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Instituto universitario del centro de México

Campus león, Guanajuato.


Licenciatura en pedagogía.

Estudio de investigación:
Depresión en los adolescentes y riesgo suicida.

Tesis para obtener la:


Licenciatura en pedagogía

Presenta:
Juan Alberto Arriaga Gómez
Pedagogía 1021

Docente de tesis:
M.I.C. Huerta Lepez José Eduardo

26 de julio del 2016


Dedicatoria:
Dedicado a todos los jóvenes que en algún momento se han sentido
presionados con este trastorno de depresión y baja autoestima, lo cual
les ha provocado un menor rendimiento académico.
También está dedicado a los padres de familia ya que ellos pueden ayudar
a frenar o apoyar a sus hijos para superar la depresión que padecen.

“Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se


resuelve es la muerte. La vida es corta por eso amala, se feliz y siempre sonríe.
Antes de hablar, escucha. Antes de escribir, piensa. Antes de herir, siente. Antes
de rendirte, intenta. Antes de morir, vive.”
William Shakespeare.
Agradecimientos:
Le agradezco a dios por permitirme existir y seguir viviendo con mis seres
queridos.
A mis padres ya que ellos han sido mi apoyo durante toda mi vida, y me
han ayudado en las buenas y en las malas.
A mis seres queridos, compañeros y maestros que he tenido a lo largo de
mis estudios, por las experiencias obtenidas y conocimientos adquiridos
que me brindaron.

“No luches para vivir, vive para luchar”


Anonymous.
Índice
Resumen…………………………………………………………………………….4
Introducción……………………………………………………………………….5
Marco conceptual…………………………………………………………………6
Marco Teórico…………………………………………………………………7-16
La depresión en los adolescentes……………………………………………..7-14
Depresión y familia………………………………………………………………….14-16
Suicidio en adolescentes………………………………………………………….17-19
Factores de riesgo y protección en la conducta suicida………….20-21
Antecedentes……………………………………………………………….22-24
Planteamiento del problema……………………………………………….25
Justificación………………………………………………………………………25
Objetivo general………………………………………………………………..26
Objetivos específicos……………………………………………………………………..26
Hipótesis…………………………………………………………..……………………………26
Material y métodos
Diseño…………………………………………………………………………………………….26
Población…………………………………………………………………………………………27
Muestra…………………………………………………………………………………………..27
Criterios………………………………………………………………………………………….27
Variables…………………………………………………………………………………………28
Instrumentos…………………………………………………………………………….28-30
Procedimiento…………………………………………………………………………………31
Ética……………………………………………………………………………………………….32
Análisis y Resultados…………………………………………………….33-37
Discusión……………………………………………………………………..38-41
Conclusiones………………………………………………………………..42-44
Referencias……………………………………………………………………….45
Anexos.
Resumen
Antecedentes: En 2007, último año con estadísticas vitales disponibles
al momento de escribir este trabajo, se dieron en México 4 388 muertes
por suicidio en toda la República, con una tasa de mortalidad por suicidio
de 4.12 por cada cien mil habitantes. En comparación con la tasa de
suicido de 1970, se observa ahora para este largo período un crecimiento
del 275% de ese año a la actualidad.
Por tal motivo el objetivo de la investigación es analizar los niveles de
depresión y riesgo suicida, y su afectación de los adolescentes del CETis
77. Material y Método: Este es un estudio cuantitativo, observacional
ya que se obtuvieron los datos sin realizar una intervención directa por
parte de los investigadores, descriptivo porque se estudia y detalla una
situación en su condición natural, permitiendo identificar la distribución y
frecuencia de las manifestaciones y grados de depresión en los
adolescentes de la institución educativa CETis 77 de la localidad de león,
Guanajuato. Mediante la aplicación del instrumento del inventario de Beck
y transversal porque se realizó en un momento determinado y no existe
continuidad con el tiempo.
Resultados: De acuerdo a las gráficas y resultados del test se puede
analizar que el grupo de 40 alumnos evaluados tiene un promedio de
depresión leve, pero con 2 alumnos con depresión grave. En los
resultados que arrogaron los test de 40 alumnos de riesgo suicida, se
puede analizar que el 95% que son 38 alumnos no presentan un riesgo
de pensamiento suicida, pero el 5% faltante que son 2 alumnos si
presentan un riesgo suicida, por tal motivo los alumnos que salieron con
riesgo suicida y depresión acudirán al taller educativo sobre la depresión.

Conclusiones: Debido a que la presencia de la sintomatología depresiva


en los adolescentes ocasiona problemas en el rendimiento del individuo
en el ámbito social, familiar, escolar, etc. Los recursos cognitivos son
indispensables para un nuevo aprendizaje que se relacione directamente
con las demandas de las distintas metas educativas y la depresión no
permite a los adolescentes que dichos procesos se ejecuten de forma
adecuada lo cual se verá reflejado en situaciones como el rendimiento
académico, la deserción escolar y en casos graves llegar hasta el suicidio.
Introducción
Durante la adolescencia se pueden observar altibajos en el estado de
ánimo, como parte de estos, se pueden reconocer síntomas depresivos.
La sintomatología depresiva que muchos adolescentes pueden presentar
se caracteriza por estados de ánimo fluctuantes en ocasiones, de tristeza
o infelicidad, afecto deprimido, desesperanza, culpa, retardo psicomotor,
falta de apetito y trastornos en el sueño. Estos síntomas, ocasionan un
bajo rendimiento en las actividades del individuo, tanto en las escolares,
como en las de diversión, en las de casa y en el trabajo, afectando
directamente sus relaciones interpersonales y su perspectiva de vida.
Ante estos acontecimientos, es importante señalar que a nivel mundial se
ha reconocido que la depresión ocupa el cuarto lugar en cuanto al peso
de enfermedad, es responsable de uno de cada diez años de vida perdidos
en la población. En el año 2020, la depresión ocupará el segundo lugar,
después de los problemas cardiacos. En México, la Fundación Mexicana
para la Salud, indica que sobre la discapacidad y muerte prematura por
trastornos depresivos mayores se presenta un índice de 74.6 para los
varones y de 148.6 para las mujeres por cada 100 000 habitantes.
Conocer el ambiente familiar de los adolescentes, permite saber cómo
está influyendo en las actividades y problemáticas a las que
continuamente se enfrentan, permite además, reconocer, si la estructura
familiar realmente puede ser un factor protector presente en la ayuda
durante la etapa de la adolescencia.
Con base en lo anterior, en este trabajo se considera de importante
relevancia el papel de la familia y la presencia de sintomatología depresiva
en los adolescentes como factores influyentes en su vida.
Marco conceptual:
Depresión: el termino depresión cubre una variedad de cambios en los
estados de ánimos negativos y en la conducta. Algunas fluctuaciones en
el estado de ánimo son normarles y otras coinciden con la definición de
los problemas clínicos. El cambio de estado de ánimo puede ser temporal
o duradero. Puede abarcar desde un sentimiento de melancolía
relativamente menor hasta una visión profundamente negativa del mundo
y una incapacidad para funcionar en forma eficaz. (Craig, 2001).
Adolescencia: el termino adolescencia es un periodo de transición entre
la niñez y la edad adulta. Por lo general, se considera que comienza
alrededor de los 12 o 13 años y termina hacia los 19 o 20 años. Sin
embargo su base física ha comenzado mucho antes, y sus ramificaciones
psicológicas pueden perdurar hasta mucho después. (Casullo, 1998).
Suicidio: es el acto por el que una persona, deliberadamente, se provoca
la muerte. Por lo general es consecuencia de desesperación, derivada o
atribuible a una enfermedad física, enfermedad mental, como la
depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno límite de la
personalidad, el alcoholismo o abuso de sustancias. A menudo influyen
en él diversos factores estresantes como dificultades financieras o
problemas en las relaciones interpersonales. (Marchiori, 2002).
Marco teórico

La depresión en los adolescentes:


La historia de la evolución del concepto “depresión adolescente” se puede
resumir en etapas esenciales: a comienzos del siglo XIX se introduce en
el campo científico moderno y resurge de forma progresiva en el
transcurso de los últimos veinte años del siglo XX. En una segunda etapa
se da menos importancia a los síntomas manifiestos y se da mayor
importancia a los conflictos intrapsíquicos que los determinan (enfoque
psicoanalítico). A través de diversos estudios se observa que las
perturbaciones psicopatológicas adolescentes, no desaparecen de manera
espontánea, sino que progresan y se estructuran como una patología
definida en la edad adulta, en ausencia de intervenciones oportunas
(Casullo, 1998).
Lara, Acevedo y López (1998), indican que la depresión, puede ser
entendida como un estado de ánimo, como la presencia de sintomatología
depresiva y como trastorno clínico. Para Lara (1999), la depresión es uno
de los estados psicológicos desagradables que afecta a la mayoría de las
personas en alguna época de su vida; este estado puede ser transitorio o
prolongarse más allá de meses o años. Además de que ante la diversa
problemática que genera en los individuos, se ha reconocido en países
con diversas culturas como el problema de salud mental más común.
Los síntomas más frecuentes en pacientes con depresión son: insomnio,
tristeza, llanto, baja concentración, ideaciones suicidas, fatiga,
irritabilidad, retardo psicomotor, anorexia, desesperanza, intentos de
suicidio, irritabilidad, problemas de la memoria (Casullo, 1998).
El Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-
V), aborda la depresión, distinguiendo diferentes niveles depresivos, estos
son:
1. Episodio depresivo mayor.- En este tipo, los síntomas aparecen
durante la mayor parte del día, casi a diario y por un período de dos
semanas como mínimo. Los síntomas incluyen la alteración del
apetito (por lo general disminuye), alteraciones del sueño (insomnio
o hipersomnia), agitación manifiesta mediante la incapacidad de
permanecer sentado, deambulación continua, retorcimiento de
manos, estiramiento o manoseo del cabello y/o piel,
enlentecimiento psicomotor y disminución de energía (sentimientos
excesivos o inadecuados de inutilidad o culpa, dificultades de
pensamiento o de concentración e ideas de muerte recurrentes o
ideas o intentos de suicidio).

