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BOLILLA 1: CONTRATOS: CONCEPTO – CATEGORÍAS – CLASES.

1. Contrato: concepto-A) Naturaleza jurídica; B) Metodología de la materia en el Código Civil, en el


Código de Comercio y en la Ley 24.240- C) La autonomía de la voluntad: a) Versión tradicional; b) Versión
moderna.-

Contrato: concepto
 Art. 1137 del Código Civil de Vélez: “hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una
declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos”
 Art 957 del Código Civil y Comercial: “contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes
manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales”.
La definición del artículo 1137 del código derogado evocaba al mismo tiempo la noción de acto jurídico bilateral.
Bastaba para ello con pasar lectura a los artículos 944 y 946 de dicho código, para que se concluyera que el contrato
es un acto jurídico, dado que el fin inmediato era establecer entre las personas relaciones jurídicas.
También se afirmaba que una noción más precisa de contrato requiere sustituir la expresión "personas" por
"partes". Y para ello se argumentaba: La posibilidad de que una persona represente simultáneamente a dos partes,
en los supuestos de doble representación y autocontrato (art. 1919, código derogado), o la de que varias personas
constituyan una sola parte ponen de manifiesto que lo que interesa a la noción de contrato es la existencia de partes
contractuales contrapuestas o un centro de intereses, como lo enuncia Messineo'.
Ahora se afirma que el contrato es un acto jurídico celebrado entre dos o más partes (y no personas), se alude a la
necesidad de que medie consentimiento y se describe lo que en el artículo 1137 se enunciaba como "reglar sus
derechos", estableciéndose la función del contrato: crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales.
Las partes contractuales deben hallarse ostentando intereses opuestos.
El nacimiento a la vida jurídica del contrato requiere el consentimiento, y éste, a su vez, resulta de la "armoniosa
integración de la oferta con la aceptación".
Otro elemento tipificante de la definición está relacionado con la patrimonialidad de su objeto.
La preposición “para” empleada en el texto pone de manifiesto la importancia de la finalidad en el contrato. Quien
contrata persigue una determinada finalidad que le interesa en grado tal que está dispuesto a sacrificar sus
posibilidades de destinar recursos personales y materiales a otros fines, para alcanzar los propuestos.

A) Naturaleza jurídica.
 Antonio Rinessi sostiene que el contrato no es únicamente un acto jurídico bilateral, ya que también se
visualiza el acto jurídico plurilateral que es aquel que da origen a una persona jurídica, con una estructura
distinta al acto bilateral, aunque intervengan dos voluntades. Es claro que también pueden intervenir más
de dos voluntades.
Es necesario advertir que los efectos no derivan únicamente de la voluntad de las partes, sino que está destinado a
cumplir una función, la de ser una operación económica de producción, distribución y acceso a los bienes. Por lo
tanto está sujeta a diversos órdenes jurídicos económicos, que difieren de los que pueden recaer en el acto jurídico.

B) Metodología de la materia en el Código Civil, en el Código de Comercio y en la Ley 24.240


a- En el Código Civil:
Para la redacción del Código Civil, Vélez se inspiró en el método de Freitas y el jurista brasileño, a su vez,
tomo de Savigny la clasificación de los derechos que es la base de su plan. Vélez no siguió al pie de la letra a Freitas
pero superó en método al Código Civil francés.
Uno de los aciertos de Vélez ha sido, en esta materia crear un Titulo general referido a los contratos, ubicado
en la Sección III del Libro II, bajo la denominación de “De los contratos en general”, donde se formula la teoría del
contrato, en él sumó el concepto y clasificación de los contratos, al consentimiento, a los que pueden contratar, al
objeto, a la forma, a la prueba y a los efectos. A pesar de esto, se ha desbordado en temas como el de la forma y la
prueba, porque muchos de ellos son materias de los actos jurídicos, y por tal razón el intérprete debe buscar en el
contrato sobre estos aspectos para aplicarlos luego a los actos jurídicos.
Luego el Título I trae el Código la parte especial dedicada a la regulación de los contratos en particular.
La parte especial fue diseñada teniendo presente únicamente los contratos más utilizados, o de mayor
circulación en el terreno negocial, sin tener en cuenta criterios técnicos que permitan agruparlos. La presencia al
final de la Sección III, en el título XVIII, de dos cuasicontratos constituye un grave error de método, ni la gestión de
negocios ni el empleo útil son contratos y la presencia del Título II de la Sección III, “De la sociedad conyugal”, entro
de la reglamentación de los contratos en particular afea la concepción del Código. Además de las críticas recibidas
en la parte de los contratos, es objeto de las mismas críticas que se han adjudicado a todo el Código: el de tener un
exceso de definiciones, un sobreabundante casuismo, y remisiones inapropiadas.
El anteproyecto de Código Civil de Juan Antonio Bibiloni introduce sensibles mejoras en el método de
nuestro Código. En una Parte general se ocupa de las personas, cosas, hechos y ejercicio de los derechos (libro I), en
el libro II se agrupan y deslindan las fuentes de las obligaciones en una parte primera o general, y luego, bajo el

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rubro “De las diversas relaciones obligatorias en particular”, reglamenta los contratos en particular, incluyendo, una
serie de figuras que no pueden clasificarse en la categoría de contractuales.
El anteproyecto de 1936 contiene modificaciones que importan un mayor avance sobre la arquitectura del
Código; consta de cinco libros, un título preliminar y uno complementario.
El proyecto de 1954, obra del doctor Jorge J. Llambías, se compone de un título preliminar y cinco libros.
El proyecto de 1987, sigue el método del Código e incorpora en la materia de los contratos en general
algunas innovaciones interesantes: regulas los contratos atípicos y los celebrados con “clausulas predispuestas”,
sujeta el acuerdo a las bases negóciales, subjetiva y objetiva, y alude a la “frustración del fin”, sin perjuicio de otras
modificaciones menores.
El proyecto de 1993 no tiene mayores innovaciones, pudiendo sostenerse que sigue el de 1987.

b- Código Civil y Comercial: Para facilitar y ordenar la labor jurídica —y sin que ello implique limitar la libertad de
generación de vínculos y de contenidos de los particulares, salvo en lo que respecta a los límites establecidos por
razones de interés público—, se regula en este código la materia de los contratos por medio de una parte general
(libro Tercero, Título II); otra, dedicada a los contratos de consumo, que son los que, sin agotarse en ello, hacen a la
cobertura cotidiana de necesidades básicas de la población (libro Tercero, Título III); y una tercera, en la que se
desarrolla la regulación particular de distintos contratos (libro Tercero, Título IV). El código regula tanto los contratos
civiles como los comerciales e incluye, la regulación de los contratos de consumo, entendiendo que no se trata de un
tipo contractual especial más, sino de una fragmentación del tipo general, que influye sobre los tipos especiales;
solución consistente con la constitución nacional, que considera al consumidor como un sujeto de derechos
fundamentales.
El nuevo Código Civil y Comercial de 2015, se compone de seis libros y un título preliminar, se introducen
nuevas reformas innovadoras para la realidad que se vive actualmente.
TITULO II: Contratos en GENERAL: Son de Orden Público-Imperativas: deben ser cumplidas obligatoriamente
TITULO III: contratos de consumo
TITULO IV: Contratos en PARTICULAR
En la ley Defensa Consumidor: 24240: título I . Capitulo III, V, VI,VII,VIII,IX,

C) La autonomía de la voluntad.
La voluntad es autonomía cuando se gobierna a si misma; heterónoma cuando es dirigida desde afuera. La
autonomía nace de una delegación del orden jurídico. Galgano dice que para definir este papel de la voluntad se
habla de libertad o autonomía contractual. Es una libertad o autonomía que se manifiesta bajo un doble aspecto,
positivo y negativo.
Positivo: significa que las partes pueden, con un acto de su voluntad, constituir, regular o extinguir relaciones
patrimoniales.
Negativo: autonomía contractual significa que nadie puede ser privado de sus propios bienes o constreñido a
ejecutar prestaciones a favor de otro contra su propia voluntad.
El hombre es libre para contratar o no, para elegir con quien ha de contratar, pero si contrata deja de ser libre. Existe
libertad para entrar en la convención pero no para salir de ella. Esta es la libertad de contratar.
Una vez que el hombre se ha decidido a contratar y ha elegido con quien hacerlo, es igualmente libre para estipular
las cláusulas que más convenga a sus intereses, a la satisfacción de sus necesidades. Esta es la libertad contractual.
a. Versión tradicional:
La autonomía de la voluntad fue considerada una atribución del sujeto. Todo dependía de la voluntad privada. Esta
tenia poder suficiente para crear el negocio jurídico, con todos sus efectos. Por ello siempre constituyó, el contrato,
una de las especies del acto jurídico, construcción dogmática que significo que el poder de la voluntad era suficiente
para crear el derecho de las partes.
Por eso nuestro Código dice, en el art. 1197, que las convenciones hechas por las partes forman para las
mismas una regla a la cual deben someterse como a la ley misma.
Si bien no se le da la categoría de ley, se asemeja a ella y aunque está por debajo. Aquí también se entroniza el
principio de que la voluntad individual crea derechos, pero debe respetar principios de orden público que están por
encima de la voluntad individual y que hacen al respeto del sistema de principios jurídicos que tutelan la
organización de toda sociedad.
También en este sentido nuestro Código expresa, refiriéndose a la causa ilícita, que esta lo es cuando es
contraria a las leyes o al orden público (art. 502, Cód. Civil). El derecho ha construido la institución del acto jurídico,
del cual el contrato era una de sus especies, en tanto y en cuanto no se ofendan las leyes, ni los principios de orden
público. Con este techo, la voluntad producía todos sus efectos.
A la tesis tradicional se le hicieron serias críticas, por cuanto esta resultaba totalmente egoísta, atenida
exclusivamente a los intereses particulares; desentendiéndose de toda cuestión ajena por mas vinculada que
estuviera con el negocio.

b. Versión moderna:

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Paulatinamente se ha ido socializando el negocio jurídico, y para ello muchas veces el propio legislador
acudió con leyes a revertir estas situaciones, corrigiendo los alcances del contrato con el propósito de armonizarlos
con las vicisitudes de la propia sociedad donde se desenvolvía. Esto ocurrió principalmente con las leyes de
alquileres, que recayeron sobre los propios contratos de locación vigentes, modificando o cambiando sus términos o
clausulas, sobre todo con referencia a los precios y a los plazos de duración de los contratos. Así se congelo el precio
de los alquileres, por algún tiempo, o se estableció sistemas de reajustes en los precios, que siempre fueron mucho
más atenuados que los que se establecían por contrato.
Ésta intervención del legislador se llamó “dirigismo contractual a través de la legislación”.
Pero también hubo dirigismo contractual a través de los jueces, cuando a petición de parte revisaban los términos
del contrato, en los supuestos excepcionalmente establecidos en la ley. La ley 17.711 introdujo el abuso del derecho,
la teoría de la imprevisión y la lesión subjetiva. Antes de la reforma, el Código era fiel reflejo de la teoría del acto
voluntario, o sea que la voluntad era la única creadora del negocio jurídico, y nadie podía intervenir en ese sector de
la voluntad, cuyas reglas eran consideradas como la ley, siempre y cuando, esa voluntad respetara el techo erigido,
es decir, que no fuera contraria al orden público, a la moral y a la buenas costumbres.

Poco a poco el contrato se ha ido abriendo a las necesidades de la propia sociedad donde el negocio se
realiza, y se ha ido plasmando el criterio de que este no puede permanecer extraño al medio donde se desenvuelva.
El negocio que en un principio fue egoísta, solamente ocupado en los intereses particulares, fue paulatinamente
impregnándose de las vicisitudes de la propia sociedad.
Este y otros aspectos han hecho cambiar la concepción del contrato. La teoría clásica entendía el contrato como
fenómeno económicamente neutro. Esto no es así, porque
El contrato tiene un impacto que trasciende la privacidad. El análisis particularizado del contrato impide muchas
veces percibir la globalidad del negocio celebrado. La venta a bajo precio puede buscar la eliminación de un
competidor y transformarse en ilícita a la luz de la regulación de la competencia.
Las normas actuales de la contratación prevén no solamente la regulación particular, sino su incidencia en
determinados sectores, como son aquellos que se vinculan con el mercado. A su vez, como fenómeno global, se lo
regula impregnándolo de solidaridad.

2. Las nuevas categorías de contratos: A) Las distintas denominaciones. B) Los distintos órdenes
públicos. C) La solidaridad. D) El mercado. E) La contratación predispuesta y la protección al consumidor.
F) El principio de buena fe. G) El nuevo rol de las normas supletorias. H) Vinculación de la publicidad al
contrato.-

Las nuevas categorías de contrato:


A) Las distintas denominaciones:
- Los contratos de contenido predispuesto o contratos de cláusulas generales, también llamados contratos
estándares o masivos.
B) Los distintos órdenes públicos:
LORENZETTI ha reunido estos órdenes normativos llamándolos “normas de intervención del contrato”. Encuentra
cuatro normativas de intervención.
1) La garantía al consentimiento pleno: Estaría basada en el seguimiento de la composición interna del
negocio», sobre el análisis de las tradicionales figuras de los vicios de la voluntad, enderezada a salvaguardar
el negocio, y apreciada desde la óptica tanto del emisor como del receptor.
Al respecto, Federico de Lorenzo, afirmaba que en la era actual de consumo, cuya caracterización es la
contratación estandarizada, los contratos tipos, los negocios indirectos “impuestos”, el intercambio
objetivado y, en definitiva, por la decadencia de la contratación individual., es evidente que para salvar el
contrato de su disolución se hace imprescindible que surjan desde el interior de la misma categoría del
negocio las respuestas necesarias para afrontar esta nueva y compleja realidad.
2) El orden público de protección: Este es un aspecto externo del negocio, y se refiere a la posición económica
social de los contratantes. Lo que se pretende es proteger a una de las partes, restableciendo el equilibrio
contractual. Manifestación de esta tendencia ha sido la interpretación del contrato con la regla del favor
debitoris.
A ella se ha agregado otro criterio, el del favor debilis que modifica aquella regla por cuanto en la
contratación del consumo, el favor debilis se encuentra en la posición del acreedor.
Este criterio estima que la interpretación del negocio debe realizarse en contra del predisponente, o sea, de
quien reformula el contrato, ya que la otra parte es la parte que necesita protección.
Se protege, a través de la interpretación, favoreciendo al consumidor, ante cláusulas abusivas, o situaciones
reñidas con la buena fe, también a través de la legislación, creando a favor de
la parte débil prerrogativas o beneficios, que en la contratación no conseguiría.
3) El orden público de coordinación: Lorenzetexplica diciendo que se trata de controlar la licitud y la
adecuación del negocio a los valores básicos del ordenamiento jurídico.
Estas premisas pueden ser del orden de una formulación negativa, como serían las establecidas en el Código

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Civil con respecto a la ilicitud del objeto, con relación a la prohibición de donar todos los bienes presentes, o
la de establecer plazos máximos en la locación, etcétera.
El principio de socialización, otra de las premisas del orden público de coordinación, sería: el deber de
comportarse de buena fe, la protección del medio ambiente en la contratación, o el ejercicio regular del derecho de
dominio, entre otros.
Un tercer aspecto de esta normativa de coordinación puede ser la rectificación del contrato a través de
mecanismos legales, como la teoría de la imprevisión, el abuso del derecho, etcétera.
4) El orden público de dirección: Lorenzet nos da da un claro concepto, refiriéndose a la legislación que «lo
constituye». Son cuestiones atinentes al comercio exterior, a la competencia, al aspecto cambiario e
impositivo, que recortan las posibilidades de los contratantes.
En definitiva, es la regulación del mercado interno y también internacional, en cuanto hace al interés de la
economía nacional, y regional.
Todo ello da una idea de cierta dirección -nos dice Lorenzet - un cierto modo de organizar económicamente
una sociedad que aparece nítidamente expresada en la Constitución, y en las leyes, y en las tradiciones jurídicas.
Esto -dice el autor- no debe confundirse con el discurso de un gobernante.

C) La solidaridad:
Siguiendo el pensamiento de Mosset Iturraspe la solidaridad tiene que ver con las actividades humanas
socializadas, con la normación de conductas compartidas, con la conciencia colectiva, con lo inmoral por antisocial.
La persona tiene el deber social de cooperar a la consecución del bien común, del cual obviamente participa. La
vivencia de los valores de solidaridad y de cooperación debe presidir su actividad, signar su cotidiano quehacer.

D) El mercado:
El mercado es el ambiente donde se desarrollan las diferentes transacciones, y que inciden sobre las
mismas, así como estas inciden sobre el mercado, produciendo una influencia recíproca.
Este espacio o ambiente proyecta influencias o efectos en la contratación.
Hoy en día, los estudios economicistas del derecho lo consideran, la ley de protección o defensa del
consumidor es un resultado del enfoque economicista de la contratación.
Hay una profunda influencia práctica que la vida económica ejerce sobre las relaciones sociales en general, y
sobre la formación y estructuración del derecho positivo de un Estado, y es un hecho evidente la notoria influencia
que ejercen y siguen ejerciendo los contenidos concretos de la vida económica en la mentalidad, en el contexto
cultural y, específicamente, en las concepciones jurídico políticas del hombre social.
Más allá de una igualdad formal, las diferencias en orden al poder de negociación, obligan al derecho a
hacer un análisis económico, y a conciliar lo justo y bueno con lo equitativo y provechoso.
En el pensamiento de Reich la socialización de las potencias capitalistas industriales se realiza a través del
mercado.
El mercado tiene por función el crecimiento y desarrollo de una sociedad. También determina el reparto y
distribución de la renta y es el responsable del nivel de estabilidad de los precios.
Tenemos tres tipos de mercado: el mercado de trabajo; el mercado de capitales; y el mercado de bienes de
consumo, que incide particularmente en la contratación en el cual tiene lugar el cambio de mercaderías y servicios
por dinero.

E) La contratación predispuesta y la protección al consumidor.


La empresa no puede contratar cara a cara con cada uno de los consumidores; debe necesariamente dictar
cláusulas-o condiciones generales a las cuales cada uno de aquellos tendrá que adherir si desea el producto o
servicio. Es una forma necesaria de contratar, por lo que el campo normal y corriente de desenvolvimiento de este
contrato se debe encontrar en el consumo.
Pueden, no obstante, existir otros campos donde se manifieste esta estructura contractual, pero lo será
excepcionalmente. Por lo tanto, en la medida en que las normas emanadas de la ley de protección al consumidor
tengan compatibilidad con tales contratos, les serán aplicables, toda vez que involucren en su contenido a una parte
fuerte y otra débil, consecuencia de un desequilibrio contractual.
Sin ir más lejos, las normas de la ley de protección al consumidor alcanzan a los profesionales médicos, no
obstante haber la misma normativa excluido a los profesionales liberales, conforme lo dispuesto por el articulo 28 in
fine. Esto es así porque se ha considerado que entre los profesionales médicos y los pacientes media una relación
contractual desequilibrada, donde el paciente es la parte débil de la relación.
También tendrán una permanente influencia en esta contratación las leyes de defensa de la competencia
(ley
22.262) y de lealtad comercial (ley 22.802), porque ambas están regulando y controlando el mercado, ámbito
natural y obligado donde se desenvuelven los contratos del consumo, y casi con exclusividad la contratación masiva
o predispuesta.

F) El principio de buena fe:


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Antes de la reforma de la ley 17.711, tanto la doctrina como la jurisprudencia nacional estimaban implícito
en el ordenamiento el principio rector de la buena fe, y consideraban, que ella debía presidir la conducta de las
partes, tanto en el proceso formativo del contrato como durante su vigencia.
El artículo 1061 del Código Civil y Comercial dispone que “el contrato debe interpretarse conforme a la
intención común de las partes y al principio de buena fe”.
MOSSET ITURRASPE sostiene que el principio de la buena fe exige que los contratos se celebren, interpreten
y ejecuten de acuerdo a este moralizado standard jurídico. Es insuficiente no actuar de mala fe.
DIEZ PICAZO afirma que el ordenamiento jurídico no solo establece un veto a las conducta deshonestas, sino
que impone exigencias positivas para con el prójimo (deberes de diligencia, esmero, cooperación, etc.)
La propia ley en defensa del consumidor (artículo 37) otorga a este el derecho de reclamar la nulidad del
contrato o de una o más de sus cláusulas. Aunque la ley no lo aclara, porque impone expresamente este deber al
oferente, el principio de la buena fe, sin embargo, por disposición del art. 1198 del Código Civil de Vélez, alcanzaba a
toda contratación, y por ende a sus contratantes.

G) El nuevo rol de las normas supletorias:


Las normas supletorias que completan las distintas configuraciones contractuales, que se encuentran
contenidas en los Códigos, son ahora interpretadas como las que regulan con más propiedad y con mayor dosis de
equidad el principio de la reciprocidad de los intereses, y que como tal preserva el principio de equivalencia de las
prestaciones.
Tales normas se han convertido de supletorias en dispositivas, por lo que cuando se apartan de ella, será
necesario indagar si el ejercicio de la libertad contractual, a través de las estipulaciones de las partes, no importa
una hipótesis de abuso, o no resulta un desequilibrio en el contrato.
Es decir, conforme la regulación diseñada en el artículo 37 de la ley 24.240, no bastará apartarse de las
normas reglamentarias de las figuras contractuales cuando los intereses particulares así lo determinen, sino que será
necesario examinar si este apartamiento afecta la relación de equivalencia; porque de ser así, se tendrán por no
convenidas.

H) Vinculación de la publicidad al contrato:


Una nueva modalidad que permite afirmar que la contratación en el área del consumo goza de protección
acerca de la parte débil, es la referida a los efectos vinculantes de la publicidad y propaganda en la relación
contractual que se establezca entre el proveedor y el consumidor. Así lo dispone el art. 8a de la ley 24.240 en estos
términos: “Las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios, prospectos, circulares u otros medios de
difusión obligan al oferente y se tienen por incluidas en el contrato con el consumidor”. En-el mismo sentido, el art.
19 de la ley reitera, con respecto a los servicios, la obligación de respetar las condiciones que hayan sido
publicitadas.

3. La contratación típica y atípica: A) La tipicidad. B) Ámbito y problemática. C) El contrato atípico y la


autonomía de la voluntad. D) Las categorías atípicas. E) La atipicidad en el consumo. F) La tipicidad
social.

La contratación típica y atípica:


A) La tipicidad:
La tipicidad contractual es la concreción del tipo abstracto, es el modo de organizar el derecho un contrato
en particular. Frente a la conducta socioeconómica, el derecho puede prever diversas formulaciones de acceso a
ella, más o menos elásticas, como serian en su caso la compraventa o la locación de cosas. Cuando no aparece esa
organización jurídica del fenómeno económico jurídico, estamos ante la atipicidad.
La tipicidad entonces, es cuando el derecho ha organizado las diferentes figuras contractuales, y la atipicidad
es cuando no se han previsto figuras específicas a priori.
Esta segunda especie de contratos, o sea los atípicos, son los que se van creando incesantemente por la
práctica negocial.

B) Ámbito y problemática
Los contratos atípicos están reconocidos por el derecho a condición de que estén dirigidos a realizar
intereses merecedores de tutela según el ordenamiento jurídico. La regla
Surge sin hesitación de los principios generales del derecho.
Las normas contractuales generales que hacen a una teoría general del contrato, son comunes, y tanto
pueden ser aplicadas a los contratos típicos como a los atípicos. También se ha entendido que son aplicables a estos
contratos las reglas del derecho obligacional.
Sin embargo, el área en que los mismos se desenvuelven goza de una mayor autonomía y por cuanto en
principio no están sometidos a reglas particulares correspondientes a una determinada figura contractual. No
obstante, estos deben tener reglas particulares para cada atipicidad singular. Se han clasificado a las figuras más
conocidas de los atípicos en tres grupos, según que:

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a) presenten afinidad con un solo o determinado contrato típico;
b) resulten de elementos atinentes a varios o diversos, contratos típicos, o
c) no tengan ningún parentesco conceptúe con figuras típicas.
Para el primer grupo, se ha propuesto aplicar el principio de la analogía; para el segundo grupo, las
opiniones sostenidas por unos son de aplicar el método de la absorción, en cambio otros piensan en aplicar el de la
combinación. Tanto con respecto a estos como a los del tercer grupo, se sostiene que siempre será aplicable el
método de la analogía.-.
Concretamente, el contratante no crea el derecho, lo recrea, lo concreta. Ello implica que debe aceptar sus
presupuestos y no actuar insularmente.

C) El contrato atípico y la autonomía de la voluntad:


Nuestra ley ha acogido los principales contratos y lo ha hecho según la significación que tienen en la vida
económica, pero ello no implica que las partes puedan crear otros tipos contractuales. Ellas pueden apartarse y
crear su propio contrato. Es claro que ello será posible mientras no ofendan las leyes imperativas, ni el orden
público.

D) Las categorías atípicas:


La categoría atípica pura surge de aquella contratación que se aparta totalmente de las figuras típicas, y que
tiene una composición distinta, desde un primer momento; no pudiéndose determinar que las mismas pertenezcan
de alguna manera, aun parcialmente, a una figura típica. Esta categoría se denomina “contrato atípico puro”, porque
se diferencia de los contratos típicos en cuanto a su contenido.

G) Las otras categorías


 Uniones de contratos.
Surgen de la combinación de distintas situaciones que se logran a través de la existencia de más de un contrato.
a) Unión externa: Cuando dos contratos, de por sí o independientes, se unen externamente en el acto de
ser concertados, no guardando ningún nexo de subordinación o dependencia el uno con respecto al
otro, estamos en presencia de la unión externa. Esta unión se produce porque las mismas partes
realizaron simultáneamente dos contratos o negocios, en la misma oportunidad, o porque las mismas
partes realizaron negocios independientes sobre un mismo objeto, o negocios sucesivos, pero
independientes.
Esta unión externa no constituye una atipicidad, porque los dos contratos funcionan independientemente.
b) Uniones internas: cuando los contratos dependen entre sí o están subordinados en su funcionamiento y
en sus efectos, estamos en presencia de la unión interna, que aunque sean de contratos típicos, crea
una atipicidad.

H) La atipicidad en el consumo
El contrato de consumo no es ni típico ni atípico porque no hay un contrato de consumo predeterminado, un
contrato fijo.
No podemos precisar en la variedad contractual del consumo cuales serían las modalidades contractuales
que se darían, pero es innegable que primara sin lugar a dudas, la contratación atípica, por cuanto el contrato se
integra siempre con la publicidad que, con respecto a la oferta, se realiza, y esta publicidad siempre estará
connotada por innumerables alternativas y componentes que, no se ubicaran precisamente en un determinado tipo
de contrato, sino que estará integrado por prestaciones de distintos tipos.
Otra particularidad que se podrá observar en esta contratación es la tipicidad de los atípicos. Esta tipicidad
se da con mayor frecuencia en los rubros, es decir, en las negociaciones de determinados artículos, o con referencia
a determinadas actividades.
Con respecto a ciertos consumidores. De tal manera entonces que la tipicidad se convierte en tal no por su
reglamentación, sino en razón del objeto de la negociación, pero dentro del amplio campo de la atipicidad.

F) La tipicidad social:
MOSSET ITURRASPE afirma que cuando nos referimosa tipicidad, es indudable que es la que surge deuna
regulación legal, pero la tipicidad puede ser individualizada por los usos y costumbres.
Observamos entonces, expresa el maestro, que aun cuando la tipicidad legal pueda faltar, existirá en muchos casos
una verdadera tipicidad social, dada por el hecho de que determinados contratos existen con caracteres
particulares, en la realidad social de una época –conciencia social, económica o ética- antes de que el legislador los
recepte y esquematice.
Agrega el autor, citando a Messineo, que el florecer de las figuras de contratos innominados se debe sobre
todo al nacimiento de nuevas necesidades económicas: cuanto más rico es el desarrollo de la vida económica, tanto
más crece el número de nuevas figuras contractuales.

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4. Clasificación de los contratos: A) La moderna clasificación. B) La clasificación del Código Civil. C) La
categoría de contratos con prestaciones recíprocas. D) Contratos del consumo.-
Clasificación:
a- La clasificación del Código Civil
El Código Civil de Vélez contiene:
Art. 1.138. Los contratos se denominan en este código unilaterales, o bilaterales. Los primeros son aquellos en que
una sola de las partes se obliga hacia la otra sin que ésta le quede obligada. Los segundos, cuando las partes se
obligan recíprocamente la una hacia la otra.
Art. 1.139. Se dice también en este código, que los contratos son a título oneroso, o a título gratuito: son a título
oneroso, cuando las ventajas que procuran a una u otra de las partes no les es concedida sino por una prestación
que ella le ha hecho, o que se obliga a hacerle: son a título gratuito, cuando aseguran a una u otra de las partes
alguna ventaja, independiente de toda prestación por su parte.
Art. 1.140. Los contratos son consensuales o reales. Los contratos consensuales, sin perjuicio de lo que se dispusiere
sobre las formas de los contratos, quedan concluidos para producir sus efectos propios, desde que las partes
hubiesen recíprocamente manifestado su consentimiento.
Art. 1.141. Los contratos reales, para producir sus efectos propios, quedan concluidos desde que una de las partes
haya hecho a la otra tradición de las cosas sobre que versare el contrato.
Art. 1.142. Forman la clase de los contratos reales, el mutuo, el comodato, el contrato de depósito, y la constitución
de prenda y de anticresis.
Art. 1.143. Los contratos son nominados o innominados, según que la ley los designa o no, bajo una denominación
especial.
La clasificación que contiene el Código es técnico jurídica, porque con ella delimita las características y los efectos de
cada categoría de contratos, como también se insertan los requisitos que deben observar algunos, que no se dan en
otros.
EL Código Civil y Comercial contiene:
ARTÍCULO 966.- Contratos unilaterales y bilaterales. Los contratos son unilaterales cuando una de las partes se obliga
hacia la otra sin que ésta quede obligada. Son bilaterales cuando las partes se obligan recíprocamente la una hacia la
otra. Las normas de los contratos bilaterales se aplican supletoriamente a los contratos plurilaterales.

ARTICULO 967.- Contratos a título oneroso y a título gratuito. Los contratos son a título oneroso cuando las ventajas
que procuran a una de las partes les son concedidas por una prestación que ella ha hecho o se obliga a hacer a la
otra. Son a título gratuito cuando aseguran a uno o a otro de los contratantes alguna ventaja, independiente de toda
prestación a su cargo.
ARTÍCULO 968.- Contratos conmutativos y aleatorios. Los contratos a título oneroso son conmutativos cuando las
ventajas para todos los contratantes son ciertas. Son aleatorios, cuando las ventajas o las pérdidas, para uno de ellos
o para todos, dependen de un acontecimiento incierto.
ARTÍCULO 969.- Contratos formales. Los contratos para los cuales la ley exige una forma para su validez, son nulos si
la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma requerida para los contratos, lo es sólo para que éstos
produzcan sus efectos propios, sin sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales mientras no se ha otorgado
el instrumento previsto, pero valen como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada
formalidad. Cuando la ley o las partes no imponen una forma determinada, ésta debe constituir sólo un medio de
prueba de la celebración del contrato.
ARTÍCULO 970.- Contratos nominados e innominados. Los contratos son nominados e innominados según que la ley
los regule especialmente o no. Los contratos innominados están regidos, en el siguiente orden, por:
a) la voluntad de las partes;
b) las normas generales sobre contratos y obligaciones;
c) los usos y prácticas del lugar de celebración;
d) las disposiciones correspondientes a los contratos nominados afines que son compatibles y se adecuan a su
finalidad.

Clasificación desde el punto de vista jurídico:


La clasificación técnica-jurídica de los contratos está legislada en parte en el Código Civil, pero no se agota en sus
normas.- Por el contrario, la clasificación que hace la doctrina es mucho más amplia.-
En este curso se han priorizado las siguientes clases de contratos:

a) Unilaterales o bilaterales
Se denominan contratos bilaterales, o con prestaciones recíprocas, a los contratos que, al momento de su
perfeccionamiento, engendran obligaciones recíprocas para las partes intervinientes (Art. 1138 C.C.).-
Ejemplos: compraventa, permuta, locación de cosas, de servicio y de obra, mandato oneroso, leasing, seguro.-
Se denominan contratos unilaterales o con prestación a cargo de una de las partes a los que, al momento de su
perfeccionamiento, hacen nacer obligaciones para una sola de las partes intervinientes.-
Ejemplos: donación, mandato gratuito, depósito gratuito..

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Plurilaterales: esta clase puede considerarse como subespecie de los bilaterales o como una tercera categoría junto
a unilaterales y bilaterales.-
En esta clase, la manifestación negocial proviene de más de dos partes.- Las prestaciones se multiplican
cuantitativamente según el número de contratantes.-
Ejemplos: sociedad, tarjeta de crédito.-
b) Onerosos o gratuitos:
Los contratos onerosos (o a título oneroso) son los que implican para las partes un sacrificio patrimonial al cual
corresponde una ventaja (Art.1138 C.C.).-
Ejemplos: compraventa, locaciones, leasing, seguro, mutuo oneroso,
Los contratos gratuitos (o a título gratuito) implican una liberalidad, un beneficio o ventaja patrimonial sin sacrificio
alguno para el destinatario. El sacrificio recae sobre la parte que, a su vez, no recibe ventaja alguna.-
Los contratos gratuitos tienen un tratamiento riguroso por parte de la ley. Así requieren mayores formalidades para
su celebración y el tratamiento del adquirente a título gratuito es de menor protección.-
Ejemplos: comodato, mandato, fianza, donación.-
c) Consensuales o reales:
Los contratos son consensuales cuando se perfeccionan con el mero consentimiento.- Ejemplos: compraventa,
donación, permuta, locación de cosas, de servicios y de obra, mandato, seguro, leasing.
Los contratos son reales cuando se perfeccionan con la entrega de la cosa.-
Ejemplos: comodato, mutuo, depósito.-
d) Típicos o atípicos:
Esta diferenciación se funda en la existencia de contratos legislados expresamente en lo referente a sus
formalidades, contenidos, efectos, exigencias normativas, etc.- Esta tipicidad, que emerge de una regulación propia
de un tipo contractual, significa que éste posee una caracterización o una estructura singular.
Ejemplos: compraventa, locación de cosas, de servicios y de obra, mandato, depósito, comodato, leasing, seguro.-
Los contratos atípicos, por el contrario, carecen de la mencionada regulación legal. Aparecen en la vida jurídica
fruto de la libertad contractual (Art. 1.197 C.C.).- Ejemplos: garage, franquicia, crédito documentario, tarjeta de
crédito, cajero automático, tiempo compartido.-
La importancia de esta distinción se da en la existencia de una regulación que las partes deben respetar
imperativamente y que también rige como supletoria a la autonomía de la voluntad en su aspecto de libertad
contractual (contratos típicos).-
En cambio en los contratos atípicos, rige plenamente la libertad contractual para regular las consecuencias del
contrato, con los límites de los principios generales del derecho y de la contratación.-
e) Conmutativos o aleatorios:
En el contrato conmutativo las partes pueden estimar, al momento de su perfeccionamiento, las ventajas y
sacrificios que derivan del negocio.-
Ejemplos: compraventa, permuta, donación, locación de cosa, de obra y de servicios, mandato, depósito, comodato,
transporte, leasing.-
En el contrato aleatorio (o de suerte) la entidad del sacrificio, puesta en relación con la entidad de la ventaja, no
puede ser conocida y apreciada en el acto de formación del contrato (Art. 2.051 C.C.).- Esta relación se revelará a
continuación, según el curso de los acontecimientos.- Cada una de las partes desconoce o tiene como objetivamente
incierto si la ventaja o desventaja (como atribución patrimonial) será proporcionada al sacrificio.-
Ejemplos: juego, apuesta, rifa.
f) Formales o no formales:
Teniendo en cuenta el art. 973 C.C. que da una definición de la forma del acto jurídico, son contratos formales los
que requieren de una solemnidad taxativamente prefijada por la ley.- Las exigencias legales referidas a la forma no
pueden ser eludidas por las partes contratantes por ser de orden público.-
Los contratos no formales son los que tienen su exteriorización libre pudiendo celebrarse en cualquier forma válida
como manifestación negocial.-Las partes contratantes pueden crear formalidades donde la ley no las exige.- Art.
1.145 C.C.).-
g) Principales o accesorios:
Son contratos principales los que no dependen de otro para su existencia.-
Ejemplos: compraventa, locación de cosas, de servicios y de obra, leasing, transporte, comodato, depósito.
Son contratos accesorios los que dependen para su existencia de la existencia de otro contrato.-
Ejemplos: fianza, prenda, hipoteca.-
h) De ejecución inmediata o de ejecución diferida:
En esta clasificación se tiene en cuenta el tiempo o período de tiempo que transcurre entre la celebración del
contrato y su ejecución, es decir, la producción de sus efectos o el cumplimiento de los derechos y obligaciones
emergentes.-
Son de ejecución inmediata los contratos que comiencen a producir sus efectos a partir de su celebración,
inmediatamente, sin solución de continuidad.-
Ejemplo: la compraventa.
Son de ejecución diferida o a término los contratos cuyos efectos comienzan a producirse a partir de un plazo o
término inicial.-
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Ejemplo: locación de inmuebles.
I) De ejecución instantánea o de tracto sucesivo:
También se tiene en cuenta el tiempo para esta clasificación, pero para determinar la duración de la ejecución o
cumplimiento del contrato y no para establecer a partir de cuándo se produce.-
Son de ejecución instantánea o única, los contratos que se ejecutan en un solo momento, de una sola vez, sin que
sus efectos se prolonguen en el tiempo.-
Ejemplos: donación, permuta, compraventa.-
Son de ejecución continuada o de tracto sucesivo los contratos cuyos efectos se prolongan en el tiempo, es decir
que la ejecución de los mismos no se agota en un instante.-
Ejemplo: locación de cosas, leasing.-

Funciones ECONÓMICA Y SOCIAL DE LOS CONTRATOS.


a) Función de cambio: circulación de los bienes, mediante contratos traslaticios de dominio. Para el
perfeccionamiento de esta función es menester la tradición.
b) Función de crédito: generalmente onerosa, a través de contratos de mutuo, y en general, contratos
bancarios; excepcionalmente gratuitos, como en el comodato.
c) Función de garantía: contratos accesorios. Ej. Prenda, hipoteca y fianza.
d) Función de custodia: contratos destinados a la guarda y conservación de bienes ajenos. Ej. Depósito.
e) Función laboral: contrato de trabajo, arrendamiento de servicios y mandato.
f) Función de previsión: contratos destinados a precaver riesgos. Ej. Seguro.
g) Función de recreación: Ej. contrato de transporte con fines turísticos, hotelería, juego, etc.
h) Función de cooperación: esencial en los actos intuito personae.

C) La categoría de contratos con prestaciones recíprocas


Esta categoría de contratos fue introducida con la reforma de 1968, y el nuevo legislador la ha utilizado para
incorporar una denominación extraña a la utilizada en el Código. Ello ha hecho que en la doctrina nacional se debata
acerca de su significado y de sus efectos.
Varias -han sido- las corrientes de opinión sostenidas. Para una corriente, sostenida por Mosset Iturraspe el
contrato con prestaciones reciprocas equivale al contrato bilateral. Para otros se trata de la nueva versión de los
contratos bilaterales, aquellas que tienen el dinamismo que Pothier le ha negado. En consecuencia, no debe verse
en el contrato una relación estática, sino dinámica, constituida por el sinalagma genético, que es la causa del
negocio, y que se materializa en la celebración del mismo, del sinalagma funcional que se avizora en todo el iter
contractual hasta su agotamiento.
En otra posición, Ramellase inclina por subsumir a los contratos de prestaciones reciprocas con los contratos
onerosos, criterio propio de la doctrina germana. Esta posición, también receptada por la doctrina italiana, se
refuerza en la idea de que la nueva figura acogida por el Código italiano de 1942 ha terminado con la división entre
contratos onerosos y bilaterales, porque en ellas se incluye a ambos contratos. Lo cierto es que el Código italiano no
recepto la figura del contrato oneroso, por lo que esa situación no existe en nuestro Código, ya que conviven las
categorías de onerosos y bilaterales. Por otra parte, los contratos onerosos responden a una reciproca atribución
patrimonial debidamente sustentada en el art. 1139, cuando al referirse a los mismos aclara que son aquellos en
que las ventajas que procuran a una u otra de las partes no les son concedidas sino por una prestación que ella le ha
hecho o que se obliga a hacerle. Ramella, no obstante, piensa que las ventajas que las partes tienden a conseguir
mediante el negocio celebrado son reciprocas, lo que hace a los contratos onerosos.
Al emplear el legislador las expresiones prestaciones reciprocas y no obligaciones reciprocas, ha querido
comprender en ellas, no solamente a los contratos bilaterales, sino también aquellos en los cuales, sin existir
obligaciones reciprocas, median prestaciones reciprocas.
Por último, Miquel, opinión a la que adscribe Rinessi, considera que la denominación de prestaciones
reciprocas pertenece a una distinta categoría de contratos de neta orientación hacia el aspecto finalistico del
contrato. L a idea de reciprocidad de las prestaciones, derivada de la- expresión italiana prestazionicornspettiue;
pone el acento: distintivo exclusivamente en la mutua conexión de prestaciones, es decir, de ventajas y sacrificios.
La expresión de la ley no se refiere a los contratos bilaterales, sino a todos los contratos que se caractericen
por presentar una relación de mutua reciprocidad de prestaciones, entendida como mutua correspondencia de
ventajas y sacrificios, como relación de equilibrio en el cambio, entendiendo esta expresión en su sentido jurídica,
no económico, es decir, como reciproca trasferencia de bienes y servicios realizada a través de un único instrumento
negocial.
De esta manera, los contratos reales gratuitos, como el comodato y el deposito, quedan involucrados en esta
categoría, porque aunque se perfeccionan con la entrega de la cosa, y además resultan ser unilaterales, para su
formación y perfeccionamiento se necesita que el tradens realice una prestación, y que luego el accipiens la
restituya, porque surge como contrapartida de la prestación necesaria que se podría llamar formativa. En
consecuencia, entre ambas prestaciones se materializa una relación de estricta reciprocidad que inclina a ubicar a
esos contratos en la nómina de los contratos con prestaciones reciprocas.

CONTRATOS CELEBRADOS POR ADHESIÓN:


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El código de Vélez no lo nombra. El Código Civil y Comercial en la sección 2 del título 2 en su artículo 984, lo
define como “aquel mediante el cual uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas
unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción”.
 Caracteres:
- Una parte predispone
- La otra parte acepta o rechaza sin modificarla
- La predisposición es una técnica del oferente, mientras que la adhesión es una característica o un acto del
aceptante. La doctrina vincula a la primera con la oferta, a la segunda con la aceptación
- El empresario lanza formularios al mercado sin que ello signifique una oferta, es una invitación no
vinculante. Cuando el cliente llena el formulario y firma se configura la aceptación.

