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Modelo de liderazgo General Douglas MacArthur

Descripción Biográfica

Douglas MacArthur (Little Rock, 26 de enero


de 1880-Washington D. C., 5 de abril de 1964) fue un
militar estadounidense, general de cinco estrellas del
Ejército de los Estados Unidos y mariscal de campo del
Ejército Filipino. Actuó como comandante supremo
aliado en el Frente del Pacífico durante la Segunda
Guerra Mundial. Es el militar más condecorado de la
historia de los Estados Unidos de América.
Aunque perdió las Filipinas durante las fases
iniciales de la Segunda Guerra Mundial, lideró con
éxito la defensa de Australia y la reconquista de Nueva
Guinea, las Filipinas y Borneo. Era el jefe previsto para
dirigir la invasión de Japón en noviembre de 1945, por
lo que cuando el país se rindió, fue nombrado
representante de los aliados en la ceremonia de
rendición del 2 de septiembre. Supervisó la ocupación
de Japón desde 1945 hasta 1951.
Lideró las fuerzas de las Naciones Unidas que defendieron Corea del Sur en 1950-
1951 contra el intento de Corea del Norte de unificar el país por la fuerza. MacArthur fue
relevado del mando por el presidente Harry S. Truman en abril de 1951, por sus discrepancias
públicas con la política presidencial.
MacArthur es una de las figuras más controvertidas en la historia estadounidense.
Admirado por muchos, que defienden su brillantez estratégica y táctica, es también criticado
por otros tantos que le acusan de tener un discutible criterio militar y le recriminan sus
acciones en el ejercicio del mando, en especial su desafío al presidente Truman en 1951,
debido en gran parte al probado e infundado odio que se tenían mutuamente. Se caracterizó
por ser un ferviente anticomunista, y sus últimas campañas (en Japón y Corea) trató de evitar
cualquier invasión o ataque comunista proveniente de China o la Unión Soviética, primero
impidiendo a Stalin ocupar parte de Japón, y luego al desafiar a los chinos en la guerra de
Corea e impulsar una política de cooperación con el líder nacionalista chino, Chiang Kai-
shek, en detrimento de Mao Zedong.
Atributos

Carácter

Al igual que su padre, MacArthur


quiso convertirse en militar de carrera y por
eso en 1898 ingresó con tan sólo 18 años en
la Academia Militar de West Point. Sus
resultados como cadete fueron
impresionantes por sacar notas por encima
del 98’14 sobre 100, incluso obteniendo en
una ocasión la calificación de 100 sobre
100. Al cabo de cuatro años de permanencia
en el acuartelamiento, se licenció con el
número 1 de su promoción en 1903, una
nota que en el siglo XX únicamente fue
superada dos veces en Estados Unidos. Justo un año después, en 1904, ascendió a teniente y
finalmente obtuvo una plaza en el Cuerpo de Ingenieros.
Formando parte del Cuerpo de Ingenieros, MacArthur viajó a las Filipinas para
trabajar como ayudante de su padre en la construcción de cuarteles, quién por aquel entonces
ostentaba el rango de general y comandante del archipiélago, así como jefe del Departamento
del Pacífico. Fue precisamente en las Filipinas cuando MacArthur estableció un vínculo
especial con esa nación, quedando en seguida enamorado de sus paisajes, su gente y su
cultura. Más adelante muchos dirían que Mac Arthur era tan filipino como estadounidense.
Tuvo incluso la oportunidad de viajar por Asia junto a su padre coincidiendo con la Guerra
Ruso-Japonesa de 1905 a través de la siguiente ruta y horario: Nagasaki, Kobe y Kyoto en
Japón; Shangai y Hong Kong (mandatos británicos en China); Java (colonia holandesa);
Singapur (posesión inglesa); Madras, Tuticorin, Quetta, Karachi y Khyber en la India;
Bangkok en Thailandia, Saigón en el Vietnam (protectorado francés); Cantón, Tsingtao,
Pekín, Tientsin, Hankow y las Delagaciones Internacionales de Shangai en China; para
volver finalmente de nuevo a Japón y regresar a Filipinas.
Todo lo anterior en una breve descripción de cargos que nos permiten ver y establecer
su carácter de manera muy rápida y analítica, acercándonos hacía su vinculo de forma
cotidiana; podemos establecer que era un hombre sin duda alguna formado en un entorno
castrense el cual le permitió forjar una gran cantidad de valores morales y una ética de gran
valor de cambio para el liderazgo de hombres. Asimismo, se puede describir como un líder
nacido y formado, es decir, que nació en una cuna de lideres y formado en ese seno familiar,
que inmediatamente se enlisto en las filas del ejército americano termino por formar su
heroico carácter militar, personal y profesional en todos los aspectos de su vida.
Presencia