Los síntomas asociados más frecuentes a este episodio son: llanto,


irritabilidad, ansiedad, rumiación obsesiva o repetitiva, crisis de
angustia, excesiva preocupación por la salud física y fobias.

Respecto a la edad media de inicio es posterior a los 20 años, pero


puede comenzar a cualquier edad, incluyendo la infancia. En la
etapa de la adolescencia puede aparecer como una conducta
antisocial, así como la ingesta de alcohol o drogas ilegales,
provocando un diagnóstico adicional de trastornos de conducta o de
dependencia o abuso de sustancias psicoactivas.

Es común el sentimiento de no ser comprendido o aprobado,


inquietud, mal humor y agresividad; son probables las dificultades
escolares y puede haber falta de cuidado en el aspecto personal y
aumento de las emociones con especial énfasis en la sensibilidad al
rechazo de relaciones amorosas.

Como factores predisponentes al desarrollo de un episodio


depresivo mayor se pueden considerar algunos eventos, como son
una enfermedad física crónica y la dependencia de sustancias
psicoactivas en particular la del alcohol y la cocaína. En otras
ocasiones este episodio depresivo puede aparecer después de la
muerte de un ser querido, la separación conyugal o el divorcio e
incluso posterior al parto.

La duración de un episodio de este tipo es variable, sin tratamiento


puede durar hasta seis meses o más. Por lo general, se combinan
los síntomas y la actividad global se restablece a un nivel pre
mórbido, pero en un número elevado de casos algunos síntomas del
episodio persisten hasta por dos años, dichos episodios se
especifican como de tipo crónico. La complicación más grave que se
puede tener es el suicidio.
2. Distimia.- Es difícil distinguir la diferencia entre depresión mayor y
distimia, debido a que comparten la sintomatología característica.
Generalmente la primera consiste en uno o más episodios
depresivos mayores que pueden diferenciarse de la conducta
habitual, en tanto que la distimia se caracteriza por un síndrome
depresivo leve o crónico, que se ha mantenido durante muchos
años.
Otros niveles depresivos referidos en el DSM-V, son la Melancolía, el
Trastorno Bipolar y la Ciclotimia, episodios depresivos que sólo se
mencionarán, ya que para los fines del presente trabajo sólo se
consideran el nivel depresivo mayor y el episodio depresivo distímico, esto
por las edades en que se desarrollan (la infancia y la adolescencia
principalmente) y su relación establecida con el consumo de sustancias
psicoactivas.
De la Peña, (1999), indica que los trastornos depresivos, en particular el
trastorno depresivo mayor (TDM) y la distimia (TD), pertenecen al grupo
de padecimientos psiquiátricos más frecuentemente encontrados entre
los adolescentes, tanto en poblaciones clínicas como epidemiológicas. Las
poblaciones clínicas de adolescentes manifestaban hace veinte años
prevalencias del 28% para el TDM (9.30), debido al incremento de este
padecimiento los índices hoy en día de esta enfermedad son del 38% al
40%, sin embargo, existen investigaciones en poblaciones abiertas rusas
y japonesas que han identificado prevalencias de síntomas depresivos
severos en 19% y 57%, respectivamente, de sus adolescentes evaluados
(22.33).
Es probable, que la variabilidad de los resultados en los reportes de
prevalencia clínica y epidemiológica tenga relación con las características
culturales y sociales específicas de las muestras, el incremento secular de
la enfermedad, la fuente de información (padres, madres, maestros,
adolescentes), y la forma de evaluar la sintomatología depresiva (escalas
de severidad y entrevistas diagnósticas). La cohesión familiar, más que la
estructura de la misma, se ha relacionado con TDM y TD en los
adolescentes, una mala relación entre los padres se relaciona
significativamente con la depresión en los hijos, (De la Peña, 1999).
Para Craig (2001), la depresión durante la adolescencia ocurre junto con
otros trastornos como la ansiedad y los trastornos de conducta, en
respuesta a tensiones internas y externas. Señala que es más probable
que los varones se involucren en problemas cuando están deprimidos, en
tanto que las mujeres suelen presentar trastornos alimentarios como la
anorexia o la bulimia al deprimirse, además de que la depresión se
interrelaciona con los pensamientos suicidas y el abuso desustancias.
Craig (2001), añade que un funcionamiento social deficiente empeora a
veces la relación entre el progenitor e hijo durante la adolescencia y puede
también afectar las amistades y las relaciones amorosas. Entre los
factores que exponen a los adolescentes a la depresión y a las reacciones
al estrés se encuentran:

 Imagen corporal negativa, que puede producir depresión y trastornos


alimentarios.
 Mayor capacidad de reflexionar sobre uno mismo y sobre el futuro, lo
que causa depresión cuando el adolescente piensa en las posibilidades
negativas.
 Problemas familiares o de salud mental de los padres, que pueden
originar reacciones de estrés y depresión, al igual que trastornos
conductuales.
 Conflictos conyugales o divorcio y problemas económicos de la familia,
que pueden ocasionar depresión y estrés.
 Poca popularidad entre los compañeros, la cual se relaciona con la
depresión en la adolescencia y es uno de los principales indicadores de
depresión en el adulto.
 Bajo aprovechamiento escolar, que produce depresión y conducta
negativa en los hombres pero que no parece afectar a las mujeres.
Muchos autores coinciden en decir que debido a la inestabilidad que
caracteriza a los adolescentes es frecuente que presenten síntomas de
diversos trastornos psicológicos que tienden a desaparecer con la
conclusión de esta etapa, la depresión es uno de ellos (Mariño, Medina-
Mora, Chaparro, González-Forteza, 1993).
A este respecto (Conger, 1980), considera que la depresión en los
adolescentes suele manifestarse de una manera distinta a la que se
encuentra entre los adultos que la padecen. Los adolescentes pueden
mostrarse renuentes a expresar abiertamente sus sentimientos, de
manera que la depresión en los adolescentes puede tomar una de las
siguientes dos formas: En la primera, el adolescente puede quejarse de
una falta de sentimientos y de una sensación de vacío, más no es que el
adolescente carezca de sentimientos, sino que no puede manejar o
expresar los que ahora tiene. Un segundo tipo de depresión, se basa en
las antiguas y repetidas experiencias de derrota o fracaso, este tipo de
depresión se acentúa ante la pérdida de una relación querida, como la de
los padres o la de algún amigo.
En este mismo sentido, (Musacchio, 1992), destaca que el adolescente
atraviesa necesariamente por momentos en los que se siente vacío y teme
esa sensación desagradable que se reitera sin que él tenga control de
esta. En ocasiones, la sensación de vacío se liga a alguna razón conocida:
la pérdida de algún amigo, o un novio(a), la muerte de algún ser querido,
un fracaso escolar, etc. En otras ocasiones, la causa de este vacío es más
subjetiva o difícil de precisar.
De acuerdo con (Musacchio, 1992), las vivencias de vacío, son resultado
de fenómenos de perturbaciones en los sectores de la personalidad que
regulan el estado del sí-mismo y la valoración que el individuo hace de sí
mismo, su autoestima.
De manera que, un factor estrechamente relacionado con la depresión en
adolescentes es la autoestima, (Martín, 1989), considera que uno de los
componentes esenciales de la depresión es el bajo nivel de autoestima de
los sujetos depresivos.
Según (Martín, 1989), la autoestima se desarrolla a partir de un conjunto
de experiencias cuyo denominador común es la experiencia de la
suficiencia y validez del sujeto para dominar su entorno de manera que
se sienta capaz de realizar sus propios proyectos y rechazar los elementos
negativos que puedan contrariarle o amenazarle. Es este conjunto de
experiencias, las que dan lugar a la autovaloración positiva del sujeto
como principio determinante de su capacidad de acción y de respuesta
frente al medio ambiente.
En cambio la depresión, en general aparece en el sujeto a partir de la
experiencia reiterada y generalizada de su incapacidad para influir en el
medio ambiente de manera conforme con sus deseos. Esta experiencia
de incapacidad da lugar a la “expectativa de incontrolabilidad”, es decir,
a una autovaloración negativa de sí mismo, en virtud de la cual el sujeto
tiende a sobrevalorar las dificultades y desistir de sus esfuerzos
voluntarios para conseguir sus proyectos o resistir las agresiones y
amenazas que le vienen del exterior, (Martín, 1989).
De esta manera, (Martín, 1989) considera que en el origen de la
autoestima y de la depresión hay una experiencia contraria, en la primera
la experiencia de la capacidad y suficiencia del sujeto; y, en la segunda la
experiencia de su incapacidad e impotencia.
Es importante no confundir la tristeza normal con la depresión o
viceversa, (Arieti, 1990), considera que hay una estrecha relación entre
la tristeza, una emoción normal, y la depresión, que es un síntoma o
estado psiquiátrico. Acerca de la tristeza refiere que:
 La tristeza normal es el efecto emocional que se manifiesta en el ser
humano cuando este reconoce una situación que habría preferido que no
ocurriera y que considera no es favorable para su bienestar.