 Diferencia con el contrato de consumo:


- Los contratos celebrados por adhesión se caracterizan por su modo de celebración, de adherir a clausulas
predispuestas. En los contratos de consumo, la principal cualidad es el consumo final (se debe agotar
totalmente, consumo propio o en su círculo familiar) y no la adhesión.
 No todos los contratos de consumo son de adhesión, ni viceversa. Ej.: Coca cola y Claro, en las que hay
igualdad de condiciones, ambas son partes fuertes. Según Lorenzet pueden haber dos partes fuertes. En
casos así, se aplica la interpretación contra proferentem (o estipulatio).
La interpretación contra proferentem establece que cuando no es posible hacer una interpretación literal de un
contrato por causa de cláusulas ambiguas o contradictorias, la interpretación no deberá beneficiar a la parte que
redactó esas cláusulas ocasionando oscuridad (artículo 987)
 Requisitos:
- Artículo 985 “las clausulas generales predispuestas deben ser compresibles y autosuficientes. La redacción
debe ser clara, completa y fácilmente legible.
Se tienen por no convenidas aquellas que efectúen reenvío a textos o documentos que se facilitan a la contraparte
del predisponente, previa o simultáneamente a la conclusión del contrato. La presente disposición es aplicable a la
contratación telefónica, electrónica o similares.”
 Cláusulas abusivas:
- Artículo 988 “en los contratos previstos en esta sección, se deben tener por no escritas:
a) Las cláusulas que desnaturalizan las obligaciones del predisponente;
b) Las que importan renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplían derechos del
predisponente que resulten de normas supletorias;
c) Las que por su contenido, redacción o presentación, no son razonablemente previsibles”
- Artículo 989 “La aprobación administrativa de las cláusulas generales no obsta a su control judicial. Cuando
el juez declara la nulidad parcial del contrato, simultáneamente lo debe integrar, si no puede subsistir sin
comprometer su
Finalidad.”
- Artículo 37 ley 24.240 “Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no convenidas:
A - Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños;
B - Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la
otra parte;
C - Las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio
del consumidor.
La interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el consumidor. Cuando existan dudas
sobre los alcances de su obligación, se estará a la que sea menos gravosa.
En caso en que el oferente viole el deber de buena fe en la etapa previa a la conclusión del contrato o en su
celebración o transgreda el deber de información o la legislación de defensa de la competencia o de lealtad
comercial, el consumidor tendrá derecho a demandar la nulidad del contrato o la de una o más cláusulas. Cuando el
juez declare la nulidad parcial, simultáneamente integrará el contrato, si ello fuera necesario.”

d) Contratos de consumo
En la legislación argentina lo vemos en:
La ley 24.240 en los artículos 1 “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de
consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la
libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de
la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al
de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de
usuarios.”
Artículo 2 “Es la persona física o jurídica de naturaleza pública o privada, que desarrolla de manera profesional, aun
ocasionalmente, actividades de producción, montaje, creación, construcción, transformación, importación,
concesión de marca, distribución y comercialización de bienes y servicios, destinados a consumidores o usuarios.
Todo proveedor está obligado al cumplimiento de la presente ley.
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No están comprendidos en esta ley los servicios de profesionales liberales que requieran para su ejercicio
título universitario y matrícula otorgada por colegios profesionales reconocidos oficialmente o autoridad facultada
para ello, pero sí la publicidad que se haga de su ofrecimiento. Ante la presentación de denuncias, que no se
vincularen con la publicidad de los servicios, presentadas por los usuarios y consumidores, la autoridad de aplicación
de esta ley informará al denunciante sobre el ente que controle la respectiva matrícula a los efectos de su
tramitación.”
Artículo 3 “Relación de consumo es el vínculo jurídico entre el proveedor y el consumidor o usuario.”

- CN en el artículo 42 “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de


consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y
veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la
competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de
la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.
- En el Código Civil y Comercial artículos 1092 al 1122.
 Exigencias:
- Predisposición, que una de las partes tenga la predisposición de generar y redactar el formulario con sus
cláusulas, y antes de ponerse en contacto con la otra parte.
- Generalidad: que la redacción sea para el alcance general.
- Rigidez: sus cláusulas se establecen en bloque.
 Contrato standard:
Según Boggiano, se utiliza esta expresión para decir que puede haber un contrato standard entre empresarios y
consumidores, y en este último hay una protección especial hacia el consumidor.
 En el Código Civil y comercial:
Artículo 1092. “Relación de consumo. Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico entre un proveedor y
un consumidor. Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que adquiere o utiliza, en forma gratuita u
onerosa, bienes o servicios como destinatario final, en beneficio propio o de su grupo familiar o social. Queda
equiparado al consumidor quien, sin ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en ocasión de ella,
adquiere o utiliza bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o de
su grupo familiar o social.”
Artículo 1093. “Contrato de consumo. Contrato de consumo es el celebrado entre un consumidor o usuario final con
una persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o
prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios
por parte de los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social.”
Artículo 1094. “Interpretación y prelación normativa. Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser
aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el de acceso al consumo
sustentable. En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes especiales, prevalece la más
favorable al consumidor. Artículo 1095. Interpretación del contrato de consumo El contrato se interpreta en el
sentido más favorable para el consumidor. Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se adopta la
que sea menos gravosa.”
 Características:
- Son de condiciones generales
- Se caracteriza por su modo de adhesión
- No hay consentimiento en sentido técnico, hay una mera adhesión de una de las partes.
- Las condiciones son puestas por una de las partes.
- Pueden ser de adhesión a la vez que de consumo.
- Para consumo final, propio o de su grupo familiar o social.
 Cláusulas abusivas:
Articulo 37 Ley 24.240.
Se busca que no se vulnere al consumidor o usuario en sus derechos.
 Relación de consumo:
- Los sujetos: el proveedor y los consumidores y usuarios.
- El objeto: la operación jurídica considerada por las partes. La obtención de un producto o servicio a cambio
de un precio.
- La causa: es la finalidad del consumo.
- Fuente: puede ser contractual o no, oneroso o gratuito.
BOLILLA 2: CONSENTIMIENTO-CAPACIDAD-OBJETO
1. Consentimiento: A) Concepto. B) Modalidades en la contratación masiva. C) Los términos del
consentimiento. D) La oferta en el Código Civil. E) La oferta en los contratos de contenido predispuesto.
F) La oferta en la relación de consumo. G) Etapa previa a la oferta. H) Oferta propiamente dicha. I) Deber
de información. J) La aceptación en el Código Civil. K) La aceptación en los contratos de contenido
predispuesto. L) La aceptación en la relación de consumo.

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CONSENTIMIENTO
A) Concepto:
 Mosset Iturraspe: el consentimiento es un quid complejo, en que el contrato no es la yuxtaposición de negocios
unilaterales, sino la resultante negocial unitaria de manifestaciones proveniente de dos o más partes.
 Ruggiero: es el acuerdo de dos declaraciones de voluntad, que partiendo de dos sujetos diversos se dirigen a un
fin común, fundiéndose.
 Paccioni:
 Danuzzo: es el fruto del romance entre la oferta y la aceptación.

B) Modalidades del consentimiento masiva:


El consentimiento en las contrataciones masivas o estándar se notablemente desdibujado frente al contrato
individual negociado. No se aprecia en el sino la voluntad de uno solo de los participantes. El adherente acepta a
menudo el contrato con los ojos cerrados.
El declarante no está obligado porque tuvo un determinado tipo de voluntad interna, sino porque ha
manifestado o exteriorizado en comportamientos del que la contraparte pudo inferir, obrando con buena be, la
existencia de una determinada voluntad.
Ese compromiso que deriva del principio de confianza, está en el centro de la temática del comportamiento
que cada opuesto participe debe observar en el desarrollo del anudamiento. Se requiere que cada parte tome
debida cuenta de la otra.
Sobre quien crea el contenido predispuesto pesa un especial deber generados de confianza a través de
diversos elementos, según el caso, como la publicidad, información, y en ciertas hipótesis el deber de consejo, a lo
que se agrega la marca del producto, el prestigio del servicio, y la que fama que en el medio ha desarrollado el
predisponente.
La protección de la confianza está centrada en el deber de información del estipulante.
Es coincidente la doctrina en afirmar que el deber de información proviene del principio de buena fe, que
debe regir el iter contractual, desde la etapa precontractual hasta el agotamiento del contrato. En la ley de defensa
del consumidor, la información constituye una obligación legal, por cuanto expresamente el art. 4 de la ley 24.240,
especifica que quienes produzcan,importen, distribuyan cosas o servicios, deben suministráis a los consumidores o
usuarios, en forma cierta y objetiva, información veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las características
esenciales de los mismos.

C) Los términos del consentimiento:


 Oferta: art. 972 “la oferta es la manifestación dirigida a persona determinada o determinable, con la intención de
obligarse y con las precisiones necesarias para establecer los efectos que debe producir de ser aceptada”
 Aceptación: art. 971 “los contratos se concluyen con la recepción de la aceptación de una oferta o por una conducta
de las partes que sea suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo”

D) Oferta en el código civil:


Nuestro código civil ignoraba el periodo de las tratativas previas al contrato.
La oferta, para MOSSET ITURRASPE, se ubica en el segundo periodo, o sea, de la concreción del negocio, de
manera que antes de ella solamente podrá haber tratativas, proyectos, minutas, factura proforma, etc. Así lo
determinaba el artículo 1144 cuando decía que el consentimiento debía manifestarse por oferta o propuestas de
una de las partes, y aceptarse por la otra.
La oferta es una proposición unilateral que una de las partes dirige a la otra para celebrar con ella un
contrato. No es un acto preparatorio del contrato, sino que es una de las declaraciones contractuales. Por lo
tanto hay oferta cuando el contrato puede quedar cerrado con la aceptación de la otra parte, sin necesidad de una
ulterior declaración del que hizo la oferta.
Son requisitos de la oferta:
a) que este dirigida a persona determinada o determinable, y
b) que sea completa, o sea que reúna todos los elementos estructurales del contrato que se quiera realizar.
La oferta no compromete al oferente, y este puede revocarla siempre que no haya sido aceptada, por lo que
la determinación del otro contratante debe concretarse antes de que la misma caduque. Se ha dicho que la
determinación de la persona queda fijada en la aceptación.
Cuando son varios los aceptantes, a ¿quién se prefiere? Es correcto afirmar que sea el primero, pero en una
suerte de simultaneidad se preferirá a quien se ajuste a la misma en todos sus aspectos, y ofrezca las mejores
posibilidades de cumplimiento.
La regla general es que, conforme a nuestro derecho, la oferta no es vinculante, y el oferente la puede
retractar mientras no haya sido aceptada (art 1150, primera parte, CC). Sin embargo, puede resultar vinculante
cuando se la formule en firme. El mismo artículo 1150 lo admitía cuando se hubiese renunciado a la facultad de
retirarlas, o al hacerlas se hubiese obligado a permanecer en ellas hasta una época determinada.

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CÓDIGO CIVIL LEY 24.240 CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL
UNIFICADO
COMPLETA Y AUTOSUFICIENTE: COMPLETA Y AUTOSUFICIENTE: COMPLETA Y AUTOSUFICIENTE:
(que reúna todos los elementos (que reúna todos los elementos (que reúna todos los elementos
estructurales del contrato que se estructurales del contrato que se estructurales del contrato que se
quiere realizar) quiere realizar). quiere realizar).
RECEPTICIA: dirigida a una NO RECEPTICIA: (dirigida al RECEPTICIA: (dirigida a personas
persona o personas público en general, es decir, a un determinadas o determinables)
determinadas. Art. 1148 grupo indeterminado de art. 972
personas) art. 7
REVOCABLE POR REGLA: (puede REVOCABLE POR EXCEPCIÓN: (la REVOCABLE POR REGLA: (puede
dejarse sin efecto mientras no excepción es válida si se respeta ser revocada si la comunicación
haya sido aceptada) pero es el procedimiento establecido en de su retiro es recibida por el
IRREVOCABLE POR EXCEPCIÓN el art. 7 de la ley 2° párrafo). destinatario antes o al mismo
EN DOS SUPUESTOS (art. 1188) Pero es IRREVOCABLE POR tiempo que la oferta. Art. 975) es
a. cuando el oferente hubiere REGLA. IRREVOCABLE POR EXCEPCIÓN.
renunciado a la facultad de
retirarlas b. se hubiese obligado
al hacerlas, a permanecer en
ellas hasta una época
determinada.

NO VINCULANTE (no obliga al VINCULANTE (obliga desde su VINCULANTE (obliga desde su


oferente hasta su aceptación). emisión) art. 7, 8 y 10 bis. emisión). Art. 974
Art. 1150

E) La oferta en los contratos de contenido predispuesto:


Sobre el particular no existía legislación específica, por lo que se debía rastrear en otras normas que
compongan o representen situaciones similares, para su aplicación, por el principio de la analogía. En este sentido la
ley de pre horizontalidad (ley 19.724) dispone de una serie de reglas que aseguran:
a) la publicidad de la oferta, y
b) el deber de información. -
Así, el art. 8 exigía en su normativa que la publicidad de la afectación del inmueble sometido al régimen de
pre horizontalidad esté asegurada mediante un cartel que debía permanecer en la obra, como que también conste
en toda oferta o invitación para adquirirla. Aseguraba asimismo en el art. 9 que la oferta sea clara, completa y no
induzca a error; y que el precio que se anuncie sea total y no parcial; En el art. 10 exige que el propietario debe tener
a disposición de los adquirentes toda la documentación adecuada al objeto de la venta. El art. 11 especifica que
todas las personas que intervengan en tales operaciones deben:
1) Indicar el carácter en el que actúan;
2) informar acerca de la identidad del propietario,
3) informar sobre la existencia de otros vinculados al negocio así como de los poderes e instrumentos
que lo acreditan.
Por último, los arts. 13 y 14 de la mencionada ley señalan las indicaciones que deben contener los contratos,
y que estos deben redactarse en forma clara y fácilmente, legible.
Es de destacar en la normativa que venimos analizando la consagración del criterio del conocimiento para la validez
del consentimiento. Conviene señalar asimismo que la ley contiene una norma que extiende a los intervinientes en
los contratos responsabilidad solidaria e ilimitada por la restitución de las señas o anticipos recibidos, sin perjuicio
de su responsabilidad penal.
Hoy en día, todo lo referente a materia de contratos predispuesto está regulado en el Código Civil y
Comercial, desde el artículo 984 al 989.
Art. 984 (Código Civil y Comercial) Definición. El contrato por adhesión es aquel mediante el cual uno de los
contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que
el adherente haya participado en su redacción.
El contrato se celebra por adhesión cuando las partes no negocian sus cláusulas, ya que una de ellas,
fundada en su mayor poder de negociación, predispone el contenido y la otra adhiere.

F) La oferta en la relación de consumo:


En este régimen, regulado por la ley 24.240, la oferta se conforma con una serie de elementos configurativos
propios de la finalidad del régimen, que es la protección del consumidor. El desequilibro de poderes y conocimientos
que ostenta el proveedor o empresario frente al consumidor o usuario, que se manifiesta en todo momento, mucho
antes de la concertación del acto o celebración del contrato, y que acompaña a este en todo su transcurso, hace
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necesario que se adopten una serie de previsiones mucho antes de la formulación de la oferta, y que constituyen la
etapa precontractual.
El artículo 7 de la ley 24240 establece que “la oferta dirigida a consumidores potenciales indeterminados,
obliga a quien la emite durante el tiempo en que se realice, debiendo contener la fecha precisa de comienzo y de
finalización, así como también sus modalidades, condiciones o limitaciones.
La revocación de la oferta hecha pública es eficaz una vez que haya sido difundida por medios similares a los
empleados para hacerla conocer.”

G) Etapa previa a la oferta:


De acuerdo con lo que se viene señalando, la negociación estaría signada por un proceso, que arranca
mucho antes de la oferta. Todavía no se ha materializado la relación concreta y determinada, y solamente existe una
suerte de campaña o mecanismo de persuasión desencadenado por el oferente para inducir a la contratación.
La normativa de la materia pretende vincular la propaganda y publicidad que sobre los productos o servicios
se vienen dando, determinando en consecuencia, que todo ello queda comprendido en la contratación que a tal
efecto se concrete. Este período precontractual debe ser desarrollado, en consecuencia bajo el signo de la buena fe,
y será por lo tanto de la observancia del principio que las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios,
prospectos, circulares u otros medios de difusión obligan al oferente y se tienen por incluidas en el contrato con el
consumidor art. 8 de la ley 24.240.

H) Oferta propiamente dicha:


En la formulación de los contratos de contenido predispuesto, es dable pensar que el contenido
de ese contrato lo constituirá todo lo expresado en la propaganda y publicidad, y lo que se agregue o consigne en el
caso particular. Las formulaciones particulares no pueden contradecir lo dicho por la propaganda o publicidad,
porque en tal caso estaríamos frente a una publicidad engañosa.
FARIÑA contrariamente, sostiene que cualquier anuncio al público sobre ventas, o lo que fuese, en el que no
se indique el precio, no podrá ser considerado, en principio, una oferta vinculante sino simple publicidad, por lo cual
no sería aplicable el artículo 7 de la ley 24.240.
RINESSI entiende que los avisos por si no son ofertas, ya que no están completados todos los requisitos del
contrato que se quiere realizar (art. 1148 Código Civil “para que haya promesa, esta debe ser a persona o personas
determinadas sobre un contrato especial, con todos los antecedentes constitutivos de los contratos), pero no
dejaran de integrar la oferta que con posterioridad se formule, porque de lo contrario se contradiría lo dispuesto por
el artículo 8 de la ley.
En cuanto a la caducidad del aviso, una interpretación congruente con las disposiciones del articulo 7 ultima
parte de la misma ley, indica que la propaganda y los avisos deben tener el mismo régimen de la oferta, por cuanto
lo integra, y en tal sentido no puede caducar sin contraer responsabilidades el empresario que la ha mantenido no
obstante haberse agotado el producto. Por otra parte, el decreto reglamentario expresa que cuando el proveedor
limite cuantitativamente su oferta de productos o servicios, deberá informar la cantidad con la que cuenta para
cubrirla.
También FARIÑA sostiene que el simple anuncio hecho al público mediante avisos o circulares es siempre
revocable, lo que resultaría contrario al régimen establecido si no se observa lo exigido para la oferta, o sea que
dicha revocación para ser eficaz, deberá ser difundida por los medios similares a los empleados para hacerla
conocer.
Otro aspecto destacable en la ley de protección al consumidor es el principio general consagrado de que la
oferta es vinculante.
Otro aspecto a dilucidar es la duración de la oferta, que en principio se extiende durante el plazo que ella
fija, siempre que así lo haya expresado. En el caso en que no se precise la duración, se extenderá hasta el momento
en que la revocación se haga conocer por medios similares a los utilizados para hacerla conocer.

I) Deber de información:
El deber de información es una obligación legal en la ley del consumidor y una obligación basada en el
principio de la buena fe en el contrato de contenido predispuesto. El artículo 1198 del Código Civil establece que la
buena fe debe presidir la celebración y ejecución del contrato.
Las partes están obligadas a satisfacer los deberes secundarios o accesorios de conducta.
En los deberes propios de la etapa del contrato, expresa Mosset Iturraspe, se encuentran los deberes de
comunicación, aviso, secreto y custodia. La responsabilidad precontractual gira alrededor del deber de información,
por lo que en esta fase preliminar, el sentido de este deber adquiere suma importancia. La buena fe domina esta
fase
El deber de información actúa como deber de corrección, afirma Stigliz, porque la buena fe recíproca exige
que las partes, en período formativo, actúen con lealtad y corrección. En el trayecto inicial del iter negocial, la
rectitud, la honestidad, la corrección y la lealtad deben presidir las tratativas.
El artículo 40 de la ley 24.240 exige que la información que se suministra a los consumidores sea cierta y
objetiva. A su vez, aclara que esa información sea veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las características
esenciales de las cosas o de los servicios.
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La publicidad se vincula con el deber de información, por cuanto siendo aquella un conjunto de técnicas y
medios de comunicación dirigidos a captar la atención del público hacia el consumo de determinados bienes o la
utilización de ciertos servicios, está por otra parte, brindando cierta información, la que ira a constituir el contenido
del contrato, conforme lo establece el artículo 8 de la ley 24240, en caso de que nazca la relación contractual.
La publicidad es todo mensaje dirigido al público con el fin de estimular la demanda de bienes y servicios,
preparando o condicionando el terreno psicológico dentro del cual se va a desenvolver la operación jurídica.
El estipulante no se encontrara con un cliente neutro, sino con un adquirente motivado, mucho menos
dispuesto a discutir las condiciones generales del contrato a las que se someterá. Para esto ha contribuido
decisivamente todo el arsenal de sugestión psicológica desplegada a través de medios masivos

J) La aceptación en el Código Civil:


La aceptación, igual que la oferta, es una declaración, unilateral de voluntad, recepticia, destinada al
oferente y dirigida a la celebración del contrato. La aceptación debe coincidir sobre todos y cada uno de los puntos o
elementos
de la oferta para que se entienda formado el acuerdo de voluntades, porque cualquier modificación a la misma
importa la propuesta de un nuevo contrato (art. 1152, Cód. Civil)
El contrato se cierra con la aceptación, por lo que necesariamente debe estar dirigido al oferente. Se exige
que la aceptación además de recepticia sea lisa, llana y completa.
Acerca de la forma de la aceptación no hay exigencia alguna, pero de acuerdo con la teoría general del
contrato, deberá observar la forma establecida para el contrato, en el caso de los contratos con formas exigidas.
Es aplicable a la aceptación del contrato el sistema de la expedición, sin perjuicio de aplicaciones especiales del
sistema de la información.

CÓDIGO CIVIL LEY 24.240 CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL


UNIFICADO
LISA, LLANA Y COMPLETA: NO ES LISA Y LLANA: (acepta ES LISA Y LLANA, POR REGLA Y
(acepta sin reparos y coincide reparos). Ha aceptado la teoría POR EXCEPCIÓN ACEPTA
con el contrato) de la puntualización. Quiere REPAROS: (art. 978). Ha
decir que puede formularse con aceptado la teoría de la
observaciones y quedar puntualización. Quiere decir que
concluidas. puede formularse con
observaciones y quedar
concluidas.
RECEPTICIA (dirigida a personas RECEPTICIA (dirigida a personas RECEPTICIA (dirigida a personas
determinadas) determinadas), determinadas o determinables).

IRREVOCABLE (art. 1152) sin REVOCABLE (únicamente en los IRREVOCABLE POR REGLA, pero
excepciones. supuestos de compraventa es REVOCABLE POR EXCEPCIÓN
domiciliarias. Art. 32, 33, 34). (si la comunicación de su retiro
es recibida por el destinatario
antes o al mismo tiempo que
ella. Art. 981)
INMEDIATA (la demora implica NO ES INMEDIATA. ES INMEDIATA (la demora implica
rechazo) TEMPESTIVA (es decir, debe rechazo).
darse dentro del plazo de
vigencia)
VINCULANTE (el contrato se VINCULANTE. VINCULANTE (art. 978)
cierra con la aceptación).

K) La aceptación en los contratos de contenido predispuesto:


Partiendo de la premisa de que los contratos de adhesión no tienen características jurídicas distintas de las
de los demás contratos, el proponente puede, a su gusto, establecer una oferta simple o compleja, breve o larga,
manuscrita o impresa, a su particular interés o hacia el interés común.
La opinión predominante en la doctrina se basa en que la propuesta u oferta parte del adherente, quien se
muestra de acuerdo en querer contratar según las condiciones generales preformuladas. Sin embargo la doctrina no
se plantea el supuesto corriente de los contratos que obligan al cliente a firmar una solicitud de contratación
conforme a las condiciones generales preformuladas, y a amortizar la primera cuota del plan de financiación de la
operación elegida, reservándose el estipulante la aceptación de esa solicitud, en un plazo de 30 días, previo estudio
de las condiciones de solvencia del cliente solicitante.

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Lo expresado nos plantea una inversión de roles, ubicando al débil como oferente, sobre las bases de
condiciones estipuladas por el contratante fuerte.
No se puede invertir, por la simple estipulación del contratante fuerte, que el carácter de oferente lo asuma
el cliente, para gozar el predisponente de una situación mucha más ventajosa de la que tiene.
El predisponente obtiene de esta forma una facultad desmedida, porque a pesar de que el adherente ha
iniciado la ejecución del contrato adicionando a su solicitud la primera cuota de la financiación del negocio, con este
criterio el predisponente conserva la facultad de poder deshacer el negocio sin ninguna responsabilidad, con solo
devolver lo amortizado.
En todo caso, se deberá diferenciar entre la oferta, que debe quedar a cargo del estipulante, y la aceptación
del adherente, que será provisoria hasta tanto el estipulante investigue sobre las condiciones de solvencia del
cliente, para tener por, aprobada la aceptación provisoria del adherente.

L) La aceptación en la relación de consumo:


Como las ofertas al público tienen carácter vinculante en la contratación con el consumidor, valen como
propuestas de contrato, por lo que tendrá la conformidad del consumidor como aceptación del contrato.
Sin embargo, las ofertas realizadas fuera de los locales comerciales, o sea, las ventas domiciliarias, tienen un
régimen distinto, por lo que la aceptación de tales ofertas no cierra el contrato, que continúa abierto, por cuanto el
consumidor o usuario puede revocar su aceptación dentro del plazo de cinco días a partir de la fecha en que se
entregó la cosa o se celebre el contrato.
Igual efecto y procedimiento se otorga a la contratación por correspondencia u otros medios de
comunicación, como ser telecomunicaciones, electrónico o similar.
También en la misma ley de defensa del consumidor se prohíben las propuestas a este, por cualquier medio
sobre una cosa o servicio que no se haya requerido previamente y que genere un cargo automático en cualquier
sistema de débito. En tales casos el consumidor no tiene obligación de pronunciarse, ni siquiera por la negativa.
Y las cosas que se hayan enviado con la oferta, el receptor no tiene obligación de conservarla ni restituirla.

2. Consentimiento entre presentes y entre ausentes: A) Caracterización. B) Reubicación conceptual. C)


Contratos por los medios masivos de comunicación.

1. Consentimiento entre presentes y ausentes.


Las partes que concurren a prestar el consentimiento pueden encontrarse una frente a la otra, en un mismo
lugar, o al menos en situación que les permita el intercambio inmediato de oferta y aceptación, como ocurre cuando
hablan de persona a persona por teléfono; en tales hipótesis se dice que el consentimiento se forma entre
presentes.
El código civil (artículo 1151) aludía al consentimiento entre presentes cuando se refiere a las declaraciones
verbales y prescribe que la oferta no se juzgara aceptada si no fuese inmediatamente. Cualquier demora en la
contestación, salvo que se hubiese pactado lo contrario importa el rechazo de la oferta formulada entre presentes.
El Código Civil y Comercial (artículo 974) establece que la oferta hecha a una persona presente o la
formulada por un medio de comunicación instantáneo, sin fijación de plazo, solo puede ser aceptada
inmediatamente.
La noción técnico jurídica de persona presente o de persona ausente no es física ni territorial, sino jurídica. En efecto
persona presente es la que se encuentra en aptitud de dar una respuesta inmediata, aun cuando se encuentre a
cientos de km de distancia de su interlocutor, como ocurre entre quienes mantienen una comunicación telefónica,
por chat o por videoconferencia; mientras que si existe un intervalo temporal entre la formulación de la oferta y la
respuesta, por características del medio de comunicación empleado o por decisión de los involucrados, la oferta
debe ser considerada formulada a persona ausente, y el proponente queda obligado hasta el término del plazo que
resulte razonable para la recepción de la respuesta.
En los casos en los que media un lapso entre la oferta y la aceptación se presenta el problema de
determinación de cuando se debe considerar concluido el contrato. Hay 4 sistemas: a) sistema de la declaración ( se
concluye el contrato con el solo hecho de la aceptación de la oferta, sin que sea necesaria ninguna exteriorización de
la voluntad; b) sistema de la expedición (se concluye el contrato en el momento en el que se remite la aceptación);
c) sistema de la recepción (se concluye el contrato cuando la comunicación de aceptación es recibida por el
oferente, sin necesidad de que este haya tomado conocimiento de su contenido); d) sistema de la información (se
concluye cuando el oferente toma conocimiento del contenido)
El Código Civil de Vélez resolvía el tema con base en el sisea de la expedición, pero presentaba también
elementos del sistema de la información. El Código Civil y Comercial opta por el sistema de la recepción.
Algunos métodos para intercambiar declaraciones son: el agente, nucio, mensajero, correspondencia epistolar,
telegrama.

C) Contratos por los medios masivos de comunicación:


Los medios de comunicación modernos han cambiado los criterios acerca de la contratación a través de los
mismos. Se puede hablar del contrato cara a cara no obstante no estar los contratantes en un mismo lugar. Así

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cuando a través de un sistema computarizado los operadores son los mismos contratantes, el consentimiento,
puede ser instantáneo, ya que la oferta y su aceptación se dan en un tiempo razonablemente inmediato.
Sin embargo, podría hablarse del contrato entre ausentes cuando los operadores son empleados de las firmas o
empresas con quienes se realiza la intercomunicación, porque la oferta deberá ser estudiada por la firma receptora,
mediando así un plazo para la respuesta.
En definitiva, el consentimiento quedará perfeccionado desde el momento en que la respuesta se trasmita,
aun cuando no haya tomado conocimiento todavía el oferente (teoría de la expedición -art. 1154). Sin embargo, la
retractación de la oferta producirá sus efectos, dejando sin efecto la misma,
porque dicha retractación ha llegado a conocimiento del oferente cuando todavía no tenía conocimiento de la oferta
(teoría de la información -art. 1149).
Por la vía del fax, considerando que la oferta es escrita y está firmada, corrientemente será un
consentimiento entre ausentes, por cuanto la aceptación también será escrita y deberá estar firmada, y lógicamente
mediará un lapso de tiempo entre una y otra expresión de voluntad. Otro tanto, con ciertas diferencias, debemos
decir del télex. Es muy difícil, aunque puede darse el caso,
de que el consentimiento sea instantáneo, cuando la respuesta es sencilla y directa, y pueda ser confeccionada en
forma inmediata.
En cuanto a los sistemas de intercomunicación electrónica, como es internet, el consentimiento será
considerado como no inmediato, es decir, entre ausentes.

3. Vicios del consentimiento: A) Rescisión. B) Vicios del acto: a) la simulación; b) fraude; c) lesión
subjetiva. C) Su aplicación en la contratación del consumo.

Vicios del consentimiento:


Por su naturaleza subjetiva, como apunta MESSINEO, estos vicios no pueden actuar sino sobre voluntades
singulares; además solo le está permitido defenderse contra ese vicio al contratante que lo ha sufrido y no a la otra
parte, lo que ratifica que no es el consentimiento sino una voluntad la viciada.
En el artículo 1157 del Código Civil establecía que lo que se regulaba sobre los vicios del consentimiento, tenía lugar
en todos los contratos. Hoy los vicios de los actos jurídicos están regulados en los artículos 265 a 278 (error, dolo y
violencia).
Los vicios de la voluntad vulneran alguno de los elementos indispensables para que esta sea sana,
jurídicamente relevante: discernimiento, intención y libertad.
- Ignorancia y error: la ignorancia significa ausencia completa de nociones sobre un punto cualquiera; el
error supone falsas nociones sobre él. La doctrina moderna prescinde del estudio de la ignorancia y se
limita considerar el error. El error jurídico, versión jurídica del error psicológico, comporta una falla de
conocimiento.
El error descripto es el error vicio o error motivo que se distingue del error obstativo, hay una desarmonía
objetiva entre la declaración de la voluntad y la voluntad misma. El error vicio puede ser de hecho (cuando el falso
conocimiento recae sobre un dato factico o de hecho, contenido o predispuesto del negocio) o de derecho (cuando
se refiere al derecho aplicable en un caso dado).
El Código distinguía el error esencial (causa la nulidad del acto) del error accidental (no ejerce influencia
alguna sobre la validez).
El Código Civil y Comercial regula el error de hecho, error reconocible (cuando el destinatario de la
declaración lo pudo conocer), error esencial (recae sobre la naturaleza del acto, la cualidad sustancial del buen, los
motivos personas relevantes, la persona con la cual se celebró, etc.), error de cálculo (no da lugar a la nulidad) y el
error en la declaración.
- Dolo: es toda aserción de lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o
maquinación que se emplee con ese fin (art. 931 Código Civil - 271 Código Civil y Comercial).
El dolo esencial causa la nulidad, y es aquel que es grave, determinante de la voluntad, causa un daño
importante y no ha habido dolo por ambas partes.
El dolo accidental no afecta la validez del acto, no es determinante de la voluntad.
- Violencia: comprende la violencia material o física, y la violencia mental, moral o psíquica. Estaba
establecido en el artículo 936 del Código Civil y ahora en el artículo 276 del Código Civil y Comercial. La
relevancia de las amenazas de sufrir un mal grave e inminente debe ser juzgada teniendo en cuenta la
situación del amenazado y las demás circunstancias del caso.
MOSSET ITURRASPE incluye el temor reverencial que no es causa suficiente para anular los actos (ascendientes y
descendientes, mujer y esposo, subordinados y sus superiores), estado de necesidad y la lesión subjetiva-objetiva.
El contrato anulable por vicio es un negocio claudicante, es decir que tiene una validez provisional, y
mientras no medie esa declaración de invalidez, perdura en*
su eficacia como contrato. Una vez declarada la anulabilidad, esa declaración tiene efecto a partir del
pronunciamiento judicial firme.

A) Rescisión:

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Significa “rasgar o deshacer” un contrato. Es dejar sin efecto un contrato (distracto) ya sea por decisión
común de las partes (bilateral) o distracto, o por una sola parte, cuando es autorizada por ley (unilateral). La
rescisión no depende de ningún acontecimiento sobreviniente sino de la voluntad de las partes. Los efectos por lo
general no son retroactivos. En cambio en la Resolución los efectos están asignados por ley.
Art. 1076 (Código Civil y Comercial): rescisión bilateral: el contrato puede ser extinguido por rescisión bilateral. Esta
extinción, excepto estipulación en contrario, solo produce efectos para el futuro y no afecta derechos de terceros.

B) Vicios del acto:


Como tal, el Código no los regula, y su sistematización ha surgido de la doctrina, que los reúne como vicios
externos o que afectan la causa o buena fe de los actos, en la especie, de los contratos. El Código Civil y Comercial
los regula en el Libro 1, Titulo 4, Capitulo 6 sección 1 (lesión), 2 (simulación) y 3 (fraude)
a- Simulación: es la mecánica de la coexistencia de la apariencia negocial, aspecto externo del acto simulado, y la
oculta intención real de las partes que han producido el negocio. La apariencia es una intención práctica diferente de
aquella que se quiere realizar.
Dos corrientes de opinión se disputan la naturaleza de la acción de simulación: la de inexistencia, que no
goza de mucho predicamento, y la de la nulidad, hacia
la cual se vuelca casi toda la doctrina. En la de inexistencia se dice que las partes no han realizado un negocio
jurídico, porque no era el propósito de las partes realizarlo, sino únicamente aparentarlo. El objeto de la acción en
este aspecto consiste en comprobar que el acto no existe, porque no se trataría de dejar sin efecto un acto, sino de
restablecer la realidad oculta. En cambio, la identificación de la acción de simulación como de nulidad está apoyada,
en primer lugar, por las disposiciones legales contenidas en el Código. Existe, y tanta es su existencia entre las partes,
y respecto de terceros, que se necesita de un pronunciamiento judicial que declare su nulidad para que pierda
validez.
- Caracterización (art. 333): La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la
apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son verdaderas, o
cuando por él se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que no son aquellas para quienes en
realidad se constituyen o transmiten.
- Simulación lícita e ilícita (art. 334): La simulación ilícita o que perjudica a un tercero provoca la nulidad del acto
ostensible. Si el acto simulado encubre otro real, éste es plenamente eficaz si concurren los requisitos propios de su
categoría y no es ilícito ni perjudica a un tercero. Las mismas disposiciones rigen en el caso de cláusulas simuladas.
- Acción entre las partes (art. 335): Contradocumento. Los que otorgan un acto simulado ilícito o que perjudica a
terceros no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro sobre la simulación, excepto que las partes no
puedan obtener beneficio alguno de las resultas del ejercicio de la acción de simulación.
La simulación alegada por las partes debe probarse mediante el respectivo contradocumento. Puede
prescindirse de él, cuando la parte justifica las razones por las cuales no existe o no puede ser presentado y median
circunstancias que hacen inequívoca la simulación.
- Acción de terceros (art. 336): Los terceros cuyos derechos o intereses legítimos son afectados por el acto simulado
pueden demandar su nulidad. Pueden acreditar la simulación por cualquier medio de prueba.
- Efectos frente a tercero (art. 337): Deber de indemnizar. La simulación no puede oponerse a los acreedores del
adquirente simulado que de buena fe hayan ejecutado los bienes comprendidos en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto impugnado sólo
procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en la simulación.
El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden solidariamente por los
daños causados al acreedor que ejerció la acción, si los derechos se transmitieron a un adquirente de buena fe y a
título oneroso, o de otro modo se perdieron para el acreedor. El que contrató de buena fe y a título gratuito con el
deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.

b- Fraude: es una conducta cuyo propósito es desviar la finalidad del derecho basándose en la propia norma legal.
El acto fraudulento supone para su configuración que se trate de un acto válido otorgado conforme a la ley.
Debe ser sancionado con la nulidad.
Nuestro Código Civil solamente configuraba una clase de fraude, el realizado en perjuicio de terceros. No
describía el fraude, solamente lo caracterizaba especificando que los terceros perjudicados tienen la acción
revocatoria. Esta es una acción de inoponibilidad de los actos del deudor con respecto al acreedor, mediante la
cual demanda al deudor la revocación del acto realizado en su perjuicio.
Tambiénmencionaba los requisitos que deben cumplimentarse para que la acción revocatoria prospere:
a) que el deudor se halle en estado de insolvencia, o que con el acto haya provocado su insolvencia;
b) que el perjuicio a los acreedores resulte del acto mismo del deudor, y
c) que el crédito en virtud del cual se intenta la acción sea de una fecha anterior al acto del deudor.
El Código Civil y Comercial (artículo 338) establece que Todo acreedor puede solicitar la declaración de
inoponibilidad de los actos celebrados por su deudor en fraude de sus derechos, y de las renuncias al ejercicio de
derechos o facultades con los que hubiese podido mejorar o evitado empeorar su estado de fortuna.
- Requisitos (339): Son requisitos de procedencia de la acción de declaración de inoponibilidad:
a) que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el deudor haya actuado con el propósito de
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defraudar a futuros acreedores;
b) que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor;
c) que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer que el acto provocaba o
agravaba la insolvencia.
- Efectos frente a terceros (340): Deber de indemnizar. El fraude no puede oponerse a los acreedores del adquirente
que de buena fe hayan ejecutado los bienes comprendidos en el acto.
La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos obtenidos por el acto impugnado sólo
procede si adquirió por título gratuito, o si es cómplice en el fraude; la complicidad se presume si, al momento de
contratar, conocía el estado de insolvencia.
El subadquirente de mala fe y quien contrató de mala fe con el deudor responden solidariamente por los
daños causados al acreedor que ejerció la acción, si los derechos se transmitieron a un adquirente de buena fe y a
título oneroso, o de otro modo se perdieron para el acreedor. El que contrató de buena fe y a título gratuito con el
deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.
- Extinción de la acción (341): Cesa la acción de los acreedores si el adquirente de los bienes transmitidos por el
deudor los desinteresa o da garantía suficiente.

c) Lesión subjetiva: Con la ley 17.711 se introduce en el Código la figura de la lesión como vicio de los actos.
El Código Civil y Comercial establece en el artículo 332 Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos
jurídicos cuando una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra, obtuviera
por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso de notable desproporción de las
prestaciones.
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe subsistir en el
momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera de
estas acciones se debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el demandado al contestar la
demanda.
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.
La doctrina exige que el aprovechamiento (explotación) se dé sin realizar acto
que implique dolo. Si el deber de obrar de buena fe es sustituido en el beneficiario por el aprovechamiento de la
situación que conoce de la otra parte, ello generará, la probabilidad de que el perjudicado invoque el vicio de la
lesión.
La norma prevé dos supuestos:-
u) la lesión subjetiva
b) la lesión presumida.
La primera es cuando una de las partes, explotando la necesidad, ligereza o inexperiencia de la otra,
obtuviera por medio de ello una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
La segunda es una presunción de que existe explotación cuando se da una notable desproporción de las
prestaciones. En este supuesto, quien debe probar que no hay lesión es el propio beneficiado. En el primer caso, la
prueba está a cargo de quien invoca la lesión.
La acción es específicamente de anulabilidad relativa.

C) Su aplicación en la contratación del consumo:


Desde el momento en que se está en una relación precontractual, muy bien se podrá invocar el error o el
dolo cuando la comprensión del anuncio obedezca a circunstancias que lleven al equívoco del consumidor en la
conducta asumida. Mucho más grave será cuando la actitud del consumidor obedezca a un engaño, producto de una
publicidad falsa o engañosa, para lo cual la figura que permitirá la anulación del negocio será la del dolo.
Esta aplicación de los vicios de la voluntad puede ser conducente en este campo de la publicidad o los
anuncios; sobre todo porque en la realidad de los hechos, quien decide qué va a ser consumido es el productor y no
el consumidor.
Cabe admitir la invocación del error o el dolo, en las condiciones y de conformidad con los requisitos
exigidos, pero con la diferencia de que la invocación de los mismos en el encuadre tradicional debe ser por
conductas asumidas en el propio acto jurídico, y en el área de consumo, lo será por conductas provocadas por los
anunciantes o publicitarios, que incidieron en la toma de decisiones para contratar.

