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FOJA: 389. Trescientos ochenta y nueve.

NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : Juzgado de Letras de Pe ñaflor
CAUSA ROL : C-2130-2013
CARATULADO : PLAZA / MUNICIPALIDAD DE PADRE
HURTADO

Pe ñaflor , treinta de Agosto de dos mil dieciocho


V ISTO :

1° A fojas 5 y siguientes, comparecen don L UIS A NTONIO P LAZA E SCOBAR ,


empleado, cédula nacional de identidad N° 11.850.957-9, por si y en
representación de sus hijos: E DUARDO A NTONIO P LAZA R AMOS , cédula nacional de
identidad N° 19.566.640-7 y O SCAR A NDRÉS P LAZA R AMOS , cédula nacional de
identidad N° 18.358.813-3, todos domiciliados en calle Los Rosales, Sitio 33, Villa
La Ilusión, comuna de Padre Hurtado, en sus calidades de c ónyuge sobreviviente e
hijos de doña MÓNICA ESTER RAMOS MARTÍNEZ, respectivamente; y don E LÍAS A NTONIO
R IVES L IZANA , empleado, cédula nacional de identidad N° 8.838.242-0, domiciliado
en Pasaje San Vicente N° 2647, Villa San Ignacio I, comuna de Padre Hurtado,
quienes deducen demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad
extracontractual en contra de la I LUSTRE M UNICIPALIDAD DE P ADRE H URTADO ,
representada legalmente por su Alcalde don J OSÉ M IGUEL A RELLANO M ERINO ,
cédula nacional de identidad N° 10.500.387-0, ambos domiciliados en Camino San
Alberto Hurtado N° 3295, comuna de Padre Hurtado.

Exponen que el día 4 de noviembre del a ño 2009, do ña MÓNICA ESTER RAMOS


MARTÍNEZ y don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA viajaban a la comuna de Santiago
abordo de un bus de la locomoción colectiva conducido por don LUIS HUMBERTO
RAMOS VERA, cuando al llegar a Segunda Avenida, comuna de Padre Hurtado, el
conductor perdió el control del vehículo producto de un reductor de velocidad que
no se encontraba señalizado y que había sido construido durante la tarde del d ía
anterior, lo que ocasionó el volcamiento y posterior impacto del bus en contra de
un árbol.
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Como consecuencia de esto, don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA resultó


policontuso, sufrió la fractura de su pelvis derecha, se encontraron cuerpos extra ños
en su ocular derecho y en su conducto auditivo externo derecho; y, adem ás, le fue
diagnosticado un trastorno adaptativo con s íntomas depresivos. Asimismo, el
accidente provocó la muerte de doña MÓNICA ESTER RAMOS MARTÍNEZ como
consecuencia de un politraumatismo que afecto su cabeza, t órax, abdomen y
extremidades; fractura craneana de base y cr áneo; fractura costal con compromiso
pulmonar; pérdida de sangre en la cavidad abdominal; atrici ón del miembro
superior, antebrazo y mano; y fractura de humero.

Indican que la magnitud de estas lesiones, constituy ó la causa basal de su


fallecimiento, y así lo consignó el médico forense PEDRO GONZÁLO YPANAQUE BURGA,
cuyo testimonio fue recogido por los sentenciadores del Tribunal de Juicio Oral en
lo Penal de Talagante, quienes en causa R.U.C. 0.901.055.697-7, dictaron sentencia
condenatoria en contra de don LUIS HUMBERTO RAMOS VERA, en su calidad de autor
del cuasidelito de homicidio en la persona de do ña MÓNICA ESTER RAMOS MARTÍNEZ,
y de lesiones graves.

Sostienen que, además de la responsabilidad del conductor del veh ículo,


concurre igualmente la responsabilidad de la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE PADRE
HURTADO, quien instaló un reductor de velocidad que no contaba con la se ñalizaci ón
mínima que permitiera alertar a los conductores de su presencia. Esta omisi ón –
argumentan- constituye una infracción a las disposiciones legales y reglamentarias
contenidas en el Decreto N° 228/96 del Ministerio de Transporte y
Telecomunicaciones, que establece los requisitos que han de cumplirse en la
instalación de resaltos reductores de velocidad; y as í lo consigna el Informe T écnico
Pericial N° 658-A-2009, de fecha 3 de diciembre de 2009, el que al se ñalar las
causas del accidente, establece la infracci ón accesoria de la demandada, al mantener
un resalto en la calzada con demarcaciones antirreglamentarias, seg ún el Manual de
Señalización de Tránsito, Capítulo 3 Demarcaciones, numeral 6.8.

Continúan argumentando que esta situación no sólo constituye una infracci ón


accesoria antirreglamentaria, como lo señala en referido Informe Pericial, sino que,
además, es una abierta infracción a lo dispuesto en el Decreto N° 228/96 del
Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, que contiene normas claras,
específicas e imperativas acerca de los requisitos que han de cumplirse en la
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instalación de resaltos reductores de velocidad, de modo tal de prevenir accidentes


de tránsito, y así evitar que se produzca un mayor riesgo con su construcci ón.
Indican que confirma aquello el Informe N° 53/2009, de fecha 18 de noviembre
de 2009, emitido por el arquitecto encargado de la obra, quien da cuenta que las
labores de pintura del reductor de velocidad e instalaci ón de los tachones en el
pavimento, se realizaron recién los días 4 y 5 de noviembre de 2009, es decir, tras
ocurrido el accidente.

Estiman que esta situación desnaturalizó el objetivo de la obra, ya que en


lugar de ayudar a prevenir accidentes de tr ánsito, acab ó por generar uno, y que la
demandada, al conocer dicha circunstancia, debi ó prohibir el paso de veh ículos por
Segunda Avenida para no exponerlos al peligro que producía una obra incompleta.

De esta manera –sostienen- la demandada ha incurrido en responsabilidad civil


extracontractual, producto de la relación de causalidad que existe entre el da ño
antijurídico que han sufrido y la falta de servicio en la que ha incurrido la ILUSTRE
MUNICIPALIDAD DE PADRE HURTADO, toda vez que desatendió lo dispuesto en la Ley
Orgánica Constitucional de Municipalidades y en su propio Reglamento de
Organización Interna, al no prestar el servicio que la ley le impone.

Señalan que se ha afectado el bien jur ídico m ás preciado y el mayor tesoro


de una familia, dejándose a dos niños sin su madre, y a un marido sin su c ónyuge.
Además, se ha modificado por completo la vida de una persona, quien deber á
llevar en su cuerpo las marcas físicas de las lesiones sufridas, y el recuerdo
permanente e imborrable del accidente y el largo proceso de recuperaci ón.

