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Monografía

Español A

Convocatoria

Noviembre 2016

Supervisor

Lic. Martha Sánchez

Tema

La mujer en Machala durante la invasión peruana de 1941

Pregunta de Investigación

¿De qué manera la mujer participo en Machala durante la invasión peruana de 1941?

Nombre del Candidato

María Augusta Astudillo León

Código del Candidato

Fyz854

Número de Palabras: 3862


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Resumen

La mujer en Machala tras la invasión peruana de 1941 es una investigación exclusivamente

del rol en el cual participo la mujer en la zona sureña del Ecuador al ser atacados e invadidos

por el país vecino, Perú, teniendo en cuenta la situación de vida que tenían las mujeres en

Machala antes de ser invadidos.

Durante la invasión las mujeres tomaron diferentes roles, tanto como las protectoras del hogar

mientras sus esposos se encontraban en el campo de batalla, trasladándose a lugares seguros

para el bienestar propio y el de sus familias, mientras que por otro lado las mujeres lideraban

las ayudas humanitarias para los heridos que dejo las guerras.

Al finalizar este acontecimiento, muchas mujeres terminaron temerosas, pero jamás se

rindieron, poniendo nuevamente en pie a su ciudad, levantando con sudor y esfuerzo pared

por pared que se había derrumbado por las diferentes bombas que se explotaron, y además

afrontando el dolor de las madres por la captura de niñas que realizaron los peruanos, antes

de retornar a su país.

Número de Palabras: 171


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Índice

1. Resumen………………………………………………………….…..1

2. Índice…………………………………………………………………2

3. Introducción…………………………………………………….……4

4. La provincia de El Oro………….…………………………………..5

5. Las mujeres y la Guerra del 41……………………………....……..6

6. La migración de las mujeres………………………………...….…..8

7. Las consecuencias de la migración…………...…………...……….10

8. Las secuelas de la invasión…………………………………………13

9. Conclusión…………………………………………………………..15

10. Bibliografías………………………………………………..……….18
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INTRODUCCIÓN

La mujer desde un principio de la historia ha jugado un papel fundamental en la vida de una

sociedad, sin embargo a pesar de sus diferentes roles que ha desempeñado se la ha dejado en

el olvido durante el transcurso del tiempo.

Las mujeres han participado activamente en muchos conflictos armados en el mundo entero,

a pesar de que se las ha considerado siempre como el género débil y vulnerable, se ha

demostrado completamente lo contrario ya que desde un principio han estado involucradas

en el mundo de los conflictos bélicos, asumiendo un papel mucho mayor e ingresando,

voluntaria o involuntariamente, en las fuerzas armadas, en las que asumieron papeles tanto

de apoyo como de combate y sirviendo al mismo tiempo a su patria como una ayuda desde

que se originaba el conflicto, hasta que llegaba a su fin.

Es por tal motivo que esta descripción será destinada al estudio, investigación y evaluación

mediante procesos fidedignos para comprobar las hipótesis planteadas sobre las mujeres, y

así llegar a conclusiones reales de lo sucedido en el lapso de tiempo de la invasión del Perú

al sur del País del Ecuador, específicamente en Machala cantón de la provincia de El Oro, ya

que sigue siendo un tema que no ha tenido un fin concreto y comprobado en la historia

ecuatoriana e incluso en el mundo entero.

La mujer en Machala durante la invasión peruana de 1941 es un tema de investigación inédito

y exclusivo que no se lo ha tratado a profundidad en la historia, se la redacta con el fin de

poder encontrar conclusiones del papel que desarrollaron las mujeres durante este conflicto

bélico-territorial y las repercusiones que se produjeron en la capital Orense entre los dos

países vecinos, Ecuador - Perú.


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Si bien ambas naciones tienen diferentes conveniencias de relatar como sucedió en realidad

el enfrentamiento del 41, el objetivo en esta exposición se basa únicamente en la mujer: la

forma de vida en esta época, su atención y consideración frente a la sociedad de Machala en

el siglo XIX, la asistencia y ayuda frente a la intrusión de los peruanos a la frontera sureña

ecuatoriana, las consecuencias del uso y explosión de armamento bélico que presenciaron

desde cerca la lucha entre estos países la migración a los diferentes sectores del Ecuador e

incluso el traslado a distintos países y su manera de sobrevivir mediante y después del

enfrentamiento.