 Admite la capacidad de experimentar otras emociones y estados


normales, como afecto, afinidad, amor, autorespeto y satisfacción. De
hecho, la ausencia o la pérdida de estas emociones positivas nos hacen
vulnerables a la tristeza.

 Se le podría definir como un tipo especial de dolor, que no es físico sino


mental. La tristeza retarda las acciones y su permanencia impide una
respuesta motriz inmediata. Pero, favorece los procesos mentales
lentos, que permiten reorganizar las ideas vinculadas con la dirección a
seguir en la vida.
 En algunos casos, el estado de tristeza no se resuelve y se transforma
en una vivencia de desdicha más intensa que se denomina depresión.
Este afecto reemplaza con frecuencia a todos los demás, salvo a aquellos
que, como la culpa y la autodesvalorización, están vinculados con la
pena.

 Todos los pensamientos son negativos y refuerzan la depresión. Las


ideas surgen con más lentitud y más espaciadas, quizá para disminuir el
sufrimiento que causan.
Se puede observar, que son diversos los factores a considerar para
detectar un estado depresivo en los adolescentes; es importante
identificar y distinguir la presencia de una tristeza normal a un estado
depresivo en el adolescente. Como indica (Dallal 2000): es necesario
sistematizar el conocimiento del desarrollo adolescente, considerar la
naturaleza del proceso y el ambiente en que se manifiestan sus conductas
para después emitir un juicio objetivo.
Si se refiere a la adolescencia, (Dallal 2000), señala que la presencia de
la depresión es, a la vez, un fenómeno común y transitorio y una
enfermedad peligrosa que puede derivar en actuaciones autodestructivas:
Como fenómeno transitorio, es común cuando se enfrentan algunas de
las vicisitudes del propio proceso adolescente, antes de que el joven
responda al desafío de ese momento de su vida.
Como enfermedad psiquiátrica, se convierte en peligrosa debido a la
tendencia adolescente hacia la escenificación de sus conflictos por medio
de actuaciones impulsivas.
Asimismo, (Arieti, 1990), refiere que no todos los adolescentes pasan por
los penosos traumas descritos por diversos autores, para algunos la
adolescencia es una época no sólo apacible, sino además muy
gratificante. Añade que ante este hecho, muchas de las depresiones en
esta etapa se caracterizan por su brevedad, tanto como por su intensidad.
Para (Martín, 1989), la depresión tiene repercusiones en tres órdenes:
En el orden cognitivo: la depresión dificulta la posibilidad de percibir o
admitir las relaciones posibles entre la acción y la modificación de las
circunstancias o acontecimientos exteriores, generaliza sus experiencias
de incontrabilidad, magnifica la dificultad de vencer o dominar los
acontecimientos, tiende a fijar definitivamente su juicio negativo sobre la
posibilidad de influir en su medio ambiente.
En el orden emotivo: el depresivo se siente incapaz e impotente frente
a la magnitud de las dificultades externas. Cualquier esfuerzo le resulta
imposible, tiende a infravalorarse considerándose una persona inútil,
incapaz, sometida al destino y sin posibilidad de afirmarse a sí misma a
favor de lo que desea o en contra de lo que rechaza.
En el orden comportamental: el depresivo es un ser pasivo, sin
estímulo para la acción, sin esperanza para emprender ningún proyecto
vital, hasta llegar al extremo de renunciar al esfuerzo fundamental de
vivir.
A partir de estos datos, se presenta un problema fundamental: diferenciar
entre los adolescentes realmente depresivos y aquellos que en el contexto
de su cambiante estado de ánimo presentan episodios pasajeros de
abatimiento a modo de exagerada reacción ante frustraciones más o
menos triviales. (Martín, 1989).
Esta medida es importante ya que los jóvenes que deciden experimentar
con sustancias presentan un índice significativamente mayor de
problemas emocionales. Los índices de ánimo displacenteros se presentan
con frecuencia similar entre los experimentadores y entre los usuarios
regulares de drogas y entre los monousuarios y poli usuarios. Así, los
resultados indican que los jóvenes que experimentan con drogas tienen
en conjunto más síntomas asociados con la depresión que aquellos que
no usan sustancias (Medina-Mora, Villatoro, 1995).

Depresión y familia
Estrada (1999), indica que la familia es en esencia un sistema vivo, que
se encuentra ligado e intercomunicado con otros sistemas como el
biológico, el psicológico, el social y el ecológico. Además, señala, que la
familia atraviesa por un ciclo donde despliega sus funciones: nacer,
crecer, reproducirse y morir, las cuales pueden encontrarse dentro de un
marco de salud y normalidad o bien adquirir ciertas características de
enfermedad o patología.
De tal manera que, agrega el autor, Estrada (1999), al pasar por este
ciclo se pueden presentar problemáticas en la comunicación, desempeño
e interacción de los integrantes, como resultado pueden surgir en los
miembros, no en todos, ni con la misma intensidad, síntomas depresivos,
sobre todo esto, es particularmente característico de familias con
adolescentes, pueden presentar estos síntomas el propio adolescente o
alguno de los padres.
Por su parte, Sentín (1998), dentro de su trabajo psicológico con
estudiantes deprimidos, señala que los alumnos deprimidos se desarrollan
dentro de una estructura familiar en conflicto o con la vivencia por parte
del sujeto de una situación conflictiva en su estructura familiar y, a veces,
aunque no siempre, escolar. De manera general, puntualiza que los
conflictos típicos de la estructura familiar en esta población son:
 Infidelidad de uno de los cónyuges que generalmente suele ser el
padre.
 Dificultades más o menos graves y/o más o menos manifiestas de
relación en la pareja.
 Rigidismo moral, especialmente en el terreno de la sexualidad, a veces
acompañado de un cierto fanatismo religioso o político por parte de
los padres.
 La condición de ser único de un sexo dentro de los hermanos. Ser un
solo hombre entre mujeres o una sola mujer entre hombres.
 El hecho de que un miembro de la familia (normalmente el padre) sea
un triunfador en los negocios o en la carrera, acompañado con una
fuerte carga de autoritarismo paternalista que hace que los hijos
tengan una imagen de padre perfecto.
De esta manera, para (Dembo, 1994), la familia constituye uno de los
factores más importantes para explicar que los adolescentes se involucren
en el uso de sustancias y la conducta delictiva. Por lo que existe:
1. Una seria necesidad de identificar las dinámicas y los mecanismos por
los cuales estos factores ejercen su influencia con el tiempo, y
2. La necesidad de considerar estos factores dentro de una perspectiva
de desarrollo.
Por otra parte, Andrade y Díaz (1997), refieren que existen suficientes
evidencias empíricas que permiten afirmar que las relaciones familiares
influyen de manera diversa en los adolescentes, citan a (Brage y Meredith,
1994), quienes encontraron que las relaciones familiares influyen en la
autoestima e indirectamente afectan la depresión en los adolescentes;
por otra parte, citan también a (Raphael, Cubis, Dunne y Lewin, 1990),
quienes encontraron que los adolescentes de familias desintegradas
tienen más problemas emocionales, más baja autoestima y menor
desempeño académico que aquellos de familias intactas.
Delo anterior se puede reconocer la importancia que desempeña el papel
de la familia en el desarrollo de los individuos. Su papel se destaca sobre
todo en la adolescencia, que es la etapa de la vida en que se transforma
la visión del mundo, se adquieren valores, metas e ideales, de manera
favorable para los individuos. Esto se logra si se ha contado con el apoyo,
la comprensión, el cariño incondicional manifiesto y la guía adecuada por
parte de la familia, pero en particular por parte de los padres. De acuerdo
a su desempeño, la familia, puede ser mediadora o salvadora hacia los
diversos factores externos que influyen en los adolescentes. (Andrade y
Díaz, 1997).
Debido a la inestabilidad que caracteriza a los adolescentes, es frecuente
encontrar manifestaciones depresivas, que suelen desaparecer con la
conclusión de esta etapa. Los síntomas depresivos como son los
sentimientos de vacío o de tristeza, suelen ser comunes en los
adolescentes, a la vez de que suelen ser pasajeros; por lo que es
necesario distinguir que tan severos pueden ser estos síntomas, ya que
pueden llevar a desarrollar una depresión más seria y no sólo parcial.
(Brage y Meredith, 1994).
Esto porque como hemos visto, la depresión, además del inmenso
sufrimiento que representa para quien la padece, tiene consecuencias
importantes sobre la salud física (síntomas somáticos, depresión del
sistema inmunológico, enfermedades crónicas diversas), produce
desarmonía familiar, es responsable sobre todo, de conductas
destructivas auto infligidas, entre las que se encuentran los intentos de
suicidio, así como accidentes en el hogar. Además, al presentarse una
sintomatología depresiva, muchos adolescentes pueden buscar refugio en
las drogas, como una medida para evadir su realidad, negar la o
enfrentarla. (Andrade y Díaz, 1997).
El suicidio en adolescentes:
Marchiori (2002), señala que el intento de suicidio en el que no se produce
ningún daño físico, está relacionado con los instrumentos utilizados que
resultan inofensivos para el propósito autodestructivo del individuo. De
acuerdo con ella, el intento suicida frustrado implica diversos motivos. El
intento puede llevarse a cabo sin decisión, el individuo desconocía las
limitaciones del medio-instrumento, ambivalencia frente al acto suicida.
Marchiori (2002), hace una clasificación de los intentos suicidas, basada
en la intención del acto suicida a través del método elegido, y en ella, las
circunstancias del lugar y las personas no están contempladas. En muchos
casos el suicida conoce que determinadas personas están cerca de él y
que acudirán a su auxilio, aun cuando las armas elegidas o medios
elegidos sean mortales. En otros casos, la intención no es morir sino
provocarse una autolesión para llamar la atención, por motivo de
venganza, culpa o soledad. En estos casos puede llegar la muerte debido
a que las personas que le rodean no advirtieron la situación y la persona
muere, por ejemplo, desangrada o asfixiada.
1) Intento gravísimo de suicidio: Por su proceso y por la gravedad de las
consecuencias es similar al suicidio, difiere en cuanto al resultado
mortal en el acto suicida.

2) Intento grave: Las armas o medios utilizados para llevar a cabo el


comportamiento suicida no pueden provocar la muerte, ni lesiones de
gravedad. Por ejemplo, auto laceraciones, psicofármacos.

3) Intento leve: En estos casos las armas o medios utilizados resultan


imposibles de provocar la muerte, ocasionando sólo heridas leves.

4) Intento sin daño: Son los casos en que el medio elegido no puede
producir ningún daño físico.
Como se ha visto, estas definiciones, no explican todos los elementos de
las conductas suicidas. Debido a esto en un intento por unificar la
terminología, la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015), propuso
como ayuda a la investigación una serie de términos muy concretos y
muy útiles como base común para la designación de las conductas
suicidas, éstos son:
Acto suicida: Hecho por el que un sujeto se causa una lesión,
independientemente de su intención y del conocimiento de sus motivos.
Suicidio: Muerte que resulta de un acto suicida.
Intento de Suicidio: Acto suicida cuyo resultado no fue la muerte.
Mardomingo (1998), configura el concepto de conducta suicida en la
adolescencia en torno a cuatro apartados: suicidio consumado, intento de
suicidio, amenaza de suicidio o ideación suicida.
El suicidio consumado: incluye todos los actos auto-infligidos por el
adolescente y que dan como resultado su propia muerte. Dicho autor
señala que dicho concepto es de utilidad. Sin embargo para el diagnóstico
clínico presenta una serie de dificultades, como son: la dificultad de
diagnóstico entre acto suicida y acto accidental, imprudencia y conducta
temeraria.
El intento de suicidio o para-suicidio: se refiere a todo acto realizado
por el adolescente que sin llegar a tener como resultado la muerte, es
realizado de forma deliberada contra sí mismo. En esta definición el autor
incluye la intencionalidad del acto, es decir si debe estar presente o
ausente el deseo de muerte en la consumación del acto suicida.
La ideación suicida: es un concepto amplio que incluye tanto los
pensamientos inespecíficos sobre el escaso o nulo valor de la vida, hasta
pensamientos concretos acerca de la consumación de un suicido o las
amenazas.
La vertiente sociológica explica el suicidio como producto de un
determinado conjunto de aspectos de la sociedad, sus estructuras y
características. El representante más importante y clásico de esta
orientación es Durkheim, quien define al suicidio como...“todo caso de
muerte que resulte directa o indirectamente de un acto positivo o negativo
ejecutado por la propia víctima, a sabiendas que habría de producir este
resultado. El intento de suicido, es ese mismo acto, pero interrumpido
antes de que sobrevenga la muerte.”(Durkheim, 1995).
De acuerdo con su concepción sociológica, Durkheim (1995), describe tres
principales tipos de suicidio: el egoísta, el altruista y el anímico.

Suicidio egoísta: Es consecuencia de la falta de integración social o de


la individuación excesiva. Si el vínculo que liga al hombre a la vida, se
minimiza, es porque el vínculo que lo une a la sociedad se ha diluido
también. Egoísmo es el estado en que se encuentra el yo cuando vive su
vida personal y no obedece más que a sí mismo.
Suicidio altruista: Se deriva de una integración social demasiado fuerte,
y sucede cuando la autoridad de grupo es tan fuerte sobre el individuo
que pierde su identidad personal y desea sacrificar su vida por la
comunidad.
Suicidio anímico: aparece cuando la sociedad está perturbada por
transformaciones demasiado repentinas, y no es capaz de ejercer su
acción reguladora –anomía- y el individuo pierde los puntos de referencia.
Para Beck (1998), las ideas de suicidio también pueden interpretarse
como una expresión extrema de un deseo de escapar de aquellos
problemas o situaciones que parecen irresolubles e intolerables. También
define el concepto de desesperanza como un sistema de esquemas
cognoscitivos sobre expectativas negativas del futuro. Los pensamientos
de suicidio surgen cuando el paciente vivencia su situación como
insostenible. Además propone una característica de la persona suicida,
esta es, la ambivalencia interna, fluctuante entre el deseo de morir y el
deseo de vivir, conflicto previo del acto suicida. Además de este esquema,
hay otras ideas suicidas y pensamientos que incrementan la probabilidad
del deseo de muerte y por lo tanto, su intensidad.

Factores de Riesgo y de Protección en la Conducta


Suicida:
Un factor de riesgo, “es cualquier característica o cualidad de una persona
o comunidad que se sabe va unida a una elevada probabilidad de dañar
la salud. Por ejemplo, se sabe que una adolescente tiene mayor
probabilidad que una mujer adulta de dar a luz a un niño de bajo peso; si
además es analfabeta, el riesgo se multiplica. En este caso, ambas
condiciones, menor de 19 años y madre analfabeta, son factores de
riesgo” (Santos y Suárez, 1998).
Con respecto al intento suicida, Casullo (1998), hace una jerarquía de los
factores de riesgo que intervienen en dicha conducta, estos son:

1) Nivel de desesperanza.
2) Ideación o plan de suicidio.
3) Intentos previos.
4) Estado emocional y afectivo.
5) Baja densidad de las redes de apoyo social.
6) Signos y síntomas de depresión.
7) Desintegración social.
8) Pérdidas afectivas recientes (soledad).
9) Estatus mental.
10) Deseo de ayuda.

Indicios de riesgo de suicidio en los adolescentes (Cónger, 2005).


1. Estado de ánimo continuamente deprimido o desesperado.
2. Alteraciones en el comer y el dormir.
3. Disminución del rendimiento escolar.
4. Aislamiento social gradual y una mayor incomunicación con las
personas.
5. Ruptura de la comunicación con los padres y otras personas
importantes en la vida del joven.
6. Antecedentes de intentos suicidas o complicación en accidentes.
7. Comportamiento aparentemente temerario, autodestructivo, poco
usual, como el uso intenso de drogas o de alcohol, así como el manejo
imprudente del automóvil.

Los factores de protección, se pueden distinguir entre internos y externos.


Los externos se refieren a condiciones del medio que actúan reduciendo
la probabilidad de daños: familia extendida, apoyo de un adulto
significativo, o integración social y laboral. Los internos se refieren a
atributos de la propia persona: estima, seguridad y confianza en sí mismo,
facilidad para comunicarse, empatía (Santos y Suárez, 1998).
Casullo (1998), señala los siguientes factores protectores de la conducta
suicida:
a) Flexibilidad cognitiva.
b) Fuertes redes de apoyo social.
c) Ausencia de eventos estresantes inesperados en el ciclo vital.
d) Ausencia de soledad.
e) Existencia de un proyecto de vida.
f) Tratamiento oportuno de las patologías psiquiátricas.
g) Tratamiento adecuado de los desórdenes de personalidad.
Para Conger (1980), muchos intentos suicidas por parte de los
adolescentes, no se deben a un impulso momentáneo, sino a una larga
serie de intentos por encontrar solución a sus problemas.
Antecedentes
González-Forteza, Mariño, Mondragón y Medina-Mora (2000), realizaron
un estudio cuya finalidad era conocer la relación entre el intento suicida
y el uso del tiempo libre en adolescentes mexicanos. La muestra fue
integrada por 1848 estudiantes de la Ciudad de Pachuca. Se compararon
dos grupos, el de intento suicida (10.1%) y el resto de la población
(89.9%). Se encontró que los estudiantes con intento suicida practicaron
menos deporte y salieron menos con la familia en comparación con los
estudiantes que no intentaron suicidarse.
González-Forteza, Mariño, Mondragón y Medina-Mora (2000), en un
trabajo previo, publicado en 1996 y ya algo desactualizado sobre la
epidemiología del suicidio en México, que abarcaba los años de 1970 a
1994, se afirmaba que: "En 1970 hubo 554 defunciones por suicidio en
toda la República mexicana, para ambos sexos, y 2603 en 1994. Durante
este periodo la tasa de suicidios en ambos sexos pasó de 1.13 por 100,000
habitantes en 1970 a 2.89 por 100,000 habitantes en 1994, un aumento
de 156%. ¿Qué ha pasado desde entonces? El suicidio se ha instalado
como parte del perfil epidemiológico moderno del país.
En 2007, último año con estadísticas vitales disponibles al momento de
escribir este trabajo, se dieron en México 4 388 muertes por suicidio en
toda la República, con una tasa de mortalidad por suicidio de 4.12 por
cada cien mil habitantes. En comparación con la tasa de suicido de 1970,
se observa ahora para este largo período un crecimiento del 275% de ese
año a la actualidad. (INEGI) / Secretaría de Salud (SS).
Este incremento reciente en México es especialmente marcado entre la
población joven. En el trabajo previo de la epidemiología del suicidio de
Borges (1996) y colaboradores reportaban pocos datos sobre los intentos
de suicidio, en su mayoría de fuentes estadísticas nacionales con muy
baja cobertura. En los últimos 15 años, como elemento positivo en la
situación nacional, se ha avanzado mucho en este último punto, y
disponemos ya de por lo menos tres grandes encuestas que nos permiten
trazar un panorama mucho más detallado y exacto de la situación sobre
las conductas suicidas (ideación suicida, los planes de cometer un suicidio
y el intento suicida).
Lo anterior es importante ya que recientemente se ha mostrado que
México se distingue poco de otros 17 países en cuanto a las prevalencias
de conducta suicida. El estudio de las llamadas conductas suicidas cobra
especial relevancia si consideramos la necesidad de idear y ejecutar
medidas preventivas. Los motivos principales para estudiar las conductas
suicidas, aparte del suicidio consumado, radican en que éstas no sólo
producen un gran malestar mental y sufrimiento psíquico y pueden
producir consecuencias físicas de primera magnitud, sino que también son
un antecedente fundamental de un posterior suicidio consumado. Con
mucha frecuencia, un acto que llevó a una muerte por suicidio se ve
precedido por una serie de intentos fallidos previos. Por lo tanto, si
logramos comprender y evitar los intentos de suicidio, podremos evitar
también posteriores suicidios consumados.
De 1990 en adelante, se calcularon con base en la información disponible
en los cubos de información de defunciones del Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (INEGI) / Secretaría de Salud (SS) y
de Proyecciones de la Población 1990-2012 con base en el conteo 2005
realizado por el Consejo Nacional de Población (CONAPO), alojados en el
micro sitio de información dinámica de la Dirección General de
Información en Salud (DGIS) de la SS. Esta Dirección concentra y publica
en su sitio web la información de mortalidad recopilada y validada por el
INEGI: el proceso de registro de defunciones inicia cuando se expide un
certificado y se tramita el acta correspondiente en el Registro Civil. En el
caso de muertes accidentales o violentas la defunción es captada por las
agencias del Ministerio Público.
La depresión no es una moda, constituye un severo problema de salud
pública que hoy por hoy afecta entre 12 y 20% a personas adultas, es
decir, entre 18 y 65 años. Autoestima baja, estrés crónico, problemas
económicos, salario menor, falta de una pareja o un trabajo insatisfactorio
son algunas de las razones de la larga lista en la que impera la ansiedad
y tristeza extrema.
Actualmente, según el estudio “Costo Social de los Trastornos Mentales”
de Pro Voz Salud Mental, un grupo de asociaciones no gubernamentales
realizado a 4,048 trabajadores del sector salud durante dos años, arroja
que las mujeres sufren casi el doble de depresión (14.4%), en
comparación con los hombres (8.9%). También, las personas que han
sufrido depresión mayor alguna vez en su vida, la presentan por periodos
mayores a dos semanas, en una edad aproximada de 24 años, con
síntomas como estado de ánimo triste o irritable, sin interés alguno,
aumento o disminución de apetito, insomnio o hipersomnio (cuando se
duerme de más), sensación de debilidad física, sentirse inútil o culpable
y pensamientos de suicidio, entre otros.
La Organización Mundial de la Salud OMS, establece que a diario se
registran 3 mil intentos de suicidios, y aunque en México aún no hay
estadísticas claras, la Secretaría de Salud estima que cada año hay hasta
14 mil intentos, sin considerar a los consumados. Uno de cada 10 intentos
es concluido, lo que coloca a México en el noveno país de muertes auto
infligidas, de una lista de 53 aproximadamente. Según la OMS, sólo un
escaso número de suicidios se producen sin aviso. La mayoría de los
suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Por consiguiente, deben
tomarse en serio todas las amenazas de autolesión.
En la última estadística de INEGI: Estadística de suicidios de los Estados
Unidos Mexicanos 2009, quedó asentado que en nuestro país se
suicidaron 5,190 personas, 4201 eran varones y 989 mujeres. La mayoría
prefirió el mes de mayo, la minoría, febrero.
Del total de personas que se quitaron la vida, 2,197 fueron solteros y
1,978 casados. Muchísimos decesos fueron en sus propias viviendas, pero
también hubo suicidios en escuelas, calles e instituciones. El medio más
utilizado para quitarse la vida es el ahorcamiento con casi 4 mil,
siguiéndole los métodos de dispararse con un arma larga y el
envenenamiento, aunque también hubo quienes preferían saltar de un
edificio o arrojarse a un vehículo.
Adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años, ocupan el primer lugar en
sectores vulnerables, en segundo lugar se ubican personas adultas y en
tercero los adultos mayores, sin embargo se ha detectado un incremento
en niños menores de 10 años. El suicidio es la única muerte que puede
ser prevenida. No se pueden prevenir todos los suicidios, pero sí la
mayoría. La OMS propone tomar varias medidas para reducir el riesgo:
 reducir el acceso a los medios para suicidarse (pesticidas,
medicamentos, armas de fuego, etc.)
 tratar a las personas con trastornos mentales, y en particular a
quienes padecen depresión, alcoholismo o esquizofrenia.
 seguimiento de los pacientes que han cometido intentos de suicidio.
El suicidio no solo acaba con la vida de una persona, atenta contra la
salud mental y emocional de todo su entorno que no pudo hacer nada
para evitarla y se quedó conjugando de por vida el verbo “hubiera”.
Planteamiento del problema
¿Qué porcentaje de alumnos padece depresión y riesgo suicida del
(CETis77) centro de estudios tecnológicos industrial y de servicios numero
77?

Justificación
El motivo por el cual se desarrolló este trabajo de investigación, es porque
se origina en el impacto de las repercusiones que la depresión ocasiona
en los adolescentes ya mencionadas en el marco teórico, es real que la
depresión ha venido acompañando al hombre a lo largo de su historia,
como una respuesta ante diferentes presiones que desarrolla durante la
vida siendo los más vulnerables en presentar episodios depresivos el
grupo de adolescentes, según confirma la organización mundial de la
salud (OMS) por eso para los sistemas de salud es importante tratarla a
tiempo, de manera que su prevención dentro de esta población se realice
tempranamente.
Por ello mismo el presente trabajo se encamina a la identificación de este
grupo de adolescentes de esta institución educativa, de las
manifestaciones y grados de depresión de forma temprana utilizando un
diseño de tipo observacional, descriptivo y transversal, en el cual se
aplicara el instrumento del test de Beck, con el fin de que el profesional
recomiende la intervenciones enfocadas a la prevención de estos
problemas de salud mental en los adolescentes que presentan depresión
leve y se realice la respectiva remisión de los casos de depresión
moderada y grave a los profesionales encargados de la institución en este
caso los orientadores escolares.
Lo cual es de gran importancia este trabajo ya que hay varios jóvenes con
problemas de depresión y con riesgo suicida, lo cual afectaría a los
jóvenes, familia, institución y sociedad en general, lo cual serviría de
forma descriptiva a identificar a los alumnos con depresión y riesgo
suicida.
Objetivo general:
 Analizar los niveles de depresión y riesgo suicida, de los
adolescentes del CETis 77.

Objetivos específicos:
 Observar y analizar el contexto escolar, para tratar de entender su
situación actual.
 Aplicar los test de depresión y riesgo suicida.
 Diagnosticar los niveles de depresión y riesgo suicida para saber
cuáles alumnos tienen problemas.
 Como propuesta ayudarlos con el taller motivacional.

Hipótesis
 Los alumnos si tienen un grado de depresión alta o riesgo suicida.

 Los alumnos no tienen depresión ni riesgo suicida.

