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“Año de la Lucha Contra la Corrupción y la Impunidad”

“Decenio de la Igualdad de Oportunidades para Mujeres y Hombres”

GUÍA PARA EL ANÁLISIS DEL TEXTO NARRATIVO:


PLANO DE LA EXPRESIÓN

I. EL NARRADOR:

1.1. IDENTIFICACIÓN DEL O LOS NARRADORES:


Antes de empezar el análisis de la presente ficha, es necesario aclarar que el escritor
o autor utiliza un personaje ficticio para narrar la historia, personaje que
determinaremos como VOZ NARRATIVA. Por lo tanto, nos olvidamos de que es el
escritor quien está narrando la historia, en este caso el cuento en análisis.
La voz narrativa, quien está narrando, puede estar DENTRO o FUERA de la historia.
Por lo tanto en esta parte de la ficha lo primero que se debe identificar es ¿QUIÉN
NARRA LA HISTORIA? y para determinar este aspecto debemos definir el tipo de
narrador según su participación en los acontecimientos:

1. Narrador personaje. También se le conoce con el nombre de narrador


homodiegético (ubicado dentro de la diégesis, o historia). En este caso, un
personaje asume el papel de narrador y narra desde su perspectiva, por lo cual
conoce los hechos desde su propia experiencia como participante en ellos. De
esta manera, su grado de conocimiento del mundo narrativo es parcial.

a. Narrador protagonista:

 El narrador protagonista es un narrador personaje que desempeña el rol


principal del relato.
 El narrador secundario es un narrador personaje sin la relevancia del
protagonista. Tiene una importancia secundaria.

b. Narrador testigo.

 El narrador testigo es un narrador pasivo, observador de los hechos, que


se abstiene de emitir juicios y comentarios. Puede ser un personaje que
no participa de la acción o que narra los hechos luego de ocurridos,
según lo que ve, escucha o le han contado. Su conocimiento de los
hechos es limitado. Puede narrar utilizando una tercera persona
gramatical, sin que desaparezca la primera, que lo posiciona como
personaje.

2. Narrador no personaje. También se conoce con el nombre de narrador


heterodiegético (ubicado fuera de la diégesis, o historia). Narra en tercera
persona gramatical. Está fuera del relato, no participa en los hechos ni se
compromete, lo que valida su condición de narrador objetivo. Se reconocen dos
tipos: narrador omnisciente y narrador objetivo.
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“Decenio de la Igualdad de Oportunidades para Mujeres y Hombres”

1.2. LA VOZ NARRATIVA: (Discurso narrativo/narrativa personal o impersonal)


Para desarrollar este aspecto debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿CÓMO SE
NARRA LA HISTORIA? y para ello es necesario determinar el tipo de narrador según
la persona gramatical, veamos:

1. Primera persona: El narrador ocupa la primera persona gramatical, el yo, y


habla de sí mismo.

Ejemplo:

“No es nada fácil para mí, desde la cama metálica reluciente de la clínica y bajo la
doble vigilancia de la mirilla y del ojo de Bruno, reconstruir la humareda perezosa de los
fuegos de hojarasca cachubas y los rayos oblicuos de una lluvia de octubre. Si no tuviera
mi tambor, que, tratado con paciencia y habilidad, me va dictando todos los pormenores
necesarios para verter al papel lo esencial, y si no contara además con la autorización
del establecimiento para tocarlo de tres a cuatro horas diarias, sería yo ahora un pobre
hombre sin abuelos conocidos.”
Günter Grass: El tambor de hojalata

2. Segunda persona: El narrador se refiere a una segunda persona, tú, vosotros,


usted, ustedes. Ejemplo:

“Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para


desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta enseguida
de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos,...”
Julio Cortázar: Rayuela

3. Tercera persona: El narrador alude a la tercera persona, él o ella, ellos o ellas.


Ejemplo:

“Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche, nadie vio la canoa de bambú


sumiéndose en el fango sagrado, pero a los pocos días nadie ignoraba que el hombre
taciturno venía del Sur y que su patria era una de las infinitas aldeas que están aguas
arriba, en el flanco violento de la montaña, donde el idioma zend no está contaminado
de griego y donde es infrecuente la lepra.”
Jorge Luis Borges: Las ruinas circulares

II. LOS PERSONAJES:

En el discurso narrativo la voz narrativa es quien organiza la historia del relato, dando
protagonismo a los personajes, dejándolos hablar cuando lo considera conveniente. La
voz narrativa puede reproducir textualmente las palabras de los personajes para
distanciarse de ellos y lograr una mayor objetividad, o puede acercarse a ellos incluyendo
su discurso dentro del propio.
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“Decenio de la Igualdad de Oportunidades para Mujeres y Hombres”

Existe una variedad de alternativas para referirnos a la voz de los personajes. Para el
desarrollo de nuestra Ficha de Análisis debemos identificar si la reproducción de la voz
de los personajes es de estilo directo o se trata de un estilo indirecto.