El general Douglas MacArthur se destacaba por ser un digno


representante de las insignias, uniformes y prendaras honorificas de sus
FFMM; destacado siempre en la batalla y sus puestos de Estado Mayor
por la dignidad y magnificencia con la que aportaba a su imagen pública
como excelente líder; así lograr conseguir un gran sin número de
seguidores que les aportaran a todas sus causas y ponerse en lo más alto
de sus FFMM.
Por influencias de su padre en 1907, MacArthur pasó a
convertirse en asesor militar del presidente Theodore Roosevelt en Washington, cargo que
ostentó en la Casa Blanca hasta la finalización de su mandato como tal. En 1908 tomó el
mando de una compañía de ingenieros en el
Fuerte Leavenworth y en 1911 ascendió a
capitán, rango con el que protagonizó
algunas misiones de vigilancia en el Canal
de Panamá que conectaba el Océano
Atlántico con el Océano Pacífico. Todos
aquellos cargos le permitieron en 1912
entrar a formar parte del Estado Mayor del
Ejército Estadounidense justo cuando para
la nación empezaban a soplar vientos de
guerra.
Intelecto

Por profesión, soy un soldado, y me enorgullezco de ello. Pero estoy aún más
orgulloso —infinitamente más orgulloso— de ser un padre. Un soldado destruye para poder
construir; el padre solo construye, nunca destruye. Uno tiene el potencial de la muerte; el otro
personifica la creación y la vida. Y mientras las hordas de la muerte son poderosas, los
batallones de la vida son aún más poderosos. Es mi esperanza que mi hijo, cuando me haya
ido, me recuerde no en batalla, sino en casa repitiendo con él nuestra sencilla plegaria diaria,
«Padre nuestro que estás en el cielo»
MacArthur es una de las figuras más controvertidas en la historia estadounidense.
Admirado por muchos, que defienden su brillantez estratégica y táctica, es también criticado
por otros tantos que le acusan de tener un discutible criterio militar y le recriminan sus
acciones en el ejercicio del mando, en especial su desafío al presidente Truman en 1951,
debido en gran parte al probado e infundado odio que se tenían mutuamente. Se caracterizó
por ser un ferviente anticomunista, y sus últimas campañas (en Japón y Corea) trató de evitar
cualquier invasión o ataque comunista proveniente de China o la Unión Soviética, primero
impidiendo a Stalin ocupar parte de Japón, y luego al desafiar a los chinos en la guerra de
Corea e impulsar una política de cooperación con el líder nacionalista chino, Chiang Kai-
shek, en detrimento de Mao Zedong.
El general MacArthur tomó parte en tres guerras a escala mundial (Primera Guerra
Mundial, Segunda Guerra Mundial y la guerra de Corea) y llegó a alcanzar el rango de
general del Ejército, uno de los cinco que lo han ostentado en la historia militar de los Estados
Unidos. El presidente de Filipinas Manuel L. Quezón lo nombró mariscal de campo de
Filipinas en 1938, el único estadounidense que ha ostentado ese rango en toda la historia.
Competencias

Liderar

El liderazgo es todo un furor en la actualidad. Abundan libros, artículos y conferencias


