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El curioso caso de

Peter Bogdanovich

Fotografía ©François Berthier

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La mirada
de Ulises

Juan Carlos González A.

El estreno de Enredos en Broadway supone un


retorno de Peter Bogdanovich a la dirección
cinematográfica. Esta es la historia de
un hombre que fue inferior a las enormes
expectativas que generó al inicio de su carrera,
pero que aspira a un final feliz.

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T
odas las buenas películas ya se Polly Platt, que lo secundaba en su pasión
han hecho”, afirma con algo de cinéfila. Empezó a escribir monografías
desilusión el joven director de para el museo y lo vincularon a la revista
cine Sammy Michaels mientras ve The Esquire para hacer la sección de cine. Entre
Criminal Code (1931), uno de los filmes de 1961 y 1963 escribió sendos libros sobre
Howard Hawks hecho antes de la impo- Welles, Hawks y Hitchcock, pero él quería
sición del “código de producción” que ofi- otra cosa. En junio de 1964 se mudó a Los
cializó la censura en Hollywood. Sammy es Ángeles con su esposa, buscando mejorar
uno de los personajes de Targets (1968), el sus posibilidades de vincularse a la indus-
debut de Peter Bogdanovich en el cine, en tria del cine. Bogdanovich quería conocer
un filme realizado bajo el auspicio de Roger de cerca a los directores que admiraba. Por
Corman. Que el propio Bogdanovich in- eso contactó a los publicistas, a los agentes
terprete a Sammy Michaels se antoja una de prensa y se hizo invitar a los preestrenos
curiosa señal sobre su propia carrera: es un y a las premieres, buscando que su nombre
nuevo director aceptando la preeminen- tuviera recordación y lograra acceso a los
cia del cine clásico. A eso se va a dedicar círculos íntimos de Hollywood y su perife-
Bogdanovich en su cine: a hacernos enten- ria. Lo logró: “Vi a Hawks hacer El Dorado
der que desde su punto de vista todos los y a Hitchcock Los pájaros. En ese momento
largometrajes contemporáneos son home- no había todavía escuelas de cine; aprendí
najes y visitas a la historia de un arte que él a dirigir observando a estos directores. Fui
respeta y valora. a un preestreno de El hombre que mató a
Todo sin duda empieza por su forma- Liberty Valance, y supe que estaba viendo la
ción y sus orígenes cinéfilos. Nació el 30 de última gran película de la Edad de Oro de
julio de 1939, hijo de dos inmigrantes —él Hollywood” (Biskind, 2004: 145).
serbio y ella austriaca— recién llegados a Fue en uno de esos pases de prensa
Nueva York. Aunque estudió drama con donde coincidió con el rey de la serie B,
Stella Adler cuando era adolescente y di- Roger Corman, que conocía y admiraba sus
rigió algunas obras off-Broadway, la verdad textos en Esquire. Corman lo invitó a unirse
es que Bogdanovich amaba el cine: al rodaje de The Wild Angels (1966) como
asistente, pero terminaría reescribiendo el
Acumulaba tarjetas de 3x5, con la ficha
guion mientras la cinta estaba en produc-
técnica —y sus propias impresiones—
ción. Ahí aprendió en vivo y en directo lo
de todas las películas que veía, es decir,
que ningún aula podría enseñarle. El pro-
entre seis y ocho películas por semana.
pio Corman fue quien lo impulsó a dirigir
Le gustaba alardear de que entre los
Targets. El actor inglés Boris Karloff —el
trece años, cuando empezó las fichas, y
más famoso intérprete de Frankenstein—
los treinta, cuando dejó de hacerlas, re-
le debía dos días de rodaje y Corman se los
unió un total de 5316. Más tarde, Peter
ofreció a Bogdanovich, sugiriéndole que
alardearía ante Bob Benton y otros:
rodara unos veinte o treinta minutos con
“He visto todas las películas america-
Karloff, que utilizara parte del metraje de
nas que vale la pena ver”. Sus favori-
un filme de horror gótico suyo, The Terror
tas —Río rojo, Ciudadano Kane, Río
(1962), donde aparecían Karloff y Jack
Bravo— las vio varias veces. Ciudadano
Nicholson, y que además filmara otros cua-
Kane fue la película que hizo que qui-
renta minutos adicionales para así redon-
siera ser director (Biskind, 2004: 142).
dear, a retazos, un largometraje que contaría
Consiguió trabajo como programador la historia de un francotirador, modelado en
en el New York Theater, luego en el Museo la figura de Charles Whitman, un exmarine
de Arte Moderno de la ciudad (MoMA) y se que en 1966 abrió fuego desde la torre de
casó en 1962 con la diseñadora de vestuario la Universidad de Texas en Austin y mató a

