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Consecuencias
de la modernidad
Versión española
de Ana Lizón Ramón
Alianza
Editorial
Título original: The Consequences ofhíodernity. Esta obra ha sido
publicada por primera vez en el Reino Unido por Politv Press
en colaboración con Basil Blackwell 1990
Prefacio 13
SECCION I
Introducción........................................................................................ 15
Las discontinuidades de la modernidad........................................ 17
Seguridad y peligro, fiabilidad y riesgo........................................ 20
Sociología y modernidad.........
ÍO
Fiabilidad..................................
La índole reflexiva de la modernidad............................................ 44
¿Modernidad o postmodernidad?................................................... 52
Resumen............................................................................................... fS
SECCION II
SECCION III
Fiabilidad y modernidad.................................................................. 81
Fiabilidad de los sistemas abstractos............................................. 84
Fiabilidad y competencia................................................................ 88
SECCION IV
SECCION V
SECCION VI
Figuras
Cuadros
9
¿ Q u é pasaría s¡ este p r e se n te fuera la últim a noche del m u n d o ?
Cuando descubrimos que existen varias culturas en vez de una sola, y con
secuentemente, cuando nos damos cuenta de que hemos llegado al fina! de
una especie de monopolio cultural, bien sea ilusorio o real, nos sentimos
amenazados por nuestro propio descubrimiento. Repentinamente, se hace
posible la existencia de otros y que nosotros mismos somos un «otro» entre
los otros. Cuando desaparece todo significado y meta, se hace posible vagar
a través de las civilizaciones como si fueran vestigios o ruinas. La humanidad
entera se convierte en un museo imaginario: ¿Dónde iremos el próximo fin
de semana, visitaremos las ruinas de Angkor o daremos un paseo por el
Tívoii de Copenh.3ge?
M is io n a de! ¡lem po. Madrid, Alianza Editorial, 1V92. traductor Migue! C'rtuñu.
!1
P R E F A C IO
13
SECCION I
Introducción
Anthony Giddens. The Sation Suie and Vioiencc (Cambridiic, Inglaterra: Po-
i !•-\ . 1VS5 ,.
1? Anthony Giddens
Sociología y modernidad
1,11 l'.ihiim . The Sna.il Svsu-m (Giaicoe. III.: I ra- Press. 1951).
26 Anthony Giddens
Desanclaje
Kar! Marx, Grunansse (Harmondsworth: Penguin, 1973). pp. MI, 145, 166-67.
Gcorg Simmel, The Phiiosophy of Moncy (Londres: Routledgc, 1978).
34 Anthony Giddcns
dice León Walras, «ei dinero no existe» !S. Keynes empieza por dis
tinguir entre el dinero-en-cuenta y dinero-propiamente-dicho 19. En
esta primera forma, dinero se identifica con deuda. El denominado
«dinero-mercancía», es el primer paso en el camino de la transfor
mación de la economía de trueque en una monetaria. Una transición
elemental se inicia cuando los reconocimientos de deudas pueden
substituirse por mercancías en el pago de transacciones. Ese «espon
táneo reconocimiento de deuda» puede ser emitido por cualquier
banco y representa «dinero bancario». El dinero bancario es el re
conocimiento de una deuda privada, hasta que llega a ser amplia
mente difundido. Tal movimiento hacia el dinero propiamente dicho
implica la intervención del estado como garante del valor. Sólo el
estado (que aquí quiere decir el moderno estado nacional), es capaz
de transformar las transacciones de deuda privada en medios estan
darizados de pago; en otras palabras, es capaz de conseguir el equi
librio entre la deuda y el crédito en lo que respecta a un infinito
número de transacciones.
El dinero en su forma desarrollada se define ante todo en térmi
nos de crédito y deuda allí donde ésas se refieren a una pluralidad
de intercambios ampliamente extendidos. Y ésta es la razón por la
cual Keynes relaciona estrechamente el dinero con el tiempo El
dinero es un medio de prórroga que provee los medios para conectar
el crédito y la deuda en las circunstancias en las que el intercambio
inmediato de productos es imposible. Podemos decir que el dinero
es una manera de abrir un paréntesis en el tiempo, liberando de esta
forma las transacciones de un particular medio de intercambio. Para
decirlo más exactamente en los términos ya introducidos, el dinero
es nn medio de distanciamienio entre tiempo y espacio. El dinero
permite la verificación de transacciones entre agentes ampliamente
separados en tiempo y espacio. Simmel caracterizó bien las implica
ciones espaciales del dinero al afirmar que:
León Wairas. ticmcr.ií oí Ture Economía (Londres: Alien and Umvin. >965
j. M. kevnes. .4 Trcansc on Moncy (Londres: Macrmlian. 1930).
Ycase Alvaro Cencim. Monai. bicorne and Time (Londres: Pinne. 19SS*.
Consecuencias de ía modernidad 35
*■ Como se verá más adelante, el autor hace una distinción entre los término-
ingleses trust y confidente. Aquí se traducirán por fiabilidad y confianza; y en alguna
ocasiones, trust se traducirá por confianza. (N. del T.)
Consecuencias de la modernidad 37
Fiabilidad
= La palabra «risk» (riesgo) parece haber llegado al inglés por vía del español. rr
el siglo xvil, y probablemente a través de un término náutico que significa encontré
peligro o chocar contra un risco.
Luhmann. -Famüiarity-, p. 97.
Consecuencias de la modernidad 41
'■ Diego Camben;-: * C.:r: \\ c l >;<>; irm :'-- cr. Gambetia. Trust. Véase lambicm
v: importante articulo ó t j o n n D u n n . *• i n o : .v-.c, Poiiuc.u n gc?.'n -, en ti mism o texto.
^-~nsecuencias de ¡a modernidad
¿Modernidad o postmodernidad?
que supuestamente sucede hoy, ¿cómo es posible que vislumbrara el dogma y se separaría de la esfera de la razón, que es la que en
esto hace casi un siglo? ¿Cómo pudo Nietzsche marcar tal hito sin primer lugar determina su validez. Aunque algunos consideraron la
•—como abiertamente admitió— , hacer nada más que revelar las pre evidencia de nuestros sentidos como la información más segura que
suposiciones ocultas de la Ilustración? podemos obtener, ya desde los primeros pensadores ilustrados, se
Resulta difícil resistirse a la conclusión de que la ruptura con sabe muy bien que en principio, tal «evidencia» está siempre bajo
fur.damentación representa la línea divisoria en el pensamiento filo sospecha. Los datos sensoriales jamás podrían proveer de una base
sófico, que remonta su origen de mediados a finales del siglo dieci totalmente segura para las pretensiones de conocimiento. Dada la
nueve. Pero ciertamente nene sentido veria como un intento de «la conciencia que se tiene hoy en día de que la observación sensorial
modernidad empezando a comprenderse a sí misma», y no como un está impregnada de categorías teóricas, el pensamiento filosófico, en
intento de superar la modernidad como tal j6. Podemos interpretar su mayoría, ha roto las ligaduras del empirismo. Más aún, desde
esto en términos de lo que denominaremos «visiones providencia Nietzsche estamos más intensamente convencidos, tanto de la circu-
les». No hay que olvidar que la Ilustración, y en general la cultura laridad de la razón, como de las problemáticas relaciones que existen
occidental, surgieron de un contexto religioso que hacía hincapié en entre el conocimiento y el poder.
la teleología y en el logro de la gracia divina. La divina providencia Esas tendencias, más que llevarnos «más allá de la modernidad»,
ha sido por mucho tiempo la idea orientadora del pensamiento cris nos proporcionan una mayor comprensión de la índole reflexiva de
tiano; sin esas orientaciones precedentes, en primer lugar, diiícilmen- la misma. La modernidad no es sólo inquietante por el hecho de la
te hubiera sido posible la Ilustración. No es sorprendente que la circularidad de la razón sino porque en última instancia, la natura
defensa de la razón liberada de ataduras sólo remodelara las ideas de leza de esa misma circularidad es enigmática. ¿Cómo justificar nues
lo providencial en lugar de sustituirlas. Un tipo de certeza (la ley- tro compromiso con la razón en nombre ae la razón.' Paradójica
divina) se reemplazó por otro (la certeza en nuestros sentidos, la mente, fueron los positivistas lógicos quienes se lanzaron sobre esa
certeza de la observación empírica), y la divina providencia se reem cuestión más directamente como resultado de la minuciosidad con
plazó por el progreso providencial. Más aún, la idea providencial de que acometieron la labor de despojar ai pensamiento racional de
la razón, coincidió con el auge del dominio europeo sobre el resto todo residuo de tradición o dogma. El núcleo de la modernidad
del mundo. El crecimiento del poder europeo suministró, por de resulta enigmático y no parece haber forma de resolver este enigma.
cirlo así, el apoyo material para la pretensión de que la nueva visión Encontramos interrogantes donde una vez parecía haber respuestas,
del mundo se asentaba sobre una sólida base que, al mismo tiempo v argumentarse posteriormente que no son sólo ios filósoíos los que
que proporcionaba seguridad, ofrecía la emancipación del dogma de se dan cuenta de ello; existe una conciencia generalizada del fenó
la tradición. meno que se filtra en la ansiedad que presiona a cada uno de nosotros.
Sin embargo, las semillas del nihilismo estuvieron desde un prin La postmodernidad ha sido asociada no sólo con el final de la
cipio en el pensamiento ilustrado. Aunque la esfera de la razón que iundamentación, sino con el «final de la historia». Como ¿ya me ne
da completamente liberada, ningún conocimiento puede descansar reíendo a ello antes, no hay necesidad de ofrecer una detallada dis
sobre una fundamentación incuestionable porque, incluso la más fir cusión aquí. La «historia» no posee forma intrínseca ni teleología
memente sostenida de las nociones, sólo puede ser tomada «en prin lotal. Se puede escribir una variedad de historias y no pueaen fijarse
cipio» o «hasta posterior aviso», va que de otra manera recaería en por referencia a un punto de Arquímedes (como la idea de que la
Historia posee una dirección evolutiva). Historia no puede equipa
rarse a ••historicidad» va que la segunda está ligaGa distmus ámente
Existen muchas discusiones sobre la cuestión ce si la pesimedernidad puede
verse como una simple extensión de in modernidad. Par?, una primera aproximación
a ¡as condiciones de modernidad, hi materialismo histórico cíe Marx
al tema, véase Frank Kermodc, • Moaemisnis» en sus Conunuincs (Londres: Roui- ¡Gentílica erróneamente la una con la otra y con ello, no sólo atri
ledge. 196S). Para posteriores discusiones véase las contribuciones de Ha! Foster. buye una ialsa unidad al desarrollo histórico sino que también ira-
coord., Postmodcn: Culture ¡Londres: Pinto. 1983;. casa al intentar discernir adecuadamente las especiales ear.ictensnc.V'
56 Anthony Giddens
Resumen
60
Consecuencias de la modernidad 61
en los que los precios son las señales para los inversores, los pro
ductores y los consumidores indistintamente.
Por otro lado, la característica principal del industrialismo, es la
udlización de fuentes inanimadas de energía material en la produc
ción de artículos, asociada al papel central de la maquinaria en el
proceso de producción. Una «máquina» puede definirse como un
artefacto que efectúa determinadas series de tareas empleando esas
fuentes de energía como medio para su funcionamiento. El indus
trialismo presupone la organización social regularizada de la produc
ción que coordina la actividad humana, las máquinas y las entradas
v salidas de materias primas y productos. Pero el industrialismo no
debería entenderse de una manera restringida como su origen en la
«revolución industrial» nos llevaría a pensar. Esa frase, «la revolu
ción industrial», conjura una serie de imágenes llenas de carbón,
vapor y una enorme maquinaria pesada produciendo un sonido me
tálico que retumba en sucios talleres y fábricas. N o menos que a
dichas situaciones, la noción de industrialismo hace referencia a es
cenarios de alta tecnología donde la electricidad es la única fuente
de energía y los microcircuitos electrónicos los únicos dispositivos
mecanizados. El industrialismo además, afecta no sólo al centro de
trabajo sino también al transpone, las comunicaciones y la vida do
méstica.
Podemos reconocer las sociedades capitalistas como un subtipo
distinto de las sociedades modernas en general. Una sociedad capi
talista es un sistema que muestra un número de específicos rasgos
insutucionales y el primero de ellos, es que su orden económico
encierra las características anotadas más arriba. La naturaleza fuer
temente competitiva y expansiva de la empresa capitalista hace que
11 innovación tecnológica tienda a ser tan constante como penetran
te. La segunda característica a destacar es que la economía está muy
°eterminada o «aislada» de otros campos, especialmente de las ins
c c io n e s políticas. Dadas las altas tasas de innovación en la esfera
económica, las relaciones económicas tienen una considerable in-
“Uencia sobre otras instituciones. El tercer rasgo es que el aislamien-
ue la política y la economía (que toma muchas y variadas formas),
* iunda en la preeminencia de la propiedad privada de los medios
00 producción. (Propiedad privada no se refiere aquí necesariamente
1 Unción empresarial individual, sino a la extendida titularidad
P''\aca las inversiones.) La propiedad de capital está directamente
'O'Ja al fenómeno de «desposeimiento» (propertylessness), esto es,
Anthony Giádcns
Vigilancia
(Contro! de información
y supervisión social)
Industrialismo y
(Transformación de la naturaleza:
Desarrollo de un
«entorno creado*)
La mundialización de la modernidad
¡ cación de las relaciones sociales en todo el mundo por las que se Dos enfoques teóricos
enlazan lugares lejanos, de tal manera que los acontecimientos loca
les están configurados por a c o n te c im je n to ^ u ^ o c u n ^ ^ Apane del trabajo de Marshall McLuhan y algunos otros auto
l-ilA-mprrot He distancia o viceversa jE ite e s un proceso dialéctico res, las discusiones sobre la mundialización tienden a plantearse en
puesto que esos acontecimientos locales pueden moverse en irec dos cuerpos de literatura muy distintos entre sí. Lino de ellos es la
ción inversa a las distantes relaciones que les dieron forma. La trans obra sobre relaciones internacionales, y el otro concierne a la «teoría
formación local es pane de la mundialización y de la extensión lateral del sistema mundial» asociada particularmente a Immanuel Wallers-
'de las conexiones a través del tiempo y espacio. Así, quien estudie tein, que se mantiene muy cercana a la postura marxista.
las ciudades actuales en cualquier lugar del mundo, sabe que lo que Las teorías sobre relaciones internacionales normalmente centran
sucede en un barrio local seguramente ha sido influenciado por otros su atención sobre el desarrollo del sistema del estado nacional, ana
factores —como pueden ser la economía mundial o los mercados de lizando su origen en Europa y su posterior extensión al mundo
productos— que operan a una distancia indefinida lejos del Darno entero. Tratan a los estados nacionales como si fueran «actores» que
en cuestión. El resultado no es necesariamente, ni siquiera corrien se relacionan entre sí en el campo internacional o con otras organi
temente, un generalizado conjunto de cambios que actúan en direc zaciones de índole transnacional (organizaciones intergubemamen-
ción uniforme, al contrario, en muchas ocasiones, consiste en ten tales o actores no estatales). Aunque distintas posiciones teóricas
dencias mutuamente opuestas. La creciente prosperidad del area ur están representadas en este cuerpo de literatura, la mayoría de los
bana de Singapur podría estar causalmente relacionada, a través de autores pintan un cuadro similar al analizar el crecimiento de la
una complicada red de conexiones económicas mundiales, al empo mundialización 43. Se asume que los estados soberanos surgieron en
brecimiento de un barrio de Pittsburgh, cuyos productos locales no un comienzo como entidades separadas que ejercían dentro de sus
son competitivos en los mercados mundiales. fronteras un más o menos completo control administrativo. A me
Otro ejemplo de los muchos que podrían ofrecerse, es el auge dida que el sistema de estados europeo va madurando y se convierte
de los nacionalismos locales, tanto en Europa como en muchos otros en un sistema mundial de estados nacionales, las pautas de interde
lugares del mundo. El desarrollo de las relaciones sociales mundiales, pendencia, van desarrollándose crecientemente. Esto se expresa no
probablemente sirve para disminuir algunos aspectos de los senti sólo en los vínculos que forman los estados entre sí en el campo
mientos nacionalistas vinculados a los estados nacionales (o a algu internacional, sino en el crecimiento de organizaciones interguber
nos estados), pero también puede estar causalmente implicado en a namentales. Esos procesos marcan un movimiento global hacia «un
intensificación de sentimientos nacionalistas más localizados. Dentro solo mundo», independientemente de que sean continuamente frac
de las circunstancias de acelerada mundialización, el estado naciona turados por la guerra. Se dice que los estados nacionales están per
se ha hecho «demasiado pequeño para abordar los grandes proble diendo progresivamente soberanía, en el sentido de pérdida de con
mas de la vida y demasiado grande para los pequeños problemas de trol sobre sus propios asuntos, aunque hoy pocos prevean el surgi
la vida» 42. Al mismo tiempo que las relaciones sociales se extienden miento del «estado mundial» en un futuro próximo como una pers
lateralmente, y como parte del mismo proceso, observamos a m pectiva real, tal como predijeron algunos a primeros de siglo.
tensificación de las presiones que reivindican la autonomíaJocaH Si bien este enfoque no es totalmente erróneo, sí que sugiere
la identidad cultural regional. 4*Runas importantes objeciones. La primera, una vez más, es que
kjio cubre una dimensión general de lo que es la mundialización, en
manera en que deseo utilizar aquí este concepto: la coordinación
internacional de los estados. El tomar a los estados como actores es
yr Anthony Giddcr.s
países capitalistas es más difícil hoy que antes, manejar sus econo
mías, dada la creciente aceleración de la interdependencia económica
mundial. Seguramente aquí radica una de las principales razones del
actual declive del impacto de las políticas económicas keynesianas
aplicadas en el nivel de las economías nacionales.
Uno de los principales rasgos de las implicaciones globalizantes
de la industrialización es la difusión mundial de la maquinaria tec
nológica. El impacto del industrialismo, no está simplemente limi
tado a la estera de la producción, sino que afecta muchos aspectos
de la vida cotidiana y ejerce también una decisiva influencia sobre
el carácter genérico de la interacción humana con el entorno material.
Incluso en aquellos estados que permanecen esencialmente agra
rios, la tecnología moderna es frecuentemente aplicada de tal manera
que altera substancialmente las relaciones preexistentes entre la or
ganización social humana y ei medio ambiente. Esto es cierto, por
ejemplo, en ei uso de iertiiizantes u otros métodos artificiales de
agricultura; en la introducción ae maquinaria agrícola, y en tantos
otros factores. La difusión del industrialismo ha creado «un mundo»'
en un sentido aún más negativo y amenazante del que termino de
nombrar, «un mundo» en el que existen cambios ecológicos reales
y potenciales tan nefastos que afectan a todos ios habitantes del
planeta. Y sin embargo, el industrialismo, también ha condicionado
decisivamente nuestra misma conciencia de vivir en «un solo mun
do», puesto que uno de los más importantes efectos del industria
lismo ha sido la transformación de las tecnologías de la comunicación.
Estos comentarios nos llevan a un aspecto más profundo de la
mundialización que descansa tras cada una de las dimensiones ins
titucionales que he nombrado, y al que podemos referirnos como
mundialización cultural. Las tecnologías mecanizadas de la comuni
cación han influido profundamente en todos los aspectos de la mun
dialización desde la temprana introducción de la imprenta en Euro
pa, y forma un elemento esencial de la reílexividad de la modernidad
y de las discontinuidades que han arrancado al mundo moderno del
tradicional.
El impacto giobalizador de los medios de comunicación fue pues
to de relieve por muchos autores durante ei primer período de cre
cimiento en la circulación masiva de la prensa escrita. Así, un co
mentarista, en 1S92. escribe que como efecto de los periódicos mo
dernos, el habitante de una aldea local tiene una mayor comprensión
de los acontecimientos contemporáneos de la que pudiera tener un
ConsKuenc' as ae la modernidad 79
primer ministro cien años atrás.' El aldeano que lee un periódico «se
interesa simultáneamente por la cuestión de la revolución en Chile,
una guerra tribal en el este de Africa, una masacre en el norte de China
o una hambruna en Rusia» 49.
Lo que hay que resaltar aquí no es el hecho de que la gente sepa
de muchos acontecimientos que tienen lugar en todo el mundo, acon
tecimientos de los que antes hubiera permanecido ignorante; lo ver
daderamente importante, es que la extensión global de las institu
ciones de la modernidad hubiera sido imposible si no se hubiera
aunado ei conocimiento que está representado por las «noticias».
Esto resulta quizás menos evidente en el plano de los conocimientos
de cultura general que en contextos más concretos; por ejemplo, el
actual mercado monetario mundial, implica un directo y simultáneo
acceso a información unificada por parte de personas que espacial
mente están tremendamente separadas unas de otras.
SO
Consecuencias de la modernidad SI
Fiabilidad y modernidad
y Georg Simmel, «The Stranger• en Soaoiogy (Glencoe 111.: Frec Press, 1969).
Ciic UrTibién Alíred Schutz, .The Stranger: Ar. Essay in Social P:\choiugy *, Ame-
'Xao Journal oí Soaoiogy 49 (1944 !.
S2 Anthony Gidden* Consecuencias de la modernidad
Ls variedad de encuentros que conforman la vida cotidiana den puede andar depnsa con la vista constantemente puesta hacia ade
tro de ios anónimos escenarios de la actividad social moderna, está lante. o mirando furtivamente; pero en cualquier caso, eludiendo ei
sustentando, en primer lugar, por lo que Gofíman llama la «desa contacto ocular con otros transeúntes. La carencia de una fiabilidad
tención cortés» :’1. El fenómeno exige un complejo manejo y habili elemental sobre las posibles intenciones de los otros, lleva a ia per
dad por parte de quienes lo exhiben, incluso aun cuando parezca sona a evitar encontrarse con la mirada de alguno, ya que esto podría
que s-óio implica pequeños guiños y señales. Dos personas se apro precipitar un encuentro potencialmente hostil.
ximan y pasan una al lado de la otra en la acera de una ciudad. ¿Qué La desatención cortés representa el tipo más básico de los com
podría ser más trivial y menos interesante? Una cosa así puede ocu promisos de presencia que se dan en los encuentros con extraños en
rrir millones de veces al día en una determinada área urbana. Sin ¡as circunstancias de modernidad. No sólo implica la utilización de!
embargo, algo está sucediendo mientras esto ocurre, algo que enlaza rostro en sí mismo, sino también el empleo sutil de ia postura v
aspeaos aparentemente insignificantes de comportamiento corporal posición corporal que emite el mensaje: «Puedes fiarte de mis inten
con algunos de los más destacados rasgos de la modernidad, puesto ciones puesto que no son hostiles»; mensaje que se va emitiendo por
que la desatención mostrada no es indiferencia, muv al contrario, es la calle, en los edificios públicos, en los trenes y autobuses, o en
una demostración cuidadosamente dirigida de lo que podríamos de reuniones ceremoniales, fiestas, u otras reuniones. La desatención
nominar distanciamiento cortés. Mientras las dos personas avanzan cortés es a ia fiabilidad como un «ruido de fondo» que no se escucha
a su encuentro, cada una de ellas escruta e! rostro de la otra, vol como una deslabazada colección de sonidos, sino como ritmos so
viendo la cara hacia el otro lado en ei momento en que se cruzan, ciales cuidadosamente reprimidos y controlados. Es también carac
eso que Gofíman llama una mutua «bajada de luces». La mirada terística de lo que Gofíman denomina ia «interacción focalizada».
concede el reconocimiento del otro como agente v como potencial Pero los mecanismos de la interacción focalizada o encuentros,
conocimiento. Manteniendo brevemente la mirada en el otro y mi son muy diferentes. Los encuentros, ya sean con extraños, conoci
rando luego hacia adelante cuando cada uno pasa al lado del otro, dos o íntimos, implican también prácticas generalizadas que van uni
iguala esa actitud a la de ia tranquilidad que implica la ausencia de das a ia sustentación de la fiabilidad. La transición que va desde la
intenciones hostiles. desatención cortés a la apertura de un encuentro, tal como ha indi
El mismo hecho de mantener la actitud de desatención cortés, cado Gofíman, está cargada de posibilidades adversas para cada una
parece ser la presunción de la fiabilidad que se supone en los en de las personas implicadas. La fiabilidad básica que presupone cual
cuentros periódicos con extraños en lugares públicos. La importan quier inicio de encuentro, tiende a ser sancionada por la prescripción
cia ae esa suposición queda de relieve precisamente en las circuns de una «credibilidad establecida» y/o por el mantenimiento de sim
tancias en las que esa actitud está ausente o fracturada. Por ejemplo, ples rituales informales, de nuevo, de naturaleza compleja. Los en
la «mirada de odio» que como apunta Gofíman, fue la que los blan cuentros con extraños o conocidos, con gente a la que una persona
cos acostumbraban dirigir a los negros en el sur de los Estados Ha visto antes, pero no conoce bien, implican el equilibrio entre
Unidos, al encontrarse en lugares públicos, era un reflejo de rechazo habilidad, tacto y poder. Tacto y rituales de cortesía son mecanis
de los derechos de los negros a participar en formas ortodoxas en mos protectores, cuyo uso conocen extraños y conocidos (especial
la interacción cotidiana con los blancos. Un ejemplo, en cierta ma mente en el plano de la conciencia práctica), como una especie de
nera. contrario, una persona que camina por un barrio peligroso. implícito contacto social. El poder diferencial, especialmente cuando
está tuertemente marcado, puede contravenir o tergiversar las nor
mas dei tacto v los rituales de cortesía, tanto como puede hacerlo la
Ervinc Gofímar.. H ebtvtm - ¡r: P ki’Íw i ’Lcc: /Nueva York: r r c c Fres. ¡% 3 ,. camaradería o ia credibilidad establecida entre amigos e íntimos.
hab:.-, de ir. - ra tin a benevolente- nacía ios extraños, véase su .T ru st ;r¡ SocuJ ¿.ná
/ b . V / r e c n - , en Ger aiá D. Sutiles v V.aver N. Zaic, coord.. The Challenge o!
Sí'Ci.ii C.r,r:;roi - 'N o rw o o J. H. A hí;/\.
«JügSSEta
Anthony Giddens Consecuencias de la modernidad
Fiabilidad de los sistemas abstractos el universo de acontecimientos como resultado de la continua apli
cación reflexiva de ese mismo conocimiento.
■ Habría mucho más que decir respecto al tema de la urdimbre de Una de las cosas que esto significa en una situación en la que
fiabilidad, tacto y poder en los encuentros con los no-íntimos; pero muchos aspectos de la modernidad han sido globalizados, es que
ahora deseo concentrarme en la noción de credibilidad, particular nadie puede eximirse completamente de los sistemas abstractos im
mente en lo referente a su relación con las señales simbólicas y los plicados en las instituciones modernas. Esto resulta obvio en lo re
sistemas expertos. La credibilidad es de dos tipos. Existe una credi ferente a fenómenos tales como el riesgo de guerra nuclear o de
bilidad que está establecida entre personas que se conocen bien y catástrofe ecológica. Pero también es verdad, y más acusadamente,
quienes sobre ia base de una larga amistad, han substanciado las en todo lo referente a importantes aspectos del vivir cotidiano, tal
credenciales que les confieren mutua credibilidad. Pero la credibili como es vivido por la mayoría de la población. En los entornos
dad es diferente en lo que respecta a los mecanismos de desanclaje, premodernos, las personas, tanto en teoría como en la práctica, po
si bien es cierto que la seguridad sigue siendo importante y las cre dían hacer oídos sordos a los pronunciamientos de sacerdotes, sabios
denciales siguen estando implicadas. En algunas circunstancias, la o hechiceros y continuar con las rutinas de la actividad cotidiana.
Habilidad en los sistemas abstractos en absoluto presupone encuen Pero no puede suceder lo mismo por lo que se refiere al conoci
tros con personas o grupos que en alguna manera son «responsa miento experto en el mundo moderno.
bles» de los mismos. Pero en la gran mayoría de los casos, tales Por esta razón los contactos con expertos o con sus representan
personas y grupos están implicados —tanto en los compromisos de tes o delegados, en la forma de encuentros en los puntos de acceso,
presencia como en los compromisos anónimos— en los encuentros son pecuharmente iógicos en las sociedades modernas. Que las cosas
con otras personas o grupos que desempeñan el papel de actores funcionan de esta manera es un hecho generalmente reconocido, tan
profanos en lo que denominaré como puntos de acceso a los sistemas to por las personas profanas como por los operadores o proveedores
abstractos. de los sistemas abstractos. Varias consideraciones características es
Será un aspecto básico de mi tesis que la naturaleza de las ins tán implicadas aquí. Los encuentros con representantes de ios siste
tituciones modernas esta profundamente ligada con los mecanismos mas abstractos, pueden ser regularizados naturalmente y también
de fiabilidad en los sistemas abstractos, especialmente en lo que res pueden fácilmente asumir las características oe la credibilidad aso
pecta a la fiabilidad en los sistemas expertos. En condiciones de ciada a la amistad o la intimidad. Este sería el caso, por ejemplo, de
modernidad el futuro se presenta siempre abierto, no sólo en térmi un médico, un dentista o un agente de viajes con los que tenemos
nos de las corrientes contingencias de las cosas, sino también en frecuentes y regulares contactos a lo largo de los años. Sin emDargo,
términos de la reílexividad del conocimiento en relación al cual las muchos de los encuentros con los representantes de los sistemas
prácticas sociales están organizadas. Este carácter contrafáctico, abstractos son menos frecuentes y transitorios. Los encuentros irre
onentado-al-futuro, de la modernidad, está estructurado principal gulares son probablemente aquellos en los que los criterios eviden
mente por la fiabilidad conferida a los sistemas abstractos; fiabilidad, cíales o de seguridad tienen que establecerse y protegerse muy cui
que por su misma naturaleza, está impregnada por la credibilidad en dadosamente, si bien tales criterios también hay que mantenerlos en
la establecida experiencia. Es sumamente importante tener muy claro toda la escala de encuentros profano-profesionales.