Material y métodos
Diseño:
Este es un estudio cuantitativo, observacional ya que se obtuvieron los
datos sin realizar una intervención directa por parte de los investigadores,
descriptivo porque se estudia y detalla una situación en su condición
natural, permitiendo identificar la distribución y frecuencia de las
manifestaciones y grados de depresión en los adolescentes de la
institución educativa CETis 77 de la localidad de león, Guanajuato.
Mediante la aplicación del instrumento del inventario de Beck y
transversal porque se realizó en un momento determinado y no existe
continuidad con el tiempo.
Población:
La población estuvo constituida por los estudiantes que pertenecen a la
institución educativa CETis 77 en el turno vespertino de la localidad de
león Guanajuato, de los cuales 40 realizaron el test de depresión y los
otros 40 la de riesgo suicida, se eligieron al azar para la realización de
los test.

Muestra:
De igual manera estuvo constituida por 80 alumnos del CETis 77 del turno
vespertino de los cuales se les solicito su apoyo para realizar los test de
depresión y riesgo suicida, de los cuales tienen una edad entre 15 a 18
años de edad, el tamaño de la muestra se estimó por conveniencia ya que
los adolescentes comparten características similares como la edad y la
institución educativa a la que asisten.

Criterios de inclusión:
 Adolescentes que pertenecen a la institución educativa CETis 77.
 Aceptar voluntariamente participar y responder los test.
 Alumnos que pertenezcan al turno vespertino.

Criterios de no inclusión:
 No ser alumno de la institución educativa CETis 77.
 No pertenecer al turno vespertino.
 Que no quieran realizar los test.

Criterios de exclusión:
 Darse de baja o ser expulsado de la institución educativa.
 Cambiarse al turno matutino.
Variables Indicadores Unidades

Nivel de depresión Test de Beck 0-39

Indicador de riesgo Test de Plutchick 0-15


suicida

Instrumentos
Inventario de depresión Beck
El Inventario de Depresión de Beck (BDI, BDI-II), creado por el psiquiatra,
investigador y fundador de la Terapia Cognitiva, Aarón T. Beck, es un
cuestionario auto administrado que consta de 21 preguntas de respuesta
múltiple. Es uno de los instrumentos más comúnmente utilizados para
medir la severidad de una depresión.
Las versiones más actuales de este cuestionario pueden ser utilizadas en
personas de a partir de 13 años de edad. Está compuesto por ítems
relacionados con síntomas depresivos, como la desesperanza e
irritabilidad, cogniciones como culpa o sentimientos como estar siendo
castigado, así como síntomas físicos relacionados con la depresión (por
ejemplo, fatiga, pérdida de peso y de apetito sexual).
Existen tres versiones del BDI: la versión original, publicada en 1961, la
revisión de 1971 bajo el título de BDI-1A; y el BDI-II, publicado en 1996.
El BDI es bastante utilizado como herramienta de evaluación de la
depresión por profesionales de la salud y por investigadores en diversas
áreas. El resultado del BDI no es suficiente para realizar un diagnóstico
de depresión, se necesitan evaluaciones complementarias (entrevista
psicológica/psiquiátrica, valoración del contexto psicosocial, etc.), pero es
una herramienta útil para despistaje o chequeo.
El desarrollo del BDI ha sido muy importante para la psicología y la
psiquiatría porque ha representado una alternativa a la conceptualización
psicoanalítica de la depresión. También ha establecido un principio
seguido en su desarrollo por otros cuestionarios auto-administrados, que
los ítems pueden ser inicialmente recogidos directamente de los pacientes
y a partir de ellos sugerir teorías, que al contrario, desarrollar un
instrumento a partir de una teoría que podría no ser válida.
Este instrumento se utiliza mucho en investigación. Buscando
encontramos 3,209 artículos revisados que han utilizado este inventario
para medir la depresión, y ha sido traducido en múltiples idiomas
europeos, así como en árabe, japonés, persa y xhosa.
• Proporciona una valoración de la gravedad de la tentativa.
• La puntuación total se obtiene sumando las puntuaciones obtenidas en
los ítems.
• No existen puntos de corte propuestos.
• A mayor puntuación, mayor gravedad.
Los diferentes ítems se hallan distribuidos en 4 apartados:
• Actitud hacia la vida y la muerte (ítems 1 a 5).
• Características de la ideación o del deseo de muerte (ítems 6 a 11).
• Características del intento planeado (ítems 12 a 15).
• Actualización de la tentativa (ítems 16 a 19).
Proporciona una cuantificación de la gravedad de la ideación suicida. La
puntuación total se obtiene sumando todos los ítems. Esta puntuación
puede oscilar entre 0 y 38. No existen puntos de corte propuestos. A
mayor puntuación, mayor gravedad.
En este cuestionario aparecen varios grupos de afirmaciones. Por favor,
lea con atención cada una. A continuación, señale cuál de las afirmaciones
de cada grupo describe mejor cómo se ha sentido durante esta última
semana, incluido en el día de hoy. Si dentro de un mismo grupo, hay más
de una afirmación que considere aplicable a su caso, márquela también.
Asegúrese de leer todas las afirmaciones dentro de cada grupo antes de
efectuar la elección, (se puntuará 0-1-2-3).
Escala de riesgo suicida de Plutchick
La Escala de Riesgo Suicida fue diseñada por Plutchick con objeto de
discriminar a los pacientes suicidas de aquellos que no lo son. Está
formada por una serie de variables que otros autores han relacionado con
el suicidio. Es capaz de discriminar entre individuos normales y pacientes
psiquiátricos con ideación suicida.
• Permite discriminar entre individuos normales y pacientes con tentativas
de suicidio o con antecedentes de ellas.
• Consta de 15 ítems a los que el individuo ha de responder sí o no.
• Es un instrumento auto-aplicado.
• Cada respuesta afirmativa evalúa 1 punto y cada respuesta negativa 0
puntos.
• La puntuación total se obtiene sumando todos los ítems. Esta
puntuación puede oscilar entre 0 y 15.
Escala autoaplicada que evalúa el riesgo suicida valorando intentos
autolíticos previos, intensidad de la ideación actual, sentimientos de
depresión y desesperanza y otros aspectos relacionados con las
tentativas. La puntuación total oscila entre 0 y 15. A mayor puntuación,
mayor riesgo de suicidio. Para la versión española los autores proponen
un punto de corte de 6.
La mayoría de las escalas para la evaluación del riesgo suicida son muy
útiles como recordatorio de los factores de riesgo que se encuentran
implicados, pero su validez se limita al grupo de riesgo del que han sido
obtenidas y no superan el juicio clínico del profesional. Algunos de los
problemas que presentan las escalas de evaluación de riesgo suicida,
aplicables también a otro tipo de escalas, serían, entre otros, que los
factores que miden son factores compartidos con otras conductas
alteradas o normales; una escala obtenida en un grupo de población
específico no sería aplicable a otro, predecir sucesos futuros mediante
muy pocas variables precisaría que no hubiese otras grandes variables
que interfirieran y, por último, la aplicación individual no implica
temporalidad y no distingue entre riesgos a corto y largo plazo sino que
los mezcla
Procedimiento
1) Para la recolección de la muestra tuvo que procederse a varios pasos ya
que como es una escuela pública y es una preparatoria se tuvo que pedir
permiso a varias personas integrantes del plantel educativo, a lo cual se
procedió así:
2) Se acudió directamente al plantel del bachillerato CETis 77 ubicada en el
boulevard omega en la zona industrial delta.
3) Se solicitó primero el permiso al director de la escuela pero comentaron
que era difícil de encontrarlo, así que me mandaron con la subdirectora
y ella me dio permiso de poder aplicar los test y observaciones en el
plantel.
4) Posteriormente me mandaron al área de psicopedagogía la cual es la
encargada de esa área para pedir permiso al jefe del área de realizar las
observaciones y los test.
5) Se presentó el proyecto a realizar en la institución de forma verbal al
jefe del área psicopedagógica para solicitar la autorización respectiva.
6) Posteriormente a la aceptación de la propuesta el encargado de
orientación educativa el Lic. Francisco Arenas Reyes delego la función de
guía y acompañamiento para realizar la aplicación de los instrumentos
en el plantel de la jornada de la tarde.
7) Finalmente se acudió directamente al salón de 6 I, el cual se les explico
a los alumnos de forma breve sobre la aplicación de los test, y se hizo
entrega de los formatos del inventario de depresión de Beck y la de
riesgo suicida de Plutchick el cual fue distribuido en orden alfabético de
la lista suministrada previamente por el orientador escolar.
8) Los test se hicieron de forma guiada, realizando la lectura de cada ítem
con sus posibles opciones de respuesta y solo se continuó a la siguiente
pregunta hasta que todos hubieran respondido y así mismo se verifico
que todos tuvieran marcado una sola opción para cada ítem.
9) Para esta sesión completa se necesitó un tiempo máximo de 45 minutos.
De esta forma se realizó inicialmente la recolección de los datos para la
investigación y se continuó con el registro de los datos, para su posterior
análisis.
Ética
Para el desarrollo de la presente investigación se contó con los elementos
contenidos en este documento donde se establecieron las normas
científicas, técnicas y administrativas para la investigación, esta
investigación se consideró sin riesgo para los participantes, para lo cual
se les informo de forma verbal la descripción de los objetivos,
procedimientos, riesgos, beneficios y su autonomía para continuar o
retirarse del estudio cuando lo consideraran pertinente.

