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J HISTORIA DE
ean Gebser (1905-1973) la tecnología, pero no desde el
es apenas conocido desarrollo de la ética, sino por
entre nosotros, pero esta «nueva» conciencia inte-
su contacto con nues- gral que abarca el origen y el
LA CONCIENCIA
tra cultura fue muy presente, y cuya imagen es la
importante durante la transparencia, que trasciende
Segunda República, época en todo dualismo.
la que vivió en España. Admi- Aunque Voltaire y Vico
ró a Ortega y colaboró en Cruz deslindaron la Historia celes-
y Raya, la revista de Bergamín. tial de la terrenal, Gebser, que
Debido a su pacifismo, al esta- profesa un cristianismo algo
llar la Guerra Civil fue deteni- complejo, místico, vuelve a
do por los anarquistas y estu- reinsertar lo religioso en la fi-
vo a punto de ser fusilado. losofía de la Historia. Postula
Al comienzo de la Segunda una religación a través de la
Guerra Mundial, se estableció conciencia integral que supere
de manera definitiva en Suiza, las oposiciones fe y saber, reli-
donde desarrolló, cercano al gión y ciencia. La vieja esfera
Círculo Eranos, una amplia y del ser, vinculada a un mundo
erudita obra. La traducción del creado y cuyo acto otorga sen-
complejo y voluminoso Origen tido a la totalidad de las cosas
y presente (1949-53) es una de (rota en nuestras históricas
esas tareas lujosas (en el mejor visiones parciales), se revela
sentido de la palabra) a las que en la conciencia integral.
nos tiene acostumbrados Ata-
lanta. Estas páginas, de orden La gran congregación
filosófico, histórico y etimoló- La renovación de Pentecostés
gico, nos dan una visión cul- señala, para Gebser, «que un
tural y espiritual: una historia día será la gran congregación».
de la conciencia humana y una Lo que algunos filósofos, de
apuesta hacia la conciencia- Hegel a Marx, vieron en el siglo
ción de una nueva época. ORIGEN Y PRESENTE XIX como escisión, aparece
en Gebser como atomización
Visión integral y acentuación de lo histórico
En cierto sentido, sostiene JEAN GEBSER y temporal, a lo que trata de
un diálogo crítico con La de- Traducción y nota biográfica responder con una experien-
cadencia de Occidente (1918), de J. Rafael Hdez. Arias cia emancipatoria del tiempo.
de Spengler. A diferencia de Atalanta Esta estructura acrónica se
este, Gebser no cree en la au- Vilaür (Gerona), 2011 apoya, en lo científico, en la
tonomía de las culturas y su 955 páginas, 38,50 euros indeterminación cuántica de
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cadena nacimiento-madurez- Heisenberg. Apuesta por una
decadencia, sino que la con- visión integral opuesta a todo
cibe asistida por un designio atomicismo, materialismo y
evolutivo, con momentos racionalismo (pero no es una
paradigmáticos y mutacio- nen el mismo significado que abarque el pensamiento, las tempranamente por Ortega. defensa de la irracionalidad), y
nes que debemos reconocer en genética). Estas novedades artes, la literatura y la ciencia. En realidad, apuesta por una crítica de la técnica y su mun-
y fomentar. en la conciencia se suelen Gebser está lejos de querer visión integral o, dicho con un do cuantitativo.
Estudia las diversas estruc- dar, según él, en casi todas las individualizar su visión y sos- término algo feo, aperspectívi- La obra de Gebser es, en
turas de la conciencia y lo que formas de expresión de una pecha de la particularización ca, es decir: ajena a cualquier el fondo (creo que es más in-
llama mutaciones (que no tie- época. De ahí que su análisis de las disciplinas, criticada fragmentación de la realidad; teresante en la superficie),
una suerte de holismo. Las una visión del hombre como
cinco etapas que detecta en la cumplimiento de la tarea asig-
historia de la conciencia son: nada en el acto creador. Esto
arcaica, mágica, mítica, men- supone que «al hombre se le
tal e integral. Naturalmente, ha dado previamente el todo
no las entiende desde una en el origen». Lo que está antes
perspectiva positivista. del tiempo y del espacio es la
Deudor de ciertos aspectos acronicidad y, según Gebser, se
de Heidegger, propone una está «volviendo más realizable
superación del estado al que gracias a la nueva conciencia».
había llegado su tiempo yen-
do más allá del racionalismo y JUAN MALPARTIDA