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Según Heidegger es bueno que nos mantengamos un cierto tiempo como nos sea posible en
una actitud de rechazo de <<lo dicho>>, pues de esa manera podemos realizar el salto del
pensamiento que es necesario al indagar en las propiedades mismas del pensar. Entre las
ciencias y el pensar existe un <<abismo>> que media entre ambos polos como
<<infranqueable>>, entre estos dos conjuntos no hay ningún puente que sirva de enlace
entre ellos, <<solamente hay un salto>>. En el tratamiento filosófico tradicional, se tiene la
tendencia de aplicar <<puentes provisionales>> considerados por Heidegger de vía estrecha
que se utilizan como un tráfico recíproco entre la ciencia y el pensar. Al final de esta
explicación se define la palabra aprender como: poner nuestro hacer y omitir en
correspondencia con aquello que de esencial se nos adjudica en cada caso, el hombre sólo
puede aprender si a la vez desaprende. Lo cual es un hilo conductor para poder analizar
aquello que se ha sustraído del hombre.
Lo que se escapa se niega a llegar, pero el sustraerse en principio parece mera nada, pero no
los es, el retirarse es un evento, aquello que se escapa, puede afectar e incitarnos más que
todo lo presente, <<el evento de ese sustraerse podría ser lo más presente en todo lo ahora
presente y así superar infinitamente la actualidad de todo lo actual.>> La afección por parte
de lo real puede cerrar al hombre de aquello que le afecta , de tal manera que se le escapa
cuando se le sustrae. Heidegger hace la siguiente analogía: cuando estamos bajo la corriente
del sustraerse, nos hallamos- en forma muy distinta de la manera en la que las aves de paso
se comportan con las corrientes- en camino hacia lo que nos atrae, y nos atrae escapándose
nos. En cuanto a nosotros como los así atraídos, estamos en el camino que lleva hacia lo que
nos atrae, nuestra esencia está acuñada ya por ese <<camino que nos lleva a...>>. En el
camino de aquello que se sustrae, nosotros mismos apuntamos a lo que se retira, nosotros
somos nosotros en cuanto indicamos hacia <<allí>>, y no indicamos accesoriamente y de
pasada, sino ese <<estar en camino hacia...>> es en sí una esencial, y constante indicación de
lo que se sustrae, es por ello que la oración <<En camino hacia...>> significa: señalando lo
que se nos sustrae, el hombre es el indicador. Por eso el hombre es hombre por primera vez
en cuanto llevado a lo que se le sustrae, para el hombre la raíz de su esencia está en ser ese
indicador. Todo esta descripción del hombre como indicador, Heidegger la subsume en el
término <<signo>>, el hombre es un signo en el camino hacia lo que se le sustrae, pero este
signo indica lo que se sustrae en cuanto se escapa, el signo no señala lo que allí se sustrae,
sino el sustraerse. Es por ello que el signo queda sin interpretación.
Heidegger hace mención de un himno de Hölderlin llamado <<Mnemosine>> la cual era una
titánide cuyo nombre puede ser traducido como memoria, el mito cuenta que Mnemosine
es la hija del cielo y de la tierra. Posteriormente define la palabra mito como: <<la palabra
que dice>>. Para los griegos decir es: hacer manifiesto, hacer que aparezca, hacer que se
manifieste y aparezca el aparecer y lo que adquiere presencia en su aparecer, en su epifanía.
Μύθος es lo que aparece en la desocultación de su requerimiento. Μύθος es definido como
el requerimiento que afecta a toda esencia humana previamente a ella y desde su base, un
requerimiento que permite pensar en lo que aparece, en lo que viene a instalarse en la
presencia. En este contexto el término Λόγος se refiere a esto mismo que se acaba de
mencionar. Los términos Μύθος y Λόγος, argumenta Heidegger, no se oponen por causa de
la filosofía como fue usualmente pensado en la historia de la filosofía, más bien los
tempranos pensadores de Grecia usaron los dos términos con la misma significación, si estos
términos se contraponen, Μύθος y Λόγος, estos pierden su esencia inicial. Esto tuvo su
origen en Platón, al creer que el mito fue destruido por el lógos, es un prejuicio de la historia
y de la filología. Tal prejuicio fue tomado desde las bases del platonismo por parte de la
filosofía racionalista moderna. Como ejemplo de esta visualización de la igualdad de
significación que existe entre Μύθος y Λόγος, Heigedder explica: lo religioso nunca es
destruido por la lógica, eso acontece tan sólo por el hecho de que dios se sustrae.