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A finales de 1968 conoce a Orson Welles,
a quien había dedicado una monografía
en 1961, la primera que escribió para el
MoMA. “Hubo una sensación extrañamente
conspiratoria entre Orson y yo que sentimos
casi de inmediato: la sensación de que hacía
ya muchos años que nos conocíamos”.

catorce personas, tras haber asesinado a su Entre los dos se forjaría una honda amis-
madre y a su esposa. tad. Incluso Peter Bogdanovich y Joseph
A Bogdanovich se le dio un presu- McBride hicieron parte del primer día del
puesto de 125.000 dólares y quince días rodaje de  The Other Side of the Wind  —el
para completar el trabajo. Lo que resultó 23 de agosto de 1970—, la cinta que iba a
de esa amalgama —en la que Sam Fuller constituirse en el regreso de Orson Welles a
le ayudó a pulir el guion— fue realmente Hollywood. No sospechaban entonces que
interesante: dos películas en una que re- se embarcarían en un proyecto que iba a
flexionan sobre lo mismo, el crepúsculo del quedar inconcluso. Ambos interpretaban a
terror gótico reemplazado en el incons- dos críticos de cine, en un momento del ro-
ciente colectivo por la visceralidad de los daje cuando aún Welles no tenía ni siquiera
psicópatas contemporáneos. El viejo actor un actor para el papel protagónico.
de cintas de castillos embrujados, vampiros El éxito de Targets y el buen pulso de
y doncellas cautivas no ve lugar ya para él su director llamaron la atención de BBS,
en el cine de hoy, menos aún si hay mons- la compañía que fundaron Bob Rafelson,
truos de verdad como el francotirador hijo Bert Schneider y Stephen Blauner y que
de vecino que decide parapetarse en un cine estaba financiando a los autores de lo que
al aire libre y matar a sus víctimas al azar. iba a llamarse “el nuevo Hollywood”. Con
Al final triunfa el pasado. Recuerden, es ellos haría su segundo largometraje, La úl-
Bogdanovich: siempre ocurrirá lo mismo. tima película (The Last Picture Show, 1971),
A finales de 1968 conoce a Orson a partir de la novela homónima de Larry
Welles, a quien había dedicado una mono- McMurtry publicada en 1966. Se trata de
grafía en 1961, la primera que escribió para una historia del despertar sexual de unos
el MoMA. “Hubo una sensación extraña- adolescentes (el coming of age) que viven
mente conspiratoria entre Orson y yo que en un pueblo minúsculo de Texas, llamado
sentimos casi de inmediato: la sensación de Anarene. El año es 1952, las oportunida-
que hacía ya muchos años que nos cono- des son pocas, el porvenir se antoja opaco.
cíamos”, recordaba (Bogdanovich y Welles, Bogdanovich hace de este relato en blanco
1999: 20). Desde el primer encuentro, y negro una oda a la nostalgia, a las opor-
Welles le pidió escribir un “librito simpáti- tunidades perdidas, a la juventud desperdi-
co” de entrevistas, como el que Peter había ciada que no sabe para dónde ir. Timothy
hecho con John Ford. No sabían ambos que Bottoms, Jeff Bridges y la debutante Cybill
tardaría veinticuatro años en ser publicado. Shepherd representan a esos jóvenes que