2.1 Estilo Directo:

La voz narrativa reproduce textualmente las palabras de los personajes. Se emplean


convenciones gráficas como: dos puntos, comillas y guiones de diálogo, para
introducirlas. Son muy importantes los verbos con que el narrador introduce el
discurso tales como: dijo, exclamó, preguntó, pensó, respondió, etc.

Es un discurso regido (con verbo introductorio) y recto (reproducción textual de las


palabras del hablante).

Ejemplos:

Cuando Manuel cerró la puerta dijo: - ¡Ahora soy feliz! Luego corrió hacia la playa…

Bajó la cabeza y se tomó la frente con la mano derecha.

—Eso es lo que está buscando este mocoso —dijo, como para sí, pero en voz alta—. Que
me dé un ataque al corazón y me muera. . .
Ricardo había vuelto lenta y silenciosamente a asomarse a la puerta de la cocina. Había
recogido, incluso, su camisa del suelo.
—Ahí vas a estar contento, ahí vas a estar contento —prosiguió Clara, advirtiendo su
reaparición—. Ahí sí. Ahí ya no vas a tener a la pobre vieja imbécil controlándote, ahí vas a
estar feliz. Eso es lo que querés. Eso.
La pura verdad, de Roberto Fontanarrosa

El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima,


el otro jugador le dice: "Te apuesto un peso a que no la haces".

Algo muy grave va a suceder en este pueblo, de Gabriel García Márquez

Desconcertado, sabiendo que los niños esperaban una explicación inmediata, José Arcadio
Buendía se atrevió a murmurar:
-Es el diamante más grande del mundo.
-No –corrigió el gitano-. Es hielo.
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez
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2.2 Estilo Directo Libre:


La voz narrativa cede su voz y su visión al personaje, pero sin indicación explícita ni
anunciarlo, es decir, sin los signos de puntuación convencionales. Es libre (sin verbo
introductorio) y recto (textual).

Ejemplo:

Cuando Manuel cerró la puerta ¡Ahora soy feliz! Luego corrió hacia la playa…

Ándate tranquila que estoy bien y no me falta nada. Sí, mamá, sí, diez minutos
queriendo saber si me duele aquí o más allá…
La señorita Cora, de Julio Cortázar.

2.3 Estilo Indirecto:

Se trata de un reacomodamiento del discurso del personaje en el discurso del


narrador; por lo tanto la voz narrativa con sus propias palabras resume las frases o
pensamientos de los personajes; se introduce con verbo decir + ‘que’ o ‘si’;
transforma tiempos verbales, circunstanciales y pronombres para adaptarlos a la
situación del narrador.
Es regido (con verbo introductorio) y oblicuo (con transformación de tiempos verbales
y deícticos espacio temporales y de persona):
Ejemplo:

Cuando Manuel cerró la puerta dijo que en ese momento era feliz. Luego corrió hacia la
playa…

Y una de las alumnas, que había venido a la capital desde un pueblo perdido en el campo,
se quedó charlando conmigo. Me dijo que ella, antes, no hablaba ni una palabra, y riendo
me explicó que el problema era que ahora no se podía callar. Y me dijo que ella quería
al maestro, lo quería muuuuuucho, porque él le había enseñado a perder el miedo de
equivocarse.

El profesor, de Eduardo Galeano

Pero bien que se lo dije, bien que le pregunté si estaba segura de que tenía que
irme. Me preguntó si me dolía el apéndice y le dije que no, que esa noche
estaba bien.
“La señorita Cora”, Julio Cortázar
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Pero Leticia no estaba asustada y dijo que si algo sucedía, ella era la única responsable.

Final del juego, Julio Cortázar

2.4 Estilo indirecto libre:

El narrador dice lo que dijo el personaje pero introduciendo por momentos elementos
del discurso original del personaje. El narrador no emplea verbo introductorio, se
refiere al personaje con pronombres de tercera persona y transforma los tiempos
verbales, pero se abstiene de usar las introducciones “él dijo”, “él preguntó”, etc. Es
un discurso a medio camino entre el discurso indirecto y el directo. Puede retener
elementos del discurso original como exclamaciones y vocativos.

Es un procedimiento ambiguo, que deliberadamente mezcla el discurso del narrador


y el del personaje.

