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TALLER N 1: “REFLEXIONANDO SOBRE EL MALTRATO INFANTIL”

Ante el alarmante desafío que nos estamos planteando diferentes instituciones de la


sociedad peruana para “tratar” la problemática del maltrato infantil, cabe preguntarnos
primero: ¿de dónde proviene el interés en las últimas décadas por estudiar, hacer visible
y transformar esta antiquísima “característica” de las relaciones entre adultos y niños?
La pregunta surge al realizar una rápida mirada por la historia de las prácticas de
educación y crianza en la que encontramos instituidos que dieron, y aún lo hacen,
mandatos culturales para definir y ejercer relaciones jerárquicas y verticales entre las
personas, “orientaciones”, “pautas” que plantean la necesidad “moral y social” de
construir relaciones de crianza con base en acciones de dominación, obediencia, castigo,
premio, sumisión, temor, como sinónimo de respeto a un ser “superior”, “mayor; “con
razón y sabiduría”.

¿Qué es el maltrato infantil?


El maltrato infantil es un concepto elaborado como resultado de la reflexión crítica a la
estructura básica de las relaciones entre los sujetos adulto y niño, lo cual también es el
resultado de los procesos de resignificación y transformación de los lenguajes y prácticas
instituidas en las relaciones sociales, las cuales insisten en apoyarse en el autoritarismo,
la dominación y la eliminación.

¿Qué tipos de maltratos hay?


Existen varios, entre los cuales los más importantes son;

a) Físico
Se define como maltrato físico a cualquier lesión física infringida al/la niño/a
(hematomas, quemaduras, fracturas, u otras lesiones) mediante pinchazos, mordeduras,
golpes, tirones de pelo, torceduras, quemaduras, puntapiés u otros medios con que se
lastime al/la niño/a.
b) Psicológico
El maltrato psicológico es “la conducta sostenida, repetitiva, persistente e inapropiada
(violencia doméstica, insultos, actitud impredecible, mentiras, decepciones, explotación,
maltrato sexual, negligencia y otras) que daña o reduce sustancialmente tanto el potencial
creativo como el desarrollo de facultades y procesos mentales del/la niño/a (inteligencia,
memoria, reconocimiento, percepción, atención, imaginación y moral) que lo imposibilita
a entender y manejar su medio ambiente o confunde y/o atemoriza haciéndolo más
vulnerable e inseguro afectando adversamente su educación, bienestar general y vida
social.

c) Descuido
Es una forma de maltrato que ocurre cuando una persona no proporciona los cuidados
necesarios a un niño. Se produce descuido infantil cuando no se satisfacen las necesidades
básicas de un niño, como su alimentación, ropa, vivienda, educación adecuada y
orientación. También puede incluir el abandono o la falta de supervisión del niño. Puede
incluir falta de atención médica, como no dar al niño las vacunas o tratamientos
necesarios, o administrarle una dosis de medicamento equivocada.

d) El abuso sexual
El abuso sexual infantil es la exposición deliberada de un menor de edad a la actividad
sexual, la cual el niño no siempre es capaz de comprender y mucho menos de consentir.
Incluye cualquier tipo de contacto o comportamiento con un niño que esté destinado a
satisfacer el instinto sexual del abusador. Esto significa que el menor es forzado o
persuadido a tener relaciones sexuales o actividades sexuales con otra persona. Este
comportamiento incluye actos como la violación, el contacto inapropiado con los
genitales, etc.

¿Qué podemos hacer ante eso?


El maltrato infantil nos plantea un desafío y un reto cultural: la construcción de nuevas
relaciones, “democráticas”, encaminadas a la búsqueda de la mutualidad, la igual
dignidad, las responsabilidades colectivas, la protección de la expresión y existencia del
otro y la apuesta por servirse del conflicto como generador de posibilidades para construir
tanto ambientes de conformidad, como de disensos.

¿Cómo influye la violencia en los niños?