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no tienen brújula, mientras Ellen Burstyn, de la película. Pese al rechazo que Barbra
Ben Johnson y Cloris Leachman son los Streisand siempre ha sentido por ella, La
adultos condenados a vivir unas existencias chica terremoto fue un éxito absoluto de ta-
grises. La solidaridad hacia los personajes quilla ese año, solo superado por El padrino
es enorme, como si estuviéramos frente a (The Godfather, 1972), que, por cierto, fue
un inocente que es condenado a prisión un largometraje que Bogdanovich no quiso
perpetua. Bogdanovich no los critica ni los hacer.
juzga por sus fallas y deslices, los mira con Tras hundirse el proyecto de un ambi-
cercanía y respeto. Los mira incluso más de cioso western que pretendía rodar con John
cerca y con una lente menos cohibida que Wayne, James Stewart y Henry Fonda, se
lo habitual para una película norteamerica- da a la tarea de llevar a la pantalla la novela
na. Los desnudos que se ven en esta cinta de Joe David Brown, Addie Pray, que ya ha-
reflejan la sensibilidad europea de su rea- bía sido considerada y luego descartada por
lizador, influenciado por las corrientes de John Huston. Se convertirá ahora en Luna
la “nueva ola” del cine francés. El romance de papel (Paper Moon, 1973) y en un vehícu-
de Bogdanovich con Cybill Shepherd, en lo para el lucimiento de Ryan O’Neal y su
ese entonces una modelo de veinte años pequeña hija Tatum. Bogdanovich cuenta
sin ninguna experiencia actoral previa, hizo ahora con su propia compañía de produc-
que al filme se le prestara más atención que ción, The Directors Company, creada por él,
la requerida y por las razones equivocadas. William Friedkin y Francis Ford Coppola,
Ocho nominaciones al premio de la en asocio con Paramount Pictures. Cada
Academia —incluidas mejor película y director disfruta de libertad absoluta para
mejor director— y dos óscares para actor hacer el filme que quiera, si no supera los
y actriz de reparto ( Johnson y Leachman tres millones de dólares de presupuesto.
respectivamente) acabaron de convencer a Paramount distribuirá los largometra-
todos: Bogdanovich era uno de los talentos jes resultantes, que en teoría se pensaba
que iba a revolucionar a Hollywood. Barbra que podían ser cuatro por cada director.
Streisand quiso de inmediato rodar con él, Bogdanovich hizo Luna de papel y Daisy
quien incluso ya tenía una idea de come- Miller (1974) y Coppola La conversación
dia romántica al estilo de Howard Hawks (The Conversation, 1974). Los malos resul-
y su Bringing Up Baby (1938): personajes tados de taquilla de estas dos últimas y la
contrastantes, guerra de sexos y volunta- falta de un propósito común, en una época
des, diálogos rápidos y alocados. Warner en la que ser maverick (un autor indepen-
Brothers financiaría el proyecto, en el que diente y rebelde) era el ideal, acabaron con
Ryan O’Neal —en ese momento pareja de la empresa.
la Streisand— sería coprotagonista. El filme Luna de papel resultó ser una agradable
al que se le dio vida con esos elementos fue y deliciosa sorpresa. Se trata de una road mo-
La chica terremoto (What’s Up, Doc?, 1972), vie ambientada en 1935, en plena depresión
una confusión de identidades y maletines, económica, que cuenta el viaje entre Kansas
tan alocada e hilarante ahora como lo fue y Missouri de un pícaro vendedor ambu-
en el momento de su estreno. Aunque el lante de biblias y embaucador profesional,
humor que depende del slapstick de golpe, que debe llevar a una niña huérfana donde
pastelazo y porrazo no ha envejecido bien, su tía materna. La niña (Tatum O’Neal) no
su premisa intoxicante sigue siendo no solo es ningún ángel: su madre era cabaretera y
efectiva, sino además sorpresivamente fres- le enseñó más de un truco para sobrevivir,
ca. Rodada en San Francisco, Bogdanovich y ella los aplica todos. El blanco y negro de
se aprovecha de la empinada geografía de la cinta la ha convertido en inmortal, y su
la ciudad para hacer una inolvidable per- humor bienintencionado —en medio de
secución en automóvil que es el clímax la tragedia del desempleo y la desolación

