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UNIVERSIDAD PARTICULAR DE

CHICLAYO
FACULTAD DE DERECHO

TÍTULO:
“EL MENOR INFRACTOR EN EL PERÚ”

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
(TESINA)

PARA OPTAR EL TÍTULO PROFESIONAL DE

ABOGADO

BACHILLER:

CHICLAYO – PERÚ
2014
I. DATOS GENERALES:

1. TITULO DEL PROYECTO:

“EL MENOR INFRACTOR EN EL PERÚ”

2. AUTOR:
-
3. ASESOR:
-
4. RESOLUCIÓN DE APROBACION:
-
5. TIPO DE INVESTIGACION:
- DESCRIPTIVA-EXPLICATIVA

6. ÁREA DE INVESTIGACIÓN:
- DERECHO PENAL– DERECHO DEL NIÑO Y EL
ADOLESCENTE.

7. LUGAR DE EJECUCIÓN:
- CHICLAYO – PERÚ.

8. DURACION DEL PROYECTO:


- Inicio: 20 de Febrero del 2014.
- Término: Abril del 2014.
INDICE
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
INTRODUCCIÓN

II. PLAN DE INVESTIGACIÓN


2.1. REALIDAD PROBLEMÁTICA
2.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
2.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
2.4. JUSTIFICACION E IMPORTANCIA DEL ESTUDIO
2.5. OBJETIVOS
2.5.1. OBJETIVOS GENERALES
2.5.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS
III. MARCO TEÓRICO
3.1. ANTECEDENTES DEL PROBLEMA
3.2. BASE TEÓRICA
3.3. HIPOTESIS
3.4. VARIABLES
3.4.1. VARIABLE INDEPENDIENTE
3.4.2. VARIABLE DEPENDIENTE
3.5. OPERACIONALIZACION DE VARIABLES
3.6. DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
IV. MARCO METODOLÓGICO
4.1. TIPO Y NIVEL DE INVESTIGACIÓN
4.2. DISEÑO DE CONTRASTACIÓN DE HIPÓTESIS
4.3. POBLACIÓN Y MUESTRA
o POBLACIÓN
o MUESTRA
4.4. MATERIALES, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE
RECOLECCIÓN
4.5. METODOS Y PROCEDIMIENTOS PARA LA
RECOLECCION DE INFORMACIÓN
V. ASPECTOS ADMINISTRATIVOS
5.1. FECHAS PROBABLES
5.2. ETAPAS DEL PROYECTO
VI. RECURSOS
6.1. RECURSOS HUMANOS O POTENCIAL HUMANO
6.2. RECURSOS MATERIALES
 Materiales de escritorio
 Materiales de Impresión
 Material Fotografico
VII. PRESUPUESTO
7.1. HONORARIOS
- Personal Profesional
- Personal Tecnico
7.2. BIENES
7.3. SERVICIOS
- Pasajes
- Comunicaciones
VIII. COSTO TOTAL DEL PROYECTO
IX. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
INTRODUCCIÓN

“Adolescente de 14 años mata a su madre y esconde su cuerpo por


más de 20 días”.

La Justicia Juvenil en el Perú ha experimentado durante las dos últimas


décadas, constantes cambios que han respondido a la búsqueda de mejores
condiciones para la atención brindada en los servicios de reinserción social,
aunque en algunos casos se tomaron medidas que respondían a situaciones
coyunturales. Desde esos dos puntos de vista, se han creado y modificado
artículos inmersos en materia de adolescentes en contacto con la ley, que no
siempre se constituyeron al beneficio de esta población. Esto se debe a que
muy pocos de estos cambios, se basaron en evidencias científicas, o que en la
experiencia acumulada por personal especializado en reinserción social de
todos los niveles de participación.

De manera similar ha venido sucediendo con el marco normativo, que en


algunas ocasiones parecía no considerar las recomendaciones nacionales e
internacionales.

Por otro lado, la oferta de servicios de reinserción social se encuentra en gran


desventaja frente a la demanda; el número de casos de adolescentes
infractores ha crecido, sin embargo la oferta por parte del Estado hace más de
13 años sigue siendo la misma.

Todos los centros juveniles, al igual que el único servicio de orientación al


adolescente en el país, presentan un alto porcentaje de sobrepoblación.
Situación esperable, teniendo en cuenta que, sólo ocho de los veintinueve
distritos judiciales cuentan con servicios de reinserción social.
Por ello es de suma importancia el desarrollo y estudio sobre el menor infractor
con el fin de brindar nuevos elementos técnicos para el mejoramiento de la
justicia juvenil.
“EL MENOR INFRACTOR EN EL PERÚ”

II. PLAN DE INVESTIGACIÓN


2.1. REALIDAD PROBLEMÁTICA
Los problemas sociales son producto de las condiciones
socioeconómicas de un determinado tiempo, realidad y
contexto. A esto hay que sumarle las características
individuales de cada persona o grupo humano. La existencia
en nuestra sociedad del adolescente infractor “Gringasho” es
un producto de lo expuesto. El entorno familiar, social y
económico en el que creció demuestra la falta de atención
especializada del Estado con los grupos sociales vulnerables.

Se gobierna de cara a la modernidad y con proyección al


extranjero. En este contexto no es de extrañar que surjan
“gringashos”, de los cuales hay ahora uno detenido, de
muchos potenciales o en actividad, que esperamos la Policía
Nacional tenga identificados para su detención y derivación a
programas resocializadores que les ofrezcan oportunidades
laborales y programas de recuperación psicológica. Habrá
casos de “gringashos” irrecuperables, a quienes hay que
tenerlos en regímenes especiales para evitar su fuga y retorno
a la delincuencia, pero no serán todos.

Los adolescentes infractores a la ley que pueden y deben ser


resocializados por el Estado y la sociedad civil, son un grupo
humano completamente diferente a los que, como “gringasho”,
ejercen el sicariato como forma de trabajo y no se debe
atender sus casos de la misma manera, de lo contrario se
podría encarcelar una población que necesita ser recuperada.

Es indudable que la minoría de edad es el estado más


vulnerable a la mala educación, influencia nociva de los
medios de información, la pobreza, la ignorancia, el medio
social hostil, la desintegración. Entonces, los menores
infractores son víctimas de los adultos son el resultado de la
sociedad que hemos creado.

