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EL MISTERIO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

EL LENGUAJE Y EL CONOCIMIENTO ACERCA DE LAS PERSONAS DIVINAS

La gnoseología tomista parte del principio que para conocer como se conoce, es necesario
que primero se conozca algo que es o existe y después conocer como se conoce eso algo que es o
existe; porque de este modo el conocimiento es actual, es decir, es algo que es o existe y puede ser
conocido.

Por eso Santo Tomás después de haber desarrollado los temas de las Procesiones, Relaciones
y Personas divinas se plantea cómo se puede conocer este Misterio, como hizo, de modo análogo,
en el tratado de Deo Uno, que luego de desarrollar los atributos entitativos planteó el modo de
conocer y denominar a Dios. Una manera para introducirnos en el conocimiento acerca del Dios
Trino es ver que lenguaje usa la Iglesia cuando quiere expresar y comunicar a los hombres este
Misterio.

Un lenguaje preciso y sobrio es el fundamento de la catequesis y de la enseñanza sobre las


verdades más fundamentales de la fe. En esta cuestión 31 Santo Tomás nos enseña las reglas
gramaticales que debemos tener en cuenta para poder hablar correctamente sobre le Misterio del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y, así de algún modo poder conocerlo mejor.

El primer término que analiza Santo Tomás en el artículo primero es “Trinidad”, vocablo
que fue utilizado por San Teofilo de Antioquia y luego divulgado en la Iglesia latina por Tertuliano.
En el sed contra el Angelico nos muestra el uso que los Padres hacían de este vocablo con el
testimonio de San Atanasio.

Sed contra est quod Athanasius dicit, quod En cambio está lo que dice Atanasio: Hay que
unitas in trinitate, et trinitas in unitate adorar la trinidad en la unidad y la unidad en
veneranda sit. la trinidad.

En el cuerpo de artículo nos precisa el significado de este término.

Respondeo dicendum quod nomen Trinitatis Hay que decir: El nombre Trinidad en Dios
in divinis significat determinatum numerum significa un determinado número de personas.
personarum. Sicut igitur ponitur pluralitas Así, pues, como se pone pluralidad de
personarum in divinis, ita utendum est nomine personas en Dios, así hay que usar el nombre
trinitatis, quia hoc idem quod significat trinidad; porque lo que de indefinido tiene
pluralitas indeterminate, significat hoc nomen pluralidad, de concreto lo tiene trinidad.
trinitas determinate.

Por tanto, el vocablo “Trinidad” es un cierto nombre colectivo que implica pluralidad de
sujetos con cierta unidad de orden y de esencia, una terna (un número ternario) de personas. Se usa
con el sentido de señalar un número de personas relacionadas entre sí; de manera tal que cuando
hablamos del Dios Trino estamos significando la distinción de supuestos.

Praeterea, hoc nomen trinitas videtur esse 2. Más aún. Trinidad parece nombre colectivo,
nomen collectivum, cum significet pues implica multitud. Por lo tanto, tal nombre
multitudinem. Tale autem nomen non convenit no le corresponde a Dios, pues la unidad que
in divinis, cum unitas importata per nomen implica un nombre colectivo es mínima, y en
collectivum sit minima unitas, in divinis Dios la unidad existente es máxima. Luego a
autem est maxima unitas. Ergo hoc nomen Dios no le corresponde el nombre Trinidad.
Trinitas non convenit in divinis.

Ad secundum dicendum quod nomen 2. A la segunda hay que decir: El nombre


collectivum duo importat, scilicet pluralitatem colectivo implica tanto pluralidad de sujetos
suppositorum, et unitatem quandam, scilicet como cierta unidad de orden de algo. Ejemplo:
ordinis alicuius, populus enim est multitudo Pueblo es la multitud de hombres
hominum sub aliquo ordine comprehensorum. comprendidos bajo un determinado orden.
Quantum ergo ad primum, hoc nomen trinitas Con respecto a la pluralidad, trinidad
convenit cum nominibus collectivis, sed concuerda con el significado de los nombres
quantum ad secundum differt, quia in divina colectivos. Con respecto a la unidad, se
trinitate non solum est unitas ordinis, sed cum diferencia en el hecho de que en la trinidad
hoc est etiam unitas essentiae. divina no sólo hay unidad de orden, sino que
también la hay de esencia.

Praeterea, omne trinum est triplex. Sed in Deo 3. Todavía más. Todo lo trino es triple. Pero en
non est triplicitas, cum triplicitas sit species Dios no hay triplicidad, ya que es una especie
inaequalitatis. Ergo nec trinitas. de desigualdad. Luego tampoco hay trinidad.

Ad tertium dicendum quod trinitas absolute 3. A la tercera hay que decir: Trinidad en
dicitur, significat enim numerum ternarium sentido absoluto significa terna de personas.
personarum. Sed triplicitas significat Pero triplicidad significa proporción de
proportionem inaequalitatis, est enim species desigualdad; pues tal como dice Boecio en
proportionis inaequalis, sicut patet per Arithmetica, hay una especie de la proporción
boetium in arithmetica. Et ideo non est in Deo desigual. Así, en Dios no hay triplicidad, sino
triplicitas, sed trinitas. trinidad.

Omne enim nomen in divinis vel significat 1. Todo lo que hay en Dios significa sustancia
substantiam, vel relationem. Sed hoc nomen o relación. Pero el nombre Trinidad no
trinitas non significat substantiam, significa sustancia, pues se predicaría de cada
praedicaretur enim de singulis personis. uno. Tampoco significa relación, pues no se
Neque significat relationem, quia non dicitur aplica con relación a otro. Por lo tanto, no hay
secundum nomen ad aliud. Ergo nomine que usar el nombre Trinidad al hablar de Dios.
trinitatis non est utendum in divinis.

Ad primum ergo dicendum quod hoc nomen 1. A la primera hay que decir:
trinitas, secundum etymologiam vocabuli, Etimológicamente, el nombre trinidad parece
videtur significare unam essentiam trium indicar una esencia de tres personas, pues se
personarum, secundum quod dicitur trinitas dice trinidad como unidad de tres. Pero,
quasi trium unitas. Sed secundum atendiendo al sentido propio de la palabra,
proprietatem vocabuli, significat magis significa más bien el número de personas de
numerum personarum unius essentiae. Et esencia única. Por eso no podemos decir que
propter hoc non possumus dicere quod pater el Padre sea trinidad, porque no es tres
sit trinitas, quia non est tres personae. Non personas. Y no significa las mismas relaciones
autem significat ipsas relationes personarum, de las personas, sino más bien el número de
sed magis numerum personarum ad invicem personas relacionadas entre sí. Por eso, el
relatarum. Et inde est quod, secundum nomen, nombre implica relación a otro.
ad aliud non refertur.

Praeterea, in omnibus quae dicuntur de deo, 5. Por último. En todo lo que se dice de Dios
concretum praedicatur de abstracto, deitas lo concreto se predica de lo abstracto; pues la
enim est deus, et paternitas est pater. Sed deidad es Dios y la paternidad es el Padre.
trinitas non potest dici trina, quia sic essent Pero la trinidad no puede ser llamada trina;
novem res in divinis, quod est erroneum. Ergo porque, de ser así, habría nueve realidades en
nomine trinitatis non est utendum in divinis. Dios. Y esto es erróneo. Por lo tanto, no hay
que usar el nombre trinidad en lo referente a
Dios.

Ad quintum dicendum quod, cum dicitur, 5. A la quinta hay que decir: Al decir la
trinitas est trina, ratione numeri importati trinidad es trina, por el número que ahí se
significatur multiplicatio eiusdem numeri in incluye, se da a entender multiplicación del
seipsum, cum hoc quod dico trinum, importet mismo número por sí mismo. Al decir trino,
distinctionem in suppositis illius de quo este número conlleva la distinción de
dicitur. Et ideo non potest dici quod trinitas sit supuestos en aquello de lo que se dice. Así, no
trina, quia sequeretur, si trinitas esset trina, puede decirse que la trinidad sea trina, porque
quod tria essent supposita trinitatis; sicut cum se seguiría que, si la trinidad fuese trina, los
dicitur, deus est trinus, sequitur quod sunt tria supuestos de la trinidad serían tres. Como
supposita deitatis. cuando se dice Dios es trino, se sigue que los
supuestos de la deidad son tres.

Advirtamos que no se puede decir que Dios es triple (nombre concreto) ni usar la palabra
triplicidad (nombre abstracto) para referirla a lo divino.

A la luz de esto podemos interpretar el texto de San Atanasio: Hay que adorar la trinidad en
la unidad y la unidad en la trinidad, siguiendo la objeción cuarta con su respuesta.

Praeterea, quidquid est in Deo, est in unitate 4. Y también. Lo que está en Dios está en la
essentiae divinae, quia Deus est sua essentia. unidad de la esencia, porque Dios es su
Si igitur trinitas est in Deo, erit in unitate esencia. Por lo tanto, si en Dios hay trinidad,
essentiae divinae. Et sic in Deo erunt tres la habrá en la unidad de la esencia divina. De
essentiales unitates, quod est haereticum. ser así, habría tres unidades esenciales. Y esto
es herético.

Ad quartum dicendum quod in trinitate divina 4. A la cuarta hay que decir: En la trinidad
intelligitur et numerus, et personae numeratae. divina hay que ver tanto el número como las
Cum ergo dicimus trinitatem in unitate, non personas numeradas. Al decir Trinidad en la
ponimus numerum in unitate essentiae, quasi unidad no ponemos el número en la unidad de
sit ter una, sed personas numeratas ponimus in esencia, como si fuese tres veces uno, sino que
unitate naturae, sicut supposita alicuius en la unidad de naturaleza ponemos las
naturae dicuntur esse in natura illa. E converso personas numeradas, como se dice que los
autem dicimus unitatem in trinitate, sicut supuestos de una naturaleza están en aquella
natura dicitur esse in suis suppositis. naturaleza. Y, al revés, decimos unidad en la
trinidad, como se dice que la naturaleza está
en sus supuestos.

La importancia y la razón de la precisión en el lenguaje al hablar de este Misterio, el


Angélico la señala al inicio del cuerpo del artículo segundo.

Respondeo dicendum quod, quia ex verbis Hay que decir: Por hacer un uso inadecuado
inordinate prolatis incurritur haeresis, ut de las palabras se incurre en la herejía,
Hieronymus dicit, ideo cum de trinitate observa Jerónimo. Por eso, al hablar de la
loquimur, cum cautela et modestia est Trinidad hay que hacerlo con cautela y
agendum, quia, ut Augustinus dicit, in I de modestia. Dice Agustín en I De Trin.: En
Trin., nec periculosius alicubi erratur, nec ninguna otra materia es tan peligroso errar, ni
laboriosius aliquid quaeritur, nec fructuosius tan laborioso investigar, ni tan fructuoso lo
aliquid invenitur. que se encuentra.

En este artículo Santo Tomás se pregunta si se puede decir que el Hijo es otro (alius) que el
Padre. La razón es la afirmación de San Agustín que hallamos en el sed contra.

Sed contra est quod Augustinus dicit, in libro En cambio está lo que dice Agustín en el libro
de fide ad Petrum, una est enim essentia Patris De Fide ad Petrum: Una es la esencia del
et Filii et Spiritus Sancti, in qua non est aliud Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en la que
Pater, aliud Filius, aliud Spiritus Sanctus; no es una cosa el Padre, otra el Hijo, otra el
quamvis personaliter sit alius Pater, alius Espíritu Santo, aun cuando personalmente sea
Filius, alius Spiritus Sanctus. uno el Padre, otro el Hijo y otro el Espíritu
Santo.

Pero parece que “Otro y otra cosa significan lo mismo; diferenciándose sólo por el género.
Por lo tanto, si el Hijo es otro que el Padre, parece deducirse que el Hijo es otra cosa que el Padre”
(alius et aliud idem significant, sed sola generis consignificatione differunt. Si ergo Filius est alius a
Patre, videtur sequi quod Filius sit aliud a Patre) (Objeción cuarta).
La respuesta de Santo Tomás es clara:

Ad quartum dicendum quod neutrum genus 4. A la cuarta hay que decir: El género neutro
est informe, masculinum autem est formatum no tiene forma. El masculino tiene forma y
et distinctum, et similiter femininum. Et ideo distinción; lo mismo el femenino. Por eso, de
convenienter per neutrum genus significatur forma correcta se indica con el género neutro
essentia communis, per masculinum autem et la esencia común; y con el masculino y el
femininum, aliquod suppositum determinatum femenino, algún supuesto determinado en la
in communi natura. Unde etiam in rebus naturaleza común. Por eso, también en las
humanis, si quaeratur, quis est iste? cosas humanas, si se pregunta: ¿Quién es
respondetur, socrates, quod nomen est éste?, se responde: Sócrates, que es el nombre
suppositi, si autem quaeratur, quid est iste? del supuesto. Si se pregunta: ¿Qué es éste?, se
respondetur, animal rationale et mortale. Et responde: Animal racional y mortal. De este
ideo, quia in divinis distinctio est secundum modo, como en Dios la distinción es por
personas, non autem secundum essentiam, personas, pero no por esencia, decimos que el
dicimus quod Pater est alius a Filio, sed non Padre es otro que el Hijo, pero no otra cosa. Y,
aliud, et e converso dicimus quod sunt unum, al revés, decimos que son una cosa, pero no
sed non unus. uno.

Por tanto:

No debe decirse Debe decirse Porque es necesario que, al hablar de la Trinidad, nos mantengamos
alerta ante dos errores opuestos entre sí:

diversidad El error de Arrio, quien sostuvo que en la Trinidad de Personas hay


Trinidad de sustancias.
Así, pues, para evitar el error de Arrio, hay que procurar que, al
diferencia aplicar a la divinidad los términos diversidad y diferencia, no
anulemos la unidad de esencia; para ello podemos usar el término
separación distinción, por oposición relativa. Por eso, si en los escritos
autoritativos encontramos la expresión diversidad o diferencia de
personas, diversidad o diferencia es tomada por distinción. Para no
división distinción anular la simplicidad de la esencia divina, hay que evitar los términos
separación y división, que van referidos al todo y a las partes. Para no
disparidad anular la igualdad, hay que evitar el término disparidad. Para no
anular la semejanza, hay que evitar los términos ajeno y discrepante.
Como dice Ambrosio en el libro De Fide: Entre el Padre y el Hijo no
ajeno hay discrepancia, sino una divinidad. Y, según Hilario, como ya se
indicó (obj. 3), nada es ajeno, nada separable.
discrepante

singularidad otro (masculino)


Y el error de Sabelio, quien sostuvo que a unidad de esencia, unidad
único de persona. Para evitar el error de Sabelio debemos evitar el término
singularidad, para que no se anule la comunicabilidad de la esencia
divina. Por eso dice Hilario en el VII De Trin: Llamar Dios singular al
confuso Padre y al Hijo es sacrílego. Debemos evitar también el término
único, para que no se anule el número de personas. Por eso Hilario en
indiferente el mismo libro dice: Hay que excluir de Dios los conceptos de
singular y único. Sin embargo, decimos único Hijo, porque en Dios
no hay varios Hijos. Sin embargo, no decimos único Dios, porque la
solitario deidad es común a varios. Evitamos también el término confuso, para
no anular en las personas el orden de naturaleza. Por eso dice
Ambrosio en el I De Fide: Ni lo que es uno es confuso, ni lo que es
indiferente puede ser múltiple. Hay que evitar también el término
solitario, para no anular el consorcio de las tres personas. Dice Hilario
en el IV De Trin.: No es solitario ni diverso el Dios que confesamos.
otra cosa (neutro) El término otro, en masculino, no requiere más que distinción de
supuestos. Por eso podemos decir correctamente: El Hijo es otro que
el Padre, porque es otro supuesto de la naturaleza divina, como es otra
persona y otra hipóstasis.
El texto latino del cuerpo de este artículo lo encontramos a pie de página.1

Una dificultad especial se halla en el vocablo “solo”; Santo Tomás la desarrolla en los
artículos tercero y cuarto.

categoremático sincategoremático
1) Sentido categoremático indica que lo significado por Por su parte, 2) el sentido sincategoremático indica que
una palabra se dice absolutamente de un sujeto. Ejemplo: comporta relación de predicado a sujeto, como todo o
Blanco, con respecto al hombre cuando decimos Hombre ninguno. De modo parecido, solo, porque excluye
blanco. Si solo se toma en este sentido, de ninguna cualquier otro supuesto del predicado. Ejemplo: Al decir
manera puede añadirse en Dios al término esencial, Sócrates escribió solo no se da a entender que Sócrates
porque añadiría soledad, debiéndose concluir que Dios es fuera solitario, sino que nadie escribía con él aun cuando
solitario, y esto va contra lo dicho anteriormente (a.2). hubiera muchos que vivieran con él. Con este sentido,
[Falsa] nada impide que solo pueda añadirse en Dios al término
esencial, en cuanto que quedan excluidos otros sujetos del
predicado. Ejemplo: La frase sólo Dios es eterno implica
que, menos El, nada es eterno. [Verdadera]
Dicitur autem dictio categorematica, quae absolute ponit Dictio vero syncategorematica dicitur, quae importat

1
Oportet autem in his quae de trinitate loquimur, duos errores oppositos cavere, temperate inter utrumque procedentes,
scilicet errorem Arii, qui posuit cum trinitate personarum trinitatem substantiarum; et errorem Sabellii, qui posuit cum
unitate essentiae unitatem personae.
Ad evitandum igitur errorem Arii, vitare debemus in divinis nomen diversitatis et differentiae, ne tollatur unitas
essentiae, possumus autem uti nomine distinctionis, propter oppositionem relativam. Unde sicubi in aliqua Scriptura
authentica diversitas vel differentia personarum invenitur, sumitur diversitas vel differentia pro distinctione. Ne autem
tollatur simplicitas divinae essentiae, vitandum est nomen separationis et divisionis, quae est totius in partes. Ne autem
tollatur aequalitas, vitandum est nomen disparitatis. Ne vero tollatur similitudo, vitandum est nomen alieni et
discrepantis, dicit enim Ambrosius, in libro de fide, quod in Patre et Filio non est discrepans, sed una divinitas, et
secundum Hilarium, ut dictum est, in divinis nihil est alienum, nihil separabile.
Ad vitandum vero errorem Sabellii, vitare debemus singularitatem, ne tollatur communicabilitas essentiae divinae, unde
Hilarius dicit, VII de Trin., Patrem et Filium singularem Deum praedicare, sacrilegum est.
Debemus etiam vitare nomen unici, ne tollatur numerus personarum, unde Hilarius in eodem libro dicit quod a Deo
excluditur singularis atque unici intelligentia.
Dicimus tamen unicum Filium, quia non sunt plures filii in divinis.
Neque tamen dicimus unicum Deum, quia pluribus deitas est communis vitamus etiam nomen confusi, ne tollatur ordo
naturae a personis, unde Ambrosius dicit, I de fide, neque confusum est quod unum est, neque multiplex esse potest
quod indifferens est.
Vitandum est etiam nomen solitarii, ne tollatur consortium trium personarum, dicit enim Hilarius, in IV de Trin., nobis
neque solitarius, neque diversus deus est confitendus.
Hoc autem nomen alius, masculine sumptum, non importat nisi distinctionem suppositi. Unde convenienter dicere
possumus quod filius est alius a patre, quia scilicet est aliud suppositum divinae naturae, sicut est alia persona, et alia
hypostasis.
rem significatam circa aliquod suppositum; ut albus circa ordinem praedicati ad subiectum, sicut haec dictio omnis,
hominem, cum dicitur homo albus. Si ergo sic accipiatur vel nullus. Et similiter haec dictio solus, quia excludit
haec dictio solus, nullo modo potest adiungi alicui omne aliud suppositum a consortio praedicati. Sicut, cum
termino in divinis, quia poneret solitudinem circa dicitur, solus Socrates scribit, non datur intelligi quod
terminum cui adiungeretur, et sic sequeretur Deum esse socrates sit solitarius; sed quod nullus sit ei consors in
solitarium; quod est contra praedicta. scribendo, quamvis cum eo multis existentibus. Et per
hunc modum nihil prohibet hanc dictionem solus
adiungere alicui essentiali termino in divinis, inquantum
excluduntur omnia alia a Deo a consortio praedicati, ut si
dicamus, solus Deus est aeternus, quia nihil praeter Deum
est aeternum.

Y respecto a la afirmación: Sólo el Padre es Dios.

categoremático sincategoremático
Sólo el Padre es Dios, puede ser Y si se toma en sentido sincategoremático, también puede ser entendida de
entendida de muchas maneras. Pues si muchas maneras.
sólo indica exclusividad con respecto
al Padre, la frase es falsa, pues se
toma en sentido categoremático.
Hay que decir: La frase: Porque si se Pero en sentido propio, lo exclusivo
excluye de la forma del sujeto, es excluye todo consorcio con el
verdadera. Su sentido es: Sólo el predicado. Y, así, la frase es falsa si
Padre es Dios, es decir: Aquel con excluye otro masculino; es verdadera
quien ningún otro es Padre, es Dios. si excluye solamente otro neutro.
Así lo expresa Agustín en el VI De Porque el Hijo es otro que el Padre,
Trin., cuando dice: Decimos sólo el pero no es otra cosa; igualmente el
Padre no porque se separe del Hijo o Espíritu. Pero porque sólo contempla
del Espíritu Santo; sino que, al propiamente al sujeto, como ya se
decirlo, damos a entender que dijo (a.3 ad 2), más bien se usa para
aquellos no son juntamente con El, excluir a otro que a otra cosa. Por
Padre. Este sentido no lo incluye el eso no hay que extender el uso de tal
modo normal de hablar, a no ser que término, sino explicarlo
se presuponga alguna implicación, piadosamente siempre que se
como si se dijera: Aquel que sólo es encuentre en algún escrito
llamado Padre, es Dios. autoritativo.
Respondeo dicendum quod, cum dicimus, solus pater est deus, haec propositio potest habere multiplicem intellectum.
Si enim solus ponat solitudinem circa patrem, sic est falsa, secundum quod sumitur categorematice. Secundum vero
quod sumitur syncategorematice, sic iterum potest intelligi multipliciter. Quia si excludat a forma subiecti, sic est vera,
ut sit sensus, solus pater est deus, idest, ille cum quo nullus alius est pater, est deus. Et hoc modo exponit Augustinus,
in VI de Trin., cum dicit, solum patrem dicimus, non quia separatur a filio vel spiritu sancto; sed hoc dicentes,
significamus quod illi simul cum eo non sunt pater. Sed hic sensus non habetur ex consueto modo loquendi, nisi
intellecta aliqua implicatione, ut si dicatur, ille qui solus dicitur pater, est deus. Secundum vero proprium sensum,
excludit a consortio praedicati. Et sic haec propositio est falsa, si excludit alium masculine, est autem vera, si excludit
aliud neutraliter tantum, quia filius est alius a patre, non tamen aliud; similiter et spiritus sanctus. Sed quia haec dictio
solus respicit proprie subiectum, ut dictum est, magis se habet ad excludendum alium quam aliud. Unde non est
extendenda talis locutio; sed pie exponenda, sicubi inveniatur in authentica Scriptura.

En la cuestión 32 Santo Tomás despues de haber contemplado y hablado de la Trinidad se


pregunta cual es nuestro conocimiento acerca de este Misterio.

La doctrina de la Iglesia sobre este asunto lo podemos resumir con cinco afirmaciones de Fr.
Manuel Cuervo.2

1) La Trinidad es un misterio en sentido estricto.

2
Santo Tomás, Suma Teológica, BAC, Madrid 1958, Tomo II, pág. 215-228. Introducción de Fr. Manuel Cuervo.
2) Es imposible a la razón natural probar por sí sola, tanto antes como después de la revelación,
la existencia de la Trinidad.

3) Tampoco puede demostrarse por la razón natural la posibilidad ni la imposibilidad de la


Trinidad.

4) No obstante, supuesta la revelación, puede la teología, o sea la razón iluminada y conducida


por la fe, explicar, aunque imperfectamente, la Trinidad.

5) La razón iluminada por la fe, puede también resolver las dificultades contra la Trinidad.

Santo Tomás expone sucintamente esta doctrina en el artículo primero. Primero, señalando
la imposibilidad de la razón natural para conocer este misterio.