Los niños se ven afectados, ya que son actores que participan en la violencia como
testigos y posteriormente la utilizan en sus patrones de conducta intra y extra domiciliaria.
Los niños sufren indirectamente al ver la agresión de su madre a manos del padre; o
directamente, ya que la violencia recae también en ellos, a quienes se culpa de la unión o
desunión de la pareja por muchas circunstancias que rodean a estas complejas relaciones,
viciadas desde su origen y que causan un sinnúmero de respuestas dentro de la familia, la
gran mayoría de tipo agresivo. Los tipos de violencia más comunes además de la agresión
física son: abuso verbal, intimidación, amenaza, abuso económico, sexual, aislamiento,
desprecio, etc.
Los niños se tornan tristes y agresivos y no asumen responsabilidades dentro o fuera del
hogar; son descuidados, desaseados; se allegan de amistades con problemas similares; su
conducta está fuera de la ley; son víctimas de adicciones como el alcoholismo y las
drogas; se inician en la delincuencia, en el abuso sexual y en la prostitución con todas sus
graves consecuencias

¿Cómo afecta el maltrato infantil en su desarrollo?


Los niños maltratados son más proclives a desarrollar problemas de abuso de sustancias.
Además, más del 50% de los niños maltratados tiene dificultades en la escuela y
aproximadamente un 25% requiere de servicios especiales de educación.
Las primeras dificultades de los niños maltratados por lograr una relación afectiva segura
con sus cuidadores, potencian también continuas perturbaciones en las relaciones
interpersonales, a medida que continúa el desarrollo.
Se han identificado también dificultades en obtener competencias apropiadas a otras
edades, incluyendo alteraciones en el desarrollo de su personalidad, una incapacidad para
crear relaciones efectivas entre los padres, los esfuerzos para adaptarse al medio ambiente
escolar, y tasas cada vez más elevadas de problemas conductuales y psicopatológicos.

¿Cómo debemos comprender el maltrato infantil?


Debemos comprenderlo como una ignominia cultural y los retos a que nos abocamos
cuando le apostamos a su prevención, lo convierte en un problema social que requiere
una mirada compleja, para lo que es necesario no reducir su análisis a verlo como un acto
en el que intervino de forma dañina un adulto “malvado, torpe, violento, etc.” sobre un
niño, “bueno, inocente y frágil”; se necesita ir más allá, desde la observación cuidadosa
de los fuertes instituidos culturales, religiosos y sociales que han marcado las sociedades
en cuanto a la educación y crianza de los niños y niñas, hasta pasar por las tensiones que
tales instituidos producen; tensiones vigentes y productivas, que aparecen cada vez con
más fuerza, como instituyentes culturales y jurídicos, con nuevos lugares para percibir,
comprender, aprender y encontrarse con los niños y las niñas y, a su vez, se encuentran
“nuevas” propuestas y reconfiguración de prácticas, lenguajes, símbolos de educación y
crianza, que se concretan en relaciones de mutualidad, de solidaridad, de cooperación más
democráticas.

ACTIVIDAD N° 1:”MALTRATO INFANTIL”


1. OBJETIVO GENERAL:
Generar recuerdos de momentos agradables y dolorosos, en donde se veía involucrado su
padre o madre cuando eran niños o niñas.
Formar conciencia en los padres sobre cómo ellos fueron castigados tanto físico o
psicológicamente, y como esto tiene relación con la corrección de sus hijos.
2. OBJETIVO ESPECÍFICO:
Concientizar a los padres sobre cómo puede influir el maltrato frente a sus hijos, y cómo
estos pueden generar malos recuerdos en su desarrollo.
3. TIEMPO:
 30 minutos.
4. MATERIALES:
 Papelotes
 Hojas A4
 Lapiceros

4. INTRODUCCIÓN:
En este taller vamos a trabajar sobre los recuerdos de cuando éramos niños y niñas y los
que queremos dejar en nuestros hijos e hijas. Eso ayudará a entender mejor si lo que
estamos haciendo es lo más adecuado.

6. DESARROLLO:
 Una vez presentado la introducción del taller, se inicia con un trabajo de
grupo. Para eso los coordinadores indicarán que formen grupos de cinco o
seis personas.

 Luego de que se haya creado los grupos, se les pedirá que cada uno piense
en silencio en un recuerdo agradable que tenga de su padre o su madre (se
deja un minuto de silencio para que cada persona piense en su recuerdo
agradable).
 De la misma manera después, se les pedirá a los grupos nuevamente que
cada uno piense en un recuerdo sobre la forma en como lo castigaban su
padre o su madre que lo hacía sentir tristeza o rabia (se deja un minuto de
silencio para que cada persona piense en su recuerdo agradable).
 Luego se les pedirá que escojan a un secretario del grupo, en el que se verá
encargado de escribir los recuerdos de cada uno de los miembros del
grupo. Para que luego por turnos, vayan contando sus recuerdos, y a la vez
el secretario lo apunta.
 Se les dejará un tiempo de 10 o 15 minutos para que los grupos compartan
sus recuerdos. Mientras que los coordinadores puedan ir pasando por cada
uno de los grupos para escuchar las experiencias que están compartiendo.
 Pasado el tiempo, se les pedirá a los secretarios de los grupos compartir en
voz alta la lista de recuerdos agradables. (El coordinador los va a ir
anotando en una lista).

