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México Bárbaro

John Kenneth Turner

Por Carlos Fernando Téllez Cabello, 5AM1

Desde que comencé mi educación y se me empezó a enseñar la historia, repasábamos repetidas


veces el pasado de esta Nación, comenzando con los pueblos que habitaban Mesoamérica, más
tarde hablando de la llegada de las colonias españolas, el surgimiento de los insurgentes que
buscaban la independencia, el Porfiriato y su sangrienta revolución en el país como
conclusión a esa era; siempre haciendo énfasis en los héroes mexicanos que dedicaron su vida
por el bienestar de todo el pueblo.
El periodista Kenneth Turner, nos regala la visión que tiene un extranjero al ver a este país;
y en lo personal, también hace reflexionar al público contemporáneo mexicano, donde la
mayoría no conoce los detalles de ese pasado tan oscuro y vergonzoso que trata de ocultar
México.
A lo largo de mi vida, jamás imaginé que la esclavitud era algo que hubiera estado presente
en el país durante el siglo XX; podría pensarse. por lo que había leído en mis libros de texto,
que eso era cosa de la Nueva España, donde los indígenas eran obligados a trabajar para la
corona española; sin embargo, Turner me hizo romper ese esquema que tenía del México joven,
esa imagen que me hacía pensar que cada uno de los líderes de este país, en sus comienzos,
solo querían lo mejor para que la nación prosperara y se pudiera desarrollar como una gran
potencia. Esa es la imagen que tenía al escuchar el nombre de Porfirio Díaz, se me hizo creer
durante mucho tiempo que ese hombre buscaba hacer crecer al país y que su largo mandato se
debía a que en esos tiempos no había alguien mejor preparado; reafirmé ese pensamiento al
leer Yo, Díaz; un libro de Pedro J. Fernández donde se pueden leer los testimonios de Porfirio
mucho antes de subir al poder, se lee que es un hombre de guerra con un corazón noble, al que
no le importaría dar su vida en el campo de batalla a cambio de defender a México.
John K. Turner quita esa perspectiva novelística que tenía Díaz, por lo menos para mí, porque
siendo sinceros ¿Quién no ha escuchado a algún mexicano decir que Porfirio Díaz fue el
mejor presidente de este país? Todo fue ocasionado por una oleada de pensamientos burdos e
investigaciones inconclusas de diferentes fuentes, las cuales se volvieron aún más fuertes hace
algunos años en redes sociales como Facebook o Twitter, donde las personas se unían en grupos
con el pensamiento de enaltecer a personas o movimientos, que hicieron mucho daño a su
pueblo, casi todas pensando que, aunque hayan cometido errores, fueron un buen
acontecimiento para el país.
Investigando más a detalle lo que mencionó Turner en México Bárbaro, descubrí que todo lo
que narra se puede basar en diferentes investigaciones que realizó él u otros periodistas,
además de testimonios de personas que fueron víctimas de tragedias como la esclavitud en el
Valle Nacional, los exilios, ejecuciones o que fueron presos políticos; detalles que dan tristeza
a cada página que lees de este libro, ya que uno no imagina que México estuvo en tal situación
en una etapa donde se me enseño que era una época vital para el futuro del país. Es doloroso
saber que la empatía de ser humano a ser humano puede llegar a desaparecer por la avaricia
de tener más de todo; dinero, poder o personas bajo un yugo esclavizante; se me hace difícil de
creer que la vida misma, tenía un precio comercial, como si hablaran de comprar cualquier
objeto en una tienda comercial, y que al igual que este producto; si no sirve, se descompone o
se rompe, se puede desechar y comprar otro nuevo. Personas que sólo querían tener una mejor
oportunidad o poder sustentar mejor a sus familias siendo pisoteadas por el sistema que el
gobierno, la policía y el mismo pueblo defendían, debido a que era un negocio para todos.
Uno podría llegar a empatizar con la vida de una persona que vivió en Valle Nacional, la cual
haya llegado de buena fe en búsqueda de oportunidades, o como parte de un secuestro y
obligado a realizar trabajos forzados para pagar una deuda que nunca acabaría y que al
contrario, se vuelve demasiado grande; uno podría llegar a imaginarse labrando el campo
mientras se le va la vida al ver todas las heridas que el arduo trabajo le han ocasionado, podría
pensar en que esas ampollas en las manos o pies algún día podrán pagar tan inalcanzable
libertad, podría hasta incluso pensar en que podría generar dinero para sacarse de ahí junto
con su familia y vivir en otro lugar con más comodidades; sin embargo esto solo era un sueño
guajiro para todas esas personas que, en su mayoría, moría con la esperanza pisoteada.
Podría uno incluso, al leer este libro, imaginarse que es un niño el cual es separado de su
madre a corta edad y se le manda lejos, muy lejos de casa a trabajar y servir a personas que
ahora son sus dueños, su vida les pertenece, en ese momento uno se enteraba que su cuerpo y
su vida, como conjunto, tenía un costo y ya se había hecho la compra de su misma existencia
para laborar en un lugar que nunca había visto; podríamos imaginarnos con lagrimas en los
ojos mientras el sonido de nuestro estómago no deja de sonar y la tierra entra por los agujeros
de nuestros zapatos, podríamos imaginar como vamos perdiendo la cordura cada solitaria
noche. Es por eso por lo que este libro, aparte de ser parte de mi evaluación, me atrapó por
completo en cada capítulo que pasaba, ya que lograba empatizar con cada gremio que el señor
Turner describe.
El fin de esa época, con la revolución mexicana le enseñó al país que no es débil y que podría
llegar a enfrentarse a cualquier situación y que es el mismo valor del pueblo el que
sobresaldría ante las armas del enemigo, pero ¿realmente todo esto terminó con el
derrocamiento de la tiranía de Díaz? Podríamos concluir con esa pregunta, porque a pesar de
que en la actualidad no tenemos a un dictador al mando, podríamos comparar varios aspectos
de la época con lo que hemos vivido hoy en día; como la matanza de Acteal, la tragedia del 68,
los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, gente desaparecida, mujeres asesinadas o secuestradas a
lo largo y ancho del país, contrincantes políticos siendo encarcelados o asesinados. La lista de
acontecimientos es muy larga y cada uno tiene en común una serie de intereses económicos o
políticos, donde al igual que los reyes del henequén defendían cada porción de tierra o
cantidad de vidas que poseían, actualmente las personas que dirigen este país hacen
exactamente lo mismo, sin importar las condiciones en las que el país pueda sostenerse. Este
libro nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre el futuro que queremos para el país y,
aunque suene imposible hacer una diferencia a nivel nacional, son los cambios personales y
en conjunto los que harán una diferencia notable, podríamos aprender de esto para poder
empezar a sentir más empatía por todas las demás personas, compatriotas o en nuestro caso,
compañeros de carrera; todos los que estamos presentes en una Universidad pondremos un
grano de arena para mejorar la situación del país, y solo la historia nos enseñará a que lugares
no debemos regresar jamás y que cosas no funcionan para el desarrollo de la nación.

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