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Gálatas 5:7-12

7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad? 8 Esta persuasión no procede de aquel

que os llama. 9 Un poco de levadura leuda toda la masa. 10 Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no
pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. 11 Y yo, hermanos, si
aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la
cruz. 12 ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!
Intro: En esta porción del capítulo 5 notamos una vez más que Pablo hace referencia al cambio de rumbo que
las iglesias en Galacia estaban tomando. Una vez más Pablo, enérgicamente, con un celo santo y vehemente,
hace alusión a los que estaban perturbando a las iglesias diseminando entre ellas la pervertida doctrina
judaizante. Al igual que anteriormente encontramos a Pablo confiado, no en su labor, o en la piedad de los
gálatas, sino en Dios y en su providencia, que restauraría la convicción evangélica de los gálatas. Sobre el
versículo 11 podemos deducir que los herejes judaizantes estaban apelando al uso incluso de la figura
apostólica de Pablo como soporte para su falsa predicación, seguramente acusando a Pablo de doblez en su
predicación. El apóstol permanece firme al lado del verdadero evangelio, aun cuando tal supone un tropiezo
para algunos. Pablo finaliza con una afirmación impactante que transmite el celo santo y vehemente que tomaba
su ser cuando la pureza del evangelio era amenazada, Pablo era muy celoso en cuanto a la exclusividad del
evangelio, no admitía cualquier alteración, sea por añadir o quitar algo al mensaje del evangelio. Errar en
cuanto a la doctrina de la justificación por la fe sola es fatal, sea en la mediad que sea, citando sus palabras, un
poco de lavadura fermenta toda la masa.

Al igual que en el resto de la carta, todo argumento de Pablo gira en torno de esta verdad: ¡No hay
otro evangelio! Específicamente la faceta del evangelio que es enfatizada en todo el texto a los
gálatas es la exclusividad del evangelio en cuanto a la suficiencia de la vida, muestre, y
resurrección de Cristo para declarar sin culpa, y recto ante Dios, a todo aquel que cree, sea judío,
sea gentil, sea esclavo, sea libre, sea hombre, sea mujer, sin distinción alguna, todo el que cree es
uno en Cristo, es uno con Cristo, es declarado hijo de Dios, y heredero según la promesa.
Ahora bien, todo esto suena muy lindo, pero para algunos suponía un escándalo, suponía un
tropiezo en su camino. Básicamente encontramos dos tipos de reacciones ante la cruz de Cristo, a
partir de la cruz de Cristo alguno corren bien, van en buena dirección, prosiguen seguros, pero para
otros, la cruz es un escándalo, es un impedimento en su trayectoria, es un tropiezo en su camino.
Pensando en el contexto de la carta a los gálatas, ¿qué quiere decir Pablo, cuando por implicación
afirma que no ha cambiado en nada el mensaje que predica, el cual, para sus perseguidores, se
representa como el tropiezo de la cruz? ¿Por qué el mensaje de la cruz es un tropiezo? Y ¿Cómo
este concepto nos conecta con toda la enseñanza de la carta?
El tropiezo de la cruz.
Empecemos por responder a la siguiente pregunta: ¿Qué representa la cruz?
Es interesante que Pablo afirme que los gálatas corrían bien, obviamente se refiere a su carrera cristiana, la
carrera hacia la nación celestial. Ellos corrían según la verdad del evangelio, la verdad del evangelio de Dios,
quien llama a todos los hombres a reconciliarse consigo por medio de la Cruz de Cristo. De modo que la cruz,
en el mensaje del evangelio, no es un tropiezo, sino el punto de partida, donde la jornada hacia la nación
celestial empieza. Quisiera ilustrar este punto leyendo una porción del libro “El progreso del peregrino” de
John Bunnyan, el cual ilustra el viaje de un cristiano a la ciudad celestial. El capitulo primero de esta obra se
titula: Cristiano, convencido de pecado, huye de la ira venidera, y es dirigido por Evangelista a Cristo. Y el
capitulo que les leeré se titula: Cristiano llega a la Cruz. Se le cae la carga de sus hombros, es justificado y
recibe una investidura y un diploma de adopción en la familia de Dios. Les leo:
Después, en mi sueño, vi a Cristiano ir por un camino resguardado a uno y otro lado por dos murallas
llamadas salvación. Marchaba, sí, con mucha dificultad, por razón de la carga que llevaba en sus espaldas;
pero marchaba apresurado y sin detenerse, 'hasta que lo vi llegar a una montaña, y en cuya cima había una
cruz, y un poco más abajo un sepulcro. Al llegar a la cruz, instantáneamente la carga se soltó de sus hombros,
y rodando fue a caer en el sepulcro, y ya no la vi más. ¡Cuál no sería entonces la agilidad y el gozo de
Cristiano! “¡Bendito Él - le oí exclamar—, que con sus penas me ha dado descanso, y con su muerte me ha
dado vida!” Por algunos instantes se quedó como estático mirando y adorando, porque le era muy
sorprendente que la vista de la Cruz así hiciese caer su carga; continuó contemplándola, pues, hasta que su
corazón rompió en abundantes lágrimas. Llorando estaba, cuando tres Seres resplandecientes se pusieron
delante de él, saludándole con la 'Paz”. Luego, el primero le dijo: —Perdonados te son tus pecados. Entonces
el segundo le despojó de sus harapos y le vistió de un nuevo ropaje, y el tercero le puso una señal en su frente;
le entregó un rollo sellado, el cual debía estudiar en el camino, y entregar a su llegada, a la puerta celestial.
Cristiano, al ver todo esto, dio tres altos de alegría, y continuó cantando:

