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Escuela de Ingeniería y Ciencias

Negocios y conservación de ecosistemas

Héctor Alonso Romero

Opinión del libro “21 lecciones para el siglo XXI”

Parte I Desafío Tecnológico

Othoniel Miranda García A01652554

3 de mayo del 2019


Este análisis de los primeros 4 capítulos del libro “21 lecciones para el siglo XXI” se enfocara
en algunas de las externalidades de la tecnología y como las acciones humanas pueden
repercutir nuevamente en el ser humano tanto como positiva como negativamente.

Son innegables los beneficios y ventajas que la tecnología ha aportado a la


humanidad. Hoy en día las enfermedades infecciosas matan a menos personas que la vejez,
el hambre mata a menos personas que la obesidad. Sin embargo no todo es color de rosa. Por
ejemplo, como lo comenta Yuval, el internet ha cambiado el mundo probablemente más que
ningún otro factor, pero muchas veces su complejidad hace que no todo ser humano pueda
llegar a entenderlo. Esto a su vez empodera a una élite encima de una gran cantidad de
personas, otorgando un poder indudable. Este poder podría llegar a usarse para manipular a
grandes masas al tener una información monopolizada.

El libro, en gran parte de su contenido muestra una intensa preocupación por la


evolución de la biotecnológica e infotecnológica que, a pesar de mostrar grandes y benéficas
consecuencias, podrían llegar a ser un tanto catastrófico ya que los humanos siempre han
sido más hábiles en inventar herramientas que en usarlas con sabiduría y es cierto, lo primero
que debemos hacer como humanos es aceptar que no sabemos lo que estamos haciendo y
como es que afectará en los sistemas sociales.

Estas dos áreas significan uno de los mayores retos que en épocas anteriores
supusieron las máquinas de vapor, los ferrocarriles y la electricidad, abriendo camino a la
inteligencia artificial (IA), la cual es la rama de las ciencias computacionales que se encarga
del diseño y construcción de sistemas capaces de ejecutar tareas simulando la inteligencia
humana.

Hay una pregunta bastante interesante en el texto: “¿Cuál será entonces la suerte de
los rezagados?, un cuestionamiento bastante interesante si entendemos la problemática de
que fácilmente el humano podría ser suplantado por su misma creación. A mi juicio no hay
una respuesta sencilla a esta pregunta, comenzando por la complejidad en la que se centra el
segundo capítulo “En el futuro habrá menos empleos”, lo cual probablemente será debido al
cambio otorgado por la Inteligencia Artificial en el mundo y las facilidades que puede otorgar
en varios trabajos, esto significará que miles de personas se volverán remplazables en el
mundo a pesar de que existe la posibilidad de generar nuevos empleos. El problema radica
en que se requerirá una especialización compleja en los sistemas actuales educativos o
inclusive de gobierno debido a que en los humanos existe, de manera un tanto inevitable, un
nivel de pericia que obligará a la eliminación de trabajadores no aptos. La única manera de
conservar los empleos no es evitando el uso de IA, al contrario, usarla, tomando a favor el
potencial de ayuda que brinda esta tecnología.

A pesar de que los humanos cuentan con capacidades físicas y cognitivas hoy en día
ambas pueden ser reemplazables por la inteligencia artificial creada por el mismo hombre,
observando que las actividades que antes se creían solo humanas, como la intuición,
creatividad y los sentimientos, las han captado como un concepto de reconocimiento de
patrones y cálculos que fácilmente podrían ser realizados por maquinas considerando que
determinadas salidas se producen con diversas entradas, generando un algoritmo adecuado
para realizar tareas que requieren esta clase de habilidades, siendo así la autoridad pasaría
de los humanos a los ordenadores.

Otro de los problemas de la inteligencia artificial, en los beneficios que proveería a


los humanos, es la dependencia que generará. Considerando que los humanos tendemos a
buscar la comodidad, se cuestiona: “¿Qué pasará con esta forma de entender la vida si cada
vez confiamos más en la IA para que tome las decisiones por nosotros?”.

Suponiéndonos como seres humanos libres, si una IA gana nuestra confianza para que
ellos elijan por nosotros, ¿en realidad seguiremos siendo libres? u olvidaremos nuestra
capacidad de libre albedrio y perderemos la capacidad de toma de decisiones porque alguien
más lo está haciendo por nosotros de una manera satisfactoria. Es cierto que en un inicio la
Inteligencia Artificial se hizo para servir al ser humano y como uno de los mayores expertos
en Inteligencia Artificial a nivel mundial, Luc Steels, asegura “la IA no es una amenaza…”
y que “…jamás podrá sustituir la inteligencia humana”, pero si las capacidades del ser
humano ya logran ser igualadas mediante algoritmos e imágenes, qué garantiza una
diferencia entre un ser humano y una máquina inteligente. Si al fin y al cabo el hombre
siempre creó herramientas para simplificarse la vida desde tiempos remotos, ¿por qué habría
de negar una tecnología que realizaría sus mismas tareas sin tener que realizar un esfuerzo
físico o mental propio y con resultados similares, o inclusive mejores que los que haría él
mismo?
Otro de los problemas que toca Yuval es la dimensión ética. Si bien es cierto que una
herramienta tecnológica puede simular las actividades humanas de una manera excepcional,
¿Por qué un algoritmo habría de entender la ética en las situaciones que resolverá?, El
algoritmo intentará realizar las actividades de la mejor manera posible, sin embargo esto no
significa que el camino armado durante la toma de decisiones sea el que mayor beneficio
proporcione. Esto a su vez llega a ser un tanto ambiguo, porque ni el ser humano llega a
considerar la mejor opción éticamente hablando. Un ejemplo excelente sobre este tema, que
se menciona en el libro, es sobre el tesla altruista y el tesla egoísta. Nuevamente retomando
que la IA trabaja para el ser humano, se sobrentiende que el ser humano a su vez es quien
prediseña las elecciones que tomará la tecnología de acuerdo a lo que cree mejor. Entonces
si el Tesla altruista decide matar a su propio dueño en lugar de atropellar a una persona
inocente, fue porque su dueño así lo quiso y viceversa. Todo sería un tanto complicado
porque cualquiera de las decisiones tomadas por aquella IA fue correcta, de acuerdo a lo
predicho por el ser humano encargado, es decir todo está bien por convertirse en una decisión
de mercado donde “el cliente siempre tiene la razón” y un algoritmo no entiende de ética por
su falta de conciencia.

Por muy inteligentes que puedan llegar a ser las futuras inteligencias artificiales, se
podrá apreciar una brecha comparada con la inteligencia humana. Considerando que el poder
de estas tecnologías de ayuda son dadas directamente por las manos humana y viendo un
poco la naturaleza humana de hacer más con menos ¿lo mejor es dotar de autonomía completa
a las máquinas para posteriormente deslindarnos de las actividades y vivir la vida u ocurrirá
justamente lo contrario?

“Computers will overtake humans with AI within the next 100 years. When that
happens, we need to make sure the computers have goals aligned with ours”
Stephen Hawking

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