Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Actualmente Colombia constituye uno de los países con suficiente yodo y las causas
más comunes son: disgenesias tiroideas (aplasia, hipoplasia o una glándula
ectópica), errores innatos en la síntesis de tiroxinas y paso trasplacentario de
anticuerpos bloqueadores del receptor de la TSH en bebés de mujeres que tienen
una tiroiditis autoinmune. Rara vez se detecta un Hipotiroidismo por deficiencia de
TSH (Hipotiroidismo central) por daño de las estructuras de la base del cráneo
durante el parto o por defectos genéticos puntuales en la producción de la TSH (sola
o con otras hormonas hipofisarias) o por resistencia a las hormonas tiroideas. Otras
causas incluyen el uso de ciertos medicamentos por parte de la madre o la
aplicación accidental de yodo radioactivo después de la semana 12 de embarazo.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Esta glándula es uno de los órganos con mayor capacidad de respuesta del
organismo, de manera que responde a muchos tipos de estímulos y se encuentra
en un estado de adaptación constante. Durante la pubertad, embarazo, y el estrés
fisiológico de cualquier naturaleza, la glándula aumenta de tamaño y se hace más
activa; existen varios agentes químicos, a los que en conjunto se denominan
Bociógenos, que pueden inhibir la función de la glándula tiroides.
HORMONAS TIROIDEAS
En los folículos de la glándula tiroides las hormonas tiroideas forman parte de una
proteína denominada tiroglobulina. Esta es una glucoproteína, con grandes
cantidades del aminoácido tirosina que es segregada por las células foliculares a la
luz de los folículos mediante un proceso de exocitosis. En los folículos, los residuos
de tirosina de la tiroglobulina experimentan yodación. El yoduro es transportado
activamente desde el plasma a las células foliculares. El transporte aumenta en
situaciones de déficit de yodo. Se trata de un cotransporte sodio (Na+l) y yoduro (l-
). Algunos aniones, como el tiocianato y el perclorato, son inhibidores competitivos
del transporte de I- e interfieren en la síntesis de hormonas tiroideas.
Las hormonas tiroideas son transportadas por el plasma, en su mayor parte, unidas
a la globulina TBG (globulina transportadora de tiroxina) y, en menor proporción, a
la prealbumina y la albumina. Una pequeña proporción de hormona circulan en
forma libre. Solo la forma libre se une a los receptores celulares, por lo que la TBG
actúa como un reservorio de hormona en el plasma. En los tejidos, la hormona T4
es transformada en T3, más activa y en una forma inactiva denominada rT3 (T3
reserva). La hormona T3 se une a un receptor nuclear y aumenta la transcripción
de un conjunto de genes. Actúa también a nivel postranscripcional. Una de las
proteínas sintetizadas bajo la acción de la hormona tiroidea es la ATPasa NA+/K+.
El aumento de la síntesis de esta proteína en muchos tejidos (con la excepción del
sistema nervioso, las gónadas y el bazo) implica un aumento del consumo de O2,
del metabolismo basal y de la producción de calor.
La secreción de hormonas tiroideas (T3 y T4) está controlada por factores tróficos
secretados tanto por el hipotálamo como por la hipófisis anterior. Las
concentraciones bajas de T3 y T4 estimulan la liberación de la hormona liberadora
de tirotropina (TRH) desde el hipotálamo y de hormona tiroestimulante (TSH) desde
la hipófisis anterior, lo que provoca un incremento de la concentración de T3 y T4.
A su vez, las concentraciones altas de T3 y T4 suprimen la secreción de ambas,
TRH y TSH. Esta relación se denomina retroalimentación negativa. La TSH se une
a su receptor en el epitelio folicular tiroideo, lo que determina la activación de las
poteinas G, la liberación de monofosfato de adenosina cíclico (AMPc), y la síntesis
y liberación de hormonas tiroideas mediadas por AMPc (T3 y T4). En la periferia, la
T3 y T4 interactúan con el receptor de hormonas tiroideas (TR) y forman un complejo
que se transloca al núcleo y se une a los denominados elementos de respuesta
tiroidea (TRE) sobre los genes diana que inician las transcripción.
HIPOTIROIDISMO
Las hormonas tiroideas son importantes para el desarrollo del SNC. La deficiencia
en la vida fetal o en el nacimiento altera el desarrollo neurológico, incluyendo la
hipoplasia de las neuronas corticales. La cefalea es frecuente, la hipoxia cerebral
debida a alteraciones circulatorias predispone a ataques de confusión y sincope
HIPOTIROIDISMO Y EMBARAZO:
Se debe tratar a las mujeres embarazadas con niveles de TSH por encima de los
niveles de referencia específicos de cada trimestre del embarazo y con niveles bajos
de tiroxina libre, así como a todas las mujeres con niveles de TSH= 10 mUI/L,
independientemente de sus niveles de tiroxina libre.