lo que esto supone. La credibilidad que depositan los actores pro En los puntos de acceso, los compromisos presenciales que unen
fanos en los sistemas expertos, no es solamente cuestión —como a actores profanos en relaciones de fiabilidad, normalmente implican
normalmente ocurría en el mundo premoderno— de generar una el despliegue de una manifiesta credibilidad e integridad a L par que
sensación de segundad en un universo independientemente dado de una actitud de «seguir-la-norma» («busincss-as-usiial>•). o oe impa
acontecimientos.-Es una cuestión de cálculo de beneficio v Leseo, sibilidad. Y aunque es cierto que todos somos conscientes de qut c,
en aquellas circunstancias en las que el conocimiento experto no sólo verdadero depósito de fiabilidad se otorga ai sistema abstracto, y no
proporciona ese cálculo, sino que efectivamente ara (o reproduce! a los individuos que en contextos concretos lo «representan-, los
So Anthony Giddens
arriba
El reenclaje en tales contextos, como indica e! párrafo m o v e -
citado, conecta a confianza en los sistemas abstractos con su
5- D eird re B o d e n , * P a p e n on T r i n i - , mimeo. T am b ic r
mc He v tildo Ü Deidre
, m im eo (L)epa: .ámenlo
Boden and H a r v e y M o l o t c h , - 1 he ComputaoTt o- /
de Sociología. U n iv ersitv o: California. Sam.i
ss 89
Anthony Giddcr^ e-._,-ruencias de la modernidad
diza naturaleza reflexiva, a! tiempo que auspicia los encuentros •• t-íi La influencia del «currículum oculto-'cn los procesos de la
rituales sobre los que se sustenta la credibilidad de los colegiados ' Educación institucionalizada, es probablemente un factor decisivo,
Resumiremos esas observaciones de la manera siguiente: ' [o que se transmite al niño en la enseñanza ae la ciencia no es
Las relaciones de fiabilidad son esenciales al amplio distancia- solamente el contenido de los descubrimientos técnicos, sino —más
miento espacio-tiempo, asociado con la modernidad. ‘ importante para las actitudes sociales en general— un aura de res
La fiabilidad en los sistemas, toma la forma de compromisos anó peto por los conocimientos técnicos de cualquier índole. En casi
nimos sobre los que se sostiene la fe en el manejo de un conocimien todos los sistemas educativos, la enseñanza de la ciencia comienza
to e que una persona profana es en gran parte ignorante. siempre por los «primeros principios», el conocimiento considerado,
La fiabilidad en las personas implica los compromisos de presencia más o menos, incuestionable. Solamente si alguien permanece en el
en los que se busca (dentro de determinados campos de acción) los estudio de la ciencia por algún tiempo, es probable que sea intro
indicadores de la integridad ajena. ducido en cuestiones más controvertidas, o que llegue a ser plena
El reanclaje hace^ referencia al proceso por el cual se sustentan mente consciente de la falibilidad potencial ae todas las pretensiones
os compromisos anónimos, o son transformados por la presencia. de validez del conocimiento científico.
La desatención cortés representa un aspecto fundamental de las De esta manera la ciencia ha mantenido por mucho tiempo la
relaciones de uaoihdad en larga escala, esto es, en los im personal imagen de conocimiento fiable, que revierte en la actitud de respeto
escenarios de ¡a modernidad. Es como si fuera ei sonido'tranquili por casi todas las formas de especialidad técnica. No obstante, al
zador sobre ei telón de íonao de la formación y disolución de los mismo tiempo, las actitudes profanas respecto a la ciencia y al co
encuentros que involucran sus propios y concretos mecanismos de nocimiento técnico son generalmente ambivalentes y ésa es una am
.íaoidviau, es decir, los compromisos de presencia. bivalencia subyacente en el núcleo mismo de todas las relaciones de
Los puntos de acceso son los puntos de conexión entre las per fiabilidad, ya sean de fiabilidad en los sistemas abstractos, o en las
sonas proianas o los colectivos, y ios representantes de los sistemas personas. Porque sólo se exige fiabilidad allí donde existe ignorancia,
abstractos. Son b s rugares más vulnerables de los sistemas abstrac "bien sea sobre las pretensiones de conocimiento de los expertos, o
tos, pero también son el cruce sobre el que se mantiene o puede ser del pensamiento e intenciones de los seres más íntimos en que conía
construida la Habilidad. ^ una persona. Y sin embargo, la ignorancia proporciona siempre el
terreno para el escepticismo, o, por lo menos, para la cautela. Las
representaciones populares de la ciencia y la experiencia técnica ha
Fiabilidad y competencia bitualmente encierran tanto respeto, hostilidad y temor como los
expresados en los tópicos del «boffin» o el científico loco, es decir,
un técnico cansino que no sabe ni entiende nada sobre la gente
odas ias observaciones hechas hasta ahora en esta sección de corriente. Las profesiones en las que se afirma un conocimiento es
ioro, estar, mas relacionadas con cómo se maneja la fiabilidad er pecializado son vistas como cotos cerrados dotados de una termino
la nre°unt°n $ ihsmct0/ ’ ^ue Preocupadas por responde: logía interna y críptica, inventada para desconcertar al profano como
a p egunta: t por que la mayoría de la gente, la mavor.a de las veces, abogados v sociólogos —que probablemente serán vistos con parti
se na ae pract.cas y mecanismos socales sobre los que su propic cular recelo.
conocimiento técnico es o bien limitado, o simplemente nulo> L El respeto por el conocimiento técnico existe normalmente en
mmrrogante puede contestarse de varias m a n e rl Sabemos lo sufi- conjunción con una actitud pragmática hacia los sistemas áosti^ctos.
cierne soore lo rcacias> quc tu-■■ron he n.^kl ' * • que se sustenta sobre actitudes de escepticismo y reserva. Mucha
i., . ,, ' • ‘0n las Poblaciones en las primeras
“ “ i rro, ! ° s ,, p „ ctica! s o c i l¿ co m o gente parece haber hecho un «pacto con la modernidad», en terru
ños de la fiabilidad que invierten en las señales simbólicas y en los
; r
reconocer n * “ ,o i"m
r1c .mpomnen, Oc so™I,z.m o „ cn „* | Jctón
i» , m
sistemas expertos. Pero la naturaleza de dicho pacto esta gobcrn.,t,»
Anthony Giddens
sasirse del sistema en genera! :;\ Una persona que invierte en ciertas
acciones a instancias de un corredor de bolsa y pierde dinero, podría
optar por meter su dinero en una cuenta bancaria. Esa misma per
sona podría incluso decidir en el futuro invertir sus dineros sólo en
oro. Pero, de cualquier forma, sería muy difícil desasirse del sistema
monetario por completo v esto sólo podría hacerse si la persona
quisiera intentar vivir en una pobreza autosuficiente.
Antes de considerar directamente las circunstancias sobre las que
se construye o se derrumba la fiabilidad, hemos de completar la
precedente discusión con un análisis de la fiabilidad depositada en
personas, en vez de en ios sistemas abstractos. Esto nos lleva a un
piano en el que se introduce la psicología de la fiabilidad (trust).
Lo premoderno y lo moderno
CUADRO 1. Entornos de fiabilidad y nesgo en culturas premodemas y mo minos de lugar , en donde el lugar, aún no ha sido transformado por
dernas. ' él distanciamiento de las relaciones entre tiempo-espacio. En la gran
mavoría de los ambientes premodernos, incluyendo en ellos la ma
PREMODERNAS MODERNAS yoría de las ciudades, el entorno local es el sitio en que se emplazan
Contexto genera!:
jos enjambres de relaciones sociales, que por poseer un ámbito es
Contexto general:
pacial reducido, proporciona solidez en el tiempo. Las migraciones
Primordial importancia de ia fiabili Las relaciones de fiabilidad atribuidas de población, el nomadismo y los grandes desplazamientos de mer
dad localizada. al desanclaje de los sistemas abstrac caderes y aventureros, fueron corrientes en tiempos premodernos;
tos. pero la inmensa mayoría de la población se mantenía relativamente
inmóvil v aislada, en comparación con las densas y regulares formas
1. Relaciones de parentesco como me 1. Relaciones personales de amistad o
canismo estabilizador de los vín
de movilidad (y conocimiento de otras formas de vida) que propor
intimidad sexual como medios de
culos sociales a través de! espacio establecer vínculos sociales.
cionaron los modernos medios de transporte. La localidad, en un
tiempo. contexto premoderno, es el foco de —y contribuye a— la seguridad
V7.NVl.!NO:> :ICI ;I.I.N':I1SHMV
Sigmur.d Fre ud. The Futurc o, ■'« ¡¡unión (Londres: rio: 1962;.