La información obtenida acerca de los participantes fue confidencial y con


fines únicamente investigativos, lo cual se garantizó la confidencialidad
de los datos personales, el investigador principal en este caso yo, les
explico de las ventajas de participar en el proyecto en un lenguaje
entendible, se respondió las preguntas que se generaran para así obtener
el consentimiento de los alumnos para poder participar en la
investigación.

En el caso de los alumnos que aceptaron participar en la investigación, la


información e identidad personal fueron mantenidos confidenciales por
todas las personas involucradas en el protocolo de investigación, el cual
la información obtenida de los alumnos solo se utilizó para fines de la
investigación.
Análisis y resultados
Para llevar a cabo el análisis de los datos del presente trabajo se utilizó el
programa de office Excel para así poder graficar los datos y obtener un
resultado sobre la aplicación de los test, con la finalidad de alcanzar los
objetivos se usó la prueba de Beck y de Plutchick, los test de depresión y
riesgo suicida respectivamente de los cuales para cada prueba o test se
evaluaron a 40 alumnos de entre 15 a 18 años, pertenecientes a la
institución educativa CETis 77 del turno vespertino.
Resultados del inventario de depresión de Beck.
No. De
alumno PTS Ausente Leve Moderado Grave Comp
1 0 1 0 0 0 Ok
2 3 1 0 0 0 Ok
3 3 1 0 0 0 Ok
4 3 1 0 0 0 Ok
5 3 1 0 0 0 Ok
6 8 0 0 1 0 Ok
7 13 0 0 1 0 Ok
8 4 1 0 0 0 Ok
9 8 0 0 1 0 Ok
10 12 0 0 1 0 Ok
11 2 1 0 0 0 Ok
12 0 1 0 0 0 Ok
13 10 0 0 1 0 Ok
14 18 0 0 0 1 Ok
15 13 0 0 1 0 Ok
16 1 1 0 0 0 Ok
17 4 1 0 0 0 Ok
18 7 0 1 0 0 Ok
19 18 0 0 0 1 Ok
20 5 0 1 0 0 Ok
21 1 1 0 0 0 Ok
22 0 1 0 0 0 Ok
23 0 1 0 0 0 Ok
24 6 0 1 0 0 Ok
25 8 0 0 1 0 Ok
26 0 1 0 0 0 Ok
27 6 0 1 0 0 Ok
28 0 1 0 0 0 Ok
29 0 1 0 0 0 Ok
No. De
alumno PTS Ausente Leve Moderado Grave Comp
30 3 1 0 0 0 Ok
31 3 1 0 0 0 Ok
32 0 1 0 0 0 Ok
33 0 1 0 0 0 Ok
34 11 0 0 1 0 Ok
35 5 0 1 0 0 Ok
36 1 1 0 0 0 Ok
37 0 1 0 0 0 Ok
38 2 1 0 0 0 Ok
39 13 0 0 1 0 Ok
40 13 0 0 1 0 Ok

Total de alumnos: 40
Alumnos riesgo mínimo: 23
Alumnos riesgo leve: 5
Alumnos riesgo moderado: 10
Alumnos riesgo grave: 2
Promedio de puntajes: 5.2
Dx Grupal Leve

Puntaje grupal escala Beck


6 5.2

4
2
0
Promedio de puntajes:

Leve
Numero de alumnos de acuerdo a
escala Beck
25 23

20

15
10
10
5
5 2

0
Alumnos riesgo Alumnos riesgo leve: Alumnos riesgo Alumnos riesgo grave:
mínimo: moderado:

Porcentaje de alumnos en riego de


depresión

5%

57%

25%

13%

Alumnos riesgo mínimo: Alumnos riesgo leve:


Alumnos riesgo moderado: Alumnos riesgo grave:

De acuerdo a las gráficas y resultados del test se puede analizar que el


grupo de alumnos evaluados tiene un promedio de depresión leve, lo cual
conlleva que 25 alumnos que es el 57% de la población presentan un
riesgo mínimo, 5 alumnos el 13% tienen riesgo leve, 10 alumnos que son
el 25% tienen un riesgo moderado de los cuales deben de ser evaluados
por un especialista para su revisión y por ultimo salieron 2 alumnos el 5%
con un riesgo grave los cuales deben de considerarse para acudir y
ayudarlos con un especialista en el tema de la depresión.
Resultados de la escala de riesgo suicida de Plutchick:

No. Si No Comp Riesgo


1 0 15 Ok 0
2 0 15 Ok 0
3 5 10 Ok 0
4 4 11 Ok 0 Total de Alumnos: 40
5 0 15 Ok 0 Alumnos en Riesgo: 2
6 0 15 Ok 0 Alumnos sin Riesgo: 38
7 2 13 Ok 0 Promedio SI: 2.1
8 0 15 Ok 0 Promedio No 12.9
9 0 15 Ok 0
10 2 13 Ok 0
11 4 11 Ok 0
12 0 15 Ok 0
13 2 13 Ok 0
14 5 10 Ok 0
15 2 13 Ok 0
16 5 10 Ok 0
17 4 11 Ok 0
18 2 13 Ok 0
19 0 15 Ok 0
20 0 15 Ok 0
21 1 14 Ok 0
22 0 15 Ok 0
23 6 9 Ok 1
24 2 13 Ok 0
25 4 11 Ok 0
26 3 12 Ok 0
27 2 13 Ok 0
28 3 12 Ok 0
29 5 10 Ok 0
30 0 15 Ok 0
31 0 15 Ok 0
32 2 13 Ok 0
33 0 15 Ok 0
34 1 14 Ok 0
35 10 5 Ok 1
36 1 14 Ok 0
37 1 14 Ok 0
38 4 11 Ok 0
39 2 13 Ok 0
40 0 15 Ok 0
Promedio de respuestas de escala plutick
14.0 12.9
12.0
10.0
8.0
6.0
4.0
2.1
2.0
0.0
Promedio SI: Promedio No

Riesgo Suicida

Porcentaje de Alumnos de riesgo


suicida

Como se puede observar en las gráficas y los resultados que arrogaron


los test, se puede analizar que el 95% que son 38 alumnos, no presentan
un riesgo de pensamiento suicida, pero el 5% faltante que son 2 alumnos
si presentan un riesgo suicida que son el alumno número 23 y el 35, a los
que debe de apoyar la institución con un profesional respecto a su
condición mental, de hecho es el mismo 5% los 2 alumnos que presentan
depresión grave, esto quiere decir que la depresión en los adolescentes
los puede llevar al suicidio.
Discusión
Los resultados obtenidos en la presente investigación destacan, en cuanto
a las características generales de los sujetos, de los cuales como se
observan en las gráficas que hay alumnos con depresión y con riesgo
suicida a causa de la misma, los cuales se tomaran a los alumnos que
salieron con resultados en depresión leve, moderada y grave en el test de
depresión de Beck, también se tomaran a los alumnos que si salieron con
riesgo suicida en el inventario de Plutchick. Estos alumnos se presentaran
en el taller educativo sobre la depresión, en donde les ayudara a todos
los alumnos a salir de este problema y erradicar el riesgo suicida que
padecen.
Los resultados de este estudio corroboraron la hipótesis de que los
adolescentes del CETis 77 si tienen los síntomas de depresión. Es
importante destacar estos resultados, ya que los hallazgos encontrados
en otros estudios mencionan que las situaciones negativas que se viven
en familia, así como las interacciones conflictivas, tienen una fuerte
asociación con la depresión, como la tienen la muerte temprana o
separación de los padres.
Lo cual también se considera que existen otros factores de tipo
psicológico, social, biológico y genético que se asocian a la sintomatología
depresiva, por lo que se le considera como un trastorno multicausal.
También en la depresión derivan varios factores como: sociales,
familiares, escolares, de pareja, salud y económicos. De los cuales se
asocian a los síntomas de depresión, lo cual debería considerarse en el
diseño de programas preventivos y en la atención clínica.
Por último, se pueden señalar algunas limitaciones del estudio. En primer
lugar, por tratarse de un estudio transversal el diseño no nos permite
inferir temporalidad. En segundo lugar, en futuras investigaciones habrá
que considerar la variable edad, con el fin de que nos permita una mayor
comprensión de su relación con la depresión dado que en la presente
investigación no tuvo ningún efecto. Asimismo, la investigación realizada
nos permite proponer la necesidad de continuar probando modelos
teóricos a fin de poder explicar la influencia de otras variables psicológicas
sobre la depresión en los adolescentes.
A continuación se presentara como sería el taller impartido como
propuesta pedagógica para la erradicación de la problemática de esta
investigación:

Propuesta: taller motivacional.