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económica— hace de ella un clásico abso- Prete. Utilizando un cancionero popular
luto. La actuación de Madeline Kahn, en de Cole Porter, Bogdanovich busca home-
su segundo filme con Bogdanovich, casi se najear —a todo color, pero con una paleta
roba la película si no hubiera sido por la que privilegia los blancos y los negros—
picardía de Tatum O’Neal, que se conver- los musicales de los años treinta, grabando
tiría en la persona más joven en ganar un a los actores cantando en vivo en grandes
premio Óscar como actriz de reparto, con planos secuencia. Con solo dos preestre-
apenas diez años de edad. La “naturalidad” nos, la película se exhibió públicamente
de Tatum fue fruto de las interminables para convertirse en un enorme fiasco, pese
repeticiones de muchas de las escenas de a su hermosa banda sonora. Bogdanovich
Luna de papel, motivadas por los constantes no aprendía la lección: el pasado no esta-
olvidos de la joven. ba de moda en los años setenta. Y menos
En este momento particularmente cuando se intentaba “reinventar” un mu-
feliz de su carrera, Orson Welles vuelve a sical. Versiones en video y en televisión
pedirle a Bogdanovich que le ayude con su con montajes alternos más cercanos a los
malhadado proyecto de The Other Side of the propósitos del director han contado re-
Wind, cambiando ahora de rol, para inter- cientemente con más fortuna que la que
pretar a un joven y exitoso director de cine At Long Last Love tuvo en el momento de
llamado Otterlake. Ya el filme tiene prota- su estreno.
gonista, John Huston, pero lo que no tiene
es financiación, y de nuevo quedará suspen-
dido tras unos días de rodaje. Será el largo- La frase de Billy Wilder es lapidaria en su
metraje maldito e inacabado de Welles.
Queriendo hacer una película con su acidez: “No es cierto que Hollywood sea un
actual pareja, y contando con el paraguas
de The Directors Company, Bogdanovich
lugar amargo dividido por el odio, la codicia
vincula a Cybill Shepherd al proyecto y los celos. Todo lo que necesita para
de Daisy Miller, según el texto de Henry
James al que llega por recomendación de congregar a todos es otro fracaso de Peter
Orson Welles. Incluso Bogdanovich quería
que Welles la dirigiera para que Cybill y
Bogdanovich”.
él la protagonizaran, pero Welles se negó.
El rol masculino principal quedó en ma-
nos de Barry Brown. El filme se rodó en Para completar su infortunio dirige
Italia y Suiza, con escenografía y vestuarios después Nickelodeon (1976), otra mirada
de Ferdinando Scarfiotti y fotografía de al ayer del séptimo arte, desde la pers-
Alberto Spagnoli. Es probable que el mo- pectiva de los pioneros del cine silente.
mento no fuera el más propicio para una Bogdanovich la construyó a partir de un
cinta de época y que Cybill Shepherd no guion original de W.D. Richter llamado
estuviera a la altura de un reto histriónico Stardust Memories, que Irwin Winkler
de este tamaño, motivos que hicieron que había comprado y que el productor David
Daisy Miller, pese a su hermosa composi- Begelman de Columbia Pictures quería
ción visual, fracasara estrepitosamente. que el director de Luna de papel realizara.
Buscando recuperarse y encontrar un A esa base dramática le sumó anécdotas
terreno más familiar para él, Bogdanovich reales que le contaron leyendas como Alan
emprende el proyecto de un musical, At Dwan, Leo McCarey y Raoul Walsh, pero
Long Last Love (1975), de nuevo con Cybill la suma de esos elementos —entre cómi-
Shepherd, acompañada ahora de Burt cos, cinéfilos, históricos y patéticos— y las
Reynolds, Madeline Kahn y Duilio Del actuaciones de Ryan y Tatum O’Neal, Burt

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Reynolds y Jane Hitchcock no fueron sufi- él escribió y dirigió para ella fue They All
cientes para salvar del naufragio a un largo- Laughed (1981), que fue quizá el último
metraje ambientado entre 1914 y 1915, y filme donde Audrey Hepburn tuvo un rol
que trata sobre unos cineastas jóvenes que significativo. La cinta es una fábula situada
—tras tener variadas vicisitudes para reali- en la Nueva York contemporánea —donde
zar sus precarios filmes— tienen que ren- incluso el virus del sida ya cobra sus prime-
dirse a la evidencia: no tienen el talento de ras víctimas, según se nos cuenta—, sobre
los que van a ser los grandes maestros. Los una agencia de detectives que tiene a sus
protagonistas asisten al estreno de El naci- hombres siguiendo a mujeres hermosas cu-
miento de una nación (The Birth of a Nation, yos maridos sospechan que les son infieles.
1915) de D.W. Griffith —cinta que en ese En ese mundo ideal, las taxistas neoyorqui-
momento se conocía como The Clansman— nas son tan hermosas como Patti Hansen
y salen en silencio, completamente derro- y las mujeres que son vigiladas —Audrey
tados. ¿Es acaso una metáfora del cine de y Dorothy Stratten— terminan involu-
Bogdanovich que nunca alcanzará a tener cradas románticamente con los detecti-
la altura de sus adorados maestros? ves. Semejante fantasía masculina remite
El hecho es que tres descalabros con- a Hawks y El sueño eterno (The Big Sleep,
secutivos lo hicieron tambalear de muchas 1946), donde el Philip Marlowe que inter-
formas y perder no solo la confianza de los preta Bogart encuentra mujeres hermosas
estudios, sino también la propia fe en sus y disponibles en cada esquina. En They All
capacidades. Haber rodado en Singapur la Laughed, Ben Gazzara interpreta a un de-
adaptación de una novela de Paul Theroux tective que se expresa como Bogart y que
que se convertiría en Saint Jack (1979) no parece irresistible para todas las mujeres.
mejoró las cosas. La frase de Billy Wilder Aunque la película en conjunto está a toda
es lapidaria en su acidez: “No es cierto que hora a punto de tropezar y hacer el ridículo,
Hollywood sea un lugar amargo dividido el cariño de Bogdanovich —y el atractivo
por el odio, la codicia y los celos. Todo lo de las mujeres que ahí aparecen— logran
que necesita para congregar a todos es otro redimirla. Era por fin un bálsamo para su
fracaso de Peter Bogdanovich”. Por cierto, carrera y la oportunidad de ser feliz y muy
Cybill Shepherd opta por salir de su vida. envidiado al lado de Dorothy Stratten, con
Pero él tiene ya en la mira a su siguiente quien terminaría enamorándose. Con lo
musa y amante: una conejita canadiense que no contaba él, ni nadie, era que el 14 de
de Playboy llamada Dorothy Stratten que agosto de 1980 el exmarido de Dorothy iba
apareció en las páginas centrales de la re- a asesinarla y luego a suicidarse.
vista en agosto de 1979 y fue declarada La tragedia fue devastadora. They
playmate del año en 1980. La película que All Laughed ya estaba completada pero

