber, “Industrialización en América Latina: de la caja negra al casillero vacío”, Cáp. I, Cuadernos de la CEPAL. 1992. PP 1-13