Erikson. Chihlr.ncitL p. 2-42
Consecuencias de la m odernidad
Para esid cuc.Mion. vea>c, Sn\ cr. • Tras: *; Alar. Siivcr. • Pncnciihip ir. Sana.
T'bcorx: Pcrsor.nl Kclations cr Classic Lwcmhsm*. rnimeo {Depanamento de Socio-
loma. C o iu m b ia Universiiví: v G r a n a n Alian. A Soaoiogy oí Fncnc.smv and Knship
( L o n d r e s Alien and Unwsn,
Consecuencias de la
: Uiricn Beck, «The Anthropohpca! Shock: Chenobvl and the Contours oí ihe
Ri'k Societv», Bcrkcicr Journal o) Soaology 32 (19S7¡.
Consecuencias de la modernidad
EngUr.d n o o - i s o :
» L aw re n ce Stone. T h e Family. Sex a n d M a m a ge m
tires: W cid cn ícld , 19 /, p. 2S2.
US Anthony Giddcnv
cribe Stone se han mantenido por mucho tiempo, pero poco a poco
I
han icio combinándose en la dinámica de la confianza personal des
crita más arriba. Las relaciones eróticas implican un progresivo sen
dero de descubrimiento mutuo, en el que ei proceso de auto-reali
zación por parte del amante es una parte tan importante de la ex
periencia, como lo es el acrecentamiento de la intimidad con el ama
do. Por tanto, la confianza personal ha de ser establecida a través
de un proceso de auto-indagación: el descubrimiento de uno mismo
se convierte en un proyecto directamente relacionado con la refle-
xividad de la modernidad.
Las interpretaciones sobre la búsqueda de la propia identidad
tienden a dividirse en forma parecida a las opiniones sobre la deca
dencia de la comunidad, con las que frecuentemente van iigadas.
Algunos ven la preocupación por el auto-desarrollo como un vasta
go de la quiebra de! antiguo orden comunal que produce una preo
cupación por el yo narcisista y hedonista. Otros llegan a conclusio
nes muy parecidas, pero las vinculan al resultado de la manipulación
social. La exclusión de la mayoría de ios ámbitos en que se forjan
las políticas y se adoptan las decisiones, obliga a centrarse en el yo,
y de ello resulta la sensación de impotencia que siente la mayoría
de las personas. Para decirlo con palabras de Christopher Lasen:
" Chrisiopher Lasch. Hai'cr, :r. s Hc¿r:, l.l< tt orla i'N ue\a 'lorie: Basic, 1co , .
p. 14C. Yease también por e! mismo autor The M i m m a l Seii (Londres: Picador, 19ío .
en ia que configura su planteamiento sobre el narcicismo v dearroíla el tema de
-supervivencia- .
C O i i S c C l i c i i C i S S u C iS n i
tar» apenas resulta compatible con «el deshacerse del interés por el
mundo exterior». Los beneficios del ejercicio físico o las dietas no
son descubrimientos personales sino que nos llegan como recepción
profana del conocimiento experto, y lo mismo puede decirse del
recurso a la terapia o la psiquiatría. Los regímenes espirituales en
cuestión pueden ser un montaje ecléctico, pero también incluyen las
religiones y cultos dé todo el mundo. Aquí no sólo entra el mundo
exterior; es un munGo extenor Ge cs.rs.cter enormemente mes excen-
so que el que cualauiera hubiera podido contactar en la edad premo-
aerna.
Para resumir lo dicho, la transformación de la intimidad implica
lo siguiente:
los otros-, es decir, el final de las barreras entre los que son y no
son privilegiados. La intensidad global de ciertas cLscs de riesgo
transciende todos los diferenciales sociales y económicos . (Esto,
desde luego, no debería cegarnos ante el hecho de que en las con
diciones de la modernidad, como en el mundo premoderno, muchos
riesgos son distribuidos diferencialmente entre los privilegiados y los
no privilegiados. El riesgo diferencial, por ejemplo, en relación a los
niveles de nutrición y suceptibilidad a la enfermedad, forma parte
de lo que hoy significa «privilegio» y «no-privilegio»).
La guerra nuclear es sencillamente el peligro potencialmente más
inmediato v catastrófico de todos los peligros actuales. Desde co
mienzos de la década de los ochenta se ha reconocido que los efectos
climatológicos y ambientales de un conflicto nuclear limitado serían
de proporciones incalculables. La detonación de un pequeño numero
de cabezas nucleares podría producir un daño irrevesible ¡ú memo
ambiente, que amenazaría la vida de toaas las especies complejas de
animales.”El umbral para que se produzca un «invierno nuclear», se
ha calculado entre 500 y 2.000 cabezas, esto es, menos del diez por
ciento del total que poseen las naciones nucleares; está incluso por
debajo del número que poseían en la década de los anos cincuenta .
Esta circunstancia justifica perfectamente la afirmación de que en ta.
contexto desaparecería el concepto de los «otros»; tanto los comoa-
tientes como aquellos ajenos al combate sufrirían por igual.
La segunda categoría de riesgos globalizados concierne a la ex
tensión mundial d élo s ambientes de riesgo en vez de a la instensi-
ficación del riesgo en sí mismo. Todos los mecanismos de desanclaje
sobrepasan la capacidad de cualquier persona o de grupos especni-
cos; y en tanto que esos mecanismos expanden mas su ámbito glo
bal, más evidente resulta esta tendencia. A pesar de los altos niveles
de seguridad que pueden proporcionar tales mecanismos, la otra cara
de la moneda es qur surgen nuevos riesgos: recursos o semejos han
dejado de estar bajo el control local y por tanto no pueaen ser
reenfocados localmente para afrontar contingencias imprevistas, y
además existe el nesgo de que pueda fallar el mecanismo como un
todo v con ello afectar a todos cuantos normalmente hacen uso ae,
mismo. Así. aleuien que nene calefacción de gasóleo y ninguna cm-
- Ulrich Beck. Kmkogeselíschaft: Accf dem Wcg m cine anden- Mocíeme d-rank-
!u rt: Suhrkamp, 19S6), p. /.
Owen Grecr. ei ai.. Suelear XX'iruer {Cambridge. Inpi.ucrr. 1 : roiuy. . ^ -
122
Anthony Giiin™ Consecuencias uc ia muuerniuáu
menea o estufa de leña, es particularmente vulnerable a los cambios .El segundo punto a destacar es que prácticamente todos los riesgos
en precio del petróleo. En circunstancias como la «crisis del petró mencionados, incluido el riesgo de guerra nuclear, son controverti
leo>' de 19/3, producida como resultado de las acciones del cártel de dos por lo que se refiere a cualquier evaluación que pueda hacerse
la OPEP, todos los consumidores de los productos petrolíferos se' de las estrictas probabilidades. Nunca podemos estar seguros de que
vieron afectados. ‘
la disuación «funcione» excepto si se produjera un combate nuclear,
r ^ as ^os Pnmeras categorías en el perfil de riesgo conciernen a la lo que en sí mismo demuestra que no funciona; la hipótesis de un
estera de los entornos de riesgo; las dos siguientes se refieren a los invierno nuclear permanecerá tal cual a menos que su efectiva reali
cambios en el tipo de riesgos ambientales. La categoría del entorno zación la haga totalmente irrelevante. Volveré a estas observaciones
creado, o de la «naturaleza socializada» 75, se refiere a la alteración posteriormente, ya que las dos son importantes en relación con la
del carácter de la relación entre los seres humanos y el medio am experiencia y la percepción del riesgo.