Objetivo General: Que al finalizar el taller los asistentes puedan identificar
los signos y síntomas de la depresión, así como contar con los recursos
para saber cómo reconocerla, prevenirla y de ser necesario, canalizarla al
personal y/o institución especializada en la materia de Salud Mental.
Sesión 1
Constancia asistencia.
Presentación:
Que la población conozca al personal técnico el cual impartirá el taller de
Depresión, y se presenten todos ante el grupo. (10 minutos).
Origen, afecciones y alteraciones:
Que los participantes conozcan las diferentes circunstancias que pueden
generar una situación de depresión, así como las alteraciones a nivel
cognitivo y conductual, lo cual que repercutirá en los ámbitos: personal,
familiar, social y laboral. (20 minutos).
Cierre:
Retroalimentar la sesión con los resultados obtenidos por cada uno de
ellos de manera anónima del test realizado antes del taller. Se acuerda
cita para la siguiente sesión (10 minutos).

Sesión 2
Registro de participantes: Constancia asistencia.
Retroalimentación:
Que el grupo retome el tema y la importancia que para ellos resulto lo
visto en la sesión pasada.
-¿de qué me di cuenta?
-¿Qué aprendí?
10 minutos.
Factores de riesgo:
Que el grupo de participantes identifique y reconozca los factores de
riesgo individual familiar y social, que pueden desencadenar una
depresión.
15 minutos.
Dinámica de colash:
En formación de sub-grupos de 10 personas y mediante imágenes
recortadas de revista elaboraran y expondrán ante el grupo dichos
factores de riesgo.
20 minutos.
Cierre:
Retroalimentar la sesión con los resultados, se acuerda cita para la
siguiente sesión.
10 minutos.
Sesión 3
Constancia asistencia
5 minutos.
Retroalimentación:
Que el grupo retome el tema y la importancia que para ellos resulto lo
visto en la sesión pasada.
-¿de qué me di cuenta?
-¿que aprendí?
5 minutos.
Factores de protección:
Que el grupo de participantes identifique y reconozca los factores de
protección, que pueden favorecer en su salud mental a nivel, individual,
de pareja, familiar y social.
10 minutos.
Objetivo: Que el grupo de participantes, mediante los elementos
revisados encuentren sus recursos de las distintas situaciones y/o
circunstancias individuales, familiares y sociales que favorezcan para
generar una estabilidad emocional y afectiva en la(s) personas que
puedan padecer algún episodio depresivo.
Juego de roles:
¿Qué pasaría si me pusiera en el lugar de otro? ¿Qué pasaría si el chico
más popular de la clase tuviera que interpretar el papel de su compañero
que sufre bullying y no es aceptado por los demás? ¿Qué pasaría si
durante 10 minutos la chica que tiene problemas de obesidad se
convirtiera en una líder en positivo? ¿Qué pasaría si el niño que saca malas
notas pasara a ser el que tiene los mejores resultados académicos? Todo
esto puede pasar en un juego de rol.
La temática a tratar puede ser diversa, desde problemáticas familiares
como la incomprensión entre padres e hijos, o cuestiones de género como
el papel de una mujer en la sociedad, o afectivas como los sentimientos
de un niño que se siente excluido en la clase. Normalmente se plantea
una historia inicial, a cada uno de los participantes se les reparte una hoja
con la explicación del rol que tienen que interpretar, es aquí donde el
educador tiene que ser ávido e intentar distribuir las hojas de manera que
cada persona tenga un papel muy contrario del que podría tener en la
vida real.
Cada participante estudia su papel y luego lo tiene que interpretar y seguir
a pies juntillas. Si en la hoja dice que uno es tímido, tiene que mostrarse
como tal, aunque sea en realidad la persona más extrovertida. A través
del juego se intenta buscar un acuerdo de las partes, pero lo más
interesante es, al final, hacer un debate abierto sobre cómo se ha sentido
cada participante. Además, se debe reflexionar sobre el porqué de la
dinámica y sacar conclusiones.
Cierre:
Retroalimentar la sesión mediante la evaluación del taller por parte del
grupo participante.
Objetivo: Que los integrantes del grupo participante a través de sus
comentarios escritos permita conocer los alcances, logros y limitaciones,
para la posibilidad de mejora del Taller de Depresión.
Retroalimentación del taller mediante una evaluación escrita por parte de
los integrantes del grupo participante, en la que puedan expresar
abiertamente lo que deseen.
Conclusión

Debido a que la presencia de sintomatología depresiva en los adolescentes


ocasiona problemas en el rendimiento del individuo en el ámbito social,
familiar, escolar, etc. puede ser que la manifestación de la sintomatología
depresiva sea diferente en hombres y mujeres, acerca de que la forma en
la que están hechas las escalas para medir depresión, se les da mayor
importancia a la manifestación de conductas emotivas, que son
expresadas y reconocidas con más facilidad por la población femenina, y
no se incluyen reactivos que midan el tipo de manifestación o desahogo
emocional de los hombres.

De esta manera se contribuye con estos resultados al diagnóstico de esta


problemática, su identificación y a las características de presentación de
la misma, dentro de la institución del centro educativo tecnológico
industrial y de servicio número 77. Es de vital importancia tener en cuenta
los factores que inciden en el desarrollo de las manifestaciones y grados
de depresión, en el momento de identificar precozmente este problema
de salud mental, por medio de las diferentes herramientas, para este caso
el inventario de depresión de Beck, que nos permitan determinar cuáles
son los adolescentes en eminente riesgo de sufrir depresión y que conlleve
posteriormente a desencadenar situaciones fatales, como el suicidio.

Al respecto, en una investigación realizada por (González y Cols, 1998),


Con población estudiantil de nivel medio y medio superior de la Ciudad de
Pachuca, Hidalgo., se relacionó el intento suicida con el malestar
emocional y el uso de sustancias, se encontró que la sintomatología
depresiva y la ideación suicida fueron más altas en los varones que alguna
vez trataron de quitarse la vida, aun comparándolos con las mujeres con
intento suicida. Estos resultados permiten considerar que la problemática
de la depresión atañe también a los hombres, como un importante factor
asociado a la ideación suicida y al consumo de drogas.
De manera que, indican las autoras, en general los hombres cuando
intentan el suicidio lo consuman con mayor frecuencia que las mujeres ya
que posiblemente, lo hacen bajo un malestar depresivo más profundo, y
por ello, utilizan métodos más drásticos y efectivos para suicidarse, por
lo que las mujeres aunque intentan el suicidio con mayor frecuencia, pero
con métodos menos letales, lo consuman en menor proporción que los
hombres.

A partir de esta consideración se puede ver que el suicidio, una variable


aquí no considerada, es una de las consecuencias más severas de la
depresión, por lo que sería conveniente realizar investigaciones donde se
relacione el malestar depresivo y la ideación suicida de acuerdo a las
características de los sujetos, como el ambiente familiar, nivel
socioeconómico, nivel de escolaridad, relación con el grupo de pares, etc.

En conclusión, se puede señalar que a mayor nivel de malestar depresivo


es más factible que se inicie una mala conducta que además de afectar a
nivel físico y emocional al individuo, puede alterar hasta lograr deteriorar
el entorno en que se desarrolla, tanto en el entorno familiar, social y en
el entorno académico. Sería conveniente entonces, realizar
investigaciones donde se analice esta correlación, a fin de conocer las
diferencias cuando la depresión es leve o grave, de tal manera que se
pueda prevenir las diferentes consecuencias, o en su caso, evitar que el
individuo llegue incluso al suicidio.

Es por eso que yo pienso que deben evaluarse las estrategias de


intervención desde una perspectiva interdisciplinar e interinstitucional,
para obtener los resultados de impacto en el manejo de la depresión en
los adolescentes. Por eso es necesario medir los diversos factores que
inciden en el desarrollo de las manifestaciones y grados de depresión,
para identificar precozmente este problema mental, por medio de las
diferentes herramientas psicométricas.
Es primordial determinar en distintas poblaciones cuales son los
adolescentes en eminente riesgo de sufrir depresión con el fin de realizar
la respectiva intervención a la población determinada puesto que no todas
las poblaciones pueden ser generalizadas.

Es necesario tener en cuenta que los resultados obtenidos de la asociación


entre las respuestas del inventario de Beck y la de riesgo suicida de
Plutchick sugieren una valoración del entorno en el que se desarrolla este
grupo de adolescentes ya que de su contexto surgen ciertos factores que
están influyendo en el desarrolla de algún nivel de depresión, los cuales
necesitan un horizonte de investigación mayor, quizás con la ayuda de
otras herramientas de evaluación, con el fin de dar una intervención
acertada a las necesidades de este grupo.

Se observó además que es de vital importancia que los estudiantes


mantengan su salud mental ya que los procesos cognitivos en la
personalidad de los adolescentes son un elemento importante para la
consolidación del lenguaje y el desarrollo del pensamiento. Piaget
menciona a la percepción, la memoria, la atención, la concentración y el
pensamiento formal, estos procesos cognitivos garantizan los saberes,
destrezas y habilidades del alumno, tienen una gran incidencia y
representan una condición necesaria en los resultados escolares.

Los recursos cognitivos son indispensables para un nuevo aprendizaje que


se relacione directamente con las demandas de las distintas metas
educativas y la depresión no permite a los adolescentes que dichos
procesos se ejecuten de forma adecuada lo cual se verá reflejado en
situaciones como el rendimiento académico, la deserción escolar y en
casos graves llegar hasta el suicidio.
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