Respondeo dicendum quod impossibile est per Hay que decir: Es imposible que por la razón
rationem naturalem ad cognitionem trinitatis natural se llegue al conocimiento de la
divinarum personarum pervenire. Ostensum trinidad de las personas divinas. Ya se
est enim supra quod homo per rationem demostró (q.12 a.4, 11 y 12), que por la razón
naturalem in cognitionem dei pervenire non natural el hombre no puede llegar al
potest nisi ex creaturis. Creaturae autem conocimiento de Dios más que partiendo de
ducunt in Dei cognitionem, sicut effectus in las criaturas. Y las criaturas llevan hasta el
causam. Hoc igitur solum ratione naturali de conocimiento de Dios como el efecto lleva a
Deo cognosci potest, quod competere ei la causa. Así, pues, con la razón natural sólo
necesse est secundum quod est omnium se puede conocer de Dios lo siguiente: Que le
entium principium, et hoc fundamento usi corresponde necesariamente ser principio de
sumus supra in consideratione Dei. Virtus todo lo existente. Este es el fundamento que
autem creativa Dei est communis toti Trinitati, hemos utilizado anteriormente (q.12 a. 12) al
unde pertinet ad unitatem essentiae, non ad hablar de Dios. Además, el poder creativo de
distinctionem personarum. Per rationem igitur Dios es común a toda la Trinidad; por eso
naturalem cognosci possunt de Deo ea quae pertenece a la unidad de esencia y no a la
pertinent ad unitatem essentiae, non autem ea distinción de Personas. Así, pues, por la razón
quae pertinent ad distinctionem personarum. natural se puede llegar a tener conocimiento
de lo que pertenece a la unidad de la esencia,
no de lo que pertenece a la distinción de
Personas.

Quien pretenda demostrar por la razón natural la trinidad de personas atenta contra la fe
de dos maneras:

Primo quidem, quantum ad dignitatem ipsius La primera, en cuanto a la dignidad de la


fidei, quae est ut sit de rebus invisibilibus, misma fe, centrada en lo invisible, siendo esto
quae rationem humanam excedunt. Unde algo que excede la razón humana. De ahí que
apostolus dicit, ad Heb. XI, quod fides est de diga el Apóstol en Hb 11,1: La fe se tiene de
non apparentibus. Et apostolus dicit, I Cor. II, lo que no se ve. Y en 1 Cor 2,6: Entre los
sapientiam loquimur inter perfectos, perfectos anunciamos la sabiduría, pero no la
sapientiam vero non huius saeculi, neque sabiduría de este mundo, ni la de los príncipes
principum huius saeculi; sed loquimur dei de este mundo, sino que anunciamos la
sapientiam in mysterio, quae abscondita est. sabiduría que está escondida en el misterio de
Dios.

Secundo, quantum ad utilitatem trahendi alios La segunda, en cuanto a la utilidad de llevar a


ad fidem. Cum enim aliquis ad probandam otros a la fe. Pues cuando alguien, para
fidem inducit rationes quae non sunt cogentes, demostrar la fe, presenta argumentos que no
cedit in irrisionem infidelium, credunt enim son comprensibles, provoca la burla de los que
quod huiusmodi rationibus innitamur, et no creen, pues piensan que tales argumentos
propter eas credamus. son el fundamento por el que nosotros
creemos.
Por eso solamente se defiende la fe en este Misterio (apologética).

Quae igitur fidei sunt, non sunt tentanda Por lo tanto, lo que pertenece a la fe, no hay
probare nisi per auctoritates, his qui que intentar probarlo más que mediante
auctoritates suscipiunt. Apud alios vero, autoridades ante aquellos que las admiten.
sufficit defendere non esse impossibile quod Ante los demás, en cambio, basta con
praedicat fides. defender que no es imposible lo que anuncia
Unde dionysius dicit, II cap. De div. Nom., si la fe. Por eso Dionisio en el c.2 De Div. Nom.,
aliquis est qui totaliter eloquiis resistit, longe dice: Si alguien rechaza totalmente la
erit a nostra philosophia; si autem ad Escritura, estará muy lejos de nuestra
veritatem eloquiorum, scilicet sacrorum, filosofía; si por el contrario, admite los
respicit, hoc et nos canone utimur. escritos (sagrados), haremos uso de este
canon.

A continuación, en el artículo segundo Santo Tomás desarrolla la temática de las nociones o


notas distintivas de las personas divinas.

Fr. Manuel Cuervo nos presenta una breve introducción sobre las mismas.3
Se entiende por nociones las razones abstractas por medio de las cuales conocemos y
distinguimos las personas divinas (cf. a. 2, ad 2; a. 3, corp.), como paternidad, filiación, etc.

Varias son las condiciones requeridas para el concepto de noción:

1.° Que pertenezca a los orígenes o relaciones, puesto que las personas se distinguen por ellos.

2.° Que signifique algo propio de una persona o, al menos, que sólo convenga a dos. Porque lo
que es común a todas es esencial y no distintivo personal.

3.° Que exprese dignidad, por el mismo concepto de persona.

4.° Que esté significada por un nombre abstracto, como el de innascibilidad, paternidad, etc.;
pues como los nombres concretos, v. gr. hombre, significan la naturaleza existiendo en el
supuesto de la misma o como subsistente; habiendo varias notas en una sola persona se daría a
entender que habría en ella tantas personas como notas o propiedades, lo que es absurdo.

5.° Que signifiquen en orden a nuestro conocimiento, pues son el medio de conocer nosotros y
distinguir las personas divinas.

Ya San Agustín (V Trin., cáp. 6; ML 42, 914) y San Basilio (Epist. 38; MG 32, 326), etc.,
hablan de las nociones o notas de las divinas personas, admitidas comúnmente por los teólogos.

El texto de San Agustín dice:

7. Occurrit haereticorum cavillationibus in 7. Contra este nuestro razonar replican


eadem voce geniti et ingeniti. Si autem huic diciendo que el Padre dice ciertamente
sic putant resistendum esse sermoni, quod relación al Hijo, y el Hijo al Padre; pero los
Pater quidem ad Filium dicitur et Filius ad términos engendrado e ingénito no entrañan
Patrem, ingenitus tamen et genitus ad se ipsos relación alguna, sino que dicen habitud a sí
dicuntur, non ad alterutrum: non enim hoc est mismos. No es igual decir ingénito que decir
dicere ingenitum, quod est Patrem dicere; quia Padre, porque, aunque no hubiera engendrado
et si Filium non genuisset, nihil prohiberet un Hijo, el Padre sería siempre ingénito; no
eum dicere ingenitum: et si gignat quisque por el hecho de engendrar alguien un hijo es
filium, non ex eo ipse ingenitus est, quia geniti ya ingénito, pues los hombres sabemos que
homines ex aliis hominibus, gignunt et ipsi proceden por generación unos de otros y
alios: inquiunt ergo: Pater ad Filium dicitur, et engendran a su vez hijos.
Filius ad Patrem, ingenitus autem ad se ipsum, Arguyen, pues: Padre dice relación al Hijo, e
et genitus ad se ipsum dicitur: et ideo si Hijo al Padre; pero ingénito y engendrado
quidquid ad se ipsum dicitur, secundum dicen relación a sí mismos. Ahora bien, todo
substantiam dicitur, diversum est autem cuanto dice habitud al sujeto se predica según

3
Santo Tomás, Suma Teológica, BAC, Madrid 1958, Tomo II, pág. 229. Introducción de Fr. Manuel Cuervo.
ingenitum esse et genitum esse; diversa igitur la sustancia; y como ser ingénito y ser
substantia est: hoc si dicunt, non intelligunt de engendrado son conceptos distintos, luego son
ingenito quidem aliquid se dicere, quod también distintas sustancias.
diligentius pertractandum sit, quia nec ideo Los que así hablan no comprenden que sientan
quisque pater quia ingenitus, nec ingenitus una proposición acerca del término ingénito
ideo quia pater, et propterea non ad aliquid, que merece examen diligente, porque no por
sed ad se dici putatur ingenitus: genitum vero ser uno padre es ya ingénito, ni por ser
mira caecitate non advertunt dici non posse, ingénito es padre. En consecuencia, ingénito
nisi ad aliquid. Ideo quippe filius quia genitus, no dice habitud alguna, sino que se predica de
et quia filius utique genitus. Sicut autem filius sí mismo; pero, con maravillosa ceguera, no
ad patrem, sic genitus ad genitorem refertur; et advierten que el término engendrado es
sicut pater ad filium, ita genitor ad genitum. relativo. Uno es hijo porque ha sido
Ideoque alia notio est qua intelligitur genitor, engendrado, y porque fue engendrado es hijo.
alia qua ingenitus. Nam quamvis de Patre Deo El hijo dice relación al padre, el engendrado
utrumque dicatur, illud tamen ad genitum, id dice relación al que lo engendra; y así como
est, ad Filium dicitur; quod nec illi negant: padre dice relación al hijo, el que engendra
hoc autem quod ingenitus dicitur, ad se ipsum dice relación al engendrado. Luego
dici perhibent. Dicunt ergo: Si aliquid ad se engendrador e ingénito son, pues, dos
ipsum dicitur Pater, quod ad se ipsum dici non conceptos distintos. Porque aunque de Dios
potest Filius, et quidquid ad se ipsum dicitur, Padre se afirmen ambas cosas, aquél dice
secundum substantiam dicitur, et ad se ipsum habitud al engendrado, es decir, al Hijo,
dicitur ingenitus, quod dici non potest Filius; verdad que no niegan los arrianos; mas
ergo secundum substantiam dicitur ingenitus, ingénito, corno ellos afirman, es término
quod Filius quia dici non potest, non ejusdem absoluto. Dicen, pues: Si el Padre tiene algo
est substantiae. Cui versutiae respondetur ita, que no tiene el Hijo, y todo lo que dice
ut ipsi cogantur dicere secundum quid sit habitud al sujeto es sustancia, e ingénito dice
aequalis Patri Filius; utrum secundum id quod relación a sí mismo, lo que no se puede
ad se dicitur, an secundum id quod ad Patrem afirmar del Hijo, pues no se puede llamar
dicitur. Non enim secundum id quod ad ingénito, no es de la misma sustancia.
Patrem dicitur, quoniam ad patrem filius A esta falacia se responde obligando a
dicitur, ille autem non filius, sed pater est. nuestros adversarios a decir en qué es el Hijo
Quia non sic ad se dicuntur pater et filius, igual al Padre, si en identidad de naturaleza o
quomodo amici aut vicini. Relative quippe según su relación al Padre. No en cuanto dice
amicus dicitur ad amicum; et si aequaliter se relación al Padre, porque el hijo siempre dice
diligunt, eadem in utroque amicitia est: et relación al padre, y el padre no es hijo, sino
relative vicinus dicitur ad vicinum; et quia padre. Los conceptos de padre e hijo no se han
aequaliter sibi vicini sunt (quantum enim iste de parangonar a los de amigo y vecino. El
illi, tantum et ille huic vicinatur), eadem in amigo dice relación al amigo, y, si se aman
utroque vicinitas. Quia vero Filius non ad con amor parigual, la amistad es en ambos
Filium relative dicitur, sed ad Patrem; non idéntica. Vecino dice también relación al
secundum hoc quod ad Patrem dicitur, vecino, y pues son igualmente vecinos — a
aequalis est Filius Patri: restat ut secundum id distancia que hay de uno al otro es la misma
aequalis sit, quod ad se dicitur. Quidquid —, idéntica es en ambos la vecindad. Aquí el
autem ad se dicitur, secundum substantiam Hijo no dice relación al Hijo, sino al Padre, y,
dicitur: restat ergo ut secundum substantiam según esta habitud al Padre, el Hijo no es igual
sit aequalis. Eadem est igitur utriusque al Padre. Luego resta lo sea tan sólo según la
substantia. Cum vero ingenitus dicitur Pater, naturaleza. Y todo cuanto se dice de sí mismo
non quid sit, sed quid non sit dicitur. Cum se dice según la sustancia. Queda, pues, en pie
autem relativum negatur, non secundum la consustancialidad. Una misma es en ambos
substantiam negatur, quia ipsum relativum la esencia.
non secundum substantiam dicitur. Cuando se dice del Padre que es ingénito, no
se expresa lo que es, sino lo que no es. Si
negamos en Dios lo relativo, no se niega
según la sustancia, porque la relación no es
sustancia.

Notemos que estas nociones son las que utilizaron los Padres de la Iglesia para hacer frente a
la herejía arriana que confundía la innascibilidad (agennhsia) con la aseidad (agenhsia); San
Basilio en este sentido distinguía el nombre común de «increado» (esencia) del nombre propio de
«ingénito» (Padre).
También yo diría que la esencia divina es increada pero no diría que ingenerado es esencia
(AdvEun 1, 11; 11, 9; Cf. Gregorio de Nisa, AdvEun l).

A la luz de esto entendemos porque las nociones son el medio por las cuales conocemos y
distinguimos las personas divinas. Al permitirnos profundizar en el Misterio, nos ayudan a defender
más eficazmente la fe.

Santo Tomás después de mostrar que “es necesario que no sólo los nombres esenciales los
indiquemos en abstracto y en concreto, como cuando decimos deidad y Dios, o sabiduría y sabio;
sino también los nombres personales, como paternidad y Padre” señala que la razón de esto se debe
a la herejía (corp.):

Primo quidem, haereticorum instantia. Cum A esto nos vemos obligados por dos motivos
enim confiteamur Patrem et Filium et principalmente. 1) Uno, la presencia de los
Spiritum Sanctum esse unum Deum et tres herejes. Pues cuando confesamos que el
personas, quaerentibus quo sunt unus Deus, et Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo
quo sunt tres personae, sicut respondetur quod Dios y tres personas, así como a los que
sunt essentia vel deitate unum, ita oportuit preguntan por qué un Dios, por qué tres
esse aliqua nomina abstracta, quibus personas, les respondemos que son uno por la
responderi possit personas distingui. Et esencia o deidad, así también fue necesario
huiusmodi sunt proprietates vel notiones in que hubiera algunos nombres abstractos con
abstracto significatae, ut paternitas et filiatio. los cuales se pudiera dar una respuesta sobre
Et ideo essentia significatur in divinis ut quid, la distinción de personas. Y así es como las
persona vero ut quis, proprietas autem ut quo. propiedades o nociones, como paternidad o
filiación, son indicadas en abstracto. Por eso,
en Dios la esencia se indica con ¿qué?; la
persona con ¿quién?; la propiedad con por lo
que.

En segundo lugar, en razón de la inteligencia del mismo misterio.

Secundo, quia una persona invenitur in divinis 2) El segundo motivo está en que en Dios una
referri ad duas personas, scilicet persona persona se encuentra referida a dos personas,
Patris ad personam Filii et personam Spiritus esto es, la persona del Padre a la persona del
Sancti. Hijo y a la persona del Espíritu Santo.

Sed in Patre oportet esse relationem realem Por lo tanto, atendiendo a las dos relaciones
qua refertur ad Filium et Spiritum Sanctum, que el Hijo y el Espíritu Santo tienen con el
unde secundum duas relationes Filii et Spiritus Padre, hay que entender que también en el
Sancti quibus referuntur ad Patrem, oportet Padre hay dos relaciones, una para con el Hijo
intelligi duas relationes in Patre, quibus y otra para con el Espíritu Santo. Por todo lo
referatur ad Filium et Spiritum Sanctum. cual, y como quiera que no hay más que una
Unde, cum non sit nisi una Patris persona, persona del Padre, fue necesario indicar
necesse fuit seorsum significari relationes in separadamente las relaciones en abstracto. Las
abstracto, quae dicuntur proprietates et llamamos propiedades y nociones.
notiones.

Las nociones se pueden sintetizar en el siguiente cuadro:

1° En cuanto no procede de otra persona: innascibilidad (1).


I. Padre
el Hijo por generación: paternidad (2).
2° En cuanto que de Él procede
el Espíritu Santo por espiración activa: común espiración (3).

1° En cuanto procede del Padre por generación: filiación (4).


II. Hijo
2° En cuanto de Él procede el Espíritu Santo por espiración activa: común espiración (3).
En cuanto procede del Padre y del Hijo por espiración activa: procesión (5).
III. Espíritu Santo
En cuanto de Él no procede ninguna otra persona divina. (No es nota o noción).

Tal como lo fundamenta Santo Tomás en el artículo tercero.

Respondeo dicendum quod notio dicitur id Hay que decir: Llamamos noción a la razón
quod est propria ratio cognoscendi divinam propia para conocer la persona divina. Las
personam. Divinae autem personae personas divinas se multiplican según su
multiplicantur secundum originem. Ad origen. Al origen pertenece el de quién surge
originem autem pertinet a quo alius, et qui ab otro y el quién surge de otro. Según estos dos
alio, et secundum hos duos modos potest modos se puede conocer a la persona. Así,
innotescere persona. Igitur persona Patris non pues, la persona del Padre no puede ser
potest innotescere per hoc quod sit ab alio, sed conocida porque surja de otro, sino por no
per hoc quod a nullo est, et sic ex hac parte surgir de nadie. Y por eso a El le corresponde
eius notio est innascibilitas. Sed inquantum la noción de innascibilidad. Pero en cuanto
aliquis est ab eo, innotescit dupliciter. Quia que alguien procede de El, se conoce de dos
inquantum Filius est ab eo, innotescit notione maneras. Porque, en cuanto que el Hijo
paternitatis, inquantum autem Spiritus Sanctus procede de El, se conoce la noción de
est ab eo, innotescit notione communis paternidad. En cuanto que el Espíritu Santo
spirationis. Filius autem potest innotescere per procede de El, se conoce la noción de
hoc quod est ab alio nascendo, et sic innotescit espiración común. Por su parte, el Hijo puede
per filiationem. Et per hoc quod est alius ab ser conocido en cuanto que nace de otro; esto
eo, scilicet Spiritus Sanctus, et per hoc es la filiación, y porque de El surge otro, el
innotescit eodem modo sicut et Pater, scilicet Espíritu Santo; y por eso es conocido del
communi spiratione. Spiritus Sanctus autem mismo modo que el Padre por la espiración
innotescere potest per hoc quod est ab alio vel común. Y el Espíritu Santo puede ser
ab aliis, et sic innotescit processione. Non conocido por surgir de otro o de otros; esto es
autem per hoc quod alius sit ab eo, quia nulla la procesión. Pero no puede ser conocido
divina persona procedit ab eo. Sunt igitur porque otro surja de El, ya que nadie surge de
quinque notiones in divinis, scilicet El. Así, pues, cinco son las nociones en Dios:
innascibilitas, paternitas, filiatio, communis innascibilidad, paternidad, filiación,
spiratio et processio. Harum autem tantum espiración común y procesión. De estas cinco,
quatuor sunt relationes, nam innascibilitas non cuatro son relaciones; pues la innascibilidad
est relatio nisi per reductionem, ut infra no es relación más que por reducción, como se
dicetur. Quatuor autem tantum proprietates dirá más adelante (q.33 a.4 ad 3). Cuatro son
sunt, nam communis spiratio non est sólo propiedades; pues la espiración común no
proprietas, quia convenit duabus personis. es propiedad, ya que pertenece a dos personas.
Tres autem sunt notiones personales, idest Y tres son nociones personales, esto es,
constituentes personas, scilicet paternitas, constitutivas de personas: la paternidad, la
filiatio et processio, nam communis spiratio et filiación y la espiración; pues la espiración
innascibilitas dicuntur notiones personarum, común y la innascibilidad son llamadas
non autem personales, ut infra magis patebit. nociones de las personas, pero no personales,
como luego quedará más claro (q.40 a.1 ad 1).

Es decir, tenemos esquemáticamente:

de quién surge otro se conoce al quién surge de otro

innascibilidad Padre

Padre paternidad

Padre espiración común

filiación Hijo

Hijo espiración común


espiración pasiva Espíritu
Santo

Nociones Relaciones Propiedades Nociones personales Nociones de las personas

innascibilidad innascibilidad innascibilidad


paternidad paternidad paternidad paternidad
filiación filiación filiación filiación
común espiración común espiración común espiración
procesión procesión procesión procesión

Estas nociones son conclusiones teológicas verdaderamente necesarias, pues su negación


equivaldría a la misma negación de la verdad de fe (q. 32 a. 4).

Sic igitur dicendum est quod circa notiones Así, pues, con respecto a las nociones hay que
aliqui absque periculo haeresis contrarie sunt decir que se puede opinar de forma distinta sin
opinati, non intendentes sustinere aliquid peligro de herejía, sin pretender sostener algo
contrarium fidei. Sed si quis falsum opinaretur contrario a la fe. Pero si alguien opinase
circa notiones, considerans quod ex hoc erróneamente sobre las nociones, derivándose
sequatur aliquid contrarium fidei, in haeresim de ello algo contrario a la fe, incurriría en la
laberetur. herejía.

Teniendo en cuenta esta breve introducción a las nociones, detengámonos en particular en la


noción de innascibilidad.
Advirtamos que en el cuerpo del artículo tercero de esta cuestión, Santo Tomás indica
claramente que la innascibilidad es relación por reducción, remitiendo a la cuestión 33, artículo 4,
ad 3, como analizaremos más adelante. Además la innascibilidad es una noción de las personas y no
personal, remitiendo a la cuestión 40, artículo 1, ad 1, como también analizaremos más adelante

Santo Tomás presenta las dificultades respecto a esta noción, en la objeción tercera y en el
sed contra, del artículo tercero de esta cuestión 32:

Praeterea, si, tribus personis existentibus in 3. Todavía más. Si para las tres personas en
divinis, sunt quinque notiones, oportet quod in Dios hay cinco nociones, es necesario que en
aliqua personarum sint aliquae notiones duae alguna de las personas haya dos o más
vel plures; sicut in persona Patris ponitur nociones. Ejemplo: Poner en el Padre la
innascibilitas et paternitas et communis innascibilidad, la paternidad y la común
spiratio. Aut igitur istae tres notiones differunt espiración. Por lo tanto, estas tres nociones o
re, aut non. Si differunt re, sequitur quod se distinguen o no se distinguen realmente
persona Patris sit composita ex pluribus rebus. entre sí. En caso afirmativo, la Persona del
Si autem differunt ratione tantum, sequitur Padre está compuesta de varias cosas. Si sólo
quod una earum possit de alia praedicari, ut hay distinción de razón, la conclusión es que
dicamus quod, sicut bonitas divina est eius una de ellas es aplicable a la otra; como si
sapientia propter indifferentiam rei, ita dijéramos que, así como la bondad de Dios es
communis spiratio sit paternitas, quod non su sabiduría por no haber diferencia real, así
conceditur. Igitur non sunt quinque notiones. también la espiración común es la paternidad.
No se puede admitir eso. Por lo tanto, no hay
cinco nociones.

Sed contra, videtur quod sint plures. Quia En cambio parece que no son varias. Porque,
sicut Pater a nullo est, et secundum hoc así como el Padre no viene de nadie, de ahí la
accipitur notio quae dicitur innascibilitas, ita a noción de innascibilidad, así también del
Spiritu Sancto non est alia persona. Et Espíritu Santo no viene otra persona. Y por
secundum hoc oportebit accipere sextam eso sería necesario aceptar una sexta noción.
notionem.
Frente a la dificultad que la pluralidad de nociones en una persona implicaría composición
que repugna a la simplicidad divina, y el ejemplo es la Persona del Padre en que se halla la
innascibilidad, la paternidad y la común espiración; Santo Tomás señala la identificación real de
estas nociones cuando “no se oponen realmente entre sí” con oposición relativa. Esto implica que la
innascibilidad se identifica realmente con la paternidad.

Ad tertium dicendum quod, cum sola 3. A la tercera hay que decir: Como la sola
oppositio relativa faciat pluralitatem realem in oposición relativa provoca ya la pluralidad
divinis, plures proprietates unius personae, real en Dios, las varias propiedades de una
cum non opponantur ad invicem relative, non persona, como no se oponen realmente entre
differunt realiter. Nec tamen de invicem sí, no se distinguen realmente. Como tampoco
praedicantur, quia significantur ut diversae decimos que el atributo del poder sea atributo
rationes personarum. Sicut etiam non dicimus de la ciencia, aun cuando digamos que la
quod attributum potentiae sit attributum ciencia es poder.
scientiae, licet dicamus quod scientia sit
potentia.

La segunda dificultad señalaba de modo paralelo que:

Así como el Padre no procede de nadie innascibilidad

así también del Espíritu Santo no procede nadie sin nombre

La respuesta es que la innascibilidad pertenece a la dignidad del Padre, mientras el no surgir


nada del Espíritu Santo no pertenece a su dignidad, ya que implicaría como una cierta esterilidad
(infecunditas).4

Ad quartum dicendum quod, cum persona 4. A la cuarta hay que decir: Como la persona
importet dignitatem, ut supra dictum est, non conlleva dignidad, como se dijo anteriormente
potest accipi notio aliqua Spiritus Sancti ex (q.29 a.3 ad 2), no puede admitirse ninguna
hoc quod nulla persona est ab ipso. Hoc enim noción del Espíritu Santo por el hecho de que
non pertinet ad dignitatem ipsius; sicut ninguna persona surge de El. Pues esto no
pertinet ad auctoritatem Patris quod sit a nullo. pertenece a su dignidad, como a la autoridad
del Padre sí pertenece el no surgir de nadie.

