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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del poder Popular para la Educación Superior

Instituto Universitario de Tecnología

Juan Pablo Pérez Alfonzo

Sede Central- valencia

Licenciado: Yanir Espinoza


Alumnas: María Parra
Yaritza Torrealba
Maite Yriarte
Desiree rojas
Kerlis cadenas
Sección: 1241
Valencia: 05/04/2017
Atención del recién nacido ¿Qué es?

Conjunto de procedimientos que ayudan al neonato a realizar en forma


adecuada la transición de la vida fetal a la neonatal. Incidencia el 85-90% de los
recién nacido requieren atención normal y el resto asistencia especializada.

Son los cuidados y acciones que el personal de salud que atiende al recién
nacido debe conocer y realizar para brindar una atención neonatal óptima en el
momento del parto, sea este en el domicilio o en un establecimiento de salud.

Atención inmediata del recién nacido

 Recepción del recién nacido:

En campo estéril precalentado.

 Evaluar el estado vital del recién nacido:

En base a signos clínicos:

 Frecuencia respiratoria
 Frecuencia cardiaca.
 Color.

La puntuación de APGAR, determina la condición del recién nacido al 1er y


5to minuto no debe hacerse para decidir intervención en reanimación.

 Secado exhaustivo:

Cambiar campo húmedo por otro precalentado.

 Ligadura del cordón umbilical:

Ligar el cordón entre 30 a 60 segundos con clamp plástico, látex, cinta


umbilical delgada, o hilo grueso a 2,5 a 3 cm. De la piel (más o menos a 2
travesees de dedo), seccionarlo con tijera u otro material esterilizado hervido o
desinfectado, luego aplicar yodo en el muñón y cubrir con grasa estéril.

 Entregar al recién nacido a la madre:

Dentro de los primeros 30 minutos y colocar en contacto piel a piel si no


existen factores de riesgo para la madre y el recién nacido. Se aprovechará para
iniciar la lactancia materna.
Recién nacido (neonato)

Es un bebé que tiene 28 días o menos desde su nacimiento, bien sea


por parto o por cesárea. La definición de este período es importante porque
representa una etapa muy corta de la vida; sin embargo, en ella suceden cambios
muy lentos que pueden derivar en consecuencias poco importantes para el resto
de la vida del recién nacido. El término se ajusta a nacidos pre-término, a término
o pos-término.

Durante los primeros 40 días de vida, se pueden descubrir la mayoría de los


defectos congénitos y genéticos. No todas las anomalías genéticas se manifiestan
por su clínica en el momento del nacimiento, pero con el manejo adecuado, se
pueden descubrir, prevenir y tratar gran parte de las enfermedades del nuevo ser
humano.

El recién nacido puede presentar aspectos muy diferentes atendiendo a


numerosos factores propios, de su madre o del periodo gestacional. Por otra parte,
existen numerosos fenómenos transicionales, derivados de la adaptación del
neonato al nuevo entorno en el que se desenvuelve. Este hecho conlleva una
serie de cambios, la mayoría predecibles, que establecen la norma del desarrollo y
crecimiento infantil.

Características generales del recién nacido

Él bebe experimenta cambios fisiológicos más profundos que en cualquier


otro momento de su vida.

En un minuto después del nacimiento, el recién nacido fisiológico se adapta


de una existencia fetal dependiente a una existencia independiente capaz de
oxigenar y realizar procesos vitales. Compenetrar y apreciar esta transición es vital
para la valoración del recién nacido.

Si seguimos los sistemas corporales, iniciaremos con el sistema


cardiorrespiratorio. Los sistemas respiratorios y cardiovasculares se consideran
juntos por sus funciones obviamente relacionadas por su importancia para la
supervivencia y la proximidad durante la valoración.

La primera respiración. Hay varios estímulos de la respiración durante el


parto vaginal, el tórax del bebe es comprimido al principio y después se expande o
recupera rápidamente. Esto se ve favorecido por:
 Los factores físicos: cambios de presión.
 Sensoriales: frio, dolor, luz, ruido.
 Químicos: cambios en la sangre, reducción del pH.