4. Capacidad: A) Capacidad Civil en general: a) los grados de la capacidad. B) Capacidad contractual. C)


Los cuatro regímenes de la capacidad de los menores adultos.
CAPACIDAD:
A) Capacidad Civil en general.
Es la aptitud de la persona para adquirir derechos y contraer obligaciones. La capacidad que nos referimos
es el atributo que tiene la persona de ser sujeto de derecho en las actividades civiles, que no es lo mismo que la
capacidad profesional, ni capacidad laboral capacidad comercial, ya que esta es fácilmente confundible con la civil, la
comercial es una actividad legislada y matriculada en el Registro Público de Comercio.
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La legitimación complementa a la capacidad y es la situación en que se encuentra la persona con respecto a
los bienes. La persona puede tener capacidad para contratar y no legitimación con respecto a un bien
inmueble,porque ese inmueble se encuentra con una anotación de indisponibilidad en el Registro de la propiedad
inmobiliaria.
La capacidad la tiene toda persona física, hasta la persona por nacer, la que todavía no tiene existencia
independiente.
Incapacidad: No es una negación, la ley la protege para que pueda actuar con esas deficiencias o inconvenientes.
Capacidad de Ejercicio (hecho) y de Derecho
El elemento esencial para la validez del contrato es la capacidad, que se desdobla, en
Capacidad de ejercicio (hecho): desde punto de vista DE LA PERSONA:
Art. 23 (Código Civil y Comercial): Capacidad de ejercicio.Toda persona humana puede ejercer por si misma sus
derechos excepto las limitaciones expresamente previstas en este código y en una sentencia judicial
O sea tener capacidad de disponer y capacidad de administrar.
Capacidad de Derecho:
Art. 22 (Código Civil y Comercial): Capacidad de derecho. Toda persona humana goza de la aptitud para ser titular de
derecho y deberes jurídicos.
La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos
determinados.
INCAPACES DE EJERCICIO (HECHO) Y DE DERECHO
Incapaces de Ejercicio (hecho):
ARTÍCULO 24.- Personas incapaces de ejercicio. Son incapaces de ejercicio:
a) la persona por nacer;
b) la persona que no cuenta con la edad y grado de madurez suficiente, con el alcance dispuesto en la Sección 2ª de
este Capítulo;
c) la persona declarada incapaz por sentencia judicial, en la extensión dispuesta en esa decisión.
ABSOLUTOS: la persona declarada incapaz por sentencia judicial: la representación Lo adjudica el Juez.
RELATIVOS: La Ley: adolescente, persona menor de edad que cumplió 13 hasta 16
La persona que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por si los actos que le son
permitidos por el ordenamiento jurídico
Art. 26: Capacidad de: persona menor de edad: ejerce sus derechos a través de sus representantes legales
 en situaciones de conflictos de intereses con sus representantes legales, (con asistencia letrada)
 tiene derecho a ser oída en proceso judicial que le concierne
 a participar en decisiones sobre su persona.
 Tiene aptitud para decidir por sí respecto a tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su
estado de salud.
 Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o está en riesgo la integridad o la
vida, el adolescente debe prestar su consentimiento, con asistencia de sus progenitores.
 A partir de los 16 el adolescente es considerado adulto para decisiones atinentes al cuidado de su cuerpo.
Art. 30: persona menor de edad: con título profesional habilitante.
a) Para el ejercicio de una profesión puede ejercerla por cuenta propia sin necesidad de previa
Autorización.
b) Tiene la administración y disposición de sus bienes que adquiere con el producto de su profesión
c) Puede estar en juicio civil o penal por cuestiones vinculadas a ella.
Art. 32: persona con capacidad restringida y con incapacidad
• El juez puede restringir la capacidad para determinados actos de una persona mayor de trece años que padece
una adicción o una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente gravedad, siempre que estime que del
ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su persona o a sus bienes.
En relación con dichos actos, el juez debe designar el o los apoyos necesarios que prevé el artículo 43, especificando
las funciones con los ajustes razonables en función de las necesidades y circunstancias de la persona.
El o los apoyos designados deben promover la autonomía y favorecer las decisiones que respondan a las
preferencias de la persona protegida. Por excepción, cuando la persona se encuentre absolutamente imposibilitada
de interaccionar con su entorno y expresar su voluntad por cualquier modo, medio o formato adecuado y el sistema
de apoyos resulte ineficaz, el juez puede declarar la incapacidad y designar un curador (art. 32).
• Durante el proceso, el juez debe ordenar las medidas necesarias para garantizar los derechos personales y
patrimoniales de la persona. En tal caso, la decisión debe determinar qué actos requieren la asistencia de uno o
varios apoyos, y cuáles la representación de un curador. También puede designar redes de apoyo y personas que
actúen con funciones específicas según el caso (art. 34)

a) Los grados de la capacidad


CAPACIDAD DE DISPONER: con respecto al vendedor
CAPACIDAD DE OBLIGARSE: con respecto al comprador.
Con referencia al contrato de compra venta.

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CAPACIDAD DE ADMINISTRACIÓN DE SUS BIENES: al referirse a la locación de cosas, puede arrendar sus cosas y
tomar las ajenas en arrendamiento
CONTRATO DE MANDATO: capacidad de administración y de disposición
El de administración: pido que me administren los bienes (consorcios)
Disposición: es cuando se puede disponer de los bienes (puedo vender)
MOSSET ITURRASPE: la capacidad puede ser:
1) General:La capacidad general hace referencia a la posibilidad de actuar válidamente en la totalidad de los actos y
negocios jurídicos, prescindiendo de su clase y naturaleza.
a. plena: 18 años
b. el menor emancipado con limitaciones por ley.
2) Especial:que es aquella que el ordenamiento exige en supuestos concretos atendiendo a la específica naturaleza o
efectos propios de un acto o negocio determinado, sin que por ello se entienda que el sujeto es incapaz,
simplemente no podrá realizar con eficacia un determinado acto jurídico.
INCAPACIDAD E INHABILIDAD PARA CONTRATAR
ART. 1000: Efectos de la nulidad del contrato: Declara la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o
capacidad restringida, la parte capaz, no tiene derecho para exigir la restitución o el reembolso de lo que ha pagado
o gastado, excepto si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con capacidad restringida.
1001: Inhabilidades para contratar:
No pueden contratar, en interés propio o ajeno, según sea el caso, los que están impedidos para hacerlo conforme a
disposiciones especiales.
Los contratos cuya celebración está prohibida a determinados sujetos, tampoco pueden ser otorgados por
interpósita persona.
Art. 1002: Inhabilidades especiales:
No pueden contratar en interés propio:
 Funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado
encargados.
 Jueces, funcionarios y auxiliares de justicia, los árbitros y mediadores, sus auxiliares, respecto de bienes
relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido.
 Abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido.
 Los cónyuges bajo el régimen de comunidad entre sí.
 Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa sobre los bienes de los
testamentarios que estén a su cargo.
La capacidad para contratar tiene especial relación del sujeto con el contrato. Los contratos son declarativos
de derechos reales y solo genera derechos personales o créditos obligacionistas. LA CAPACIDAD NECESARIA PARA
CONTRATAR SERA LA CAPACIDAD DE OBLIGARSE. Por la cual el sujeto podrá realizar actos de conservación y/o
mantenimiento de su patrimonio.
Art.577 (Código Civil Vélez): “antes de la tradición de la cosa, el acreedor no adquiere sobre ella ningún derecho
real”.
Esta es la regla, pero existen contratos como la renta vitalicia y el mutuo que generan por si solo derechos,
reales. El contrato para constituir derechos reales, necesita acto de disposición y tradición (más plena).
Existen regímenes especiales como: automotor, ganado, aeronaves ganados, buque que deben cumplir otros
requisitos, como la registración.

REGÍMENES DE LA CAPACIDAD DE LOS MENORES


 Persona con capacidad restringida y con incapacidad (art.32)
 Persona menor de edad con titulo profesional habilitante para el ejercicio de una profesión(art.30)
 Art.27: la emancipación. la celebración del matrimonio antes de los 18 años mancipa a la persona menor de
edad.
 Capacidad de los menores en los derechos y actos personalísimos: se encuentran agrupados en art. 51 al
61.
5. Objeto: A) Concepto. B) Su delimitación. C) Crítica del Código. D) Patrimonialidad. E) Demás
condiciones del objeto. F) Determinación. G) Cosas ajenas. H) Futuras. I) Cosas litigiosas o sujetas a
gravámenes. J) Herencia futura. K) El objeto en los contratos de contenido predispuesto.

A) Concepto:
El objeto del contrato es la operación jurídica considerada. Un contrato sin objeto es inconcebible.
El objeto del contrato no puede identificarse con los efectos, así como tampoco es admisible sostener que el
contrato y la obligación tienen un mismo objeto. El contrato es fuente de relaciones jurídicas obligacionales; las
obligaciones tienen por objeto la prestación de dar, hacer o no hacer y la prestación, tiene por objeto la cosa o
servicio debido.

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Actualmente el Código al regular el objeto lo considera conformado por los bienes (cosas, derechos, partes
del cuerpo humano que técnicamente no son cosas) y los hechos.
El Código Civil trataba al objeto de los contratos en sus artículos, el Código Civil y Comercial lo trata en el Libro 3,
Titulo 2, Capitulo 5.

B)Su delimitación:
La delimitación del objeto es difícil, porque este, que pertenece al contenido del contrato, también es base
para la explicación de los otros elementos del contrato, como son la causa y los efectos.
El consentimiento define y configura el contenido del contrato; el objeto precisa la operación jurídica
económica; la causa determina la función económica social a que está destinado el negocio, y los efectos son las
consecuencias que surgen de ese contenido.
Según qué aspectos se aprecien del contenido, y como se los evalúe, es lo que definirá de que se trata, si del
objeto, la causa o de los efecto. Por ello es que resulta una operación compleja su delimitación.

C) Crítica del Código:


El código civil ni el código civil y comercial definen al objeto, pero sus reglas no están comprendiendo al
mismo en su integridad sino en forma parcializada, y esta parcialidad no permite su comprensión.

D) Patrimonialidad:
Se requiere que los bienes o hechos sean susceptibles de valoración económica. Se consagra la tesis
admitida en doctrina nacional, consistente en que los intereses que las partes pueden satisfacer a través del
contrato no tienen que ser necesariamente patrimoniales.
El criterio de Vélez respecto de las obligaciones nacidas del contrato resulta claramente expresado en el
artículo 1169 “la prestación… susceptible de una apreciación pecuniaria” y sus concordantes. Se funda en Aubry y
Rau y en la ley romana: la obligación consiste en las cosas que se pueden pagar y procurar con dinero. Esta corriente
exigía una patrimonialidad en el objeto de la prestación y en el interés del acreedor.
El código Civil y Comercial establece en su artículo 1003 que el objeto “debe ser… susceptible de valoración
económica y corresponder a un interés de las partes, aun cuando este no sea patrimonial.

E) Demás condiciones del objeto.


- Licitud: la licitud supone adecuación del objeto del acuerdo al ordenamiento jurídico considerado
integralmente.
Para quienes piensen que el objeto del contrato son los bienes y los comportamientos humanos, la ilicitud
está descartada: el objeto es en su valoración jurídica neutro (la sangre, el ojo). La ilicitud negocio puede provenir de
la actividad encaminada a obtener esos bienes.
Si se trata de una operación jurídica típica (ej.: compraventa), se descarta, en principio, la ilicitud, en
consideración a que la ley admite y regula dicha operación jurídica. La venta de un ojo o un órgano es ilícita por
encontrarse fuera del comercio.
El contrato ilícito por el objeto comprende tres especies: 1) el contrato ilegal o contrario a las normas
imperativas; 2) el contrato prohibido o contrario al orden público; 3) el contrato inmoral o contrario a las buenas
costumbres.
El artículo 1004 del CCC establece que no pueden ser objeto de los contratos los hechos que son imposibles
o están prohibidos por las leyes, son contrarios a la moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o
lesivos de los derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo sean. Cuando tengan por
objeto derechos sobre el cuerpo humano se aplican los artículos 17 (los derechos sobre el cuerpo humano o sus
partes no tienen valor comercial, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social y solo puede ser
disponibles por su titular siempre que se respete alguno de esos valores y según lo dispongan las leyes especiales) y
56 (están prohibidos los actos de disposición del propio cuerpo que ocasionen una disminución permanente de su
integridad o resulten contrarios a la ley, la moral o las buenas costumbres, excepto que sean requeridos para el
mejoramiento de la salud de la persona, y excepcionalmente de otra persona, de conformidad a lo dispuesto en el
ordenamiento jurídico. La ablación de órganos para ser implantados en otras personas se rige por la legislación
especial).
La ilicitud del objeto no es lo mismo que la ilicitud de la causa, ya que el primero está regulado por la ley, en
cambio, la causa del acto es ilícita para perjudicar a terceros.
- Posible: se distingue:
a- Posibilidad material o física: deben ser de cumplimiento realizable. Hay imposibilidad física cuando
materialmente no es factible de realizar, ej.: tocar el cielo con las manos; tal imposibilidad debe
existir con relación a cualquier sujeto y no respecto del propio deudor.
b- Posibilidad jurídica: en la doctrina se ha sostenido que este requisito debería suprimirse por
confundirse con la licitud, sin embargo, otros autores consideran que se trata de requisitos
diferentes porque en los casos de la imposibilidad jurídica el ordenamiento no prohíbe la prestación,
22
sino que la ignora quitándole valor. El obstáculo proviene del derecho, por ejemplo hipotecar un
automóvil que solo es susceptible de prenda.
Cuando esa imposibilidad se refiere a las cosas, la misma depende de la existencia de esa cosa, de su
comercialidad. Cuando es referida a la operación jurídica el concepto exige que el derecho sea susceptible de
contrato.

F) Determinación.
La determinabilidad se da cuando de los propios términos del contrato surgen los criterios de su
individualización. Cuando los bienes son identificados por su género o especie, la cantidad podrá ser determinada
con posterioridad.
El artículo 1005 y 1006 del CCC establecen que “cuando el objeto se refiere a bienes, éstos deben estar
determinados en su especie o género según sea el caso, aunque no lo estén en su cantidad, si ésta puede ser
determinada. Es determinable cuando se establecen los criterios suficientes para su individualización”, y que “las
partes pueden pactar que la determinación del objeto sea efectuada por un tercero. En caso de que el tercero no
realice la elección, sea imposible o no haya observado los criterios expresamente establecidos por las partes o por
los usos y costumbres, puede recurrirse a la determinación judicial, petición que debe tramitar por
el procedimiento más breve que prevea la legislación procesal.”

G) Cosas ajenas.
“ARTICULO 1008.-Bienes ajenos. Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos. Si el que promete
transmitirlos no ha garantizado el éxito de la promesa, sólo está obligado a emplear los medios necesarios para que
la prestación se realice y, si por su culpa, el bien no se transmite, debe reparar los daños causados. Debe también
indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y ésta no se cumple.
El que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de los daños si no hace entrega de
ellos.”
Se regula en forma unitaria la posibilidad de contratar sobre cosas ajenas como tales, manteniéndose las dos
modalidades que permitía el sistema anterior: sin garantizar el éxito de la promesa, con lo cual el vendedor queda
obligado a proveer los medios necesarios para que el dueño la transmita, o garantizando el éxito de la promesa, con
lo cual queda obligado como si fuese el dueño de la cosa, asumiendo ante la falta de entrega todas las
consecuencias indemnizatorias que deriven del contrato.
El código anterior había adherido a este mismo principio al regular el objeto del contrato en general (art.
1172), pero se establecía una prohibición en materia de compraventa de cosa ajena (art. 1329). En el código de
comercio derogado la contratación sobre cosa ajena como ajena era permitida (art. 453), que la denominaba como
promesa.
Ahora, el Código establece la posibilidad de que las cosas ajenas sean objeto de los contratos en general (art.
1008), adoptando idéntico criterio en materia de compraventa al disponer que la venta de la cosa total o
parcialmente ajena es válida. Excepcionalmente el artículo se prohíbe que la donación recaiga sobre cosas ajenas.
En el supuesto en que no se garantizó el éxito de la promesa, el promitente asume una obligación de medios,
obligándose a desplegar la conducta diligente para que la prestación se realice. Si se garantizó el éxito de la promesa,
el solo hecho de la no concreción de la transferencia del bien a la fecha acordada justifica la responsabilidad por
daños del promitente.

H) Futuras.
ARTICULO 1007.-Bienes existentes y futuros. Los bienes futuros pueden ser objeto de los contratos. La promesa de
transmitirlos está subordinada a la condición de que lleguen a existir, excepto que se trate de contratos aleatorios.
Pese a referir el texto a bienes existentes y futuros, en realidad la regulación se limita a estos últimos. La
posibilidad de contratar sobre bienes futuros supone que ambas partes conocen que el bien no existe aún y pactan
sobre él en el entendimiento de que su existencia acaecerá en el futuro.
Cuando se contrata sobre un bien futuro el contrato es considerado como celebrado bajo la condición
suspensiva de que la cosa llegue a existir.
Se mantiene expresamente el criterio de considerar condicional la venta de bienes futuros. Tal regla, no
obstante, puede modificarse si se asume el riesgo de la existencia de la cosa mediante un contrato aleatorio.

I) Cosas litigiosas o sujetas a gravámenes


ARTICULO 1009.-Bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares. Los bienes litigiosos, gravados, o sujetos
a medidas cautelares, pueden ser objeto de los contratos, sin perjuicio de los derechos de terceros.
Quien de mala fe contrata sobre esos bienes como si estuviesen libres debe reparar los daños causados a la otra
parte si ésta ha obrado de buena fe.
Bienes litigiosos: son aquella cuya-titularidad-o extensión está sometida a un proceso. Pueden ser cosas o derechos
litigiosos.
Bienes gravados: se ubican dentro de esta categoría los bienes que están sometidos a prenda, hipoteca o anticresis.
Bienes sujetos a medidas cautelares: tradicionalmente se menciona el embargo de los bienes como medida típica.
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La contratación sobre este tipo de bienes supone que ambas partes conocen y expresan el carácter del bien
de modo tal que quien adquiere el bien no puede desconocer los derechos del tercero en razón de las mencionadas
situaciones jurídicas que pueden afectarlo.
La contratación sobre bienes litigiosos, gravados o sometidos a medidas cautelares no puede perjudicar los
derechos de los terceros que podrán hacer valer sus derechos ante el comprador dado que la cosa fue transmitida
en esas condiciones.
Se mantiene la solución admitida por el sistema anterior, que considera lícita la posibilidad de contratar
sobre bienes litigiosos, gravados o sometidos a medidas cautelares.

J) Herencia futura.
ARTICULO 1010.-Herencia futura. La herencia futura no puede ser objeto de los contratos ni tampoco pueden serlo
los derechos hereditarios eventuales sobre objetos particulares, excepto lo dispuesto en el párrafo siguiente u otra
disposición legal expresa.
Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones societarias de cualquier tipo, con miras
a la conservación de la unidad de la gestión empresarial o a la prevención o solución de conflictos, pueden incluir
disposiciones referidas a futuros derechos hereditarios y establecer compensaciones en favor de otros legitimarios.
Estos pactos son válidos, sean o no parte el futuro causante y su cónyuge, si no afectan la legítima
hereditaria, los derechos del cónyuge, ni los derechos de terceros.
En principio, herencia es todo patrimonio todavía no discernido, en razón de la muerte de su titular.
Herencia futura son los derechos patrimoniales de quien todavía no ha fallecido que los parientes en grado sucesible
pretenden negociar acerca de esos derechos, que como tales son condicionales porque están supeditados a la
muerte de dicha persona.
Se prohíbe contratar sobre herencia futura por el principio ético de que no se puede especular con la vida de
una persona
Se ha sostenido que la prohibición debe alcanzar no sólo a los herederos y a los terceros, sino también a
aquel de cuya sucesión se trate. Así, el acto por el cual una persona vende a otra los valores que ella tuviese al día de
su fallecimiento es nulo.

K) El objeto en los contratos de contenido predispuesto.


Como en estos tipos de contratos la aceptación de produce en block, por cuanto no existe la posibilidad de
examinar cada una de las clausulas contenidas en el contrato, el objeto sobre el cual recaen los mismos es
cuidadosamente examinado por las normas reglamentarias, determinando cuales clausulas pueden ser óbice de
abusos o de excesos, para su nulificación.
Generalmente, a los efectos de facilitar la comprensión de las condiciones generales contenidas en estos
contratos, se recomienda que en un exordio o presentación del contrato, con letras destacables, se consigne
sintéticamente el objeto del mismo, lo más fielmente posible en relación con el contenido.
En nuestro derecho no existe una normativa específica sobre el particular, aunque encontramos algunas reglas
aplicables al objeto de tales contratos, como ser en la ley de prehorizontalidad, y en la ley 24.240 de protección al
consumidor, como así también la ley 22.262 de defensa de la competencia, y en la ley 22.802 de lealtad comercial.

BOLILLA 3: CAUSA-FORMA-PRUEBA Y EFECTOS.


1. La causa en los contratos: A) Diferencia con los restantes elementos del contrato. B) Teorías acerca de
la causa. C) La causa fin en la contratación predispuesta.

1. La causa en los contratos.


La causa es la razón o motivo determinante del contrato. Es:
- Subjetiva: porque se vincula a la finalidad que guía a los contratantes
- Concreta: porque atiende a cada negocio en particular
- Variable: porque el móvil que ha motivado a las partes será distinto en cada caso.
El motivo determinante debe ser común a los celebrantes. Siendo individual, se bilateraliza cuando se lo
declara, cuando llega a conocimiento de la otra parte o haya debido conocerse normalmente.
El Código Civil de Vélez contenía las disposiciones en los artículos 500 en adelante. El artículo 1012 del
Código Civil y Comercial sostiene que “se aplican a la causa de los contratos las disposiciones de la sección 2,
capitulo 5, titulo 4, libro primero”, es decir a los artículos 281-283. Los cuales establecen:

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Artículo 281: “Causa. La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante
de la voluntad. También integran la causa los motivos exteriorizados cuando sean ilícitos y hayan sido incorporados
al acto en forma expresa, o tácitamente si son esenciales.”
Artículo 282: “Presunción de causa. Aunque la causa no este expresada en el acto se presume que existe mientras
no se pruebe lo contrario. El acto es válido aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa verdadera.”
Artículo 283: “Acto abstracto. La inexistencia, falsedad o ilicitud de la causa no son discutibles en el acto abstracto
mientas no se haya cumplido, excepto que la ley lo autorice.”
Artículo 1013: “Necesidad. La causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y subsistir
durante su ejecución. La falta de causa da lugar, según los casos, a la nulidad, adecuación o extinción del contrato”.
Artículo 1014: “Causa ilícita. El contrato es nulo cuando:
a) su causa es contraria a la moral, al orden público o a las buenas costumbres;
b) ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral común. Si sólo una de ellas ha obrado por un
motivo lícito o inmoral, no tiene derecho a invocar el contrato
frente a la otra, pero ésta puede reclamar lo que ha dado, sin obligación de cumplir lo que ha ofrecido.”
Desde un punto de vista metodológico constituye un avance destacable que se haya delimitado la noción de
causa en la Parte general del Código y se hayan incorporado separadamente, en el Título II del Libro Tercero
(Contratos en general), aquellas disposiciones especiales de este elemento en el sector de la contratación.
A la causa se la refiere desde distintas concepciones. Así se habla de la causa fuente, cuando se quiere
significar el origen o hecho generador del acto, de causa eficiente cuando se refiere al título que es su consecuencia,
y de causa fin como el propósito o motivo de realización del acto.

A) Diferencia con los restantes elementos del contrato:


 Con el consentimiento: mientras el consentimiento es el acuerdo de voluntades que trasunta el querer de las
partes, la causa es el motivo determinante de ese querer, el porqué del contrato. En el contrato de donación
la intención del donante es la de efectuar una liberalidad, dar algo por nada; la causa es la finalidad buscada.
 Con el objeto: mientras el objeto es la operación jurídica considerada, con su finalidad económica y jurídica,
la cusa es la razón subjetiva por la cual se la ha querido. En el mutuo oneroso es objeto es el préstamo de
una cosa consumible o fungible contra el pago de una suma de dinero. La causa puede ser abonar una deuda
de juego contraída por el mutuario con una tercera persona.
 Con los motivos puramente personales: la causa es el motivo determinante o decisivo que se exterioriza; la
exteriorización diferencia y juridiza el motivo que sirve de causa. El motivo es irrelevante es tanto la causa es
trascendente.

B) Teorías acerca de la causa.


 Teoría clásica: la expuso Jean Domat en el siglo XVII. Domat se refirió más a la causa de las obligaciones que
a la de los contratos, distinguiendo entre los contratos onerosos, los reales y los gratuitos.
- En los onerosos, la causa se halla en la interdependencia o reciprocidad de las obligaciones a cargo de
una y otra parte.
- En los reales, la causa equivale a una prestación que se anticipa y acepta, y deja fundado el derecho a
exigir otra prestación en correspondencia a la primera.
- En los gratuitos, el compromiso de quien da tiene su fundamento en algún modo razonable y justo,
como un servicio o mérito del donatario o el solo placer de hacer el bien.
El Código Civil italiano de 1804 recogió estas enseñanzas de Domat, incluyendo a la causa como elemento
esencial del contrato. Le siguen el Código de España, Uruguay y de Bolivia que distingue causa licita de motivo lícito.
La causa es el fin abstracto, idéntico en todos los actos jurídicos pertenecientes a la misma categoría, que persiguen
fatalmente el autor o los autores de un acto jurídico determinado.
Para Aubry y Rau la causa es la consideración que lleva a una parte a contratar, y el motivo el móvil que determina la
contratación.
 Anticausalismo: expuesto por primera vez por Ernst, este decía que “si la causa en los motivos en los
contratos a título oneroso, es lo que cada una de las partes debe respectivamente a la otra, se confunde con
el objeto de la convención, de nada sirve hacer de una sola cosa dos elementos distintos. Si en los contratos
gratuitos la causa resude en la liberalidad del benefactor, tampoco es cierto que esta sea condición exterior
por si misma de la existencia de tales contratos. No puede separarse el sentimiento que anima al donante de
la voluntad que expresa.”
Planiol subrayo su falsedad e inutilidad.
Falsa porque:
- En los contratos onerosos, una de las de obligaciones no podría ser causa de la otra porque la causa
precede naturalmente al efecto y las dos obligaciones nacen al mismo tiempo.
- En los contratos reales, la entrega de la cosa no es la causa de la obligación de restituir, sino la causa
eficiente, generadora.
- En los contratos gratuitos, se basa en una confusión entre la causa y los motivos.
Inútil porque:

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- En los contratos onerosos, la falta de causa implica la falta de objeto de la otra obligación, y eso quita
validez al negocio.
- En los contratos reales, si la cosa no se entrega el contrato carece de causa.
- En los contratos gratuitos, la falta de intención se confunde con la falta de consentimiento y no
existiendo consentimiento no se perfecciona el contrato.
Los anticausalistas afirman que la idea de causa es artificial, no constituye un elemento distinto del consentimiento o
del objeto.
 Neocausalismo: los comunes denominadores que presentan las teorías neocausalistas son: a) superación de
la teoría de Domat; b) afirmación de la causa como elemento estructural del acto o negocio; c) esfuerzo por
distinguir la causa del resto de los elementos.
Su precursor fue Capitant, para quien la causa del contrato reside en la causa de las obligaciones.
- Tesis subjetiva: La causa se ubica en el ámbito de la pura voluntad. La causa del contrato es el motivo
determinante que la declararse o exteriorizarse se vuelve común. Intentan afirmar la distinción entre la
causa y el objeto. Buena parte de la formulación de la tesis corresponde a los tribunales franceses.
- Tesis objetiva: La causa aparece como un elemento material, es la finalidad económica social que el
negocio cumple y que es reconocida por el ordenamiento jurídico.Otorga a determinada figura su
impronta típica. En la compraventa la causa es en todos los casos el intercambio de la cosa vendida por
el precio, cualquiera sea el motivo o destino del dinero que obtiene el vendedor y la cosa que adquiere
el comprador. Encontró amplio campo en la doctrina italiana.
- Tesis dual:La causa es la finalidad o razón de ser del negocio jurídico. Tiene dos sentidos: la causa
categórica de la figura en cuestión, y motivos psicológicos relevantes admisibles por el derecho que
hayan impulsado a las partes a concluir el contrato.
El Código Civil se inclinaba por el anticausalismo. El Codigo Civil y Comercial por el neocausalismo.

C) La causa fin en la contratación predispuesta.


Si en la contratación predispuesta partimos de la teoría subjetiva de la causa, nos encontraremos que los
motivos que tuvieron las partes para contratar deben trascender en el negocio, ser conocidos por ambas partes, ya
que el motivo común que las partes han tenido en mira al contratar es el inherente a la causa. Sobre estas bases
hemos sostenido que el criterio subjetivo es insuficiente para explicar la noción de causa en los contratos de
contenido predispuesto. Tampoco cabría propender la tesis dualista que propugna, como causa fin, todo lo que lleva
a las partes a contratar, los motivos determinantes y la finalidad económica jurídica concreta del negocio de que se
trata; porque la causa de este contrato no estará consagrada.
RINESSI opta, para los contratos de contenido predispuesto, que en definitiva la causa sea la finalidad típica y
genérica del negocio.

2. La forma del contrato: A) Concepto. B) Distinción con la formalidad. C) Evolución. D) Clasificación de


los contratos según su formalismo. E) Las reglas del Código. F) Reglas de la Ley de defensa del
consumidor. G) Conversión del negocio.

A) Concepto
El concepto de forma es susceptible de un doble enfoque: uno genérico como traducción al mundo exterior
de la voluntad del sujeto, y otro restringido, como formalidad requerida por la ley para algunos negocios.
La forma como exteriorización de la voluntad es elemento estructural de los negocios jurídicos y, en
particular, del contrato.
Con el segundo alcance, de forma como formalidad, se habla en el derecho moderno de forma libre o vinculada, de
contratos formales y no formales.

B) Distinción con la formalidad


El precepto (art. 973 Código de Vélez) confundía el concepto de forma con los eventuales requisitos de
solemnidad que la ley exige para ciertos actos. El defecto consiste en definir el género por una de sus especies.
Si la forma esencial es un elemento indispensable del acto jurídico, la forma legal es, en cambio, cierta forma
determinada en que deben celebrarse algunos actos jurídicos bajo pena de validez.
La forma legal para el autor es la forma exigida para ciertos actos, en contraposición a la forma esencial, que
tienen todos los actos.

C) Evolución
Según MOSSET ITURRASPE, la regla es la libertad de formas. A diferencia de lo que acontecía en el derecho
romano.
La forma comenzó por ser un gesto o rito. Con la alfabetización de los pueblos se racionalizo y se convirtió
en escrito.

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La finalidad del formalismo en los pueblos primitivos y en el Derecho Romano de la República era la de
producir en los contratantes una impresión profunda, herir sus sentidos para hacer más duradero el recuerdo del
contrato.
La forma estaba dispuesta en beneficio de las partes.
El Derecho moderno recurre a la formalidad en consideración a la importancia social de los actos, media por
los efectos que de ellos pueden seguirse; a mayor importancia corresponde mayor rigor de forma.
No subestima las ventajas que se siguen de los actos solemnes: mayor reflexión acerca de las consecuencias,
mayor certeza de los hechos y determinación de las circunstancias, asegura la prueba, etcétera; pero tiene en cuenta
sus inconvenientes: lentitud en la conclusión de los negocios, onerosidad, nulidades pronunciadas en razón de la
omisión de las formas, etc.
En el Derecho contemporáneo se habla de un renacimiento del formalismo. Pero este pretendido
formalismo resulta muy diferente por su espíritu y por su técnica.
No atiende tanto a la forma de la declaración como a su publicidad, a fin de hacerla conocible al público. Su
modo habitual es la inscripción en registros públicos.
No atiende tanto a la forma ad substantiam como a la forma ad probationem, requerida para la prueba en
juicio.
Este renacimiento persigue fundamentalmente la seguridad de terceros. Como ejemplos del nuevo
formalismo tenemos a la ley 23.092 de locaciones urbanas, en su artículo 1; la ley 24.240 en sus artículos 10 y
concordantes.
Si bien en el Código Civil y Comercial la regla es la libertad de formas (artículo 1015 “libertad de formas. Sólo
son formales los contratos a los cuales la ley les impone una forma determinada”, antiguo artículo 974 del Código de
Vélez), el DR. DANUZZOsostiene que esta no sería la regla, sino el de legalidad de las mismas, ya que, en virtud del
artículo 284 del Cogido Civil y Comercial, solo cuando la ley no establezca una forma determinada para la
exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen conveniente.

D) Clasificación de los contratos según su formalismo.


La formalidad del contrato puede provenir de un precepto o bien de un acuerdo de partes al respecto. Las
partes pueden volver formales negocios que por la ley no lo son, en uso de la autonomía de la voluntad. Pero no
podrán dejar de lado las solemnidades dispuestas por el legislador ad substantiam, por estar de por medio un
interés público.
La forma o solemnidad puede requerirse para la validez del contrato o para su prueba.
Un contrato es ad solemnitatem cuando la exteriorización es requerida bajo sanción de nulidad. Omitida la
forma, el negocio queda privado de sus efectos propios, sin perjuicio de producir otros efectos diferentes.
Ad solemnitatem absolutos: En esta categoría de contratos la forma está impuesta para la validez del acto. El no
otorgamiento de la formalidad causa la nulidad. El criterio legal establece ahora que el modo de determinar si una
forma es exigida con carácter ad solemnitatemabsoluto reside en que ella sea impuesta bajo pena de nulidad
Artículo 1552.- “Forma de la donación. Deben ser hechas en escritura pública, bajo pena de nulidad, las donaciones
de cosas inmuebles, las de cosas muebles registrables y las de prestaciones periódicas o vitalicias.”
Ad solemnitatem relativos: En los contratos formales ad solemnitatemrelativos el no cumplimiento de la solemnidad
determina que el acto no produce sus efectos propios, no quedando concluidos como tales mientras no se otorgue
el instrumento previsto, pero valen como contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con la expresada
formalidad.
Articulo 1017.- “Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:
a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles.
Quedan exceptuados los casos en que el acto es realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o
administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública;
d) Los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura pública.”
Un contrato que requiere una forma impuesta para su demostración en juicio es ad probationem, cuando,
no obstante ser jurídicamente relevantes, no pueda ser probado en juicio, si se lo contesta, a no ser exhibiendo
aquella determinada forma.
Artículo 1020.- “Prueba de los contratos formales. Los contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines
probatorios pueden ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener la prueba
de haber sido cumplida la formalidad o si existe principio de prueba instrumental, o comienzo de ejecución.
Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su
causante o de parte interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato.”

E) Las reglas del Código.


Lo único sistematizado en el Código de Vélez con respecto a las formas de los contratos estaba comprendido
en el artículo 1184 y si quiera abarcaba todos sus incisos, porque los incisos 2, 4, 8 y 11 se referían a actos que no
son contratos.
Hoy en día la forma de los contratos está regulado en los artículos 1015 a 1018 del Código Civil y Comercial:
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ARTICULO 1015.- Libertad de formas. Sólo son formales los contratos a los cuales la ley les impone una forma
determinada.
ARTICULO 1016.- Modificaciones al contrato. La formalidad exigida para la celebración del contrato rige también
para las modificaciones ulteriores que le sean introducidas, excepto que ellas versen solamente sobre estipulaciones
accesorias o secundarias, o que exista disposición legal en contrario.
ARTICULO 1017.- Escritura pública. Deben ser otorgados por escritura pública:
a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles.
Quedan exceptuados los casos en que el acto es realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o
administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública;
d) los demás contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser otorgados en escritura pública.
ARTICULO 1018.- Otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento pendiente de un instrumento previsto
constituye una obligación de hacer si el futuro contrato no requiere una forma bajo sanción de nulidad. Si la parte
condenada a otorgarlo es remisa, el juez lo hace en su representación, siempre que las contraprestaciones estén
cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.

F) Reglas de la Ley de defensa del consumidor.


El artículo 10 de la ley 24.240 de defensa de los consumidores, se refiere al contrato de compraventa,
determina que el documento que se extienda deberá tener ciertas precisiones que enumera la norma. Fariña critica
la estrechez de la norma, cuando sus disposiciones han de ser necesariamente aplicables a todos los tipos
contractuales incluyendo los innominados. No obstante el art. 10 del decreto reglamentario subsana el error, porque
explícitamente en el inciso b, se refiere a los contratos que tengan por objeto cosas o servicios.
En razón de la prueba, el principio general es que debe probarse por escrito, excepto ciertas excepciones en
donde se puede probar por cualquier medio de prueba: si hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido
cumplida la formalidad o si existe principio de prueba instrumental, o comienzo de ejecución.
La documentación escrita en los contratos con el consumidor y usuario será necesaria para acreditar la
operación realizada
Las enunciaciones que deberá contener el instrumento escrito, para su prueba, son:
- La descripción y especificación de la cosa.
- El nombre y domicilio del vendedor (el del establecimiento comercial)
- La mención de las características de la garantía conforme a lo establecido en la ley
- Los plazos y condiciones de entrega
- El precio y las condiciones de pago (por regla general deberá contener todo instrumento en que se
consigne un contrato oneroso, en razón de que el precio es un elemento especifico, tipificante de tales
figuras. La no mención de otras aclaraciones significara que la operación es de contado.)

G) Conversión del negocio.


En ocasiones el derecho utiliza una declaración incapaz de dar vida a un determinado negocio, por defecto
de una forma prescripta ad substantiam, para engendrar otro negocio diferente con efectos parcialmente distintos.
Esa transformación dispuesta por ley se denomina “conversión del negocio jurídico”
La conversión verdadera y propia nace de la ley y no de la voluntad de las partes. El negocio nulo por defecto
de forma, en lugar de producir los efectos de los actos inválidos, da nacimiento opelegis a un negocio diferente.
El primer negocio contiene del segundo los requisitos de fondo y sustancia – elemento objetivo- Si las partes
hubieran querido la nulidad, de haberla conocido, o se demuestre de manera clara su voluntad contraria a la
conversión, esta no se produce; allí radica el elemento subjetivo de la conversión.
El fundamento remoto de este fenómeno lo encontramos en el principio de que lo útil no se agota por lo
inútil.
El fundamento próximo los hallamos en el respeto de la buena fe, que preside la celebración, interpretación
y ejecución del contrato y en considerar razonable la comprensión del segundo negocio en la órbita del interés
práctico seguido por las partes. Si las partes hubieran conocido la nulidad del negocio intentado habrían querido
aquel otro negocio.
La Ley de protección al consumidor dispone que “cuando el juez declare la nulidad parcial, simultáneamente
integrara el contrato, si ello fuera necesario”. Comentando esta norma señala Lorenzet que la ineficacia como
sanción ha cambiado: “frente a lago mal hecho no se castiga con la expulsión del ordenamiento, sino con la
conversión del pecador, manteniendo los efectos pero “convertidos”, “civilizados”.

3. La prueba del contrato: A) Concepto. B) Método del Código; su crítica. C) La triple legislación sobre los
medios de prueba. D) Enumeración. E) La prueba de los contratos formales. F) Principio general. G)
Excepciones.

A) Concepto:

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Probar, en el campo del derecho, significa dar la demostración de lo que se afirma. La prueba civil consiste
en un método jurídico de verificación de las proposiciones que los litigantes formulan en el proceso.
Probar un contrato es demostrar la existencia de una relación jurídica entre partes; es también establecer la
naturaleza y el contenido exacto de los derechos y obligaciones emergentes del mismo.
Se trata de averiguar primeramente que obligaciones se hallan incluidas en el contrato y a continuación, las
prestaciones que contiene cada una de esas obligaciones. Luego determinar si las obligaciones contraídas son de
medio o de resultado. Determinar la naturaleza de las prestaciones es fundamental a los fines de la prueba.
En ciertos casos será necesaria la prueba de “los usos y costumbres”, de su existencia y del valor que se les atribuye.

B) Método del Código; su crítica.


Vélez, siguiendo a Freitas, incorporo a la teoría del contrato un capítulo destinado a la prueba del contrato
(arts. 1190 a 1194).
Disposiciones relativas a la prueba en general se encuentran dispersas en distintos lugares del Código, como
también en la reglamentación de cada uno de los contratos típicos.
La línea de separación entre las legislaciones de fondo y forma – la primera se ocupa de los medios y la segunda de
los modos probatorios – resulta a veces difícil de precisar. Hay leyes sustanciales que avanzan consagrando
modalidades de prueba; ley de accidente de trabajo, de quiebras, etcétera, y códigos procesales que incorporan
nuevos medios probatorios.
Es ya criterio consolidado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación que afirma los poderes no delegados
por las provincias, que el Congreso tiene facultad para dictar normas procesales en tanto y en cuanto sea ello
necesario para asegurar la eficacia de las instituciones reguladas por los códigos de fondo.
El instrumento escrito era el medio principal requerido para la prueba de los contratos. Sólo de manera
excepcional se abría la posibilidad de demostrar la celebración de un contrato por testigos, cuando existían causas
previstas legalmente que así lo autorizaban.
Ahora, la regla general consiste en la admisión de todos los medios de prueba contemplados en las legislaciones
procesales, mereciendo destacarse que inclusive existe un principio residual de admisión de medios probatorios
atípicos.
La excepción viene dada por la limitación de la prueba testimonial cuando los usos indiquen que el contrato
suele instrumentarse.
La necesidad de demostración por escrito que antes era establecida por el legislador, ahora será exigible
cuando conforme a los usos el tipo de contrato de que se trate se concierte en la práctica por escrito. En estos casos
no es que no se admitirá la prueba testimonial, sino que lo que ocurre es que no puede probarse el contrato
únicamente por este medio.
La forma escrita abarca en la actualidad los instrumentos manuscritos como los soportes digitales.

C) La triple legislación sobre los medios de prueba


La triple legislación sobre los medios de prueba consistiría en la enumeración de los medios de prueba del
Código Civil (art. 1190), y los medios de prueba reglados por los Códigos procesales de las provincias, y las leyes del
Código de Comercio.
El Código Civil establece el sistema de las pruebas legales o de prueba tasada, que consiste justamente en
determinar cuáles son los medios probatorios idóneos para acreditar la existencia "de los contratos, como una
preocupación insoslayable que a través de tales medios estos podrán ser acreditados, como también queda fijado el
límite para que la prueba testimonial, y por ende, de presunciones, resulte admisible.
En nuestro caso, la oposición entre los sistemas de valoración de las pruebas no se da entre las pruebas
legales del Código Civil y las pruebas libres, sino entre aquellas y el de la sana crítica de los códigos procesales. Se
entiende por sana crítica no otra cosa que las que aconseja el buen sentido aplicado con recto criterio. Lo verosímil,
lo probable en grado suficiente, conforme al caso ordinario de las cosas y circunstancias de cada especie,
constituirán directivas que permitirán al juez decidir conforme a las demás probanzas de cada caso judicial.