LAS PERSONAS DIVINAS EN ESPECIAL

Las nociones o notas distintivas, nos decía Santo Tomas, son cada una de ellas como la
razón propia para conocer la persona divina, por lo cual estas nociones nos permiten tener un
conocimiento más propio de cada persona en particular; por eso es lógico que después de haber
estudiado a las divinas personas en lo que tienen de común se estudie a cada persona en especial.

LA PRIMERA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Santo Tomás señala tres nombres de la primera persona de la Santísima Trinidad (I, 33):
Principio – Padre – Ingénito.

Principio (artículo primero).

Respondeo dicendum quod hoc nomen Hay que decir: La palabra principio no indica
principium nihil aliud significat quam id a quo más que aquello de lo que procede algo; pues
aliquid procedit, omne enim a quo aliquid a todo aquello de lo que procede algo, sea del
procedit quocumque modo, dicimus esse modo que sea, lo llamamos principio. Y al
principium; et e converso. Cum ergo Pater sit revés. Por lo tanto, como el Padre es Aquel de
4
R. Garrigou-Lagrange, De Deo Trino et Creatore, Marietti, Torino 1951, pág. 134: Scotus vult addere sextam, scil.
Spiritus Sancti infecunditatem. Hoc rejicitur, quia non pertinet ad dignitatem ejus personae.
a quo procedit alius, sequitur quod Pater est quien procede otro, se sigue que el Padre es
principium. principio. (corp).

Que Santo Tomás precisa del siguiente modo (ad 1):

Ad primum ergo dicendum quod Graeci 1. A la primera hay que decir: Los griegos
utuntur in divinis indifferenter nomine causae, utilizaron indistintamente los nombres causa y
sicut et nomine principii, sed Latini doctores principio en su aplicación a Dios. Pero los
non utuntur nomine causae, sed solum nomine doctores latinos sólo utilizaron el de principio,
principii. Cuius ratio est, quia principium no el de causa. La razón de esto estriba en que
communius est quam causa, sicut causa principio es más general que causa, como
communius quam elementum, primus enim causa es más general que elemento; pues el
terminus, vel etiam prima pars rei dicitur primer término, o también la primera parte de
principium, sed non causa. Quanto autem algo recibe el nombre de principio, pero no el
aliquod nomen est communius, tanto de causa. Cuanto más general es un nombre,
convenientius assumitur in divinis, ut supra tanto más convenientemente se aplica a Dios,
dictum est, quia nomina, quanto magis como ya se dijo (q.13 a. 11), porque los
specialia sunt, tanto magis determinant nombres, cuanto más concretos son, tanto más
modum convenientem creaturae. Unde hoc convenientemente determinan el modo de ser
nomen causa videtur importare diversitatem de la criatura. Por eso, el nombre causa parece
substantiae, et dependentiam alicuius ab indicar diversidad sustancial y dependencia de
altero; quam non importat nomen principii. In otro por parte de alguien; cosa que no sucede
omnibus enim causae generibus, semper con el principio. Pues en todos los géneros de
invenitur distantia inter causam et id cuius est causa, siempre se encuentra por alguna
causa, secundum aliquam perfectionem aut perfección o virtud la distancia entre la causa
virtutem. Sed nomine principii utimur etiam in y lo causado. Pero principio lo utilizamos
his quae nullam huiusmodi differentiam también en aquellas cosas que no mantienen
habent, sed solum secundum quendam diferencias de este tipo, sino sólo cierto orden.
ordinem, sicut cum dicimus punctum esse Por ejemplo, cuando decimos que el punto es
principium lineae, vel etiam cum dicimus principio de la línea, o también cuando
primam partem lineae esse principium lineae. decimos que la primera parte de la línea es
principio de la línea.

Padre (artículo segundo).

Respondeo dicendum quod nomen proprium Hay que decir: El nombre propio de cualquier
cuiuslibet personae significat id per quod illa persona indica aquello por lo que aquella
persona distinguitur ab omnibus aliis. persona se distingue de todas las demás. Pues,
Sicut enim de ratione hominis est anima et así como a la razón de hombre pertenece el
corpus, ita de intellectu huius hominis est haec tener alma y cuerpo, así también al concepto
anima et hoc corpus, ut dicitur in VII de este hombre pertenece el tener esta alma y
Metaphys.; his autem hic homo ab omnibus este cuerpo, según se dice en VII Metaphys.
aliis distinguitur. Id autem per quod Con estas propiedades, este hombre se
distinguitur persona Patris ab omnibus aliis, distingue de todos los demás. Y aquello por lo
est paternitas. Unde proprium nomen personae que se distingue la persona del Padre de las
Patris est hoc nomen Pater, quod significat demás es la paternidad. Por eso, el nombre
paternitatem. propio de la persona del Padre es el de Padre,
que indica paternidad.

Ahora bien, habíamos visto que la Sagrada Escritura fue revelando la paternidad de Dios
progresivamente. Luego que el antiguo Pueblo de Dios comprendió más adecuadamente el
monoteísmo y trascendencia divina, Dios se fue revelando como Padre hasta la culminación de la
revelación hecha por Jesucristo: el Hijo natural del Padre. Santo Tomás nos señala estos distintos
grados analógicos de esta paternidad (artículo tercero).

personal Hijo increado Por todo lo dicho (q.27 a.2; q.28 a.4), Manifestum est autem ex praemissis
resulta evidente que la razón perfecta quod perfecta ratio paternitatis et
de paternidad y de filiación se filiationis invenitur in Deo Patre et Deo
encuentra en Dios Padre y en Dios Filio, quia Patris et Filii una est natura
Hijo; porque al Padre y al Hijo les es et gloria.
común la naturaleza y la gloria.

Pues se dice que Dios es Padre de Dicitur enim Deus alicuius creaturae
alguna criatura, porque ha dejado pater, propter similitudinem vestigii
alguna huella de semejanza sólo, tantum, utpote irrationalium
creaturas irracionales incluso en las criaturas irracionales. creaturarum; secundum illud iob
Dice Job 38,28: ¿Quién es el Padre de XXXVIII, quis est pluviae Pater? aut
la lluvia? O las gotas de rocío, ¿quién quis genuit stillas roris?
las engendró?

Por otra parte, de las criaturas alicuius vero creaturae, scilicet


racionales se dice que El ha puesto la rationalis, secundum similitudinem
creaturas racionales imagen de semejanza. Dice Dt 32,6: imaginis; secundum illud Deut. XXXII,
¿Acaso no es El mismo Tu Padre que te nonne ipse est Pater tuus, qui possedit
poseyó, te hizo y te creó? et fecit et creavit te?
esencial
De otras criaturas El es Padre por la aliquorum vero est Pater secundum
semejanza de la gracia, por la que son similitudinem gratiae, qui etiam
llamados hijos adoptivos, en cuanto dicuntur filii adoptivi, secundum quod
que están ordenados a heredar la gloria ordinantur ad haereditatem aeternae
hijos adoptivos (gracia) eterna como dispendio de la gracia. gloriae per munus gratiae acceptum;
Dice Rom 8,16-17 El mismo Espíritu secundum illud Rom. VIII, ipse
nos testifica que somos hijos de Dios; y Spiritus reddit testimonium spiritui
si somos hijos, también somos nostro, quod sumus filii Dei; si autem
herederos. filii, et haeredes.

Y de otras criaturas es Padre por la Aliquorum vero secundum


semejanza de la gloria, en cuanto que similitudinem gloriae, prout iam gloriae
ya poseen la herencia de la gloria. Dice haereditatem possident; secundum illud
hijos adoptivos (gloria)
Rom 5,2: Nos gloriamos en la Rom. V, gloriamur in spe gloriae
esperanza de la gloria de los hijos de filiorum Dei.
Dios.

Ingénito (artículo cuarto).

En la cuestión 33, artículo cuarto Santo Tomás se pregunta SI SER INGÉNITO ES UNA
PROPIEDAD DEL PADRE.

Antes de desarrollar esta temática en Santo Tomás conviene señalar lo que la Revelación
enseña, en primer lugar la Sagrada Escritura:

1, 18 qeon oudeij ewraken 1, 18 Deum nemo vidit umquam; 1, 18 A Dios nadie le ha visto jamás:
pwpote monogenhj qeoj o wn unigenitus Deus, qui est in sinum el Hijo único, que está en el seno del
eij ton kolpon tou patroj Patris, ipse enarravit. Padre, él lo ha contado.
ekeinoj echghsato

15, 26 otan elqh o paraklhtoj 15, 26 Cum autem venerit Paraclitus, 15, 26 Cuando venga el Paráclito, que
on egw pemyw uminu para quem ego mittam vobis a Patre, yo os enviaré de junto al Padre, el
tou patroj to pneuma thj Spiritum veritatis, qui a Patre Espíritu de la verdad, que procede del
alhqeiaj o para tou patroj procedit, ille testimonium perhibebit Padre, él dará testimonio de mí.
ekporeuetai ekeivoj de me;
marturhsei peri emou

Nuestra fe, según el Símbolo llamado de Nicea-Constantinopla, afirma en la Tradición


común de oriente y occidente lo siguiente:

Et in unum Dóminum Iesum Christum, Creo en un solo Señor, Jesucristo,


Fílium Dei Unigénitum, Hijo único de Dios,
et ex Patre natum ante ómnia sǽcula. nacido del Padre antes de todos los siglos:
Deum de Deo, lumen de lúmine, Dios de Dios, Luz de Luz.
Deum verum de Deo vero, Dios verdadero de Dios verdadero,
génitum, non factum, engendrado, no creado,
consubstantiálem Patri: de la misma naturaleza del Padre,
per quem ómnia facta sunt. por quien todo fue hecho;

Et in Spíritum Sanctum, Creo en el Espíritu Santo,


Dóminum et vivificántem: Señor y dador de vida,
qui ex Patre procédit. que procede del Padre,
Qui cum Patre et Fílio que con el Padre y el Hijo,
simul adorátur et conglorificátur: recibe una misma adoración y gloria,
qui locútus est per prophétas. y que habló por los profetas.

Y en la Tradición litúrgica latina:

Et in Spíritum Sanctum, Creo en el Espíritu Santo,


Dóminum et vivificántem: Señor y dador de vida,
qui ex Patre Filióque procédit. que procede del Padre y del Hijo,
Qui cum Patre et Fílio que con el Padre y el Hijo,
simul adorátur et conglorificátur: recibe una misma adoración y gloria,
qui locútus est per prophétas. y que habló por los profetas.

El Sínodo XI de Toledo, del 7 de noviembre del 675 (Denz. 277 [527]) señala la fe en el
Espíritu Santo que no es ni ingénito ni genito.
Spiritum quoque Sanctum, qui est tertia in También creemos que el Espíritu Santo, que es
Trinitate persona, unum atque aequalem cum la tercera persona en la Trinidad, es un solo
Deo Patre et Filio credimus esse Deum, unius Dios e igual con Dios Padre e Hijo; no, sin
substantiae, unius quoque esse naturae: non embargo, engendrado y creado, sino que
tamen genitum vel creatum, sed ab utrisque procediendo de uno y otro, es el Espíritu de
procedentem, amborum esse Spiritum. Hic ambos. Además, este Espíritu Santo no
etiam Spiritus Sanctus nec ingenitus nec creemos sea ingénito ni engendrado; no sea
genitus creditur: ne aut si ingenitum dixemus, que si le decimos ingénito, hablemos de dos
duos Patres dicamus, aut si genitum, duo Padres; y si engendrado, mostremos predicar a
Filios praedicare monstremur; qui tamen nec dos Hijos; sin embargo, no se dice que sea
Patris tantum nec Filium tantum, sed simul sólo del Padre o sólo del Hijo, sino Espíritu
Patris et Filii Spiritus dicitur. Nec enim de juntamente del Padre y del Hijo. Porque no
Patre procedit in Filium, vel de Filio procedit procede del Padre al Hijo, o del Hijo procede
ad sanctificandam creaturam, sed simul ab a la santificación de la criatura, sino que se
utrisque processisse monstratur; quia caritas muestra proceder a la vez del uno y del otro;
sive sanctitas amborum esse agnoscitur. Hic pues se reconoce ser la caridad o santidad de
igitur Spiritus Sanctus missus ab utrisque sicut entrambos. Así, pues, este Espíritu se cree que
Filius [a Patre] creditur; sed minor a Patre et fue enviado por uno y otro, como el Hijo por
Filio non habetur, sicut Filius propter el Padre; pero no es tenido por menor que el
assumptam carnem minorem se Patre et Padre o el Hijo, como el Hijo por razón de la
Spiritu Sancto esse testatur. carne asumida atestigua ser menor que el
Padre y el Espíritu Santo.

Y la profesión de fe del Papa San León IX que le envía al Patriarca Pedro de la Iglesia de
Antioquia el 13 de abril del 1053. Época difícil para la Iglesia, ya que se produjo en ese tiempo el
Cisma entre Oriente y Occidente. El Papa San León IX profesa que “el Espíritu Santo ni genito ni
ingénito” (Denz. 682).

Hanc sanctam et individuam Trinitatem non Esta santa e individua Trinidad de tal modo
tres deos, sed in tribus personis et in una creo y confieso que no son tres dioses, sino un
natura sive essentia unum Deum solo Dios en tres personas y en una sola
omnipotentem, aeternum, invisibilem et naturaleza o esencia, omnipotente, eterno,
incommutabilem ita credo et confiteor, ut invisible e inconmutable, que predico
Patrem ingenitum, Filium unigenitum, verdaderamente que el Padre es ingénito, el
Spiritum Sanctum nec genitum nec ingenitum, Hijo unigénito, el Espíritu Santo ni genito ni
sed a Patre et Filio procedentem, veraciter ingénito, sino que procede del Padre y del
praedicem. Hijo.

Expresado de modo catequístico:

Hay un solo Dios verdadero, creador del cielo y de la tierra.

La Santísima Trinidad es el mismo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un
solo Dios verdadero.

El Padre es Dios.
El Hijo es Dios.
El Espíritu Santo es Dios.
Las tres personas de la Santísima Trinidad son un solo Dios verdadero.

El Padre no es el Hijo.
El Hijo no es el Padre.

El Padre no es el Espíritu Santo.


El Espíritu Santo no es el Padre.

El Hijo no es el Espíritu Santo.


El Espíritu Santo no es el Hijo.

Una persona de la Santísima Trinidad no es la otra porque son personas distintas, aunque las tres
son un solo Dios verdadero.

El Padre es increado, el Hijo es increado, el Espíritu Santo es increado; un solo increado.

Teniendo en cuenta esto, presentaremos, en primer lugar, la exposición de Fr. Manuel


Cuervo en su Introducción5 a esta cuestión, ya que nos parece que da una interpretación no correcta
de la misma, y luego presentemos la nuestra.

C) DEL NOMBRE «INGËNITO»

Ingénito es una palabra negativa que equivale a no engendrado. Por tanto, según el sentido en
que se tome la generación, así la palabra ingénito recibirá diversas acepciones, que es necesario
precisar para poder determinar después en qué sentido es propio del Padre ser ingénito.

1.° Tomada la generación en sentido amplio, como sinónima de producción o creación, la


palabra ingénito es igual a increado. Y así huelga decir que conviene a Dios substancialmente y
que es común a todas las personas divinas por razón de su esencia.

2.° Tomando la generación en sentido propio, ingénito significa lo mismo que no engendrado.
En este sentido la toman el Nacianceno (Sermo de Epiph,) y San Jerónimo (De regulis
definitionum); aplicándola no sólo al Padre sino también al Espíritu Santo.

3.° Puede tomarse, por última, la generación, no sólo en sentido propio, sino también común,
equivaliendo entonces la palabra ingénito en Dios a no procedente de otro. El cual puede
referirse o bien a la esencia divina o a las personas.

Mas como las personas son las que proceden en Dios y al mismo tiempo principio próximo de
los orígenes divinos, se sigue que en este sentido ingénito se dirá solamente de las personas y
no de la esencia. Por lo cual enseña Santo Tomas que ingénito significa en cierto sentido

5
Santo Tomás, Suma Teológica, BAC, Madrid 1958, Tomo II, pág. 263-265. Introducción de Fr. Manuel Cuervo.
privativamente, o sea en el género de principio personal, y no de una manera puramente
negativa, por cuanto expresa la negación de toda procedencia en una persona, la cual pertenece
a otras que convienen con ella en ser principio o término de los orígenes divinos. En cuyo case
el nombre de Ingénito tan sólo pone en la persona a que pertenece una relación de razón
consistente en la negación de toda procedencia de otra (a. 4; ad 2).

Ahora bien, es indudable que el nombre de Ingénito, así entendido, no conviene al Hijo, que es
engendrado, ni al Espíritu Santo, que procede del Padre y del Hijo, sino tan sólo al Padre,
significando el principio que no es de principio o el principio fontal de la Trinidad. De donde al
Padre, en cuanto principio del Hijo, le conviene le paternidad; en cuanto de El procede el
Espíritu Santo, la espiración activa juntamente con el Hijo, y en cuanto El mismo no procede de
ningún otro, sino que es primer principio y no principio de principio, como el Hijo, le conviene
el nombre de Ingénito o de Innascible.

Por eso Santo Tomás no quiere admitir, con Ricardo de San Víctor y San Buenaventura, que
ingénito signifique algo positivo, sino tan sólo negación de toda procedencia de otro en la razón
de principio personal, o sea la misma innascibilidad del Padre (a. 4, ad 1).

Ni es obstáculo para que el nombre de Ingénito sea propio del Padre el que consista en una
negación. Porque las cosas simples las entendemos nosotros por medio de negaciones (a. 4, ad
1). Así como tampoco se expresaría mejor esta propiedad del Padre con el nombre de
improcesible. Porque, siendo de la naturaleza del origen del Espíritu Santo proceder también del
Hijo, con ese nombre no se expresaría suficientemente la negación de toda procedencia el
Padre, por lo mismo que con él tampoco se niega la del Hijo. En cambio, con el de Ingénito
expresamente se niega en el Padre toda procedencia de otro, puesto que, negada la de
generación, se niega también la amor o del Espíritu Santo, que por naturaleza procede de la
primera, o sea del Hijo (a. 4, ad 5). Por lo cual afirma Santo Tomás, juntamente con San Hilarlo
y San Agustín que poner en Dios dos innascibles equivaldría a afirmar la existencia de dos
deidades o de dos dioses (a. 4, ad 4)

La esencia divina también es ingénita, pero de ella no se dice esta propiedad en el mismo
sentido que del padre, o sea, de algún modo privativamente en el género de principio personal,
sino tan sólo de una manera puramente negativa, de generación en sentido propio, en el orden
de la misma esencia divina, no de principio personal. Porque la esencia divina no es principio
próximo de la generación ni término de ella. Y así dice el Concilio IV de Letrán: "La esencia
divina no es el que engendra, ni engendrada" (Denz. 432). Además, porque en cuanto está en el
Hijo y en el Espíritu Santo procede del Padre. Por lo cual no le conviene el nombre de Ingénito
de la misma manera que al Padre, en sentido en cierto modo privativo, pues así, sólo puede
pertenecer a una persona, ni tampoco en cuanto implica negación de toda procedencia de otro;
en cualquier sentido; sino únicamente en cuanto expresa negación de generación en sentido
propio.

En cambio, al Padre, como primer principio personal de las procesiones divinas, le pertenece
exclusivamente el nombre de ingénito en sentido en cierto modo privativo, implicando la
negación de generación de cualquier manera. Lo cual no arguye en el Padre imperfección
alguna ni tampoco una perfección de la que carezcan las otras personas divinas, sino la máxima
dignidad, puramente relativa, de principio fontal de la Trinidad (a. 4, ad 2; De Pot., q. 10, a. 1,
ad 17 y 9).

Subrayemos que para Fr. Manuel Cuervo: “Santo Tomás no quiere admitir, con Ricardo de
San Víctor y San Buenaventura, que ingénito signifique algo positivo, sino tan sólo negación de
toda procedencia de otro en la razón de principio personal, o sea la misma innascibilidad del
Padre”

Creemos que esta conclusión no es correcta, ya que antes habíamos visto que la
innascibilidad es relación por reducción. R. Garrigou-Lagrange dice: que Ingénito significa
directamente negación de generación pasiva. Pero esta negación notifica una gran dignidad; pues
por esto mismo que el Padre es de ningún principio, se sigue que es el origen de otras personas; y
esto es algo positivo (Ingenitus importat directe negationem generationis passivae. Sed haec negatio
notificat magnam dignitatem, nam hoc ipso quod Pater est a nullo principio, sequitur quod est origo
aliarum personarum; et hoc est quid positivum).6 Por esto analicemos este artículo cuarto conforme
al orden que Santo Tomás ha presentado sus conceptos.

Santo Tomás comienza, es esta cuestión 33, artículo cuarto, con el sed contra, donde se
indica, en la Tradición de la Iglesia (San Hilario), que innascibilidad es propiedad del Padre.

Sed contra est quod dicit Hilarius, IV de Trin., En cambio está lo que dice Hilario en el IV De
est unus ab uno, scilicet ab ingenito genitus, Trin: Uno viene del uno — esto es, el genito
proprietate videlicet in unoquoque et del ingénito —, debido a la propiedad de
innascibilitatis et originis. innascibilidad de uno y de origen del otro.

En la respuesta distingue, en primer lugar, lo referido al Padre (principio del no principio) y


lo referido al Hijo (principio del principio). Con respecto a lo primero, a su vez distingue entre: I)
por la relación que tiene con lo que existe por él; II) porque no existe por otro.

Con respecto a I) están las nociones de paternidad y común espiración; con respecto a II)
está la noción de innascibilidad.

Respondeo dicendum quod, sicut in creaturis Hay que decir: Así como en las criaturas se
invenitur principium primum et principium encuentra el principio primero y el segundo,
secundum, ita in personis divinis, in quibus así también en las personas divinas, en las que
non est prius et posterius, invenitur principium no hay antes ni después, se encuentra el
non de principio, quod est Pater, et principium principio del no principio, el Padre; y el
a principio, quod est Filius. In rebus autem principio del principio, el Hijo. En las cosas
creatis aliquod principium primum innotescit creadas el principio primero es conocido de
dupliciter, uno quidem modo, inquantum est dos maneras. 1) Una, en cuanto es principio
principium primum per hoc quod habet primero por la relación que tiene con lo que
relationem ad ea quae ab ipso sunt; alio modo, existe por él; 2) Otra, en cuanto que es primer
inquantum est primum principium per hoc principio porque no existe por otro. Así, pues,
quod non est ab alio. Sic igitur et Pater el Padre es conocido en su paternidad y
innotescit quidem paternitate et communi común espiración, respecto de las personas
spiratione, per respectum ad personas ab eo que proceden de El. En cuanto es principio del
procedentes, inquantum autem est principium no principio, es conocido por no provenir de
non de principio, innotescit per hoc, quod non otro. Y esto pertenece a la propiedad de la
est ab alio, quod pertinet ad proprietatem innascibilidad, que es lo que significa
innascibilitatis, quam significat hoc nomen ingénito.
ingenitus.

Notemos, por tanto, que la noción de innascibilidad no está en relación a las otras personas
divinas (el Padre es conocido en su paternidad y común espiración, respecto de las personas que
proceden de El), sino en cuanto que el Padre no procede de nadie; es decir, en otras palabras: es
principio del no principio. Advirtamos que aquí la noción de innascibilidad se toma en un sentido
muy general: en cuanto no es desde otro (non est ab alio) y sería equivalente a negación de todo
origen, en un sentido puramente negativo. De aquí entendemos la objeción primera que señala que
ingénito no coloca nada, sino simple exclusión:

Omnis enim proprietas ponit aliquid in eo 1. Toda propiedad pone algo en aquel de quien
cuius est proprietas. Sed ingenitus nihil ponit es propiedad. Pero ser ingénito no pone nada
in Patre, sed removet tantum. Ergo non en el Padre, tan sólo lo excluye. Luego no
significat proprietatem Patris. indica una propiedad del Padre.

La respuesta de Santo Tomás tiene dos partes, en una corrige una errónea interpretación de
la innascibilidad.

Ad primum ergo dicendum quod quidam 1. A la primera hay que decir: Algunos dicen
dicunt quod innascibilitas, quam significat hoc que la innascibilidad, indicada con la palabra
6
R. Garrigou-Lagrange, De Deo Trino et Creatore, Marietti, Torino 1951, pág. 140.
nomen ingenitus, secundum quod est ingénito, en cuanto propiedad del Padre, no se
proprietas Patris, non dicitur tantum negative; dice sólo en sentido negativo, sino que
sed importat vel utrumque simul, scilicet quod conlleva a un tiempo dos aspectos, esto es, el
pater a nullo est, et quod est principium Padre como no proveniente de nadie, y el
aliorum; vel importat universalem Padre como principio de los otros; o que
auctoritatem; vel etiam fontalem expresa autoridad universal; o que es la
plenitudinem. Sed hoc non videtur verum. plenitud fontal. Pero parece que esto no es
Quia sic innascibilitas non esset alia proprietas correcto, porque, de ser así, la innascibilidad
a paternitate et spiratione, sed includeret eas, no sería una propiedad distinta de la
sicut includitur proprium in communi, nam paternidad y de la espiración, sino que las
fontalitas et auctoritas nihil aliud significant in incluiría como lo propio está incluido en lo
divinis quam principium originis. común; pues fontalidad y autoridad en Dios
no significan más que el principio de origen.

