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ACUERDO DE ARBITRAJE (UNCITRAL)

El "acuerdo de arbitraje" es un acuerdo por el que las partes deciden


someter a arbitraje todas las controversias o ciertas controversias que
hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada
relación jurídica, contractual o no contractual, el acuerdo de arbitraje
deberá constar por escrito, esto a fin de dar brindar una prueba
fehaciente del contrato, sea esta intercambiada posteriormente, a través
de medios de comunicaciones más utilizados como telegrama, cartas,
etc., donde en las respectivas cláusulas este inserta de manera expresa
dicho acuerdo.
El Tribunal Arbitral estará a libre elección de las partes, en caso de que
ocurriese lo contrario o alguna laguna en las cláusulas las designaciones
de los Árbitros estarán compuestos por tres, sin que la nacionalidad sea
un obstáculo para ello,
Al nombrar un árbitro, el tribunal u otra autoridad tendrá en cuenta
las condiciones requeridas para un árbitro por el acuerdo entre las
partes y tomará las medidas necesarias para garantizar el
nombramiento de un árbitro independiente e imparcial.
La equidad no está ajena a las actuaciones Arbitrales, trato
igualitario, en caso en que las partes no hubieren acordado el
Tribunal tendrá la facultad de dirigir con el criterio más apropiado
para las partes, esto comprende la admisión de las pruebas, las partes
deben determinar el lugar del arbitraje en caso de duda se optara de
acuerdo a las circunstancias del caso.
Con sujeción a lo dispuesto por las partes, se aplicará las leyes que
estos convinieren, de no ocurrir ello el Tribunal aplicara las normas
que más ayude a suprimir los conflictos, las decisiones del Tribunal
tendrán como base ex aequo et bono, o como amigable componedor
si las partes hubiesen autorizado de manera expresa e inequívoca.

Anexo
Modelo de cláusula compromisoria para los contratos
Todo litigio, controversia o reclamación resultante de este contrato o
relativo a este contrato, su incumplimiento, resolución o nulidad, se
resolverá mediante arbitraje de conformidad con el Reglamento de
Arbitraje de la CNUDMI.
Nota. Las partes deberían considerar agregar lo siguiente:
a) La autoridad nominadora será ... [nombre de la institución o persona];
b) El número de árbitros será de ... [uno o tres];
c) El lugar del arbitraje será ... [ciudad y país];
d) El idioma que se utilizará en el procedimiento arbitral será ....

UNIDROIT
Los Principios Unidroit Fueron elaborados en 1994 por el Instituto
Internacional para la Unificación del Derecho Privado, organización
intergubernamental independiente, con sede en Roma, que tiene como
objetivo estudiar los medios para armonizar, organizar y
coordinar el derecho privado entre los estados y preparar gradualmente la
adopción por parte de los distintos países de una legislación de derecho
internacional privado uniforme. Su objeto se encuentra definido en su
estatuto orgánico y persigue la unificación del derecho privado,
recurriendo, en cuanto sea necesario, a las normas de conflictos de leyes.
Dicha organización está integrada por estados miembros, pertenecientes a
los cinco continentes, representativos de diversos sistemas jurídicos.
Lo que hace cada vez útil los principios de UNIDROIT es por el principio
dispositivo y las reglas en una obligación privada rigiendo la libertad de
contratación, libertad de forma, libertad en la prueba, y sin dejar de obviar
el pacto sun servanda, lo que prevalece en el amito de los contratos es la
buena fe, lealtad negocial se complementa, además, con el deber de
confidencialidad y el tratamiento penalizado a las negociaciones en las
cuales sea posible advertir la mala fe etc. Lo que en realidad brindan a las
partes una seguridad jurídica en caso de conflictos.

