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Saliendo de la cárcel de la confusión1

Alice Miller
1
Capitulo del libro “Demoliendo los muros del silencio”, 1990. Esta versión corresponde a la
traducción realizada por Irene Intebi, correspondiente a la publicación en “Temas de Maltrato Infantil”, año
4, Nº 13, agosto de 2002.

Era una niña cuando me tope por Para una niña que durante muchos años
primera vez con el muro del silencio. no tuvo hermanos ni hermanas y cuyo
Durante días mi madre solía ignorarme padre, en las raras ocasiones que estaba
para exhibir su poder total sobre mí y en la casa, nunca ofreció protección,
para reducirme a un estado servil. Ella este prolongado, interminable silencio
necesitaba de su poder para disfrazar constituía en una agonía. Aún peor que
sus propias inseguridades ante los el silencio en sí mismo eran los intentos
demás y ante ella mismo. Asimismo infructuosos aunque persistentes para
deseaba negar sus responsabilidades descubrir sus causas. Como “En la
hacia esa niña que, en primer lugar, no colina penal” de Kafka, a la acusada en
había deseado. Las necesidades y las este caso se le negaba cualquier
preguntas de esta niñita simplemente explicación acerca de la índole de sus
rebotaban contra el muro. Por su parte, delitos. Esta omisión contenía, sin
mi madre no sentía la necesidad de embargo, un mensaje: “Si tú ni siquiera
sentirse responsable de su sadismo. sabes por qué te ganaste este castigo,
Desde su punto de vista su queda claro entonces que careces
comportamiento representaba un bastante de conciencia. Mira dentro de
castigo justificado ante mi maldad. ti. Busca. Inténtalo. Será así que tu
Estaba, como se dice habitualmente, conciencia te dirá la culpa que te has
“enseñándome una lección”. ganado. Sólo en ese momento podrás
intentar disculparte. Sólo entonces, si traicione a esa niñita que deseaba, ante
eres afortunada, se te perdonará. Pero todo, comprender la irracionalidad de
todo depende del estado de animo de la su madre para finalmente poder
Autoridad.” modificar su propio destino haciendo
¿Yo sabía que mi vida había comenzado que su madre, la que ella necesitaba, le
en un estado totalitario?. Ni siquiera me hablara. Tuve que traicionarla porque
daba cuenta que era tratada de manera no había nadie que me ayudara a ver la
cruel y confusa, algo que ni se me verdad y a vivir con ella. No había nadie
ocurría sugerir. Por lo tanto, en vez de que me ayudara a condenar la crueldad.
cuestionar el comportamiento de mi Por el contrario, seguí la solitaria
madre, dudaba que mis propios búsqueda de mi propia culpa en los
sentimientos ante el trato injusto fueran laberintos del pensamiento abstracto
adecuados. Como no tenía forma de que no resultaban tan dolorosos como
comparara sus modos con los de otras los hechos desencadenados. Me
madres y como ella constantemente se ofrecían, además, la esperanza de una
describía como la encarnación del deber orientación que me había sido negada.
y del autosacrificio, no tenía más Los sentimientos de la niñita habían
remedio que créele.. De cualquier sido reprimidos antes de ingresar a su
forma, debía creerle. Darme cuenta de conciencia porque eran tan intensos
la verdad hubiera significado la muerte. que literalmente hubieran podido
Debería ser mi maldad la culpable de matarla. Sólo en los últimos años, con la
que Mamá no me hablara, que no ayuda de la psicoterapia que me
respondiera a mis preguntas y que permitió descorrer el velo de esta
ignorara mis pedidos de explicaciones, represión, me permití experimentar el
que la llevara incluso a evitar el dolor y la desesperación, la indiferencia
contacto visual conmigo y devolver mi y la furia justificada de esa niña
cariño con frialdad. La niñita infería maltratada. Fue entonces que pude
que si Mamá la odiaba sería porque ella apreciar las dimensiones del crimen
era aborrecible. cometido contra la niña que fui. Nada
Los recuerdos de aislamiento de esos de lo que me sucedió más tarde, por más
años, de la soledad de esa niña que terrible que haya sido, puede
estaba buscando desesperadamente compararse con esas experiencias.
explicaciones por los castigos que se le A pesar de que en otras etapas de mi
aplicaban, permanecieron vida me topé con el muro del silencio,
completamente reprimidos por casi nunca fui su víctima de la misma
sesenta años. El resultado fue que manera que lo fui en esos tiempos de
maltrato. En etapas posteriores pude con su silencio o que no se tomarán
percibir el muro, juzgarlo, condenarlo. libertades conmigo. De niña, no tenía
Pude dejar de sentirme confundida ante ninguna de esas opciones.