Esta interpretación, como vemos, señala dos aspectos de la innascibilidad: II) porque no es
desde otro (sentido puramente negativo); I) por la relación que tiene con lo que existe por él
(principio de los otros – autoridad universal – plenitud fontal). Santo Tomás niega este segundo
aspecto, como lo había hecho en el cuerpo del artículo.

En la segunda parte de esta respuesta siguiendo a San Agustín indica que “ingénito implica
negación de generación pasiva”. Que a la luz de todo lo dicho, significa que con respecto a algo
anterior el Padre no es generado por nadie. Advirtamos que la noción de innascibilidad se especifica
aquí por su relación con el Hijo, pero no en cuanto el Hijo proceda de él.

Et ideo dicendum est, secundum Augustinum, Y, así, hay que decir, según Agustín en el V
V de Trin., quod ingenitus negationem De Trin., ingénito implica negación de
generationis passivae importat, dicit enim generación pasiva; pues decir ingénito
quod tantum valet quod dicitur ingenitus, equivale a decir no Hijo. Pero tampoco se
quantum valet quod dicitur non Filius. Nec sigue de esto que no deba ponerse ingénito
propter hoc sequitur quod ingenitus non como noción propia del Padre, puesto que lo
debeat poni propria notio Patris, quia prima et primario y simple se da a conocer mediante
simplicia per negationes notificantur; sicut negaciones; como decimos que el punto es
dicimus punctum esse cuius pars non est. aquello que no tiene partes.

Es decir, Santo Tomás acepta, siguiendo a San Agustín, una especificación mayor de la
innascibilidad, por eso conviene ver el texto de San Agustín citado:

Hoc exemplis planum faciendum est. Ac Esto se hará más asequible por medio de
primum videndum est hoc significari cum ejemplos. Veamos, en primer lugar, si el
dicitur genitus, quod significatur cum dicitur significado de hijo y el de engendrado es
filius. Ideo enim filius, quia genitus; et quia idéntico. En efecto, uno es hijo porque ha sido
filius, utique genitus. Quod ergo dicitur engendrado, y porque es hijo es engendrado.
ingenitus, hoc ostenditur, quod non sit filius: Cuando se dice ingénito, se niega que sea hijo.
sed genitus et ingenitus commode dicuntur; Engendrado e ingénito son dos palabras
filius autem latine dicitur, sed infilius ut corrientes; hijo también se puede decir en
dicatur non admittit loquendi consuetudo. romance, pero el uso no autoriza la palabra
Nihil tamen intellectui demitur, si dicatur non inhijo. Nada pierde de su significación si
filius; quemadmodum etiam si dicatur non decimos no hijo, y así lo mismo es decir
genitus, pro eo quod dicitur ingenitus, nihil ingénito que decir no engendrado. Términos
aliud dicitur. Sic enim et vicinus et amicus son relativos amigo y vecino, pero no se
relative dicuntur, nec tamen potest invicinus puede decir invecino, como se dice enemigo.
dici quomodo dicitur inimicus. Quamobrem Por consiguiente, no se ha de atender en las
non est in rebus considerandum quid vel sinat cosas qué es lo que la índole de nuestro
vel non sinat dici usus sermonis nostri, sed lenguaje permite o no permite, sino a las
quis rerum ipsarum intellectus eluceat. Non ideas latentes en las palabras.
ergo jam dicamus ingenitum, quamvis dici Si os place, no digamos ingénito, aunque se
latine possit; sed pro eo dicamus non genitum, puede decir en romance; digamos en su lugar
quod tantum valet. Num ergo aliud dicimus no engendrado, que es término equivalente.
quam non filium? Negativa porro ista ¿No es esto lo mismo que decir no hijo? La
particula non id efficit, ut quod sine illa partícula negativa no puede convertir en
relative dicitur, eadem praeposita sustancial un término que sin ella sería
substantialiter dicatur; sed id tantum negatur, relativo; sólo niega lo que sin ella se afirma,
quod sine illa aiebatur, sicut in caeteris cual sucede en los predicamentos restantes.
praedicamentis. (San Agustín, De Trinitate V, 7)

Subrayemos la siguiente afirmación de San Agustín: “La partícula negativa no puede


convertir en sustancial un término que sin ella sería relativo; sólo niega lo que sin ella se afirma,
cual sucede en los predicamentos restantes”.

Santo Tomás, en la segunda objeción partiendo de la distinción entre negación y privación,


llega al dilema siguiente: Si ingénito tiene un sentido negativo, entonces el Espíritu Santo (como la
esencia divina) no es engendrado, y se podría aplicar la noción de innascibilidad. Si ingénito tiene
un sentido privativo, entonces implica imperfección.

Praeterea, ingenitum aut dicitur privative, aut 2. Más aún. Ingénito se dice en sentido
negative. Si negative, tunc quidquid non est privativo o negativo. Si es en sentido
genitum, potest dici ingenitum. Sed Spiritus negativo, entonces lo que no es engendrado
Sanctus non est genitus, neque etiam essentia puede ser llamado ingénito. Pero el Espíritu
divina. Ergo ingenitum etiam eis convenit, et Santo no es engendrado; tampoco lo es la
sic non est proprium Patri. Si autem privative esencia divina. Por lo tanto, también les
sumatur, cum omnis privatio significet corresponde el ser ingénito. No siendo sólo
imperfectionem in privato, sequitur quod propio del Padre. Y si se toma en sentido
persona Patris sit imperfecta. Quod est privativo, como toda privación indica
impossibile. imperfección en quien es privado, se concluye
que la Persona del Padre es imperfecta. Esto
es imposible.

Santo Tomás responde, señalando que ingénito se puede tomar en sentido negativo o en
sentido privativo. En sentido solamente (tantum) negativo, es ingénito tanto el Espíritu Santo como
la esencia divina. En cambio en el último sentido señala tres acepciones diversas de la noción de
privación:

Ad secundum dicendum quod ingenitum 2. A la segunda hay que decir: Ingénito a


quandoque sumitur negative tantum. Et veces es tomado sólo en sentido negativo. En
secundum hoc Hieronymus dicit Spiritum este sentido, Jerónimo dice que el Espíritu
Sanctum esse ingenitum, idest non genitum. Santo es ingénito, es decir, no engendrado.
Alio modo potest dici ingenitum aliquo modo Ingénito puede decirse también en sentido
privative, non tamen aliquam imperfectionem privativo, y, sin embargo, no implica
importat. Multipliciter enim dicitur privatio. imperfección. Pues la privación tiene
Uno modo, quando aliquid non habet quod múltiples acepciones. 1) Una, cuando alguien
natum est haberi ab alio, etiamsi ipsum non sit no tiene lo que por nacer le corresponde tener
natum habere illud, sicut si lapis dicatur res de otro, aunque no se exija tenerlo. Ejemplo:
mortua, quia caret vita, quam quaedam res Una piedra es llamada cosa muerta porque no
natae sunt habere. Alio modo dicitur privatio, tiene la vida que otros seres tienen. 2) Otra,
quando aliquid non habet quod natum est cuando alguien no tiene lo que por nacer le
haberi ab aliquo sui generis; sicut si talpa corresponde tener de alguien de su género.
dicatur caeca. Tertio modo, quando ipsum non Ejemplo: Llamar ciego al topo. 3) Otra,
habet quod natum est habere, et hoc modo cuando no se tiene lo que por nacer se debe
privatio imperfectionem importat. tener. En este sentido la privación implica
imperfección.

Sólo la segunda acepción se puede tomar la noción de ingénito como privación.

Sic autem ingenitum non dicitur privative de No es en este sentido privativo en el que se
Patre, sed secundo modo, prout scilicet dice que el Padre es ingénito, sino en el
aliquod suppositum divinae naturae non est segundo sentido de privación, esto es, en
genitum, cuius tamen naturae aliquod cuanto que algún supuesto de la naturaleza
suppositum est genitum. Sed secundum hanc divina no es engendrado, mientras que ser
rationem, etiam de Spiritu Sancto potest dici engendrado le corresponde a otro supuesto de
ingenitum. la misma naturaleza divina. Según esto,
ingénito se puede decir también del Espíritu
Santo.

Pero, aún así puede presentar dificultades, Santo Tomás precisa dos formas para entenderlo
correctamente:

Como principio de otra persona divina.

Unde ad hoc quod sit proprium soli Patri, Por eso, al aplicarlo como algo propio sólo del
oportet ulterius in nomine ingeniti intelligere, Padre, en la palabra ingénito hay que entender
quod conveniat alicui personae divinae quae además que le corresponde a aquella persona
sit principium alterius personae; ut sic divina que es principio de otra persona; para
intelligatur importare negationem in genere que así se comprenda que implica negación en
principii personaliter dicti in divinis. el género del principio cuando se aplica a Dios
en sentido personal.

Como que no proceda absolutamente de otro, por lo cual no se puede decir del Espíritu
Santo que procede de otro, ni de la esencia divina que es comunicable (es comunicada al Hijo y al
Espíritu Santo).

Vel, ut intelligatur in nomine ingeniti, quod O para que en la palabra ingénito se


omnino non sit ab alio, et non solum quod non comprenda que no procede en absoluto de
sit ab alio per generationem. Sic enim nec otro, y no sólo que no proceda de otro por
Spiritui Sancto convenit esse ingenitum, qui generación. Pues, así entendido, al Espíritu
est ab alio per processionem ut persona Santo no le corresponde el ser ingénito, pues
subsistens, nec etiam divinae essentiae, de qua existe como persona subsistente por otro
potest dici quod est in Filio vel in Spiritu mediante procesión; ni tampoco le
Sancto ab alio, scilicet a Patre. corresponde a la esencia divina, de la que se
puede decir que está en el Hijo o en el Espíritu
Santo por otro, esto es, el Padre.

Si ingénito como privación implicaba principio de otra persona divina, se entiende el motivo
por la cual Santo Tomás plantea la tercera objeción: parece que ingénito significa relación.

Praeterea, ingenitus in divinis non significat 3. Todavía más. Ingénito en Dios no indica
relationem, quia non dicitur relative, significat relación porque no se dice relativamente, por
ergo substantiam. Ingenitus igitur et genitus lo tanto, indica la sustancia. Así, pues,
secundum substantiam differunt. Filius autem, ingénito y engendrado se diferencian
qui est genitus, non differt a Patre secundum sustancialmente. No obstante, el Hijo, que es
substantiam. Pater ergo non debet dici engendrado, no se distingue sustancialmente
ingenitus. del Padre. Luego el Padre no puede ser
llamado ingénito.

La respuesta de Santo Tomás es que la noción de ingénito puede implicar substancia,


siguiendo a San Juan Damasceno y es equivalente a “increado”; o puede implicar relación, como ya
que había dicho en el cuerpo de la q. 32 a. 3, remitiéndonos a este ad 3, que la innascibilidad es
relación por reducción. Aquí el Angélico sigue a San Agustín, el cual está citado implícitamente, en
la continuación del texto que hemos presentado de este Padre de la Iglesia.

Ad tertium dicendum quod, secundum 3. A la tercera hay que decir: Según el


Damascenum, ingenitum uno modo significat Damasceno, ingénito significa lo mismo que
idem quod increatum, et sic secundum increado, en un sentido: el sustancial. Y en
substantiam dicitur; per hoc enim differt esto se diferencia la sustancia creada de la
substantia creata ab increata. Alio modo increada. En otro sentido significa lo que no
significat id quod non est genitum. Et sic es engendrado. Y esto último es relativo, en el
relative dicitur, eo modo quo negatio reducitur sentido de que la negación se reduce al género
ad genus affirmationis, sicut non homo ad de la afirmación, como no hombre relativo al
genus substantiae, et non album ad genus género de la sustancia, y no blanco relativo al
qualitatis. Unde, cum genitum in divinis género de la cualidad. Por eso, como
relationem importet, ingenitum etiam ad engendrado supone relación en Dios, ingénito
relationem pertinet. Et sic non sequitur quod también la implicará. Es así como no puede
Pater ingenitus distinguatur a Filio genito deducirse que el Padre ingénito se distinga del
secundum substantiam; sed solum secundum Hijo engendrado sustancialmente; sino que
relationem, inquantum scilicet relatio Filii sólo hay distinción de relación, esto es, en
negatur de Patre. cuanto que la relación filial no se da en el
Padre.

Que es lo que afirma San Agustín en todo este capítulo 7 donde quiere demostrar que el
vocablo “ingénito” se halla en el predicamento de relación:

Quia vero relative aio, cum dico, filius est; ad Y así como hijo es término relativo, pues dice
patrem enim refero: relative nego, si dicam, habitud al padre, niego esta relación cuando
Non filius est; ad parentem enim eamdem digo no hijo, y entonces traslado al padre la
negationem refero, volens ostendere quod ei negación cuando quiero indicar que no es
parens non sit. At si quantum valet quod padre. Decir hijo y decir engendrado es una
dicitur filius, tantumdem valet quod dicitur misma realidad, según ya probamos, e
genitus, sicut praelocuti sumus; tantumdem idéntico valor tiene la palabra no engendrado
ergo valet quod dicitur non genitus, quantum y la expresión no hijo. Relativamente
valet quod dicitur non filius. Relative autem negamos al decir: «No es hijo», y
negamus dicendo, Non filius: relative igitur relativamente negamos cuando decimos no
negamus dicendo, Non genitus. Ingenitus engendrado. Y ¿qué significa ingénito, sino no
porro quid est, nisi non genitus? Non ergo engendrado? No se aleja uno del predicamento
receditur a relativo praedicamento, cum de relación cuando dice ingénito. Engendrado
ingenitus dicitur. Sicut enim genitus non ad se dice habitud, no al sujeto engendrado, sino al
ipsum dicitur, sed quod ex genitore sit: ita que engendra; y así, cuando se dice ingénito
cum dicitur ingenitus, non ad se ipsum dicitur, no se indica ninguna habitud al sujeto, sino
sed quod ex genitore non sit ostenditur. In que tan sólo significa la carencia de padre.
eodem tamen praedicamento, quod Relativum Ambos significados pertenecen, pues, a la
vocatur, utraque significatio vertitur: quod categoría de relación. Y lo que se enuncia
autem relative pronuntiatur, non indicat según este predicamento no entraña sustancia;
substantiam: ita quamvis diversum sit genitus luego aunque los conceptos engendrado e
et ingenitus, non indicat diversam ingénito sean diversos, nunca indican
substantiam: quia sicut filius ad patrem, et non diversidad de sustancias; porque así como el
filius ad non patrem refertur; ita genitus ad hijo dice relación al padre y el no hijo al no
genitorem, et non genitus ad non genitorem padre, así es necesario que engendrado diga
referatur necesse est. habitud al principio generador, y no
engendrado al no engendrador.

Advirtamos que la noción de ingénito puede tener un sentido puramente negativo,


equivalente a “increado” aplicable a la esencia divina y al Espíritu Santo; y una nueva significación
que : a) no es simple negación de toda procesión; b) no es simplemente privación de generación; c)
sino también de algún modo está en el género de la relación.

La cuarta objeción de la cuestión 33, artículo cuarto, Santo Tomás da un paso más, al
plantearse si ser ingénito es propio del Padre

Praeterea, proprium est quod uni soli convenit. 4. Y también. Propio es lo que corresponde a
Sed cum sint plures ab alio procedentes in uno sólo. Pero como son varios los que en
divinis, nihil videtur prohibere quin etiam sint Dios proceden de otro, parece que nada
plures ab alio non existentes. Non igitur est impide que sean varios los que no proceden de
proprium Patri esse ingenitum. otro. Por lo tanto, no es propio del Padre ser
ingénito.

La respuesta es que hay un sólo y único ingénito.


Ad quartum dicendum quod, sicut in quolibet 4. A la cuarta hay que decir: Así como en
genere oportet ponere unum primum, ita in cualquier género es necesario poner un
divina natura oportet ponere unum principium primero, así también en la naturaleza divina es
quod non sit ab alio, quod ingenitum dicitur. necesario poner un principio que no provenga
Ponere igitur duos innascibiles, est ponere de otro. Esto es ser ingénito. Así, pues, poner
duos deos, et duas naturas divinas. Unde dos ingénitos es poner dos dioses y dos
Hilarius dicit, in libro de Synodis, cum unus naturalezas divinas. Por eso dice Hilario en el
Deus sit, duo innascibiles esse non possunt. Et libro De Synodis: Como hay un solo Dios, no
hoc praecipue quia, si essent duo innascibiles, puede haber dos ingénitos. Y esto es así
unus eorum non esset ab alio, et sic non principalmente porque, de haber dos
distinguerentur oppositione relativa oporteret ingénitos, uno no procedería de otro; y no se
igitur quod distinguerentur diversitate naturae. distinguirían por su oposición relativa; sería
necesario que se distinguieran por diversidad
de naturaleza.

Notemos que la respuesta entendida in recto hace referencia a la problemática arriana, en


particular contra Eunomio, que en su Apologeticus, confundía la innascibilidad (agennhsia),
distintivo del Padre, con la aseidad (agenhsia) o el ser increado, común a las tres divinas
personas.7 Es decir, que ingénito está tomado en sentido puramente negativo, como equivalente a
“increado”. Pero, la respuesta entendida in oblicuo, implica que en Dios hay un sólo y único
ingénito; en este sentido, advirtamos que aquí implícitamente Santo Tomás está afirmando que la
noción de ingénito implica algo más que negación de relación, por eso para profundizar el modo
como la noción de ingénito está en el género de la relación, analicemos la respuesta primera, del
artículo primero de la cuestión 40, que ya habíamos aludido en la q. 32, a. 3.

La objeción a la cual responde esta respuesta impugna que sea lo mismo relación y persona
en Dios, en razón que hay a) varias relaciones que se atribuyes a una sola persona, b) como también
una sola relación que se atribuye a varias personas:

Quaecumque enim sunt idem, multiplicato 1. Cuando dos cosas son iguales, multiplicada
uno eorum, multiplicatur et aliud. Sed una se multiplica la otra. Pero sucede que en
contingit in una persona esse plures relationes, una misma persona hay varias relaciones.
sicut in persona Patris est paternitas et Ejemplo: En el Padre está la paternidad y la
communis spiratio, et iterum unam relationem común espiración. También una misma
in duabus personis esse, sicut communis relación está en dos personas: La común
spiratio est in Patre et Filio. Ergo relatio non espiración en el Padre y en el Hijo. Por lo
est idem quod persona. tanto, relación no es lo mismo que persona.

Santo Tomás responde indicando que las propiedades se identifican in re con las personas y
se distinguen in ratione. Pero el Angélico distingue una doble identidad real, en razón de la
simplicidad divina: a) la que excluye composición de forma y materia; b) la que excluye
composición de sujeto y accidente.

Ad primum ergo dicendum quod persona et 1. A la primera hay que decir: Persona y
proprietas sunt idem re, differunt tamen propiedad son realmente lo mismo, si bien con
secundum rationem. Unde non oportet quod, diferencia conceptual. De ahí que no sea
multiplicato uno, multiplicetur reliquum. necesario que multiplicando una se
Considerandum tamen est quod, propter multiplique la otra. Sin embargo, hay que
divinam simplicitatem, consideratur duplex tener presente que, debido a la simplicidad
realis identitas in divinis eorum quae differunt divina, en Dios hay una doble identidad real
in rebus creatis. Quia enim divina simplicitas por la que difieren de las criaturas. Pues,
excludit compositionem formae et materiae, porque la simplicidad divina excluye la
sequitur quod in divinis idem est abstractum et composición de la forma y de la materia, se
concretum, ut deitas et Deus. Quia vero divina sigue que en Dios es lo mismo lo abstracto y
simplicitas excludit compositionem subiecti et lo concreto, como deidad y Dios. Porque la
accidentis, sequitur quod quidquid attribuitur simplicidad divina excluye la composición de
Deo, est eius essentia, et propter hoc sapientia sujeto y accidente, se sigue que lo que se
7
Ricardo Ferrara, El misterio de Dios. Correspondencias y paradojas, Sígueme, Salamanca 2005, pág. 93-94.
et virtus idem sunt in Deo, quia ambo sunt in atribuye a Dios, pertenece a su esencia. Por
divina essentia. eso, sabiduría y virtud son lo mismo en Dios,
porque ambas están en la esencia divina.

Por la primera (a), las propiedades personales: paternidad, filiación y espiración pasiva se
identifican con las Personas divinas.

Et secundum hanc duplicem rationem Pues las propiedades personales son las
identitatis, proprietas in divinis est idem cum mismas personas, por la misma razón por la
persona. Nam proprietates personales sunt que lo abstracto es lo mismo que lo concreto.
idem cum personis, ea ratione qua abstractum Y son personas subsistentes, como la
est idem cum concreto. Sunt enim ipsae paternidad es el mismo Padre, la filiación el
personae subsistentes; ut paternitas est ipse Hijo y la procesión el Espíritu Santo.
Pater, et filiatio Filius, et processio Spiritus
Sanctus.

Por la segunda (b), las propiedades de las personas: innascibilidad y común espiración son
lo mismo que las personas en cuanto a otra razón de identidad: lo que se atribuye a Dios, pertenece
a su esencia.

Proprietates autem non personales sunt idem Por su parte, las propiedades no personales
cum personis secundum aliam rationem son lo mismo que las personas en cuanto a
identitatis, qua omne illud quod attribuitur otra razón de identidad: Porque todo lo que se
Deo, est eius essentia. Sic igitur communis atribuye a Dios, se atribuye a su esencia. Así,
spiratio est idem cum persona Patris et cum pues, la común espiración se identifica con la
persona Filii, non quod sit una persona per se persona del Padre y con la persona del Hijo,
subsistens; sed, sicut una essentia est in no porque sea una persona subsistente por sí
duabus personis, ita et una proprietas, ut supra misma, sino porque, así como una esencia está
dictum est. en dos personas, así también una misma
propiedad, como dijimos anteriormente (q.30
a.2).

Advirtamos que la ilustración aquí se refiere a “la común espiración” la cual “se identifica
con la persona del Padre y con la persona del Hijo, no porque sea una persona subsistente por sí
misma, sino porque, así como una esencia está en dos personas, así también una misma
propiedad”.
Es claro que la innascibilidad no se encuentra en dos personas distintas, sino sólo en la
Persona del Padre. Entonces ¿como entender lo anterior?
Santo Tomás no da una respuesta; la razón es porque creemos que aquí hay un Misterio, que
ahora queremos ahondar.

La innascibilidad se identifica con la persona del Padre no porque sea una persona
subsistente por sí misma, sino porque, así como la esencia está en la persona, así también la misma
propiedad de innascibilidad”.

Es decir, cuando la identidad real excluye la composición de la forma y de la materia, se


sigue que en Dios es lo mismo lo abstracto y lo concreto, como paternidad y Padre.
En cambio, cuando la identidad real excluye la composición de sujeto y accidente, se sigue
que lo que se atribuye a Dios, pertenece a su esencia, así la innascibilidad está en el Padre, como la
esencia divina está en el Padre. Advirtamos que es similar al Misterio, que habíamos visto, de la
identidad real de las divinas relaciones con la esencia divina. (Cf. q. 28, a. 2, ad 1).

Es la misma esencia divina la que hace que el Padre tenga la propiedad de innascibilidad, es
decir, que el Padre sea único Padre; y es esa misma e idéntica esencia divina que hace que el Hijo,
sea único Hijo, que el genito sea el unigénito. Es decir, el Padre es ingénito porque comunica toda
entera la naturaleza divina al Hijo que la recibe (accipere) toda entera Él sólo.8 La única e idéntica
naturaleza divina.

Es el Misterio que Santo Tomás expresaba en la q. 27, a. 5, ad 3.

Ad tertium dicendum quod, sicut supra 3. A la tercera hay que decir: Como hemos
habitum est, Deus uno simplici actu omnia sostenido anteriormente (q.14 a.7; q.19 a.5),
intelligit, et similiter omnia vult. Unde in eo Dios lo entiende todo en un solo acto, y del
non potest esse processio verbi ex verbo, mismo modo todo lo quiere. Por eso, en El no
neque amoris ex amore, sed est in eo solum puede haber procesión verbal de la palabra, ni
unum verbum perfectum, et unus amor de amor del amor; sino que en El hay una sola
perfectus. Et in hoc eius perfecta fecunditas Palabra perfecta, un solo Amor perfecto. Y en
manifestatur. esto se manifiesta su perfecta fecundidad.