 Cuando se tienen las dos listas, se les indicará las siguientes preguntas:

 En ese momento los coordinadores comentaran sus opiniones acerca de lo


que expresan los participantes, para luego preguntarles:
 Opcional: Si hubieron participantes que piensen que el castigo corporal,
les sirvió para ser las personas que son hoy. Entonces hay que
preguntarles:

 Luego se les pedirá a cada uno de los asistentes que piense acerca del tipo
de recuerdos que está dejando en sus hijos o hijas.

 Luego se les da un tiempo para que las personas piensen, y luego quien así
lo desee, compartirá sus respuestas. (Su función es la de ayudar a los
participantes a reflexionar sobre los castigos que dan a sus hijos e hijas y
si ellos están repitiendo lo mismo que hicieron sus padres y madres.)
 Para ir finalizando se les pedirá a los participantes, si tienen alguna idea
para para poder cambiar o mejorar, como también mencionar algunos
ejemplos de cambios si es que ellos no llegaran a decir nada:

 Después de oír varias opiniones, se les pedirá a los participantes que se


comprometan consigo mismos en dos cambios que va a hacer con sus hijos e hijas
para aumentar los recuerdos agradables y disminuir los dolorosos. Se les da una
instrucción como la siguiente
TALLER N°2: “ COMUNICÁNDOME CON MI HIJO E HIJA”
Además de tener claridad sobre las normas de la casa y saber acerca de las sanciones que
no lastiman a los hijos y las hijas, los padres y las madres deben mejorar la comunicación
que tienen en familia para mejorar las relaciones entre todos y facilitar un buen
entendimiento. Si el niño o la niña siente que es escuchado cuando le comparte a su padre
o su madre lo que le pasa en la escuela, o las peleas con sus hermanos, o las dificultades
con los amigos, posiblemente cuando tenga problemas más serios o cuando cometa faltas,
podrá sentir más confianza para hablar sabiendo que no va a ser castigados con golpes,
insultos o amenazas y que puede encontrar solución a sus problemas. Y una buena
comunicación envía a los niños y las niñas el mensaje de que sus derechos a expresarse
son respetados lo cual estimula su derecho como personas participantes en la sociedad.
Además, si padres y madres aprenden a ser claros en lo que dicen a sus hijos e hijas y
pueden decirles lo positivo que ven en ellos, hay una mejor relación que evita llegar al
golpe, al grito o al insulto. La comunicación es un excelente camino para prevenir el
castigo físico y para fortalecer las relaciones familiares.

¿Disciplina o castigo?
La disciplina en los niños implica impartirles formación y ayudarlos a desarrollar un
criterio, la conciencia de unos límites, el autocontrol, la autosuficiencia y una conducta
social positiva. Frecuentemente, la disciplina es confundida con el castigo,
particularmente entre los cuidadores que se valen del castigo corporal para corregir y
modificar el comportamiento del niño. Hay varias diferencias entre uno y otro concepto.
Las estrategias de disciplina positiva reconocen el valor personal de cada niño. Su
finalidad es reforzar su fe en sí mismo y su capacidad para comportarse adecuadamente
y para entablar relaciones positivas.
Por otra parte, el castigo físico o emocional refleja frecuentemente la ira o la
desesperación del cuidador, y no una estrategia para dar a entender al niño lo que se espera
de él.
Tales castigos implican un control externo y una relación de poder y de dominación.
El castigo corporal puede llegar a destruir una relación. Es humillante para el niño, y
puede ocasionar lesiones físicas y graves trastornos de desarrollo.
Todos los niños necesitan disciplina, y lo ideal sería ayudar al niño a disciplinarse a sí
mismo. Habría que fomentar modalidades de disciplina que no estén basadas en el castigo
corporal. Por ejemplo, la desviación o la reorientación, el establecimiento de un período
de “enfriamiento”, el establecimiento de normas y límites apropiados a la edad y fase de
desarrollo del niño, la resolución de problemas, o la retirada de privilegios.