La Provincia de El Oro

Desde un inicio la vida laboral para la mayoría de las mujeres en la capital orense se basaba

en el cuidado y protección de las familias dentro del hogar, pero ese no era el caso exclusivo

para todas, ya que en ese entonces existían los derechos para las mujeres en el Ecuador, es

por el motivo que algunas mujeres ya habían comenzado a desenvolverse en el ámbito

profesional y a dar uso a sus cualidades de enseñanza y práctica, convirtiéndose en maestras

de la educación, secretarias en oficinas, y por ende otras actividades de gran ayuda y

necesarias para la ciudad.

La provincia de El Oro siempre ha sido una localidad donde el sustento económico principal

ha sido el desarrollo de la (Astudillo Samaniego, Hisotrias del Terruño Orense, 2015)

agrícola, ya que por razones geográficas el Ecuador está ubicado en el centro del mundo o

línea equinoccial y las tierras que lo rodean son fértiles, aptas para la siembra de productos

en las tres regiones del país además que posee un clima apto para que se den en el mejor

estado los productos agrícolas.


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Pero Machala ha tenido el privilegio en convertirse en la capital mundial bananera ya que es

la única ciudad en donde la producción de banano es masiva, al igual que el cacao,

caracterizando al Ecuador como los mejores productos de exportación a nivel mundial,

además de otros (Astudillo Samaniego, Sociedad Orense en el Siglo XX, 2009)como el café,

arroz, caña de azúcar, frutales, sal, entre otros en la cual se los trabajaba arduamente para

exportarlos tanto a diferentes partes del Ecuador como a países extranjeros por medio de vías

terrestres y fluviales, y así conseguir el mayor ingreso económico a la ciudad.

Sin embargo esto no era el único recurso natural con el cual se sustentaba, sino que además

Machala gozaba de una gran apertura de mar protegido por las islas Jambelí en la que daba

oportunidad que se presentaran aguas tranquilas y generar otro recurso económico

sustentable como lo era el sector pesquero.

Las mujeres en la Guerra del 41

En Machala se inhalaba un ambiente pacífico y trabajador, sin ningún tipo de conflictos que

los perjudicaría y los sacara de ese ambiente tranquilo, empero, años más tarde los

machaleños no esperaban un enfrentamiento por la falta de un acuerdo que delimitara sus

fronteras que compense a los dos países, Ecuador - Perú que sería denominada como la

Guerra del 41.

Es por tal razón que la capital bananera no se esperaba un conflicto de tal magnitud que

trajera consigo la destrucción de su pueblo y sus alrededores ya que Ecuador no contaba en

ese tiempo ni con la tercera cuarta parte de los suministros y armamentos de batalla que tenía

Perú en su poder.
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Pero a pesar de ser nuevos en un campo de batalla y no tener los recursos necesarios para

enfrentar a los peruanos se pusieron de pie y defendieron a su tierra de un nefasto suceso que

se relataría más adelante, ya que hombres y mujeres tuvieron diferentes destinos tanto para

sobrevivir como para ayudar a su patria, y más aun siendo en Machala uno de los sitios donde

se originó explosiones y bombardeos.

Es por esta misma razón que las mujeres tenían que hacer algo al respecto, no solo para

salvarse a sí mismas, sino para ayudar a sus familias y al manto que las acobijaban, ya que la

guerra del 41 se estableció en diferentes partes de la franja sureña ecuatoriana, afectando a

miles de personas de diferentes territorios.

Tenían que moverse rápido, ya que la invasión estaba destruyendo casas, hospitales, centros

educativos, carreteras y todas esas pérdidas se estaban llevando la vida de los machaleños.

Por otro lado Machala contaba con el Movimiento Internacional de la Cruz Roja liderado

principalmente por mujeres, en la cual ayudó comunitariamente y sirvió de asistencia a las

personas que habían sido afectadas y dolidas tras el conflicto inesperado.

Las mujeres que se quedaron a presenciar la guerra desde el área de combate apoyaban

“activamente” a sus compañeros en operaciones militares, no tomando las armas de fuego

sino suministrándoles el apoyo moral y físico mediante la asistencia necesaria para combatir

en la guerra, siendo así, que se desarrollaban y dividían las asistencias en diferentes ámbitos

como en el cuidado y rehabilitación de los combatientes rescatados, ya que no solo

necesitaban de los cuidados médicos sino también el consumo de alimentos y el uso necesario

de vituallas.
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En donde hacen presencia las “ (Astudillo Samaniego, Guarichas, 2016)” mujeres que habían

sido trasladadas por los hombres a involucrarse en la guerra, ya sea mediante su voluntad o

a la fuerza, porque, de cierta forma las mujeres se hacían presente al participar de manera

directa como informantes y chivatas, ya que las mujeres despertaban menos sospechas y más

confianza y así poder atacar al enemigo en el momento menos oportuno para el bando

contrario.