La infinita fecundidad del Padre hace que este sea sólo y únicamente Padre y hace que el
Hijo sea sólo y únicamente Hijo; porque hay un sólo y único ingénito, hay un sólo y único genito.
El Padre sólo y únicamente es Padre en la Trinidad, como también sólo y únicamente es ingénito en
la Trinidad. Del mismo modo puede decirse del Hijo. El Hijo sólo y únicamente es Hijo en la
Trinidad, como también sólo y únicamente es genito en la Trinidad.

La quinta objeción nos abre esta problemática al Espíritu Santo, donde proceder se debe
entender específicamente como procesión de espiración pasiva.

Praeterea, sicut Pater est principium personae 5. Por último. Así como el Padre es principio
genitae, ita et personae procedentis. Si ergo de la persona engendrada, así también lo es de
propter oppositionem quam habet ad la forma que procede. Por lo tanto, si por la
personam genitam, proprium Patris ponitur oposición que tiene guarda con la persona
esse quod sit ingenitus; etiam proprium eius engendrada, se dice que es propio del Padre
debet poni quod sit improcessibilis. ser ingénito, por lo mismo habría que decir
que le es propio ser improcedente.

La respuesta de Santo Tomás afirma implícitamente que el ser ingénito del Padre está en
relación del ser genito del Hijo.

Ad quintum dicendum quod proprietas Patris 5. A la quinta hay que decir: La propiedad del
prout non est ab alio, potius significatur per Padre, por no provenir de otro, se da a
remotionem nativitatis Filii, quam per entender más excluyéndole el nacimiento del
remotionem processionis Spiritus Sancti. Tum Hijo que excluyéndole la procesión del
quia processio Spiritus Sancti non habet Espíritu Santo. Porque la procesión del
nomen speciale, ut supra dictum est. Espíritu Santo, como ya dijimos (q.27 a.4 ad
3), no tiene un nombre especial.

8
I, q. 27, a. 3 ad 3: Ad tertium dicendum quod non omne acceptum est receptum in aliquo subiecto, alioquin non posset
dici quod tota substantia rei creatae sit accepta a Deo, cum totius substantiae non sit aliquod subiectum receptivum. Sic
igitur id quod est genitum in divinis, accipit esse a generante, non tanquam illud esse sit receptum in aliqua materia vel
subiecto (quod repugnat subsistentiae divini esse); sed secundum hoc dicitur esse acceptum, inquantum procedens ab
alio habet esse divinum, non quasi aliud ab esse divino existens. In ipsa enim perfectione divini esse continetur et
Verbum intelligibiliter procedens, et principium Verbi; sicut et quaecumque ad eius perfectionem pertinent, ut supra
dictum est.
Y agrega que la única y sola procesión del Espíritu Santo (espiración pasiva) se debe
entender en relación, no sólo al Padre (ingénito), sino también en relación al Hijo que es generado
por el Padre; es decir, en relación con el genito.

Tum quia etiam ordine naturae praesupponit O porque en el orden de la naturaleza


generationem Filii. Unde, remoto a Patre quod presupone la generación del Hijo. Por eso,
non sit genitus, cum tamen sit principium excluido del Padre el hecho de ser
generationis, sequitur consequenter quod non engendrado, sin embargo, como es principio
sit procedens processione Spiritus Sancti, quia de generación, se concluye que no procede de
Spiritus Sanctus non est generationis la procesión del Espíritu Santo; porque el
principium, sed a genito procedens. Espíritu Santo no es principio de generación,
sino proveniente del engendrado.

Todo esto se ve más claro, si consideramos que explícitamente está revelado que en la
Trinidad hay un solo y único unigénito; lo cual implica como relación un solo y único genito, y
también implica como relación un solo y único no ingénito y no genito; es decir, un solo y único
espirado.

Resumiendo: a) Ingénito, en primer lugar, tiene un significado puramente negativo: no


genito; equivalente a no generado, en el orden substancial: “increado”. Y esto es común a la esencia
divina o al Espíritu Santo. b) Ingénito, en segundo lugar, tiene el significado negación de
generación pasiva; aquí hay que entenderla en sentido de privación, en cuanto que en la naturaleza
divina hay tanto un sujeto ingénito como un sujeto genito. Y esto es común al Espíritu Santo. c)
Ingénito, en tercer lugar, significa que esta negación de generación pasiva conviene a una Persona
divina que es principio de otra y que a su vez que de ninguna manera procede de otro. En esta
significación Ingénito es propio del Padre. d) Ingénito, en cuarto lugar, significa relación, ya que si
genito implica relación, ingénito también implicará relación, en cuanto que la relación de Hijo es
negada al Padre. e) Ingénito, en quinto lugar, está vinculado a la noción de unigénito, es decir, hay
un único y sólo Hijo en la Trinidad; de modo que no hay ningún hijo antes del Hijo, ni hay ningún
hijo, después del Hijo. Esto implica que el Padre no es hijo de nadie: es Ingénito, por lo cual, el
Padre es el único y sólo Padre en la Trinidad; de manera que no hay ningún padre antes del Padre,
ni hay ningún padre, después del Padre. En esta significación Ingénito no es sólo propio del Padre,
sino también tiene el sentido de unicidad: Padre ingénito significa que sólo y únicamente Dios
Padre es Padre en la Trinidad; de modo análogo que Hijo unigénito significa que sólo y únicamente
Dios Hijo es Hijo en la Trinidad. f) Por último, la negación de Ingénito y Unigénito con respecto al
Espíritu Santo significa su unicidad; hay un sólo y único no ingénito y no genito; es decir, un sólo y
único espirado. De modo que no hay ningún espíritu santo antes del Espíritu Santo, ni hay ningún
espíritu santo, después del Espíritu Santo.

SÍNTESIS CONCLUSIVA

La Sagrada Escritura nos revela implícitamente la innascibilidad (en sentido negativo) de


Dios y en particular de Dios Padre, en la revelación de que Dios es increado, de manera que no hay
ningún dios antes de Él y después de Él.

Is 43, 11-12: Antes de mí no fue formado otro dios, ni después de mí lo habrá. Yo, yo soy
Yahvé, y fuera de mí no hay salvador. Yo lo anuncié y os he salvado; lo avisé yo, no un extraño
entre vosotros. Vosotros sois testigos, oráculo de Yahvé (como soy Dios); yo lo soy desde
siempre.

En la Sagrada Escritura se halla el vocablo “padre”, y se refiere primeramente al “padre”


humano; esto es claro por las numerosas genealogías que nos presenta la Biblia, donde todo
“padre”, a su vez, es “hijo”. La única excepción es Adán, que es “padre” sin ser “hijo”; pero es
“padre” de una multitud de “hijos”.

También en la Sagrada Escritura se halla el vocablo “Padre” para referirse a Dios, pero es el
“Padre” creador de sus creaturas, aún de sus “hijos”, la multitud de ángeles, de reyes, de los
miembros del Antiguo Pueblo de Dios y aún del Mesías (Sal 109). Se da por entendido que este
“Padre” Dios no es a su vez “hijo” de otro dios: es ingénito, pero no hay ninguna afirmación
explicita; está implícita en la afirmación de único Dios creador, y por tanto increado.

En cuanto es el creador de todas las cosas:

Job 38, 28 ¿Tiene padre la lluvia?,


¿quién engendra las gotas de rocío?

29 ¿De qué vientre sale el hielo?,


¿quién pare la escarcha del cielo,

30 cuando el agua se endurece como piedra


y aprisiona la faz del Abismo?

De los ángeles:

Job 1, 6: Un día en que los hijos de Dios fueron a presentarse ante Yahvé

De los reyes:

II Sam 7, 14: Yo seré para él padre y él será para mí hijo. Si hace mal, le castigaré con vara de
hombres y con golpes de hombres, 15 pero no apartaré de él mi amor, como lo aparté de Saúl, a
quien quité de delante de mí. 16 Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante ti; tu trono
estará firme, eternamente.»

Del Antiguo Pueblo de Dios:

Is 63, 16: Porque tú eres nuestro Padre, que Abrahán no nos conoce, ni Israel nos recuerda. Tú,
Yahvé, eres nuestro Padre, tu nombre es «El que nos rescata» desde siempre.

Del Mesías:

Sal 109, 1-3:


1 De David. Salmo.
Dijo el Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
mientras yo pongo a tus enemigos
como estrado de tus pies».
2 El Señor extenderá el poder de tu cetro:
«¡Domina desde Sión, en medio de tus enemigos!».
3 «Tú eres príncipe desde tu nacimiento,
con esplendor de santidad;
yo mismo te engendré como rocío,
desde el seno de la aurora».
Pero el Evangelio de San Juan nos revela la paternidad de Dios, Dios es “Padre”de un modo
totalmente nuevo e inédito: Dios es Padre del Hijo unigénito (del Dios unigénito, según otra
versión) (Cf. Jn 1, 18).

Jn 1, 18: A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, él lo
ha contado.

Por lo cual, la Sagrada Escritura nos revela implícitamente la innascibilidad, en un sentido


nuevo e inédito (en sentido positivo) de Dios Padre, en cuanto al generar un único y sólo Hijo, el no
puede ser Padre generado a su vez. Hay un único y sólo Padre en la Trinidad (con exclusión de
cualquier otro) porque Él ha generado un único y sólo Hijo en la Trinidad (con exclusión de
cualquier otro).

Esta afirmación in recto significa que Dios Padre genera a un único Hijo; es decir, que Dios
Padre no genera otros “hijos” del mismo orden; Santo Tomás interpreta justamente el término
“unigénito” con este significado cuando dice en el artículo 3 de la cuestión 33, ad 2:

Ad secundum dicendum quod accipere dicitur 2. A la segunda hay que decir: Se dice que
esse commune creaturae et Filio, non recibir es común a la criatura y al Hijo, pero
secundum univocationem, sed secundum no unívocamente, sino por cierta semejanza
similitudinem quandam remotam, ratione remota con aquel de quien se dice primogénito
cuius dicitur primogenitus creaturae. Unde in de toda criatura. Por eso, el texto de aquella
auctoritate inducta subditur, ut sit ipse autoridad que hemos aducido, añade: Para que
primogenitus in multis fratribus, postquam sea el primogénito de muchos hermanos,
dixerat conformes fieri aliquos imaginis filii después de haber dicho ser hechos conformes
Dei. Sed Filius Dei naturaliter habet quoddam a la imagen del Hijo de Dios. Pero el Hijo de
singulare prae aliis, scilicet habere per Dios tiene por naturaleza algo que no tienen
naturam id quod accipit; ut idem Basilius los demás: Tiene por naturaleza lo que recibe,
dicit. como indica el mismo Basilio. Y por eso es
Et secundum hoc dicitur Unigenitus, ut patet llamado unigénito. Dice Jn 1,18: El Unigénito,
Ioan. I, unigenitus, qui est in sinu Patris, ipse que está en el seno del Padre, El mismo nos lo
nobis enarravit. relató.

También en este sentido, tampoco el Espíritu Santo procede del Padre como “hijo”, porque
el Padre ha tenido un solo Hijo (el unigénito). Sólo el Hijo es generado, es decir, sólo el Hijo es
Hijo. Santo Tomás afirma (I, q. 31, a. 2) que “decimos… único Hijo porque en Dios no hay más que
uno” (Dicimus tamen unicum Filium, quia non sunt plures filii in divinis). Y Garrigou-Lagrange
señala que se puede decir de modo sincategoremático 9 que en la divinidad sólo el Padre dice o
genera (sed syncategorematice dici potest v. g. in divinis solus Pater «dicit» seu «generat»); de
manera análoga se puede decir, que sólo el Hijo es dicho o generado.10

Pero, de la anterior consideración, se sigue que unigénito in oblicuo significa explícitamente


también que Dios Padre no es hijo de nadie, porque hay un solo y único Dios generado, un único
Hijo generado; es decir, que Dios Padre es ingénito, ya que por la misma razón por la cual la
procesión del Espíritu Santo no se puede decir generación, así también de manera análoga se debe
decir que el Padre no es generado como hijo, es ingénito. Aquí ingénito no significa solamente
negación, sino también algo positivo: relación.

9
I, q. 31, a. 3: el sentido sincategoremático indica que comporta relación de predicado a sujeto, como todo o ninguno.
De modo parecido, solo, porque excluye cualquier otro supuesto del predicado. Ejemplo: Al decir Sócrates escribió solo
no se da a entender que Sócrates fuera solitario, sino que nadie escribía con él aun cuando hubiera muchos que vivieran
con él.
10
R. Garrigou-Lagrange, De Deo Trino et Creatore, Marietti, Torino 1951, pág. 123.
Notemos, como hemos dicho, la noción de “padre” no implica in re que a la vez no sea
“hijo”; todo padre a su vez puede ser generado, aunque no en razón de ser “padre”, sino de ser
hombre. Por lo cual se puede decir solamente: “padre ingénito” de Adán o de Dios Padre.
Por tanto, cuando San Juan habla en su evangelio del Padre de Jesús (el Hijo), está hablando
del Padre ingénito; esta hablando sobre el Padre ingénito del Hijo unigénito.

De este Dios, Padre del Hijo unigénito procede el Espíritu Santo:

Jn, 15, 26: Cuando venga el Paráclito,


que yo os enviaré de junto al Padre,
el Espíritu de la verdad, que procede del Padre,
él dará testimonio de mí.

Por lo cual, cuando San Juan dice “el Espíritu de la verdad, que procede del Padre” (Jn 15,
26), está afirmando que el Espíritu Santo procede del Padre, que es a la vez Padre del Hijo
unigénito; y es esto lo que afirma el Símbolo llamado de Nicea-Constantinopla: “que procede del
Padre”; es decir, del Padre ingénito. El Espíritu Santo increado procede: desde (ex) el Padre
increado e ingénito del (genitivo) Hijo unigénito.

Pero sabemos que el Padre es ingénito, en cuanto San Juan nos dice que el Hijo es unigénito,
o mejor, en cuanto “el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (unigenitus
Deus, qui est in sinum Patris, ipse enarravit).
Esta afirmación se puede entender así: porque el Hijo es únicamente generado, el único
generado por el Padre, entonces el Padre es ingénito.

El Padre es ingénito no por ser Padre, sino porque genera un único Hijo, que es el único
generado, de aquí que la propiedad de innascibilidad (innascibilitas), la de ser ingénito se relaciona
con la unicidad del Hijo.
Advirtamos que en este caso no estamos haciendo la oposición de contradicción: genito /
ingénito, sino la oposición de unigénito / ingénito como oposición de relación, ya que no hay un
unigénito sin haber un ingénito; y no hay un ingénito sin haber un unigénito.

San Juan nos dice claramente que el Hijo nos Revela que Dios es el Padre (increado) del
Hijo (increado) unigénito (del Dios unigénito), y por tanto, también está Revelado que el Espíritu
Santo (increado) procede desde (ex) el Padre (increado) del Hijo (increado) unigénito (del Dios
unigénito).

Por lo cual, si el Espíritu Santo (increado) recibe todo desde (ex) el Padre (increado) del Hijo
(increado) unigénito (del Dios unigénito), excepto la de ser el Padre (increado) del Hijo (increado)
unigénito (del Dios unigénito); también recibe la oposición relativa con respecto al Hijo.

Es decir, el Espíritu Santo recibe todo desde (ex) el Padre del Hijo unigénito, excepto ser
Padre ingénito e Hijo unigénito.

Por eso el Espíritu Santo es no ingénito y es no genito (o no unigénito).

Esto se expresa con más claridad en el Símbolo llamado de Nicea-Constantinopla, en la


Tradición litúrgica latina donde se dice: “procede del Padre y del Hijo”.

Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, o procede del Padre por el Hijo, en cuanto que
el Espíritu Santo recibe desde el Padre por el Hijo dos cosas: a) el no ser ingénito, en cuanto al
Padre y b) el no ser genito (o no ser unigénito) en cuanto al Hijo.
respecto a  innascibilidad  respecto a
no procede de nadie  que la  unicidad del

Padre un solo principio Hijo


ingénito del unigénito

no ingénito

no unigénito
Espíritu Santo
no ingénito
no genito (o no unigénito)

Por lo cual, la Sagrada Escritura nos revela implícitamente la espiración activa, (en sentido
positivo) de Dios Padre, en cuanto al espirar un único y sólo Espíritu Santo, el no puede ser Padre
espirado a su vez. Hay un único y sólo Padre en la Trinidad (con exclusión de cualquier otro)
porque Él ha espirado un único y sólo Espíritu Santo en la Trinidad (con exclusión de cualquier
otro).

Pero el Padre ha espirado un único y sólo Espíritu Santo en la Trinidad en cuanto es el Padre
del Hijo unigénito, el cual a su vez no puede ser espirado, porque es Él un único y sólo Hijo en la
Trinidad (con exclusión de cualquier otro) y porque el Espíritu Santo es el único y sólo espirado en
la Trinidad.
Pero en la Trinidad hay un único y sólo Espíritu Santo (sentido categoremático), en cuanto
hay un único y sólo no ingénito y no genito (con exclusión de cualquier otro).

Por lo cual, la Sagrada Escritura nos revela implícitamente la espiración activa, (en sentido
positivo) de Dios Hijo, en cuanto al espirar un único y sólo Espíritu Santo, el no puede ser Hijo
espirado a su vez.
Pero no son dos espiraciones activas, sino una única y sola espiración activa, ya que el
Espíritu Santo es el único y sólo espirado en la Trinidad. El Dios Padre del Hijo unigénito espira un
único y sólo Espíritu Santo. El Dios Padre (ingénito) espira por el Dios Hijo unigénito (genito),
como de un solo principio, un único y sólo espirado en la Trinidad que es el Espíritu Santo.

CONCILIO DE FLORENCIA, 1438 -1445


XVII ecuménico (unión con los griegos, armenios y jacobitas)
Decreto para los griegos
[De la Bula Laeteniur coeli, de 6 de julio de 1439]

[De la procesión del Espíritu Santo.] En el nombre de la Santa Trinidad, del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, con aprobación de este Concilio universal de Florencia, definimos que por
todos los cristianos sea creída y recibida esta verdad de fe y así todos profesen que el Espíritu
Santo procede eternamente del Padre y del Hijo, y del Padre juntamente y el Hijo tiene su
esencia y su ser subsistente, y de uno y otro procede eternamente como de un solo principio, y
por única espiración; a par que declaramos que lo que los santos Doctores y Padres dicen que el
Espíritu Santo procede del Padre por el Hijo, tiende a esta inteligencia, para significar por ello
que también el Hijo es, según los griegos, causa y, según los latinos, principio de la subsistencia
del Espíritu Santo, como también el Padre. Y puesto que todo lo que es del Padre, el Padre
mismo se lo dio a su Hijo unigénito al engendrarle, fuera de ser Padre, el mismo precede el Hijo
al Espíritu Santo, lo tiene el mismo Hijo eternamente también del mismo Padre, de quien es
también eternamente engendrado. Definimos además que la adición de las palabras Filioque (=y
del Hijo), fue lícita y razonablemente puesta en el Símbolo, en gracia de declarar la verdad y
por necesidad entonces urgente.
En la Trinidad hay un único y sólo Padre (sentido categoremático). Hay un único y sólo
ingénito (con exclusión de cualquier otro). De manera que no hay ningún padre antes del Padre, ni
hay ningún padre, después del Padre.

En la Trinidad hay un único y sólo Hijo (sentido categoremático). Hay un único y sólo
genito (con exclusión de cualquier otro). De manera que no hay ningún hijo antes del Hijo, ni hay
ningún hijo, después del Hijo.

En la Trinidad hay un único y sólo Espíritu Santo (sentido categoremático). Hay un único y
sólo espirado, no ingénito y no genito (con exclusión de cualquier otro). De manera que no hay
ningún espíritu santo antes del Espíritu Santo, ni hay ningún espíritu santo, después del Espíritu
Santo.

LA SEGUNDA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Santo Tomás señala tres nombres de la segunda persona de la Santísima Trinidad (I, 34-35):
Hijo – Verbo – Imagen.

Hijo

Sed ratio Filii ex ratione Patris consideratur. El concepto de Hijo se ha tratado desde la
perspectiva del Padre.

Verbo (artículo primero).

Santo Tomás en este artículo para explicar como debe atribuirse el nombre de Verbo a la
segunda persona de la Trinidad utiliza la analogía del conocimiento humano, profundizando de este
modo aquello que hemos visto en las Procesiones; por lo cual es conveniente ver este texto de
manera estructurada estudiando los distintos elementos, a la luz de la gnoseología tomista.

Inicia este artículo señalando que Verbo se dice personalmente de la segunda persona de la
Trinidad.

Respondeo dicendum quod nomen Verbi in Hay que decir: En Dios el nombre la Palabra
divinis, si proprie sumatur, est nomen tomado en sentido propio es nombre personal,
personale, et nullo modo essentiale. y de ninguna manera esencial.

Y para probar lo anterior nos remite a la analogía del conocimiento, donde hallamos usando
una terminología técnica diversas nociones: 1) Voz, vocablo, palabra, término, dicción, expresión;
2) especie expresa sensible, fantasma (phantasma); 3) especie expresa inteligible, concepto, verbo
mental.

Ad cuius evidentiam, sciendum est quod Para demostrarlo, hay que tener presente que,
verbum tripliciter quidem in nobis proprie entre nosotros, palabra se dice en sentido
dicitur, quarto autem modo, dicitur improprie propio de tres maneras. Una cuarta manera
sive figurative. incluye el sentido impropio o figurativo.

Voz, vocablo, palabra, Especie expresa sensible, Especie expresa inteligible,


término, dicción, expresión. fantasma (phantasma) concepto, verbo mental
[A] Entre nosotros, es muy evidente y [C] y además la voz procede de la [B] Según el Filósofo en I Periherm,
muy común llamar palabra a lo que imaginación, como se dice en el libro la voz indica lo concebido en el
se pronuncia con la voz. Y se refiere De Anima. entendimiento;
tanto a lo que procede del interior
cuanto a los dos aspectos que se
encuentran en la palabra pronunciada,
y que son la voz en sí misma y su
significado.

[D] Así, la voz que no signifique


nada, no puede ser llamada
propiamente palabra.

[E] Por lo tanto, se llama palabra a la [F] para significar el concepto interior
voz exterior de la mente.

[H] 2) en segundo lugar se llama [I] 3) en tercer lugar se llama palabra [G] Así, pues, 1) en primer lugar y
palabra a la misma voz que significa a la misma imagen de la voz. principalmente se llama palabra al
el concepto interior; concepto interior de la mente;

[J] Estos tres modos que tiene el sentido propio de la palabra, los ofrece el Damasceno en el c.13 del I libro al decir:

[M] (En cuanto al segundo modo): La [L] (En cuanto al tercer modo): La [K] (en cuanto al primer modo) La
palabra es el ángel (mensajero) de la palabra es lo que se pronuncia con el palabra es el movimiento natural del
inteligencia. corazón (no la palabra proferida). entendimiento parecida a la luz y al
resplandor por el que se mueve, se
conoce, se piensa.

[N] La palabra tiene un cuarto modo, correspondiente al sentido figurativo, y se refiere a lo que se expresa o se hace
con la palabra. Así acostumbramos a decir: Esta es la palabra que te dije, o Esto es lo que mandó el rey, para dar a
entender algo pasado, bien sea algo simplemente del que lo dijo, o del que lo mandó.11
A partir de esta analogía Santo Tomás atribuye la Palabra, el Verbo a la segunda persona del
la Santísima Trinidad.

Dicitur autem proprie Verbum in Deo, En Dios se dice propiamente Palabra en


secundum quod verbum significat conceptum cuanto que Palabra significa lo concebido en
intellectus. Unde Augustinus dicit, in XV de el entendimiento. Por eso, en el XV De Trin.,
Trin., quisquis potest intelligere verbum, non dice Agustín: Quien puede entender la palabra
solum antequam sonet, verum etiam antequam no sólo antes de que suene, sino antes de que
sonorum eius imagines cogitatione con el pensamiento se enrede en las imágenes
involvantur, iam potest videre aliquam verbi de los sonidos, ya puede ver alguna semejanza
illius similitudinem, de quo dictum est, in de aquella Palabra de la que está escrito: En el
principio erat Verbum. Ipse autem conceptus principio era la Palabra. El mismo concepto
cordis de ratione sua habet quod ab alio mental implica procedencia de otro, esto es,
procedat, scilicet a notitia concipientis. Unde del conocimiento del que concibe. Por eso, la
Verbum, secundum quod proprie dicitur in Palabra en Dios propiamente significa algo
divinis, significat aliquid ab alio procedens, que procede de otro, lo cual pertenece a la
quod pertinet ad rationem nominum razón propia de los nombres personales en
personalium in divinis, eo quod personae Dios, ya que, como se dijo (q.27 prol.; q.32
divinae distinguuntur secundum originem, ut a.3), las personas divinas se distinguen por el
dictum est. Unde oportet quod nomen Verbi, origen. Por todo lo cual, el nombre Palabra en
secundum quod proprie in divinis accipitur, cuanto aplicado propiamente a Dios no tiene
non sumatur essentialiter, sed personaliter sentido esencial, sino sólo personal.
tantum.