Es por estas razones que tras citar normas legales, jurisprudencia y desarrollar
latamente su relación con la acción deducida, vienen en solicitar tener por
interpuesta demanda de indemnización de perjuicios en contra de la ILUSTRE
MUNICIPALIDAD DE PADRE HURTADO, admitirla a tramitación, acogerla y en definitiva
declarar:

a) Que a la demandada le asiste responsabilidad por falta de servicio en el

accidente acaecido con fecha 04 de noviembre de 2009, y en el que


falleció doña MÓNICA ESTER RAMOS MARTÍNEZ, y resultó lesionado don
ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA. Hecho acaecido en circunstancias que el bus
placa única VN-4390, marca Mercedes Benz, circulaba en su recorrido
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interurbano, por zona urbana, específicamente por Segunda Avenida de


la comuna de Padre Hurtado.
b) Que la municipalidad demandada, como consecuencia de su
responsabilidad, debe indemnizar a los demandantes con las siguientes
sumas:
 En relación al demandante civil, don LUIS ANTONIO PLAZA ESCOBAR,

la demandada deberá pagar la suma de 100 millones de pesos por


concepto de daño moral causado por el fallecimiento de su
cónyuge doña MÓNICA ESTER RAMOS.
 En relación al demandante civil, don EDUARDO ANTONIO PLAZA

RAMOS, la demandada deberá pagar la suma de 100 millones de


pesos por concepto de daño moral causado por el fallecimiento de
su madre doña MÓNICA ESTER RAMOS.
 En relación al demandante civil, don OSCAR ANDRÉS PLAZA RAMOS,

la demandada deberá pagar la suma de 100 millones de pesos por


concepto de daño moral causado por el fallecimiento de su madre
doña MÓNICA ESTER RAMOS.
 En cuanto al demandante civil, don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA, la

demandada deberá pagar la suma de 150 millones de pesos por


concepto de daño moral causado por las graves lesiones sufridas.
c) Que las sumas deberán ser pagadas reajustadas y con los intereses
correspondientes desde la fecha de la notificación de la demanda.
d) Que se condene a la demandada al pago de las costas de la causa.

En subsidio, solicita se acoja la demanda y se condene a la demandada por su


responsabilidad por falta de servicio en el accidente ocurrido con fecha 04 de
noviembre de 2009, a pagar a los actores las sumas mayores o menores que se
determinen en prudencia de esta Tribunal, por concepto del da ño moral causado a
los actores, ello con los intereses y reajustes que se determinen, con costas.

2° A fojas 30 se notificó la demanda en la forma prevista en el art ículo 44


del Código de Procedimiento Civil.

3° A fojas 32, la parte demandada viene en contestar la demanda deducida


en su contra solicitando sea rechazada en todas sus partes, con expresa condenaci ón
en costas.
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Señala que el día 22 de octubre de 2009, la Ilustre Municipalidad de Padre


Hurtado celebró un contrato de obras de mejoramiento urbano, el que contemplaba
la instalación de tres reductores de velocidad, entre ellos el de Segunda Avenida,
lugar donde se produjo el accidente.

Bajo este contexto, el día 3 de noviembre de 2009 se hizo entrega de los


terrenos al contratista para la ejecución de las obras, y se emplaz ó la se ñal ética
reglamentaria en todas las calles y avenidas involucradas. Se realizaron los trabajos
de pintado y colocación de tachones, de acuerdo a las especificaciones t écnicas y
normativa pertinente. Expresa que aun cuanto al momento de ocurrir el accidente,
la obra se encontraba en ejecución, ésta cumplía con la normativa del tr ánsito, en
especial con el Decreto N° 228 del Ministerio de Transporte y
Telecomunicaciones.

Argumenta que el accidente ocurrido el día 04 de noviembre de 2009, a las


06:00 horas, tuvo su origen en un hecho imputable al conductor del veh ículo de
locomoción colectiva, quien no transitaba atento a las condiciones del tr ánsito, ni a
una velocidad razonable y prudente en consideraci ón al dise ño vial, la que se
encontraba restringida a un máximo 30 kilómetros por hora, ya que en el lugar se
ubica una escuela. Dicha situación se tradujo en que don LUIS HUMBERTO VERA
RAMOS, fuera condenado por el Tribunal de Juicio Oral de Talagante como autor de
los cuasidelitos de homicidio y lesiones graves, en base a los medios de prueba que
reproduce en su libelo.

De esta forma, sostiene que en la especie no se dan las hip ótesis para hacer
efectiva la responsabilidad de la Municipalidad por falta de servicio, ya que no
hubo un mal funcionamiento del servicio, tard ío o una falta de aqu él que haya
provocado un daño a algún usuario del mismo, sino que el hecho da ñoso se
produce por una conducta acreditada como negligente por parte del conductor del
bus de locomoción colectiva. Así, señala que no es posible acceder a la pretensi ón
indemnizatoria concerniente a los perjuicios invocados por el actor por la supuesta
falta de servicio, ya que la MUNICIPALIDAD DE PADRE HURTADO carece de toda
responsabilidad en los hechos al no existir un v ínculo causal entre la construcci ón
del reductor de velocidad y los perjuicios demandados, toda vez que la causa
directa del accidente no fue la correcta o incorrecta demarcaci ón del resalto o el
no haber cortado la circulación vehicular de Segunda Avenida, sino que recae
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completamente en el actuar negligente, temerario e irresponsable del conductor del


bus perteneciente a la empresa TRANSVERSAL.
Añade que, aun cuando la falta de señalización no fue la causa determinante
del hecho dañoso, tampoco puede configurarse la falta de servicio por ausencia de
demarcación ya que no existe obligación legal alguna para el municipio en ese
sentido, toda vez que el artículo 99 de la Ley N° 18.290 dispone que la
señalización del tránsito en las vías públicas ser á únicamente la que determine el
Ministerio de Transporte, de acuerdo a los Convenios Internacionales ratificados por
Chile.

Sin embargo, señala que, si bien, el artículo 26 letra c) de la Ley N°


18.290, establece una obligación para la Municipalidad en orden a se ñalar
adecuadamente las vías públicas, ésta fue cumplida por su representada en la obra
aludida en el libelo pretensor.

Añade que la validez sustantiva de la demanda se ve afectada por el hecho


que en el reductor de velocidad se encontraba pintada la palabra “ LENTO” en
ambos sentidos de circulación, y que la velocidad máxima permitida en la zona es
de 30 kilómetros por hora. Así, el exceso de velocidad con el que transitaba el bus
de locomoción colectiva, constituye una conducta temeraria e irresponsable que no
puede ser obviada, puesto que la demarcación de un reductor de velocidad o su
ausencia no eximen al conductor de la responsabilidad que le asiste en el accidente.