él. Pude defenderme de acusaciones No podía decir: “Voy a buscarme otra
injustificadas y encontrar la ayuda que mamá, una que me hable y me respete,
precisaba. No estuve condenada a no una mujer que no me trate como si no
ver. existiera sino que me deje entender qué
Con frecuencia encontré gente que, de le sucede, una mujer que sepa que le
alguna manera, habían construido sucede porque está viviendo a
barricadas para defenderse de su vida conciencia.” De niña no me quedo más
anterior, gente que no era capaz de remedio que vivir el silencio vegetativo
poder conectar sus pensamientos con de mi madre y, como no podía ver su
sus sentimientos. Aprendí que tales insinceridad y su ansia de poder, me
personas intentan compensar sus culpaba a mí misma. Más tarde traté de
inseguridades persiguiendo el Poder. Su compensar esta pérdida de mi propia
única protección consiste en evadirse de verdad con especulaciones filosóficas
los hechos y refugiarse en el silencio. acerca de “la naturaleza impenetrable
Cuando recuerdo esos encuentros, de la verdad”. Por ser los hechos tan
ninguno –por más doloroso, irritante o brutales e incomprensibles me vi
simplemente lamentable que haya sido- forzada a negarlos. El precio por huir
resultó tan amenazador o destructivo de la realidad resultó ser
como el silencio de mi madre en una verdaderamente muy alto: el precio fue
época en la dependía en gran medida de el cercamiento de mi conciencia y la
ella. Siendo adulta podía elegir reclusión en mis sentimientos de culpa.
confrontar ese silencio con preguntas y Después de haber descubierto mi propia
con hechos. Podía evaluar el verdad, entendí que algo muy parecido
comportamiento y las respuestas de las les había sucedido a muchas otras
personas. Incluso podía cortar una personas que –aún- no pueden recordar
relación, si era necesario. También tenía los hechos. Algunos sí han podido, como
posibilidad de estar en contacto con lo demuestra el número creciente de
otras personas que no me castigaran
informes sobre los malos tratos a las evitativos, burlones o simplemente se
niñas y a los niños en todo el mundo. sentían avergonzados. En general se les
Sus autores, a veces, reciben respuestas aconsejaba cambiar el tema. Los que
positivas de quienes pueden no haberse persistían en su interés en el asunto
animado hasta ese momento a mirar tenían que vérselas con ciertas
hacia atrás, ya que se los disuadía en chicanas. La posibilidad de tolerar esas
cada recodo del camino, y que ahora se maniobras dependía de si propio
sientes alentados por estas revelaciones desarrollo emocional.
a enfrentar las historias de sus propias Un manuscrito de Lloyd de Mause, que
infancias. lamentablemente lleva años esperando
Con frecuencias, sin embargo, suelen ser publicado, describe el trágico
también toparse con muros de destino de un brillante científico cuyo
omisiones inimaginables. Estos muros trabajo pionero sobre maltrato infantil
son especialmente impenetrables en los en los EEUU fue ridiculizado de tal
círculos intelectuales, cuyos integrantes manera tanto por los medios como por
se han pertrechado con todas las teorías el mundo académico que termino
posibles para evitar el retorno de lo suicidándose (ver Glenn Davis, Nueva
reprimido y se han atrincherado detrás York, 1976). Tan desesperado estaba la
de tales defensas. Todo tipo de teorías ver que sus descubrimientos estaban
perimidas, aún cuando ni siquiera siendo rechazados por el representante
hayan sido expuestas, se entremezclan de la figura paterna, la Universidad, que
en los sistemas intelectuales y en los se quitó la vida. Si hubiera podido
modelos pedagógicos. En la medida en involucrar a la figura del padre real en
que los estudiantes toleran con la cuestión, habría podido sobrellevar el
docilidad, sin ejercer ninguna crítica, la temor que le provocó el rechazo de su
erradicación de la verdad, se seguirán obra. Pero en la década del 50´, eso era
enseñando estas teorías en nuestras aún más difícil que ahora.
universidades. Las mencionadas chicanas revelan el
Sé que algunos estudiantes que han grado de destructividad que implica la
intentado tratar el tema del maltrato en represión en la vida de una persona
sus trabajos finales han tenido adulta y en las actividades de muchos
experiencias desalentadoras en lo que intelectuales. Aun cuando resulta difícil
hace a sus discusiones con los de creer, no existe en el mundo entero
profesores. Aquéllos a quienes ellos una Facultad que ofrezca un título
consultaban solían cambiarles el tema dedicado al estudio de las lesiones
tan pronto como podían o se volvían psíquicas que se producen en la
infancia. ¿No les parece algo fuera de lo víctima como el agresor tienen intereses
común? Cuando, además, nos damos creados en negarla, sin percatarse del
cuenta de que todos nosotros hemos precio que pagan al hacerlo, no debería
sido víctimas de malos tratos, a través sorprendernos que dentro de cien años
de las llamadas “pautas de crianza”. algún filósofo pretenda “investigan la
Cada uno de nosotros, estoy segura, cuestión” de si Auschwitz o Hiroshima
podría relatar libros enteros si dejamos ocurrieron alguna vez. Cualquiera que
de tolerar el muro del silencio que nos haya podido vivenciar cómo la verdad
imponen y nos atreviéramos a sentir. almacenada en nuestros cuerpos puede
Demasiadas personas tienen más de una ser localizada y evaluada con llamativa
razón para desear que no se les precisión, está preparado para dejar de
recuerde sus desgarradoras convivir con las evasiones y las excusas.