D) Enumeración.
La actividad probatoria se cumple en el proceso y está dirigida a convencer al juez de la verdad de lo
afirmado.
La falta de prueba no anula el acto pero lo esteriliza. Quita eficacia civil, privando al contrato de los efectos
civiles, aunque no de los naturales.
El interés en probar se refleja en el tema “carga de la prueba”, o sea en lo referente a saber cuál de las partes
en el proceso tiene la obligación de realizar la prueba. En materia contractual rige la regla de que la prueba incumbe
al que afirma la realidad de un hecho.
En las obligaciones de resultado, es cargo del deudor la prueba de su cumplimiento. En la de medios, es el
acreedor quien debe probar el incumplimiento, lo que a veces resulta difícil.
Los instrumentos aptos para lograr la demostración, en los que el juez encontrara los motivos de su convicción, se
denominan medios probatorios. El artículo 1190 del Código Civil contenía una enumeración de medios probatorios,

29
sin embargo en el Código Civil y Comercial no están estructurados en una sección especial del régimen general del
contrato, pero ellos emergen de las distintas normas que el cuerpo legal contiene.
 Por instrumentos públicos: pertenecen a la categoría de los medios preconstituidos, cuyo fundamento está
en la confianza, siendo capaces de proporcionar una plena prueba. Su eficacia deriva de la presencia del
funcionario público y de la sujeción a las reglas prescriptas por la ley para su confección. Su fuerza
probatoria puede ser destruida por una acción civil o criminal de falsedad; hasta tanto hace plena fe de los
hechos cumplidos por el oficial público o pasados en su presencia, entre partes y frente a terceros, no así de
los hechos que las partes manifiesten.
En el Código Civil y Comercial encontramos la regulación en los artículos 289 en adelante. Así sostiene que
son instrumentos públicos a) la escritura pública y sus copias o testimonios; b) los instrumentos que extienden los
escribanos o los funcionarios públicos con los requisitos que establezcan las leyes; c) los títulos emitidos por el
Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En cuanto a los requisitos: a) la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su
competencia territorial, excepto que el lugar sea generalmente tenido como comprendido en ella; b) las firmas del
oficial público, de las partes, y en su caso, de sus representantes; si alguno de ellos no firma por sí mismo o a ruego,
el instrumento carece de validez para todos.
Es presupuesto para la validez del instrumento que el oficial público se encuentre efectivamente en
funciones. Sin embargo, son válidos los actos instrumentados y autorizados por él antes de la notificación de la
suspensión o cesación de sus funciones hechos conforme a la ley o reglamento que regula la función de que se trata.
Carece de validez el instrumento público que tenga enmiendas, agregados, borraduras, entrelíneas y
alteraciones en partes esenciales, si no están salvadas antes de las firmas requeridas. El instrumento que no tenga la
forma debida vale como instrumento privado si está firmado por las partes.
No pueden ser testigos en instrumentos públicos: a) las personas incapaces de ejercicio y aquellas a quienes
una sentencia les impide ser testigo en instrumentos públicos; b) los que no saben firmar; c) los dependientes del
oficial público; d) el cónyuge, el conviviente y los parientes del oficial público, dentro del cuarto grado y segundo de
afinidad;
En cuanto a su eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe: a) en cuanto a que se ha realizado el acto,
la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado
falso en juicio civil o criminal; b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones,
pagos, reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto principal del acto
instrumentado, hasta que se produzca prueba en contrario.
Las actas de constatación notariales son instrumentos públicos, que gozan de la fuerza probatoria de todos
aquellos acontecimientos pasibles de producir efectos jurídicos pasados u ocurridos ante el notario.
El contenido del instrumento público puede ser dejado de lado por las partes por un contradocumento o un
contra instrumento público o privado posterior que las partes otorguen.
El nuevo código dispone que los testigos de un instrumento público y el oficial público que lo autorizo no
pueden contradecir, variar ni alterar su contenido, si no alegan que testificaron u otorgaron el acto siendo víctimas
de dolo o violencia.
 Instrumentos privados: Aunque también preconstituidos y basados en la credibilidad, los instrumentos
privados, denominados así por no requerir la presencia del oficial público, condicionaban su eficacia
probatoria al reconocimiento de la firma y además, frente a terceros, al logro de una fecha cierta. El Código
se ocupaba de esto en sus artículos 1012 a 1036.
Los documentos privados firmados por las partes constituyen el medio normal y usual de prueba de los
contratos no formales o de forma ad probationem, siendo la firma de las partes una condición esencial para la
existencia de todo acto bajo forma privada.
A diferencia de lo normado en el derogado Código Civil, la nueva norma (artículos 313 a 319) permite
reemplazar la firma por la impresión digital. La firma instrumentada en base a signos o iniciales validara el
instrumento como documento privado, pues así lo dispone el art. 288 al indicar que la firma debe consistir en el
nombre del firmante o en un signo.
De conformidad a lo normado por el artículo 313, la impresión digital también valida el documento, sea que
tal parte no sepa o no pueda firmar el instrumento, pudiendo en su caso reemplazarse la firma a ruego por testigos
que lo suscribirán.
Si el documento no está firmado este puede valer como instrumento particular, y podrá servir como indicio
o presunción de aquello que hace referencia. La ausencia de firma sirve como evidencia (artículo 319).
El artículo 315 establece que las raspaduras, enmiendas o entrelineas que afectan partes esenciales del acto
instrumentado deben ser salvados con la firma de las partes. De no hacerse así el juez debe determinar en qué
medida el defecto excluye o reduce la fuerza probatoria.
Se entiende que tales raspaduras, enmiendas o entrelineas tengan una segunda firma que resguarde la
corrección del contenido del documento. Pero si se trata de instrumentos de fecha anterior a la vigencia del Código,
no podrá requerirse tal recaudo para reducir su fuerza probatoria o colocar al juez en determinante de tal valor de
probanza.
- Reconocimiento de firma: de acuerdo al artículo 314 del CCC, “todo aquel contra quien se presente un
instrumento cuya firma se le atribuye debe manifestar si esta le pertenece. Los herederos pueden
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limitarse a manifestar que ignoran si la firma es de su causante. La autenticidad de la firma puede
probarse por cualquier medio.” Además este artículo nos dice que de haberse reconocido judicialmente
la firma, tal reconocimiento se extiende a todo su contenido, a todo el cuerpo. La norma sigue diciendo
que “el instrumento privado reconocido, o declarado autentico por sentencia, o cuya firma está
certificada por escribano, no puede ser impugnado por quienes lo hayan reconocido, excepto por vicios
en el acto del reconocimiento. La prueba resultante es indivisible. El documento signado con la
impresión digital vale como principio de prueba por escrito y puede ser impugnado en su contenido”.
El valor probatorio del documento, si se reconoce la firma, será similar al de un instrumento público entre
las partes y sus sucesores.
Todo aquel que pretenda impugnar un documento privado, tiene a su cargo la prueba pertinente, caso contrario el
instrumento privado valdrá siempre como medio de prueba del contrato de que se trate.
- Fecha cierta: el Código Civil y Comercial, al igual que el derogado Código Civil (arts. 1034 y 1035)
requiere en el artículo 317 de la existencia de fecha cierta en los instrumentos privados para que estos
prueben contra terceros y sucesores a titulo singular la verdad de la fecha inserta.
El nuevo código ha receptado el criterio – no seguido por el Código de Vélez- de que no hay límites a la
prueba cierta de un documento.
El articulo 317 sostiene que adquieren fecha cierta el día en que acontece un hecho del que resulta como
consecuencia ineludible que el documento ya estaba firmado o no pudo ser firmado después.
- La factura como instrumento privado (artículo 1145 Código Civil y 474 del derogado Código Comercial):
Las facturas son instrumentos privados propios de la actividad mercantil, usualmente entregado al
momento de efectuar la operación o bien luego de esta y en los cuales el emisor describe el objeto de la
prestación, el detalle del objeto o sus características, las cantidades negociadas, el precio unitario y total
de la operación, no siendo necesario que ostente la forma del vendedor ni del comprador para su
exigibilidad, bastando el asiento de la operación en los libros del empresario, comerciantes, etcétera.
La ley impone al comprador que dentro del término de diez días de entregada y recibida, si tiene reclamos
que hacer, las observe o las impugne según crea pertinente, pues de lo contrario se presumirán como aceptadas en
todo su contenido.
Excepto disposición legal, si es de uso no emitir factura, el vendedor debe entregar documento que acredite
la venta.
La circunstancia de que en la factura se haya colocado la anotación recibida condicional o a revisar no
autoriza a postergar sine die el término previsto por el artículo 1145.
Las facturas tienen optima eficacia liquidadora y probatoria de negocio que instrumentan por lo que, en
principio, siempre cabe estar a sus términos (en todo su contenido) si hubiere transcurrido el plazo legal del citado
artículo sin ninguna observación o impugnación.
Los remitos son documentos que solo acreditan la entrega de la mercadería facturada. Integra, con la
factura, la prueba usual y completa de la compraventa.
Las notas de débito son documentos unilaterales, enanzados del vendedor, en las que el emisor afirma tener
un crédito contra el comprador. No tienen eficacia autónoma.
- Correspondencia epistolar, telegráfica y electrónica: dado que las comunicaciones a distancia por medio
de la correspondencia epistolar, telegráfica o electrónica han sido reconocidas con posibilidad y
capacidad de transmitir el consentimiento contractual, estas también son reconocidas como medio de
prueba de los contratos, ya que el requisito es la existencia de la firma en el documento o bien cualquier
medio apto para llegar a la razonable convicción de su existencia (artículo 1019 CCC).
La correspondencia dirigida a terceros no será admisible como prueba, ello tiende a resguardar la
correspondencia privada. Pero si su contenido no fuere confidencial y fuere relevante para la prueba de la
contratación, podrán ser admitidas como prueba, si el interesado en esta no hubiera entrado en posesión de ella en
forma ilegítima.
 Cartas misivas: lo característico de la carta misiva es exteriorizar una manifestación confidencial. No ha sido
compuesta y entregada “con la finalidad de constituir una prueba que pueda ser invocada en su contra”.
Constituyen un género que comprende las cartas familiares y comerciales, las postales y los telegramas.
La doctrina moderna señala una serie de cuestiones en torno a este tema:
a) Quien es el propietario de la carta y quien el titular del derecho moral o intelectual;
b) Que facultades tiene el propietario, y
c) Qué valor tiene como medio de prueba.
Según el Código Civil de Vélez, se acepta que el derecho de propiedad de la carta pertenece al destinatario, y
el remitente detenta el derecho moral de autor; en cuando a las facultades del destinatario-propietario son las
inherentes a ese derecho, adaptadas a la índole de la cosa, que obliga a respetar el derecho y el secreto confidencial;
en cuanto a su valor probatorio, este es muy variable: a) entre las partes, en un juicio entre el remitente y el
destinatario, ambos pueden ofrecerla como prueba, sea la carta confidencial o no, b) si el destinatario de la carta
quiere hacerla valer en juicio tramitado con un tercero, la prueba es similar a la testimonial, no se podrá agregar al
juicio sin la conformidad del remitente.

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Las cartas dirigidas a terceros no pueden hacerse valer en contra del remitente. Este es el único supuesto
que contempla el Código Civil en el artículo 1036. No obstante, la jurisprudencia ha resuelto que la prohibición solo
rige si las cartas son confidenciales, carácter que depende de su contenido y debe ser apreciado por el juez.
En el nuevo Código Civil y Comercial, las cartas misivas están reguladas como correspondencia en el artículo 318.
 Confesión de partes: la confesión es la declaración que una parte hace de la verdad de los hechos
desfavorables a ella y favorables a la otra parte. No crea el hecho, sino que lo reconoce o admite.
Tiene eficacia práctica, puesto que elimina las controversias, pero ello no quiere decir que lo confesado
tenga valor probatorio en cuando puede muy bien no ser verdad. De allí que los códigos procesales, pese a
considerarla “plena prueba”, le nieguen ese carácter cuando: estuviere excluida por la ley, incidiere sobre derechos
no renunciables o transigibles.
Pese a que la doctrina clásica ubica a la confesión entre los medios de prueba, la doctrina moderna la ubica
entre los medios que excluyen la prueba, ya que si la necesidad de probar proviene del contraste entre afirmaciones
opuestas, con la confesión desaparece ese contraste y así se supera la necesidad de suministrar la prueba.
La confesión judicial es la que se presta dentro del proceso, puede ser espontanea o provocada, expresa o
ficta.
La confesión extrajudicial es la hecha fuera del juicio, por escrito o verbalmente, frente a la parte contraria o a quien
represente.
 Juramento judicial: al igual que la confesión, no es tanto un medio de prueba, no demuestra que lo afirmado
sea verdad. La posición del legislador frente al juramento es de “escepticismo crítico”, habiendo perdido en
la actualidad el prestigio ilimitado que tuvo en el proceso germánico.
Este escepticismo se refiere al “juramento decisorio”, en virtud del cual se deja librado a la parte la suerte
del pleito. Esta especie de juramento ha desaparecido de las legislaciones modernas. En cambio, goza aun de cierto
predicamento el “juramento supletorio”, por el cual se completa la prueba, cuando la demanda o las excepciones no
son plenamente probadas, pero no están absolutamente desprovistas de prueba.
 Presunciones legales o judiciales: como lo indica la etimología del vocablo “asumir antes” dan por admitida
la realidad de los hechos antes de cualquier demostración; de allí que, en cierta medida, excluyen la carga
de la prueba – iuris et de iuri - o modifican la carga ordinaria – iuris tantum – o remiten al discernimiento del
juez que puede ponerlas como base de su convicción en defecto de pruebas directas.
En las presunciones legales, se exime a quien las invoca de la prueba del hecho o acto en crisis, pudiendo ser
presunciones legales iuris tantum o iure et de iure. Las presunciones judiciales quedan libradas al criterio del
tribunal según los criterios de la sana crítica.
Las presunciones, para contar con valor probatorio, deberán ser precisas, graves y concordantes.
 Testigos: se funda en la retención sensorial de los hechos por seres inteligentes y su posterior reproducción
en juicio del modo dispuesto por los códigos procesales. La demostración de la verdad queda encomendad a
delicados factores: sensibilidad, memoria y sinceridad del testigo. De allí que la apreciación de este medio
deba hacerse con suma cautela.
El artículo 1193 del Código Civil no admitía la prueba por testigos, ni presunciones, para demostrar la
existencia de un contrato cuyo objeto tenga un valor superior a los diez mil pesos, las excepciones al principio eran
las relativas a la prueba de los contratos formales.
 Otros medios probatorios: la mayoría de los códigos de procedimiento incorporan otros medios probatorios
como: la pericia (cuando se requiere conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, industria o actividad
técnica especializada), la inspección judicial (puede tener por objeto lugares o cosas y disponerse de oficio o
a pedido de parte), y los informes (proceden únicamente respecto de actos o hechos que resulten de la
documentación, archivo o registros contables del informante). Otros medios probatorios son la fotografía,
las grabaciones en discos o cintas, etc.

E) La prueba de los contratos formales.


El artículo 1191 del Código Civil establecía que los contratos que tengan una forma determinada por las
leyes, no se juzgaban probados si no estuvieren en la forma prescripta.
Cuando la forma es requerida ad substantiam, o sea para la validez del contrato, la omisión acarrea su
nulidad. Al no juzgarse realizados se sigue como consecuencia que no se podrán juzgar probados, no revistiendo la
forma exigida por la ley.
Podría ocurrir que celebrados con solemnidad requerida ocurra luego la destrucción o extravío del
documento; en tal hipótesis, probada la documentación, se tendrá por demostrado el contrato.
Cuando la forma es exigida ad probationem, la omisión de la solemnidad obsta a su demostración sobre la
base de otros medios probatorios.
En los contratos ad solemnitatem, probada la documentación – conforme a la solemnidad exigida – se
entiende probado el contrato, aunque falte el documento por perdida o extravío. En los contratos ad probationem
no será necesario probar la documentación, esta no hace a la validez sino a la demostración del negocio, bastando
con justificar la “imposibilidad” de formalizar.
En el Código Civil y Comercial, el artículo 1020 “Prueba de los contratos formales. Los contratos en los cuales
la formalidad es requerida a los fines probatorios pueden ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si
hay imposibilidad de obtener la prueba de haber sido cumplida la formalidad o si existe principio de prueba
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instrumental, o comienzo de ejecución.
Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que emane de la otra parte, de su
causante o de parte interesada en el asunto, que haga verosímil la existencia del contrato.”
La denominación “principio de prueba instrumental" viene a suplantar la clásica expresión "principio de prueba por
escrito", comprendiendo ahora el concepto genérico de instrumento emanado de la otra parte, del causante o de
terceros que haga verosímil la celebración del contrato.
Prueba del contrato de consumo: En la ley 24.240 no hay reglas específicas sobre la prueba de estos
contratos, por lo que se aplican, en la especie, las reglas del Código Civil. Sin embargo, caben algunas variantes.
Partiendo de la base que la oferta puede ser dirigida a consumidores indeterminadas, es vinculante y obliga al
oferente durante el tiempo que se realice o durante el tiempo que se determine, además que, las precisiones
formuladas en la publicidad o en anuncios, prospectos, etcétera, obligan al oferente y se tienen por incluidas en el
contrato, cabe admitir que la prueba no podrá ser llevada a cabo por via de la formalidad establecida, en razón a que
rige la informalidad. En consecuencia, cabra aplicar en la especie el principio de la libertad de prueba.

F) Principio general.
Partiendo del principio general, que sería el sistema de la prueba legal, o sea que los contratos deberán
probarse de acuerdo con la forma determinada (art. 1191 primera parte), y como esa forma prácticamente está
establecida en casi todos los contratos, que en general es la forma escrita (instrumentos público o privado), no
existiría otro camino para acreditar el contrato si no fuera por las excepciones al principio general, que la misma
norma prevé en su segunda parte.

G) Excepciones.
La norma establece cuatro excepciones al principio general. Harán admisibles los restantes medios de
prueba designados en el caso de existir: a) imposibilidad de obtener la prueba exigida por ley (en los casos de
depósito necesario o cuando la obligación hubiese sido contraída por incidentes imprevistos en que hubiese sido
imposible formarla por escrito, artículo 1192 CC); b) principio de prueba por escrito (cualquier documento público o
privado que emane del adversario, de su causante o de parte interesada en el asunto), y c) principio de ejecución
(cuando una de las partes hubiese recibido alguna prestación y se negase a cumplir el contrato, esa negativa origina
el planteo judicial acerca de la prueba del negocio).

4. Efectos del contrato: A) En la contratación masiva y en el consumo. B) Las cláusulas abusivas. C) La


fuerza obligatoria y la autonomía de voluntad. D) Restricciones. E) Efectos entre las partes. F) con
relación a los terceros. G) Principio del efecto relativo. H) El nuevo principio en los contratos del
consumo.

Efectos del contrato.


RINESSI sostiene que los efectos del contrato pueden ser:
a) directos, porque están determinados en su objeto,
y alcanza exclusivamente a esa materia;
b) indirectos, porque el objeto que describe el contrato no es el que surge de la ley.
c) genéricos, que son o pertenecen a todo contrato;
d) específicos, el de la figura contractual elegida;
e) relativos, porque solo pueden ser ejercidos sobre determinados sujetos
f)jurídicos, porque crea o extingue una relación, producto de la constitución, modificación, transmisión o extinción
de los derechos;
g)económicos, porque se refieren a los cambios en el área patrimonial de los derechos, y
h) sociales, porque inciden directa o indirectamente en los diferentes sectores de la sociedad
Para MOSSET los efectos del contrato son crear, modifica, transferir o extinguir obligaciones.
El contrato es la causa fuente de efectos obligaciones y la obligación como relación jurídica, a su vez, otorga
al creedor los medios necesarios para la satisfacción de su derecho subjetivo. El contrato solo de manera indirecta o
inmediata es causa fuente de los medios necesarios para la satisfacción del derecho del acreedor.
Los efectos pueden ser abordados desde 2 aspectos:
- Objetivo (¿en qué consiste?): objetivamente la relación jurídica nacida del contrato encuentra sustento
en la concordancia de voluntades privadas.
- Subjetivo (¿a quienes alcanza?): el contrato produce efectos relativos. Solo alcanzan a los sujetos de la
relación, no pudiendo perjudicar a terceros.
A) En la contratación masiva y en el consumo.
Sabemos, porque la ley 24.240 lo establece, que las precisiones formuladas en la publicidad o en
anuncios,prospectos, circulares u otros medios de difusión obligan al oferente y se tienen por incluidas en el
contrato con el consumidor. De manera tal que el contenido del contrato se extenderá a todas estas prescripciones.
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Todo lo concerniente a la información que el oferente debe brindar al consumidor también esto estará integrando el
mismo.
El art. 37 dispone que se tendrán por no convenidas:
a) las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños;
b) las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la
otra parte, y
c) las cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del
consumidor.
En las operaciones de crédito, la mencionada ley impone, bajo pena de nulidad, una serie de
requisitos que deberán contener los contratos de crédito.
Para los contratos de servicio rigen modalidades en la prestación de los servicios que impone la regla del art.
19: para los servicios públicos domiciliarios, la ley diversos deberes al prestador que
resultan obligaciones de carácter legal que deben ser observadas.
En la compraventa u otros contratos domiciliarios se establecen determinados efectos que inexorablemente
deben ser observados (arts. 32 al 35).
La información que deberá suministrar el oferente agregara al contrato otro contenido más y determinara
consecuencias jurídicas que se derivaran del mismo.
Los efectos de la contratación masiva, a la que se aplicaran estas reglas en virtud del principio de buena fe
que deberá regir tales relaciones, estarán determinando consecuencias, que en mínima parte serán las propias de la
voluntad individual, y que en cambio las más son directamente impuestas por la ley. A esto hay que agregar la
legislación correctiva del mercado, como las leyes de defensa de la competencia.

B) Las cláusulas abusivas.


La ley en su art. 37 establece:
 Cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daño.
 Cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la
otra parte.
 Cláusulas que contengan cualquier precepto que imponga la inversión de la carga de la prueba en perjuicio
del consumidor.
Art. 36:En Las operaciones de crédito la ley impone bajo pena de nulidad, una serie de requisitos que deberán
contener los contratos de crédito.
Art.19:Para los contratos de servicio, rigen modalidades en la prestación.
Art. 25 al 31:Exigencias en las prestaciones de servicios públicos domiciliarios, son para el prestador, obligaciones de
carácter legal.
Art. 32 al 35: En las ventas u otros contratos domiciliarios así como contratos x correspondencia u otras
modalidades, se establecen efectos que deben ser observados.
Además en la contratación masiva y en el consumo, se tienen en cuenta las leyes de defensa de la
competencia y de lealtad comercial, que imponen reglas al mercado, que alcanzan a todos lo0s contratantes y en
especial al que tienen o ejercen un predominio del mismo.

C) La fuerza obligatoria y la autonomía de voluntad.


La voluntad es autonomía cuando se gobierna a si misma; heterónoma cuando es dirigida desde afuera. La
autonomía nace de una delegación del orden jurídico. Galgano dice que para definir este papel de la voluntad se
habla de libertad o autonomía contractual. Es una libertad o autonomía que se manifiesta bajo un doble aspecto,
positivo y negativo.
Positivo: significa que las partes pueden, con un acto de su voluntad, constituir, regular o extinguir relaciones
patrimoniales.
Negativo: autonomía contractual significa que nadie puede ser privado de sus propios bienes o constreñido a
ejecutar prestaciones a favor de otro contra su propia voluntad.
El hombre es libre para contratar o no, para elegir con quien ha de contratar, pero si contrata deja de ser
libre. Existe libertad para entrar en la convención pero no para salir de ella. Esta es la libertad de contratar.
Una vez que el hombre se ha decidido a contratar y ha elegido con quien hacerlo, es igualmente libre para
estipular las cláusulas que más convenga a sus intereses, a la satisfacción de sus necesidades. Esta es la libertad
contractual.
En cuanto a la fuerza obligatoria, Mosset cree que la regla jurídica que impone la obligatoriedad de los
contratos – las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual deben someterse
como a la ley misma – tiene su fundamento en la regla moral que hace al hombre sirviente de su propia palabra,
pero concurren a dar fuerza a ese vínculo la libre aceptación de las clausulas limitativas de la voluntad individual que
mutuamente se suscitan los contratantes, así como la satisfacción que por esa vía se logra de los intereses colectivos
y del bien común.

D) Restricciones.

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El orden público de protección tiende a dar garantías al contratante débil, sobre todo en el área de consumo
y contratación predispuesta.
El orden público de dirección elimina del contrato todo lo que pueda contravenirlo, tales como:
 Que ningún caso se admitira la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos,
repotenciación de deudas.
 Cuando se deba actualizar el valor de 1 cosa o prestación, no podrá ser mayor al valor real o actual.
La intervención del legislador en la corrección de cláusulas desmedidas que atentan el equilibrio
contractual produjo:
 Las nuevas leyes imperativas, quemodificaron situaciones contractuales.
 La ley de trabajo: por ninguna causa se deberá pagar al trabajador un salario menor al fijado x la ley.
 En el contrato de seguro: suprime el derecho del asegurado a ser indemnizado en el supuesto de
provocación den siniestro x culpa grave.
 Farmacias: cualquier persona física o jurídicapodrá ser propietaria de farmacias sin ningún tipo de restricción
de localización.
 Honorarios: están desregulados.
 Pólizas de seguros: controlados por la superintendencia de seguros de la nación.
 Contratos de ahorro previo para fines determinados: sujetos a control de inspección general de justicia.
 Alquileres: se establecen plazos mínimos: 3 años, modalidades de pagos y mensualidades, prohibición de
requerir anticipos mayores a 1 mes de alquiler, idemdepósitos de garantía.
 En intervencionismo estatal autoriza la revisión del contrato a través de los jueces, mediante mecanismos
judiciales tales como: autoriza a los jueces a disponer sanciones, en casos de incumplimiento, aplicando
intereses compensatorios y moratorios.
 En el caso de que una de las partes haya explotado la necesidad o inexperiencia de la otra obteniendo
ventajas desproporcionadas, el perjudicado podrá demandar la nulidad o el reajuste del convenio.(lesión
subjetiva)
 Lesión subjetiva se convierte en objetiva, cuando se presume desproporción en las prestaciones
 Excesiva onerosidad: sobreviniente x acontecimientos extraordinarios e imprevisibles ocurrida en los
contratos de ejecución diferida o continuada, la parte perjudicada podrá pedir reajuste.
 En el caso de abuso del derecho: también cabe la revisión del contrato.

E) Efectos entre las partes.


El artículo 1021 establece que “el contrato solo tiene efecto entre las partes contratantes; no lo tiene con
respecto a terceros, excepto en los casos previstos por la ley”. En el Código Civil esto se encontraba en el artículo
1197.
Los efectos del contrato solo alcanzan a las partes, por ello se denominan efectos relativos.
El efecto relativo de los contratos encuentra sus orígenes en el Derecho Romano (“res inter alios
aliisnequenocerenequeprodessepotest”). En la época de la codificación ese principio fue afirmado apelándose a la
autonomía de la voluntad, toda vez que no se concebía que dos personas pudieran, por su solo consentimiento,
convertir a otra en acreedor o deudor sin su aprobación. Las partes son libres para estipular cuanto consideren
oportuno a su interés, y cuando así lo hacen, sus acuerdos habrán de tener eficacia entre ellas, no siendo posible
que perjudiquen ni beneficien a terceros.
Los contratos tienen efectos directos e indirectos:
- Indirecto: conciernen a la necesidad de los terceros de respetar el contenido del acuerdo de las partes,
en la medida que no les agrave o perjudique.
- Directos: se proyectan sobre las partes, salvo disposición legal que autorice su extensión a terceros,
como sucede con la estipulación a favor de terceros.
¿Quiénes son las “partes”? El artículo 1023 establece que “se considera parte quien: a) lo otorga a nombre
propio, aunque lo haga en interés ajeno; b) es representado por un otorgante que actúa en su nombre e interés; c)
manifiesta la voluntad contractual, aunque esta sea transmitida por un curador o por un agente sin representación.
“Son parte quienes se han puesto de acuerdo sobre una declaración de voluntad común. La parte como “centro de
interés” puede estar compuesta o varias personas. Hay que distinguir si la persona que reviste el rol es esencial o no,
ya sea que ha sido escogida para contratar por sus cualidades personales o no.
La representación puede ser directa, cuando el sujeto actúa en nombre y por cuenta de otro; pero puede ser
también indirecta. En tal caso, el sujeto representante actúa en su propio nombre, pero por cuenta ajena. Con
respecto a la representación en la actuación de la persona jurídica, el sujeto interviniente no es la persona jurídica,
es una persona física que representa a la persona jurídica. Esta representación no surge del poder, sino que es
orgánica, es decir que está determinada de acuerdo con la organización de dicho sujeto. Los representantes
comprometerán a sus representados (sociedades), frente a los terceros de buena fe, siempre y cuando el negocio no
sea ostensiblemente extraño al objeto social.
El artículo 1024 (antes el artículo 1195) habla sobre los sucesores universales, diciendo que “los efectos del
contrato se extienden, activa y pasivamente, a los sucesores universales, a no ser que las obligaciones que de él
nacen sean inherentes a la persona, o que la transmisión sea incompatible con la naturaleza de la obligación, o este
prohibida por una cláusula del contrato o la ley”.

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Los sucesores universales continúan la persona del causante. No se transmiten a los sucesores universales
los derechos inherentes a las personas, como los describe ALTERINI, aquellos que carecen de sentido en cabeza de
otro titular.
Los efectos se transmiten mortis causa. El heredero continúa la persona del difunto y es propietario,
acreedor o deudor, de todo lo que el difunto era propietario, deudor o acreedor. Si el heredero acepta la herencia
con beneficio de inventario, queda obligado solo hasta la concurrencia del valor de los bienes que ha recibido.
En cuanto a los sucesores particulares, el código civil derogado establecía que sucesor singular era aquel al cual se
transmite un objeto particular que salde de los bienes de otra persona. Este puede, a diferencia del sucesor
universal, provenir de un acto entre vivos.

F) con relación a los terceros.


Los efectos del contrato no alcanzan a terceros, pero esto no implica que no les sea oponible. El contrato es
oponible erga omnes, su violación apareja siempre la responsabilidad del tercero.
El artículo 1022 establece “el contrato no hace surgir obligaciones a cargo de terceros, ni los terceros tiene
derecho a invocarlo para hacer recaer sobre las partes obligaciones que estos no han convenido, excepto disposición
legal”.
Hay dos tipos de terceros:
1- Desinteresado: son alcanzados por el efecto indirecto, por el cual deben respetar el acuerdo entre las partes,
en la medida de su conocimiento.
2- Interesados: ARTICULO 881.-Ejecución de la prestación por un tercero. La prestación también puede ser
ejecutada por un tercero, excepto que se hayan tenido en cuenta las condiciones especiales del deudor, o
hubiere oposición conjunta del acreedor y del deudor. Tercero interesado es la persona a quien el
incumplimiento del deudor puede causar un menoscabo patrimonial, y puede pagar contra la
oposición individual o conjunta del acreedor y del deudor.

G) Principio del efecto relativo.


Un derecho relativo evidentemente es la obligación, porque vincula a dos personas: un sujeto pasivo que es
el deudor y un sujeto activo que es el acreedor. Todo contrato, en cuanto hace surgir, transmitir, modificar o
extinguir obligaciones, también es un derecho relativo porque vincula a, por lo menos, dos partes, o bien a más
partes. Sus efectos se producen entre ellos.

BOLILLA 4: MODALIDADES Y EFECTOS.


1. Contratos a favor de terceros: A) naturaleza jurídica del hecho del tercero. B) relaciones jurídicas. C)
contratos por un tercero. D) promesa del hecho ajeno.

Contratos a favor de terceros:


1. El estipulante, que es quien contrata a favor del tercero;
2. El promitente quien se compromete a favor del tercero en la calidad de deudor de éste, y
3. El beneficiario, que es el acreedor de la estipulación efectuada en su favor.
Art. 1025 (Código Civil y Comercial): contratación a nombre de terceros: quien contrata a nombre de un tercero solo
lo obliga si ejerce su representación. A falta de representación suficiente el contrato es ineficaz.La ratificación es
expresa o tácita del tercero, suple la falta de representación. La ejecución implica ratificación tacita.
 EXPRESA. Consta por escrito en un documento. Deberá ser por escritura pública (“ad solem-nitatem”), si el
contrato a confirmar es pública, y privado (“ad probationem”) si el contrato a confirmar era privado. No
necesita prueba escrita, solo una prueba simple.
 TÁCITA. Es aquella que se desprende de una conducta positiva desplegada por el sujeto que denota para el
común de las personas, para la ley y el juez que ha querido algo.

La regla general es que quien contrata a nombre de otro solo obliga a este si ejerce su representación. Dicha
representación puede ser voluntaria, legal u orgánica. La representación, cualquiera sea su naturaleza, alcanza a los
actos objeto del apoderamiento, a las facultades otorgadas por la ley y a los actos necesarios para su ejecución.
Ausencia de representación suficiente: La existencia de supuestos de actuación no autorizados y las limitaciones o la
extinción del poder son oponibles a terceros si estos las conocen o pudieron conocerlas por medio del despliegue de
una conducta diligente. La valoración de estas situaciones debe realizarse teniendo en cuenta: el principio general
sistémico de buena fe, el deber de información adecuada y la diligencia debida y ejercida por las partes. De acuerdo
a lo previsto en el tramo final de la norma, la falta de representación puede ser subsanada por vía de la ratificación
expresa o tácita.

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Art. 1199 (Código de Vélez): “los contratos no pueden oponerse a terceros, ni invocarse por ellos…”
No obstante este principio fijado en el art. 1199 del Código de Vélez encontramos como verdadera
excepción al efecto relativo de los contratos, esta única disposición, cuya ubicación es errada alude a contrato a
favor de tercero, cuya consideración corresponde a la teoría del contrato, en la parte dedicada a los efectos, y no a la
teoría de las obligaciones.
Art. 504 (CV): “si en la obligación se hubiese estipulado alguna ventaja a favor de un tercero, éste podrá exigir el
cumplimiento de la obligación, si la hubiese aceptado y héchole saber al obligado antes de ser revocada”.
La doctrina nacional apunta que el vocablo “obligación” ha sido empleado en el sentido de contrato. En el
derecho Romano la regla era que el contrato hecho por una persona no podía hacer adquirir la acción a otra, el
mismo Derecho conoció paliativos (disimular o encubrir una cosa) al principio y, a la vez, excepciones francas como
las acordadas para las donaciones submodo y para la restitución de la dote. El interés del estipulante, merecedor de
tutela, puede ser patrimonial o solo moral. Afirma Babero “que difícilmente dejará de existir si la estipulación es
seria”.
Podemos decir, en consecuencia, que hay contrato a favor de tercero cuando una de las partes, denominada
“estipulante”, conviene en su propio nombre y a mérito de un interés digno de tutela que la contraparte, llamada
“promitente”, quede obligada hacia un tercero, designado como “beneficiario”, a cumplir una prestación que,
aceptada, se estabiliza a su favor.
Ejemplo:
El contrato de seguro.
Por ejemplo, el marido contrata Una póliza de Seguro de vida a favor de su cónyuge: es típica estipulación a favor de
Otro, pues el contrato lo celebran el marido s la Compañía de Seguros, y el beneficio es para un tercero ajeno al
contrato, la mujer.
Donación con carga.
Por ejemplo, una persona dona a otra una suma de dinero, y le impone la obligación de comprarle un vehículo a un
tercero; el contrato de donación es entre donante y donatario, pero él origina un beneficio a otra persona.
Contrato de transporte.
Y así, si envío una encomienda a otra persona, el contrato lo celebro yo con la empresa de transportes, y el derecho
lo adquiere el consignatario de la encomienda, ajeno a la convención.

Efectos
 Existe una primera relación que une al estipulante con el promitente y una segunda relación que une al
promitente con el tercero beneficiado.
 El estipulante contrata en su propio nombre y para sí mismo, efectúa una gestión a su favor, tiene que tener
interés.
 Estipulación a favor de terceros.
 Debe regularse sistemática y específicamente la estipulación a favor de terceros dentro de la teoría
general del contrato y al tratar de sus efectos.
 Constituye una figura técnica de naturaleza contractual cuya particularidad consiste en que por la
autonomía de la voluntad de las partes, se acuerda una prestación, en beneficio de un tercero.
 La estipulación a favor de terceros puede ser solo una cláusula del contrato, pero puede también
ocupar íntegramente el acto básico.
 La estipulación hecha en beneficio de los herederos no es una estipulación a favor de tercero.
 Puede ser persona física o jurídica e incluso una persona futura.
 Determinada o determinable al día en el que el contrato debe surtir efecto en su favor.

Naturaleza jurídica del derecho a favor del tercero.


RINESSI: La doctrina debatió acerca de la naturaleza jurídica del derecho de tercero. La concepción que inspiró el art.
504 (CV) fue justamente la teoría de la oferta, en boga en esa época, según ella, el contrato a favor del tercero es
siempre nulo pero puede contener una oferta hecha al tercero que cuando sea aceptada por este, dará nacimiento a
un nuevo contrato. ESTA TEORÍA HA SIDO ABANDONADA, POR LAS DISCREPANCIAS QUE SUSCITÓ Y POR LA
DEBILIDAD DE SU FUERZA JURÍDICA.
Después de haber transitado la doctrina por un sinnúmero de teorías, se llega a la conclusión de que el
derecho del tercero nace del propio contrato entre el estipulante y el promitente, y que el efecto inmediato a favor
del tercero no sea contrario a la esencia misma del contrato. Este contrato celebrado entre dos o más partes nada
obsta a que sus efectos, por voluntad de sus contratantes, surjan a favor de un tercero, en cuanto así lo han
entendido. La significación de la aceptación del tercero es la de tornarlo irrevocable, en cuanto el estipulante no lo
podrá revocar en adelante.
MOSSET: las teorías fluctúan entre dos concepciones opuestas:
1) La vuelta al principio clásico romano de la absoluta nulidad de todo contrato a favor de un tercero: se da la
teoría de la oferta, que según ella, el contrato a favor de tercero es siempre nulo pero puede contener una
oferta hecha al tercero que cuando sea aceptada por éste dará nacimiento a un nuevo contrato, en virtud
del cual adquiere el beneficiario un derecho propiamente suyo o derivado.

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2) Validez de toda estipulación a favor de un tercero. Puede nacer de:
 Una oferta: podría volver fatal ese itinerario tortuoso ya que la capacidad de la oferta por muerte o
incapacidad del oferente, impedirá la adquisición del derecho.
 De la gestión de negocios ajenos: suprime el principio de la nulidad. Pese a las adhesiones en la doctrina, no
logró entrar en la jurisprudencia francesa pero sin lugar a dudas da una explicación más satisfactoria que la
teoría de la oferta.
 Del beneficio directo: el derecho del tercero surge cuando ésa ha sido la intención de las partes, del
contrato celebrado entre el estipulante y el promitente. Parte de la doctrina moderna se mantiene en la
opinión de que no hay explicación que dar, que el derecho del tercero surge lisa y llanamente de la voluntad
de los contratantes, siendo en consecuencia del principio de la autonomía de la voluntad.

Relaciones jurídicas.
Este es un negocio bilateral de consecuencias trilaterales, por lo que en su estructura convergen tres
relaciones que son:
a) La relación de VALUTA: que es la relación base por la cual el estipulante realiza el negocio. En esta base está
el interés del estipulante, de manera que este no representa el interés del tercero, sino que está realizando
una gestión en su interés. Si bien el derecho del tercero nace del contrato, la relación de valuta es la
explicación del interés del estipulante en el negocio, es decir, que lleve a cabo la finalidad de cumplir con
una prestación a favor del tercero, ya sea por una obligación preexistente, en que la causa del negocio es
gratuita, osi el derechodel tercero es a título oneroso, por otra relación distinta.
b) La relación de COBERTURA: es prácticamente el contenido del contrato, o sea, las prestaciones que en su
caso se han obligado a las partes; el estipulante acerca de las que deba realizar a favor de la otra parte, y el
promitente sobre las que deba realizar a favor del tercero, en razón a lo establecido en el contrato.
El contrato puede contener una o varias estipulaciones a favor de un tercero (algunas
estipulaciones): habrá entonces una estipulación a favor de un tercero, lo que implicara que determinada
prestación tendrá que cumplirla a favor del tercero.
O puede absorber todo el contenido del contrato (todo el contrato): las prestaciones que deberá
realizar el promitente, lo serán siempre dirigidas hacia el tercero.
Cabra en esta relación la posibilidad de invocar la excepción de incumplimiento cuando el
promitente lo advierta frente al reclamo del estipulante así como también la de resolución del contrato por
incumplimiento de cualquiera de las partes, pero esta resolución no puede perjudicar al tercero, sin
embargo, debe sufrir todas las defensas y excepciones emanadas del contrato.
c) La relación del DERECHO DEL TERCERO: la aceptación es fundamental, por cuanto el tercero puede rechazar
la estipulación en su favor, como también puede negarse a aceptarla, y a su vez el estipulante puede, hasta
la aceptación del beneficio, proceder a su revocación (antes de la aceptación del tercero, el estipulante
puede revocar la estipulación). En ambos casos la estipulación queda a beneficio del estipulante.

Contratos por un tercero.


Art. 1029 (Código Civil y Comercial): Contrato para persona a designar: cualquier parte puede reservarse la facultad
de designar ulteriormente a un tercero para que asuma su posición contractual, excepto si el contrato no puede ser
celebrado por medio de representante o la determinación de los sujetoses indispensable.
La asunción de la posición contractual se produce con efectos retroactivos a la fecha del contrato cuando el tercero
acepta la nominación y su aceptación es comunicada a la parte que no hizo la reserva. Esta comunicación, debe
revestir la misma forma que el contrato, y ser efectuada dentro del plazo estipulado o, en su defecto, dentro de los
quince días desde su celebración.
Mientras que no haya unaaceptación del tercero, el contrato produce efecto entre las partes.
Art.1030: contrato por cuenta de quien corresponda queda sujeto a las reglas de la condición suspensiva. El tercero
asume la posición contractual, cuando se produce el hecho que lo determina como beneficiario del contrato.
El Código admite la realización de contratos para persona a designar por cualquier parte y en tanto no se
trate de contratos que no pueden ser celebrados por medio de representantes o en los que la determinación de los
sujetos que integrarán cada parte sea indispensable en el momento de la celebración, como ocurre cuando la
persona que habrá de cumplir las obligaciones surgidas del contrato resulta esencial en razón de sus cualidades
personales. El plazo para la determinación del sujeto designado y la comunicación a la contraparte será el estipulado
en el contrato original y, si nada se especificó al respecto, será el de quince días desde su celebración.
Al quedar el contrato por cuenta de quien corresponda sujeto a las reglas de la condición suspensiva, quien
lo celebra puede solicitar, pendiente la condición, que se adopten medidas conservatorias de los bienes objeto del
contrato. Hasta tanto se cumpla la condición, las partes deben comportarse de acuerdo con el principio de buena fe

Art. 1161 (CV): ninguno puede contratar a nombre de un tercero, sin estar autorizado por él, o sin tener por la ley su
representación. El contrato celebrado a nombre de otro, de quien no se tenga autorización o representación legal, es
de ningún valor, y no obliga ni al que lo hizo. El contrato valdrá si el tercero lo ratificase expresamente o ejecutase el
contrato.