En el mito Mnemosine, ella es esposa de Zeus, con él engendra a las musas, de las nueve
musas: juego, música, danza y poesía pertenecen al seno de Mnemosine, al seno de la
memoria. Esta relación entre las facultades del pensar y la memoria se debe a que la
memoria piensa lo pensado. Memoria es <<la concentración en aquello que por doquier
haya podido ser pensado.>> La memoria es la llamada congregación del pensamiento. Ella
abriga en sí y esconde lo que en cada caso ha de pensarse antes en todo aquello que llega a
estar presente, en aquello que, siendo, otorga el haber sido, es la fuente de donde emana el
pensamiento. En occidente el pensar sobre el pensamiento se desarrollo como lógica, en
tiempos de Heidegger la lógica por medio de las ciencias ya habían permeado en el
pensamiento de manera muy profunda, asumiendo el dominio sobre el espíritu creando una
ciencia especial la cual es llamada logística, la cual había tenido un gran auge en el
pensamiento anglosajón.
Siguiendo la crítica sobre los prejuicios que están inmersos en el pensamiento moderno
Heidegger hace uso del término nietzscheano <<El desierto crece: ¡ay de aquel que esconde
desiertos!>>. La desertización se extiende, esta desertización es de una naturaleza más
terrible que la destrucción. En la destrucción se elimina lo que ha crecido y lo construido
hasta ahora; en cambio en la desertización impide el crecimiento futuro e imposibilita toda
construcción. Para Heidegger la desertización es el rápido curso de la expulsión de
Mnemosine.
Sin embargo, incluso en una filosofía tan crítica como lo es la de Nietzsche hay ciertos rasgos
fundamentales que ni siquiera su filosofía fue capaz de desembarasarse de más de dos años
de tradición filosófica en occidente. Toda doctrina filosófica, es decir, pensante en lo tocante
a la esencia del hombre es ya en si misma una doctrina del ser del ente. Toda doctrina del
ser ya en sí doctrina de la esencia del hombre. Según Heidegger una pregunta a la cual
incluso para Nietzsche le permaneció oculta fue: ¿En qué descansa la relación entre la
esencia del hombre y el ser del ente? Todo camino del pensar transcurre siempre ya dentro
de la relación entera de ser y esencia del hombre, pues en el caso contrario no sería ningún
pensar. La venganza, dice Nietzsche, es la aversión de la voluntad, pero lo resistente en la
venganza, lo que produce aversión, no se realiza solamente por un querer, sino que, sobre
todo, permanece referido a la voluntad, es decir, hablando metafísicamente, al ente en su
ser.
Para Heidegger la pregunta ¿qué significa pensar? puede ser planteada en cuatro formas
distintas, las cuales están interconectadas, de tal forma que el planteamiento y resolución
correcta de una, nos conduce hacia la siguiente pregunta, estás formas que asume ¿qué
significa pensar? Son:
<<¿Qué significa pensar?>> lleva el tercer sentido: ¿qué es todo lo que se requiere para que
estemos en condiciones de pensar de acuerdo con la esencia de este acto?
<<¿Qué significa pensar? Conlleva un último planteamiento: ¿qué es lo que nos dice, nos
manda en cierto modo, que pensemos?¿qué es lo que nos llama al pensamiento? Esta
última pregunta será la más importante ya que las tres preguntas anteriores terminan
desembocando en la última.
Para analizar estas preguntas es necesario primero definir de manera correcta la palabra
decir (heiβen), el cual pude definirse de varias maneras: pedir, exigir, dar instrucciones,
llamar la atención. Heidegger toma como referencia su lengua natal para darle un significado
más depurado a los conceptos de pensamiento, pensar, etc., y se esa manera despojarlos de
los prejuicios por lo cuales nos es tan complejo el responder ¿qué significa pensar? Al
relacionar palabras alemanas como: Gedank (pensamiento), denken (pensar) , Gedächtnis
(memoria), con el mito de Mnemosine anteriormente mencionado, dotara de un significado
poco usual ,pero según él, más apegado al significado original de los términos pensar y decir
que fueron utilizados por lo antiguos griego, aunque cabe mencionar que su punto de
partida es el alemán, ya que para nosotros los hispano-hablantes dicha relación establecida
por Heidegger entre los términos alemanes y el griego antiguo, en primera instancia nos
puede resultar un tanto ambiguo.
En general el término alemán heiβen significa: llamarse de esta o de otra manera. Para
Heidegger llamar (heiβen) significa: conducir llamando a una llegada y una presencia;
adjudicando, atraer a lo adjudicado. Si entendemos la pregunta <<¿qué significa pensar?>>
en el sentido: ¿qué es lo que nos aborda para que pensemos?, entonces preguntamos por lo
que encomienda el pensamiento a nuestra esencia y así hace que ella misma llegue al
pensamiento, para ponerla allí a salvo. Nombrar es llamar a la palabra, lo así nombrado está
entonces bajo la llamada de la palabra. Lo llamado aparece como lo que se hace presente,
que como tal está confiado, encomendado, llamado a la palabra que se llama también por su
parte. Si entendemos la cuestión de <<¿qué significa pensar?>> en el sentido de la pregunta
que pensemos, entonces hemos dado su auténtico matiz a la palabra llamar (heiβen).