Es libre (sin verbo introductorio) y más o menos oblicuo (por la trasposición de tiempos
verbales y deícticos).

Ejemplos:

Cuando Manuel cerró la puerta, en ese momento era feliz. Luego corrió hacia la playa…

Hablaron sobre la crisis. El gobierno militar se había desacreditado: ¿cómo darle


popularidad? Quiroga propuso que, en una forma o en otra, se regalara dinero a todo el
mundo. Genial. Formidable. A nadie se le había ocurrido. Y si él, Melgarejo, transmitiera
por la Radio del Estado un discurso anunciando la buena nueva. Sí, sería un buen
comienzo. El doctor Quiroga, eso sí, tendría que encargarse de escribir el discurso. Bien.
Sí. El doctor Quiroga lo escribiría.

El general hace un lindo cadáver, E. Anderson Imbert

Aunque la perspectiva de participar en un conflicto bélico lo sacudió con violencia, procuró


mantener la calma para desvanecer el temor que se había apoderado de sus padres y, sobre
todo, de Julieta, incapaces de aceptar la idea de tan súbita separación. Será por unos días.
Todo se arreglará muy pronto.
El pozo, de Ángel Balzarino
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III. ANÁLISIS DE ESTILO:

El estilo de un texto o de un autor es el conjunto de preferencias que en el terreno


lingüístico se observan en tal texto o autor. En efecto, los escritores prefieren utilizar el
lenguaje de maneras peculiares: el conjunto de dichas peculiaridades constituyen el estilo.

Por lo tanto, al analizar el estilo de un texto, debemos proceder de acuerdo a los siguientes
pasos:
1º. Establecer cuáles son los recursos lingüísticos predominantes en el texto;
2º. Estudiar en qué parte/s de la obra predominan dichos recursos;
3º. Estudiar las características predominantes de cada recurso (en la mayoría de los
adjetivos destacan rasgos de los rostros de los personajes, o bien, las anáforas tienden
a enfatizar
4º. Las características asfixiantes de ciertos espacios, etc.);
5º. Establecer las razones de la utilización de los recursos, en otras palabras, vincular los
recursos
utilizados con el contenido del texto.

Lo que de ninguna manera debe suponerse es que el análisis del estilo consiste en la
mera enumeración de ejemplos de recursos estilísticos.

Los rasgos estilísticos pueden estudiarse en tres niveles del lenguaje: el nivel morfológico,
el nivel sintáctico y el nivel semántico*.

3.1. EL NIVEL MORFOLÓGICO

Consiste en el estudio de las peculiaridades en el uso de los diversos tipos de palabras


sustantivos, adjetivos, artículos, preposiciones, pronombres, verbos, adverbios,
conjunciones, interjecciones. Si bien todos los tipos de palabras, usados de
determinas maneras, pueden generar un efecto estilístico, estudiaremos solo algunos
de ellos.

Recordemos que en el estudio de cualquier elemento estilístico debe hacerse según


los siguientes cuatro pasos:

1º. Establecer cuáles son los recursos predominantes en el texto;


2º. Estudiar en qué parte/s de la obra predominan dichos recursos;
3º. Estudiar las características predominantes de cada recurso (en la mayoría de
las metáforas sugieren rasgos propios de animales en las personas, o bien, las
imágenes visuales tienden a establecer un predominio de las tonalidades rojizas,
etc.);
4º. Establecer las razones de la utilización de los recursos, en otras palabras,
vincular los recursos utilizados con el contenido del texto.
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*No incluimos el nivel fónico, dado que la mayor parte de los textos narrativos están
escritos en prosa.

A. La adjetivación

Los adjetivos cumplen una función estilística muchas veces importante. Su


ausencia, su presencia o su abundancia ya constituyen por sí mismas un rasgo
estilístico. En cuanto a los adjetivos debemos estudiar:

 Su posición respecto de los sustantivos a los cuales modifican: habitualmente,


cuando están antepuestos indican un interés por destacar las cualidades de
los objetos, y, cuando están postpuestos, indican que el objeto mencionado es
más importante que sus cualidades.
 Su cantidad: hay autores que prefieren las parejas de adjetivos y otros que
tienden a la triple adjetivación.
 En qué medida agregan significado a los sustantivos que modifican: los
adjetivos epítetos, por ejemplo, no agregan significado sino que insisten en
significados característicos del sustantivo al que modifican (blanca nieve, duro
mármol, etc.).

B. Los verbos

Son dos los factores más importantes vinculados al uso de verbos:


 Modos y tiempos verbales predominantes;
 En qué medida los verbos indican actividad (salir, correr, tomar, etc.) o
pasividad (ver, pensar, reflexionar, etc.).