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Este articulo está mal ubicado ya que se encuentra dentro del capítulo de los que pueden contratar, y sin
embargo trata de los efectos, lo cierto es que la norma ratifica el principio “res inter alios acta”, o sea que ninguno
puede contratar a nombre de un tercero sin estar autorizado por el, o sin tener por la ley su representación.
A pesar de que el art. 1162 que complementa el art. 1161, aclara que una vez ratificado por el tercero a cuyo
nombre o por cuyo interés se hubiese contratado, equivale a la autorización a contratar a nombre del tercero; sin
embargo, el precepto dispone a continuación una regla errónea porque establece que las relaciones del que ha
contratado por el tercero serán las de gestor de negocios. Si el que ha contratado por un tercero no tenía
autorización para hacerlo, el negocio le es inoponible al tercero, pero NO NULO, porque aquel quedará
personalmente obligado y podrá ser demandado por el cumplimiento del contrato o daños y perjuicios, siempre que
el cocontratante fuera de buena fe o no conociera los poderes dados al mandante. Pero una vez ratificado será la del
representante del tercero, o sea, mandatario del tercero, pero no gestor de negocios ajeno.

Promesa del hecho ajeno.


Art. 1026 (Código Civil y Comercial): promesa del hecho de tercero: quien promete el hecho de un tercero queda
obligado a hacer lo razonablemente necesario para que el tercero acepte la promesa. Si ha garantizado que la
promesa sea aceptada queda obligado a obtenerla y responde personalmente en el caso de negativa.
Art. 1027: estipulación a favor de tercero: si el contrato tiene una estipulación a favor de un tercero beneficiario
determinado o determinable, el PROMITENTE le confiere los derechos o facultades de lo que ha convenido con el
ESTIPULANTE. El estipulante puede revocar la estipulación, mientras no reciba la aceptación del tercero beneficiario,
pero no puede hacerlo sin la conformidad del promitente si este tiene interés de que sea mantenida.El tercero
aceptante obtiene directamente los derechos y facultades resultantes de la estipulación a su favor. Las facultades del
tercero beneficiario de aceptar la estipulación y de prevalerse de ella luego de haberla aceptado, no se trasmite a
sus herederos, excepto que haya clausula expresa que lo autorice.La estipulación es de interpretación restrictiva.
La dinámica de mercado exige que, en ocasiones, un sujeto asuma el compromiso de obtener un hecho de
un tercero para poder avanzar en la negociación de un contrato. En otros casos, directamente alguna persona actúa
por un interés ajeno, contando con obtener la ratificación de su titular. En este artículo se regulan los efectos propios
de tales situaciones, según su resultado.
La estipulación a favor de terceros es, tradicionalmente, la figura más importante para la incorporación de
terceros al contrato y ha aparecido habitualmente asociada con el diseño de diversos contratos, como el de seguro
de vida; las donaciones con cargo a favor de terceros; el contrato oneroso de renta vitalicia; etc. También ha sido
empleada por una parte de nuestra doctrina para dar fundamento jurídico a las redes prestacionales de servicios de
salud a favor de los adherentes al sistema por ellas implementado. Se trata de una estructura contractual particular,
ligada por relación de conexidad causal con otra, que opera como relación jurídica base. Con la incorporación
metodológica del tema en la regulación de la parte general de los contratos queda superada la crítica que había
recibido el CC por tratar la cuestión en el régimen general de las obligaciones.

Art. 1163 (CV): el que se obliga por un tercero, ofreciendo el hecho de este, debe satisfacer pérdidas e intereses, si el
tercero se negare a cumplir el contrato.
En esta modalidad, el estipulante actúa en nombre propio, a diferencia de lo que ocurre en el contrato por
terceros sin autorización. El contratante puede prometer el hecho del tercero como obligación de medio y el hecho
del tercero como obligación de resultado.
Art. 1177 (CV): las cosas ajenas pueden ser objeto de los contratos. Si el que promete entregar cosas ajenas no
hubiese garantizado el éxito de la promesa, solo estará obligado a emplear los medios necesarios para que la
prestación se realice. Si el tuviere la culpa de que la cosa ajena no se entregue, debe satisfacer las perdidas e
intereses. Debe también satisfacerlas, cuando hubiese garantizado la promesa, y esta no tuviere efecto.
Obligación de medio: el que promete el hecho de un tercero, pero no garantiza el éxito de la promesa, solo estará
obligado a emplear los medios necesarios para que la prestación se realice.
Obligación de resultado: si garantizó la promesa de la prestación a cargo del tercero, entonces debe pérdidas e
intereses.
La doctrina ha hecho un distingo entre si él que se obligógarantizo la promesa del tercero o garantizó la
ratificación por el tercero. En el primer caso, frente al incumplimiento, se debe resarcir los daños positivos, es decir,
los daños propios del incumplimiento del contrato. En cambio, si solo garantizó la ratificación por el tercero en caso
de incumplimiento debe únicamente los daños de la no celebración del contrato, o sea, los daños y perjuicios
negativos.

2. Efecto de los contratos bilaterales y de otras categorías: a) doble ejemplar. B) excepción de


incumplimiento contractual. C) señal o arras: concepto, especies. D) su distinción con el pacto comisorio
y la cláusula penal. E) la cláusula como seña y a cuenta de precio.

Efecto de los contratos bilaterales y de otras categorías de contratos.

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 Los contratos onerosos, que pueden ser bilaterales o unilaterales: tienen la particularidad de contener en
sus efectos, las garantías de evicción sobre los derechos transmitidos, y la de los vicios redhibitorios con
respecto a las cosas sobre las cuales recae el objeto de los mismos.
 Los contratos con prestaciones reciprocas: que para determinada corriente doctrinaria, son una especial
categoría de contratos, aunque otras opiniones lo dan como propia de los bilaterales en una nueva versión.
 Los contratos asociativos: difieren en sus efectos de los bilaterales. Así, la resolución por incumplimiento
contractual no produce la extinción del contrato, sino una resolución parcial con respecto al socio que ha
incumplido, siguiendo el negocio con los demás socios. Además, en ciertas ocasiones el contrato asociativo
genera un ente, a persona jurídica, que unifica la representación de todos los integrantes de la asociación.
 Contratos de contenido predispuesto: por lo general, los efectos están preordenados por normas de orden
público de protección y dirección, y por algunas limitaciones de la autonomía de la voluntad. La obligación
de informar es fundamental a cargo del oferente y debe ser clara, veraz y suficiente para poder producir un
consentimiento sano.

Doble ejemplar.
Art. 1021 (CV): Los actos, sin embargo, que contengan convenciones perfectamente bilaterales deben ser redactados
en tantos originales, como partes haya con un interés distinto.
Este tema está vinculado también con la “forma”, por cuanto seria requisito de estos contratos que se
otorguen en doble ejemplar. La norma, no solo resulta aplicable a los contratos bilaterales, sino que se pueden
extender a los contratos asociativos o plurilaterales, en virtud de que la propia norma indica que se deben extender
tantos ejemplares como partes haya con un interés distinto.
Si se omite esta exigencia, no se da la claridad de las disposiciones legales que se refieren al tema, LLAMBIAS
opina que la sanción que corresponde es de la nulidad del instrumento defectuoso, sin que ello afecte la validez del
acto jurídico instrumentado, que en nuestro caso sería el contrato, que puede ser probado por cualquier otro medio,
ya que el solo ejemplar podría constituir un principio de prueba por escrito.

Excepción de incumplimiento contractual.


Este es un efecto propio de los contratos bilaterales, que NO se podría extender a los contratos plurilaterales
o asociativos, por cuanto no puede ser opuesto recíprocamente entre las partes, desde que estas no están en
sinalagma reciproco, sino que están convergiendo hacia un centro común. Tampoco cabe aplicarlo en la contratación
del consumo, por cuanto en la materia la situación del consumidor está fuertemente protegida.
ART. 1031 (Código Civil y Comercial): suspensión del cumplimiento: en los contratos bilaterales, cuando las partes
deben cumplir simultáneamente una de ellas puede suspender el cumplimiento de la prestación, hasta que la otra
cumpla u ofrezca cumplir. La suspensión puede ser deducida judicialmente como acción o como excepción. Si la
prestación es a favor de varios interesados, puede suspenderse la parte de debida a cada uno hasta la ejecución
completa de la contraprestación.
Art. 1032: Tutela preventiva: Una parte puede suspender su propio cumplimiento si sus derechos sufriesen una
grave amenaza de daño porque la otra parte ha sufrido un menoscabo signifi9cativo en su actitud para cumplir, o en
su solvencia.La suspensión queda sin efecto cuando la otra parte cumple o da seguridades suficientes, de que el
cumplimiento será realizado.

Art. 1201 (CV): en los contratos bilaterales una de las partes no podrá demandar su cumplimiento, si no probase
haberlo ella cumplido u ofreciese cumplirlo, o que su obligación es a plazo.
Art. 510 (CV): en las obligaciones reciprocas, el uno de los obligados no incurre en mora si el otro no cumple o no se
allana a cumplir la obligación que le es respectiva.
El fundamento de esta defensa se asienta en la correspectividad de las prestaciones que deben mantenerse
en todo el iter contractual desde su origen hasta su agotamiento por cumplimiento.
MOSSET: trae a colación que en la moderna doctrina se alude a dos etapas diferenciadas del iter contractual:
 Sinalagma genético: se identifica con el nacimiento del contrato, y que consiste en el cambio de promesas
recíprocas que da lugar a una conexión de obligaciones en el momento en que estas surgen.
 Sinalagma funcional o dinámico: se refiere a la mutua dependencia que media entre los efectos de las
obligaciones y que influye también en el momento de su ejecución, a la hora de cumplir las obligaciones
nacidas en un nexo de reciprocidad.
Naturaleza jurídica: es una defensa procesal o dilatoria. Como defensa del derecho sustancial, ha sido considerada
como un requisito de la acción, y como una verdadera defensa del demandado. El derecho del actor, explica Mosset
Iturraspe, no es negado, queda subsistente, pero se le opone otro derecho que lo torna total o parcialmente
ineficaz. De allí su carácter en sentido estricto o excepción dilatoria, excluye la existencia del derecho invocado por el
actor sin presuponer que medie un derecho autónomo del accionado.
Requisitos y efectos:
a. Que se trate de un contrato bilateral, conforme a nuestro régimen legal.
b. Que tanto las obligaciones del actor como del demandado sean de cumplimiento instantáneo, salvo que
sean diferidas y estén vencidas.
c. Que el incumplimiento sea total o parcial.

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En cuanto a los efectos, ella puede consistir en determinar el rechazo de la acción, cuando es opuesta por el
demandado sin que ello se prejuzgue sobre los derechos en cuestión, que el accionante podrá hacer valer en otro
juicio una vez cumplida la prestación a su cargo, o en defecto en acoger la acción, no obstante la excepción
articulada por el demandado, previo pago de la prestación pendiente por el accionante.

Señal o arras: concepto, especies.


La señal o arras es un pacto real que se realiza al celebrarse un contrato o al prometerse su celebración, para
asegurarlo, consistente en una prestación de dar, que puede o no ser de la misma naturaleza de las prestaciones del
contrato.
Art. 1059 (Código Civil y Comercial) disposiciones generales: La entrega de señal o arras se interpreta como
confirmatoria del acto, excepto que las partes convengan la facultad de arrepentirse, en tal caso quien entrego la
seña la pierde en beneficio de la otra, y quien la recibió debe restituirla doblada.
Art 1060: modalidad: Como señal o arras pueden entregarse dinero o cosas muebles, si es de la misma especie que
lo que debe darse por el contrato, la señal se tiene como parten de la prestación si el contrato se cumple, pero no si
ella es de diferente especie, o si la obligación es de hacer o no hacer .

En el derecho contemporáneo superviven únicamente las señas penitenciales y confirmatorias.


Art. 1202 (CV): si se hubiere dado una señal para asegurar el contrato o su cumplimiento, quien la dio puede
arrepentirse del contrato, o puede dejar de cumplirlo perdiendo la señal. Puede también arrepentirse el que la
recibió, y en tal caso debe devolver la señal con otro tanto de su valor. Si el contrato se cumpliere, la señal debe
devolverse en el estado que se encuentra. Si ella fuere de la misma especie que lo que por el contrato debía darse, la
señal se tendrá como parte de la prestación, pero no si ella fuere de diferente especie, o si la obligación fuese de
hacer o no hacer.
El art. 1202 ha establecido la señal o arras penitencial por la cual la parte que la dio puede arrepentirse del
contrato o puede dejar de cumplirlo, PERDIENDO LA SEÑAL. Puede también arrepentirse quien la recibió y en tal
caso debe DEVOLVER LA SEÑAL CON OTRO TANTO DE SU VALOR. Ello conduce a afirmar que en la seña penitencial,
las partes conservan el derecho de arrepentirse, no obstante asegurar el contrato o la promesa de contrato, con la
dación pertinente. Los daños en caso de no cumplirse el contrato o de haber desistido del mismo, quedan fijados en
la correspondiente seña, la que por cierto se pierde para el que la dio, o deberá devolverse con otro tanto para el
que la recibió.
En el Art 474 (Código de comercio) se ha establecido las arras confirmatorias disponiéndose que las
cantidades que con el nombre de señal o arras se suelen entregar en las ventas, se entiende siempre que lo han sido
por cuenta del precio y en signo de ratificación del contrato, sin que pueda NINGUNA DE LAS PARTES RETRACTARSE,
perdiendo las arras.
La señal puede ser dineraria o determinada cosa.
CÓDIGO CIVIL DE VÉLEZ: regla= penitenciaria. Excepción=confirmatoria.
CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL: regla=confirmatoria. Excepción= penitenciaria.

Su distinción con el pacto comisorio y la cláusula penal.


La señal o arras se distingue del pacto comisorios porque en ellas los efectos de la misma no se producen
por el incumplimiento del contrato, sino por el pacto real de haberse fijado un monto, con la finalidad de asegurar el
contrato, que justiprecia únicamente ese derecho de arrepentirse, y que por lo tanto es proporcional a esa
alternativa. En otro aspecto que la diferencia notablemente es el monto o envergadura económica de la prestación,
en el pacto comisorio queda fijado en las prestaciones incumplidas más los daños y perjuicios que produce ese
incumplimiento, en la señal es, el valor que significa el derecho de arrepentirse o de vincularse aún más al contrato.
Con la cláusula penal se diferencian en razón de que la cláusula penal es un contrato a favor del acreedor en
el caso que el deudor incumpliera con el contrato. Generalmente, es mayor que las prestaciones comprometidas, y
funciona para el caso de incumplimiento. En las arras el monto es mucho menor, y funciona en la etapa previa del
cumplimiento.
Señal o Arras Pacto comisorio Clausula Penal
En pactar un monto real con el fin Se pacta un monto para asegurar el Es un monto indemnizatorio fijado
de asegurar el contrato. No contrato. El monto, es mayor porque en el contrato a favor del acreedor
funciona si hay incumplimiento es, queda fijado en las prestaciones en el caso que el deudor incumpliera
previo al cumplimiento. Cuando el incumplidas más daños y perjuicios el contrato.
contrato está en ejecución dejan por no cumplir.
de tener efectividad

La cláusula como seña y a cuenta de precio.


La SEÑA funciona en la etapa previa al cumplimiento del contrato, y por lo tanto no puede entrañar también
la ejecución del contrato. Sin embargo, la jurisprudencia le dio a la estipulación una interpretación funcional. Así, la
misma, en una primera etapa, o sea, en la declaración del contrato, funciona como señal, es decir que a pesar de
dicha cláusula, tanto el que la dio como el que la recibió podrán arrepentirse, y en tal caso, uno perderá la señal y el
otro deberá devolverla doblada. Pero si el contrato continúay pasa la etapa de cumplimiento, en vez de devolverse la
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seña, se integra en las prestaciones que deberán cumplirse, ya que son de la misma naturaleza de las prestaciones
convenidas. De esta manera, la estipulación cumple correspondientemente en cada etapa del contrato.
En cambio la cláusula a título de seña, a cuenta de PRECIO Y COMIENZO DE EJECUCIÓN, no ha merecido, en
cambio, que se le acuerde la doble función sucesiva ya mencionada. La referencia al cumplimiento del contrato se ha
juzgado decisiva para impedir el arrepentimiento y calificarla como seña confirmatoria.

3. efectos de la resolución por incumplimiento contractual: a) su distinción con otras figuras. B)


naturaleza jurídica. C) alcances de los efectos de la resolución. D) la resolución en la norma legal. E)
antecedentes de la norma legal. F) el carácter de la resolución por autoridad del acreedor. G) el carácter
definitivo de la resolución extrajudicial. H) estado de la cuestión en la jurisprudencia.

Efectos de la resolución por incumplimiento contractual.


Es el modo de extinción de los contratos a raíz de un hecho posterior a la celebración, que ha sido previsto
por la ley o por los contratantes en forma expresa o tácita, y con efecto retroactivo.
ZANNONI: la resolución por incumplimiento contractual se ubica en el contexto de la frustración del fin del contrato,
por cuanto entiende que el incumplimiento de la prestación a cargo de una de las partes puede provocar, en la otra
la frustración de interés económico jurídico que, originariamente, constituyo el sustrato causal del contrato, su base
objetiva, su consideración.

Su distinción con otras figuras.


1. Con la Rescisión: significa “rasgar o deshacer” un contrato. Es dejar sin efecto un contrato (distracto) ya sea por
decisión común de las partes (bilateral) o distracto, o por una sola parte, cuando es autorizada por ley (unilateral).
La rescisión no depende de ningún acontecimiento sobreviniente sino de la voluntad de las partes. Los efectos por lo
general no son retroactivos. En cambio en la Resolución los efectos están asignados por ley.
Art. 1076 (Código Civil y Comercial): rescisión bilateral: el contrato puede ser extinguido por rescisión bilateral. Esta
extinción, excepto estipulación en contrario, solo produce efectos para el futuro y no afecta derechos de terceros.
2. Con la resolución por imposibilidad sobreviniente inimputable: O imposibilidad de pago, es la que opera cuando la
prestación se torna imposible sin culpa del deudor, física y legalmente imposible, o caso fortuito –fuerza mayor. En el
pacto comisorio es menester la culpa del que ha dejado de cumplir, y en cambio, en la imposibilidad de pago el
incumplimiento debe provenir de un factor extraño al deudor, como lo es el caso fortuito o fuerza mayor.
3. con la resolución por excesiva onerosidad sobreviniente:este mecanismo resolutorio establecido en el art. 1198
(CV) llamado “teoría de la imprevisión”, consiste en que las prestaciones a cargo de una de las partes se tornen
excesivamente onerosas. Que esa onerosidad provenga de un acontecimiento imprevisible y extraordinario, y que la
parte perjudicada no esté en mora con respecto al cumplimiento de su prestación. Si bien aquí se produce la
resolución del contrato, esta no es por causa imputable a la parte, sino por acontecimientos imprevisibles y
extraordinarios que modifican las bases del contrato.
Solo funciona dentro de los contratos bilaterales conmutativos, unilaterales onerosos y conmutativos y
aleatorios cuando la excesiva onerosidad sobreviniente se produzca por causas extrañas al riesgo propio del
contrato.
Deben ser siempre contratos de ejecución continuada o diferida, porque la excesiva onerosidad se da con el
transcurso del tiempo, cuando durante un periodo de ejecución del contrato cambian las condiciones económicas en
que se ha contratado, por acontecimiento imprevisibles y extraordinarios, que hacen que las prestaciones que están
diferidas en el tiempo se tornen excesivamente onerosas para una de las partes.
4. con la condición resolutoria: es una cláusula por la cual se subordina la extinción de un derecho adquirido, a un
acontecimiento incierto o futuro.
En el art. 555 (CV) destaca las diferencias entre la condición resolutoria y el pacto comisorio. En la condición
resolutoria expresa desde que esta se cumple, la obligación queda para ambas partes como o sucedida, lo contrario
sucede en el pacto comisorio, a pesar del cumplimiento de la obligación prevista, la obligación no se resuelve
mientras no lo quiera la parte que ha estipulado esa condición especial, y se conserva si quiere mantenerla, no
obstante la voluntad contraria de la otra parte.
La resolución en la condición resolutoria se produce por el acaecimiento del hecho previsto, sin depender en
principio, de la voluntad o del conocimiento de los interesados, ni de sentencia judicial.
Artículo 454 (CV): “la obligación bajo condición suspensiva es la que debe existir o no existir según que un
acontecimiento futuro e incierto suceda o no suceda”.
Artículo 553 (CV): “la obligación es formada bajo condición resolutoria: cuando las partes subordinaren a un hecho
incierto y futuro la resolución de un derecho adquirido”.
O sea en la suspensiva los efectos del acuerdo se hacen efectivos o no en el momento en que el hecho
acaece.En la obligación sujeta a condición resolutoria los efectos se producen inmediatamente pero quedando la
misma expuesta a las contingencias del hecho condicional.La condición resolutoria ha sido asimilada a la resolución
por incumplimiento del contrato.
DIFERENCIAS ENTRE: ART. 555

Condición resolutoria Pacto comisorio


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Desde que esta se cumple, la obligación queda para A pesar del cumplimiento de la condición prevista, la
ambas partes como no sucedida. obligación no se resuelve mientras no la quiere la parte
La resolución, se produce por el acaecimiento del que ha estipulado esa condición especial.
hecho previsto, sin depender de la voluntad de los
interesados o de sentencia judicial.
5. Resolución y resolución por incumplimiento contractual: Al lado de la resolución por incumplimiento contractual
se hallan otras resoluciones que persiguen también extinguir la relación contractual y son: la condición resolutoria,
el pacto de retroventa, pacto de reventa, pacto de mejor comprador, excesiva onerosidad, vicios redhibitorios.
6. La ineficacia contractual: Todo acto jurídico posee desde la perspectiva del deber ser, la finalidad de producir
ciertos efectos jurídicos y en ello residirá su eficacia. Cuando se predica ineficacia en razón de defectos o vicios en la
estructura del negocio estaremos en presencia de la nulidad, ya sea por afectar: la capacidad, la legitimación, los
sujetos, idoneidad del objeto, o al contenido. La ineficacia se produce por falta de funcionalidad del negocio lo que
lleva a la resolución o rescisión del contrato.
7. revocación: La revocación es un medio de extinción de los actos jurídicos que, en el caso de los contratos, se
presenta como la facultad de una de las partes de dejar sin efecto el vínculo en los casos previstos por el legislador.
Opera por medio de una declaración unilateral de voluntad que tiene por fin inmediato extinguir la relación jurídica.
La revocación es un medio de extinción de un contrato en que se concluyó el proceso de formación del
consentimiento, a diferencia de la retractación, por la que se deja sin efecto una oferta en el proceso de formación
del consentimiento contractual
ARTÍCULO 1113(Código civil y Comercial). Efectos del ejercicio del derecho de revocación: si el derecho de revocar es
ejercido en tiempo y forma por el consumidor, las partes quedan liberadas de sus obligaciones correspectivas y
deben restituirse recíproca y simultáneamente las prestaciones que han cumplido.

Naturaleza jurídica.
Diferentes criterios:
 La equidad: una idea de justicia natural. Se presenta entonces como una razón de derecho, como una
consideración de equidad.
 La intención presunta de las partes: las partes, en el momento de celebrar el contrato, entienden de manera
tacita, que en caso de inejecución culpable por una de ellas, la otra se reserva el derecho de reclamar la
extinción del contrato.
 El consentimiento condicional: el consentimiento otorgado por quienes se obligan recíprocamente estaría
condicionado al cumplimiento de la prestación por la contraparte.
 Inexistencia de causa: todo el que consiente en obligarse hacia otro lo hace por la consideración de un fin
que se propone alcanzar por medio de esta obligación. El fin constituye parte integrante de la manifestación
de voluntad creadora de la obligación. La obligación no tiene vida sino mientras está sustentada en la causa.
Si por consecuencia de un acontecimiento posterior al origen de la obligación, el fin querido por el acreedor
no puede tener cumplimiento, cesa su obligación, de la cual queda liberado. Laobligación desaparece con su
causa.
 Interdependencia funcional de las prestaciones y tutela del interés del acreedor: consiste en un poder de
resolución proveniente de la ley, y con función equilibradora en beneficio de la parte damnificada por el
incumplimiento. Hay una falta de fundamento de la obligación de cumplir, en vista del hecho que la
contraparte no cumple.
 Defensa destinada a tutelar la paridad entre las partes: se sostiene que el negocio es invalido cuando falta o
se encuentra viciado alguno de los elementos esenciales, o cuando carezca de uno de los presupuestos
necesarios del tipo de negocio a que pertenece. Es la falta de idoneidad para producir los efectos esenciales
del tipo, que afecta a un negocio jurídico y que deriva de la lógica correlación establecida entre requisitos y
efectos por el dispositivo de la norma jurídica, y es, conjuntamente, la sanción del deber impuesto a la
autonomía privada de utilizar medios adecuados para la consecución de sus fines.

Alcances de los efectos de la resolución.


Nuestra doctrina aprecia los efectos de la resolución por incumplimiento con respecto al tiempo, o sea, en
el sentido de si tienen o no efectos hacia el pasado, y consecuentemente con estos efectos se discurre acerca de su
extensión a los terceros.
-Efecto retroactivo: en principio, acaecida la resolución del contrato, la retroacción de los efectos de esa resolución
obliga a las partes a restituirse recíprocamente las prestaciones cumplidas ante de la mentada resolución. La
retroacción implica la reposición retroactiva de ambas partes en la situación ante contractum. Tiene como fin
practico colocar ambas partes contratantes en una situación equivalente a la que habría tenido si el contrato no se
hubiera celebrado. Los doctrinarios tienen diferentes opiniones respecto a la retroactividad, pero se llega a esta
conclusión: que el resultado que se produce con el efecto retroactivo de la resolución es colocar a los contratantes
en la misma situación en que se hallaban antes de celebrar el contrato. Las obligaciones no ejecutadas, se extinguen
y las cumplidas darán lugar a la repetición.

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ARTÍCULO 1079(Código Civil y Comercial): Operatividad de los efectos de la extinción por declaración de una de las
partes Excepto disposición legal en contrario: a) la rescisión unilateral y la revocación producen efectos solo para el
futuro; b) la resolución produce efectos retroactivos entre las partes, y no afecta el derecho adquirido a título
oneroso por terceros de buena fe.
-Efecto resolutorio: las obligaciones, en su caso, reciprocas, emergentes de la resolución de los contratos por
incumplimiento, devienen de la falta de causa para que las partes del contrato resuelto retengan las prestaciones
cumplidas. Se presenta aquí la presencia de causa retendi, y que se traduce en un título valido para retener. Ha de
entenderse que el cumplimiento de las prestaciones realizadas antes de la resolución colocó, a quien debe luego
restituir, no en situación de mero poseedor legitimo adquiriente, pues esas cosas o bienes le fueron entregadas
sobre la base modus adquirendi que suponía un título (entonces) legitimo. Su incumplimiento posterior altera la
causa retendi en el supuesto de que la parte cumplidora opte por resolver el contrato, pero es la resolución la que,
para lo sucesivo, deberá tomarse en consideración al calificar la situación jurídica del adquiriente.
ARTÍCULO 1083 (Código Civil y Comercial) Resolución total o parcial: Una parte tiene la facultad de resolver total o
parcialmente el contrato si la otra parte lo incumple. Pero los derechos de declarar la resolución total o la resolución
parcial son excluyentes, por lo cual, habiendo optado por uno de ellos, no puede ejercer luego el otro. Si el deudor
ha ejecutado una prestación parcial, el acreedor sólo puede resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún
interés en la prestación parcial.
ARTÍCULO 1086. Cláusula resolutoria expresa: Las partes pueden pactar expresamente que la resolución se produzca
en caso de incumplimientos genéricos o específicos debidamente identificados. En este supuesto, la resolución surte
efectos a partir que la parte interesada comunica a la incumplidora en forma fehaciente su voluntad de resolver.
ARTÍCULO 1087. Cláusula resolutoria implícita: En los contratos bilaterales la cláusula resolutoria es implícita y queda
sujeta a lo dispuesto en los artículos 1088 y 1089.
ARTÍCULO 1088. Presupuestos de la resolución por cláusula resolutoria implícita: La resolución por cláusula
resolutoria implícita exige:
a) un incumplimiento en los términos del artículo 1084. Si es parcial, debe privar sustancialmente de lo que
razonablemente la parte tenía derecho a esperar en razón del contrato;
b) que el deudor esté en mora;
c) que el acreedor emplace al deudor, bajo apercibimiento expreso de la resolución total o parcial del contrato, a
que cumpla en un plazo no menor de quince días, excepto que de los usos, o de la índole de la prestación, resulte la
procedencia de uno menor. La resolución se produce de pleno derecho al vencimiento de dicho plazo. Dicho
requerimiento no es necesario si ha vencido un plazo esencial para el cumplimiento, si la parte incumplidora ha
manifestado su decisión de no cumplir, o si el cumplimiento resulta imposible. En tales casos, la resolución total o
parcial del contrato se produce cuando el acreedor la declara y la comunicación es recibida por la otra parte.
ARTÍCULO 1089. Resolución por ministerio de la ley: El requerimiento dispuesto en el artículo 1088 no es necesario
en los casos en que la ley faculta a la parte para declarar unilateralmente la extinción del contrato, sin perjuicio de
disposiciones especiales

Art. 793 (Código de Vélez): El pago debe ser considerado hecho sin causa, cuando ha tenido lugar en consideración a
una causa futura, a cuya realización se oponía un obstáculo legal, o que de hecho no se hubiese realizado, o que
fuese en consideración de una causa existente pero que hubiese cesado de existir.

La resolución en la norma legal.


ZANNONI: la resolución x incumplimiento integra el elenco de supuestos en que la ineficacia sobreviniente del
contrato es extrínseca al negocio como tal, no ha sido x vicio o defectos en sus elementos sino que ha sido por ley
la determinación de privarle de eficacia.
RAMELLA: lo que se resuelve son las obligaciones emanadas del contrato y no este. No se resuelve la totalidad del
contrato, sino las que no se han cumplido, las cumplidas quedan firmes, y producen efectos correspondientes.
La resolución x incumplimiento en negocios plurilaterales solo produce una resolución parcial.

Antecedentes de la norma legal.


El Código Civil Argentino se enmarco en el sistema que reconocía únicamente como facultad de resolver el
contrato por incumplimiento, cuando se hubiese pactado expresamente dicha cláusula en el negocio. Así lo
estableció el antiguo art. 1204.
En cambio, el Código de Comercio recepto desde sus orígenes la norma comisoria tacita, ya que en au
antiguo art. 216, así lo reconocía.
Por el Decreto ley 4.777 del 19/7/63, ratificado por ley 16.478, se reforma el art. 216 del Código de
Comercio modificándose su redacción, pero manteniéndose la cláusula tacita.
Por la ley 17.711 se reforma el art. 1204 del Código Civil, con vigencia a partir del 1° de julio de 1968,
sustituyéndose el anterior artículo por el nuevo, con textura similar al art. 216 nuevo del Código de Comercio. Si bien
de esta manera se unifico el Derecho Privado, sin embargo, ya se habían hecho observación al art. 216, mencionado
en el sentido de la necesidad de su reforma.

El carácter de la resolución por autoridad del acreedor.


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El sentido etimológico de la palabra “resolución” es desatar o soltar. La resolución, por lo tanto, es poner fin
a la relación contractual. Pertenece a los derechos de impugnación, que de acuerdo con el sistema legal, es nada
menos que el derecho subjetivo de extinción.
RAMELLA: es el derecho de optar por la resolución de las obligaciones emergentes de un contrato. Es acertada la
reflexión de Ramella, por cuanto, la resolución por causa de incumplimiento no se dirige contra el negocio, sino
contra las relaciones jurídicas que él ha originado. Prueba de ello es que la resolución no alcanza las prestaciones ya
cumplidas.
Sin embargo, se advierte que resueltas las obligaciones incumplidas, y firmes las que se hayan cumplido, el contrato
quedaría sin contenido, por lo que, por vía de consecuencia, también queda extinguido el contrato.
El contenido del contrato se compone de obligaciones pactadas, de obligaciones legales y de obligaciones
que nacen del principio de la buena fe. Las que arbitra la norma son las obligaciones reciprocas, o sea, las pactadas
por las partes, que responden al equilibrio contractual de las prestaciones conforme a los intereses comprometidos.
Por lo tanto, lo que se estatuye es que incumplidas tales obligaciones, quedan estas resueltas; y las que se hayan
cumplido hasta ese momento, quedan firmes. En estas condiciones, se extingue el contrato.
Las prestaciones que haya cumplido el que ejercita la facultad resolutoria deben quedar firmes en la medida
en que constituyan la contrapartida de la parte de la prestación cumplida por la contraria, a la cual no alcanza la
retroacción, pues de lo contrario habría un enriquecimiento sin causa. La retroacción debe detenerse cuando ha
habido cumplimiento de ambas partes y hasta allí donde ambos se equivalgan en los demás, no podrá considerarse
que tales prestaciones tienen firmeza, porque no han tenido compensación alguna.
Otro aspecto, que ha unificado la doctrina en un mismo sentido, ha sido el carácter imperativo que la norma
contiene en cuanto a la resolución del contrato, cuando el acreedor intima su cumplimiento en el plazo de quince
días, al decir que quedaran resueltas, sin más, las obligaciones emergentes del contrato.
El acreedor, que haya ejercido el procedimiento extrajudicial por el que consiguió resolver el contrato, en
nada obsta que, a pesar de ello, intente interpelar al deudor a su cumplimiento, porque el derecho subjetivo que ha
obtenido con la resolución no lo está ejerciendo, o se está reservando de ejercerlo. Convendrá no obstante que, en
tal caso, haga reserva de derecho de los daños y perjuicio que obtendría con la resolución, para el caso de que el
deudor no cumpliera con el contrato, porque de lo contrario, se podría entender que aquel hizo renuncia de los
derechos que le podrían corresponder por la resolución ya obtenida.

El carácter definitivo de la resolución extrajudicial.


Se da un debate doctrinario, el cual ha sido si la resolución obtenida por el procedimiento extrajudicial tiene
o no los efectos de ser definitiva, o lo que es lo mismo, si llevada la cuestión a sede judicial, el magistrado que
interviniera podría o no volver a revisarla. Esto roza con los efectos de la cosa juzgada:
MIQUEL: luego de producida la resolución pueda el deudor accionar por cumplimiento, permitiéndole el juez la
revisión de la decisión resolutoria y la eventual determinación contraria, condenando, a quien resolvió, a que
cumpla el contrato luego de un juicio penoso y conflictivo, porque conspira contra las necesidades de celeridad y
seguridad jurídica que exige el mundo moderno y desnaturaliza el fin del instituto conocido en la doctrina con el
preciso rotulo de “resolución por autoridad del acreedor”.
FONTANARROSA: la resolución operada por el acreedor se produce sin más, como dice la ley. Al acreedor le basta
requerir del deudor y si esta no cumple en término fijado, la resolución se produce.
MOSSET ITURRASPE: al comentar la cláusula resolutoria implícita, aclara que conduce a la extinción del contrato por
un doble camino: por autoridad del acreedor, sobre la base del procedimiento que la misma norma prevé y por
sentencia judicial.
Esta reflexión está poniendo en un mismo nivel a la resolución por autoridad del acreedor y la que deviene
por sentencia judicial. Ello implica que ambas gozan del efecto de la cosa juzgada, lo que equivale a afirmar que no
se puede volver sobre la resolución operada en forma privada (autoridad del acreedor) porque esta tiene el mismo
carácter de la sentencia judicial. El autor señala de que a pesar de aclarar que la intimación que efectué el acreedor
no necesita de apercibimiento alguno producir la resolución, porque esta se produce de pleno derecho, manifiesta
después que el otorgamiento de un plazo al deudor no puede tener otro significado que el de posibilitar el
cumplimiento y de ahí que deba ser idóneo para que en su transcurso pueda ejecutarse la prestación, concluyendo a
recomendar como más ventajosa la resolución judicial, frente a deudores inescrupulosos, proclives a dilaciones y
maniobras. RINESSI piensa que la resolución privada es mucho más ventajosa, en tanto y en cuanto conserva la
celeridad y simplicidad en la contratación moderna y sus efectos, que debe ser acompañada por institutos que no
desvirtúen ese carácter. Pero estas dudas acerca de las últimas reflexiones de MOSSET ITURRASPE desaparecen
cuando al comentar la resolución por autoridad del acreedor expresa que transcurrido el plazo sin que la prestación
haya sido cumplida, se resuelve “sin más” el vínculo contractual, y que no es necesaria, en consecuencia, una nueva
declaración de voluntad por parte del acreedor ni una convalidación judicial. Cabe aclarar que en instancia judicial
siempre es un medio adecuado para obtener la revisión de los actos que resulten no ajustados a derecho, ya sea por
comprender aspectos protegidos por el derecho, como sería el ejercicio abusivo del derecho, o frente a la existencia
de vicios en el procedimiento extrajudicial, o que se haya burlado la buena fe que debe mediar en el contrato.
La resolución del contrato por autoridad del acreedor es el ejercicio de un derecho que autoriza la ley, por lo
tanto, no se podrá volver atrás, por más disconforme que este el deudor; si no tiene una vía legal para atacar el acto
y la vía legal no es cualquier disconformidad, sino exclusivamente la nulidad que puede recaer sobre el acto, o sobre
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vicios del procedimiento utilizados para arribar la resolución. De no ser así, no habrá seguridad en este
procedimiento estatuido por ley.

Estado de la cuestión en la jurisprudencia.


Tanto las partes como los propios jueces, en los pocos casos de contratos resueltos por autoridad del
acreedor, han hecho caso omiso al carácter de dicha resolución, porque el acto resuelto es sometido a la revisión
judicial. De manera entonces que el criterio imperante no concuerda con el que surge del art. 1204 del Código Civil.
Ello nos está demostrando que la tal resolución no es considerada definitiva. Y que ese mecanismo de “resolución
por autoridad del acreedor” es poco utilizado por falta de seguridad.
Dicha norma legal no ha alcanzado celeridad efectividad, para dotarlo de celeridad se están tomando otras
alternativas en caso de incumplimiento que son: arbitraje extranjero judicial o privado, o a cláusulas de rescisión o
de resolución expresa, o de primer demanda etc. para que el negocio este apoyado en parámetros de seguridad y le
den confiabilidad.

BOLILLA 5: GARANTÍAS Y CAUSAS DE EXTINCIÓN.


1. Las garantías en el Código Civil: a) evicción: concepto. B) campo de aplicación. C) naturaleza jurídica.
D) requisitos. E) cesación de la garantía. F) efectos: citación de evicción y saneamiento. G) evicción total
y parcial.
Todo enajenante a título oneroso es responsable frente al adquiriente de las consecuencias dañosas
emergentes de la evicción y de los vicios redhibitorios. Tanto la evicción como los vicios redhibitorios se fundan en
una causa (vicio) anterior o contemporánea. Es, en consecuencia, la falta de legitimidad en el contrato por la
existencia de un “vicio en el derecho” (evicción) o en la “materialidad de la cosa (vicio redhibitorio).
Por evicción se entiende la turbación o privación que sufre el adquiriente en todo o en parte del derecho
transmitido a título oneroso. Evicción significa etimológicamente “vencido” y con más precisión, “vencido en
derecho” y la indemnización que es el resultado de la responsabilidad o garantía por evicción.
El vicio redhibitorio es el defecto grave y oculto que se encuentra en la materialidad de la cosa adquirida a
título oneroso. Defecto que padece el adquiriente puesto que hace al bien impropio para su destino o le resta
utilidad de provecho.
Saneamiento: se denomina saneamiento a la acción y efecto de sanear, entendiéndose sanear por el reparar o
remediar una cosa. El saneamiento vendría a ser el género, la acción y el efecto de remediar tanto los vicios de
derecho como de hecho en el objeto transmitido; la evicción y el vicio redhibitorio sus dos especies. Culminando el
proceso de reparación de los vicios del derecho, se denomina saneamiento o garantía de saneamiento a la
obligación de indemnizar, cuando la defensa no fuera eficaz y recayera una sentencia desfavorable.

a) evicción: concepto.
En sentido etimológico del vocablo, ve en la evicción “el abandono de una cosa, a lo que se está obligado en
virtud de una sentencia”.
Una nociónmás moderna denomina evicción a “cualquier turbación, privación o pérdida que sufra el
adquiriente en el derecho transmitido”.
Según las ideas romanas solo funcionaba en el contrato de compraventa, para el caso e ser privado el
comprador de tener la cosa como dueño, como consecuencia de una decisión judicial que autorizaba a un tercero a
tomar la cosa. Según las ideas actuales funciona en todos los contratos traslativos a título oneroso. También en la
donación gratuita cuando fuese hecha de mala fe “sabiendo el donante que la cosa era ajena”, funciona en las
donaciones onerosas, con cargo y remuneratorias. Es un supuesto de responsabilidad que se presenta como efecto
natural, en interés de los contratantes (de ahí que puedan ellos “aumentar, disminuir o suprimir la obligación que
nace de la evicción”).
Perdida de un derecho transmitido a título oneroso por evicción a la turbación o privación que sufre el
adquiriente en todo o en parte del derecho a título oneroso.

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Art 1044: contenido de la responsabilidad por evicción: Laresponsabilidad por evicción asegura la existencia y la
legitimidad del DERECHO TRASMITIDO y se extiende a:
 Toda turbación de derecho total o parcial que recae sobre el bien por causa anterior o contemporánea a la
adquisición.
 Los reclamos de terceros fundados en derechos resultantes de la propiedad intelectual o industrial excepto
si el enajenante se ajustó a especificaciones suministradas por el adquirente;
 Las turbaciones de hecho causadas por el transmitente.