Vine cargado con la culpa mía


De lejos, sin alivio a mi dolor;
Mas en este lugar, ¡oh, qué alegría!,
Mi consuelo y mi dicha comenzó.
Aquí cayó mi carga, y su atadura
En este sitio rota, yo sentí.
¡Bendita cruz! ¡Bendita sepultura!
¡Y más bendito quien murió por mí!

Aquí vemos lo que la cruz significa en la experiencia cristiana, lo que básicamente podríamos resumir en dos
afirmaciones: “La cruz es una terrible y atroz muestra de la justa ira y el rechazo del único, santo y justo
Dios hacia el pecado, y hacia el pecador. La cruz es una maravillosa e increíble muestra del amor
incondicional de Dios, de su gracia misericordiosa, y de su inmutable y fiel justicia”.
Pablo en estos versículos, una vez más, defiende la exclusividad del evangelio de la justificación solamente por
la fe, frente al mensaje legalista que afirmaba que el hombre necesita aportar su obediencia religiosa, en este
caso la circuncisión, para que, cumpliendo las demandas de la ley, llegue a ser apto, recto y justo, para la
herencia eterna, que es la salvación de la condenación eterna, y la adopción como hijo de Dios. Este mensaje
legalista no es el evangelio, y no es según la (…) Vs 8 – “persuasión, el incentivo, el empuje, de aquel que os
llama”. “Este convencimiento, esta idea, no viene de Dios, porque él llama a libertad”…

El verdadero evangelio es claro en descubrir la situación desesperada de todo ser humano, el verdadero evangelio
descubre el miserable estado de la raza humana bajo la esclavitud del pecado. El verdadero evangelio revela que toda
persona, religiosa o no, está sometida a un estado deplorable de total depravación y por lo tanto sin cualquier esperanza
ante el justo juicio de Dios. Pablo en la carta que escribió a la iglesia en Roma, guía a sus lectores a entender esta misma
doctrina, la justificación por la fe sola, al hacerlo desarrolla muy claramente este concepto bidimensional, por un lado
todos, sin excepción de persona, sea judío, sea gentil, todos son naturalmente desgraciados, miserables, llenos de pecados
y merecedores de una cosa sola, la ira y el rechazo eterno de Dios. Por otro lado, a todos, de igual manera se les ofrece el
perdón de los pecados y la justificación solamente por la fe en la obra de Cristo, gratuitamente solamente por la fe. Todos
igualmente son unos desgraciados, a todos igualmente se les ofrece gracia. Romanos 3:9-12; 21 – 30 => 9 ¿Entonces
qué? ¿Somos nosotros (los judíos) mejores que ellos (los gentiles)? De ninguna manera; porque ya hemos
denunciado que tanto judíos como griegos (gentiles en general) están todos bajo pecado; 10 como está escrito: NO
HAY JUSTO, NI AUN UNO; 11 NO HAY QUIEN ENTIENDA, NO HAY QUIEN BUSQUE A DIOS; 12 TODOS SE HAN DESVIADO,
A UNA SE HICIERON INÚTILES; NO HAY QUIEN HAGA LO BUENO, NO HAY NI SIQUIERA UNO. (…) 21 Pero ahora, aparte
de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, atestiguada por la ley y los profetas; 22 es decir, la justicia de
Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; 23 por cuanto todos
pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,24 siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la
redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través
de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos
anteriormente, 26 para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que El sea justo y sea el que justifica al que
tiene fe en Jesús. 27 ¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino
por la ley de la fe. 28 Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la
ley. 29 ¿O es Dios el Dios de los judíos solamente? ¿No es también el Dios de los gentiles? Sí, también de los
gentiles, 30 porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la
fe a los incircuncisos. Por medio de la cruz de Cristo Dios ofrece perdón de pecados y la justificación al que cree.