Sin embargo el trabajo para las Guarichas no era fácil ya que como si fuera poco eran hechas

pasar como prostitutas, meseras en distintos bares, o simplemente aliadas de los enemigos

para poder sacar la mayor cantidad de información que retenían los adversarios por el hecho

de que por ser mujeres, podrían acercarse más a su objetivo, quizá a la percepción de que son

más vulnerables, provocativas y seducidles.

Las mujeres civiles que presenciaron desde cerca el conflicto, las llevaron a un fin atroz o

dejándole una gran marca de sobrevivencia para toda la vida por la desencadenada explosión

de bombas que prepararon los peruanos al centro de la ciudad de Machala, mujeres que solo

velaban por la prosperidad de su ciudad y de su país ejerciendo su trabajo con el mayor anhelo

para que su localidad salga a flote y sea un ambiente para las futuras generaciones.

La migración de las mujeres

En el otro lado de la moneda se encuentran las mujeres que decidieron dejar su ciudad y

arriesgarse a escapar de ese ambiente hostil que asechaba a la capital bananera para poder

sobrevivir de cualquier manera, tomando distintos rumbos hacia los diferentes pueblos o

países más cercanos en los que les extenderían las manos de ayuda y apoyo.
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La mayoría de las mujeres huyeron llevando consigo muy pocos bienes, y muchas de ellas

quedan separadas de sus familiares. Era muy posible que el desplazamiento obligue a las

mujeres a depender del apoyo de las poblaciones locales de las zonas a las que han sido

desplazadas.

Muchas mujeres viajaron a los diferentes cantones de la provincia de El Oro, en donde la

situación bélica estaba calmada y preparada para recibir con los brazos abiertos a los

amparados, como en el cantón Piñas, Portovelo y (Astudillo Samaniego, Historias del

Terruño Orense, 2015)que se encuentra situados en la zona alta de la región, mientras que

otras mujeres decidieron alargar su rumbo hacia otras provincias del Ecuador, e incluso

trasladarse en diferentes maneras a otros países tales como Chile, situación más difícil porque

su traslado implicaba largos días de viaje en transportes terrestres o peligrosos por vía

marítima.

¨ Con la invasión y ocupación peruana, fueron arrasadas sus viviendas y, la población huyó

mayoritariamente, a Piñas y Zaruma, donde fueron socorridos, con solidaridad y humanidad,

como ha sido la actitud proverbial de esas comarcas.¨1

Piñas y Zaruma fueron los primeros destinos en elegir las mujeres tras huir del caos que

asechaba a Machala ya que estos cantones se encontraban en la parte alta de El Oro, Zaruma

era conocida por las profundas minas de oro que yacían en sus montañas, motivo principal

por el que se le otorgó el nombre a la Provincia, además el oro era el sustento principal del

pueblo zarumeño que acobijó a la mayor cantidad de mujeres y niños que gritaban ayuda tras

un escalofriante escena que sucedía en Machala.

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Sociedad Orense en el Siglo XX, Clodoveo Astudillo Pag 65
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Se encontraban a salvo de los misiles, las bombas, amenazas, presenciar la muerte de ciento

de personas e incluso se salvaron de ser ellas las víctimas de muerte, mas no se acababan las

preocupaciones e inquietudes para aquellas mujeres que llevaban consigo a sus hijos, ya que

al llegar a estos pueblos, las casas que los albergaba a los refugiados eran minúsculos y no

tenían la capacidad de ingresar a todos los protegidos, donde al mismo tiempo se produjo un

problema desesperante para la población y autoridades de los pueblos de Zaruma y Piñas ya

que existía un desequilibrio e inestabilidad en estas pequeñas parroquias por tratar de abarcar

con toda las personas que auxiliaban ayuda.

Las consecuencias de la migración

Las mujeres en su calidad de madre o de jefe de familia ya que, cuando los hombres cuando

se encontraban combatiendo en Machala, eran las mujeres las que garantizan la supervivencia

de la familia y de la comunidad, así sea que se encontraran dispersivas por diferentes partes.

