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El principio de legalidad (‘nullum crimen, nulla poena sine lege’) está contenido en
la Constitución Nacional, en el art. 18, complementado por el art. 19 y de él surgen
principios básicos para nuestro Derecho Penal.
Beling sostiene que, para que una norma responda al principio de legalidad, ella
debe ser:
El principio de legalidad es un principio de propio del derecho público, que tiene por objetivo garantizar la
seguridad jurídica. Rige entre otras ramas, el derecho penal y el derecho tributario . En el derecho tributario
podemos definir que por medio de este se exige que la ley establezca de una manera clara el derecho imponible,
los sujetos obligados al pago, el sistema o la base para determinar el hecho imponible, la fecha de pago, las
infracciones, las sanciones, y las exenciones, así como el órgano legalizado para recibir el pago por los tributos.
Con el objeto de reforzar este principio se establece la reserva de la ley, que obliga a regular la materia concreta
con normas que posea rango de ley. Por lo tanto son materias vedadas al reglamento y a las normativas emanadas
del poder ejecutivo.
Este principio sirve también para dar más facultades al poder legislativo en ciertas materias, de sensibilidad
especial relativas a al afectación de derechos fundamentales. Es decir es una forma de impulsar la separación de
poderes.
El Principio de legalidad es un axioma de valoración por una sociedad, de lo justo.
Concepto de Principio
Concepto de Principio de legalidad
Concepto de Principio de legalidad penal
Origen
Tipos
Principio de legalidad penal sustancial
o Ventajas
o Desventajas
o Caracteres
o Desventajas
o Historia
o Funciones
o Efectos
o Clases
Origen
En Principio de Legalidad tiene origen en el siglo XVIII, y parte como una reacción contra
la: arbitrariedad [2], el abuso del poder y la inseguridad jurídica.
La filosofía de esa época apunta a esta dirección con Charles Louis de Secondat baron de
Montesquieu y Jean Jacques Rousseau.
"[…]sólo las leyes pueden decretar las penas de los delitos; y que esta autoridad
no puede residir mas que en el legislador que representa aun toda la sociedad
agrupada por una contrato social. […]" (Beccaria, Cesare, De los delitos y de las Penas, Bogotá, Colombia: Temis, 3ra, 2005, pagina 74).
El Poder Legislativo (se pensaba en esa época) es incapaz de equivocarse.
Algunos autores dicen que el Principio de Legalidad fue plasmado por primera vez en la
Cláusula Nº 39 de la Carta Magna[4] de Juan “sin tierra”:
"Ningún hombre libre podrá ser detenido o encarcelado o privado de sus derechos
o de sus bienes, ni puesto fuera de la ley ni desterrado o privado de su rango de
cualquier otra forma, ni usaremos de la fuerza contra él ni enviaremos a otros
que lo hagan, sino en virtud de sentencia judicial de sus pares y con arreglo a la
ley del reino." (Carta Magna, Cláusula 39).
Esto, no es así, lo que esta plasmado en esta Cláusula Nº 39 de la Carta Magna de Juan “sin
tierra” es el Principio de legalidad jurisdiccional (“Nemo damnetur nisis per legale
iudicium”) que dice que no hay condena sin sentencia firme “…de sus pares y con arreglo a
la ley del reino”.
La túnica latina “Nullum crimen, nulla poena sine praevia lege” del Principio de legalidad
penal lo pone posteriormente Anselmo von Feuerbach (foyerbaj). Luigi Ferrajoli encuentra
un creador anterior a Feuerbach como autor de la túnica latina.
Tipos
Son:
La descripción del delito o situación peligrosa tiene que preceder al acto delictivo o al
comportamiento peligroso. Considera y castiga como delito, todo hecho que esté en la ley
como tal. No considera ni castiga los hechos que no estén en la ley, aun cuando esos hechos
sean lesivos a la sociedad o al individuo.
“No hay delito sin ley anterior que lo establezca como tal” (Nullum crimen sine
praevia lege);
“No hay proceso sin ley previa de cómo hacerlo” (Nullum iuditio sine praevia lege)
Son tomados por una opción política liberal, democrática, defensora de derechos, libertades
y garantías fundamentales del individuo.
Ventajas
Garantiza la libertad individual.
Evita el arbitrio.
Desventajas
Es un obstáculo para la defensa social.
No ofrece garantías contra el Estado-legislador.
Permite el rompimiento entre criminalidad real y legal. Es decir, no se castigan
hechos –por mas atroces que sean para una sociedad—, si ese hecho no esta descrito
como delito en la ley.
Favorece la impunidad.
Historia
Históricamente este Principio De Legalidad Penal Formal fue plasmado en la Declaración
de Derechos de Virginia [5] (12 junio 1776) que dice:
"VIII. [...] nadie será privado de su libertad sino en virtud de la ley del país o del
juicio de sus iguales." (Declaración de Derechos de Virginia, Art. VIII).
Asimismo este Principio es tomado por la Constitución de Filadelfia (1774) y
la Constitución de Maryland (1776).
"Artículo 8.-...nadie puede ser castigado sino en virtud de una ley establecida y
promulgada con anterioridad al delito, y aplicada legalmente." (Declaración De Los Derechos Del Hombre
Y Del Ciudadano, Art. 8).
Con el pasar de los años este Principio se plasma en los tratados y convenios
internacionales sobre derechos humanos.
Funciones
Garantizar los derechos y libertades del individuo. Protege al delincuente de la
venganza pública, ya que ningún acto por más repugnante y perjudicial puede ser
castigado sino está tipificado como delito en el Código Penal.
Efectos
En el campo de las fuentes.
1. El principio de legalidad formal excluye a las fuentes no escritas del Derecho Penal:
a. la costumbre,
b. la analogía,
c. la interpretación analógica,
d. la interpretación extensiva,
e. la interpretación teleológica.
a. la jurisprudencia y a,
b. la doctrina.
3. Impone como única fuente y exclusiva fuente del Derecho Penal a: la ley penal, apoyada
en los Principios: De Reserva De La Ley, De Taxatividad o Determinación y,
el Principio De De Irretroactividad Desfavorable.
4. Ley anterior. Impone el mandato de “lex praevia”. Se prohíbe que una ley sea
retroactiva. El legislador y el juez penal no pueden aplicar las leyes en forma
retroactiva en perjuicio del imputado. Por ejemplo así dice la Constitución de
Bolivia en su Artículo 33º. “La ley sólo dispone para lo venidero y no tiene efecto
retroactivo, excepto en materia social cuando lo determine expresamente, y en
materia penal cuando beneficie al delincuente.” (Ley 2650 13 abril
2004; véase texto en: http://www.geocities.com/cpbolivia/)
1. Rango de aplicación de la pena. Este rango debe ser razonablemente amplio. Pero
claramente limitado por que la rigidez de la pena es perjudicial.
2. Aplicación a los estados peligrosos. Es más difícil ser fiel al Principio De Legalidad
Formal cuando se trata de estados peligrosos y las medidas de seguridad.
Algunos afirman que en estos casos solo se debe ser fiel al Principio de legalidad
jurisdiccional para preservar las garantías individuales.
Mourullo soluciona diciendo. La medida de seguridad debe aplicarse cuando la
peligrosidad se revela a través de la ejecución de los hechos previstos como delictivos
por ley vigente en el momento de la comisión de dichos hechos.
Clases
1. Principio de legalidad de los delitos
El Principio de Legalidad de los Delitos es un axioma jurídico en virtud del cual ningún
acto u omisión voluntaria es considerado como delito sin que una ley escrita, cierta y
anterior lo haya previsto como tal.
La ley que describe un hecho como delito debe ser precisa y clara (lex certa) y estar
plasmada en la ley positiva estrictamente (lex scripta et stricta).
Este Principio elimina la analogía [9], ya que en ésta el juez crea Derecho a través de una
tipificación penal no prevista en la ley o el juez constituye de derechos subjetivos dignos de
tutela. En ambos casos el juez se convierte en legislador, es decir, crea Derecho, que es
función exclusiva del Órgano Legislativo; al juez solo se le permite crear jurisprudencia.
"Nadie podrá ser condenado o sometido a una medida de seguridad por un hecho
que no esté expresamente previsto como delito por ley penal vigente al tiempo que
se cometió..." (CP boliviano Art. 4; CP colombiano Art. 6, CPE argentina Arts. 18, 19).