Lo que de esa manera nos llama nos llama al pensamiento sólo puede hacerlo en cuanto lo
que llama mismo necesita el pensamiento y lo necesita de por sí. Lo que nos llama al
pensamiento y así manda, es decir, confía nuestra esencia en el pensamiento, necesita esta
actividad de pensar, por cuanto nos llama, según su esencia, quisiera ello mismo ser
pensado.
En alemán el término Gedank establece una relación entre la gratitud y el pensar, el cual
difícilmente puede hacerse analogía en el español. El pensamiento (Gedank) como la
memoria originaria actúa ya aquel recordar que piensa lo pensado por él con ánimo de
entrega a lo que ha pensarse, allí actúa la gratitud. Cuando se dan gracias se hace por algo,
en este contexto damos las gracias por algo en cuanto las dirigimos a aquel a quien hemos
de rendir gratitud. Originalmente no tenemos aquello por lo que nosotros agradecemos, eso
se nos da del exterior, el don supremo que recibimos y duradero es nuestra esencia, con l
que estamos dotados de tal manera que, en virtud de ese don, seamos por primera vez lo
que somos. Por eso hemos de agradecer este dote antes que nada en forma incesante, lo
que este dote nos ha concedido es el pensamiento. Como el pensamiento esta confiado a lo
que da que pensar, lo que de suyo da que pensar una y otra vez es lo más merecedor de ser
pensado. Y en ello descansa el dote auténtico de nuestra esencia, por lo cual hemos de
rendir gratitud. La memoria (Mnemosine-Gedächtnis) en el sentido del recuerdo humano
habita en lo que custodia todo lo que da que pensar. Lo llamamos la custodia. Ella esconde y
alberga lo que nos da que pensar. Solamente la custodia abre como don lo que ha de
pensarse, lo más merecedor de pensarse. De esta forma Heidegger depura el concepto de
pensamiento al relacionarlo con la descripción mitológica de la memoria(Mnemosine), y no
sólo con delimitarlo con su relación que tiene con la lógica como normalmente se hace en la
tradición filosófica en occidente.
La lógica como la doctrina del lógos, toma el pensar como enunciado de algo sobre algo.
Según la lógica, el rasgo fundamental del pensamiento es este hablar. Para que en general
sea posible ese hablar, aquello sobre lo que se dice algo, el sujeto y lo enunciado, el
predicado, han de poderse unir en el hablar. Lo inconcebible no puede decirse a la vez en el
enunciado. Por eso el principio de la contradicción que debe evitarse tienen validez como un
principio del enunciado. Sólo porque el pensamiento está determinado como lógos, como
un hablar, puede el principio de no contradicción desempeñar su función como regla del
pensamiento.
Para poder entender la estructura del pensamiento desde un punto de vista más griego es
necesario definir los términos λέγειν y νοείν, los cuales pueden ser traducimos como decir y
pensar, sin embargo, esta traducción es errónea ya que no considera ciertas sutilezas que el
término original en griego contempla. Λέγειν no solamente es decir, este término también
puede ser interpretado como, el poner, poner afecta a lo yacente. Poner es hacer que algo
yazca, si decimos algo acerca de algo, dejamos que yazca como esto y lo otro, y la vez
hacemos que aparezca. Por otro lado el término νοείν puede ser traducido como <<percibir>>
en lugar de sólo interpretarla como pensar. El νοείν puede significar a la vez recibir, esto
apunta a la percepción como receptividad, contraposición a la espontaneidad, en la cual nos
situamos de esta o la otra manera en relación con lo percibido. Νοείν es tomar en
consideración algo. Pero λέγειν va más allá de νοείν sobre todo en el sentido de que, lo que
toma en consideración el νοείν, lo congrega su vez y lo custodia como congregado; pues
λέγειν, como un poner, es a la vez un leer.
Y esto significa que el εόν έμμεναι reclama al λέγειν τε νοείν τε para que le dirija la mirada.
Solo en cuanto el dejar que yazca y el tomar en consideración se sometan al εόν έμμεναι, al
que han de estar referidos y en el que han de mantenerse, su estructura corresponde
adecuadamente a la esencia del pensamiento exigido por εόν έμμεναι. El εόν έμμεναι, la
presencia de lo que se presenta es aquello a través de lo cual habla el <<es necesario>> en el
sentido del que se requiere. El εόν έμμεναι menciona aquello que llama al pensamiento a su
esencia a la estructura del λέγειν y νοείν.