biente. La variedad de peligros ecológicos en tal categoría deriva de Dentro de las distintas esferas de las instituciones modernas, los
L iransiormación ae ia naturaleza por los sistemas de conocimiento riesgos existen no sólo como amenazas que resultan del imperfecto
humano. El número total de los graves riesgos que nos amenazan funcionamiento de los mecanismos de desanclaje, sino también de
con respecto a 1a naturaleza socializada es desalentador: la radiación «cerrados» campos de acción. En tales esferas, como he dicho ante
demGa a accidentes importantes en las centrales nucleares o por los riormente, verdaderamente los riesgos son creados por formas ce
residuos nucleares; la contaminación química de los mares, que es actividad sancionadas normativamente, como podría ser el caso G e
sunciente para destruir el fitoplancton que renueva gran parte del los juegos de azar o los deportes. Los mercados de inversión repre
oxígeno de la atmósfera; el «eíecto invernadero» que deriva de los sentan claramente el más prominente ejemplo en la vida social mo
contaminantes atmosféricos que atacan la capa de ozono derritiendo derna. Todas las empresas de negocios, salvo algunos tipos de in
parte ae las capas de hielo e inundando enormes regiones; la des dustrias nacionalizadas, y todos los inversores, operan en un medio
trucción de grandes áreas del bosque húmedo, fuente fundamental en el que cada uno de ellos ha de anticiparse a los otros para poder
par* la renovación del oxígeno; y la devastación de millones de hec maximizar los beneficios económicos. De alguna manera, las íncer-
táreas de la capa superficial del suelo que resulta del uso generaliza- tidumbres involucradas en las decisiones de inversión derivan en
ao de fertilizantes artificiales. parte de las dificultades existentes para anticipar acontecimientos ex
Se podrían mencionar otras amenazas. De pasada, debemos apun traños, tales como las innovaciones tecnológicas; pero son parte tam
tar aos cosas sobre esta lista y sobre el peligro de guerra nuclear. bién de la naturaleza de los mismos mercados. Como enfoque para
Uno es el sentimiento de aturdimiento, acaso el aburrimiento, que el análisis social, la teoría de juegos es probablemente la que mejor
una lista como ésa probablemente creará en el lector; éste es un funciona cuando se aplica a situaciones como éstas en las que los
fenómeno relacionado con el punto sexto del perfil de nesgo, es agentes tratan de anticiparse a los otros, aun sabiendo perfectamente
decir, con el de que el conocimiento de muchas formas generalizadas que esos otros están intentando anticiparse a ellos.
de nesgo está ampliamente difundido entre gran parte de la pobla Pero hay también otras circunstancias en las que se aplica esa
ción Incluso el darse cuenta de ese aturdimiento se ha convertido situación; por ejemplo, en algunos aspectos de procedimientos elec
en algo común: «El listado de los peligros con que nos enfrentamos torales, v, más notablemente, en la carrera de armamento entre las
conlleva un electo amortiguador. Se convierte en una letanía que se dos superpotencias. Si uno excluye el riesgo real ae guerra, lo que
escucha a medias por resultar tan conocida. Constantemente estamos desde este punto de vista es extraño, la carrera.de armamento esta
Dombaraeaaos con esos problemas de tal manera que su misma in sustentada por el intento mutuo de anticipación basando caü.i pa¡ ic
solubilidad los convierte en parte del trasfondo de nuestras vidas» 7,\ su estrategia sobre la valoración de las probadles estrategias he! o¡.ro.
Al igual que en la carrera de armamento, el entorno de riesgo in s
' \ case Beck. R¡siko gv<clisc h i:. titucionalizado en los mercados no puede quedar continado a su
' Joc B.iiiey, Pcssimism (L ondres: Romlciiuc, 19S’S)
«propia esfera». No es sólo que los riesgos ajenos se introducen p o r
124 Anthony Giddcns
la fuerza sino que los resultados de las decisiones dentro del marco
institucionalizado afectan constantemente a los que están fuera. Aun
que no discutiré esto en el presente contexto, sí diré que es un
asunto de enorme importancia para la prosperidad económica de
muchos millones de personas, hasta qué punto la coordinación de
las decisiones sobre inversiones representa una forma de racionalidad
colectiva, y hasta qué punto los mercados de inversiones son una
simple lotería gobernada por lo que Keynes llama el «espíritu ani
mal».
En lo que respecta a la experiencia de riesgo, podría decirse mu
cho más de lo que tengo oportunidad de analizar aquí. Los tres
aspectos de la conciencia de riesgo señalados en el perfil de riesgo
arriba descrito, sin embargo, son de inmediata relevancia para la
discusión desarrollada en este estudio hasta ahora, y lo serán en las
secciones subsecuentes. El mismo hecho de que los riesgos — inclu
yendo en esta visión muchas y variadas formas de actividad— son
generalmente aceptados por la población profana como riesgos, es
uno de los más importantes aspectos de la fractura entre el mundo
premoderno y el moderno. Las empresas de alto-riesgo que acome
tían las culturas tradicionales podían, en ocasiones, darse en el do
minio de lo secular, pero era más frecuente que ocurrieran bajo los
auspicios de la religión o de la magia. Es indudablemente variable
hasta dónde ha estado la gente dispuesta a invertir confianza a pres
cripciones religiosas o mágicas particulares en concretos dominios
de riesgo; pero muy frecuentemente la religión y la magia propor
cionaron un modo de cerrar las mcertidumbres que conllevaban las
empresas peligrosas, transformando de esta forma la experiencia de
riesgo en sentimientos de relativa seguridad. Donde el riesgo es re
conocido como nesgo, esa manera de generar confianza en las ac
ciones peligrosas es inaccesible. En un entorno predominantemente
secular existen distintas formas de intentar trasmutar el riesgo en una
cuestión de fortuna providencial, pero conservan siempre parte de
superstición en vez de constituirse en verdaderos soportes psicoló
gicos. La gente que desarrolla ocupaciones que conllevan riesgos que
amenazan su integridad risica, como los restauradores de campana
rios, o en empresas cuyo resultado es estructuralmente indetermina
do como es el caso de los deportistas, con mucha frecuencia recurren
a amuletos o rituales supersticiosos para «influir» el resultado de lo
que hacen; pero podrían mu}' bien ser despreciados por otros si
fueran ejecutadas muy abiertamente.
Consecuencias de ia m odernidad i-5
Podemos unir los dos puntos finales del perfil de nesgo. El co
nocimiento entre la gente profana de los entornos de riesgo, conduce-
ai conocimiento de los límites de expertos, y forma parte de los
problemas de «relaciones públicas» que han de afrontar quienes tra
tan de sostener la fiabilidad de ese público protano en los sistemas
expertos. La fe que sostiene la fiabilidad en los sistemas expertos
incluye el bloqueo de la ignorancia de los profanos cuando se en
frentan a las afirmaciones de los expertos. Pero el reconocimiento
de las zonas de ignorancia a que se enfrentan los expertos mismos,
va sea como profesionales individuales, ya en términos^ de áreas ge
nerales de conocimiento, podrían debilitar o minar la fe de las per
sonas profanas. Los expertos frecuentemente asumen riesgos «en
nombre» de sus clientes profanos encubriendo o falseando la verda
dera naturaleza de esos riesgos o, incluso, el hecho mismo de que
existan riesgos. Más perjudicial que el descubrimiento por parte de
la persona profana de esta clase de ocultación, es la circunstancia en
las que son los mismos expertos quienes no son conscientes del
verdadero alcance de un conjunto de peligros y de los riesgos aso
ciados a ellos; porque en este caso, lo que es cuestionable, no es solo
los límites o lagunas del conocimiento experto^sino la insuficiencia
que compromete la auténtica idea del experto " .
77 A. J. Jouhar, coorc., Risk ir. Socicty (Londres: Libbey, 19Sii. J..lK Ilov\
Pau! Lefrcre. Risk and Chace (Milton Keynes: Opon University Press. 1 ss..
Anthony Giddens
Tenía los ojos muy abiertos, clavados en mí, con terrorífica concentración.
*Si»*, dijo, «Entiendo perfectamente lo que dice, lo comprendo: pero ;no
cree usteo que su temor a una guerra nuclear es una metáfora de todos ¡os
otros temores que nos asedian?»
Nunca iui muy aguda, pero a veces respondo bien. «No», dije, v me hubiera
gustado gritar a través de aquel resguardado y hermoso salón. «¡Estov con
vencida de que ios otros miedos, todos los temores de cue le he hablado,
son una metáfora de mi miedo a la guerra nuclear!»