Según la Defensoría del Pueblo, existe un total de 2,278


adolescentes infractores de la ley penal en todo el ámbito
nacional. De éstos, 1,558 se encuentran bajo el sistema
cerrado (internados en centros juveniles), lo que equivale al
68% del total, y 720 de ellos permanecen en el sistema
abierto.

Un 85% de menores que cometen infracciones o delitos


provienen de sectores de pobreza extrema. Los datos señalan
que el 62,7% de los adolescentes viven en zonas urbanas.
Asimismo, indican que el 62% proceden de una familia
desintegrada con una frecuente ausencia del padre. De igual
modo, un 61.9% de los menores admite haber consumido
drogas y un 43.3% precisó que consumía esporádicamente
bebidas alcohólicas. La gran mayoría (93,8%) son varones.
También, un 32,9% posee 17 años y el 24,3%, tan solo 16
años de edad. 73% de los menores infractores manifiestan
haber sido víctimas de violencia o negligencia por parte de la
familia, incluso referían, usualmente, haber sufrido abuso
sexual como parte de esa violencia. Hasta mayo del 2013 la
presencia femenina en los Centros Juveniles es claramente
menor en compración con la masculina. Cabe señalar que la
cifra se ha elevado a 55, en mayo del 2013 lo que podría
implicar un aumento de 3 a 4 por año.

2.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


En los últimos años, hemos sido testigos de hechos delictivos
que han captado la atención de gran parte de la prensa y a la
sociedad en general. Esto no necesariamente por la gravedad
de los mismos, sino por quienes fueron perpetrados. Es así
que hoy, con más visibilidad, actos de secuestro, homicidio,
robo, entre otros, implican activamente a niños y adolescentes
que ante nuestra legislación son inimputables de
responsabilidad penal. Con ello, surge para muchos, el interés
por hacer una revisión o replanteamiento sobre la edad más
acorde para imputar penalmente a un menor infractor y darles
el trato merecido.

De los delitos tipificados en el Código Penal hay varios cuya


comisión está directamente relacionada con la percepción de
inseguridad en las calles. Los delitos contra el patrimonio, que
son los más comunes en nuestro país, como hurtos, robos y
robos agravados, por ejemplo; aquellos que afectan el cuerpo,
la vida y la salud, como los homicidios o lesiones; los que
afectan la libertad personal y la sexual, entre otros. Es por ello
que, a falta de políticas claras, integrales y de largo plazo en
materia de seguridad ciudadana, solemos ver muchas
iniciativas que recaen en la ampliación de supuestos de los
referidos tipos penales, o el incremento de las penas con las
que son sancionadas dichas conductas.

Dicho de otro modo, es usual en sociedades como la nuestra,


significativamente autoritarias, la recurrencia a las conocidas
medidas de mano dura para hacer frente a la delincuencia.
Una de ellas, que al parecer es típica en nuestro país, es la
reducción de la edad mínima de imputabilidad, con la cual se
pretende reprimir a los menores de edad que infrinjan la ley
penal. Por citar unos cuantos ejemplos, la edad de
imputabilidad penal juvenil en Argentina y Bolivia es de 16
años; en Chile, Colombia, Panamá y Paraguay es de 14 años;
en Guatemala, Nicaragua y República Dominicana es de 13
años y en Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Honduras,
México y Venezuela es de 12 años1.

En cuanto al caso peruano, el debate se dio en mayo del año


2012, a propósito de una iniciativa legislativa para reducir la
edad mínima de imputabilidad penal de dieciocho a dieciséis
años para ciertos delitos. La iniciativa, que se debatiría en la
Comisión de Justicia del Congreso de la República, coincidió
en el tiempo con la difusión de la fuga y recaptura de un
menor de edad reputado como “el sicario más joven del
Perú”2, apodado Gringasho. Aunque a la fecha dicha
modificación no se ha llevado a cabo, no nos sorprendería que
pudiera retomarse el debate en cualquier otro momento de
alerta mediática a partir de casos similares al del Gringasho.

Toda reforma legislativa, y con mayor razón cuando se trata


de ampliar las condiciones o supuestos para la aplicación de
sanciones penales, requiere por parte de nuestras autoridades
un exhaustivo análisis que tenga en cuenta, por lo menos, la
justificación de la misma sobre la base de una necesidad real,
así como la viabilidad y capacidad de nuestras instituciones
para su implementación eficiente. No estaría de más, por
supuesto, la revisión de medidas similares adoptadas en otros
países, sus condiciones y supuestos contextuales, así como
los resultados, tomando nota tanto de aciertos como
desaciertos conocidos, a fin de contar con elementos básicos
que nos permitan prever, o al menos suponer, los tipos
impacto que se podría tener en el largo plazo y determinar así
la conveniencia de la medida en cuestión. En esa línea, el
sentido común nos aconsejaría conocer la información
disponible a fin de constatar, por ejemplo, si hay un número

1
Dammert, Lucía y Zúñiga, Liza “La cárcel: problemas y desafíos para las Américas”, FLACSO – Chile,
2008, pp. 103 y 104.
2
www.diariocorreo.pe, 21 de mayo de 2012.
relevante de casos de menores infractores vinculados con
determinados delitos. De lo contrario, la medida no tendría el
mínimo sustento en la realidad y podría entenderse que está
siendo impulsada por motivos equivocados, como lo sería, y
es lo típico, algún caso emblemático y el consecuente temor
en la población a partir de la difusión del mismo.

Si hacemos caso a nuestro sentido común, sabríamos que de


2289 menores recluidos en los diez Centros Juveniles a nivel
nacional, 134 (el 6%) lo están por homicidio, 1109 (el 48%) lo
están por robo o robo agravado, mientras que 426 lo están por
violación sexual (el 19%)3. En el Centro Juvenil de Lima
(Maranguita), el 96.53% de casos cumple su primer
internamiento (no son reincidentes). Es decir, que el seis por
ciento de la población internada en algún Centro Juvenil
serían potenciales sicarios, aunque sabemos que no
necesariamente “homicida” es igual a “sicario”. Entonces, de
una superficial lectura a la información más actual con la que
se cuenta al respecto, no parece haber una situación
alarmante en lo referido a la existencia de perfiles como el del
sicario “Gringasho”, lo que no quiere decir que no exista un
problema.

2.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA


¿En que medida, es posible disminuir la edad de 18 a 16
años, para hacer responsables en el ámbito penal a los
menores de edad?