Pero ese no fue aun así un impedimento para que extendieran sus manos hacia la ayuda de

quienes más lo necesitaban, al ver que no había suficientes estancias para los refugiados

tuvieron que dormir en las calles, pero su preocupación y esfuerzo para tenerlos a salvo estaba

en todas las mentes de los zarumeños.

Sin embargo algunas mujeres no tuvieron tanta suerte en el camino, ya que ellas llevaban

consigo a sus hijos de diferentes edades y condiciones que no eran capaces de sobrevivir al

largo viaje en el que se empeñaban sus madres para sobrevivir, alimentándose escasamente

de los pequeños insectos y animales que se presenciaban en el camino, pero muchas mujeres

y niños no consiguieron sobrevivir por la falta de alimentación e hidratación.


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Tuvieron que recorrer largas distancias en búsqueda de agua, alimentos, leña o hierbas y

productos alimenticios tradicionales como medicina para ellas y sus familias. Con frecuencia,

durante esta búsqueda las mujeres corrían el riesgo de ser atacadas y de resultar heridas a

consecuencia de falta de municiones.

Un problema enojoso para la población y las autoridades de los cantones de Piñas y Zaruma,

fue el hurto de enseres y animales de las familias campesinas, por las mujeres que pasaban

de tránsito.

La necesidad y desesperación causaba caos en las carreteras de la parte alta de la zona Orense,

muchas mujeres llegaron al punto del ultrajo y robo de alimentos al ver la deshidratación y

falta de alimentos de su propia persona y sus familiares que no contaban con dichos recursos

y menos aún con un techo que los protegiera.

Es por tal motivo que los habitantes de Zaruma y Piñas le brindaban mantas y colchas a las

personas que no alcanzaban en las moradas, brindándoles protección, seguridad y dejándoles

conocer que lo peor de todo ya había pasado, hubieron también familias y mujeres que se

radicaron temporalmente en el campamento minero de Portovelo, en donde trabajaban

empresas con participación significativa, para atemperar los problemas surgidos del conflicto

que directamente le incidían.

A pesar de que el tema de seguridad y protección estaba resuelto para las mujeres en estas

zonas, por otro lado estaban las personas que se encontraban en situaciones más difíciles que

simplemente un techo en donde habitar y permanecer hasta que finalizara la gran tragedia

que asechaba a su ciudad.


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Muchas mujeres y niños también pasaron por situaciones extremas, como las enfermedades

por insectos y ambiente, deshidratación, falta de vituallas y suministros, que se les habían

agotado antes de llegar a su destino y como si fuera poco algunas personas se encontraban al

borde de la muerte por la falta de ingerir alimentos o bebida, incluso hubieron mujeres en

especial niños que no sobrevivieron en el camino.

¨La atención de los refugiados por la Presidencia de la Cruz Roja de Piñas, con la dirección

del Sr. Luis Ángel Moscoso Zambrano, relata la actitud generosa y patriótica del Sr.

Francisco Carrión Romero, dueño de una tienda de abastos muy bien surtida, para con los

refugiados a quienes dio trabajo y ayuda; al ejercito suministró víveres, zapatos, ropa,

linternas y hasta cigarrillos¨2

Muchas personas de la zona se acercaban a colaborar con ayuda comunitarias a los refugiados

que más necesitaban en especial los centros de ayuda médica que se encontraban presentes

en la ciudad de Piñas, llevando ayuda a los pueblos cercanos como Portovelo y Zaruma, pero

las vituallas eran muy pocas para tantos refugiados que necesitaban auxilio, sin embargo la

voluntad y la humildad de querer ayudar hasta el final persistían, es por eso que se dice que

en estas pequeñas ciudades aún se prevalece esos valores, de amor y ayuda al prójimo, no

por interés, sino por voluntad propia, hasta que la tempestad pasara y volver a ver surgir a las

personas que han pasado por tantos problemas.

Pero a pesar de las ganas de querer ayudar a todas las personas la falta de atención en los

centros médicos asechaba a la ciudad, ya que no se contaba con la atención para tantas

personas que se presentaban desde las mínimas lesiones, heridas hasta las enfermedades más

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Sociedad Orense en el Siglo XX, Clodoveo Astudillo Pag 70
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devastadoras que se produjeron después del largo viaje y para ello los únicos hospitales que

los albergaba se encontraban repletos, sin poder hacer algo por estos individuos como para

no atender a todas las personas con estado fustigador.