11

Voz, vocablo, palabra, término, dicción, expresión.Especie expresa sensible, fantasma (phantasma)Especie expresa inteligible, concepto, verbo
mental[A] Manifestius autem et communius in nobis dicitur verbum quod voce profertur. Quod quidem ab interiori procedit quantum ad duo quae in
verbo exteriori inveniuntur, scilicet vox ipsa, et significatio vocis.[C] et iterum vox ex imaginatione procedit, ut in libro de anima dicitur.[B] Vox enim
significat intellectus conceptum, secundum philosophum, in libro I periherm., [D] Vox autem quae non est significativa, verbum dici non potest.[E]
Ex hoc ergo dicitur verbum vox exterior,[F] quia significat interiorem mentis conceptum.[H] 2) secundario vero, ipsa vox interioris conceptus
significativa,[I] 3) tertio vero, ipsa imaginatio vocis verbum dicitur.[G] 1) Sic igitur primo et principaliter interior mentis conceptus verbum dicitur,
[J] Et hos tres modos verbi ponit Damascenus, in I libro, cap. XIII, dicens[M] rursus etiam verbum est angelus, idest nuntius, intelligentiae, quantum
ad secundum.[L] rursus verbum est quod non verbo profertur, sed in corde pronuntiatur, quantum ad tertium,[K] quod verbum dicitur naturalis
intellectus motus, secundum quem movetur et intelligit et cogitat, velut lux et splendor, quantum ad primum,[N] Dicitur autem figurative quarto modo
verbum, id quod verbo significatur vel efficitur, sicut consuevimus dicere, hoc est verbum quod dixi tibi, vel quod mandavit rex, demonstrato aliquo
facto quod verbo significatum est vel simpliciter enuntiantis, vel etiam imperantis.
Por lo cual es nombre propio del Hijo (artículo segundo).

Respondeo dicendum quod Verbum proprie Hay que decir: La Palabra, propiamente dicha,
dictum in divinis personaliter accipitur, et est en Dios tiene sentido personal y es el nombre
proprium nomen personae Filii. Significat propio de la persona del Hijo. Pues significa
enim quandam emanationem intellectus, una determinada emanación del
persona autem quae procedit in divinis entendimiento. Y la persona que en Dios
secundum emanationem intellectus, dicitur procede por emanación del entendimiento es
Filius, et huiusmodi processio dicitur llamada Hijo, y esta procesión es llamada
generatio, ut supra ostensum est. Unde generación, como ya se indicó (q.27 a.2). Hay
relinquitur quod solus Filius proprie dicatur que concluir, pues, que en Dios sólo el Hijo es
Verbum in divinis. llamado propiamente Palabra.

Esta Palabra hace referencia también a las cosas creadas (artículo tercero).

Respondeo dicendum quod in Verbo Hay que decir: En la Palabra se implica la


importatur respectus ad creaturam. Deus enim, relación con la criatura, pues Dios,
cognoscendo se, cognoscit omnem creaturam. conociéndose, conoce toda criatura. La
Verbum autem in mente conceptum, est Palabra concebida en la mente es
repraesentativum omnis eius quod actu representativa de todo lo que es conocido en
intelligitur. Unde in nobis sunt diversa verba, su acto. De ahí que en nosotros sean diversas
secundum diversa quae intelligimus. Sed quia las palabras según la diversidad de lo
Deus uno actu et se et omnia intelligit, unicum conocido. Pero porque Dios con un solo acto
Verbum eius est expressivum non solum se conoce y lo conoce todo, su única Palabra
Patris, sed etiam creaturarum. Et sicut dei es expresiva no sólo del Padre, sino de toda
scientia dei quidem est cognoscitiva tantum, criatura. Y así como la ciencia de Dios con
creaturarum autem cognoscitiva et factiva; ita respecto a Dios es sólo cognoscitiva; y con
Verbum dei eius quod in Deo Patre est, est respecto a las criaturas es cognoscitiva y
expressivum tantum, creaturarum vero est factual, así también la Palabra de Dios, con
expressivum et operativum. Et propter hoc respecto a Dios Padre, es sólo expresiva, y con
dicitur in Psalmo XXXII, dixit, et facta sunt; respecto a las criaturas es expresiva y
quia in Verbo importatur ratio factiva eorum operativa. Por eso se dice en el Sal. 32,9: Lo
quae Deus facit. dijo, y se hizo: porque en la Palabra está
implícita la razón factual de lo que Dios hace.

Imagen (artículo primero).

Respondeo dicendum quod de ratione Hay que decir: El concepto de imagen implica
imaginis est similitudo. Non tamen la semejanza. Pero no cualquier semejanza
quaecumque similitudo sufficit ad rationem puede entrar en el concepto de imagen, sino
imaginis; sed similitudo quae est in specie rei, aquella semejanza que está en la especie del
vel saltem in aliquo signo speciei. Signum objeto o, al menos, en algún signo de la
autem speciei in rebus corporeis maxime especie. En las cosas creadas, el signo
videtur esse figura, videmus enim quod máximo de la especie parece ser la figura,
diversorum animalium secundum speciem, pues observamos qué de diversos animales
sunt diversae figurae, non autem diversi según la especie hay diversas figuras y no
colores. Unde, si depingatur color alicuius rei diversos colores. De ahí que, si se quita el
in pariete, non dicitur esse imago, nisi color de alguna cosa pintada en la pared, no se
depingatur figura. Sed neque ipsa similitudo dice que se ha quitado la imagen, a no ser que
speciei sufficit vel figurae; sed requiritur ad se borre la figura. Pero tampoco esta
rationem imaginis origo, quia, ut Augustinus semejanza de la especie o de la figura es
dicit in libro Octoginta trium quaest., unum suficiente; sino que, para que algo sea
ovum non est imago alterius, quia non est de semejante, se requiere el origen. Porque, como
illo expressum. Ad hoc ergo quod vere aliquid dice Agustín en el libro Octoginta trium
sit imago, requiritur quod ex alio procedat quaest., un huevo no es imagen de otro porque
simile ei in specie, vel saltem in signo speciei. no ha salido de él. Por lo tanto, para que algo
Ea vero quae processionem sive originem sea verdaderamente imagen se requiere que
important in divinis, sunt personalia. Unde proceda de otro semejante en la especie o, al
hoc nomen imago est nomen personale. menos, en un signo de la especie. En Dios, los
nombres que implican procesión u origen son
personales. Por lo tanto, Imagen es nombre
personal.

El cual también es nombre propio del Hijo (artículo segundo).

Respondeo dicendum quod doctores Hay que decir: Los doctores de los griegos
Graecorum communiter dicunt Spiritum llaman comúnmente al Espíritu Santo imagen
Sanctum esse imaginem Patris et Filii. Sed del Padre y del Hijo. Pero los doctores latinos
doctores Latini soli Filio attribuunt nomen atribuyen el nombre de Imagen sólo al Hijo;
imaginis, non enim invenitur in canonica pues en la Escritura canónica este nombre no
Scriptura nisi de filio. Dicitur enim Coloss. I, se encuentra dicho más que del Hijo. En Col
qui est Imago Dei invisibilis, primogenitus 1,15: Quien es la imagen de Dios invisible,
creaturae; et ad Hebr. I, qui cum sit splendor primogénito de la criatura Y en Hb 1,3: El que
gloriae, et figura substantiae eius. Huius es esplendor de la gloria y figura de su
autem rationem assignant quidam ex hoc, sustancia. Como razón de esto algunos aducen
quod Filius convenit cum Patre non solum in que el Hijo conviene con el Padre no sólo en
natura, sed etiam in notione principii. la naturaleza, sino también en la noción de
principio.
Et ideo aliter dicendum est quod, sicut Spiritus Así, pues, en otra dimensión hay que decir:
Sanctus, quamvis sua processione accipiat Así como el Espíritu Santo, aun cuando por
naturam Patris, sicut et Filius, non tamen una procesión tome, al igual que el Hijo, la
dicitur natus; ita, licet accipiat speciem naturaleza del Padre, sin embargo, no es
similem Patris, non dicitur imago. Quia Filius llamado nacido; así tampoco, aun cuando
procedit ut Verbum, de cuius ratione est reciba la especie semejante del Padre, es
similitudo speciei ad id a quo procedit; non llamado imagen. Porque el Hijo procede como
autem de ratione amoris; quamvis hoc Palabra, a cuya razón de ser pertenece la
conveniat amori qui est Spiritus Sanctus, semejanza de especie con aquello de lo que
inquantum est amor divinus. procede. Pero no es así con la razón de ser del
amor, aun cuando le corresponda al amor que
es el Espíritu Santo en cuanto amor divino.
LA TERCERA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Santo Tomás señala tres nombres de la tercera persona de la Santísima Trinidad (I, 36-38):
Espíritu Santo – Amor – Don.

Espíritu Santo. (I, 36)

R. Garrigou-Lagrange señala que aquello que se refiere al amor es menos conocido que
aquello que se refiere a la inteligencia, en primer lugar, porque la inteligencia conoce mejor aquello
que está en ella, que aquello que está en la voluntad; en segundo lugar, porque el objeto del amor no
se halla en la mente como verdad, sino en las cosas, pues el bien es la perfección de la cosa amable;
en tercer lugar, porque el amor que tiende al bien que está en las cosas, conserva algo de potencial,
como toda tendencia; y las cosas son inteligibles en cuanto son determinadas y están en acto.12

Respondeo dicendum quod, cum sint duae Hay que decir: En Dios, dos son las
processiones in divinis, altera earum, quae est procesiones. Una de ellas, la procesión por
per modum amoris, non habet proprium amor, no tiene nombre, como ya se dijo (q.27
nomen, ut supra dictum est. Unde et relationes a.4 ad 3). Por eso, y como también dijimos
quae secundum huiusmodi processionem (q.28 a.4), las relaciones derivadas de esta
accipiuntur, innominatae sunt, ut etiam supra procesión no tienen nombre. Por lo cual y por
dictum est. Propter quod et nomen personae lo mismo, la persona que resulta de dicha
hoc modo procedentis, eadem ratione, non procesión tampoco tiene nombre propio. Pero,
habet proprium nomen. Sed sicut sunt así como por el uso del lenguaje encontramos
accommodata aliqua nomina, ex usu algunos nombres que aplicamos para indicar
loquentium, ad significandum praedictas tales relaciones, como procesión y espiración,

12
R. Garrigou-Lagrange, De Deo Trino et Creatore, Marietti, Torino 1951, pág. 148.
relationes, cum nominamus eas nomine los cuales, por su concreto significado,
processionis et spirationis, quae, secundum parecen los más apropiados para indicar tanto
proprietatem significationis, magis videntur los actos nocionales como las procesiones, así
significare actus notionales quam relationes; también, para indicar la persona divina
ita ad significandum divinam personam quae resultante de la procesión por amor, por el uso
procedit per modum amoris, accommodatum que hace la Escritura, se ha encontrado, como
est, ex usu Scripturae, hoc nomen Spiritus nombre más apropiado, el de Espíritu Santo.
Sanctus. Et huius quidem convenientiae ratio La conveniencia de este nombre puede
sumi potest ex duobus. Primo quidem, ex ipsa fundamentarse en dos razones. 1) La primera,
communitate eius quod dicitur spiritus por la misma realidad común que implica el
sanctus. Ut enim Augustinus dicit, XV de mismo Espíritu Santo. Pues dice Agustín en el
Trin., quia Spiritus Sanctus communis est XV De Trin.: (El Espíritu Santo) es común a
ambobus, id vocatur ipse proprie quod ambo ambos: y tiene como nombre propio lo que es
communiter, nam et Pater est spiritus, et Filius común a los dos: Pues el Padre es Espíritu y el
est spiritus; et Pater est sanctus, et Filius est Hijo es Espíritu: y el Padre es Santo y Santo
sanctus. Secundo vero, ex propria es el Hijo. 2) La segunda, por su misma
significatione. Nam nomen spiritus, in rebus significación. Pues en las cosas corpóreas la
corporeis, impulsionem quandam et motionem palabra espíritu parece indicar cierto impulso
significare videtur, nam flatum et ventum y moción. De hecho, al aire espirado y al
spiritum nominamus. Est autem proprium viento los llamamos espíritu. Por lo tanto, es
amoris, quod moveat et impellat voluntatem propio del amor, que mueve e impulsa la
amantis in amatum. Sanctitas vero illis rebus voluntad del que ama hacia lo amado. Por otra
attribuitur, quae in Deum ordinantur. Quia parte, la santidad se atribuye a aquello que
igitur persona divina procedit per modum está ordenado a Dios. Así, pues, porque la
amoris quo Deus amatur, convenienter persona divina procede por amor con el
Spiritus Sanctus nominatur. mismo con que Dios es amado, es adecuado
que sea llamada Espíritu Santo.

En este contexto Santo Tomás presenta el tema del “Filioque”; es decir, la procesión del
Espíritu Santo del Padre y del Hijo.

Esta temática ya la habíamos visto desde el punto histórico magisterial, por eso, ahora
conviene hacer una introducción a este problema desde un punto de vista dogmático. Mons. Ricardo
Ferrara, en su libro El misterio de Dios. Correspondencias y paradojas,13 nos dice:

b) El Espíritu santo que procede del Padre, ha de ser adorado y glorificado con el Padre y el
Hijo (I). De ambos procede como de un sólo principio y de una espiración única (II)

El enunciado I afirma la procesión eterna del Espíritu santo en la forma común a griegos y
latinos y es de fe divina y católica, definida en el símbolo del concilio Constantinopolitano I
(DH 150). La fórmula fue retenida en la Solemne profesión de fe de Pablo VI (SPF 13) quien,
además, llama al Espíritu santo «persona increada» (SPF 10). En la declaración Mysterium Filii
Dei se insiste en la «existencia eterna del Espíritu santo como persona distinta, en Dios, del
Padre y del Hijo». El enunciado II, tomado del concilio II de Lyon, encara el problema del
Filioque tanto en su aspecto dogmático (el Espíritu santo ¿procede sólo del Padre o también del
Hijo?) como también en su aspecto teológico (¿cómo procede de ambos?).

El problema dogmático fue planteado por Focio cuando negó que el Espíritu santo procediera
eternamente del Hijo, aunque fuera enviado por éste en el tiempo: «Así como los sagrados
oráculos dicen que el Hijo nace sólo del Padre, también se dice que el Espíritu santo procede
sólo de esta misma causa; pero se dice que [el Espíritu santo] es del Hijo en cuanto que es
consubstancial con él y es enviado por él». Esta tesis no se compagina con lo visto en el dato
bíblico: el Espíritu santo proviene del Padre (In 15 , 26) por intermedio del Hijo (Jn 14, 16.26);
el Espíritu es el Espíritu del Hijo (Gal, 4, 6), de Jesucristo (Rom 8, 9; Flp 1, 19); más aún, el
Espíritu es «el agua viva... procedente (ekporeuomenon) del trono de Dios y del Cordero»
(Ap 22, 1). Luego el ekpogeuomenon no es privativo del Padre, como argumentaban los
griegos desde el símbolo niceno-constantinopolitano, sino que corresponde también al Hijo (al
Cordero) como eterno origen del Espíritu. Ahora bien, al participar en el envío soteriológico del
Espíritu, el Hijo no puede menos de participar en la procesión intratrinitaria, porque la misión

13
Ricardo Ferrara, El misterio de Dios. Correspondencias y paradojas, Sígueme, Salamanca 2005, pág. 479-483.
temporal de una persona divina es tan sólo la extensión de la procesión eterna. Focio no lo
entendía así porque disociaba misión de procesión. A la «cuestión dogmática» planteada por
Focio, ya su contemporáneo Beda el Venerable respondía: «cuando a los hombres es dada la
gracia del mismo Espíritu, éste es enviado por el Padre y por el Hijo, y procede del Padre y del
Hijo, porque su misión es la misma procesión por la que procede del Padre y del Hijo».

En cuanto al problema teológico, a saber cómo el Hijo es principio de la procesión del Espíritu
santo, el concilio II de Lyon (1274) confesaba que «el Espíritu santo procede eternamente del
Padre y del Hijo... no como de dos principios, sino como de un solo principio, no como por dos
espiraciones sino por una única espiración» (DH 850).

Procede se entiende como vocablo común, no exclusivo de la procesión del Espíritu santo.
Y del Hijo excluía el monopatrismo de Focio (ek monou tou Patroj [del Padre sólo]), no la
antigua fórmula, común a griegos (ek tou Patroj dia tou Uiou) y latinos (a Patre per
Filium).
La fórmula un solo principio… una espiración única descartaba el malentendido de Focio, para
quien el Hijo, al ser otro principio, sería autónomo en la procesión del Espíritu santo. Pero no
hay dos principios ni dos espiraciones si miramos a la misma procesión o acción nocional, aun
cuando haya dos «espirantes» si miramos a las personas del Padre y del Hijo, y haya dos
espiraciones (una activa y una pasiva) si miramos a las relaciones de los dos «espirantes» con el
Espíritu «espirado».
Espiración (o soplo) servía para diferenciar la procesión del Espíritu de la generación del Hijo.
La teología latina forjó esta palabra inspirándose en Jn 3, 8: Spiritus ubi vult spirat (sopla).

En el siglo XV el concilio de Florencia (1439) buscó precisar vocabularios diferentes:

Declaramos que aquello que los santos doctores y padres dicen, a saber, que «el Espíritu santo
procede del Padre por el Hijo», tiende a esta [misma] inteligencia [del Filioque], para significar
que también el Hijo es, como el Padre, causa – según los griegos – y principio – según los
latinos – de la subsistencia del Espíritu santo. Y, puesto que lo que es del Padre éste se lo dio a
su Hijo unigénito al engendrarle, fuera de ser Padre, el mismo proceder el Espíritu santo del
Hijo éste lo tiene eternamente del mismo Padre de quien es generado (DH 1301).

Principio (arxe) y causa (aitia) son lo mismo para la teología griega, no así para la teología
latina (y para Aristóteles): toda causa es principio, pero no todo principio es causa. Éste sólo
implica orden, mientras que causa agrega dependencia y diversidad substancial. Más
importante, como base firme del diálogo, fue reconocerla equivalencia entre el Filioque y el a
Patre per Filium y mostrar que el ser principio del Espíritu santo el Hijo lo recibe del Padre.
Según esto, las diferencias entre Focio y los latinos pueden expresarse en este gráfico:

1. Según el monopatrismo de Focio, el Padre es el único principio de las dos procesiones


eternas

Padre

Hijo Espíritu

2. Según Focio, el Filioque de los latinos concibe al Hijo como principio autónomo del Espíritu

Padre Hijo

Espíritu

3. Según los latinos, el Hijo es principio del Espíritu en cuanto principiado por el Padre

Padre Hijo

Espíritu

Sobre estos y otros aspectos han tratado recientemente dos documentos que, sin representar la
instancia suprema del Magisterio eclesiástico, no por ello son menos importantes a la hora de
ahondar en esta cuestión del principio de la procesión eterna del Espíritu santo. Ambos
coinciden en considerar a las tradiciones oriental y occidental como «complementarias», no
como incompatibles. Según el Catecismo de la iglesia católica, «esta legítima
complementariedad, si no se desorbita, no afecta a la identidad de la fe en la realidad del mismo
misterio confesado» (CCE 248). La reciente Clarificación doctrinal del Consejo pontificio para
la promoción de la unidad de los cristianos no sólo reproduce aquel pasaje del Catecismo (18),
sino que ve en la doctrina del Espíritu santo «originado del Padre por, o a través del Hijo [...] la
base que debe servir para la prosecución del diálogo teológico en curso entre católicos y
ortodoxos» (8).

Sin embargo, el documento dicasterial no deja de observar que «una teología análoga [sobre el
Filioque] se había desarrollado en Alejandría a partir de San Atanasio. Como en la tradición
latina, ella se expresaba con el término más común de procesión (proievai) designando la
comunicación de la divinidad al Espíritu santo a partir del Padre y del Hijo en su comunión
consubstancial: «El Espíritu procede (proeisi) del Padre y del Hijo; es evidente que es de la
substancia divina, procediendo (proion) substancialmente (ousiwdoj) en ella y de ella»
(Cirilo Alejandrino, Thesaurus; PG 75, 585 A) (14). La Declaratio invoca a san Máximo el
Confesor, quien no sólo reconoce la existencia de las tradiciones latino-alejandrina y capadocia,
sino que muestra su compatibilidad: aquella «sabe que el Padre es la causa única del Hijo y del
Espíritu, de uno por generación y del otro por ekporeusij pero ha explicado que el Espíritu
proviene (proienai) a través del Hijo, mostrando así la unidad e inmutabilidad de la esencia»
(Máximo, Carta a Marino de Chipre; PG 91, 136 A-B) (15).

Esta doctrina de los Concilios II de Lyon y de Florencia fue tomada de San Agustín como
habíamos visto en su libro XV De Trinitate.

CAPITULO XXVI CAPUT XXVI.

47. Por lo cual, el que pueda entender la 47. Quapropter, qui potest intelligere sine tempore
generación intemporal del Hijo en el seno del generationem Filii de Patre, intelligat sine
Padre, entienda también la procesión intemporal tempore processionem Spiritus sancti de utroque.
del Espíritu Santo de ambos. Y quien pueda Et qui potest intelligere in eo quod ait Filius, Sicut
entender lo que el Hijo dice: Como el Padre tiene habet Pater vitam in semetipso, sic dedit Filio
vida en si misma, así dio al Hijo tener vida en sí vitam habere in semetipso (Joan. V, 26) ; non sine
mismo, no lo interprete como si el Padre diese la vita existenti jam Filio vitam Patrem dedisse, sed
vida al Hijo, que ya existía, pero carecía de vida, ita eum sine tempore genuisse, ut vita quam Pater
sino que entienda que lo engendró fuera del Filio gignendo dedit, coaeterna sit vitae Patris qui
tiempo, para que la vida que el Padre dio al Hijo dedit: intelligat sicut habet Pater in semetipso ut
engendrándolo sea coeterna a la vida del Padre, de illo procedat Spiritus sanctus, sic dedisse Filio
dador de la vida; quien esto comprenda, vea cómo ut de illo procedat idem Spiritus sanctus, et
el Padre tiene en sí mismo el que de El proceda el utrumque sine tempore; atque ita dictum Spiritum
Espíritu Santo; así dio al Hijo el que de El sanctum de Patre procedere, ut intelligatur, quod
proceda el mismo Espíritu Santo, y ambos sin etiam procedit de Filio, de Patre esse Filio.
intervalo de tiempo; y así se dice que el Espíritu
Santo procede del Padre para que se entienda
que al Hijo le viene del Padre el que proceda
también del Hijo.
Si cuanto el Hijo tiene, del Padre lo recibe, del Si enim quidquid habet, de Patre habet Filius; de
Padre recibe el que proceda de Él el Espíritu Patre habet utique ut et de illo procedat Spiritus
Santo. Pero nadie imagine aquí noción alguna de sanctus. Sed nulla ibi tempora cogitentur, quae
tiempo, antes y después, porque allí el tiempo no habent prius et posterius: quia omnino nulla ibi
existe. sunt.
¿No sería absurdo muy grande llamarle hijo de Quomodo ergo non absurdissime filius diceretur
ambos, pues el proceder de los dos proporciona al amborum, cum sicut Filio praestat essentiam sine
Espíritu Santo una esencia sin principio de tiempo initio temporis, sine ulla mutabilitate naturae de
y sin mutación de naturaleza, como la generación Patre generatio; ita Spiritui sancto praestet
proporciona al Hijo una esencia sin inicio de essentiam sine ullo initio temporis, sine ulla
tiempo y sin mutación de sustancia? Por esta mutabilitate naturae de utroque processio? Ideo
razón, aunque no digamos que el Espíritu Santo enim cum Spiritum sanctum genitum non
ha sido engendrado, no osamos llamarle ingénito, dicamus, dicere tamen non audemus ingenitum,
para que nadie malicie en dicha palabra dos ne in hoc vocabulo vel duos patres in illa
padres en aquella Trinidad soberana o dos Trinitate, vel duos qui non sunt de alio quispiam
personas sin procedencia de origen. Sólo el Padre suspicetur. Pater enim solus non est de alio, ideo
no procede de otro; por eso es el único que se solus appellatur ingenitus, non quidem in
denomina ingénito, no en las Escrituras, sino Scipturis, sed in consuetudine disputantium, et de
en el lenguaje usual de los que tratan de tan re tanta sermonem qualem valuerint proferentium.
encumbrado misterio y se expresan como
pueden.
El Hijo es nacido del Padre, y el Espíritu Santo Filius autem de Patre natus est: et Spiritus sanctus
procede originariamente del Padre, y por don de Patre principaliter, et ipso sine ullo temporis
del Padre, sin intervalo de tiempo, procede de intervallo dante, communiter de utroque procedit.
los dos como de un principio común. Se le Diceretur autem filius Patris et Filii, si, quod
podría llamar hijo del Padre y del Hijo si, lo que abhorret ab omnium sanorum sensibus, cum ambo
el buen sentido rechaza con horror, ambos le genuissent. Non igitur ab utroque est genitus, sed
hubieran engendrado. De los dos procede el procedit ab utroque amborum Spiritus.
Espíritu de ambos, pero por ninguno de ellos fue
engendrado.

