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Acción reivindicatoria

Acción que compete al dueño de una cosa que no la posee, contra el poseedor para que se la
restituya. En definitiva, la que corresponde al propietario no poseedor contra el poseedor no
propietario. Según el cual «el propietario tiene acción contra el tenedor y poseedor de la cosa
para reivindicarla». Los requisitos para su ejercicio son: 1) la titularidad del propietario; 2) la
posesión injustificada del demandado, y 3) la identidad de la cosa objeto de la acción. Sus efectos
principales son la restitución de la cosa con las, mejoras y accesorios.

Protección del dominio.

Es el derecho que tiene el propietario a ejercitar judicialmente el derecho de recuperar su cosa


que otro tiene indebidamente. Es la acción que corresponde, pues, al propietario no poseedor
frente al poseedor no propietario. El demandante en esta acción o reivindicante recuperará la
cosa reivindicada si prueba: su derecho real, la ausencia del derecho a poseer la cosa el
demandado o reivindicado, la realidad de la posesión de éste y la identidad de la cosa. Para
ejercitar la reivindicación no se requiere la utilización del nombre de esta acción; no obstante,
deben reclamarse cosas concretas y determinadas. Si gana el reivindicante, se le restituirá la
cosa con sus accesiones, liquidándose el estado posesorio del demandado.

Código civil, artículos 348, 464, 609, 1.095 y 1.214.

Reivindicación

Titulo XI articulo 868

(Derecho Civil) Acción judicial otorgada a todo propietario para hacer que se reconozca su título.

Acción judicial mediante la cual se hace reconocer el derecho de propiedad que se tiene sobre
un bien.

Art. 869, 870, 871 cosas que pueden reivindicarse.

Art. 872 y 873 personas que pueden reivindicar

Art.874 al 882 personas contra las cuales puede dirigirse la acción reivindicatoria

La acción de reivindicación fue ya usada en el Derecho Romano, para defender al propietario


cuando ha sufrido desposesión. Por esta acción el propietario desposeído solicita que se le
reconozca su derecho de propiedad y en consecuencia, se le restituya la cosa ilegítimamente
sustraída. En principio lo que se trataba de lograr era la restitución de la cosa pero podía suceder
que la cosa ya no existiera. En la época clásica, si la cosa no existía por caso fortuito o fuerza
mayor, antes de la traba de la litis, el demandante ya no podía peticionar nada, salvo los daños
contra el poseedor de mala fe. Si ocurría luego de la litis contestatio, el poseedor de buena fe
respondía solo si a destrucción se hubiera producido por su dolo o culpa. El de mala fe, respondía
aún por caso fortuito.

Con respecto a los frutos, el poseedor de buena fe debía restituir los frutos que aún existieran
antes de la litis contestatio, y todos, luego de esta etapa, de acuerdo al derecho justinianeo. El
poseedor de mala fe respondía por todos los frutos antes y después de la litis contestatio.
La reivindicación procede contra cosas muebles robadas o perdidas aunque se hallen en poder
de un tercero de buena fe.

En los inmuebles la acción procede contra quien la posee por haber despojado la posesión al
reivindicante, y también contra terceros de buena fe, que la hubieran obtenido de un poseedor
de mala fe.

Si ambos, reivindicante y poseedor, tuvieran títulos sobre la cosa, se reputará con derechos el
primero que hubiera tenido la posesión.

La cosa mueble reivindicada debe ser devuelta en el lugar en donde se hallaba originalmente, y
en el caso de inmuebles, devolverse desocupado.

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