C. Los adverbios

En caso de los adverbios, los objetos de estudio son similares a los de los adjetivos:

 Su posición respecto de los verbos a los cuales modifican: habitualmente,


cuando están antepuestos indican un interés por destacar las circunstancias
de las acciones, y, cuando están postpuestos, indican que la acción es más
importante que sus circunstancias;
 Su cantidad: hay autores que prefieren utilizar sólo uno o bien dos adverbios y
otros que tienden a usar aún más;
 En qué medida agregan significado a los verbos que modifican: algunos no
agregan significado sino que insisten en significados característicos del verbo
al que modifican (corrió velozmente, devoró más, etc.).

D. Las conjunciones

 Producen efectos interesantes en el orden oracional.


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 Su ausencia provoca un efecto entrecortado.


 Su abundancia (polisíndeton) genera una sensación de cantidad incrementada.
 Las conjunciones adversativas implican oposición de conceptos, juicios,
elementos, etc.

E. Figuras retóricas

Mencionamos las más frecuentes:

 Pleonasmo: redundancia, añadidura de términos no necesarios para entender


la idea (“lo vi con mis propios ojos”).
 Sinonimia: acumulación de sinónimos o palabras con significado muy próximo
con el fin de reiterar un concepto (“lo aniquiló, lo destruyó, lo pulverizó”).
 Anáfora: repetición de una o varias palabras al comienzo de más de una
oración (“Fue honesto. Fue inteligente. Fue sensible”).
 Epífora: repetición de una o varias palabras al final de más de una oración (“Le
rogamos que no viniera. Le imploramos que no viniera. Hicimos todo a nuestro
alcance para que no viniera”).
 Juegos de palabras: combinación de palabras que produce, generalmente,
un efecto cómico, ya sea porque se dice algo al derecho y al revés (i.e. “en este
país no se escribe porque no se lee porque no se escribe”), o bien porque se
juega con el sonido de los fonemas (“Qué galán que entró Vergel con cintillo
de diamantes, diamantes que fueron de amantes de su mujer”).

3.2. EL NIVEL SINTÁCTICO

Consiste en el estudio del modo peculiar en el que un autor construye las oraciones.
Si el nivel morfológico se centra en el vocabulario, el nivel sintético lo hace en la
estructura oracional.

Recordemos que el estudio de cualquier elemento estilístico debe hacerse según los
siguientes cuatro pasos:

1º. Establecer cuáles son los recursos predominantes en el texto.


2º. Estudiar en qué parte/s de la obra predominan dichos recursos.
3º. Estudiar las características predominantes de cada recurso (la mayoría de las
oraciones externas se utilizan para describir personajes, o bien, los
circunstanciales se anteponen en parejas, etc.).
4º. Establecer las razones de la utilización de los recursos, en otras palabras, vincular
los recursos utilizados con el contenido del texto.

A. El Orden Oracional

Uno de los elementos que produce un efecto estilístico es el orden en que los
distintos componentes aparecen en una oración. El orden más habitual en el
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español es: sujeto-verboobjeto(s) circunstancial. Cuando en un texto, por ejemplo,


el autor tiende a anteponer los circunstanciales, suele deberse a un mayor interés
en las circunstancias de las acciones que en las acciones mismas. Si tiende a
colocarse el predicado antes que el sujeto o éste se encuentra tácito, puede
deberse a un interés mayor en las acciones que en quien las realiza. Otras
conclusiones pueden obtenerse del estudio del orden oracional si, como siempre,
se lo vincula con los temas, ideas e intenciones del texto.

B. La Extensión de las Oraciones

A veces este factor también produce efecto estilístico. Las oraciones breves y
concisas suelen provocar un efecto de sorpresa o un ritmo entrecortado y rápido.
Las oraciones muy extensas, por el contrario, pausan el ritmo y se utilizan por la
necesidad de explicar o describir. Un factor que influye en la longitud oracional es
el tipo de oración predominante. Si abundan las oraciones simples (un sujeto y un
predicado), generalmente las oraciones serán breves; si abundan las oraciones
compuestas (más de un sujeto y más de in predicado) ya sea por yuxtaposición,
coordinación o subordinación, las oraciones habitualmente serán largas y
meandrosas.

C. Figuras Retóricas

Mencionamos las más frecuentes:

 Asíndeton: supresión de las conjunciones con el objeto de conferir mayor


velocidad, vivacidad y agilidad a la frase (“Anduvo cansado, enfermo, débil,
solo”).
 Hipérbaton: alteración del orden oracional habitual (“Del salón en el ángulo
oscuro veíase el arpa”).
 Paralelismo: disposición sintácticamente paralela de partes de una oración (“Lo
confirmó plenamente; la olvidó definitivamente”).
 Quiasmo: disposición sintácticamente simétrica de partes de una oración
(“Salió solo; cansado volvió”).