De esta manera, y tras citar normas aplicables en la especie y reproducir


fragmentos de jurisprudencia que no individualiza, solicita tener por contestada la
demanda, instando a su rechazo con expresa condena en costas.

4° A fojas 55, la parte demandante evacúa el tr ámite de la r éplica


desarrollando aquello que considera como una relaci ón de causalidad entre el
accidente ocurrido el día 4 de noviembre del a ño 2009, y el accionar de la parte
demandada.

A este respecto, argumenta que la escasa visibilidad de la ruta, hac ía necesaria


la adecuada señalización del reductor de velocidad, y que dicha omisi ón constituye
una infracción accesoria de la demandada, que termin ó por ser un factor
gravitante en la concurrencia del hecho da ñoso, ya que si el conductor del bus
hubiese podido advertir el cambio en las condiciones de la ruta, éste no se habr ía
producido.
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Por otra parte, indica que si bien el lugar donde ocurri ó el accidente,
corresponde a una zona de escuela, lo cierto es que al tratarse de una gran
avenida y teniendo en consideración la hora en que se produce el accidente, es
difícil o imposible divisar o pensar en alumnos entrando a clases o cruzando la
calle, por lo tanto, el deber de conducta del chofer no es el mismo que debe
desarrollar en horarios de clases. Sin embargo, expone que aun cuando se sostenga
y acredite que la velocidad del vehículo no era la m ás razonable o prudente, lo
cierto es que la causa del accidente es el reductor de velocidad construido sin la
adecuada señalización.

5° A fojas 61, la parte demandada evacúa el tr ámite de la d úplica


reiterando las defensas desarrolladas en su escrito de contestaci ón e insistiendo en
que la causa del accidente fue la falta de atenci ón a las condiciones del tr ánsito
por parte del chofer, y conducir el bus a una velocidad no razonable ni prudente
de acuerdo al diseño vial.

Expresa que si bien el reductor de velocidad no se encontraba terminado, éste


cumplía a cabalidad con la normativa vigente. Sin embargo, expone que dicha
circunstancia no es gravitante al momento de determinar la responsabilidad, toda
vez que esta ocurre por causa directa de la negligencia y falta de cuidado del Sr.
Ramos Vera. Y que así fue señalado en el informe de la SIAT.

Controvierte el argumento de la actora en orden a que la visibilidad de la


ruta no era la adecuada al momento de ocurrir el accidente de tr ánsito, se ñalando
que dicha alegación fue zanjada en sede Penal a trav és de los testimonios de los
diversos testigos deponentes.

A su vez, cuestiona la acción deducida por los actores, argumentando que sus
fundamentos contradicen la actitud adoptada por los querellantes en sede Penal,
quienes estuvieron por adherir a la teoría del caso y acusaci ón formulada por el
Ministerio Público, en orden a que el conductor era el responsable de las lesiones
sufridas por los afectados y del hecho mismo del accidente, no formul ándose
reproche alguno en contra de la Municipalidad.

Finalmente insiste que no ha existido un mal funcionamiento del servicio, ni


que este haya faltado o haya sido tard ío, al punto de provocar un da ño a un
usuario, por lo que no se configura la responsabilidad civil del municipio por falta
de servicio.
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6° A fojas 68, se llevó a efecto la audiencia de conciliaci ón a la que asisti ó
el apoderado de la parte demandante y en rebeld ía de la demandada, por lo que
no se logra acuerdo.

7° A fojas 70, se recibió la causa a prueba, fij ándose los hechos


substanciales, pertinentes y controvertidos, sobre los que deber ía recaer.

8° A fojas 388, se citó a las partes a oír sentencia.

C ONSIDERANDO :

EN CUANTO A LA OBJECI ÓN DOCUMENTAL :

P RIMERO : Que a fojas 139, la parte demandada dedujo objeción respecto de


los documentos acompañados por la actora a fojas 133, alegando falta de
autenticidad e integridad, toda vez que, al tratarse de fotocopias simples, no le
consta la autenticidad de ellas, ni su integridad, ni la veracidad de las declaraciones
en ellos contenidas.

S EGUNDO : Que a fojas 150 se tuvo por evacuado en rebeld ía el traslado


conferido a la parte demandante.

T ERCERO : Que si bien, entre las partes se ha generado controversia respecto de


la autenticidad e integridad de los documentos acompa ñados por la actora, cierto es
que a fojas 207 el Tribunal los tuvo por no presentados por no haberse dado
cumplimiento a lo ordenado a fojas 137, y por ende, se rechazar á la objeci ón
conforme se señalará en lo resolutivo.

EN CUANTO AL FONDO DE LA ACCI ÓN PRINCIPAL :

C UARTO : Que, conforme lo dispuesto en los artículos 2314 y siguientes del


Código Civil, la acción de indemnización de perjuicios en sede extracontractual,
exige la concurrencia de los siguientes requisitos para ser acogida:

1. Existencia de un hecho ilícito.


2. Existencia de un daño.
3. Vínculo causal entre el hecho acaecido y el daño producido.

Q UINTO : Que de conformidad a lo dispuesto en el artículo 1698 del C ódigo


Civil, incumbe probar las obligaciones o su extinci ón al que alega aquellas o ésta.
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S EXTO : Que para acreditar sus dichos y fundar sus pretensiones, la parte
demandante ha rendido la siguiente prueba:
D OCUMENTAL NO OBJETADA :

1. A fojas 1, Certificado de Matrimonio Nro. De inscripci ón 357, de fecha 14


de agosto de 2013, emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificaci ón.
2. A fojas 2, Certificado de Defunción Nro. De inscripci ón 532, de fecha 14 de
agosto de 2013, emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificaci ón.
3. A fojas 3, Certificado de Nacimiento Nro. De inscripci ón 33.615, de fecha 14
de agosto de 2013, emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificaci ón.
4. A fojas 4, Certificado de Nacimiento Nro. De inscripci ón 2.027, de fecha 14
de agosto de 2013, emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificaci ón.
5. En custodia N° 1944-2015, nueve Actas de Consejo Municipal y una
certificación, documentos acompañados en audiencia de exhibici ón de
documentos de fojas 212.
6. En custodia N° 795-2015, carpeta investigativa de la Fiscal ía Local de
Talagante en causa RUC 0901055697-7.