sobre el liderazgo y la calidad de los líderes. Cada gerente o director de empresa tiene que
ser, actuar y desarrollarse de acuerdo con un patrón establecido.
El liderazgo importa. Pero, ¡ay de mí! es algo diferente de lo que ahora está
identificado como tal. Tiene poco que ver con la “calidad del liderazgo” y aún menos con el
“carisma”. Es algo mundano, poco romántico y hasta aburrido. Su esencia es “el desempeño”.
En primer lugar, el liderazgo no es en sí mismo bueno o deseable; el liderazgo es un
medio. Una pregunta crucial es ¿qué es el liderazgo? La historia nos habla de tres máximos
líderes carismáticos: Stalin, Hitler y Mao, tres engañosos líderes que infligieron tanto
sufrimiento a la humanidad como jamás se haya recordado.
Pero efectivamente el liderazgo no depende del carisma: Dwight Eisenhower, George
Marshall y Harry Truman fueron singularmente líderes efectivos y ninguno poseyó más
carisma que un esturión muerto. Tampoco lo fue Konrad Adenauer el ministro alemán que
reconstruyó la Alemania Occidental después de la Segunda Guerra Mundial. Asimismo,
habría que reconocer al agrio y malhumorado Winston Churchill en los años de guerra y
posteriores, ¿qué podía importar su carácter si sus resultados eran altamente positivos?
De esta manera el carisma llega a ser una carga para los líderes. Los hace inflexibles,
convencidos de su propia infalibilidad, no dispuestos al cambio. Esto es lo que les sucedió a
Stalin, a Hitler o a Mao y es una característica común en personajes de la historia, de la cual
solamente Alejandro Magno se salva, porque murió muy joven, y así evitó caer en acciones
censurables.
El carisma no es por sí mismo garantía de efectividad; como líder John F. Kennedy
puede haber sido el más carismático de los últimos presidentes de los Estados Unidos, pero
su efectividad dejó mucho que desear.
Tampoco son garantía cosas como “cualidades de líder” o “personalidad de líder” ya
que Franklin D. Roosevelt, Dwight Eisenhower, el mariscal Montgomery y Douglas
MacArthur fueron altamente efectivos en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y
ninguno de ellos compartió rasgos de personalidad o calidad significativa.
¿Qué es entonces el liderazgo sí no es carisma y no es una serie de rasgos de la
personalidad? Lo primero que hay que decir es que es trabajo, algo remarcado una y otra vez
por los más carismáticos líderes: Julio César por ejemplo o el general Douglas MacArthur o
para usar un ejemplo en el área de los negocios el Sr. Alfred Sloan que construyó y dirigió la
General Motors desde 1920 hasta 1955.
El fundamento de un liderazgo efectivo es pensar a través de la misión de la
organización, definiéndola y estableciéndola clara y visiblemente. El líder fija las metas, fija
las prioridades y fija y mantiene los estándares. Él hace compromisos y está firmemente
convencido que no es el centro del universo, solamente los líderes engañosos como Stalin,
Hitler o Mao sufrieron de esta ilusión. Pero antes de aceptar un compromiso, el líder efectivo
ha pensado que éste es correcto y deseable. La primera tarea de un líder es ser la trompeta
que emite el más claro sonido.
Lo que distingue a un líder real de un líder engañoso son sus metas. Cualquiera que
sea el compromiso que él haga con las limitantes de la realidad -lo cual puede comprender
problemas políticos, sociales, financieros o interpersonales- es compatible con su misión y
metas y esto determina al verdadero líder efectivo. En cualquier caso, él mantiene rapidez en
la implementación a unos cuantos estándares básicos (ejemplificándose en su propia
conducta) o a cualquier “estándar” que pueda vaciar en sus seguidores, fuera de toda
hipocresía.
El segundo requisito es que el líder vea el liderazgo como una responsabilidad, más
que como un rango o privilegio. El líder efectivo es raramente “permisivo”, pero cuando las
cosas van mal, no culpa a otros. Precisamente porque un líder efectivo sabe que él y
solamente él es el último responsable, no se detiene a exigir y apoyar a sus asociados y
subordinados; los líderes engañosos, por el contrario, siempre van por las purgas. Un líder
efectivo quiere asociados fuertes, los motiva, los impulsa y los reconoce en sus triunfos; se
mantiene como único responsable de los errores de sus asociados y de sus subordinados.
El líder efectivo ve el triunfo de sus asociados y subordinados como sus triunfos, más
que como una amenaza. Un líder puede ser personalmente vanidoso como lo fue el general
MacArthur hasta en forma patológica, o bien puede ser humilde como Lincoln o como
Truman a tal grado de tener complejo de inferioridad. Pero los tres estaban dispuestos a todo,
a ser independientes y confiables a otra gente. Ellos motivaban a sus asociados y
subordinados, los reconocían y los promovían, los hacían ver como personas diferentes.
Un líder efectivo sabe, por supuesto, que hay un riesgo: la gente tiende a ser
ambiciosa, pero está consciente que tal riesgo es mucho menor que el de ser servido por
personas mediocres. También sabe que lo más grave que un líder puede causar a una
organización es el colapso que pudiera originarse cuando la deje o muera, como cuando Stalin
murió y hubo un fuerte impacto negativo en el país. Esto sucede muy a menudo en las
compañías. Un líder efectivo sabe que la última tarea del liderazgo es crear energía y visión
humana: hacer gente efectiva.
El requisito final de un líder efectivo es ganarse la confianza, de otra manera no puede
tener seguidores y la única definición de un líder es alguien que tiene seguidores. Confiar en
un líder no implica necesariamente ser como él; tampoco es, estar de acuerdo con él.
Confianza es la convicción de que lo que él dice es lo correcto, es lo que alguien menciona
como “integridad”. Las acciones de un líder y sus creencias, deben ser congruentes o al
menos compatibles. La efectividad de un líder no está basada en que sea listo, sino
consistente.

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