CAPITULO XXVII CAPUT XXVII.

SOLUCIÓN Y ADVERTENCIAS 48. Quid hic sufficiat ad solutionem quaestionis,


cur Spiritus non dicatur genitus, et cur solus Pater
48. Mas porque en aquella coeterna, coigual, ingenitus. Quid agendum iis qui haec non
incorpórea, inefablemente inmutable e indivisible intelligunt. Verum quia in illa coaeterna, et
Trinidad es difícil distinguir entre generación y aequali, et incorporali, et ineffabiliter immutabili,
procesión, baste, pata aquellos que no saben atque inseparabili Trinitate difficillimum est
elevarse a mayores alturas, lo que acerca del generationem a processione distinguere, sufficiat
particular dijimos en cierto sermón que interim eis qui extendi non valent amplius, id
pronunciamos ante el pueblo cristiano y quedó quod de hac re in sermone quodam proferendo ad
luego consignado en escrito. aures populi christiani diximus, dictumque
Entre otras cosas, después de haber aducido conscripsimus. Inter caetera enim cum per
testimonios de la Escritura para probar la Scripturarum sanctarum testimonia docuissem de
procesión del Espíritu Santo del Padre y del utroque procedere Spiritum sanctum: Si ergo,
Hijo, dije: «Si, pues, el Espíritu Santo procede del inquam, et de Patre et de Filio procedit Spiritus
Padre y del Hijo, ¿por qué dijo el Hijo: Del Padre sanctus; cur Filius dixit, «De Patre procedit (Joan.
procede? ¿Por qué, piensas, sino porque es su XV, 26) ?» Cur, putas, nisi quemadmodum solet
estilo referir cuanto a El pertenece a aquel de ad eum referre et quod ipsius est, de quo et ipse
quien es nacido? En este sentido dice: Mi doctrina est? Unde et illud est quod ait, «Mea doctrina non
no es mía, sino del que me envió. Si la doctrina est mea, sed ejus qui me misit» (Id. VII, 16) . Si
que dice no ser suya se entiende en este pasaje igitur hic intelligitur ejus doctrina, quam tamen
que es suya, ¿con cuánta mayor razón hemos de dixit non suam, sed Patris; quanto magis illic
entender que el Espíritu Santo procede del Hijo, intelligendus est et de ipso procedere Spiritus
cuando afirma: Del Padre procede; pues no dice: sanctus, ubi sic ait, «De Patre procedit,» ut non
«No procede de mí»? De quien recibe el Hijo su diceret, De me non procedit? A quo autem habet
ser divino, es Dios de Dios, recibe el que de El Filius ut sit Deus (est enim de Deo Deus), ab illo
proceda el Espíritu Santo; en consecuencia, el habet utique ut de illo etiam procedat Spiritus
que el Espíritu Santo proceda del Hijo como sanctus: ac per hoc Spiritus sanctus ut etiam de
procede del Padre, lo recibe del Padre. Filio procedat, sicut procedit de Patre, ab ipso
«Así podemos entender de alguna manera, en habet Patre. Hic utcumque etiam illud intelligitur,
cuanto es posible que seres como nosotros lo quantum a talibus quales nos sumus, intelligi
entiendan, por qué el Espíritu Santo no se dice potest, cur non dicatur natus esse, sed potius
que nació, sino que procede; porque si se llamase procedere Spiritus sanctus: quoniam si et ipse
hijo, lo sería de los dos, lo cual es gran absurdo. Filius diceretur, amborum utique filius diceretur;
En efecto, nadie es hijo de dos personas si no son quod absurdissimum est. Filius quippe nullus est
padre y madre. En Dios Padre y en Dios Hijo duorum, nisi patris et matris. Absit autem ut inter
nadie sospeche algo semejante; ni entre los Deum Patrem et Deum Filium aliquid tale
hombres siquiera nace a un tiempo el hijo del suspicemur. Quia nec filius hominum simul et ex
padre y de la madre; nace del padre en la madre, patre et ex matre procedit: sed cum in matrem
pero entonces no nace de la madre, y cuando la procedit ex patre, non tunc procedit ex matre; et
madre da a luz, entonces no nace del padre. El cum in hanc lucem procedit ex matre, non tunc
Espíritu Santo no procede del Padre en el Hijo, ni procedit ex patre. Spiritus autem sanctus non de
procede del Hijo para santificación de la criatura, Patre procedit in Filium, et de Filio procedit ad
sino que procede a un tiempo de ambos, aunque el sanctificandam creaturam; sed simul de utroque
Padre haya comunicado al Hijo el que pueda de procedit: quamvis hoc Pater Filio dederit, ut
El proceder como procede de sí mismo. Ni quemadmodum de se, ita de illo quoque procedat.
tampoco podemos decir que el Espíritu Santo no Neque enim possumus dicere quod non sit vita
es vida, porque el Padre es vida y el Hijo también Spiritus sanctus, cum vita Pater, vita sit Filius: ac
es vida; por consiguiente, así como el Padre es per hoc sicut Pater cum habeat vitam in
vida esencial, dio al Hijo tener vida en si mismo y semetipso, dedit et Filio vitam habere in
le ha otorgado el que la vida proceda de El como semetipso; sic ei dedit vitam procedere de illo,
procede del Padre». sicut et procedit de ipso (In Joannis Evang. tract.
He trascrito este pasaje de mi sermón; hablaba allí 99, nn. 8, 9) . Haec de illo sermone in hunc
a los creyentes, no a los incrédulos. librum transtuli, sed fidelibus, non infidelibus
loquens.

A la luz de todo esto leamos a Santo Tomás siguiendo las indicaciones que nos propone
Mons. Ricardo Ferrara, en su libro El misterio de Dios. Correspondencias y paradojas,14

2. El Espíritu santo puede distinguirse del Hijo porque procede de él.

El Filioque en perspectiva especulativa reviste una importancia decisiva no sólo para preservar
la consubstancialidad del Padre y del Hijo (tal fue su intención originaria), sino además para
asegurar la distinción personal del Espíritu respecto del Hijo, porque

Respondeo dicendum quod necesse est dicere Es obligatorio decir que el Espíritu procede
Spiritum Sanctum a Filio esse. Si enim non del Hijo. Pues, si no procediera de El, de
esset ab eo, nullo modo posset ab eo ninguna manera podría distinguirse
personaliter distingui. (I, 36, 2, c.) personalmente de El.

Y el fundamento de esto es la doctrina de las relaciones divinas subsistentes, que se


distinguen realmente entre sí como opuestas y constituyen a las Personas.

Quod ex supra dictis patet. Non enim est Esto resulta evidente por lo dicho antes (q.28
possibile dicere quod secundum aliquid a.3; q.30 a.2). Hay que tener presente que no
absolutum divinae personae ab invicem hay algo absoluto por lo que las personas
distinguantur, quia sequeretur quod non esset divinas se distingan entre sí. De lo contrario,
trium una essentia; quidquid enim in divinis no se seguiría que una fuera la esencia de las
absolute dicitur, ad unitatem essentiae tres; pues todo lo que de Dios se dice con
pertinet. Relinquitur ergo quod solum sentido absoluto pertenece a la unidad de
relationibus divinae personae ab invicem esencia. Por lo tanto, hay que concluir que las
distinguantur. Relationes autem personas personas divinas se distinguen entre sí sólo
distinguere non possunt, nisi secundum quod por las relaciones. Las relaciones personales
sunt oppositae. (I, 36, 2, c.) no pueden distinguirse más que como
opuestas.

La consecuencia es que si el Hijo y el Espíritu Santo no tuviesen entre sí relaciones opuestas


no serían Personas distintas, lo cual va contra la fe.

Quod ex hoc patet, quia Pater habet duas Esto es así por lo siguiente: Porque el Padre
relationes, quarum una refertur ad Filium, et tiene dos relaciones, una de las cuales va
alia ad Spiritum Sanctum; quae tamen, quia referida al Hijo, y la otra al Espíritu Santo. Sin
non sunt oppositae, non constituunt duas embargo, dichas relaciones, por no ser
personas, sed ad unam personam Patris tantum opuestas, no constituyen dos personas, pues le
pertinent. Si ergo in Filio et in Spiritu Sancto corresponden a la persona del Padre. Por lo
non esset invenire nisi duas relationes quibus tanto, si en el Hijo y en el Espíritu Santo no se
uterque refertur ad Patrem, illae relationes non encontraran más que dos relaciones con las
essent ad invicem oppositae; sicut neque duae que cada uno se relacionara con el Padre,
relationes quibus Pater refertur ad illos. Unde, dichas relaciones no serían opuestas entre sí;
sicut persona Patris est una, ita sequeretur como tampoco lo serían aquellas con las que
quod persona Filii et Spiritus Sancti esset una, el Padre se relaciona con ellas. Por eso, así

14
Ricardo Ferrara, El misterio de Dios. Correspondencias y paradojas, Sígueme, Salamanca 2005, pág. 587-589.
habens duas relationes oppositas duabus como la persona del Padre es una, así también
relationibus Patris. Hoc autem est haereticum, se seguiría que la persona del Hijo y del
cum tollat fidem Trinitatis. (I, 36, 2, c.) Espíritu Santo sería una, teniendo dos
relaciones opuestas a las dos relaciones del
Padre. Esto es herético y anula el contenido de
la fe en la Trinidad.

Por lo cual el Espíritu Santo procede el Hijo según la analogía de la procesión del Verbo y la
procesión del Amor.

Oportet ergo quod Filius et Spiritus Sanctus Por lo tanto, es necesario que el Hijo y el
ad invicem referantur oppositis relationibus. Espíritu Santo estén relacionados entre sí con
Non autem possunt esse in divinis aliae relaciones opuestas. Por otra parte, y como ya
relationes oppositae nisi relationes originis, ut se demostró (q.28 a.4), en Dios no puede
supra probatum est. Oppositae autem haber más relaciones opuestas que las
relationes originis accipiuntur secundum relaciones de origen. Y las relaciones opuestas
principium, et secundum quod est a principio. de origen lo son por el principio y por lo que
Relinquitur ergo quod necesse est dicere vel emana del principio. Por lo tanto, hay que
Filium esse a Spiritu Sancto, quod nullus dicit, decir o que el Hijo procede del Espíritu Santo,
vel Spiritum Sanctum esse a Filio, quod nos (lo que nadie admite); o que el Espíritu Santo
confitemur. Et huic quidem consonat ratio procede del Hijo, y esto es lo que nosotros
processionis utriusque. Dictum enim est supra confesamos. Esto está en armonía con el
quod Filius procedit per modum intellectus, ut concepto de procesión de ambos. Se dijo (q.27
Verbum; Spiritus Sanctus autem per modum a.2 y 4; q.28 a.4), que el Hijo procede
voluntatis, ut Amor. Necesse est autem quod intelectualmente como Palabra. El Espíritu
Amor a Verbo procedat, non enim aliquid Santo procede voluntariamente como amor. Y
amamus, nisi secundum quod conceptione es necesario que el amor proceda de la
mentis apprehendimus. Unde et secundum hoc Palabra; pues nada amamos si antes no lo
manifestum est quod Spiritus Sanctus procedit hemos albergado en nuestra mente
a Filio. (I, 36, 2, c.) concibiéndolo. Resulta evidente así y por eso
que el Espíritu Santo procede del Hijo.

El «nadie admite» del dilema final puesto aquí por santo Tomás va dirigido, como argumento
ad hominem, al «monopatrismo» oriental, el cual, no obstante, conviene con los latinos en la
tesis de que el Hijo procede del Padre, no del Espíritu santo.
Unde etiam ipsi Graeci processionem Spiritus De aquí que los mismos Griegos entiendan
Sancti aliquem ordinem habere ad Filium que la procesión del Espíritu Santo guarde
intelligunt. Concedunt enim Spiritum Sanctum alguna relación con el Hijo. Pues admiten que
esse Spiritum Filii, et esse a Patre per Filium. el Espíritu Santo es Espíritu del Hijo y que
Et quidam eorum dicuntur concedere quod sit procede del Padre por el Hijo. Algunos de
a Filio, vel profluat ab eo, non tamen quod ellos admiten incluso que es del Hijo y que
procedat. Quod videtur vel ex ignorantia, vel emana de El: sin embargo, no admiten que
ex protervia esse. Quia si quis recte proceda. Y esto se debe, al parecer, o a la
consideret, inveniet processionis verbum inter ignorancia o a la insolencia. Porque, si se
omnia quae ad originem qualemcumque pensara correctamente, se podría dar uno
pertinent, communissimum esse. Utimur enim cuenta de que entre todas las palabras que
eo ad designandum qualemcumque originem; indican origen, la más extendida es procesión.
sicut quod linea procedit a puncto, radius a Pues la utilizamos para indicar, cualquier
sole, rivus a fonte; et similiter in origen: como del punto procede la línea; del
quibuscumque aliis. Unde ex quocumque alio sol, el rayo; de la fuente, el arroyo. Y lo
ad originem pertinente, potest concludi quod mismo en otras muchas cosas. Concluyendo:
Spiritus Sanctus procedit a Filio. (I, 36, 2, c.) De cualquier palabra referida al origen, puede
deducirse que el Espíritu Santo procede del
Hijo.

3. El Espíritu santo procede del Padre mediante (per) el Hijo

Para santo Tomás, la distinción entre el sujeto espirante (quod) que son el Padre y el Hijo y la
virtud espirativa única (quo) y común a ambos permite comprender la posición intermedia del
Hijo en la fórmula común a griegos y latinos, porque
Quia igitur Filius habet a Patre quod ab eo Así, pues, porque el Hijo tiene del Padre el
procedat Spiritus Sanctus, potest dici quod hecho que de El proceda el Espíritu Santo,
Pater per Filium spirat Spiritum Sanctum; vel puede decirse que el Padre espira al Espíritu
quod Spiritus Sanctus procedat a Patre per Santo por el Hijo. O que, y es lo mismo, el
Filium, quod idem est. (I, 36, 3, c.) Espíritu Santo procede del Padre por el Hijo.

Ad primum ergo dicendum quod in qualibet 1. A la primera hay que decir: En cualquier
actione est duo considerare, scilicet acción hay que tener presente dos aspectos.
suppositum agens, et virtutem qua agit; sicut Esto es, el supuesto agente, y el poder con que
ignis calefacit calore. Si igitur in Patre et Filio actúa. Ejemplo: El fuego calienta con el calor.
consideretur virtus qua spirant Spiritum Así, pues, si en el Padre y en el Hijo se analiza
Sanctum, non cadit ibi aliquod medium, quia el poder con el que espiran al Espíritu Santo,
haec virtus est una et eadem. Si autem no hay cabida para ningún medio, porque este
considerentur ipsae personae spirantes, sic, poder es sólo uno e idéntico en ambos. No
cum Spiritus Sanctus communiter procedat a obstante, si se consideran las mismas personas
Patre et Filio, invenitur Spiritus Sanctus que espiran, puesto que el Espíritu Santo
immediate a Patre procedere, inquantum est procede del Padre y del Hijo conjuntamente,
ab eo; et mediate, inquantum est a Filio. Et sic nos encontramos con que procede del Padre
dicitur procedere a Patre per Filium. (I, 36, 3, directamente, en cuanto que proviene de El. Y
ad 1) de forma mediata, en cuanto que procede del
Hijo. En este sentido decimos que procede del
Padre por el Hijo.

Pero, dado que su virtud espirativa es única, entonces propiamente hablando (con Anselmo) el
Espíritu santo no procede del Padre en grado mayor que del Hijo, aún cuando esto haya sido
dicho «alguna vez» (por san Agustín):

Ad secundum dicendum quod, si Filius 2. A la segunda hay que decir: Si el Hijo


acciperet a Patre aliam virtutem numero ad recibiera del Padre algún poder
spirandum Spiritum Sanctum, sequeretur quod numéricamente distinto para espirar al
esset sicut causa secunda et instrumentalis, et Espíritu Santo, se seguiría que sería como una
sic magis procederet a Patre quam a Filio. Sed causa segunda e instrumental. En este sentido
una et eadem numero virtus spirativa est in procedería más del Padre que del Hijo. Pero el
Patre et Filio, et ideo aequaliter procedit ab poder espirativo en el Padre y en el Hijo es
utroque. Licet aliquando dicatur principaliter uno e idéntico en ambos. De este modo
vel proprie procedere de Patre, propter hoc procede igualmente de ambos. Aun cuando a
quod Filius habet hanc virtutem a Patre. (I, 36, veces se diga que de manera principal y propia
3, ad 2) proceda del Padre en cuanto que el Hijo recibe
el poder espirativo del Padre.

Ad quartum dicendum quod, cum aliquis 4. A la cuarta hay que decir: Cuando se dice
dicitur per aliquid operari, non semper que alguien obra por otro, no siempre se
recipitur conversio, non enim dicimus quod puede decir lo mismo al revés. Ejemplo: No
martellus operetur per fabrum. decimos que el martillo obre por el artesano.
Sic igitur, inquantum ballivus est medius Así, pues, en cuanto el bailío es medio según
secundum ordinem suppositorum agentium, el orden de los supuestos agentes, se dice que
dicitur rex operari per ballivum, secundum el rey obra por el bailío. Pero según el orden
ordinem vero virtutum, dicitur ballivus operari de los poderes, se dice que el bailío obra por
per regem, quia virtus regis facit quod actio el rey, porque el poder del rey es el que hace
ballivi consequatur effectum. que la acción del bailío consiga su efecto.

Ordo autem non attenditur inter Patrem et Entre el Padre y el Hijo no hay orden en lo
Filium quantum ad virtutem; sed solum que se refiere al poder, sino sólo en lo que se
quantum ad supposita. Et ideo dicitur quod refiere a los supuestos. Así, se dice que el
Pater spirat per Filium, et non e converso. (I, Padre espira por el Hijo, pero no al revés.
36, 3, ad 4)

4. El Padre y el Hijo son un mismo principio del Espíritu santo

En la procesión del Espíritu santo el Padre y el Hijo son uno, no sólo por unidad esencial o de
forma (quo), sino por la «unidad propia» de sujeto (quod), en cuanto espirantes:
Respondeo dicendum quod Pater et Filius in Hay que decir: El Padre y el Hijo son uno en
omnibus unum sunt, in quibus non distinguit todo, a no ser en aquello en que se distinguen
inter eos relationis oppositio. Unde, cum in por relaciones opuestas. Por eso, como en el
hoc quod est esse principium Spiritus Sancti, hecho de ser principio del Espíritu Santo no
non opponantur relative, sequitur quod Pater hay relación opuesta, se deduce que el Padre y
et Filius sunt unum principium Spiritus Sancti. el Hijo son un solo principio del Espíritu
Santo.

Unde numerum accipit a forma significata, Por eso, el número se toma de la forma
sicut et alia substantiva. Sicut igitur Pater et significada, como los demás sustantivos. Así,
Filius sunt unus Deus, propter unitatem pues, como el Padre y el Hijo son un solo
formae significatae per hoc nomen Deus; ita Dios por la unidad de forma significada por el
sunt unum principium Spiritus Sancti, propter nombre Dios, así también son un solo
unitatem proprietatis significatae in hoc principio del Espíritu Santo por la unidad de
nomine principium. (I, 36, 4) propiedad significada con la palabra principio.

Por configurar el Padre y el Hijo un principio único y común del Espíritu santo, este principio,
sin dejar de ser personal y subsistente, es común y comunicable:

Cum enim dicimus, Pater et Filius sunt unum Pues cuando decimos el Padre y el Hijo son
principium, hoc quod dico principium, non un solo principio, la palabra principio no
habet determinatam suppositionem, imo supone determinadamente, sino más bien en
confusam pro duabus personis simul. (I, 36, 4, confuso, las dos personas a la vez.
ad 2)

Una consecuencia catequística del uso de este nombre Espíritu Santo, es que podemos decir:
Padre nuestro o Espíritu nuestro, pero no Hijo nuestro; Santo Tomás señala la razón de esta forma
de hablar del creyente.

Ad tertium dicendum quod in nomine Filii 3. A la tercera hay que decir: En el nombre del
intelligitur sola relatio eius qui est a principio, Hijo, está comprendida la única relación con
ad principium, sed in nomine Patris intelligitur el principio de quien emana: pero en el
relatio principii; et similiter in nomine nombre del Padre está comprendida la
spiritus, prout importat quandam vim relación del principio; lo mismo cabe decir del
motivam. Nulli autem creaturae competit esse nombre Espíritu en cuanto que implica cierta
principium respectu alicuius divinae personae, fuerza impulsora. Por otra parte, a ninguna
sed e converso. Et ideo potest dici Pater criatura le corresponde ser principio respecto
noster, et Spiritus noster, non tamen potest dici de alguna persona divina, pero sí al revés. De
Filius noster. (I, 36, 1, ad 3) este modo, se puede decir Padre nuestro y
Espíritu nuestro; sin embargo, no se puede
decir Hijo nuestro.

Amor. (I, 37, a. 1 y 2)

Respondeo dicendum quod nomen amoris in Hay que decir: En Dios, el nombre Amor
divinis sumi potest et essentialiter et puede ser tomado en sentido esencial y en
personaliter. Et secundum quod personaliter sentido personal. En sentido personal, es el
sumitur, est proprium nomen Spiritus Sancti; nombre propio del Espíritu Santo, como
sicut Verbum est proprium nomen Filii. Palabra es el nombre propio del Hijo.

Santo Tomás explica esto por medio de la Procesión del Verbo y la Procesión del Amor.

Ad cuius evidentiam, sciendum est quod, cum Para demostrarlo, hay que tener presente que,
in divinis, ut supra ostensum est, sint duae como ya se probó (q.27 a. 1,3 y 5), en Dios
processiones, una per modum intellectus, quae hay dos procesiones: Una por el
est processio Verbi; alia per modum entendimiento, la de la Palabra; otra por la
voluntatis, quae est processio Amoris, voluntad, la del amor.
Que nosotros hemos presentado con el siguiente esquema:

el cognoscente identificándose con el Dios conocido


en su inteligencia (actu primo)

se conoce
(actu secundo)

Cuando Dios (como dicente) dice, concibe, genera Dios

una idea o concepto de sí


en su inteligencia

como amante surge, emana, brota a modo de espiración, a sí mismo como


en su voluntad desde el amante y de la idea Dios amado

un impulso
(que es lo amado en la voluntad del amante)
que lo inclina, que lo impele, que lo atrae hacia

por el cual se ama


(actu secundo)

Santo Tomás continua advirtiéndonos (y que nosotros ya hemos indicado), que en la


Procesión del Amor carecemos de palabras para expresar adecuadamente las cosas.

quia prima est nobis magis nota, ad singula Porque la primera nos es más conocida, para
significanda quae in ea considerari possunt, indicar cada uno de los aspectos que se
sunt magis propria nomina adinventa; non pueden analizar encontramos más nombres
autem in processione voluntatis. Unde et adecuados. Pero no sucede así con la
quibusdam circumlocutionibus utimur ad procesión del amor. Por eso hacemos uso de
significandam personam procedentem, et ciertos circunloquios para indicar la persona
relationes etiam quae accipiuntur secundum que resulta de tal procesión. Y las relaciones
hanc processionem, et processionis et resultantes también de dicha procesión, las
spirationis nominibus nominantur, ut supra denominadas, tal como ya dijimos (q.28 a.4),
dictum est, quae tamen sunt magis nomina procesión y espiración. Dichos nombres, sin
originis quam relationis, secundum embargo, atendiendo sólo a los nombres, son
proprietatem vocabuli. Et tamen similiter más de origen que de relación. Sin embargo,
utramque processionem considerari oportet. ambas procesiones deben ser analizadas como
semejantes.