Ej. Compro un inmueble y aparece un tercero que me reclama judicialmente la restitución, alegando que él es el
propietario. Si me quitan el inmueble hare valer la “garantía de evicción” contra el vendedor o inmobiliaria que me
vendió y reclamo daños y perjuicios.
Art. 2.089 (Código Civil). El que por título oneroso transmitió derechos, o dividió bienes con otros, responde por la
evicción, en los casos y modos reglados en este título.
Art. 2.091. Habrá evicción, en virtud de sentencia y por causa anterior o contemporánea a la adquisición, si el
adquiriente por título oneroso fue privado en todo, o en parte del derecho que adquirió, o sufriese una turbación de
derecho en la propiedad, goce, o posesión de la cosa. Pero no habrá lugar a garantía, ni en razón de las turbaciones
de hecho, ni aún en razón de las turbaciones de derecho, procedente de la ley, o establecidas de una manera
aparente, por el hecho del hombre, o de pretensiones formadas en virtud de un derecho real o personal de goce,
cuya existencia era conocida al tiempo de la enajenación.
Art. 2.092. Aunque no haya decisión judicial que declare la evicción, la indemnización que por ella se concede al que
fuese vencido, tendrá lugar cuando se hubiese adquirido el derecho transmitido por un título independiente de la
enajenación que se hizo.

b) campo de aplicación.
La evicción es la garantía que se debe en los contratos onerosos acerca de la existencia y legitimidad del
derecho transmitido.
Es un efecto natural de este tipo de contratos, por lo cual puede ser aumentado, disminuido o suprimido.
Esta garantía que nace de la falta de legitimidad o existencia del derecho, puede recaer en un derecho crediticio, real
o intelectual, y puede a su vez, estar garantizando la totalidad del derecho transmitido, o bien parte de él, con
restricciones o cargas.
En cuanto al campo de aplicación, el codificador se anticipó a su época, porque apartándose de sus fuentes,
reunió a las garantías sobre el derecho y sobre los vicios de las cosas en sendos títulos generales abarcativos de
todas las situaciones generadas por los contratos onerosos en que se deben tales garantías. Sin embargo, cayó en el
error de intercalarla entre los contratos en particular, porque si consideró que pertenecía a una teoría general, debió
incorporarla a la teoría general de contrato.

c) naturaleza jurídica.
La palabra evicción sirve para designar la situación que sobreviene a raíz de una derrota en juicio. Evicto es
el que ha sido vencido en juicio, y privado del derecho que adquirió, evicente, el que lo ha vencido, garante, el que
por haber transmitido el derecho al Evicto, debe responder.
La garantía implica un doble aspecto: la evicción, o sea, la defensa en juicio por el tradens del derecho
transmitido; y el saneamiento, o sea, la indemnización por el Evicto, que es cuando el tradens ha perdido el juicio.
Art. 2.097 (Código Civil). La responsabilidad que trae la evicción tiene lugar, aunque en los actos en que se trasmiten
los derechos, no hubiere convención alguna sobre ella.

d) requisitos.
Los requisitos para que proceda la evicción son los siguientes:
 Turbación o privación de un derecho: cuando se turba el derecho transmitido con una demanda, cabe poner
en funcionamiento la garantía de evicción y no necesariamente debe mediar sentencia, por cuanto es el
comienzo de un ataque en derecho que si no se lo atiende a tiempo, puede derivar en la privación.
En cuanto a las turbaciones de hecho,, como expresa la nota del art. 2091, por las cuales un tercero
sin pretender ningún derecho ejerce actos indebidos, como ser el pasar por el fundo del propietario, la
garantía entonces está en la ley misma y el propietario debe dirigirse contra el autor de las vías de hecho.
Las turbaciones y privaciones deben ser de derecho.
 Causa anterior o contemporánea: la palabra causa, expresa MOSSET ITURRASPE, está tomada como vicio
inherente al derecho que se transmite, todo efecto que vuelve ilegitimo el derecho, que hace que no exista,
no sea pleno o tenga una carga que imposibilite su ejercicio. Con respecto al vicio que aparece en el derecho
con posterioridad a la adquisición del mismo, pero que existía con anterioridad, el codificador en el art. 2095
deja librado al criterio del juez la apreciación de tales circunstancias.
 Sentencia judicial: este requisito obedece a la privación del derecho, es decir, cuando ha habido un juicio y
por sentencia recaída en ese juicio, el tradens ha salido perdidoso, y en consecuencia debe indemnizar al
accipiens. En cambio, no puede exigirse sentencia en los casos de turbaciones en derecho, por cuanto ello

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obedece a una acción entablada en juicio en la cual el tradens está obligado por la garantía a defender al
accipiens. Para Vélez se tenía que dar el juicio, con la nueva corriente, basta con que se demuestre.
Si hubo juicio y perdió el tradens (entrega): debe indemnizar al accipiens (recibe el pago - acreedor)
No debe exigirse sentencia en los casos de: turbaciones en derecho.

E) cesación de la garantía.
Cesación de la garantía: los códigos hacen enumeración de las circunstancias por las que cesa dicha garantía, así
como también las excepciones a dicho cese, ellas son:
ARTICULO 1048. (Código Civil y Comercial)- Cesación de la responsabilidad. En los casos en que se promueve el
proceso judicial, la responsabilidad por evicción cesa:
a) si el adquirente no cita al garante, o lo hace después de vencido el plazo que establece la ley procesal;
b) si el garante no comparece al proceso judicial, y el adquirente, actuando de mala fe, no opone las defensas
pertinentes, no las sostiene, o no interpone o no prosigue los recursos ordinarios de que dispone contra el fallo
desfavorable;
c) si el adquirente se allana a la demanda sin la conformidad del garante; o somete la cuestión a arbitraje y el laudo
le es desfavorable.
Sin embargo, la responsabilidad subsiste si el adquirente prueba que, por no haber existido oposición justa que
hacer al derecho del vencedor, la citación oportuna del garante por evicción, o la interposición o sustanciación de los
recursos, eran inútiles; o que el allanamiento o el laudo desfavorable son ajustados a derecho.
ARTICULO 1055.- Caducidad de la garantía por defectos ocultos. La responsabilidad por defectos ocultos caduca:
a) si la cosa es inmueble, cuando transcurren tres años desde que la recibió;
b) si la cosa es mueble, cuando transcurren seis meses desde que la recibió o puso en funcionamiento.
Art. 2.110 (Código Civil Vélez). La obligación que resulta de la evicción cesa si el vencido en juicio no hubiese hecho
citar de saneamiento al enajenante, o si hubiere hecho la citación, pasado el tiempo señalado por la ley de
procedimientos.
Art. 2.111. No tiene lugar lo dispuesto en el artículo anterior, y el enajenante responderá por la evicción, si el
vencido en juicio probare que era inútil citarlo por no haber oposición justa que hacer al derecho del vencedor. Lo
mismo se observará cuando el adquirente, sin citar de saneamiento al enajenante, reconociese la justicia de la
demanda, y fuese por esto privado del derecho adquirido.
Art. 2.112. La obligación por la evicción cesa también si el adquirente, continuando en la defensa del pleito, dejó de
oponer por dolo o negligencia las defensas convenientes, o si no apeló de la sentencia de primera instancia, o no
prosiguió la apelación. El enajenante, sin embargo, responderá por la evicción, si el vencido probare que era inútil
apelar o proseguir la apelación.
Art. 2.113. Cesa igualmente la obligación por la evicción, cuando el adquirente, sin consentimiento del enajenante,
comprometiese el negocio en árbitros, y éstos laudasen contra el derecho adquirido.

En cambio, e enajenante responderá por la evicción pese a lo expresado con la cesación, cuando:
a) el vencido en juicio probare que era inútil citarlo por no haber oposición justa que hacer al derecho del vencedor;
b) lo mismo se observará cuando el adquiriente, sin citar la evicción al enajenante, reconociese la justicia de la
demanda y fuese privado en consecuencia del derecho.
c) si el vencido, adquiriente que no citó de evicción, probara que era inútil apelar o proseguir la apelación.

F) efectos: citación de evicción y saneamiento.


El adquiriente, cuando fuese turbado judicialmente en el derecho adquirido debe llamar al enajenante al
juicio. El acto procesal correspondiente se denomina citación de evicción, que consiste en notificar al enajenante
para que tome intervención en el juicio. Los códigos de procedimiento establecen los plazos, la forma y oportunidad
de citación. El enajenante puede intervenir en el juicio de varias formas.
El saneamiento corresponde en caso e la privación del derecho adquirido. Por lo tanto, es la segunda fase de
la obligación de garantía. Esta obligación varía según la evicción fuese total o parcial. El adquiriente, en
consecuencia, tendrá derecho a la reparación de los perjuicios sufridos, al precio pagado, a los gastos del juicio y a
los intereses y demás perdidas. Este saneamiento entonces corresponde si el adquiriente o enajenante es vencido
en el juicio incoado por el tercero. Si resulta vencedor no tendrá derecho a reclamo de ninguna especie.
ARTICULO 1033 (Código Civil y Comercial).- Sujetos responsables. Están obligados al saneamiento:
a) el transmitente de bienes a título oneroso;
b) quien ha dividido bienes con otros;
c) sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a título oneroso.

G) evicción total y parcial.


Total cuando la persona es desposeído de la cosa adquirida
Parcial cuando el adquirente fuere privado por sentencia de una parte o de sus accesorios
ARTICULO 1058. (Código Civil y Comercial)- Pérdida o deterioro de la cosa. Si la cosa perece total o parcialmente a
causa de sus defectos, el garante soporta su pérdida.
ARTICULO 1034.- Garantías comprendidas en la obligación de saneamiento. El obligado al saneamiento garantiza por
evicción y por vicios ocultos conforme a lo dispuesto en esta Sección, sin perjuicio de las normas especiales.

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ARTICULO 1039.- Responsabilidad por saneamiento. El acreedor de la obligación de saneamiento tiene derecho a
optar entre:
a) reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios;
b) reclamar un bien equivalente, si es fungible;
c) declarar la resolución del contrato, excepto en los casos previstos por los artículos 1050 y 1057.
Art. 2.093 (Código Civil Vélez). La evicción será parcial cuando el adquirente fuere privado, por sentencia, de una
parte de la cosa adquirida o de sus accesorios o dependencias, o si fuere privado de una de las cosas que adquirió
colectivamente, o cuando fuere privado de alguna servidumbre activa del inmueble, o se declarase que ese
inmueble estaba sujeto a alguna servidumbre pasiva, o a otra obligación inherente a dicho inmueble.
En el código Civil de Vélez solo se encuentra la evicción parcial NO la total.

2. Vicios redhibitorios en el Código Civil: a) concepto. B) efectos en el Código Civil. C) acciones. D)


requisitos. E) efectos.
a) concepto.
ARTICULO 1051 (Código Civil y Comercial).- Contenido de la responsabilidad por vicios ocultos. La responsabilidad
por defectos ocultos se extiende a:
a) los defectos no comprendidos en las exclusiones del artículo 1053;
b) los vicios redhibitorios, considerándose tales los defectos que hacen a la cosa impropia para su destino por
razones estructurales o funcionales, o disminuyen su utilidad a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente
no la habría adquirido, o su contraprestación hubiese sido significativamente menor.
Art. 2.164 (Código Civil Vélez). Son vicios redhibitorios los defectos ocultos de la cosa, cuyo dominio, uso o goce se
transmitió por título oneroso, existentes al tiempo de la adquisición, que la hagan impropia para su destino, si de tal
modo disminuyen el uso de ella que al haberlos conocido el adquirente, no la habría adquirido, o habría dado
menos por ella.

B) efectos en el Código Civil.C) acciones.


Los vicios ocultos en el Código Civil originan dos acciones: la acción redhibitoria y la quantis minoris.
La acción redhibitoria provoca la recisión del contrato, su fin es dejar sin efecto el contrato, devolviéndole a
las partes lo que han recibido.
La quantis minoris la reducción del precio. El art. 2175 (CV) aclara que se podrá intentar una u otra acción, pero no
tendrá derecho para intentar una de ellas, después de ser vencido o de haber intentado la otra.
La acción quantis minoris solo autoriza a pedir rebaja en el precio, siendo admisible toda pretensión relativa
a obtener una reparación proporcional en los gastos del contrato o como satisfacción por el daño moral causado, y
por la misma razón, un resarcimiento de los daños materiales.
Art. 2174 (Código Civil Vélez). En el caso del artículo anterior, el comprador tiene la acción redhibitoria para dejar sin
efecto el contrato, volviendo la cosa al vendedor, restituyéndole éste el precio pagado, o la acción para que se baje
del precio el menor valor de la cosa por el vicio redhibitorio.
Si el vicio es grave el adquirente puede optar por la acción redhibitoria o por la acción quantis minoris pero
si intentaba una de dichas acciones no puede intentar la otra, porque son alternativas.
Art. 2175. El comprador podrá intentar una u otra acción, pero no tendrá derecho para intentar una de ellas,
después de ser vencido o de haber intentado la otra.
Si el vicio NO es grave solo puede intentar la quantis minoris.
Art. 2.176. Si el vendedor conoce o debía conocer, por razón de su oficio o arte, los vicios o defectos ocultos de la
cosa vendida, y no los manifestó al comprador, tendrá éste a más de las acciones de los artículos anteriores, el
derecho a ser indemnizado de los daños y perjuicios sufridos, si optare por la rescisión del contrato.
A partir de la entrada en vigencia del nuevo Código Civil y Comercial de la nación, en los cuales se unifican
los contratos civiles y comerciales y ley de defensa del consumidor: Art. 10 (LEY 24240). Cosas muebles no
consumibles art. 11 al 18 ley 24240.
ARTICULO 1039 (Código Civil y Comercial).- Responsabilidad por saneamiento. El acreedor de la obligación de
saneamiento tiene derecho a optar entre:
a) reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios;
b) reclamar un bien equivalente, si es fungible;
c) declarar la resolución del contrato, excepto en los casos previstos por los artículos 1050 y 1057.
La quantis minoris NO se encuentra en el Código Civil y Comercial, el adquiriente puede iniciarla con
fundamento igualmente por tres motivos (que no esté prevista no significa que esta derogada):
- El principio de legalidad y reserva. Art 19.
- en la nota de derivación de lo que entonces era el anteproyecto del Código Civil de la Nación, Lorenzet, explica los
nuevos paradigmas que rigen el Código Civil y Comercial, y da una pauta de interpretación de normativa del Código,
un paradigma es la constitucionalización del derecho privado, cada vez son más directos y estrechos los vínculos
entre las normas de derechos sustancial y los principios y las normas constitucionales, por ello es muy fuerte el
argumento de que con fundamento del principio de legalidad y reserva que subsiste el quiantis minoris.
- regla de interpretación consagrada que es conservación de negocio, ARTICULO 1066 (Código Civil y Comercial).-
Principio de conservación. Si hay duda sobre la eficacia del contrato, o de alguna de sus cláusulas, debe interpretarse
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en el sentido de darles efecto. Si esto resulta de varias interpretaciones posibles, corresponde entenderlos con el
alcance más adecuado al objeto del contrato.

D) requisitos.
Los requisitos configurativos del vicio son:
 Que se trate de un defecto oculto
 Que sea grave
 Que exista al tiempo de la adquisición: debe ser anterior.
El vicio puede ser oculto o aparente este último no está protegido por la garantía.El vicio es oculto cuando no se
puede apreciar a la vista a pesar de hacerse revisar con prudencia y diligencia.
Es grave: relacionada con el uso o destino de la cosa, cuando es impropia para su destino, consiste en suprimir la
cosa (no usarla) o disminuirla.
El vicio debe existir con anterioridad a la adquisición: si es posterior se puede deber al uso, y debe hacerse cargo el
adquirente.

E) efectos.
En la ley de defensa del consumidor: el art. 18 de la ley 24.240 establece que puede aplicarse la garantía de los vicios
redhibitorios a los ocurridos en esta área, con la siguiente ampliación:
a. en el caso de que el vendedor por su oficio o arte conoce o debía conocer el vicio, y no lo hubiese manifestado,
tendrá el comprador además de la acción de recisión y/o quantis minoris, el derecho a ser indemnizado de los daños
y perjuicios.
b. y el enajenante no podrá oponerle el conocimiento que por razón de su oficio u profesión, tenía el adquirente.
Un problema que no ha sido tratado por la doctrina es el plazo de prescripción de la acción redhibitoria y la
de quantis minoris, que para el Código Civil es de tres meses y para el Código de Comercio, es de seis meses, por la
sencilla razón de que todavía no se ponen de acuerdo donde encaja la ley 24.240, si dentro de la temática civil o la
comercial. Parecería, no obstante, que al referirse la ley 24.240 en el art. 18 a las exclusiones de responsabilidad
aplicando los arts. 2170 y 2176 del Código Civil, cabría entender que es una ley civil. Sin embargo, siendo una ley
tuitiva del consumidor no cabe otra solución que aplicar el plazo más largo, o sea, el art. 473 del Código de
Comercio.
En el nuevo Código Civil y comercial se aclara esta duda, en los artículos:
ARTICULO 1054.- Ejercicio de la responsabilidad por defectos ocultos. El adquirente tiene la carga de denunciar
expresamente la existencia del defecto oculto al garante dentro de los sesenta días de haberse manifestado. Si el
defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta desde que el adquirente pudo advertirlo. El incumplimiento
de esta carga extingue la responsabilidad por defectos ocultos, excepto que el enajenante haya conocido o debido
conocer, la existencia de los defectos.
ARTICULO 2564.- Plazo de prescripción de un año. Prescriben al año:
a) el reclamo por vicios redhibitorios…
En el Codigo Civil y Comercial:
Art. 1052.- Ampliación convencional de la garantía (Código Civil y Comercial). Se considera que un defecto es vicio
redhibitorio:
a) si lo estipulan las partes con referencia a ciertos defectos específicos, aunque el adquirente debiera haberlos
conocido;
b) si el enajenante garantiza la inexistencia de defectos, o cierta calidad de la cosa transmitida, aunque el adquirente
debiera haber conocido el defecto o la falta de calidad;
c) si el que interviene en la fabricación o en la comercialización de la cosa otorga garantías especiales. Sin embargo,
excepto estipulación en contrario, el adquirente puede optar por ejercer los derechos resultantes de la garantía
conforme a los términos en que fue otorgada.
Art. 1053.- Exclusiones. La responsabilidad por defectos ocultos no comprende:
a) los defectos del bien que el adquirente conoció, o debió haber conocido mediante un examen adecuado a las
circunstancias del caso al momento de la adquisición, excepto que haya hecho reserva expresa respecto de aquéllos.
Si reviste características especiales de complejidad, y la posibilidad de conocer el defecto requiere cierta preparación
científica o técnica, para determinar esa posibilidad se aplican los usos del lugar de entrega;
b) los defectos del bien que no existían al tiempo de la adquisición. La prueba de su existencia incumbe al
adquirente, excepto si el transmitente actúa profesionalmente en la actividad a la que corres-ponde la transmisión.
Art 1054.- Ejercicio de la responsabilidad por defectos ocultos. El adquirente tiene la carga de denunciar
expresamente la existencia del defecto oculto al garante dentro de los sesenta días de haberse manifestado. Si el
defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta desde que el adquirente pudo advertirlo. El incumplimiento
de esta carga extingue la responsabilidad por defectos ocultos, excepto que el enajenante haya conocido o debido
conocer, la existencia de los defectos.
Art 1055.- Caducidad de la garantía por defectos ocultos. La responsabilidad por defectos ocultos caduca:
a) si la cosa es inmueble, cuando transcurren tres años desde que la recibió;
b) si la cosa es mueble, cuando transcurren seis meses desde que la recibió o puso en funcionamiento.
Estos plazos pueden ser aumentados convencionalmente.
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La prescripción de la acción está sujeta a lo dispuesto en el Libro Sexto.
Art 1056.- Régimen de las acciones.
El acreedor de la garantía dispone del derecho a declarar la resolución del contrato:
a) si se trata de un vicio redhibitorio;
b) si medió una ampliación convencional de la garantía.
Art. 1057.- Defecto subsanable.
El adquirente no tiene derecho a resolver el contrato si el defecto es subsanable, el garante ofrece subsanarlo y él
no lo acepta. Queda a salvo la reparación de daños.
Art. 1058.- Pérdida o deterioro de la cosa.
Si la cosa perece total o parcialmente a causa de sus defectos, el garante soporta su pérdida.

3. las garantías de la Ley de defensa del consumidor: a) los vicios aparentes. B) perfecto funcionamiento.
C) vicios ocultos. D) efectos y responsabilidades.
Vicios redhibitorios: el plazo de prescripción de la acción redhibitoria es: para el Código Civil y Comercial es de 6
meses, para cosas muebles, 3 años cosa Inmueble (Art. 1055)
La ley 24240: art.11 Garantías:
Cuando se comercialicen cosas muebles no consumibles (según C.c.) el consumidor y los sucesivos adquirentes
gozaran de garantía legal por los defectos o vicios de cualquier índole aunque hayan sido ostensibles o manifiestos al
tiempo del contrato, cuando afecten la identidad entre lo ofrecido y lo entregado, o su correcto funcionamiento.
La garantía legal tendrá vigencia por TRES (3) meses cuando se trate de bienes muebles usados. Y SEIS (6) meses en
los demás casos a partir de la entrega.Pudiendo las partes convenir un plazo mayor. En caso de que la cosa deba
trasladarse a fábrica o taller habilitado el transporte será realizado por el responsable de la garantía, y serán a su
cargo los gastos de flete y seguros y cualquier otro que deba realizarse para la ejecución del mismo.

a) los vicios aparentes. B) perfecto funcionamiento.


Cuando se comercialicen cosas muebles NO consumibles el consumidor y los sucesivos adquirentes gozaran
de garantía legal por los defectos o vicios de cualquier índole, aunque hayan sido ostensibles o manifiestos en el
tiempo del contrato, cuando afecte la identidad, entre lo ofrecido y lo entregado, y su correcto funcionamiento.
ARTICULO 1051 (Codigo Civil y Comercial):.- Contenido de la responsabilidad por vicios ocultos. La responsabilidad
por defectos ocultos se extiende a:
a) los defectos no comprendidos en las exclusiones del artículo 1053;
b) los vicios redhibitorios, considerándose tales los defectos que hacen a la cosa impropia para su destino por
razones estructurales o funcionales, o disminuyen su utilidad a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente
no la habría adquirido, o su contraprestación hubiese sido significativamente menor.
ARTICULO 1052.- Ampliación convencional de la garantía. Se considera que un defecto es vicio redhibitorio:
a) si lo estipulan las partes con referencia a ciertos defectos específicos, aunque el adquirente debiera haberlos
conocido;
b) si el enajenante garantiza la inexistencia de defectos, o cierta calidad de la cosa transmitida, aunque el adquirente
debiera haber conocido el defecto o la falta de calidad;
c) si el que interviene en la fabricación o en la comercialización de la cosa otorga garantías especiales. Sin embargo,
excepto estipulación en contrario, el adquirente puede optar por ejercer los derechos resultantes de la garantía
conforme a los términos en que fue otorgada.
ARTICULO 1053.- Exclusiones. La responsabilidad por defectos ocultos no comprende:
a) los defectos del bien que el adquirente conoció, o debió haber conocido mediante un examen adecuado a las
circunstancias del caso al momento de la adquisición, excepto que haya hecho reserva expresa respecto de aquéllos.
Si reviste características especiales de complejidad, y la posibilidad de conocer el defecto requiere cierta preparación
científica o técnica, para determinar esa posibilidad se aplican los usos del lugar de entrega;
b) los defectos del bien que no existían al tiempo de la adquisición. La prueba de su existencia incumbe al
adquirente, excepto si el transmitente actúa profesionalmente en la actividad a la que corres-ponde la transmisión.
ARTICULO 1057.- Defecto subsanable. El adquirente no tiene derecho a resolver el contrato si el defecto es
subsanable, el garante ofrece subsanarlo y él no lo acepta. Queda a salvo la reparación de daños.
C) vicios ocultos
 Vicio de fabricación: que su origen debe ser en la empresa. Si es sobreviniente, no hay nexo causal. Son los
errores individuales e inevitables en un proceso de fabricación en masa. Por ejemplo: puede ocurrir que el
producto este bien concebido y elaborado, pero fuera mal embotellado o una tuerca mal ajustada.
 Defectos de diseño: balance de riesgos y beneficios, consiste en no generar productos que causen más
beneficios. falta de previsión del empresario, porque se debe concebir productos que en su uso normal no
causen daño, error de diseño.Ej. diseñar un automóvil y colocar el tanque de nafta, en un lugar que
producen chispas, que producen reiteradas lesiones a los usuarios. O diseñar una maquina cortadora de
césped realizada tal como ha sido diseñada, el botón de retroceso ha sido colocado en una posición y con
caracteres tales que se confunde con el avance, produciendo reiteradas lesiones a los usuarios.
 el defecto de información: la ley del consumidor en el art 4 dispone, quienes produzcan importen o
comercialice cosas o servicios, deben suministrar a los consumidores de usuarios, en forma cierta, objetiva,
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eficaz, suficiente información sobre las características esenciales de los mismos. No deben confundirse con
instrucciones para uso y conservación del producto, se trata de advertencias sobre riesgos, el deber de
instrucción del fabricante se refiere tanto al uso como a la conservación del producto (ej. sustancias
medicinales o alimenticias que no se conserven en temperatura adecuada).
Plazos: de prescripción para acciones de reclamación por los vicios de la cosa será de 2 meses a partir de la entrega
de la misma, pudiendo las partes convenir plazos mayores.

D) efectos y responsabilidades.
ARTICULO 13 LEY 24.240. — Responsabilidad solidaria. Son solidariamente responsables del otorgamiento y
cumplimiento de la garantía legal, los productores, importadores, distribuidores y vendedores de las cosas
comprendidas en el artículo 11.
ARTICULO 1054. (Código Civil y Comercial)- Ejercicio de la responsabilidad por defectos ocultos. El adquirente tiene
la carga de denunciar expresamente la existencia del defecto oculto al garante dentro de los sesenta días de haberse
manifestado. Si el defecto se manifiesta gradualmente, el plazo se cuenta desde que el adquirente pudo advertirlo.
El incumplimiento de esta carga extingue la responsabilidad por defectos ocultos, excepto que el enajenante haya
conocido o debido conocer, la existencia de los defectos.
ARTICULO 1055.- Caducidad de la garantía por defectos ocultos. La responsabilidad por defectos ocultos caduca:
a) si la cosa es inmueble, cuando transcurren tres años desde que la recibió;
b) si la cosa es mueble, cuando transcurren seis meses desde que la recibió o puso en funcionamiento.
Estos plazos pueden ser aumentados convencionalmente.
La prescripción de la acción está sujeta a lo dispuesto en el Libro Sexto.

4. interpretación del contrato: a) concepto. B) criterio del Código Civil. C) las reglas del Código de
Comercio. D) las reglas de la Ley de Defensa del Consumidor. E) redes contractuales. F) contratos de
larga duración.

a) concepto
MOSSET ITURRASPE destaca la evolución del contrato, que a los fines de su interpretación moderna no
podemos ignorar. Manifiesta que en la década del sesenta le preocupaba una visión dogmática del contrato, aquella
que surgía del ordenamiento civil argentino. A fines de los setenta, eran su preocupación, los valores que incidian en
la comprensión del contrato, tales como la justicia, la equidad, la buena fe, la solidaridad y la seguridad; y por
último, en la actualidad, lo inquieta la realidad social, no solamente la que supera el enfoque jurídico, sino la
comprometida con la economía del mercado, de la sociedad y del Estado.
Si partimos de la idea que trasunta el derecho moderno contractual, considerando al contrato como el
instrumento apto para el desenvolvimiento de la economía, en lo que respecta a la circulación, planificación,
distribución y consolidación de la misma, tendremos que advertir la influencia que ejerce el mercado y el Estado en
el negocio. De ser así, no podríamos considerar como únicos criterios los que surgen de lo estipulado por las partes,
y la observancia del principio de la buena fe. Deben también tener gravitación las reglas del mercado y las de orden
público de coordinación, protección y dirección, dictadas por el Estado.
Las pautas de interpretación del contrato no quedarán circunscriptas solamente a la voluntad manifestada y
entendida por las partes, sino que además de la observancia del principio de buena fe, se tendrán que considerar las
reglas del mercado que inciden en la contratación, y las normas de orden público de coordinación, protección y
dirección.
En interpretación económica del contrato MOSSET ITURRASPE afirma que el contrato, como instrumento
para la satisfacción de las necesidades del hombre, debe conciliar la utilidad con la justicia, el provecho con el
intercambio equilibrado. En un contrato válidamente celebrado no existe derecho a no cumplir sobre la base de
criterios económicos. La palabra empeñada, por razones profundas que hacen a la moral y al derecho, debe
cumplirse.
Art. 1061 (Código Civil y comercial).- Intención común.El contrato debe interpretarse conforme a la intención
común de las partes y al principio de la buena fe.
Art. 1062.- Interpretación restrictiva. Cuando por disposición legal o convencional se establece expresamente una
interpretación restrictiva, debe estarse a la literalidad de los términos utilizados al manifestar la voluntad. Este
artículo no es aplicable a las obligaciones del predisponente y del proveedor en los contratos por adhesión y en los
de consumo, respectivamente.
Art. 1063.- Significado de las palabras. Las palabras empleadas en el contrato deben entenderse en el sentido que
les da el uso general, excepto que tengan un significado específico que surja de la ley, del acuerdo de las partes o de
los usos y prácticas del lugar de celebración conforme con los criterios dispuestos para la integración del contrato.
Se aplican iguales reglas a las conductas, signos y expresiones no verbales con los que el consentimiento se
manifiesta.
Art. 1064.- Interpretación contextual. Las cláusulas del contrato se interpretan las unas por medio de las otras, y
atribuyéndoles el sentido apropiado al conjunto del acto.

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Art. 1065.- Fuentes de interpretación.Cuando el significado de las palabras interpretado contextualmente no es
suficiente, se deben tomar en consideración:
a) las circunstancias en que se celebró, incluyendo las negociaciones preliminares;
b) la conducta de las partes, incluso la posterior a su celebración;
c) la naturaleza y finalidad del contrato.
Art. 1066.- Principio de conservación.Si hay duda sobre la eficacia del contrato, o de alguna de sus cláusulas, debe
interpretarse en el sentido de darles efecto. Si esto resulta de varias interpretaciones posibles, corresponde
entenderlos con el alcance más adecuado al objeto del contrato.
Art. 1067.- Protección de la confianza.La interpretación debe proteger la confianza y la lealtad que las partes se
deben recíprocamente, siendo inadmisible la contradicción con una conducta jurídicamente relevante, previa y
propia del mismo sujeto.
Art. 1068.- Expresiones oscuras.Cuando a pesar de las reglas contenidas en los artículos anteriores persisten las
dudas, si el contrato es a título gratuito se debe interpretar en el sentido menos gravoso para el obligado y, si es a
título oneroso, en el sentido que produzca un ajuste equitativo de los intereses de las partes.
Imprevisión, que permitieron revisar el contrato por el juez y tornarlo más equitativo.

B) criterio del Código Civil.


En el art. 1198 del Código Civil se consagra la observancia del principio de buena fe, tanto para la
celebración como para la interpretación y ejecución del contrato.
Art. 1.198 (Código Civil Vélez). Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo
con lo que verosímilmente las partes entendió o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión.
En los contratos bilaterales conmutativos y en los unilaterales onerosos y conmutativos de ejecución diferida o
continuada, si la prestación a cargo de una de las partes se tornara excesivamente onerosa, por acontecimientos
extraordinarios e imprevisibles, la parte perjudicada podrá demandar la resolución del contrato. El mismo principio
se aplicará a los contratos aleatorios cuando la excesiva onerosidad se produzca por causas extrañas al riesgo propio
del contrato.
En los contratos de ejecución continuada la resolución no alcanzará a los efectos ya cumplidos.
No procederá la resolución, si el perjudicado hubiese obrado con culpa o estuviese en mora.
La otra parte podrá impedir la resolución ofreciendo mejorar equitativamente los efectos del contrato.
Este principio tiene dos planos: el objetivo que aprecia la lealtad y probidad, y el subjetivo, que entroniza la
creencia y la confianza.
La buena fe objetiva se compromete cuando se la considera tanto en su aspecto compromisorio, como
eximitorio y absolutorio. Cuando acude en auxilio del deudor frente a un acreedor usuario, a un acreedor que
pretende desconocer el cambio de las circunstancias tenidas en vista al contratar; a un acreedor que pretende
ignorar el estado de necesidad que aflige a su deudor, a un acreedor, en fin, que intenta ejercitar su derecho de
manera abusiva.
La buena fe subjetiva protege a los adquirientes que obran sobre la base de la confianza que suscita un
derecho aparente, cuando se protege a quien no puede advertir un error no reconocible, cuando para la formación
del consentimiento y la interpretación del contrato se atiende a los términos que se desprenden de la declaración y
no a los que permanecen guardados en la conciencia de los celebrantes. Se alude a un estado de conciencia que
consiste en ignorar que se está perjudicando un interés ajeno tutelado por el derecho. En este sentido que se debe
apreciar lo que dispone el art. 1198, cuando dice que debe interpretarse de acuerdo con lo que verosímilmente las
partes entendieron o pudieron entender obrando con cuidado y previsión.
ARTÍCULO 961 (Código Civil y Comercial). Buena fe.Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de
buena fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que puedan
considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría obligado un contratante
cuidadoso y previsor.
El principio de buena fe es medular en el derecho privado. Se exige en el actuar y la sujeción a él se presume
en tanto no se demuestre lo contrario. Se lo considera un factor de moralización de las relaciones intersubjetivas.La
buena fe es fuente de deberes secundarios de conducta que se agregan a los deberes primarios propios de cada
contrato; es fuente de interpretación, regla de integración, límite al ejercicio de los derechos y puede operar
también como eximente de responsabilidad.

C) las reglas del Código de Comercio.


Las reglas del Código de Comercio contienen los mismos principios del art. 1198 del c. civil (art. 217-218)
Art. 217: Las palabras de los contratos y convenciones deben entenderse en el sentido que les da el uso general.
Aunque el obligado pretenda que las ha entendido de otro modo.
Art.218: las clausulas equivocas o ambiguas deben interpretarse por medio de los términos claros y precisos
empleados en otra parte del mismo escrito, cuidando de darles, no tanto el significado que en general les pueda
convenir , sino el que corresponda con el contexto general.
Inc. 3: las clausulas tienen 2 sentidos, si por uno resultaría la validez y por otro la nulidad del acto, debe entenderse
el primer sentido. Si ambos dieran igualmente validez al acto, deben tomarse en el sentido que más convenga a la
naturaleza de los contratos y a las reglas de equidad.
53
D) las reglas de la Ley de Defensa del Consumidor.
La ley 24.240 sienta un principio general de interpretación de los contratos de consumo que están
incorporados en diversos preceptos, que es el favor pro consumidor, que es consecuencia del principio del favor
debilis.
En el art. 3 de referida ley, se establece que en caso de duda se estará siempre a la interpretación más
favorable para el consumidor. Correlacionándose con esta norma se encuentra la del art. 37 de la misma ley que
precisa que la interpretación del contrato se hará en el sentido más favorable para el consumidor, lo que no empece
a cavilar que solamente en los supuestos de duda cabe tal interpretación, sino que tal interpretación debe
producirse siempre así.

E) redes contractuales.
Tradicionalmente hemos entendido y considerado que el contrato es siempre una entidad aislada, que se
satisface a sí misma y a las partes. La realidad muestra, sin embargo, contratos que forman parte de una estructura
mayor, ideada, precisamente, para obtener ciertos objetivos que no podrían alcanzarse por medio de un único
acuerdo.
Quizá podamos advertir cierta ligazón en los contratos dependientes o subordinados, como sucede con los contratos
de garantía; o bien entre acuerdos que dan lugar a un subcontrato, como es el caso del subarrendamiento.
Como decíamos, en el tráfico las empresas construyen redes de contratos que encuentran sentido desde el
momento en que los resultados que se persiguen requieren de una pluralidad de acuerdos que faciliten la
comercialización de bienes o la prestación de servicios. Son conocidos los casos de las redes de distribución, de la
designación de concesionarios o la repartición de mercados a través del esquema la franquicia. Empero, en estas
hipótesis se da lugar a una serie de acuerdos a partir de uno de ellos que puede considerarse como el principal.
Pluralidad contractual. "Hay conexidad cuando dos o más contratos autónomos se hallan vinculados entre
sí". Para poder interpretar que existen contratos conexos es fundamental contar con la existencia de dos o más
contratos. Ello es un rasgo elemental de esta figura jurídica, que exige la celebración de una pluralidad de contratos.
Cada uno de ellos deberá integrarse con sus elementos configurantes, ser válido y tener la virtualidad jurídica de
generar su eficacia plena.
La norma no distingue qué clases de contratos pueden coligarse por la conexidad, por lo que el intérprete
tampoco puede distinguir, lo que nos persuade a deducir que cualquier tipo de contrato que cumpla definitivamente
con la finalidad última, puede integrar esta pluralidad (ej. principal, accesorio, contrato, subcontrato - arts. 1069 a
1072 del C.C. y C.).
Pero tal pluralidad contractual no podrá enmarcarse jurídicamente en el artículo 1073 del C.C. y C. si todos
ellos no se encuentran vinculados entre sí. Así se han definido las operaciones económicas globales o redes
contractuales. Esta vinculación se produce porque todos los contratos que se celebran responden a un resultado
distinto de la propia finalidad individual. Todos coadyuvan al logro de un resultado económico que no se puede
alcanzar si no es por la interacción de cada uno de ellos en particular
ARTÍCULO 1073 (Código Civil y Comercial). Definición.Hay conexidad cuando dos o más contratos autónomos se
hallan vinculados entre sí por una finalidad económica común previamente establecida, de modo que uno de ellos
ha sido determinante del otro para el logro del resultado perseguido. Esta finalidad puede ser establecida por la ley,
expresamente pactada, o derivada de la interpretación, conforme con lo que se dispone en el artículo 1074.

F) contratos de larga duración.


ARTICULO 1011. (Código Civil y Comercial)- Contratos de larga duración. En los contratos de larga duración el tiempo
es esencial para el cumplimiento del objeto, de modo que se produzcan los efectos queridos por las partes o se
satisfaga la necesidad que las indujo a contratar.
Las partes deben ejercitar sus derechos conforme con un deber de colaboración, respetando la reciprocidad de las
obligaciones del contrato, considerada en relación a la duración total.
La parte que decide la rescisión debe dar a la otra la oportunidad razonable de renegociar de buena fe, sin incurrir
en ejercicio abusivo de los derechos.
Algunas actividades económicas requieren del largo plazo para el logro de los objetivos perseguidos por las
partes. A menudo las inversiones realizadas tardan tiempo en amortizarse y en posibilitar un razonable margen de
ganancias para los contratantes o es necesario un lapso prolongado para la concreción de objetivos
extrapatrimoniales tenidos en consideración por la partes al contratar. También ocurre que en vínculos prolongados,
como los propios de los contratos de concesión o de franquicia, una de las partes —el concesionario o el
franquiciado— ajusta su actividad a las pautas determinadas por el concedente o franquiciante y ello ocurre en
grado tal que, a menudo, los consumidores consideran que se trata de una única persona; circunstancia que
determina que una ruptura intempestiva del vínculo por parte del sujeto más fuerte coloca a la contraria en una
situación económica sumamente dificultosa, por las limitaciones objetivas existentes para su posibilidad de
reconversión, lo que puede llevarla a la quiebra, con pérdida de puestos de trabajo. Los vínculos contractuales fluyen
en el tiempo, por lapsos en los que en el mercado ocurren cosas, varían circunstancias, con afectación de los
términos de equilibrio, de la onerosidad originaria. De allí la importancia del acento puesto en el deber de

54
renegociar antes de plantear una conclusión del vínculo. Dichas circunstancias determinan que el legislador haya
evaluado la especial situación planteada en este tipo de contratos.

5. causas de extinción de los contratos. A) nulidad en el Código Civil y de la Ley de defensa del
consumidor. B) resolución. C) revocación. D) recisión.

Causas de extinción de los contratos.


La doctrina moderna prefiere hablar de vicisitudes del contrato ya que algunas causas son coetáneas a su
nacimiento y otras son sobrevenidas, como también algunas producen su extinción, y otras su modificación o
sustitución.
El tema se relaciona con ineficacia del contrato, que abarca dos aspectos:
1. el de la ineficacia estructural, que provoca la invalidez del contrato, como lo es la nulidad en sus distintas
modalidades, cuando el vicio o defecto grave o menos grave se encuentra en la génesis del contrato y trae aparejado
la claudicación del contrato con o sin efecto retroactivo.
2. el de la ineficacia funcional o sobrevenida, cuando por diversos motivos o causas, como son la revocación, la
resolución o la rescisión, el contrato pierde sus efectos y se extingue en todo o en parte, o determina otros efectos.
ARTICULO 1077(Código Civil y Comercial).- Extinción por declaración de una de las partes. El contrato puede ser
extinguido total o parcialmente por la declaración de una de las partes, mediante rescisión unilateral, revocación o
resolución, en los casos en que el mismo contrato, o la ley, le atribuyen esa facultad.
ARTICULO 1078.- Disposiciones generales para la extinción por declaración de una de las partes. Excepto disposición
legal o convencional en contrario, se aplican a la rescisión unilateral, a la revocación y a la resolución las siguientes
reglas generales:
a) el derecho se ejerce mediante comunicación a la otra parte. La comunicación debe ser dirigida por todos los
sujetos que integran una parte contra todos los sujetos que integran la otra;
b) la extinción del contrato puede declararse extrajudicialmente o demandarse ante un juez. La demanda puede
iniciarse aunque no se haya cursado el requerimiento previo que pudo corresponder; en tal situación se aplica el
inciso f);
c) la otra parte puede oponerse a la extinción si, al tiempo de la declaración, el declarante no ha cumplido, o no está
en situación de cumplir, la prestación que debía realizar para poder ejercer la facultad de extinguir el contrato;
d) la extinción del contrato no queda afectada por la imposibilidad de restituir que tenga la parte que no la declaró;
e) la parte que tiene derecho a extinguir el contrato puede optar por requerir su cumplimiento y la reparación de
daños. Esta demanda no impide deducir ulteriormente una pretensión extintiva;
f) la comunicación de la declaración extintiva del contrato produce su extinción de pleno derecho, y posteriormente
no puede exigirse el cumplimiento ni subsiste el derecho de cumplir. Pero, en los casos en que es menester un
requerimiento previo, si se promueve la demanda por extinción sin haber intimado, el demandado tiene derecho de
cumplir hasta el vencimiento del plazo de emplazamiento;
g) la demanda ante un tribunal por extinción del contrato impide deducir ulteriormente una pretensión de
cumplimiento;
h) la extinción del contrato deja subsistentes las estipulaciones referidas a las restituciones, a la reparación de daños,
a la solución de las controversias y a cualquiera otra que regule los derechos y obligaciones de las partes tras la
extinción.
ARTICULO 1079.- Operatividad de los efectos de la extinción por declaración de una de las partes. Excepto
disposición legal en contrario:
a) la rescisión unilateral y la revocación producen efectos solo para el futuro;
b) la resolución produce efectos retroactivos entre las partes, y no afecta el derecho adquirido a título oneroso por
terceros de buena fe.
ARTICULO 1080.- Restitución en los casos de extinción por declaración de una de las partes. Si el contrato es
extinguido total o parcialmente por rescisión unilateral, por revocación o por resolución, las partes deben restituirse,
en la medida que corresponda, lo que han recibido en razón del contrato, o su valor, conforme a las reglas de las
obligaciones de dar para restituir, y a lo previsto en el artículo siguiente.

