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El Caso de Liberty Reserve Revela Nuevas

Fronteras en el Lavado de Dinero Digital


El desmantelamiento de una casa de cambio mundial, que los fiscales dicen fue la mayor
operación de lavado de dinero en línea en la historia, ha puesto de manifiesto al intercambio
digital financiero en este tipo de operaciones como un método sorprendentemente eficiente para
lavar dinero, incluyendo las ganancias del narcotráfico.

Más de US$6 mil millones se lavaron a través de Liberty Reserve, una compañía con sede en Costa
Rica que permitió a sus más de un millón de clientes, de los cuales 200.000 eran ciudadanos de
Estados Unidos, abrir cuentas y mover dinero anónimamente utilizando su moneda virtual. Desde
2006 hasta 2013, Liberty Reserve fue el “la opción bancaria para el mundo criminal”, sirviendo a
piratas informáticos, ladrones de identidad y personas involucradas en la pornografía infantil y el
narcotráfico, según una acusación federal de Estados Unidos revelada la semana pasada.

Aunque la acusación no indicó quién, exactamente, estaba utilizando a Liberty Reserve para lavar
dinero, Tom Kellermann, vicepresidente de la empresa de seguridad Trend Micro, dijo que
investigaciones recientes han demostrado que los carteles internacionales de la droga han
“migrado” al mundo virtual (internet) para lavar dinero. “Esto es sólo la punta del iceberg”, dijo
Kellermann a InSight Crime por correo electrónico.

El cierre de la página de internet de Liberty Reserve, junto con las nuevas reglas federales que
tienen como objetivo hacer que las monedas digitales cumplan con las leyes de lavado de dinero,
ha dejado claro que las fuerzas de seguridad de Estados Unidos tienen bajo su vista a las monedas
digitales. Pero vigilarlas no es tan simple: Liberty Reserve es sólo uno de los muchos sistemas de
cambio de divisas en línea que sólo requieren una dirección de correo electrónico para registrarse.
Perfect Money, con sede en Panamá, y WebMoney, con sede en Rusia, son dos más, aunque
ambos ya no aceptan dólares de clientes estadounidenses en un posible intento de no ir en contra
de las nuevas leyes. Y los cambistas de Bitcoin, una moneda encriptada que se utiliza en algunas
formas de comercio electrónico, también se han visto sometidos a un creciente escrutinio por
parte del gobierno.

“Usted verá después de un par de semanas que el sistema se reiniciará,” dijo Aditya Sood, un
consultor principal de la firma de seguridad informática IOActive quien ha publicado numerosos
trabajos sobre el cibercrimen. Los criminales, dijo, “se desplazarán a otros sistemas porque este es
un mercado enorme, y habrá un aumento en otras monedas electrónicas”.

Liberty Reserve fue, en efecto, un banco que emitió su propia moneda digital. La clave para el
sistema de Liberty fue que en realidad nunca recibió depósitos; en su lugar, utilizó una serie de
intermediarios, o cambistas de dinero, que compraron la moneda en grandes cantidades y luego
las vendieron en cantidades más pequeñas a personas que buscaban convertir el dinero en
moneda digital.

Funcionaba así: los clientes abrían una cuenta en Liberty Reserve, utilizando una dirección de
correo electrónico, junto con el nombre y la dirección, los cuales podrían ser falsos. Luego,
transferían el dinero a uno de los cambistas, el cual depositaba en la cuenta una cantidad
equivalente en moneda de Liberty Reserve por un cinco por ciento de la tarifa de transacción. Los
cambistas ilegales tienden a estar en países con poca supervisión del gobierno, tales como
Malasia, Rusia, Nigeria y Vietnam, según la acusación.

Una vez que el dinero se encontraba en moneda de Liberty Reserve podía ser intercambiada, entre
otros clientes de Liberty Reserve, por cualquier cosa, desde servicios de piratería informática para
robar información de tarjetas de crédito hasta drogas. Un agente encubierto, que lista su nombre
como “Joe Bogus”, llego a clasificar sus transacciones bajo la etiqueta de “para la cocaína”, sin
llamar la atención. Liberty Reserve cobraba una tarifa del uno por ciento por cada transacción,
muy por debajo de cualquier tipo de interés bancario, y una cuota de privacidad de 75 centavos de
dólar para asegurarse de que no fuera fácil de rastrear.

“Una vez que se introduce en el modelo de moneda electrónica, es imposible de rastrear. Es sólo
un número”, dijo Sood.

Para retirar el dinero, el proceso se invierte. La moneda de Liberty Reserve vuelve a un cambista
que luego lo convierte a una moneda estándar – dólares, euros, rublos. “Usted no tiene que ser
conocedor de la tecnología para hacer esto”, dijo Sood.” Con Liberty Reserve, sólo tiene que
reservar su cuenta.”

Los piratas informáticos estuvieron entre los que se aprovecharon de Liberty Reserve. Un grupo lo
utilizó para lavar y dividir las ganancias de un robo de US$45 millones de dos bancos del Medio
Oriente. Ese grupo, cuyo sospechoso cabecilla fue abatido en República Dominicana en abril,
pirateó tarjetas de débito prepagadas, elevó sus límites y luego sacó enormes sumas de dinero en
los cajeros automáticos de todo el mundo. Sood dijo que otros piratas incluso tenían como blanco
a Liberty Reserve, aprovechando un agujero en el sistema que desencadenó la “guerra de dinero
entre los cibercriminales”.