2.4. JUSTIFICACION E IMPORTANCIA DEL ESTUDIO


El menor infractor y la justicia penal juvenil aplicable a éste, es
un tema actual y de trascendental importancia debido al
aumento de la delincuencia juvenil que hoy día presenta
nuestra sociedad, de la cual no debemos estar ajenos, en
especial los profesionales relacionados al tema y los
operadores del derecho, radicando es esto la importancia de
la elección del tema desarrollado.

La situación del adolescente infractor no sólo debe ser


analizada desde un plano normativo, sino también las
principales características sociales de los adolescentes
privados de libertad, que nos permite corroborar -como ocurre
en otros países de América Latina- que el sistema penal
juvenil es también selectivo al estar orientado hacia los
sectores menos favorecidos de la población.

El contenido de la presente investigación, pretende ser una


herramienta de trabajo para los operadores del sistema de
justicia penal juvenil, que desde nuestra perspectiva, debe
responder a la necesidad de enfrentar el incremento de la
violencia social en el marco del respeto de los derechos
fundamentales de las personas.

2.5. OBJETIVOS
2.5.1. OBJETIVOS GENERALES
- Evaluar el nivel de adecuación de nuestra
legislación penal juvenil a la Doctrina de la
Protección Integral y a los instrumentos
internacionales que la sustentan.
- Examinar la jurisprudencia sobre infracción penal
juvenil.

2.5.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS


- Describir los factores sociales que contribuyen al
incremento de la delincuencia juvenil.
- Proponer recomendaciones sobre las medidas o
politicas a adoptar por parte del Estado , para
erradicar o combatir la delincuencia juvenil.
III. MARCO TEÓRICO
3.1. ANTECEDENTES DEL PROBLEMA
Más de la mitad de la población peruana está constituidad por
menores de edad.

El Código de los niños y adolescentes ha sufrido


modificaciones que lo han convertido en una carta de rutas
que permite enseñar a la comunidad como se amparan los
derechos de los menores, entre ellos, el derecho a sus
mayores.

El derecho de menores de cuya doctrina se nutre el Código se


forma y desarrolla teniendo en cueta que el <<menor es sujeto
prevalente del derecho>>.

La tutela jurídica prescrita en el Código, se orienta hacia la


prevención mediante políticas de asistencia, prevención y
protección social a favor de la familia en general y del menor
para que estos logren su desarrollo integral que los convierta
en ciudadanos útiles.

En el caso de los menores en estado o situación de


irregularidad social se pretende rehabilitarlos o readaptarlos
mediante tratamientos individualizados que permitan su
participación en la comunidad en iguales o parecidas
condiciones que los no irregulares.

Los actos contenidos por los menores de 18 años a quienes


se les considere ajenos a la responsabilidad, deben ser
estudiados teniendo en cuenta el medio social y/o familiar en
que se ha desarrollado el menor, sus peculiaridades
caracteriológicas y sus deficiencias o anormalidades orgánicas
o psíquicas que presentan, para los efectos de un tratamiento
tuititvo adecuado.

La Constitucion Política no cumple con su rol educativo y


formativo, y en este caso se hace necesario n estudio integral
sobre las alternativas de solución al problema del menor en
abandono moral y físico como de aquél que presenta una
conducta antísocial.

3.2. BASE TEÓRICA


3.2.1. LA DOCTRINA DE LA PROTECCIÓN INTEGRAL
La finalidad de esta doctrina es brindar a los niños,
niñas y adolescentes una protección garantista, lo cual
se encuentra fundamentado en su condición de sujeto
de derecho y en la Convención sobre los Derechos del
Niño. Anteriormente, se consideraba a la doctrina de la
situación irregular, que tuvo vigencia durante el siglo
XIX y primeras décadas del siglo XX, como aquella que
se centraba en la situación del niño como un sujeto
indefenso, incapaz y vulnerable.

Además, esta concebía al niño como un objeto de


protección y se le excluía del ámbito jurídico. Sin
embargo, ahora, gracias a la doctrina de la protección
integral, el niño es concebido como un sujeto de
derechos y se le logra incorporar en el mundo jurídico
para que, de esta manera, se logre garantizar todos
sus derechos reconocidos.

Así, la doctrina de la protección integral logra crear una


nueva categoría jurídica –la del “niño”- se encarga de
reunificar los derechos humanos y tiene una finalidad
restitutiva de derechos. Por otro lado, se concibe a la
trilogía niño- familia- Estado y se incorporan como
nuevos principios jurídicos al niño como sujeto de
derechos, el interés superior del niño y la no
discriminación.

En nuestra legislación peruana, ello se encuentra


regulado en el Artículo II del Título Preliminar del
Código de los Niños, Niñas y Adolescentes (en
adelante «CNA.»):

«Art. II del Título Preliminar.- El niño y adolescente


son sujetos de derechos, libertades y de protección
específica. Deben cumplir las obligaciones
consagradas en esta norma» De igual manera, en el
Artículo IX del Título Preliminar del Código de los
Niños, Niñas y Adolescentes, se encuentra regulado el
principio del Interés Superior del Niño: «Artículo IX del
Título Preliminar.- En toda medida concerniente al
niño y al adolescente que adopte el Estado a través
de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, del
Ministerio Público, los Gobiernos Regionales,
Gobiernos Locales y sus demás instituciones, así
como la sociedad se considerará el Principio del
Interés Superior del Niño y del Adolescente y el
respeto a sus derechos»

Entonces, gracias a la influencia de esta doctrina en


nuestra legislación nacional podemos encontrar que los
derechos de los niños, niñas y adolescentes se
encuentran garantizados y reconocidos, teniendo como
base fundamental el principio del interés superior del
niño (Artículo XI del Título Preliminar del CNA). Es por
ello que para una correcta aplicación de dicho principio,
se debe analizar la situación actual del menor durante
un conflicto, es decir, es importante determinar cuáles
son los derechos que estarían siendo vulnerados y de
esta manera, poder resguardar la mayor cantidad de
sus derechos.

Al respecto, esta doctrina también juega un rol


fundamental en el ámbito del derecho penal. Ello
implica que el Estado, la familia y la sociedad
comparten una responsabilidad basada en la actuar de
los niños, niñas y adolescentes; es decir, ellos tendrán
que velar por un comportamiento, para que vaya de
acuerdo a los requerimientos sociales que se hayan
establecido. Gracias a ello, se genera en el
adolescente un sentido de responsabilidad por
mantener una conducta acorde a su comunidad. No
obstante, será el Estado el que deberá asumir esta
responsabilidad ante la infracción cometida por el
adolescente en el derecho penal. Por su parte, el
principio de interés superior del niño se encargará de
velar por los derechos del adolescente infractor de la
ley penal frente a la seguridad ciudadana3.