En conclusión, en el ámbito de la comunidad internacional, en los contratos


se refleja una valiosa expresión en los Principios Unidroit, entre otras
razones, debido a que han sido redactados con la finalidad de ofrecer
soluciones a casos que van más allá de la aplicación de normas de derecho
interno. Así, puede afirmarse que los Principios Unidroit evolucionan de
acuerdo con el ritmo de transformación de los acontecimientos sociales. -
PRINCIPIO DE LA AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD EN LOS
CONTRATOS:
La base de la teoría general de los contratos en nuestro Derecho es el
principio de la autonomía de la voluntad. El principio de libertad
contractual, o autonomía de la voluntad, implica el reconocimiento de un
poder de autorregular los propios objetivos e intereses que las partes desean
Sin embargo, esta libertad contractual no puede ser de manera extensa por
las partes al disponer que no podrá ser, la actuación de las partes, contrarios
a las leyes, a la moral ni al orden público.
Además de los límites expuestos a la autonomía de la voluntad, existen
unos requisitos que han de concurrir en los contratos para que estos puedan
entenderse válidos. Estos requisitos son los llamados elementos esenciales
de los contratos, que son el consentimiento, el objeto y forma cuando la ley
lo requiera.
Los elementos esenciales es el consentimiento de las partes se configura
con la oferta y aceptación, toda vez que las partes sean capaces para
contratar, el objeto del contrato será todas las cosas susceptibles de
valoración económica y que no estén fuera del comercio, aparte de lo
mencionado debe ser lícito, posible, determinable.
En cuanto a la forma, aunque rige en nuestro Derecho el principio de
libertad de forma, hay determinados tipos de contratos que exigen que se
observen una serie de requisitos formales para que el contrato pueda ser
válido, como sería el caso de los contratos contenidos en el art. 700cc. que
exigen para su perfección la constancia en documento público.
El aforismo latino Pacta Sunt Servanda, expresa una idea sencilla: “lo
pactado obliga”. Se trata de una regla jurídica que establece que los contratos
deben siempre ser cumplidos por las partes contratantes en sus propios
términos lo que quiere decir atenerse, especialmente, a lo dispuesto en el
contrato. “las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley
entre las partes contratantes” para lo cual debe tenerse presente que “el
contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse, es
decir al expresar su consentimiento a partir de allí se configura la
obligatoriedad para las partes.
Cuando se señala que las obligaciones nacidas de los contratos tienen fuerza
de ley entre las partes contratantes se alude a la llamada fuerza vinculante de
los contratos, a la eficacia y al vigor de los mismos. Por consiguiente, se
entiende claramente porque la parte contractual perjudicada con el
incumplimiento de las obligaciones contractuales tiene a su disposición el
aparato coactivo del Estado para protegerse de dicho incumplimiento; según
el caso, o podrá reclamar ante los tribunales de justicia que se ordene el
cumplimiento de la obligación (ejecución forzosa), o podrá solicitar que se
deje sin efecto el contrato y se extingan sus obligaciones (resolución del
contrato) y, en ambos casos, solicitar una indemnización de daños y
perjuicios derivados del incumplimiento.
Se han esbozado algunas teorías para explicar el fundamento de
la obligatoriedad de los contratos cuyas ideas principales se mencionan a
continuación:
 La libertad y la voluntad individual del ser humano fundamenta la
obligatoriedad del contrato. Si la creación de una obligación contractual
implica un auto-obligarse, la justificación no podría estar sino en el
reconocimiento de que los hombres son libres e iguales y por ello gozan
de la capacidad para obligarse unos respecto de otros, voluntariamente.
 No es el contrato lo que obliga sino la ley la que proporciona la
obligatoriedad a través de aquél.
 La exigencia de no defraudar la confianza que en otro pueda haber creado
nuestra promesa o conducta; se alude aquí a un deber ético de veracidad
y fidelidad de la palabra dada.
 La conveniencia de dejar a los propios individuos el cuidado de
reglamentar por ellos mismos sus propios intereses económicos o de otra
índole, ya que se estima que ello representa la solución más justa y
conveniente.
 La idea misma de persona lo que implica reconocerle un ámbito de auto-
soberanía para reglamentar sus propias situaciones jurídicas y a través de
ellas dar cauce a sus fines, intereses y aspiraciones.
 La necesidad de regular relaciones con otros por medio de un contrato, y
no por medio de una decisión autoritaria, es una consecuencia del
principio de respeto de la persona y reconocimiento de la personalidad de
la otra parte contratante.
 La necesidad de certidumbre y de seguridad sobre la que debe sustentarse
el mundo de los negocios.

Existen algunas situaciones excepcionales que justifican el incumplimiento


total o parcial del contrato, y por tanto tales incumplimientos se permiten y
no se sancionan. Estos casos muestran que el Pacta Sunt Servanda no se
aplica a rajatabla.
Por ejemplo, los tribunales de justicia están autorizados a revisar los
términos contractuales de un contrato válidamente celebrado:
 Sucede con la llamada cláusula penal (expresamente contemplada en el
artículo 454 del Código Civil). Cuando la obligación principal hubiera
sido en parte o irregularmente cumplida por uno de los contratantes, el
juez podrá modificarla “equitativamente” siempre que dicha pena no se
hubiere sido manifiestamente excesiva. Art. 459cc.
 Otro caso se produce cuando, a posteriori, se presentan acontecimientos
considerados extraordinarios, imprevisibles y no detectables al momento
de celebración del contrato que tornan excesivamente gravosas las
obligaciones contractuales para una de las partes, a tal extremo que su
cumplimiento se vuelve para ella complicado o prácticamente imposible.
Esto sería típicamente los contratos de ejecución diferida, campea en esta
particularidad la imprevisión art. 672cc. El juez, aplicando una doctrina
conocida con el nombre de cláusula rebus sic stantibus, analiza el caso y
puede disponer una revisión del contrato o, incluso, una resolución si el
demandado ofrece una modificación equitativa.

 apelando a razones jurídicas de diversa índole sustentadas en otras


normas jurídicas (tales como, la buena fe como fuente de la
reglamentación contractual, la equidad, los principios generales del
Derecho, una adecuada interpretación del requisito de la causa del
contrato, la doctrina del enriquecimiento injusto, el error, etc.)
En otros casos, el cumplimiento del contrato puede resultar imposible debido
a la ocurrencia sobrevenida de lo que se conoce como caso fortuito o fuerza
mayor. Aquí también se justifica el incumplimiento del contrato: lo pactado
ya no obliga al deudor quien queda exonerado de cumplir con sus
obligaciones contractuales pendientes de cumplimiento.

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