3.3. EL NIVEL SEMÁNTICO

Consiste en el estudio del efecto estilístico de la combinación de los significados de las


palabras.

Recordemos que el estudio de cualquier elemento estilístico debe hacerse según los
siguientes cuatro pasos:

1º. Establecer cuáles son los recursos predominantes en el texto.


2º. Estudiar en qué parte/s de la obra predominan dichos recursos.
3º. Estudiar las características predominantes de cada recurso.
“Año de la Lucha Contra la Corrupción y la Impunidad”
“Decenio de la Igualdad de Oportunidades para Mujeres y Hombres”

4º. Establecer las razones de la utilización de los recursos, en otras palabras, vincular los
recursos utilizados con el contenido del texto.

A. EL LÉXICO

Hay dos maneras de caracterizar el vocabulario utilizado en una obra literaria.

La primera considera el alcance geográfico de la lengua utilizada, de tal forma que


ésta puede ser general (cuando no es identificable con ningún uso lingüístico en
particular) o regional (cuando se identifica con una zona o región geográfica).

La segunda manera tiene en cuenta el nivel social de la lengua utilizada, de modo que
ésta puede ser culta (cuando incluye palabras de uso infrecuente en la lengua neutra),
(cuando no es identificable con ningún nivel social en particular) y vulgar (cuando
incluye palabras propias del lenguaje coloquial y de la jerga de situaciones de
confianza).

B. FIGURAS RETÓRICAS

Mencionamos las más frecuentes:

 Sinécdoque o metonimia: consiste en un desplazamiento de significados con la


intensión de aludir a uno de ellos: la parte por el todo (“una vela en el horizonte”);
el continente por el contenido (“comió tres platos”); el efecto por la causa (“respeto
por las canas”); etc. hay varias clases más.
 Imagen: es la expresión literariamente elaborada de las sensaciones. Las
imágenes pueden ser visuales, auditivas, táctiles, olfativas y gustativas. La manera
expresión de una sensación (“el automóvil se desplaza por la calle”) no constituye
una imagen. La imagen se diferencia de la mera sensación por el hecho de
constituir un material elaborado literalmente (“por los huecos de la ventana se coló
el ruido de un motor”).
 Sinestesia: combinación de sensaciones de distinta índole (“El ácido azul de tu
chaqueta”).
 Comparación: construcción comparativa en la que están presentes los dos
objetos comparados más el nexo comparativo (“… a lo lejos, flotaban nubes gordas
que el sol hendía como una cuchilla”).
 Metáfora impura: es una comparación en la que falta el nexo comparativo (“El sol
es un cuchillo que corta las nubes” o “El sol, una cuchilla, corta las nubes” o “La
cuchilla del sol corta las nubes”).
 Metáfora pura: es una comparación en la que falta el nexo comparativo y en la
que el objeto comparado real también falta (“Una cuchilla cortaba las nubes”).
 Pregunta retórica: interrogación que no espera respuesta (¿Es el sol la bola de
fuego que se asoma tras los árboles?).
 Hipérbole: exageración (“… mientras competir con tu cabello oro bruñido al sol
relumbra en vano…”).
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 Prosopopeya: otorgar cualidades de seres animados a seres inanimados o bien


cualidades humanas a seres animados o inanimados (“El sol con paso de enfermo
camina al cenit”).
 Lítote: consiste en negar lo contrario de lo que se quiere afirmar (“No era linda”).
 Gradación: disposición de un conjunto de palabras en sentido ascendente o
descendente (“en polvo, en humo, en sombra, en nada”).
 Ironía: decir algo para aludir a lo contrario (“Era tan delgado…, para sugerir que
era gordo”).
 Hipálaje: desplazamiento de las cualidades de un objeto a otro (“Mis ojos
contemplan la doble noche”).
 Correspondencia: serie de palabras vinculadas por la cercanía de sus
significados (frío-hielonieve).
 Antítesis: serie de palabras opuestas en sus significados (muerte/vida,
luz/penumbra).

BIBLIOGRAFÍA

Rodríguez, G.sf. GUÍA TEORICO PRÁCTICA, EL GÉNERO NARRATIVO II: MANIFESTACIONES DEL
NARRADOR.

La ronda de las palabras. 2013. Estilo Directo, indirecto e indirecto libre. Recuperado de:
http://larondadelaspalabras.blogspot.com/2013/02/estilo-directo-indirecto-e-
indirecto.html

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