P ERITAJES :

1. A fojas 266 y siguientes, Informe Pericial psicol ógico de don El ías Antonio
Rives Lizana.
2. A fojas 278 y siguientes, Informe Pericial psicol ógico de don Oscar Andr és
Plaza Ramos.
3. A fojas 290 y siguientes, Informe Pericial psicol ógico de don Luis Antonio
Plaza Escobar.
4. A fojas 301 y siguientes, Informe Pericial psicol ógico de don Eduardo
Antonio Plaza Ramos.
5. En custodia N° 2270-2016, Informe Pericial realizado por el Ingeniero de
Tránsito Alejandro Fierro Jiménez.

S ÉPTIMO: Que, con el objeto de controvertir lo planteado por el actor, la


parte demandada rindió la siguiente prueba:

D OCUMENTAL , NO OBJETADA :

1. A fojas 47, copia simple de sentencia de calificaci ón y escrutinio general de


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elección de alcaldes y concejales de la comuna de Padre Hurtado.


2. A fojas 119, Informe N° 53/2009, Instalación de reductores de velocidad y
colocación de escaños.
3. A fojas 121, set de cinco fotografías.
4. A fojas 123, contrato de instalación de reductores de velocidad y colocaci ón
de escaños.
5. En custodia N° 253-2015, libro de obras de instalaci ón de reductores de
velocidad y colocación de escaños.

O FICIOS :

1. A fojas 152, Oficio N° 132-2015 de fecha 9 de marzo de 2015 del


Tribunal Oral en lo Penal de Talagante que remite copia autorizada de
sentencia dictada en causa RUC 0901055697-7, RIT 86-2012.

O CTAVO : Que de la prueba documental agregada al proceso, en especial: el


contrato de instalación de reductores de velocidad y colocaci ón de esca ños, el
Informe N° 53/2009 sobre Instalación de reductores de velocidad y colocaci ón de
escaños, el libro de obras de instalaci ón de reductores de velocidad y colocaci ón de
escaños, la carpeta investigativa de la Fiscal ía Local de Talagante en causa RUC
0901055697-7, el Certificado de Defunción Nro. 532, de fecha 14 de agosto de
2013, emitido por el Servicio de Registro Civil e Identificaci ón y la sentencia
pronunciada por el Tribunal Oral en lo Penal de Talagante en causa RUC
0901055697-7; fluyen presunciones graves, precisas y concordantes que han
permitido tener por establecidos los siguientes hechos, conforme a lo dispuesto en
los artículos 426 del Código de Procedimiento Civil y 1712 del C ódigo Civil:

1. Que el día 22 de Octubre de 2009, la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE PADRE HURTADO


celebró con don RODOLFO UGALDE RAMÍREZ, un contrato de instalación de
reductores de velocidad y colocación de esca ños en el contexto de obras de
mejoramiento urbano, proyectos PMU modalidad FRIL 2008.
2. Que el día 03 de Noviembre de 2009, la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE PADRE
HURTADO hizo entrega de los terrenos al contratista para la instalaci ón de tres
reductores de velocidad a ubicarse en las calles Ignacio Carrera Pinto, Luis
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Pasteur y Segunda Avenida, además de cinco escaños en Villa Nueva Estrella


03 y Villa El Sauce 02.
3. Que el día 03 de Noviembre de 2009, el contratista inici ó la construcci ón del
reductor de velocidad, colocando señalética y conos y señalizaci ón nocturna.
4. Que el día 04 de Noviembre de 2009, alrededor de las 06:00 horas, do ña

MÓNICA ESTER RAMOS MARTÍNEZ y don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA viajaban en
un bus de la locomoción colectiva conducido por don LUIS HUMBERTO RAMOS
VERA, cuando al llegar a Segunda Avenida, comuna de Padre Hurtado, el
conductor perdió el control del vehículo al pasar sobre un reductor de
velocidad a una velocidad no razonable e imprudente, lo que sumado al hecho
de no estar atento a las condiciones del tr ánsito, ocasion ó el volcamiento y
posterior impacto del bus en contra de un árbol.
5. Que a raíz de dicho accidente, don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA resultó

policontuso, sufrió la fractura de su pelvis derecha, se encontraron cuerpos


extraños en su ocular derecho y en su conducto auditivo externo derecho; y,
además, le fue diagnosticado un trastorno adaptativo con s íntomas depresivos.
6. Que, asimismo, el accidente provocó la muerte de do ña MÓNICA ESTER RAMOS

MARTÍNEZ como consecuencia de un politraumatismo que afecto su cabeza,


tórax, abdomen y extremidades; fractura craneana de base y cr áneo; fractura
costal con compromiso pulmonar; pérdida de sangre en la cavidad abdominal;
atrición del miembro superior, antebrazo y mano; y fractura de humero.
7. Que el día 04 de Noviembre de 2009, el contratista ejecut ó las obras de
pinturas y colocación de tachones del reductor de velocidad, de acuerdo a las
especificaciones técnicas.
8. Que el día 05 de Noviembre de 2009, el contratista termin ó de ejecutar las
labores de pintura y tachones en pavimentos, as í como de despeje de remas
de árboles en torno a la señalética.

N OVENO : Que la construcción normativa de la responsabilidad extracontractual


por falta de servicio, encuentra su sustento en el inciso segundo del art ículo 38 de
la Constitución Política de la República, al disponer que cualquier persona que sea
lesionada en sus derechos por la Administraci ón del Estado, de sus organismos o de
las municipalidades, podrá reclamar ante los tribunales que determine la ley, sin
perjuicio de la responsabilidad que pudiere afectar al funcionario que hubiera
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causado el daño.
A su turno, el artículo 44 de la Ley 18.575, establece que los órganos de la
Administración serán responsables del daño que causen por falta de servicio, no
obstante de su derecho a repetir en contra del funcionario que hubiere incurrido en
falta personal. Este mismo precepto fue recogido por el art ículo 152 de la Ley
18.695, haciéndoles aplicable este tipo de responsabilidad a las municipalidades en
relación a los daños que causen, la que proceder á principalmente por falta de
servicio.

Por su parte, la jurisprudencia ha destacado que la falta de servicio se


presenta como una deficiencia o mal funcionamiento del servicio en relaci ón a la
conducta normal que se espera de él, estimándose que ello concurre cuando el
servicio no funciona debiendo hacerlo y cuando funciona irregular o tard íamente,
operando así como un factor de imputación que genera la consecuente
responsabilidad indemnizatoria (Excelentísima Corte Suprema, 02-08-2018, Rol
8563-2018, considerando Sexto).

En el caso de marras, dicho reproche se construye desde la falta de


señalización de un reductor de velocidad que se encontraba en construcci ón, y que,
al no haber sido advertido por el conductor del bus de la locomoci ón colectiva,
produjo que éste perdiera el control del vehículo, desencadenando un accidente de
tránsito que provocó la muerte de doña MÓNICA ESTER RAMOS MARTÍNEZ y las
lesiones de don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA.

