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Durante la pubertad, las chicas y los chicos pueden sentirse confusos o percibir
emociones fuertes que jamás habían sentido. Es probable que noten que se
encuentran demasiado sensibles o se enfadan fácilmente.
Algunos adolescentes pierden la paciencia más a menudo que otros y se enfadan sin
razón con amigos y familiares. También pueden sentir ansiedad por los cambios que
notan en su cuerpo.
Los expertos de Nemours señalan que, algunas veces, es difícil controlar estas
nuevas emociones. Por ello es importante que las y los púberes sepan que, al
mismo tiempo que su cuerpo se va ajustando a las nuevas hormonas, su mente
también lo está haciendo.
Los acontecimientos que le fastidian no son culpa de sus padres o amigos, sino de
lo que sucede en su mente, de esas adaptaciones que están ocurriendo de cara a la
pubertad. Intentar recordar que las personas que le rodean no están tratando a
propósito de herir sus sentimientos, es un buen consejo.
Hoy en día, más adolescentes hablan con sus madres o padres sobre el tema, pero
muchos no se sienten cómodos. Hay que tener comunicación ya sea con el médico
familiar, la maestra o el profesor que más confianza ofrezca o un/a consejera
escolar, lo importante es tener la información correcta. No hay que desesperarse,
la pubertad puede ser terriblemente desconcertante.