experiencias infantiles. Con el temor a A partir de mis propias vivencias de la
la venganza de los padres si llegara a verdad, estudio los muros del silencio
reconocer la verdad, sostienen con que nos rodean y los describo en mis
obstinación que no existe nada que libros. Muchos respiran con alivio. Son
pueda llamarse la verdad, sino sólo los que también se observan a sí mismos
versiones de la misma. No les interesa y se preguntan, al principio con timidez:
que exista algo así como la verdad de “¿Puedo confiar realmente en mis
los hechos. Mi opinión: este engaño sólo percepciones, en mis recuerdos, en mi
es posible cuando uno teme a la verdad cuerpo? ¿Me quiere decir que ya no
de los hechos, cuando activamente mira tengo que seguir creyendo que lo blanco
para otro lado y cuando, además, uno es negro y lo negro en blanco?
cuenta con un arsenal de teorías El hecho de ya no estar más obligado a
aparentemente creíbles para traicionar nuestras percepciones y
mantenerse apaciguado y engañado. Sin nuestros propios sentimientos, el
embargo, esta situación no debería hechos de no permitirnos más
impedir que otros perciban el engaño. desviarnos de la verdad de los hechos
Los ardiles intelectuales que se por seguir diversas ideologías, ya de
interponen para reprimir la verdad no por sí contribuye a demoler el
reconocen límites. Como tanto la inhumano y destructivo muro de
silencio, el muro que se nos obligó a sólo el comienzo de un desarrollo
respetar en la infancia y que una y otra largamente postergado. Establece las
vez conducían a comportamiento condiciones para que sea posible liberar
fascistas. la verdadera prisión de las opiniones
El fascismo posibilita que se cometan engañosas y de las mentiras bien
cualquier tipo de delito porque una consolidadas. Pero se necesita más para
persona, el dictador, se arroga el permitir el despliegue completo de la
derecho de destruir la vida sin asumir verdad y su utilización al servicio de la
ningún tipo de responsabilidades. Él vida que un mero contacto estadístico
decide qué es lo valioso en la vida y con los hechos.
destruye cualquier cosa que se oponga a Por ejemplo, mucha gente puede decir:
esa definición. Las personas que se han “Sí, me pegaron bastante en mi
visto expuestas al lenguaje de la infancia”, manteniéndose
violencia en la infancia, lo aceptan como emocionalmente distante de la verdad,
idioma aceptado sin importarles si más porque no pueden sentirla. Carecen del
tarde se convertirán en víctimas o grado de conciencia, del conocimiento
victimarios. emocional sobre lo qué significa para un
Sin embargo, cada vez más y más niño o una niña indefenso o indefensa el
jóvenes se están alejando de la hecho de ser golpeados y zamarreados
destrucción y se están dedicando a la por adultxs enfurecidxs. Pronuncian las
vida. Siguen a la verdad de los hechos y palabras “me pegaron” pero, a partir de
no a las ideologías. Nos alertan sobre eso, se identifican con el
los peligros del servilismo, del brutal comportamiento destructivo y
conformismo y de los ethos militaristas, despiadado del adultx que viola, que
antes de que sea demasiado tarde para abusa, que destruye al niño o a la niña,
todo tipo de alertas. Y serán más con total desconocimiento o desinterés
sensibles a las decadencias de la por lo que está haciendo y por sus
destrucción que muchos de nuestros consecuencias.
supuestamente experimentados El mismo Adol Hitler nunca negó que
políticos, quienes continúan honrando había sido golpeado. Lo que negó es que
las mentiras de sus crueles crianzas esas palizas hayan sido dolorosas.
porque la tradición sostiene que eran Mediante esta falsificación total de sus
tanto adecuadas como necesarias. sentimientos llegó a convertirse en un
La demolición del muro de silencio con asesino de masas. Algo que no habría
el que constantemente se choca la ocurrido si hubiera podido sentir y
cuestión del maltrato infantil, señala llorar sus experiencias, si no hubiera
reprimido el justificado odio que sentía
hacia aquéllos responsables de su
sufrimiento y si se hubiera permitido
sentirlo conscientemente y
comprenderlo. Por el contrario,
pervirtió su odio en ideología. Lo mismo
que puede decirse de Stalin, de
Ceausescu y de tantos otros niños y
niñas golpeados y humillados que
crecieron para convertirse en tiranos y
criminales.
El retorno de la verdad sólo comienza a
anunciarse cuando devolvemos la pelota
y las palabras “golpeado, golpeada” se
condenen a sí mismas como desalmados
testimonios de la falta de respeto y de la
humillación que se le infligen a los
niños y a las niñas. Solo en la medid en
que podamos empatizar con los
sentimientos de los niñas y las niñas
maltratados que algunas vez fuimos y
que podamos rechazar la burla y el
cinismo de nuestros selves adultos, es
que podremos empezar a abrir las
puertas a la verdad. Sólo entonces
dejaremos de representar un peligro
para los demás.

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