Es por esa razón que las mujeres lideraban una ayuda comunitaria, sirviendo a las personas

que llegaban en un estado crítico, dándole la mejor atención, alimentación y descanso para

que se recuperaran con normalidad, empero las mujeres que se encontraban en la situación

de desplazamiento carecían invariablemente de la privacidad necesaria, y por lo tanto no

podían mantener su higiene personal, llevándolas a enfermedades infecciosas,

convirtiéndose alguna de ellas como uno más de los pacientes.

Todo el país sabia sobre el trágico acontecimiento que pasaba en la provincia de El Oro, en

la que dio como resultado la colaboración y el recibimiento de donaciones de las diferentes

partes del Ecuador que habían escuchado los hechos sucedidos, y ya que Zaruma y Piñas

tenían una taza alta de refugiados, una gran cantidad de vituallas se hicieron llegar a estos

sectores.

Las secuelas de la invasión

Mientras tanto en Machala, los peruanos no habían quedado conforme de destruir una

población entera, dejándolas en ruinas y acabando con el esfuerzo de todo una vida en la que

los orenses se habían aferrado con mucho sacrificio y esfuerzo, sino que además de eso,

ultrajaron a mujeres y niñas que no pudieron escapar de la ciudad y permanecieron en las

zonas afectas, violándolas y secuestrándolas hacia su territorio como esclavas, dama de

compañía o simplemente para causar dolor a los ecuatorianos.


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Secuestraron a niñas de diferentes cantones, ya que la invasión peruana no se había asentado

solo en la capital bananera sino que se había extendido desde la frontera sureña hacia los

cantones vecinos.

Mientras que los habitantes de Machala y las zonas afectadas, contaban con luz eléctrica y la

mayoría de ellos se abastecían de agua que se sacaba en barriles del rio Jubones,

trasladándolos a lomo de mula por toda la ciudad, convirtiéndose en grandes disputas por

conseguir un poco de este recurso que se necesitaba desesperadamente.

Tan grande era la desesperación que robaban a las personas que se trasladaban con los barriles

en el camino a sus viviendas, no contaban con más recursos que los del rio más cercano, ya

que las tiendas y mercados estaban destruidos y saqueados durante el momento del conflicto,

las mujeres que tenían sus negocios de venta de alimentos tuvieron que cerrar porque ya no

contaban con los recursos para poder subsistir ellos mismos y con su familia.

Pero la situación para las mujeres era más difícil de lo que parecía, ya que además de sufrir

por el caos que se almacenaba en Machala, la falta de agua y alimentos, ellas eran maltratadas

al momento de tener que compartir con mucha gente dormitorios e instalaciones de limpieza

y de lavado que con frecuencia era fácilmente la accesibilidad de los hombres, ya que a pesar

de que la mujer comenzó a tomar rumbo hacia una igualdad de género, algunos hombres las

seguían viendo como indefensas criadas que podían hacer con ellas lo que se les plazca.

Era peor en el caso de los invasores, ya que no tenían piedad hacia las mujeres, no en el

sentido de matarlas fríamente, sino que las utilizaban como un objeto sexual, abusaban

drásticamente de las mujeres y niñas, o las tomaban como un saco de boxeo para lastimarlas,

dejándolas en las peores condiciones.


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Además el papel que jugaron las iglesias con sus mujeres religiosas fue de una gran ayuda

para los Orenses ya que socorrían a la población en éxodo, ayudándolos con los alimentos y

cuidados previos que necesitaban los contusos y heridos de guerra.

Aun así en un estado crítico y devastador, las mujeres supieron cómo salir hacia delante,

apartando un poco de sus mentes el trágico suceso que habían presenciado inesperadamente

durante ese tiempo hostigador.

Conclusión

Después de pasar tantos meses en penumbras, Machala por fin comenzó a ver la luz del cielo

que lo acobijaba, dándose cuenta que lo peor de todo ya había finalizado, no de la mejor

manera, pero el ambiente hostil había llegado a su fin.

