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Justificación Transmiguía

Según Molinero y Sánchez (2002) las políticas en las que se fundamenta el transporte público urbano
deben ser: accesibilidad, sostenibilidad, desarrollo económico y equidad social. La accesibilidad se
entiende como la facilidad de poder desplazarse o de transportarse de un lugar a otro en función de
poder realizar alguna actividad (trabajo, servicios, hogar) ligada a algún medio de transporte, a
determinado grupo de personas y a diversas horas del día (Molinero & Sanchez, 2002).
Un transporte público accesible debe lograr que todas las personas incluyendo las personas con
discapacidad completen la cadena de transporte sin que existan eslabones perdidos (Vega Pindado,
2006).
Según Minsalud (2016) para 2014 se estimaba una población en Colombia de 48 millones de personas
de las cuales 6,4 % se encontraban en condiciones de discapacidad, es decir aproximadamente 3
millones de personas.
Según la Organización Mundial de la Salud (2015) [1], en el mundo, casi 253 millones de personas
tienen algún tipo de discapacidad visual. En Colombia, según el Registro de Localización y
Caracterización de Personas con discapacidad (RLCPD), se registraron 1.404.108 personas
correspondientes a un 2,6 % de la población colombiana siendo un 58 % de estas personas mayores
de 50 años.
También, se registró que un 15% de estas personas presentan discapacidad visual ocupando este tipo
de alteración el tercer puesto de la lista realizada según el tipo de alteración, seguida de alteraciones
del sistema nervioso y alteraciones en el movimiento del cuerpo, manos, brazos, piernas. Siendo un
15% de estas personas mayores a 65 años.
También según datos de la RLCPD, Bogotá ocupa el segundo puesto entre las ciudades con más
población de personas discapacitadas.
Otro de los datos importantes botados por la RLCPD es que las calles son el lugar donde mas personas
con discapacidad refirieron que encuentran barreras sintiéndose un 46 % incomodos, seguido de los
vehículos públicos constituyendo un 34 % de esta población inconforme.
Sin embargo, según entidades gubernamentales han reconocido que estas cifras pueden subir debido
a la situación político-social en términos de desplazamiento.
Por medio de los censos realizados en 2010 por el DANE, se determina que hubo 189177 personas
de la población Bogotana presentan alguna discapacidad y que 14795 de ellas correspondían a
personas con discapacidad visual. Se evidenció, además, que había 61918 personas con dificultad
para percibir la luz, distinguir objetos a pesar de ser personas con uso de lentes o gafas.
Como se estipula en el artículo 14 de la ley estatutaria 1618 del 2013 vinculada a la PPDIS las
entidades públicas y privadas deben garantizar la accesibilidad, la autonomía e independencia de
personas en condición de discapacidad a entornos físicos públicos, al transporte, a la información y a
sistemas de comunicación en igualdad de condiciones. Así mismo, en el numeral 1 del artículo 15 se
manifiesta que: “Se debe asegurar que los sistemas de transporte integrado masivo cumplan, en su
totalidad, desde la fase de diseño, con las normas de accesibilidad para las personas con
discapacidad”. (Ley N° 1618, 2013, p.17).
Algunas pautas generales son aceptadas alrededor el mundo en el diseño de dispositivos similares, y
en su mayoría afrontan una serie de dificultades como las siguientes:
(1) Dificultad para encontrar las paradas.
(2) Falta de información cuando llega el vehículo adecuado.
(3) Identificación adecuada del vehículo.
(4) Ausencia de información durante la marcha.
(5) Carencia de información sobre el entorno físico de la parada.
(6) No existe la posibilidad de informar al conductor si hay una persona con discapacidad visual en
la parada(Romanoff, 2016).
Como respuesta a lo anterior, se han diseñado una serie de productos y servicios con el fin de ayudar
a las personas con estas condiciones para poder llevar a cabo esas actividades de forma sencilla e
independiente. La movilidad se encuentra entre las actividades más comunes que requieren asistencia,
evidenciándose en la necesidad de pasar de un punto a otro utilizando el transporte público.
Aunque se hayan desarrollado varios tipos de ayuda para aumentar la facilidad en el transporte para
personas con diversos tipos de discapacidad, es posible concluir que las personas con discapacidad
visual aún no se sienten completamente satisfechas y seguras al utilizar un medio de transporte. Esto
se demostró por medio de una investigación conjunta realizada entre la Universidad El Bosque y la
Universidad de San Buenaventura, donde se encontró que las personas con discapacidad visual
todavía se enfrentan a muchos problemas al intentar acceder al sistema de transporte público.

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