Este factor es un estimulador que contribuye a la iniciación de la


respiración, es la asfixia transitoria del feto neonato. Los pulmones producen
continuamente líquido durante la segunda mitad del desarrollo intrauterino. Esta
secreción, llena los pulmones casi por completo y amplia los espacios aéreos
parte del líquido sale de los pulmones hacia el líquido amniótico y pronto lo deglute
el feto.

Las vías respiratorias del feto normal a término contienen de 80ml a 110ml
de líquido que debe extraerse en el momento del nacimiento para permitir una
circulación suficiente de aire.

Al comprimirse el tórax del feto a su paso por el conducto del parto durante
el nacimiento normal, se exprime aproximadamente la tercera parte del líquido de
los pulmones a causa del aumento de la presión intratoraxica. El rebote
subsecuente de la pared torácica después del nacimiento del tronco del neonato
es lo que produce al parecer una inspiración pasiva pequeña de aire para sustituir
el líquido que se expulsó con lo que supera las fuerzas que resisten a la
ampliación pulmonar. La primera respiración del bebe eleva PO 2 la cual origina
que se dilaten los vasos sanguíneos arteriales pulmonares y permite que la sangre
fluya hacia los pulmones.

Al adaptarse el niño a la vida extrauterina en forma adecuada, las


respiraciones varían de 35 a 50 por minuto, la respiración se altera fácilmente con
estímulos internos y externos. La respiración es irregular en profundidad,
frecuencia y ritmo. Normalmente las respiraciones son apacibles y silenciosas,
rápidas y superficiales.

El pulso es lábil y en general sigue un patrón similar al de la respiración.


Cuando la respiración se acelera, el pulso suele ser rápido; de manera similar, al
hacerse más lenta la respiración, el pulso desciende. Como el pulso se ve
afectado por estímulos internos y externos, al medir el pulso apical mientras el
niño está tranquilo se evalúan en forma más precisa su frecuencia cardiaca. La
frecuencia cardiaca normal es de 120 a 150 latidos por minutos, pero aumenta
hasta 180 latidos por minutos durante periodos cortos cuando se produce llanto y
algún otro tipo de actividad intensa, y desciende hasta 100 latidos por minutos
durante el sueño profundo.

La valoración indirecta precisa de la presión arterial es más difícil en el


recién nacido; por lo tanto, no se vigila en forma rutinaria en niños normales.
La presión arterial del recién nacido suele ser baja en promedio de 71/49
mmHg al nacimiento, aumenta con lentitud durante la primera semana. La presión
arterial también varía según el tamaño y la actividad del niño, y los lactantes
pequeños tienen promedios inferiores, aunque su presión arterial se eleva cuando
lloran y están activos.

La enfermera debe ser capaz de valorar con precisión la conducta normal y


anormal. Para hacerlo debe tener conocimientos sobre la conducta esperada de
los neonatos normales.

El neonato manifiesta una conducta esperada durante las primeras horas


después de nacer.

El primer periodo de reactividad dura aproximadamente 30 minutos


después del nacimiento. Durante esta fase el neonato se encuentra despierto y
activo, puede demostrar hambre y demostrar un reflejo de succión. Se puede
presentar movimientos difusos al azar que alteran con inactividad relativa. Las
respiraciones son rápidas hasta de 80 por minuto, puede haber tiro intercostales,
aleteo nasal transitorio de las ventanas nasales y gruñidos, la frecuencia cardiaca
es rápida e irregular y el peristaltismo esta disminuido.

La actividad disminuye de manera gradual, disminuyen la frecuencia


cardiaca y respiratoria, y el neonato entra en la fase de sueño. El primer sueño
puede ocurrir en promedio 3 horas después del nacimiento y puede durar entre
unos minutos a horas. En este periodo es difícil despertar al neonato no tiene
interés por mamar. Los ruidos intestinales se vuelven persistibles y la frecuencia
cardiaca y respiratoria vuelve a los valores basales.