Por tanto, gracias a la Doctrina de la Protección


Integral, se logra reconocer a los niños, niñas y
adolescentes como sujetos de derecho y a su vez,
garantizar todos sus derechos, tomando como base el
principio del Interés Superior del Niño y la participación
de la familia y el Estado.

3.2.2. CAUSAS DE LA DELINCUENCIA EN MENORES


La especialista Nydia Jiménez sugiere una serie de
factores que pueden implicar la causa de delincuencia
entre los menores de edad. Por un lado, tenemos los

3
1Cfr. BARLETTA, María. Curso Derechos de la Niñez y Adolescencia. Pontificia Universidad Católica del
Perú. Lima, 2011.
factores endógenos, que implican aquellos factores
biológicos propios de la constitución fisio-psíquica de
los delincuentes; estos factores son hereditarios, es
decir, se hallan en la constitución biológica y mental del
sujeto. Además, estos pueden determinar el desarrollo
de una predisposición al delito mismo en condiciones
ambientales favorables y desfavorables. En
consecuencia, ello también implica una mayor
probabilidad de delinquir en relación con aquella que se
encuentra en los individuos considerados normales.

Por otra parte, también existen los factores exógenos,


que implican a los factores sociales, propios del medio
en que actuaría un delincuente. Si bien los seres
humanos no nacen como tales, poseen una aptitud
para delinquir en el momento propicio para sus
estímulos favorables. La delincuencia juvenil es
consecuencia también de dificultades familiares, en el
colegio o en el trabajo. Es por ello que el medio social
constituye un ambiente de gran importancia en el que
se puede desarrollar la criminalidad.

A partir de ello, analizaremos el ambiente familiar como


una de las causas de delincuencia en los menores. El
primer ambiente en el que el niño se desenvuelve es el
de la familia, la cual debe cumplir con su función
educadora porque es el ambiente clave para la
formación del menor, aún en la edad madura. No
obstante, existen hechos que van a tener
consecuencias directas en el menor, quien será el que
más sufra dentro del núcleo familiar. Entre estos; un
hogar incompleto, pobreza y falta de educación son
aspectos que van a incidir en la vida del menor y que
pueden considerarse como causas de delincuencia en
la edad madura. Además, el ambiente escolar
interviene en la formación del carácter y desarrollo
moral del menor, es necesario que el menor se
interrelacione con otros niños porque debe aprender a
convivir con personas diferentes a su familia y
comprender situaciones diferentes a las que puede vivir
en su hogar. Si el menor no logra adaptarse al
ambiente escolar, ello puede llevarlo al vagabundaje y
exposición a tentaciones de una vida pródiga.

Finalmente, el trabajo en el menor lo puede vincular a


la delincuencia. Ello se debe a la pobreza, lo cual
conlleva a que el menor trabaje en un ambiente que no
le corresponde, porque este aún se encuentra en
formación y no está preparado para afrontar trabajos
insalubres o ambientes malsanos4. Por ello, las causas
de la delincuencia en los menores no solo dependerán
de factores intrínsecos a su personalidad sino también
al ambiente que los rodea, el cual se encuentra
conformado por su hogar, la escuela y, en algunos
casos, el trabajo. Es importante brindar una adecuada
educación, no solo en los colegios sino que, la
formación del menor debe empezar en el hogar, toda
vez que se encuentre informado y apoyado durante su
desarrollo físico y emocional.

3.2.3. SITUACIÓN ACTUAL SOBRE LA


RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS MENORES.
El artículo 40 de la Convención sobre los Derechos del
Niño establece cuáles son los lineamientos que se
deben respetar cuando un adolescente es infractor de
la ley penal. Por ello, que el adolescente merece ser

4
Cfr. JIMÉNEZ, Nydia. Causas de Criminalidad en los menores, pp. 49
tratado respetando su dignidad y valor, fomentando el
respeto por los derechos humanos reconocido y
libertades fundamentales de terceros. Además, se
tomará en cuenta la edad del niño y se buscará
promover su reintegración para que asuma una función
constructiva en la sociedad. El referido artículo también
se encarga de señalar la función de los Estados Partes
para garantizar la situación aquellos adolescentes
infractores de la ley penal.

Por ello, resulta necesaria la aplicación del “Derecho


Penal Mínimo”, que establece una serie de reglas y
mecanismos especiales, cuando nos encontramos
frente a menores de edad, que infringen la ley penal.
Entre estas reglas, cabe resaltar que la privación de
libertad debe ser aplicada solamente como última ratio,
es decir, como un último recurso en casos
excepcionales. Asimismo, se alude a un tratamiento
especializado, en el que los menores sean tratados de
manera apropiada y se guarde proporción entre las
circunstancias y la infracción. Ello implica, además, que
en dicho tratamiento se tomará en cuenta la
personalidad, aptitudes, inteligencia y valores del
menor; sobre todo, las circunstancias que lo llevaron a
cometer la infracción.

Por otra parte, el menor deberá recibir apoyo socio


familiar, a través del cual se le brinde asistencia en
capacitación profesional y se utilicen todos los medios
posibles para que el menor tenga una comunicación
adecuada con el mundo exterior5.

5
3Cfr. BARLETTA, María. Curso Derechos de la Niñez y Adolescencia. Pontificia Universidad Católica del
Perú. Lima, 2011.
3.2.4. LEGISLACIÓN INTERNACIONAL
Entre las normas internacionales que se encargan de
regular la situación penal de los menores de edad
contamos con los siguientes instrumentos:

 Convención sobre los Derechos del Niño


(20/11/89).
 Reglas Mínimas Uniformes de las Naciones
Unidas para la Administración de Justicia
(28/11/1985).
 Directrices de las Naciones Unidas para la
Prevención de la Delincuencia Juvenil.
(14/12/1990).
 Reglas Mínimas de las Naciones Unidas sobre
Medidas no privativas de libertad / Reglas de
Tokio (14/12/1990).
 Reglas de las Naciones Unidas para la
Protección de los Menores privados de libertad
(14/12/1990).
 Observación General Nº10 “Los derechos del
Niño en la justicia de menores” (25/4/2007).