Causas de la falta de comunicación con los hijos e hijas


Es importante detectar aquel detonante que genera ese déficit en la comunicación con
nuestros hijos, para no tener que arrepentirse más tarde, no sólo por no poder comunicarse
correctamente, sino porque eso podría traer consecuencias que, en el peor de los casos,
serían hasta mortales.
En ese sentido, algunas de las principales causas de la falta de comunicación entre padres
e hijos, son las siguientes:

 Generalizar:

“Nunca llegas a la casa temprano; nunca haces la tarea”. Aunque en efecto esas sean las
tendencias del joven, seguramente en algún momento sí ha llegado pronto al hogar y sí
ha realizado su tarea.

 No escuchar:

O mejor dicho, no saber escuchar para en verdad ser capaz de comprender lo que los
demás quieren decir.

 Discutir sobre situaciones del pasado:

Es habitual que, aparentemente “de la nada”, surjan discusiones sobre hechos que
tuvieron lugar hace ya algún tiempo, incluso años. ¿Para qué vivir en el pasado en vez de
mirar y trabajar por construir un mejor futuro?

 Etiquetar:

Catalogar de la misma manera comportamientos o hechos similares, recordando algún


suceso en particular, es algo que en definitiva debes evitar.

 Ser contradictorio:

Si te pareció bien algo que hizo una vez, y así se lo hiciste saber de alguna forma, no lo
confundas en un futuro actuando de manera contraria.

Razones por la cual los padres se callan

“Por temor a no ser un buen ejemplo”

Con frecuencia padres y madres callan cosas que consideran vergonzantes, sus fracasos
o sus gamberradas de juventud por temor a no ser un buen ejemplo para sus hijos o para
evitar que estos las utilicen para justificar sus propias malas conductas.

“Para no preocuparles”

El sentido de protección lleva a muchos padres a silenciar todos aquellos problemas,


deudas, enfermedades o asuntos que consideran que pueden causar sufrimiento a los hijos.

"Para no crear mal ambiente”

Muchos silencios relacionados con los problemas de pareja o con conflictos familiares
buscan eludir tensiones añadidas con los hijos.

Razones Por la cual los hijos se callan

“No me entienden”
Muchos a convencidos de que sus padres son incapaces de ponerse en su lugar y no
entenderían lo que pasa por su cabeza o lo que sienten. En realidad, dicen algunos
psicólogos, lo que ocurre es que el adolescente a veces no se entiende ni él mismo y
precisa sentirse incomprendido para compararse y valorarse.

“Para no decepcionarles”

Hay hijos que no cuentan a sus padres todos aquellos aspectos de su vida que puedan
enturbiar el concepto que tienen de ellos, la imagen de hijo idílico, responsable o decidido.

“No tengo confianza”

Hay hijos que consideran que la comunicación con sus padres está restringida a los
grandes problemas y los grandes discursos y no tienen confianza para hablar de lo que
consideran intrascendente.

“Para que no se entrometa”

Algunos hijos levantan barreras de privacidad porque quieren hacer cosas por ellos
mismos o para evitar que sus padres se apresuran a ofrecer una solución a sus problemas,
hagan críticas precipitadas a sus decisiones, o intervengan en los conflictos o relaciones
con sus amigos.

“Por vergüenza”

Algunos hijos prefieren no compartir conductas o sentimientos con sus padres por temor
a ser ridiculizados, por pudor y falta de confianza, o porque no quieren ser juzgados por
ellos.

“Se enfadan”

Con frecuencia los hijos no cuentan cosas porque piensan que serán sancionados por ello
o que les impondrán prohibiciones y les recortan libertades. Muchos ven en el silencio
una salida para no tener que escuchar broncas ni sermones o ser sometidos a un
interrogatorio.

¿Qué debemos hacer para comunicarnos mejor con nuestros hijos?