El neonato está de nuevo despierto y alerto durante el segundo periodo de


reactividad. Las reacciones fisiológicas suelen ser variables en esta etapa. La
frecuencia cardiaca y respiratoria vuelve a acelerarse, producción de moco
respiratorio y faringe y el neonato reacciona con reflujo faríngeo.

Adaptaciones fisiológicas del recién nacido

El recién nacido necesita realizar adaptaciones importantes para la transición a la


vida extrauterina. Para vivir fuera de la madre, el niño debe comenzar la
ventilación pulmonar inmediatamente después del parto, o sea debe respirar por sí
mismo. Junto con este proceso ocurren cambios en la circulación, así como
también problemas que puedan afectar su calidad de vida.
El personal de salud debe conocer los procesos normales de adaptación del
recién nacido para poder identificar los cambios anormales. Entre las
adaptaciones tenemos:

* Respirar rápidamente y mantener las respiraciones.

* Reemplazar por aire el líquido de los pulmones.

* Iniciar la circulación pulmonar y cerrar los cortocircuitos fetales.

* Aumentar el flujo sanguíneo pulmonar y cambiar la distribución del gasto


cardiaco. (Volumen sanguíneo).

* Proporcionar energía para conservar la temperatura corporal y apoyar los


procesos metabólicos.

* Eliminar desechos producidos por la absorción de alimentos y procesos


metabólicos.

*Destoxificar de sustancias que ingresen del ambiente.

 Transporte de oxigeno:

Es probable que el descenso a través del canal del parto y la manipulación normal
del nacimiento ejerzan algún efecto en el comienzo de la respiración.

La entrada inicial de aire en pulmones se opone. La tensión superficial de líquido


que ocupaban los pulmones fetales y alveolos. Dicho líquido es alimentado por los
vasos linfáticos y capilares pulmonares.

Cuando el tórax atraviesa el canal del parto el líquido es exprimido y va de los


pulmones a la nariz y boca.

Después de la expulsión completa del tórax, ocurre una expansión rápida de este;
penetra aire en las vías respiratorias superiores y sustituye al líquido faltante.

Tan pronto como el niño nace y respira sus pulmones comienzan a respirar y la
circulación placentera cesa. Este cambio no solo modifica las características de la
sangre en muchos vasos sino también hace que varios de ellos queden sin
utilidad. Las arterias umbilicales y vena umbilical y el agujero oval y los conductos
arterioso y venoso. Se cierra instantáneamente cambian la trayectoria de la
corriente sanguínea y se transforma a la circulación fetal en circulación similar a la
de los adultos.

 Sistema hematopoyético:

El sistema hematopoyético está formado por los tejidos que dan soporte a
la generación, maduración y reciclaje de los componentes de la sangre, así como
los órganos que acogen estas células fuera del torrente sanguíneo. Por tanto, el
sistema hematopoyético comprende la sangre, la médula ósea (MO) y los tejidos
extra medulares (timo, ganglios del sistema linfático).

Organización Del Sistema Hematopoyético: el sistema hematopoyético


es un sistema altamente jerarquizado en el que un número limitado de células
madre soporta el mantenimiento de uno de los tejidos más dinámicos del cuerpo:
la sangre. Además, bajo circunstancias especiales, estas mismas células pueden
ayudar a regenerar otros tejidos distintos a la sangre, o formar parte de ellos.

A continuación, va migrando al hígado fetal y al bazo, para establecerse


definitivamente en la MO roja, revisado en. En adultos sanos, la hematopoyesis es
mantenida fundamentalmente por la MO roja, presente en huesos planos y en la
epífisis de los huesos largos. La formación de nuevas células sanguíneas sigue
una jerarquía piramidal. Entre sus cualidades destacan su baja tasa de
proliferación, su división asimétrica y su multipotencia. Estos atributos permiten a
la CMH tienen una gran capacidad de auto-mantenimiento y de repoblación a
largo plazo. Estas células sobreviven a lo largo de toda la vida del individuo y
mantienen la hematopoyesis mediante la generación de toda la variedad de
progenitores hematopoyéticos comprometidos, necesarios para dar lugar a una
homeostasis sana.