3.2.5. CONSIDERACIONES SOBRE LA EDAD MINIMA DE


IMPUTABILIDAD PENAL
De los delitos tipificados en el Código Penal hay varios
cuya comisión está directamente relacionada con la
percepción de inseguridad en las calles. Los delitos
contra el patrimonio, que son los más comunes en
nuestro país, como hurtos, robos y robos agravados,
por ejemplo; aquellos que afectan el cuerpo, la vida y la
salud, como los homicidios o lesiones; los que afectan
la libertad personal y la sexual, entre otros. Es por ello
que, a falta de políticas claras, integrales y de largo
plazo en materia de seguridad ciudadana, solemos ver
muchas iniciativas que recaen en la ampliación de
supuestos de los referidos tipos penales, o el
incremento de las penas con las que son sancionadas
dichas conductas.

Dicho de otro modo, es usual en sociedades como la


nuestra, significativamente autoritarias, la recurrencia a
las conocidas medidas de mano dura para hacer frente
a la delincuencia. Una de ellas, que al parecer es típica
en nuestro país, es la reducción de la edad mínima de
imputabilidad, con la cual se pretende reprimir a los
menores de edad que infrinjan la ley penal. Por citar
unos cuantos ejemplos, la edad de imputabilidad penal
juvenil en Argentina y Bolivia es de 16 años; en Chile,
Colombia, Panamá y Paraguay es de 14 años; en
Guatemala, Nicaragua y República Dominicana es de
13 años y en Costa Rica, Ecuador, El Salvador,
Honduras, México y Venezuela es de 12 años6.

En cuanto al caso peruano, el debate se dio en mayo


del presente año, a propósito de una iniciativa
legislativa para reducir la edad mínima de imputabilidad
penal de dieciocho a dieciséis años para ciertos delitos.
La iniciativa, que se debatiría en la Comisión de
Justicia del Congreso de la República, coincidió en el
tiempo con la difusión de la fuga y recaptura de un
menor de edad reputado como “el sicario más joven del
Perú”, apodado Gringasho. Aunque a la fecha dicha
modificación no se ha llevado a cabo, no nos
sorprendería que pudiera retomarse el debate en
cualquier otro momento de alerta mediática a partir de
casos similares al del Gringasho.

6
1 Dammert, Lucía y Zúñiga, Liza “La cárcel: problemas y desafíos para las Américas”, FLACSO – Chile,
2008, pp. 103 y 104.
Toda reforma legislativa, y con mayor razón cuando se
trata de ampliar las condiciones o supuestos para la
aplicación de sanciones penales, requiere por parte de
nuestras autoridades un exhaustivo análisis que tenga
en cuenta, por lo menos, la justificación de la misma
sobre la base de una necesidad real, así como la
viabilidad y capacidad de nuestras instituciones para su
implementación eficiente (léase no contraproducente).
No estaría de más, por supuesto, la revisión de
medidas similares adoptadas en otros países de la
región, sus condiciones y supuestos contextuales, así
como los resultados, tomando nota tanto de aciertos
como desaciertos conocidos, a fin de contar con
elementos básicos que nos permitan prever, o al
menos suponer, los tipos impacto que se podría tener
en el largo plazo y determinar así la conveniencia de la
medida en cuestión. En esa línea, el sentido común nos
aconsejaría conocer la información disponible a fin de
constatar, por ejemplo, si hay un número relevante de
casos de menores infractores vinculados con
determinados delitos.

De lo contrario, la medida no tendría el mínimo


sustento en la realidad y podría entenderse que está
siendo impulsada por motivos equivocados, como lo
sería, y es lo típico, algún caso emblemático y el
consecuente temor en la población a partir de la
difusión del mismo.

Si hacemos caso a nuestro sentido común, sabríamos


que de 2289 menores recluidos en los diez Centros
Juveniles a nivel nacional, 134 (el 6%) lo están por
homicidio, 1109 (el 48%) lo están por robo o robo
agravado, mientras que 426 lo están por violación
sexual (el 19%)3. En el Centro Juvenil de Lima
(Maranguita), el 96.53% de casos cumple su primer
internamiento (no son reincidentes). Es decir, que el
seis por ciento de la población internada en algún
Centro Juvenil serían potenciales sicarios, aunque
sabemos que no necesariamente “homicida” es igual a
“sicario”. Entonces, de una superficial lectura a la
información más actual con la que se cuenta al
respecto, no parece haber una situación alarmante en
lo referido a la existencia de perfiles como el del sicario
“Gringasho”, lo que no quiere decir que no exista un
problema.

A partir de esta información da la impresión que la


propuesta de modificación de la edad mínima de
imputabilidad adolece del sustento suficiente y que
estaría motivada por elementos subjetivos sobre la
base de una inexacta o incompleta percepción de la
realidad. Sobre este punto, resulta pertinente citar a
Lucía Dammert y Felipe Salazar, quienes han señalado
que en este tipo de situaciones “recobra especial
importancia el rol de los medios de comunicación, ya
que en muchos casos la disminución de la edad de
imputabilidad penal se ha puesto en debate a partir de
casos emblemáticos que involucran a menores de edad
en hechos de violencia”7.

Asimismo, resulta conveniente conocer si como parte


de la iniciativa propuesta se tendría previsto, de
prosperar la misma, algún tipo de refuerzo para nuestro
sistema penitenciario, de modo que se cuente con
espacios adecuados de reclusión para los jóvenes,

7
Dammert, Lucía y Salazar, Felipe “¿Duros con el Delito? Populismo e Inseguridad en América Latina”,
FLACSO – CHILE, 2009 p.35.
como lo señala la Convención sobre Derechos del Niño
(artículo 37c), así como suficiente personal capacitado
para el tratamiento especial que cada perfil requiere.

De no ser así, la aplicación de la reducción de la edad


de imputabilidad penal a solas podría tener un efecto
adverso al objetivo perseguido con la medida. Citando
nuevamente a Dammert y Salazar, luego de evaluar
una serie de casos en distintos países de la región,
ellos han señalado respecto de los adolescentes
infractores que cumplan con medidas privativas de
libertad que ello “les permite incrementar sus redes y
validar sus habilidades entre pares, debido a las
dificultades existentes para implementar programas de
reinserción efectiva”8.