Notemos como en estos textos Santo Tomás nos remite a la temática de las procesiones (q.
27), por lo cual el anterior esquema nos permitirá comprender mejor y profundizar un aspecto de
este asunto a la luz de lo que Mons. Ricardo Ferrara,15 señala a continuación:

En Dios la emanación del amor no es generación por la misma razón por la que la emanación
del verbo es generación, es decir, porque no procede por modo de semejanza, sino por modo de
impulso. Para evidenciarlo hay que saber que

la voluntad no se pone en acto porque en ella esté la semejanza de lo querido, sino por una
inclinación hacia la cosa querida. Y por eso en Dios lo que procede por modo de amor no
procede como generado o como hijo, sino como espíritu, nombre que designa la moción e
impulsión vital, en cuanto que por el amor somos movidos o impulsados a hacer algo (ST I q27
a4).

15
Ricardo Ferrara, El misterio de Dios. Correspondencias y paradojas, Sígueme, Salamanca 2005, pág. 496-498.
No es que el amor nada tenga que ver con la semejanza, porque, aun cuando «el amor mismo no
sea semejanza... ésta es principio del amor. De donde no se sigue que el amor sea generado,
aunque lo generado sea principio del amor... La semejanza... pertenece al verbo en cuanto que él
es semejanza de la cosa entendida... pero ella no pertenece al amor como si el amor mismo
fuera semejanza, sino en cuanto que la semejanza es el principio del amor (ST 1q27 a4, 2m).
Luego, mientras el verbo es semejanza y es generado, el amor en cuanto tal presupone la
semejanza, pero no es generado porque no se ordena a producir una semejanza, sino a unirse
afectivamente con lo amado. El amor mismo es unión afectiva, no efectiva: nos unimos
efectivamente al amado por nuestra presencia y gestos corporales, no por el amor que los causa
eficientemente.

De la unión afectiva del amor deriva la mutua inmanencia del amado en el amante y del amante
en el amado, en conformidad con I Jn 4, 16: «el que permanece en el amor permanece en Dios y
Dios permanece en él». Por la primera, «el amado está en el amante existiendo en su afecto por
una complacencia radicada en su intimidad. Por eso se habla de una intimidad del amor y de
entrañas del amor (viscera caritatis)» (ST I-II q28 a2, c). Este entrañarse del amado en el
amante es como un «apego» o una «impresión» del amado en el afecto del amante:

Mons. Ricardo Ferrara cita a continuación el texto de la q. 37 que estamos analizando.

Sicut enim ex hoc quod aliquis rem aliquam Pues, así como, por el hecho de que alguien
intelligit, provenit quaedam intellectualis entienda algo, se produce en su mente una
conceptio rei intellectae in intelligente, quae determinada concepción intelectual de lo
dicitur verbum; ita ex hoc quod aliquis rem conocido y que se llama palabra; así también,
aliquam amat, provenit quaedam impressio, ut por el hecho de que alguien ama algo, se
ita loquar, rei amatae in affectu amantis, produce en quien ama una determinada
secundum quam amatum dicitur esse in impresión, por decirlo de alguna manera, de lo
amante, sicut et intellectum in intelligente. Ita amado, por la cual lo amado se dice que está
quod, cum aliquis seipsum intelligit et amat, en quien ama como lo conocido está en quien
est in seipso non solum per identitatem rei, conoce. Por todo lo cual, cuando alguien se
sed etiam ut intellectum in intelligente, et conoce y se ama, está en si mismo no sólo por
amatum in amante. identidad sujeto-objeto, sino también como lo
conocido en quien conoce y lo amado en
quien ama.

En un esquema:

inteligencia voluntad

quod aliquis ita ex hoc quod aliquis

rem aliquam rem aliquam

intelligit, amat,

provenit quaedam provenit quaedam

intellectualis conceptio rei intellectae impressio, ut ita loquar, rei amatae

in intelligente, in affectu amantis

quae dicitur verbum

sicut et intellectum quam amatum

in intelligente dicitur esse in amante,

Advirtamos el aparente «rígido paralelismo» que hay entre la Procesión del Verbo y la
Procesión del Amor.
Sin embargo, Mons. Ricardo Ferrara acota:

La realidad de este amor está constituida por el acto mismo del amor, no por su «producto» o
resultado; es decir, no reside en el término del acto de amar a manera de semejanza, como
ocurre con la «expresión» del concepto que termina el acto de entender o con el hijo que
termina el acto de generar. En este segundo caso no hay reciprocidad: el Padre genera al Hijo,
pero éste no puede generar al Padre. Por el contrario, hay reciprocidad en el primer caso: el
Padre ama al Hijo y éste ama al Padre, porque aquí el amante es principio del amor y no del
amado. Ya en su primera enseñanza Tomás proponía esta distinción:

[actu notionali] quandoque enim designatur A veces el acto nocional designa la razón de
ratio principii respectu ejus in quod terminatur principio respecto del término del acto
actus notionalis, ut cum dicitur: Pater generat nocional, como cuando se dice que «el Padre
Filium... et in talibus non potest fieri genera al Hijo»... y en este caso no puede
reciprocatio, ut dicatur quod pater generat se; haber reciprocidad (reciprocatio) en el sentido
de decir que el padre se genera a si mismo...
quandoque autem habitudo principii non A veces la razón de principio no se refiere al
importatur respectu ejus in quod transit término del acto... y esto ocurre con el verbo
actus... et similiter est in hoc verbo diligere, amar (diligere) que implica en el amante razón
quod importat habitudinem principii, non de principio del amor y no del amado, y en
diligentis ad dilectum, sed diligentis ad estos casos puede haber reciprocidad: y eso
amorem, qui importatur in verbo diligit; et ocurre porque implica el mismo amor emitido
ideo in talibus potest esse reciprocatio: et hoc y no la emisión; y si sólo se entendiera
contingit, quia verbum diligere non tantum separadamente el origen, entonces no habría
importat emissionem, sed ipsum amorem conversión, porque no se dice que el Padre se
emissum; unde si accipiatur separatim id quod espira (I Sent d32 q l a2, Im; cf. I Sent d10 q l
ad originem pertinet tantum, non erit a5).
conversio; non enim potest dici, quod Pater
spiret se.

Por lo cual no hay un estricto paralelismo entre la Procesión del Verbo y la Procesión del
Amor, sino como indicábamos con esquema propuesto es una especie de círculo del espíritu, como
señala Mons. Ricardo Ferrara:

Y poco tiempo después, en Ver q4, a2, 7m, mostraba la raíz de esta distinción:

La voluntad no tiene nada que provenga de ella o que exista en ella a no ser por modo de
operación (operationis); en cambio, el entendimiento tiene en si mismo algo que proviene de él
como algo producido (operatum). Y por eso, el verbo es significado como cosa procedente (res
procedens), pero el amor como operación procedente (operatio procedens).

Mientras A. Patfoort (BTh X/2, 531 § 1217) no veía como compaginar estos textos con la
doctrina de madurez a no ser apelando a una evolución doctrinal, B. Lonergan (De Deo Trino II,
109-114) consideraba superflua esta hipótesis porque no constaba que santo Tomás se hubiera
retractado. Por cierto, en ST 1q37 al el Espíritu santo procede a la vez como operatio
(espiración activa) y como res operata (espiración pasiva). Pero con J-H. Nicolás disentimos de
quienes conciben la procesión del amor en rígido paralelismo con la procesión del verbo, como
ha sido corriente en el tomismo desde Juan de Santo Tomás hasta M. T. L. Penido (ETL 14
[1937] 33-68) c I. Dockx (Ang 15 [1938] 419-428).

Justamente, para acabar con el «rígido paralelismo» entre procesiones del verbo y del amor
debemos urgir las diferencias. Mientras el acto nocional de la «dicción del verbo» sigue al acto
esencial de entender, el acto nocional de auto-dilección y mutua dilección del Padre y del Hijo,
es decir, la espiración activa preceden al amor espirado, es decir, a la espiración pasiva en virtud
de la cual los tres nos aman con amar esencial. Luego, más que de dos líneas paralelas, se trata
del círculo del espíritu que sale de sí mismo y regresa a si mismo:
Entender divino  Decir paterno  Verbo expresivo y amoroso
Amar divino  Amor espirado (E.S.)  Dilección mutua (P.-H.)

Así como la presencia del amado en el amante no es producida por el amor, sino que
está constituida por él, el amor no reside sólo en el término del acto de amar, como mera
semejanza del amado, sino ya en el principio de ese acto, a manera de impulso y de peso que
dirige al amante hacia el amado por vía de afinidad, de inclinación y de conveniencia:

A la luz de lo dicho en el CAPITULO XIX de la Summa Contra Gentiles.

Sic igitur quod amatur non solum est in De este modo, pues, lo que se ama no sólo
intellectu amantis, sed etiam in voluntate está en el entendimiento del amante, sino
ipsius: aliter tamen et aliter. In intellectu enim también en su voluntad, mas de distinta
est secundum similitudinem suae speciei: in manera en uno y en otra. En efecto, en el
voluntate autem amantis est sicut terminus entendimiento esté según su semejanza
motus in principio motivo proportionato per especifica; pero en la voluntad del que ama
convenientiam et proportionem quam habet ad está como el término del movimiento en el
ipsum. Sicut in igne quodammodo est locus principio motor proporcionado por da
sursum ratione levitatis, secundum quam conveniencia y conformidad que guarda con
habet proportionem et convenientiam ad talem él. Como el fuego, en cierto modo está en el
locum: ignis vero generatus est in igne lugar superior por razón de su ligereza, según
generante per similitudinem suae formae. la cual está en conformidad y conveniencia
con tal lugar; en cambio, el fuego producido
esté en el fuego que lo ha producido por la
semejanza de su forma.

Sed quia amatum in voluntate existit ut Y como lo amado existe en la voluntad como
inclinans, et quodammodo impellens inclinando y, en cierto modo, impeliendo
intrinsecus amantem in ipsam rem amatam; intrínsecamente al amante hacia la cosa
impulsus autem rei viventis ab interiori ad amada, y el impulso desde lo interior de un ser
spiritum pertinet: convenit Deo per modum vivo pertenece al espíritu, conviene al Dios
amoris procedenti ut spiritus dicatur eius, que procede como amor llamarse espíritu,
quasi quadam spiratione existente. como si fuera cierta espiración.

Mons. Ricardo Ferrara concluye:

Este impulso no es ciego deseo pasional, sino emanación de un verbo que respira amor. Esta
emanación es juicio referido a lo real extramental, a diferencia del concepto neutro que pone
entre paréntesis la realidad. En efecto, «el verbo o concepción de la inteligencia es tanto lo
significado por la simple palabra referida a la esencia [concepto neutro] como lo significado por
la palabra compuesta cuando la inteligencia [en el juicio] compone (afirma) y divide (niega)»
(Ver q4 a2). Pero este juicio del verbo es también valorativo, electivo y dilectivo, porque,
referido a la verdad de la cosa, respira de amor por ella (spirans amorem) y goza de esa verdad:
«El verbo es doble, ante todo el verbo perfecto, el que respira amor y se refiere a lo agradable, y
el referido a lo desagradable» (In I Sent d27 q2 al; cf. ST 1 q43 a5, 2m).

Ahora bien, si la dilección o amor espiritual, a diferencia de la pasión, emana directamente del
verbo, entonces esta analogía intrasubjetiva permite entenderla tradición antigua, común a
griegos y latinos, donde el Espíritu santo procede del Padre mediante el Hijo ( a Patre per
Filium), y no la tradición latina donde el Espíritu procede del Padre y del Hijo ( a Patre
Filioque). De hecho, el Filioque se entiende mejor desde la analogía intersubjetiva del amor
mutuo, que supone a las personas divinas ya constituidas en su distinción y, por eso, su lugar
adecuado no es la presente cuestión sobre las procesiones sino la relativa a la persona divina del
Espíritu santo (ST I q 36s).

R. Garrigou-Lagrange señala que por la penuria de nuestro lenguaje, algunos predicadores


hablan del Espíritu Santo como si fuese el amor mutuo (activo) del Padre y del Hijo, pero este amor
es la espiración activa (lo que implicaría que sólo habría dos personas en Dios); en realidad, el
Espíritu Santo no es la espiración activa que está en el Padre y en el Hijo, sino su término opuesto,
por oposición relativa: la espiración pasiva.16

Por tanto, en la Procesión del Verbo encontramos diversos términos adecuados para expresar
esta realidad: inteligente, cosa entendida, entender, decir, verbo (q. 37, a. 1).

Sed ex parte intellectus, sunt vocabula Pero por parte del entendimiento se
adinventa ad significandum respectum encuentran muchos términos para indicar la
intelligentis ad rem intellectam, ut patet in hoc relación conocedor-objeto conocido, como
quod dico intelligere, et sunt etiam alia resulta evidente en el mismo término conocer.
vocabula adinventa ad significandum Y también se encuentran otros términos para
processum intellectualis conceptionis, scilicet indicar el proceso de la concepción
ipsum dicere, et verbum. intelectual, como son el mismo decir y
palabra.

Que se atribuyen a Dios.

Unde in divinis intelligere solum essentialiter Por eso, en Dios conocer sólo se dice en
dicitur, quia non importat habitudinem ad sentido esencial, porque no implica relación
verbum procedens, sed Verbum personaliter con la palabra que procede. Pero Palabra se
dicitur, quia significat id quod procedit, ipsum dice en sentido personal, porque indica lo que
vero dicere dicitur notionaliter, quia importat procede. El mismo término decir tiene sentido
habitudinem Principii Verbi ad Verbum ipsum. nocional, porque implica la relación existente
entre el Principio de la Palabra y la misma
Palabra.

En cambio, en la Procesión del Amor encontramos solamente algunos términos adecuados


para expresar esta realidad: querer y amar; y a falta de otros se usan: amor y dilección (q. 37, a. 1).

Ex parte autem voluntatis, praeter diligere et Por parte de la voluntad, fuera de querer y
amare, quae important habitudinem amantis amar, que implican relación entre el que ama y
ad rem amatam, non sunt aliqua vocabula lo amado, no se han aplicado otras palabras
imposita, quae importent habitudinem ipsius que impliquen relación entre la impresión o
impressionis vel affectionis rei amatae, quae afección de lo amado — que se produce en el
provenit in amante ex hoc quod amat, ad suum que ama por el hecho del amor — y su
principium, aut e converso. Et ideo, propter principio; y al revés. Por eso, al no disponer
vocabulorum inopiam, huiusmodi habitudines de otros términos, indicamos dichas relaciones
significamus vocabulis amoris et dilectionis; con los de amor y querer, que es como si la
sicut si Verbum nominaremus intelligentiam Palabra fuera llamada inteligencia concebida o
conceptam, vel sapientiam genitam. sabiduría engendrada.

Por eso estos vocablos se usan algunas veces en sentido esencial.

Sic igitur, inquantum in amore vel dilectione Así, pues, en cuanto que en el amar o en el
non importatur nisi habitudo amantis ad rem querer no está implícita más que la relación
amatam, amor et diligere essentialiter del que ama con lo amado, amor y amar tienen
dicuntur, sicut intelligentia et intelligere. sentido esencial, como lo tienen conocimiento
y conocer.

Y otras veces se usan en sentido nocional.

Inquantum vero his vocabulis utimur ad Pero en cuanto a los términos que usamos para
exprimendam habitudinem eius rei quae expresar la relación entre lo que procede por
procedit per modum amoris, ad suum amor y su principio, y al revés, como por
principium, et e converso; ita quod per amor se entiende el amor que procede, y por
amorem intelligatur amor procedens, et per amar se entiende espirar el amor que procede,
diligere intelligatur spirare amorem así Amor es nombre de persona, y los verbos

16
R. Garrigou-Lagrange, De Deo Trino et Creatore, Marietti, Torino 1951, pág. 164.
procedentem, sic Amor est nomen personae, et querer o amar son nocionales, como lo son
diligere vel amare est verbum notionale, sicut decir o engendrar.
dicere vel generare.

En un esquema:
inteligencia voluntad

intelligentis amantis

ad rem intellectam ad rem amatam

intelligentia amor
esenciales
intelligere diligere

dicere diligere / spirare amorem

generare amare
nocionales
intelligentiam conceptam, amoris / amor procedens

vel sapientiam genitam. et dilectionis

De manera que si el Padre y el Hijo se aman por el Espíritu Santo hay que entenderlo del
siguiente modo (q. 37, a. 2).

Secundum hoc ergo dicendum quod, cum Por lo tanto, en esta línea hay que decir que en
diligere in divinis dupliciter sumatur, Dios amar es tomado en dos sentidos:
essentialiter scilicet et notionaliter; secundum Esencial y nocional. En sentido esencial, el
quod essentialiter sumitur, sic Pater et Filius Padre y el Hijo no se aman por el Espíritu
non diligunt se Spiritu Sancto, sed essentia Santo, sino por su esencia. Por eso dice
sua. Unde Augustinus dicit, in XV de Trin., Agustín en XV De Trin.: ¿Quién se atreverá a
quis audet dicere Patrem nec se nec Filium decir que el Padre no se ama a sí mismo, al
nec Spiritum sanctum diligere nisi per Hijo y al Espíritu Santo más que por el
Spiritum Sanctum? et secundum hoc Espíritu Santo? En esto se fundamentan las
procedunt primae opiniones. Secundum vero primeras opiniones mencionadas. En sentido
quod notionaliter sumitur, sic diligere nihil est nocional, amar no es más que espirar amor,
aliud quam spirare amorem; sicut dicere est como decir es producir palabras, y florecer,
producere verbum, et florere est producere flores. Por lo tanto, así como se dice que el
flores. Sicut ergo dicitur arbor florens floribus, árbol florece por las flores, así también se dice
ita dicitur Pater dicens Verbo vel Filio, se et que el Padre se habla y habla a la criatura por
creaturam, et Pater et Filius dicuntur la Palabra o el Hijo; y se dice también que el
diligentes Spiritu Sancto, vel Amore Padre y el Hijo se aman y nos aman por el
procedente, et se et nos. Espíritu Santo o Amor que procede.

En este orden los místicos hablaban de la “herida del amor”.

Por ejemplo, San Juan de la Cruz en su Cántico Espiritual, n. 17.

17. Para más declaración de este verso es de saber que, allende de otras muchas diferencias de
visitas que Dios hace al alma, con que la llaga y levanta en amor, suele hacer unos encendidos
toques de amor, que a manera de saeta de fuego hieren y traspasan el alma y la dejan toda
cauterizada con fuego de amor. Y éstas propiamente se llaman heridas de amor, de las cuales
habla aquí el alma. Inflaman éstas tanto la voluntad en afición, que se está el alma abrasando en
fuego y llama de amor; tanto, que parece consumirse en aquella llama, y la hace salir fuera de sí
y renovar toda y pasar a nueva manera de ser, así como el ave fénix que se quema y renace de
nuevo.
Por ejemplo, Santa Teresa de Ávila, en sus Exclamaciones del alma a Dios, XVI, 2.

2. ¡Oh verdadero Amador, con cuánta piedad, con cuánta suavidad, con cuánto deleite, con
cuánto regalo y con qué grandísimas muestras de amor curáis estas llagas, que con las saetas del
mismo amor habéis hecho! ¡Oh Dios mío y descanso de todas las penas, qué desatinada estoy!
¿Cómo   podía   haber   medios   humanos   que   curasen   los   que   ha   enfermado   el   fuego   divino?
¿Quién ha de saber hasta dónde llega esta herida, ni de qué procedió, ni cómo se puede aplacar
tan penoso y deleitoso tormento? Sin razón sería tan precioso mal poder aplacarse por cosa tan
baja como es los medios que pueden tomar los mortales. Con cuánta razón dice la Esposa en los
«Cantares»: Mi amado a mí, y yo a mi Amado y mí Amado a mí (1), porque semejante amor no
es posible comenzarse de cosa tan baja como el mío.
3. Pues si es bajo, Esposo mío, ¿cómo no para en cosa criada hasta llegar a su Criador? ¡Oh mi
Dios!, ¿por qué yo a mi Amado? Vos, mi verdadero Amador, comenzáis esta guerra de amor,
que no parece otra cosa un desasosiego y desamparo de todas las potencias y sentidos, que salen
por las plazas y por los barrios conjurando a las hijas de Jerusalén que le digan de su Dios (2).
Pues, Señor comenzada esta batalla, ¿a quién han de ir a combatir, sino a quien se ha hecho
señor de esta fortaleza adonde moraban, que es lo más superior del alma y echándolas fuera a
ellas para que tornen a conquistar a su conquistador? Y ya, cansadas de haberse visto sin El,
presto se dan por vencidas y se emplean perdiendo todas sus fuerzas y pelean mejor; y, en
dándose por vencidas, vencen a su vencedor.

Don. (I, 38)

Es un nombre personal.

Respondeo dicendum quod in nomine doni Hay que decir: En el nombre don está
importatur aptitudo ad hoc quod donetur. implícita la aptitud para ser dado. Y lo que se
Quod autem donatur, habet habitudinem et ad da implica relación tanto con el que lo da
id a quo datur, et ad id cui datur, non enim como con aquel a quien se da; pues alguien no
daretur ab aliquo nisi esset eius; et ad hoc lo daría si no fuera suyo, y lo da a alguien para
alicui datur, ut eius sit. que sea suyo.
Persona autem divina dicitur esse alicuius, vel Se dice que la Persona divina es de alguien, o
secundum originem, sicut Filius est Patris; vel por el origen, como el Hijo es del Padre, o
inquantum ab aliquo habetur. Habere autem porque la tiene por otro. Se dice que tenemos
dicimur id quo libere possumus uti vel frui, ut algo cuando libremente, tal como queremos,
volumus. Et per hunc modum divina persona podemos usarlo y disfrutarlo. En este sentido,
non potest haberi nisi a rationali creatura deo la Persona divina no puede ser tenida más que
coniuncta. por la criatura racional unida a Dios.
Aliae autem creaturae moveri quidem possunt Otras criaturas pueden ser movidas en cierta
a divina persona; non tamen sic quod in manera por la persona divina; sin embargo, no
potestate earum sit frui divina persona, et uti de tal manera que en ellas esté la capacidad
effectu eius. Ad quod quandoque pertingit para disfrutar la Persona divina o usar sus
rationalis creatura; ut puta cum sic fit efectos. A esto, algunas veces llega la criatura
particeps divini Verbi et procedentis Amoris, racional, como por ejemplo, es hecha partícipe
ut possit libere Deum vere cognoscere et recte de la Palabra divina o del Amor, a fin que
amare. pueda libremente conocer a Dios en verdad y
amarle como corresponde.
Unde sola creatura rationalis potest habere De ahí que sólo la criatura racional pueda
divinam personam. Sed ad hoc quod sic eam tener la Persona divina. Pero el hecho de
habeat, non potest propria virtute pervenire, llegar a tenerla no puede conseguirlo con sus
unde oportet quod hoc ei desuper detur; hoc propias fuerzas; siendo necesario que se le
enim dari nobis dicitur, quod aliunde conceda desde arriba; pues decimos que nos
habemus. Et sic divinae personae competit es dado lo que nos proviene de fuera. Así, a la
dari, et esse Donum. Persona divina le corresponde darse y ser
Don.

Que se atribuye al Espíritu Santo.


Respondeo dicendum quod Donum, secundum Hay que decir: En Dios, Don, tomado en
quod personaliter sumitur in divinis, est sentido personal, es el nombre propio del
proprium nomen spiritus sancti. Ad cuius Espíritu Santo. Para demostrarlo, hay que
evidentiam, sciendum est quod donum proprie tener presente que, según el Filósofo, don es
est datio irreddibilis, secundum philosophum, propiamente entrega sin deber de devolución;
idest quod non datur intentione retributionis, esto es, que no se da con intención de recibir
et sic importat gratuitam donationem. algo a cambio; esto implica donación gratuita.
Ratio autem gratuitae donationis est amor, La razón de la gratuidad en la entrega es el
ideo enim damus gratis alicui aliquid, quia amor, pues hacemos regalos a quien deseamos
volumus ei bonum. Primum ergo quod damus el bien. Por lo tanto, lo primero que le damos
ei, est amor quo volumus ei bonum. Unde es el amor con el que le deseamos el bien. Por
manifestum est quod amor habet rationem eso es evidente que el amor es el primer don
primi doni, per quod omnia dona gratuita por el que todos los dones son dados
donantur. Unde, cum Spiritus Sanctus gratuitamente. De ahí que, como el Espíritu
procedat ut amor, sicut iam dictum est, Santo procede como Amor, según se dijo (q.27
procedit in ratione doni primi. a.4; q.37 a.1), procede como primer don. Por
Unde dicit Augustinus, XV de Trin., quod per eso dice Agustín en XV De Trin: Por el Don
Donum quod est Spiritus Sanctus, multa que es el Espíritu Santo se distribuyen muchos
propria dona dividuntur membris christi. dones particulares entre los miembros de
Cristo.

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