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tardó un año más en estrenarse, buscan- sale por fin publicado un inmenso volumen
do minimizar el impacto de la muerte de llamado This is Orson Welles (en español
la joven. Su limitada exhibición hizo que Ciudadano Welles), el resultado de todas las
Bogdanovich comprara los derechos del conversaciones y entrevistas que Peter y
filme e intentara venderlo él mismo. La he- Orson Welles habían tenido desde que se
catombe económica no tardó en darse: ten- conocieron.
dría que declararse en bancarrota en 1984. Se dedicó entonces a dirigir películas
Ese mismo año, para su fortuna, emprende para televisión como medio de subsistencia,
el proyecto de Mask (1985), protagoniza- con títulos y temáticas que es mejor olvidar.
da por Cher y Eric Stoltz, una historia de El siglo xxi lo vio regresar tras la cámara
la vida real sobre un joven que sufre una para dirigir El maullido del gato (The Cat’s
displasia craneodiafisaria, condición extre- Meow, 2001), una escenificación de uno de
madamente rara que le deformó el cráneo. los escándalos y misterios más suculentos
Pese a las malas relaciones con Cher duran- de los años veinte: el supuesto asesinato del
te el rodaje, la película salió a flote y logró director Thomas Ince a manos del magnate
un inesperado éxito de taquilla, convirtién- William Randolph Hearst, quien, en un
dose en un salvavidas temporal para su atri- arranque de celos, lo habría confundido
bulado director, quien, por si no le faltaran con Charles Chaplin y le había disparado
problemas, demandó a Universal Studios en la cabeza. Era conocido el flirteo entre
por suprimir un par de escenas del filme y Chaplin y la amante de Hearst, la actriz
cambiar la música de Bruce Springsteen de Marion Davies, y el magnate reunió, en no-
la banda sonora. Illegally Yours (1988) fue la viembre de 1924, a varios amigos para un
única cinta adicional que hizo en esa déca- fin de semana de placer en su yate de lujo,
da. Que se casara con la hermana menor de el Oneida, donde parece que todo ocurrió.
Dorothy, Louise Stratten, en 1988, cuando Parece, pues un manto de silencio cubrió y
ella tenía veinte años y él casi cincuenta, no cubrirá para siempre la verdad. Hearst tenía
ayudó a mejorar las cosas. Su prestigio y su tanto dinero que podía acomodar los he-
imagen se vinieron ahora sí a pique. chos a su antojo. No fue nada casual que
Durante los años noventa solamente Orson Welles lo escogiera para satirizarlo
dirige tres largometrajes: Texasville (1990), en Ciudadano Kane: Hearst representaba
la secuela de La última película; ¡Qué ruina el poder absoluto y desmedido que todo lo
de función! (Noises Off, 1992), inteligente y contamina y lo corrompe. El maullido del
graciosa pero incomprendida, y The Thing gato —basada en una obra teatral de Steven
Called Love (1993), solo recordada por ser Peros estrenada en 1997— tuvo apenas un
el último filme completo en el que actuó mes de rodaje y se filmó en Grecia y Berlín.
River Phoenix antes de morir. En 1992 Fue un digno retorno para Bogdanovich,

