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ESCUELA DE LETRAS
ANA DELGADO
criadora de cerdos, a la que considera una gran dama y a las prostitutas elogiadas
como doncellas.
sustituyen los elementos típicos como el caballero joven, apuesto, de alto linaje y
la dama rica y hermosa por un hidalgo, es decir “un hijo de algo” y una cuidadora
El amor y la locura trabajan en conjunto en la psiquis del ser humano. Uno está
una criadora de cerdos que según Sancho hasta puede ser cortesana, en una
“Bien la conozco –dijo Sancho-, y sé decir que tira tan bien la barra como el más forzudo
zagal de todo el pueblo. ¡Vive el Dador, que es moza de chapa hecha y derecha y de pelo
en pecho y que puede sacar la barba del lodo a cualquier caballero andante o por andar
que la tuviere por señora! ¡Oh hideputa qué rejo que tiene y que voz! Sé decir que se
puso encima de un campanario del aldea a llamar a unos zagales suyos que andaban en
un barbecho de su padre, y, aunque estaban allí más de media legua, así la oyeron como
si estuvieran al pie de la torre. Y lo mejor que tiene es que es nada melindrosa, porque
tiene mucho de cortesana: con todos se burla y de todo hace mueca y donaire. Ahora digo,
señor Caballero de la Triste Figura, que no se lamente puede y debe vuestra merced
hacer locuras por ella, si no que con justo título puede desesperarse y ahorcarse, que
nadie habrá que lo sepa que no diga que hizo demasiado de bien, puesto que la lleve el
diablo…”
La locura amorosa de Don Quijote hace que, entre tantas mujeres de la comarca,
el personaje ponga sus ojos justamente en una criadora de cerdos poco agraciada,
mujer reverenciada. Sin embargo los personajes rompen con los cánones de la
areté para darle el corte burlesco: un hidalgo que se cree caballero, influenciado
por su psiquis invadida por los libros de caballería, viejo, pobre y sin el linaje de
guerrero de Aquiles, loco de amor por una simple porqueriza que no tiene la gracia
“Y desnudándose con toda priesa los calzones, quedó en carnes y en pañales y luego sin
más ni más dio dos zapatetas en el aire y dos tumbas de cabeza hacia abajo y los pies en
alto, descubriendo cosas que, por no verlas otra vez, volvió Sancho la rienda a Rocinante
y se dio por contento y satisfecho que podía jurar que su amo quedaba loco. Y así le
dejaremos ir su camino, hasta la vuelta que fue breve.”
una realidad para el lector. Sin este personaje, la locura de Don Quijote no iría a
realidad. El Quijote sigue defendiendo su amor por un personaje que nada tiene
El honor de un caballero no está completo sin una doncella a quien amar y que
esta le corresponda. Don Quijote siente que ha sido derrotado por un enemigo
mucho peor que los molinos, ha sido herido con un arma más mortal que la
hay amor sin locura, ni hay locura sin amor. El amor conduce al personaje a sus
Quijote no le importa hacer el ridículo ni las burlas que pudiera recibir. Solo le
expresándole cuán herido está su corazón. Sin embargo nunca cae en las garras
del orgullo y sigue fiel a ese amor. Como todo caballero valora la hermosura y
elegancia de una mujer. Sin conocer a Aldonza Lorenzo ya tiene una imagen
Cabe destacar que en esa penitencia Don Quijote se está entregando al destino.
No le importa que riesgo pueda conllevar, tal como lo expresa en la carta. Sin el
advertencias de Sancho.
En toda novela occidental, la figura del héroe enamorado está ligada a todas las
actuar de los personajes. En Don Quijote, la locura es la que convoca a Eros para
completar la figura del caballero andante y darle sentido a sus hazañas, a tal punto
de que este puede perder la dignidad por conseguir su amor consumado. Ese es