Las mujeres se pusieron en los dos lados de la moneda al momento de finalizar el suceso

atroz que dejo, la inmemorable guerra entre los países vecinos Perú – Ecuador, ya que

representaron el dolor de las mujeres que se involucraron en aquella situación penosa, al vivir

la presencia de bombardeos, violaciones, ataques e incluso presenciar la muerte de un ser

querido o vivir su propia muerte, y la fuerza porque hubieron mujeres que no se rindieron

hasta el final por la protección de sus familias y las mujeres que lucharon por los ecuatorianos

heridos en el campo de batalla o en los distintos sitios que huyeron para albergarse del

espantoso suceso que sucedía en la provincia de El Oro.

Muchas mujeres quedaron viudas tras el esfuerzo de cientos de civiles que lucharon por su

patria, teniendo que levantar ellas mismas con su propio esfuerzo al nuevo Machala,

afrontando la realidad de empezar de cero su nueva vida, sin contar con alguna morada
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propia y menos aún un trabajo para poder sustentar a su familia, ya que su ciudad se

encontraba devastada.

Por otro lado varias mujeres se quedaron en los pueblos que las acogieron desde un principio,

puesto que tenían en la mente que Machala no se volvería a levantar después de aquel

acontecimiento que los destruyo, como familia y ciudad, es por tal motivo que algunas

mujeres no tenían la fuerza de afrontar ni superar la situación de su ciudad que lo habían

convertido como en un campo de batalla, llevando un trauma en su memoria de por vida.

Pero otras mujeres terminaron de una manera muy diferente, ya que al ser transportadas a

otro país, en especial al Perú con los invasores mediante la fuerza, tomaron diferentes

rumbos, se llevaron consigo mujeres jóvenes de diferentes partes del Ecuador, tanto desde

recién nacidos hasta muchachitas que recién se estaban desarrollando, con el fin de que hagan

una vida diferente, en un ambiente nuevo con personas distintas, y contar la versión contraria

a los ecuatorianos, una versión en la que los peruanos eran los vencedores del ultrajo que

hizo el Ecuador, algunas tuvieron mejor destinos que otras, pero el dolor que dejó ese afrento

a las madres de las jóvenes capturadas nadie se los pudo quitar.

Tuvieron que empezar una nueva vida, reconstrucciones totales de los sectores aledaños en

especial en el centro de la ciudad, la situación económica tuvo que ser reinstaurada de nuevo,

como la producción en la capital bananera se había perdido en un cierto porcentaje, tuvieron

que comenzar una nueva producción.

Machala no solo había perdido sus recursos, sino que además la capital mundial bananera

tenía que levantar a su Tierra de nuevo, levantando muro tras muro que se había derrumbado,
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ya que en ese entonces en el Ecuador se manejaba una moneda inferiormente evaluada que

era el sucre.

Las mujeres empeñadas en la ayuda comunitaria y solidaria para los ecuatorianos en la Cruz

Roja, lograron sanar a cientos de afectados tras la devastadora amenaza que se había

presentado las costas sureñas ecuatorianas.

Sin embardo después de este trágico y devastador enfrentamiento se firmó el Protocolo de

Río de Janeiro en la cual el Ecuador perdió una gran parte de sus tierras como largos

kilómetros de zonas áridas y amazónica, dejando al país con una gran crisis económica a la

reconstrucción de las zonas afectadas.

Hoy en día aún quedan con vida personas que participaron directamente en esta terrible

situación que se produjo en 1941, dejando secuelas de lo que un día sucedió en su vida, en

su patria y a las personas más allegadas, empero tuvieron la fuerza y coraje y levantarse para

salir hacia delante como madre, hija y sobre todo como mujer.
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Bibliografía

 Astudillo Samaniego, C. (2009). Sociedad Orense en el Siglo XX. Machala - El Oro - Ecuador:
Casa de la Cultura Ecuatoriana ¨Benjamin Carrion¨.

 Astudillo Samaniego, C. (2009). Sociedad Orense en el Siglo XX. Machala: Benjamin


Carrion.

 Astudillo Samaniego, C. (2015). Hisotrias del Terruño Orense. Machala: Benjamin Carrion.

 Astudillo Samaniego, C. (2015). Historias del terruño orense. Machala - El Oro - Ecuador:
Casa de la Cultura Ecuatoriana ¨Benjamin Carrion¨.

 Astudillo Samaniego, C. (2015). Historias del Terruño Orense. Machala: Benjamin Carrion.

 Astudillo Samaniego, C. (15 de 06 de 2016). Guarichas. (M. Astudillo Leon , Entrevistador)

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