Teniendo en cuenta nuestra situación carcelaria actual,


no parece aconsejable promover el ingreso de jóvenes
menores de edad, donde, además de no conseguir un
tratamiento de rehabilitación o reinserción y además de
las condiciones de hacinamiento por demás conocidas,
los delincuentes potencian su perfil criminal, de modo
que al quedar en libertad, representan un peligro mayor
para la sociedad. Ello, naturalmente, redunda en la
desconfianza que tenemos en nuestras instituciones
para hacerse cargo de la inseguridad.

3.3. HIPOTESIS
Si, nuestra sociedad necesita que los menores de edad que
infrinjan la ley penal puedan ser procesados y eventualmente
sancionados con la privación de su libertad; entonces, reducir
la edad de imputabilidad penal es una medida inútil.

8
Ibid, p.37.
3.4. VARIABLES
3.4.1. VARIABLES INDEPENDIENTES
- La regulación del Código de los Niños y
Adolescentes (Ley 27337), que regula los
mecanismos para sancionar a los menores
infractores.
- La Política criminal (Imputabilidad del menor).

3.4.2. VARIABLE DEPENDIENTE


- La jurisprudencia recaída sobre delitos cometidos
por menores de edad.
- La medidas socieo-educativas integrales y
coherentes del menor infractor.

3.5. OPERACIONALIZACION DE VARIABLES

VARIABLES DEFINICION DEFINICION INDICADORES ESCALA


CONCEPTUAL OPERACIONAL
VARIABLES .
INDEPENDIENTES:
- La regulación del Según la Ley Contiene las Casos:
Cinco
Código de los Niños y Nº 27337, medidas para Sentencias sentencias
referentes a
Adolescentes (Ley Código de los sancionar al Penales de
delitos
27337), que regula los Niños y menor infractor. delitos cometidos
por
mecanismos para Adolescentes: cometidos por
menores de
sancionar a los Art. 217: El Juez menores de edad.
menores infractores. podrá aplicar las edad.
siguientes
medidas socio-
educativas: -
Amonestación, -
Prestación de
Servicios a la
Comunidad, -
Libertad
Asistida, -
Libertad
Restringida, -
Internación en
establecimiento
para
tratamiento.

- La Política Criminal Define el ámbito


Concepto
(Imputabilidad del de
jurídico de base
Menor) responsabilidad Casos: Sobre Diez.
psicológica del
frente a denuncias de
que dependen
conductas que delitos
los conceptos
lesionen los cometidos por
de
intereses de sus menores de
responsabilidad
semejantes. edad.
y culpabilidad.
Quien carece de
esta capacidad
por ser menor
de edad.
Variable
Dependiente:
-La jurisprudencia Doctrina Decisión del más Sentencias Cinco.
recaída sobre los Establecida por alto tribunal del emitidas por el
delitos cometidos por los órganos Estado que al Tribunal
menores de edad. judiciales del resolver un caso Constitucional.
Estado. concreto (Delitos
cometidos por
menores de
edad) establece
un principio o
doctrina jurídica
vinculante.

- Las medidas Socio – Proceso que Establece lo Cinco.


educativas, integrales modifica la elementos Sentencias
y coherentes del conducta necesarios emitidas por los
menor infractor. delictiva para mediante los Jueces y Salas
orientarla al cuales se orienta especializadas
sistema o encamina al penales.
convencional menor,
normativo por la reestructurando
sociedad. su sistema de
valores de acorde
con la sociedad.

3.6. DEFINICIÓN DE TÉRMINOS:


- MENOR DE EDAD.- No se puede hablar de leyes para
menores o derechos para menores sin tener bien en claro
quienes son catalogados como menores de edad, por eso
es importante su definición.
Se define como la condición jurídica de la persona que no
ha alcanzado cierta edad señalada por la ley para su plena
capacidad (Etimología: Del latín minor y aetas)9.

El termino menor según el vocabulario multilingüe,


polivalente y razonado en la terminología usual de la
protección de menores, elaborado por los doctores Rafael
Sajon, Pedro Achard y Ubaldino Calvento, publicado por el
Instituto Interamericano del Niño, organismo especializado
de la OEA, señala que es la “condición jurídica de la
persona que no ha alcanzado cierta edad señalada por la
ley para su plena capacidad”, consecuentemente no es
como afirma Emilio García Méndez un término peyorativo
que implica una inferioridad y marca una diferencia entre
los menores de edad. Es simplemente una etapa de la vida
del ser humano en que mayormente rige la capacidad de
goce y no, a plenitud, la capacidad de ejercicio10.

La Convención sobre los Derechos del Niño promulgada


por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de
noviembre de 1989, en su artículo 1 definió al niño como:
“para los efectos de la presente Convención se entiende
por niño todo ser humano menor de 18 años de edad,
salvo en virtud de la ley que le sea aplicable haya
alcanzado la mayoría de edad”.

Nuestro Código Civil no precisa una definición del menor


de edad, pero en su Artículo se refiere que tienen
capacidad de ejercicio de los derechos civiles las personas
que haya cumplido los 18 años de edad, salvo las
excepciones dispuestas en los artículos 43 y 44. Además
de la capacidad que se adquiera por emancipación, sea

9
CHUNGA LAMONJA, Fermín, Derecho de Menores, p. 531.
10
CHUNGA LAMONJA, Fermín, El Adolescente Infractor y la Ley Penal, p. 16.
por matrimonio o título oficial, sin que por eso pierda la
calidad de menor de edad, solo se le esta otorgando
facultad para realizar determinados actos11.

Se considera menores de edad, conforme al artículo 1 del


Titulo Preliminar del Código del Niño y Adolescente - Ley
27337- a todo niño o niña hasta cumplir los 12 años de
edad y adolescentes desde los 12 hasta cumplir los 18
años de edad. Encontrando aquí una definición precisa de
menor de edad, y una distinción entre niño12 y adolescente.
Definición con la que se trabajará de aquí hacia adelante.

- MENOR INFRACTOR.- Tanto el niño como el adolescente


son susceptibles de infringir la ley penal. Pues el Código de
los Niños y Adolescentes – Ley 27337- ha penalizado los
actos de los niños y adolescentes denominándolos
adolescente infractor de la ley penal, tanto a los primeros
como a los segundos, los que son susceptibles de cometer
faltas o delitos13.