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quien encontró ahí la historia perfecta para alternando en las tablas con la esposa del
él: cinéfila, que incluía a mitos del cine y que atribulado Arnold. Y esto es solo el co-
le permitía retratar una época que veneraba. mienzo del filme.
Pasan trece años. En ese lapso se sepa- Con un tono que no oculta similitu-
ra de Louise Stratten, acepta el papel del des con las recientes comedias de Woody
siquiatra de Lorraine Bracco en catorce Allen, Enredos en Broadway quiere también
episodios de la serie de HBO The Sopranos y remitir al cine de Ernst Lubitsch, e incluso
sigue haciendo telefilmes como The Mystery hay una frase de su película Cluny Brown
of Natalie Wood (2004). Por fortuna, su co- (1946) que es un running gag que atraviesa
nocimiento enciclopédico del cine también todo Enredos en Broadway, como para que
le permitió hacer los comentarios eruditos no queden dudas. No hay acá la sofistica-
que vienen como material adicional en ción de Lubitsch pero sí una dignidad que
películas en DVD y blu ray como El tercer habla del oficio que tiene Bogdanovich, de
hombre (The Third Man) y Make Way for sus ganas de mostrar que sigue activo. La
Tomorrow, por solo mencionar dos títulos. buena recepción de esta cinta lo ha impul-
En estos años se convierte además en men- sado a emprender un nuevo filme, provi-
tor de una camada de directores jóvenes sionalmente llamado Wait for Me, que se
como Noah Baumbach y Wes Anderson, rodaría en 2016.
quienes —agradecidos— se convierten en Es un final feliz para este relato que
coproductores de una nueva cinta, Enredos queda en “continuará…”, sobre todo por-
en Broadway (She’s Funny That Way, 2014), que Bogdanovich tiene otra misión gigan-
un guion que escribió en 1999 junto a su tesca, sea que filme o no otra vez: honrar
ahora exesposa Louise y que tenía guarda- el compromiso que hizo con Orson Welles
do en el cajón de los proyectos aplazados. y concluir y estrenar The Other Side of the
La idea para esta historia al parecer tiene Wind. Pero, créanme, esa es otra historia.
origen en un episodio real que le ocurrió
a Bogdanovich cuando rodaba Saint Jack
en Singapur: “Contratamos a varias pros- Juan Carlos González A. (Colombia)
Médico especialista en microbiología clínica. Profesor
titutas para la película. Sentí pena por dos titular de la Facultad de Medicina de la Universidad
de ellas porque parecía que no querían Pontificia Bolivariana. Columnista editorial de cine
hacer aquello, y a cada una les di dinero del periódico El Tiempo, crítico de cine de las revis-
para que cambiaran de vida. Aquello supu- tas Arcadia y Revista Universidad de Antioquia, y del
suplemento Generación. Actual editor de la revista
so un impulso para el guión” (Reviriego y Kinetoscopio. Autor de los libros François Truffaut:
Bogdanovich, 2015). una vida hecha cine (Panamericana, 2005), Elogio de
Con esa premisa un tanto anacrónica lo imperfecto, el cine de Billy Wilder (Universidad de
arranca una comedia de enredos que tiene Antioquia, 2008), Grandes del cine (Universidad de
Antioquia, 2011) e Imágenes escritas, obras maestras del
como su eje a la trasescena de una obra de cine (EAFIT, 2014).
Broadway. Es precisamente Arnold, un di-
rector de teatro —interpretado por Owen
Wilson— el que cumple la curiosa misión Referencias
de regenerar prostitutas (luego de haber Biskind, Peter (2004). Moteros tranquilos, toros salvajes.
utilizado sus servicios), dándoles una grue- Barcelona: Anagrama, 2004.
sa suma de dinero para que cambien de Bogdanovich, Peter y Orson Welles (1999). Ciudadano
Welles. Barcelona: Grijalbo, 1999, p. 20
vida. La última de ellas (representada por Reviriego, Carlos y Peter Bogdanovich (2015). En
la británica Imogen Poots), que siempre Hollywood ya sólo se hacen películas para niños,
ha querido ser actriz, opta por un papel en El Cultural, 24 de julio de 2015 [en línea], dispo-
una obra dirigida por su benefactor, que le nible en: http://www.elcultural.com/revista/cine/
Peter-Bogdanovich-En-Hollywood-ya-solo-se-
había ocultado su verdadero nombre y su hacen-peliculas-para-ninos/36793, consulta: 30 de
ocupación. Terminará ganándose el rol y septiembre de 2015.

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