Para el desesperado, el que es consciente de su miserable condición, la cruz de Cristo, la muerte de Cristo, es
liberación, es la muestra de justicia, poder, misericordia y amor más abrumadora de la historia. En la cruz de
Cristo lo irreconciliable milagrosamente es reconciliado. John Stott, en su libro “La Cruz de Cristo”, lo
expresó así: En la cruz, en su santo amor, Dios pagó Él mismo por medio de Cristo toda la deuda de nuestra
desobediencia. Él soportó en su persona el juicio que merecíamos nosotros con el fin de obtener para nosotros
el perdón que no merecíamos. En la cruz se expresaron y se reconciliaron eternamente, tanto la misericordia
como la Justicia divina. El santo amor de Dios fue 'satisfecho'. John Stott – La cruz de Cristo.

Pero están aquellos que son enemigos de la cruz, aquellos que encuentra a la cruz como un tropiezo en su
camino de arrogancia. Éstos son los que, al igual que los judaizantes, presumían de su piedad, de su obediencia
religiosa, de su raza, de su estatus, los que están vendados por sus pecados y no se percatan que son
“miserables y dignos de lástima, pobres, ciegos y desnudos”… La cruz es un estorbo para el legalista, porque
tira por tierra sus esfuerzos de “autopromoción celestial”. El evangelio de la cruz de Cristo muestra el grado de
ira e insatisfacción de Dios al mirar a los esfuerzos religiosos de los hombres, de tal modo que Dios se hizo
hombre y cargó sobre si el pecado tanto de los judíos como de los gentiles, igualando en su estado miserable, a
los orgullosos judíos con aquellos que ellos despreciaban, los gentiles. El evangelio de la cruz de Cristo exalta
únicamente a Dios, y esto es tropiezo y locura para los que se creen superiores y autosuficientes.
Esto lo mismo lo deja muy claro Pablo en 1 Corintios 1:23-31 - 23 pero nosotros predicamos a Cristo
crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; 24 mas para los llamados, así
judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. 25 Porque lo insensato de Dios es más sabio
que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. 26 Pues mirad, hermanos, vuestra
vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; 27 sino que lo
necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para
avergonzar a lo fuerte; 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para
deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. 30 Mas por él (Dios) estáis vosotros en
Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31 para
que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

Este rechazo a la cruz de Cristo se puede manifestar de formas muy escandalosas, pero también de manera sutil,
al punto que le consideremos como algo de poca importante, llevándonos a reaccionar con cierta
condescendencia ante el engaño. Movidos por temor a los hombres, como Pedro en la controversia relatada por
Pablo en el capítulo 2, o como por la escandalosa actitud de los judaizantes tratando de separar a los gálatas de
Pablo y sus colaboradores, como leemos en el capitulo 4:17, al predicar abiertamente un mensaje pervertido.
Pablo no lo veía así, con la expresión: “un poco de levadura fermenta toda la masa” nos muestra la seriedad del
asunto. William Hendriksen comenta: Ellos (los gálatas), deben darse cuenta que su presente curso de acción
significa que están diciéndole “no” a nadie menos que a Dios mismo (cf. 1:15). Y esta es una forma moderada
de decirles que han empezado a decirle “sí” a Satanás, el cual está usando a los judaizantes para distorsionar la
verdad del único evangelio. Dios castigará a los enemigos de la Cruz, los que pervierten el evangelio de
Cristo… Vs 10 - Quienquiera que sea.