Como el Principio De Legalidad De Los Delitos está plasmando en la ley, este
procedimiento lo convierte en una garantía legal, aunque no es una garantía
constitucional porque no esta plasmado en la Constitución boliviana, excepto en el
argentino.
El Código penal boliviano podría ser mas claro y preciso como los Tratados internacionales
o como el Código Penal alemán que dicen:
El principio de legalidad de las penas es un axioma jurídico en virtud del cual no se puede
sancionar, si la pena no ha sido previamente establecido a su perpetración por una ley
escrita y cierta.
El Principio de legalidad de ejecución es la base por el cual nadie puede ser puesto en
prisión si no hay sentencia condenatoria.
El Art. 1 del Código de Procedimiento Penal cuando dice: “Nadie será condenado... sin
haber sido oído... en juicio celebrado conforme a este Código.” no tiene base a este
principio ya que la expresión “este Código” no frena ni prohíbe que alguien sea procesado
con ley de procedimiento posterior al hecho que se está procesando.
Este principio de legalidad jurisdiccional está expresado en la ley. No hay sanción “sino en
virtud de sentencia emanada por autoridad judicial competente y en cumplimiento de una
ley” (Código Penal Art. 70). “Nadie será condenado a sanción alguna si no es por
sentencia ejecutoriada,...” (Código de Procedimiento Penal, Art. 1). Ambos artículos toman
como base al este axioma.
El Código penal soviético de 1922 se basa en el concepto material del delito—es delito toda
conducta peligrosa para el orden socialista—. Permite el uso de la analogía. Recién en 1960
retoma el Principio De Legalidad Formal.
La Alemania nazi modifica el código penal de 1871 optando por el Principio De Legalidad
Substancial considerando como delito “todo hecho que vaya contra el sano sentimiento del
pueblo alemán”. También introduce la analogía. Es derogado por ley No.- 11 del Consejo
de Control Aliado de 30 de enero de 1946.
[2]Arbitrariedad. Acto o proceder contrario a la justicia, la razón o las leyes, dictado solo por la voluntad o el capricho.
[4]¿Qué es la Carta Magna del 5 de junio de 1215? La Carta Magna es una cédula que el rey Juan "sin tierra" de Inglaterra otorgó a los nobles ingleses el 15 de junio de 1215 “en la que se
comprometía a respetar los fueros e inmunidades de la nobleza y a no disponer la muerte ni la prisión de los nobles ni la confiscación de sus bienes, mientras aquellos no fuesen juzgados por ‘sus
iguales’” (Valencia Vega, Alipio, Desarrollo del Constitucionalismo, La Paz, Bolivia, Juventud, 2ª, 1988, pagina 81).
[6] Declaración De Los Derechos Del Hombre Y Del Ciudadano (26 agosto 1789). Texto fundamental en virtud del cual se definen los derechos "naturales e imprescriptibles" de la libertad, la
propiedad, la seguridad, la resistencia a la opresión reconociendo la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley y la justicia y afirmando el principio de la separación de poderes públicos. Se inspiro
en la declaración de independencia estadounidense de 1776 y en el espíritu filosófico del siglo XVIII, marca el el principio de una nueva era.
[7] ¿Que es el Derecho Consuetudinario? Es el conjunto de principios, valores y normas de carácter jurídico no codificadas que regulan las relaciones humanas de una sociedad cuya observancia es
impuesta de manera coercitiva por la costumbre. La Costumbre es una forma inicial del Derecho Consuetudinario que consiste en la repetición constante de un acto que con el paso del tiempo se
vuelve obligatoria y por necesidad, y con consentimiento colectivo y apoyo del poder político llega a convertirse en ley. El Código de las Siete Partidas español definió la costumbre como (se
mantiene la redacción) el “derecho o fuero que no es escrito, el cual han usado los hombres luengo tiempo, ayudándose de él en las cosas y en las razones por qué lo hicieron”.