Entonces, corresponderá en primer lugar, establecer si la conducta descrita por


los actores en su libelo pretensor, responde a una deficiencia o mal funcionamiento
del servicio en relación a la conducta normal que se espera de él

D ÉCIMO : Que en este sentido, el marco normativo que regula la conducta


normal esperable de la demandada se encuentra contenido en: la Ley N° 18.695,
Orgánica Constitucional de Municipalidades, Decreto Supremo N° 228 de 1996 del
Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones –que si bien se encuentra derogado,
en aquella época reglamentaba la instalación, dise ño y se ñalizaci ón de resaltos
reductores de velocidad- y el Decreto Supremo N° 90 de 2002, del mismo
órgano, y que aprobó el nuevo texto y anexos del Cap ítulo Quinto del Manual de
Señalización de Tránsito.
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En efecto, el artículo 3° letras d) y e) de la Ley N° 18.695, establece que


corresponde a las municipalidades, entre otras funciones, aplicar las disposiciones
sobre transporte y tránsito públicos, dentro de la comuna; y aplicar las disposiciones
sobre construcción y urbanización, en la forma que determinen las leyes,
sujetándose a las normas técnicas de carácter general que dicte el ministerio
respectivo. En la especie, dichas normas t écnicas se encontraban contenidas en el
Decreto Supremo 228 de 1996 y en el Manual de Señalizaci ón de Tr ánsito.

D ÉCIMO P RIMERO : Que por su parte, el artículo 10° del Decreto Supremo 228
de 1996 del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones dispone los elementos
de señalización y demarcación que deben utilizarse en un resalto reductor de
velocidad para advertir de su presencia a los conductores, a saber, se ñal preventiva
P-13ª del Manual de Señalización de Tránsito; demarcaci ón de dos tri ángulos
isósceles de color blanco reflectante, con orla negra, enfrentando la circulaci ón de
cada pista, y en el caso de resaltos de superficie redondeada, toda la superficie no
cubierta por los triángulos deberá ser pintada de color amarillo reflectante.

Asimismo, junto a los resaltos deberá proveerse a ambos costados de la


calzada una guía luminosa de 6 metros de largo, formada por tachas amarillas
reflectantes dispuestas sobre una línea amarilla de 10 cent ímetros de ancho con una
separación entre ellas de 1,5 metros. Además, en cada pista de circulaci ón que
enfrente un resalto deberá demarcarse la leyenda “LENTO” con una anticipaci ón
no inferior a 20 metros.

Aquellos son los elementos de señalización y demarcaci ón que todo resalto


reductor de velocidad debe cumplir, sin embargo, dicho est ándar m ínimo no le
puede ser exigible a la demandada, ya que como ha quedado establecido durante el
periodo discusión, la obra se encontraba en ejecuci ón. Empero, en ese escenario,
su señalización debía cumplir con las normas contenidas en el Cap ítulo 5 del
Manual de Señalización de Transito que establece las se ñales, dispositivos, medidas
de seguridad y esquemas de señalización que se deben utilizar cuando se realicen
trabajos en la vía.

D ÉCIMO S EGUNDO : Que a este respecto, el numeral 5.1.1 del Manual de


Señalización de Tránsito señala que: “Las señales y medidas de seguridad para
trabajos en la vía tienen como objetivo fundamental que el tr ánsito a trav és o en
los bordes de la zona donde se realizan las obras sea seguro y expedito, alterando
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lo menos posible las condiciones normales de circulaci ón, garantizando a su vez la


seguridad de los trabajadores y de las faenas.
Ello requiere que las señales regulen la circulaci ón, adviertan de peligros y
guíen adecuadamente a los conductores a través de la zona de trabajo, y que las
medidas de seguridad protejan tanto a éstos como a los trabajadores.”

Para este fin, la habilitación de toda la zona de trabajos en la v ía debe


contemplar: a) señales verticales que regulen la circulaci ón y adviertan acerca de
los peligros en la vía; b) elementos de canalizaci ón que delimiten las superficies
disponibles para el tránsito, guíen a los conductores y peatones a trav és de la zona
de trabajo aislando las áreas de trabajo y que tambi én permitan definir las
variaciones en el perfil transversal, garantiz ándose de esta forma un nivel de
seguridad adecuado tanto a los usuarios de la v ía como al personal a cargo de las
faenas; c) demarcaciones que regulen la circulaci ón, adviertan, gu íen y encaucen a
los usuarios que transiten por la zona de trabajos; d) sistemas de control de
tránsito que permitan regular el paso de vehículos y peatones en la zona de
trabajos en aquellos puntos o tramos donde dos o m ás flujos deben compartir la
vía, y; e) elementos que permitan aumentar la visibilidad de trabajadores y
vehículos.

Las señales y elementos de canalización deben ser visibles en cualquier


período del día y bajo toda condición climática. Por ello, deben ser de o contener
material retrorreflectante que aseguren su visibilidad nocturna, conforme a los
niveles mínimos de retrorreflexión señalados en el numeral 5.2.1.

Por otra parte, el numeral 5.1.7 del Manual de Se ñalizaci ón de Tr ánsito,


expresa que quien ejecute trabajos en las v ías p úblicas est á obligado a colocar y
mantener por su cuenta, de día y de noche, la se ñalizaci ón y medidas de seguridad
adecuadas a la naturaleza de las obras.

Todos estos requisitos encuentran su fundamento en entender que las


condiciones de circulación a través de una zona de trabajo no son las habituales
para la mayoría de los usuarios, por lo que los criterios de seguridad aplicados al
diseño de señalización de obras son tanto o más relevantes que en situaciones
normales.

Así, la conducta normal que se espera de la municipalidad no es s ólo la


señalización de la obra que se encontraba en ejecuci ón, sino, adem ás, que ella
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cumpliera con un estándar mínimo de seguridad que permitiera a los usuarios


advertir el cambio en las condiciones del tr ánsito y que en este caso se encuentra
en el Capítulo V del Manual de Señalización de Tr ánsito, y es que el art ículo 4°
del Decreto 90 del año 2003, del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones,
señala que debe entenderse que la ejecución de una obra no re úne las condiciones
mínimas de seguridad cuando en ella no se d é cumplimiento a lo establecido en
dicho Manual.