Los progenitores hematopoyéticos comprometidos permanecen en los


escalafones más próximos a las. Al ser estimulados por ciertos factores solubles,
los progenitores forman colonias de células con una morfología característica.

La Célula Madre Hematopoyética: la mo posee una gran variedad de


tipos celulares entre los cuales, las CMHS representan sólo una pequeña fracción,
en torno al 0,01% de las células de la mo.

 Hematología neonatal:
La Hematología es el estudio de laboratorio en el cual se reportan los
valores correspondientes a la cantidad y distribución porcentual de las
distintas células de la sangre, el valor de hemoglobina y los llamados
índices hematimétricos.

Los problemas hematológicos son relativamente frecuentes en los recién


nacidos y en ocasiones pueden ser extremadamente graves. Hay que tener
en cuenta que el sistema hematológico experimenta un desarrollo muy
precoz, para satisfacer las elevadas necesidades de oxígeno del feto en
crecimiento; como sucede con casi todos los órganos y sistemas, la
hematopoyesis neonatal funciona al límite de sus posibilidades, con escasa
capacidad compensatoria ante aumentos en la demanda.

Existen varios factores que condicionan la mayor hemolabilidad neonatal


178, 179: unos altos niveles de eritropoyetina en el recién nacido a término,
en relación con la hipoxia crónica fetal fisiológica, y signos de eritropoyesis
activa; unos hematíes grandes, con una vida media corta por su menor
distensibilidad y adaptabilidad y por su membrana más inmadura, que les
hace más sensibles a la hemólisis y a la per oxidación; un alto contenido de
hemoglobina fetal, con una menor P50, útil durante la gestación pero que
debe ser sustituida por hemoglobina adulta tras el parto. Por último,
también hay que considerar que una parte importante de la volemia del feto
se distribuye en los vasos placentarios; por ello, la cantidad de sangre que
se desplace del feto a la placenta o en sentido inverso, de la placenta al
feto, tras el parto y antes de la ligadura del cordón, condicionará la volemia,
el hematocrito y la hemoglobina del neonato.

 Sistema termo génico:

Tras el establecimiento de las respiraciones y la circulación viene la


estabilización del calor, factor crítico para la supervivencia del bebé. La regulación
de la temperatura es el mantenimiento de un equilibrio entre la perdida y la
producción de calor. Los recién nacidos son homeotermos; es decir, intentan
estabilizar sus temperaturas corporales e internas dentro de un margen estrecho.
La hipotermia que se origina por perdida excesiva de calor es un problema común
y peligroso para ellos. Su capacidad para producir calor a menudo se aproxima a
la de un adulto. Sin embargo, la tendencia hacia una perdida rápida de calor en un
ambiente frío se incrementa en el recién nacido y representa un riesgo para él.
 Termogénesis:

Esta se manifiesta en respuesta al frio, su acción esta mediada por


catecolaminas que generan calor sin producir escalofríos, los neonatos tienen una
reserva calórico energética que se denomina “grasa parda” es una sustancia
altamente especializada y muy vascularizada, ante el descenso de temperatura en
el neonato los receptores de la piel producen un aumento en la producción de
noradrenalina, la que desencadena una serie de reacciones metabólicas en la
grasa parda, liberando glicerol y ácidos grasos hacia la circulación, obteniendo
como resultado la producción de calor.

 Producción de calor:

Son notorias las diferencias anatómicas y fisiológicas entre el recién nacido,


el niño y el adulto. El aislamiento térmico del bebe es menor que el del adulto. Los
vasos sanguíneos están más cerca de la superficie de la piel y los cambios de la
temperatura ambiental alteran la temperatura de la sangre y, por lo tanto, influyen
sobre los centros de regulación de temperatura del hipotálamo. Los recién nacidos
tienen una relación más grande entre la superficie y el peso corporal que los niños
y los adultos. La posición de flexión del neonato ayuda a protegerlo contra la
perdida de calor, porque disminuye la cantidad de superficie corporal expuesta al
ambiente.