Este pasaje Nos enseña que:

 Conducirnos en nuestra vida guiados por una noción de autosuficiencia religiosa es oponerse al evangelio
de la cruz de Cristo y desobedecer a la verdad de Dios el cual nos llama a una relación intima con Él que
solo es posible mediante la cruz de Cristo.

 Dios no es indiferente a la arrogancia y afrenta de los que pervierten el evangelio de la cruz de Cristo.
Siguiente el ejemplo de Pablo, tampoco nosotros debemos ser indiferentes o condescendientes, sea callando
ante el error, sea diluyendo el mensaje del evangelio, quitando el peso y la seriedad del mensaje de la cruz,
o sea siguiendo a quienes lo hacen.

 El verdadero evangelio de la cruz de Cristo siempre ofenderá a los orgullos, humillará a los altivos, y
generará enemigo. Si el evangelio ofende, no lo cambies, el evangelio es de autoría divina, no tenemos el
derecho de adulterarlo para adular a la soberbia humana.

 Correr bien en la vida cristiana, es correr bajo la sombra de la cruz de Cristo. Es vivir en obediencia a la verdad de
Dios, y esta es: Todos somos desgraciados, agraciados por Dios mediante el sacrificio de Cristo en nuestro lugar. El
que se gloríe, que se glorié en el Señor por su gracia que nos basta (…) La comunidad de Cristo es la comunidad
de la cruz. Debe su existencia a la cruz, y sigue viviendo por la cruz y sujeta a ella. Nuestra perspectiva y
nuestra conducta son ahora gobernadas por la cruz. Todas nuestras relaciones han sido radicalmente
transformadas por ella. La cruz no es simplemente un distintivo para nuestra identificación y la bandera
bajo la cual marchamos; es también la brújula que nos proporciona nuestra ubicación en un mundo
desorientado. En particular, la cruz revoluciona nuestras actitudes hacia Dios, hacia nosotros mismos,
hacia otras personas, tanto dentro como fuera de la confraternidad cristiana. John Stott – La cruz de
Cristo

Todo cristiano verdadero al contemplar la Cruz del glorioso Cristo, y ver allí sus pecados castigados, sus
deudas totalmente pagadas, su salvación conquistada, la Justa y santa ira de Dios satisfecha, sus cargas y sus
pecados tirados a los pies de la cruz, y al avistar desde allí las puertas de la nación celestial, las cuales,
anteriormente a causa de sus pecados y de su enemistad con el Rey de reyes, estaban cerradas, y le era
imposible transponerlas, pero ahora, a la sombra del milagro de la cruz, estás puertas son avistadas abiertas
de par en par, y al Cordero que fue inmolado, al Cristo resurrecto, se le puede contemplar por la fe allí,
firme, de pie, manteniéndolas abiertas, invitando a entrar libremente al que cree, concediéndole entrada al
trono de la gracia, todo verdadero cristiano, el que antes era esclavo pero ahora es libre, el que antes era hijo
del diablo, pero ahora fue adoptado por Dios, mediante el milagro de la cruz, este bien aventurado se rinde
en profunda, asombrada, y gozosa adoración a aquél que salva al más vil de los pecadores solamente por
gracia. Al contemplar la cruz y todo lo que ella significa el cristiano prorrumpe en loor a Dios, al igual que
cristiano el personaje del libro de Bunnyan, que cantaba:

Vine cargado con la culpa mía


De lejos, sin alivio a mi dolor;
Mas en este lugar, ¡oh, qué alegría!,
Mi consuelo y mi dicha comenzó.
Aquí cayó mi carga, y su atadura
En este sitio rota, yo sentí.
¡Bendita cruz! ¡Bendita sepultura!
¡Y más bendito quien murió por mí!
Y al igual que mismo apóstol Pablo:
¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus
juicios e inescrutables sus caminos! 34 Pues, ¿QUIEN HA CONOCIDO LA MENTE DEL SEÑOR?, ¿O QUIEN LLEGO A
SER SU CONSEJERO?, 35 ¿O QUIEN LE HA DADO A EL PRIMERO PARA QUE SE LE TENGA QUE
RECOMPENSAR? 36 Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria para siempre. Amén.
Romanos 11:33-36

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