D ÉCIMO T ERCERO : Que en este orden de ideas, la abundante prueba


documental rendida por las partes, as í como el informe pericial en ingenier ía de
tránsito, han permitido acreditar que al momento de producirse el accidente, el
reductor de velocidad que era emplazado por la demandada en la comuna de Padre
Hurtado, específicamente en Segunda Avenida, no reunía con las condiciones
mínimas de seguridad establecidas en el Decreto Supremo N° 228 de 1996 del
Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, y en el Manual de Se ñalizaci ón de
Tránsito en cuanto a su demarcación, señalización y canalizaci ón.

En efecto, en cuanto a la demarcación del resalto reductor de velocidad, el


Informe de la SIAT obrante en la carpeta investigativa del Ministerio P úblico, as í
como el Informe N° 53/2009 sobre Instalación de reductores de velocidad y
colocación de escaños, y el libro de obras de mismo nombre, dan cuenta que el d ía
del accidente éste sólo había sido demarcado con dos tri ángulos blancos que
enfrentaban la circulación de cada pista, sin que se pintara el resto del resalto
hasta el día 5 de noviembre.

Por otra parte, si bien libro de obras y el Informe N° 53/2009 consignan


que el día 3 de noviembre de 2009, el contratista dej ó señalizaci ón nocturna (conos
y barrera), cierto es que, ni el informe de la SIAT, ni los testigos que depusieron
ante el Tribunal Oral en lo Penal de Talagante, cuyos testimonios fueron recogidos
en la sentencia pronunciada en la causa RUC 0901055697-7, dieron cuenta de la
existencia de dichos elementos de canalizaci ón y por lo tanto, la prueba de la
demandada pierde valor en ese sentido.

En lo que respecta a la señalización vertical del resalto, consta en autos que


si bien el contratista emplazó una señal de hombres trabajando y otra de alerta de
peligro a 50 metros, dichos elementos carecían de la retrorreflexi ón necesaria para
ser advertidos por los conductores, situación que fue consignada en el Informe
XDSSGSLDGX

Pericial en Ingeniería de Tránsito.


La única señalización que daba cuenta de la existencia del resalto construido
el día anterior, era una señalética amarilla P-13a del Manual de Se ñalizaci ón de
Tránsito, instalada en la acera sur, a 25 metros del reductor de velocidad. Sin
embargo, dicha señalización vertical no era fácilmente visible, ya que, tal como
consta del libro de obras y del Informe N° 53/2009, las labores de despeje de
ramas de árboles en torno a ella se realizaron reci én el d ía 5 de noviembre.

En este sentido, el numeral 1.5 del Cap ítulo I del Manual de Se ñalizaci ón de
Tránsito establece que, para cumplir íntegramente su objetivo, toda se ñal de tr ánsito
debe satisfacer los siguientes requisitos mínimos: a) debe ser necesaria, b) debe ser
visible y llamar la atención, c) debe ser legible y f ácil de entender, d) debe dar
tiempo suficiente al usuario para responder adecuadamente, e) debe infundir
respeto y f) debe ser creíble.

Continua señalando la norma reglamentaria que el cumplimiento de los


requisitos antes descritos supone, a su vez, que las se ñales satisfagan determinadas
condiciones respecto de los siguientes aspectos claves: dise ño, emplazamiento,
conservación y mantención, uniformidad, justificaci ón, simbolog ía y placas
educacionales. En lo que respecta al diseño de la se ñalizaci ón ésta debe asegurar,
entre otras cosas, que su tamaño, contraste, colores, forma, composici ón y
retrorreflexión e iluminación se combinen de tal manera que atraigan la atenci ón
de todos los usuarios. (Numeral 1.6 y siguientes del Cap ítulo I del Manual de
Señalización de Tránsito).

Así, es ineludible concluir que la demarcación, señalizaci ón y elementos de


canalización utilizados para advertir de la obra en ejecuci ón fueron, cuando menos,
insuficientes, ya que no cumplían con las prescripciones del Cap ítulo 5 del Manual
de Señalización de Tránsito respecto de la señalizaci ón demarcaci ón y canalizaci ón
del tránsito ante una obra en ejecución, y en consecuencia, por disposici ón del
artículo 4° del Decreto 90 del año 2003, del Ministerio de Transporte y
Telecomunicaciones, debe entenderse que la construcci ón del resalto reductor de
velocidad no reunía con las condiciones mínimas de seguridad, lo que permite
configurar la falta de servicio de la demandada.

D ÉCIMO C UARTO : Que ahora bien, habiéndose despejado la falta de servicio,


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corresponde consignar las ideas centrales que se relacionan con el requisito de


causalidad en materia de responsabilidad, y es que para que se genere la
responsabilidad por falta de servicio es necesario que entre aqu élla y el da ño exista
una relación de causalidad, la que exige un vínculo necesario y directo, que es
aquél que la parte demandada pretende destruir al atribuir el nexo causal al actuar
del conductor del bus de locomoción colectiva, haciendo suyos los argumentos que
los sentenciadores del Tribunal Oral en lo Penal de Talagante esgrimieron para
condenarlo en sede penal.

Sobre este punto, la doctrina ha sostenido que un hecho es condici ón


necesaria de un cierto resultado cuando de no haber existido ésta, el resultado
tampoco se habría producido. Así, "El requisito de causalidad se refiere a la
relación entre el hecho por el cual se responde y el da ño provocado", "...la
causalidad expresa el más general fundamento de justicia de la responsabilidad civil,
porque la exigencia mínima para hacer a alguien responsable es que exista una
conexión entre su hecho y el daño." (Enrique Barros Bourie, Tratado de
Responsabilidad Extracontractual. Primera edici ón a ño 2008, Editorial Jur ídica de
Chile, página 373)

Así, el mismo autor citado en el párrafo anterior distingue dos elementos que
son integrantes de la relación de causalidad. El primero es el denominado "elemento
natural", en virtud del cual se puede establecer que "un hecho es condici ón
necesaria de un cierto resultado cuando de no haber existido la condici ón, el
resultado tampoco se habría producido". El segundo es el "elemento objetivo", para
cuya configuración es indispensable que el da ño producido pueda ser imputado
normativamente al hecho ilícito. Así, una vez determinada la causalidad natural, se
debe proceder a verificar si el daño puede ser atribuible a la conducta desplegada.

Asimismo, se ha señalado también que "Es condici ón del resultado toda


circunstancia concurrente a su producción, que, al ser suprimida mediante una
operación mental hipotética, determina la supresi ón del resultado" (Enrique Cury
Urzúa. Derecho Penal, parte general. Décima edición, año 2011, p ágina 294).