Fijó su incrédula mirada en mí, pero nos libró de la dificultad de responder
ei que en aquel preciso momento fuéramos llamados al comedor a disfruta:
de una deliciosa cena 'Y
Reacciones adaptativas
No está claro que exista una diferencia significativa entre las per
sonas profanas y las expertas en lo que se refiere al rango de reac
ciones de adaptación al perfil de riesgo de la modernidad. Por las
razones ya expuestas, ios contralácticos más preocupantes no pue
den trasladarse a situaciones de comprobación empírica, y ios ex
pertos en los campos Ge que se trate, frecuentemente están tan di
sidíaos entre ellos como pueden estarlo las personas menos infor
madas en ia materia. Las posibles reacciones adaptativas parecen ser
cuatro.
Su .V r A !l)\ Wi ¡H.inr i
Consecuencias de la m odernidad ¡29
!i Consideremos uno. entre una casi infinita variedad de ejemplos: el caso tic;
ciclamato. un dulcificante anúlela!. y las autoridades de los Estados Unidos. F-¡ c¡-
clamato era ampliamente utilizado en ios EE.UU. hasta 1970, y ia FDA
Drug Adminisiraiiori) lo tenía clasificado como «generalmente reconocida como m
guro-. Pero ia postura de la FDA cambió cuando se dieron a conocer io'* revun-u.*’•
de una investigación cientíiica que concluvó que las ratas a ias que se ia*« ñama d.»d»
Anthony Giddens
140
Objeciones a la postmodernidad
altas dosis de I2 sustancia, resultaron propensas a ciertos tipos de cáncer. Esta con
clusión condujo a la prohibición del uso del ciclamato en toda clase de alimentos. Sin
embarso. cuando más y más gente comenzó a beber rcírescos bajos en calorías, en
los años de la década de ios setenta y comienzos de ¡os ochenta, los fabricantes
ejercieron presiones contra la FDA para que cambiara su postura. En 19S4. un comité
de la FDA decidió que, después de todo, el ciclamato no era carcinógeno. Un ano
más tarde intervino la Academia Nacional de Ciencias y declaró que el ciclamato es
perjudicial si se toma cor. la sacarina, aunque probabemente era inofensivo si se
utiiiza'ba solo como dulcificante. Ver james Beliini, Htgh Tech Holocausl (Londres:
Tarrtnu 19S6).
Consecuencias de la m odernidad 14]
PM MR
3. Percibe al «vo» disuelto o desmem 3. Ve al «yo» como algo más que el pun
brado por la fragmentación de la expe to de fuerzas interseccionales. La mo
riencia. dernidad hace posible activos proce
sos de reflexión y autoiaentidad.
L “ ”Sp ü L , esas
-uno de ellos tiene nada que ver con ia mea de que hemos e,aoo
de poseer métodos viables para sustentar las pretensiones de cono
cimiento en el sentido que lo expresan Lyotard y otros El primero
de esos factores puede ser llamado defectos ac enseno. La moderni
dad es inseparable de ios sistemas abstractos que proporcionan
desancla,e de las relacones sociales a través del espacio y del tiempo
y que abarcan tanto la naturaleza socializada y el un,verso soca
•Es que quizás muchos de esos sistemas adolecen de defectos d
diseño, que llevan a que esos mismos sistemas no funcionen bien .
Consecuencias de ia m odernidad i 43
Realismo utópico
1
Consecuencias de la m odernidad 147,
Política ¿e vida
(Política de autorrealización)
\
\
Política de lo local Política de lo global
I
i
iI
i
Política emancipatoria
(Política de desigualdad)
sas» si. La cuestión aquí es la vinculación de la distancia con la todavía para lo que puede esperarnos «más allá» del mismo. Pero
proximidad, y, de los mecanismos de globalización a gran escala y una preocupación obsesiva por el movimiento obrero, aunque está
lo .personal. La-«enormidad» en sí misma no es enemiga de la per justificada por su anterior importancia estratégica en el desarrollo dé
sona, ni tampoco es un fenómeno a vencer en la política de vida. En las instituciones modernas y la expansión capitalista, refleja un én
su lugar, el foco de preocupación ha de ser la coordinación del be fasis unilateral en el capitalismo o el industrialismo como únicas
neficio individual y la organización planetaria. Muchas clases de co fuerzas dinámicas significativas implicadas en la modernidad. O tros
nexiones globales son la verdadera condición para formas de auto- movimientos sociales también son importantes y pueden conectarse
rrealización individual, incluyendo aquellas que actúan para minimi al carácter multidimensional de la modernidad que he esbozado antes.
zar los riesgos de graves consecuencias. La figura 4 debe interpretarse en conjunción con la Figura 1 que
En la naturaleza de las cosas, este juicio debe aplicarse también muestra las cuatro dimensiones institucionales de la modernidad, v
a los sectores del mundo en los que el impacto de la modernidad es esencialmente, ha de ser tomada como una figura superpuesta sobre
todavía relativamente débil. Las transformaciones del tiempo presen aquella. Los movimientos obreros son asociaciones contestatarias cu
te ocurren en un mundo desgarrado por las disparidades entre los yos orígenes y campos de acción van ligados a la difusión de la
estados ricos y pobres, en el que la extensión de las instituciones empresa capitalista. Sean reformistas o revolucionarios, estos movi
modernas arroja toda clase de contratendencias e influencias, tales mientos tienen sus raíces en el orden económico del capitalismo,
como el fundamental!smo religioso o las formas de tradicionalismo especialmente en los intentos de lograr el control defensivo del cen
reactivo. Si éstas no son consideradas en detalle en este libro, es sólo tro de trabajo a través del sindicalismo, y de influir o tomar el poder
debido a ia economía ae la argumentación, pero ni mucho menos del estado, a través de la participación en las organizaciones políticas
porque piense que, en una interpretación más concreta de las posi socialistas. Durante las primeras fases del desarrollo de las institu
bles tendencias globales, se puede hacer caso omiso de ellas. ciones modernas, los movimientos obreros fueron los principales
portadores de las demandas por la libertad de expresión y por los
derechos democráticos.
Orientaciones futuras: el papel de los movimientos sociales Y, sin embargo, la libertad de expresión y los movimientos de
mocráticos que se originan en el campo de las operaciones de vigi
Los movimientos sociales —como formas de compromiso radical lancia del estado moderno, son analíticamente, y, en un sentido fun-
portadoras de una influencia penetrante en la vida social moderna—
proporcionan pautas significativas para potenciales transformaciones
Libertad de expresión/movimiemos democráticos
futuras. Para aquellos que han asociado la modernidad con el capi
talismo, o el industrialismo, el movimiento obrero es el movimiento
social por excelencia. Los autores que han seguido las huellas de
Marx, ven el movimiento obrero como «la vanguardia de la histo
ria»; los críticos de esta perspectiva han concentrado la atención en
intentar demostrar que el movimiento obrero sólo tuvo un impacto
transformador en ias primeras fases del desarrollo del orden indus
trial. transformándose posteriormente en un grupo de interés entre
otros muchos. Qué duda cabe que el capitalismo continúa siendo un
sistema de clases, y que la lucha del movimiento obrero es relevante
Movimientos ecológicos
(contra cultura)
**“ Theodorc Roszak. Person/'PUnc:: The Creative Deswte^rauon of industrial
Society (Londres: G o l h n c z . 1979), pp. xxvij¡, 33. • F ig u r a 4.—Tipos de movimientos sociales.
Anthony Giddcns
Postmodernidad
Humanización de la tecnología
// \
/ \
\
Trascendencia de ia guerra
\
Sistema de cuidado del planeta
lan Mües V John Irvine, The Povervy o f Progress (Oxford: Perpamon, 1982).
156 A nthony G iddens
162
Consecuencias de la m odernidad
Observaciones finales