Efectivamente el mencionado ordenamiento en su artículo


183, establece que “se considera adolescente infractor a

11
La minoría de edad es el periodo de vida que abarca desde el primer año de existencia hasta la edad
legal necesaria para convertirse en adultos. Entendiendo lo anterior debemos concordar en que ser
menor de edad es cuando, legalmente, un individuo aún no ha alcanzado la edad adulta. La persona se
encuentra por debajo de los 18 años, según la legislación en la mayoría de los países. Anteriormente,
varias décadas atrás, se llegaba a esa edad tras cumplir los 21 en nuestro país. Un menor de edad sería
por tanto aquella persona que, por razón de su edad biológica, no tiene todavía plena capacidad de
obrar legalmente. La ley específica de cada lugar será la encargada de establecer la edad a partir de la
cual una persona deja de ser menor de edad y tras superar esta etapa entonces se hace responsable por
sí mismo, si no entra dentro del cuadro de los incapaces. Ver mayor detalle en la página web:
http://www.monografias.com/trabajos58/menores-de-edad/menores-de-edad.shtml. Escrita por José
Góngora. Panamá.
12
Niñez: Es la etapa de la vida del ser humano que termina en la adolescencia. Niño: Llamase a todo ser
humano desde su concepción hasta cumplir los 12 años de edad. Adolescencia: Se define como el
período que transcurre en el ser humano desde que comienza la pubertad hasta que llega a la madurez
somática. Adolescente: Se considera adolescente a todo ser humano desde los 12 años hasta cumplir los
18 años de edad. Términos extraídos del vocabulario razonado de CHUNGA LAMONJA, Fermín, Derecho
de Menores, páginas. 514, 515, 532.
13
Según el artículo 11 del Código Penal, se considera delitos o faltas las acciones u omisiones dolosas o
culposas penadas por la ley.
aquel cuya responsabilidad ha sido determinada como
autor o partícipe de un hecho punible tipificado como delito
o falta en la ley penal”, señalándose a continuación en el
artículo 184 que aquel será pasible de medidas,
refiriéndose expresamente al niño y adolescente.

Entonces se puede decir que, el código otorga


responsabilidad tanto a los niños como a los adolescentes
que infringen la ley penal, estableciendo que el
adolescente infractor mayor de 14 años, será pasible de
medidas socio educativas. Y el niño o adolescente infractor
menor de 14 años, será pasible de medidas de protección.

- INFRACCIÓN A LA LEY PENAL.- Cuando el menor


incurre en delito o falta entendidos como la acción u
omisión dolosa o culposa penadas por la ley de acuerdo al
Código Penal. Los niños y adolescentes pueden infringir la
ley penal y por lo tanto ser responsables y merecedores de
una medida14.

- INTERES SUPERIOR DEL NIÑO.- El término interés


superior describe de manera general el bienestar del niño.
Se considera que a raíz que cada caso es único, no se
puede dar una definición general de lo que es el interés
superior del niño. Por esta misma razón, el interés superior
del niño debe de ser evaluado de manera individual,
tomando en cuenta las características especiales de cada
caso.

Sin embargo, si se nos exigiera una definición del mismo,


“es posible afirmar que el interés superior del niño es la
plena satisfacción de sus derechos. El contenido del

14
En el diccionario de Cabanellas el término infracción penal es considerada como sinónimo de delito o
falta.
principio son los propios derechos; interés y derechos, en
este caso, se identifican. Todo interés superior pasa a
estar mediado por referirse estrictamente a lo ‘declarado
derecho’; por su parte, sólo lo que es considerado derecho
puede ser interés superior15.

- DERECHO DE MENORES.- Es la rama del derecho que,


tomando en consideración la calidad del sujeto en razón de
su especificidad, regula las relaciones jurídicas e
instituciones referidas al menor de edad. El Derecho de
Menores presenta como su más destacada nota distintiva
el carácter tutelar y protectorio, que orienta todas sus
normas y pertenece a la esencia de esta rama del
derecho16.

Como principios generales, establece que el menor de


edad merece una consideración especial dentro del
ordenamiento jurídico, ya que su presencia es garantía de
continuidad y de futuro, pero por encontrase en una etapa
evolutiva, especial, debe ser tratado de un modo singular,
que comprende una educación humanística, amplia, de
medios y de posibilidades17.

- CÓDIGO.- El diccionario de la Lengua Española define la


palabra código como el cuerpo de leyes dispuestas según
un plan metódico y sistemático, recopilación de leyes o
estatutos de un país.

Nuestro Código de los Niños y Adolescentes recoge el


concepto de la doctrina de la protección integral del menor

15
CILLERO BRUNOL, Miguel, El Interés Superior del Niño en el marco de la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño”. Ver página web:
http://www.iin.oea.org/iin/cad/sim/pdf/mod1/Texto%208.pdf.
16
D’ANTONIO Daniel Hugo, Derecho de Menores, p. 3.
17
CHUNGA LAMONJA, Fermín, Derecho de Menores, 1995, p. 71.
y en especial el principio del interés superior del niño y del
adolescente, los derechos y garantías de la Constitución.

- ESTADO DE MÍNORIA.- El estado de la persona natural


constituye uno de sus atributos caracterizadores del cual
carece la persona jurídica, y se lo define como el conjunto
de cualidades que la ley toma en cuenta para atribuirle
efectos jurídicos, o bien la posición jurídica que la persona
ocupa en la sociedad, dada por tal conjunto de cualidades.

El sector de la minoridad, como integrado por seres en


formación y con desarrollo incompleto, da lugar a que el
ordenamiento social lo contemple de manera especial. La
regulación jurídica que le corresponde debe estar de
acuerdo con la especificidad del sujeto al cual se dirige, en
la especie, congelando fundamentalmente que no ha
culminado su desarrollo18.

IV. MARCO METODOLÓGICO


4.1. TIPO Y NIVEL DE INVESTIGACIÓN
De acuerdo a la naturaleza del estudio de la investigación,
aquel reúne por su nivel las características de un estudio
descriptivo, explicativo y correlacionado.

Por su finalidad esta investigación es del tipo Básica y por su


profundidad es mixta (descriptiva-explicativa).

4.2. DISEÑO DE CONTRASTACIÓN DE HIPÓTESIS


La hipostesis se contrastara a través de la doctrina, y la
jurisprudencia sobre delitos cometidos por menores de edad.

18
D’ANTONIO, Daniel Hugo, Derecho de Menores, p. 79.
4.3. POBLACIÓN Y MUESTRA
o POBLACIÓN
Los ilicitos penales cometidos por menores de edad en
el perú, del año 2011 – 2013.

o MUESTRA
10 Sentencias sobre delitos cometidos por menores de
edad.