D ÉCIMO Q UINTO : Que asentado el marco conceptual y doctrinario relacionado,


se puede concluir que el planteamiento de la parte demandada pierde todo sustento,
ya que descansa sobre la idea matriz de imputar la causa del hecho da ñoso única y
exclusivamente al actuar del conductor del bus de locomoci ón colectiva, pese a que
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se trata de un tercero que no es parte de este proceso y cuya responsabilidad civil


no ha sido declarada. Sin embargo, es indiscutible que aquel despleg ó una acci ón
imprudente al conducir a una velocidad no razonable –tal como lo establecieron los
sentenciadores en sede penal- empero, aquello no exime a la Municipalidad de
responder por haber incurrido en falta de servicio, la que se configura por la
deficiente señalización, demarcación y canalizaci ón de una obra en ejecuci ón que
alteraba las condiciones habituales del tránsito.

De esta manera, la falta de servicio de la municipalidad constituye causa


necesaria del hecho gravoso, como asimismo lo constituye la conducta desplegada
por el conductor del bus de locomoción colectiva, y es que el accidente no se
habría producido si alguna de estas condiciones no se hubiera verificado, por lo
que no puede sostenerse que la falta de servicio carezca de vinculaci ón con la
muerte de doña MÓNICA ESTER RAMOS MARTÍNEZ y las lesiones de don ELÍAS ANTONIO
RIVES LIZANA. Por el contrario, constituye causa directa en la medida que fue la
pasividad absoluta de la demandada lo que allanó el camino para que se
configurara el daño, al no supervisar las obras desarrolladas por un tercero a su
nombre.

En este orden de ideas, importa destacar que la circunstancia relacionada con


que el ente edilicio delegara en privados la prestaci ón de un servicio que le
correspondía desarrollar, no la libera de su responsabilidad, toda vez que est á
obligado a exigir y fiscalizar que la actividad se realice adopt ándose todas las
medidas de seguridad.

En esta materia, la doctrina y la jurisprudencia es conteste en que la


Administración debe responder por los da ños ocasionados por contratistas y/o
concesionarios en virtud de la responsabilidad in vigilando que es un tipo de
responsabilidad por omisión, que se configura por la pasividad absoluta de la
Administración o por una actividad insuficiente relacionada con la falta de
inspección.

El punto de partida en el asunto está dado por el resarcimiento de este tipo


de daño en cuanto a la lesión de un interés significativo de las v íctimas, de manera
que el verdadero fundamento de la reparación descansa en la condici ón de persona
de los afectados.

“El daño moral se ha entendido como el pesar, dolor o molestia que sufre
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una persona en su sensibilidad física o en sus sentimientos, creencias o afectos. Si


atendemos al concepto, abarca no solo las lesiones a bienes de la personalidad, lo
que en estricto rigor constituye daño moral, sino que además quedan comprendidas
las lesiones corporales, la aflicción psicol ógica y la p érdida de oportunidades para
disfrutar de la vida, como se ha sostenido últimamente.” (Excelent ísima Corte
Suprema, 05-07-2018, Rol 31.974-2017, considerando Décimo Cuarto)

De esta manera y considerando la lesión de un inter és jur ídicamente


relevante, se puede llegar a la compensación del da ño no patrimonial no s ólo por el
dolor o sufrimiento que se padece, puesto que el da ño extrapatrimonial protege m ás
allá incluso del pretium doloris, que es solo una especie del mismo. Así, si la
víctima ha sufrido un daño corporal (biológico-fisiol ógico y est ético) o un da ño a
la dignidad humana o a otros derechos de la personalidad, debe ser indemnizada
por daño moral, (Marcelo Barrientos Zamorano. "Del daño moral al daño
extrapatrimonial: la superación del pretium doloris." Rev. Chilena de Derecho, Abr.
2008, Vol. 35, N° 1, p. 85-106. ISSN 0718-3437).

Esta distinción es del todo relevante en el caso de marras, ya que el da ño


moral alegado por los actores, varía en su naturaleza dependiendo de la calidad
propia de cada uno de ellos. Así, resulta necesario distinguir entre quienes fundan
su acción en las calidades de cónyuge sobreviviente e hijos de do ña MÓNICA ESTER
RAMOS MARTÍNEZ, y quien, por otra parte, lo hace por haber resultado lesionado
como pasajero del bus de locomoción colectiva.

D ÉCIMO S EXTO : Que frente a lo señalado precedentemente, corresponde


dilucidar si la falta de servicio de la demandada ha importado un menoscabo de
tipo moral para los actores.

D ÉCIMO S ÉPTIMO : Que así las cosas, conforme a lo señalado en los informes
periciales psicológicos de fojas 266 y siguientes, no cabe duda alguna que el
accidente de tránsito lesionó la integridad psíquica de los actores.

En el caso de EDUARDO ANTONIO PLAZA RAMOS, el fallecimiento de la figura


materna, cuando tan solo tenía doce años de edad, le gener ó da ño psicol ógico por
incapacidad de los recursos defensivos para enfrentarse a la experiencia emocional
de la pérdida. Asimismo, en el peritaje se apreci ó una lesi ón ps íquica por un
trauma inelaborable, que perturbó su equilibrio emocional, definido de acuerdo a la
evaluación clínica como un duelo con significativos y persistentes s íntomas
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depresivos, con un evidente nexo causal con la p érdida de la figura materna y el


que interfirió significativamente con la posibilidad de mantener la funcionalidad
familiar y escolar, evolucionando en un periodo de cinco a ños, complicando su
procesamiento emocional por insuficiente desarrollo de los mecanismos defensivos,
acorde a la etapa de desarrollo adolescente.

Finalmente, si bien se observó una remisi ón significativa de la sintomatolog ía


reactiva, persisten como rasgos de personalidad malestares som áticos, caracterizados
por cefalea persistente, dificultad en el reconocimiento e identificaci ón emocional,
inseguridad y baja autoestima, todos asociados a sentimientos vivenciales de
abandono.

Por su parte, en el caso de OSCAR ANDRÉS PLAZA RAMOS, quien a esa época
tenía 15 años de edad, la pérdida de la figura materna le gener ó similares
consecuencias a las descritas anteriormente. Sin embargo, en su caso el cuadro
clínico evolucionó en un periodo de un año, requiriendo sobre exigencia de la
adaptación emocional en la etapa adolescente. Si bien se observ ó una remisi ón
significativa de la sintomatología reactiva, persisten malestares caracterizados por
sentimientos depresivos de vacío, soledad, somatizaciones y baja autoestima generada
por la vivencia de abandono, inseguridad, conflictos con la independencia y
expresión de sus afectos.

