Sei sulla pagina 1di 1

Después de leer la bibliografía ofrecida en esta etapa del curso comparto lo que

Antonio Mangione expresa en la nota, en cuanto a que, “la Universidad Argentina tiene
un modelo basado en el derecho en donde el Estado es responsable y garante de este”.
En el mismo artículo Magnione expone:
“La Universidad como derecho es un sistema de inclusión y movilidad
social, de empoderamiento de masas. Es pensada desde el derecho a educarse
no para el enriquecimiento del mercado, sino como herramienta para el
empoderamiento de la nación. No es un lujo, es un derecho. Es una nación
instruida, educada con la mejor educación posible. Disputa el sentido de lo
colectivo. El derecho del individuo a estudiar lo que quiere se transforma en un
bien social.”
Este párrafo que nadie podría contradecir en cuanto a “tipo Ideal” de Universidad
es donde encuentro “la gran deuda” de la Reforma del 18 en clave actual. La universidad
actual ¿es inclusiva?, ¿podemos hablar de que empodera las masas? Cuando
hablamos de “masas” ¿a qué sector nos referimos?
Todos los que trabajamos como docentes en escuelas secundarias en contextos
complicados sabemos que la universidad es excluyente, y con esto no estoy repitiendo
el discurso de la gobernadora de Bs As, estoy muy pero muy lejos de su punto de vista,
lo que quiero expresar es que la frase “la universidad como derecho” se encuentra
muy alejada de muchos sectores, y no porque estos sectores sean los que se quieren
alejar, sino porque si bien el ingreso es gratuito, las horarios (no permiten tener un
trabajo por la discontinuidad de las horas cátedras), la lejanía (por ejemplo en la ciudad
de Santa Fe, la ciudad universitaria por su ubicación geográfica deja excluido casi a todo
el sector norte de la ciudad, teniendo los estudiantes que combinar entre dos o tres
colectivos), los costos de apuntes, libros, etc. En otras palabras, para los sectores
postergados “es un lujo y no un derecho”
A la Universidad pública le falta tener una relación o contacto con la realidad
social que la circunda, debe sentirse parte de ella. Tenemos que entender que la
universidad es “publica” gracias al aporte colectivo de todos, y cuando digo todos, hablo
también de los aportes de las personas que no pueden mandar a sus hijos a la
universidad (impuestos a “todo” pagamos “todos”). Hay mucha falta de conciencia de
ello.
Más allá de esta “crítica o reflexión, sostengo que ante todo “debemos mantener,
pelear y marchar para defender nuestra universidad pública” en este escenario
neoliberal de ajuste y represión. Pero es indispensable incluir en esta lucha a aquellos
sectores que no se sienten parte y que le ocultamos u omitimos que tienen este derecho,
“el derecho a ingresar a una universidad”.

Potrebbero piacerti anche