1. Evitar gritarle o descalificarlo
Cuando un niño se porta mal, dependiendo de su edad, puede estar tratando de
comunicarse, pero aún no sabe definir lo que le pasa con palabras. Los niños aprenden
con el ejemplo. Si le pides que no grite, te exasperas y le gritas, es probable que le genera
mayor confusión. Tampoco es buena idea decirle que es un niño malo o que otro niño se
porta mejor que él. Lo más recomendable es tener un estilo de comunicación asertiva,
para que los resultados sean más factibles.
2. Refuerza la buena conducta
Para tener un buen control sobre la conducta de nuestros hijos, debemos aplicar un
reforzante, en pocas palabras, un incentivo que vaya bien con él, para que refuerce
conductas positivas, y así elimine las malas.
Hay que tener en cuenta también que no siempre hay que incentivarlo con dulces o
juguetes, porque también podría crear una dependencia o necesariamente llegaría a
pedirte cosas materialistas a cambio de buenas conductas, por lo tanto, también sería
pertinente decirle palabras bonitas, motivadoras, alentadoras. Por ejemplo; “Lo hiciste
muy bien hijo”, “estoy orgulloso de ti”, etc.

3. Mostrar paciencia y comprensión


Ante la conducta inapropiada de un niño, los padres entran en crisis, se desesperan y se
terminan imponiendo. Hay que tratar de evitar que los padres se enojen fácilmente, y a la
vez hay que tener una actitud amable, pero firme al indicarle cuál debería ser la conducta
más apropiada. Perder la calma solo hará que se genere una lucha por conocer los límites
del otro
4. No te dejes influir por el qué dirán
Una rabieta en frente de terceros suele generar en los padres una sensación de
incomodidad muy difícil de sobrellevar. Los padres terminan cediendo al cumplir lo que
pide el niño para que así se calme o se lo llevan obligado para evadir la incómoda
situación.
No hay que permitir que te llegue a afectar lo que piensen los demás. Una técnica con
mucho éxito es abrazar fuerte al niño. Dependiendo de la edad, puedes apartarlo de las
miradas, sujetar sus manos amorosamente y explicarle que no está obrando bien.

ACTIVIDAD N °2: CORRIGIENDO SIN LASTIMAR

OBJETIVO GENERAL:
Conocer y planificar sanciones o castigos que puedan usar con sus hijos sin llegar a
lastimarlos.

OBJETIVO ESPECÍFICO:
Reforzar y fortalecer la empatía frente a los hijos, con el fin de encontrar una mejor
educación sin llegar a agredir.

INTRODUCCIÓN:
En esta dinámica vamos a trabajar sobre estrategias para enfrentar el maltrato, en que no
utilizan el golpe, ni el grito, ni el insulto. Esas formas de castigo, lastiman a los niños y
niñas y por eso debemos buscar otras formas que los corrijan, pero no los dañen.

TIEMPO:
30 minutos
MATERIALES:
- Papelotes
- Hojas A4
DESARROLLO:
 Una vez presentado la introducción del taller, se inicia con un trabajo de grupo.
Para eso los coordinadores indican que formen grupos de cinco o seis personas.
 Se le indica a cada grupo que se les hará llegar un papel con un caso que está
incompleto. Cada grupo tiene que completarlo con un castigo severo que haga que
la niña se corrija. Luego deben armar una representación (o sociodrama) para
mostrarla a los demás (Donde se dará 6 minutos para que los grupos lo lean y
debatan).

 Luego por turnos los grupos muestran su representación a los demás. El


coordinador puede ir escribiendo en el Papelote los castigos ‘fuertes’ que se
impusieron a Claudia (Es posible que el golpe, el grito, la amenaza surjan ante la
desobediencia de ella. Se dice a los asistentes que eso se va a dejar por ahora sin
analizar para pasar a una segunda parte del trabajo).
 Luego los coordinadores explicaran las características que deben tener las
sanciones o castigos ante una falta.
 Después de que haya terminado la explicación de las características, se les pide
nuevamente a los grupos que planteen castigos o sanciones a Claudia, pero que en
esta vez no la lastimen. Para que luego nuevamente por turnos salgan a hacer el
sociodrama.
 Se les pedirá que comparen los castigos de las primeras representaciones y los
castigos de las segundas representaciones. Y luego se les preguntara; ¿Cuáles
creen ustedes que tengan más ventajas? ¿Qué ventajas?
 Finalmente, se les pide que piensen en una situación en que hayan golpeado a sus
hijos e hijas, y propongan y se comprometan a usar otra manera de manejar la
situación. Luego se les solicita que escriban su compromiso cada uno, y lo
compartan con su grupo. (se les puede solicitar después a los padres ideas sobre
otras formas de manejar las situaciones de manera que no se acuda al castigo).

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