4.4. MATERIALES, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE


RECOLECCIÓN

- Análisis de Sentencias penales referentes a delitos


cometidos por menores de edad.
- Análisis de Denuncias por delitos cometidos por
menores de edad.
- Revistas especializadas sobre el menor infractor.
- Libros de Derecho de Familia, Derecho Penal y Derecho
del Niño y el Adolescente.

4.5. METODOS Y PROCEDIMIENTOS PARA LA


RECOLECCION DE INFORMACIÓN

- Método Dogmático Penal.


- Método Comparativo.
- Inducción.
- Sintésis.
V. ASPECTOS ADMINISTRATIVOS
5.1. FECHAS PROBABLES
- Fecha de Inicio: 20 de febrero del 2014.
- Fecha de fin: Abril del 2014.

5.2. ETAPAS DEL PROYECTO

2014
FEBRERO MARZO ABRIL
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
1. Identificación del problema de - -
investigación.
2. Revisión Bibliográfica - - - -
3. Identificar situación - - - - -
problemática.
4. Aplicación de encuestas. - - - - - - -
5. Tabulación e Interpretación de -
Información.
6. Elaboración del Informe final. - - -

VI. RECURSOS
6.1. RECURSOS HUMANOS O POTENCIAL HUMANO
- Asesor: Metodologo
- Asesor: Abogado Especialista
- Personal Auxiliar: Digitador, fotocopiador, impresores.

6.2. RECURSOS MATERIALES


 Materiales de escritorio
- Papel bond A-4
- Lapices
 Materiales de Impresión
- Cartuchos de tinta
 Material Fotografico
- Camara Digital
- Papel Fotográfico

VII. PRESUPUESTO
7.1. HONORARIOS
- Personal Profesional S/. 500
- Personal Tecnico S/. 200

7.2. BIENES
- Materiales de escritorio
Papel Bond A4 (Un millar) S/. 50.00
Lápices S/. 5.00
Agenda de apuntes S/. 15.00

- Materiales de Impresión
Cartuchos de tinta S/. 70.00
Libros de Derechos de Derecho Penal S/. 200.00

7.3. SERVICIOS
- Pasajes S/. 100
- Comunicaciones S/. 60

VIII. COSTO TOTAL DEL PROYECTO


S/. 1200.00 (Mil Doscientos nuevos soles).

IX. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


1. BELOFF, Mary; GARCÍA MÉNDEZ, Emilio. (compiladores) Infancia,
Ley y Democracia en América Latina. Análisis crítico del
panorama legislativo en el marco de la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño. Prefacio de Luigi Ferrajoli. Temis -
Depalma, Bogotá. 1998.
2. BUSTOS RAMÍREZ, Juan. “Inimputabilidad y edad penal”. En
Revista Cuadernos de Postgrado, México, UNAM/ ACATLAN, Serie A
Nro. 2, Julio-Diciembre 1998. Páginas 81-89.
3. CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. Diccionario Jurídico
Elemental, Editorial Heliasta, Buenos Aires, 1983.
4. CANTATERO, Rocío. Delincuencia juvenil y sociedad en
transformación: Derecho penal y procesal de menores. Montecorvo,
Madrid.
5. CARRANZA, Elías; GARCÍA MENDEZ, Emilio (Organizadores). Del
revés al derecho. La condición jurídica de la infancia en América
Latina. Bases para una reforma legislativa. UNICEF / UNICRI /
ILANUD. Editorial Galerna. Buenos Aires. 1992.
6. CHUNGA LAMONJA, Fermin. Manual de Legislación sobre
Menores, Primera Edición, Editora Lima S.A., Lima, 1977.
7. CHUNGA LAMONJA, Fermin, Código de Menores del Perú,
Tipografía Sesator, Lima, 1978.
8. CHUNGA, Lamonja, Fermín: Los Derechos del Niño, Niña y
Adolescente y su protección en los derechos humanos. Editorial
Grijley- Lima, Perú, 2012.
9. COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS –
Relatoría sobre los Derechos a la Niñez – OEA - Justicia Juvenil y
Derechos Humanos en las Américas – Julio 2011.
10. FAUNDEZ LEDESMA, Héctor. “El derecho a un juicio justo”. En;
Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Nº 80.
Universidad Central de Venezuela, Caracas. Páginas 133-179.
11. FERRAJOLI, Luigi. “El derecho como sistema de garantías”. En;
Thémis, Revista de Derecho. Segunda Época / 1994 / Nº 29, Lima.
Páginas 119-130.
12. MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte general. 4ª. Edición
corregida y puesta al día con arreglo al Código Penal de 1995.
Barcelona. 1996.
13. MUÑOZ CONDE, Francisco. GARCIA ARAN, Mercedes. Derecho
penal. Parte general. 2a. edición, revisada y puesta al día conforme
al Código Penal de 1995. Tirant lo Blanch. 1996.
14. PRADO SALDARRIAGA, Víctor. Comentarios al código penal de
1991. Editorial Alternativas, Lima. 1993.
15. QUINTERO OLIVARES, Gonzalo. “La independencia judicial”. En;
Revista Jurídica del PERÚ. Año XLV Nº 2 abril – junio de 1995.
Trujillo Perú. Paginas 49-59.
16. RIOS, Ramón Teodoro. “La ejecución de la pena”. En;
Determinación judicial de la pena. Julio MAIER (compilador). Editores
del Puerto S.R.L. Buenos Aires. 1993. Páginas 125-141.
17. SAAVEDRA ROJAS, Edgar. Constitución, derechos humanos y
proceso penal. Las normas rectoras del proceso penal. Tomo I.
Reimpresión. Ediciones Jurídicas Gustavo Ibañez. 1995.
18. SAJON, Rafael. “El menor infractor”. En; 10º Aniversario. 1976-
1986. Tomo II. Instituto Nacional de Ciencias Penales. México D.F.
Páginas 805-822.
19. SAN MARTIN, César. Derecho procesal penal. Volumen I. Grijley,
Lima. 1999.
20. VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Introducción a la
criminología. Grijley. Lima 1999 Código Penal. 2da. Edición. Grijley.
Lima.
21. ZAFFARONI, Raúl Eugenio. Manual de Derecho Penal. Parte
General. Ediciones Jurídicas, Lima. 1999.

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