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BARRANQUILLA

| 09 de Mayo de 2019 - 00:00

Según la Secretaría de Cultura, la vivienda fue “demolida” en su interior, por lo que trasladó el
caso al Ministerio de Cultura, que estudia sanciones.

Una de las icónicas viviedas del arquitecto cubano Manuel José Carrerá, que hace parte de la zona
patrimonial de Barranquilla, atraviesa por dos procesos que la tienen en la mira de la ciudadanía.
Por un lado la demolición parcial de la que fue objeto la casa y, por otro, la disputa familiar por los
derechos sobre el inmueble.

De acuerdo con un expediente que reposa en la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo, el


inmueble sufrió “unas considerables” modificaciones en su interior, tras lo cual solo quedaron en
pie los exteriores.

La oficina del Distrito intervino en el proceso luego de que un grupo de vecinos del sector de
Bellavista manifestaran en octubre de 2018 su preocupación por el estado de la Casa Viñas,
inmueble ubicado en la calle 72 con carrera 61 que está incluido en el libro la ‘Ruta Carrerá’,
escrito por el arquitecto Carlos Bell y editado por EL HERALDO.

Las modificaciones que se llevaban a cabo en la casa situada en la zona del Plan Especial de
Manejo de Protección (Pemp) para los barrios El Prado, Bellavista y Alto Prado, de Barranquilla, no
contaba con las licencias que entrega el Ministerio de Cultura y la Curaduría Urbana.

“El inmueble especial de Nivel 2 estaba siendo intervenido mediante obras internas y externas sin
autorización del Ministerio de Cultura”, señala la denuncia de demolición del inmueble que reposa
en la Secretaría de Cultura.

Luis García Pacheco, jefe del Grupo de Trabajo de Patrimonio e Infraestructura Cultural de la
Secretaría, explica que su dependencia vela por la protección de los inmuebles ubicados en las
zonas especiales, razón por la cual en octubre pasado durante un recorrido, sumado a las
denuncias, se percatan de “las irregularidades” en el inmueble.

“Hicimos una visita técnica e identificamos que internamente se realizaron unas demoliciones que
fueron denunciadas ante el Ministerio de Cultura y Secretaría de Control Urbano y Espacio Público.
Esto permitió frenar los trabajos e impedir la total demolición del inmueble”, señala García
Pacheco.

En febrero de 2019 un equipo del Ministerio de Cultura, en cabeza del arquitecto Carlos Parra
Guerra, realizó un recorrido por el sector patrimonial del Prado y Centro Histórico donde se
atendieron varios casos puntuales, incluido la Casa Viñas, con el fin de “recaudar” las evidencias de
las infracciones cometidas para emprender las actuaciones administrativas y sancionatorias del
caso.
“El ministerio estudia las sanciones económicas y ordenará la reconstrucción exacta del inmueble.
El propietario solicitó los requisitos para la reconstrucción, pero esto no lo exime de la sanción por
haber incurrido en un daño al patrimonio”, detalla García Pacheco.

Traslado

Mediante radicado Quilla-18-201604 de octubre 24 de 2018, la Secretaría de Cultura trasladó el


caso a la Secretaría de Control Urbano y Espacio Público para que, “con carácter de urgencia”,
hiciera efectiva la suspensión de las obras.

Precisamente, Henry Cáceres, secretario de Control Urbano y Espacio Público del Distrito, informó
que en la tarde de ayer la Inspección 27 de Policía suspendió las obras de demolición interna en la
Casa Viñas.

“El predio ya había sido objeto de proceso por parte de dicha inspección, al encontrar
intervenciones sin contar con permiso de las autoridades de cultura competentes ni licencia”,
destaca el funcionario.

Cáceres resalta que lo ocurrido con el inmueble constituye un comportamiento “contrario a la


integridad urbanística”.

Un llamado

El secretario de Cultura, Patrimonio y Turismo, Juan José Jaramillo, por su parte, hizo un llamado a
los curadores, ciudadanos, y sociedades de ingenieros y arquitectos “a velar” por la defensa del
patrimonio de la ciudad.

“Es muy triste ver que las personas se percaten de lo que se hace en los inmuebles de este tipo y
no se haga nada. Los dueños que saben que están en una obra que es de patrimonio deben tratar
de conservarla y estar orgullosos de poder tenerla en su poder”, expresó Jaramillo.

El arquitecto Jorge Rebolledo coincide con Jaramillo al señalar que las obras patrimoniales en la
ciudad deben ser consideradas “un tesoro” que requieren y demandan “un respeto de los
barranquilleros”.

“Esa obra de Carrerá se constituye como una de las más importantes por ser de las primeras en
realizar el arquitecto cubano en Barranquilla. El inmueble goza de una riqueza arquitectónica que
la realzaba en la zona. Es de una sola planta y en los años anteriores era una vivienda que estaba
sumergida dentro de un jardín”, expone el también exdecano de la Facultad de Arquitectura de la
Universidad del Atlántico.

EL Lio jurídico
Además del peso administrativo que acarrea la vivienda, en las afueras del inmueble hay una valla
de color amarillo utilizado en los procesos de pertenencia. La información deja ver que hay un
conflicto jurídico que se lleva a cabo por la casa entre miembros de una misma familia.

Tal proceso reposa en el Juzgado 16 Civil del circuito de Barranquilla, cuyo estado se encuentra en
orden del auto admisorio, es decir, a la espera de que las partes sean notificadas.

Figuran como demandantes Sonia Viñas Vieco y Maritza Viñas Vieco. Y como demandantes: Marta
Viñas Vieco, Astrid Viñas Carbonell, Alberto Alcides Viñas y Sonia Viñas Vieco como herederos
determinados y Nadia Viñas Vieco (fallecida) como indeterminada.

Unas de las primeras obras del arquitecto

La casa de Antonio Viñas López fue una de las primeras realizadas por Carrerá y data de 1938,
según registro aerofotográfico de Scadta.

Fue construida para el alemán Otto Mangels, y luego adquirida por Juan Carlos Viñas.

El libro ‘Ruta Carrerá’, cuya autoría es del arquitecto Carlos Bell Lemus, describe que la vivienda
está inspirada en el art decó y esta cosntruida sobre un terreno de 1.012,50 metros cuadrados.

Detalla que es una casa unifamiliar de una planta con un volumen rectangular de superfices
planas. “Es una estructura que rompe con la tradición de la arquitectura de los años 30 en
Barranquilla”, detalla la publicación.

Destaca el libro que “Carrerá quería en sus proyectos residenciales promover las ideas de
vanguardía, como las del impresionismo alemán forzando las incipientes tecnologías con las que
contaba Barranquilla”.

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