Con respecto al HT subclínico (TSH sérica entre 2,5 y 10 mUI/L con niveles
normales de tiroxina), la guía americana concluye que faltan ensayos controlados y
no hay pruebas suficientes para hacer recomendaciones a favor o en contra del
tratamiento con levotiroxina. Algunos autores sugieren tratar el HT subclínico en el
embarazo sólo si hay anticuerpos antiTPO positivos, mientras que otros organismos
están a favor de tratar siempre, debido a que es importante mantener el eutiroidismo
para el desarrollo normal del niño. En los casos en los que se decide no tratar, se
recomienda monitorizar la progresión a HT manifiesto, analizando la TSH cada 4
semanas hasta la semana 16-20 de gestación y luego por lo menos una vez entre
las semanas 26 y 32.
CRETINISMO
MIXEDEMA
Patogenia: se cree que la tiroiditis subaguda se debe a una infección viral o que se
trata de un proceso inflamatorio pos viral. Casi todos los pacientes refieren
antecedentes de infección de las vías respiratorias superiores inmediatamente
antes de la aparición de la tiroiditis. La enfermedad tiene una incidencia estacional,
con valores máximos durante el verano; además, se han descrito grupos de casos
asociados al virus coxsackie, de la parotiditis epidémica, del sarampión, adenovirus
y otras enfermedades virales.
DIAGNÓSTICO:
Los valores normales de estas hormonas varían del laboratorio, pero estas las
encontramos aproximadamente
TRATAMIENTO
LEVOTIROXINA
Desde este punto de vista, conviene recordar que algunas de las manifestaciones
clínicas del hipotiroidismo pueden persistir meses después de normalizada la
función tiroidea y algunos pacientes pueden insistir en este aspecto. Una situación
especial puede ser la aparición de un claro empeoramiento clínico al iniciar el
tratamiento sustitutivo (a pesar de mantener la TSH en la mitad inferior del intervalo
normal). En estos casos conviene descartar la asociación con una enfermedad de
Addison también autoinmunitaria Considerada esta excepcionalidad, en general, si
el paciente presenta clínica indicativa de hipotiroidismo a pesar de mantener la
función tiroidea bien regulada, algunos autores2 indican aumentar la dosis del
tratamiento sustitutivo en 12,5 a 25μg (cada día o días alternos) o bien administrar
levotiroxina por la noche, ya que para algunos investigadores la toma nocturna
aumenta su absorción Otros proponen cambiar 50μg de levotiroxina por 12,5μg de
liotironina (T3), sobre la base de que algunas puntuaciones psicométricas mejoran
significativamente con esta pauta. De momento, las pruebas disponibles no apoyan
la utilización generalizada de esta propuesta de tratamiento combinado en las
personas con hipotiroidismo. En estos casos conviene informar al paciente que el
cambio puede ser transitorio y reversible, en función de la respuesta terapéutica,
además de explicar los síntomas guía de un exceso de dosis. Desde este mismo
punto de vista, si en los pacientes de edad >60 años la concentración de la TSH es
baja, es aconsejable reducir la dosis de la levotiroxina en 25μg (diarios o en días
alternos), ya que en esta situación aumenta el riesgo de osteoporosis y de fibrilación
auricular La dosis final parece estar relacionada con el peso corporal (masa magra)
y con la concentración inicial de la TSH.
Opción 2: iniciar con 50μg/día y ajustar la dosis (25μg) cada 2 a 3 meses, hasta
que se normalice la TSH.
La liotironina es 4 veces más potente que la levotiroxina (T4) y tiene diversos efectos
fisiológicos como son: efectos cronotrópico e inotrópico en el sistema
cardiovascular; en el desarrollo y funcionamiento de sistema nervioso central;
temperatura corporal; aumenta el número de receptores para catecolaminas y
amplifica la respuesta postreceptor en el sistema simpático; aumenta la
eritropoyetina; regula el metabolismo óseo; permite la relajación muscular, así como
la correcta respuesta del centro respiratorio a la hipoxia e hipercapnia; interviene en
los niveles de producción de hormonas gonadotrofinas y somatotropa o GH. La
liotironina se absorbe casi por completo en el tracto gastrointestinal (95%), se une
en casi un 99% a proteínas plasmáticas (tiroglobulina), con una vida media
promedio de 1 a 2 días en pacientes eutiroideos. Las hormonas tiroideas se
metabolizan principalmente en el hígado.
Como resultado de una conjugación con los ácidos glucurónico y sulfúrico, por
medio de un grupo hidroxilo fenólico, se genera una forma excretable a través de la
bilis. Una parte de los productos conjugados eliminados por la bilis se hidroliza y se
reabsorbe como hormona activa en el intestino, por medio de la circulación
enterohepática. El resto se elimina por las heces.
Adultos: La dosis inicial usual de 25 mcg/día, con incrementos de 12,5-25 mcg cada
1-2 semanas hasta alcanzar las dosis precisas para restablecer el estado
eutiroideo.
– Ancianos y pacientes con alteraciones cardiovasculares: inicialmente 5 mcg/día,
con incrementos de 5 mcg cada 1-2 semanas; dosis usual de mantenimiento, 25-75
mcg/día.
– Niños, cretinismo (hipotiroidismo congénito): Inicialmente 5 mcg/día, con
incrementos de 5 mcg cada 3 días hasta 20 mcg/día (niños pequeños), 50 mcg/día
(niños de 1-3 años), dosis similar al adulto (niños mayores de 3 años).
Reacciones adversas
Sobredosificación: