Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
P o r un Estraiigero
QUE RESIDIÓ SEIS AÑOS EN A Q U E L PAIS.
B i o de J a n e i r o
TYP. M i r . f COKST. HE J. VIT-LENELA'E B COM*.
IUTA DO OUVIDOB
i84a
TRADUCIOS EN ASUNCIÓN,
SOBRE EL PARAGUAY.
fueron los primeros actos de esa larga y cruel opresión, que se"
confirmó después por-ejecuciones mas frecuentes, hechas siem-
pre á la vista^ del Dictador, y por nuevas, y mas rigorosas pri-
siones acompañadas del bárbaro, y abominable tormento de azo-
tes, aplicados no como pena, ó castigo según los casos, y cantidad
que establecían las bárbaras leyes de la edad media, sino como
medio de averiguar lo que el Dictador ignoraba, y queria que le
dijesen.
El terror que inspiraba, y mantenía el espectáculo de tantos
hombres, que, sin motivo justificado, sin indagación previa, y mu-
chas veces después de una larguísima prisión de diez y ocho, ó
veinte años, caian todos los días bajo los golpes del Dictador, y
el de tantos otros que por centenares gemian en los calabozos,
y cuarteles, sobrecogió el ánimo de los Paraguayos, y envileció
sus pensamientos á tal punto que se apoderó de ellos una com-
pleta apatía, é insensibilidad, que no les dejaba pensar sino en
los medios de salvar su libertad, y vida. Muchísimos se confi-
naron voluntariamente en sus casas de campo, evitando cuanto
podian toda comunicación. Un delator en cada hombre que se
acercaba, era lo primero que la imaginación de un paraguayo
le representaba, y lo primero de que se acordaba, era de envol-
verse en una excesiva desconfianza, ó en una completa mudez
para conservar una existencia penosa, é incierta. La mayor
parte de la juventud, sin ocupación, sin distracciones honestas,
sin medios de instruirse, queriendo entretener su ocio, y aturdir-
se, se entregaba con furor á los juegos de- azar, y á los placeres
de Venus, disipando asi su escasa fortuna, y su salud. Por la
primera vez en estos tiempos se dejó ver en el Paraguay un cri-
men de que no habia ejemplo: se suicidaron algunas personas,
acto de desesperación estraño al carácter flemático, y resignado
de aquellos habitantes.
Semejante estado de cosas debia producir, y produjo, como
resultado necesario, la pobreza, la miseria, y la ignorancia mas
profunda : todos procuraban aislarse, cuanto podian : renuncia-
ban con gusto al único placer, al único medio de cultura, que la
sociedad podia ofrecerles, el de una comunicación franca y fre-
cuente con su vecinos y allegados: era preciso privarse de
visitar, y hasta de hablar con parientes y amigos, de lo que se
pensaba, se deseaba, ó se necesitaba. Así se estinguió todo es-
píritu público, todo sentimiento de interés común : un individua-
lismo concentrado ocupó el lugar de ese sentimiento noble, y
generoso, que-se llama patriotismo.
[13]
AMIGO Y SEÑOR :
AMIGO, Y SEÑOR :
[43 |
neral los derechos, que aun son altos, particularmente los de ex-
portación, que deberían ser casi cero.
Pienso que aun se conservan altos esos derechos, por que al
hacerse la reforma de la tarifa de 1846, ya las circunstancias
políticas hacían temer que sobrevendrían gastos extraordinarios.
Lo mismo pienso del papel sellado, y patentes. Si el primero
se redujese en algunas clases á 50 por 100, la renta produciría
mas, por la razón muy sencilla, de que cuanto mas barato es un
artículo, mas se consume, por que mayor es el número de los
consumidores. El impuesto de patentes es muy desigual; para
los mas es muy tenue, y muy pesado para o t r o s ; poniéndose al
nivel que le correponde, también ha de producir mas.
No he incluido entre los ramos de hacienda uno, y el mayor,
por que quise hablar de él separadamente : no podré tampoco
decirle lo que produce, pero merece una mención especial. E n
1846 el Gobierno presidencial estancó la venta de la yerba, ó
te del Paraguay, haciéndose el proveedor esclusivo de este artí-
culo para el consumo esterior. El Gobierno compra á precio
convenido la yerba que se elabora en los bosques del Estado,
de buena calidad, y bien acondicionada. Los particulares que
tienen montes de yerba en su terreno.la elaboran, y venden para
el consumo interior, al que también provee el Gobierno, ven-
diendo la yerba á siete reales por arroba.
Basta él nombre que esa operación tiene en todas partes para
que fuesq censurada por todos los estrangeros con quienes he ha-
blado. Soy demasiado liberal, y conozco muy bien todos los in-
convenientes que traen los monopolios para poder ser amigo
de ellos, y defenderlos; á pesar de eso disculpo,y justifico al G o -
bierno paraguayo. No invocaré para ello el ejemplo de otras
naciones muy cultas, muy ricas, con otros medios y recursos, que
sin embargo, conservan en monopolio varios artículos, por que
el mal ejemplo de otros no justifica lo que de suyo es malo. L a
justificación del Gobierno paraguayo está en su situación escep-
cional, en la suprema necesidad, que es la primera de todas las
leyes.
En el Paraguay las rentas son pocas, los habitantes pobres, y
muchos los objetos de gastos, para defenderse el pais. En este
caso qué se hace ? Los gastos que iban á hacerse eran estra-
ordinarios : eran pues precisos medios y recursos estraordina-
rios, por que hasta ahora no se ha inventado otro modo de
hacer frente á gastos de aquella naturaleza. En Europa, cuan-
do los gobietnos tienen que hacer gastos de esta clase, echan
L 48 |
/ •
Í
lia es garantido por la forma y tiempo ab ajo declarados.
Artículo 2°. Todo medio de dar á un pioduc'.o ya creado
ualquier nuevo género de perfección será considerado como
nueva invención.
Artículo 3°. Cualquiera que introdujere en la Repúb lica un
íescubrimiento estrangero, gozará de las mismas ventajas, como
li él fuese inventor.
o
Artículo 4 . El que quisiere ob tener y asegurar el goce dé
jiña propiedad industrial del género de las que quedan enun< la
0
Sas; deberá1 . Dirigirse al Secretario del Supremo Gob ierno,
declarar por escrito si el ob jeto que presenta, es invención^
o
berfeccionamiento, ó solamente introducción. 2 . Entregar cer
rada y lacrada una descripción exacta de los principios, medios
procesos que constituyen y producen el descub rimiento, asi
orno los planos, diseños, modelos, y todo lo demás que pueda
ir relativo, á fin de que el volumen cerrado sea ab ieito ел el
nomento en que el inventor recib iese su título de propiedad.
o
Articulo 5 . Se dará al inventor una Patento, que le asegure
propiedad y goce de su invención por cinco hasta diez años,
_
untados de su data. Con todo este plazo podía ser aumentado
otras ventajas concedidas, ei la importancia del descub rimien
1
fuere tan grande que exija una protección estraordinaria.
o
Artículo 6 . El goce de las patentes concedidas por un des
cubrimiento introducido enpais estrangero no podrá estenderse
I mas de seis meses del término fijado en ese pais para el ejer
|icio del primer inventor.
[59]
CARLOS ANTONIO L O P í Z .
ANDRÉS GILL,