Liberty Reserve fue incorporada en 2006 en Costa Rica por Arthur Budovsky, un estadounidense
que renunció a su ciudadanía después de casarse con una ciudadana de Costa Rica en 2008.
Budovsky fue arrestado la semana pasada en España, y la Associated Press ha reportado que pudo
haberle pagado a su esposa costarricense para que se casara con él como una forma de obtener la
ciudadanía en un país que carece de un tratado de extradición con Estados Unidos. Antes de
mudarse a Costa Rica en 2006, Budovsky y su socio Vladimir Kats – también arrestado y acusado –
fueron procesados ??por dirigir una empresa de transmisión de dinero sin licencia que utilizó E-
Gold, una popular moneda digital que ahora está extinta.

El gobierno de Estados Unidos ha congelado una serie de cuentas bancarias en todo el mundo, por
un valor de US$25 millones, que pertenecían a Budovsky, Kats y otros acusados ??en el caso.
Incluyendo a Budovsky y Kats, un total de siete personas, tanto empleados actuales como ex
empleados de Liberty Reserve, fueron acusados, incluyendo cuatro de Costa Rica. Dos de los
costarricenses acusados ??siguen en libertad.

Juan Carlos Esquivel, un abogado costarricense y experto en el lavado de dinero internacional, dijo
a InSight Crime que las leyes de comercio electrónico en Costa Rica habrían hecho de Costa Rica
un país más atractivo para Budovsky que otros países.

“Podría haber sido Panamá, Guatemala o cualquier isla del Caribe”, dijo. “Obviamente, allí habría
podido haber más regulaciones, pero con el lavado de dinero usted está siempre un paso atrás”.
Probablemente, el dinero de cualquier persona en Liberty Reserve, cuando la compañía fue
desmantelada, se ha ido para siempre, dijo Sood. Pero el cierre de Liberty Reserve no significa el
fin de las monedas digitales que se utilizan para lavar dinero: todo lo contrario, dicen los expertos.

Brian Krebs, un ex periodista del Washington Post y analista de seguridad cibernética, escribió en
su blog que el cibercrimen clandestino ya ha dirigido su atención a averiguar “cuál moneda virtual
sería la más segura en el futuro.” Krebs anticipa que WebMoney, con sede en Rusia, será el más
probable de prosperar en el corto plazo.

Es probable que surjan con el tiempo, escribió Krebs, divisas e intercambios más independientes,
sin vínculos con un país en particular, basadas en países hostiles o indiferentes a Estados Unidos.

Y luego está la cuestión de Bitcoin, otra moneda digital que ha estado acaparando los titulares por
sus peligrosas oscilaciones en el mercado de valores. Pero Bitcoin es muy diferente de Liberty
Reserve, WebMoney o Perfect Money, con sede en Panamá. Estas monedas virtuales están
ajustadas al dólar de Estados Unidos, mientras que Bitcoin es una moneda totalmente inventada
por un pirata anónimo. Los Bitcoins mismos – que de ninguna manera es dinero físico – se pueden
transferir en una red de usuarios, sin necesidad de recurrir a un sistema centralizado, como el que
Liberty Reserve tenía. Actualmente hay alrededor de 11 millones de Bitcoins en circulación.

“Bitcoin no puede ser cerrado. Es un protocolo distribuido para mover “pedazos” (“bits”)”, dijo en
un correo electrónico a InSight Crime Nicolas Christin, investigador de seguridad informática e
información, y profesor de la Universidad Carnegie Mellon. “Que a los “bits” se le asigne un valor
monetario no tiene nada que ver con el propio protocolo, sino con las fuerzas del mercado.”

En teoría, Bitcoin podría ser utilizado para lavar dinero: proporciona anonimato, por lo que es
popular entre los clientes de Silk Road, un mercado negro en línea de US$1,2 millones al mes para
drogas ilegales. La codificación de Bitcoin rastrea el movimiento de cada moneda como una
medida de protección contra el fraude, pero los “lavaderos” especiales de Bitcoins se han creado
para ocultar esta característica de seguimiento. Sin embargo, las mismas fuerzas del mercado que
causan que los valores Bitcoin fluctúen, hacen de él una opción menos atractiva para los
lavadores.

¿Serán atacados ahora los intercambios de Bitcoin? Hay evidencia que indica que sí.
Recientemente fueron congeladas las cuentas de Estados Unidos del cambista más grande de
Bitcoin, Mt. Gox, ya que no se encontraba en conformidad con las leyes contra el lavado de dinero
para la transferencia de dinero.

“Si, en la práctica, Bitcoin puede o no sobrevivir sin el funcionamiento de intercambios semi-


centrales, como el de Mt. Gox, es una incógnita, pero el protocolo proporciona flexibilidad”, dijo
Christin.

Es evidente que el gobierno de Estados Unidos está aplicando el modelo de narcóticos – es decir, ir
tras el dinero ilícito primero, ya que será difícil, si no imposible, atacar a los mismos criminales.
Sood explicó que los usuarios de Liberty Reserve estaban tan bien escondidos a través de
identidades falsas y la moneda virtual ilocalizable que “es difícil saber a quién procesar”. Y se
moverán a otras monedas virtuales que serán mucho más complejas. “Es una carrera
armamentista”, dijo.

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