Los niños también pueden reducir la pérdida de calor interna a través de la


superficie corporal mediante la vasoconstricción de los vasos sanguíneos
periféricos.

 Perdida de calor:

La pérdida de calor en el recién nacido se presenta de cuatro maneras.

 Convección: es el flujo de calor desde la superficie corporal hasta el


aire ambiente que está más frío. Debido a la perdida de calor por la
convección la temperatura ambiente en las unidades del recién nacido
han de mantenerse a 24ºC y estos deben cubrirse para protegerlos del
frío.
 Radiación: es la perdida de calor desde la superficie corporal hacia una
superficie sólida más fría que no está en contacto directo sino en una
proximidad relativa. Las cunas y las mesas de examen de la unidad de
recién nacidos se sitúan lejos de las ventanas exteriores para prevenir
este tipo de perdida de calor.
 Evaporación: la pérdida de calor que se presenta cuando un líquido se
convierte en vapor. En el recién nacido la perdida de calor por
evaporación se presenta como resultado de vaporización de la
humedad de la piel. Este proceso es invisible y se conoce como perdida
insensible de agua (PIA). Está pérdida puede intensificarse si no se
seca al bebé después del parto o si se tarda mucho tiempo en secarlo
después del baño.
 Conducción: es la pérdida de calor desde la superficie del cuerpo
hacia superficies más frías en contacto directo. Cuando ingresa en la
unidad de recién nacidos, él bebe se acuesta en una cuna caliente para
minimizar la perdida de calor, que debe ser controlada para protegerlo.

Como ya se anotó, el control de esas formas de perdida de calor es la base


en las políticas y técnicas de atención neonatal.

Adaptaciones del recién nacido en los diferentes sistemas

 Adaptación respiratoria:

Durante la vida fetal no existe respiración, ya que el saco amniótico no


contiene aire. En los primeros meses de la gestación se producen unos vanos
intentos de movimientos respiratorios por estímulos táctiles y de asfixia fetal. Sin
embargo en el último trimestre del embarazo, los pulmones permanecen
desinflados y cualquier movimiento respiratorio del feto es inhibo para evitar que
los pulmones se llenen del líquido y desechos excretado por el feto al líquido
amniótico.

No deja de ser interesante que hayan sido observados movimientos


«respiratorios» del tórax en algunos fetos de avanzado desarrollo.

Esto se ha explicado por un defecto del aporte placentario de oxígeno y el


consiguiente acumulo de dióxido de carbono, que ha bastado a estimular el centro
respiratorio bulbar iniciando el movimiento inspiratorio defensivo (aunque inútil en
estos casos).

Los pulmones del feto permanecen inactivos hasta el momento del


nacimiento, por lo cual no contienen aire y aparecen como una masa glandular, sin
más sangre que la necesaria para la nutrición de su tejido, y de aquí la disposición
por medio del «agujero interauricular» y del «conducto arterioso» que desvía la
mayor parte de la sangre hacia la arteria aorta, por la imposibilidad y la falta de
necesidad de ser oxigenada por el propio organismo del feto.
A partir de la semana 28 del desarrollo, unas células especializadas, los
neumocitos tipo II, comienzan a fabricar el “surfactante” o “agente tenso activo”,
que es el responsable de evitar que los pulmones colapsen al contacto con el aire.

Al momento de la respiración, la superficie de agua intenta contraerse, lo


que da lugar a un intento de expulsar el aire de los alvéolos a través de los
bronquios y, al hacerlo, hace que los alvéolos intenten colapsarse. El surfactante
reduce la tensión superficial en todo el pulmón, contribuyendo a su complacía
general. Es también importante porque estabiliza el alveolo.

 Adaptación cardiovascular:

El volumen sanguíneo medio de los recién nacidos asciende nada más al


nacer a unos 300 mililitros.

El gasto cardíaco medio de los recién nacidos es de 500 ml/min, cifra que,
al igual que la frecuencia respiratoria y el metabolismo, duplica la del adulto en
relación con el peso corporal.

La presión arterial media del primer día de vida corresponde a unos 70


mmHg (sistólica) y 50 mmHg (diastólica) y se eleva poco a poco en los siguientes
meses hasta situarse en 90/60 mmHg.

La frecuencia cardiaca varía con la edad, en los recién nacidos, entre 120-
140 Lat. /min., oscilando entre 100-160. Por debajo de 100 p’x. se habla de
bradicardia. Por encima de 160 p’x se habla de taquicardia.

 Adaptación hepática:

En la época intrauterina, es un órgano hematopoyético, pudiendo persistir


algún islote que ocasione discreta hepatomegalia. La inmadurez hepática se
traduce en incapacidad para diversas funciones metabólicas (glucuroconjugación),
disminución de la enzima glucuronil transfer asa que afecta a la conjugación de la
bilirrubina. También almacena menos glucógeno y el recién nacido es propenso a
la hipoglucemia.

Durante los primeros días de la vida, la función hepática es bastante


deficiente:

 El hígado de los recién nacidos conjuga mal la bilirrubina con el ácido


glucurónico, excreción deficiente de bilirrubina los primeros días.
 No forman proteínas plasmáticas con normalidad, por lo que la
concentración de estas proteínas disminuye durante las primeras semanas
de vida y es del 15 a 20% inferior a la de los niños mayores.
 La función de gluconeogenia es deficiente y la glicemia disminuye.
 El hígado de los recién nacidos suele formar también una cantidad escasa
de los factores de coagulación.

Ictericia neonatal: La bilirrubina formada por el feto llega a través de la placenta


hasta la madre, que la excreta por vía hepática; sin embargo, el hecho de
independizarse de la madre, el recién nacido sólo puede eliminar la bilirrubina por
medio de su propio hígado, cuya función es escasa durante la primera semana de
vida e incapaz de conjugar cantidades notables de bilirrubina con ácido
glucurónico con el fin de excretarla por vía biliar. Por consiguiente la concentración
plasmática de bilirrubina se eleva desde su valor normal (< de 1mg/dl) hasta
alcanzar un promedio de 5 mg/dl, durante los tres primeros días de vida. Este
efecto se denomina hiperbilirrubinemia fisiológica.

 Adaptación gastrointestinal:

 Adaptación genitourinario:

El riñón definitivo o metanefros procede, pues, del «mesonefros» y se


completa con una evaginación del «conducto de Wolff», que forma la «médula o
pulpa renal», la cual, al ensancharse en su extremo superior, constituye la «pelvis
renal», que luego se divide en varios «cálices», en los cuales desembocan los
«tubos uriníferos», que al unirse en haces profusos forman las «pirámides de
Malpighio».

La vejiga de la orina surge por una estrangulación de la cloaca terminal del


intestino, que deja una porción estrecha o «intestino recto» y una porción más
ancha o «vejiga urinaria», que desagua por un conducto o uretra, que en la
hembra no alcanza más que al conducto meso nefrótico, y en el varón se completa
con el tracto prostático y cavernoso hasta confluir en el conducto genital
eyaculador.

Aneja al riñón, y participando de su desarrollo, surge la glándula


suprarrenal, resultante de una diferenciación del mesodermo intermedio, que
forma la «corteza», y de un grupo de células de la «cresta neural simpática», que
forman su médula, lo cual explica la existencia de sus dos secreciones internas
(cortisona y adrenalina).

Los riñones fetales comienzan a excretar orina durante el segundo trimestre


de la gestación y esta orina supone alrededor del 70 al 80% del líquido amniótico.

Los sistemas reguladores del equilibrio hidroelectrolítico extracelular fetal y


el equilibrio acido básico no aparecen hasta el final de la vida fetal y no se
desarrollan por completo hasta que transcurren algunos meses después del
nacimiento.

 Adaptación inmunológica:

El sistema inmune del recién nacido podría considerarse como inmaduro


porque sus órganos, como los ganglios y el bazo, no están aún bien
organizados al nacimiento. Además, algunas de sus células no tienen todos
los receptores que se necesitan para montar adecuadas respuestas contra
los microorganismos patógenos.

La progesterona presente durante el embarazo contribuye a regular el


sistema inmune de la madre para que no rechace al bebé pero también
participa en promover una disminución en las respuestas inmunes del
recién nacido (1).

Al nacimiento, los recién nacidos no tienen una adecuado funcionamiento


de las células que conocemos como “natural killers” (células asesinas
naturales), ni de los linfocitos que llamamos “cooperadores” (son las células
coordinadoras de las respuestas inmunitarias), los cuales nos protegen
contra infecciones virales y bacterianas.

Esto hace al recién nacido más susceptible de adquirir una infección


durante los primeros meses de vida (2). Además, las células dendríticas
(células especializadas del sistema inmunológico), que son las encargadas
de presentar los microorganismos a los linfocitos, no funcionan
adecuadamente en el primer mes de vida y las respuestas de los linfocitos
tienden a ser menos agresivas (son respuestas que llamamos de tipo Th2)
(3).

Aunque el número de linfocitos totales del recién nacido está incrementado


desde el nacimiento hasta el quinto mes de vida, la función de estos
tampoco es perfecta. Los linfocitos B tienen dificultad para hacer diferentes
tipos de anticuerpos.

Al nacimiento, el recién nacido tiene anticuerpos de tipo IgG provenientes


de la madre (los anticuerpos son específicos para cada tipo de antígeno y
se les conoce también como Inmunoglobulinas: Ig), que pasaron a través
de la placenta desde la semana 20 de gestación y estos anticuerpos lo
protegen durante el primer mes de vida. El bebé, después de su
nacimiento, puede producir anticuerpos de tipo IgM (son el tipo de
anticuerpos que se forma en la fase aguda de una infección), pero su
sistema inmune no produce adecuadamente anticuerpos de otra clase
hasta varios meses más tarde.

 Adaptación neurológica:

Los recién nacidos tienen lo que se llama «hipertonía fisiológica», es decir, nacen
con los brazos y los pies encogidos, de forma que tienen la postura en forma de
libro semiabierto. Los puños suelen estar cerrados, aunque es fácil abrírselos.
Debe mover bien ambos brazos y piernas. Ocasionalmente emite algún gemido o
sonido y reacciona a los sonidos, especialmente los muy sonoros o bruscos.
También es normal que estornude ocasionalmente, para liberar secreciones y
mocos, algo a lo que se le puede ayudar con fisioterapia respiratoria suave y
lavados de las fosas nasales con suero salino.

A los pocos días de vida ya comienza a distinguir luces y bultos y distinguir


sonidos, por lo que puede responder a la cara y a la voz de los padres.

Hacia las 3-4 semanas de vida empieza a tener un atisbo de sonrisa, que
inicialmente será de satisfacción

Normalmente los recién nacidos (más conforme se acercan al mes de vida) suelen
reaccionar con los ruidos bruscos, se tranquilizan en brazos de los padres,
empiezan a fijar la mirada en puntos de interés (como la cara de la madre) y
suelen empezar a levantar la cabeza cuando se les pone boca abajo.

Visión en el recién nacido.

La visión es casi nula durante los primeros días de vida, por inmadurez del
sistema nervioso. A los pocos días de nacer ya distinguen bultos, y dada la rápida
evolución del desarrollo visual, en caso de existir defectos congénitos como
cataratas, es muy oportuna su detección y tratamiento precoz, incluso en las
primeras semanas de vida.

Lo normal es que el niño tenga los ojos simétricos, incluidas las pupilas, que han
de ser de color negro y brillantes, aunque sí es habitual que los recién nacidos no
alineen correctamente los ojos, lo que suele corregirse espontáneamente en
pocas semanas.

En los casos de algunos prematuros y en niños que han padecido determinadas


infecciones al nacer o durante el embarazo sí conviene que pasen revisión por el
oftalmólogo. Normalmente en estos casos los pediatras que han tratado a estos
niños suelen hacer directamente la indicación de la revisión.

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