ARTICULO 1081.- Contrato bilateral. Si se trata de la extinción de un contrato bilateral:


a) la restitución debe ser recíproca y simultánea;
b) las prestaciones cumplidas quedan firmes y producen sus efectos en cuanto resulten equivalentes, si son
divisibles y han sido recibidas sin reserva respecto del efecto cancelatorio de la obligación;
c) para estimar el valor de las restituciones del acreedor se toman en cuenta las ventajas que resulten o puedan
resultar de no haber efectuado la propia prestación, su utilidad frustrada y, en su caso, otros daños.
ARTICULO 1082.- Reparación del daño. La reparación del daño, cuando procede, queda sujeta a estas disposiciones:
a) el daño debe ser reparado en los casos y con los alcances establecidos en este Capítulo, en el Título V de este
Libro, y en las disposiciones especiales para cada contrato;
b) la reparación incluye el reembolso total o parcial, según corresponda, de los gastos generados por la celebración
del contrato y de los tributos que lo hayan gravado;
c) de haberse pactado la cláusula penal, se aplica con los alcances establecidos en los artículos 790 y siguientes.
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A) nulidad en el Código Civil y de la Ley de defensa del consumidor.
La nulidad es la sanción establecida por la ley por la cual se lo priva de sus efectos normales, por causas
existentes en su propia estructura. Esta ineficacia, al quitarle al contrato sus efectos, origina otros, que son
consecuencia de la situación a la que retrotrae la ineficacia o invalidez del mismo. De estas alternativas se derivan
dos especies bien definidas: la de los contratos nulos y las de los contratos anulables.
 Los contratos son nulos cuando adolecen de un defecto grave en su propia estructura, que sin embargo en el
Código no están suficientemente sistematizados, por cuanto sus normas se podrían extraer que son tales los
derivados de personas incapaces de derecho, no así los incapaces de hecho absolutos, porque pueden
quedar firmados por sus representantes, o por las mismas personas al haber desaparecido su incapacidad,
los que recaigan sobre un objeto prohibido; o cuando dependiese de una forma instrumental solemne
absoluta. También por aquello de las nulidades implícitas, pueden ser nulos los contratos que recaigan sobre
una causa ilícita o prohibida o sobre un hecho imposible, ilícito, contrario a las buenas costumbres, que se
opongan a la libertad de las acciones o de la conciencia, o que perjudiquen los derechos de un tercero. Estas
nulidades son de efecto retroactivo de manera que habilita para reclamar la restitución de lo que se hubiera
entregado o la reparación de los daños y perjuicios que se derivaran de tal situación.
 los contratos anulables son aquellos contratos en los cuales perviven en sus efectos hasta el momento del
pronunciamiento definitivo de la anulabilidad. Las causas de tal invalidez no se encuentran exteriorizadas,
por lo que deviene una investigación previa para su determinación. Son causas de anulabilidad los contratos
afectados por vicios de voluntad, tales como los provenientes del error, dolo, violencia, fraude o simulación,
o cuando por capacidad de hecho absoluta o relativa, dicha incapacidad no fuese conocida, o cuando
recayera sobre el objeto la prohibición y esta no fuese conocida por la necesidad de alguna investigación.
En el régimen del Código Civil, la regla es la nulidad total o completa y solamente es parcial cuando no
perjudica las otras disposiciones validas del contrato y puedan ser separables,
En el régimen de la ley 24.240, la regla es la nulidad parcial, por cuanto se preceptúa explícitamente en el
art. 37 que las clausulas se tendrán por no convenidas cuando sean lesivas a los derechos del consumidor. Además
también señala la facultad del juez de integrar el contrato, cuando declare la invalidez de la cláusula, lo que está
demostrando que la base del sistema de invalidez del contrato de consumo es parcial, o sea de conservación del
negocio, como manera de proteger al consumidor. Si al consumidor le resulta más beneficioso, puede reclamar la
nulidad total del contrato.
En el régimen del nuevo Código Civil y Comercial:
Nulidad absoluta y relativa
ARTÍCULO 386.- Criterio de distinción. Son de nulidad absoluta los actos que contravienen el orden público, la moral
o las buenas costumbres. Son de nulidad relativa los actos a los cuales la ley impone esta sanción sólo en protección
del interés de ciertas personas.
ARTÍCULO 387.- Nulidad absoluta. Consecuencias. La nulidad absoluta puede declararse por el juez, aun sin mediar
petición de parte, si es manifiesta en el momento de dictar sentencia. Puede alegarse por el Ministerio Público y por
cualquier interesado, excepto por la parte que invoque la propia torpeza para lograr un provecho. No puede
sanearse por la confirmación del acto ni por la prescripción.
ARTÍCULO 388.- Nulidad relativa. Consecuencias. La nulidad relativa sólo puede declararse a instancia de las
personas en cuyo beneficio se establece. Excepcionalmente puede invocarla la otra parte, si es de buena fe y ha
experimentado un perjuicio importante. Puede sanearse por la confirmación del acto y por la prescripción de la
acción. La parte que obró con ausencia de capacidad de ejercicio para el acto, no puede alegarla si obró con dolo.
Nulidad total y parcial
ARTÍCULO 389.- Principio. Integración. Nulidad total es la que se extiende a todo el acto. Nulidad parcial es la que
afecta a una o varias de sus disposiciones.
La nulidad de una disposición no afecta a las otras disposiciones válidas, si son separables. Si no son separables
porque el acto no puede subsistir sin cumplir su finalidad, se declara la nulidad total.
En la nulidad parcial, en caso de ser necesario, el juez debe integrar el acto de acuerdo a su naturaleza y los intereses
que razonablemente puedan considerarse perseguidos por las partes.
Efectos de la nulidad
ARTÍCULO 390.- Restitución. La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo estado en que se
hallaban antes del acto declarado nulo y obliga a las partes a restituirse mutuamente lo que han recibido. Estas
restituciones se rigen por las disposiciones relativas a la buena o mala fe según sea el caso, de acuerdo a lo
dispuesto en las normas del Capítulo 3 del Título II del Libro Cuarto.
ARTÍCULO 391.- Hechos simples. Los actos jurídicos nulos, aunque no produzcan los efectos de los actos válidos, dan
lugar en su caso a las consecuencias de los hechos en general y a las reparaciones que correspondan.

B) resolución.
Es la conducta determinada por la ley, o la cláusula establecida por las partes, por las cuales el contrato
queda sin efecto con retroactividad al momento de su concertación.

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Una orientación doctrinal sustenta que la resolución constituye una causa de extinción contractual que es
ejercida unilateralmente, pero que, a su vez, se basa, sea en una causa legal, sea una causa convencional. Resolucion
es el termino genérico que indica la extinción de un contrato por una causa sea legal, sea convencional.
Existes 3 especies de resolución:
 condición resolutoria.
 plazo resolutorio.
 pacto comisorio o resolución por incumplimiento contractual.
Los 3 son reglados por el Código Civil: para las obligaciones y los contratos, en virtud que el negocio es el generador
de las obligaciones condicionadas.
Condición resolutoria: Es la modalidad establecida por las partes, por la cual se subordina a uh hecho futuro e
incierto la vigencia del contrato y los derechos adquiridos en virtud del mismo.
Plazo resolutorio: Es aquel por el cual se subordina a un hecho futuro y necesariola exigibilidad del contrato.
El pacto comisorio o resolución por incumplimiento del contrato:Es hacer depender la efectividad del contrato de la
conducta cumplidora de las partes en virtud de la cual, cuando una de las partes incumple el mismo, la otra que es
cumplidora, puede demandar y reclamar daños y perjuicios.El efecto retroactivo es limitado ya que solo alcanza a las
obligaciones incumplidas.
ARTICULO 1083 (Código Civil y Comercial).- Resolución total o parcial. Una parte tiene la facultad de resolver total o
parcialmente el contrato si la otra parte lo incumple. Pero los derechos de declarar la resolución total o la resolución
parcial son excluyentes, por lo cual, habiendo optado por uno de ellos, no puede ejercer luego el otro. Si el deudor
ha ejecutado una prestación parcial, el acreedor sólo puede resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún
interés en la prestación parcial.

C) revocación.
Art. 1.200 (Código Civil de Vélez). Las partes pueden por mutuo consentimiento extinguir las obligaciones creadas
por los contratos, y retirar los derechos reales que se hubiesen transferido; y pueden también por mutuo
consentimiento revocar los contratos, por las causas que la ley autoriza.
A pesar de lo establecido en el art. 1200 del Código Civil, la revocación no es el mutuo acuerdo por el cual las
partes pueden revocar los contratos, sino la facultad otorgada por la ley, en forma unilateral, por una causa legal,
para poder dejar sin efecto, o sea, extinguir el contrato. A revocación retrotrae los efectos al momento de la
celebración del contrato, es decir, tiene efectos retroactivos.

D) rescisión.
ARTICULO 1076 (Código Civil y Comercial).- Rescisión bilateral. El contrato puede ser extinguido por rescisión
bilateral. Esta extinción, excepto estipulación en contrario, sólo produce efectos para el futuro y no afecta derechos
de terceros.
La rescisión implica una causa de extinción para cierto tipo de contrato, por ejemplo: para los contratos
denominados de tracto sucesivo.
Faculta en casos de mutuo consentimiento de las partes, en virtud de la autonomía de la voluntad ya que si
pudieron crear contratos, pueden deshacerlo. (Distracto).
La doctrina acepta la figura de la rescisión unilateral, la que se produce por una de las partes, cuando así lo
determina la ley. La ley autoriza, dejando a la parte que la ejercite cuando tenga razones de interés para ello. En los
contratos de tracto sucesivo o duración, la ley autoriza, dejando a las partes a dejar sin efecto el contrato, pero
poniendo a cargo de la parte que lo ejercite el cumplimiento de ciertas cargas, como obligaciones que asume en
compensación de perjuicios que pueda irrogar a la otra parte por la extinción del contrato. La rescisión produce
efectos para el futuro, o sea que extingue las obligaciones asumidas por el contrato, todavía vigentes.

COMPARACIÓN ENTRE RESOLUCIÓN, REVOCACIÓN Y RESCISIÓN:


RESOLUCIÓN: modo de extinción de un acto jurídico que tiene lugar a raíz de un hecho sobreviniente, al que la ley o
la convención le han atribuido ese efecto; en general, tiene efecto retroactivo. No es siempre necesaria una
manifestación de la voluntad posterior al hecho determinante de la resolución para que esta se produzca (ej. Art 21
CCyC).
REVOCACIÓN: acto jurídico unilateral por medio del cual, una de las partes, autorizada por la ley o por la
convención, deja sin efecto para el futuro un acto jurídico.
RESCISIÓN: acto jurídico por medio del cual se deja sin efecto un contrato para el futuro; puede ser dispuesta por
ambas partes del contrato o por una de ellas autorizada por la ley o por la convención.

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BOLILLA 6: RESPONSABILIDAD.
1. responsabilidad civil: a) esquema del Código Civil. B) ilicitud subjetiva y objetiva. C) ilicitud objetiva
contractual y extracontractual. C) la relación causal en el Código Civil. D) autoría.

a) esquema del Código Civil.


Código Civil Vélez:
Queda determinado que sin hecho atribuible al hombre no hay imputación, el Código Civil, cuando regla
acerca de los derechos humanos, se asienta en el desarrollo de la teoría del acto voluntario, al cual le dedica toda su
atención y organiza el sistema productor de relaciones sobre este. Este aspecto repercute directamente en la
responsabilidad civil que organiza el Código, porque la misma es una consecuencia del criterio subjetivo que está
impregnado en el acto. No así el acto involuntario, carente de significación jurídica, por cuanto la normativa del
Código no engendra consecuencias jurídicas. El art. 897 del Código Civil expresa que los hechos humanos son
voluntarios o involuntarios y luego empieza a ocuparse exclusivamente de los actos voluntarios, para estos, recepta
además la exigencia que deban ser ejecutados con discernimiento, intención y voluntad.
Art. 897 (Codigo Civil).Los hechos humanos son voluntarios o involuntarios. Los hechos se juzgan voluntarios, si son
ejecutados con discernimiento, intención y libertad.
Art. 898. Los hechos voluntarios son lícitos o ilícitos. Son actos lícitos, las acciones voluntarias no prohibidas por la
ley, de que puede resultar alguna adquisición, modificación o extinción de derechos.
Art. 899. Cuando los actos lícitos no tuvieren por fin inmediato alguna adquisición, modificación o extinción de
derechos sólo producirán este efecto, en los casos en que fueren expresamente declarados.
Art. 900. Los hechos que fueren ejecutados sin discernimiento, intención y libertad, no producen por sí obligación
alguna.
Código Civil y Comercial:
Existe bastante coincidencia en la doctrina sobre el contenido y alcance de la responsabilidad desde la óptica
jurídica. El vocablo “responsabilidad” se relación con el deber de “dar cuanto a otro” o “hacerse cargo del daño que
se le ha causado”.
La teoría del responder “no es solo la del acto ilícito sino la del acto o hecho dañoso; o si se quiere, la teoría
del daño. En suma, no solo se indemnizan los daños injustamente causados, sino también los injustamente sufridos.
En la responsabilidad por daños “responder implica asumir las consecuencias injustamente nocivas que sufren o que
pueden sufrir otras personas, con motivo de una actividad que actual o potencialmente lesiona sus intereses”.
MOSSET ITURRASPE sostiene que la responsabilidad civil “consiste en el conjunto de normas que, como sanción,
obligan a reparar las consecuencias dañosas, emergentes de un comportamiento antijurídico, que es imputable,
física o moralmente a una persona”.
El Código Civil y Comercial mantiene la denominación Responsabilidad Civil (en la Sección 1° del Libro
Tercero, Derechos Personales, Título V, Otras fuentes de las obligaciones) en vez de “responsabilidad por daños”
porque se entendió que esa denominación clásica respeta la tradición de la expresión usual en la literatura jurídica

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nacional y entiende sin necesidad de unificar la terminología con la empleada en la legislación especial. Es
importante enfatizar que la concepción de la responsabilidad civil en el anteproyecto de la comisión de reformas se
sustentaba en una triple función (PREVENIR, RESARCIR Y SANCIONAR O PUNIR) con un régimen de acciones
colectivas, lo que fue alterado en el trámite parlamentario que suprimió la sanción pecuniaria disuasiva o daño
punitivo. No obstante ello, el Código Civil y Comercial contempla actualmente dos funciones: PREVENCIÓN Y
RESARCIMIENTO.
LA PREVENCIÓN:El art. 1710 establece que toda persona tiene el “deber”, en cuanto de ella dependa, de evitar
causar un daño no justificado, y de adoptar de buena fey conforme a las circunstancias, las medidas razonables para
evitar que se produzca un daño, o disminuir su magnitud. Se trata de un mandato legal expreso dirigido a todas las
personas para que obren de buena fe y dirijan todos los actos de su vida evitando causar daños injustos. El art. 1711
regula la acción preventiva. Señala que procede cuando una acción u omisión antijurídica hace previsible la
producción de un daño, su continuación o agravamiento. No se requiere la concurrencia de un factor de atribución.
El art. 1712 se refiere a la legitimación señalando que pueden ejercerla quienes posean un interés razonable en la
prevención del daño, es decir, el interés será la medida de la acción. Por su parte, el art. 1713 determina que la
sentencia que admite la acción preventiva debe disponer, a pedido de parte o de oficio, en forma definitiva o
provisoria -el tema debe articularse con los ordenamientos procesales locales-, obligaciones de dar, hacer o no
hacer, según corresponda en cada caso, ponderando los criterios de menor restricción posible y el medio más
idóneo para asegurar la eficacia en la obtención de la finalidad. La norma adopta el modelo del juez activo y director
del proceso; también comprometido con la prevención de los daños, y de allí que puede actuar incluso de oficio. Se
concede un significativo margen de acción para actuar conforme a las circunstancias de cada caso en particular, lo
cual se adecua a la complejidad y diversidad de la vida moderna. La prevención ya se encuentra legislada en ciertas
leyes especiales, como por ejemplo, la ley 24.240 de Defensa del Consumidor, la ley 24.557 de Riesgos del Trabajo, la
ley 25.675 General del Ambiente, y en la jurisprudencia -por ejemplo, sobre tutela de la salud- donde se ha
desarrollado la figura de la tutela preventiva y las sentencias anticipatorias, entre otras cuestiones. El nuevo Código
regula la prevención de manera integral y con carácter general para todos los ámbitos, lo cual es indudablemente un
acierto.
LA REPARACIÓN (resarcimiento): En relación a la función resarcitoria se mantienen los mismos presupuestos que
establece el Código de Vélez. Sin embargo, se han actualizado recogiendo las modernas tendencias jurisprudenciales
y doctrinarias, por lo que se dota al sistema de herramientas que se adecuan y son útiles a las nuevas realidades.
ARTICULO 1716 (Código Civil y Comercial).- Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el
incumplimiento de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de este
Código.
ARTICULO 1717.- Antijuridicidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no está
justificada.
Luego, en los tres artículos siguientes se prevén expresamente las causales de justificación, supliendo así un
vacío normativo.
ARTICULO 1718.- Legítima defensa, estado de necesidad y ejercicio regular de un derecho. Está justificado el hecho
que causa un daño:
a) en ejercicio regular de un derecho;
b) en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente proporcionado, frente a una agresión
actual o inminente, ilícita y no provocada; el tercero que no fue agresor ilegítimo y sufre daños como consecuencia
de un hecho realizado en legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación plena;
c) para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un tercero, si el
peligro no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado únicamente si el mal que se evita es mayor que
el que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que el juez lo
considere equitativo.
ARTICULO 1719.- Asunción de riesgos. La exposición voluntaria por parte de la víctima a una situación de peligro no
justifica el hecho dañoso ni exime de responsabilidad a menos que, por las circunstancias del caso, ella pueda
calificarse como un hecho del damnificado que interrumpe total o parcialmente el nexo causal.
Quien voluntariamente se expone a una situación de peligro para salvar la persona o los bienes de otro tiene
derecho, en caso de resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de peligro, o por el beneficiado
por el acto de abnegación. En este último caso, la reparación procede únicamente en la medida del enriquecimiento
por él obtenido.
ARTICULO 1720.- Consentimiento del damnificado. Sin perjuicio de disposiciones especiales, el consentimiento libre
e informado del damnificado, en la medida en que no constituya una cláusula abusiva, libera de la responsabilidad
por los daños derivados de la lesión de bienes disponibles.

B) ilicitud subjetiva y objetiva.


Código Civil Vélez:
La ilicitud objetiva parte de la base de una conducta que contradice al ordenamiento jurídico. Se trata de
una observación previa y primaria del acto, que no penetra aun en la subjetividad del agente y, por ello, permite
calificar también como objetivamente ilícitas ciertas conductas involuntarias.

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Posición subjetiva: aquella que considera que para configurarse la ilicitud es necesaria, además de la
violación de una norma jurídica, la imputabilidad del agente, es decir, que el mismo realice esa violación con culpa.
Esta ilicitud se denomina ilicitud subjetiva.
Toda trasgresión a un deber jurídico o a una norma jurídica es una ilicitud, pero no todas las trasgresiones
llevan aparejadas la imputabilidad de la persona. Ser imputable significa que la persona no solo trasgrede la norma
jurídica, sino que además es responsable por esa trasgresión y la ley lo considera responsable del daño que está
ocasionando.
Pero no todas las trasgresiones llevan aparejadas la imputabilidad ya que un menor de 10 años puede estar
trasgrediendo pero para la ley es inimputable, y además hay en el código penal art. 34 varios supuesto de
justificación o eximente de la responsabilidad Ej. Legítima defensa, estado de necesidad, que van a hacer que tanto
en el orden penal no se le pueda aplicar una pena como en el orden civil que se lo va a eximir de reparar, el daño a
través de la indemnización.
Pero puede existir un acto ilícito que no cause daño Ej. Portación de armas sin la autorización
correspondiente, y también puede existir un daño que sea obligatorio indemnizar, pero que no provenga de un acto
ilícito, Ej. El albañil que reparando la casa vecina produce un daño en mi casa.
Si bien uno de los elementos esenciales de la responsabilidad civil es el daño, al hablar de ilicitud podemos tener un
hecho ilícito sin daño o un daño sin que realmente haya un hecho ilícito o que se le sancione la conducta a la
persona que cometió el daño.
La ilicitud es subjetiva cuando el hecho ilícito es contrario al derecho objetivo, al margen de la imputabilidad
del agente, Ej. El art. 1113 C.C. que agrega la reforma de la ley 17.711 ya que antes de la reforma el código civil se
basaba en la responsabilidad subjetiva por la cual la persona que fuera culpable de ese hecho ilícito debería reparar
el daño ocasionado. En cambio con la ilicitud objetiva sin que exista imputabilidad responde.

C) ilicitud objetiva contractual y extracontractual.


Código Civil Vélez:
El acto normativo puede serlo tanto dentro del campo contractual como fuera de él.
Dentro del campo contractual se configura la ilicitud cuando el obligado a una o más prestaciones, por virtud
del contrato, incumple con ellas, en todo o en parte.
Art. 1.197 (Código Civil Vélez). Las convenciones hechas en los contratos forman para las partes una regla a la cual
deben someterse como a la ley misma.
El desencuadre de la conducta que importa el incumplimiento contractual respecto de las pautas del
ordenamiento jurídico es evidente, y constituye una conducta negativa. El derecho prevé, los caminos para
constreñir al deudor al cumplimiento de la prestación, y solo cuando estas fracasa, otorga la posibilidad de resarcir
los daños que importen el incumplimiento.
En el campo extracontractual la ilicitud está establecida en el art. 1066 del Código Civil:
Art. 1.066. Ningún acto voluntario tendrá el carácter de ilícito, si no fuere expresamente prohibido por las leyes
ordinarias, municipales o reglamentos de policía; y a ningún acto ilícito se le podrá aplicar pena o sanción de este
código, si no hubiere una disposición de la ley que la hubiese impuesto.
Esta idea tiene por correlato la tipicidad del ilícito, que importa la figura del comportamiento anticipado por
el legislador, y su respectiva sanción. Este criterio ha sido rechazado por la moderna doctrina, se le reprocha de
insatisfactorio o insuficiente. El campo civil, a diferencia del penal, debe consagrar la atipicidad del ilícito. Todo daño
que se cause a un tercero y resulte injusto, configura un ilícito.
El Código había partido de la idea de la culpa, distinguiendo entre los ilícitos culposos, llamados cuasidelitos,
y los ilícitos dolosos, llamados delitos, sin embargo, como afirma MOSSET ITURRASPE, la finalidad del legislador civil
es distinta a la del legislador penal, puesto que los ilícitos civiles son una serie abierta.

C) la relación causal en el Código Civil.


Código Civil Vélez:
El Código ha organizado todo un sistema de imputación referido exclusivamente a la comprensión del acto
desencadenante de las consecuencias, o sea, dirigido todo el sistema de imputabilidad con respecto al acto
voluntario, considerando que el acto involuntario no desencadena consecuencias que se pueden imputar a su autor.
Y ello obedece aquí la imputación no es solamente física, sino física y moral.
Decimos que en el Código no aparece todo un sistema integrado de imputabilidad, porque la ley 17.711 ha
introducido el criterio objetivo de imputabilidad, en el que la imputabilidad es solamente física. De tal manera
debemos entresacar de las normas del Código aquellas que corresponden a la imputabilidad del acto voluntario, con
la consiguiente contrapartida: la inimputabilidad del acto involuntario, y la imputabilidad del hecho con las cosas o
por las cosas, o del hecho ajeno, desentrañado el problema de autoría y culpabilidad, que es propio del criterio
objetivo de responsabilidad.
La relación de causalidad en el nuevo Código Civil y Comercial:Tanto el Código de Vélez, como el nuevo Código Civil y
Comercial configuran el nexo causal a partir del concepto o idea de causalidad adecuada –el primero en sus arts. 901
y 906 y el último en sus arts. 1726 y 1736 CCC-.
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Art. 901 (Código Civil Vélez). Las consecuencias de un hecho que acostumbra suceder, según el curso natural y
ordinario de las cosas, se llaman en este código "consecuencias inmediatas". Las consecuencias que resultan
solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto, se llaman "consecuencias mediatas". Las
consecuencias mediatas que no pueden preverse se llaman "consecuencias casuales".
Art. 906. En ningún caso son imputables las consecuencias remotas, que no tienen con el hecho ilícito nexo
adecuado de causalidad.
ARTICULO 1726 (Código Civil y Comercial).- Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen
nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en contrario, se
indemnizan las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.
ARTICULO 1736.- Prueba de la relación de causalidad. La carga de la prueba de la relación de causalidad corresponde
a quien la alega, excepto que la ley la impute o la presuma. La carga de la prueba de la causa ajena, o de la
imposibilidad de cumplimiento, recae sobre quien la invoca.
De tal modo, a primera vista la sanción del nuevo Código no debiera haber introducido grandes
modificaciones, ni cambios traumáticos, en esta materia. Pero las apariencias suelen ser engañosas, así que
seguidamente analizaremos qué incidencia puede tener en esta materia el in fine del art. 1757 CCC, según como sea
interpretado el mismo. Los arts. 1726 y 1736 CCC pueden quedar en franca contradicción con el art. 1757 CCC, de
momento que éste en su última parte indica que la responsabilidad por riesgo es objetiva y que “No son eximentes
la autorización administrativa para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas
de prevención”. Esta última es una norma engañosa, peligrosa, que puede dar lugar a interpretaciones disolventes.
Para no adjudicar al legislador que la sancionó la intención de confundir con ella y presumiendo su buena fe,
diremos que el problema radica en que se trata de un segmento ilusorio de una norma, que no tendrá
prácticamente aplicación, a tenor del claro y rotundo texto del art. 1726 CCC, en un extremo. O, en la otra punta,
que de hecho él producirá una ultraobjetivización de la responsabilidad civil, trocando a ésta en una mera causalidad
material, despojada de toda elaboración o refinación jurídica del nexo. Si no es eximente de responsabilidad el
cumplimiento de las técnicas de prevención, ello quiere decir que el daño puede ser imprevisible y, aun así, el
guardián o el dueño ser responsabilizados, lo que pone en crisis no solo el sistema de causalidad de los arts. 1726 y
1736 CCC, sino el concepto de caso fortuito (art. 1730 CCC). Supuestamente las técnicas de prevención del daño se
han elaborado a partir de las experiencias dañosas recurrentes y, por ende, llevan implícito el concepto de daño
previsible. Así parece indicarlo, incluso, otra norma del nuevo ordenamiento, el art. 1711 CCC, que edicta: “Acción
preventiva. La acción preventiva procede cuando una acción u omisión antijurídica hace previsible la producción de
un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible la concurrencia de ningún factor de atribución”. La
contradicción es aquí todavía más clara: si para la acción preventiva, en la que el daño aún no se produjo y no se
requiere ningún factor de atribución de responsabilidad, es requisito esencial la previsibilidad del daño, con mayor
razón debe éste ser un recaudo inexcusable de la responsabilidad frente a un daño ya causado, el que se imputa a
un dañador, no por un juicio de reproche, sino por una decisión de política legislativa, que distribuye el daño entre
dañador y dañado, imputándole al primero a título de riesgo creado un detrimento, que por factores subjetivos no
lo vincularían. También el in fine del art. 1757 CCC estaría en contradicción frontal con el art. 1728 y el requisito de
previsibilidad del daño contractual, que él establece. Si bien se mira el propio texto del art. 1757 CCC y las varias
normas que a él remiten: arts. 1759, 1769, 1243, 1286 y 1685 CCC, de dársele un alcance extremista al in fine del
art. 1757 CCC el requisito de previsibilidad de la relación causal hace agua, si no queda escorado directamente. Es
más, así entendido el concepto de riesgo de la cosa se enseñorea de todo el escenario de la responsabilidad civil,
degenerando el nexo causal en una mera causalidad material, propio más de la infancia del derecho, de la rusticidad
de las elaboraciones jurídicas de los pueblos primitivos, que del estado actual de los estudios de nuestro derecho.
Por ende, pensamos que no puede interpretarse de ese modo la norma, sino que debe conciliársela con la letra y el
espíritu de los arts. 1726 y 1736 CCC.

D) autoría.
Es siempre consecuencia de la imputación subjetiva, la de atribuir a un sujeto de un acto voluntario o
involuntario, las repercusiones disvaliosas de su obrar, aquí interviene el juicio de reproche, siempre que de
imputación surja la responsabilidad del agente de una conducta reprochable.Si el acto es involuntario la autoría será
únicamente física, por falta de discernimiento, en el acto involuntario, la imputabilidad lo es con el sentido de
reparación de la víctima y no de reproche del autor, a quien solamente se lo vincula como autor físico para reparar el
daño ocasionado a la víctima. Lo que determina la responsabilidad, independientemente de todo reproche. No
interesa sancionar al responsable, sino repara a la víctima.
La autoría cuando se refiere a la aplicación del criterio subjetivo es cargarle al autor con las consecuencias
del daño. El propietario o guardián de la cosa riesgosa es el responsable por más que no ha protagonizado el hecho,
hay una desvinculación de la autoría con las consecuencias dañosas.
Debe hacerse una separación de la imputabilidad de la culpabilidad, Esto ocurre con la responsabilidad por
el hecho ajeno, que hace recaer la responsabilidad, del principal por el hecho del dependiente.La imputabilidad
corresponde al dependiente.
LA CULPABILIDAD ES DEL PRINCIPAL (DUEÑO) PORQUE LA LEY HACE RECAER EN ESTE LAS CONSECUENCIAS
DAÑOSAS.
-consecuencias dañosas, provocadas por cosas riesgosas.-
61
LA AUTORÍA: es una apreciación subjetiva que no puede ser aplicada a la responsabilidad objetiva, porque esta no
descansa en la conducta de la gente (imputabilidad), sino en la atribución de responsabilidad por riesgo.
(Propietario).
Responsabilidad objetiva: riesgo, garantía, ética, etc.

2. Derecho de daños: a) factores de atribución de la reparabilidad. B) Presupuestos de reparación: a) la


acción, b) la antijuricidad, c) la imputabilidad, d) los factores de atribución: subjetivos, objetivos.

Derecho de daños.
La responsabilidad ha revolucionado notablemente, y la denominación de derecho de daños. El centro de
gravedad de la responsabilidad se ha desplazado al daño, fundamentalmente en el daño injusto.
El fenómeno de la socialización jurídica desecha la premisa de la imputación moral, basada exclusivamente
en la culpa. La denominación de responsabilidad, por los factores de atribución, está indicando el desprendimiento
de la responsabilidad de su carácter subjetivo, para compartir dos criterios, donde el deber de reparar puede
provenir de un factor de atribución objetivo (riesgo, equidad, garantía) o de un factor de atribución subjetivo (culpa
o dolo).
Todo gira en rededor de la reparación, así lo justo es la satisfacción preparatoria de la víctima. Con el criterio
subjetivo, que analizaba la conducta del victimario, de la cual surgía la responsabilidad, se basaba en el deber de
reparar. Era responsable aquel que realizaba el acto voluntariamente, con una conducta dañadora por imprudencia,
negligencia o impericia, o por una conducta todavía más reprochable, porque había tenido intención de daños
(dolo). Sin embargo, se eximia de responsabilidad aquel que hubiera dañado con un acto involuntario, en
consecuencia, quedaba sin reparación la víctima.
Ahora, con el cambio de enfoque, en principio, el acto involuntario genera reparación, porque deviene una
imputación física y no moral y constituye un derecho de la víctima no por la conducta del agente, sino por la
utilización de la cosa riesgosa que produjo el daño. Basta que la misma haya producido un daño que debe reparar.

a) factores de atribución de la reparabilidad.


Los factores de reparación se adecuando en la concepción moderna de la responsabilidad civil. Ello es así
porque sustituimos el término responsabilidad que connota un sentido subjetivo. Como siempre se entendió que la
responsabilidad provenía de la conducta, la connotación era siempre eminentemente subjetiva. Por ello entonces se
tiende a sustituir responsabilidad por factores de atribución de la reparación ya que además se ponen en el mismo
nivel todos los factores de atribución, sean subjetivos u objetivos.
Son subjetivos cuando se basan en una conducta culposa o dolosa, y son objetivos cuando se asienta en el
riesgo, la garantía y la equidad, entre otros. Esto no quiere decir que unos tengan preeminencia sobre otros. Se deja
al juez que determine el factor de responsabilidad que corresponde aplicar.
Se da una preeminencia en la sociedad moderna a los factores de atribución objetivos, por cuanto las
acciones dañosas provienen de elementos introducidos por el hombre a partir de la era industrial, pero se
comprende que no es por la conducta humana, por sé, la responsable de esos daños, sino que de por si, el hombre
al poner a su servicio esos elementos, está asumiendo el riesgo de la peligrosidad. También las actividades que se
realizan a través de la organización, o mejor dicho, a través de la empresa. Por ello se ha establecido la
responsabilidad del principal por los hechos de sus dependientes.
ARTICULO 1721 (Código Civil y Comercial).- Factores de atribución. La atribución de un daño al responsable puede
basarse en factores objetivos o subjetivos. En ausencia de normativa, el factor de atribución es la culpa.
ARTICULO 1722.- Factor objetivo. El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del agente es irrelevante a los
efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera demostrando la causa ajena, excepto
disposición legal en contrario.
ARTICULO 1723.- Responsabilidad objetiva. Cuando de las circunstancias de la obligación, o de lo convenido por las
partes, surge que el deudor debe obtener un resultado determinado, su responsabilidad es objetiva.
ARTICULO 1724.- Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa consiste en la
omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y
el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la
producción de un daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.
ARTICULO 1725.- Valoración de la conducta. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las
consecuencias.
Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del acto y las condiciones particulares
de las partes.
Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la facultad intelectual de una persona
determinada, a no ser en los contratos que suponen una confianza especial entre las partes. En estos casos, se
estima el grado de responsabilidad, por la condición especial del agente.

B) Presupuestos de reparación:

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a) la acción:
Sin conducta no hay derecho. Por lo tanto queda excluido de la responsabilidad el fenómeno natural, sin
embargo, pueden actuar los hechos naturales como con causa de daños reparables.
El hecho humano, que es la causa o fuente de todo presupuesto reparador, comprende dos situaciones: la
acción, que es la conducta del hombre en movimiento, la que impulsa un cambio en el mundo exterior, y la omisión,
que es la abstención de actuar.
La acción debe tener manifestación exterior para que produzca consecuencias.
Art. 913 (Código Civil Vélez). Ningún hecho tendrá el carácter de voluntario, sin un hecho exterior por el cual la
voluntad se manifieste.
Esta norma debe también aplicarse al hecho involuntario, por lo que, en definitiva, el hecho traerá
consecuencias jurídicas, en la medidas en que se manifieste expresamente.
La conducta OMISIVA: trae algunos problemas de interpretación en cuanto a sus resultados.Asi, aquellas que
resultan omisiones por comisiones cuando la persona tiene obligación de actuar de determinada manera y no lo
hace.Ej. Fraguar elcemento de manera pareja con determinada técnica y no se hace, la empresa es responsable por
omisión, de las filtraciones que luego aparecen.
En cuanto a omisiones simples también generan responsabilidad: en la medida en que exista una obligación
legal de hacerla, pero también se puede extender a las obligaciones contractuales, generando una responsabilidad
contractual.
Art. 1.074. Toda persona que por cualquier omisión hubiese ocasionado un perjuicio a otro, será responsable
solamente cuando una disposición de la ley le impusiere la obligación de cumplir el hecho omitido.
Otro aspecto a considerar es el de la omisión abusiva. Aquí se aplicaría la regla de equilibrio entre los
intereses protegidos, de manera que ello resultara de la comparación entre los intereses en juego, si son de la
misma envergadura no habrá omisión abusiva, pero en cambio, si la situación que se presenta es de por si grave, con
respecto a su abstención, contraerá responsabilidad. Ej. Si una persona ve incendiarse el auto del vecino, y pasa
indiferente, sin siquiera avisarle.

b) la antijuricidad.
Si bien el Código Civil de Vélez Sarsfield consagró un criterio de antijuricidad formal y subjetivo, fundado en
que es ilícito el acto contrario a una norma concreta con sustento en la culpa o el dolo, lo cierto es que por
influencia de la doctrina y la jurisprudencia terminó prevaleciendo el criterio de la antijuricidad atípica y material,
que no requiere de norma vulnerada para el resarcimiento del daño, sino solo la prueba de su existencia y la
ausencia de causas de justificación por parte del dañador.
La antijuricidad se trata de un concepto puramente objetivo ya que comprende no solo lo prohibido
expresamentepor ley, sino también por principios y valores inmanentes tutelados impuestos por múltiples preceptos
positivos del Derecho argentino. En definitiva, la ilicitud no se confunde con la legalidad, y será antijurídica cualquier
conducta que vulnere la regla alterum non laedere, ya que gravito la influencia del principio constitucional de no
dañar a otro, previsto en el art. 19 de la CN.
La antijuricidad material receptada en los artículos 1717 a 1720 del Código Civil y Comercial, se refiere al
daño causado por una acción no justificada.
ARTICULO 1717 (Código Civil y Comercial).- Antijuridicidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es
antijurídica si no está justificada.
ARTICULO 1718.- Legítima defensa, estado de necesidad y ejercicio regular de un derecho. Está justificado el hecho
que causa un daño:
a) en ejercicio regular de un derecho;
b) en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente proporcionado, frente a una agresión
actual o inminente, ilícita y no provocada; el tercero que no fue agresor ilegítimo y sufre daños como consecuencia
de un hecho realizado en legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación plena;
c) para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un tercero, si el
peligro no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado únicamente si el mal que se evita es mayor que
el que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que el juez lo
considere equitativo.
ARTICULO 1719.- Asunción de riesgos. La exposición voluntaria por parte de la víctima a una situación de peligro no
justifica el hecho dañoso ni exime de responsabilidad a menos que, por las circunstancias del caso, ella pueda
calificarse como un hecho del damnificado que interrumpe total o parcialmente el nexo causal.
Quien voluntariamente se expone a una situación de peligro para salvar la persona o los bienes de otro tiene
derecho, en caso de resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de peligro, o por el beneficiado
por el acto de abnegación. En este último caso, la reparación procede únicamente en la medida del enriquecimiento
por él obtenido.
ARTICULO 1720.- Consentimiento del damnificado. Sin perjuicio de disposiciones especiales, el consentimiento libre
e informado del damnificado, en la medida en que no constituya una cláusula abusiva, libera de la responsabilidad
por los daños derivados de la lesión de bienes disponibles.

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MOSSET ITURRASPE hace una observación considerando que ahora es innegable que la autoría, configurada
por la acción u omisión dañosa de una persona, es trascendente y central, porque el fundamento del deber de
resarcir es el daño injusto. Todo daño causado por acción u omisión es antijurídico si no está justificado. Se presume
la antijuricidad si no está justificada. Es por ello que la doctrina comparte la solución del Código Unificado que
considera acertada.
El régimen actual mantiene la siguiente diferencia:
- La antijuricidad extracontractual es atípica y derivada de la vulneración de ese deber general de conducta y
se configura con el acaecimiento del hecho dañoso.
- La antijuricidad contractual es típica y proviene del incumplimiento de la obligación asumida y se configura a
partir de la acreditación de la violación de la palabra empeñada.

c) la imputabilidad.
No se incurre en responsabilidad civil sin una conducta o comportamiento en contradicción con el
ordenamiento jurídico. MOSSET ITURRASPE dice que mientras la antijuricidad en un juicio de reproche contra la
acción, la imputabilidad es reproche que se formula al autor de la conducta o comportamiento. La imputabilidad es
un concepto que se desenvuelve en el campo de la responsabilidad subjetiva, pero que no tiene andamiento claro
en lo que se refiere a la responsabilidad vista con criterios objetivos. Aparece con singular empuje en el criterio
subjetivo, porque enlaza la conducta del autor del hecho con el daño producido.
Así entonces, para que la imputabilidad funcione en todos los casos y constituya un presupuesto de la
responsabilidad, se la deberá apreciar en la responsabilidad por culpa dentro del acto voluntario, como la atribución
de autoría y reproche de la conducta del agente productor del daño, y en la responsabilidad objetiva como
imputabilidad legal, o sea, desplazamiento de la atribución de responsabilidad al principal por el hecho ajeno.

d) los factores de atribución: subjetivos, objetivos.