Respecto de don LUIS ANTONIO PLAZA ESCOBAR, el fallecimiento de su cónyuge


generó un daño emocional por sobre exigencia de los recursos defensivos para
enfrentarse a la experiencia emocional de la p érdida. De igual forma, se apreci ó
perturbación del equilibrio emocional definido de acuerdo a la evaluaci ón cl ínica
como un duelo con síntomas depresivos, con un evidente nexo causal en la p érdida
de su cónyuge, lo que interfirió significativamente con la posibilidad de mantener
la funcionalidad familiar.

En su caso, el cuadro clínico evolucionó en un periodo de tres a ños,


requiriendo sobre exigencia de adaptación emocional, que si bien, presenta una
significativa remisión de la sintomatología reactiva, persiste conflictiva caracterizada
por la ideación y fusión con el objeto perdido que le impiden reestructurar su vida
afectiva, marcando una adherencia psíquica al pasado, negando la necesidad de dar
y recibir, y sensación de soledad interior, lo que le genera tristeza.

Finalmente, a don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA, el accidente le provocó daño


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psicológico por sobre exigencia de los recursos defensivos para enfrentarse a la


experiencia emocional del trauma vivido, el que vivenci ó como una injuria
narcisística irrecuperable afectando a su yo. Posterior al accidente present ó
perturbación del equilibrio emocional, definido como un trastorno adaptativo con
síntomas mixtos, con un nexo causal en el accidente y el que interfiri ó
significativamente con su nivel de adaptabilidad socio-laboral-familiar,
incapacitándolo significativamente para hacer frente a los requerimientos en las
áreas señaladas de su vida.

El cuadro clínico evolucionó en un periodo de dos a ños, requiriendo la sobre


exigencia de la adaptación emocional, manteniéndose en el presente sintomatolog ía
residual asociada a la vivencia de injuria narcis ística que le provoca irritabilidad,
debilitamiento en la reconstrucción de su identidad, especialmente en la significaci ón
de su masculinidad, interferencia en su capacidad de resoluci ón de conflictos,
ideación paranoide y hostilidad que interfiere en sus relaciones interpersonales.

Por estas razones, no cabe sino tener por debidamente comprobada la


existencia del daño moral materia de autos, máxime si el demandado no rindi ó
probanza alguna destinada a descartar su efectividad.

D ÉCIMO O CTAVO : Que de esta forma, y no existiendo antecedente alguno que


ponga en entredicho lo razonado, forzoso es concluir que los demandantes han
sufrido un perjuicio moral o extrapatrimonial que, si bien no puede ser traducido
en una suma de dinero, obliga a quien lo caus ó a repararlo, al menos parcialmente,
mediante la satisfacción de una indemnización que aligere en algo los padecimientos
y el dolor inenarrable que han de estar sufriendo.

D ÉCIMO N OVENO : Que sin perjuicio de lo anterior, y tal como se ha se ñalado


en el considerando Décimo Quinto de este fallo, la responsabilidad por falta de
servicio de la demanda no ha sido la única causa del hecho da ñoso sufrido por los
demandantes, sino que también ha concurrido el actuar negligente del conductor del
bus de locomoción colectiva, lo que llevar á a este sentenciador a morigerar el
quantum indemnizatorio en una suma menor a la solicitada por los actores,
regulándolo prudencialmente.

V IGÉSIMO : Que, los antecedentes no pormenorizados en lo que antecede en


nada alteran o modifican lo ya concluido.
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V IGÉSIMO P RIMERO : Que atendido lo dispuesto en el artículo 144 del C ódigo de


Procedimiento Civil, no se condenará en costas a la parte demandada por
considerarse que tenía motivo plausible para litigar.
Por estas consideraciones y teniendo presente, adem ás, lo dispuesto en los
artículos 144, 160, 170, 262, 318, 327, 341, 342 y siguientes del C ódigo de
Procedimiento Civil, 1437 y 2314 del Código Civil, 38 de la Constituci ón Pol ítica
de la República, Ley 18.575, Ley 18.695, Decreto Supremo N° 228 de 1996 y
N° 90 de 2002, ambos del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, S E
D ECLARA :

EN CUANTO A LA OBJECI ÓN DOCUMENTAL

I. Que SE RECHAZA la objeción documental deducida por la demandada a fojas


139 por las razones ya expresadas en el considerando TERCERO de esta
sentencia.

EN CUANTO AL FONDO DEL A SUNTO .

II. Que SE ACOGE la demanda de indemnización de perjuicios deducida a fojas 5


y siguientes por don LUIS ANTONIO PLAZA ESCOBAR, por si y en representación
de sus hijos: EDUARDO ANTONIO PLAZA RAMOS, y OSCAR ANDRÉS PLAZA RAMOS; y
por don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA, en contra de la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE

PADRE HURTADO, y se le condena a pagar la suma de $30.000.000 por


concepto de daño moral causado a don LUIS ANTONIO PLAZA ESCOBAR, en su
calidad de cónyuge sobreviviente de doña MÓNICA ESTER RAMOS MARTÍNEZ;
$30.000.000 por concepto de daño moral causado a don EDUARDO ANTONIO
PLAZA RAMOS y $30.000.000 por concepto de daño moral causado a don OSCAR
ANDRÉS PLAZA RAMOS, ambos en su calidad de hijos de doña MÓNICA ESTER
RAMOS MARTÍNEZ; y la suma de $15.000.000 por concepto de daño moral
causado a don ELÍAS ANTONIO RIVES LIZANA.
III. Que las sumas antes señaladas, deberán ser solucionadas reajustadas seg ún la
variación que haya experimentado el índice de precios al consumidor, m ás los
intereses corrientes desde la fecha en que esta sentencia quede firme y
ejecutoriada.
IV. Que no se condena en costas a la parte demandada por estimarse que tuvo
motivo plausible para litigar.
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R OL C-2130-2013

A NÓTESE , REG ÍSTRESE , NOTIF ÍQUESE Y ARCH ÍVESE EN SU OPORTUNIDAD .


D ICTADA POR DON C RISTÓBAL A NDRÉS G ELDUN M ANSILLA , J UEZ S UPLENTE DEL

J UZGADO DE L ETRAS DE P EÑAFLOR . A UTORIZA DON H ÉCTOR G UTIÉRREZ V ARGAS ,


S ECRETARIO S UBROGANTE .

Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final


del art. 162 del C.P.C. en Pe ñaflor , treinta de Agosto de dos mil dieciocho

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Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
A contar del 12 de agosto de 2018, la hora visualizada
CRISTOBAL ANDRES GELDUN corresponde al horario de verano establecido en Chile
HECTOR JULIO GUTIERREZ VARGAS Continental. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua e
MANSILLA Fecha: 30/08/2018 15:22:58 Isla Salas y Gómez restar 2 horas. Para más información
consulte http://www.horaoficial.cl
Fecha: 30/08/2018 12:11:05

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