[9] Analogía. (Del lat. analogia < gr. analogia, proporción, semejanza.) Aplicación a un caso no previsto en la ley de una norma extraída de la misma ley (analogía legis) o del ordenamiento
jurídico (analogía iuris)
El principio de legalidad es uno de los principios superiores que informan todo el ordenamiento jurídico haciendo posible la realización de
un Estado social y democrático de derecho, es decir, el respecto irrestricto al Derecho, al cumplimiento de la ley, a la realización de la
justicia. Este fundamental principio tiene enraizamiento constitucional que va más allá de la visión meramente formalista, pues como muy
bien afirma el profesor Roberto Dromi, el principio de legalidad “a solas” no dice nada, debe enmarcarse en una orientación filosófico-
política que busca consolidar la democratización de las instituciones contra las acechanzas del autoritarismo y las dictaduras. Es
propiamente el imperio del derecho que regula jurídicamente los valores y el “número apertus” de los derechos humanos.
El principío de legalidad ha sido engendrado por el aforisma romano “ legem patere quam feciste” que en buen castellano significa soporta
la ley que hiciste. Es pues deber de los funcionarios y la ciudadanía en general soportar u obedecer la norma legal que rige para toda la
Administración Pública y el quehacer privado y público de las personas. Ni la Constitución ni la ley son una teoría especulativa o
abstraccionista como fungen los mesías, los caudillos o los dictadorcillos de ciertas instituciones públicas que se creen sus propietarios
absolutos obrando al mismo tiempo como fiscales y jueces, al amparo de una discrecionalidad abusiva e intolerante. La supremacía de la
norma constitucional y la obligatoriedad de la ley garantizan la seguridad jurídica, la participación comprometida y responsable de los
ciudadanos en la vida política, cultural y el progreso económico, la redistribución de la riqueza, que el interés privado armonice con el
interés público, la justicia solidaria.
En la Constitución del 93’, el principio de legalidad está expresamente normado en el literal d), inc.24 del art. 2°, concordado con el
parágrafo a) del inc.24 del artículo en referencia, y el numeral 3 del art. 139° los cuales dan plena seguridad jurídica al ciudadano y
sustentan los principios del Derecho Administrativo, puntualmente, el numeral 1.1 del Artículo IV del Título Preliminar de la Ley del
Procedimiento Administrativo General, (LPAG), Ley N° 27444, mediante el cual se precisa que las autoridades administrativas deben actuar
con respeto a la Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo para los que le fueron
conferidas. Normas legales concordadas con el inc. 2 del art. 2° de la Constitución; arts. 2° y 7° de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos; art. 2° de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; arts. 2°, 3° y 26° del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos; arts. 1° y 24° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. De modo que es fundamento legal que rige no sólo
para los tres clásicos poderes del Estado: Ejecutivo, legislativo y judicial, sino también para todos los órganos autónomos constitucionales,
e incluso para entidades de derecho privado que presten servicios públicos (propios e impropios). En el caso de las universidades públicas,
prevalece su Ley Universitaria, Ley N° 23733, aplicándose supletoriamente la LPAG, Ley 27444.
No obstante que este principio es uno de los principios rectores de un Estado comprometido con los derechos fundamentales, todavía
existen instituciones públicas que parecen castillos feudales impenetrables y herméticos dentro de un Estado que pretende acceder a la
modernidad y competitividad del siglo XXI. Craso ejemplo es el de algunas universidades públicas como la Universidad Nacional Federico
Villarreal, cuyo rector hace caso omiso al principio de legalidad, encubriendo a siete decanos que no cumplen con los requisitos que la Ley
Universitaria exige para desempeñar su función. La denuncia de un sector de docentes de la Facultad de Derecho y Ciencia Política
interpuesta contra su ilegal decana y el acuerdo de la Asamblea Universitaria, máximo órgano de gobierno, de constituir una Comisión
Investigadora son altamente significativas. ¿ Y qué hace el órgano de control institucional ?
No es el único caso, también figuran algunos partidos políticos, federaciones deportivas y otras entidades públicas, donde el titular del
presupuesto, rodeando de un muro burocrático, se comporta como señor feudal sin tener en cuenta que la legalidad es la base de las
instituciones y de la democracia.
El país necesita entidades democráticas, profesionalismo y transparencia en la gestión y normas claras que todos respeten y cumplan a
partir de principios como el de la legalidad, debido proceso y otros, contenidos en la tutela jurisdiccional efectiva, derecho esencial
procesal y constitucional, básicamente humano para alcanzar la justicia real y concreta. Sólo así se podrá purificar el desagradable hedor
de aquella institución pública que opera como un viejo y amurallado castillo medieval.
Derecho Administrativo