Factores subjetivos: los factores subjetivos de atribución toman en cuenta la reprochabilidad de la conducta del
sujeto ofensor o dañador, sea porque obro descuidadamente (culpa), o porque lo hizo con intención dañina (dolo).
 Culpa:
Art. 512 (Código Civil Vélez). La culpa del deudor en el cumplimiento de la obligación consiste en la omisión
de aquellas diligencias que exigiere la naturaleza de la obligación, y que correspondiesen a las circunstancias
de las personas, del tiempo y del lugar.
ARTICULO 1724 (Código Civil y Comercial).- Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la
culpa y el dolo. La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y
las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la
impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera intencional o
con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.
La doctrina coincide en que la noción del Código de Vélez se aplica tanto al supuesto que viole el
deber genérico de no dañar, como cuando se infringe una obligación contratada específicamente.
La culpa presupone la imputabilidad, o sea, la capacidad de comprender el acto, por lo que cierta
doctrina opina que no se puede calificar de culpable a quien actúa sin discernimiento, pero LLAMBIAS
expresa que existen actos que puede prescindirse de la circunstancia de que el autor no haya comprendido
el mismo, pero no puede dejarse sin reparación, ya que el daño no lo puede asumir la víctima.
El rostro de culpa, expresa KEMELMAJER DE CARLUCCI, puede presentarse como negligencia,
impericia, imprudencia e inobservancia de los reglamentos.
 Dolo:
En el Código Civil el dolo delictual estaba previsto en el artículo 1072 referido al hecho ilícito
ejecutando a sabiendas y con intención de dañar; el dolo obligacional o contractual daba origen a la
responsabilidad del deudor doloso en los artículos 506 y 521, el dolo delictual requería de dos presupuestos:
acto ilícito ejecutado “a sabiendas” (elemento intelectual) y “con la intención de dañar” (elemento volitivo).
El dolo contractual u obligacional del artículo 521 del Código Civil, cuando se refería a la “inejecución
maliciosa” de la obligación admitía el resarcimiento por las consecuencias mediatas. Prevalecía la postura
que entendía que la malicia se refiere a la inejecución deliberada, consciente en la que no se cumple
pudiendo hacerlo. O sea dolo y malicia son términos intercambiables y rigen indistintamente para el
incumplimiento obligacional.
El actual artículo 1724 del CódigoCivil y Comercial, equipara el dolo extracontractual con el
contractual y pone el acento en la situación del acreedor insatisfecho. El dolo se configura ahora cuando el
daño es producido “de manera intencional”, a diferencia del acto ilícito producido “a sabiendas” y con
“intención de dañar a otro” y cuando se actúa “manifiesta indiferencia por los intereses ajenos”. La
diferencia radica en que en el régimen anterior el acto es ejecutado “a sabiendas” o “con intención de” el
sujeto quiere el resultado; en cambio en el realizado de manera intencional el agente se representa el
resultado necesario e igual actúa. De modo que el elemento subjetivo se amplia y simplifica: el dolo se
configura aun si el agente no tiene intención de dañar. Por ello existe el dolo sin intención, se prevé el

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resultado que el agente se representa como posible e igualmente actúa. Es suficiente que ese resultado se
haya previsto. Prevalece la esfera intelectual o cognitiva por sobre la esfera volitiva.
Factores objetivos:los factores objetivos son los que no tiene en consideración la reprochabilidad de la conducta del
agente autor, sino alguna otra razón de carácter social, económico, político, por la cual es justo provocar el
desplazamiento de las consecuencias económicas del daño sufrido por una persona hacia otra.
KEMELMAJER DE CARLUCCI: el daño puede darse entre un inocente y un culpable en cuyo caso se debe acudir a
factores subjetivos de atribución.Es posible que el daño derive del proceder de un sujeto a quien no se puede
reprochar su conducta, los inocentes, el que lo sufre y el que lo ha causado, en este caso, en que los factores
OBJETIVOS de responsabilidad brindan la posibilidad de que un daño que no ha sido causado injustamente. El daño
es injustamente causado cuando se lo produce por una conducta imputable a título de culpa o dolo; en cambio, es
injustamente sufrido cuando es inequitativo que lo soporte la victima con independencia de cualquier juicio de
reprochabilidad de la conducta de aquel cuya esfera ha nacido la fuerza dañadora.
MOSSET ITURRASPE: en cambio, es de la opinión de que la responsabilidad objetiva limitada a supuestos específicos,
aunque amplios, es conveniente y se encuentra plenamente justificada, y convive con la responsabilidad de la culpa.
Varios son los factores objetivos de atribución:
 Riesgo:
Son factores de atribución: el riesgo creado y el beneficio o provecho del riesgo.
La razón por la cual la ley hace responsable a quien ha creado el riesgo es el haber consumido
seguridad. En cambio, el riego provecho parte de la idea que en donde está el beneficio esta la
responsabilidad.
El art. 1113 del Código Civil, introdujo los supuestos de daños CON las cosas y POR el riesgo o vicio
de la cosa. En cuanto a las cosas que tiene a su cuidado o se sirve de ellas, la responsabilidad es subjetiva, ya
que el dueño o guardia, para eximirse de responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa.
En cuanto al daño producido por las cosas riesgosas o viciosas, la responsabilidad es objetiva, y el
dueño o guardián es responsable, porque es quien ha creado el riesgo o se ha beneficiado con el provecho
de la cosa. Sin embargo, si la cosa se hubiese usado contra la voluntad expresa o presunta del dueño o
guardia, no será responsable, para eximirse de responsabilidad el dueño o guardián deberán demostrar la
interrupción del nexo causal.
La norma no mención el caso fortuito o fuerza mayor, pero la doctrina está de acuerdo en que
constituyen factores interruptivos de la cadena causal. En este, el caso fortuito, para exonerar de
responsabilidad, debe ser extraño o externo al riesgo propio de la cosa.
Cuando el riesgo concurre con la culpa de la víctima o de un tercero, el juez deberá establecer el
grado de participación de ambos factores en la producción del daño y conforme a ello distribuirlo entre el
dueño o guardián y la víctima, disminuyendo proporcionalmente la indemnización.
 Las actividades riesgosas:
El Código Civil de Vélez, a diferencia de otras legislaciones modernas, no contiene expresamente una
norma que regule la responsabilidad objetiva por actividades riesgosas. La Cámara Nacional del Trabajo, en
fallo plenario, ha admitido la actividad riesgosa, aun cuando no intervengan cosas.
En el nuevo Código Civil y Comercial, se ha incorporado en el artículo 1757 regulación sobre el riesgo
de la actividad, ella puede ser peligrosa por su naturaleza, es decir, con motivo de sus características
intrínsecas o habituales, o por las circunstancias de su realización, es decir, por factores contingentes
referidos a la manera de llevarlas a cabo. El primer supuesto se presenta, por ejemplo, por la explotación de
la energía nuclear, que es siempre peligrosa, y susceptible de generar accidentes para terceros. En cuanto al
segundo caso, se configura cuando existen factores contingentes referidos a la manera de llevar a cabo la
actividad. Se trata de un riesgo accidental, que puede o no presentarse, según el caso. Se vincula con las
circunstancias que son determinantes para la calificación riesgosa de la actividad desplegada, que se
vinculan, principalmente, con los medios o elementos empleados para el despliegue de la actividad, que
pueden y deben ser controlados por su titular.
ARTÍCULO 1757 (Código Civil y Comercial). Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona
responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o
peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización. La
responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa o la
realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.
 Garantía:
En la órbita extracontractual, es la ley la que atribuye a ciertos sujetos el carácter de garante por la
actividad dañosa de otros por razones de orden económico, ya que los dependientes no tienen bienes
suficientes para cubrir los daños que ocasionan.
Algunos creen ver en esta responsabilidad una aplicación de la teoría del riesgo creado. Sin
embargo, e riesgo supone que la actividad ejercida o la cosa empleada tienen, en sí misma, un riesgo, o sea,
la eventualidad del daño. El empleo de otra persona en la ejecución del acto o el cumplimiento de una
función no es de por si un riesgo aunque puede ocasionar daño, y además no siempre comporta un lucro
(beneficio económico), aunque reporte una utilidad para el principal. Ejemplo:
ARTÍCULO 1758 (Código Civil y Comercial). Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables
concurrentes del daño causado por las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el

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uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no
responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta. En caso de
actividad riesgosa o peligrosa responde quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por sí o por
terceros, excepto lo dispuesto por la legislación especial.
 Equidad:
La equidad es otro criterio del factor de atribución. Es la medida concreta de justicia del caso. La
equidad supone siempre una medida que resulte justa, cuando hay un daño que debe ser reparado. Es
considerado un factor de responsabilidad objetivo pues la situación considerada es precisamente aquella en
que al autor n se le puede imputar culpa alguna, ya que su acto no ha podido ser voluntario por falta de
discernimiento.
Art. 907 (Código Civil Vélez). Cuando por los hechos involuntarios se causare a otro algún daño en su
persona y bienes, sólo se responderá con la indemnización correspondiente, si con el daño se enriqueció el
autor del hecho, y en tanto, en cuanto se hubiere enriquecido.
Los jueces podrán también disponer un resarcimiento a favor de la víctima del daño, fundados en razones de
equidad, teniendo en cuenta la importancia del patrimonio del autor del hecho y la situación personal de la
víctima.
ARTÍCULO 1750 (Código Civil y Comercial). Daños causados por actos involuntarios.El autor de un daño
causado por un acto involuntario responde por razones de equidad. Se aplica lo dispuesto en el artículo
1742. El acto realizado por quien sufre fuerza irresistible no genera responsabilidad para su autor, sin
perjuicio de la que corresponde a título personal a quien ejerce esa fuerza.
ARTÍCULO 1742. Atenuación de la responsabilidad.El juez, al fijar la indemnización, puede atenuarla si es
equitativo en función del patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del
hecho. Esta facultad no es aplicable en caso de dolo del responsable.

3. el daño: a) el daño resarcible. B) daño y antijuricidad. C) concepto de daño. D) daños a la persona. E)


daño al proyecto de vida. F) daño moral.

a) el daño resarcible.
El daño es el presupuesto central de la responsabilidad civil. El daño como presupuesto de la
responsabilidad está claramente establecido en el artículo 1067 del código Civil, cuando dice: “no habrá acto ilícito
punible para los efectos de esta Código, si no hubiese daño causado, u otro acto exterior que lo pueda causar.
También en el incumplimiento de los contratos en los artículos 506 y 511 que prescriben que el deudor es
responsable al acreedor por los daños e intereses. Esto debe adecuarse al moderno criterio de la responsabilidad,
pues entonces es la violación del deber de no dañar a otro la que genera la obligación de reparar. La función de
responsabilidad civil se concreta en la reparación, y a la falta de daño no habrá que reparar.
Con el nuevo Código Civil y Comercial podemos observar que en materia extracontractual la regla es la
reparación plena del daño o especie comprendiendo las consecuencias inmediatas y meditas previsibles. En el
contrato s indemnizan las consecuencias previstas o previsibles en el momento del incumplimiento, aunque se
admiten ciertos supuestos de limitaciones por razones de equidad, la regla es que el daño resarcible es el daño
previsible conforme a lo que en concreto acordaron al momento de la celebración, teniendo en cuenta, según los
casos, la confianza especial y la condición del agente.
En el ámbito convencional rigen en primer lugar las disposiciones propias de cada tipo negocial y en los
contratos paritarios las partes pueden válidamente acordar la procedencia y cuantía de las indemnizaciones por
daños, cuando se trata de derechos disponibles.

B) daño y antijuricidad.
La vinculación entre daño y la antijuricidad es al solo efecto de calificar la conducta. Puede haber daños
antijurídicos que deben ser reparados. La antijuricidad significa el menosprecio hacia el ordenamiento jurídico por
parte de una determinada conducta, con prescindencia del resultado. Si el resultado es dañoso, y este resulta
injusto, debe repararse. Todo daño es in justo, a menos que haya una cauda de justificación de la ilicitud.
La responsabilidad civil de nuestro tiempo, desde una contemplación genérica, acentúa la defensa de la
víctima. Se busca un responsable a efectos de corregir una situación de desequilibrio, y no para impartirle una
sanción represiva.

C) concepto de daño.
El daño, como fenómeno jurídico, es una lesión que recae sobre un objeto constituido siempre por un
interés humano. Sus alcances:
1. tesis restrictiva = tradicional.
2. tesis amplia = moderna.
Para la tesis restrictiva, la resarcibilidad del daño exige que la lesión recaiga sobre un interés legítimo o
derecho subjetivo del damnificado.
Para la tesis amplia sostiene que no puede excluirse de la tutela indemnizatoria a las situaciones relativas a
todo tipo de lesiones a intereses o expectativas, en cuanto no sean repudiadas por el derecho. Basta que se trate de
intereses suficientemente estables, aunque no fueran objeto de reconocimiento jurídico específico y concreto. Esta
66
tesis se ha impuesto en gran mayoría de la doctrina y en numerosos fallos. El daño a los interese simples es un
verdadero daño jurídico, porque todo lo que no está prohibido, está permitido.

D) daños a la persona.
Tradicionalmente, la responsabilidad descansaba en el patrimonio, y no en la persona. Esto conducía a
considerar las incapacidades totales o parciales, permanentes o temporarias, así como también el daño emergente
(disminución del patrimonio), y el lucro cesante (obstáculos de ganancias), referidos al cuerpo de la persona, como
propietario del mismo. Así fue con la concepción estrecha del daño, que solamente se consideraba tal al que se
infringía a los derechos subjetivos, aquellos reconocidos por la norma legal. No entraban en aquella concepción los
derechos personalísimos.
Italia fue la precursora de este nuevo enfoque de los daños a la persona. Así aparecieron el daño a la vida de
relación, luego el daño biológico, para culminar con el daño de la salud. E daño de la salud viene a ocupar el centro
de la problemática porque comprende la tutela del ambiente, de la persona afligida por una enfermedad mental, del
consumidor, y del trabajador en el ámbito laboral.
En Francia se destacan los avances que se producen con la preocupación por los accidentes de circulación, se
habla de daños corporales y se los distingue de daños morales. Tanto en Italia como en Alemania, tienen en cuenta
el sentido que le ha atribuido la Organización Mundial de la Salud, que el completo bienestar físico, mental y social.
FERNÁNDEZ SESSAREGO es el principal precursor en América Latina sosteniendo su tesis de la frustración del
proyecto de vida de la persona. Piensa que la persona, sin dejar de ser naturaleza, es capaz de valorar en cuanto ser
racional, y libre, y es también un ser espiritual.
En nuestro país no se ha detectado esta valoración de la persona, recién con la aparición de los derechos
personalísimos, y la extensión que se le diera al daño moral en la reforma de la Ley 17.711, se ha comenzado a
redescubrir los daños a la persona en sus múltiples facetas. La doctrina autoral argentina ha hecho grandes
desarrollos sobre el tema. Así se han considerado tales: el daño estético, el daño a la identidad personal, a la
intimidad, a la vida de relación, al daño biológico, al daño psíquico.

E) daño al proyecto de vida.


Lo desarrolla FERNÁNDEZ SESSAREGO, sostiene que el más grave daño que se puede causar a la persona es
aquel que repercute de modo radical en su proyecto de vida, es decir, aquel acto dañino que impide que el ser
humano se realice existencialmente de conformidad con dicho proyecto libremente escogido, atendiendo a una
personal vocación, se da cuando se produce un daño que, de algún modo, debe indemnizarse pese a no ser
cuantificable pecuniariamente: y es el daño al proyecto de vida. Sería del todo injusto indemnizar solo el daño cuyas
consecuencias tienen un equivalente en dinero.
Los daños a las personas pueden ser personales, cuando afectan directamente a la persona en cualquiera de
sus manifestaciones o funciones; y extrapersonales, cuando afectan los bienes o cosas de la persona. Lo importante
es considerar a la persona, ya que alrededor de la misma funciona el derecho.
El daño no es patrimonial, sino la consecuencia del daño que repercute en los bienes de la persona, pero
indirectamente en un daño a la persona. En cambio, el daño a la salud, a la vida de relación, a su psiquis, y a otros
aspectos o funciones de la persona, son directamente daños a la persona.
Pero no en todas las personas se puede manifestar ese daño, o por lo menos con la misma intensidad. No es
percibible en un niño o en un anciano que como única remuneración percibe una jubilación, pero en cambio es
importante en un pianista famoso, que en un accidente pierda una mano o un dedo de la mano.

F) daño moral.
El Código Civil de Vélez regulaba el daño moral contractual en el artículo 522 donde preveía que el juez
“puede” condenar al responsable de la reparación del agravio moral en caso de incumplimiento “de acuerdo con la
índole del hecho generador de la responsabilidad y circunstancias del caso”.
En el artículo 1078 regulaba el daño moral extracontractual donde confería legitimación activa solo al
damnificado directo o inmediato, y en caso de muerte de la víctima habilitaba únicamente a los “herederos
forzosos”. También en el artículo 1080 del Código Civil, admitía que el marido y los padres podían reclamar por las
injurias orales contra su esposa e hijos. El artículo 1099 concedía la acción a los herederos y sucesores universales de
la víctima fallecida solo si fue interpuesta en vida por el causante.
Prevalecía la opinión de que la legitimación acotada del artículo 1078 del Código Civil era irrazonable y había
diferentes posturas.
Una posición sostuvo que en varios supuestos podía resultar de aplicación el artículo 522 del Código Civil,
relativo a los contratos, el que no tenía limitaciones acerca de la legitimación. Sin embargo, se abrían dos criterios:
uno, firmaba que se trasladaba al ámbito contractualla restricción del artículo 1078 del Código que circunscribía la
legitimación del damnificado directo, salvo fallecimiento, y otro más amplio, sostenía que el anterior articulo 522 no
contenía las limitaciones del artículo 1078.
Una segundaposiciónacudía al artículo 1079 del Código Civil anterior para legitimar a ciertos damnificados.
Finalmente, la posición que prevalecía sostenía que la limitación injusta de la legitimación por daño moral
del anterior artículo 1078 del Código Civil, debía resolverse mediante la declaración de inconstitucionalidad dela
norma.

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Art. 522 (Código Civil Vélez). En los casos de indemnización por responsabilidad contractual el juez podrá condenar
al responsable a la reparación del agravio moral que hubiere causado, de acuerdo con la índole del hecho generador
de la responsabilidad y circunstancias del caso.
Art. 1.078. La obligación de resarcir el daño causado por los actos ilícitos comprende, además de la indemnización
de pérdidas e intereses, la reparación del agravio moral ocasionado a la víctima.
La acción por indemnización del daño moral sólo competerá al damnificado directo; si del hecho hubiere resultado
la muerte de la víctima, únicamente tendrán acción los herederos forzosos.
ARTICULO 1741 (Código Civil y Comercial).- Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Está legitimado
para reclamar la indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho resulta su
muerte o sufre gran discapacidad también tienen legitimación a título personal, según las circunstancias, los
ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél recibiendo trato familiar ostensible.
La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta por éste.
El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden
procurar las sumas reconocidas.
En esta norma mencionada (art. 1741) se refiere al daño no patrimonial que debe entenderse como
equivalente al usualmente denominado daño extrapatrimonial o moral, por oposición al patrimonial. La previsión
legal solo alude a la legitimación y no menciona los aspectos conceptuales del daño moral, esta, queda liberada al
aporte doctrinario y jurisprudencial. El artículo 1741 circunscribe la legitimación activa solo al damnificado directo
del hecho nocivo, con exclusión del indirecto; damnificado directo es la persona que sufre un daño en calidad de
victima inmediata del suceso; damnificado indirecto son los demás sujetos distintos de la víctima inmediata que
también experimentan un perjuicio a raíz del hecho, es quien lo sufre por vía refleja. En definitiva, subsiste el criterio
que habilita a reclamar daño moral solo al damnificado inmediato y, excepcionalmente a los indirectos. Son dos los
supuestos que autorizan el reclamo del damnificado indirecto: por el fallecimiento de la víctima o por su gran
discapacidad, en este último caso concurren ambos (directo e indirecto). Este supuesto amplia marcadamente la
legitimación más restrictiva del Código anterior.
La modalidad de reparación del daño no patrimonial atiende a la idoneidad del dinero para compensar,
restaurar o reparar el padecimiento en la esfera no patrimonial mediante cosas, bienes, distracciones, etc. Que le
permiten a la víctima, como lo decidió la Corte Suprema de Justicia de la Nación, “obtener satisfacción, goces y
distracciones para restablecer el equilibrio en los bienes extrapatrimoniales”. El dinero no cumple una función
valorativa exacta, sino que se trata solamente de dar algunos medios de satisfacción, lo cual no es igual a
equivalencia.
En definitiva: el resarcimiento del daño moral, extrapatrimonial o no patrimonial es uniforme en la
responsabilidad civil unificada y no varía si el origen del daño es contractual o extracontractual.

4. relación causal: a) consecuencias concurrentes, excluyentes y de justificación.

Relación causal.
MOSSET ITURRASPE: es un presupuesto que no puede faltar en la responsabilidad civil, porque no se puede hacer
responder a alguien en la medida en que no hubiese un nexo entre el hecho y sus consecuencias y ¿cuándo un
hecho es causa de un daño? El quid se encuentra en la previsibilidad, o sea, cuando el agente, autor del hecho,pudo
en el momento de realizarlo, anticipar sus efectos dañosos; si en concreto pudo anticipar este daño, con la
consecuencia jurídica resarcible.
Pero esta respuesta deja sin contestar la segunda cuestión: ¿Cuándo es previsible o anticipable, que criterios
deben atenderse o considerarse para que impere el capricho, la subjetividad o la imaginación del juez? Esta
pregunta se respondió introduciendo el artículo 906 del código Civil, en donde la teoría que se aplicaría en sede civil
sería la de la causalidad adecuada. La previsibilidad, por lo tanto, está en la base de la causalidad jurídica, de las
consecuencias dañosas por las cuales se debe responder. El código las clasifica en mediatas, inmediatas y causales.
Art. 901 (Código Civil Velez). Las consecuencias de un hecho que acostumbra suceder, según el curso natural y
ordinario de las cosas, se llaman en este código "consecuencias inmediatas". Las consecuencias que resultan
solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto, se llaman "consecuencias mediatas". Las
consecuencias mediatas que no pueden preverse se llaman "consecuencias casuales".
Art. 902. Cuando mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor será la
obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos.
Art. 903. Las consecuencias inmediatas de los hechos libres, son imputables al autor de ellos.
Art. 904. Las consecuencias mediatas son también imputables al autor del hecho, cuando las hubiere previsto, y
cuando empleando la debida atención y conocimiento de la cosa, haya podido preverlas.
Art. 905. Las consecuencias puramente casuales no son imputables al autor del hecho, sino cuando debieron
resultar, según las miras que tuvo al ejecutar el hecho.
Art. 906. En ningún caso son imputables las consecuencias remotas, que no tienen con el hecho ilícito nexo
adecuado de causalidad.
ARTICULO 1727 (Código Civil y Comercial).- Tipos de consecuencias. Las consecuencias de un hecho que
acostumbran a suceder según el curso natural y ordinario de las cosas, se llaman en este Código “consecuencias
inmediatas”. Las consecuencias que resultan solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto,

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se llaman “consecuencias mediatas”. Las consecuencias mediatas que no pueden preverse se llaman “consecuencias
casuales”.
 Inmediatas:son las que acostumbran a suceder según el curso natural y ordinario de las cosas. Dado un
hecho, la experiencia, la observación del diario acaecer, nos permite anticipar que se seguirá del mismo,
cuáles serán sus efectos, sin perjuicio de los matices o particularidades de cada caso. Ej. si a una persona
que está subida a un andamio se le rompe la estructura, cae al piso y resulta seriamente lesionada, esas
lesiones (fracturas, contusiones, etc.), la internación (gastos de internación, honorarios médicos,
medicamentos; etc.) y el yeso que le deben colocar son consecuencias inmediatas de ese hecho (rotura de la
estructura de un andamio oxidado).
 Mediatas:son las consecuencias que resultan solamente de la conexión del hecho del agente con un
acontecimiento distinto. No hay, en la gestación del daño, un solo hecho, sino dos o más que concurren al
resultado. Ej.Si la persona que se cayó del andamio tiene un yeso colocado durante 45 días (consecuencia
inmediata) y es escultor, no podrá trabajar y, por lo tanto, siendo un trabajador autónomo, no generará
ganancias. Esa imposibilidad de generar ganancias a través de su actividad laboral le originará un daño
patrimonial (lucro cesante) que es una consecuencia mediata del accidente porque se relaciona con un
acontecimiento distinto: que es escultor, para lo cual necesita sus manos para trabajar y no puede hacerlo si
tiene una de sus muñecas enyesadas.
 Casuales:las consecuencias mediatas pueden ser previsibles o imprevisibles, a las primeras se las denomina
mediatas previsibles; a las segundas CASUALES, se responde de las mediatas previsibles, no se responde de
las casuales, por regla. Si la persona que resultó lesionada por la caída del andamio es intervenida
quirúrgicamente y el médico que la opera incurre en mala praxis, lo que demora su rehabilitación, es esta
una consecuencia casual porque si bien es factible que los médicos puedan incurrir en mala praxis, no es
una consecuencia esperable o previsible de antemano en el marco de la cadena causal, y no es imputable al
responsable del andamio roto.
En el Código Civil, estas consecuencias eran indemnizables en caso de dolo. El Código Civil y
Comercial nada dice. No obstante, si las consecuencias casuales son previstas y aun así se ejecuta el hecho,
hay dolo (por lo menos eventual) y por lo tanto se responde por ellas (arg. art. 1724 in fine).

a) consecuencias concurrentes, excluyentes y de justificación.


Consecuencias concurrentes:Son aquellas que para llegar al resultado final se agregan a otras, de la naturaleza o del
hombre que vienen a agravar el resultado dañoso. El producto final reconoce la conjunción de dos hechos.
Si el hecho originario fue previsible la interferencia de la nueva causa, responde por la totalidad del daño.Si
era casual o imprevisible: solo responde por las consecuencias de su obrar, debiendo ser liberado del daño mayor.
Respecto a quien puso la segunda causa, su responsabilidad con base asimismo en la previsibilidad de la
interferencia, se limita a la agravación, o sea, a la medida de mayor perjuicio. En cuanto a aquellos casos que
reconocen como causa productora el obrar de dos agentes independientes: si ninguno conto con la interferencia del
otro, ambos autores quedan liberados de responsabilidad (El choque en la banquina).
Causas excluyentes:Son los hechos nuevos que vuelven irrelevantes, en la historia jurídica del resultado lesivo, el
hecho originario del presunto agente. Ej. Un automóvil, de pronto, se ve envuelto por un tornado, y es arrojado
sobre una casa. El daño producido a la casa es excluyente de la responsabilidad, o un borracho que se tira debajo de
un vehículo que conducía normalmente.
Causas de justificación: la causa de justificación vuelve ilícito el actuar que, por culminar en un perjuicio, aparece
como ilícito. Borra la antijuricidad del comportamiento dañoso. Tales son: el ejercicio de un derecho propio, el
estado de necesidad, el acto de abnegación, la legitima defensa, la obediencia debida, el consentimiento de la
víctima. Tales causas de justificación, sin embargo, no borran la reparabilidad del daño, las que sin embargo
subsisten en razón a que el centro de la reparación lo constituye el daño, y entre dos inocentes se prefiera a quien
ha sido afectado por el daño. Eximentes de responsabilidad: caso fortuito, fuerza mayor, culpa de la víctima o de
un tercero por quien no se debe responder. Culpa víctima: la propia víctima asume su propio daño. El tercero por
quien no se debe responder: es el que asume la responsabilidad. Si hay varios terceros: el principal por el hecho de
sus dependientes, o cosas que se sirven o tienen a su cuidado, los padres por sus hijosque estuvieran bajo la patria
potestad, patrones por sus empleados. En el caso de responsabilidad colectiva: cuando no se puede determinar el
autor, responde el grupo.

5. responsabilidad contractual y extracontractual: a) tendencia moderna. B) responsabilidad contractual.


C) responsabilidad contractual indirecta. D) responsabilidad extracontractual.

a) tendencia moderna.
Código Civil y Comercial:
En primer lugar, conforme a lo reclamado por la doctrina casi unánime, se unifican las órbitas de la
responsabilidad civil contractual y extracontractual. Sin embargo, ello no significa la homogeneidad ya que existen
ciertas diferencias que no pueden ser suprimidas.

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Se ha puntualizado que en vez de hablar de responsabilidad contractual por oposición a responsabilidad
extracontractual es más preciso referirse a la responsabilidad obligacional o por incumplimiento obligacional, como
lo postulan PIZARRO y VALLESPINOS.
La doctrina, en consideraciones que mantienen vigor, destaco que el distingo entre la responsabilidad
contractual y la extracontractual, es que en la responsabilidad contractual la obligación resarcitoria fluye de un
deber anterior, determinado de algún modo y respecto de ciertos sujetos. La responsabilidad extracontractual, en
cambio, consiste en una infracción más amplia, genérica y abarcadora: el principio constitucional de no dañar a otro
(art. 19 CN). La responsabilidad extracontractual constituye la responsabilidad común o residual y la contractual
seria de excepción porque aparece frente a la vulneración de un deber determinado.
Existe bastante coinciden en que resulta suficiente que el deber vulnerado constituya una verdadera
obligación sin atenerse a su origen, esto es que “habrá responsabilidad contractual cuando se infrinja un deber
jurídico calificado aun cuando no tenga por fuente un contrato”.
MORELLO: “mientras la responsabilidad extracontractual nace de la infracción del deber general de no
causar daño a otro, en la responsabilidad contractual, en contraposición, se ha dado el incumplimiento de una
obligación libremente convenida”, aquí no es la ley la que directamente nos impone la adecuación de la conducta a
observar, sino que ésta se ha conformado con nuestra voluntad.
PIZARRO Y VALLESPINOS: “habrá responsabilidad contractual cuando el comportamiento del sujeto viola el
deber jurídico impuesto por una obligación preexistente, cualquiera sea su fuente.”
Lo que ubica la responsabilidad en el ámbito reglado como contractual o fuera de él no es la fuente de la
obligación violada sino el carácter de ella. Si el deber preexistente es especifico y determinado en relación al objeto
de la obligación y al sujeto obligado cualquiera sea la fuente, la responsabilidad entra en el ámbito contractual. Si el
deber es genérico de no dañar e indeterminado en cuanto a los sujetos pasivos de ese deber, la violación queda en
el ámbito extracontractual o delictual que es la regla en materia de responsabilidad civil.

B) responsabilidad contractual.
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL: es cuando hay un deber preexistente que es específico y determinado, tanto en
relación al sujeto como al objeto determinado. (Ej.: cuando D venda a A un equipo de video, queda obligado a
entregárselo, y si no cumple, la transgresión de ese deber de entrega genera su responsabilidad contractual).
El Código Civil de Vélez, en cuanto a culpa exhibe una construcción contractual basada eminentemente en
ella, o sea, se basa en el criterio subjetivo de responsabilidad. La culpa, expresa KEMELMAJER DE CARLUCCI,
presupone la imputabilidad, o sea, la capacidad para comprender, conocer y valorar las circunstancias fácticas en
que el sujeto se desenvuelve; por eso no puede calificarse de culpable la conducta de quien es inimputable (por
ejemplo: demente, niño menor de diez años). La culpa requiere necesariamente la imputabilidad. Pero, sin embargo,
considerando al incumplimiento contractual como acto ilícito, supone que la imputación del mismo, puede llevarse a
cabo a través de una atribución subjetiva u objetiva.
El incumplimiento, expresa VENINI, es una especie de acto ilícito, que se comprueba a partir de estas pautas:
a. la doctrina considera acto ilícito todo obrar humano contrario al ordenamiento jurídico, concebido este en su
totalidad.
b. para la configuración del ilícito basta la materialidad de la conducta obrada y su contrariedad respecto del
ordenamiento jurídico, y
c. se trata de un concepto objetivo que prescinde de otras consideraciones que no sean las indicadas.
El incumplimiento es una ilicitud, con la imputación física adecuada, y no meramente moral como lo sitúa el
Código.
Le configuración de las obligaciones de medio y de resultado ha permitido quitar el corset de la culpa en los
contratos, que sumía a esta parte del derecho disputas interminables acerca de la prueba.

Obligaciones de MEDIO OBLIGACIONES DE RESULTADO


el Incumplimiento: conducta culposa del Incumplimiento: proviene garantía que asume
deudor el deudor en la concreción de ese resultado.
El deudor: pone toda su diligencia. No Atribución: responsabilidad objetiva: se basa en
promete resultado final. Incumplimiento la garantía, y tutela del crédito.
genera responsabilidad subjetiva.
Carga de la prueba : a cargo deudor
Deudor: afianza resultado exitoso. Salvo caso
fortuito.
Ej. Medico: prestación de tratamiento o Carpintero: al construir una mesa.Constructor
cuidado del enfermo. Banquero por cajas para construir obra. Vendedor: entrega de la
fuertes. Abogado en defensa de su cliente. cosa.

C) responsabilidad contractual indirecta.

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Bajo esta denominación se encuadra la responsabilidad contractual por el hecho de otro. Se produce la
disociación entre el sujeto responsable y el que causo el daño con motivo de una relación jurídica por obligación
incumplida se causa un daño, no por quien había asumido el cumplimiento de una determinada prestación, sino
como sujeto distinto a aquel (deudor) quien fue introducido como tercero por el deudor para satisfacer el interés del
acreedor. Como en nuestro ordenamiento jurídico no se han previsto reglas sobre la materia, a nivel doctrinario
existen diferentes argumentos:
MOSSET ITURRASPE: da la idea de la estructura de la relación obligatoria, en la cual, afirma que no puede privarse
de acción al acreedor contra el tercer qué ocasiono el daño. Este tiene en esa versión una obligación contractual y
accesoria de la del deudor, por lo que la responsabilidad seria concurrente o indistinta.
BUERES: sienta el criterio de la estipulación a favor de tercero afirmando que entre la clínica, que es el estipulante, y
el médico, el promitente, se celebra un contrato a favor del enfermo, que es el beneficiario. De este doble juego de
relaciones surge entonces que la responsabilidad del galeno y del ente asistencial frente al paciente es directa y de
naturaleza contractual. La responsabilidad de la clínica es objetiva, de seguridad, la del médico subjetiva, apoyado
en la culpa.
El fundamento del deber de reparar del deudor es objetivo y descanse en la noción de garantía que estaría
legamente impuesta contra quienes se sirven del tercero para cumplir sus compromisos (es la prolongación de la
actividad propia).
El las obligaciones de Medio: el deudor indirecto podrá librarse probando la no culpa del tercero introducido
En las Obligaciones de Resultado: no le bastara la prueba de no culpa para liberarse, sino que deberá
acreditar causa ajena y romper el nexo causal.
Ambos sujetos quedan obligados en la relaciónjurídica.
EL DEUDOR ORIGINARIO: por el deber de garantía es responsable INDIRECTO, cuando el auxiliar que introdujo es
DEPENDIENTE.
Cuando el TERCERO no era DEPENDIENTE: la responsabilidad es DIRECTA. Sobre la base de obligación de seguridad.
(ART 1198 CC.)
EL TERCERO: responderá de su propio accionar de manera extracontractual.
Sin embargo, la doctrina no se pone de acuerdo acerca de la dependencia. De esta manera, modernamente,
ha cobrado cuerpo la llamada dependencia transitoria u ocasional, lo que supone distinguir entre una
responsabilidad contractual o extracontractual cuando no exista dependencia o cuando si exista.

d) responsabilidad extracontractual.
La responsabilidad extracontractual deviene cuando no existiendo ninguna relación concreta (contrato), sin
embargo, se causa un perjuicio a otro. Es la violación de la obligación genérica de no dañar.
En el Código existen muchas disposiciones que se refieren a esta materia, pero en general, los mismos
principios que se aplican en la responsabilidad contractual corresponden a la extracontractual. Así, cabe aplicar el
criterio de la culpa. Ej. Conductor de un automóvil embiste a otro, aunque la situación quedaría enmarcada en el
riesgo de las cosas peligrosas, la determinante del verdadero culpable, es decir, el discernir entre ambos, a quien
incumbe la responsabilidad total o parcial de la colisión,dependerá de quienactuó con culpa: imprudente,
negligente, impericia para producir la colisión.
Para determinar el grado de responsabilidad, se acude a la culpa, de manera que cuando no hay un
únicoresponsable, la culpa determinara el grado de participación en el evento (concurrente). Lo mismo ocurrirá en la
compensación de culpas: por las conductas culposas de ambos, las mismas se compensan y se anulan.
El código mencionaba como factores objetivos de atribución: responsabilidad de los padres, de los
directores de los establecimientos educacionales por la conducta de los alumnos.
La ley 24830: sustituyo la responsabilidad de directores o maestros por la de propietarios de establecimientos
educativos: privados o estatales, capitanes de buques por su tripulación, la de los posaderos por las personas
introducidas en la posada.
La gran apertura de factores objetivos de atribución en la responsabilidad extracontractual, lo constituyo el
artículo 1113 que consagró la responsabilidad por riesgo o vicio en las cosas, la responsabilidad refleja de los
dependientes y de las cosas de quien se sirve o se tiene a su cuidado.
Sin perjuicio de ello, la introducción del principio de equidad en el artículo 907, principio objetivo de
responsabilidad, que suscito la discusión si se aplicaba en las responsabilidad contractual o extracontractual.
Termino aplicándose en ambas.
También se aplica en ambas la idea de garantía, así las obligaciones del principal realizadas por un tercero o
dependiente o auxiliar, deben ser garantidas, como lo haría el mismo, por lo que no puede aducir que de su parte no
hubo culpa.
En la Responsabilidad Extracontractual: son muy importantes las atribuciones Objetivas: como el riesgo
creado, garantía, equidad. En la Atribución subjetiva la responsabilidad: es la conducta observada, especialmente en
lo individual, se ha constituido en la medida de ajuste o de limitación de la aplicación de los factores objetivos, o en
una suerte de eximición de responsabilidad, cuando la misma conducta aparece justificada por la normativa.
También la consagrada responsabilidad colectiva, que se ha desprendido del artículo 1119 del Código Civil
de Vélez, que se basa en la aplicación de la teoría del riesgo o de la garantía.
Nuevo Código Civil y Comercial: algunos casos que se presentan:

71
ARTICULO 1757.- Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el
riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios
empleados o por las circunstancias de su realización.
La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa o la realización
de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención.
ARTICULO 1760.- Cosa suspendida o arrojada. Si de una parte de un edificio cae una cosa, o si ésta es arrojada, los
dueños y ocupantes de dicha parte responden solidariamente por el daño que cause. Sólo se libera quien demuestre
que no participó en su producción.
ARTICULO 1761.- Autor anónimo. Si el daño proviene de un miembro no identificado de un grupo determinado
responden solidariamente todos sus integrantes, excepto aquel que demuestre que no ha contribuido a su
producción.
ARTICULO 1762.- Actividad peligrosa de un grupo. Si un grupo realiza una actividad peligrosa para terceros, todos sus
integrantes responden solidariamente por el daño causado por uno o más de sus miembros. Sólo se libera quien
demuestra que no integraba el grupo.

Diferencias más importantes entre las esferas de la responsabilidad contractual y extracontractual:


 antijuricidad: en el campo contractual se manifiesta en la violación o incumplimiento de una obligación
preexistente que vincula a las partes, mientras que en la extracontractual proviene de la violación de
principio general de no causar daños a los demás.
 Constitución en mora: en la responsabilidad contractual entra en función el complejo mecanismo del art.
509 de CV. Mientras que en la extracontractual la mora es automáticamente a partir del momento en que se
produce el daño.
 Carga probatoria: la culpa se presume en el incumplimiento contractual, mientras que en el campo
extracontractual corresponde a la víctima acreditar su existencia. Esta pretendida diferencia ya perdió
sentido cuando se afirmó que en las obligaciones de medios la culpa también ha de ser probada.
 Discernimiento: en la responsabilidad extracontractual se alcanza a los diez años.
 Daño moral: en la responsabilidad extracontractual es aplicable el art. 1078 CV, por el cual siempre que se
cause un daño moral, este es indemnizable. Contractualmente rige el nuevo art. 522 del CV según el cual el
juez, para conceder o no la reparación de este daño, deberá tener en cuenta le índole del hecho generador
de la responsabilidad y las circunstancias del caso.
 Atenuación de la responsabilidad: en materia extracontractual en la responsabilidad derivada de cuasidelitos
el juez está facultado a disminuir la indemnización considerando la situación patrimonial del deudor. Pero la
doctrina entiende que puede funcionar también en la responsabilidad contractual.
 Solidaridad: consiste en que la responsabilidad emergente de un contrato obliga a los codeudores en forma
simplemente mancomunada, es solidaria si surge del título que le dio origen o si, expresamente lo dispone
la ley. Los deudores en la responsabilidad extracontractual siempre responden solidariamente.
 Extensión del resarcimiento: el deber de indemnizar es más amplio en materia extracontractual que en
materia contractual.
 Prescripción: las acciones derivadas de responsabilidad contractual prescriben a los diez años y en la
responsabilidad extracontractual prescribe a los dos años.
 Competencia: la competencia de los tribunales puede variar según se trate de responsabilidad contractual o
extracontractual.

6. la responsabilidad de la ley de defensa del consumidor: a) la responsabilidad solidaria de las


intervinientes en la cadena de distribución del producto. B) la relación de consumo.

La responsabilidad de la ley de defensa del consumidor:


Existe en el ámbito de la consumición, un periodo anterior a la contratación que está expresamente
diagramado en la ley y que es el ambiente donde se desenvuelve la actividad, por lo que esta situación difiere con el
resto de la contratación como también con el acaecimiento de los hechos ilícitos o lícitos que acarrean
responsabilidad en el derecho común.
Prima en este espacio, que podríamos denominar del mercado, un deber de seguridad o garantía para el
consumidor, que consiste en que no se puede poner en peligro la salud o integridad física de los consumidores o
usuarios.
Por otra parte, pesa un deber de información veraz, detallada, eficaz y suficiente acerca de los productos o
servicios que se ofertan en dicho mercado.
En un sentido lato puede hablarse de responsabilidad precontractual en el derecho de consumo e indicar
deberes de conducta derivados de la buena fe, donde el bien tutelado es la confianza del consumidor en la oferta
pública que hace el empresario y no la negociación competitiva. Pero en un sentido estricto, o más bien clásico, no
habría aquí responsabilidad precontractual, sino más bien una reglamentación tuitiva que a fin de restablecer el

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desequilibrio entre el profesional que oferta los productos o servicios, el profano consumidor usuario, impone a
aquel determinadas obligaciones para conseguir en cierta medida enjuagar las diferencias.

a) la responsabilidad solidaria de las intervinientes en la cadena de distribución del producto.


En las jornadas de derecho civil: se llegó a la conclusión que la responsabilidad por los vicios o defectos de
los productos elaborados, con daños intrínsecos y extrínsecos es contractual y alcanza a TODOS, los que han
intervenido en la cadena de comercialización: productor, fabricante, titular de la marca, importador, distribuidor y
vendedor. El factor de atribución de responsabilidad es objetivo (garantía).
El art. 40 de la ley 24240 introducido por la ley 24999: ahora hace referencia al productor, fabricante,
importador, distribuidor, proveedor y quien haya puesto su marca, todos ellos vinculados con la cosa o servicio
mediante sendos contratos. De manera que si alguno de ellos no intervino en la cadena, no tendrá responsabilidad.
Art. 40: si el daño al consumidor resulta del vicio o riesgo de la cosa o de la prestación del servicio, responderán el
productor, el fabricante, el importador, el distribuidor el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la
cosa o servicio.
El transportista responderá por los daños a la cosa con motivo en ocasión del servicio.
La responsabilidad es solidaria, sin perjuicio a las acciones de repetición que correspondan, solo se libera total o
parcialmente, quien demuestre la causa del daño le ha sido ajena.
La cadena de contratos no son contemporáneos sino sucesivos que terminan en el consumidor, a todos ellos
los enlaza un interés o finalidad económica: colocar el producto o servicio en el mercado.
En el aspecto jurídico es una estructura plurilateral, integrada por una sucesión de contratos de
compraventa. Si solo se tomara en cuenta la responsabilidad a cada uno de los contratos singulares, la
responsabilidad seria extracontractual, pero en los contratos encadenados la responsabilidad debe ser considerada
contractual.

B) la relación de consumo.
En la relación de consumo como tutela del consumidor asume deberes y derechos jurídicos. La relación de
consumo es la que vincula al proveedor con el consumidor o usuario y quedan comprometidos todos los que
involucrados, desde el fabricante hasta la puesta en el mercado. La protección al consumidor se encuentra plasmado
en el art. 42 CN. Cuya fuente es el código brasileño.
ART 42 CN: Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho a la relación de consumo, a la
protección de su salud, seguridad e intereses económicos, a una información adecuada y veraz, a la libertad de
elección y a condicione de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la
competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de
la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.
La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos
regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las
asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.

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